Para siempre, Último Capítulo
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Para siempre, Último Capítulo
Buen capitulo,a ver como sigue el caso,ya que Martha esta de por medio y tal.
Y digo yo,que pasa por que no haya un avion disponible!! puede venirse andando,corriendo,en coche,en moto,en bici,en patinete....etc,te tomo la palabra de que vuelve en el proximo capitulo
Continua pronto
Y digo yo,que pasa por que no haya un avion disponible!! puede venirse andando,corriendo,en coche,en moto,en bici,en patinete....etc,te tomo la palabra de que vuelve en el proximo capitulo
Continua pronto
Raúl- Moderador
- Mensajes : 1189
Fecha de inscripción : 18/05/2011
Edad : 32
Localización : Parla City
Re: Para siempre, Último Capítulo
me gustaa el capituloOOoOO
traelo de vuelta
genial
continua cuando puedas
lo haces muy biennnnnnnNNNnNN
traelo de vuelta
genial
continua cuando puedas
lo haces muy biennnnnnnNNNnNN
Re: Para siempre, Último Capítulo
Como es eso de que no hay billetes te parecera normal.
Me ha encantado y espero que en el próximo ya se junten jejeje
Me ha encantado y espero que en el próximo ya se junten jejeje
Duende- Escritor - Policia
- Mensajes : 1212
Fecha de inscripción : 01/03/2011
Edad : 36
Localización : Galicia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Que venga a nado o en bici,.... el movimiento se demuestra andando xD
Ains esta muy bien, Martha es una crack, es lo mejorciko me encanta esa mujer que fuerza tiene!!!
Espero con muchas ansias el siguiente, haber si es verdad que vuelve Rick
Ains esta muy bien, Martha es una crack, es lo mejorciko me encanta esa mujer que fuerza tiene!!!
Espero con muchas ansias el siguiente, haber si es verdad que vuelve Rick
IsaVera- Autor de best-seller
- Mensajes : 762
Fecha de inscripción : 10/01/2011
Edad : 40
Localización : Cartagena, Murcia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Un capitulo muy bueno,me ha encantado y como los demás espero que Castle regrese pronto, y entre ellos dos se arreglen las cosas
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Para siempre, Último Capítulo
QUIERO EL PROXIMO CAPITULO PLEASE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
BESOSSS
BESOSSS
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Para siempre, Último Capítulo
Capítulo 4:
Al día siguiente Kate cumplió lo prometido a Castle. Con motivo de la investigación estuvo pendiente de Martha, siempre que pudo. La autopsia confirmó lo que Lanie había sospechado, Roger había sido asesinado por alguien corpulento y zurdo. Encontraron un pelo en la escena del crimen que era de hombre, pero no pertenecía ni a la víctima ni al portero. No encontraron coincidencias del ADN del pelo en la base de datos, así que estaban un poco perdidos.
Martha les fue de mucha ayuda, les proporcionó nombres de gente del mundo del teatro, y con esa información tenían algo con que trabajar. Investigando en el piso del finado encontraron una llave, que por su aspecto parecía de la caja fuerte de un banco. Estaban intentando averiguar de qué banco era y nada más lo supieran se conseguiría una orden de registro para proceder a abrir la caja.
Ya habían pasado unos días. Kate estaba nerviosa, sabía que esa noche llegaba el vuelo de Castle, ella le insinuó ir a buscarlos al aeropuerto, pero él la hizo desistir diciéndole que el avión llegaba tardísimo y que al día siguiente ya se verían. A ella no le hizo mucha gracia, pensó en ir al aeropuerto a sorprenderlo, pero luego cambió de idea, no quería demostrarle lo desesperada que estaba por verlo. Así que se fue a su casa, se dio una ducha y se puso ropa cómoda.
Estaba en el sofá viendo una película, medio adormilada, cuando llamaron a la puerta. Ya era tarde y no tenía ni idea de quien podía ser. Se acercó a la mirilla para ver y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Richard Castle estaba allí.
Abrió la puerta y antes de que él pudiera decir nada, se lanzó a sus brazos.
- ¡Hola!, no te esperaba esta noche, me alegro tanto de verte.
- ¡Vaya inspectora!, que recibimiento, voy a tener que marcharme más a menudo. Yo también me alegro mucho de verte – dijo él mientras la abrazaba y le besaba en la mejilla, ¿puedo pasar?
- Claro, entra – dijo separándose de él y tomándolo de la mano – ven, siéntate. ¿Cómo que has venido?
- Me llamó Paula nada más llegar y me dijo que mañana tengo compromisos con la editorial, así que no íbamos a poder quedar hasta por la noche, y no quería tardar tanto en verte.
Castle entró hasta el salón, se quitó la chaqueta y se sentó en el amplio sofá.
- ¿Te apetece algo?
- Si, me apeteces tú, siéntate aquí a mi lado – dijo tirando de ella para sentarla junto a él.
Pasó el brazo por encima de sus hombros y acercándola a él, le tomo la barbilla y mientras se la acariciaba, mirándola a los ojos, le dijo con voz suave:
- He echado de menos tus preciosos ojos y tu cara. Tenía unas ganas inmensas de volver a verte. No pienso separarme de ti, por tanto tiempo nunca más.
- Yo también te extrañé y echaba de menos tus bromas e ideas. La comisaría es muy aburrida sin ti.
- Kate, muchas gracias por haberte ocupado de mi madre estos días, está muy triste, los echa mucho de menos, y estar contigo le ha ayudado a sobrellevar su pena.
- No tienes porque agradecérmelo, lo hice con mucho gusto, tu madre me cae muy bien.
- Tu también le caes muy bien a ella, dice que le gustas mucho para mí, y que si no fuera tan pesado, probablemente yo te gustaría algo – comentó Castle con cara cómica – he tenido que decirle a ella y a Alexis que estamos juntos, espero que no te importe.
- Claro que no – dojo ella sonriendo y pensando en que Martha lo sabía desde hacía unos días – pero prefiero que en la comisaría no se entere nadie, bueno, nadie menos Lanie, que ya lo sabe.
- ¿Y ella no se lo dirá a Esposito en un momento de pasión?
- Me prometió que no, y sé que es capaz de cumplir su promesa.
Castle apretó el abrazo, mientras le acariciaba la espalada y el pelo.
- ¡Hummm, que bien hueles! – y cogiéndole con suavidad la cara le dio un suave beso en los labios.
De pronto empezó a notar que Becket se rebullía molesta.
- ¿Te ocurre algo?
- No, no pasa nada.
Se separó de ella y la miró.
- Si te ocurre algo, conozco esa cara, a ver suéltalo.
- Castle, yo… yo es que…, no sé como decirlo – dijo ella apurada.
- ¿Te has arrepentido de querer estar conmigo? – preguntó serio soltando el abrazo – lo has pensado mejor en estos días ¿no?, ¿quieres que me vaya?
- No, no, no es eso, yo solo es que… hemos trabajado juntos mucho tiempo, ahora empezamos una relación, yo no sé muy bien como llevar esto, no quiero precipitarme y estropearlo, quiero que funcione, quiero construir una relación sólida contigo… la verdad es que tengo miedo de echarlo todo a perder – soltó ella del tirón.
- Kate, yo no tengo prisa, soy el primer interesado en que esto salga bien, y soy capaz de esperar lo que haga falta.
- Lo siento, lo siento, es que has empezado a acariciarme y a besarme y yo no sé, pero esta noche yo… – dijo ella avergonzada.
- No te preocupes no iba a intentar nada más, solo quería estar cerca tuya y darte un par de besos, pero si no quieres ni me acerco. De todos modos hoy estoy totalmente agotado y aunque me lo suplicaras de rodillas no sería capaz de hacerte el amor, solo conseguiría quedarme dormido encima tuya y no creo que eso te gustara mucho.
- Claro que me puedes abrazar y besar, no me hagas caso – dijo ella mientras volvía a abrazarse a él.
Él volvió a apretar el abrazo y suspiró satisfecho. Ella se dejó querer. Le gustaba estar así con él, se sentía a gusto, empezó a divagar un poco en como sería su vida con Castle. No se dieron cuenta, pero estaban tan cansados que se quedaron dormidos.
Ella se despertó al sentir que algo se movía entre ellos, el bolsillo de Castle vibraba, debía ser su móvil.
- Castle, despierta, te suena el móvil.
Pero él estaba profundamente dormido. Se separó de él y le metió la mano en el bolsillo cogiendo el teléfono. Era Alexis, en vista de que no se despertaba decidió contestar ella.
- ¡Hola!, ¿Alexis?
- ¡Hola Becket!, está mi padre ahí contigo.
- Si, aquí está. Lo siento Alexis, pero nos quedamos dormidos en el sofá, ¿es muy tarde?
- Si, son las dos de la mañana. Papá nos dijo que iba a verte, pero que volvería pronto, y como no ha vuelto, me he preocupado.
- No te preocupes, voy a ver si lo despierto, pero me parece que va a ser difícil, porque está profundamente dormido,
- No importa, sabiendo que esta bien ya nos quedamos tranquilas. ¡Ah! Recuérdale que tiene que estar en la editorial a las diez. ¡Qué paséis buena noche! – y colgó el teléfono.
Becket probó a despertarlo, pero no había manera. Era como si hubiera entrado en estado de coma. Así que decidió intentar ponerlo más cómodo. Lo empujo para tumbarlo en el sofá, luego le subió las piernas y le quitó los zapatos. Al sentirse en posición horizontal, Castle se acomodó y se relajó. Ella fue a buscar una almohada y una manta. Se las colocó y no pudo evitar sonreír cuando él, suspiró e hizo unos ruiditos con la boca mientras cambiaba de postura. Se sentó en la mesita del salón y se quedó observándolo.
La verdad es que era guapo, más bien, muy guapo y a ella le gustaba mucho. Empezó a fantasear con ellos besándose. Solo se habían besado una vez y como parte de un plan, pero tenía que reconocer que le gustó el beso, tanto, que no dudó en repetir para seguir disimulando. No habían vuelto a hablar de ello, pero estaba segura de que él también recordaba ese momento. Luego se vio con él, en la cama, muy apasionados y arrancándose la ropa el uno al otro. Empezó a sentir calor, así que se levantó y fue a la cocina a beber agua. En el reloj vio que eran casi las tres, así que decidió irse a la cama y poner el despertador, quería estar levantada antes de que él se despertase.
*************************************************************************
El despertador sonó puntual a las siete de la mañana. Becket bostezó, estaba muy cansada, se acostó tarde y luego tardó en dormirse. Esperaba tener un día fácil en la comisaría. Se levantó y se asomó al salón. Castle seguía durmiendo placidamente en su sofá. Realmente debía estar muy cansado.
Se dirigió al cuarto de baño, se dio una ducha y se vistió con unos vaqueros negros y una camiseta roja. A continuación se dispuso a preparar el desayuno. Puso una cafetera y empezó a hacer tortitas. Desde allí vio como Castle empezaba a moverse, estaba segura que el olor a café le despertaría.
Esbozó una sonrisa, cuando lo vio desperezarse, revolverse el cabello, despeinándose más aún de lo que ya estaba y empezar a olisquear lo que ella estaba cocinando. Era una visión de Castle que le recordó al oso Yogui y empezó a reírse.
El sonido de su risa terminó de despertarle, se incorporó en el sofá, y miró hacia donde ella estaba.
- Buenos días, vaya, parece que al final he dormido aquí.
- Si, te quedaste frito y no había forma de despertarte, llamó Alexis preocupada, pero se tranquilizó al saber que estabas aquí – dijo ella con alegre sonrisa.
- Veo que estas muy contenta, ¿Qué te hace tanta gracia?
- Tú – dijo ella riendo – cuando te has despertado rascándote la cabeza y olisqueando el desayuno me has recordado al oso Yogui.
- Me alegro de animarte la mañana, Bubu, ¿puedo pasar al baño?
- Claro, ya sabes donde está.
Al rato aparece con la cara lavada y el pelo húmedo y peinado. Se acerca a la encimera de la cocina y se sorprende cuando ella, por propia iniciativa lo besa en los labios.
- ¡Huuuummmm, buenos días inspectora, así quiero que me saludes todas las mañanas!
- Buenos días, ¿has dormido bien a pesar de la mala postura en el sofá?
- He dormido de lujo, aunque siento haberme perdido tu compañía.
- No te preocupes, es normal que estuvieras cansado, ¿tortitas?
- Solo una por favor y café, tengo que ir a casa a cambiarme para ir a la editorial – dijo él, mientras empezaba a desayunar - tengo todo el día ocupado, pero esta noche te recojo a las ocho para ir a cenar, ¿de acuerdo?
Ella asiente con una sonrisa, mientras él termina de desayunar y se limpia la boca. Recoge los platos y los cubiertos y los lleva al fregadero. Cuando los deja allí, se vuelve hacia ella.
- Tengo que irme, nos vemos luego – y acercándose a ella le va a dar un besito, pero ella vuelve a sorprenderlo y se le agarra al cuello mientras profundiza el beso.
- ¡Huuuummmm Castle, todavía no te has ido y ya te echo de menos! – gimió ella mientras le besaba.
Él siguió besándola, aprovechando que ella no protestaba. Ella le metía las manos por entre el cabello, desordenándoselo y él le acariciaba la espalda. Estaban tan a gusto allí abrazados y besándose que perdieron la noción del tiempo. De pronto se sobresaltan, es el teléfono de Castle, él no quiere contestar pero ella le urge a hacerlo aduciendo que puede ser algún tipo de emergencia. A regañadientes se separa de sus labios para contestar el teléfono.
- Castle – dice con malos modos.
- ¡Papá soy yo!, ¿te ocurre algo? – pregunta Alexis sorprendida.
- No cielo, no me pasa nada – contesta ya de mejor manera al saber que era su hija.
- Solo te llamaba para recordarte que tienes que ir a la editorial, no sabía si Becket se acordaría.
- Ya me acordé yo, muchas gracias cariño.
- De nada papá, me voy al colegio, nos vemos luego.
- Era Alexis y ahora si que me voy – dijo dándole un beso en la punta de la nariz – hasta después.
- Hasta luego Castle.
CONTINUARÁ...
Aquí os dejo el cuarto capítulo, y como os prometí Castle ya está de vuelta. Muchas gracias por todos vuestros comentarios.
El próximo capítulo no podré ponerlo ya hasta la semana que viene, porque me voy mañana, y estaré unos días fuera y donde voy no tengo internet.
Al día siguiente Kate cumplió lo prometido a Castle. Con motivo de la investigación estuvo pendiente de Martha, siempre que pudo. La autopsia confirmó lo que Lanie había sospechado, Roger había sido asesinado por alguien corpulento y zurdo. Encontraron un pelo en la escena del crimen que era de hombre, pero no pertenecía ni a la víctima ni al portero. No encontraron coincidencias del ADN del pelo en la base de datos, así que estaban un poco perdidos.
Martha les fue de mucha ayuda, les proporcionó nombres de gente del mundo del teatro, y con esa información tenían algo con que trabajar. Investigando en el piso del finado encontraron una llave, que por su aspecto parecía de la caja fuerte de un banco. Estaban intentando averiguar de qué banco era y nada más lo supieran se conseguiría una orden de registro para proceder a abrir la caja.
Ya habían pasado unos días. Kate estaba nerviosa, sabía que esa noche llegaba el vuelo de Castle, ella le insinuó ir a buscarlos al aeropuerto, pero él la hizo desistir diciéndole que el avión llegaba tardísimo y que al día siguiente ya se verían. A ella no le hizo mucha gracia, pensó en ir al aeropuerto a sorprenderlo, pero luego cambió de idea, no quería demostrarle lo desesperada que estaba por verlo. Así que se fue a su casa, se dio una ducha y se puso ropa cómoda.
Estaba en el sofá viendo una película, medio adormilada, cuando llamaron a la puerta. Ya era tarde y no tenía ni idea de quien podía ser. Se acercó a la mirilla para ver y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Richard Castle estaba allí.
Abrió la puerta y antes de que él pudiera decir nada, se lanzó a sus brazos.
- ¡Hola!, no te esperaba esta noche, me alegro tanto de verte.
- ¡Vaya inspectora!, que recibimiento, voy a tener que marcharme más a menudo. Yo también me alegro mucho de verte – dijo él mientras la abrazaba y le besaba en la mejilla, ¿puedo pasar?
- Claro, entra – dijo separándose de él y tomándolo de la mano – ven, siéntate. ¿Cómo que has venido?
- Me llamó Paula nada más llegar y me dijo que mañana tengo compromisos con la editorial, así que no íbamos a poder quedar hasta por la noche, y no quería tardar tanto en verte.
Castle entró hasta el salón, se quitó la chaqueta y se sentó en el amplio sofá.
- ¿Te apetece algo?
- Si, me apeteces tú, siéntate aquí a mi lado – dijo tirando de ella para sentarla junto a él.
Pasó el brazo por encima de sus hombros y acercándola a él, le tomo la barbilla y mientras se la acariciaba, mirándola a los ojos, le dijo con voz suave:
- He echado de menos tus preciosos ojos y tu cara. Tenía unas ganas inmensas de volver a verte. No pienso separarme de ti, por tanto tiempo nunca más.
- Yo también te extrañé y echaba de menos tus bromas e ideas. La comisaría es muy aburrida sin ti.
- Kate, muchas gracias por haberte ocupado de mi madre estos días, está muy triste, los echa mucho de menos, y estar contigo le ha ayudado a sobrellevar su pena.
- No tienes porque agradecérmelo, lo hice con mucho gusto, tu madre me cae muy bien.
- Tu también le caes muy bien a ella, dice que le gustas mucho para mí, y que si no fuera tan pesado, probablemente yo te gustaría algo – comentó Castle con cara cómica – he tenido que decirle a ella y a Alexis que estamos juntos, espero que no te importe.
- Claro que no – dojo ella sonriendo y pensando en que Martha lo sabía desde hacía unos días – pero prefiero que en la comisaría no se entere nadie, bueno, nadie menos Lanie, que ya lo sabe.
- ¿Y ella no se lo dirá a Esposito en un momento de pasión?
- Me prometió que no, y sé que es capaz de cumplir su promesa.
Castle apretó el abrazo, mientras le acariciaba la espalada y el pelo.
- ¡Hummm, que bien hueles! – y cogiéndole con suavidad la cara le dio un suave beso en los labios.
De pronto empezó a notar que Becket se rebullía molesta.
- ¿Te ocurre algo?
- No, no pasa nada.
Se separó de ella y la miró.
- Si te ocurre algo, conozco esa cara, a ver suéltalo.
- Castle, yo… yo es que…, no sé como decirlo – dijo ella apurada.
- ¿Te has arrepentido de querer estar conmigo? – preguntó serio soltando el abrazo – lo has pensado mejor en estos días ¿no?, ¿quieres que me vaya?
- No, no, no es eso, yo solo es que… hemos trabajado juntos mucho tiempo, ahora empezamos una relación, yo no sé muy bien como llevar esto, no quiero precipitarme y estropearlo, quiero que funcione, quiero construir una relación sólida contigo… la verdad es que tengo miedo de echarlo todo a perder – soltó ella del tirón.
- Kate, yo no tengo prisa, soy el primer interesado en que esto salga bien, y soy capaz de esperar lo que haga falta.
- Lo siento, lo siento, es que has empezado a acariciarme y a besarme y yo no sé, pero esta noche yo… – dijo ella avergonzada.
- No te preocupes no iba a intentar nada más, solo quería estar cerca tuya y darte un par de besos, pero si no quieres ni me acerco. De todos modos hoy estoy totalmente agotado y aunque me lo suplicaras de rodillas no sería capaz de hacerte el amor, solo conseguiría quedarme dormido encima tuya y no creo que eso te gustara mucho.
- Claro que me puedes abrazar y besar, no me hagas caso – dijo ella mientras volvía a abrazarse a él.
Él volvió a apretar el abrazo y suspiró satisfecho. Ella se dejó querer. Le gustaba estar así con él, se sentía a gusto, empezó a divagar un poco en como sería su vida con Castle. No se dieron cuenta, pero estaban tan cansados que se quedaron dormidos.
Ella se despertó al sentir que algo se movía entre ellos, el bolsillo de Castle vibraba, debía ser su móvil.
- Castle, despierta, te suena el móvil.
Pero él estaba profundamente dormido. Se separó de él y le metió la mano en el bolsillo cogiendo el teléfono. Era Alexis, en vista de que no se despertaba decidió contestar ella.
- ¡Hola!, ¿Alexis?
- ¡Hola Becket!, está mi padre ahí contigo.
- Si, aquí está. Lo siento Alexis, pero nos quedamos dormidos en el sofá, ¿es muy tarde?
- Si, son las dos de la mañana. Papá nos dijo que iba a verte, pero que volvería pronto, y como no ha vuelto, me he preocupado.
- No te preocupes, voy a ver si lo despierto, pero me parece que va a ser difícil, porque está profundamente dormido,
- No importa, sabiendo que esta bien ya nos quedamos tranquilas. ¡Ah! Recuérdale que tiene que estar en la editorial a las diez. ¡Qué paséis buena noche! – y colgó el teléfono.
Becket probó a despertarlo, pero no había manera. Era como si hubiera entrado en estado de coma. Así que decidió intentar ponerlo más cómodo. Lo empujo para tumbarlo en el sofá, luego le subió las piernas y le quitó los zapatos. Al sentirse en posición horizontal, Castle se acomodó y se relajó. Ella fue a buscar una almohada y una manta. Se las colocó y no pudo evitar sonreír cuando él, suspiró e hizo unos ruiditos con la boca mientras cambiaba de postura. Se sentó en la mesita del salón y se quedó observándolo.
La verdad es que era guapo, más bien, muy guapo y a ella le gustaba mucho. Empezó a fantasear con ellos besándose. Solo se habían besado una vez y como parte de un plan, pero tenía que reconocer que le gustó el beso, tanto, que no dudó en repetir para seguir disimulando. No habían vuelto a hablar de ello, pero estaba segura de que él también recordaba ese momento. Luego se vio con él, en la cama, muy apasionados y arrancándose la ropa el uno al otro. Empezó a sentir calor, así que se levantó y fue a la cocina a beber agua. En el reloj vio que eran casi las tres, así que decidió irse a la cama y poner el despertador, quería estar levantada antes de que él se despertase.
*************************************************************************
El despertador sonó puntual a las siete de la mañana. Becket bostezó, estaba muy cansada, se acostó tarde y luego tardó en dormirse. Esperaba tener un día fácil en la comisaría. Se levantó y se asomó al salón. Castle seguía durmiendo placidamente en su sofá. Realmente debía estar muy cansado.
Se dirigió al cuarto de baño, se dio una ducha y se vistió con unos vaqueros negros y una camiseta roja. A continuación se dispuso a preparar el desayuno. Puso una cafetera y empezó a hacer tortitas. Desde allí vio como Castle empezaba a moverse, estaba segura que el olor a café le despertaría.
Esbozó una sonrisa, cuando lo vio desperezarse, revolverse el cabello, despeinándose más aún de lo que ya estaba y empezar a olisquear lo que ella estaba cocinando. Era una visión de Castle que le recordó al oso Yogui y empezó a reírse.
El sonido de su risa terminó de despertarle, se incorporó en el sofá, y miró hacia donde ella estaba.
- Buenos días, vaya, parece que al final he dormido aquí.
- Si, te quedaste frito y no había forma de despertarte, llamó Alexis preocupada, pero se tranquilizó al saber que estabas aquí – dijo ella con alegre sonrisa.
- Veo que estas muy contenta, ¿Qué te hace tanta gracia?
- Tú – dijo ella riendo – cuando te has despertado rascándote la cabeza y olisqueando el desayuno me has recordado al oso Yogui.
- Me alegro de animarte la mañana, Bubu, ¿puedo pasar al baño?
- Claro, ya sabes donde está.
Al rato aparece con la cara lavada y el pelo húmedo y peinado. Se acerca a la encimera de la cocina y se sorprende cuando ella, por propia iniciativa lo besa en los labios.
- ¡Huuuummmm, buenos días inspectora, así quiero que me saludes todas las mañanas!
- Buenos días, ¿has dormido bien a pesar de la mala postura en el sofá?
- He dormido de lujo, aunque siento haberme perdido tu compañía.
- No te preocupes, es normal que estuvieras cansado, ¿tortitas?
- Solo una por favor y café, tengo que ir a casa a cambiarme para ir a la editorial – dijo él, mientras empezaba a desayunar - tengo todo el día ocupado, pero esta noche te recojo a las ocho para ir a cenar, ¿de acuerdo?
Ella asiente con una sonrisa, mientras él termina de desayunar y se limpia la boca. Recoge los platos y los cubiertos y los lleva al fregadero. Cuando los deja allí, se vuelve hacia ella.
- Tengo que irme, nos vemos luego – y acercándose a ella le va a dar un besito, pero ella vuelve a sorprenderlo y se le agarra al cuello mientras profundiza el beso.
- ¡Huuuummmm Castle, todavía no te has ido y ya te echo de menos! – gimió ella mientras le besaba.
Él siguió besándola, aprovechando que ella no protestaba. Ella le metía las manos por entre el cabello, desordenándoselo y él le acariciaba la espalda. Estaban tan a gusto allí abrazados y besándose que perdieron la noción del tiempo. De pronto se sobresaltan, es el teléfono de Castle, él no quiere contestar pero ella le urge a hacerlo aduciendo que puede ser algún tipo de emergencia. A regañadientes se separa de sus labios para contestar el teléfono.
- Castle – dice con malos modos.
- ¡Papá soy yo!, ¿te ocurre algo? – pregunta Alexis sorprendida.
- No cielo, no me pasa nada – contesta ya de mejor manera al saber que era su hija.
- Solo te llamaba para recordarte que tienes que ir a la editorial, no sabía si Becket se acordaría.
- Ya me acordé yo, muchas gracias cariño.
- De nada papá, me voy al colegio, nos vemos luego.
- Era Alexis y ahora si que me voy – dijo dándole un beso en la punta de la nariz – hasta después.
- Hasta luego Castle.
CONTINUARÁ...
Aquí os dejo el cuarto capítulo, y como os prometí Castle ya está de vuelta. Muchas gracias por todos vuestros comentarios.
El próximo capítulo no podré ponerlo ya hasta la semana que viene, porque me voy mañana, y estaré unos días fuera y donde voy no tengo internet.
Última edición por Cata Castillo el Miér Jun 29, 2011 11:34 am, editado 1 vez
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Para siempre, Último Capítulo
me encanta. precioso. pásatelo bien a donde vayas y gracias por el fic!!
V_K- Moderador
- Mensajes : 1624
Fecha de inscripción : 22/01/2011
Localización : En ningún sitio, soy un holograma.
Re: Para siempre, Último Capítulo
GRACIAS POR SUBIR EL FAMOSO CAPITULO DEL ENCUENTRO!!!!!! YA NO AGUANTABA MAS LA ESPERA!!!!!!!!
CATA ESCRIBES DE MARAVILLAS!!!!
PD: BUEN VIAJE Y DISFRUTA QUE AQUI TE ESPERAMOS PARA VER LA FAMOSA CITA ENTRE ELLOS!!!!!
CATA ESCRIBES DE MARAVILLAS!!!!
PD: BUEN VIAJE Y DISFRUTA QUE AQUI TE ESPERAMOS PARA VER LA FAMOSA CITA ENTRE ELLOS!!!!!
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Para siempre, Último Capítulo
Gracias por el super capitulo me ha gustado un disparate, que monos los dos!!!!!!!!
pasatelo muy bien en tu viaje, y disfruta y descansa y cuando puedas, una vez que vuelvas subes el proximo que estaremos aqui esperandolo xD
pasatelo muy bien en tu viaje, y disfruta y descansa y cuando puedas, una vez que vuelvas subes el proximo que estaremos aqui esperandolo xD
IsaVera- Autor de best-seller
- Mensajes : 762
Fecha de inscripción : 10/01/2011
Edad : 40
Localización : Cartagena, Murcia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Muy tierno el regreso de Castle... Ahora a esperar la cita!!!
Muy buen viaje! Disfruta!
Muy buen viaje! Disfruta!
Re: Para siempre, Último Capítulo
Al fin llego castle! Muy bueno... Disfruta tu viaje y pasatelo super
Maite- As del póker
- Mensajes : 376
Fecha de inscripción : 13/12/2010
Edad : 30
Localización : Viña del Mar,chile
Re: Para siempre, Último Capítulo
Nena,me encanta el fic y que hayas metido que se parece al oso Yogui totalmente de acuerdo,no sé por qué pero si que me recuerda a él
Pásatelo muy bien de vacaciones
Pásatelo muy bien de vacaciones
mdm- Policia de homicidios
- Mensajes : 656
Fecha de inscripción : 04/05/2011
Edad : 45
Localización : Granada
Re: Para siempre, Último Capítulo
ohhh pero que buena eres,gran capitulo,que bonito,no se quieren separar ni n instante.
Gracias por cumplir tu palabra,por el capitulo y disfruta de estos dias a donde sea que vayas. Un beso
Gracias por cumplir tu palabra,por el capitulo y disfruta de estos dias a donde sea que vayas. Un beso
Raúl- Moderador
- Mensajes : 1189
Fecha de inscripción : 18/05/2011
Edad : 32
Localización : Parla City
Re: Para siempre, Último Capítulo
Gracias por otro capítulo!! Me encanta tu fic!!
Aunque estoy deseando leer el próximo capítulo, esperaré
Que te lo pases bien!!
Aunque estoy deseando leer el próximo capítulo, esperaré
Que te lo pases bien!!
rakel- Escritor - Policia
- Mensajes : 1218
Fecha de inscripción : 08/01/2011
Edad : 32
Re: Para siempre, Último Capítulo
me ha encantado pásalo bien!!!
Carla_Bk- Policia de homicidios
- Mensajes : 569
Fecha de inscripción : 14/04/2011
Edad : 26
Localización : L.A.
Re: Para siempre, Último Capítulo
¡Hola!, ya estoy de vuelta. Os dejo el capítulo 5, y corro a ponerme al día de todo lo que habéis escrito. Espero que os guste.
Capítulo 5:
Kate no sabía que ponerse esa noche. Castle solo le había dicho que la recogería para ir a cenar, pero no le dijo a donde. Estaba segura que sería a uno de esos lujosos restaurantes que frecuentaba, pero por otra parte no sabía si desentonaría mucho si se ponía demasiado elegante.
Se decidió por un vestido de color berenjena de tirantes, cortado debajo del pecho y falda con un poco de vuelo, que le llegaba justo por encima de las rodillas, y lo combinó con sandalias de tacón y bolso negros. Se maquilló suavemente y se dejó el pelo suelto y ondulado. También cogió un chal, aunque la noche era buena, lo mismo refrescaba más tarde.
Había sido un día tranquilo, pero ella estaba nerviosa. No sabía por que, Castle era su mejor amigo, le gustaba estar con él, pero le costaba controlar esta nueva situación que estaban viviendo.
A las nueve puntualmente, llamaron a la puerta. Casi sale corriendo a abrir, pero se contuvo y se tomó su tiempo. Cuando abrió lo primero que vio fue un enorme ramo de orquídeas, detrás del cual salió un sonriente Castle.
- Buenas noches bella dama, esto es para ti.
- ¡Oh Castle son preciosas!
- Me alegro que te gusten, ¿nos vamos?, nuestro coche nos espera.
- Un momento, que las pongo en agua – dijo ella pensando en si él habría llevado el Ferrari o habría alquilado una limusina.
Entraron al ascensor y él le dijo:
- Estás guapísima.
- Gracias, no sabía que ponerme, porque no sé a donde me vas a llevar.
- Así estás perfecta.
Al salir a la calle, ella empezó a buscar el Ferrari de él o la limusina y como no los vio, le preguntó:
- ¿Y el coche?
- Ahí – dijo él señalando un taxi.
- ¿Un taxi?
- Si, ¿algún problema?
- No, para nada, es solo que no me lo esperaba, pensaba que traerías tu Ferrari.
- ¿Para que no me dejes conducirlo? – preguntó él.
- Pues claro, me apetecía llevarlo yo un rato.
- Otro día te dejo que lo lleves todo el rato que quieras.
Se subieron al taxi y el le dio al taxista una dirección.
- Pero, ¿eso es en Brooklyn, no?
- Si, justo allí.
- ¿Se puede saber donde me llevas?
- A cenar como te dije, ya verás como te gusta el sitio.
El taxi los dejó delante de un local. Castle pagó y se bajaron. Un apetitoso olor a comida italiana salía del lugar.
- Castle, tanto misterio con la cita y al final ¿me traes a una pizzería? – preguntó con ironía.
- Pizzería no, habla con propiedad es “Ristorante trattoria Alfredo” – dijo él mientras abría la puerta y le cedía el paso para que ella entrara primero.
Nada más entrar les recibió un chef que a Kate le recordó al camarero italiano de la película infantil “La dama y el vagabundo”, ese que le regaló el plato de espaguetis a los perritos, con su gorro de cocinero y su fino bigote. Este saludó a Castle afectuosamente:
- Ricky, Come stai?
- Molto bene, Fredo. E tu?
- Bene, bene.
- E la bella signora? – preguntó refiriéndose a Becket.
- Ella es Kate, mi…. – Castle se quedó indeciso sin saber que decir.
- Su novia – terminó Kate por él – Encantada señor Alfredo.
- Oh, bella, bella. Puede llamarme Fredo. Y la sua mamma y la bella ragazza? – preguntó volviéndose a dirigir a Castle.
- Muy bien Fredo, la próxima vez vendremos los cuatro.
- Estupendo, seguidme que os llevo a vuestra mesa.
Alfredo los llevó hasta una mesa en un apartado rincón. El restaurante no era muy grande, era muy coqueto, y estaba lleno, incluso gente en la barra esperando para cenar. Una música de violines y un solista cantando baladas en italiano, le daban un ambiente bastante acogedor.
Castle le apartó la silla caballerosamente para ayudarla a sentarse y luego se sentó él. Alfredo les dio la carta y les preguntó si tomarían vino. Él la miró y ella asintió.
Al momento un camarero apareció con el vino dándoselo a probar. Lo aceptó y les sirvió las copas. Kate lo probó y le pareció delicioso. Estuvieron mirando la carta, había muchos platos donde escoger, ella no se decidía, así que le preguntó a Castle, que le recomendó encarecidamente la Lasagna al pesto della mamma Giulietta, argumentando que era deliciosa y que jamás había probado nada como eso.
Así que pidieron una ensalada, y una lasaña para cada uno. Mientras esperaban la comida comenzaron a conversar. El ambiente era sumamente agradable, Kate se encontraba especialmente cómoda.
- ¿Te gusta el sitio? – preguntó Castle.
- Mucho, ¿Vienes a menudo por aquí?
- Con relativa frecuencia, siempre con Alexis y mi madre.
- ¿Solo con ellas? – preguntó mordaz.
- Nunca he traído aquí a ninguna mujer que no fueran mi madre o mi hija, excluyéndote a ti, claro está.
- ¡Oh!, ¿debo considerarme afortunada por que solo a mi me has traído a tu lugar especial, para tus mujeres favoritas? – siguió diciendo con ironía.
- Especial si que eres para mi, pero más especiales son mis partes nobles, que peligrarían si mañana te vieras en primera plana de algunas publicaciones como la nueva conquista de Richard Castle – dijo él muy serio – te he traído porque sé que no te gustan los paparazzi y si vamos a un restaurante más conocido podríamos encontrarnos con más de uno. Si quieres la próxima vez podemos ir al Club 21 o a Delmonico's, pero te aseguro que la comida de esos sitios no tiene nada que envidiarle a la de Alfredo.
- Vaya, un punto para ti, Castle, no es plan de arriesgar tus atributos – dijo con una sonrisa.
En ese momento llegó el camarero con la ensalada, así que empezaron a comer, con bastante apetito, sobre todo ella. Él la miraba sonriente, recordando la última vez que comieron juntos en Remy, y las consecuencias posteriores de su atracón, así que le dijo:
- Recuerdo la última vez que comimos juntos. Espero que la comida te siente mejor hoy y que hayas traído bolsas de plástico y ropa para cambiarte, por si acaso.
- No me digas que luego nos tenemos que quedar a fregar los platos y sacar la basura, creía que los libros de Nikki Heat te daban lo suficiente para mantenerte.
- Touché detective… ¡ah! Aquí viene la lasaña.
El camarero sirvió los platos, advirtiéndoles que quemaban, pero solo el olor que despedían era delicioso.
- ¡Si sabe la mitad de lo bien que huele debe estar divina! – dijo ella aspirando el olor.
- Me alegro de que tengas apetito, buen provecho.
Empezaron a comer, la lasaña estaba riquísima. Durante la cena estuvieron hablando de muchas cosas. Castle le estuvo contando algunas anécdotas de su infancia, que ella oía con avidez. Le contó que nació en California y que cuando era pequeño su madre formaba parte de la compañía de teatro del difunto Roger y con ella recorrieron muchas ciudades del país, que no estaban mucho tiempo en el mismo sitio, y que hasta la adolescencia no tuvo un poco de estabilidad en su vida, claro que esa fue debida a que su madre lo internó en un caro colegio.
Kate le preguntó si no había echado de menos un hogar estable, a pesar de que su madre cuidó de él lo mejor que pudo y él le dijo que no se echa de menos lo que no se conoce, que su vida era divertida, y que aprendió mucho observando a todos los que trabajaban en la compañía y a las gentes que conocían en los sitios donde actuaban y que muchas de esas vivencias las había reflejado en sus libros.
Por su parte ella le contó que su infancia había sido muy distinta, nació y vivió en Nueva York, con sus padres, fue al colegio y tuvo una infancia, adolescencia y juventud de lo más normal, que se vio truncada por el asesinato de su madre.
Llegó la hora de los postres y ella siguió dejándose aconsejar por él, así que pidieron tiramisú que como todo lo que habían comido, estaba buenísimo.
Una vez terminada la cena, Rick pagó y se marcharon no sin antes haberse despedido de Alfredo y prometerle que volverían en otra ocasión. Castle le preguntó a Becket, que le apetecía hacer, si quería ir a tomar una copa, o a bailar, pero ella le dijo que prefería dar un paseo. El restaurante donde habían cenado estaba relativamente cerca del puente de Brooklyn así que fueron dando un paseo hasta allí. La noche estaba bastante buena, pero al acercarse al puente hacía más humedad, Kate se estremeció y un caballeroso Castle se quitó la chaqueta para ponérsela a ella por los hombros, ella no pudo evitar aspirar su aroma e introdujo los brazos en las mangas arrebujándose en ella.
- ¿No tendrás frío? – le preguntó.
- No, no te preocupes – respondió él – no es precisamente frío lo que tengo ahora – se dijo para sí mismo.
Siguieron caminando, disfrutando de su mutua compañía. Se pararon a un lado del puente y se asomaron al agua. Después de todo lo que habían conversado en la cena ahora estaban los dos muy callados. Ella volvió a estremecerse, él se colocó detrás de ella y la tomo por los hombros, mientras que ella aprovechaba su cercanía para recostarse en su pecho, diciéndole:
- Gracias por haberme traído a este lugar, me ha gustado mucho y todo estaba exquisito.
- Ha sido un placer – dijo él.
Ella se volvió apoyando las manos en su pecho y lo miró a los ojos. Le encantaban esos ojos tan azules que la miraban con adoración. Castle no podía dejar de mirarla, lo único que deseaba en ese momento era besar sus labios, esos labios jugosos que se le mostraban entreabiertos como invitándole a besarlos. No estaba muy seguro de si ella se molestaría, no quería precipitarse, aunque después de que ella rompiera el hielo aquella mañana, creía que no. Acercó su boca a la de ella, despacio rozó sus labios como pidiendo permiso, ella se dio cuenta y sonrió, mientras susurraba:
- Castle, ¿me tienes miedo?
- Un poco – respondió él junto a su boca – tu rodilla está peligrosamente cerca de…
- ¿Tus partes nobles? – respondió ella recordando la forma en qué él se había referido antes a esa parte de su anatomía – pues no temas por ellas, puedes besarme todo lo que quieras.
Ella abrió la boca para recibirlo. Él empezó a besarla, ¡Dios, que bien sabía!, le encantaba besarla. Sus labios eran suaves y dulces. Deslizó la lengua por el interior de su boca con pasadas largas y lánguidas, tomándose su tiempo para saborear y explorar. Su sed de ella era insaciable y se entregó al sencillo placer de besarla del que durante tanto tiempo se había privado.
Los jadeos entrecortados de Kate lo excitaban aún más, al igual que el roce juguetón de sus manos en su pecho. Siguieron besándose durante un rato, con ansia, hasta que tuvieron que separarse para coger aire. El apoyó su frente sobre la de ella y mirándola a los ojos, le dijo que la quería. Por respuesta ella volvió a apoderarse de los labios de él, y otra vez se entregaron al placer de basarse, enredando sus lenguas en una danza salvaje.
Kate sentía que no podía dejar de besarlo, nadie jamás le había besado como la estaba besando Castle. Este estaba empezando a perder el control y haciendo un esfuerzo se separó de ella, quien protestó al sentir que él abandonaba sus labios.
- Será mejor que te lleve a casa – y haciéndole señas a un taxi que afortunadamente pasaba por allí en ese momento, lo paró y la ayudó a subir.
Dentro del taxi no hicieron falta las palabras, iban abrazados, ella apoyaba la cara en su pecho. Cuando llegaron a la casa de ella, se bajaron los dos y él la acompañó hasta la puerta, haciendo intención de dejarla allí y marcharse. Pero Becket se lo impidió, pues se le abrazó con fuerza y empezó otra vez con un ritual de besos, al que él no fue capaz de negarse. Ella estaba cada vez más excitada y entre jadeos solo acertó a decir:
- Rick, sube conmigo por favor, no te vayas.
Por segunda vez en esa noche hizo un esfuerzo sobrehumano y separándose de ella, le tomó la cara entre las manos y le dijo:
- Esta noche no, todo a su debido tiempo, no nos precipitemos.
- Pero, ¿Por qué?, ¿Qué ocurre?, no me dejes así por favor.
- Es mejor así, no me lo pongas más difícil y no eres tú, soy yo. Aunque nos conocemos desde hace tiempo, nuestra relación acaba de empezar, ya te he dicho que quiero hacer bien las cosas – dijo él separándose de ella.
- ¿Vendrás mañana a la comisaría? – preguntó anhelante.
- Creo que no, tengo que escribir. Gina me ha reñido esta mañana porque voy atrasado con el libro, y he pensado que si nos vamos a ver luego, no hace falta que estemos todo el tiempo juntos, no quiero que te hartes de mí.
- ¿Te llamo si hay algún caso interesante?
- Puedes llamarme siempre que quieras, hasta mañana cielo.
Y antes de poder arrepentirse salió de su casa. Anduvo un rato hasta que pasó otro taxi, el cual tomó para llegar a su loft.
Por su parte Becket entró en su casa, tocándose los labios hinchados por los besos de él. Había sido increíble, nunca pensó poder llegar a sentir todo lo que sintió cuando Castle la besaba. Se dio cuenta que se había quedado con su chaqueta, se abrazó en ella y aspiró su olor con fruición. ¡Le encantaba la colonia que usaba!
Se quitó la chaqueta pensando en no estropearla, se desnudó y se puso el pijama. Entró al baño a lavarse los dientes y se fue a la cama. No podía dejar de pensar en Castle, en lo vacía que se sintió cuando él se apartó de ella y dejó de besarla, no podía dormir, daba vueltas y más vueltas en la cama, así que terminó levantándose y poniéndose su chaqueta, para volver a acostarse y quedarse dormida confortada por su olor.
CONTINUARÁ...
Capítulo 5:
Kate no sabía que ponerse esa noche. Castle solo le había dicho que la recogería para ir a cenar, pero no le dijo a donde. Estaba segura que sería a uno de esos lujosos restaurantes que frecuentaba, pero por otra parte no sabía si desentonaría mucho si se ponía demasiado elegante.
Se decidió por un vestido de color berenjena de tirantes, cortado debajo del pecho y falda con un poco de vuelo, que le llegaba justo por encima de las rodillas, y lo combinó con sandalias de tacón y bolso negros. Se maquilló suavemente y se dejó el pelo suelto y ondulado. También cogió un chal, aunque la noche era buena, lo mismo refrescaba más tarde.
Había sido un día tranquilo, pero ella estaba nerviosa. No sabía por que, Castle era su mejor amigo, le gustaba estar con él, pero le costaba controlar esta nueva situación que estaban viviendo.
A las nueve puntualmente, llamaron a la puerta. Casi sale corriendo a abrir, pero se contuvo y se tomó su tiempo. Cuando abrió lo primero que vio fue un enorme ramo de orquídeas, detrás del cual salió un sonriente Castle.
- Buenas noches bella dama, esto es para ti.
- ¡Oh Castle son preciosas!
- Me alegro que te gusten, ¿nos vamos?, nuestro coche nos espera.
- Un momento, que las pongo en agua – dijo ella pensando en si él habría llevado el Ferrari o habría alquilado una limusina.
Entraron al ascensor y él le dijo:
- Estás guapísima.
- Gracias, no sabía que ponerme, porque no sé a donde me vas a llevar.
- Así estás perfecta.
Al salir a la calle, ella empezó a buscar el Ferrari de él o la limusina y como no los vio, le preguntó:
- ¿Y el coche?
- Ahí – dijo él señalando un taxi.
- ¿Un taxi?
- Si, ¿algún problema?
- No, para nada, es solo que no me lo esperaba, pensaba que traerías tu Ferrari.
- ¿Para que no me dejes conducirlo? – preguntó él.
- Pues claro, me apetecía llevarlo yo un rato.
- Otro día te dejo que lo lleves todo el rato que quieras.
Se subieron al taxi y el le dio al taxista una dirección.
- Pero, ¿eso es en Brooklyn, no?
- Si, justo allí.
- ¿Se puede saber donde me llevas?
- A cenar como te dije, ya verás como te gusta el sitio.
El taxi los dejó delante de un local. Castle pagó y se bajaron. Un apetitoso olor a comida italiana salía del lugar.
- Castle, tanto misterio con la cita y al final ¿me traes a una pizzería? – preguntó con ironía.
- Pizzería no, habla con propiedad es “Ristorante trattoria Alfredo” – dijo él mientras abría la puerta y le cedía el paso para que ella entrara primero.
Nada más entrar les recibió un chef que a Kate le recordó al camarero italiano de la película infantil “La dama y el vagabundo”, ese que le regaló el plato de espaguetis a los perritos, con su gorro de cocinero y su fino bigote. Este saludó a Castle afectuosamente:
- Ricky, Come stai?
- Molto bene, Fredo. E tu?
- Bene, bene.
- E la bella signora? – preguntó refiriéndose a Becket.
- Ella es Kate, mi…. – Castle se quedó indeciso sin saber que decir.
- Su novia – terminó Kate por él – Encantada señor Alfredo.
- Oh, bella, bella. Puede llamarme Fredo. Y la sua mamma y la bella ragazza? – preguntó volviéndose a dirigir a Castle.
- Muy bien Fredo, la próxima vez vendremos los cuatro.
- Estupendo, seguidme que os llevo a vuestra mesa.
Alfredo los llevó hasta una mesa en un apartado rincón. El restaurante no era muy grande, era muy coqueto, y estaba lleno, incluso gente en la barra esperando para cenar. Una música de violines y un solista cantando baladas en italiano, le daban un ambiente bastante acogedor.
Castle le apartó la silla caballerosamente para ayudarla a sentarse y luego se sentó él. Alfredo les dio la carta y les preguntó si tomarían vino. Él la miró y ella asintió.
Al momento un camarero apareció con el vino dándoselo a probar. Lo aceptó y les sirvió las copas. Kate lo probó y le pareció delicioso. Estuvieron mirando la carta, había muchos platos donde escoger, ella no se decidía, así que le preguntó a Castle, que le recomendó encarecidamente la Lasagna al pesto della mamma Giulietta, argumentando que era deliciosa y que jamás había probado nada como eso.
Así que pidieron una ensalada, y una lasaña para cada uno. Mientras esperaban la comida comenzaron a conversar. El ambiente era sumamente agradable, Kate se encontraba especialmente cómoda.
- ¿Te gusta el sitio? – preguntó Castle.
- Mucho, ¿Vienes a menudo por aquí?
- Con relativa frecuencia, siempre con Alexis y mi madre.
- ¿Solo con ellas? – preguntó mordaz.
- Nunca he traído aquí a ninguna mujer que no fueran mi madre o mi hija, excluyéndote a ti, claro está.
- ¡Oh!, ¿debo considerarme afortunada por que solo a mi me has traído a tu lugar especial, para tus mujeres favoritas? – siguió diciendo con ironía.
- Especial si que eres para mi, pero más especiales son mis partes nobles, que peligrarían si mañana te vieras en primera plana de algunas publicaciones como la nueva conquista de Richard Castle – dijo él muy serio – te he traído porque sé que no te gustan los paparazzi y si vamos a un restaurante más conocido podríamos encontrarnos con más de uno. Si quieres la próxima vez podemos ir al Club 21 o a Delmonico's, pero te aseguro que la comida de esos sitios no tiene nada que envidiarle a la de Alfredo.
- Vaya, un punto para ti, Castle, no es plan de arriesgar tus atributos – dijo con una sonrisa.
En ese momento llegó el camarero con la ensalada, así que empezaron a comer, con bastante apetito, sobre todo ella. Él la miraba sonriente, recordando la última vez que comieron juntos en Remy, y las consecuencias posteriores de su atracón, así que le dijo:
- Recuerdo la última vez que comimos juntos. Espero que la comida te siente mejor hoy y que hayas traído bolsas de plástico y ropa para cambiarte, por si acaso.
- No me digas que luego nos tenemos que quedar a fregar los platos y sacar la basura, creía que los libros de Nikki Heat te daban lo suficiente para mantenerte.
- Touché detective… ¡ah! Aquí viene la lasaña.
El camarero sirvió los platos, advirtiéndoles que quemaban, pero solo el olor que despedían era delicioso.
- ¡Si sabe la mitad de lo bien que huele debe estar divina! – dijo ella aspirando el olor.
- Me alegro de que tengas apetito, buen provecho.
Empezaron a comer, la lasaña estaba riquísima. Durante la cena estuvieron hablando de muchas cosas. Castle le estuvo contando algunas anécdotas de su infancia, que ella oía con avidez. Le contó que nació en California y que cuando era pequeño su madre formaba parte de la compañía de teatro del difunto Roger y con ella recorrieron muchas ciudades del país, que no estaban mucho tiempo en el mismo sitio, y que hasta la adolescencia no tuvo un poco de estabilidad en su vida, claro que esa fue debida a que su madre lo internó en un caro colegio.
Kate le preguntó si no había echado de menos un hogar estable, a pesar de que su madre cuidó de él lo mejor que pudo y él le dijo que no se echa de menos lo que no se conoce, que su vida era divertida, y que aprendió mucho observando a todos los que trabajaban en la compañía y a las gentes que conocían en los sitios donde actuaban y que muchas de esas vivencias las había reflejado en sus libros.
Por su parte ella le contó que su infancia había sido muy distinta, nació y vivió en Nueva York, con sus padres, fue al colegio y tuvo una infancia, adolescencia y juventud de lo más normal, que se vio truncada por el asesinato de su madre.
Llegó la hora de los postres y ella siguió dejándose aconsejar por él, así que pidieron tiramisú que como todo lo que habían comido, estaba buenísimo.
Una vez terminada la cena, Rick pagó y se marcharon no sin antes haberse despedido de Alfredo y prometerle que volverían en otra ocasión. Castle le preguntó a Becket, que le apetecía hacer, si quería ir a tomar una copa, o a bailar, pero ella le dijo que prefería dar un paseo. El restaurante donde habían cenado estaba relativamente cerca del puente de Brooklyn así que fueron dando un paseo hasta allí. La noche estaba bastante buena, pero al acercarse al puente hacía más humedad, Kate se estremeció y un caballeroso Castle se quitó la chaqueta para ponérsela a ella por los hombros, ella no pudo evitar aspirar su aroma e introdujo los brazos en las mangas arrebujándose en ella.
- ¿No tendrás frío? – le preguntó.
- No, no te preocupes – respondió él – no es precisamente frío lo que tengo ahora – se dijo para sí mismo.
Siguieron caminando, disfrutando de su mutua compañía. Se pararon a un lado del puente y se asomaron al agua. Después de todo lo que habían conversado en la cena ahora estaban los dos muy callados. Ella volvió a estremecerse, él se colocó detrás de ella y la tomo por los hombros, mientras que ella aprovechaba su cercanía para recostarse en su pecho, diciéndole:
- Gracias por haberme traído a este lugar, me ha gustado mucho y todo estaba exquisito.
- Ha sido un placer – dijo él.
Ella se volvió apoyando las manos en su pecho y lo miró a los ojos. Le encantaban esos ojos tan azules que la miraban con adoración. Castle no podía dejar de mirarla, lo único que deseaba en ese momento era besar sus labios, esos labios jugosos que se le mostraban entreabiertos como invitándole a besarlos. No estaba muy seguro de si ella se molestaría, no quería precipitarse, aunque después de que ella rompiera el hielo aquella mañana, creía que no. Acercó su boca a la de ella, despacio rozó sus labios como pidiendo permiso, ella se dio cuenta y sonrió, mientras susurraba:
- Castle, ¿me tienes miedo?
- Un poco – respondió él junto a su boca – tu rodilla está peligrosamente cerca de…
- ¿Tus partes nobles? – respondió ella recordando la forma en qué él se había referido antes a esa parte de su anatomía – pues no temas por ellas, puedes besarme todo lo que quieras.
Ella abrió la boca para recibirlo. Él empezó a besarla, ¡Dios, que bien sabía!, le encantaba besarla. Sus labios eran suaves y dulces. Deslizó la lengua por el interior de su boca con pasadas largas y lánguidas, tomándose su tiempo para saborear y explorar. Su sed de ella era insaciable y se entregó al sencillo placer de besarla del que durante tanto tiempo se había privado.
Los jadeos entrecortados de Kate lo excitaban aún más, al igual que el roce juguetón de sus manos en su pecho. Siguieron besándose durante un rato, con ansia, hasta que tuvieron que separarse para coger aire. El apoyó su frente sobre la de ella y mirándola a los ojos, le dijo que la quería. Por respuesta ella volvió a apoderarse de los labios de él, y otra vez se entregaron al placer de basarse, enredando sus lenguas en una danza salvaje.
Kate sentía que no podía dejar de besarlo, nadie jamás le había besado como la estaba besando Castle. Este estaba empezando a perder el control y haciendo un esfuerzo se separó de ella, quien protestó al sentir que él abandonaba sus labios.
- Será mejor que te lleve a casa – y haciéndole señas a un taxi que afortunadamente pasaba por allí en ese momento, lo paró y la ayudó a subir.
Dentro del taxi no hicieron falta las palabras, iban abrazados, ella apoyaba la cara en su pecho. Cuando llegaron a la casa de ella, se bajaron los dos y él la acompañó hasta la puerta, haciendo intención de dejarla allí y marcharse. Pero Becket se lo impidió, pues se le abrazó con fuerza y empezó otra vez con un ritual de besos, al que él no fue capaz de negarse. Ella estaba cada vez más excitada y entre jadeos solo acertó a decir:
- Rick, sube conmigo por favor, no te vayas.
Por segunda vez en esa noche hizo un esfuerzo sobrehumano y separándose de ella, le tomó la cara entre las manos y le dijo:
- Esta noche no, todo a su debido tiempo, no nos precipitemos.
- Pero, ¿Por qué?, ¿Qué ocurre?, no me dejes así por favor.
- Es mejor así, no me lo pongas más difícil y no eres tú, soy yo. Aunque nos conocemos desde hace tiempo, nuestra relación acaba de empezar, ya te he dicho que quiero hacer bien las cosas – dijo él separándose de ella.
- ¿Vendrás mañana a la comisaría? – preguntó anhelante.
- Creo que no, tengo que escribir. Gina me ha reñido esta mañana porque voy atrasado con el libro, y he pensado que si nos vamos a ver luego, no hace falta que estemos todo el tiempo juntos, no quiero que te hartes de mí.
- ¿Te llamo si hay algún caso interesante?
- Puedes llamarme siempre que quieras, hasta mañana cielo.
Y antes de poder arrepentirse salió de su casa. Anduvo un rato hasta que pasó otro taxi, el cual tomó para llegar a su loft.
Por su parte Becket entró en su casa, tocándose los labios hinchados por los besos de él. Había sido increíble, nunca pensó poder llegar a sentir todo lo que sintió cuando Castle la besaba. Se dio cuenta que se había quedado con su chaqueta, se abrazó en ella y aspiró su olor con fruición. ¡Le encantaba la colonia que usaba!
Se quitó la chaqueta pensando en no estropearla, se desnudó y se puso el pijama. Entró al baño a lavarse los dientes y se fue a la cama. No podía dejar de pensar en Castle, en lo vacía que se sintió cuando él se apartó de ella y dejó de besarla, no podía dormir, daba vueltas y más vueltas en la cama, así que terminó levantándose y poniéndose su chaqueta, para volver a acostarse y quedarse dormida confortada por su olor.
CONTINUARÁ...
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Para siempre, Último Capítulo
Pero qué románticooooo!!!!!!!! Me encanta!!!!!!!
Gracias por otro capítulo!!!!!!!!!!!!
Gracias por otro capítulo!!!!!!!!!!!!
rakel- Escritor - Policia
- Mensajes : 1218
Fecha de inscripción : 08/01/2011
Edad : 32
Re: Para siempre, Último Capítulo
P-R-E-C-I-O-S-O- MADRE MIA ESTO ES TAN TAN TAN ROMANTICO
ME ENCANTA EN CUANTO PUEDAS SUBE EL SIGUIENTE CAPI PLEASE
ME ENCANTA EN CUANTO PUEDAS SUBE EL SIGUIENTE CAPI PLEASE
Carla_Bk- Policia de homicidios
- Mensajes : 569
Fecha de inscripción : 14/04/2011
Edad : 26
Localización : L.A.
Re: Para siempre, Último Capítulo
QUE ROMANTICOOOOO....
ME ENCANTO... SEGUILO PRONTO PLISS
ME ENCANTO... SEGUILO PRONTO PLISS
stana_alexis- Actor en Broadway
- Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 05/04/2011
Edad : 47
Localización : Venezuela
Re: Para siempre, Último Capítulo
Me encantan, me encanta, me encanta .......
Genial
Sube el próximo pronto please
Genial
Sube el próximo pronto please
Duende- Escritor - Policia
- Mensajes : 1212
Fecha de inscripción : 01/03/2011
Edad : 36
Localización : Galicia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Precioso que romantico que chulo que....
Quiero mas por favor!!!!!!!!
Quiero mas por favor!!!!!!!!
IsaVera- Autor de best-seller
- Mensajes : 762
Fecha de inscripción : 10/01/2011
Edad : 40
Localización : Cartagena, Murcia
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