Cuando te veo (FIN)
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josemg95
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
Que tiernos que son, muero de amor, sigue pronto plis
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me ha encantado el capitulo, y que se vean tan enamorados me gusta. sigue pronto porfi
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! Aquí estoy de nuevo. Este capítulo no me convence del todo... pero es lo que me ha salido hoy.
Prometo volver pronto con otro a ver si se empieza a aclarar todo esto del francotirador!
Sigamos!
“Hola Kate”. Le sonrió la pelirroja cerrando la puerta tras de sí. Miró a su padre y le sonrió aún más al verlo sentado al lado de la inspectora. “¿Cómo tal estás?”. Se acercó a ella.
“Bueno, parece que mejor. Mañana me harán un par de pruebas, pero parece que está todo bien”. Le sonrió con cariño, aún algo enrojecida por la vergüenza. “Gracias por venir y… por la cena”. Sonrió más haciendo un gesto con la cabeza señalando los cuencos de la comida vacíos.
“¡De nada! La comida de hospital está… asquerosa”. Torció el morro en un gesto gracioso, haciéndoles reír a los dos. “Por cierto, tu padre está fuera. Ha vuelto ya de casa con las cosas necesarias para quedarse. Ahora le digo que pase. Me voy ya que mañana tengo clase”. Se acercó a Kate y le dio un beso en la mejilla, dedicándole una suave caricia en el antebrazo. Después fue donde su padre y se abrazó a él, dejando que éste la besara el pelo. “¡Hasta mañana! Descansa Kate”. Salió de la habitación volviendo a dejarlos solos y se fue a casa.
“Es una buena chica…” Susurró Kate mirando la puerta por que la que se había ido la pelirroja.
“Sí que lo es”. Le sonrió el escritor y se bajó de la cama. No quería que Jim entrase y los viese así y ella se incomodase. “Kate…” Cogió su mano con ternura. “Yo tengo algo de ropa aquí, pero si prefieres que se quede sólo tu padre, lo entiendo. Sé que no voy a convencerlo de que se vaya a casa.”. Le sonrió dándole suaves caricias en la mano.
“En verdad me gustaría que fueseis a descansar los dos”. Suspiró bajando la mirada hacia las caricias que Castle se dedicaba a darle. “Yo estoy bien, y aquí no vais a poder dormir nada”. Miró la estancia donde sólo había una butaca, y no tenía mucha pinta de ser cómoda.
“No vas a conseguir que nos vayamos los dos. Si no se queda él, me quedo yo. Pero no quiero que estés sola cariño”. Le agarró del mentó girándole lentamente la cabeza para que le mirase. “Le diré a tu padre que se quede contigo, pero mañana a primerísima hora estoy aquí para que él pueda irse a casa a asearse y a descansar. ¿Hecho?”. Ella asintió. Él acercó suavemente a sus labios para besarla, pero antes de que pudiera hacerlo escuchó cómo se abría la puerta de la habitación y separó rápidamente su cara, incorporándose totalmente, pero sin soltar su mano.
“Hola hija. Ya estoy aquí”. Jim entró sonriente y dejó la bolsa que traía con su ropa sobre una mesa cerca de la butaca. “¿Qué tal estás?”.
“Ho… hola papá. Bien, estoy… bien”. Se mordió el labio mirando a Castle que estaba completamente ruborizado y se rió. Dio unos toques en la mano del escritor haciendo que éste la mirara con una mueca graciosa. “Ve a casa y descansa”. Aquella frase no la pronunció. Movió los labios de forma que sólo él pudiese enterarse de lo que decía.
“Bueno, me voy a casa. Jim, mañana me paso a primera hora para que puedas ir a casa un rato. No acepto un “no” por respuesta”. Le sonrió y acercó su cara al pelo de Kate. Le besó con ternura la cabeza y le dio una caricias lenta por la parte trasera del brazo, sin que su padre lo viera. “Descansa, ¿vale?”. Kate asintió agradecida por aquellas muestras de cariño. Él cogió la bolsa con sus cosas y se dirigió a la puerta. “Hasta mañana”. Miró a ambos sonriendo y salió de la habitación dejando a padre e hija solos aquella noche.
Richard se despidió de los policías que vigilaban la habitación de Kate y suspiró. Aún no se lo habían contado, y sabía que se enfadaría cuando se enterase. Pero él sólo quería protegerla. Caminó por los pasillos hasta la salida, debatiendo si irse a casa y descansar o acercarse a comisaría a ver qué había averiguado su compañeros.
Jim y Kate estuvieron hablando un poco. Su padre quería que le contase qué le había pasado investigando aquel caso, pero no sabía bien cómo hacerlo. Suspiró una vez más, tratando de encontrar las palabras correctas para preguntárselo. Sin embargo, una vez más, desistió.
“Papá…”. La voz de Kate sacó a su padre de sus pensamientos. “¿Qué más pasó después de que me… desmayara?”. Sonaba débil, temerosa.
“¿Por qué preguntas eso?”. Jim frunció el ceño mirándola dudoso.
“Hay dos policías fuera. En la puerta. Cada vez que alguien quiere entrar, le preguntan su nombre”. Rió de forma irónica. “Me he dado cuenta hace rato, esperaba que Castle me lo contase, pero ya no puedo esperar más. ¿Qué pasó papá?”. Le miró a los ojos, como siempre solía hacer. Pero esta vez, en su mirada no había seguridad como habitualmente. En este caso sus ojos mostraban miedo, indefensión.
Jim Beckett soltó el aire lentamente y se acerco a la cama de su hija. Se sentó en el borde de la cama, a su lado, agarrando su mano suavemente. “Tus compañeros aún no están seguros, pero creen que… los disparos en ese edificio no fueron un intento de asesinar a alguien. Parece que era una trampa para hacerte ir allí y volver a intentar… bueno, volver a intentarlo… Cu… cuando te llevaban en la camilla…”. No podía mirarla a los ojos. Bajó la mirada, triste, miedoso, con rabia. Tampoco pudo pronunciar la palabra “disparar”. Cogió aire con fuerza, apretando los ojos para contener las lágrimas. No quería asustar más a su hija.
“Ya…”. Kate frunció el ceño mirando, esta vez, al fondo de la habitación, con la mirada perdida. “¿Por qué no consiguieron darme esta vez?”. Apretó los labios y el puño que tenía libre. No iba a acobardarse, no. No podía permitirse volver a caer. Sin embargo sus lágrimas pugnaban por salir, cada vez con más fuerza.
Vuelvo pronto.
Prometo volver pronto con otro a ver si se empieza a aclarar todo esto del francotirador!
Sigamos!
“Hola Kate”. Le sonrió la pelirroja cerrando la puerta tras de sí. Miró a su padre y le sonrió aún más al verlo sentado al lado de la inspectora. “¿Cómo tal estás?”. Se acercó a ella.
“Bueno, parece que mejor. Mañana me harán un par de pruebas, pero parece que está todo bien”. Le sonrió con cariño, aún algo enrojecida por la vergüenza. “Gracias por venir y… por la cena”. Sonrió más haciendo un gesto con la cabeza señalando los cuencos de la comida vacíos.
“¡De nada! La comida de hospital está… asquerosa”. Torció el morro en un gesto gracioso, haciéndoles reír a los dos. “Por cierto, tu padre está fuera. Ha vuelto ya de casa con las cosas necesarias para quedarse. Ahora le digo que pase. Me voy ya que mañana tengo clase”. Se acercó a Kate y le dio un beso en la mejilla, dedicándole una suave caricia en el antebrazo. Después fue donde su padre y se abrazó a él, dejando que éste la besara el pelo. “¡Hasta mañana! Descansa Kate”. Salió de la habitación volviendo a dejarlos solos y se fue a casa.
“Es una buena chica…” Susurró Kate mirando la puerta por que la que se había ido la pelirroja.
“Sí que lo es”. Le sonrió el escritor y se bajó de la cama. No quería que Jim entrase y los viese así y ella se incomodase. “Kate…” Cogió su mano con ternura. “Yo tengo algo de ropa aquí, pero si prefieres que se quede sólo tu padre, lo entiendo. Sé que no voy a convencerlo de que se vaya a casa.”. Le sonrió dándole suaves caricias en la mano.
“En verdad me gustaría que fueseis a descansar los dos”. Suspiró bajando la mirada hacia las caricias que Castle se dedicaba a darle. “Yo estoy bien, y aquí no vais a poder dormir nada”. Miró la estancia donde sólo había una butaca, y no tenía mucha pinta de ser cómoda.
“No vas a conseguir que nos vayamos los dos. Si no se queda él, me quedo yo. Pero no quiero que estés sola cariño”. Le agarró del mentó girándole lentamente la cabeza para que le mirase. “Le diré a tu padre que se quede contigo, pero mañana a primerísima hora estoy aquí para que él pueda irse a casa a asearse y a descansar. ¿Hecho?”. Ella asintió. Él acercó suavemente a sus labios para besarla, pero antes de que pudiera hacerlo escuchó cómo se abría la puerta de la habitación y separó rápidamente su cara, incorporándose totalmente, pero sin soltar su mano.
“Hola hija. Ya estoy aquí”. Jim entró sonriente y dejó la bolsa que traía con su ropa sobre una mesa cerca de la butaca. “¿Qué tal estás?”.
“Ho… hola papá. Bien, estoy… bien”. Se mordió el labio mirando a Castle que estaba completamente ruborizado y se rió. Dio unos toques en la mano del escritor haciendo que éste la mirara con una mueca graciosa. “Ve a casa y descansa”. Aquella frase no la pronunció. Movió los labios de forma que sólo él pudiese enterarse de lo que decía.
“Bueno, me voy a casa. Jim, mañana me paso a primera hora para que puedas ir a casa un rato. No acepto un “no” por respuesta”. Le sonrió y acercó su cara al pelo de Kate. Le besó con ternura la cabeza y le dio una caricias lenta por la parte trasera del brazo, sin que su padre lo viera. “Descansa, ¿vale?”. Kate asintió agradecida por aquellas muestras de cariño. Él cogió la bolsa con sus cosas y se dirigió a la puerta. “Hasta mañana”. Miró a ambos sonriendo y salió de la habitación dejando a padre e hija solos aquella noche.
Richard se despidió de los policías que vigilaban la habitación de Kate y suspiró. Aún no se lo habían contado, y sabía que se enfadaría cuando se enterase. Pero él sólo quería protegerla. Caminó por los pasillos hasta la salida, debatiendo si irse a casa y descansar o acercarse a comisaría a ver qué había averiguado su compañeros.
Jim y Kate estuvieron hablando un poco. Su padre quería que le contase qué le había pasado investigando aquel caso, pero no sabía bien cómo hacerlo. Suspiró una vez más, tratando de encontrar las palabras correctas para preguntárselo. Sin embargo, una vez más, desistió.
“Papá…”. La voz de Kate sacó a su padre de sus pensamientos. “¿Qué más pasó después de que me… desmayara?”. Sonaba débil, temerosa.
“¿Por qué preguntas eso?”. Jim frunció el ceño mirándola dudoso.
“Hay dos policías fuera. En la puerta. Cada vez que alguien quiere entrar, le preguntan su nombre”. Rió de forma irónica. “Me he dado cuenta hace rato, esperaba que Castle me lo contase, pero ya no puedo esperar más. ¿Qué pasó papá?”. Le miró a los ojos, como siempre solía hacer. Pero esta vez, en su mirada no había seguridad como habitualmente. En este caso sus ojos mostraban miedo, indefensión.
Jim Beckett soltó el aire lentamente y se acerco a la cama de su hija. Se sentó en el borde de la cama, a su lado, agarrando su mano suavemente. “Tus compañeros aún no están seguros, pero creen que… los disparos en ese edificio no fueron un intento de asesinar a alguien. Parece que era una trampa para hacerte ir allí y volver a intentar… bueno, volver a intentarlo… Cu… cuando te llevaban en la camilla…”. No podía mirarla a los ojos. Bajó la mirada, triste, miedoso, con rabia. Tampoco pudo pronunciar la palabra “disparar”. Cogió aire con fuerza, apretando los ojos para contener las lágrimas. No quería asustar más a su hija.
“Ya…”. Kate frunció el ceño mirando, esta vez, al fondo de la habitación, con la mirada perdida. “¿Por qué no consiguieron darme esta vez?”. Apretó los labios y el puño que tenía libre. No iba a acobardarse, no. No podía permitirse volver a caer. Sin embargo sus lágrimas pugnaban por salir, cada vez con más fuerza.
Vuelvo pronto.
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
perfecto, como siempre!!!! sigue prontoo!!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
otro,otro, otro
Sigue pronto
Sigue pronto
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigue pronto, que esto engancha!
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! ¡Estoy eufórica!
Gracias por haber alcanzado y superado las 8.000 visitas!!!!!!!!!
Sois geniales!
Me alegra un montón ver que seguís mi historia!
Mil millones de gracias también a las que os atrevéis a comentar jajajaj
Comina, alba_caskett52, onewritergirl, Geovita, writerdetective47,Castle y Beckett... GRACIAS!
Os cuento. La historia continúa. Saben que Bracken es el que está detrás de todo, saben lo de los polis (incluido Montgomery), lo de Coonan, etc... Sin embargo, en esta historia aparece un nuevo "malo" que llamaré William Davidson (el primer nombre que se me ha pasado por la cabeza), que será el maldito francotirador, para así hacer la historia un poquito más entretenida y enrevesada... jajaaj Espero haber conseguido plasmar lo que quería de forma que lo entendáis bien! Si no es así, no tenéis más que preguntarme e intentaré aclarar las dudas.
Dicho esto... SIGAMOS!
Jim apretó la mano de la inspectora, tratando de transmitirle fuerza. Esperó unos segundos durante los cuales ninguno de los dos dijo nada. Después, le contó suave y lentamente lo que a él le habían contado. “Cuando… te encontraron el los lavabos, llamaron a la ambulancia que había fuera atendiendo a la gente de aquellas oficinas y entraron a por ti… Te colocaron sobre la camilla. Contigo iban tres personas. Dos sanitarios y Castle. A mitad de camino hacia el ascensor para salir de allí… Notaron algo extraño en tu cuerpo… Una luz… una luz roja… Te… empujaron rápidamente y te refugiaron detrás de una columna… Tú estabas inconsciente y no te enteraste de nada. La luz desapareció y tus otros dos compañeros salieron corriendo hacia el edificio de enfrente, a la planta de la que provenía aquella… luz”. Suspiró y no pudo retener un par de lágrimas, al igual que Kate. “Te sacaron rápidamente de allí y te trajeron aquí, siempre vigilada por esos dos agentes. Después, Castle me llamó y cuando llegué aquí, él me contó lo que había ocurrido…” Se calló durante un par de minutos, tratando de adivinar qué era lo que pasaba por su mente en aquel momento. “Cariño… pensamos que lo primordial era que te recuperaras… Por eso no te dijimos nada”. Suspiró. Conociendo a su hija, estaría enfadada por habérselo ocultado, pero tanto él como Castle habían preferido asegurarse primero de que estuviera bien y con fuerzas para afrontar aquello. “Yo no sé nada más. Ni si pillaron a ese hijo de… Ni nada más”. Tragó saliva mirando a su niña.
“Han intentado volver a matarme…” No podía dejar de repetirse esa frase en su cabeza. Miró a su padre con los ojos llenos de lágrimas. Ya le daba igual que la viera así. Era su padre, confiaba en él y no era la primera vez que la veía llorar. En ese momento sólo necesitaba desahogarse.
Jim se acercó más a su hija y la abrazó con cariño, dejando que ella apoyara su cabeza en su hombro. “Tranquila, aquí estás a salvo. Nosotros te protegeremos…”. Le dio varios besos en el pelo mientras le acariciaba la espalda con ternura. “Todo esto va a acabar pronto, ya verás…” Intentó animarla, aunque ni él mismo sabía cuando terminaría todo aquello, ni siquiera si algún día podrían acabarlo.
Mientras tanto, Castle se había decidido por ir a comisaría. Estaba en el ascensor de la 12, nervioso. La vida de Beckett volvía a estar en peligro. Necesitaban encontrar la manera de llegar al final, de acabar con todo.
Salió de ascensor y fue directo a la mesa de Ryan y Espo. “¿Qué habéis conseguido?”. Los miró esperanzado.
Ryan y Espo se miraron durante unos segundos, después, ambos fijaron su mirada en Castle. Espo comenzó a hablar. “Bueno, hemos seguido todas las pistas que rodeaban al francotirador. Se llama William Davidson, exmilitar. Es el mismo que disparó a Beckett en el funeral de Roy. El mismo que cometió los otros dos asesinatos que hemos estado investigando estos días. Los cometió para atraer a Beckett. Para tenerla en el punto de mira. Le hemos investigado, y todo nos lleva a lo mismo. A un laberinto sin salida. Estamos igual que antes Castle. Probablemente él mismo fue el que se cargó a Montgomery.”. Se calló un momento para observar al escritor, que apretaba los puños con rabia. “Todo lo que hemos investigado nos lleva al hecho de que Bracken ordenó a Dick Coonan asesinar a su madre, y a Davidson a intentarlo con Beckett, pero tiene todo muy bien atado. No deja evidencias, no tenemos pistas claras, y por lo tanto, no podemos detenerlo ni hacer que todo esto acabe. A este cabrón que tenemos aquí, se le acusará por dos asesinatos y por el doble intento de hacerlo con Kate. Si podemos asegurar que también mató a Montgomery, serían tres asesinatos. Pero no podemos sacarle más”. Espo acabó de explicar todo aquello mirando a Castle.
“Necesitamos encontrar, no sé cómo, ni dónde, la clave de todo esto. La madre de Kate tenía mucha información, pero ni Beckett ni nosotros hemos sido capaces de dar con la clave para cerrar todo este maldito asunto”. Kevin se sentía enfadado, rabioso. Quería tanto como los demás acabar con todo esto. “Ya no sabemos por dónde más seguir investigando Castle…”. Bajó la mirada, al igual que Espo. Los tres estaban callados.
“Contárselo todo a Gates no sería muy buena idea, ¿no?”. Propuso Castle. Quería mover todos los hilos posibles. Kevin y Javier se miraron, sopesando por un momento aquella idea. Después ambos negaron, en silencio. “Ya… Pues tenemos que hacer algo, y lo tenemos que hacer ya o acabarán con ella también”. Suspiró.
Se sentía agotado. Aquel día habían vivido demasiadas emociones, demasiados miedos. Miró hacia la mesa de Kate. Vacía. Sintió, una vez más, que algo dentro de él se rompía al no verla allí trabajando. Se acercó lentamente hacia su puesto de trabajo y en lugar de sentarse en su propia silla, se sentó en la de ella. La giró ligeramente y quedó de frente a la pizarra donde tenían expuesto el caso de aquel francotirador. Estuvo unos minutos leyendo toda la información que sus compañeros habían escrito. De repente, se detuvo en una foto y unos nombres. Recorrió de nuevo la pizarra con la mirada, rápidamente. Después, se giró hacia los detectives.
“Espo, Ryan, ¿dónde está William?”. Los miró con un gesto serio.
“En la sala de interrogatorios”. Contestó Kevin sin pensar, ganándose un codazo por parte de Espo. Ryan le miró sin entender aquella reacción.
“Castle, se lo van a llevar ya” Contestó Javier oliéndose lo que el escritor quería intentar.
“Pues diles que esperen”. Se encaminó hacia allí con seguridad, seguido por ambos detectives, y antes de entrar, se giró a mirarles. “Mejor no entréis, ni os asoméis al cristal”. Fue a girar el pomo para entrar pero el brazo de Espo le detuvo.
“Castle, no hagas ninguna tontería”. Miró a su compañero y amigo, preocupado.
“No te preocupes. Y, de todas formas, tampoco os enteraríais de lo que voy a hacer. Desconectad las cámaras y los micrófonos”. Cogió aire con fuerza y entró a aquella sala, encontrándose cara a cara con el hijo de… que había intentado asesinar dos veces a Kate Beckett, a la persona de la que él estaba locamente enamorado.
¿Qué hará Castle?
Gracias por haber alcanzado y superado las 8.000 visitas!!!!!!!!!
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Comina, alba_caskett52, onewritergirl, Geovita, writerdetective47,Castle y Beckett... GRACIAS!
Os cuento. La historia continúa. Saben que Bracken es el que está detrás de todo, saben lo de los polis (incluido Montgomery), lo de Coonan, etc... Sin embargo, en esta historia aparece un nuevo "malo" que llamaré William Davidson (el primer nombre que se me ha pasado por la cabeza), que será el maldito francotirador, para así hacer la historia un poquito más entretenida y enrevesada... jajaaj Espero haber conseguido plasmar lo que quería de forma que lo entendáis bien! Si no es así, no tenéis más que preguntarme e intentaré aclarar las dudas.
Dicho esto... SIGAMOS!
Jim apretó la mano de la inspectora, tratando de transmitirle fuerza. Esperó unos segundos durante los cuales ninguno de los dos dijo nada. Después, le contó suave y lentamente lo que a él le habían contado. “Cuando… te encontraron el los lavabos, llamaron a la ambulancia que había fuera atendiendo a la gente de aquellas oficinas y entraron a por ti… Te colocaron sobre la camilla. Contigo iban tres personas. Dos sanitarios y Castle. A mitad de camino hacia el ascensor para salir de allí… Notaron algo extraño en tu cuerpo… Una luz… una luz roja… Te… empujaron rápidamente y te refugiaron detrás de una columna… Tú estabas inconsciente y no te enteraste de nada. La luz desapareció y tus otros dos compañeros salieron corriendo hacia el edificio de enfrente, a la planta de la que provenía aquella… luz”. Suspiró y no pudo retener un par de lágrimas, al igual que Kate. “Te sacaron rápidamente de allí y te trajeron aquí, siempre vigilada por esos dos agentes. Después, Castle me llamó y cuando llegué aquí, él me contó lo que había ocurrido…” Se calló durante un par de minutos, tratando de adivinar qué era lo que pasaba por su mente en aquel momento. “Cariño… pensamos que lo primordial era que te recuperaras… Por eso no te dijimos nada”. Suspiró. Conociendo a su hija, estaría enfadada por habérselo ocultado, pero tanto él como Castle habían preferido asegurarse primero de que estuviera bien y con fuerzas para afrontar aquello. “Yo no sé nada más. Ni si pillaron a ese hijo de… Ni nada más”. Tragó saliva mirando a su niña.
“Han intentado volver a matarme…” No podía dejar de repetirse esa frase en su cabeza. Miró a su padre con los ojos llenos de lágrimas. Ya le daba igual que la viera así. Era su padre, confiaba en él y no era la primera vez que la veía llorar. En ese momento sólo necesitaba desahogarse.
Jim se acercó más a su hija y la abrazó con cariño, dejando que ella apoyara su cabeza en su hombro. “Tranquila, aquí estás a salvo. Nosotros te protegeremos…”. Le dio varios besos en el pelo mientras le acariciaba la espalda con ternura. “Todo esto va a acabar pronto, ya verás…” Intentó animarla, aunque ni él mismo sabía cuando terminaría todo aquello, ni siquiera si algún día podrían acabarlo.
Mientras tanto, Castle se había decidido por ir a comisaría. Estaba en el ascensor de la 12, nervioso. La vida de Beckett volvía a estar en peligro. Necesitaban encontrar la manera de llegar al final, de acabar con todo.
Salió de ascensor y fue directo a la mesa de Ryan y Espo. “¿Qué habéis conseguido?”. Los miró esperanzado.
Ryan y Espo se miraron durante unos segundos, después, ambos fijaron su mirada en Castle. Espo comenzó a hablar. “Bueno, hemos seguido todas las pistas que rodeaban al francotirador. Se llama William Davidson, exmilitar. Es el mismo que disparó a Beckett en el funeral de Roy. El mismo que cometió los otros dos asesinatos que hemos estado investigando estos días. Los cometió para atraer a Beckett. Para tenerla en el punto de mira. Le hemos investigado, y todo nos lleva a lo mismo. A un laberinto sin salida. Estamos igual que antes Castle. Probablemente él mismo fue el que se cargó a Montgomery.”. Se calló un momento para observar al escritor, que apretaba los puños con rabia. “Todo lo que hemos investigado nos lleva al hecho de que Bracken ordenó a Dick Coonan asesinar a su madre, y a Davidson a intentarlo con Beckett, pero tiene todo muy bien atado. No deja evidencias, no tenemos pistas claras, y por lo tanto, no podemos detenerlo ni hacer que todo esto acabe. A este cabrón que tenemos aquí, se le acusará por dos asesinatos y por el doble intento de hacerlo con Kate. Si podemos asegurar que también mató a Montgomery, serían tres asesinatos. Pero no podemos sacarle más”. Espo acabó de explicar todo aquello mirando a Castle.
“Necesitamos encontrar, no sé cómo, ni dónde, la clave de todo esto. La madre de Kate tenía mucha información, pero ni Beckett ni nosotros hemos sido capaces de dar con la clave para cerrar todo este maldito asunto”. Kevin se sentía enfadado, rabioso. Quería tanto como los demás acabar con todo esto. “Ya no sabemos por dónde más seguir investigando Castle…”. Bajó la mirada, al igual que Espo. Los tres estaban callados.
“Contárselo todo a Gates no sería muy buena idea, ¿no?”. Propuso Castle. Quería mover todos los hilos posibles. Kevin y Javier se miraron, sopesando por un momento aquella idea. Después ambos negaron, en silencio. “Ya… Pues tenemos que hacer algo, y lo tenemos que hacer ya o acabarán con ella también”. Suspiró.
Se sentía agotado. Aquel día habían vivido demasiadas emociones, demasiados miedos. Miró hacia la mesa de Kate. Vacía. Sintió, una vez más, que algo dentro de él se rompía al no verla allí trabajando. Se acercó lentamente hacia su puesto de trabajo y en lugar de sentarse en su propia silla, se sentó en la de ella. La giró ligeramente y quedó de frente a la pizarra donde tenían expuesto el caso de aquel francotirador. Estuvo unos minutos leyendo toda la información que sus compañeros habían escrito. De repente, se detuvo en una foto y unos nombres. Recorrió de nuevo la pizarra con la mirada, rápidamente. Después, se giró hacia los detectives.
“Espo, Ryan, ¿dónde está William?”. Los miró con un gesto serio.
“En la sala de interrogatorios”. Contestó Kevin sin pensar, ganándose un codazo por parte de Espo. Ryan le miró sin entender aquella reacción.
“Castle, se lo van a llevar ya” Contestó Javier oliéndose lo que el escritor quería intentar.
“Pues diles que esperen”. Se encaminó hacia allí con seguridad, seguido por ambos detectives, y antes de entrar, se giró a mirarles. “Mejor no entréis, ni os asoméis al cristal”. Fue a girar el pomo para entrar pero el brazo de Espo le detuvo.
“Castle, no hagas ninguna tontería”. Miró a su compañero y amigo, preocupado.
“No te preocupes. Y, de todas formas, tampoco os enteraríais de lo que voy a hacer. Desconectad las cámaras y los micrófonos”. Cogió aire con fuerza y entró a aquella sala, encontrándose cara a cara con el hijo de… que había intentado asesinar dos veces a Kate Beckett, a la persona de la que él estaba locamente enamorado.
¿Qué hará Castle?
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me gusta que el nombre del francotirador tenga algo de los nombres de los dos ex de Beckett, muy bueno jajaja.
Sigueee
Sigueee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches!
No pensaba actualizar hoy la historia, pero mi inspiración me ha dejado escribir un rato.. así que aquí os traigo el siguiente pedacito. Está todo centrado en el caso. Cambia un poco la historia real de Bracken y todo, pero espero haber plasmado correctamente todo para que entendáis lo que había en mi cabeza... jajaja
GRACIAS por todas vuestras visitas. ¡Hemos alcanzado las 9.000 visitas! Wow!! ¡GRACIAS!!
Y gracias, gracias, gracias a todas las que comentáis! No sabéis los ánimos que me dais!
¿Seguimos?
Aquel hombre se encontraba esposado a la silla, con la cabeza agachada, cansado de estar allí, pero dispuesto a llevarse consigo mismo a prisión toda la información que conocía. Al oír que la puerta se abría levantó la cabeza lentamente, encontrándose con la mirada seria del escritor. Sonrió irónicamente. “Vaya, vaya… Richard Castle. ¿A qué debo este honor?”. Se burló el francotirador.
“Vaya, así que me conoces, William”. La voz de Castle salía segura, aunque por dentro estuviese muerto de rabia. Aquel tipo asintió. “Bien. Entonces sabrás, que tanto en mis novelas como en mi vida, soy capaz de muchas cosas, y ninguna buena, cuando alguien hace daño a la gente que me rodea. Puedo ser muy infantil algunas veces, pero cuando se trata de mi gente, la ira me puede”. Rodeó la mesa y se acercó a él.
Davidson no se inmutó y le retó con la mirada. “¿Y piensas que mirándome así vas a conseguir algo?”. Soltó una carcajada, irónica, malévola. “He sido militar, estoy preparado para todo”.
“¿Y qué hace que, un exmilitar cuyo objetivo es proteger al país, comience a trabajar bajo las órdenes de un senador que carga con conspiración, fraude y asesinato? ¿Acaso es dinero? ¿Miedo? ¿La protección de tu familia?”. Castle se iba acercando cada vez más a Davidson, viendo cómo su cara iba cambiando, llenándose de ira. El escritor iba por buen camino. “¿Qué pensarían tu mujer y tu hija si se enteraran de que su esposo y padre es un asesino que actúa por orden de una persona como Bracken?”. Se sentó sobre la mesa, quedando frente a él, mirándolo, acercando su cabeza a la cara del francotirador. “Para ellas eres un ejemplo, un buen ejemplo a seguir. ¿Dónde creen que ganas el dinero que llevas a casa? ¿Quieres que las llamemos y se lo preguntemos aquí mismo, delante de ti?”. Castle vio como cada pregunta que formulaba creaba más ira en aquel hombre.
“¡¡Cállate!! ¡No tienes ningún derecho a estar aquí, no eres poli! ¡Lárgate!”. Dicho esto, William escupió a Castle, manchándole parte de la chaqueta y de la camisa.
Pero Richard no se inmutó, se mantuvo impasible. Lo miró de arriba abajo, con asco, y de repente se percató en que debajo de la camiseta, tenía una cicatriz muy fea, que le recordaba a las puñaladas con las que habían encontrado el cadáver de Johanna. Frunció el ceño. “Vaya, parece que tienes una bonita marca aquí”. Acercó su mano para destapar más la cicatriz.
Él, se revolvió en la silla, tratando de alejar su cuerpo de aquella mano, lo que le fue imposible, al estar atado de pies y manos a la silla. “¡No me toques! ¡Que te he dicho que no me toques!”. A cada palabra que pronunciaba, iba alzando más la voz.
Castle hizo caso omiso de sus palabras y tocó aquella cicatriz. Parecía que era antigua. “Su forma me resulta bastante familiar. ¿Qué pasó Will? ¿Tú también eras su objetivo pero acabaste aliándote con él?”. Castle lo miraba con asco. Le apretó ligeramente la cicatriz haciendo que aquel hombre se retorciera en su silla. Es cierto que la cicatriz tenía años, pero le seguía doliendo. “Dime, ¿por qué acabaste sirviéndole? ¿Te obligaron? ¿Amenazaron? ¿O simplemente te hicieron cambiar de idea?”. Le pellizcó la cicatriz y un pequeño gritó salió de los labios del francotirador. Después, el escritor le propinó un par de puñetazos en el estómago, donde no dejasen mucha marca. William se encogió de dolor. “No, no creo que fuese lo último. Así que ayúdame a encerrar a ese hijo de puta y a todos sus compinches. Si colaboras, reducirán tu pena y antes podrás volver con tu familia”. Castle agarró al hombre por el cuello de la camiseta, tirando ligeramente hacia arriba y haciendo que las esposas se le clavasen en las muñecas y en las piernas del francotirador. “O lo haces por las buenas, o lo haces por las malas”. Gruñó Richard. Jamás se había visto en aquella situación. Nunca había sacado su rabia ni su ira de aquella manera. Pero necesitaba hacerlo. Tal vez no conseguía nada, pero valía la pena si de esa forma conseguían acabar con Bracken y sus secuaces.
“¡Púdrete en el infierno!”. Gritó el hombre. Estaba cansado, dolorido y le pesaban las palabras de Castle. Él nunca había sido así, nunca había querido ser así, pero le habían obligado y ahora temía por su vida y por la de su familia. Por eso mantendría la boca cerrada. “Jamás encontraréis lo necesario para meterlos a todos en la cárcel. No sé dónde está, ¡pero si en todos estos años nadie la ha encontrado, nadie lo hará ya! Probablemente esté quemada.”. Escupió aquellas palabras con rabia, sin pensar siquiera en lo que estaba diciendo. En aquel momento sólo quería salir de allí y ver a su familia. Aunque sabía que eso iba a ser imposible.
Castle frunció el ceño. “¿La? ¿Quemada?. ¿Qué quieres decir con eso?”. Lo agarró con más fuerza de la camiseta volviendo a levantarlo ligeramente haciendo que se le volviesen a clavar las esposas, dejándole alguna marca, pero sin hacerle heridas. Acercó su cabeza a la de Davidson quedando sus frentes prácticamente pegadas. Ambos se miraban con mucha rabia. “¡William Davidson, dime lo que sepas y te prometo que no te pasará nada, ni a ti, ni a tu familia!”.
“¡Cállate! ¡No pienso decir nada! ¡Tú no sabes nada de mí, nada de mi familia! ¡No eres poli y aunque lo fueras tampoco podrías protegernos, ni tú ni tus amiguitos!”. Dijo con tono despectivo. “¡Los policías nunca son lo que parecen! ¡Nunca son tan buenos como dicen, ni hacen lo que tienen que hacer! ¡No velan por nuestro bienestar ni por nuestra seguridad! ¡En cuanto pueden, buscan sus propios intereses!”. Su rostro se había enrojecido. Se sentía defraudado por el cuerpo de policías. Aquello encendió una bombilla a Castle.
¿Me seguís? Jejeje
No pensaba actualizar hoy la historia, pero mi inspiración me ha dejado escribir un rato.. así que aquí os traigo el siguiente pedacito. Está todo centrado en el caso. Cambia un poco la historia real de Bracken y todo, pero espero haber plasmado correctamente todo para que entendáis lo que había en mi cabeza... jajaja
GRACIAS por todas vuestras visitas. ¡Hemos alcanzado las 9.000 visitas! Wow!! ¡GRACIAS!!
Y gracias, gracias, gracias a todas las que comentáis! No sabéis los ánimos que me dais!
¿Seguimos?
Aquel hombre se encontraba esposado a la silla, con la cabeza agachada, cansado de estar allí, pero dispuesto a llevarse consigo mismo a prisión toda la información que conocía. Al oír que la puerta se abría levantó la cabeza lentamente, encontrándose con la mirada seria del escritor. Sonrió irónicamente. “Vaya, vaya… Richard Castle. ¿A qué debo este honor?”. Se burló el francotirador.
“Vaya, así que me conoces, William”. La voz de Castle salía segura, aunque por dentro estuviese muerto de rabia. Aquel tipo asintió. “Bien. Entonces sabrás, que tanto en mis novelas como en mi vida, soy capaz de muchas cosas, y ninguna buena, cuando alguien hace daño a la gente que me rodea. Puedo ser muy infantil algunas veces, pero cuando se trata de mi gente, la ira me puede”. Rodeó la mesa y se acercó a él.
Davidson no se inmutó y le retó con la mirada. “¿Y piensas que mirándome así vas a conseguir algo?”. Soltó una carcajada, irónica, malévola. “He sido militar, estoy preparado para todo”.
“¿Y qué hace que, un exmilitar cuyo objetivo es proteger al país, comience a trabajar bajo las órdenes de un senador que carga con conspiración, fraude y asesinato? ¿Acaso es dinero? ¿Miedo? ¿La protección de tu familia?”. Castle se iba acercando cada vez más a Davidson, viendo cómo su cara iba cambiando, llenándose de ira. El escritor iba por buen camino. “¿Qué pensarían tu mujer y tu hija si se enteraran de que su esposo y padre es un asesino que actúa por orden de una persona como Bracken?”. Se sentó sobre la mesa, quedando frente a él, mirándolo, acercando su cabeza a la cara del francotirador. “Para ellas eres un ejemplo, un buen ejemplo a seguir. ¿Dónde creen que ganas el dinero que llevas a casa? ¿Quieres que las llamemos y se lo preguntemos aquí mismo, delante de ti?”. Castle vio como cada pregunta que formulaba creaba más ira en aquel hombre.
“¡¡Cállate!! ¡No tienes ningún derecho a estar aquí, no eres poli! ¡Lárgate!”. Dicho esto, William escupió a Castle, manchándole parte de la chaqueta y de la camisa.
Pero Richard no se inmutó, se mantuvo impasible. Lo miró de arriba abajo, con asco, y de repente se percató en que debajo de la camiseta, tenía una cicatriz muy fea, que le recordaba a las puñaladas con las que habían encontrado el cadáver de Johanna. Frunció el ceño. “Vaya, parece que tienes una bonita marca aquí”. Acercó su mano para destapar más la cicatriz.
Él, se revolvió en la silla, tratando de alejar su cuerpo de aquella mano, lo que le fue imposible, al estar atado de pies y manos a la silla. “¡No me toques! ¡Que te he dicho que no me toques!”. A cada palabra que pronunciaba, iba alzando más la voz.
Castle hizo caso omiso de sus palabras y tocó aquella cicatriz. Parecía que era antigua. “Su forma me resulta bastante familiar. ¿Qué pasó Will? ¿Tú también eras su objetivo pero acabaste aliándote con él?”. Castle lo miraba con asco. Le apretó ligeramente la cicatriz haciendo que aquel hombre se retorciera en su silla. Es cierto que la cicatriz tenía años, pero le seguía doliendo. “Dime, ¿por qué acabaste sirviéndole? ¿Te obligaron? ¿Amenazaron? ¿O simplemente te hicieron cambiar de idea?”. Le pellizcó la cicatriz y un pequeño gritó salió de los labios del francotirador. Después, el escritor le propinó un par de puñetazos en el estómago, donde no dejasen mucha marca. William se encogió de dolor. “No, no creo que fuese lo último. Así que ayúdame a encerrar a ese hijo de puta y a todos sus compinches. Si colaboras, reducirán tu pena y antes podrás volver con tu familia”. Castle agarró al hombre por el cuello de la camiseta, tirando ligeramente hacia arriba y haciendo que las esposas se le clavasen en las muñecas y en las piernas del francotirador. “O lo haces por las buenas, o lo haces por las malas”. Gruñó Richard. Jamás se había visto en aquella situación. Nunca había sacado su rabia ni su ira de aquella manera. Pero necesitaba hacerlo. Tal vez no conseguía nada, pero valía la pena si de esa forma conseguían acabar con Bracken y sus secuaces.
“¡Púdrete en el infierno!”. Gritó el hombre. Estaba cansado, dolorido y le pesaban las palabras de Castle. Él nunca había sido así, nunca había querido ser así, pero le habían obligado y ahora temía por su vida y por la de su familia. Por eso mantendría la boca cerrada. “Jamás encontraréis lo necesario para meterlos a todos en la cárcel. No sé dónde está, ¡pero si en todos estos años nadie la ha encontrado, nadie lo hará ya! Probablemente esté quemada.”. Escupió aquellas palabras con rabia, sin pensar siquiera en lo que estaba diciendo. En aquel momento sólo quería salir de allí y ver a su familia. Aunque sabía que eso iba a ser imposible.
Castle frunció el ceño. “¿La? ¿Quemada?. ¿Qué quieres decir con eso?”. Lo agarró con más fuerza de la camiseta volviendo a levantarlo ligeramente haciendo que se le volviesen a clavar las esposas, dejándole alguna marca, pero sin hacerle heridas. Acercó su cabeza a la de Davidson quedando sus frentes prácticamente pegadas. Ambos se miraban con mucha rabia. “¡William Davidson, dime lo que sepas y te prometo que no te pasará nada, ni a ti, ni a tu familia!”.
“¡Cállate! ¡No pienso decir nada! ¡Tú no sabes nada de mí, nada de mi familia! ¡No eres poli y aunque lo fueras tampoco podrías protegernos, ni tú ni tus amiguitos!”. Dijo con tono despectivo. “¡Los policías nunca son lo que parecen! ¡Nunca son tan buenos como dicen, ni hacen lo que tienen que hacer! ¡No velan por nuestro bienestar ni por nuestra seguridad! ¡En cuanto pueden, buscan sus propios intereses!”. Su rostro se había enrojecido. Se sentía defraudado por el cuerpo de policías. Aquello encendió una bombilla a Castle.
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livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Porfavor tienes que continuar yaaaa necesito more caskett pliiiis!! Sige me encantaaaa
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigue naves es mucha iintriga para mi :c
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Hola! Me paso por aquí para decirte que leo esta historia desde sus inicios y quiero felicitarte. Es impresionante como escribes y como mantienes la intriga en las tramas y esas escenas Caskett Enhorabuena y sigue así!
marius123- Escritor novato
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 14/11/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches! Siento mucho el retraso.. He estado estudiando y aunque tenía el capítulo casi terminado, no he podido hasta ahora pasarme para colgarlo.
Espero que os siga gustando la historia!
¡Ya hemos llegado a las 10.000 visitas! ¡No sabéis los ánimos, las ganas y las fuerzas que eso me da para poder continuar escribiendo!
Gracias por vuestra paciencia y por vuestros comentarios.
¡Seguimos!
“Creo que te equivocas Will”. Castle se separó ligeramente de aquel hombre, sentado aún en la mesa de interrogatorios. “Esta vez la policía sí que puede ayudarte”. Observó cómo Davidson dejaba de mirarle y centraba su mirada en la pared. “Tengo una teoría. Te enteraste, no sé cómo ni por qué, de lo que tres compañeros de la policía Montgomery, Raglan y McCallister se traían entre manos. Así llegaste a saber que el, ahora, senador Bracken había financiado su campaña política con el dinero a cambio del cual él mantendría su boca callada. Ellos te descubrieron a ti pero no lograron acabar contigo. Entonces decidieron chantajearte y pagarte de alguna forma para que acabaras con el capitán Montgomery y la inspectora Beckett. Ahora dime, ¿qué te dan a cambio de tu silencio y tus matanzas? ¿Dinero?”. Castle lo miraba serio, fijando su mirada en la de él. Rió irónicamente. “No, no creo que sea por dinero”. Entonces se acordó de algo que había leído en la pizarra donde tenían expuesto el caso. “¿Están pagando ellos el tratamiento de tu hija? He leído que tiene una enfermedad… rara y muy costosa…”. Lo miró atentamente y vio como apretaba los puños y cerraba los ojos. Había dado en el clavo.
“¡No puedo decirte nada, joder! Si abro la puta boca, mi hija morirá, y mi mujer, y yo… también…”. Bajó la cabeza abatido.
Castle suspiró apretando los labios. No sabía muy bien qué tenía que hacer. “Dime qué es lo que están buscando. Dime dónde está la prueba definitiva para meterlos a todos en la cárcel. No te caerán muchos cargos a pesar de lo que has hecho. Alegaremos que fue todo un chantaje. Te indemnizarán y con ese dinero podrás seguir pagando el tratamiento de tu hija, e incluso la operación que necesita. Si no es suficiente, yo pondré el resto. Pero por favor William… Dime lo que necesito saber. ¡Ayúdame a encerrar a esos hijos de puta!”.
“No sé dónde está la prueba… sólo sé que es una cinta… Les he oído hablar de ella en alguna ocasión. Creo que la tenía alguien a quien mataron, pero jamás la encontraron”. Bajó la cabeza con lágrimas. “Mi familia necesita protección”. Levantó la cabeza para mirar a Castle.
“No te preocupes, de eso me encargo yo ahora. Iré a hablar con los detectives. Pero antes, aclárame una cosa. ¿Qué clase de cinta es? ¿Qué tiene? ¿Por qué no la encontraron?”.
“No lo sé. Es una grabación creo. Por lo que pude oír, registraron las casas de todos los abogados en busca de la maldita cinta y no la encontraron. Pero…”. Se quedó callado unos segundos, tratando de recordar la conversación que había escuchado. “La última casa no la pudieron registrar porque la persona a la que mataron, no vivía sola”. Miró a Castle con cierta esperanza.
“Gracias Davidson. Creo que me acabas de dar la pista de todo esto”. Se levantó y soltó los pies de aquel hombre, dejando libre también una de sus muñecas. “Siento mucho los puñetazos y lo de la cicatriz… Se me fue de las manos… Pero la persona a la que más he querido, y quiero, está en peligro. Me entiendes, ¿verdad?”. William asintió y tras aquello Castle salió de la sala de interrogatorios.
Mientras tanto, en la habitación del hospital, Jim dormía como podía en aquella butaca. Había pasado un buen rato controlando que el sueño de su hija fuera tranquilo y al final el cansancio pudo con él y cayó rendido.
Kate llevaba un rato despierta. Una pesadilla la había despertado. La misma que tenía desde que la dispararon y la alcanzaron. Soñaba que estaba sola, en un callejón oscuro muy similar al que callejón en el que asesinaron a su madre. Sentía frío. De repente una sombra pasaba por su lado susurrándole: “Estás muerta…”. Esa sombra se alejaba de ella y sin darle tiempo a reaccionar, le disparaba, de nuevo en el pecho, dejándola sin aire. Sin embargo, esta vez ella no estaba sola en aquél oscuro y frío callejón. Esta vez Castle estaba a su lado y él se interponía entre la bala y ella, siendo él el que recibía el disparo y caía al suelo.
Se había despertado empapada de sudor, temblando. Más incluso que las anteriores veces que la pesadilla la había despertado. Suspiró profundamente y contempló la habitación del hospital. Allí se encontraba a salvo. Pero… ¿y si Castle estaba en peligro? ¿Cómo lo iba a proteger ella? Necesitaba salir de allí, pero le dolía el pecho de nuevo. Su respiración volvía a estar acelerada, al igual que su pulso. Cerró los ojos y trató de respirar hondo y despacio para calmarse.
Y... hasta aquí por hoy!
Espero que os siga gustando la historia!
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“Creo que te equivocas Will”. Castle se separó ligeramente de aquel hombre, sentado aún en la mesa de interrogatorios. “Esta vez la policía sí que puede ayudarte”. Observó cómo Davidson dejaba de mirarle y centraba su mirada en la pared. “Tengo una teoría. Te enteraste, no sé cómo ni por qué, de lo que tres compañeros de la policía Montgomery, Raglan y McCallister se traían entre manos. Así llegaste a saber que el, ahora, senador Bracken había financiado su campaña política con el dinero a cambio del cual él mantendría su boca callada. Ellos te descubrieron a ti pero no lograron acabar contigo. Entonces decidieron chantajearte y pagarte de alguna forma para que acabaras con el capitán Montgomery y la inspectora Beckett. Ahora dime, ¿qué te dan a cambio de tu silencio y tus matanzas? ¿Dinero?”. Castle lo miraba serio, fijando su mirada en la de él. Rió irónicamente. “No, no creo que sea por dinero”. Entonces se acordó de algo que había leído en la pizarra donde tenían expuesto el caso. “¿Están pagando ellos el tratamiento de tu hija? He leído que tiene una enfermedad… rara y muy costosa…”. Lo miró atentamente y vio como apretaba los puños y cerraba los ojos. Había dado en el clavo.
“¡No puedo decirte nada, joder! Si abro la puta boca, mi hija morirá, y mi mujer, y yo… también…”. Bajó la cabeza abatido.
Castle suspiró apretando los labios. No sabía muy bien qué tenía que hacer. “Dime qué es lo que están buscando. Dime dónde está la prueba definitiva para meterlos a todos en la cárcel. No te caerán muchos cargos a pesar de lo que has hecho. Alegaremos que fue todo un chantaje. Te indemnizarán y con ese dinero podrás seguir pagando el tratamiento de tu hija, e incluso la operación que necesita. Si no es suficiente, yo pondré el resto. Pero por favor William… Dime lo que necesito saber. ¡Ayúdame a encerrar a esos hijos de puta!”.
“No sé dónde está la prueba… sólo sé que es una cinta… Les he oído hablar de ella en alguna ocasión. Creo que la tenía alguien a quien mataron, pero jamás la encontraron”. Bajó la cabeza con lágrimas. “Mi familia necesita protección”. Levantó la cabeza para mirar a Castle.
“No te preocupes, de eso me encargo yo ahora. Iré a hablar con los detectives. Pero antes, aclárame una cosa. ¿Qué clase de cinta es? ¿Qué tiene? ¿Por qué no la encontraron?”.
“No lo sé. Es una grabación creo. Por lo que pude oír, registraron las casas de todos los abogados en busca de la maldita cinta y no la encontraron. Pero…”. Se quedó callado unos segundos, tratando de recordar la conversación que había escuchado. “La última casa no la pudieron registrar porque la persona a la que mataron, no vivía sola”. Miró a Castle con cierta esperanza.
“Gracias Davidson. Creo que me acabas de dar la pista de todo esto”. Se levantó y soltó los pies de aquel hombre, dejando libre también una de sus muñecas. “Siento mucho los puñetazos y lo de la cicatriz… Se me fue de las manos… Pero la persona a la que más he querido, y quiero, está en peligro. Me entiendes, ¿verdad?”. William asintió y tras aquello Castle salió de la sala de interrogatorios.
Mientras tanto, en la habitación del hospital, Jim dormía como podía en aquella butaca. Había pasado un buen rato controlando que el sueño de su hija fuera tranquilo y al final el cansancio pudo con él y cayó rendido.
Kate llevaba un rato despierta. Una pesadilla la había despertado. La misma que tenía desde que la dispararon y la alcanzaron. Soñaba que estaba sola, en un callejón oscuro muy similar al que callejón en el que asesinaron a su madre. Sentía frío. De repente una sombra pasaba por su lado susurrándole: “Estás muerta…”. Esa sombra se alejaba de ella y sin darle tiempo a reaccionar, le disparaba, de nuevo en el pecho, dejándola sin aire. Sin embargo, esta vez ella no estaba sola en aquél oscuro y frío callejón. Esta vez Castle estaba a su lado y él se interponía entre la bala y ella, siendo él el que recibía el disparo y caía al suelo.
Se había despertado empapada de sudor, temblando. Más incluso que las anteriores veces que la pesadilla la había despertado. Suspiró profundamente y contempló la habitación del hospital. Allí se encontraba a salvo. Pero… ¿y si Castle estaba en peligro? ¿Cómo lo iba a proteger ella? Necesitaba salir de allí, pero le dolía el pecho de nuevo. Su respiración volvía a estar acelerada, al igual que su pulso. Cerró los ojos y trató de respirar hondo y despacio para calmarse.
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livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Genial la historia, se me ha puesto el vello de punta con la escena del interrogatorio. No me quiero ni imaginar lo que deben estar pasando por un lado Castle y por otro Will, que te amenacen con hacerle daño a tu familia debe ser horrible...
Sigue así
Sigue así
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días!
Vuelvo con otro trocito. Pronto podremos ver más Caskett, lo prometo!
¡Sigamos!
Gracias de nuevo por vuestras visitas y más aún por los comentarios!
Un rato después, más tranquila se incorporó en la cama, sentándose en el borde y dejando que sus piernas colgaran, aunque prácticamente tocaba el suelo. Miró a su padre y comprobó que dormía profundamente. Echó un vistazo rápido a las cosas que había en la habitación. Buscaba su móvil. Pero no lo encontró. Supuso que estaría guardado en el armario, junto con su ropa. Se levantó despacio calzándose con unas zapatillas que le había llevado su padre. Se agarró a la cama. Se sentía un poco débil, pero quería buscar el teléfono. Se acercó al armario, suavemente, sin querer despertar a su padre. Buscó en una bolsa del hospital y allí encontró su móvil. Lo cogió y fue directa al baño, dispuesta a llamar a Castle. Necesitaba tanto oír su voz y saber que estaba bien que no pensó en que quizás le despertaba.
Mientras tanto, Castle había salido de la sala de interrogatorios con una única idea en su cabeza. Se dirigió rápidamente donde Ryan y Espo, pero no los encontró en sus mesas. Cuando sacó el móvil para llamarlos, los vio salir de la sala contigua a la de interrogatorios. Frunció el ceño. ¿Le habían estado viendo mientras hablaba con William? Se acercó a ellos rápido y agarrándolos del brazo los metió en la sala del café. Cerró las puertas y los miró con cierto enfado.
“¿Habéis estado mirando?”. Señaló hacia la sala por la que los detectives habían salido.
“Sólo el final. Cuando te… disculpabas…”. Contó Ryan. Castle miró a Espo que asintió corroborando lo que su compañero acababa de decir.
“Bien”. Continuó Castle suspirando aliviado. “Hace quince años, en los asesinatos como el de la madre de Beckett, ¿quién fue el último en ser atacado?”. Los miró fijamente. Sabía la respuesta, pero quería estar seguro.
“Johanna…”. Contestó Espo mirándolo sin comprender. “¿Por qué?”.
Castle soltó el aire lentamente sonriendo. “¿Dónde están los efectos personales de la madre de Beckett? ¿Los tiene ella?”. Ambos detectives asintieron y el escritor respiró aliviado. Castle comenzó a hablar en voz alta, para él sólo. Simplemente estaba tratando de aclarar cuál sería su siguiente paso. No hablaba para sus compañeros, lo hacía para él mismo, poniendo en su boca, sus pensamientos.“Bien entonces… tengo que hablar con ella. O ir a su casa y mirar yo solo. No… Se enfadaría y eso no puedo permitírmelo ahora”. Caminó hacia la mesa de Beckett sacando el móvil mirando la hora. Las 3 de la madrugada… Suspiró, Kate estaría durmiendo y ella necesitaba descansar, no podía llamarla.
“Ryan, ¿tú entiendes algo de lo que está diciendo?”. Se acercó Espo a su compañero mientras ambos seguían y miraban a Richard sin entender ni una palabra.
“Nada de nada compañero”. Se miraron torciendo la boca en una mueca.
“Ya, yo tampoco”. Espo alzó una ceja mirando a Castle y se acercó a él, que tenía el teléfono en la mano, desbloqueado, sin realizar ninguna acción con él. Simplemente miraba la pantalla, pensativo. “¿Vas a llamar a alguien?”. Parecía no oírle. Se acercó a su oído aguantando la risa y susurró tratando de imitar la voz de una mujer. “Richard Castle… ¿me escuchas o te ha comido la lengua un gatito?”.
Castle dio un brinco y los miró con cierta cara de enfado. “¡Eh! ¿Queréis dejar de burlaros de mí? Estoy tratando de resolver todo esto…”. Se sentó en su silla junto a la mesa de la inspectora. “Ponedle protección a la familia de Davidson y tomaros esto en serio, por favor”. Los miró a los dos abatido.
“Lo siento. Sólo estaba intentando animarte un poco”. Espo apretó el hombro de Castle con comprensión. “Tranquilo, ahora mismo les ponemos protección”. Corrió a su mesa para efectuar las llamadas pertinentes y poner vigilancia y protección a los Davidson.
Castle volvió a fijar su vista en la pizarra. Justo en ese instante, su móvil comenzó a sonar. En la pantalla se leía: Beckett y lo acompañaba una foto de la inspectora que había salido en una revista cuando la entrevistaron a cerca de las novelas de Nikki Heat. Sonrió ligeramente cuando vio de quién se trataba, pero unos segundos después dejó de sonreír pensando que a lo mejor se encontraba peor y por eso le llamaba.
Se apresuró a responder la llamada mientras se levantaba y se alejaba de Espo y Ryan. “¡Kate! ¿Pasa algo? ¿Cómo estás?”. En su voz se notaba la gran preocupación que sentía por ella.
“Tranquilo, no pasa nada, estoy bien”. Sonrió mordiéndose el labio suavemente. Le encantaba que se preocupase por ella. Nunca le había gustado que la gente lo hiciera, pero como con todo, con él era distinto. “Sólo… necesitaba oírte, saber si tú estás bien…”. Susurró. No quería despertar a su padre, aunque había cerrado la puerta del baño.
Castle sonrió suspirando aliviado. “Estoy bien. Algo cansado, pero bien”. Había salido de la comisaría y estaba en la calle, caminando, sin rumbo fijo.
“¡Uy, perdona! ¿Te he despertado? Lo siento… Es tardísimo, no me había dado cuenta…”.
“¡No, no! No me has despertado, tranquila”. Se calló dudando si decirle que salía ahora de comisaría. Finalmente, optó por ocultarlo, pero la inspectora le notó algo raro.
“Rick, ¿va todo bien?”. Beckett se había sentado en un pequeño taburete blanco que había en el baño. Frunció el ceño mirándose en el espejo. Tenía un aspecto bastante penoso: ojeras, el pelo desaliñado, sin maquillaje, un poco pálida y con una pequeña venda en la cabeza. Suspiró sin que el escritor lo oyera.
“Va todo bien cariño. Acabo de salir de comisaría y… creo que tengo un buen hilo del que tirar para seguir investigando y acabar con todo”. Decidió contárselo, era absurdo ocultarle nada. Ella lo descubriría. Pero se apresuró a continuar hablando antes de que ella pudiera decir nada. “No te preocupes por mí, no es nada peligroso y no pienso hacerlo ahora. Estoy demasiado cansado. No me concentraría. Además, creo que voy a necesitar tu ayuda”. Sonrió mientras se sentaba en un banco. Caminando había llegado a un pequeño parque. Hacía algo de frío y eso añadido al cansancio, le hacían tiritar ligeramente.
“¿Una pista? ¡Castle, no me puedes soltar eso y después no contarme de qué se trata!”. Kate se había puesto nerviosa. Tenía miedo de que le hicieran algo a él y a la vez necesitaba solucionar y acabar de una vez por todas con aquel caso. Por ella, pero sobre todo, por su madre y por la gente a la que quería.
“No pienso hablar de esto por teléfono y tampoco ahora. Tienes que descansar. En un par de días, cuando estés mejor, te lo cuento todo, te lo prometo”. Decidió levantarse e irse a casa. Tenía que dormir para ir a primera hora de la mañana a sustituir a Jim.
Kate no dijo nada. Él tenía razón aunque no quisiera reconocerlo. Apoyó la espalda en la helada pared y soltó el aire despacio.
Quedaron en verse mañana temprano. Ambos necesitaban descansar. Richard se fue a su casa, se dio una ducha caliente y se metió en la cama tras comprobar que su hija estuviera dormida y bien. Beckett salió del bañó y se encaminó a la ventana de la habitación. La abrió ligeramente dejando que el aire golpease su piel. Cerró los ojos y lo disfrutó durante un par de minutos. Después, cerró de nuevo la ventana, corrió las cortinas y se metió en la cama. Sabía que no podría dormirse así que se tomó la pastilla que el médico le había dejado por si eso le ocurría. Cerró los ojos y al cabo de una media hora, estaba dormida.
A ver si hoy puedo volver a actualizar.
Vuelvo con otro trocito. Pronto podremos ver más Caskett, lo prometo!
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Un rato después, más tranquila se incorporó en la cama, sentándose en el borde y dejando que sus piernas colgaran, aunque prácticamente tocaba el suelo. Miró a su padre y comprobó que dormía profundamente. Echó un vistazo rápido a las cosas que había en la habitación. Buscaba su móvil. Pero no lo encontró. Supuso que estaría guardado en el armario, junto con su ropa. Se levantó despacio calzándose con unas zapatillas que le había llevado su padre. Se agarró a la cama. Se sentía un poco débil, pero quería buscar el teléfono. Se acercó al armario, suavemente, sin querer despertar a su padre. Buscó en una bolsa del hospital y allí encontró su móvil. Lo cogió y fue directa al baño, dispuesta a llamar a Castle. Necesitaba tanto oír su voz y saber que estaba bien que no pensó en que quizás le despertaba.
Mientras tanto, Castle había salido de la sala de interrogatorios con una única idea en su cabeza. Se dirigió rápidamente donde Ryan y Espo, pero no los encontró en sus mesas. Cuando sacó el móvil para llamarlos, los vio salir de la sala contigua a la de interrogatorios. Frunció el ceño. ¿Le habían estado viendo mientras hablaba con William? Se acercó a ellos rápido y agarrándolos del brazo los metió en la sala del café. Cerró las puertas y los miró con cierto enfado.
“¿Habéis estado mirando?”. Señaló hacia la sala por la que los detectives habían salido.
“Sólo el final. Cuando te… disculpabas…”. Contó Ryan. Castle miró a Espo que asintió corroborando lo que su compañero acababa de decir.
“Bien”. Continuó Castle suspirando aliviado. “Hace quince años, en los asesinatos como el de la madre de Beckett, ¿quién fue el último en ser atacado?”. Los miró fijamente. Sabía la respuesta, pero quería estar seguro.
“Johanna…”. Contestó Espo mirándolo sin comprender. “¿Por qué?”.
Castle soltó el aire lentamente sonriendo. “¿Dónde están los efectos personales de la madre de Beckett? ¿Los tiene ella?”. Ambos detectives asintieron y el escritor respiró aliviado. Castle comenzó a hablar en voz alta, para él sólo. Simplemente estaba tratando de aclarar cuál sería su siguiente paso. No hablaba para sus compañeros, lo hacía para él mismo, poniendo en su boca, sus pensamientos.“Bien entonces… tengo que hablar con ella. O ir a su casa y mirar yo solo. No… Se enfadaría y eso no puedo permitírmelo ahora”. Caminó hacia la mesa de Beckett sacando el móvil mirando la hora. Las 3 de la madrugada… Suspiró, Kate estaría durmiendo y ella necesitaba descansar, no podía llamarla.
“Ryan, ¿tú entiendes algo de lo que está diciendo?”. Se acercó Espo a su compañero mientras ambos seguían y miraban a Richard sin entender ni una palabra.
“Nada de nada compañero”. Se miraron torciendo la boca en una mueca.
“Ya, yo tampoco”. Espo alzó una ceja mirando a Castle y se acercó a él, que tenía el teléfono en la mano, desbloqueado, sin realizar ninguna acción con él. Simplemente miraba la pantalla, pensativo. “¿Vas a llamar a alguien?”. Parecía no oírle. Se acercó a su oído aguantando la risa y susurró tratando de imitar la voz de una mujer. “Richard Castle… ¿me escuchas o te ha comido la lengua un gatito?”.
Castle dio un brinco y los miró con cierta cara de enfado. “¡Eh! ¿Queréis dejar de burlaros de mí? Estoy tratando de resolver todo esto…”. Se sentó en su silla junto a la mesa de la inspectora. “Ponedle protección a la familia de Davidson y tomaros esto en serio, por favor”. Los miró a los dos abatido.
“Lo siento. Sólo estaba intentando animarte un poco”. Espo apretó el hombro de Castle con comprensión. “Tranquilo, ahora mismo les ponemos protección”. Corrió a su mesa para efectuar las llamadas pertinentes y poner vigilancia y protección a los Davidson.
Castle volvió a fijar su vista en la pizarra. Justo en ese instante, su móvil comenzó a sonar. En la pantalla se leía: Beckett y lo acompañaba una foto de la inspectora que había salido en una revista cuando la entrevistaron a cerca de las novelas de Nikki Heat. Sonrió ligeramente cuando vio de quién se trataba, pero unos segundos después dejó de sonreír pensando que a lo mejor se encontraba peor y por eso le llamaba.
Se apresuró a responder la llamada mientras se levantaba y se alejaba de Espo y Ryan. “¡Kate! ¿Pasa algo? ¿Cómo estás?”. En su voz se notaba la gran preocupación que sentía por ella.
“Tranquilo, no pasa nada, estoy bien”. Sonrió mordiéndose el labio suavemente. Le encantaba que se preocupase por ella. Nunca le había gustado que la gente lo hiciera, pero como con todo, con él era distinto. “Sólo… necesitaba oírte, saber si tú estás bien…”. Susurró. No quería despertar a su padre, aunque había cerrado la puerta del baño.
Castle sonrió suspirando aliviado. “Estoy bien. Algo cansado, pero bien”. Había salido de la comisaría y estaba en la calle, caminando, sin rumbo fijo.
“¡Uy, perdona! ¿Te he despertado? Lo siento… Es tardísimo, no me había dado cuenta…”.
“¡No, no! No me has despertado, tranquila”. Se calló dudando si decirle que salía ahora de comisaría. Finalmente, optó por ocultarlo, pero la inspectora le notó algo raro.
“Rick, ¿va todo bien?”. Beckett se había sentado en un pequeño taburete blanco que había en el baño. Frunció el ceño mirándose en el espejo. Tenía un aspecto bastante penoso: ojeras, el pelo desaliñado, sin maquillaje, un poco pálida y con una pequeña venda en la cabeza. Suspiró sin que el escritor lo oyera.
“Va todo bien cariño. Acabo de salir de comisaría y… creo que tengo un buen hilo del que tirar para seguir investigando y acabar con todo”. Decidió contárselo, era absurdo ocultarle nada. Ella lo descubriría. Pero se apresuró a continuar hablando antes de que ella pudiera decir nada. “No te preocupes por mí, no es nada peligroso y no pienso hacerlo ahora. Estoy demasiado cansado. No me concentraría. Además, creo que voy a necesitar tu ayuda”. Sonrió mientras se sentaba en un banco. Caminando había llegado a un pequeño parque. Hacía algo de frío y eso añadido al cansancio, le hacían tiritar ligeramente.
“¿Una pista? ¡Castle, no me puedes soltar eso y después no contarme de qué se trata!”. Kate se había puesto nerviosa. Tenía miedo de que le hicieran algo a él y a la vez necesitaba solucionar y acabar de una vez por todas con aquel caso. Por ella, pero sobre todo, por su madre y por la gente a la que quería.
“No pienso hablar de esto por teléfono y tampoco ahora. Tienes que descansar. En un par de días, cuando estés mejor, te lo cuento todo, te lo prometo”. Decidió levantarse e irse a casa. Tenía que dormir para ir a primera hora de la mañana a sustituir a Jim.
Kate no dijo nada. Él tenía razón aunque no quisiera reconocerlo. Apoyó la espalda en la helada pared y soltó el aire despacio.
Quedaron en verse mañana temprano. Ambos necesitaban descansar. Richard se fue a su casa, se dio una ducha caliente y se metió en la cama tras comprobar que su hija estuviera dormida y bien. Beckett salió del bañó y se encaminó a la ventana de la habitación. La abrió ligeramente dejando que el aire golpease su piel. Cerró los ojos y lo disfrutó durante un par de minutos. Después, cerró de nuevo la ventana, corrió las cortinas y se metió en la cama. Sabía que no podría dormirse así que se tomó la pastilla que el médico le había dejado por si eso le ocurría. Cerró los ojos y al cabo de una media hora, estaba dormida.
A ver si hoy puedo volver a actualizar.
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Estoy de vuelta! Con el frío que hace en la calle no hay nada mejor que estar en casa, calentita... jajaja Viendo nevar por la ventana!
Seguimos. Este es algo cortito, pero os dejará intrigadas!
Eran las siete y media de la mañana cuando el despertador sonó. No llevaba más que cuatro horas en la cama y además, no había descansado en condiciones. Abrió los ojos con pesadez y apagó el despertador. Miró hacia la ventana. Las cortinas estaba corridas pero entraba bastante luz. Se frotó los ojos, dio un brinco y corrió a meterse en la ducha. Tenía que arreglarse y desayunar algo antes de ir al hospital.
En el hospital, Jim llevaba un buen rato despierto. Tan sólo había dormido un par de horas, o tal vez tres. No estaba seguro. Simplemente sabía que estaba agotado y que le dolía todo el cuerpo de dormir en aquella incomodísima postura. Se incorporó estirándose tratando de desentumecer sus músculos. Miró a su hija quien dormía y parecía tener una pequeña sonrisa en los labios. Se acordó de su fallecida esposa y suspiró sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas. Aquel suceso había cambiado tanto sus vidas… Él la echaba demasiado de menos, pero tenía que ser fuerte y no volver a caer en el alcohol. Debía hacerlo por su hija. Y Katie… ella había cambiado totalmente de carrera para tratar de encontrar al causante del dolor que ambos sentían desde hacía tantos años. Y, a pesar de ser de las mejores, no lo había conseguido… Su vida corría peligro y el poco podía hacer para protegerla. Paró sus pensamientos cuando notó como el cuerpo de la inspectora se movía y se estiraba. Parecía que se empezaba a despertar.
“Mmm…”. Kate se estiró con cierta dificultad. Le dolía la espalda y la cabeza. Acercó una mano a su cabeza para tocarse la zona de la herida a ver si de aquella manera le dejaba de molestar. Pero no lo consiguió. Fue abriendo lentamente los ojos hasta acostumbrarse a la luz. Su padre se había levantado y había descorrido una de las cortinas por la que empezaba a entrar un rayo de sol. “Buenos días papá..”. Susurró al verlo junto a ella. “¿Has podido descansar algo?”. Entrecerró un ojo observando a su progenitor. Tenía unas profundas ojeras.
“Unas tres horas o así.” Jim le dedicó una sonrisa. No valía la pena mentirle.
“Lo siento… tendrías que haberte ido a casa…”. Kate bajó la cabeza y respiró hondo. Miró el reloj de su padre que siempre llevaba en su muñeca izquierda. Eran las ocho menos cuarto de la mañana. “¿Por qué no te vas yendo a casa? Castle vendrá enseguida, no estaré sola. Y seguro que en una hora el doctor vendrá a hacerme esas pruebas y probablemente para la tarde me haya podido ir a casa”. Trató de convencerlo. Pero sabía que era tan cabezota como lo era ella.
“¡Ni hablar! Me iré cuando vea que no estás sola”. Le besó el pelo en el lado opuesto al que tenía la cicatriz. “Y no sigas intentando convencerme”. Le amenazó con un dedo mientras sonreía. Beckett sonrió ante aquello y asintió dándose por vencida. “¿Cómo estás tú? ¿Has podido dormir?”.
“Sí, he dormido alguna horita. Y me siento mejor”. Le sonrió aunque omitió el hecho de que la herida de la cabeza le tiraba. No quería preocupar en vano a su padre. Bastante tenía ya el hombre… “¿Por qué no bajas a por un café y me traes algo a mi también? Tardarán en traerme el desayuno y ¡me muero de hambre!”. Su padre aceptó y salió de allí en dirección a la cafetería.
De repente, se oyeron unos golpes en la puerta. Alguien pedía permiso para entrar. Kate sonrió deseando ver a Castle y miró rápidamente a la puerta, quedándose asombrada al ver de quién se trataba.
“¿Qué haces tú aquí?”. Se sentó en la cama mirando a aquella persona con el ceño fruncido.
Tatatachán! ¿Quién creéis que será? ¿Correrá peligro de nuevo Kate?
Va, se admiten apuestas!
Seguimos. Este es algo cortito, pero os dejará intrigadas!
Eran las siete y media de la mañana cuando el despertador sonó. No llevaba más que cuatro horas en la cama y además, no había descansado en condiciones. Abrió los ojos con pesadez y apagó el despertador. Miró hacia la ventana. Las cortinas estaba corridas pero entraba bastante luz. Se frotó los ojos, dio un brinco y corrió a meterse en la ducha. Tenía que arreglarse y desayunar algo antes de ir al hospital.
En el hospital, Jim llevaba un buen rato despierto. Tan sólo había dormido un par de horas, o tal vez tres. No estaba seguro. Simplemente sabía que estaba agotado y que le dolía todo el cuerpo de dormir en aquella incomodísima postura. Se incorporó estirándose tratando de desentumecer sus músculos. Miró a su hija quien dormía y parecía tener una pequeña sonrisa en los labios. Se acordó de su fallecida esposa y suspiró sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas. Aquel suceso había cambiado tanto sus vidas… Él la echaba demasiado de menos, pero tenía que ser fuerte y no volver a caer en el alcohol. Debía hacerlo por su hija. Y Katie… ella había cambiado totalmente de carrera para tratar de encontrar al causante del dolor que ambos sentían desde hacía tantos años. Y, a pesar de ser de las mejores, no lo había conseguido… Su vida corría peligro y el poco podía hacer para protegerla. Paró sus pensamientos cuando notó como el cuerpo de la inspectora se movía y se estiraba. Parecía que se empezaba a despertar.
“Mmm…”. Kate se estiró con cierta dificultad. Le dolía la espalda y la cabeza. Acercó una mano a su cabeza para tocarse la zona de la herida a ver si de aquella manera le dejaba de molestar. Pero no lo consiguió. Fue abriendo lentamente los ojos hasta acostumbrarse a la luz. Su padre se había levantado y había descorrido una de las cortinas por la que empezaba a entrar un rayo de sol. “Buenos días papá..”. Susurró al verlo junto a ella. “¿Has podido descansar algo?”. Entrecerró un ojo observando a su progenitor. Tenía unas profundas ojeras.
“Unas tres horas o así.” Jim le dedicó una sonrisa. No valía la pena mentirle.
“Lo siento… tendrías que haberte ido a casa…”. Kate bajó la cabeza y respiró hondo. Miró el reloj de su padre que siempre llevaba en su muñeca izquierda. Eran las ocho menos cuarto de la mañana. “¿Por qué no te vas yendo a casa? Castle vendrá enseguida, no estaré sola. Y seguro que en una hora el doctor vendrá a hacerme esas pruebas y probablemente para la tarde me haya podido ir a casa”. Trató de convencerlo. Pero sabía que era tan cabezota como lo era ella.
“¡Ni hablar! Me iré cuando vea que no estás sola”. Le besó el pelo en el lado opuesto al que tenía la cicatriz. “Y no sigas intentando convencerme”. Le amenazó con un dedo mientras sonreía. Beckett sonrió ante aquello y asintió dándose por vencida. “¿Cómo estás tú? ¿Has podido dormir?”.
“Sí, he dormido alguna horita. Y me siento mejor”. Le sonrió aunque omitió el hecho de que la herida de la cabeza le tiraba. No quería preocupar en vano a su padre. Bastante tenía ya el hombre… “¿Por qué no bajas a por un café y me traes algo a mi también? Tardarán en traerme el desayuno y ¡me muero de hambre!”. Su padre aceptó y salió de allí en dirección a la cafetería.
De repente, se oyeron unos golpes en la puerta. Alguien pedía permiso para entrar. Kate sonrió deseando ver a Castle y miró rápidamente a la puerta, quedándose asombrada al ver de quién se trataba.
“¿Qué haces tú aquí?”. Se sentó en la cama mirando a aquella persona con el ceño fruncido.
Tatatachán! ¿Quién creéis que será? ¿Correrá peligro de nuevo Kate?
Va, se admiten apuestas!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Jajsbshdbdjdndjdnsj Sígueee
Mmm quien será... Un ex? JOSH :o °~°
Mmm quien será... Un ex? JOSH :o °~°
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Qué intriga! Por cierto, muy buen detalle lo de "gatito", xD
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Yo creo que será Josh o Bracken
continuaaa
continuaaa
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
Hola me he leído tu historia de un tirón y me ha encantado pero sigue no me deces con la duda sigueeeee que te esta quedando genial
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola!
Estoy de vuelta... jijijiji.
Muchas gracias por seguir leyéndome! Continuamos. Prometo que el próximo cap tendrá más Caskett..!!
Creo que... os sorprenderá lo que va a pasar! :o
Quiero dar la bienvenida a love.C.and.B.mabel12 !! Gracias por unirte!
Y a las demás, mil gracias siempre por leer y comentar!
Sigamos!
“Me he enterado de que estabas aquí y venía a verte, a ver cómo estás…”. Cerró la puerta tras de sí.
“Me refería a qué haces en Nueva York. Te habías ido a… África a ayudar allí, ¿no Josh?”. La inspectora lo miró seria, sin moverse. “O al menos eso fue lo que me dijiste, después de que me dispararan”. No le guardaba rencor. Aquella relación no habría durado mucho más, y ambos lo sabían. Pero no le hacía mucha gracia volver a verlo, y menos en las condiciones en las que ella se encontraba actualmente. Automáticamente pensó en Castle y disimuló una pequeña sonrisa que inmediatamente hizo amago de instalarse en sus labios. Su relación con el escritor sí que era lo que ella siempre había querido.
“Estuve un mes y medio. He vuelto hace cosa de quince días”. Caminó hacia la cama donde se encontraba su ex y se quedó a una distancia prudente. “La verdad es que aquello no es para mí. Echaba de menos la ciudad, y te echaba de menos a ti”. Reconoció el médico mirándola a los ojos con sinceridad.
“La idea de romper… fue de los dos. Tú… querías probar África y yo…”. Bajó la mirada mordiéndose el labio. Cogió aire y volvió a enfrentarse con su mirada. “Yo no estaba tan enamorada como pensaba. Y lo sabes”. Acabó aquella frase, susurrando. “Lo siento”.
“Ya… No te preocupes. El que lo siente soy yo. Estás aquí ingresada y vengo yo a calentarte la cabeza y a hablarte de tonterías. En fin, ¿cómo estás? ¿Te recuperaste bien del disparo?”. La miró con una pequeña sonrisa, pero en sus ojos se notaba cierta tristeza. Sin embargo, Kate no se ablandó. No quería herirle, pero tampoco engañarle. Con él nunca habría podido tener un futuro.
“En cuanto pude volver a entrenar, recuperé mi tono muscular y me volví a poner al día en la comisaría”. Miró el reloj de su muñeca. Castle tendría que estar al caer, y su padre también. Josh se dio cuenta de aquel gesto.
“Bueno, no quiero molestarte más. Si alguna vez necesitas algo, ya sabes dónde estoy”. Se acercó más a ella y le dio un beso en la mejilla. Kate se quedó quieta, sin querer incrementar el contacto y tampoco alejarse. “Hasta otra”.
“Gracias”. Beckett le siguió con la mirada.
El médico se encaminó a la puerta y cuando la abrió se quedó quieto. Los dos guardas de seguridad no estaban junto a la puerta y un hombre alto, corpulento y vestido de médico estaba en la puerta a punto de entrar. Josh lo miró durante unos segundos. Él conocía a todos los médicos que trabajaban allí y aquel tipo no le sonaba para nada. Supuso que sería un nuevo médico y que por eso no lo conocía. Lo saludó y salió de la habitación dejando a aquel tipo a solas con Beckett.
Cuando tomó el pasillo contiguo al de la habitación de Kate, pasó de largo tres puertas de habitaciones y entró en la cuarta. Era una sala en la que los médicos solían descansar cuando tenían una guardia o iban a tomarse un café tranquilo. Allí vio a los dos guardas de seguridad tirados en el suelo, inconscientes. Se agachó y comprobó que tuvieran pulso. Avisó a un compañero para que los atendieran y corrió de vuelta a la habitación de Beckett.
Mientras Josh salía y caminaba por el otro pasillo, Castle había llegado al hospital y subido a la planta de la habitación de la inspectora. Llevaba dos café y un par de bollos, para ella y para Jim. Al llegar a la puerta y no ver a los guardas, se temió lo peor. Soltó la bolsa con lo que llevaba y abrió la puerta de golpe gritando su nombre. “¡¡Kate!!”.
Cuando entró, vio a Beckett tratando de forcejear para que aquel hombre vestido de médico no lograse atarla a la cama para inyectarle algo. La inspectora, al escuchar el grito y ver que el hombre se asustaba y la aflojaba, le dio una patada en el estómago tumbándolo en el suelo. Después se levantó todo lo rápido que pudo y corrió hacia donde Castle, quien la abrazó con fuerza sin quitarle el ojo al otro. El hombre, desde el suelo, sacó una pistola y los apuntó a los dos.
“¡Levantad las manos, los dos, ya!”. Ambos le hicieron caso. “Y acercaros a mí, muy lentamente… Nadie más tiene por qué salir herido, sólo te quieren a ti… ¡muerta!” No le quitaba el ojo a Kate, mirándola con un gesto que a Beckett se le antojó asqueroso. Él se levantó sin dejar de apuntarles con la pistola.
Escritor e inspectora, sin separarse entre ellos, dieron suaves pasos hacia delante. Castle miró a su derecha. Tenía el armario cerca y suponía que en él se encontraría la pistola de Beckett. Agarró con más fuerza a Kate guiándola muy suavemente hacia el armario, mientras seguían avanzando algún centímetro hacia el hombre. Beckett lo miró de reojo y enseguida entendió lo que pretendía. Le siguió los pasos y miró seriamente a aquel hombre.
“¿De verdad quieres matar a un policía? No sabes las consecuencias que eso tiene…”. Le retó con la mirada intentando distraerle para que Castle pudiera coger la pistola.
En un ágil movimiento, Castle cogió la pistola de Kate, la cargó y le apuntó directamente. El hombre se tensó y cambió el rumbo de su pistola, dirigiéndola ahora al escritor. Richard aprovechó aquello para empujar a Kate y tumbarla en el suelo, fuera del alcance de él. Cuando Castle se acercó más a aquel hombre, pistola en mano, ambos pensaron en lo mismo, en disparar. Y justo en el instante en el que Castle iba a hacerlo, entró Josh corriendo por la puerta de la habitación, gritando, sin percatarse de lo que allí ocurría.
Hubo unos segundos de caos en los que Beckett permanecía agachada en el suelo, Castle se giró a ver quién entraba y se extrañó mucho de ver al doctor allí, y el otro hombre que empuñaba la pistola se maldecía por dentro por tantas interrupciones. Le habían dicho que iba a ser un trabajo fácil acabar con aquella inspectora.
Giró su cuerpo y sus brazos dirigiendo la pistola ahora hacia Josh, que levantaba las manos sin saber qué tenía que hacer. El médico vio a Beckett en el suelo y fue a agacharse junto a ella cuando un oyó un estruendo y un fuerte dolor en el pecho lo hizo caerse al suelo. Se oyeron otros dos disparos más, pero Josh ya no veía nada. Estaba tirado en el suelo y todo para él, era oscuro.
Vuelvo pronto...!
Quiero saber vuestras opiniones, así que.. comentad!
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“Me refería a qué haces en Nueva York. Te habías ido a… África a ayudar allí, ¿no Josh?”. La inspectora lo miró seria, sin moverse. “O al menos eso fue lo que me dijiste, después de que me dispararan”. No le guardaba rencor. Aquella relación no habría durado mucho más, y ambos lo sabían. Pero no le hacía mucha gracia volver a verlo, y menos en las condiciones en las que ella se encontraba actualmente. Automáticamente pensó en Castle y disimuló una pequeña sonrisa que inmediatamente hizo amago de instalarse en sus labios. Su relación con el escritor sí que era lo que ella siempre había querido.
“Estuve un mes y medio. He vuelto hace cosa de quince días”. Caminó hacia la cama donde se encontraba su ex y se quedó a una distancia prudente. “La verdad es que aquello no es para mí. Echaba de menos la ciudad, y te echaba de menos a ti”. Reconoció el médico mirándola a los ojos con sinceridad.
“La idea de romper… fue de los dos. Tú… querías probar África y yo…”. Bajó la mirada mordiéndose el labio. Cogió aire y volvió a enfrentarse con su mirada. “Yo no estaba tan enamorada como pensaba. Y lo sabes”. Acabó aquella frase, susurrando. “Lo siento”.
“Ya… No te preocupes. El que lo siente soy yo. Estás aquí ingresada y vengo yo a calentarte la cabeza y a hablarte de tonterías. En fin, ¿cómo estás? ¿Te recuperaste bien del disparo?”. La miró con una pequeña sonrisa, pero en sus ojos se notaba cierta tristeza. Sin embargo, Kate no se ablandó. No quería herirle, pero tampoco engañarle. Con él nunca habría podido tener un futuro.
“En cuanto pude volver a entrenar, recuperé mi tono muscular y me volví a poner al día en la comisaría”. Miró el reloj de su muñeca. Castle tendría que estar al caer, y su padre también. Josh se dio cuenta de aquel gesto.
“Bueno, no quiero molestarte más. Si alguna vez necesitas algo, ya sabes dónde estoy”. Se acercó más a ella y le dio un beso en la mejilla. Kate se quedó quieta, sin querer incrementar el contacto y tampoco alejarse. “Hasta otra”.
“Gracias”. Beckett le siguió con la mirada.
El médico se encaminó a la puerta y cuando la abrió se quedó quieto. Los dos guardas de seguridad no estaban junto a la puerta y un hombre alto, corpulento y vestido de médico estaba en la puerta a punto de entrar. Josh lo miró durante unos segundos. Él conocía a todos los médicos que trabajaban allí y aquel tipo no le sonaba para nada. Supuso que sería un nuevo médico y que por eso no lo conocía. Lo saludó y salió de la habitación dejando a aquel tipo a solas con Beckett.
Cuando tomó el pasillo contiguo al de la habitación de Kate, pasó de largo tres puertas de habitaciones y entró en la cuarta. Era una sala en la que los médicos solían descansar cuando tenían una guardia o iban a tomarse un café tranquilo. Allí vio a los dos guardas de seguridad tirados en el suelo, inconscientes. Se agachó y comprobó que tuvieran pulso. Avisó a un compañero para que los atendieran y corrió de vuelta a la habitación de Beckett.
Mientras Josh salía y caminaba por el otro pasillo, Castle había llegado al hospital y subido a la planta de la habitación de la inspectora. Llevaba dos café y un par de bollos, para ella y para Jim. Al llegar a la puerta y no ver a los guardas, se temió lo peor. Soltó la bolsa con lo que llevaba y abrió la puerta de golpe gritando su nombre. “¡¡Kate!!”.
Cuando entró, vio a Beckett tratando de forcejear para que aquel hombre vestido de médico no lograse atarla a la cama para inyectarle algo. La inspectora, al escuchar el grito y ver que el hombre se asustaba y la aflojaba, le dio una patada en el estómago tumbándolo en el suelo. Después se levantó todo lo rápido que pudo y corrió hacia donde Castle, quien la abrazó con fuerza sin quitarle el ojo al otro. El hombre, desde el suelo, sacó una pistola y los apuntó a los dos.
“¡Levantad las manos, los dos, ya!”. Ambos le hicieron caso. “Y acercaros a mí, muy lentamente… Nadie más tiene por qué salir herido, sólo te quieren a ti… ¡muerta!” No le quitaba el ojo a Kate, mirándola con un gesto que a Beckett se le antojó asqueroso. Él se levantó sin dejar de apuntarles con la pistola.
Escritor e inspectora, sin separarse entre ellos, dieron suaves pasos hacia delante. Castle miró a su derecha. Tenía el armario cerca y suponía que en él se encontraría la pistola de Beckett. Agarró con más fuerza a Kate guiándola muy suavemente hacia el armario, mientras seguían avanzando algún centímetro hacia el hombre. Beckett lo miró de reojo y enseguida entendió lo que pretendía. Le siguió los pasos y miró seriamente a aquel hombre.
“¿De verdad quieres matar a un policía? No sabes las consecuencias que eso tiene…”. Le retó con la mirada intentando distraerle para que Castle pudiera coger la pistola.
En un ágil movimiento, Castle cogió la pistola de Kate, la cargó y le apuntó directamente. El hombre se tensó y cambió el rumbo de su pistola, dirigiéndola ahora al escritor. Richard aprovechó aquello para empujar a Kate y tumbarla en el suelo, fuera del alcance de él. Cuando Castle se acercó más a aquel hombre, pistola en mano, ambos pensaron en lo mismo, en disparar. Y justo en el instante en el que Castle iba a hacerlo, entró Josh corriendo por la puerta de la habitación, gritando, sin percatarse de lo que allí ocurría.
Hubo unos segundos de caos en los que Beckett permanecía agachada en el suelo, Castle se giró a ver quién entraba y se extrañó mucho de ver al doctor allí, y el otro hombre que empuñaba la pistola se maldecía por dentro por tantas interrupciones. Le habían dicho que iba a ser un trabajo fácil acabar con aquella inspectora.
Giró su cuerpo y sus brazos dirigiendo la pistola ahora hacia Josh, que levantaba las manos sin saber qué tenía que hacer. El médico vio a Beckett en el suelo y fue a agacharse junto a ella cuando un oyó un estruendo y un fuerte dolor en el pecho lo hizo caerse al suelo. Se oyeron otros dos disparos más, pero Josh ya no veía nada. Estaba tirado en el suelo y todo para él, era oscuro.
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livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡WUA-LA! ¡Toma ya! Espero que no le pase nada a Josh, me cae bien.
Muy bien escrita la escena, me has dejado la piel de gallina y sin aire durante unos segundos. Estoy deseando leer más!
Muy bien escrita la escena, me has dejado la piel de gallina y sin aire durante unos segundos. Estoy deseando leer más!
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
le has dado un final a este capitulo un poco raro no hay mucho caskett pero bueno me gusta escribes realmente bien sigueeee
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Josh nunca me cayó bien ¬¬ Pero todos merecen un final feliz no?
Sígueee me dejas con la intriga T.T
Sígueee me dejas con la intriga T.T
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
La verdad que Josh me cae muy mal, pero ahora me da penita sigueee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Página 3 de 38. • 1, 2, 3, 4 ... 20 ... 38
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