Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Sofia escribió:escribió:Maku_Stanathan escribió:Nuevamente yo
Por favor dime si vas a continuar este fic Porque es uno de los que mas me fascina y me gustaría seguir leyendolo
ESO ESOOOO para cuando la continuacionnnn
Lo tengo casi terminado. Esperaba poder subir hoy a la noche un capítulo. Siento muchísimo la espera, tenía que estudiar que estaba hasta arriba de exámenes y no es que sea un curso fácil...
Ahora que se que lo continuaras te espero no te hagas drama
Espero que te haya ido bien en los estudios
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
- Mensajes : 652
Fecha de inscripción : 07/10/2011
Edad : 30
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Ha pasado mucho tiempo y lo siento. No sé por qué esto me está quedando cada vez más empalagoso y adolescente. Intentaré remediarlo, lo juro. Ahora lo que quiero es librarme del caso.
Antes de nada aclarar una cosa: como bien dije al principio, esto se sitúa entre algún lugar de la tercera temporada, hay cosas que pasaron y cosas que no.
A la vez me centro en el pasado de Kate. Kate Beckett en la serie nació el 17 de noviembre de 1979 (si no me equivoco), por lo que en la tercera temporada tiene 31 años. Haciendo cuentas a los 16 años Kate tendría que estar en el penúltimo curso de instituto, ya que cumple a finales de año. En un capítulo (serie) Madison y Kate dicen que se pelearon por Brent en el último año, pero en mi fic va a ocurrir en el penúltimo año, ya que si no no tengo en dónde meter a mi personaje inventado, Jack.
Y por si a alguien le interesa escuchar la canción de la que hablo, aquí la tenéis:
¿Podría ser la canción preferida de una Kate Beckett de 16 años?
Capítulo 15
Aquella mañana de diciembre de 1995 Katherine Beckett se levantó sin muchas ganas. Con pijama de pantalones de cuadros y una camiseta ancha y floja atada a la cintura mediante un nudo con la firma de Joe Torre conseguida por un amigo de su padre, se dirigió escaleras abajo.
Al pasar por el salón encendió la radio y buscó su cadena de música favorita. Con “Crazy” de Aerosmith a todo volumen caminó hacia la cocina mientras se marcaba unos pasos de baile sensuales, tal y como hacían Liv Taylor y Alicia Silverstone en el videoclip. Mientras apoyaba una mano en el marco de la puerta estirando el brazo, con la otra se soltaba el moño soltando su larga melena casi color chocolate y meneando la cabeza de un lado a otro.
-¿Qué haces descalza?-su madre la bajó de la nube sentada en una silla, taza de café en mano y con una sonrisa en la cara.
Avergonzada se acomodó el pelo detrás de la oreja y abrió la nevera escondiendo allí sus mejillas coloradas.
-Hoy entro un poco más tarde, ¿quieres que te lleve al instituto?
-No hace falta, la madre de Maddie vendrá a recogerme- le dijo mientras sacaba del frigorífico el cartón de leche, el zumo, la mantequilla y la mermelada.
-¿Ya no estáis enfadadas?
-Mamá-suspiró la adolescente.
-¿Qué?-le preguntó su madre falsamente ofendida.
-No, ya no lo estamos.
-¿Y algún día se podrá saber el motivo o será secreto de Estado para siempre?-sonrió su madre mientras se levantaba y le encendía la tostadora a su hija.
Kate se giró hacia ella por primera vez y a sus dieciséis años casi recién cumplidos se dio cuenta de que se tenía que acabar la vergüenza de hablar las cosas con su madre. Al fin y al cabo le acababa de pillar in fraganti bailando muy mal una canción muy buena.
-Fue por un chico-dijo rápidamente antes de llevarse un vaso de zumo a la boca.
-Qué otro motivo podría ser, ya lo sabía.
-¿Lo sabías?-le preguntó ésta ofendida. ¿Y entonces para qué le preguntaba? ¿Para que tuviese que pasar la vergüenza de contárselo?
Johanna Beckett sonrió de nuevo.
-Vamos Kate, quiero los detalles sucios.
-¡Mamá!-esta vez gritó horrorizada.
-Sigo esperando- le dijo su madre intentando permanecer lo más seria posible.
El ring de la tostadora la salvó de contestar. Se sentó en la mesa y comenzó a untar mantequilla en sus rebanadas de pan tostadas. Su madre fregó su taza y después se sentó a su lado.
-¿Y bien?
-Oye, mamá…
-¿Se lo quitaste tú o te lo quitó ella?
Kate la miró sorprendida, definitivamente su madre tenía un don para esas cosas.
-Ella.
-Por el barrio se rumorea que Brent Edwards está causando furor.
-¿Pero se puede saber cómo lo haces? Se supone que las adolescentes debemos tener nuestros secretos.
-Bueno, cariño, puedo decirte que yo los tenía a mi edad y siempre desee compartirlos con mi madre.
-De todos modos no tiene importancia, eso fue antes del verano.
-Y sin embargo lleváis todo este tiempo sin hablaros.
-Lo arreglamos a la vuelta de las vacaciones, total no merecía la pena.
-¿Ah no? ¿Así que Brent no es tan guapo?-Johanna le guiñó un ojo.
-Sí lo es, pero no importa, ya no me gusta.
-Mmm, entonces es que hay otro.
-Mamá…-suspiró Kate- Creo que ya he desvelado suficiente información.
Su madre la miró fijamente.
-Está bien-volvió a suspirar-, se llama Jack y no te diré nada más.
-Hoy.
-¿Perdón?- le preguntó confundida mientras mojaba la tostada de mermelada de fresa en la leche.
-No me contarás nada más hoy. Mañana será otro día y espero que al final pueda conseguir los detalles sucios.
Su hija le tiró el paño que había encima de la mesa mientras su madre salía de la cocina, no sin antes apoyar la mano en el marco de la puerta, estirar el brazo y sacudir la cabeza de un lado a otro.
Kate comenzó a reírse aliviada por poder hablar de esas cosas con ella y contenta por tenerla como madre. Jim Beckett llegó justo a tiempo para ver a su mujer menearse al son de la canción preferida de su hija, le dio un beso y vio como cerraba la puerta de la entrada.
-¿Se puede saber qué es tan gracioso?-le preguntó su padre entrando en la cocina.
***
Jason Morgan tenía unos ojos verdes realmente bonitos. Unos ojos verdes que observaban a una atractiva mujer castaña inclinada ligeramente hacia él.
-Mírala, Jason. Quiero que la mires bien.
La inspectora señalaba con el índice la foto apoyada en la mesa de él y Jordan juntos en Roma.
-Y ahora quiero que mires esta de aquí.
Kate Beckett se echó un momento hacia atrás para poder abrir la carpeta de cartón que tenía en la otra mano y sacar otra fotografía para colocarla justo al lado de la anterior.
Desde la posición en la que se encontraba pudo verlo: aquellos ojos verde oscuro se iluminaron. Y ella confirmó que él no había podido matarla.
-¡Joder! ¡Esto es una broma! ¿No?-agarró la segunda fotografía.
La observó con detenimiento. Le costó reconocerla. Había tierra y algunas hojas a su alrededor, su pelo estaba enmarañado y sucio pegado a su cara y presentaba pequeños moratones en la mejilla izquierda. Pero eso no le hizo estar seguro de que fuese ella. Tenía los ojos abiertos de par en par, color miel, casi amarillos.
-Eres mayor de edad. Puedes decidir si quieres que tus padres estén o no presentes.
El sábado por la mañana sus padres lo habían levantado por la fuerza a las nueve. Iban a hacerles una visita a sus tíos a las afueras de la ciudad. Iba tan dormido que olvidó llevarse el portátil, aunque no hubiese servido de nada, porque allí no había línea. El domingo al volver lo primero que hizo fue darse una ducha. Al salir, con toalla como única prenda se sentó frente al ordenador. Abrió su correo y el "facebook" pero nunca llegó a leer los mensajes que anunciaban la muerte de Jordan. Su correo estaba abarrotado, tenía más de 600 mensajes sin leer, así que no era de extrañar que no se hubiese fijado en ninguno, sino sólo en aquel que le interesaba.
Lo abrió recibiendo la dirección y la hora. Así que quiso dejar todo preparado hasta que… ¡Mierda! Jordan tenía su cazadora. Le dio a la pestaña del "facebook" y por suerte la vio conectada en el chat. Quince minutos después un par de policías llamaron a su puerta y se lo llevaron sin explicaciones.
Beckett llevaba cinco minutos hablándole pero él no podía prestar atención, no podía dejar de mirar sus ojos abiertos, sin vida.
-¡Jason!-ella golpeó la mesa con la mano.
-Yo…Cuándo…Yo…
-¿Estuviste con ella el viernes por la noche?
-Sí.
Beckett levantó las cejas esperando por más, pero él no parecía dispuesto a seguir hablando.
-¿Qué pasó? Quiero que me lo cuentes todo, desde el principio.
-Nos liamos en la discoteca, fuimos a Central Park, terminamos de liarnos. Ella se fue y yo me fui. Eso es todo- intentó ser lo más frío posible.
-Está bien, Jason. Lo haremos de otra manera.
Él no contestó.
-Tú y Jordan os llevabais mal.
-Eso no es lo que dije.
-Cállate. Tú y Jordan os llevabais mal, pero entre vosotros existía una atracción, ¿no? ¿O sólo existía para ella? Tú sabías que ella estaba enamorada de ti, pero tú no querías nada más que un rollo, ¿verdad? Tenías a chicas mucho más guapas que ella. A muchas- Beckett comenzó a deformar la historia, pues sabía que en el fondo Jason la quería o al menos la quería un poco-. Pero en la discoteca bailabais y ella te gustaba, para un polvo al menos. Una cosa llevó a la otra y se convirtió en rutina las noches en Central Park. El viernes fue una de esas noches pero ella quería más, discutisteis, se negó a hacerlo, pero tú tenías muchas ganas. La violaste, pero mientras lo hacías ella no paraba de gritar y…
-¡No! ¡No! ¿La violaron? Le juro que no la toqué sin su consentimiento, se lo juro.
Beckett estaba utilizando la historia de Castle.
-Ella no paraba de gritar-continuó queriendo hacer que él explotara. No tenía ni idea de por qué, pues sabía que él no la había matado. Tal vez lo que quería es que reconociese en alto lo que nunca se atrevió a decirle a Jordan- y entonces intentaste taparle la boca, alguien podría oírla. Pero no podías hacer dos cosas a la vez, así que te pareció mucho más fácil agarrarla del cuello y fuiste apretando, poco a poco, y así sus gritos perdían intensidad hasta… que dejó de respirar.
-¡No! ¡No! ¡Eso no fue lo que pasó!
-¿Qué pasó Jason? ¿La chaqueta se te manchó de sangre cuando ella te golpeó con el tacón? ¿La tiraste a la basura y luego fingiste no enterarte de su muerte y hablar con nosotros por el chat?
Jason Morgan explotó por fin.
-¡Le he dicho que no!- se levantó de la silla furioso, moviendo incluso la mesa.
-¡Siéntate ahora mismo!-le gritó Beckett intentando no sonreír al ver que su táctica había funcionado.
-Ella y yo no nos llevábamos bien al principio, es verdad. Pero al final nos hicimos amigos. Mire, yo soy un cabrón, usted es una tía y estoy seguro de que es así como me describiría, como un cabrón. Ella no es…era como la clase de chicas de instituto. Yo la veía como la típica novia seria y formal que tendría a los veinte. Pero entonces comenzamos a salir y frecuentábamos los mismos lugares y tenía que verla siempre con vestidos cortos y…Voy a ser directo, estaba buenísima. Me permití jugar con ella, sí. No quería tener nada con ella, porque si lo hacía tendría que ser algo serio y yo…quería vivir la vida. Pero tampoco podía decirle que estaba jugando con ella porque pretendía que me esperara para dentro de un par de años, me hubiese mandado a la mierda directamente, ¿qué chica estaría dispuesta a eso? El viernes empezó igual que siempre, fuimos a Central Park y ella tenía frío porque no tenía chaqueta así que le dejé la mía. Empezamos a liarnos y de repente comenzó a gritarme. Yo no me porté del todo bien y…ella se marchó sola.
-Según lo que me cuentas, ¿ debo creerme que no te enteraste que estaba muerta hasta ahora mismo?
-Lo juro. Yo estaba en casa de mis tíos, allí no hay internet.
-Tu chaqueta no la llevaba puesta, Jason.
-Es imposible. Cuando se marchó la llevaba. Yo estaba tan cabreado que ni siquiera fui tras ella, cuando me di cuenta quise ir pero…pero me pudo el orgullo- Alzó una de sus manos para mostrársela a la inspectora, tenía los nudillos hinchados y enrojecidos de darle un par de puñetazos al banco.
Beckett iba a seguir presionándole cuando le miró a los ojos. Jason Morgan, el capitán de baloncesto, la cara bonita y rompecorazones de las chicas, estaba llorando.
-Lo último que le dije fue que era idiota por pensar que yo podría sentir algo por alguien como ella.
Kate Beckett asintió.
-¿Qué pasa? ¿Como está muerta te arrepientes de habérselo dicho? Es curioso como cuando alguien muere la gente parece olvidarse de todo lo malo que opinaban de esa persona y se arrepientan de haber dicho cosas que para ellos siguen siendo ciertas.
-Yo fui el único idiota que le hizo pensar que podría sentir algo por ella. No la merecía.
-Es cierto, no te la merecías. Y aunque ella lo sabía te seguía queriendo Jason. No soy quién para opinar, ni me sé toda la historia, pero creo que no podías odiarla tanto como para decírselo.
-Se lo dije porque no podía entender que después de todo lo que le había hecho siguiera siendo tan tonta como para seguirme la corriente siempre. Y créame que Jordan nunca, nunca hacía nada que ella no quisiera, pero conmigo… me decía que sí a todo. Tenía que hacerle entender que en la vida había más chicos que yo.
-Lo que tú nunca entendiste ,Jason, es que a ella no le hacían falta más chicos que tú. Y que si a ti te hacían falta más chicas que ella sólo tenías que decírselo y dejarte de tonterías. Porque es cierto que vivir la vida de verdad es no planearla, pero si resulta que antes de vivirla ya quieres a alguien no te impide seguir viviendo. A lo mejor es eso lo que ella trataba de demostrarte, que no te hacían falta veinte chicas para ser feliz, que vivir la vida es mucho más que eso.
-Usted no lo entiende.
-¿Qué no lo entiendo? Me hace gracia que digas que querías que ella te dejase de seguir la corriente cuando tú mismo dijiste que hacías todo eso para que ella te la siguiera. Vamos, que la querías tener cuando querías pero no querías que ella te dejase tenerla, ¿cómo quieres que te entienda si no te entiendes tú mismo? De todos modos no importa, ella no va a volver y ya puedes jugar con todas las chicas que quieras.
Kate Beckett se levantó cabreada y cuando iba a salir por la puerta se acordó:
-Por cierto, por casualidad no tendrás tú su bolso, ¿verdad?
Jason estaba tan descolocado por las palabras de la inspectora que le costó centrarse en qué le estaba preguntando.
-No. Me acuerdo que lo cogió antes de irse.
***
-No voy a preguntar a qué ha venido eso- le dijo Castle mientras caminaba a su lado hasta su escritorio.
-Y si no vas a preguntar para qué me dices que no lo harás, te callas y punto.
-Veo que ya tenemos los ánimos alterados, inspectora-le dijo Castle intentando volver a recuperar un buen ambiente.
-Si no quieres verlos alterados de verdad es mejor que te calles ahora mismo…
-Oído cocina.
Los dos permanecieron en silencio durante unos minutos apoyados en la mesa mirando la pizarra. Pero no tardó en llegar un trío que venía riéndose de algo.
-Vaya, si tenemos aquí a nuestra consejera del corazón-bromeó Espósito.
-Vaya-siguió ella con la broma- y aquí está nuestro dependiente de electrodomésticos.
Roy Montgomety y Kevin Ryan rieron.
-Tenemos el ADN de nuestro posible asesino pero no con qué compararlo, nos faltan el bolso y la cazadora de Jason…-comenzó Beckett para ser interrumpida por Espósito.
-El bolso se lo tuvo que llevar el asesino o algún vagabundo que lo encontró, mandamos revisar todos los cubos de basura y papeleras del parque, incluso yo mismo revisé algunos. Ni rastro.
-¿A qué hora se hace la recogida de basura?
-Cuando Jordan murió ya se había recogido, así que si el bolso fue tirado a alguna papelera tendría que haber estado allí por la mañana.
-¿Y qué pudo ser de la cazadora?-preguntó Montgomery.
-Si hubiese sido yo y después de lo que él me dijo, la habría tirado-contestó Beckett.
-¿Crees ya no la llevaba puesta cuando la atacaron? Si ayer hizo frío-aportó el escritor
-Cuando eres adolescente y vas vestida así, nunca tienes frío.
Los cuatro hombres se miraron.
-Adelante, podéis reíros- ella les dio permiso sin poder contener su propia sonrisa.
***
Madison Keller siempre había sido conocida en el instituto, al igual que Kate Beckett. Ambas no habían pasado nunca desapercibidas. La primera porque era una guapísima rompecorazones y la segunda porque era la roquera alocada que sin pretenderlo traía a los chicos de cabeza. Pero su popularidad aumentó cuando la rubia empezó a salir con un defensa lateral del equipo de fútbol, el mejor amigo del quarterback, Jack Fitzgerald.
Esa mañana de diciembre de 1995 Madison caminaba por el pasillo del instituto agarrada de la mano de la relación más larga que había tenido en toda su vida: Brent Edwards. Lo que había comenzado como un lío de primavera y provocado un enfado con una de sus mejores amigas, había terminado por convertirse en una relación con un chico guapísimo.
Ambos reían de algún chiste junto con el resto de sus amigos.
-¿Habéis visto a Jack?-preguntó Olivia, una animadora-Ayer me dejé algo en su coche-sonrió orgullosa pretendiendo hacer pensar mal a sus amigos.
El resto del grupo negó con la cabeza. El timbré tocó y todos se dirigieron a sus clases. Todos menos Madison y Brent. Éste la agarró de la mano guiándola hasta la puerta del patio trasero, corriendo lo más deprisa posible mientras reían llegaron hasta el campo de deportes, sacando una llave de su bolsillo Brent abrió la puerta que llevaba hasta los vestuarios.
-¿De dónde la has sacado?-preguntó ella.
-El entrenador nos la prestó un día y Jack y yo hicimos copias-sonrió orgulloso.
-¿No vendrá nadie?
-No, los miércoles la primera clase es la de atletismo a las diez. Así que… tenemos mucho, mucho tiempo-dijo besando a su novia.
-No, Brent, sólo puedo faltar la primera hora o se darán cuenta. Tú como juegas al fútbol lo tienes todo arreglado.
-Está bien…
Caminaron hasta el vestuario masculino de fútbol. Brent lo abrió con otra llave y volvió a cerrar detrás de ellos. De repente escucharon un ruido y el corazón casi se les sale del sitio temiendo haber sido pillados. Madison le arrebató la llave teniendo intención de correr hacia la puerta cuando él la agarró de la muñeca y con un dedo en su propia boca le pidió que estuviese callada. De la mano ambos se fueron acercando hacia la primera fila de taquillas, cuando estuvieron seguros de que al otro lado no había nadie, se trasladaron a la siguiente fila y entonces volvieron a escuchar algo. Madison tuvo que taparse la boca sonriendo. Eso había sido un gemido.
-¿A cuántos les habéis dado copias?-preguntó ella susurrando.
-A nadie. Sólo tenemos llave Jack y yo.
Al darse cuenta, ambos levantaron las cejas sonriéndose. Teniendo curiosidad se quedaron en silencio hasta que lo escucharon de nuevo. Brent señaló las duchas y todavía agarrados de la mano se acercaron hasta que los vieron:
Un Jack Fitzgerald sin camiseta tenía arrinconada contra la pared de una de las duchas a la mismísima Kate Beckett, mientras sus manos jugaban bajo su suéter y le susurraba algo en el oído.
Antes de nada aclarar una cosa: como bien dije al principio, esto se sitúa entre algún lugar de la tercera temporada, hay cosas que pasaron y cosas que no.
A la vez me centro en el pasado de Kate. Kate Beckett en la serie nació el 17 de noviembre de 1979 (si no me equivoco), por lo que en la tercera temporada tiene 31 años. Haciendo cuentas a los 16 años Kate tendría que estar en el penúltimo curso de instituto, ya que cumple a finales de año. En un capítulo (serie) Madison y Kate dicen que se pelearon por Brent en el último año, pero en mi fic va a ocurrir en el penúltimo año, ya que si no no tengo en dónde meter a mi personaje inventado, Jack.
Y por si a alguien le interesa escuchar la canción de la que hablo, aquí la tenéis:
¿Podría ser la canción preferida de una Kate Beckett de 16 años?
Capítulo 15
Aquella mañana de diciembre de 1995 Katherine Beckett se levantó sin muchas ganas. Con pijama de pantalones de cuadros y una camiseta ancha y floja atada a la cintura mediante un nudo con la firma de Joe Torre conseguida por un amigo de su padre, se dirigió escaleras abajo.
Al pasar por el salón encendió la radio y buscó su cadena de música favorita. Con “Crazy” de Aerosmith a todo volumen caminó hacia la cocina mientras se marcaba unos pasos de baile sensuales, tal y como hacían Liv Taylor y Alicia Silverstone en el videoclip. Mientras apoyaba una mano en el marco de la puerta estirando el brazo, con la otra se soltaba el moño soltando su larga melena casi color chocolate y meneando la cabeza de un lado a otro.
-¿Qué haces descalza?-su madre la bajó de la nube sentada en una silla, taza de café en mano y con una sonrisa en la cara.
Avergonzada se acomodó el pelo detrás de la oreja y abrió la nevera escondiendo allí sus mejillas coloradas.
-Hoy entro un poco más tarde, ¿quieres que te lleve al instituto?
-No hace falta, la madre de Maddie vendrá a recogerme- le dijo mientras sacaba del frigorífico el cartón de leche, el zumo, la mantequilla y la mermelada.
-¿Ya no estáis enfadadas?
-Mamá-suspiró la adolescente.
-¿Qué?-le preguntó su madre falsamente ofendida.
-No, ya no lo estamos.
-¿Y algún día se podrá saber el motivo o será secreto de Estado para siempre?-sonrió su madre mientras se levantaba y le encendía la tostadora a su hija.
Kate se giró hacia ella por primera vez y a sus dieciséis años casi recién cumplidos se dio cuenta de que se tenía que acabar la vergüenza de hablar las cosas con su madre. Al fin y al cabo le acababa de pillar in fraganti bailando muy mal una canción muy buena.
-Fue por un chico-dijo rápidamente antes de llevarse un vaso de zumo a la boca.
-Qué otro motivo podría ser, ya lo sabía.
-¿Lo sabías?-le preguntó ésta ofendida. ¿Y entonces para qué le preguntaba? ¿Para que tuviese que pasar la vergüenza de contárselo?
Johanna Beckett sonrió de nuevo.
-Vamos Kate, quiero los detalles sucios.
-¡Mamá!-esta vez gritó horrorizada.
-Sigo esperando- le dijo su madre intentando permanecer lo más seria posible.
El ring de la tostadora la salvó de contestar. Se sentó en la mesa y comenzó a untar mantequilla en sus rebanadas de pan tostadas. Su madre fregó su taza y después se sentó a su lado.
-¿Y bien?
-Oye, mamá…
-¿Se lo quitaste tú o te lo quitó ella?
Kate la miró sorprendida, definitivamente su madre tenía un don para esas cosas.
-Ella.
-Por el barrio se rumorea que Brent Edwards está causando furor.
-¿Pero se puede saber cómo lo haces? Se supone que las adolescentes debemos tener nuestros secretos.
-Bueno, cariño, puedo decirte que yo los tenía a mi edad y siempre desee compartirlos con mi madre.
-De todos modos no tiene importancia, eso fue antes del verano.
-Y sin embargo lleváis todo este tiempo sin hablaros.
-Lo arreglamos a la vuelta de las vacaciones, total no merecía la pena.
-¿Ah no? ¿Así que Brent no es tan guapo?-Johanna le guiñó un ojo.
-Sí lo es, pero no importa, ya no me gusta.
-Mmm, entonces es que hay otro.
-Mamá…-suspiró Kate- Creo que ya he desvelado suficiente información.
Su madre la miró fijamente.
-Está bien-volvió a suspirar-, se llama Jack y no te diré nada más.
-Hoy.
-¿Perdón?- le preguntó confundida mientras mojaba la tostada de mermelada de fresa en la leche.
-No me contarás nada más hoy. Mañana será otro día y espero que al final pueda conseguir los detalles sucios.
Su hija le tiró el paño que había encima de la mesa mientras su madre salía de la cocina, no sin antes apoyar la mano en el marco de la puerta, estirar el brazo y sacudir la cabeza de un lado a otro.
Kate comenzó a reírse aliviada por poder hablar de esas cosas con ella y contenta por tenerla como madre. Jim Beckett llegó justo a tiempo para ver a su mujer menearse al son de la canción preferida de su hija, le dio un beso y vio como cerraba la puerta de la entrada.
-¿Se puede saber qué es tan gracioso?-le preguntó su padre entrando en la cocina.
***
Jason Morgan tenía unos ojos verdes realmente bonitos. Unos ojos verdes que observaban a una atractiva mujer castaña inclinada ligeramente hacia él.
-Mírala, Jason. Quiero que la mires bien.
La inspectora señalaba con el índice la foto apoyada en la mesa de él y Jordan juntos en Roma.
-Y ahora quiero que mires esta de aquí.
Kate Beckett se echó un momento hacia atrás para poder abrir la carpeta de cartón que tenía en la otra mano y sacar otra fotografía para colocarla justo al lado de la anterior.
Desde la posición en la que se encontraba pudo verlo: aquellos ojos verde oscuro se iluminaron. Y ella confirmó que él no había podido matarla.
-¡Joder! ¡Esto es una broma! ¿No?-agarró la segunda fotografía.
La observó con detenimiento. Le costó reconocerla. Había tierra y algunas hojas a su alrededor, su pelo estaba enmarañado y sucio pegado a su cara y presentaba pequeños moratones en la mejilla izquierda. Pero eso no le hizo estar seguro de que fuese ella. Tenía los ojos abiertos de par en par, color miel, casi amarillos.
-Eres mayor de edad. Puedes decidir si quieres que tus padres estén o no presentes.
El sábado por la mañana sus padres lo habían levantado por la fuerza a las nueve. Iban a hacerles una visita a sus tíos a las afueras de la ciudad. Iba tan dormido que olvidó llevarse el portátil, aunque no hubiese servido de nada, porque allí no había línea. El domingo al volver lo primero que hizo fue darse una ducha. Al salir, con toalla como única prenda se sentó frente al ordenador. Abrió su correo y el "facebook" pero nunca llegó a leer los mensajes que anunciaban la muerte de Jordan. Su correo estaba abarrotado, tenía más de 600 mensajes sin leer, así que no era de extrañar que no se hubiese fijado en ninguno, sino sólo en aquel que le interesaba.
Lo abrió recibiendo la dirección y la hora. Así que quiso dejar todo preparado hasta que… ¡Mierda! Jordan tenía su cazadora. Le dio a la pestaña del "facebook" y por suerte la vio conectada en el chat. Quince minutos después un par de policías llamaron a su puerta y se lo llevaron sin explicaciones.
Beckett llevaba cinco minutos hablándole pero él no podía prestar atención, no podía dejar de mirar sus ojos abiertos, sin vida.
-¡Jason!-ella golpeó la mesa con la mano.
-Yo…Cuándo…Yo…
-¿Estuviste con ella el viernes por la noche?
-Sí.
Beckett levantó las cejas esperando por más, pero él no parecía dispuesto a seguir hablando.
-¿Qué pasó? Quiero que me lo cuentes todo, desde el principio.
-Nos liamos en la discoteca, fuimos a Central Park, terminamos de liarnos. Ella se fue y yo me fui. Eso es todo- intentó ser lo más frío posible.
-Está bien, Jason. Lo haremos de otra manera.
Él no contestó.
-Tú y Jordan os llevabais mal.
-Eso no es lo que dije.
-Cállate. Tú y Jordan os llevabais mal, pero entre vosotros existía una atracción, ¿no? ¿O sólo existía para ella? Tú sabías que ella estaba enamorada de ti, pero tú no querías nada más que un rollo, ¿verdad? Tenías a chicas mucho más guapas que ella. A muchas- Beckett comenzó a deformar la historia, pues sabía que en el fondo Jason la quería o al menos la quería un poco-. Pero en la discoteca bailabais y ella te gustaba, para un polvo al menos. Una cosa llevó a la otra y se convirtió en rutina las noches en Central Park. El viernes fue una de esas noches pero ella quería más, discutisteis, se negó a hacerlo, pero tú tenías muchas ganas. La violaste, pero mientras lo hacías ella no paraba de gritar y…
-¡No! ¡No! ¿La violaron? Le juro que no la toqué sin su consentimiento, se lo juro.
Beckett estaba utilizando la historia de Castle.
-Ella no paraba de gritar-continuó queriendo hacer que él explotara. No tenía ni idea de por qué, pues sabía que él no la había matado. Tal vez lo que quería es que reconociese en alto lo que nunca se atrevió a decirle a Jordan- y entonces intentaste taparle la boca, alguien podría oírla. Pero no podías hacer dos cosas a la vez, así que te pareció mucho más fácil agarrarla del cuello y fuiste apretando, poco a poco, y así sus gritos perdían intensidad hasta… que dejó de respirar.
-¡No! ¡No! ¡Eso no fue lo que pasó!
-¿Qué pasó Jason? ¿La chaqueta se te manchó de sangre cuando ella te golpeó con el tacón? ¿La tiraste a la basura y luego fingiste no enterarte de su muerte y hablar con nosotros por el chat?
Jason Morgan explotó por fin.
-¡Le he dicho que no!- se levantó de la silla furioso, moviendo incluso la mesa.
-¡Siéntate ahora mismo!-le gritó Beckett intentando no sonreír al ver que su táctica había funcionado.
-Ella y yo no nos llevábamos bien al principio, es verdad. Pero al final nos hicimos amigos. Mire, yo soy un cabrón, usted es una tía y estoy seguro de que es así como me describiría, como un cabrón. Ella no es…era como la clase de chicas de instituto. Yo la veía como la típica novia seria y formal que tendría a los veinte. Pero entonces comenzamos a salir y frecuentábamos los mismos lugares y tenía que verla siempre con vestidos cortos y…Voy a ser directo, estaba buenísima. Me permití jugar con ella, sí. No quería tener nada con ella, porque si lo hacía tendría que ser algo serio y yo…quería vivir la vida. Pero tampoco podía decirle que estaba jugando con ella porque pretendía que me esperara para dentro de un par de años, me hubiese mandado a la mierda directamente, ¿qué chica estaría dispuesta a eso? El viernes empezó igual que siempre, fuimos a Central Park y ella tenía frío porque no tenía chaqueta así que le dejé la mía. Empezamos a liarnos y de repente comenzó a gritarme. Yo no me porté del todo bien y…ella se marchó sola.
-Según lo que me cuentas, ¿ debo creerme que no te enteraste que estaba muerta hasta ahora mismo?
-Lo juro. Yo estaba en casa de mis tíos, allí no hay internet.
-Tu chaqueta no la llevaba puesta, Jason.
-Es imposible. Cuando se marchó la llevaba. Yo estaba tan cabreado que ni siquiera fui tras ella, cuando me di cuenta quise ir pero…pero me pudo el orgullo- Alzó una de sus manos para mostrársela a la inspectora, tenía los nudillos hinchados y enrojecidos de darle un par de puñetazos al banco.
Beckett iba a seguir presionándole cuando le miró a los ojos. Jason Morgan, el capitán de baloncesto, la cara bonita y rompecorazones de las chicas, estaba llorando.
-Lo último que le dije fue que era idiota por pensar que yo podría sentir algo por alguien como ella.
Kate Beckett asintió.
-¿Qué pasa? ¿Como está muerta te arrepientes de habérselo dicho? Es curioso como cuando alguien muere la gente parece olvidarse de todo lo malo que opinaban de esa persona y se arrepientan de haber dicho cosas que para ellos siguen siendo ciertas.
-Yo fui el único idiota que le hizo pensar que podría sentir algo por ella. No la merecía.
-Es cierto, no te la merecías. Y aunque ella lo sabía te seguía queriendo Jason. No soy quién para opinar, ni me sé toda la historia, pero creo que no podías odiarla tanto como para decírselo.
-Se lo dije porque no podía entender que después de todo lo que le había hecho siguiera siendo tan tonta como para seguirme la corriente siempre. Y créame que Jordan nunca, nunca hacía nada que ella no quisiera, pero conmigo… me decía que sí a todo. Tenía que hacerle entender que en la vida había más chicos que yo.
-Lo que tú nunca entendiste ,Jason, es que a ella no le hacían falta más chicos que tú. Y que si a ti te hacían falta más chicas que ella sólo tenías que decírselo y dejarte de tonterías. Porque es cierto que vivir la vida de verdad es no planearla, pero si resulta que antes de vivirla ya quieres a alguien no te impide seguir viviendo. A lo mejor es eso lo que ella trataba de demostrarte, que no te hacían falta veinte chicas para ser feliz, que vivir la vida es mucho más que eso.
-Usted no lo entiende.
-¿Qué no lo entiendo? Me hace gracia que digas que querías que ella te dejase de seguir la corriente cuando tú mismo dijiste que hacías todo eso para que ella te la siguiera. Vamos, que la querías tener cuando querías pero no querías que ella te dejase tenerla, ¿cómo quieres que te entienda si no te entiendes tú mismo? De todos modos no importa, ella no va a volver y ya puedes jugar con todas las chicas que quieras.
Kate Beckett se levantó cabreada y cuando iba a salir por la puerta se acordó:
-Por cierto, por casualidad no tendrás tú su bolso, ¿verdad?
Jason estaba tan descolocado por las palabras de la inspectora que le costó centrarse en qué le estaba preguntando.
-No. Me acuerdo que lo cogió antes de irse.
***
-No voy a preguntar a qué ha venido eso- le dijo Castle mientras caminaba a su lado hasta su escritorio.
-Y si no vas a preguntar para qué me dices que no lo harás, te callas y punto.
-Veo que ya tenemos los ánimos alterados, inspectora-le dijo Castle intentando volver a recuperar un buen ambiente.
-Si no quieres verlos alterados de verdad es mejor que te calles ahora mismo…
-Oído cocina.
Los dos permanecieron en silencio durante unos minutos apoyados en la mesa mirando la pizarra. Pero no tardó en llegar un trío que venía riéndose de algo.
-Vaya, si tenemos aquí a nuestra consejera del corazón-bromeó Espósito.
-Vaya-siguió ella con la broma- y aquí está nuestro dependiente de electrodomésticos.
Roy Montgomety y Kevin Ryan rieron.
-Tenemos el ADN de nuestro posible asesino pero no con qué compararlo, nos faltan el bolso y la cazadora de Jason…-comenzó Beckett para ser interrumpida por Espósito.
-El bolso se lo tuvo que llevar el asesino o algún vagabundo que lo encontró, mandamos revisar todos los cubos de basura y papeleras del parque, incluso yo mismo revisé algunos. Ni rastro.
-¿A qué hora se hace la recogida de basura?
-Cuando Jordan murió ya se había recogido, así que si el bolso fue tirado a alguna papelera tendría que haber estado allí por la mañana.
-¿Y qué pudo ser de la cazadora?-preguntó Montgomery.
-Si hubiese sido yo y después de lo que él me dijo, la habría tirado-contestó Beckett.
-¿Crees ya no la llevaba puesta cuando la atacaron? Si ayer hizo frío-aportó el escritor
-Cuando eres adolescente y vas vestida así, nunca tienes frío.
Los cuatro hombres se miraron.
-Adelante, podéis reíros- ella les dio permiso sin poder contener su propia sonrisa.
***
Madison Keller siempre había sido conocida en el instituto, al igual que Kate Beckett. Ambas no habían pasado nunca desapercibidas. La primera porque era una guapísima rompecorazones y la segunda porque era la roquera alocada que sin pretenderlo traía a los chicos de cabeza. Pero su popularidad aumentó cuando la rubia empezó a salir con un defensa lateral del equipo de fútbol, el mejor amigo del quarterback, Jack Fitzgerald.
Esa mañana de diciembre de 1995 Madison caminaba por el pasillo del instituto agarrada de la mano de la relación más larga que había tenido en toda su vida: Brent Edwards. Lo que había comenzado como un lío de primavera y provocado un enfado con una de sus mejores amigas, había terminado por convertirse en una relación con un chico guapísimo.
Ambos reían de algún chiste junto con el resto de sus amigos.
-¿Habéis visto a Jack?-preguntó Olivia, una animadora-Ayer me dejé algo en su coche-sonrió orgullosa pretendiendo hacer pensar mal a sus amigos.
El resto del grupo negó con la cabeza. El timbré tocó y todos se dirigieron a sus clases. Todos menos Madison y Brent. Éste la agarró de la mano guiándola hasta la puerta del patio trasero, corriendo lo más deprisa posible mientras reían llegaron hasta el campo de deportes, sacando una llave de su bolsillo Brent abrió la puerta que llevaba hasta los vestuarios.
-¿De dónde la has sacado?-preguntó ella.
-El entrenador nos la prestó un día y Jack y yo hicimos copias-sonrió orgulloso.
-¿No vendrá nadie?
-No, los miércoles la primera clase es la de atletismo a las diez. Así que… tenemos mucho, mucho tiempo-dijo besando a su novia.
-No, Brent, sólo puedo faltar la primera hora o se darán cuenta. Tú como juegas al fútbol lo tienes todo arreglado.
-Está bien…
Caminaron hasta el vestuario masculino de fútbol. Brent lo abrió con otra llave y volvió a cerrar detrás de ellos. De repente escucharon un ruido y el corazón casi se les sale del sitio temiendo haber sido pillados. Madison le arrebató la llave teniendo intención de correr hacia la puerta cuando él la agarró de la muñeca y con un dedo en su propia boca le pidió que estuviese callada. De la mano ambos se fueron acercando hacia la primera fila de taquillas, cuando estuvieron seguros de que al otro lado no había nadie, se trasladaron a la siguiente fila y entonces volvieron a escuchar algo. Madison tuvo que taparse la boca sonriendo. Eso había sido un gemido.
-¿A cuántos les habéis dado copias?-preguntó ella susurrando.
-A nadie. Sólo tenemos llave Jack y yo.
Al darse cuenta, ambos levantaron las cejas sonriéndose. Teniendo curiosidad se quedaron en silencio hasta que lo escucharon de nuevo. Brent señaló las duchas y todavía agarrados de la mano se acercaron hasta que los vieron:
Un Jack Fitzgerald sin camiseta tenía arrinconada contra la pared de una de las duchas a la mismísima Kate Beckett, mientras sus manos jugaban bajo su suéter y le susurraba algo en el oído.
Última edición por Sofia el Miér Ago 29, 2012 2:40 pm, editado 3 veces
Sofia- Ayudante de policia
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Tia se te ba la olla jajajajajmadre mia me encantaaaa
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Como extrañaba esta historia!!! Muy bueno, espero que el próximo cap este pronto
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Jorja escribió:Como extrañaba esta historia!!! Muy bueno, espero que el próximo cap este pronto
Oleeee !!!!!!!!!!!! Me encantaaaa pero espero que no tardes un mes y pico en seguir POR DIOSS!!!!!!!!!!
:)- Ayudante de policia
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Me gustaaa
Pero no tardes tanto en continuaaaaar
Pero no tardes tanto en continuaaaaar
Castle♥Beckett- Actor en Broadway
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
jeje muy interesante el capítulo!! me alegra que hayas encontrado tiempo para continuar, me encanta esta historia desde el principio!!
BrujaAle- Escritor - Policia
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Edad : 41
Localización : En el Sur
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Noooo!!! como te atreves a dejarme así jajajaja
Quiero la continuación cada vez se pone mas interesante jajajajaja
Quiero la continuación cada vez se pone mas interesante jajajajaja
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Alba, amore, como te han dicho por ahí arriba, espero que esta vez no tardes más de un mes en actualizar. Y, para asegurarme, te voy a mandar a unos amiguitos que me tienen muchííííííísimo cariño...
Jajaja, no, ahora en serio. Genial, realmente espléndido. Esa última escena, con Brent y Madison encontrando a Beckett liándose con Jack... . Me ha gustado mucho lo que has escrito acerca del pasado de la inspectora. Mucho. Has retratado una infancia que es exactamente la que le va bien, ni más ni menos. Y la conversación con Johanna, aunque corta, demuestra todo el amor que sentían la una por la otra, y eso me ha encantado.
Esto es para ti: .
Por cierto, aprovecho para felicitaros la Navidad a tod@s, ¡pasad una estupenda Nochebuena!
Jajaja, no, ahora en serio. Genial, realmente espléndido. Esa última escena, con Brent y Madison encontrando a Beckett liándose con Jack... . Me ha gustado mucho lo que has escrito acerca del pasado de la inspectora. Mucho. Has retratado una infancia que es exactamente la que le va bien, ni más ni menos. Y la conversación con Johanna, aunque corta, demuestra todo el amor que sentían la una por la otra, y eso me ha encantado.
Esto es para ti: .
Por cierto, aprovecho para felicitaros la Navidad a tod@s, ¡pasad una estupenda Nochebuena!
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Hola, es la primera vez que comento, ja lo se voy un poquito retrasada...
Que sepas que me encanta tu fic, nunca habia pensado que a nadie se le podria ocurrir hacer un fic con el pasado de Bekett sin que estuviese relacionado con la muerte de su madre
Este fic es increible, genial, perfecto, no se que mas decir
Espero que no tardes mucho en subir el proximo, porque por lo que he leido el ultimo tardaste mucho
Espero el proximo pronto!!
SOY TU FAN
Que sepas que me encanta tu fic, nunca habia pensado que a nadie se le podria ocurrir hacer un fic con el pasado de Bekett sin que estuviese relacionado con la muerte de su madre
Este fic es increible, genial, perfecto, no se que mas decir
Espero que no tardes mucho en subir el proximo, porque por lo que he leido el ultimo tardaste mucho
Espero el proximo pronto!!
SOY TU FAN
carly becket- Policia de homicidios
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Edad : 28
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Tengo esto más abandonado que... Y lo siento muchísimo de verdad, muchísimo. No es que las cosas me estén yendo bien, sino todo lo contrario. Y ahora empecé con las clases, vamos, un rollo.
Así que espero poder actualizar este fin de semana, que ya tengo el siguiente capítulo casi listo. De paso a ver si me pongo las pilas y actualizo de fin de semana en fin de semana.
Gracias por comentar, es lo único que me anima a continuarlo.
Así que espero poder actualizar este fin de semana, que ya tengo el siguiente capítulo casi listo. De paso a ver si me pongo las pilas y actualizo de fin de semana en fin de semana.
Gracias por comentar, es lo único que me anima a continuarlo.
Sofia- Ayudante de policia
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Edad : 30
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Primero lo primero y después los fics
Tranquila que acá vamos a estar esperando =)
Tranquila que acá vamos a estar esperando =)
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Mmmm, ¿en qué mes estamos? JAJAJAJAJAJAJAJAJA. No, en serio, no me río. ¿Me mataréis si os digo que tengo este capítulo escrito desde el mes de enero? No lo llegué a publicar porque no me gusta, y además porque quería añadir después algo CASKETT para no aburriros, pero la inspiración no está nada colaboradora.
El caso es que estaba yo paseando por aquí y leí vuestros comentarios, y... en serio, no quiero publicar este capítulo, pero lo voy a hacer. Y tampoco quiero que lo leáis, me da vergüenza. Jo, que aunque no os guste yo os lo dejo, y a ver si os puedo traer el siguiente pronto. LO INTENTARÉ.
Entenderé perfectamente que para leerlo tengáis que leeros de nuevo el fic, lo entenderé porque eso tendré que hacer yo para continuarlo, NO ME ACUERDO DE NADA.
(No creo que me matéis porque cuando lo leáis y no os guste no gastaréis energía en matarme) (Y eso me consuela)
Capítulo 16
Kate se pasó las manos por la cara, arriesgándose a estropear el poco maquillaje que llevaba encima desde su llorera. Castle, sentado en la silla de ella, todo un atrevimiento por su parte, la observaba dar vueltas frente a la pizarra.
-Empiezo a pensar que esto es un caso al azar, que el asesino no la conocía.
-Puede ser, pero, ¿por qué matarla entonces?
-Agresividad del momento, psicopatía, yo que sé… a lo mejor este no es su primer asesinato.
-¿Me estás hablando de un asesino en serie?
-Castle, ¿sabes cuánta gente desaparece en Nueva York todos los días y nunca aparece? No creo que estén de vacaciones en el Caribe. Habrá multitud de asesinos en serie que no les interese llamar la atención.
-Lo sé, pero, si es un asesino en serie que oculta los cuerpos, ¿por qué lo dejó en el parque?
-Está bien, ¿sabes cuántos cadáveres de mujeres pasan por la morgue y nunca se pilla a su violador y asesino? Es…complicado, y no tenemos nada- suspiró-.Tenía la esperanza de que lo de Jordan se resolviese.
Se giró hacia Castle al ver que no le contestaba y lo vio con la cara pegada al portátil de Jordan.
-¿Te importaría dejar de jugar por un momento y ayudarme?
-Creí que tú nunca necesitabas mi ayuda-sonrió sin despegar la mirada de la pantalla.
-Sí, desde luego así no me ayudas.
-Pues para que lo sepas, acabo de encontrar algo que nos devolverá de nuevo a la investigación.
-¿El qué?
***
Se bajaron del coche de la madre de Madison cincuenta metros antes de llegar al instituto, desde que formaban parte del grupo de amigos más popular no estaba permitido llegar en el coche de los padres. Así que era preferible andar y hacer una llegada triunfal exponiendo la ropa que les quedaba tan bien.
-¿Qué clase tienes a primera?-le preguntó la rubia.
-Historia del arte, hoy tenemos que hacer exposiciones…
-Qué bien…-suspiró sin entusiasmo.
Cuando ya estaban en la puerta Madison vio a Brent a lo lejos junto al resto de sus amigos. Lo saludó efusivamente.
-Becks, ¿te vienes?
-No, tengo que pasar por mi taquilla antes, nos vemos luego, ¿vale?
Ésta asintió sin hacerle mucho caso mientras trotaba alegremente hacia su novio.
*
Casi corrió por el pasillo, “¿por qué cuánta más prisa se tiene parece que la gente anda mucho más lento?” Le quedaban diez minutos escasos para que tocase el timbre y tenía que recoger el trabajo de historia en la fotocopiadora, ya que el día anterior se lo había dejado encargado al conserje.
Casi parecía imposible pero llegó justo cuando el bedel acababa de abrir la puerta de la sala. El hombre, ya de unos sesenta, entró en su especie de despacho y después de rebuscar unos segundos en un cajón sacó un montón de folios perfectamente encuadernados con portada azul marino.
Después de agradecérselo unas tres veces, Kate se dio media vuelta señalando su reloj para mostrarle que en cinco minutos tenía que estar en una clase al otro lado del colegio.
Y de nuevo la gente parecía querer entorpecer su paso. Llegó a su taquilla. Cuatro minutos para las ocho. Agarró un par de libros, folios, la carpeta, el estuche y todo aquello necesario que pudo coger en brazos, pues no tenía tiempo a meterlo en su bolso. Cerró la taquilla como pudo y al girarse comprobó que el pasillo ya estaba casi vacío. Intentó mirar el reloj. Tres minutos para las ocho. Sólo le quedaba doblar un par de esquinas, recorrer un largo pasillo y ya estaría en su clase.
Un minuto para las ocho.
No podía parar de susurrar “por favor, por favor, por favor”. El señor Shearing le había amenazado con echarla de clase si volvía a llegar tarde, además necesitaba exponer ese trabajo muy bien si quería subir nota.
El cuarto “por favor” estaba a punto de salir de sus labios cuando de repente sintió un fuerte golpe y una extremada ligereza en sus brazos. Cuando reaccionó comprobó que todas sus cosas estaban esparcidas por el suelo mezcladas con libros y apuntes que no eran suyos. Levantó la vista para ver al o a la idiota que había chocado con ella.
Perfecto, Jack Fitzgerald la miraba sonriente.
-¿Es que no sabes ver por dónde vas?-le espetó enfadada.
El timbre.
“Mierda”.
-Pero si yo estaba sacando las cosas de mi taquilla… La que a lo mejor debería ver por dónde va eres tú, y por lo que escuché, creo que también deberías dejar de hablar sola.
-Cállate, no tengo tiempo para tus tonterías- se agachó para recoger lo más rápido posible sus cosas.
Él hizo lo mismo.
-Ah, claro, como tú tienes la culpa digo tonterías…
Ella le miró de manera fulminante. Recogieron en silencio hasta que su mano chocó con la de él.
-Eso es mío-le dijo ella.
-Ahora ya no -sonrió él.
-Jack, porque seas quaterback y el resto del mundo te permita ser un chorizo que no hace más que mangar bolis, no significa que puedas mangar los míos. Así que suéltalo.
-Kate, si es que ahora nos vamos a llamar por nuestros nombres, yo soy Fitz para ti, Jack es para las ocasiones especiales, tú ya me entiendes. Así que si quieres llamarme así ya sabes lo que tienes que hacer.
-Eres un cerdo-intentó levantarse y llevarse consigo lo que era suyo, pero él era más fuerte.
Las ocho y dos minutos. El pasillo estaba completamente vacío. Su vida estaba acabada.
-Un cerdo que te gusta mucho, lo sabes.
-Devuélveme el estuche.
-¿Sabes? Eso de hablar sola te está volviendo un poco loca, porque juraría que este estuche es mío.
-¿En serio? ¿Rosa?- exclamó ella levantando las cejas. Él la miró divertido. Y al ver que él no le iba a dar una respuesta se pasó al método desesperado
-¡Jack!-gritó- Llegó tarde, por favor, devuélvemelo.
-Vaya, pero si tienes modales.
Kate le hubiese pegado un bofetón si tuviese las manos libres. Pero se tragó su orgullo y optó por rogar.
-Por favor, llegaré tarde y el señor Shearing me echará de clase- su voz ensayada de niña buena.
-No entiendo por qué no empezaste pidiéndomelo así, ¿no ves que hasta estás más guapa rogándome?
Apretó los libros con fuerza, conteniéndose. En otra situación los hubiese tirado al suelo y hubiese ido directa a destrozarle la cara.
-Jack…-suspiró impaciente.
-Kate, te he dicho que si no vas a liarte conmigo no me llames Jack. ¿O es que quieres liarte conmigo?- le fue a devolver el estuche y cuando Kate estaba a punto de cogerlo él lo apartó.
Las ocho y cuatro minutos.
-¿Y ahora qué?
-¿Quieres?-le tendió el estuche.
-Claro que no- adiós estuche.
-¡Pero qué mal mientes!
-Oye, para liarte con cuatro a la semana te veo muy desesperado, ¿es que no te dan lo que necesitas?- se acabó la voz de niña buena.
-Por supuesto que sí, pero esperaba que tú también me lo dieses, o al menos, dártelo yo a ti, porque con ese humor que tienes siempre, debes estar a pan y agua.
-Fitz,-dijo entre dientes- por favor, llego tarde a clase, ¿me devuelves el estuche?
Él le sonrió como nunca y ella casi se cae. Podía llamarle cerdo, podía hablarle con desprecio, podía fingir odiarle, pero en el fondo le gustaría decirle que sí, que sí a todo, a todo lo que él quisiese. Pero ella no era una de esas tantas que pasaban por él. Las chicas para él eran una lista y Kate Beckett no estaba dispuesta a que su nombre apareciera en ella.
No sólo le devolvió el estuche, si no que le quitó todos los libros de las manos, recogió su bolso que aún estaba en el suelo y fue metiendo sus cosas en él. Ella se quedó embobada mirándole.
-Toma-le volvió a sonreír él.
Ella le miró interrogante, pero no le dijo nada. Cogió su bolso y se dispuso a seguir su camino. Las ocho y seis minutos.
-Ah, y Kate-la llamó por su nombre.
Ella se giró.
-Llámame Jack.
-¿Pero no has dicho que…?
-Lo sé, pero cuando lo dices tú mi nombre suena mejor.
Estaba segura de que si pudiese mirarse la cara la tendría roja como un tomate.Cuando estaba por doblar la esquina escucho como él le decía.
-Y sonríe un poco más que me encanta tu sonrisa.
Ella pensó que mentía muy bien, porque era imposible que una sonrisa de brackets le gustase.
Estaba ya cerca de la puerta de su clase cuando decidió sacar el trabajo de antemano y así poder pensar en una excusa decente mientras tanto. Pero cuando no lo encontró se puso más nerviosa. Se arrodilló en el suelo y empezó a remover las cosas dentro de su bolso, ni rastro. Se lo debía de haber llevado Jack.
Se levantó nerviosa. Eran las ocho y diez, llegar diez minutos tarde a una clase del señor Shearing era para él un crimen. Y si aún por encima tenía la valentía de presentarse sin el trabajo… Pero a la vez no podía no presentarse en clase o se ganaría la expulsión si la pillaban. Aunque después de meditarlo unos segundos se dio cuenta de que el profesor la expulsaría igual si entraba, así que de perdidos, al río…
Después de mirar hacia los lados y no ver a nadie dio media vuelta buscando a Jack. Cuando volvió a doblar la esquina él ya no estaba. Miró hacia el suelo por si su cuaderno estaba allí, pero no lo encontró. Escuchó un ruido y arriesgándose se dirigió hacia él. La puerta de las escaleras de emergencia acababa de cerrarse.
“Que sea Jack, que sea Jack, que sea Jack” se repetía a sí misma cuando, después de mirar de nuevo hacia los lados, abrió la puerta. Se escuchaban pasos bajando las escaleras, intentó mirar quién podía ser acercándose a la barandilla pero no lo consiguió, y decidió bajar con cuidado, las escaleras de emergencia daban justo al campo de deportes.
Cuando llegó abajo vio de nuevo la puerta cerrarse. La abrió y pudo comprobar como la persona a la que estaba siguiendo era Jack Fitzgerald corriendo hacia los vestuarios de deporte.
Arriesgándose una vez más corrió detrás de él sin ser vista. Cuando él sacó la llave y estaba a punto de abrir la puerta de los vestuarios ella lo detuvo agarrándole del brazo.
-¡Eh!
Él se giró sorprendido.
-¡Kate! ¿Has cambiado de opinión? No has podido resistirte, ¿verdad?
-No seas idiota. Te has llevado mi trabajo.
Jack miró la mano de Kate todavía anclada a su antebrazo y sonrió.
-¿No tienes una excusa mejor?-la miró pícaramente.
Iba a gritarle un par de cosas cuando él la detuvo poniendo una mano en su boca.
-Si vas a gritarme como una poseída porque estás frustrada por no poder estar conmigo, por favor, hazlo dentro, que no quiero que nos pillen.
Le abrió la puerta poniéndose a un lado para dejarla pasar primero. Ella le miró poco convencida, ¿pero qué otra opción tenía?
-¿Cómo has conseguido la llave?-preguntó mientras entraba.
-Uno tiene sus contactos.
Él la guió colocando una mano en su espalda hasta el vestuario de fútbol. Una vez dentro la volvió a guiar hasta el final del vestuario, por lo que si alguien entraba por casualidad no los vería.
A cada paso que daba se ponía más nerviosa. Estaba encerrada en un vestuario con Jack Fitzgerald, el quaterback que volvía locas a todas las chicas y hasta a ella misma, con el mejor amigo del novio de su mejor amiga. Y eso no era lo peor, no. Estaba encerrada en un vestuario cuando tendría que estar en clase presentando un trabajo. Aquello era su fin.
-¿El señor Shearing te echó de clase?
-No llegué a entrar.
Él la miró sorprendido.
-Y todo por tu culpa, me suspenderá arte.
-¿Y qué pasa? Eso nunca pareció importarte.
-No me importaría si las notas trimestrales no fuesen dentro de tres semanas y el profesor no me tuviese manía.
-La excusa que ponen todos…
Ella le miró furiosa.
-Tú como eres el capitán de fútbol lo tienes todo arreglado, pero no durarías ni dos segundos en las clases del señor Shearing.
Ella se sentó en un banco cabreada, apoyando sus cosas a su lado. Él abrió su mochila encontrando el trabajo de Kate y entregándoselo.
-¿Eso crees? Por lo que oigo seguro que podría durar más que tú, fuera de clase sin llegar a entrar… un récord. Además, si quisiera podría sacar matrícula de honor, bonita.
Ella rió irónicamente
-¡Ja! Seguramente. ¿Sabes por qué yo no la saco?
Él la miró interrogante.
- Porque el señor Shearing sabe que sé más de arte de lo que sabe él, y no quiero dejarle en evidencia.-dijo muy cerca de su cara.
-Tú tienes el ego un poco subido, ¿no?
-Lo digo en serio.
-Sí, Kate, de sueños también se vive…
Ella le miró cada vez más frustrada.
-Piensa lo que quieras…-agarró su trabajo y su bolso y se levantó para irse.
-¿Adónde te crees que vas?-la agarró de la mano.
-¿No queda claro? A un sitio menos evidente en el que puedan pillarme, y menos contigo, que tengo una reputación que mantener.
Él se rió de ella en su cara.
-¿Y se puede saber que sitio es ese?-le preguntó sabiendo que no había otro lugar más seguro que ese.
-Pues…-dudó, pensando lo más rápido en un sitio- si te lo dijera ya no sería un sitio seguro-dijo con autosuficiencia.
-Mira, señorita sabelotodo, en realidad no sabes adónde vas a ir, y este sitio es el mejor dónde puedes estar, ¿te has fijado en la compañía?-le guiñó un ojo.
Ella, harta de sus tonterías, se giró para marcharse de allí de una vez.
-En serio, Kate-dijo él dejando las bromas aparte- No hay clase de deporte hasta las diez, no vendrá nadie.
Ella lo miró con un poco de timidez, dudando si quedarse o no.
-Quédate, anda. Te prometo que me mantendré alejado de ti.
Ella le sonrió.
-Aunque no aseguro que tú puedas mantener tus manos alejadas de mí.
Un golpe en el brazo lo bajó de su ensoñación.
-¡Eh!-rió él haciéndole cosquillas.
Ella se sentó de nuevo y se quitó la cazadora. Él abrió una taquilla, agarró una toalla y un bote de gel y se dirigió a las duchas.
-¿Qué vas a hacer?-preguntó asustada.
-Voy a ducharme , ¿no se nota?
-¿Qué?
-Desde ayer no paso por casa. Ya sabes, ir de fiesta es lo que tiene…
Kate le miró con cara de asco.
-Ni se te ocurra ducharte delante de mí.
-¿Y qué pretendes, que me quede oliendo a pollo quemado todo el día?
-Sí.
-¿Sí?
-Digo, no. No hueles a pollo quemado.
-¿Ah no?-preguntó él curioso y divertido.
-No-sonrió tímidamente.
-¿Y a qué huelo?
Ella se bajó de la nube.
-¡Pues yo qué sé! ¡A ti!
-¿Y “yo” huelo bien?- se acercó a ella agarrándola de la nuca y obligándola a enterrar su cara en el cuello de su camiseta.
-¡No seas asqueroso!
Se miraron a los ojos, ambos serios, hasta que sonrieron de nuevo. ¿Se podía sabes qué le pasaba a ella para no poder dejar de sonreírle?
-Pues si la señorita ya ha comprobado que huelo a sudor, me voy a duchar.
-¡No!
-Kate, por favor, si quieres mirar, mira. Y si quieres perderte tales vistas, que no te lo recomiendo porque mi cuerpo sí que es una obra de arte-dijo presumido-, te das la vuelta y punto.
Ella se sonrojó.
-¿Por qué opción te has decidido? No tengo toda la mañana.
-Claramente por la dos.
-Tú te lo pierdes.
Jack se dirigió a las duchas mientras se quitaba la camiseta, haciendo que Kate tuviera que caer sentada en el banco. “Oh Dios”.
De repente un ruido de llaves la alertó y asustada corrió hacia las duchas. “Perfecto, muy lista Kate, no basta con que te pillen, que te metes en la ducha con un tío”.
Jack estaba desabrochándose los vaqueros cuando vio a Kate ruborizada frente a él.
-¿Qué pasa? ¿Al final no podías dejar escapar la oportunidad de ver a una obra como yo?-le sonrió.
-Eres un…
Pero no pudo terminar de decirlo porque él tapó su boca con una mano, no iba a permitir que saliera, por quinta vez en un mismo día, de una boca tan bonita como la de ella, palabras como “cerdo”, “idiota” o algo por el estilo.
El corazón de Kate latía con tanta fuerza que estaba segura de que él podía sentirlo. Quería decirle que alguien había abierto la puerta, que iban a pillarlos, pero tenerlo tan cerca con su aliento pegado a su boca la había paralizado.
Él sonrió satisfecho empujándola con cuidado contra la pared y pegando su cuerpo al de ella. Quitó su mano de su boca lentamente, ella se había quedado muda.
-¿No ves como sí que quieres?-le susurró él.
-Jack…-iba a decírselo, pero él metió las manos por debajo de su jersey de ochos verde oscuro y no pudo reprimir un gemido.
-Dime que no quieres y te juro que paro Kate-le susurró en el oído.
Ella cerró los ojos con fuerza, deseaba decirle que sí, gritarlo a los cuatro vientos, pero no podía caer tan bajo. ¿Por qué él no la besaba y punto? ¿Por qué tenía que habérselo preguntado? Así se veía obligada a decir que no. Y por si fuera poco se había olvidado de que allí no estaban solos.
El carraspeo de alguien los sacó de su ensoñación. Kate dio un respingo asustada y Jack la tapó con su propio cuerpo al girarse para ver quién era, como si así pudiese protegerla.
Él respiró tranquilamente al ver que sólo eran Madison y Brent, pero Kate prefirió mil veces que hubiese sido un profesor, a haber sido pillada por su mejor amiga cuando había negado hasta la saciedad que le gustaba Jack Fitzgerald.
-¿Interrumpimos algo?-preguntó ella divertida.
-Por supuesto que sí-contestó Jack sonriendo.
-Claro que no- ella quitó las manos de él de debajo de su ropa y se apartó poniendo una mano en su hombro desnudo para mantener las distancias.
Él la miró confuso.
Madison, sin querer estropearles el momento, les dijo que no pasaba nada, que ellos se irían al otro lado del vestuario. Kate cerró los ojos avergonzada y se apartó por completo de Jack. Él la miró sin entender nada y Madison y Brent, que habían dicho que se retiraban, seguían allí plantados.
-¿Pero no os ibais a no sé dónde?
-Sí, sí- contestó la pareja al mismo tiempo, todavía sin creérselo.
Antes de desaparecer Madison le soltó una mirada traviesa a su amiga que significaba “luego me lo cuentas todo” mientras le sonreía.
Jack se volvió a girar hacia Kate pillándola desprevenida y volviendo a arrinconarla contra la pared. Ella se bajó de dónde quisiera que estuviese porque aquello no podía ser el cielo. Jack Fitzgerald era más bien sinónimo de infierno.
-Lo que yo diga, un cerdo-dijo más para sí misma que para él apartándolo, saliendo de las duchas y dejándolo sorprendido.
Ninguna chica le había dicho que no antes de Kate Beckett.
***
-Mira esto- le dijo Castle señalando la pantalla.
Kate se acercó colocándose tras él carraspeando, pero Castle pareció no darse cuenta.
-Castle-le dijo seriamente.
-¿Te das cuenta?-contestó él refiriéndose a lo que había en el ordenador.
-No-le respondió sin mirar y le dio un pequeño golpe en el hombro.
Él se giró dándose cuenta de que ella le miraba fijamente.
-¿Qué…? ¡Oh! Sí, sí, claro. Tu silla- se levantó y cuando ella se sentó se colocó detrás con su aliento en su nuca señalándole la pantalla.
-Vale, ¿qué es lo que se supone que tengo que ver?
-Mira esta foto, es del viernes por la noche- señaló una foto perteneciente al Facebook de alguien y en la que salía la fecha marcada en la esquina inferior derecha.- Las cámaras que incluyen la fecha, qué gran invento…
-Sí, es del viernes, ¿y qué?- ella seguía desconcertada.
-Fíjate, eso es Central Park.
01:30 de la mañana, Central Park y siete adolescentes sentados en la hierba compartiendo sustancias sospechosas.
-Cómo no- suspiró ella.
-¿Recuerdas lo que dijo Alice? Steven llegó a las tres y veinticinco borracho como una cuba. Tal vez no sólo estaba borracho… Mira- acto seguido pincho en “siguiente” dejando ver con claridad las caras de los adolescentes. Entre ellos estaba Steven.
-¿Dónde nos dijo él que había estado?-preguntó ella conociendo la respuesta.
-En la parte bip de H20. Toda la noche.
-Ya sabemos que no. Aunque esto no signifique nada…
-No ha visto todo, inspectora.
Castle volvió a pulsar el botón “siguiente”. En la foto que apareció se apreciaba muy bien la zona de Central Park en la que se encontraban.
Diez metros más atrás Jordan había sido asesinada.
El caso es que estaba yo paseando por aquí y leí vuestros comentarios, y... en serio, no quiero publicar este capítulo, pero lo voy a hacer. Y tampoco quiero que lo leáis, me da vergüenza. Jo, que aunque no os guste yo os lo dejo, y a ver si os puedo traer el siguiente pronto. LO INTENTARÉ.
Entenderé perfectamente que para leerlo tengáis que leeros de nuevo el fic, lo entenderé porque eso tendré que hacer yo para continuarlo, NO ME ACUERDO DE NADA.
(No creo que me matéis porque cuando lo leáis y no os guste no gastaréis energía en matarme) (Y eso me consuela)
Capítulo 16
Kate se pasó las manos por la cara, arriesgándose a estropear el poco maquillaje que llevaba encima desde su llorera. Castle, sentado en la silla de ella, todo un atrevimiento por su parte, la observaba dar vueltas frente a la pizarra.
-Empiezo a pensar que esto es un caso al azar, que el asesino no la conocía.
-Puede ser, pero, ¿por qué matarla entonces?
-Agresividad del momento, psicopatía, yo que sé… a lo mejor este no es su primer asesinato.
-¿Me estás hablando de un asesino en serie?
-Castle, ¿sabes cuánta gente desaparece en Nueva York todos los días y nunca aparece? No creo que estén de vacaciones en el Caribe. Habrá multitud de asesinos en serie que no les interese llamar la atención.
-Lo sé, pero, si es un asesino en serie que oculta los cuerpos, ¿por qué lo dejó en el parque?
-Está bien, ¿sabes cuántos cadáveres de mujeres pasan por la morgue y nunca se pilla a su violador y asesino? Es…complicado, y no tenemos nada- suspiró-.Tenía la esperanza de que lo de Jordan se resolviese.
Se giró hacia Castle al ver que no le contestaba y lo vio con la cara pegada al portátil de Jordan.
-¿Te importaría dejar de jugar por un momento y ayudarme?
-Creí que tú nunca necesitabas mi ayuda-sonrió sin despegar la mirada de la pantalla.
-Sí, desde luego así no me ayudas.
-Pues para que lo sepas, acabo de encontrar algo que nos devolverá de nuevo a la investigación.
-¿El qué?
***
Se bajaron del coche de la madre de Madison cincuenta metros antes de llegar al instituto, desde que formaban parte del grupo de amigos más popular no estaba permitido llegar en el coche de los padres. Así que era preferible andar y hacer una llegada triunfal exponiendo la ropa que les quedaba tan bien.
-¿Qué clase tienes a primera?-le preguntó la rubia.
-Historia del arte, hoy tenemos que hacer exposiciones…
-Qué bien…-suspiró sin entusiasmo.
Cuando ya estaban en la puerta Madison vio a Brent a lo lejos junto al resto de sus amigos. Lo saludó efusivamente.
-Becks, ¿te vienes?
-No, tengo que pasar por mi taquilla antes, nos vemos luego, ¿vale?
Ésta asintió sin hacerle mucho caso mientras trotaba alegremente hacia su novio.
*
Casi corrió por el pasillo, “¿por qué cuánta más prisa se tiene parece que la gente anda mucho más lento?” Le quedaban diez minutos escasos para que tocase el timbre y tenía que recoger el trabajo de historia en la fotocopiadora, ya que el día anterior se lo había dejado encargado al conserje.
Casi parecía imposible pero llegó justo cuando el bedel acababa de abrir la puerta de la sala. El hombre, ya de unos sesenta, entró en su especie de despacho y después de rebuscar unos segundos en un cajón sacó un montón de folios perfectamente encuadernados con portada azul marino.
Después de agradecérselo unas tres veces, Kate se dio media vuelta señalando su reloj para mostrarle que en cinco minutos tenía que estar en una clase al otro lado del colegio.
Y de nuevo la gente parecía querer entorpecer su paso. Llegó a su taquilla. Cuatro minutos para las ocho. Agarró un par de libros, folios, la carpeta, el estuche y todo aquello necesario que pudo coger en brazos, pues no tenía tiempo a meterlo en su bolso. Cerró la taquilla como pudo y al girarse comprobó que el pasillo ya estaba casi vacío. Intentó mirar el reloj. Tres minutos para las ocho. Sólo le quedaba doblar un par de esquinas, recorrer un largo pasillo y ya estaría en su clase.
Un minuto para las ocho.
No podía parar de susurrar “por favor, por favor, por favor”. El señor Shearing le había amenazado con echarla de clase si volvía a llegar tarde, además necesitaba exponer ese trabajo muy bien si quería subir nota.
El cuarto “por favor” estaba a punto de salir de sus labios cuando de repente sintió un fuerte golpe y una extremada ligereza en sus brazos. Cuando reaccionó comprobó que todas sus cosas estaban esparcidas por el suelo mezcladas con libros y apuntes que no eran suyos. Levantó la vista para ver al o a la idiota que había chocado con ella.
Perfecto, Jack Fitzgerald la miraba sonriente.
-¿Es que no sabes ver por dónde vas?-le espetó enfadada.
El timbre.
“Mierda”.
-Pero si yo estaba sacando las cosas de mi taquilla… La que a lo mejor debería ver por dónde va eres tú, y por lo que escuché, creo que también deberías dejar de hablar sola.
-Cállate, no tengo tiempo para tus tonterías- se agachó para recoger lo más rápido posible sus cosas.
Él hizo lo mismo.
-Ah, claro, como tú tienes la culpa digo tonterías…
Ella le miró de manera fulminante. Recogieron en silencio hasta que su mano chocó con la de él.
-Eso es mío-le dijo ella.
-Ahora ya no -sonrió él.
-Jack, porque seas quaterback y el resto del mundo te permita ser un chorizo que no hace más que mangar bolis, no significa que puedas mangar los míos. Así que suéltalo.
-Kate, si es que ahora nos vamos a llamar por nuestros nombres, yo soy Fitz para ti, Jack es para las ocasiones especiales, tú ya me entiendes. Así que si quieres llamarme así ya sabes lo que tienes que hacer.
-Eres un cerdo-intentó levantarse y llevarse consigo lo que era suyo, pero él era más fuerte.
Las ocho y dos minutos. El pasillo estaba completamente vacío. Su vida estaba acabada.
-Un cerdo que te gusta mucho, lo sabes.
-Devuélveme el estuche.
-¿Sabes? Eso de hablar sola te está volviendo un poco loca, porque juraría que este estuche es mío.
-¿En serio? ¿Rosa?- exclamó ella levantando las cejas. Él la miró divertido. Y al ver que él no le iba a dar una respuesta se pasó al método desesperado
-¡Jack!-gritó- Llegó tarde, por favor, devuélvemelo.
-Vaya, pero si tienes modales.
Kate le hubiese pegado un bofetón si tuviese las manos libres. Pero se tragó su orgullo y optó por rogar.
-Por favor, llegaré tarde y el señor Shearing me echará de clase- su voz ensayada de niña buena.
-No entiendo por qué no empezaste pidiéndomelo así, ¿no ves que hasta estás más guapa rogándome?
Apretó los libros con fuerza, conteniéndose. En otra situación los hubiese tirado al suelo y hubiese ido directa a destrozarle la cara.
-Jack…-suspiró impaciente.
-Kate, te he dicho que si no vas a liarte conmigo no me llames Jack. ¿O es que quieres liarte conmigo?- le fue a devolver el estuche y cuando Kate estaba a punto de cogerlo él lo apartó.
Las ocho y cuatro minutos.
-¿Y ahora qué?
-¿Quieres?-le tendió el estuche.
-Claro que no- adiós estuche.
-¡Pero qué mal mientes!
-Oye, para liarte con cuatro a la semana te veo muy desesperado, ¿es que no te dan lo que necesitas?- se acabó la voz de niña buena.
-Por supuesto que sí, pero esperaba que tú también me lo dieses, o al menos, dártelo yo a ti, porque con ese humor que tienes siempre, debes estar a pan y agua.
-Fitz,-dijo entre dientes- por favor, llego tarde a clase, ¿me devuelves el estuche?
Él le sonrió como nunca y ella casi se cae. Podía llamarle cerdo, podía hablarle con desprecio, podía fingir odiarle, pero en el fondo le gustaría decirle que sí, que sí a todo, a todo lo que él quisiese. Pero ella no era una de esas tantas que pasaban por él. Las chicas para él eran una lista y Kate Beckett no estaba dispuesta a que su nombre apareciera en ella.
No sólo le devolvió el estuche, si no que le quitó todos los libros de las manos, recogió su bolso que aún estaba en el suelo y fue metiendo sus cosas en él. Ella se quedó embobada mirándole.
-Toma-le volvió a sonreír él.
Ella le miró interrogante, pero no le dijo nada. Cogió su bolso y se dispuso a seguir su camino. Las ocho y seis minutos.
-Ah, y Kate-la llamó por su nombre.
Ella se giró.
-Llámame Jack.
-¿Pero no has dicho que…?
-Lo sé, pero cuando lo dices tú mi nombre suena mejor.
Estaba segura de que si pudiese mirarse la cara la tendría roja como un tomate.Cuando estaba por doblar la esquina escucho como él le decía.
-Y sonríe un poco más que me encanta tu sonrisa.
Ella pensó que mentía muy bien, porque era imposible que una sonrisa de brackets le gustase.
Estaba ya cerca de la puerta de su clase cuando decidió sacar el trabajo de antemano y así poder pensar en una excusa decente mientras tanto. Pero cuando no lo encontró se puso más nerviosa. Se arrodilló en el suelo y empezó a remover las cosas dentro de su bolso, ni rastro. Se lo debía de haber llevado Jack.
Se levantó nerviosa. Eran las ocho y diez, llegar diez minutos tarde a una clase del señor Shearing era para él un crimen. Y si aún por encima tenía la valentía de presentarse sin el trabajo… Pero a la vez no podía no presentarse en clase o se ganaría la expulsión si la pillaban. Aunque después de meditarlo unos segundos se dio cuenta de que el profesor la expulsaría igual si entraba, así que de perdidos, al río…
Después de mirar hacia los lados y no ver a nadie dio media vuelta buscando a Jack. Cuando volvió a doblar la esquina él ya no estaba. Miró hacia el suelo por si su cuaderno estaba allí, pero no lo encontró. Escuchó un ruido y arriesgándose se dirigió hacia él. La puerta de las escaleras de emergencia acababa de cerrarse.
“Que sea Jack, que sea Jack, que sea Jack” se repetía a sí misma cuando, después de mirar de nuevo hacia los lados, abrió la puerta. Se escuchaban pasos bajando las escaleras, intentó mirar quién podía ser acercándose a la barandilla pero no lo consiguió, y decidió bajar con cuidado, las escaleras de emergencia daban justo al campo de deportes.
Cuando llegó abajo vio de nuevo la puerta cerrarse. La abrió y pudo comprobar como la persona a la que estaba siguiendo era Jack Fitzgerald corriendo hacia los vestuarios de deporte.
Arriesgándose una vez más corrió detrás de él sin ser vista. Cuando él sacó la llave y estaba a punto de abrir la puerta de los vestuarios ella lo detuvo agarrándole del brazo.
-¡Eh!
Él se giró sorprendido.
-¡Kate! ¿Has cambiado de opinión? No has podido resistirte, ¿verdad?
-No seas idiota. Te has llevado mi trabajo.
Jack miró la mano de Kate todavía anclada a su antebrazo y sonrió.
-¿No tienes una excusa mejor?-la miró pícaramente.
Iba a gritarle un par de cosas cuando él la detuvo poniendo una mano en su boca.
-Si vas a gritarme como una poseída porque estás frustrada por no poder estar conmigo, por favor, hazlo dentro, que no quiero que nos pillen.
Le abrió la puerta poniéndose a un lado para dejarla pasar primero. Ella le miró poco convencida, ¿pero qué otra opción tenía?
-¿Cómo has conseguido la llave?-preguntó mientras entraba.
-Uno tiene sus contactos.
Él la guió colocando una mano en su espalda hasta el vestuario de fútbol. Una vez dentro la volvió a guiar hasta el final del vestuario, por lo que si alguien entraba por casualidad no los vería.
A cada paso que daba se ponía más nerviosa. Estaba encerrada en un vestuario con Jack Fitzgerald, el quaterback que volvía locas a todas las chicas y hasta a ella misma, con el mejor amigo del novio de su mejor amiga. Y eso no era lo peor, no. Estaba encerrada en un vestuario cuando tendría que estar en clase presentando un trabajo. Aquello era su fin.
-¿El señor Shearing te echó de clase?
-No llegué a entrar.
Él la miró sorprendido.
-Y todo por tu culpa, me suspenderá arte.
-¿Y qué pasa? Eso nunca pareció importarte.
-No me importaría si las notas trimestrales no fuesen dentro de tres semanas y el profesor no me tuviese manía.
-La excusa que ponen todos…
Ella le miró furiosa.
-Tú como eres el capitán de fútbol lo tienes todo arreglado, pero no durarías ni dos segundos en las clases del señor Shearing.
Ella se sentó en un banco cabreada, apoyando sus cosas a su lado. Él abrió su mochila encontrando el trabajo de Kate y entregándoselo.
-¿Eso crees? Por lo que oigo seguro que podría durar más que tú, fuera de clase sin llegar a entrar… un récord. Además, si quisiera podría sacar matrícula de honor, bonita.
Ella rió irónicamente
-¡Ja! Seguramente. ¿Sabes por qué yo no la saco?
Él la miró interrogante.
- Porque el señor Shearing sabe que sé más de arte de lo que sabe él, y no quiero dejarle en evidencia.-dijo muy cerca de su cara.
-Tú tienes el ego un poco subido, ¿no?
-Lo digo en serio.
-Sí, Kate, de sueños también se vive…
Ella le miró cada vez más frustrada.
-Piensa lo que quieras…-agarró su trabajo y su bolso y se levantó para irse.
-¿Adónde te crees que vas?-la agarró de la mano.
-¿No queda claro? A un sitio menos evidente en el que puedan pillarme, y menos contigo, que tengo una reputación que mantener.
Él se rió de ella en su cara.
-¿Y se puede saber que sitio es ese?-le preguntó sabiendo que no había otro lugar más seguro que ese.
-Pues…-dudó, pensando lo más rápido en un sitio- si te lo dijera ya no sería un sitio seguro-dijo con autosuficiencia.
-Mira, señorita sabelotodo, en realidad no sabes adónde vas a ir, y este sitio es el mejor dónde puedes estar, ¿te has fijado en la compañía?-le guiñó un ojo.
Ella, harta de sus tonterías, se giró para marcharse de allí de una vez.
-En serio, Kate-dijo él dejando las bromas aparte- No hay clase de deporte hasta las diez, no vendrá nadie.
Ella lo miró con un poco de timidez, dudando si quedarse o no.
-Quédate, anda. Te prometo que me mantendré alejado de ti.
Ella le sonrió.
-Aunque no aseguro que tú puedas mantener tus manos alejadas de mí.
Un golpe en el brazo lo bajó de su ensoñación.
-¡Eh!-rió él haciéndole cosquillas.
Ella se sentó de nuevo y se quitó la cazadora. Él abrió una taquilla, agarró una toalla y un bote de gel y se dirigió a las duchas.
-¿Qué vas a hacer?-preguntó asustada.
-Voy a ducharme , ¿no se nota?
-¿Qué?
-Desde ayer no paso por casa. Ya sabes, ir de fiesta es lo que tiene…
Kate le miró con cara de asco.
-Ni se te ocurra ducharte delante de mí.
-¿Y qué pretendes, que me quede oliendo a pollo quemado todo el día?
-Sí.
-¿Sí?
-Digo, no. No hueles a pollo quemado.
-¿Ah no?-preguntó él curioso y divertido.
-No-sonrió tímidamente.
-¿Y a qué huelo?
Ella se bajó de la nube.
-¡Pues yo qué sé! ¡A ti!
-¿Y “yo” huelo bien?- se acercó a ella agarrándola de la nuca y obligándola a enterrar su cara en el cuello de su camiseta.
-¡No seas asqueroso!
Se miraron a los ojos, ambos serios, hasta que sonrieron de nuevo. ¿Se podía sabes qué le pasaba a ella para no poder dejar de sonreírle?
-Pues si la señorita ya ha comprobado que huelo a sudor, me voy a duchar.
-¡No!
-Kate, por favor, si quieres mirar, mira. Y si quieres perderte tales vistas, que no te lo recomiendo porque mi cuerpo sí que es una obra de arte-dijo presumido-, te das la vuelta y punto.
Ella se sonrojó.
-¿Por qué opción te has decidido? No tengo toda la mañana.
-Claramente por la dos.
-Tú te lo pierdes.
Jack se dirigió a las duchas mientras se quitaba la camiseta, haciendo que Kate tuviera que caer sentada en el banco. “Oh Dios”.
De repente un ruido de llaves la alertó y asustada corrió hacia las duchas. “Perfecto, muy lista Kate, no basta con que te pillen, que te metes en la ducha con un tío”.
Jack estaba desabrochándose los vaqueros cuando vio a Kate ruborizada frente a él.
-¿Qué pasa? ¿Al final no podías dejar escapar la oportunidad de ver a una obra como yo?-le sonrió.
-Eres un…
Pero no pudo terminar de decirlo porque él tapó su boca con una mano, no iba a permitir que saliera, por quinta vez en un mismo día, de una boca tan bonita como la de ella, palabras como “cerdo”, “idiota” o algo por el estilo.
El corazón de Kate latía con tanta fuerza que estaba segura de que él podía sentirlo. Quería decirle que alguien había abierto la puerta, que iban a pillarlos, pero tenerlo tan cerca con su aliento pegado a su boca la había paralizado.
Él sonrió satisfecho empujándola con cuidado contra la pared y pegando su cuerpo al de ella. Quitó su mano de su boca lentamente, ella se había quedado muda.
-¿No ves como sí que quieres?-le susurró él.
-Jack…-iba a decírselo, pero él metió las manos por debajo de su jersey de ochos verde oscuro y no pudo reprimir un gemido.
-Dime que no quieres y te juro que paro Kate-le susurró en el oído.
Ella cerró los ojos con fuerza, deseaba decirle que sí, gritarlo a los cuatro vientos, pero no podía caer tan bajo. ¿Por qué él no la besaba y punto? ¿Por qué tenía que habérselo preguntado? Así se veía obligada a decir que no. Y por si fuera poco se había olvidado de que allí no estaban solos.
El carraspeo de alguien los sacó de su ensoñación. Kate dio un respingo asustada y Jack la tapó con su propio cuerpo al girarse para ver quién era, como si así pudiese protegerla.
Él respiró tranquilamente al ver que sólo eran Madison y Brent, pero Kate prefirió mil veces que hubiese sido un profesor, a haber sido pillada por su mejor amiga cuando había negado hasta la saciedad que le gustaba Jack Fitzgerald.
-¿Interrumpimos algo?-preguntó ella divertida.
-Por supuesto que sí-contestó Jack sonriendo.
-Claro que no- ella quitó las manos de él de debajo de su ropa y se apartó poniendo una mano en su hombro desnudo para mantener las distancias.
Él la miró confuso.
Madison, sin querer estropearles el momento, les dijo que no pasaba nada, que ellos se irían al otro lado del vestuario. Kate cerró los ojos avergonzada y se apartó por completo de Jack. Él la miró sin entender nada y Madison y Brent, que habían dicho que se retiraban, seguían allí plantados.
-¿Pero no os ibais a no sé dónde?
-Sí, sí- contestó la pareja al mismo tiempo, todavía sin creérselo.
Antes de desaparecer Madison le soltó una mirada traviesa a su amiga que significaba “luego me lo cuentas todo” mientras le sonreía.
Jack se volvió a girar hacia Kate pillándola desprevenida y volviendo a arrinconarla contra la pared. Ella se bajó de dónde quisiera que estuviese porque aquello no podía ser el cielo. Jack Fitzgerald era más bien sinónimo de infierno.
-Lo que yo diga, un cerdo-dijo más para sí misma que para él apartándolo, saliendo de las duchas y dejándolo sorprendido.
Ninguna chica le había dicho que no antes de Kate Beckett.
***
-Mira esto- le dijo Castle señalando la pantalla.
Kate se acercó colocándose tras él carraspeando, pero Castle pareció no darse cuenta.
-Castle-le dijo seriamente.
-¿Te das cuenta?-contestó él refiriéndose a lo que había en el ordenador.
-No-le respondió sin mirar y le dio un pequeño golpe en el hombro.
Él se giró dándose cuenta de que ella le miraba fijamente.
-¿Qué…? ¡Oh! Sí, sí, claro. Tu silla- se levantó y cuando ella se sentó se colocó detrás con su aliento en su nuca señalándole la pantalla.
-Vale, ¿qué es lo que se supone que tengo que ver?
-Mira esta foto, es del viernes por la noche- señaló una foto perteneciente al Facebook de alguien y en la que salía la fecha marcada en la esquina inferior derecha.- Las cámaras que incluyen la fecha, qué gran invento…
-Sí, es del viernes, ¿y qué?- ella seguía desconcertada.
-Fíjate, eso es Central Park.
01:30 de la mañana, Central Park y siete adolescentes sentados en la hierba compartiendo sustancias sospechosas.
-Cómo no- suspiró ella.
-¿Recuerdas lo que dijo Alice? Steven llegó a las tres y veinticinco borracho como una cuba. Tal vez no sólo estaba borracho… Mira- acto seguido pincho en “siguiente” dejando ver con claridad las caras de los adolescentes. Entre ellos estaba Steven.
-¿Dónde nos dijo él que había estado?-preguntó ella conociendo la respuesta.
-En la parte bip de H20. Toda la noche.
-Ya sabemos que no. Aunque esto no signifique nada…
-No ha visto todo, inspectora.
Castle volvió a pulsar el botón “siguiente”. En la foto que apareció se apreciaba muy bien la zona de Central Park en la que se encontraban.
Diez metros más atrás Jordan había sido asesinada.
Última edición por Sofia el Vie Abr 06, 2012 2:07 pm, editado 1 vez
Sofia- Ayudante de policia
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 05/07/2011
Edad : 30
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Muy buen capítulo!!! se extrañaba demasiado la hsitoria!
Decime q el proximo lo subiras pronto!
Decime q el proximo lo subiras pronto!
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
No me creía que hubiese nuevo capi! gracias!
BrujaAle- Escritor - Policia
- Mensajes : 1361
Fecha de inscripción : 08/07/2011
Edad : 41
Localización : En el Sur
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
sigue prontoo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
mas vale tarde que nuncaaa!!!yo tb creia que no habria mas.Me encanta esta historia cada vez mas,porfa siguela yaaaaa
:)- Ayudante de policia
- Mensajes : 78
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Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
esta genial el fic, me lo leí todo de un tirón, continualo
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Sigue pronto!!!!
carly becket- Policia de homicidios
- Mensajes : 631
Fecha de inscripción : 19/10/2011
Edad : 28
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Síguelo que es muy interesante!!!
No lo abandones por favor!
No lo abandones por favor!
SVV5- Escritor novato
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 19/02/2012
Edad : 26
Localización : Cataluña
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Me encanta tu forma de mostrar tu historia, me parece genial el punto de vista que le has dado, y por lo que he visto hacia ya mucho tiempo que no escribias, me alegro que hayas vuelto
Invitado- Invitado
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
He de decir que pretendo terminar este fanfic sí o sí. Sé que ha pasado un año desde que lo empecé y ya no es lo mismo, pero ha sido un año difícil y el tiempo no es algo que me sobrase. He empezado a escribir de nuevo y espero traeros un capítulo muy pronto.
Gracias por vuestros comentarios.
Gracias por vuestros comentarios.
Sofia- Ayudante de policia
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 05/07/2011
Edad : 30
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
me gusta mucho tu fic
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Síguelo por favor. Este fic me tiene con unas ansias increíbles
SVV5- Escritor novato
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 19/02/2012
Edad : 26
Localización : Cataluña
Re: Hummingbird heartbeat: Capítulo 18 [01/03/13]
Asdfgasdfgasdfgasdfg. Me encanta cuando escribes sobre el pasado de Kate, en serio. Y aunque sigo con el rintintín de si violaron a Beckett o qué, sí, he tenido que releerme toda la historia. PERO ME ENCANTA. Así que no hay problema. De todas formas, por lo visto ninguna de las dos nos hemos dejado caer mucho últimamente por el foro... Pero en fin, el punto es que has dicho que esta historia la vas a terminar sí o sí y que hace dos meses dijiste que actualizarías pronto, por lo que sospecho que el siguiente capítulo ya estará en el horno...
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