UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
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Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Aishh,Beckett borracha,si esque no puede beber!
Como se acuerde de lo que hizo uú
Esta geniall
Como se acuerde de lo que hizo uú
Esta geniall
andrea3msc- Autor de best-seller
- Mensajes : 933
Fecha de inscripción : 15/01/2011
Edad : 28
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
WAAAUUU vaya giro inesperaadoooo impresionanteee me ha encantadoo xDxD
Nikki Heat- As del póker
- Mensajes : 274
Fecha de inscripción : 24/01/2011
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Este capítulo ha sido muy original!!!
Yo quiero ver a Beckett en algún capitulo de la serie borracha...sería la caña!!!
Sube otro pronto que estos dos solos en la casa de castle tienen mucho peligro.
Yo quiero ver a Beckett en algún capitulo de la serie borracha...sería la caña!!!
Sube otro pronto que estos dos solos en la casa de castle tienen mucho peligro.
Celia- Actor en Broadway
- Mensajes : 227
Fecha de inscripción : 07/03/2011
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
mola esta beckett borracha jejejeje
lucia- As del póker
- Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 23/10/2010
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
que chuloooo, me ha gustado mucho, espero que lo continues prontooo!!
xonika- As del póker
- Mensajes : 474
Fecha de inscripción : 13/08/2010
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Wooaaaaa! Que me he reido con este capi! jajaja cuando se entere beckett uuuuiiiiiii!!!!
Maite- As del póker
- Mensajes : 376
Fecha de inscripción : 13/12/2010
Edad : 30
Localización : Viña del Mar,chile
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
jajaaajjjajaajjaaja
estupendo capitulazooooo
k risass x dioss
subeee otrooooooooo plissssss
cuando beckett se entere lo que le adixo a castle y lo del besoooo xdxdxdxdxdxdxd
felicidades te a kedadoooooo de juloooooooooooooooooo
estupendo capitulazooooo
k risass x dioss
subeee otrooooooooo plissssss
cuando beckett se entere lo que le adixo a castle y lo del besoooo xdxdxdxdxdxdxd
felicidades te a kedadoooooo de juloooooooooooooooooo
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Me parto con este fic ¡Es genial! Y Beckett bebiéndose hasta el agua de los floreros....¡jajaja! Buenísimo
XD
con la cogorza de beckett me he reido de lo lindo jajajaja ha sido muy bueno te ha quedajo genial pero tambien me da mucha pena por kate sera c**** josh :diooos como lo odio.
Carla_Bk- Invitado
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
¡¡¡Me ha encantado!!! Es estupendo lo de la borrachera de Beckett
caskett mola- Autor de best-seller
- Mensajes : 874
Fecha de inscripción : 27/01/2011
Edad : 25
Localización : Castlelandia
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
JOJOJOJOJO!!!!!
______________________
"Hey, young blood, doesn’t it feel like our time is running out?", Fall Out Boy
- Spoiler:
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Joder que risa con el capi, escribes fenomenal y espero que lo sigas prontito...
funkyfish- Policia de homicidios
- Mensajes : 554
Fecha de inscripción : 08/12/2010
Localización : madrid
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Muchas gracias por vuestros comentarios. Aquí os dejo el capítulo 3 que me ha quedado un poco guarrillo, no de picante... sino de asquerosito.
Capítulo 3
Durante el trayecto en taxi, Becket que se había quedado un poco adormilada, empezó a moverse.
- ¿Dónde vamos? – preguntó.
- A mi casa – respondió él.
- Pero yo no quiero ir a tu casa – dijo volviendo a moverse.
- Pues antes si que querías. ¿Quieres estarte quieta de una vez?, me estas poniendo nervioso.
- ¡No me grites! – exclamó ella – me duele la cabeza.
- No te he gritado, ni siquiera he hablado fuerte y es normal que te duela la cabeza con lo que llevas bebido. Nunca pensé que fueras capaz de beber de esa manera.
- ¿Me estás llamando borracha? – exclamó ofendida.
- No mujer, ni se me ocurriría – dijo él con tono irónico.
- No me encuentro bien, quiero bajarme del coche – se lamentó ella.
- Ya casi estamos llegando – dijo él, bajando la ventanilla al ver que se estaba poniendo verde.
- Creo que me estoy mareando.
- ¡Oiga señora, no me vaya a vomitar en el coche! – exclamó el taxista – yo paro y lo hace en la calle.
- ¡Vamos aguanta, Becket! – dijo Castle – ya casi estamos llegando, solo quedan dos manzanas.
El taxista iba tan deprisa intentando evitar lo que iba a ocurrir, que el traqueteo estaba mareando más a Becket, y cuando llegó a su destino fue tal el frenazo que dio, que ella sin poder evitarlo empezó a vomitar dentro del taxi.
- ¡Señora, que asco!, y ¿quién me va a pagar la limpieza del coche? – preguntó irritado el taxista.
- Por el dinero no se preocupe, espere que voy a sacarla del coche antes de que vomite más – dijo Castle también con cara de asco, ya que además del coche se había manchado ella y lo había manchado a él.
La sacó como pudo del taxi tirando de ella y diciéndole:
- Espera un momento que le pago al taxista – y sacando la cartera del bolsillo le dio un fajo de billetes – con esto tiene suficiente para limpiarlo.
- Desde luego amigo – dijo el taxista con ojos sorprendidos al ver la cantidad de dinero – si me paga así dejo que su amiga vomite otra vez.
Cuando se marchó el taxi, Castle se giró buscando a Becket y no la vio por ningún lado.
- Pero ¿dónde se ha metido esta mujer? – se preguntó mientras la buscaba.
La vio sentada en el suelo, tenía muy mala cara y estaba dejada caer contra el poste de una señal. Se acercó a ella y cogiéndola por los brazos la levantó del suelo, pero el movimiento no le sentó muy bien y empezó de nuevo a vomitar bastante, poniéndolos a los dos perdidos.
- Wow… para ya, que pareces la niña del exorcista, ¡que barbaridad!, claro con la cantidad de alcohol y todo lo que cenaste anoche no me extraña que vomites de esa manera.
La cogió del brazo y la condujo hasta el portal. El portero de noche lo saludó.
- Buenas noches señor, espere que le llamo al ascensor, ya veo que su amiga no se encuentra muy bien.
- Sin comentarios Joseph.
- Por supuesto señor.
Y al subir al ascensor y estar los dos más juntos, Becket un tanto aturdida lo mira con ojos vidriosos y cara de asco.
- ¡Qué mal hueles!
- Así que ahora huelo mal, ¿eh?
- No soporto el olor a vómito, ¿por qué estás así?
- Pues no sé de quien será la culpa.
Y con el movimiento del ascensor y el desagradable olor, empezó a vomitar de nuevo.
- Pero, ¿es que no vas a acabar nunca?, ¡Qué asco, eres como un pozo sin fondo!
Becket no se encontraba nada bien, estaba pálida, y medio desmayada, evidentemente la copiosa vomitona que había tenido la había dejado casi sin fuerzas.
Desde el mismo ascensor y a través del teléfono interior habló con el portero.
- Joseph, como sabe la amiga que venía conmigo se encuentra indispuesta y sin poder evitarlo ha dejado un “regalito” en el ascensor. Por favor límpielo y como le dije antes, sin comentarios. Le recompensaré, y ya sabe lo generoso que puedo llegar a ser.
- Por supuesto señor Castle, no se preocupe que yo me hago cargo y le prometo discreción absoluta – respondió el portero, pensando que los ricos estaban todos locos, y también en la recompensa de Castle, que además de una buena propina siempre la acompañaba de algún extra, lo mismo era una reserva para un restaurante, que entradas para algún tipo de espectáculo.
Con dificultad consigue llevar a Becket hasta la puerta, porque está hecha unos zorros. Ya dentro del loft Castle no sabía donde ponerla. Estaban los dos llenos de vómito, así que no la quiso poner en el sofá. La habitación de invitados estaba sin preparar y por supuesto que no podía dejarla ni en la de Alexis o la de su madre, aunque estuvo tentado de dejarla en la de esta última.
Así que decide llevarla hasta su dormitorio, intenta ayudarla a subir las escaleras, pero ella es incapaz de hacerlo y no para de tropezar, así que antes de que se caigan decide cargarla como un fardo sobre su hombro, suplicando en silencio que la postura con la cabeza bocabajo no la hiciera volver a vomitar.
Becket con el zarandeo se espabila un poco y solo acierta a decir con voz gangosa:
- ¡Wow, Castle, desde aquí arriba te veo el culo… y vaya culo, chico!
- En eso estamos a la par, inspectora – responde ya que tiene el trasero de ella justo al lado de la cara.
Al llegar a su habitación, la deja caer sobre su cama. Becket ya está profundamente dormida, y apenas si se resiste. Ahora viene la parte más difícil, quitarle toda la ropa sucia y llena de vómito.
Comienza por las botas y los calcetines, pensando en los taconazos que lleva siempre, aún no comprende como es capaz de correr con ellos. Sigue con la chaqueta de cuero, y luego le suelta el botón de los pantalones vaqueros pitillo que llevaba puestos y que tan bien le quedaban a la condenada, y por último debe enfrentarse con la ceñida camiseta que estaba realmente sucia.
Ni siquiera se ha fijado en ella, de apurado que estaba por evitar que le manchara la ropa de cama y de ganas que él mismo tenía de desvestirse y echar toda aquella ropa a lavar.
Cuando regresa a su dormitorio, vestido solo con los calzoncillos, se da cuenta de que encima de su cama, totalmente estirada y profundamente dormida, en ropa interior, está su musa, Katherine Becket, su objeto de deseo, de los últimos tiempos. La mujer que le obsesiona hasta el punto, que ha roto con Gina, y casi no sale con nadie, como no sea a algún lugar con Alexis.
Y allí estaba solo para él, a su merced y sin voluntad…
“¡Vamos Ricky, contente!, que es tu amiga y no está consciente y cualquier cosa, sería sin su consentimiento... pero que buena que está la condenada, y que bien le sienta ese conjunto de encaje negro...¡Uf, huele a borrachín viejo!... habrá que asearla un poco, y luego una ducha fría y a dormir, Ricky, a dormir...”
Con resignación, trae del baño una toalla húmeda y con cuidado de no despertarla, va limpiándole a Becket, la cara, el cuello, el pecho, el vientre, las manos e incluso las piernas y los pies... prácticamente, la asea entera, para luego secarla con mimo, y girándola con cuidado, llegar a introducirla dentro del embozo, para poder cubrirla.
Becket que se siente muy cómoda, suspira satisfecha, se gira abrazando con fuerza la almohada y sigue durmiendo sin ningún recato.
Castle, opta por ir a ducharse y después de hacerlo, regresa a la cocina y se prepara unos cereales con leche.
Cuando termina de comer, mete dentro de la lavadora toda la ropa que le quitó a ella, y que se quitó él, echa el detergente y suavizante y la pone a funcionar. Empieza a limpiar los zapatos de ambos, los botines de ella y su chaqueta de cuero puede adecentarlos bastante, pero sus carísimos zapatos italianos de ante están hechos un asco así que con resignación los echa al cubo de la basura, aquello no había manera de limpiarlo. No tiene sueño, así que lo mejor será ponerse a ver un poco la televisión.
Después de un rato despierta sobresaltado en el sofá “Vaya, parecía que no tenía sueño, y sin embargo se quedó dormido nada más encender la tele... ¿qué hora es?... ¡ufff!, ¡ahhhh!, es casi de día”.
Decidió subir a su cuarto para ver como estaba su musa beoda.
Por unos momentos se la queda mirando, está atravesada en diagonal y se ha destapado, otra vez aquella visión, iba a tener fantasías con Becket medio desnuda y en su cama por una larga temporada.
Se acerca a ella a taparla de nuevo y no puede evitar arrugar la nariz, su aliento huele a rata de cloaca, la resaca que iba a tener iba a ser histórica.
Cogió una manta y una almohada del armario y dejando la puerta abierta para poder oírla si se sentía mal, se volvió al sofá.
*****************************************
Cuando se despierta siente que la cabeza va a estallarle. Las cortinas están corridas, pero un rayito de sol se cuela entre ellas y le da en todo su ojo derecho, y le molesta muchísimo. Se estira en la cama y siente además dolor en todos los músculos del abdomen, tiene la boca seca como la suela de un zapato, definitivamente no se encuentra nada bien.
Entonces se da cuenta de que no está en su cama, ni en su casa, “¿dónde diablos está?”, lo único que recuerda después del disgusto con Josh es que se fue al bar de Castle a buscarlo, porque necesitaba hablar con alguien, y quien mejor que él. De repente se da cuenta de donde está, “Ay, Dios, estás en casa de Castle” y juraría que está durmiendo en su cama, es entonces cuando se da cuenta que esta medio desnuda, “¿que has hecho Katherine Becket?, y ¿Dónde esta Castle?” Será que se han acostado, ella no se acuerda de nada, “mira que acostarte con Richard Castle y no acordarte de nada”, eso solo le pasa a ella, bueno a lo mejor no era para tanto y por eso no se acordaba.
Está totalmente aturdida, se levanta y siente que se marea, así que vuelve a sentarse en la cama donde esta un rato, no se oye ningún ruido en la casa. Intenta levantarse y aunque sigue un poco mareada consigue llegar hasta el baño. Después de usarlo vuelve a la habitación y empieza a buscar su ropa por todas partes, pero no la encuentra. Lo primero que le viene a la mente es una imagen de ella con un Castle seductor arrancándole la ropa y teniendo sexo salvaje, pero como no se acuerda absolutamente de nada, coge la sábana y se envuelve en ella.
De esa guisa baja las escaleras hasta el salón, allí ve a Castle durmiendo en el sofá tapado con una manta, se acerca a él y empieza a zarandearlo.
- Castle, Castle, despierta, ¿dónde está mi ropa?, ¿Qué has hecho con ella?
- ¡Ehhh!, ¿qué pasa? – preguntó Castle con voz somnolienta - ¿Becket?, ¿Cómo te encuentras?
- ¿Qué como me encuentro?, pues fatal y encima amanezco en tu cama medio desnuda y toda dolorida, ¿se puede saber que me has hecho? – preguntó indignada.
Capítulo 3
Durante el trayecto en taxi, Becket que se había quedado un poco adormilada, empezó a moverse.
- ¿Dónde vamos? – preguntó.
- A mi casa – respondió él.
- Pero yo no quiero ir a tu casa – dijo volviendo a moverse.
- Pues antes si que querías. ¿Quieres estarte quieta de una vez?, me estas poniendo nervioso.
- ¡No me grites! – exclamó ella – me duele la cabeza.
- No te he gritado, ni siquiera he hablado fuerte y es normal que te duela la cabeza con lo que llevas bebido. Nunca pensé que fueras capaz de beber de esa manera.
- ¿Me estás llamando borracha? – exclamó ofendida.
- No mujer, ni se me ocurriría – dijo él con tono irónico.
- No me encuentro bien, quiero bajarme del coche – se lamentó ella.
- Ya casi estamos llegando – dijo él, bajando la ventanilla al ver que se estaba poniendo verde.
- Creo que me estoy mareando.
- ¡Oiga señora, no me vaya a vomitar en el coche! – exclamó el taxista – yo paro y lo hace en la calle.
- ¡Vamos aguanta, Becket! – dijo Castle – ya casi estamos llegando, solo quedan dos manzanas.
El taxista iba tan deprisa intentando evitar lo que iba a ocurrir, que el traqueteo estaba mareando más a Becket, y cuando llegó a su destino fue tal el frenazo que dio, que ella sin poder evitarlo empezó a vomitar dentro del taxi.
- ¡Señora, que asco!, y ¿quién me va a pagar la limpieza del coche? – preguntó irritado el taxista.
- Por el dinero no se preocupe, espere que voy a sacarla del coche antes de que vomite más – dijo Castle también con cara de asco, ya que además del coche se había manchado ella y lo había manchado a él.
La sacó como pudo del taxi tirando de ella y diciéndole:
- Espera un momento que le pago al taxista – y sacando la cartera del bolsillo le dio un fajo de billetes – con esto tiene suficiente para limpiarlo.
- Desde luego amigo – dijo el taxista con ojos sorprendidos al ver la cantidad de dinero – si me paga así dejo que su amiga vomite otra vez.
Cuando se marchó el taxi, Castle se giró buscando a Becket y no la vio por ningún lado.
- Pero ¿dónde se ha metido esta mujer? – se preguntó mientras la buscaba.
La vio sentada en el suelo, tenía muy mala cara y estaba dejada caer contra el poste de una señal. Se acercó a ella y cogiéndola por los brazos la levantó del suelo, pero el movimiento no le sentó muy bien y empezó de nuevo a vomitar bastante, poniéndolos a los dos perdidos.
- Wow… para ya, que pareces la niña del exorcista, ¡que barbaridad!, claro con la cantidad de alcohol y todo lo que cenaste anoche no me extraña que vomites de esa manera.
La cogió del brazo y la condujo hasta el portal. El portero de noche lo saludó.
- Buenas noches señor, espere que le llamo al ascensor, ya veo que su amiga no se encuentra muy bien.
- Sin comentarios Joseph.
- Por supuesto señor.
Y al subir al ascensor y estar los dos más juntos, Becket un tanto aturdida lo mira con ojos vidriosos y cara de asco.
- ¡Qué mal hueles!
- Así que ahora huelo mal, ¿eh?
- No soporto el olor a vómito, ¿por qué estás así?
- Pues no sé de quien será la culpa.
Y con el movimiento del ascensor y el desagradable olor, empezó a vomitar de nuevo.
- Pero, ¿es que no vas a acabar nunca?, ¡Qué asco, eres como un pozo sin fondo!
Becket no se encontraba nada bien, estaba pálida, y medio desmayada, evidentemente la copiosa vomitona que había tenido la había dejado casi sin fuerzas.
Desde el mismo ascensor y a través del teléfono interior habló con el portero.
- Joseph, como sabe la amiga que venía conmigo se encuentra indispuesta y sin poder evitarlo ha dejado un “regalito” en el ascensor. Por favor límpielo y como le dije antes, sin comentarios. Le recompensaré, y ya sabe lo generoso que puedo llegar a ser.
- Por supuesto señor Castle, no se preocupe que yo me hago cargo y le prometo discreción absoluta – respondió el portero, pensando que los ricos estaban todos locos, y también en la recompensa de Castle, que además de una buena propina siempre la acompañaba de algún extra, lo mismo era una reserva para un restaurante, que entradas para algún tipo de espectáculo.
Con dificultad consigue llevar a Becket hasta la puerta, porque está hecha unos zorros. Ya dentro del loft Castle no sabía donde ponerla. Estaban los dos llenos de vómito, así que no la quiso poner en el sofá. La habitación de invitados estaba sin preparar y por supuesto que no podía dejarla ni en la de Alexis o la de su madre, aunque estuvo tentado de dejarla en la de esta última.
Así que decide llevarla hasta su dormitorio, intenta ayudarla a subir las escaleras, pero ella es incapaz de hacerlo y no para de tropezar, así que antes de que se caigan decide cargarla como un fardo sobre su hombro, suplicando en silencio que la postura con la cabeza bocabajo no la hiciera volver a vomitar.
Becket con el zarandeo se espabila un poco y solo acierta a decir con voz gangosa:
- ¡Wow, Castle, desde aquí arriba te veo el culo… y vaya culo, chico!
- En eso estamos a la par, inspectora – responde ya que tiene el trasero de ella justo al lado de la cara.
Al llegar a su habitación, la deja caer sobre su cama. Becket ya está profundamente dormida, y apenas si se resiste. Ahora viene la parte más difícil, quitarle toda la ropa sucia y llena de vómito.
Comienza por las botas y los calcetines, pensando en los taconazos que lleva siempre, aún no comprende como es capaz de correr con ellos. Sigue con la chaqueta de cuero, y luego le suelta el botón de los pantalones vaqueros pitillo que llevaba puestos y que tan bien le quedaban a la condenada, y por último debe enfrentarse con la ceñida camiseta que estaba realmente sucia.
Ni siquiera se ha fijado en ella, de apurado que estaba por evitar que le manchara la ropa de cama y de ganas que él mismo tenía de desvestirse y echar toda aquella ropa a lavar.
Cuando regresa a su dormitorio, vestido solo con los calzoncillos, se da cuenta de que encima de su cama, totalmente estirada y profundamente dormida, en ropa interior, está su musa, Katherine Becket, su objeto de deseo, de los últimos tiempos. La mujer que le obsesiona hasta el punto, que ha roto con Gina, y casi no sale con nadie, como no sea a algún lugar con Alexis.
Y allí estaba solo para él, a su merced y sin voluntad…
“¡Vamos Ricky, contente!, que es tu amiga y no está consciente y cualquier cosa, sería sin su consentimiento... pero que buena que está la condenada, y que bien le sienta ese conjunto de encaje negro...¡Uf, huele a borrachín viejo!... habrá que asearla un poco, y luego una ducha fría y a dormir, Ricky, a dormir...”
Con resignación, trae del baño una toalla húmeda y con cuidado de no despertarla, va limpiándole a Becket, la cara, el cuello, el pecho, el vientre, las manos e incluso las piernas y los pies... prácticamente, la asea entera, para luego secarla con mimo, y girándola con cuidado, llegar a introducirla dentro del embozo, para poder cubrirla.
Becket que se siente muy cómoda, suspira satisfecha, se gira abrazando con fuerza la almohada y sigue durmiendo sin ningún recato.
Castle, opta por ir a ducharse y después de hacerlo, regresa a la cocina y se prepara unos cereales con leche.
Cuando termina de comer, mete dentro de la lavadora toda la ropa que le quitó a ella, y que se quitó él, echa el detergente y suavizante y la pone a funcionar. Empieza a limpiar los zapatos de ambos, los botines de ella y su chaqueta de cuero puede adecentarlos bastante, pero sus carísimos zapatos italianos de ante están hechos un asco así que con resignación los echa al cubo de la basura, aquello no había manera de limpiarlo. No tiene sueño, así que lo mejor será ponerse a ver un poco la televisión.
Después de un rato despierta sobresaltado en el sofá “Vaya, parecía que no tenía sueño, y sin embargo se quedó dormido nada más encender la tele... ¿qué hora es?... ¡ufff!, ¡ahhhh!, es casi de día”.
Decidió subir a su cuarto para ver como estaba su musa beoda.
Por unos momentos se la queda mirando, está atravesada en diagonal y se ha destapado, otra vez aquella visión, iba a tener fantasías con Becket medio desnuda y en su cama por una larga temporada.
Se acerca a ella a taparla de nuevo y no puede evitar arrugar la nariz, su aliento huele a rata de cloaca, la resaca que iba a tener iba a ser histórica.
Cogió una manta y una almohada del armario y dejando la puerta abierta para poder oírla si se sentía mal, se volvió al sofá.
*****************************************
Cuando se despierta siente que la cabeza va a estallarle. Las cortinas están corridas, pero un rayito de sol se cuela entre ellas y le da en todo su ojo derecho, y le molesta muchísimo. Se estira en la cama y siente además dolor en todos los músculos del abdomen, tiene la boca seca como la suela de un zapato, definitivamente no se encuentra nada bien.
Entonces se da cuenta de que no está en su cama, ni en su casa, “¿dónde diablos está?”, lo único que recuerda después del disgusto con Josh es que se fue al bar de Castle a buscarlo, porque necesitaba hablar con alguien, y quien mejor que él. De repente se da cuenta de donde está, “Ay, Dios, estás en casa de Castle” y juraría que está durmiendo en su cama, es entonces cuando se da cuenta que esta medio desnuda, “¿que has hecho Katherine Becket?, y ¿Dónde esta Castle?” Será que se han acostado, ella no se acuerda de nada, “mira que acostarte con Richard Castle y no acordarte de nada”, eso solo le pasa a ella, bueno a lo mejor no era para tanto y por eso no se acordaba.
Está totalmente aturdida, se levanta y siente que se marea, así que vuelve a sentarse en la cama donde esta un rato, no se oye ningún ruido en la casa. Intenta levantarse y aunque sigue un poco mareada consigue llegar hasta el baño. Después de usarlo vuelve a la habitación y empieza a buscar su ropa por todas partes, pero no la encuentra. Lo primero que le viene a la mente es una imagen de ella con un Castle seductor arrancándole la ropa y teniendo sexo salvaje, pero como no se acuerda absolutamente de nada, coge la sábana y se envuelve en ella.
De esa guisa baja las escaleras hasta el salón, allí ve a Castle durmiendo en el sofá tapado con una manta, se acerca a él y empieza a zarandearlo.
- Castle, Castle, despierta, ¿dónde está mi ropa?, ¿Qué has hecho con ella?
- ¡Ehhh!, ¿qué pasa? – preguntó Castle con voz somnolienta - ¿Becket?, ¿Cómo te encuentras?
- ¿Qué como me encuentro?, pues fatal y encima amanezco en tu cama medio desnuda y toda dolorida, ¿se puede saber que me has hecho? – preguntó indignada.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
jajaja bastante asquerosillo..pero cuanta comida tenia!! como para vomitar tanto xDxD
pobre Beckett...que mas pensada..por no hablar de Castle
sigue prontito
pobre Beckett...que mas pensada..por no hablar de Castle
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Yo adoro a Furia, a Ginger, a Travieso, a Flicka, a Spirit, a Pegaso,....
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Si te deja de apuntar pongas donde te pongas, avisame /ilusion optica/
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
muy bueno y si bastante asqueroso.
La resaca de ella va a ser muy bonita solo de imaginarla ya la tengo yo tb
La resaca de ella va a ser muy bonita solo de imaginarla ya la tengo yo tb
Duende- Escritor - Policia
- Mensajes : 1212
Fecha de inscripción : 01/03/2011
Edad : 36
Localización : Galicia
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Si esque este fic es la leche,tiene de todo!!
andrea3msc- Autor de best-seller
- Mensajes : 933
Fecha de inscripción : 15/01/2011
Edad : 28
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
De verdad...¡¡¡Qué par!!! Pero está muy bien.
caskett mola- Autor de best-seller
- Mensajes : 874
Fecha de inscripción : 27/01/2011
Edad : 25
Localización : Castlelandia
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
jajaja esta muy bien el capitulo!!!! aunque demasiado vomito xDDD jajaja
sigue pleaseee
sigue pleaseee
IsaVera- Autor de best-seller
- Mensajes : 762
Fecha de inscripción : 10/01/2011
Edad : 40
Localización : Cartagena, Murcia
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Menuda resaca va a tener Beckett jajaja... Y pobre Castle que la va a tener q soportar xD... Seguilo pronto!!!!
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
que que le ha hecho???? WTF???
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Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Por favor,prometeme que no dejarás de hacer capítulos tan originales,en serio,tu fic me fascina,uno de los mejores!!
y la mejor frase:
¡Wow, Castle, desde aquí arriba te veo el culo… y vaya culo, chico!
y la mejor frase:
¡Wow, Castle, desde aquí arriba te veo el culo… y vaya culo, chico!
Celia- Actor en Broadway
- Mensajes : 227
Fecha de inscripción : 07/03/2011
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
CUANDO TENEMOS UN NUEVO CAPITULO???? ES GENIAL TU FICS!!!!!
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
oHHhhHhHHhHH
por diosssssssssss k fuerteeeeeeeeee
continuaaaaaaaaaa plissssssssssssssssssssssss
excelente capiiiiiiii
por diosssssssssss k fuerteeeeeeeeee
continuaaaaaaaaaa plissssssssssssssssssssssss
excelente capiiiiiiii
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
Pues se acabó, aqui dejo el último capítulo de esta minihistoria. Espero que os guste. Yo me lo he pasado muy bien escribiéndolo. Muchas gracias por todos vuestros comentarios.
Capítulo 4
- ¿Qué que te he hecho?, querrás decir que ¿qué te has hecho tu misma?, porque lo único que yo hice fue acudir a tu rescate – dijo un Castle ya bastante espabilado e incorporándose en el sofá.
- ¿A mi rescate?, ¿A rescatarme de que o quien si puede saberse?
- Pues de ti misma inspectora, ya te lo he dicho. Que si no me llega a llamar Brian, probablemente hubieras terminado en urgencias.
- ¿Brian? – preguntó Becket aturdida.
- Si, Brian, el camarero de “The Old Haunt”, por lo visto fuiste a buscarme después de lo que pasó con Josh y como yo no estaba decidiste ahogar tus penas en alcohol, pero casi eres tú la que te ahogas.
Becket se acercó al sofá y apartando las piernas de Castle se sentó en él.
- ¿No te acuerdas de nada? – preguntó Castle.
- La verdad es que no mucho, solo sé que me siento fatal y me duele todo.
- Es la resaca, te prepararé el remedio favorito de mi madre, es un poco repugnante, pero si eres capaz de tomártelo todo te sentirás mucho mejor – dijo él, levantándose del sofá y dirigiéndose a la cocina.
Estaba muy aturdida, recordaba haber llegado a su casa y encontrarse con un Josh indignado, que le reclamaba el no haberle contado lo de la investigación sobre el caso de su madre, también que después de su ataque de llanto había ido a buscar a Castle al bar, pensando que estaría ahí, tal como le dijo, y al no encontrarlo empezó a beber, estaba tan agobiada que no pudo parar. A partir de ahí ya no recordaba nada más hasta que se despertó en la cama de él.
Se levantó del sofá y envuelta en la sábana se dirigió a la cocina donde no pudo evitar esbozar una media sonrisa al ver lo adorable que estaba Castle. Solo vestía unos calzoncillos azules de seda y una camiseta gris jaspeado. Tenía el pelo totalmente revuelto y estaba absolutamente concentrado mientras pelaba frutas, partía unos huevos y echaba a la batidora los ingredientes para el mejunje que iba a tener que tomarse.
Una vez listo este, lo echó en un vaso y se lo dio a tomar.
- Toma, se valiente y de un tirón.
- Gracias – dijo ella mientras fruncía la nariz al percibir el mal olor - ¿sabe tan mal como huele?
- Mucho peor – contestó él – pero es un remedio infalible.
Becket empezó a beber sin poder evitar la expresión de asco. Cuando termino solo acertó a decir:
- ¡Puajjj!, ¿qué demonios le has echado a esto Castle?, si no te hubiera visto hacerlo diría que te has meado dentro.
- Sería una justa venganza después de que tú me vomitaste encima toda tu cena de anoche.
- ¿Te vomité encima? – dijo con cara de apuro - ¡que asco!
- Pues la verdad no fue nada agradable.
- ¿Y mi ropa?, no me has dicho donde está, ¿pasó algo? – preguntó con cierto temor en la voz, había amanecido sola en la cama, pero aunque confiaba en Castle, no sabía si él también bebió o como terminó la cosa - ¿fuiste tu quién me quitó la ropa? ¿y por que estaba en tu cama?
- Pasaron muchas cosas, y si, la ropa te la quité yo – dijo él con un cierto tono de malicia que se acentuó al ver la cara de susto que se le ponía a ella – y estabas en mi cama porque tenía que acostarte a dormir la mona en algún sitio y el cuarto de invitados no estaba preparado. Prefieres que te las cuente ya o quieres darte una ducha antes y te las cuento mientras desayunas. Yo te aconsejaría la ducha antes, no hueles muy bien que digamos.
- ¡Déjate de tonterías Castle! – exclamó ella airada – y dime de una vez que ocurrió, ¿cómo se te ocurrió quitarme la ropa?
- ¿Qué como se me ocurrió?... Agradece que te la quité antes de meterla en la lavadora, porque mi primera intención fue meterte a ti dentro...
- ¿Has lavado mi ropa? Pero que hacendoso y hombre de su casa. ¿Dónde esta ahora? – preguntó ella sorprendida.
- Pues debe seguir en la lavadora, la dejé lavando anoche, estaba tan sucia que tuve que poner el lavado más largo.
- ¿Tan terrible fue? – preguntó avergonzada.
- ¿Por donde empiezo? – dijo él con picardía – por cuando intentaste abusar de mí, cuando quisiste matarme con tus experimentos con diversos tipos de alcohol, o cuando revoleaste las llaves de tu casa y tu coche debajo del piano. Claro que después de eso vino lo de vomitar en el taxi, en la calle, en el ascensor, encima mía, encima tuya…
- Tuvo que ser horrible, ¿cierto Castle? – preguntó bastante azorada.
- Bueno, la verdad es que me hiciste sentir como un hombre objeto – dijo sonriendo - y eso no está bonito inspectora Becket, es abuso de autoridad.
El brebaje que había tomado parece que empieza a hacer efecto, ya que va recordando algunas cosas y se ve a sí misma abrazada a Castle, besándolo y metiéndole mano, lo que la hace enrojecer hasta la raíz del pelo.
- ¿Avergonzada de tu comportamiento? – preguntó divertido.
- Bastante, he empezado a recordar algo de lo que pasó en el bar, lo que no consigo recordar es lo de después.
- Pues después de vomitar hasta quedar exhausta, casi te desmayaste, como no teníamos las llaves de tu casa decidí traerte aquí – continuó contando con una sonrisilla malévola – tuvimos que coger un taxi, a cuyo taxista tuve que pagar una pequeña fortuna para que lo limpiara y luego de seguir marcando tu territorio vomitando por todos lados y al no estar la habitación de invitados preparada te subí a mi cuarto, allí no tuve más remedio que quitarte la ropa, pero te juro que no vi nada, y luego te limpié un poco con una toalla húmeda, porque dabas asco de cómo estabas.
- Vas a acordarte de esto y a utilizarlo en mi contra durante años, ¿eh?
- ¿Acordarme de que?
- ¿De que va a ser?, de lo que pasó ayer.
- ¿Qué pasó ayer? – preguntó haciéndose el sorprendido.
- Vamos Castle, ¿a que juegas?
- Katherine Becket yo jamás utilizaría esto en tu contra – contestó con tono falsamente ofendido – que sepas que ante todo soy un caballero y por mi honor, prometo guardar silencio absoluto de lo acontecido ayer – terminó con voz teatral.
- Más te vale – respondió con una media sonrisa – recuerda que tengo una pistola y sé usarla muy bien.
- Creo que ahora si deberías darte una ducha, en el armario del cuarto de baño hay toallas limpias y un cepillo de dientes sin estrenar, te buscaré algo para que puedas ponerte.
- Si, creo que me sentaría bien, estoy agotada, a ver si me espabilo un poco que luego tengo que ir por el coche.
- No te preocupes por eso ahora, anda sube a ducharte, voy a buscarte algo de ropa.
Subieron juntos hasta el dormitorio. Castle abrió el cajón de la cómoda y sacó una camiseta y un pantalón de pijama suyos.
- Toma, mientras puedes ponerte esto. Te ofrecería algo de Alexis o mi madre, pero no me dejan husmear entre sus cosas.
- ¿Quieres que me ponga tu ropa?
- Bueno si prefieres pasearte desnuda por mi casa, no seré yo quien te lo impida – dijo él con una gran sonrisa y poniendo ojos.
- ¡Deja de soñar Castle!
- Si el pijama te parece poco para ti, puedo ofrecerte un traje de chaqueta, o quizás mi smoking, pero sigo pensando que el pijama es lo más cómodo, todo te estará grande pero el pantalón tiene un cordón que podrás ajustarte.
- De acuerdo, trae – cogió la ropa y se metió en el cuarto de baño.
Castle la dejó y bajó a la cocina para preparar el desayuno.
********************************************************
Cuando bajó después de la ducha, no vio a Castle por ningún lado. Se dirigió a la cocina y en la encimera se encontró una bandeja tapada, con una nota encima que decía:
“Espero que la ducha te haya sentado bien. Aquí tienes el desayuno, comételo todo inspectora que ayer echaste hasta la primera papilla. He ido a por tu coche, no te preocupes, prometo ser prudente y no hacer carreras con los taxistas. Ponte cómoda, descansa y siéntete como en tu casa. Vuelvo en un rato”
No pudo evitar sonreír, la verdad es que estaba tan cansada que lo que menos le apetecía era tener que ir a buscar el coche. Destapó la bandeja y se encontró con un abundante desayuno, huevos, tostadas, fruta, y el café a punto en la cafetera. Desayunó tranquilamente, realmente tenía hambre. Al terminar recogió y al ir a echar los restos a la basura se topó con los zapatos favoritos de Castle. Por su aspecto y por su olor notó que se habían llevado la peor parte de su borrachera. Aquellos zapatos debían de costar una fortuna, ni con el sueldo de un mes sería capaz de pagarlos.
Metió los platos en el lavavajillas, y aprovechó para poner a secar su ropa y la de Castle, y haciendo esas tareas tan cotidianas, no pudo evitar pensar como se sentiría al vivir en esa casa. La verdad es que le encantaba esa familia, y no le importaría en absoluto formar parte de ella.
Decidió esperarlo en el sofá viendo un rato la tele, como le seguía doliendo un poco la cabeza le bajó el volumen y puso el móvil en silencio. Allí seguían la almohada y la manta que había usado y que aún olían a él. Esto le hace recordar algo de la noche anterior, a ella olisqueando a Castle y mordiéndole una oreja, y a pesar de estar sola no pudo evitar enrojecer de puro bochorno.
Estaba cansada, así que se acurrucó en el sofá y se tapó con la manta, el olor de Castle la arrulló hasta quedarse profundamente dormida.
*****************************************************
Castle tardó un rato en volver. Cuando llegó a “The Old Haunt”, se puso a recoger lo que Becket había dejado por medio la noche anterior y tardó un rato en sacar las llaves de debajo del piano, ya que tuvo que utilizar el palo de una escoba.
Pensó en pasarse por casa de ella para reorganizarle las cosas de su madre y darle una sorpresa, pero luego lo pensó mejor, no quería interferir en su intimidad y tampoco sabía si Josh podría estar allí, y no le apetecía encontrarse con él, porque le iban a dar ganas de partirle la cara.
Así que cogió el coche y con sumo cuidado, ya que no quería tener ningún percance se dirigió hasta su casa. Metió el coche en su propio garaje y subió a la casa.
Al entrar no escuchó ruido ninguno y viendo que la tele estaba encendida se dirigió a la zona del salón. Allí durmiendo profundamente en su sofá estaba ella. Debía estar agotada, así que decidió dejarla descansar. Apagó la luz y la tele y se dirigió a su despacho. Se pondría a escribir un poco aunque no podía dejar de pensar en Becket.
Al acercarse al sofá para taparla mejor, vio que el móvil de ella vibraba y en la pantalla aparecía la foto de Josh. Le dieron ganas de contestar y decirle cuatro cosas, pero eso no era asunto suyo, era ella quien tenía que resolverlo, así que dejó que siguiera insistiendo. Él estaría allí para apoyarla en la decisión que tomara, pero no podía interferir en su vida.
*********************************************************
Cuando se despertó por segunda vez en aquella casa, se sintió descansada y por fortuna ya no le dolía la cabeza. Se levantó y vio que Castle estaba en su despacho, con las piernas sobre la mesa y el portátil sobre ellas.
- ¡Hola! – dijo ella sonriendo.
- ¡Buenas tardes inspectora Becket!, ¿has dormido bien?
- Si, de maravilla, ¿llevo mucho rato durmiendo?
- Cuando llegué ya dormías en el sofá, y de eso hará unas tres horas.
- Vaya realmente estaba muy cansada. Creo que debería irme, ya he abusado bastante de tu hospitalidad. Por cierto, vi tus zapatos en el cubo de la basura, no sabes cuanto lo siento. Te compraré otros, aunque tendré que pagarlos a plazos.
- No hace falta, la verdad es que ya no me gustaban – contestó sonriendo – no sabía que hacer con ellos, así que gracias por vomitar encima de ellos, me has solucionado el problema.
- Gracias Castle, no esperaba menos de ti, siempre serás un caballero – dijo con tono solemne – ¿mi coche?
- Sano y salvo en mi garaje, cuando quieras vamos por él, y si quieres te acompaño a casa y te ayudo a recomponerlo todo. ¡Ah!, cuando llegué vi que Josh te estaba telefoneando, supongo que tendrás algunas llamadas perdidas.
Becket se acercó a la mesa y cogió su móvil, activando de nuevo el sonido. Tenía catorce llamadas perdidas, once de Josh y tres de Lanie. A Lanie la llamaría luego, Josh tendría que esperar, lo último que le apetecía era hablar con él.
- ¿Vas a llamarlo? – preguntó Castle.
- ¿A Josh?, no sé, no me apetece hablar con él después de lo que hizo, hoy desde luego no pienso hacerlo.
En ese momento el teléfono volvió a sonar. Becket miró la pantalla, otra vez Josh. Por la cara que puso, Castle dedujo quien era.
- ¿No vas a contestar?, deberías hablar con él y aclarar las cosas.
- Ya te he dicho que hoy no tengo ganas, nos pondríamos a discutir, ya hablaré con él en otro momento.
El teléfono sonó de nuevo, era la alerta de mensajes. Era de Josh. Hizo una mueca al leerlo.
- ¿Ocurre algo? – preguntó interesado.
- Ha estado en casa y como ha visto que no estaba y no le contesto el teléfono dice que se ha preocupado.
- Deberías avisarle para decirle al menos que estás bien.
- Bueno, le mandaré un mensaje para que deje de llamar – dijo mientras empezaba a teclear.
Después de un momento preguntó:
- ¿Sigue en pie lo de venir a casa y ayudarme a organizarlo todo de nuevo?
- Por supuesto – contestó él – nos vamos cuando quieras.
- Mi ropa debe estar seca, voy a cambiarme.
Cogió su ropa de la secadora y subió a la habitación a cambiarse. Observó sonriendo que él había hecho la cama y recogido todo.
Cuando bajó él ya la esperaba preparado. Bajaron al garaje y allí al lado de su flamante Ferrari rojo estaba su coche. En un acto de valentía le ofreció las llaves a él.
- ¿Conduces tú?, hoy prefiero que me lleven.
- ¿Sigues borracha? – preguntó sorprendido.
- No, pero te mereces un premio por haberte portado tan bien conmigo anoche – contestó sonriendo.
- ¡Vaya, muchas gracias, es todo un detalle! – contestó mientras pensaba que prefería otra clase de premio – pero para eso están los amigos, para las buenas y para las malas.
- Si, por eso quiero agradecerte tu amistad, siempre estas ahí para mí.
- Ya lo sabes, siempre.
*********************************************************
Al llegar a casa, a ella se le humedecieron los ojos, al volver a ver todo quitado, y al recordar la sensación de traición que tuvo cuando Josh le reclamó haberle ocultado eso. Había sido todo un verano recopilando y guardando cosas, que pudo poner en orden cuando se mudó al nuevo apartamento y se le ocurrió usar esa ventana a modo de pizarra como la de la comisaría.
Castle al verla se sintió apenado por ella. Le pasó el brazo por los hombros y la apretó contra él, dándole ánimos.
- Tranquila, no es nada que no se pueda arreglar. ¿Manos a la obra?
- Gracias Castle, por enésima vez en este fin de semana. Gracias por venir a rescatarme, por auxiliarme, muchas gracias – y acercándose le dio un beso en la mejilla.
Castle no pudo evitar estremecerse, si ella supiera los estragos que su cercanía causaba en él, se abstendría de hacer ciertas cosas. Bueno y si supiera las veces que la había recordado en ropa interior sobre su cama, directamente le disparaba en las pelotas.
Estuvieron un rato volviendo a poner cada cosa en su lugar. Al terminar de arreglarlo todo, Castle vio que era el momento de despedirse.
- Bueno inspectora, ya está todo de nuevo en su lugar, así que yo ya me marcho.
- ¿No te apetece quedarte a cenar?, puedo llamar a un chino.
- Mejor que no, estoy cansado – mintió él, porque cenar con ella era lo que más le apetecía – deberías descansar tu también que mañana hay que volver a trabajar.
- ¿No puedo convencerte de ninguna manera? – sonrió ella.
- Probablemente no quieras saber de la forma que puedes convencerme – se le escapó.
En ese momento volvió a sonar el móvil de ella.
- Vaya, le puse en el mensaje que ya lo llamaría pero evidentemente no puede esperar – dijo con cierto tono de fastidio.
- Mejor que le contestes, no puedes seguir escondiéndote, tienes que hablar con él. Te dejo con eso.
- Ya sé que tengo que hablar con él – dijo ella y también sé que voy a decirle, pensó ¿Nos vemos mañana?
- Nos vemos mañana. Buenas noches Kate.
- Buenas noches Rick.
Había tomado una decisión, hablaría con Josh y terminaría con eso, no podía seguir engañándose, mientras antes lo hiciera mejor, pero no quería hacerlo por teléfono, y tampoco en su casa. Sentía como si él hubiera profanado su vida y su intimidad después de los actos del otro día.
Así que le mandó un mensaje al móvil y lo citó en una cafetería. Sabía que esa noche iba a cambiar todo y estaba preparada para ello, totalmente preparada para empezar su nueva vida.
FIN
Esta historia continúa en:
“Para siempre" (Continuación de “Un fin de semana… diferente”)
https://forocastle.forosactivos.com/t1099-para-siempre-ultimo-capitulo
Capítulo 4
- ¿Qué que te he hecho?, querrás decir que ¿qué te has hecho tu misma?, porque lo único que yo hice fue acudir a tu rescate – dijo un Castle ya bastante espabilado e incorporándose en el sofá.
- ¿A mi rescate?, ¿A rescatarme de que o quien si puede saberse?
- Pues de ti misma inspectora, ya te lo he dicho. Que si no me llega a llamar Brian, probablemente hubieras terminado en urgencias.
- ¿Brian? – preguntó Becket aturdida.
- Si, Brian, el camarero de “The Old Haunt”, por lo visto fuiste a buscarme después de lo que pasó con Josh y como yo no estaba decidiste ahogar tus penas en alcohol, pero casi eres tú la que te ahogas.
Becket se acercó al sofá y apartando las piernas de Castle se sentó en él.
- ¿No te acuerdas de nada? – preguntó Castle.
- La verdad es que no mucho, solo sé que me siento fatal y me duele todo.
- Es la resaca, te prepararé el remedio favorito de mi madre, es un poco repugnante, pero si eres capaz de tomártelo todo te sentirás mucho mejor – dijo él, levantándose del sofá y dirigiéndose a la cocina.
Estaba muy aturdida, recordaba haber llegado a su casa y encontrarse con un Josh indignado, que le reclamaba el no haberle contado lo de la investigación sobre el caso de su madre, también que después de su ataque de llanto había ido a buscar a Castle al bar, pensando que estaría ahí, tal como le dijo, y al no encontrarlo empezó a beber, estaba tan agobiada que no pudo parar. A partir de ahí ya no recordaba nada más hasta que se despertó en la cama de él.
Se levantó del sofá y envuelta en la sábana se dirigió a la cocina donde no pudo evitar esbozar una media sonrisa al ver lo adorable que estaba Castle. Solo vestía unos calzoncillos azules de seda y una camiseta gris jaspeado. Tenía el pelo totalmente revuelto y estaba absolutamente concentrado mientras pelaba frutas, partía unos huevos y echaba a la batidora los ingredientes para el mejunje que iba a tener que tomarse.
Una vez listo este, lo echó en un vaso y se lo dio a tomar.
- Toma, se valiente y de un tirón.
- Gracias – dijo ella mientras fruncía la nariz al percibir el mal olor - ¿sabe tan mal como huele?
- Mucho peor – contestó él – pero es un remedio infalible.
Becket empezó a beber sin poder evitar la expresión de asco. Cuando termino solo acertó a decir:
- ¡Puajjj!, ¿qué demonios le has echado a esto Castle?, si no te hubiera visto hacerlo diría que te has meado dentro.
- Sería una justa venganza después de que tú me vomitaste encima toda tu cena de anoche.
- ¿Te vomité encima? – dijo con cara de apuro - ¡que asco!
- Pues la verdad no fue nada agradable.
- ¿Y mi ropa?, no me has dicho donde está, ¿pasó algo? – preguntó con cierto temor en la voz, había amanecido sola en la cama, pero aunque confiaba en Castle, no sabía si él también bebió o como terminó la cosa - ¿fuiste tu quién me quitó la ropa? ¿y por que estaba en tu cama?
- Pasaron muchas cosas, y si, la ropa te la quité yo – dijo él con un cierto tono de malicia que se acentuó al ver la cara de susto que se le ponía a ella – y estabas en mi cama porque tenía que acostarte a dormir la mona en algún sitio y el cuarto de invitados no estaba preparado. Prefieres que te las cuente ya o quieres darte una ducha antes y te las cuento mientras desayunas. Yo te aconsejaría la ducha antes, no hueles muy bien que digamos.
- ¡Déjate de tonterías Castle! – exclamó ella airada – y dime de una vez que ocurrió, ¿cómo se te ocurrió quitarme la ropa?
- ¿Qué como se me ocurrió?... Agradece que te la quité antes de meterla en la lavadora, porque mi primera intención fue meterte a ti dentro...
- ¿Has lavado mi ropa? Pero que hacendoso y hombre de su casa. ¿Dónde esta ahora? – preguntó ella sorprendida.
- Pues debe seguir en la lavadora, la dejé lavando anoche, estaba tan sucia que tuve que poner el lavado más largo.
- ¿Tan terrible fue? – preguntó avergonzada.
- ¿Por donde empiezo? – dijo él con picardía – por cuando intentaste abusar de mí, cuando quisiste matarme con tus experimentos con diversos tipos de alcohol, o cuando revoleaste las llaves de tu casa y tu coche debajo del piano. Claro que después de eso vino lo de vomitar en el taxi, en la calle, en el ascensor, encima mía, encima tuya…
- Tuvo que ser horrible, ¿cierto Castle? – preguntó bastante azorada.
- Bueno, la verdad es que me hiciste sentir como un hombre objeto – dijo sonriendo - y eso no está bonito inspectora Becket, es abuso de autoridad.
El brebaje que había tomado parece que empieza a hacer efecto, ya que va recordando algunas cosas y se ve a sí misma abrazada a Castle, besándolo y metiéndole mano, lo que la hace enrojecer hasta la raíz del pelo.
- ¿Avergonzada de tu comportamiento? – preguntó divertido.
- Bastante, he empezado a recordar algo de lo que pasó en el bar, lo que no consigo recordar es lo de después.
- Pues después de vomitar hasta quedar exhausta, casi te desmayaste, como no teníamos las llaves de tu casa decidí traerte aquí – continuó contando con una sonrisilla malévola – tuvimos que coger un taxi, a cuyo taxista tuve que pagar una pequeña fortuna para que lo limpiara y luego de seguir marcando tu territorio vomitando por todos lados y al no estar la habitación de invitados preparada te subí a mi cuarto, allí no tuve más remedio que quitarte la ropa, pero te juro que no vi nada, y luego te limpié un poco con una toalla húmeda, porque dabas asco de cómo estabas.
- Vas a acordarte de esto y a utilizarlo en mi contra durante años, ¿eh?
- ¿Acordarme de que?
- ¿De que va a ser?, de lo que pasó ayer.
- ¿Qué pasó ayer? – preguntó haciéndose el sorprendido.
- Vamos Castle, ¿a que juegas?
- Katherine Becket yo jamás utilizaría esto en tu contra – contestó con tono falsamente ofendido – que sepas que ante todo soy un caballero y por mi honor, prometo guardar silencio absoluto de lo acontecido ayer – terminó con voz teatral.
- Más te vale – respondió con una media sonrisa – recuerda que tengo una pistola y sé usarla muy bien.
- Creo que ahora si deberías darte una ducha, en el armario del cuarto de baño hay toallas limpias y un cepillo de dientes sin estrenar, te buscaré algo para que puedas ponerte.
- Si, creo que me sentaría bien, estoy agotada, a ver si me espabilo un poco que luego tengo que ir por el coche.
- No te preocupes por eso ahora, anda sube a ducharte, voy a buscarte algo de ropa.
Subieron juntos hasta el dormitorio. Castle abrió el cajón de la cómoda y sacó una camiseta y un pantalón de pijama suyos.
- Toma, mientras puedes ponerte esto. Te ofrecería algo de Alexis o mi madre, pero no me dejan husmear entre sus cosas.
- ¿Quieres que me ponga tu ropa?
- Bueno si prefieres pasearte desnuda por mi casa, no seré yo quien te lo impida – dijo él con una gran sonrisa y poniendo ojos.
- ¡Deja de soñar Castle!
- Si el pijama te parece poco para ti, puedo ofrecerte un traje de chaqueta, o quizás mi smoking, pero sigo pensando que el pijama es lo más cómodo, todo te estará grande pero el pantalón tiene un cordón que podrás ajustarte.
- De acuerdo, trae – cogió la ropa y se metió en el cuarto de baño.
Castle la dejó y bajó a la cocina para preparar el desayuno.
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Cuando bajó después de la ducha, no vio a Castle por ningún lado. Se dirigió a la cocina y en la encimera se encontró una bandeja tapada, con una nota encima que decía:
“Espero que la ducha te haya sentado bien. Aquí tienes el desayuno, comételo todo inspectora que ayer echaste hasta la primera papilla. He ido a por tu coche, no te preocupes, prometo ser prudente y no hacer carreras con los taxistas. Ponte cómoda, descansa y siéntete como en tu casa. Vuelvo en un rato”
No pudo evitar sonreír, la verdad es que estaba tan cansada que lo que menos le apetecía era tener que ir a buscar el coche. Destapó la bandeja y se encontró con un abundante desayuno, huevos, tostadas, fruta, y el café a punto en la cafetera. Desayunó tranquilamente, realmente tenía hambre. Al terminar recogió y al ir a echar los restos a la basura se topó con los zapatos favoritos de Castle. Por su aspecto y por su olor notó que se habían llevado la peor parte de su borrachera. Aquellos zapatos debían de costar una fortuna, ni con el sueldo de un mes sería capaz de pagarlos.
Metió los platos en el lavavajillas, y aprovechó para poner a secar su ropa y la de Castle, y haciendo esas tareas tan cotidianas, no pudo evitar pensar como se sentiría al vivir en esa casa. La verdad es que le encantaba esa familia, y no le importaría en absoluto formar parte de ella.
Decidió esperarlo en el sofá viendo un rato la tele, como le seguía doliendo un poco la cabeza le bajó el volumen y puso el móvil en silencio. Allí seguían la almohada y la manta que había usado y que aún olían a él. Esto le hace recordar algo de la noche anterior, a ella olisqueando a Castle y mordiéndole una oreja, y a pesar de estar sola no pudo evitar enrojecer de puro bochorno.
Estaba cansada, así que se acurrucó en el sofá y se tapó con la manta, el olor de Castle la arrulló hasta quedarse profundamente dormida.
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Castle tardó un rato en volver. Cuando llegó a “The Old Haunt”, se puso a recoger lo que Becket había dejado por medio la noche anterior y tardó un rato en sacar las llaves de debajo del piano, ya que tuvo que utilizar el palo de una escoba.
Pensó en pasarse por casa de ella para reorganizarle las cosas de su madre y darle una sorpresa, pero luego lo pensó mejor, no quería interferir en su intimidad y tampoco sabía si Josh podría estar allí, y no le apetecía encontrarse con él, porque le iban a dar ganas de partirle la cara.
Así que cogió el coche y con sumo cuidado, ya que no quería tener ningún percance se dirigió hasta su casa. Metió el coche en su propio garaje y subió a la casa.
Al entrar no escuchó ruido ninguno y viendo que la tele estaba encendida se dirigió a la zona del salón. Allí durmiendo profundamente en su sofá estaba ella. Debía estar agotada, así que decidió dejarla descansar. Apagó la luz y la tele y se dirigió a su despacho. Se pondría a escribir un poco aunque no podía dejar de pensar en Becket.
Al acercarse al sofá para taparla mejor, vio que el móvil de ella vibraba y en la pantalla aparecía la foto de Josh. Le dieron ganas de contestar y decirle cuatro cosas, pero eso no era asunto suyo, era ella quien tenía que resolverlo, así que dejó que siguiera insistiendo. Él estaría allí para apoyarla en la decisión que tomara, pero no podía interferir en su vida.
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Cuando se despertó por segunda vez en aquella casa, se sintió descansada y por fortuna ya no le dolía la cabeza. Se levantó y vio que Castle estaba en su despacho, con las piernas sobre la mesa y el portátil sobre ellas.
- ¡Hola! – dijo ella sonriendo.
- ¡Buenas tardes inspectora Becket!, ¿has dormido bien?
- Si, de maravilla, ¿llevo mucho rato durmiendo?
- Cuando llegué ya dormías en el sofá, y de eso hará unas tres horas.
- Vaya realmente estaba muy cansada. Creo que debería irme, ya he abusado bastante de tu hospitalidad. Por cierto, vi tus zapatos en el cubo de la basura, no sabes cuanto lo siento. Te compraré otros, aunque tendré que pagarlos a plazos.
- No hace falta, la verdad es que ya no me gustaban – contestó sonriendo – no sabía que hacer con ellos, así que gracias por vomitar encima de ellos, me has solucionado el problema.
- Gracias Castle, no esperaba menos de ti, siempre serás un caballero – dijo con tono solemne – ¿mi coche?
- Sano y salvo en mi garaje, cuando quieras vamos por él, y si quieres te acompaño a casa y te ayudo a recomponerlo todo. ¡Ah!, cuando llegué vi que Josh te estaba telefoneando, supongo que tendrás algunas llamadas perdidas.
Becket se acercó a la mesa y cogió su móvil, activando de nuevo el sonido. Tenía catorce llamadas perdidas, once de Josh y tres de Lanie. A Lanie la llamaría luego, Josh tendría que esperar, lo último que le apetecía era hablar con él.
- ¿Vas a llamarlo? – preguntó Castle.
- ¿A Josh?, no sé, no me apetece hablar con él después de lo que hizo, hoy desde luego no pienso hacerlo.
En ese momento el teléfono volvió a sonar. Becket miró la pantalla, otra vez Josh. Por la cara que puso, Castle dedujo quien era.
- ¿No vas a contestar?, deberías hablar con él y aclarar las cosas.
- Ya te he dicho que hoy no tengo ganas, nos pondríamos a discutir, ya hablaré con él en otro momento.
El teléfono sonó de nuevo, era la alerta de mensajes. Era de Josh. Hizo una mueca al leerlo.
- ¿Ocurre algo? – preguntó interesado.
- Ha estado en casa y como ha visto que no estaba y no le contesto el teléfono dice que se ha preocupado.
- Deberías avisarle para decirle al menos que estás bien.
- Bueno, le mandaré un mensaje para que deje de llamar – dijo mientras empezaba a teclear.
Después de un momento preguntó:
- ¿Sigue en pie lo de venir a casa y ayudarme a organizarlo todo de nuevo?
- Por supuesto – contestó él – nos vamos cuando quieras.
- Mi ropa debe estar seca, voy a cambiarme.
Cogió su ropa de la secadora y subió a la habitación a cambiarse. Observó sonriendo que él había hecho la cama y recogido todo.
Cuando bajó él ya la esperaba preparado. Bajaron al garaje y allí al lado de su flamante Ferrari rojo estaba su coche. En un acto de valentía le ofreció las llaves a él.
- ¿Conduces tú?, hoy prefiero que me lleven.
- ¿Sigues borracha? – preguntó sorprendido.
- No, pero te mereces un premio por haberte portado tan bien conmigo anoche – contestó sonriendo.
- ¡Vaya, muchas gracias, es todo un detalle! – contestó mientras pensaba que prefería otra clase de premio – pero para eso están los amigos, para las buenas y para las malas.
- Si, por eso quiero agradecerte tu amistad, siempre estas ahí para mí.
- Ya lo sabes, siempre.
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Al llegar a casa, a ella se le humedecieron los ojos, al volver a ver todo quitado, y al recordar la sensación de traición que tuvo cuando Josh le reclamó haberle ocultado eso. Había sido todo un verano recopilando y guardando cosas, que pudo poner en orden cuando se mudó al nuevo apartamento y se le ocurrió usar esa ventana a modo de pizarra como la de la comisaría.
Castle al verla se sintió apenado por ella. Le pasó el brazo por los hombros y la apretó contra él, dándole ánimos.
- Tranquila, no es nada que no se pueda arreglar. ¿Manos a la obra?
- Gracias Castle, por enésima vez en este fin de semana. Gracias por venir a rescatarme, por auxiliarme, muchas gracias – y acercándose le dio un beso en la mejilla.
Castle no pudo evitar estremecerse, si ella supiera los estragos que su cercanía causaba en él, se abstendría de hacer ciertas cosas. Bueno y si supiera las veces que la había recordado en ropa interior sobre su cama, directamente le disparaba en las pelotas.
Estuvieron un rato volviendo a poner cada cosa en su lugar. Al terminar de arreglarlo todo, Castle vio que era el momento de despedirse.
- Bueno inspectora, ya está todo de nuevo en su lugar, así que yo ya me marcho.
- ¿No te apetece quedarte a cenar?, puedo llamar a un chino.
- Mejor que no, estoy cansado – mintió él, porque cenar con ella era lo que más le apetecía – deberías descansar tu también que mañana hay que volver a trabajar.
- ¿No puedo convencerte de ninguna manera? – sonrió ella.
- Probablemente no quieras saber de la forma que puedes convencerme – se le escapó.
En ese momento volvió a sonar el móvil de ella.
- Vaya, le puse en el mensaje que ya lo llamaría pero evidentemente no puede esperar – dijo con cierto tono de fastidio.
- Mejor que le contestes, no puedes seguir escondiéndote, tienes que hablar con él. Te dejo con eso.
- Ya sé que tengo que hablar con él – dijo ella y también sé que voy a decirle, pensó ¿Nos vemos mañana?
- Nos vemos mañana. Buenas noches Kate.
- Buenas noches Rick.
Había tomado una decisión, hablaría con Josh y terminaría con eso, no podía seguir engañándose, mientras antes lo hiciera mejor, pero no quería hacerlo por teléfono, y tampoco en su casa. Sentía como si él hubiera profanado su vida y su intimidad después de los actos del otro día.
Así que le mandó un mensaje al móvil y lo citó en una cafetería. Sabía que esa noche iba a cambiar todo y estaba preparada para ello, totalmente preparada para empezar su nueva vida.
FIN
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“Para siempre" (Continuación de “Un fin de semana… diferente”)
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Última edición por Cata Castillo el Sáb Ago 10, 2013 10:30 pm, editado 1 vez
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: UN FIN DE SEMANA… DIFERENTE - Capítulo 4 y último
no puedes dejarlo asi!!!! aunque sea, escribe un epilogo sobre la nueva relacion de Castle y Beckett... como se dicen que se quieren y eso... pero asi no lo dejes!!!!
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