Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Un gran capítulo!!! La verdad es que me esperaba que las pruebas diesen que no era hijo suyo y que los dos quisiesen quedárselo. Ahora sólo falta saber cuál será la reacción de Marta y Alexis, aunquedeguro que lo aceptarán también y lo acogerán con cariño.
Sigue pronto.
Sigue pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Intuía que el niño no era hijo biológico de Castle, aunque realmente esas pruebas ni para él ni para Kate dicen nada, siempre han sido una familia para el niño desde que llegó y esas pruebas solo hacen afirmar el amor que sienten por el niño. Me encanta ese momento despedido de Kate y de Henry, es muy tierno.
Esta historia es preciosa, me gusta muchísimo.
Esta historia es preciosa, me gusta muchísimo.
______________________
Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Es super dulce y yo estaba segura de que si no era su hijo lo adoptarían, ojala Kate se anime, cada día se parecen más a una happy family.
Me encanta.
Me encanta.
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Cata:
Muy bueno tu relato. Estupendos capítulos. Me gusta ver que has subido uno nuevo (¿ya va tocando otro, no?)
Felicitaciones
Muy bueno tu relato. Estupendos capítulos. Me gusta ver que has subido uno nuevo (¿ya va tocando otro, no?)
Felicitaciones
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Que bueno! Me acabo de leer el FIC entero y me parecio genial.... Espero muy ansiosa la continuacion
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Se ve el final ya muy próximo y da pena que se acabe, aunque todo está resultando muy tierno y conmovedor.
Felicidades. Has descrito los sentimientos de ellos dos respeto a Henry muy bien.
Felicidades. Has descrito los sentimientos de ellos dos respeto a Henry muy bien.
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
¡Hola! Os dejo el siguiente capítulo. Muchas gracias por leer y dejar vuestros comentarios. Espero que os guste. ¡Feliz fin de semana!
Capítulo 19:
Tal como habían quedado Henry se fue a pasar el día de Halloween a casa de su amigo y Alexis y Martha, que ya había vuelto de su crucero, muy morena y con un nuevo ligue, se vieron para almorzar en el loft.
Como siempre que volvía a su casa, Alexis entró alegre y sonriente por las puertas, aunque el campus no estaba muy lejos, le encantaba volver por allí. Abrazó y besó a su padre y preguntó enseguida por su hermano, al que le traía un regalito por Halloween. La casa estaba decorada, para la ocasión, con calabazas, y guirnaldas y se sorprendió al saber que el niño no estaba, preguntándole a su padre si ya se quedaba más tranquilo sin estar todo el rato con él, a lo que Castle respondió que había progresado mucho en esos días.
Martha venía también cargada de regalos para todos, pero decidió esperar a que estuviese toda la familia junta.
Kate tenía que trabajar y como sabía que Castle iba a contarles la verdad a su madre y a su hija, quedó en comer con Lanie y ya luego por la tarde irían todos a la fiesta de Ian.
Antes de comer se sentaron en el salón y Castle les dijo que tenía algo importante que comunicarles, que al principio, estuvo tentado a guardar el secreto, pero que después de pensarlo mucho, había decidido compartirlo con ellas.
- No sé de qué vas a hablarnos, papá, pero me estas poniendo nerviosa.
- Si hijo – corroboró Martha – cuéntanos que sucede, ¿tiene que ver con Kate?, ¿algún problema con ella?
- No, no tiene que ver con ella, los dos estamos bien y seguimos juntos, si es a eso a lo que te refieres. Ella sabe de lo que voy a hablaros hoy, fue la primera en descubrirlo.
Y diciendo esto le dio el sobre a Alexis, que se arrimó a su abuela para ver que ponía.
- ¡Oh! – dijo la pelirroja más joven – entonces Henry no es mi hermano, ¡vaya! – dijo con pesar – yo que le veía hasta parecido conmigo.
- Bueno – dijo Martha – parece que al final yo tenía razón.
- Si – dijo Castle molesto – tenías razón, madre, pero que sepas que no pienso devolverlo.
- ¡Y quien ha hablado de devolverlo!, por Dios, hijo, me ofendes – exclamó la señora – de hecho me decepcionarías mucho si decidieras deshacerte de él. Henry ya forma parte de esta familia, y que sepas que lo quiero mucho y lo considero tan nieto mío como Alexis.
- Pues entonces no te entiendo – dijo Castle molesto, más por la situación de no ser el verdadero padre de Henry, que por la actitud de su madre.
- Richard, desde que conocí a ese niño tuve el presentimiento de que no era tu hijo, no me preguntes como lo supe, solo lo sentí, por eso te insistí en que te hicieras esas pruebas, pero no por nada en especial – dijo Martha seria – lo mismo que supe que ese niño no era de tu sangre, supe que se quedaría con nosotros para siempre y lo acepto y quiero como mi nieto, pero también creo que era conveniente que supieras la verdad sobre él, nunca se sabe que puede pasar en la vida, es mejor saberlo de antemano, a enterarse en un hospital porque ocurriese algo…
- ¡Pero mira que eres melodramática, madre! – exclamó exasperado.
- No hijo, yo sé lo que te digo – siguió Martha – imagina que el niño enfermase o necesitase una operación o vete a saber qué, y que en esos momentos de angustia te digan que no es nada tuyo, mejor saberlo ya.
- Bueno – intervino Alexis – realmente me da pena que no sea mi hermano de verdad, pero pienso seguir queriéndolo igual – dijo con determinación, además como ya dije en su momento, solo por ser hijo de Rachel, se merece estar con nosotros. Si ella al no tener a nadie, decidió dejártelo, sería por algo.
- Si – dijo Castle pensativo – sería por algo, pero no acierto a adivinar por qué.
- En cualquier caso, Henry ha sido muy afortunado al tenerte como padre – dijo Alexis – doy fe, de que eres el mejor – dijo con cariño.
- Yo también puedo considerarme afortunado al tener dos hijos tan maravillosos como vosotros – contestó emocionado.
- En definitiva, somos una familia con suerte – corroboró Martha – nos tenemos los unos a los otros y eso es importante.
- ¿Se lo dirás a Henry? – preguntó Alexis – algún día, claro, ahora es muy pequeño y no lo entendería.
- Probablemente algún día – dijo Castle – ahora no necesita saberlo. Se está acostumbrando a nosotros y no le hacen falta más inseguridades.
- Pobrecillo, con el trabajo que le ha costado adaptarse a su nueva situación y lo que te quiere, sería horrible que se enterara que no es tu hijo – dijo Alexis.
- No se va a enterar, porque nadie va a decírselo – dijo Castle con determinación – solo lo sabemos nosotros tres y Kate, que se encontró con el informe médico por casualidad y ninguno vamos a decir nada, además a nadie le importa. Henry es mi hijo y no se hable más.
- Amén – dijo Alexis – ¿será que podemos comer ya?, estoy famélica.
- Se sentaron a la mesa y estuvieron hablando tanto de lo bien que se lo había pasado Martha en su crucero, como de lo contenta que estaba Alexis en la universidad.
Terminaron de comer, Martha dijo que se quedaba en casa descansando, Alexis se fue a su cuarto a buscar algunas cosas que quería llevarse al campus y como Kate salía ese día más temprano, al ser víspera de fiesta, Castle decidió ir dando un paseo para recogerla. El tiempo había mejorado bastante, al subir las temperaturas después de la tormenta de la semana anterior, la nieve se había derretido, para pesar de Henry, que deseaba fervientemente que nevara de nuevo, para poder tirarse en el trineo de Alexis.
Llegó a la esquina de la calle donde estaba la 12th. Ese día no tenía ganas de saludar a nadie, así que le mandó un SMS a Kate diciéndole que la esperaba en la cafetería de siempre. Ella le contestó que en cuanto pudiese, se escaqueaba y se reunía con él.
La esperó casi media hora, mientras se tomaba un café pacientemente y jugueteaba con el móvil, así que no la vio llegar, y se sorprendió un poco al escucharla decir al sentarse:
- ¡Ya estoy aquí!, ¡Uf! – resopló – que trabajo me ha costado escaparme, llegué a pensar que me iban a retener por algún caso de última hora.
- ¡Hola! – le dijo con una sonrisa – te he echado de menos – y se aguantó las ganas que tenía de besarla pues sabía que a ella no le gustaban las demostraciones de cariño en público, y menos tan cerca de la comisaría.
- ¿Quieres un café? – preguntó educado.
- Acabo de tomar uno arriba, prefiero que nos vayamos – ella también lo había echado de menos y quería tener un momento tranquilo con él - ¿has venido en taxi?
- No, me vine dando un paseo, la tarde está muy buena.
- Tengo el coche ahí fuera aparcado, ¿nos vamos?
- Si – dijo y se levantaron de la mesa.
Castle pagó el café y se subieron al coche de ella.
- ¿Cómo se lo han tomado Alexis y Martha? – le preguntó interesada por la reacción de las dos mujeres.
- Como era de esperar – dijo él – Alexis se ha desilusionado un poco al saber la verdad y mi madre, bueno, ella dice que presintió desde el principio que Henry no era mi hijo que no sabe cómo lo supo, pero que tuvo ese presentimiento.
- Pero, ¿ha hecho alguna insinuación sobre Henry?
- Sí, que lo quiere mucho y lo considera tan nieto suyo como Alexis, que lo mismo que supo que no era mío, supo que me lo quedaría – dijo sonriendo – yo sabía que mi madre aceptaría a Henry, en el fondo lo adora.
- Me alegro que todo haya salido bien – le sonrió – sois una familia extremadamente generosa, no todo el mundo hubiese reaccionado igual ante la verdad.
- Así somos los Rodgers – dijo él encogiéndose de hombros – por cierto hemos quedado que esto, quedará entre nosotros cuatro, Henry aún es muy pequeño para comprenderlo, y no quiero que nadie más lo sepa, solo nosotros.
- No pensaba decírselo a nadie – dijo ella suspicaz.
- No te enfades, entendería que quisieses decírselo a tu padre, por ejemplo, o a Lanie, sé la confianza que os tenéis, pero mientras menos se sepa, mejor, y menos posibilidades hay de que se le escape a alguien. Lo último que quisiera es que Henry se enterase antes de tiempo.
- Lo entiendo – dijo ella – seré una auténtica tumba.
- Algo muy adecuado para el día de hoy – dijo él, refiriéndose al día que era – ¿Dónde vamos?
- A mi casa – dijo ella – tengo que recoger algunas cosas, que necesitaré para disfrazarme y también le doy una vuelta, últimamente casi no paso por allí.
- Como que deberías mudarte oficialmente con nosotros, a Henry y a mí, nos haces mucha falta – dijo con carita de cordero degollado.
Ella no pudo evitar sonreír. Rick le había pedido muchas veces que se mudara con ellos y pedía ayuda a Henry para que lo apoyase, cosa que el crio no entendía ya que ella, siempre estaba en la casa, sobre todo desde que él llegó, ni una noche se había ido a dormir a su casa, así que el crio no entendía porque su padre le pedía que lo ayudase a convencer a Kate, pues como él le explicaba a Castle, para que lo entendiera: “Pero papi si Kate ya vive con nosotros”
- Ya estoy más que mudada oficialmente a la mansión Castle – dijo sonriendo – no tienes que convencerme, por eso voy ahora a mi casa, a terminar de coger algunas cosas y a echarle un vistazo, porque aunque esté instalada en tu casa, de momento no pienso dejar la mía.
- La quieres conservar para tener donde ir, si tienes que salir un día corriendo – dijo él serio, pensando que elle aún no estaba seguro de su relación y quería conservar un as en la manga.
- Pues sí, lo conservo porque todavía puede sernos útil.
- Sernos útil, ¿a los dos? – mientras decía esto se bajaban del coche pues ya habían llegado a la casa de ella, y tuvieron la suerte de encontrar un aparcamiento en seguida.
- Si, a lo mejor un día, tú quieres escribir tranquilo y estamos todos en casa y te molestamos, pues te vienes aquí y puedes estar solo.
- Vosotros nunca me molestáis – dijo con lealtad.
Ya habían subido hasta el piso y ella sacando las llaves de su bolso, abrió la puerta, invitándolo a entrar.
- O quizás – dijo ella cerrando la puerta de la calle y arrinconándolo contra la pared mientras empezaba a acariciarlo por toda la cara y acercaba su boca a su oído – a lo mejor necesitamos un lugar para estar tranquilos, cuando tu hija y tu madre han vuelto a casa – y después de decirle eso empezó a besarlo con urgencia, con la misma urgencia que él le respondía.
Se fueron quitando la ropa el uno al otro y mientras la dejaban desperdigada por toda la casa se iban acercando al dormitorio, hasta caer los dos en la cama entre risas y en ropa interior.
- Lo tenías todo planeado inspectora – susurró él – me has traído aquí engañado para abusar de mí.
- Llevo todo el día planeándolo, chico escritor, te he echado de menos y esta tarde he hablado seriamente conmigo misma y me he dicho: “Katherine Becket de hoy no pasa que seduzcas a tu novio y os pongáis al día que últimamente te tiene un poco abandonada”
- ¿Abandonada inspectora? – dijo él – te recuerdo que anoche en el jacuzzi de casa, no nos bañamos solamente.
- Y fue fantástico, hacer el amor en el jacuzzi es toda una experiencia y ahora cállate y hazme disfrutar como tú sabes hacerlo.
Y Richard Castle, no se hizo de rogar, hacerle el amor a Kate era para él, la experiencia más maravillosa y gratificante, así que se aplicó en acariciarla y besarla con devoción y detenimiento, por todos los lugares que sabía que a ella la enloquecían hasta conseguir llevarla a la más alta cima del placer, para seguir amándose de nuevo hasta llegar los dos juntos al clímax.
Agotados y sudorosos se abrazaron y se besaron.
- Es una estupenda idea que sigas conservando tu apartamento, nunca se sabe cuándo podemos necesitarlo.
Ella sonrió, tremendamente a gusto entre los fuertes brazos de él.
- Me quedaría aquí toda la vida, pero deberíamos volver a casa, para ponernos nuestro terrorífico disfraz.
- Yo también me quedaría aquí todo el día – dijo él apretando el abrazo.
Pero como tenían otras obligaciones, no tuvieron más remedio que levantarse y vestirse para volver al loft.
Cuando llegaron, Alexis que asistiría a una fiesta con unos amigos, estaba ya vestida. Se había decidido por un disfraz de Miércoles Adams, y llevaba un vestido de corte infantil, todo de color negro con cuello redondo y blanco. Se había puesto una peluca de cabellos oscuros recogidos en dos trenzas y se había maquillado muy pálida, con los labios morados, lo que la hacía estar irreconocible. Como complemento llevaba una muñeca también vestida de negro a la que le faltaban los ojos.
- ¡Hija! – dijo Castle – estás siniestra.
- De eso se trata papá, ¡Hola Kate! – saludó la chica – ¿vais a vestiros también?
- Si, ¿vendrás luego a la fiesta de Ian?
- No creo, mi fiesta terminará más tarde que la vuestra, pero si me aburro, me voy a daros el encuentro.
- Ten cuidado, hija y pásatelo muy bien.
- Adiós papá, Kate, nos vemos luego – y salió del loft.
Ellos habían decidido vestirse de Frankenstein* y su novia. Castle se vistió y luego se pintó la cara de verde, para ponerse una peluca que le daba forma cuadrada a su cabeza. Kate se puso un vestido blanco y largo, y una peluca enorme, con vetas canosas a ambos lados, al igual que Alexis, se maquilló pálida y ojerosa.
Al salir del estudio se encontraron a Martha en la cocina bebiendo un vaso de agua.
- ¡Hijos, estáis horribles! – dijo la mujer con una sonrisa.
- Entonces, ¿no te animas a acompañarnos? – le preguntó su hijo.
- No querido, estoy cansada y ya no estoy para “Truco o trato”, id vosotros, disfrutad mucho y tened cuidado.
- Bueno – dijo su hijo – es una fiesta infantil, así que no creo que corra el alcohol por el local – dijo Castle con una sonrisa. Nos vemos luego.
Salieron a la calle muy animada y llena de niños y adultos disfrazados. El pub estaba relativamente cerca y como la noche estaba muy buena, fueron dando un paseo.
Llegaron en plena actuación del mago, que vestido como el conde Drácula hacía las delicias de pequeños y mayores. Los recibió Ian y les ofreció una cerveza.
- ¿Qué tal todo? – preguntó Castle, que había advertido a su amigo que a lo mejor Henry lo echaba un poco de menos.
- Todo muy bien, ha preguntado un par de veces que cuando veníais a la fiesta, pero he podido tranquilizarlo.
- ¡Hola Rick, Kate! – los saludó Megan, la mujer de Ian y madre de Liam – no os preocupéis por Henry – había oído a Castle preguntar por él – se ha portado muy bien, es un niño encantador y se está divirtiendo mucho. Él y Liam se llevan muy bien y me ayudan a cuidar a Molly – esta era la hija pequeña del matrimonio de dos años.
Cuando terminó la actuación del mago, se acercaron al niño para decirle que ya estaban allí. El niño cuando vio a su padre, no se asustó porque ya lo había visto antes vestido en casa, cuando se probó el disfraz, así que lo recibió con una sonrisa.
- Estas muy feo, papi, todo verde.
- Pues tu estas genial vestido de caballero.
Y así era, el disfraz de Henry era de lo más auténtico, incluso llevaba a Edwin cosido a la capa, pues como él decía, iba de caballero que luchaba con dragones.
Lo pasaron muy bien en la fiesta, disfrutaron mucho. A Kate le gustó ejercer de madre de Henry y compartir con las demás madres de los otros niños y que charlaran los dos con otras parejas.
Al terminar se volvieron andando hasta el loft, Henry llevaba su calabaza llena de chucherías, y se peleaba con su padre, a ver quien iba a comerse cada golosina.
Llegaron a la casa y como ya habían comido mucho en la fiesta se quitaron los disfraces, Kate bañó a un agotado Henry, mientras Castle se peleaba con la pintura verde de su cara. Los dos acostaron al niño y se sentaron en su cama, mientras Castle le contaba un cuento, que Henry no fue capaz de terminar de oír, pues se quedó dormido en seguida.
CONTINUARÁ…
*Para que os hagáis una idea, las que no lo habéis visto, por ahí hay fotos de Nathan Fillion disfrazado de Frankenstein, de un episodio de Halloween, de la serie Mujeres Desesperadas. Lástima que no las haya de Stana Katic, vestida como su novia (de Frankenstein, claro)
Capítulo 19:
Tal como habían quedado Henry se fue a pasar el día de Halloween a casa de su amigo y Alexis y Martha, que ya había vuelto de su crucero, muy morena y con un nuevo ligue, se vieron para almorzar en el loft.
Como siempre que volvía a su casa, Alexis entró alegre y sonriente por las puertas, aunque el campus no estaba muy lejos, le encantaba volver por allí. Abrazó y besó a su padre y preguntó enseguida por su hermano, al que le traía un regalito por Halloween. La casa estaba decorada, para la ocasión, con calabazas, y guirnaldas y se sorprendió al saber que el niño no estaba, preguntándole a su padre si ya se quedaba más tranquilo sin estar todo el rato con él, a lo que Castle respondió que había progresado mucho en esos días.
Martha venía también cargada de regalos para todos, pero decidió esperar a que estuviese toda la familia junta.
Kate tenía que trabajar y como sabía que Castle iba a contarles la verdad a su madre y a su hija, quedó en comer con Lanie y ya luego por la tarde irían todos a la fiesta de Ian.
Antes de comer se sentaron en el salón y Castle les dijo que tenía algo importante que comunicarles, que al principio, estuvo tentado a guardar el secreto, pero que después de pensarlo mucho, había decidido compartirlo con ellas.
- No sé de qué vas a hablarnos, papá, pero me estas poniendo nerviosa.
- Si hijo – corroboró Martha – cuéntanos que sucede, ¿tiene que ver con Kate?, ¿algún problema con ella?
- No, no tiene que ver con ella, los dos estamos bien y seguimos juntos, si es a eso a lo que te refieres. Ella sabe de lo que voy a hablaros hoy, fue la primera en descubrirlo.
Y diciendo esto le dio el sobre a Alexis, que se arrimó a su abuela para ver que ponía.
- ¡Oh! – dijo la pelirroja más joven – entonces Henry no es mi hermano, ¡vaya! – dijo con pesar – yo que le veía hasta parecido conmigo.
- Bueno – dijo Martha – parece que al final yo tenía razón.
- Si – dijo Castle molesto – tenías razón, madre, pero que sepas que no pienso devolverlo.
- ¡Y quien ha hablado de devolverlo!, por Dios, hijo, me ofendes – exclamó la señora – de hecho me decepcionarías mucho si decidieras deshacerte de él. Henry ya forma parte de esta familia, y que sepas que lo quiero mucho y lo considero tan nieto mío como Alexis.
- Pues entonces no te entiendo – dijo Castle molesto, más por la situación de no ser el verdadero padre de Henry, que por la actitud de su madre.
- Richard, desde que conocí a ese niño tuve el presentimiento de que no era tu hijo, no me preguntes como lo supe, solo lo sentí, por eso te insistí en que te hicieras esas pruebas, pero no por nada en especial – dijo Martha seria – lo mismo que supe que ese niño no era de tu sangre, supe que se quedaría con nosotros para siempre y lo acepto y quiero como mi nieto, pero también creo que era conveniente que supieras la verdad sobre él, nunca se sabe que puede pasar en la vida, es mejor saberlo de antemano, a enterarse en un hospital porque ocurriese algo…
- ¡Pero mira que eres melodramática, madre! – exclamó exasperado.
- No hijo, yo sé lo que te digo – siguió Martha – imagina que el niño enfermase o necesitase una operación o vete a saber qué, y que en esos momentos de angustia te digan que no es nada tuyo, mejor saberlo ya.
- Bueno – intervino Alexis – realmente me da pena que no sea mi hermano de verdad, pero pienso seguir queriéndolo igual – dijo con determinación, además como ya dije en su momento, solo por ser hijo de Rachel, se merece estar con nosotros. Si ella al no tener a nadie, decidió dejártelo, sería por algo.
- Si – dijo Castle pensativo – sería por algo, pero no acierto a adivinar por qué.
- En cualquier caso, Henry ha sido muy afortunado al tenerte como padre – dijo Alexis – doy fe, de que eres el mejor – dijo con cariño.
- Yo también puedo considerarme afortunado al tener dos hijos tan maravillosos como vosotros – contestó emocionado.
- En definitiva, somos una familia con suerte – corroboró Martha – nos tenemos los unos a los otros y eso es importante.
- ¿Se lo dirás a Henry? – preguntó Alexis – algún día, claro, ahora es muy pequeño y no lo entendería.
- Probablemente algún día – dijo Castle – ahora no necesita saberlo. Se está acostumbrando a nosotros y no le hacen falta más inseguridades.
- Pobrecillo, con el trabajo que le ha costado adaptarse a su nueva situación y lo que te quiere, sería horrible que se enterara que no es tu hijo – dijo Alexis.
- No se va a enterar, porque nadie va a decírselo – dijo Castle con determinación – solo lo sabemos nosotros tres y Kate, que se encontró con el informe médico por casualidad y ninguno vamos a decir nada, además a nadie le importa. Henry es mi hijo y no se hable más.
- Amén – dijo Alexis – ¿será que podemos comer ya?, estoy famélica.
- Se sentaron a la mesa y estuvieron hablando tanto de lo bien que se lo había pasado Martha en su crucero, como de lo contenta que estaba Alexis en la universidad.
Terminaron de comer, Martha dijo que se quedaba en casa descansando, Alexis se fue a su cuarto a buscar algunas cosas que quería llevarse al campus y como Kate salía ese día más temprano, al ser víspera de fiesta, Castle decidió ir dando un paseo para recogerla. El tiempo había mejorado bastante, al subir las temperaturas después de la tormenta de la semana anterior, la nieve se había derretido, para pesar de Henry, que deseaba fervientemente que nevara de nuevo, para poder tirarse en el trineo de Alexis.
Llegó a la esquina de la calle donde estaba la 12th. Ese día no tenía ganas de saludar a nadie, así que le mandó un SMS a Kate diciéndole que la esperaba en la cafetería de siempre. Ella le contestó que en cuanto pudiese, se escaqueaba y se reunía con él.
La esperó casi media hora, mientras se tomaba un café pacientemente y jugueteaba con el móvil, así que no la vio llegar, y se sorprendió un poco al escucharla decir al sentarse:
- ¡Ya estoy aquí!, ¡Uf! – resopló – que trabajo me ha costado escaparme, llegué a pensar que me iban a retener por algún caso de última hora.
- ¡Hola! – le dijo con una sonrisa – te he echado de menos – y se aguantó las ganas que tenía de besarla pues sabía que a ella no le gustaban las demostraciones de cariño en público, y menos tan cerca de la comisaría.
- ¿Quieres un café? – preguntó educado.
- Acabo de tomar uno arriba, prefiero que nos vayamos – ella también lo había echado de menos y quería tener un momento tranquilo con él - ¿has venido en taxi?
- No, me vine dando un paseo, la tarde está muy buena.
- Tengo el coche ahí fuera aparcado, ¿nos vamos?
- Si – dijo y se levantaron de la mesa.
Castle pagó el café y se subieron al coche de ella.
- ¿Cómo se lo han tomado Alexis y Martha? – le preguntó interesada por la reacción de las dos mujeres.
- Como era de esperar – dijo él – Alexis se ha desilusionado un poco al saber la verdad y mi madre, bueno, ella dice que presintió desde el principio que Henry no era mi hijo que no sabe cómo lo supo, pero que tuvo ese presentimiento.
- Pero, ¿ha hecho alguna insinuación sobre Henry?
- Sí, que lo quiere mucho y lo considera tan nieto suyo como Alexis, que lo mismo que supo que no era mío, supo que me lo quedaría – dijo sonriendo – yo sabía que mi madre aceptaría a Henry, en el fondo lo adora.
- Me alegro que todo haya salido bien – le sonrió – sois una familia extremadamente generosa, no todo el mundo hubiese reaccionado igual ante la verdad.
- Así somos los Rodgers – dijo él encogiéndose de hombros – por cierto hemos quedado que esto, quedará entre nosotros cuatro, Henry aún es muy pequeño para comprenderlo, y no quiero que nadie más lo sepa, solo nosotros.
- No pensaba decírselo a nadie – dijo ella suspicaz.
- No te enfades, entendería que quisieses decírselo a tu padre, por ejemplo, o a Lanie, sé la confianza que os tenéis, pero mientras menos se sepa, mejor, y menos posibilidades hay de que se le escape a alguien. Lo último que quisiera es que Henry se enterase antes de tiempo.
- Lo entiendo – dijo ella – seré una auténtica tumba.
- Algo muy adecuado para el día de hoy – dijo él, refiriéndose al día que era – ¿Dónde vamos?
- A mi casa – dijo ella – tengo que recoger algunas cosas, que necesitaré para disfrazarme y también le doy una vuelta, últimamente casi no paso por allí.
- Como que deberías mudarte oficialmente con nosotros, a Henry y a mí, nos haces mucha falta – dijo con carita de cordero degollado.
Ella no pudo evitar sonreír. Rick le había pedido muchas veces que se mudara con ellos y pedía ayuda a Henry para que lo apoyase, cosa que el crio no entendía ya que ella, siempre estaba en la casa, sobre todo desde que él llegó, ni una noche se había ido a dormir a su casa, así que el crio no entendía porque su padre le pedía que lo ayudase a convencer a Kate, pues como él le explicaba a Castle, para que lo entendiera: “Pero papi si Kate ya vive con nosotros”
- Ya estoy más que mudada oficialmente a la mansión Castle – dijo sonriendo – no tienes que convencerme, por eso voy ahora a mi casa, a terminar de coger algunas cosas y a echarle un vistazo, porque aunque esté instalada en tu casa, de momento no pienso dejar la mía.
- La quieres conservar para tener donde ir, si tienes que salir un día corriendo – dijo él serio, pensando que elle aún no estaba seguro de su relación y quería conservar un as en la manga.
- Pues sí, lo conservo porque todavía puede sernos útil.
- Sernos útil, ¿a los dos? – mientras decía esto se bajaban del coche pues ya habían llegado a la casa de ella, y tuvieron la suerte de encontrar un aparcamiento en seguida.
- Si, a lo mejor un día, tú quieres escribir tranquilo y estamos todos en casa y te molestamos, pues te vienes aquí y puedes estar solo.
- Vosotros nunca me molestáis – dijo con lealtad.
Ya habían subido hasta el piso y ella sacando las llaves de su bolso, abrió la puerta, invitándolo a entrar.
- O quizás – dijo ella cerrando la puerta de la calle y arrinconándolo contra la pared mientras empezaba a acariciarlo por toda la cara y acercaba su boca a su oído – a lo mejor necesitamos un lugar para estar tranquilos, cuando tu hija y tu madre han vuelto a casa – y después de decirle eso empezó a besarlo con urgencia, con la misma urgencia que él le respondía.
Se fueron quitando la ropa el uno al otro y mientras la dejaban desperdigada por toda la casa se iban acercando al dormitorio, hasta caer los dos en la cama entre risas y en ropa interior.
- Lo tenías todo planeado inspectora – susurró él – me has traído aquí engañado para abusar de mí.
- Llevo todo el día planeándolo, chico escritor, te he echado de menos y esta tarde he hablado seriamente conmigo misma y me he dicho: “Katherine Becket de hoy no pasa que seduzcas a tu novio y os pongáis al día que últimamente te tiene un poco abandonada”
- ¿Abandonada inspectora? – dijo él – te recuerdo que anoche en el jacuzzi de casa, no nos bañamos solamente.
- Y fue fantástico, hacer el amor en el jacuzzi es toda una experiencia y ahora cállate y hazme disfrutar como tú sabes hacerlo.
Y Richard Castle, no se hizo de rogar, hacerle el amor a Kate era para él, la experiencia más maravillosa y gratificante, así que se aplicó en acariciarla y besarla con devoción y detenimiento, por todos los lugares que sabía que a ella la enloquecían hasta conseguir llevarla a la más alta cima del placer, para seguir amándose de nuevo hasta llegar los dos juntos al clímax.
Agotados y sudorosos se abrazaron y se besaron.
- Es una estupenda idea que sigas conservando tu apartamento, nunca se sabe cuándo podemos necesitarlo.
Ella sonrió, tremendamente a gusto entre los fuertes brazos de él.
- Me quedaría aquí toda la vida, pero deberíamos volver a casa, para ponernos nuestro terrorífico disfraz.
- Yo también me quedaría aquí todo el día – dijo él apretando el abrazo.
Pero como tenían otras obligaciones, no tuvieron más remedio que levantarse y vestirse para volver al loft.
Cuando llegaron, Alexis que asistiría a una fiesta con unos amigos, estaba ya vestida. Se había decidido por un disfraz de Miércoles Adams, y llevaba un vestido de corte infantil, todo de color negro con cuello redondo y blanco. Se había puesto una peluca de cabellos oscuros recogidos en dos trenzas y se había maquillado muy pálida, con los labios morados, lo que la hacía estar irreconocible. Como complemento llevaba una muñeca también vestida de negro a la que le faltaban los ojos.
- ¡Hija! – dijo Castle – estás siniestra.
- De eso se trata papá, ¡Hola Kate! – saludó la chica – ¿vais a vestiros también?
- Si, ¿vendrás luego a la fiesta de Ian?
- No creo, mi fiesta terminará más tarde que la vuestra, pero si me aburro, me voy a daros el encuentro.
- Ten cuidado, hija y pásatelo muy bien.
- Adiós papá, Kate, nos vemos luego – y salió del loft.
Ellos habían decidido vestirse de Frankenstein* y su novia. Castle se vistió y luego se pintó la cara de verde, para ponerse una peluca que le daba forma cuadrada a su cabeza. Kate se puso un vestido blanco y largo, y una peluca enorme, con vetas canosas a ambos lados, al igual que Alexis, se maquilló pálida y ojerosa.
Al salir del estudio se encontraron a Martha en la cocina bebiendo un vaso de agua.
- ¡Hijos, estáis horribles! – dijo la mujer con una sonrisa.
- Entonces, ¿no te animas a acompañarnos? – le preguntó su hijo.
- No querido, estoy cansada y ya no estoy para “Truco o trato”, id vosotros, disfrutad mucho y tened cuidado.
- Bueno – dijo su hijo – es una fiesta infantil, así que no creo que corra el alcohol por el local – dijo Castle con una sonrisa. Nos vemos luego.
Salieron a la calle muy animada y llena de niños y adultos disfrazados. El pub estaba relativamente cerca y como la noche estaba muy buena, fueron dando un paseo.
Llegaron en plena actuación del mago, que vestido como el conde Drácula hacía las delicias de pequeños y mayores. Los recibió Ian y les ofreció una cerveza.
- ¿Qué tal todo? – preguntó Castle, que había advertido a su amigo que a lo mejor Henry lo echaba un poco de menos.
- Todo muy bien, ha preguntado un par de veces que cuando veníais a la fiesta, pero he podido tranquilizarlo.
- ¡Hola Rick, Kate! – los saludó Megan, la mujer de Ian y madre de Liam – no os preocupéis por Henry – había oído a Castle preguntar por él – se ha portado muy bien, es un niño encantador y se está divirtiendo mucho. Él y Liam se llevan muy bien y me ayudan a cuidar a Molly – esta era la hija pequeña del matrimonio de dos años.
Cuando terminó la actuación del mago, se acercaron al niño para decirle que ya estaban allí. El niño cuando vio a su padre, no se asustó porque ya lo había visto antes vestido en casa, cuando se probó el disfraz, así que lo recibió con una sonrisa.
- Estas muy feo, papi, todo verde.
- Pues tu estas genial vestido de caballero.
Y así era, el disfraz de Henry era de lo más auténtico, incluso llevaba a Edwin cosido a la capa, pues como él decía, iba de caballero que luchaba con dragones.
Lo pasaron muy bien en la fiesta, disfrutaron mucho. A Kate le gustó ejercer de madre de Henry y compartir con las demás madres de los otros niños y que charlaran los dos con otras parejas.
Al terminar se volvieron andando hasta el loft, Henry llevaba su calabaza llena de chucherías, y se peleaba con su padre, a ver quien iba a comerse cada golosina.
Llegaron a la casa y como ya habían comido mucho en la fiesta se quitaron los disfraces, Kate bañó a un agotado Henry, mientras Castle se peleaba con la pintura verde de su cara. Los dos acostaron al niño y se sentaron en su cama, mientras Castle le contaba un cuento, que Henry no fue capaz de terminar de oír, pues se quedó dormido en seguida.
CONTINUARÁ…
*Para que os hagáis una idea, las que no lo habéis visto, por ahí hay fotos de Nathan Fillion disfrazado de Frankenstein, de un episodio de Halloween, de la serie Mujeres Desesperadas. Lástima que no las haya de Stana Katic, vestida como su novia (de Frankenstein, claro)
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Que ganas tenía de leer un nuevo capítulo de tu historia.
Me encantan las reacciones de Martha y Alexis al saber que Henry no es hijo de Castle, para todos, aunque no lo sea biológicamente, es parte de la familia y lo quieren, que es lo que importa.
La idea de conservar el apartamento de Kate me encanta, siempre tendran un lugar donde escaparse los dos, y ella tan pillina ya sabía la respuesta a la pregunta de Castle de por qué lo conservaba jaja Esa escena de los dos en el coche de ella y luego en el apartamento me encanta.
Un bonito capítulo con un final tremendamente tierno.
Me encantan las reacciones de Martha y Alexis al saber que Henry no es hijo de Castle, para todos, aunque no lo sea biológicamente, es parte de la familia y lo quieren, que es lo que importa.
La idea de conservar el apartamento de Kate me encanta, siempre tendran un lugar donde escaparse los dos, y ella tan pillina ya sabía la respuesta a la pregunta de Castle de por qué lo conservaba jaja Esa escena de los dos en el coche de ella y luego en el apartamento me encanta.
Un bonito capítulo con un final tremendamente tierno.
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
ajaajajajja yo si he visto el capiii ke danielle da a luz y el ayuda jajaj esta increibleee
sigueee
sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Bien, nuevo capitulo...me gustaria que hubiese otro moemnto tierno solo entre Henry y Kate, pero que Rick lo estuviese viendo o algo asi...
CONTINUA PRONTO
CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Me esperaba al igual que Rick las reacciones de Marta y Alexis, adoran al niño y ya es parte de la familia, me encantaría que Kate lo adoptara también, Kate cada vex esta más metida en el papel de madre solo le falta serlo oficialmente.
Sigue pronto plis...
Sigue pronto plis...
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Son una familia ideal Me encanta cada escena del fic, son perfectas! Estaba segura de que Martha y Alexis reaccionarían así, si es que Henry es un amor!!!
Sigue pronto!
Sigue pronto!
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 33
Localización : Madrid
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
¡Hola! Os dejo otro capítulo. Espero que os guste y muchas gracias por leer y comentar.
Capítulo 20:
El tiempo va pasando y Henry cada vez se siente más seguro y está más integrado en la familia Rodgers. Por su parte, ésta, incluyendo a Kate, han aceptado totalmente al chiquillo y ya no se imaginan la vida sin él.
Acepta sin problemas, que no siempre sea su padre el que vaya a recogerlo al colegio. Alexis, o Kate han ido alguna vez, incluso se ha ido con Liam a su casa, después del cole. Otras veces lo ha ido a recoger su abuela.
A Henry le encanta Martha y que ésta sea su abuela, porque como él dice, no es como las abuelas de los demás niños. Por su parte Martha, le ha tomado un gran afecto al chiquillo y se lleva a las mil maravillas con él.
El día que Martha dijo que se le hacía tarde para llegar a la escuela, el niño la miró asombrado y preguntó:
- Abuela, ¿tú también vas al cole?
- Si, cielo – dijo la mujer – a un cole para dar clases de teatro y actuación.
- ¿Qué es teatro? – preguntó el chiquillo curioso.
Martha le fue explicando lo que era el teatro y que era un actor, haciendo referencia a alguna obra de teatro infantil a la que su padre le había llevado.
- Entonces ¿tú te sabes todos los cuentos y las historias del mundo?
- Bueno, todos no, pero sí sé muchos.
- Es verdad hijo – dijo su padre – tu abuela sabe muchas historias y algunas son de lo más divertidas.
- ¡Bieeen! – dijo Henry, provocando la sonrisa de los mayores.
El niño se había revelado como un amante de todo tipo de historias y cuentos, faceta que se veía satisfecha, por los que su padre le contaba a menudo y progresaba bastante en la lectura, por el afán que tenía de leer él mismo sus libros.
Los días que su abuela iba a recogerlo al colegio, se convirtieron en los favoritos de Henry, pues ella le contaba mil y una historias, que o bien eran verdad o bien se inventaba. También lo llevó alguna vez a la escuela de teatro. Cuando el chiquillo vio los decorados del atrezo, y la cantidad de vestuario que usaban los alumnos para representar los distintos papeles, sonrió emocionado.
Esa noche cenaban los cuatro cuando Henry anunció orgulloso:
- De mayor quiero ser un trabajador del teatro, como la abuela.
- ¡Por fin! – dijo la mujer con cierto toque de dramatismo – alguien de esta familia que va a dedicarse al noble arte del teatro.
- Los que trabajan en el teatro se llaman actores – le dijo su padre.
- ¡Qué bueno Henry! – dijo Kate sonriendo – seguro que serás un gran actor.
- No te emociones madre – dijo Castle con una risa – en un mes ha querido ser caballero, pirata, policía como Kate, y bombero como los que fueron a su colegio.
- ¡Hijo, eres único para destrozar las ilusiones de tu madre!
La cosa quedó ahí, pero cuando Henry llegó a casa anunciando que iba a ser el actor principal de la función escolar, que su curso haría en Acción de Gracias, Martha volvió a sacar su vena más melodramática, cuando felicitó al niño, exclamando:
- ¡Es indiscutible que este niño ha heredado mi talento!, ¡el protagonista de la obra de teatro!
- Si – se apresuró a explicar Henry – porque el señor March dice que sé leer casi todas las letras y tengo una memoria de elefante, porque me acuerdo de todo. ¿Los elefantes siempre se acuerdan de todo papi?
- Si hijo – dijo Castle sonriendo y dándole un abrazo lleno de orgullo a su hijo – así que te tienes que vestir de peregrino, ¿eh?
- Si papi, me tengo que vestir de repregrino, todo de negro y con un sombrero.
- De peregrino, no de repregrino – rio Castle – tendremos que buscar a alguien que te haga el disfraz.
- Yo te ayudaré a ensayar, verás que bien lo pasamos – dijo Martha mucho más que entusiasmada.
- Madre, es una obra de teatro infantil – le advirtió su hijo – no va a hacer la prueba de ingreso para la Escuela Juilliard, así que no vayas a agobiarlo.
- Claro que no voy a agobiarlo, sé cuando se trata de un juego – replicó molesta – recuerda que te he ayudado a ti cuando eras pequeño, y a Alexis, todavía soy capaz de distinguir una actuación infantil.
- ¿Y vamos a tu cole de teatro a ensayar? – preguntó Henry ilusionado y totalmente ajeno a la conversación de los mayores.
- Por supuesto, iremos donde tú quieras – zanjó Martha la conversación.
Tanto Kate como Alexis, que se comunicaba con su casa con bastante frecuencia, felicitaron a Henry por haber conseguido tan importante papel. Al final fue Megan, la esposa de Ian, quien cosió el disfraz de Henry de repregrino, como él decía. Liam iba vestido igual, a ella le gustaba y se le daba bastante bien la costura y como los dos niños eran de la misma talla, se ofreció a hacerlo, lo que Castle agradeció, porque ni su madre, ni su hija, ni su novia, se daban trazas con la costura.
La tarde antes del jueves que se celebraba Acción de Gracias, toda la familia Rodgers acudió a la escuela primaria, a la que asistía Henry, para ver la representación de la llegada del Mayflower y los primeros colonos a la costa este americana.
El papel de Henry era bastante importante, o como él decía “tenía que aprender muchas palabras”. El niño que había memorizado todo su texto, con ayuda no solo de Martha sino a veces de Castle, e incluso de Kate, después de saludar sonriente a su familia desde el escenario, recitó lo que le correspondía sin saltarse una coma, claro que su profesor tuvo que ayudarle un par de veces a recordar por donde iba.
Todos le aplaudieron y felicitaron, tanto a él como a Liam, que también tuvo un papel destacado, aunque menos importante.
Después de la función, Ian los invitó a cenar al pub, aprovechando que los siguientes días serían festivos, y ni los niños tenían colegio, ni los mayores tenían que trabajar.
Pasaron una agradable velada con ellos, Ian y Megan, eran realmente agradables y Liam y Henry se habían convertido en grandes amigos y les encantaba, pasar tiempo juntos.
Pasó Acción de Gracias, que ellos celebraron en familia, primero asistiendo al desfile de los almacenes Macy’s por la Séptima Avenida y luego cenando en casa el tradicional pavo con salsa de arándanos, que prepararon entre Castle y Martha, sorprendiendo a Kate, que imaginaba, que irían a cualquier restaurante caro para cenar. Fue un fin de semana tranquilo y eminentemente familiar.
La vida de los Rodgers seguía transcurriendo sin incidencias. Alexis seguía feliz en la universidad y Martha los había abandonado por una semana, para irse con sus alumnos a un festival de teatro amateur en Philadelphia.
Empezaba el mes de diciembre, Castle recibió una llamada de Paula, diciéndole que tendría que hacer varias firmas de libros, como inicio de la campaña de ventas, de Navidad. La mayoría sería en librerías de Nueva York, con motivo del lanzamiento de su último libro, pero había otra, que sería ese mismo fin de semana en Chicago, donde tenía un importante club de fans. Sería en varias librerías tanto de la ciudad, como de localidades cercanas. No le hizo mucha gracia, pero sabía que no tenía más remedio que hacerlo. Serían solo tres días, así que pensó en pedirle a Kate que lo acompañara y llevarse a Henry con ellos.
Esa misma noche lo habló con ella, que muy a su pesar, le dijo que no podría acompañarlo, pues se quería pedir unos días para Navidad y no le parecía oportuno, pedirse más días libres a unas semanas de las fiestas. Se desilusionó, pero entendió su postura.
Entonces se le planteó un nuevo dilema, quien se quedaría con Henry, ya que él se iría el jueves por la noche, para volver el domingo en la tarde. Al ir solo, se dedicaría todo el día a ir de firma en firma de libros y no podía llevarse al niño con él, pero al no estar su madre ni Alexis, era Kate la que tendría que cuidarlo.
Kate dijo que no le importaba, el niño estaría en el colegio, mientras ella trabajaba, y si se presentaba algún imprevisto de algún caso a deshoras, intentaría no tener que ir, y en caso de tener que hacerlo, siempre podían acudir a Megan e Ian, que se habían ofrecido más de una vez, a cuidar de Henry si era necesario. Luego, durante el fin de semana, ella ya estaría en casa, y podría estar con el niño.
Así lo decidieron, y así lo hicieron. Castle y Kate, se sentaron con Henry a decirle que tendría que estar unos días fuera de la ciudad por trabajo, explicándole en que consistía su trabajo y que le hubiese gustado que fuesen con él, pero que como Kate no podía, ellos se quedarían en Nueva York.
Para sorpresa y alivio, de Rick, el niño se mostró conforme en quedarse con Kate, además el viernes se celebraban en su colegio unas “Mini Olimpiadas”, y él estaba tremendamente ilusionado en participar, pues no se le daban nada mal los deportes.
El jueves por la tarde, Kate y Henry bajaron con Castle a la calle y le dijeron adiós con la mano, cuando este se marchó en un taxi hacia el aeropuerto. Cuando subieron ya era hora de bañarse, así que Kate preparó el baño para Henry y este aprovechó para jugar un rato, mientras se bañaba con sus barcos y animales marinos.
Cuando terminó, Kate lo ayudó a salir y secarse, el niño se fue vistiendo, mientras ella recogía el cuarto de baño. Cenaron los dos tranquilamente y después de ver un rato, una película infantil, llegó la hora de acostarse. Se lavó los dientes y se metió en la cama, esperando su cuento. Kate le leyó uno de los muchos que tenía en la estantería de su habitación. La colección de libros de Henry iba en aumento día a día.
Cuando se quedó dormido, conectó el intercomunicador y se bajó al dormitorio, donde se acostó y estuvo leyendo un rato, hasta que Castle la llamó, diciendo que había llegado y preguntando como iba todo, a lo que ella respondió que no había habido ningún problema. Estuvieron un rato hablando y diciéndose lo mucho que se echaban de menos, hasta que no tuvieron más remedio que despedirse.
Por la mañana Kate se levantó, se duchó y empezó a preparar el desayuno. Subió a despertar a Henry, al que mandó al baño a lavarse la cara y peinarse. Cuando el niño volvió al cuarto la ayudó a hacer su cama y luego lo dejó vistiéndose mientras ella bajaba a terminar de preparar el desayuno. Cuando bajó vestido y tirando de la mochila, ya estaba todo listo. Ese día iba con ropa deportiva, pues durante toda la jornada escolar, habría diversos juegos, en los que participarían los alumnos más jóvenes del centro.
Desayunó, mientras parloteaba alegre contándole a Kate como eran los juegos que habría ese día, y que quería ganar una medalla. Terminaron el desayunó y cada uno fue a su cuarto de baño a lavarse los dientes. Ya iban con el tiempo justo, así que sin entretenerse más, partieron rumbo al colegio. Bajaron directamente al garaje y se montaron en el coche.
Aparcó en doble fila, como tantos otros padres y acompañó al niño a la puerta. Se despidió de él con un beso, hasta la tarde, deseándole suerte en los juegos. De allí se fue a la comisaría y una vez llegó, empezó a tramitar papeleo que tenía pendiente, esperando que no hubiese ningún homicidio ese día.
En el colegio, Henry lo estaba pasando francamente genial, había participado en todos los juegos y había ganado una medalla, en las carreras de tres piernas, en las que participó con Liam, los dos estaban orgullosos de su premio, pues además de la medalla, todos los alumnos recibirían un bonito diploma por su participación.
Estaba participando en el último juego de la jornada, que consistía en atrapar la bola de beisbol que un alumno mayor les lanzaba y sin soltarla, correr hasta un determinado lugar, donde volvía a lanzarla a otro alumno. A Henry se le daba bien este juego, que hacía como entrenamiento en las clases de beisbol.
Le habían lanzado la pelota que atrapó con facilidad, y sin soltarla salió corriendo hasta donde debía llegar para finalizar el juego. La mala fortuna hizo que, o tropezara con algo o se le liaran sus propios pies, la cosa es que se cayó al suelo, de manera aparatosa. Como Henry sabía que no podía soltar la pelota pues perdería el juego, no fue capaz de reaccionar y dejarla para apoyar las manos, así que se llevó un fuerte golpe en la cabeza.
Su profesor corrió a prestarle auxilio, el niño se había asustado bastante y sangraba abundantemente de un corte encima de la ceja derecha. Lo levantó en brazos y corriendo lo llevó a la enfermería del colegio, donde le lavaron la herida y donde después de verla, recomendaron llevarlo al hospital, no solamente tendrían que cogerle puntos, sino que deberían revisarlo por el golpe que se había dado.
Mientras su profesor lo llevaba al hospital más cercano, desde el centro llamaban al móvil de Castle para comunicarle lo que le había pasado a su hijo. Este estaba en medio de una firma de libros, y pidiendo disculpas al siguiente en la fila de los autógrafos sacó el teléfono, que contestó en seguida, ante el enfado de Paula, al ver que la llamada era del colegio.
Cuando le dijeron lo que había pasado, su primer impulso fue salir corriendo al aeropuerto, pero teniendo en cuenta que estaba a más de mil kilómetros de Nueva York, por mucho que corriera no iba a llegar a tiempo de consolar a su hijo.
Dijo a la persona que lo llamó que él se encargaría de avisar a alguien para que fuese al hospital, para estar con el niño y en seguida marcó el número de Kate. Esta seguía aburriéndose mientras adelantaba el papeleo y al ver la llamada de Castle, sonrió para sí misma, pensando que él estaba en un descanso y la llamaba para decirle lo que la echaba de menos. Contestó el teléfono, preparada para escuchar unas cuantas palabras cariñosas, así que se sorprendió al oír la voz preocupada de Rick, que le contaba lo que había pasado con Henry y que necesitaba que fuese al hospital.
Kate colgó y cogió su chaqueta, al verla Esposito le preguntó si había un nuevo caso, y ella le explicó lo que pasaba mientras iba hacia el ascensor, pidiéndole que la disculpase ante el capitán si preguntaba por ella.
Subió al coche y puso rumbo al hospital que Castle le había dicho. Entro por urgencias pediátricas y preguntó en el mostrador de recepción, donde le dijeron que el niño estaba siendo atendido en la sala de curas número cinco.
Al entrar allí, Henry estaba recostado en la camilla, una enfermera le sujetaba una gasa contra la herida, mientras el médico se preparaba para coserlo, en un lado esperaba el maestro del niño, que la saludó al verla pues ya la conocía y sabía quien era.
- Pero cielo, ¿Qué te pasó? – dijo al verlo.
El niño al oírla la miró y poniendo un puchero, empezó a llorar flojito.
- Mami, me duele.
- ¿Es usted su madre? – el médico se volvió a preguntarle.
- Si – dijo sin dar más explicaciones – ¿Qué le ha ocurrido?
El profesor intervino explicando como había sido el accidente y el doctor, le explicó lo que iba a hacerle y se interesó por el estado de salud del pequeño y si era alérgico a algo.
Ella que había leído los informes del niño y estaba al tanto de todo, le respondió con seguridad, acercándose a la camilla y cogiéndole la mano le dio un beso en el lado de la cabeza que no estaba herido.
- Ahora tienes que ser muy valiente, mientras el doctor te cose.
- ¿Y me duele mucho? – preguntó asustado.
- Si no te mueves, casi ni te darás cuenta.
Después de limpiarle la herida, y aplicarle un antiséptico, le dijo que iba a sentir un pequeño pinchazo, que serviría para adormecerle la zona y no le doliese mientras le daban los puntos.
El medico procedió a coserlo, Kate lo agarraba de la mano y le decía lo valiente que era, aunque al chiquillo seguían cayéndole algunas lágrimas, tanto por el susto que se había llevado al caerse y verse con tanta sangre, como por el dolor que sentía cada vez que le pinchaba la aguja. Le dieron cinco puntos y le pusieron un apósito sobre la ceja.
El doctor le explico cómo debería cuidar la herida y tratarla si se le mojaba durante el baño. También le dio un calmante infantil y la advirtió que estuviese pendiente si tenía una somnolencia anormal o vomitaba, como posible efecto del golpe en la cabeza. En el tiempo que llevaba en el hospital no había manifestado ningún síntoma alarmante, pero aun así era conveniente estar pendiente al menos las primeras veinticuatro horas.
Una vez que estuvo curado, el profesor se despidió de ellos, diciendo que tenía que volver al colegio, y que esperaba que se mejorase pronto. Kate lo cogió en brazos con cuidado, Henry se abrazó a ella que le dio un sonoro beso en la mejilla.
- ¡Has sido un niño muy valiente!
- Pero me duele – protestó.
- Ya verás como se te pasa pronto, ¿Te apetece un helado? – le preguntó sabiendo que eso le quitaría la mitad de su pena.
- Bueno – dijo el chiquillo dejando caer la cabeza sobre su hombro – con extra de caramelo y virutas de chocolate.
- Pues marchando un súper helado con extra de caramelo y virutas de chocolate – dijo sonriente dirigiéndose al coche con el niño en brazos.
Cuando llegó al coche se dio cuenta que no había llamado a Castle, y que este le había insistido en que se comunicase con él, en cuanto pudiese para saber cómo estaba Henry. Así que sentó al niño sobre el capó del coche y le dijo:
- Vamos a llamar a papá, se ha quedado muy preocupado.
Sacó el móvil y le dio a la tecla de marcación rápida. Contestaron en seguida, ya que Castle esperaba la llamada. Estaba en mitad de un descanso para el almuerzo, y ella le explicó lo que había ocurrido y lo que le dijo el médico, después le pasó el teléfono a Henry que contestó a todas las preguntas que su padre le hizo, recordando con pesar, que había ganado una medalla, pero que se la había dejado en el colegio.
Después de terminar de hablar le devolvió el teléfono a Kate, que se despidió de él tranquilizándole, mientras él le daba las gracias por acudir tan pronto. Luego Kate llamó a la comisaría diciendo que se tomaba el resto de la tarde libre, Esposito le dijo que Gates había preguntado por ella, y que al saber donde estaba no volvió a decir nada. Una vez terminadas las conversaciones telefónicas, Kate se subió al coche después de instalar a Henry en su sitio y le preguntó que donde quería comer. El niño le recordó que quería un helado, a lo que ella fue tajante y le dijo que sí, pero que sería de postre pues primero había que comer algo.
Comieron una hamburguesa y de postre el helado prometido. Después se marcharon a casa. Al llegar lo primero que hizo fue lavarlo y cambiarle la ropa manchada de sangre. Como no quería perderlo de vista, por si se encontraba mal, estuvo jugando con él a varios juegos de mesa, luego vieron por enésima vez la película de Nemo y los dos juntos prepararon la cena.
Después de cenar, Henry empezó a cabecear con sueño. No había mostrado síntomas extraños en todo el día. Solo se había quejado un poco de dolor, por lo que le dio el calmante infantil. Para poder estar pendiente de él, decidió acostarlo en la cama de ellos.
Le contó un cuento y como se durmió enseguida, ella fue a sentarse pero sintió el teléfono vibrar y viendo que era Castle se salió al estudio.
- ¿Cómo sigue todo? – le preguntó.
- Bien, Henry acaba de dormirse, pero está bien. Lo he acostado en nuestra cama, para poder estar pendiente de él. Hemos estado todo el día jugando y viendo películas.
- He hablado con Alexis, le he contado lo que ha pasado y me ha dicho que irá mañana a veros y a estar un rato con vosotros.
- ¡Qué bien! – dijo con sinceridad, la chica le caía realmente bien – ¿Qué tal tu día?
- Me duelen las lumbares y el trasero de tanto rato sentado y la cara de tanto sonreír sin ganas, estaba muy preocupado por Henry, pero soportable.
- Cuida ese trasero – dijo sonriendo y pensando en lo que le gustaba el culo de él – y las lumbares también claro.
Estuvieron hablando un largo rato, él estaba ya tranquilo en su habitación del hotel, así que no tenían prisa y siguieron conversando durante casi una hora.
- La llamada te va a costar un dineral – dijo ella al darse cuenta de la hora que era.
- Me da igual, soy millonario – dijo con voz de risa – podemos seguir un rato más.
Y un rato más siguieron hasta que ella empezó a bostezar y él ya decidió dejarla descansar.
Antes de acostarse despertó a Henry que protestó un poco, pero al ver que se encontraba bien, le dio agua y volvió a dormirse. Programó el móvil para que sonara cada dos horas para seguir la evolución del niño.
Henry durmió muy bien, pero ella estaba agotada de tanto interrumpir su sueño. Menos más que Alexis había prometido pasar el día con ellos y podría aprovechar para echarse una siestecita en algún momento.
CONTINUARÁ…
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
No sabes el enfado que tengo, no por ti, sino por mi, por ser una despistada. He llevado cada día los últimos capítulo desde el móvil, pero se me ha despistado contestar y eso que sé que los comentarios ayudan de una forma esencial, para animar a los escritores. Me ha encantado, es genial ver la evolución de Henry, adoro tu forma de escribir y relatar. He leído muchas historias pero creo que la tuya está entre mis favoritas, debido a que las cosas malas que suceden no son malas del todo, cuando vi que el niño se caía pensé en lo peor, pero fue genial el ver que solo fue un golpe. Adoro ver a Kate en esa faceta de madre y que el niño la haya aceptado completamente. El verla tan madraza, despertandose y no durmiendo, cuidadnole me ha emocionado.
Continua pronto..
Continua pronto..
Invitado- Invitado
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Este capítulo ha sido uno de mis favoritos!! Me ha emocionado el momento en el que Henry llama a Kate "mami", qué lindo!! La verdad es que ella se está portando como toda una madraza, son una familia ideal
Ya estoy desando leer el próximo capítulo!!!
Ya estoy desando leer el próximo capítulo!!!
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 33
Localización : Madrid
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Siii momentos Kate-Henry ME ENCANTAN!
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Me gusta mucho la evolución que está teniendo la relación katie - Henry.. El niño es adorable.
Me esta gustando mucho esta historia. Continúa pronto.
Me esta gustando mucho esta historia. Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Me encanta como va evolucionando Henry y adaptandose a la familia en general!
Espero más
Espero más
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Más, más, más. Me encanta esta historia, espero que sigas pronto. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Me encanta este capítulo, ver a Kate ejerciendo de madre en todos los aspectos me gusta mucho y se le da muy bien, incluso el niño ya la llama mamá, se ve que la relación entre Henry y Kate es cada vez más estrecha.
Este capítulo es uno de mis favoritos de esta historia, es realmente bonito.
Espero que lo sigas pronto
Este capítulo es uno de mis favoritos de esta historia, es realmente bonito.
Espero que lo sigas pronto
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
excelenteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee massssssssssss
moni valdes- As del póker
- Mensajes : 298
Fecha de inscripción : 04/01/2012
Edad : 34
Localización : colombia
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Hermosissimoo sigueloi
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y tú, ¿Quién eres?, Epílogo
Es adorable, me has emocionado con "mami" me encanta como avanza la relación de Henry y su mami. Kate es maravillosa con él, espero que por fin se decida a adoptarlo, me muero por ver más escenas madre e hijo.
Sigue pronto, adoro tu fic.
Sigue pronto, adoro tu fic.
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
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