Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
Menos mal que le han dado a Josh y no a Castle, se que suena cruel pero es que Josh me cae fatal
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola!
¡Gracias por todos vuestros comentarios! Me animan a seguir escribiendo!
Traigo otro trocito! A algunas no os va a gustar mucho, pero... creo que la trama tenía que ser así...
No me matéis, ¿vale? Jajajaja
Prometo más Caskett!
Veamos cómo sigue esta pequeña historia.
De nuevo, gracias por vuestras visitas y por comentar.
Allí estaba ella, vistiéndose para el funeral de otra inocente víctima de aquel caso. Se miró al espejo. Le habían dado el alta hacía casi una semana, dos días después de volver a ver a su ex, por última vez. Sin embargo, había permanecido en el hospital alguna noche más, cuidando a una de las personas más importantes de su vida, al hombre de su vida. A pesar de que Castle había disparado, matando, al supuesto médico después de que éste matara a Josh de un solo balazo, él había alcanzado a Richard en un costado. Por suerte, la bala no había tocado ningún órgano vital y tras una pequeña operación, lograron sacarlo adelante. Kate había vuelto a sufrir otro ataque de ansiedad al ver a Rick tirado en el suelo, sangrando y con lágrimas en los ojos. Se había acercado a él pero no había podido reaccionar y tapar su herida. Sólo le había salido llorar, mirarle a los ojos y decirle que no se marchara, que ella le necesitaba, mientras su respiración se dificultaba cada vez más.
El equipo del hospital corrió a atender a Castle y a ella se la llevaron a otra habitación para tratar de estabilizarla. Cuando consiguieron que se calmara, le realizaron las pruebas pendientes para saber si el golpe que se había dado en la cabeza le había dejado alguna secuela. Afortunadamente, todo estaba bien. Así que en cuanto sacaron al escritor de quirófano, los pusieron en la misma habitación. Kate debía quedarse dos días más en observación y no lo haría si no era con él en la misma habitación. Permaneció a su lado, todo el tiempo, sin se pararse de él más que lo justo. Ni Jim, ni Martha, ni Alexis habían hecho algún comentario al respecto, pero los tres sabían que entre el escritor y la inspectora ocurría algo. Y evidentemente todos sospechaban que al fin estaban juntos.
Volvían a tener seguridad en la puerta. Esta vez, eran tres hombres los que custodiaban la habitación, y si Beckett tenía que ir a cafetería o a casa a por ropa, uno de ellos siempre iba con ella; a pesar de que la inspectora se había negado a que un hombre la vigilara y la acompañara a todo. La insistencia de su padre y de Castle cuando se despertó, la había acabado por convencer.
Alexis y Martha también habían estado todo el tiempo con su padre e hijo respectivamente. Se iban alternando yéndose de vez en cuando alguna a casa para descansar. También ellas tenían vigilancia, al igual que Jim.
Aquella noche, todos habían insistido en que Kate se fuera a casa a descansar. Llevaba días durmiendo en la butaca de aquella habitación y tenía mala cara. Necesitaba dormir a gusto, descansar en condiciones. Además, no estaba comiendo en condiciones. Así que Jim la acompañó a su casa y se quedó a dormir con ella. Mientras se vestía en su casa, no podía dejar de recordar aquella conversación que había tenido con Castle justo antes de irse del hospital. No habían hablado del caso hasta aquel día.
-RECORDANDO-
Kate llegaba a la habitación de Castle tras haber bajado a la cafetería a por un café. Le había dejado charlando con su hija. “Ya estoy aquí”. Sonreía al escritor y ampliaba su sonrisa al ver que estaban solos. Alexis debía de haberse ido a casa. Ella había pasado por los aseos y se había maquillado ligeramente tratando de ocultar su mala cara. La herida de la cabeza estaba prácticamente curada y no le había vuelto a dar ningún ataque de ansiedad. Sin embargo, había pasado unos días bastante triste y algo fría a causa de la muerte del médico. Se sentía culpable, pero al final Castle consiguió borrar aquella culpabilidad de su cabeza. “¿Me has echado de menos?”. Se sentó en el borde de la cama en el lado derecho, el opuesto al que él tenía la herida.
“Uhumm…” Asintió Castle mirándola a los ojos. “Un poquito”. Le sonrió ligeramente mientras cogía su mano y le dejaba tiernas caricias en ella. “¿Y tú a mí?”. Le besó la mano acariciándole los nudillos. En su cara se notaba un pequeño gesto de seriedad y preocupación. Kate no preguntó, simplemente se dedicó a demostrarle el amor que sentía por él.
“He de reconocer que, desde hace tiempo, cada vez que me he separado de ti te he echado de menos, pero siempre negaré haberlo dicho”. Le sacó la lengua de forma graciosa y después le robó un suave beso de sus labios sonriéndole con ternura. Después del miedo que ambos habían pasado, Beckett había decidido intentar no ocultarle nunca nada más a Richard. Dejaría que poco a poco su muro fuese derramándose del todo hasta poder mostrarle todos y cada uno de sus sentimientos, fuesen de alegría, miedo o tristeza.
“¿Sabes? Me encanta esta nueva faceta suya, inspectora”. Se quedaron mirando unos segundos, con profundidad, en silencio.
“Yo también estoy descubriendo una nueva Beckett”. Kate le acarició la mejilla con suavidad. “Y…”. Se mordió el labio haciendo una pequeña pausa, dirigiendo su mirada hacia la ventana de la habitación. Un par de segundos después, volvió a mirarle a él y se acercó lentamente a sus labios para susurrarle. “A mi también me gusta mi nuevo yo”. Terminó aquella frase atrapando sus labios en un beso cargado de amor y cariño.
Ambos cerraron los ojos para disfrutarlo aún más, y Castle la atrajo más a él agarrándola con cariño de la nuca. Se tuvieron que separar cuando les empezó a faltar el aire y se miraron con una sonrisa. Permanecieron en silencio un rato, observándose, dedicándose pequeñas caricias, perdiéndose en sus miradas, hasta que Castle bajó su mirada hacia sus manos que volvían a estar entrelazadas. Soltó el aire lentamente y levantó de nuevo la cabeza para mirarla a los ojos. Ella lo miraba atenta. Sabía que había algo que le preocupaba y quería saber qué era.
También prometo que no será nada malo!
Espero vuestros comentarios y opiniones...
¡Gracias por todos vuestros comentarios! Me animan a seguir escribiendo!
Traigo otro trocito! A algunas no os va a gustar mucho, pero... creo que la trama tenía que ser así...
No me matéis, ¿vale? Jajajaja
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De nuevo, gracias por vuestras visitas y por comentar.
Allí estaba ella, vistiéndose para el funeral de otra inocente víctima de aquel caso. Se miró al espejo. Le habían dado el alta hacía casi una semana, dos días después de volver a ver a su ex, por última vez. Sin embargo, había permanecido en el hospital alguna noche más, cuidando a una de las personas más importantes de su vida, al hombre de su vida. A pesar de que Castle había disparado, matando, al supuesto médico después de que éste matara a Josh de un solo balazo, él había alcanzado a Richard en un costado. Por suerte, la bala no había tocado ningún órgano vital y tras una pequeña operación, lograron sacarlo adelante. Kate había vuelto a sufrir otro ataque de ansiedad al ver a Rick tirado en el suelo, sangrando y con lágrimas en los ojos. Se había acercado a él pero no había podido reaccionar y tapar su herida. Sólo le había salido llorar, mirarle a los ojos y decirle que no se marchara, que ella le necesitaba, mientras su respiración se dificultaba cada vez más.
El equipo del hospital corrió a atender a Castle y a ella se la llevaron a otra habitación para tratar de estabilizarla. Cuando consiguieron que se calmara, le realizaron las pruebas pendientes para saber si el golpe que se había dado en la cabeza le había dejado alguna secuela. Afortunadamente, todo estaba bien. Así que en cuanto sacaron al escritor de quirófano, los pusieron en la misma habitación. Kate debía quedarse dos días más en observación y no lo haría si no era con él en la misma habitación. Permaneció a su lado, todo el tiempo, sin se pararse de él más que lo justo. Ni Jim, ni Martha, ni Alexis habían hecho algún comentario al respecto, pero los tres sabían que entre el escritor y la inspectora ocurría algo. Y evidentemente todos sospechaban que al fin estaban juntos.
Volvían a tener seguridad en la puerta. Esta vez, eran tres hombres los que custodiaban la habitación, y si Beckett tenía que ir a cafetería o a casa a por ropa, uno de ellos siempre iba con ella; a pesar de que la inspectora se había negado a que un hombre la vigilara y la acompañara a todo. La insistencia de su padre y de Castle cuando se despertó, la había acabado por convencer.
Alexis y Martha también habían estado todo el tiempo con su padre e hijo respectivamente. Se iban alternando yéndose de vez en cuando alguna a casa para descansar. También ellas tenían vigilancia, al igual que Jim.
Aquella noche, todos habían insistido en que Kate se fuera a casa a descansar. Llevaba días durmiendo en la butaca de aquella habitación y tenía mala cara. Necesitaba dormir a gusto, descansar en condiciones. Además, no estaba comiendo en condiciones. Así que Jim la acompañó a su casa y se quedó a dormir con ella. Mientras se vestía en su casa, no podía dejar de recordar aquella conversación que había tenido con Castle justo antes de irse del hospital. No habían hablado del caso hasta aquel día.
-RECORDANDO-
Kate llegaba a la habitación de Castle tras haber bajado a la cafetería a por un café. Le había dejado charlando con su hija. “Ya estoy aquí”. Sonreía al escritor y ampliaba su sonrisa al ver que estaban solos. Alexis debía de haberse ido a casa. Ella había pasado por los aseos y se había maquillado ligeramente tratando de ocultar su mala cara. La herida de la cabeza estaba prácticamente curada y no le había vuelto a dar ningún ataque de ansiedad. Sin embargo, había pasado unos días bastante triste y algo fría a causa de la muerte del médico. Se sentía culpable, pero al final Castle consiguió borrar aquella culpabilidad de su cabeza. “¿Me has echado de menos?”. Se sentó en el borde de la cama en el lado derecho, el opuesto al que él tenía la herida.
“Uhumm…” Asintió Castle mirándola a los ojos. “Un poquito”. Le sonrió ligeramente mientras cogía su mano y le dejaba tiernas caricias en ella. “¿Y tú a mí?”. Le besó la mano acariciándole los nudillos. En su cara se notaba un pequeño gesto de seriedad y preocupación. Kate no preguntó, simplemente se dedicó a demostrarle el amor que sentía por él.
“He de reconocer que, desde hace tiempo, cada vez que me he separado de ti te he echado de menos, pero siempre negaré haberlo dicho”. Le sacó la lengua de forma graciosa y después le robó un suave beso de sus labios sonriéndole con ternura. Después del miedo que ambos habían pasado, Beckett había decidido intentar no ocultarle nunca nada más a Richard. Dejaría que poco a poco su muro fuese derramándose del todo hasta poder mostrarle todos y cada uno de sus sentimientos, fuesen de alegría, miedo o tristeza.
“¿Sabes? Me encanta esta nueva faceta suya, inspectora”. Se quedaron mirando unos segundos, con profundidad, en silencio.
“Yo también estoy descubriendo una nueva Beckett”. Kate le acarició la mejilla con suavidad. “Y…”. Se mordió el labio haciendo una pequeña pausa, dirigiendo su mirada hacia la ventana de la habitación. Un par de segundos después, volvió a mirarle a él y se acercó lentamente a sus labios para susurrarle. “A mi también me gusta mi nuevo yo”. Terminó aquella frase atrapando sus labios en un beso cargado de amor y cariño.
Ambos cerraron los ojos para disfrutarlo aún más, y Castle la atrajo más a él agarrándola con cariño de la nuca. Se tuvieron que separar cuando les empezó a faltar el aire y se miraron con una sonrisa. Permanecieron en silencio un rato, observándose, dedicándose pequeñas caricias, perdiéndose en sus miradas, hasta que Castle bajó su mirada hacia sus manos que volvían a estar entrelazadas. Soltó el aire lentamente y levantó de nuevo la cabeza para mirarla a los ojos. Ella lo miraba atenta. Sabía que había algo que le preocupaba y quería saber qué era.
También prometo que no será nada malo!
Espero vuestros comentarios y opiniones...
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
sigueee!!!! me encanta!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Joder me encanta como escribes, soy adicta a tu historia continua pronto porfi.
PD: Josh me caía mal pero me ha dado penita que haya muerto. Que monos Castle y Beckett
PD: Josh me caía mal pero me ha dado penita que haya muerto. Que monos Castle y Beckett
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
A pesar de que Josh no me caía nada bien me da lastima que lo mataran pero buee
Espero y no sea nada malo T.T
Sígueee c:
Espero y no sea nada malo T.T
Sígueee c:
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Pues a mí sí que me caía bien. Todo aquel que quiera a Kate me cae bien. Eso sí, tampoco era mi personaje preferido.
Y en cuanto a la historia, pues mola mucho, y lo sabes (que diría Julio Iglesias xD)
Y en cuanto a la historia, pues mola mucho, y lo sabes (que diría Julio Iglesias xD)
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! Estoy de vuelta.
Lo siento por aquellas que no queríais que Josh acabase así... como otras, es una trama que pensé que podría venir bien para desarrollar el personaje de Beckett.
De todas formas, gracias gracias gracias por seguir leyendo y mucho más por vuestros comentarios!.
¿Seguimos?
“Cariño… Quiero que esta noche te vayas a casa a dormir”. La miró a los ojos con seriedad y antes de que ella pudiera hablar, levantó la mano y puso un dedo en sus labios. “No, no digas nada. No admito un NO. Te vas a ir a casa, vas a darte un baño de esos que a ti te gustan y después vas a dormir en tu cama, como Dios manda. No puedes seguir durmiendo aquí. Te vas a acabar destrozando la espalda y mírate amor… Estás más delgada en esta semana. Sólo me preocupo por ti…”. No dejó de mirarla a los ojos en ningún momento mientras le hablaba. Ella se mantenía callada, tratando de evitar su mirada, mirando por la ventana. “Kate…” Él la llamó y ella finalmente le miró a los ojos. “Mañana es el funeral de Josh y sé que quieres ir”. Vio como Beckett lo miraba seria, pero con un ápice de culpabilidad. “Sí, tu padre me lo ha dicho. Y lo entiendo. Ve. Pero después de haber descansado en casa, en tu cama. Por favor…”. Le dio un suave beso en la mano.
“No quiero dejarte solo.” Fue rotunda en aquella frase, pero él negó con la cabeza.
“No voy a estar solo Kate. Alexis vendrá a dormir aquí. Y tu padre se irá contigo a casa. He hablado con él mientras estabas en cafetería. Él tampoco va a aceptar que te quedes así que o te vas a descansar por las buenas, o te vas por las malas”. Levantó su mano para acariciarle la mejilla sin dejar de mirarla a los ojos.
Kate suspiró y asintió bajando la mirada y girando un poco la cabeza para sentir más el contacto de su mano en su piel. Era cierto que necesitaba ir a casa y descansar en condiciones.“Está bien. Pero en cuanto acabe en el funeral, me vengo para aquí y no pienso separarme de ti”. Lo miró con una pequeña sonrisa y lo amenazó tiernamente con un dedo.
“Eso ya lo veremos”. Le sonrió Castle y le agarró de la mano tirando suavemente de ella para que se reclinase un poco sobre él. “Ven y bésame, anda. Que yo no puedo incorporarme más”. Le dijo meloso.
Ella le sonrió con ternura y se acercó suavemente a él, entrelazando sus dedos. Rozó sus labios y le besó lentamente, saboreando cada rincón de su boca. Ambos sonrieron con cierta picardía.
“¡Qué ganas tengo de que te recuperes del todo!”. Rió un poco ella separándose suavemente, sin desenlazar sus manos.
“Vaya, así que, ¿le parezco irresistible inspectora?”. Ella asintió y volvió a acercarse para besarlo. “Mmm… No dejes nunca de besarme”. Le dio un beso rápido antes de que ella se separase.
“Siempre te besaré”. Recalcó la palabra “siempre” recolocándole bien un pequeño mechón de pelo que se le había colocado en mitad de la frente impidiéndole ver bien. Se sonrieron con complicidad.
“Kate… quiero pedirte que mañana, después del funeral, vayas a casa de nuevo”. Kate frunció el ceño mirándolo seria. “No para que te quedes allí”. Corrió a explicarse él. “Quiero que busques algo. Una grabación, una cinta con una conversación grabada. Debe de estar entre los efectos personales de tu madre”. Suspiró. “Cuanto antes la encontremos, antes acabaremos con todo esto. Es la prueba definitiva para meter a Bracken y a los suyos en la cárcel”.
Beckett se había quedado callada. Torcía los labios en señal de que estaba pensando. No sabía cómo había llegado Castle a sabe que la prueba definitiva era esa maldita grabación, pero si existía, dudaba que estuviera entre las cosas de su madre. Ella las había revisado una y otra vez, y jamás había encontrado nada. Lo miró con cierto miedo y después agarró su mano bajando la mirada hacia sus dedos que acariciaban la palma de la mano del escritor. Se mantuvo en silencio un buen rato. Tanto que Castle incluso llegó a pensar que había hecho mal sacando aquel tema en ese momento. Justo cuando él fue a decir algo para disculparse por haberla hablado de aquello, ella levantó la mirada, le besó la frente y se levantó despacio soltando su mano. Comenzó a caminar por toda la habitación, de un lado para otro, con sus propias manos entrelazadas por detrás de su espalda. Estaba pensando dónde podría estar aquella grabación. Y también pensaba en su madre, en los años que llevaba intentando hacer justicia y en la de veces que casi había acabado muerta por seguir investigando. Suspiró parándose en la ventana y apoyando su cabeza en el frío cristal. Si no hubiera sido por Richard, ella jamás habría llegado tan lejos en aquel caso. Y probablemente, habría acabado muerta de no ser por su querido escritor. Sonrió ligeramente pensando ahora en él y en la especial relación que tenían.
Castle la miraba en silencio. No quería interrumpirla. Sabía que necesitaba ese momento para ella. Apretó los labios, giró la cabeza mirando hacia el techo y cerró los ojos intentando descansar un poco. Le molestaba el costado, aunque no dijera nada para no preocupar a Kate. Suponía que era normal después de un disparo y de una cirugía.
En ese momento, una de las enfermeras autorizadas a entrar en la habitación apareció con una pequeña bandeja donde llevaba lo necesario para hacerle la cura a Castle. “¡Hola!”. Saludó con una sonrisa la enfermera. Demasiado sonriente para el gusto de Kate, que al oírla entrar había volteado rápidamente la cabeza para ver de quién se trataba. “Vengo de nuevo a hacerte la cura”. Le informó a Castle que había abierto los ojos también al escuchar como la puerta se abría. La enfermera miró a Beckett. “Si quiere puede salir. Esto podría ser demasiado desagradable”. Kate se acercó a la cama desde donde Richard la miraba con una pequeña sonrisa, preocupado por cómo estaba y qué era lo que rondaba por su cabeza después de la petición que él le había hecho.
Sin embargo, en la cabeza de la inspectora sólo estaban, en ese momento, sus celos. No le caía nada bien la señorita que día sí y día también acudía a curar la herida del escritor, su escritor. Se colocó junto a Castle por el lado en el que no tenía el disparo y le agarró la mano con cariño. “Esta vez prefiero quedarme Mariah”. Le contestó con cierta brusquedad, que no pasó desapercibida por nadie. Castle la miró a los ojos con una media sonrisa al darse cuenta de sus celos, y Mariah comenzó la cura sin decir nada más.
-FIN DEL RECUERDO-
¿Qué os parece?
Lo siento por aquellas que no queríais que Josh acabase así... como otras, es una trama que pensé que podría venir bien para desarrollar el personaje de Beckett.
De todas formas, gracias gracias gracias por seguir leyendo y mucho más por vuestros comentarios!.
¿Seguimos?
“Cariño… Quiero que esta noche te vayas a casa a dormir”. La miró a los ojos con seriedad y antes de que ella pudiera hablar, levantó la mano y puso un dedo en sus labios. “No, no digas nada. No admito un NO. Te vas a ir a casa, vas a darte un baño de esos que a ti te gustan y después vas a dormir en tu cama, como Dios manda. No puedes seguir durmiendo aquí. Te vas a acabar destrozando la espalda y mírate amor… Estás más delgada en esta semana. Sólo me preocupo por ti…”. No dejó de mirarla a los ojos en ningún momento mientras le hablaba. Ella se mantenía callada, tratando de evitar su mirada, mirando por la ventana. “Kate…” Él la llamó y ella finalmente le miró a los ojos. “Mañana es el funeral de Josh y sé que quieres ir”. Vio como Beckett lo miraba seria, pero con un ápice de culpabilidad. “Sí, tu padre me lo ha dicho. Y lo entiendo. Ve. Pero después de haber descansado en casa, en tu cama. Por favor…”. Le dio un suave beso en la mano.
“No quiero dejarte solo.” Fue rotunda en aquella frase, pero él negó con la cabeza.
“No voy a estar solo Kate. Alexis vendrá a dormir aquí. Y tu padre se irá contigo a casa. He hablado con él mientras estabas en cafetería. Él tampoco va a aceptar que te quedes así que o te vas a descansar por las buenas, o te vas por las malas”. Levantó su mano para acariciarle la mejilla sin dejar de mirarla a los ojos.
Kate suspiró y asintió bajando la mirada y girando un poco la cabeza para sentir más el contacto de su mano en su piel. Era cierto que necesitaba ir a casa y descansar en condiciones.“Está bien. Pero en cuanto acabe en el funeral, me vengo para aquí y no pienso separarme de ti”. Lo miró con una pequeña sonrisa y lo amenazó tiernamente con un dedo.
“Eso ya lo veremos”. Le sonrió Castle y le agarró de la mano tirando suavemente de ella para que se reclinase un poco sobre él. “Ven y bésame, anda. Que yo no puedo incorporarme más”. Le dijo meloso.
Ella le sonrió con ternura y se acercó suavemente a él, entrelazando sus dedos. Rozó sus labios y le besó lentamente, saboreando cada rincón de su boca. Ambos sonrieron con cierta picardía.
“¡Qué ganas tengo de que te recuperes del todo!”. Rió un poco ella separándose suavemente, sin desenlazar sus manos.
“Vaya, así que, ¿le parezco irresistible inspectora?”. Ella asintió y volvió a acercarse para besarlo. “Mmm… No dejes nunca de besarme”. Le dio un beso rápido antes de que ella se separase.
“Siempre te besaré”. Recalcó la palabra “siempre” recolocándole bien un pequeño mechón de pelo que se le había colocado en mitad de la frente impidiéndole ver bien. Se sonrieron con complicidad.
“Kate… quiero pedirte que mañana, después del funeral, vayas a casa de nuevo”. Kate frunció el ceño mirándolo seria. “No para que te quedes allí”. Corrió a explicarse él. “Quiero que busques algo. Una grabación, una cinta con una conversación grabada. Debe de estar entre los efectos personales de tu madre”. Suspiró. “Cuanto antes la encontremos, antes acabaremos con todo esto. Es la prueba definitiva para meter a Bracken y a los suyos en la cárcel”.
Beckett se había quedado callada. Torcía los labios en señal de que estaba pensando. No sabía cómo había llegado Castle a sabe que la prueba definitiva era esa maldita grabación, pero si existía, dudaba que estuviera entre las cosas de su madre. Ella las había revisado una y otra vez, y jamás había encontrado nada. Lo miró con cierto miedo y después agarró su mano bajando la mirada hacia sus dedos que acariciaban la palma de la mano del escritor. Se mantuvo en silencio un buen rato. Tanto que Castle incluso llegó a pensar que había hecho mal sacando aquel tema en ese momento. Justo cuando él fue a decir algo para disculparse por haberla hablado de aquello, ella levantó la mirada, le besó la frente y se levantó despacio soltando su mano. Comenzó a caminar por toda la habitación, de un lado para otro, con sus propias manos entrelazadas por detrás de su espalda. Estaba pensando dónde podría estar aquella grabación. Y también pensaba en su madre, en los años que llevaba intentando hacer justicia y en la de veces que casi había acabado muerta por seguir investigando. Suspiró parándose en la ventana y apoyando su cabeza en el frío cristal. Si no hubiera sido por Richard, ella jamás habría llegado tan lejos en aquel caso. Y probablemente, habría acabado muerta de no ser por su querido escritor. Sonrió ligeramente pensando ahora en él y en la especial relación que tenían.
Castle la miraba en silencio. No quería interrumpirla. Sabía que necesitaba ese momento para ella. Apretó los labios, giró la cabeza mirando hacia el techo y cerró los ojos intentando descansar un poco. Le molestaba el costado, aunque no dijera nada para no preocupar a Kate. Suponía que era normal después de un disparo y de una cirugía.
En ese momento, una de las enfermeras autorizadas a entrar en la habitación apareció con una pequeña bandeja donde llevaba lo necesario para hacerle la cura a Castle. “¡Hola!”. Saludó con una sonrisa la enfermera. Demasiado sonriente para el gusto de Kate, que al oírla entrar había volteado rápidamente la cabeza para ver de quién se trataba. “Vengo de nuevo a hacerte la cura”. Le informó a Castle que había abierto los ojos también al escuchar como la puerta se abría. La enfermera miró a Beckett. “Si quiere puede salir. Esto podría ser demasiado desagradable”. Kate se acercó a la cama desde donde Richard la miraba con una pequeña sonrisa, preocupado por cómo estaba y qué era lo que rondaba por su cabeza después de la petición que él le había hecho.
Sin embargo, en la cabeza de la inspectora sólo estaban, en ese momento, sus celos. No le caía nada bien la señorita que día sí y día también acudía a curar la herida del escritor, su escritor. Se colocó junto a Castle por el lado en el que no tenía el disparo y le agarró la mano con cariño. “Esta vez prefiero quedarme Mariah”. Le contestó con cierta brusquedad, que no pasó desapercibida por nadie. Castle la miró a los ojos con una media sonrisa al darse cuenta de sus celos, y Mariah comenzó la cura sin decir nada más.
-FIN DEL RECUERDO-
¿Qué os parece?
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Es cierto que a muchas no nos ha gustado la muerte de Josh, pero nunca te disculpes por escribir. Es tu obra -muy buena, por cierto- y sólo tú sabes lo que es mejor. Y aunque no lo sea, hay que escribir para una, no para los demás.
Además, la muerte es algo que bien utilizado puede dar mucho juego. También lo pasé fatal con la muerte de Montgomery y su muerte sirvió para ver a una nueva Beckett y para avanzar en el caso de su madre.
Además, la muerte es algo que bien utilizado puede dar mucho juego. También lo pasé fatal con la muerte de Montgomery y su muerte sirvió para ver a una nueva Beckett y para avanzar en el caso de su madre.
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
siguee!!!! me encanta!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! Estoy de vuelta!
Gracias por vuestros comentarios, en especial a Comina!
Espero que sigáis leyendo esta pequeña historia. Y por supuesto, espero vuestros comentarios.
Siamos!
Kate se miraba en el espejo mientras terminaba de vestirse. Llevaba unos pantalones negros con unos zapatos de tacón no muy altos, negros también. Se había puesto el sujetador y tenía entre sus manos, el colgante del anillo de su madre. Lo miró con una media sonrisa, triste. Besó aquel tesoro para ella y se lo colgó, observando cómo caía justo encima de su cicatriz. Respiró hondo y miró su cara en aquel espejo grande del cuarto. Una pequeña lágrimas resbaló por su mejilla mientras no podía dejar de culparse por la muerte de Josh. Llevaba toda la noche pensando que si ella hubiera hecho mejor las cosas en aquel caso, todo se habría resuelto sin más víctimas. Suspiró secándose los ojos. Tendría que ver a la familia de Josh y ella sabía perfectamente cómo estarían sintiéndose en esos duros momentos. Respiró hondo y terminó de vestirse y se maquilló ligeramente. Salió de su habitación, con pasos firmes. No quería que su padre la viera sufrir más.
Jim Beckett había dormido aquella noche en el sofá de casa de su hija. No quería moverse de su lado y le había parecido perfecta la idea de Castle de que Katie se fuera a casa a dormir. Para cuando Kate salió de la habitación, él ya se había vestido y estaba preparando el desayuno.
“Mmm… ¡Qué bien huele papá!” Sonrió Kate al salir y ver a su padre cocinando. Le encantaba verlo metido en la cocina. Se acercó a él dándole un suave beso en la mejilla y miró lo que preparaba. Tortitas. No pudo más que sonreír. Las hacía por ella, porque sabía que le encantaban y, desde que era una cría, siempre que algo malo le había pasado, él las preparaba para ella. Se mordió el labio recordando viejos momentos.
“Ya están casi listas. ¿Por qué no preparas un buen zumo de naranja mientras termino?” Kate asintió y se puso manos a la obra. “¿Quieres que vaya contigo al funeral?”. La miró de reojo esperando alguna respuesta, pero su hija permaneció en silencio mientras preparaba el zumo. Él sabía que aquello era duro para ella así que le dio un momento para que respondiera.
“No… no hace falta papá. Será sólo un momento e iré todo el rato acompañada por Jason”. Jason era el “guardaespaldas” que le habían asignado. Ella lo conocía de vista en la comisaría. Era un tipo majo. Supuso que tras haber dormido en un colchón en casa de Kate, ahora estaría en la puerta esperando a que ella saliera. “Espérame aquí. Cuando acabe vendré a casa”. Dejó dos vasos con zumo sobre la mesa mientras pensaba en lo que Castle le había pedido que hiciera después del funeral. Suspiró mordiéndose el labio.
Jim no insistió más y desayunaron charlando de cosas banales. A las diez de la mañana, Beckett salía de su apartamento seguida en todo momento por Jason. Se montaron en el coche. Ella conduciría. Se abrochó el cinturón, y antes de arrancar miró cómo Jason también lo hacía. Le sonrió agradecida. Sabía que no era un trabajo fácil el de tener que proteger a alguien. Miró su móvil y decidió mandarle un mensaje a Castle
Rick, ¿cómo has pasado la noche? ¿Qué tal estás?.
Voy de camino al funeral. Tranquilo, Jason va conmigo y no me alejaré de él.
Te veo luego.
Un beso cariño.
Pórtate bien anda.
Guardó el móvil en el bolsillo de su chaqueta y arrancó, conduciendo en silencio hasta el cementerio.
Castle aquella noche no había podido dormir mucho. Su hija se había quedado con él, cosa que agradecía, pero él echaba de menos a Beckett. Tenerla cerca le daba paz y le hacía sentirse mejor. Además, estaba preocupado por ella. Por el funeral y por la grabación de casete que tenía que buscar. Leyó los mensajes de Kate e inmediatamente, sonrió. Le gustaba ver que se preocupaba por él. Respiró hondo para controlar sus nervios y preocupaciones y le respondió al mensaje.
Ten mucho cuidado, por favor.
Llámame cuando vuelvas a casa.
Yo estoy mejor, no te preocupes
Estate tranquila. Hablamos después.
Un beso.
Dejó el móvil sobre la mesita que tenía cerca de la cama y cerró los ojos intentando volver a descansar. Le habían llevado el desayuno hacía rato y aunque no le gustaba nada la comida del hospital, el hambre le había podido y había terminado acabándose todo lo que le habían llevado. Martha había llegado hacía poco y estaba en cafetería tomándose un café. Alexis aprovecharía que no tenía clase para ir a casa y descansar en condiciones.
Kate, acompañada por Jason, entró al cementerio y se dirigió al lugar en el que se realizaría el funeral. Iba con unas gafas de sol intentando disimular su mala cara, y por qué no decirlo, las lágrimas que era muy probable que acabase derramando. Se quedó un poco alejada de la multitud. Apenas conocía de vista a la familia de Josh y no quería meterse en medio. Jason se quedó junto a ella, mirando siempre a su alrededor por si veía algo extraño. Beckett se mantuvo con la mirada fija todo el tiempo que duró el funeral y consiguió aguantar las lágrimas, apretando los puños. Cuando acabó, la gente poco a poco se fue acercando a los familiares a darles el pésame. En aquel momento, ella dudó qué era lo correcto: ¿Acercarse o no? Al fin y al cabo, el médico había fallecido por culpa de ella. Suspiró y dudosa se acercó a la madre y los que la rodeaban. Se levantó las gafas de sol para poder mirarlos a los ojos.
“Lo siento en el alma, de verdad”. Su voz sonaba triste, culpable. “Era un buen chico…”. Susurró dirigiendo su vista al suelo para no tener que soportar por más rato las miradas rotas de los miembros de aquella familia. Ellos no dijeron nada. Simplemente aceptaron el pésame con seriedad y tristeza y continuaron recibiendo los de otra gente.
Beckett se acercó a la tumba de Josh, de nuevo con las gafas puestas, y dejó una pequeña flor sobre ella, mirando con alguna lágrima su nombre. No sabía qué le dolía más en aquel momento. Si la muerte de él, el hecho de que el caso estuviera resultando mucho más difícil de lo que jamás habría imaginado, o el sentirse culpable por todo. Suspiró y se giró sobre sus pasos, seguida por Jason. Caminó en silencio hasta el otro lado del cementerio y allí se acercó a una lápida, la de su madre. Se paró frente a ella y se levantó las gafas para releer por milésima vez cada palabra allí inscrita. Jason le dejó cierto espacio, pero manteniéndose a la vez bastante cerca como para poder protegerla.
Kate se agachó y acaricio aquellas letras: “Vincit Omnia Veritas”. Dejó escapar un par de lágrimas y apoyó en el suelo y en la lápida un pequeño ramo de flores que llevaba, retirando el viejo. Besó sus propios dedos para después llevarlos sobre su nombre y susurrar: “Te quiero mamá”. Se levantó secándose las lágrimas, se colocó las gafas y caminó cabizbaja al coche para volver a casa.
¿Cómo lo veis?
Gracias por vuestros comentarios, en especial a Comina!
Espero que sigáis leyendo esta pequeña historia. Y por supuesto, espero vuestros comentarios.
Siamos!
Kate se miraba en el espejo mientras terminaba de vestirse. Llevaba unos pantalones negros con unos zapatos de tacón no muy altos, negros también. Se había puesto el sujetador y tenía entre sus manos, el colgante del anillo de su madre. Lo miró con una media sonrisa, triste. Besó aquel tesoro para ella y se lo colgó, observando cómo caía justo encima de su cicatriz. Respiró hondo y miró su cara en aquel espejo grande del cuarto. Una pequeña lágrimas resbaló por su mejilla mientras no podía dejar de culparse por la muerte de Josh. Llevaba toda la noche pensando que si ella hubiera hecho mejor las cosas en aquel caso, todo se habría resuelto sin más víctimas. Suspiró secándose los ojos. Tendría que ver a la familia de Josh y ella sabía perfectamente cómo estarían sintiéndose en esos duros momentos. Respiró hondo y terminó de vestirse y se maquilló ligeramente. Salió de su habitación, con pasos firmes. No quería que su padre la viera sufrir más.
Jim Beckett había dormido aquella noche en el sofá de casa de su hija. No quería moverse de su lado y le había parecido perfecta la idea de Castle de que Katie se fuera a casa a dormir. Para cuando Kate salió de la habitación, él ya se había vestido y estaba preparando el desayuno.
“Mmm… ¡Qué bien huele papá!” Sonrió Kate al salir y ver a su padre cocinando. Le encantaba verlo metido en la cocina. Se acercó a él dándole un suave beso en la mejilla y miró lo que preparaba. Tortitas. No pudo más que sonreír. Las hacía por ella, porque sabía que le encantaban y, desde que era una cría, siempre que algo malo le había pasado, él las preparaba para ella. Se mordió el labio recordando viejos momentos.
“Ya están casi listas. ¿Por qué no preparas un buen zumo de naranja mientras termino?” Kate asintió y se puso manos a la obra. “¿Quieres que vaya contigo al funeral?”. La miró de reojo esperando alguna respuesta, pero su hija permaneció en silencio mientras preparaba el zumo. Él sabía que aquello era duro para ella así que le dio un momento para que respondiera.
“No… no hace falta papá. Será sólo un momento e iré todo el rato acompañada por Jason”. Jason era el “guardaespaldas” que le habían asignado. Ella lo conocía de vista en la comisaría. Era un tipo majo. Supuso que tras haber dormido en un colchón en casa de Kate, ahora estaría en la puerta esperando a que ella saliera. “Espérame aquí. Cuando acabe vendré a casa”. Dejó dos vasos con zumo sobre la mesa mientras pensaba en lo que Castle le había pedido que hiciera después del funeral. Suspiró mordiéndose el labio.
Jim no insistió más y desayunaron charlando de cosas banales. A las diez de la mañana, Beckett salía de su apartamento seguida en todo momento por Jason. Se montaron en el coche. Ella conduciría. Se abrochó el cinturón, y antes de arrancar miró cómo Jason también lo hacía. Le sonrió agradecida. Sabía que no era un trabajo fácil el de tener que proteger a alguien. Miró su móvil y decidió mandarle un mensaje a Castle
Rick, ¿cómo has pasado la noche? ¿Qué tal estás?.
Voy de camino al funeral. Tranquilo, Jason va conmigo y no me alejaré de él.
Te veo luego.
Un beso cariño.
Pórtate bien anda.
Guardó el móvil en el bolsillo de su chaqueta y arrancó, conduciendo en silencio hasta el cementerio.
Castle aquella noche no había podido dormir mucho. Su hija se había quedado con él, cosa que agradecía, pero él echaba de menos a Beckett. Tenerla cerca le daba paz y le hacía sentirse mejor. Además, estaba preocupado por ella. Por el funeral y por la grabación de casete que tenía que buscar. Leyó los mensajes de Kate e inmediatamente, sonrió. Le gustaba ver que se preocupaba por él. Respiró hondo para controlar sus nervios y preocupaciones y le respondió al mensaje.
Ten mucho cuidado, por favor.
Llámame cuando vuelvas a casa.
Yo estoy mejor, no te preocupes
Estate tranquila. Hablamos después.
Un beso.
Dejó el móvil sobre la mesita que tenía cerca de la cama y cerró los ojos intentando volver a descansar. Le habían llevado el desayuno hacía rato y aunque no le gustaba nada la comida del hospital, el hambre le había podido y había terminado acabándose todo lo que le habían llevado. Martha había llegado hacía poco y estaba en cafetería tomándose un café. Alexis aprovecharía que no tenía clase para ir a casa y descansar en condiciones.
Kate, acompañada por Jason, entró al cementerio y se dirigió al lugar en el que se realizaría el funeral. Iba con unas gafas de sol intentando disimular su mala cara, y por qué no decirlo, las lágrimas que era muy probable que acabase derramando. Se quedó un poco alejada de la multitud. Apenas conocía de vista a la familia de Josh y no quería meterse en medio. Jason se quedó junto a ella, mirando siempre a su alrededor por si veía algo extraño. Beckett se mantuvo con la mirada fija todo el tiempo que duró el funeral y consiguió aguantar las lágrimas, apretando los puños. Cuando acabó, la gente poco a poco se fue acercando a los familiares a darles el pésame. En aquel momento, ella dudó qué era lo correcto: ¿Acercarse o no? Al fin y al cabo, el médico había fallecido por culpa de ella. Suspiró y dudosa se acercó a la madre y los que la rodeaban. Se levantó las gafas de sol para poder mirarlos a los ojos.
“Lo siento en el alma, de verdad”. Su voz sonaba triste, culpable. “Era un buen chico…”. Susurró dirigiendo su vista al suelo para no tener que soportar por más rato las miradas rotas de los miembros de aquella familia. Ellos no dijeron nada. Simplemente aceptaron el pésame con seriedad y tristeza y continuaron recibiendo los de otra gente.
Beckett se acercó a la tumba de Josh, de nuevo con las gafas puestas, y dejó una pequeña flor sobre ella, mirando con alguna lágrima su nombre. No sabía qué le dolía más en aquel momento. Si la muerte de él, el hecho de que el caso estuviera resultando mucho más difícil de lo que jamás habría imaginado, o el sentirse culpable por todo. Suspiró y se giró sobre sus pasos, seguida por Jason. Caminó en silencio hasta el otro lado del cementerio y allí se acercó a una lápida, la de su madre. Se paró frente a ella y se levantó las gafas para releer por milésima vez cada palabra allí inscrita. Jason le dejó cierto espacio, pero manteniéndose a la vez bastante cerca como para poder protegerla.
Kate se agachó y acaricio aquellas letras: “Vincit Omnia Veritas”. Dejó escapar un par de lágrimas y apoyó en el suelo y en la lápida un pequeño ramo de flores que llevaba, retirando el viejo. Besó sus propios dedos para después llevarlos sobre su nombre y susurrar: “Te quiero mamá”. Se levantó secándose las lágrimas, se colocó las gafas y caminó cabizbaja al coche para volver a casa.
¿Cómo lo veis?
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Sorpresa! Os traigo otro capítulo hoy!
Espero que os siga gustando!
Gracias por leerme y aún más por comentar!
Allá vamos!
Edito este post para adjuntar la foto del vestido de Kate. Espero que os guste!
-DOS SEMANAS DESPUÉS-
Castle había recibido el alta y estaba en su casa terminando de recuperarse del disparo, aunque él ya se encontraba con ganas de levantarse y volver a sentirse un héroe. Pero su madre, Alexis y Kate habían sido tajantes. Le habían mandado tres semanas de descanso y no le dejarían saltárselas. Así que se pasaba el día en casa, aburrido, jugando a la videoconsola y a ratos intentado escribir algo para el libro que tendría que entregar pronto. Aunque no tenía muchas ideas. El hecho de no poder estar en comisaría le había dejado sin saber cómo seguir el argumento del nuevo libro de Nikki Heat. Además, aunque Kate iba de vez en cuando a verle, sentía que ella se estaba alejando de él y que cada vez estaban menos tiempo juntos. Había tratado de sacarle el por qué, pero ella se había vuelto a cerrar, como de costumbre.
Beckett había vuelto a la comisaría. Había convencido a Gates de que no había lugar más seguro en toda la ciudad. Allí estaba rodeada de policías. Nada le podría ocurrir. Sin embargo, le costaba mucho trabajo centrarse en los nuevos casos que iban viniendo. Se sentía frustrada y muy culpable. No había sido capaz de encontrar la grabación de la que le había hablado Castle y aquello le había hecho sentirse aún peor. Por eso, apenas se concentraba en los casos y tampoco iba mucho a ver a Castle. Lo echaba de menos, pero su sentimiento de haber fallado y de culpabilidad, eran mucho mayores.
Aquella tarde habían quedado en cenar los dos solos en casa del escritor. Castle, tras mucho insistir, había conseguido que la inspectora cediera. Necesitaban ese rato para los dos solos, para distraerse y dejar de pensar en trabajo o en el caso de su madre. Kate se fue antes a casa para prepararse un poco. Desde que ella había estado ingresada, apenas dormía o comía en condiciones y no quería que Richard la viera mal. Además, sabía que había estado actuando muy mal con él. No se lo merecía. Tal vez aquella cena a la que ella, en un principio, se había opuesto, sirviera para sentirse más segura. Así que se dio un buen baño, se vistió con un bonito vestido azul, se recogió ligeramente el pelo en un moño, dejando dos mechones sueltos y ligeramente ondulados y se calzó con unos tacones azules también. Se maquilló suavemente resaltando sus ojos claros y se puso una chaqueta negra. No hacía mucho frío, pero al ser de noche y todavía no estar en verano, el aire aún era fresco.
Castle consiguió que su madre y su hija fueran aquel día a un balneario y descansaran allí hasta dos días después. Limpió toda la casa de arriba abajo y se puso a cocinar. Preparó un rico salmón al horno, con una salsa exquisita. Puso el vino a enfriar y mientras el pescado terminaba de hacerse lentamente en el horno, se dio una ducha, se peinó y se vistió con un traje con camisa roja. Sentía que aquella noche iba a ser especial. Quería hacer que Kate se sintiera a gusto, que se abriera a él y le contase qué era lo que le preocupaba. Estaba terminando de colocarse la chaqueta cuando el timbre sonó. Sonrió al espejo y camino hacia la puerta.
Al abrir la puerta, el escritor se quedó boquiabierto. La imagen de Kate vestida, peinada y maquillada para él, le hizo temblar ligeramente y que un bonito brillo se instalara en sus ojos.
“Wow… Estás preciosa…” Susurró no queriendo romper aquel precioso momento.
“Gracias..”. Kate se mordió el labio sonrojándose. Estaba nerviosa, pero a la vez tenía que reconocer que aquella cena le apetecía mucho más de lo que en un principio pensó. “Tú también estás muy guapo”. Terminó de acercarse a él aún sonrojada y le agarró ligeramente del cuello de la chaqueta, juntando sus cuerpos y fundiéndose en un tierno beso.
Castle aprovechó aquel momento para agarrarla por la cintura y pegarla más a él, intensificando aquel beso. “Mmmm… Pasa por favor. La cena estará lista en 5 minutos”. Le sonrió tiernamente y se hizo a un lado para que ella entrara en la casa. Entonces se dio cuenta de que Beckett llevaba dos pequeñas bolsas. “¿Qué traes ahí?”. Cerró la puerta del loft con llave tras asegurarse de que Jason estaba ya allí vigilando.
“Una botella de vino y… algo que luego te enseñaré”. Dejó la bolsa de la botella encima de la mesa de la cocina y la otra la puso en el sofá.
“No hacía falta que trajeras nada”. Se acercó a ella por su espalda y le ayudó lentamente a quitarse la chaqueta. La colgó en el perchero que había en la entrada y volvió junto a ella, abrazándola por la espalda colocando una mano sobre el abdomen de ella. “Dios, me encanta cómo hueles”. Susurró tiernamente y le dio un par de besos en el cuello.
Kate se retorció mordiéndose el labio ante aquel gesto y no pudo evitar soltar un ligero jadeo. Sonrió como hacía tiempo que no lo hacía y se giró entre sus brazos para quedar frente a frente. “Gracias…”. Susurró suavemente y le besó en los labios.
Richard se extrañó por que le diera las gracias, pero le guiñó un ojo y le sonrió. “¡Siempre!”. Seguía con un brazo rodeando su cintura y con la otra mano, le acarició la mejilla. “Te he echado de menos…”. Bajó las caricias por el cuello viendo cómo se le erizaba la piel.
Kate bajó la cabeza respirando hondo, arrepentida al ver cierta tristeza en la mirada del escritor. “Lo siento, de verdad… He sido una estúpida. Me he cerrado sólo en lo mal que me sentía y no en cómo estarías pasándolo tú”. Se acercó más a él apoyando su frente en el pecho de él.
Castle le acarició la cabeza lentamente bajando después por su espalda. “Ey… No te preocupes. Lo importante, es que estás aquí”. Se separó unos centímetros de ella para agarrarle la cara tiernamente por la barbilla y hacerla que le mirara a los ojos. Cuando ella lo hizo, él le sonrió dulcemente. “Esta noche sólo quiero que te distraigas y nos divirtamos un poco”. Alzó una ceja de forma pícara y la inspectora no pudo más que sonreír abiertamente.
“Eres increíble Rick”. Le acarició la cara perdiéndose en su mirada. “Nunca, nadie, ha tenido tanta paciencia conmigo. No sé cómo voy a agradecerte todo lo que has hecho por mí, todo lo que estás haciendo por mí”. Apretó los labios sin dejar de mirarle.
“¿Sabes cómo puedes hacerlo?”. Ella negó ligeramente, sin separarse de él. “Muy fácil. Déjame estar contigo, hacerte feliz, compartir contigo todas tus dudas, tus preocupaciones e incluso los momentos felices”. Se acercó a sus labios sin llegar a besarlos. “Luchemos juntos y te prometo que acabaremos con todo”. Ambos sabían que esas palabras eran especialmente dirigidas hacia el caso de su madre.
Kate terminó de acercarse a los labios del escritor y le besó con dulzura. “Ayúdame a conseguir abrirme del todo a ti, por favor”. Lo miró a los ojos y después se abrazó a él con fuerza.
“No me daré por vencido”. La abrazó con ternura dejando que ella apoyase su cabeza en su hombro, y le besó el pelo dulcemente.
Permanecieron en aquella posición unos minutos hasta que le horno comenzó a pitar indicando que la cena estaba lista.
¿Qué os ha parecido? Un poquito de Caskett nunca viene mal, ¿no?
Espero que os siga gustando!
Gracias por leerme y aún más por comentar!
Allá vamos!
Edito este post para adjuntar la foto del vestido de Kate. Espero que os guste!
-DOS SEMANAS DESPUÉS-
Castle había recibido el alta y estaba en su casa terminando de recuperarse del disparo, aunque él ya se encontraba con ganas de levantarse y volver a sentirse un héroe. Pero su madre, Alexis y Kate habían sido tajantes. Le habían mandado tres semanas de descanso y no le dejarían saltárselas. Así que se pasaba el día en casa, aburrido, jugando a la videoconsola y a ratos intentado escribir algo para el libro que tendría que entregar pronto. Aunque no tenía muchas ideas. El hecho de no poder estar en comisaría le había dejado sin saber cómo seguir el argumento del nuevo libro de Nikki Heat. Además, aunque Kate iba de vez en cuando a verle, sentía que ella se estaba alejando de él y que cada vez estaban menos tiempo juntos. Había tratado de sacarle el por qué, pero ella se había vuelto a cerrar, como de costumbre.
Beckett había vuelto a la comisaría. Había convencido a Gates de que no había lugar más seguro en toda la ciudad. Allí estaba rodeada de policías. Nada le podría ocurrir. Sin embargo, le costaba mucho trabajo centrarse en los nuevos casos que iban viniendo. Se sentía frustrada y muy culpable. No había sido capaz de encontrar la grabación de la que le había hablado Castle y aquello le había hecho sentirse aún peor. Por eso, apenas se concentraba en los casos y tampoco iba mucho a ver a Castle. Lo echaba de menos, pero su sentimiento de haber fallado y de culpabilidad, eran mucho mayores.
Aquella tarde habían quedado en cenar los dos solos en casa del escritor. Castle, tras mucho insistir, había conseguido que la inspectora cediera. Necesitaban ese rato para los dos solos, para distraerse y dejar de pensar en trabajo o en el caso de su madre. Kate se fue antes a casa para prepararse un poco. Desde que ella había estado ingresada, apenas dormía o comía en condiciones y no quería que Richard la viera mal. Además, sabía que había estado actuando muy mal con él. No se lo merecía. Tal vez aquella cena a la que ella, en un principio, se había opuesto, sirviera para sentirse más segura. Así que se dio un buen baño, se vistió con un bonito vestido azul, se recogió ligeramente el pelo en un moño, dejando dos mechones sueltos y ligeramente ondulados y se calzó con unos tacones azules también. Se maquilló suavemente resaltando sus ojos claros y se puso una chaqueta negra. No hacía mucho frío, pero al ser de noche y todavía no estar en verano, el aire aún era fresco.
Castle consiguió que su madre y su hija fueran aquel día a un balneario y descansaran allí hasta dos días después. Limpió toda la casa de arriba abajo y se puso a cocinar. Preparó un rico salmón al horno, con una salsa exquisita. Puso el vino a enfriar y mientras el pescado terminaba de hacerse lentamente en el horno, se dio una ducha, se peinó y se vistió con un traje con camisa roja. Sentía que aquella noche iba a ser especial. Quería hacer que Kate se sintiera a gusto, que se abriera a él y le contase qué era lo que le preocupaba. Estaba terminando de colocarse la chaqueta cuando el timbre sonó. Sonrió al espejo y camino hacia la puerta.
Al abrir la puerta, el escritor se quedó boquiabierto. La imagen de Kate vestida, peinada y maquillada para él, le hizo temblar ligeramente y que un bonito brillo se instalara en sus ojos.
“Wow… Estás preciosa…” Susurró no queriendo romper aquel precioso momento.
“Gracias..”. Kate se mordió el labio sonrojándose. Estaba nerviosa, pero a la vez tenía que reconocer que aquella cena le apetecía mucho más de lo que en un principio pensó. “Tú también estás muy guapo”. Terminó de acercarse a él aún sonrojada y le agarró ligeramente del cuello de la chaqueta, juntando sus cuerpos y fundiéndose en un tierno beso.
Castle aprovechó aquel momento para agarrarla por la cintura y pegarla más a él, intensificando aquel beso. “Mmmm… Pasa por favor. La cena estará lista en 5 minutos”. Le sonrió tiernamente y se hizo a un lado para que ella entrara en la casa. Entonces se dio cuenta de que Beckett llevaba dos pequeñas bolsas. “¿Qué traes ahí?”. Cerró la puerta del loft con llave tras asegurarse de que Jason estaba ya allí vigilando.
“Una botella de vino y… algo que luego te enseñaré”. Dejó la bolsa de la botella encima de la mesa de la cocina y la otra la puso en el sofá.
“No hacía falta que trajeras nada”. Se acercó a ella por su espalda y le ayudó lentamente a quitarse la chaqueta. La colgó en el perchero que había en la entrada y volvió junto a ella, abrazándola por la espalda colocando una mano sobre el abdomen de ella. “Dios, me encanta cómo hueles”. Susurró tiernamente y le dio un par de besos en el cuello.
Kate se retorció mordiéndose el labio ante aquel gesto y no pudo evitar soltar un ligero jadeo. Sonrió como hacía tiempo que no lo hacía y se giró entre sus brazos para quedar frente a frente. “Gracias…”. Susurró suavemente y le besó en los labios.
Richard se extrañó por que le diera las gracias, pero le guiñó un ojo y le sonrió. “¡Siempre!”. Seguía con un brazo rodeando su cintura y con la otra mano, le acarició la mejilla. “Te he echado de menos…”. Bajó las caricias por el cuello viendo cómo se le erizaba la piel.
Kate bajó la cabeza respirando hondo, arrepentida al ver cierta tristeza en la mirada del escritor. “Lo siento, de verdad… He sido una estúpida. Me he cerrado sólo en lo mal que me sentía y no en cómo estarías pasándolo tú”. Se acercó más a él apoyando su frente en el pecho de él.
Castle le acarició la cabeza lentamente bajando después por su espalda. “Ey… No te preocupes. Lo importante, es que estás aquí”. Se separó unos centímetros de ella para agarrarle la cara tiernamente por la barbilla y hacerla que le mirara a los ojos. Cuando ella lo hizo, él le sonrió dulcemente. “Esta noche sólo quiero que te distraigas y nos divirtamos un poco”. Alzó una ceja de forma pícara y la inspectora no pudo más que sonreír abiertamente.
“Eres increíble Rick”. Le acarició la cara perdiéndose en su mirada. “Nunca, nadie, ha tenido tanta paciencia conmigo. No sé cómo voy a agradecerte todo lo que has hecho por mí, todo lo que estás haciendo por mí”. Apretó los labios sin dejar de mirarle.
“¿Sabes cómo puedes hacerlo?”. Ella negó ligeramente, sin separarse de él. “Muy fácil. Déjame estar contigo, hacerte feliz, compartir contigo todas tus dudas, tus preocupaciones e incluso los momentos felices”. Se acercó a sus labios sin llegar a besarlos. “Luchemos juntos y te prometo que acabaremos con todo”. Ambos sabían que esas palabras eran especialmente dirigidas hacia el caso de su madre.
Kate terminó de acercarse a los labios del escritor y le besó con dulzura. “Ayúdame a conseguir abrirme del todo a ti, por favor”. Lo miró a los ojos y después se abrazó a él con fuerza.
“No me daré por vencido”. La abrazó con ternura dejando que ella apoyase su cabeza en su hombro, y le besó el pelo dulcemente.
Permanecieron en aquella posición unos minutos hasta que le horno comenzó a pitar indicando que la cena estaba lista.
¿Qué os ha parecido? Un poquito de Caskett nunca viene mal, ¿no?
Última edición por livingmylife el Miér Feb 11, 2015 3:38 am, editado 1 vez
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
lalskskwosm No comente los otros dos posts pero Dios como amo este fic :33 Hermoso
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
He editado el último post porque se me había olvidado subir una foto del vestido de Kate...
Quise actualizar tan rápido que pasé por alto ese pequeño detalle.. jajajaja
Espero que os guste!
De nuevo, muchas gracias a todas por vuestros comentarios.
Pronto volveré con más!
PD: se aceptan sugerencias de cómo continuar con esta pequeña historia!
Quise actualizar tan rápido que pasé por alto ese pequeño detalle.. jajajaja
Espero que os guste!
De nuevo, muchas gracias a todas por vuestros comentarios.
Pronto volveré con más!
PD: se aceptan sugerencias de cómo continuar con esta pequeña historia!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
I'm back! Jajaja
Mi inspiración vuelve cada vez más fuerte... jajaja Espero que os sigan gustando mis capítulos y de nuevo daros las gracias por emplear vuestro tiempo en leer y comentar esta historia.
Sigamos!
La cena fue muy amena y los dos se mostraron muy cariñosos todo el rato. Comenzaron hablando de Castle, de cómo estaba su herida y de que cada día se encontraba con más fuerzas y ganas de volver a comisaría a ayudarla. También le dijo que le quedaba poco para acabar su libro, pero que la inspiración últimamente estaba un poco apagada. Después Beckett le comentó alguna cosa de la comisaría, cosas banales. Al final, terminaron hablando de Martha y Alexis y de ciertas gamberradas que Castle había hecho cuando era un adolescente. Aquello hizo reír en varias ocasiones a Kate, que cada vez se sentía más a gusto con él.
Recogieron los platos de la cena y Richard llevó a la mesa una rico postre que él mismo había cocinado. Se lo zamparon con ganas. Estaba delicioso.
Cuando recogieron y metieron todo al lavavajillas, se sentaron en el sofá, cada uno con una copa.
“Este vino que has traído, está delicioso”. Le dijo Castle dando otro sorbo y dejándolo después sobre una pequeña mesita delante del sofá.
“Bueno, digamos que lo estaba guardando para una ocasión especial. Y esta noche, lo merecía”. Le sonrió ella imitando al escritor.
“Pensé que al final no aceptarías venir”. Susurró Castle mirándola con intensidad.
“Llevo todo este tiempo sintiéndome… culpable de todo lo que ha pasado, de tu disparo, de lo de… Josh… Mi cabeza sólo me culpaba a mí y eso no me ha dejado ni concentrarme en mi trabajo, ni dormir bien, ni ser yo misma”. Suspiró dirigiendo su mirada a las copas de vino ya medio vacías una vez más.
“Pero nada de eso ha sido culpa tuya Kate”. Él se acercó a ella agarrándole las manos con cariño y acariciándoselas con los pulgares, en forma circular. “El único culpable de todo esto es Bracken y toda su gente. Tú has conseguido llegar muy lejos en este caso. Nadie habría logrado aguantar lo que tú has aguantado. Y… cariño, sé que no encontraste esa cinta, pero te prometo que aparecerá, la encontraremos, o sino buscaremos otra pista, y podremos acabar con todo esto de una vez por todas”. Le dio un suave beso en las manos, gesto que hizo que ella lo mirara a los ojos y le sonriera un poco.
“Sin ti, nunca habría conseguido llegar hasta aquí”. Se acercó a él que se había reposado en el sofá y se acurrucó entre sus brazos apoyándose en su pecho.
Las respiraciones de ambos eran pausadas. Se sentían muy a gusto teniéndose tan cerca.
“Rick… Sé que esta cena era para los dos, porque lo necesitábamos y que lo que quería era que me distrajera y dejase de pensar en el trabajo y en el caso…” Se mordió el labio suavemente dudando si terminar de decir lo que tenía en mente o no. “Y la verdad es que hasta ahora, todo ha salido tal y cómo tú querías”. Levantó la cabeza para mirarle, sin dejar de apoyarse en su pecho. Se sonrieron y ella continuó. “Pero he pensado que… tal vez si me ayudas a mirar entre las cosas de mi madre, seamos capaces de encontrar un hilo del que tirar, o una pista de dónde pueda estar la grabación”. Le miró a los ojos esperando su reacción, pensando que se enfadaría por seguir dándole vueltas al caso.
Sin embargo, Richard la abrazó más contra su cuerpo y le besó el pelo. “¿Eso es lo que traes en la otra bolsa?”. Ella asintió y él le besó los labios. “Por supuesto que te voy a ayudar”. Le sonrió y cuando ella se fue a deshacer del abrazo, el la sujetó más fuerte haciendo que volviera a recostarse sobre él. “Pero espera, antes quiero que hagamos una cosa”. Ella le miró desconcertada y él sonrió con su típica sonrisa. Estiró el brazo y cogió una pequeña cámara de fotos. Ella frunció el ceño. “No pensarías que no iba a inmortalizar lo guapa que estás esta noche, ¿no?”. Ella sonrió con cariño y le besó lentamente en los labios.
“Dame, que pongo la cámara en la cocina, con el temporizador y nos colocamos en mitad del salón para que se nos vea bien”. Le quitó la cámara de fotos de las manos y se levantó sin poder dejar de sonreír. Colocó la cámara tal y cómo había dicho y volvió al centro del salón donde él ya se había puesto en pie y la esperaba.
Se abrazaron y posaron para la foto, ambos muy sonrientes. Kate había programado que sacara 5 fotos casi seguidas, así que cuando después del primer flash se besaron, las demás capturas pillaron ese bonito momento.
Castle se acercó a por la cámara y le enseñó las fotos a Kate. “Me encantan, sobre todo esta última”. Amplió la foto en la que tras finalizar el beso, se habían quedado mirándose embobados, con sus frentes pegadas.
“Uhumm…” Asintió Beckett abrazándose a él por el costado sano del escritor. “Me encantan todas”. Se sonrieron y guardaron la cámara.
Beckett se sentó en el sofá y Castle llenó de nuevo sus copas de vino, volviendo junto a ella. Kate cogió la bolsa en la que había metido la caja que contenía todos los efectos personales de su madre y en silenció la sacó y la abrió. También sacó su móvil y abrió una foto que habías sacado a la ventana en la que tenía expuesto el caso como si fuera la pizarra que tenía en comisaría.
Richard sonrió con cierta tristeza mientras miraba todas las cosas que Kate había llevado. “A veces se me olvida que tienes que vivir con esto todos los días…”. Susurró mirando la foto en el móvil de ella.
Beckett le miró con cariño y le sonrió ligeramente. “Bueno, llega un momento en el que dejas de lamentarte por la situación que te ha tocado vivir, y empiezas a acostumbrarte a llevar contigo siempre esa espinita clavada”. Cogió la caja de madera y fue vaciándola encima de la mesa.
¿Encontrarán algo nuevo?
Mi inspiración vuelve cada vez más fuerte... jajaja Espero que os sigan gustando mis capítulos y de nuevo daros las gracias por emplear vuestro tiempo en leer y comentar esta historia.
Sigamos!
La cena fue muy amena y los dos se mostraron muy cariñosos todo el rato. Comenzaron hablando de Castle, de cómo estaba su herida y de que cada día se encontraba con más fuerzas y ganas de volver a comisaría a ayudarla. También le dijo que le quedaba poco para acabar su libro, pero que la inspiración últimamente estaba un poco apagada. Después Beckett le comentó alguna cosa de la comisaría, cosas banales. Al final, terminaron hablando de Martha y Alexis y de ciertas gamberradas que Castle había hecho cuando era un adolescente. Aquello hizo reír en varias ocasiones a Kate, que cada vez se sentía más a gusto con él.
Recogieron los platos de la cena y Richard llevó a la mesa una rico postre que él mismo había cocinado. Se lo zamparon con ganas. Estaba delicioso.
Cuando recogieron y metieron todo al lavavajillas, se sentaron en el sofá, cada uno con una copa.
“Este vino que has traído, está delicioso”. Le dijo Castle dando otro sorbo y dejándolo después sobre una pequeña mesita delante del sofá.
“Bueno, digamos que lo estaba guardando para una ocasión especial. Y esta noche, lo merecía”. Le sonrió ella imitando al escritor.
“Pensé que al final no aceptarías venir”. Susurró Castle mirándola con intensidad.
“Llevo todo este tiempo sintiéndome… culpable de todo lo que ha pasado, de tu disparo, de lo de… Josh… Mi cabeza sólo me culpaba a mí y eso no me ha dejado ni concentrarme en mi trabajo, ni dormir bien, ni ser yo misma”. Suspiró dirigiendo su mirada a las copas de vino ya medio vacías una vez más.
“Pero nada de eso ha sido culpa tuya Kate”. Él se acercó a ella agarrándole las manos con cariño y acariciándoselas con los pulgares, en forma circular. “El único culpable de todo esto es Bracken y toda su gente. Tú has conseguido llegar muy lejos en este caso. Nadie habría logrado aguantar lo que tú has aguantado. Y… cariño, sé que no encontraste esa cinta, pero te prometo que aparecerá, la encontraremos, o sino buscaremos otra pista, y podremos acabar con todo esto de una vez por todas”. Le dio un suave beso en las manos, gesto que hizo que ella lo mirara a los ojos y le sonriera un poco.
“Sin ti, nunca habría conseguido llegar hasta aquí”. Se acercó a él que se había reposado en el sofá y se acurrucó entre sus brazos apoyándose en su pecho.
Las respiraciones de ambos eran pausadas. Se sentían muy a gusto teniéndose tan cerca.
“Rick… Sé que esta cena era para los dos, porque lo necesitábamos y que lo que quería era que me distrajera y dejase de pensar en el trabajo y en el caso…” Se mordió el labio suavemente dudando si terminar de decir lo que tenía en mente o no. “Y la verdad es que hasta ahora, todo ha salido tal y cómo tú querías”. Levantó la cabeza para mirarle, sin dejar de apoyarse en su pecho. Se sonrieron y ella continuó. “Pero he pensado que… tal vez si me ayudas a mirar entre las cosas de mi madre, seamos capaces de encontrar un hilo del que tirar, o una pista de dónde pueda estar la grabación”. Le miró a los ojos esperando su reacción, pensando que se enfadaría por seguir dándole vueltas al caso.
Sin embargo, Richard la abrazó más contra su cuerpo y le besó el pelo. “¿Eso es lo que traes en la otra bolsa?”. Ella asintió y él le besó los labios. “Por supuesto que te voy a ayudar”. Le sonrió y cuando ella se fue a deshacer del abrazo, el la sujetó más fuerte haciendo que volviera a recostarse sobre él. “Pero espera, antes quiero que hagamos una cosa”. Ella le miró desconcertada y él sonrió con su típica sonrisa. Estiró el brazo y cogió una pequeña cámara de fotos. Ella frunció el ceño. “No pensarías que no iba a inmortalizar lo guapa que estás esta noche, ¿no?”. Ella sonrió con cariño y le besó lentamente en los labios.
“Dame, que pongo la cámara en la cocina, con el temporizador y nos colocamos en mitad del salón para que se nos vea bien”. Le quitó la cámara de fotos de las manos y se levantó sin poder dejar de sonreír. Colocó la cámara tal y cómo había dicho y volvió al centro del salón donde él ya se había puesto en pie y la esperaba.
Se abrazaron y posaron para la foto, ambos muy sonrientes. Kate había programado que sacara 5 fotos casi seguidas, así que cuando después del primer flash se besaron, las demás capturas pillaron ese bonito momento.
Castle se acercó a por la cámara y le enseñó las fotos a Kate. “Me encantan, sobre todo esta última”. Amplió la foto en la que tras finalizar el beso, se habían quedado mirándose embobados, con sus frentes pegadas.
“Uhumm…” Asintió Beckett abrazándose a él por el costado sano del escritor. “Me encantan todas”. Se sonrieron y guardaron la cámara.
Beckett se sentó en el sofá y Castle llenó de nuevo sus copas de vino, volviendo junto a ella. Kate cogió la bolsa en la que había metido la caja que contenía todos los efectos personales de su madre y en silenció la sacó y la abrió. También sacó su móvil y abrió una foto que habías sacado a la ventana en la que tenía expuesto el caso como si fuera la pizarra que tenía en comisaría.
Richard sonrió con cierta tristeza mientras miraba todas las cosas que Kate había llevado. “A veces se me olvida que tienes que vivir con esto todos los días…”. Susurró mirando la foto en el móvil de ella.
Beckett le miró con cariño y le sonrió ligeramente. “Bueno, llega un momento en el que dejas de lamentarte por la situación que te ha tocado vivir, y empiezas a acostumbrarte a llevar contigo siempre esa espinita clavada”. Cogió la caja de madera y fue vaciándola encima de la mesa.
¿Encontrarán algo nuevo?
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
increíble!!!! cómo puedes escribir tan bien??!! me encanta!!! seguro que encuentran algo nuevo que les ayude en el caso!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Ohhhh, pero qué rebonicos ellos. Y me ha encantado el detalle de que no estropearan la noche Martha y Alexis con su sentido de la inoportunidad, jaja.
Por cierto, el vestido es precioso!
Sigue así!
Por cierto, el vestido es precioso!
Sigue así!
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeee amo mucho tu historia , que tierna me ha parecido la escena de la cámara de fotos. El vestido me encanta.
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Me encantan vuestros comentarios! Gracias por seguir animándome a escribir
Sigamos un poquito más!
No dejéis de comentar si os sigue gustando, y si hay algo que echéis en falta o que no os termine de gustar, sólo decirlo!
Llevaban prácticamente dos horas ojeando cada cosa que había en la caja y no habían llegado a ninguna conclusión clara. En aquel momento, Castle miraba unas fotografías de Kate con su madre y no pudo evitar sonreír al ver la complicidad que tenían. Salían patinando en Central Park, colocando el árbol de Navidad, comiendo en algún restaurante, haciendo turismo por alguna ciudad… Siempre con una hermosa sonrisa en la cara. Se fijó entonces en la sonrisa de Kate y sin darse cuenta, acarició la fotografía. Nunca la había visto sonreír de aquella forma, no con aquel brillo especial en la mirada. Suspiró pasando de foto con una única idea en la cabeza: Conseguir a toda costa que aquel brillo volviera a sus preciosos ojos, volver a hacerla sonreír así, hacerla feliz, para SIEMPRE.
Kate llevaba unos minutos observando a Castle, en silencio. Le veía concentrado mirando las fotos e incluso vio cómo acariciaba aquella imagen. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y se acercó suavemente a él, mirando ella también la foto que en ese instante observaba el escritor. “Esa fue la última vez que patinamos juntas, la última Navidad los tres juntos…”. Susurró ella muy pegada a él, dejando apoyar su cabeza sobre su hombro, sin quitar la vista de la foto.
“Estáis muy guapas”. Le besó el pelo dulcemente y siguió mirando aquella foto. “Así que, ¿cada Navidad ibais a patinar?”. Dejó las fotografías sobre la mesita y pasó su brazo por los hombros de la inspectora atrayéndola más a él.
“Uhum…” Asintió ella cerrando los ojos para sentir mejor ese abrazo. “Desde que ella no está, no he vuelto a ir”. Suspiró acurrucándose en él. “Y cada Navidad, me ofrezco para trabajar y así evitar, de alguna manera, pensar en todo esto en esas fechas. Los demás compañeros tienen con quién pasar las fiestas; yo no”.
“¿Y qué pasa con tu padre?”. Castle había empezado a dejar suaves caricias en el antebrazo de ella.
“Todos los años desde que no está ella, se marcha a una pequeña casita que tenemos en la costa. Quiere pasar esos días solo y yo lo entiendo y lo respeto. Es nuestra forma de hacer frente al dolor. Él se va allí y yo me encierro en mi trabajo”. El escritor la abrazó con más fuerza sin importarle que ella se estuviera apoyando sobre su herida y le empezase a molestar. Quería demostrarle que él estaba con ella y que jamás se alejaría de su lado.
“Supongo que cada uno tiene su peculiar manera de afrontar o superar algo doloroso”. Besó el pelo de Kate. “¿Sabes qué hacía yo cada vez que sentía que mi vida era una mierda y que estaba de nuevo equivocándome de camino, de mujer o de cualquier cosa?”. Aquella pregunta hizo que la inspectora levantara la mirada y la centrara en sus azules ojos. Beckett negó en silencio y le regaló una pequeña sonrisa animándolo a continuar. “Me encerraba en mi cuarto o en mi despacho, con el ordenador y tecleaba sin parar hasta unas cuantas horas después, cuando mi madre o Alexis venían a recordarme que tenía que comer y beber algo. Aquella fue mi estúpida forma de hacerles ver a mis ex-mujeres que aquello no funcionaba”. Suspiró él bajando la mirada al suelo. “A Meredith le costó un par de años entenderme. No la culpo. Soy yo el que debería haber hablado con ella. Si no lo hice, fue por Alexis. No quería tener que separarme de su madre y que ella sufriera por ello. Después comprendí que estando solos nos iría mucho mejor que con ella”. Miró a Beckett que no le había dejado de mirar en ningún momento. “A Gina le avisó mi madre de que cada vez que me refugiaba en la escritura era porque algo no iba bien”. Le dedicó una pequeña sonrisa girando levemente la cabeza en una mueca graciosa.
“¿Qué escribías?” Kate le acaricio la mejilla suavemente y le dio un tierno beso en los labios para volver a fijar su mirada en la del escritor.
“Libros no, desde luego. Por eso Gina se fue tan enfadada. No entendía cómo podía pasarme tantas horas escribiendo y nunca tenía los libros listos”. Se tomó unos segundos para él dirigiendo su mirada a la pequeña biblioteca que tenía en casa. Continuó hablando con la vista fija en un libro rojo que no tenía letras por fuera. “Escribía mi día a día, mis penas, mis preocupaciones, mis dudas… En definitiva, un pequeño diario”. Bajó la cabeza tras aquella confesión y su cabeza voló a años atrás cuando, a pesar de tener a todas las mujer que quería, ninguna le había completado. Ninguna hasta que conoció a la inspectora Beckett.
“¿Un diario?”. Kate le miraba alzando una ceja, divertida. “Richard Castle escribiendo un diario…” Susurró y soltó una pequeña carcajada. Después vio que él no levantaba la mirada y se mordió el labio agarrándole la cara con las dos manos. Hizo que la mirara y después deposito un cálido beso en sus labios. “No te avergüences de eso Rick. Yo también tenía mi diario. Sobre todo después de lo de mi madre. Bueno, de hecho, sigo teniéndolo, aunque hace tiempo que no lo continuo”. Le sonrió con ternura y Castle le devolvió la sonrisa. “Es tarde, creo que deberíamos dejar esto…” Susurró mirando todas las cosas esparcidas por la mesa. “Lo hemos mirado y seguimos como antes”. Suspiró.
Castle la imitó y dirigió también su mirada hacia todo lo que tenían encima de la mesa. De repente, se fijó en que no había mirado una pequeña libreta que estaba bajo unas cuantas fotografías. “Espera, esto de aquí creo que no lo he mirado”. Alargó el brazo hasta coger la libreta y miró a Kate.
Beckett se acercó a ver de qué se trataba y después le miró a él. “Es una especie de agenda o libreta. En ella tomaba notas, pero sólo ella las entendía. Se inventó un código en la universidad y ni mi padre ni yo lo conocemos”. Le abrió una de las hojas en la que se veía los símbolos que Johanna había escrito.
“¡Vaya! Inventarse su propio idioma… Ya sé de dónde has sacado la inteligencia”. Le sonrió con ternura mientras ella no dejaba de mirar la libreta.
“Sólo que no soy lo suficientemente inteligente como para entender lo que pone ahí y poder atraparlos”. Susurró con un pequeño atisbo de tristeza y después cogió una de las fotos que Castle aún no había visto. Eran los tres en Central Park, ella tendría unos quince años. Acarició el rostro de su madre con su pulgar.
Castle decidió dejarle ese rato para ella, darle un pequeño espacio. Mientras, siguió ojeando la agenda hasta llegar al día de su muerte. Allí encontró una anotación que le hizo fruncir el ceño.
¿Lo lograrán?
¿Qué os va pareciendo?
Sigamos un poquito más!
No dejéis de comentar si os sigue gustando, y si hay algo que echéis en falta o que no os termine de gustar, sólo decirlo!
Llevaban prácticamente dos horas ojeando cada cosa que había en la caja y no habían llegado a ninguna conclusión clara. En aquel momento, Castle miraba unas fotografías de Kate con su madre y no pudo evitar sonreír al ver la complicidad que tenían. Salían patinando en Central Park, colocando el árbol de Navidad, comiendo en algún restaurante, haciendo turismo por alguna ciudad… Siempre con una hermosa sonrisa en la cara. Se fijó entonces en la sonrisa de Kate y sin darse cuenta, acarició la fotografía. Nunca la había visto sonreír de aquella forma, no con aquel brillo especial en la mirada. Suspiró pasando de foto con una única idea en la cabeza: Conseguir a toda costa que aquel brillo volviera a sus preciosos ojos, volver a hacerla sonreír así, hacerla feliz, para SIEMPRE.
Kate llevaba unos minutos observando a Castle, en silencio. Le veía concentrado mirando las fotos e incluso vio cómo acariciaba aquella imagen. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y se acercó suavemente a él, mirando ella también la foto que en ese instante observaba el escritor. “Esa fue la última vez que patinamos juntas, la última Navidad los tres juntos…”. Susurró ella muy pegada a él, dejando apoyar su cabeza sobre su hombro, sin quitar la vista de la foto.
“Estáis muy guapas”. Le besó el pelo dulcemente y siguió mirando aquella foto. “Así que, ¿cada Navidad ibais a patinar?”. Dejó las fotografías sobre la mesita y pasó su brazo por los hombros de la inspectora atrayéndola más a él.
“Uhum…” Asintió ella cerrando los ojos para sentir mejor ese abrazo. “Desde que ella no está, no he vuelto a ir”. Suspiró acurrucándose en él. “Y cada Navidad, me ofrezco para trabajar y así evitar, de alguna manera, pensar en todo esto en esas fechas. Los demás compañeros tienen con quién pasar las fiestas; yo no”.
“¿Y qué pasa con tu padre?”. Castle había empezado a dejar suaves caricias en el antebrazo de ella.
“Todos los años desde que no está ella, se marcha a una pequeña casita que tenemos en la costa. Quiere pasar esos días solo y yo lo entiendo y lo respeto. Es nuestra forma de hacer frente al dolor. Él se va allí y yo me encierro en mi trabajo”. El escritor la abrazó con más fuerza sin importarle que ella se estuviera apoyando sobre su herida y le empezase a molestar. Quería demostrarle que él estaba con ella y que jamás se alejaría de su lado.
“Supongo que cada uno tiene su peculiar manera de afrontar o superar algo doloroso”. Besó el pelo de Kate. “¿Sabes qué hacía yo cada vez que sentía que mi vida era una mierda y que estaba de nuevo equivocándome de camino, de mujer o de cualquier cosa?”. Aquella pregunta hizo que la inspectora levantara la mirada y la centrara en sus azules ojos. Beckett negó en silencio y le regaló una pequeña sonrisa animándolo a continuar. “Me encerraba en mi cuarto o en mi despacho, con el ordenador y tecleaba sin parar hasta unas cuantas horas después, cuando mi madre o Alexis venían a recordarme que tenía que comer y beber algo. Aquella fue mi estúpida forma de hacerles ver a mis ex-mujeres que aquello no funcionaba”. Suspiró él bajando la mirada al suelo. “A Meredith le costó un par de años entenderme. No la culpo. Soy yo el que debería haber hablado con ella. Si no lo hice, fue por Alexis. No quería tener que separarme de su madre y que ella sufriera por ello. Después comprendí que estando solos nos iría mucho mejor que con ella”. Miró a Beckett que no le había dejado de mirar en ningún momento. “A Gina le avisó mi madre de que cada vez que me refugiaba en la escritura era porque algo no iba bien”. Le dedicó una pequeña sonrisa girando levemente la cabeza en una mueca graciosa.
“¿Qué escribías?” Kate le acaricio la mejilla suavemente y le dio un tierno beso en los labios para volver a fijar su mirada en la del escritor.
“Libros no, desde luego. Por eso Gina se fue tan enfadada. No entendía cómo podía pasarme tantas horas escribiendo y nunca tenía los libros listos”. Se tomó unos segundos para él dirigiendo su mirada a la pequeña biblioteca que tenía en casa. Continuó hablando con la vista fija en un libro rojo que no tenía letras por fuera. “Escribía mi día a día, mis penas, mis preocupaciones, mis dudas… En definitiva, un pequeño diario”. Bajó la cabeza tras aquella confesión y su cabeza voló a años atrás cuando, a pesar de tener a todas las mujer que quería, ninguna le había completado. Ninguna hasta que conoció a la inspectora Beckett.
“¿Un diario?”. Kate le miraba alzando una ceja, divertida. “Richard Castle escribiendo un diario…” Susurró y soltó una pequeña carcajada. Después vio que él no levantaba la mirada y se mordió el labio agarrándole la cara con las dos manos. Hizo que la mirara y después deposito un cálido beso en sus labios. “No te avergüences de eso Rick. Yo también tenía mi diario. Sobre todo después de lo de mi madre. Bueno, de hecho, sigo teniéndolo, aunque hace tiempo que no lo continuo”. Le sonrió con ternura y Castle le devolvió la sonrisa. “Es tarde, creo que deberíamos dejar esto…” Susurró mirando todas las cosas esparcidas por la mesa. “Lo hemos mirado y seguimos como antes”. Suspiró.
Castle la imitó y dirigió también su mirada hacia todo lo que tenían encima de la mesa. De repente, se fijó en que no había mirado una pequeña libreta que estaba bajo unas cuantas fotografías. “Espera, esto de aquí creo que no lo he mirado”. Alargó el brazo hasta coger la libreta y miró a Kate.
Beckett se acercó a ver de qué se trataba y después le miró a él. “Es una especie de agenda o libreta. En ella tomaba notas, pero sólo ella las entendía. Se inventó un código en la universidad y ni mi padre ni yo lo conocemos”. Le abrió una de las hojas en la que se veía los símbolos que Johanna había escrito.
“¡Vaya! Inventarse su propio idioma… Ya sé de dónde has sacado la inteligencia”. Le sonrió con ternura mientras ella no dejaba de mirar la libreta.
“Sólo que no soy lo suficientemente inteligente como para entender lo que pone ahí y poder atraparlos”. Susurró con un pequeño atisbo de tristeza y después cogió una de las fotos que Castle aún no había visto. Eran los tres en Central Park, ella tendría unos quince años. Acarició el rostro de su madre con su pulgar.
Castle decidió dejarle ese rato para ella, darle un pequeño espacio. Mientras, siguió ojeando la agenda hasta llegar al día de su muerte. Allí encontró una anotación que le hizo fruncir el ceño.
¿Lo lograrán?
¿Qué os va pareciendo?
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigreee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches! Vengo un poquito más!
Espero seguir enganchandoos a esta humilde historia.
Gracias por leer y por comentar!
¡Sigamos!
“Kate…”. Susurró el escritor releyendo las notas de Johanna. “Esto es del día de su muerte. Tal vez tenga algo que ver…”. Propuso mientras veía cómo la inspectora dejaba las fotos y se acercaba de nuevo a él para leer lo que había anotado para aquel día.
“Habíamos quedado con ella para cenar en el restaurante. Pero no apareció”. Tenía la vista fija en la letra de su madre.
“Hay algo borrado debajo de esto”. Castle llevaba un par de minutos intentando averiguar que era lo que la madre de Kate había escrito previamente.
“Déjame ver..” Kate se tensó al oír aquello y le cogió la libreta de las manos para mirarla de más cerca. Aquello podría significar una nueva pista, un nuevo hilo del que tirar. Empezó a decir en voz alta lo que podría poner. “¿Mon… Monte?” Frunció el ceño y continuó intentándolo, sin éxito. Gruñó frustrada.
“Espera. Vamos a probar con algo”. Se levantó y fue a su despacho, cogió un lápiz y volvió a sentarse junto a ella. “A lo mejor quedó marcada la página de debajo y podemos leerlo mejor”. Kate le dio la libreta dedicándole una pequeña sonrisa ante aquella gran idea.
Richard pasó la página y marcó con el lápiz suavemente. Quedaron marcadas dos frases. La que perduraba escrita en la hoja anterior y la que había sido borrada. Ahora se podía leer más fácilmente. Ambos se miraron con cierto nerviosismo y se acercaron más al papel para tratar de leer.
“No es “monte”, es… ¡Montgomery!” Exclamó Kate al conseguir descifrarlo y miró a Castle extrañada por aquella anotación. Rick frunció el ceño mirándola a ella intentando averiguar por qué había escrito el nombre del detective Montgomery. Beckett volvió a mirar la hoja. “Hay algo más escrito después…” Susurró entrecerrando los ojos para intentar leerlo mejor.
Castle se acercó más al papel e imitó a la inspectora tratando de adivinar qué ponía. “¿Elefante?”. Frunció el ceño con fuerza. Aquello sí que no se lo esperaba y en su cabeza, no tenía sentido. “¿Pone eso?”. Miró a Kate que se había quedado callada sin dejar de mirar el papel.
Su expresión era seria pero sus ojos no dejaban de moverse por todo el papel para intentar saber si había algo más que se les estaba escapando. Suspiró al no encontrar nada más. “Yo qué sé. Será otro de sus códigos”. Se apoyó en el respaldo del sofá cerrando los ojos cansada y llevándose la mano a la frente para frotársela.
Castle dedicó unos minutos más a mirar aquella hoja y pensar en las palabras que había escritas. Suspiró frotándose la sien. No encajaban. Dejó la libreta sobre la mesa y se apoyó él también en el sofá, al lado de Kate, que permanecía con los ojos cerrados. Richard sin decir nada, pasó su brazo por los hombros de ella y la atrajo a él, pegándola a su cuerpo y dándole un suave beso en el pelo. Al principio, Kate quiso separarse de él y dejar de sentirse vulnerable. Hizo un amago de alejarse del abrazo, pero Rick, intuyendo lo que le pasaba, apretó más el abrazo evitando que ella se apoyase sobre su herida, pero pegándola más a su pecho y sujetándola con firmeza. Ella se rindió y se abrazó a él cerrando los ojos intentando aguantar sus lágrimas. Era absurdo querer separarse de él, del hombre que le daba fuerzas para superar todo.
Tras un buen rato en aquella postura y en silencio dedicándose suaves caricias, Richard comenzó a quedarse dormido. Las molestias que sentía de vez en cuando en el costado le hacían sentirse agotado. Cuando Beckett notó que la respiración del escritor se iba ralentizando, comprendió que se estaba durmiendo. Sonrió muy levemente aún apoyada en su pecho y sólo entonces dejó que varias lágrimas brotaran de sus ojos. Se dedicó esos minutos para ella, para liberar la angustia que sentía, abrazada a el escritor, su escritor. Después, se secó las lágrimas, le dio un dulce beso a él en el pecho y se deshizo del abrazo con cuidado de no hacerle daño. Recogió las copas y metió todas las cosas en la caja de madera. Después, volvió al sofá y se sentó a su lado, acariciándole la mejilla para comenzar a despertarlo y acompañarlo a la cama. El sofá no era el mejor sitio para que durmiera.
“Rick… cariño…”. Susurró ella con ternura, dado suaves besos en sus labios. “Despierta anda, que si duermes en el sofá te dolerá todo luego. Y a ver quién te aguanta quejándote todo el día”. Sonrió mordiéndose el labio y recordando que muchas veces, es peor que un niño.
Castle se movió ante los besos y las palabras de Kate y sonrió al escucharla decir aquello último. Se desperezó estirándose con cuidado de que no le tiraran los puntos “¿Me llevas a la cama?” Puso morritos sin abrir los ojos todavía, haciendo reír a Beckett.
“Anda, no me hagas sacar la pistola para conseguir que te levantes”. Le dio un dulce beso en los labios y se levantó tendiéndole su mano. “Venga, que yo te ayudo”. Castle alargó su mano hasta agarrar la de ella y con su ayuda se levantó aún adormilado. “Vamos a la cama”. Sin soltar su mano, se dirigió a la habitación del escritor, pero a mitad de camino, éste se paró en secó haciendo que ella también tuviera que parar. Se giró a mirarle extrañada. “¿Qué pasa?”.
Castle trataba de controlar la enorme sonrisa que quería mostrar desde que ella había dicho de irse a la cama, juntos. “¿Te vas a quedar?”. Los ojos le brillaban mientras se mordía el labio.
Beckett sonrió al darse cuenta de ello y se acercó a él sin soltar sus manos. “Uhum… Eso tenía pensado, pero si no quieres, no tienes más que decirlo y me iré a mi apartamento, sola… A darme un relajante baño de espuma, a la luz de las velas…”. Le miraba con intensidad y suspiró al perderse en su mirada. Era increíble lo rápido que conseguía que se olvidara de todo lo malo y sonriera.
“De eso nada inspectora”. Él la agarró de la cintura atrayéndola a su cuerpo. La miraba con intensidad. Sus palabras habían conseguido subir la temperatura. “No hay nada en este momento que desee más que pasar la noche junto a ti…” Susurró con sensualidad y se acercó al oído de ella. “Y no necesariamente… durmiendo…” Agarró el lóbulo de su oreja suavemente con los dientes, lo que hizo suspirar y ahogar un pequeño gemido a Kate.
“¿Y… y tu herida…?” Beckett se sentía totalmente excitada. Él sabía perfectamente cómo conseguirlo en apenas segundos. Le deseaba, como nunca había deseado a nadie. Pero temía hacerle daño.
“La herida está perfectamente”. Castle seguía muy pegado a ella, susurrándole al oído y dejando dulces besos en su cuello. “Con tener un poco de cuidado, bastará”. Terminó de decir aquello mordiéndole ligeramente entre el cuello y la clavícula.
“Mmmm…” No logró contenerse y aquel gemido se escapó de sus labios mientras cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia el otro lado para darle mayor acceso a su cuello. “Si sigues así, no voy a poder controlarme..”. Su voz sonaba entrecortada por la excitación.
“Eso es precisamente lo que quiero: ¡Que no te controles!”. La pegó más a él haciendo que ella notara la excitación del escritor, lo que la hizo volver a gemir, esta vez, más fuerte.
Hasta aquí por hoy!
Espero seguir enganchandoos a esta humilde historia.
Gracias por leer y por comentar!
¡Sigamos!
“Kate…”. Susurró el escritor releyendo las notas de Johanna. “Esto es del día de su muerte. Tal vez tenga algo que ver…”. Propuso mientras veía cómo la inspectora dejaba las fotos y se acercaba de nuevo a él para leer lo que había anotado para aquel día.
“Habíamos quedado con ella para cenar en el restaurante. Pero no apareció”. Tenía la vista fija en la letra de su madre.
“Hay algo borrado debajo de esto”. Castle llevaba un par de minutos intentando averiguar que era lo que la madre de Kate había escrito previamente.
“Déjame ver..” Kate se tensó al oír aquello y le cogió la libreta de las manos para mirarla de más cerca. Aquello podría significar una nueva pista, un nuevo hilo del que tirar. Empezó a decir en voz alta lo que podría poner. “¿Mon… Monte?” Frunció el ceño y continuó intentándolo, sin éxito. Gruñó frustrada.
“Espera. Vamos a probar con algo”. Se levantó y fue a su despacho, cogió un lápiz y volvió a sentarse junto a ella. “A lo mejor quedó marcada la página de debajo y podemos leerlo mejor”. Kate le dio la libreta dedicándole una pequeña sonrisa ante aquella gran idea.
Richard pasó la página y marcó con el lápiz suavemente. Quedaron marcadas dos frases. La que perduraba escrita en la hoja anterior y la que había sido borrada. Ahora se podía leer más fácilmente. Ambos se miraron con cierto nerviosismo y se acercaron más al papel para tratar de leer.
“No es “monte”, es… ¡Montgomery!” Exclamó Kate al conseguir descifrarlo y miró a Castle extrañada por aquella anotación. Rick frunció el ceño mirándola a ella intentando averiguar por qué había escrito el nombre del detective Montgomery. Beckett volvió a mirar la hoja. “Hay algo más escrito después…” Susurró entrecerrando los ojos para intentar leerlo mejor.
Castle se acercó más al papel e imitó a la inspectora tratando de adivinar qué ponía. “¿Elefante?”. Frunció el ceño con fuerza. Aquello sí que no se lo esperaba y en su cabeza, no tenía sentido. “¿Pone eso?”. Miró a Kate que se había quedado callada sin dejar de mirar el papel.
Su expresión era seria pero sus ojos no dejaban de moverse por todo el papel para intentar saber si había algo más que se les estaba escapando. Suspiró al no encontrar nada más. “Yo qué sé. Será otro de sus códigos”. Se apoyó en el respaldo del sofá cerrando los ojos cansada y llevándose la mano a la frente para frotársela.
Castle dedicó unos minutos más a mirar aquella hoja y pensar en las palabras que había escritas. Suspiró frotándose la sien. No encajaban. Dejó la libreta sobre la mesa y se apoyó él también en el sofá, al lado de Kate, que permanecía con los ojos cerrados. Richard sin decir nada, pasó su brazo por los hombros de ella y la atrajo a él, pegándola a su cuerpo y dándole un suave beso en el pelo. Al principio, Kate quiso separarse de él y dejar de sentirse vulnerable. Hizo un amago de alejarse del abrazo, pero Rick, intuyendo lo que le pasaba, apretó más el abrazo evitando que ella se apoyase sobre su herida, pero pegándola más a su pecho y sujetándola con firmeza. Ella se rindió y se abrazó a él cerrando los ojos intentando aguantar sus lágrimas. Era absurdo querer separarse de él, del hombre que le daba fuerzas para superar todo.
Tras un buen rato en aquella postura y en silencio dedicándose suaves caricias, Richard comenzó a quedarse dormido. Las molestias que sentía de vez en cuando en el costado le hacían sentirse agotado. Cuando Beckett notó que la respiración del escritor se iba ralentizando, comprendió que se estaba durmiendo. Sonrió muy levemente aún apoyada en su pecho y sólo entonces dejó que varias lágrimas brotaran de sus ojos. Se dedicó esos minutos para ella, para liberar la angustia que sentía, abrazada a el escritor, su escritor. Después, se secó las lágrimas, le dio un dulce beso a él en el pecho y se deshizo del abrazo con cuidado de no hacerle daño. Recogió las copas y metió todas las cosas en la caja de madera. Después, volvió al sofá y se sentó a su lado, acariciándole la mejilla para comenzar a despertarlo y acompañarlo a la cama. El sofá no era el mejor sitio para que durmiera.
“Rick… cariño…”. Susurró ella con ternura, dado suaves besos en sus labios. “Despierta anda, que si duermes en el sofá te dolerá todo luego. Y a ver quién te aguanta quejándote todo el día”. Sonrió mordiéndose el labio y recordando que muchas veces, es peor que un niño.
Castle se movió ante los besos y las palabras de Kate y sonrió al escucharla decir aquello último. Se desperezó estirándose con cuidado de que no le tiraran los puntos “¿Me llevas a la cama?” Puso morritos sin abrir los ojos todavía, haciendo reír a Beckett.
“Anda, no me hagas sacar la pistola para conseguir que te levantes”. Le dio un dulce beso en los labios y se levantó tendiéndole su mano. “Venga, que yo te ayudo”. Castle alargó su mano hasta agarrar la de ella y con su ayuda se levantó aún adormilado. “Vamos a la cama”. Sin soltar su mano, se dirigió a la habitación del escritor, pero a mitad de camino, éste se paró en secó haciendo que ella también tuviera que parar. Se giró a mirarle extrañada. “¿Qué pasa?”.
Castle trataba de controlar la enorme sonrisa que quería mostrar desde que ella había dicho de irse a la cama, juntos. “¿Te vas a quedar?”. Los ojos le brillaban mientras se mordía el labio.
Beckett sonrió al darse cuenta de ello y se acercó a él sin soltar sus manos. “Uhum… Eso tenía pensado, pero si no quieres, no tienes más que decirlo y me iré a mi apartamento, sola… A darme un relajante baño de espuma, a la luz de las velas…”. Le miraba con intensidad y suspiró al perderse en su mirada. Era increíble lo rápido que conseguía que se olvidara de todo lo malo y sonriera.
“De eso nada inspectora”. Él la agarró de la cintura atrayéndola a su cuerpo. La miraba con intensidad. Sus palabras habían conseguido subir la temperatura. “No hay nada en este momento que desee más que pasar la noche junto a ti…” Susurró con sensualidad y se acercó al oído de ella. “Y no necesariamente… durmiendo…” Agarró el lóbulo de su oreja suavemente con los dientes, lo que hizo suspirar y ahogar un pequeño gemido a Kate.
“¿Y… y tu herida…?” Beckett se sentía totalmente excitada. Él sabía perfectamente cómo conseguirlo en apenas segundos. Le deseaba, como nunca había deseado a nadie. Pero temía hacerle daño.
“La herida está perfectamente”. Castle seguía muy pegado a ella, susurrándole al oído y dejando dulces besos en su cuello. “Con tener un poco de cuidado, bastará”. Terminó de decir aquello mordiéndole ligeramente entre el cuello y la clavícula.
“Mmmm…” No logró contenerse y aquel gemido se escapó de sus labios mientras cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia el otro lado para darle mayor acceso a su cuello. “Si sigues así, no voy a poder controlarme..”. Su voz sonaba entrecortada por la excitación.
“Eso es precisamente lo que quiero: ¡Que no te controles!”. La pegó más a él haciendo que ella notara la excitación del escritor, lo que la hizo volver a gemir, esta vez, más fuerte.
Hasta aquí por hoy!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me encanta!!!! Más casckett!!! siguee pronto!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueee, lo has cortado en lo mejor!!
PD: me encanta como mezclas algunas escenas que han aparecido en la serie, como la de las fotos, con tu imaginación, una mezcla perfecta!
PD: me encanta como mezclas algunas escenas que han aparecido en la serie, como la de las fotos, con tu imaginación, una mezcla perfecta!
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Genial, como siempre!
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Hacía tiempo que no entraba en el foro y se me han juntado muchos capis jjajaja pero me encanta mucho tu historia sigue pronto please
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
que chulo, me ha gustado mucho sigue y sobretodo mucho caskett
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
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