Rise Again (Cap 11 parte 1)
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Ayyy creo que no lo tendria que haber leido ¡Ahora me he quedado con las ganas de mas!
Subelo cuando puedas pero tampoco me hagas sufrir mucho pliss
BESOSS
Subelo cuando puedas pero tampoco me hagas sufrir mucho pliss
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
El SP tiene una pinta estupenda, pero hay un problema, que ahora quiero leer más...
Espero que no tardes mucho es subir el capítulo completo.
Espero que no tardes mucho es subir el capítulo completo.
______________________
Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Lo primero y antes de nada, disculparme por haber tardado tanto en actualizar. He tenido algunos problemillas personales y no he podido escribir durante algunos días Esta es solo la primera parte del capítulo, la segunda está a medio escribir asique espero poder subirla pronto; pero prefería actualizar ya en vez de esperar algunos días (y añadir algo de intriga )
Tambien decir que es la primera vez que intento una escena de contenido erótico y que seguramente después querreis matarme pero espero crítricas sobre el tema para poder mejorar
Como siempre gracias a todos los que leeis y comentais, y espero que os guste
Aviso al lector: este capítulo incluye escenas de violencia y/o sexo, léase bajo su propia responsabilidad
En capítulos anteriores…
Al otro de la línea se escuchó una voz fría, pausada y segura. Una voz capaz de helar la sangre y desbocar el corazón
—Hola inspectora—
Beckett no preciso de más de un segundo para reconocer la voz que aparecía en el video del primer asesinato. Se produjo el silencio durante unos instantes mientras Beckett trataba de estudiar la respiración que se escuchaba al otro lado del teléfono. Castle miraba a su alrededor confundido, sintiéndose observado.
— ¿Quién eres? — preguntó Beckett con un hilo de voz que marcaba seguridad y decisión
—Es curioso, el último que me preguntó eso acabó con un disparo en la cabeza— respondió la mujer sin abandonar su tono calmado —Ya sabes quién soy— añadió tras una pausa
— ¿Cuál es tu verdadero nombre? — continuó Beckett sin inmutarse.
—Pregúntale a Richard Castle, él me lo dio— exclamó la mujer
—No conozco a ningún Richard Castle— mintió Beckett
—Por favor inspectora, no me hagas reír— contestó rápidamente la voz dejando escapar una leve carcajada —Se que está ahí contigo—
—Si nos estás viendo sabrás que Parker está muerto…siento haberte fastidiado el plan— tanteó la inspectora
— ¿Fastidiado? No, todo marcha según lo previsto— la respuesta de la misteriosa mujer sorprendió a Beckett —Es una pena que tuviera que morir, me lo pase muy bien…convenciéndole. Pero Parker solo era un peón en todo esto—
— ¿Qué es lo que quieres?— preguntó Beckett manteniendo el tono de seriedad
—Advertirte inspectora— exclamó ella —Es hora de que dejes la pistola y la placa, la verdadera justicia ha llegado a esta ciudad y tú quedaras…fuera de juego— rió la asesina al otro lado del teléfono
—Eso ya lo veremos— contestó Beckett con determinación
Tras la conversación con la asesina decidieron informar de la situación antes de abandonar el edificio. Los técnicos comenzaron pronto con el examen del despacho en busca de cualquier indicio que pudiera ayudar con el caso. Con la muerte de Parker su mejor baza para resolver el caso se había esfumado.
Después de esclarecer los hechos, Castle y Beckett regresaron a comisaría para poner a Gates al corriente sobre las amenazas de la asesina. La capitana pronto comprendió la gravedad del asunto y tomó una decisión.
—Les pondré protección enseguida— Gates no permitiría que el caso deteriorase la imagen de la policía, y perder a uno de sus detectives a manos de una asesina a la que no podían atrapar no causaría buena impresión —Voy a asignarles una unidad a cada uno—
— ¿Una unidad? Usted no ha visto de lo que es capaz esa mujer— protestó Castle con frustración
—No tenemos más efectivos señor Castle— aseguró Gates
—Entonces asigne las dos unidades a una sola vivienda. Mi apartamento es grande y hay sitio de sobra para Beckett— propuso el escritor con cierto tono de desesperación
— ¿De verdad cree que voy a permitir que unos de mis detectives…— exclamó Gates autoritaria antes de que la inspectora la interrumpiera
—A decir verdad estoy de acuerdo con Castle— contestó de pronto Beckett para sorpresa de ambos —Será más fácil protegernos estando bajo el mismo techo y además yo estoy armada—
La capitana de la 12th vaciló un momento y finalmente cedió a la sugerencia
—Confiaré en su criterio como policía. A pesar de sus… evidentes dificultades para seguir la cadena de mando, es usted mi mejor detective— Gates se sentó y tomó el teléfono para solicitar la protección de inmediato
—Gracias señor— añadió Beckett como muestra de gratitud
—No lo tome como un cumplido sino como una advertencia inspectora. Tenemos entre manos un caso muy importante, lo último que necesito es que ustedes pierdan el tiempo con uno de sus jueguecitos—
Tras la conversación con Gates decidieron pasar por el apartamento de Beckett para recoger algo de ropa. Una vez en el loft de Castle, Alexis ayudo a la inspectora a instalarse en la habitación de invitados mientras el escritor explicaba la situación a su madre. Ambas aprobaron la estancia de Beckett en el apartamento, y se mostraron de acuerdo con que era lo más seguro para todos.
El día siguiente transcurrió con gran ajetreo en la comisaría. Los detectives trataban de averiguar la conexión de Parker con el asesinato. Adison se negaba a colaborar, aunque reaccionó con sorpresa cuando le mostraron la fotografía del detective de narcóticos.
Pronto concluirían las primeras 48 horas tras el asesinato y con ellas se esfumaría muchas de las pruebas. Tan solo dos piezas del complejo puzle se encontraban en el lugar apropiado. La joven había suministrado los somníferos a las víctimas y con ayuda de Parker las había cargado en un vehículo, pero el rastro de la asesina se perdía en ese punto.
Todos coincidían en que la información privilegiada del detective acerca de los objetivo representaba una pilar clave en la planificación del crimen. Aún quedaban muchos hechos por esclarecer y detalles por encajar. Demasiados interrogantes, y el tiempo corría en su contra.
Beckett pensó que en algún momento se arrepentiría de haber aceptado la propuesta de Castle, achacando sus palabras a un estado de locura transitoria. Sin embargo el apartamento era lo suficientemente amplio como para mantener su intimidad, y el escritor le había cedido espacio sin inmiscuirse en sus asuntos. Martha y Alexis aceptaban a Kate con emoción a pesar de las circunstancias, por lo que se sentía acogida y segura
Castle por su parte adoraba las escenas cotidianas con la inspectora. La noche en que ella se instaló en el apartamento ninguno de los dos pudo conciliar el sueño debido a las amenazas de la asesina, por lo que decidieron ver una película. Pasaron horas sentados el uno junto al otro, riendo y hablando hasta altas horas de la madrugada. El escritor confiaba en que, algún día, cuando lograran resolver el caso de su madre y el muro se derrumbase, ambos podrían disfrutar plenamente de esos momentos.
Entorno al mediodía Ryan obtuvo la información de los técnicos respecto al móvil de Parker. Tras el examen habían determinado que la llamada se realizó desde un móvil de prepago imposible de localizar. En cuanto al registro del despacho de Parker, encontraron una pequeña cámara junto a una estantería pero de nuevo la investigación resultó en vano, estancándose en un callejón sin salida cuando descubrieron que la asesina había empleado la señal Wifi de un concurrido centro comercial.
Caía la tarde cuando recibieron una visita en comisaría, completamente inesperada para el escritor, su ex-mujer y editora; Gina. Apareció acompañada de otra mujer, trajeada y elegante. Camino directamente hasta el escritor sin mediar palabra con los demás policías
—Hola Rick, esta es Brenda Johnson— saludó Gina presentando a su acompañante —Va a ocuparse del reportaje—
— ¿Qué reportaje? — preguntó Castle con una mezcla de enfado y confusión
—Hemos firmado un contrato con su periódico para cubrir todo el desarrollo del caso sobre Nikki Heat— explicó ella
—Dime que es una broma… ¡y además quieres hacer público que la asesina utiliza el nombre de la protagonista de mis libros! ¿No se te ha ocurrido pensar en las consecuencias?— Castle mascullaba furioso
—Claro que sí. Estamos a punto de publicar tu nueva novela y ahora aparece esta asesina. Es una oportunidad única, las ventas se dispararán— exclamó Gina casi soñando con la suma de dinero que acumularían
—Siento interrumpir la reunión— interfirió Beckett antes de que Castle pudiera replicar —Pero esto es un caso de la policía de Nueva York y ustedes no están autorizadas—
—En realidad…si lo están— Gates salió de su despacho para intervenir en la conversación —Tanto la policía como la comisaría necesitan buena prensa de cara al público, y confió en que la señora Johnson se encargará de eso— la capitana saludó a la periodista y ambas desaparecieron tras la puerta de su despacho
—Está bien Gina, comprendo que las cosas entre nosotros no acabaron bien, pero esta no es forma de vengarse— farfulló el escritor
—Rick, piensa en el dinero que ganaremos con esto, qué importa lo demás— respondió ella
— ¿Qué importa? ¡Hay gente muriendo Gina! ¡Cada minuto estos teléfonos podrían sonar anunciando una nueva víctima mientras tú te preocupas en llenar tus bolsillos!— Castle se marchó de aquel lugar, demasiado enojado como para seguir mirando a la cara a aquella mujer con la que una vez compartió su cama.
Beckett lanzó una mirada de rabia a la editora y echó a correr tras el escritor. Lo encontró en la sala de descanso, preparando un café. En cuanto Castle vio a su compañera comenzó a preparar otro
—Vaya Castle, empiezas a pensar como un autentico poli— bromeó ella para descargar el ambiente
—Todo esto es culpa mía— Castle bajo la mirada decepcionado
—Vamos, hemos lidiado con asesinos, terroristas y bombas; creo que podremos soportar a una periodista— rió Beckett
—Supongo que sí— Castle esbozó una leve sonrisa
— ¿Qué te parece si lo dejamos para mañana? Se está haciendo tarde, esta noche cocino yo— sugirió la inspectora animando a su compañero a regresar al apartamento.
El escritor asintió con la cabeza y juntos abandonaron la comisaría. Aquella noche compartieron la velada con Martha y Alexis. La joven habló sobre sus planes de estudiar en Stanford y Beckett proporcionó multitud de consejos sobre la vida universitaria. Castle escuchaba atento el relato, esperando que en algún momento la inspectora incluyera fiestas desenfrenadas bañadas en alcohol. Decidieron acostarse pronto tras el duro día de trabajo para despertarse a la mañana siguiente con renovadas fuerzas.
Beckett acudió sola a comisaría en esta ocasión, pues el escritor aseguraba tener un plan entre manos que requería su estancia en el apartamento. La inspectora se encontraba repasando los detalles del caso cuando Esposito y Ryan aparecieron tras las puertas del ascensor de la comisaría. Parecían agitados y cargaban con varios bártulos cuidadosamente empaquetados. Se dirigieron rápidamente hasta la pizarra donde trabajaba Beckett, paseando nerviosa con una mano en la barbilla y la otra en el codo.
— ¿Tenéis algo chicos? — saludo la inspectora
—Después de comprobar que Adison no era la asesina se nos ocurrió volver a su casa para registrarla— explicó Esposito
—Hemos encontrado esto— continuó Ryan, extrayendo una de las bolsas transparentes que contenía botes de medicamentos prácticamente llenos —Estaban en la basura. Es Lorazepam—
—Creemos que pudo ser lo que usaron para drogar a las víctimas del segundo asesinato— añadió Esposito
—Buen trabajo— les felicitó Beckett —Encontrad la farmacia donde se vendió—
— ¿Tu no vienes? — preguntaron los detectives extrañados
—Castle me acaba de llamar para que que vaya a su apartamento, dice que tiene algo que puede ayudarnos con el caso— explicó Beckett mientras se preparaba para dejar la comisaría —Seguid esta pista a ver donde nos lleva—
Ambos asintieron con la cabeza antes de sentarse en sus respectivos escritorios. Ryan se puso en contacto con las autoridades sanitarias, intentando localizar el establecimiento donde se distribuyó el medicamento basándose en el número de lote. Espósito por su parte decidió llamar a Lanie para informarle del nuevo descubrimiento
—Hola Chica— saludó el detective a su novia
—Estoy trabajando Javi— respondió rápidamente la doctora —Aunque cuando acabe podríamos ir a mi casa…— sugirió con tono seductor
—Te llamo por el caso— interrumpió Espo —Hemos encontrado en casa de la sospechosa un bote de… Lorazepam—el detective pronunció el nombre del medicamento con dificultad leyéndolo del bote — ¿Puedes confirmar si lo utilizaron con las victimas?—
—Encontré dosis elevadas de benzodiacepinas junto con el alcohol. Y teniendo en cuenta el tiempo que estuvieron dormidos yo diría que utilizaron alguna forma de duración media como el Lorazepam— aseguró Lanie
— ¿Y puedes decirme donde lo vendieron? — preguntó el detective al tiempo que preparaba papel y lápiz para anotar
—Por supuesto, ahora lo paso por uno de mis aparatos y me dirá nombres y direcciones… ¡Pues claro que no Javi! Esas cosas solo funcionan en la tele— exclamó Lanie —Lo que te puedo decir es que esta clase de medicamentos tienen un control exhaustivo y solo se venden con receta. Además la farmacia tiene que guardar una copia en la que podréis encontrar información de quien lo comprara—
— ¿Como sabes eso?— comentó Esposito sorprendido
—Soy médico ¿recuerdas? — protestó Lanie
—Mmm… podrías recordármelo esta noche, doctora—añadió el detective en tono juguetón.
Tras despedirse y colgar el teléfono Espósito se giró para compartir su información con Ryan. Para su sorpresa su compañero se encontraba sentado sobre la mesa, mirándolo con una sonrisa.
—Asique vais en serio— comentó Ryan después de haber escuchado la conversación entera — ¿Para cuándo vuestra boda?—
—No menciones eso tío— replicó Espo negando con la cabeza
Ryan no pudo evitar reír por la actitud de su compañero antes de bajar de la mesa de un salto. Cogió una tarjeta de su escritorio y se la entregó a Espósito; contenía la dirección de la farmacia. Ambos detectives se pusieron en marcha sin cavilaciones.
De vuelta en el Loft de Castle, el escritor condujo a su compañera hasta el despacho. Allí había instalado un dispositivo para conectar el ordenador a la pantalla del televisor
—Espero que no me hayas hecho venir para ver una película— bromeó Beckett
—No, he pensado que tener un perfil de la asesina podría ser útil— explicó Castle mientras alcanzaba el mando para encender el televisor —Asique he contactado con alguien que podría ayudarnos
— ¿Ayudarnos con un perfil? ¿Cómo un psicólogo? —Beckett se mostraba confundida
—Bueno, yo no lo diría así…—se defendió Castle
— ¡Espero que no hayas llamado a esa amiguita psicóloga tuya!— Exclamó Beckett enfadada y un tanto celosa —Te he dicho muchas veces que no puedes compartir información de nuestros casos con otras personas. ¡Como se entere Gates! —
Castle sonrió por la reacción de su compañera y activó el televisor. Beckett intentó continuar con la reprimenda cuando la voz de la mujer que apareció en la pantalla la interrumpió
—Inspectora Beckett, señor Castle. Me alegro de veros— comenzó la mujer, trajeada y sonriente a pesar de su aire de seriedad
—Agente Jordan Shaw— saludó Beckett al reconocerla —Esperaba verte en circunstancias mejores—
—Yo también Kate— contestó ella —Pero no hay tiempo que perder. Castle ya me ha informado de todo lo referente al caso—
Beckett sonrió mirando de reojo a su compañero, quien asentía orgulloso
—He de decir que tenéis entre manos un caso complicado. La asesina parece una mujer astuta y meticulosa— explicó Shaw
—Por no hablar del trastorno de personalidad—
—Creí que solo utilizaba el nombre para llamar nuestra atención— comentó Castle
—Puede que fuera así en un principio, pero vuestra última conversación… parece indicar que realmente cree ser Nikki Heat—
—¿Entonces buscamos a alguien como Scott Dunn? ¿Alguien que confunde la realidad con la ficción?— preguntó Beckett al recordar el caso en el que conocieron a la agente del FBI
—No estoy segura. Para Scott Dunn enfrentarse a Nikki Heat era un juego, una parte de su propia historia. En cambio esta mujer confunde su propia identidad, pero es consciente del origen de Nikki Heat. Creo que se considera el personaje de una novela que ha cobrado vida. El primer asesinato pudo ser un detonante, como si hubiera despertado una crisis de personalidad en ella y con cada nueva víctima Nikki Heat se volviera más real—
—Llevo mucho tiempo escribiendo sobre asesinos y creo que esta disfruta matando— sugirió Castle con un tono grave
—Como ya he dicho, siente que cada asesinato reafirma su verdadera identidad. Pero ser Nikki Heat no es suficiente, quiere que los demás lo sepan, por eso elimina criminales y trata de llegar hasta vosotros. De algún modo intenta instaurar su propio sentido de la justicia— continuó la agente Shaw
—Pues tenemos que encontrarla cuanto antes, cada vez que seguirnos alguna pista aparecen más personas vinculadas al caso— añadió la inspectora
—No es de extrañar, este tipo de personas suelen ser provocadoras, seductoras y muy manipuladoras. Con sus cualidades y el motivo de sus crímenes no le será difícil encontrar seguidores— explicó Shaw
— ¿Crees que alguno de estos…fanáticos podría ayudarnos a resolver el caso?— Beckett se mostraba cada vez más preocupada con el caso
—Lo dudo, por lo que he podido comprobar la asesina cuenta con una elevada inteligencia. Ha planeado el crimen minuciosamente, contando con cada posibilidad. Cualquiera que pudiera ayudaros ya estará muerto o silenciado…— Beckett suspiró al oír esas palabras, recordando cómo se vio obligada a dispara a Parker —Sin embargo, esa obsesión por los detalles es también su punto débil—
Ambos apremiaron a la agente Shaw para continuar con la explicación
—Calcula cada paso con ingenio, rozando casi el trastorno compulsivo y eso la hace inflexible. Estoy segura de que tendrá una… marcada sensibilidad los… contratiempos. En otras palabras, si algo no sale como había planeado se sentirá frustrada y puede que cometa algún error—
—Voy a ver qué información encuentro sobre el trastorno obsesivo compulsivo— sugirió Castle abandonando la sala rápidamente antes de que alguna de las mujeres pudiera intervenir
—Sigue teniendo la atención de un perro— bromeó Beckett provocando la risa de la agente Shaw
—Ahora que estamos solas ¿Os habéis acostado ya Castle y tú? — preguntó Jodan directamente antes de que Beckett pudiera reaccionar
—No, aun no— respondió Beckett. En esta ocasión sus labios fueron más rápidos que sus pensamientos y tardó unos segundos en percatarse de lo que había dicho. Se ruborizó y bajó la mirada avergonzada
—Ya entiendo… entonces te sugiero que lo pospongas hasta que hayáis resulto este caso. No sé cómo podría reaccionar la asesina si te viera como una competidora— sugirió la agente del FBI antes de despedirse por el momento
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—Esta es la dirección— dijo Ryan tras comprobar la calle y el número junto a la fachada de la farmacia
Espósito asintió y ambos detectives entraron en el establecimiento. Aprovecharon para observar a su alrededor en busca de cualquier indicio sospechoso mientras el encargado despechaba a los pocos clientes. Cuando hubo terminado se acercaron hasta el mostrador mientras sacaban sus placas.
—Detectives Ryan y Espósito— se presentaron ellos
—Frank Stewart, ¿en qué puedo ayudarles? — respondió el farmacéutico
—Estamos investigando un caso de homicidio— explicó Ryan al tiempo que su compañero mostraba la bolsa con pruebas
—Creemos que el culpable compró los medicamentos en esta farmacia ¿Puede traernos el registro de recetas para comprobarlo?
— continuó Espo tomando el relevo
—Sí, disculpen un momento mientras voy a por ello— se excusó el hombre antes de entrar en la trastienda de la farmacia
Unos segundos después escucharon un gran estrepito causado por la caída de varias estanterías con medicamentos. En mitad del revuelo distinguieron unos pasos apresurados, el farmacéutico intentaba huir. Los detectives se pusieron rápidamente en marcha para atrapar al hombre. Esposito saltó el mostrador ágilmente mientras gritaba a su compañero para que rodeara el edificio cortando la huida.
Espósito trató orientarse torpemente por el almacén, esquivando los medicamentos desperdigados por el suelo. Cuando logró dar con la puerta trasera por la que Frank había escapado se encontró con su compañero sujetando al sospechoso para esposarlo
—Desde que estas con Lanie has perdido facultades— bromeó Ryan mientras cerraba las esposas sobre las muñecas del farmacéutico
—Eso era un laberinto. La próxima vez me pido ir por fuera— replico Espósito tras recobrar el aliento
— ¡Yo no he hecho nada, lo prometo! — exclamó el hombre forcejeando
—Tranquilo, en comisaría tendrás tiempo de explicarnos porque huías— comentó Espo en tono burlón antes de leerle sus derechos
Cuando llegaron al recinto junto con el sospechoso Beckett y Castle ya habían regresado de su conversación con Shaw.
Decidieron que la inspectora y su imaginativo compañero se encargaran del interrogatorio no sin antes recopilar el historial del farmacéutico.
Entraron en la habitación con seriedad mientras Ryan y Espósito observaban tras el cristal. En el interior encontraron a un hombre de unos treinta años, vestido con una camisa y vaqueros, algo simple y sin parafernalias. Frank había dejado la bata en un rincón y esperaba en la silla, moviéndose intranquilo. Para su sorpresa la expresión de aquel hombre mostraba incertidumbre, miedo. Algo poco propio de un cómplice de triple homicidio.
—Hemos comprobado el registro de las recetas— comenzó Beckett rompiendo el silencio para tomar la iniciativa —Esta es la que corresponde a los medicamentos vinculados al caso— le mostró una copia de dicha receta —Todos los nombres y direcciones que aparecen son falsos—
— ¿Sigue diciendo que es inocente? — preguntó Castle para enfatizar los argumentos
— ¡Sí, lo soy! ¡Tienen que creerme! — exclamó el hombre asustado
—Tenemos una receta falsificada y sus huellas en el bote de Lorazepam que utilizaron para drogar a tres víctimas, me cuesta creer que sea usted inocente— continuó Beckett con determinación acercándose al sospechoso
La inspectora esperó unos segundos en silencio antes de retomar el interrogatorio
— ¿Donde estaba hace tres días entre las once y las dos de la noche?— preguntó Beckett, refiriéndose a la hora que Lanie había determinado para el segundo asesinato
—En casa como mi mujer y mis dos hijos— respondió el hombre tembloroso —Puedes preguntarle también al portero de mi edificio—
—Lo comprobaremos— asintió Beckett. En la sala de observación Ryan se puso en marcha para corroborar la coartada
— ¿Cómo puede llegar un hombre de su edad, casado y con hijos a enfrascarse en un caso así?— para Castle la historia carecía de sentido
—No…no tuve elección— titubeó el hombre bajando la mirada
—Hágase un favor y cuéntenos que paso— demandó Beckett, deseosa de encontrar la pista que pudiera conducirles a la asesina
—No puedo… ¡Ella dijo que me mataría si contaba algo! —exclamó el hombre con un hilillo de voz
La inspectora y el escritor compartieron una breve pero intensa mirada triunfal y Beckett extrajo una fotografía del video del primero asesinato
— ¿“Ella” podría ser esta mujer? — preguntó acercándole la imagen
Ninguno de los dos necesitó que el hombre contestara, pues su expresión de pánico le delataba
—Si nos cuenta la verdad podemos pedir al fiscal que alegue coacción, de lo contrario…se enfrentará a un cargo de cómplice en un triple homicidio— propuso Beckett en tono amistoso
El hombre caviló durante unos segundos y finalmente se derrumbó
—Está bien, está bien. Esa mujer apareció una noche en la farmacia pidiéndome los medicamentos a punta de pistola— comenzó el hombre —Verán…cometí muchos errores en mi juventud y pasé una temporada en la cárcel por fabricar metanfetaminas… Después de unos años creía haber dejado todo eso atrás, pero de algún modo ella lo sabía… conocía mi pasado. He leído los periódicos inspectora, se lo que esa mujer le hace a los delincuentes. A mí me ofreció… perdonarme la vida a cambio de falsificar la receta y proporcionarlo lo que quería— exclamó el farmacéutico rompiendo a llorar de desesperación —No…no pude negarme—
—Si es una víctima más de todo esto le sugiero que colabore en todo lo posible— añadió Beckett cuando el hombre se hubo sosegado
—Lo…lo que necesite inspectora— balbuceó
—Estos tres hombres fueron arrojados a una verja electrificada, encontramos altos niveles de alcohol junto con el somnifero— explicó mostrándole las imágenes de las victimas — ¿Sabe cómo pudo hacerlo la mujer de la que habla?—
El hombre se enjuagó las lágrimas, dispuesto a proporcionarles toda la información posible
—La mezcla de alcohol y benzodiacepinas tiene muchos efectos. Con la dosis adecuada podría sedar a una persona durante unas horas. Cuando se despertaran los medicamentos seguirían teniendo ciertos efectos, se encontrarían somnolientos, desorientados y con una grave falta de equilibrio—
—Por último ¿Cree que podría describirle la asesina a un dibujante? —
—Me…me temo que no— el hombre negó con la cabeza —Llevaba un antifaz… como una de esas máscaras de carnaval—
Beckett frunció el ceño confundida
— ¿Y cómo supo que era ella?— comentó el escritor
—Usted no la ha visto señor Castle. Es como… si a su alrededor el miedo se hiciera algo solido…tangible…algo que no te deja respirar…—
—Bien, gracias por su colaboración. Comprobaremos su coartada— concluyó Beckett antes de levantarse
—Por favor, no pueden dejarme en libertad. Ella me encontrará— exclamó el hombre asustado
Castle y Beckett compartieron otra mirada de aprobación
— ¿Por qué íbamos a hacer eso? Ha falsificado usted una receta y tendremos que retenerle durante un tiempo. Con este lio no creo que podamos ponernos con su caso hasta que hayamos atrapado a la asesina— explicó la inspectora
— ¿Su mujer y sus hijos tienen donde ir? — añadió el escritor
—Sí… pueden pasar una temporada en casa de mi hermana, fuera de la ciudad—
—Explíqueles la situación, puede usar mi teléfono— sugirió Castle cediéndole el móvil
Una vez finalizado el interrogatorio, Beckett volvió a su escritorio acompañada del escritor. Ambos resoplaban frustrados por no haber avanzado con el caso
— ¿Y ahora qué?— preguntó Castle apoyando un codo sobre la mesa
—Ahora toca esperar, los chicos están investigando sobre el corte de la corriente eléctrica, a ver si tenemos más suerte que esta vez— explicó Beckett mientras recogía una carpeta
Castle permaneció en silencio mientras la inspectora comenzaba a rellenar el informe
—Solo tengo papeleo…puedes irte a casa— comentó Beckett levantando la mirada de los papeles por un momento
— ¿Seguro?—
—Si Castle, yo solo tardaré un par de horas— asintió ella
Castle se levanto de un salto emocionado, como un chiquillo antes de abrir sus regalos
—Voy a preparar una cena a la que no podrás resistirte— anunció risueño
Beckett dejó los informes por un momento y contestó dedicándole una tierna sonrisa al escritor. Castle cogió su abrigo, nervioso y alegre, corriendo hasta el ascensor. Empezó a pulsar el botón una y otra vez como un niño intranquilo, provocándole una pequeña risilla a la inspectora que contemplaba la escena desde su puesto de trabajo
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Continua en el siguiente mensaje
Tambien decir que es la primera vez que intento una escena de contenido erótico y que seguramente después querreis matarme pero espero crítricas sobre el tema para poder mejorar
Como siempre gracias a todos los que leeis y comentais, y espero que os guste
Aviso al lector: este capítulo incluye escenas de violencia y/o sexo, léase bajo su propia responsabilidad
Capítulo 9: Heat me up. Parte 1
En capítulos anteriores…
Al otro de la línea se escuchó una voz fría, pausada y segura. Una voz capaz de helar la sangre y desbocar el corazón
—Hola inspectora—
Beckett no preciso de más de un segundo para reconocer la voz que aparecía en el video del primer asesinato. Se produjo el silencio durante unos instantes mientras Beckett trataba de estudiar la respiración que se escuchaba al otro lado del teléfono. Castle miraba a su alrededor confundido, sintiéndose observado.
— ¿Quién eres? — preguntó Beckett con un hilo de voz que marcaba seguridad y decisión
—Es curioso, el último que me preguntó eso acabó con un disparo en la cabeza— respondió la mujer sin abandonar su tono calmado —Ya sabes quién soy— añadió tras una pausa
— ¿Cuál es tu verdadero nombre? — continuó Beckett sin inmutarse.
—Pregúntale a Richard Castle, él me lo dio— exclamó la mujer
—No conozco a ningún Richard Castle— mintió Beckett
—Por favor inspectora, no me hagas reír— contestó rápidamente la voz dejando escapar una leve carcajada —Se que está ahí contigo—
—Si nos estás viendo sabrás que Parker está muerto…siento haberte fastidiado el plan— tanteó la inspectora
— ¿Fastidiado? No, todo marcha según lo previsto— la respuesta de la misteriosa mujer sorprendió a Beckett —Es una pena que tuviera que morir, me lo pase muy bien…convenciéndole. Pero Parker solo era un peón en todo esto—
— ¿Qué es lo que quieres?— preguntó Beckett manteniendo el tono de seriedad
—Advertirte inspectora— exclamó ella —Es hora de que dejes la pistola y la placa, la verdadera justicia ha llegado a esta ciudad y tú quedaras…fuera de juego— rió la asesina al otro lado del teléfono
—Eso ya lo veremos— contestó Beckett con determinación
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Tras la conversación con la asesina decidieron informar de la situación antes de abandonar el edificio. Los técnicos comenzaron pronto con el examen del despacho en busca de cualquier indicio que pudiera ayudar con el caso. Con la muerte de Parker su mejor baza para resolver el caso se había esfumado.
Después de esclarecer los hechos, Castle y Beckett regresaron a comisaría para poner a Gates al corriente sobre las amenazas de la asesina. La capitana pronto comprendió la gravedad del asunto y tomó una decisión.
—Les pondré protección enseguida— Gates no permitiría que el caso deteriorase la imagen de la policía, y perder a uno de sus detectives a manos de una asesina a la que no podían atrapar no causaría buena impresión —Voy a asignarles una unidad a cada uno—
— ¿Una unidad? Usted no ha visto de lo que es capaz esa mujer— protestó Castle con frustración
—No tenemos más efectivos señor Castle— aseguró Gates
—Entonces asigne las dos unidades a una sola vivienda. Mi apartamento es grande y hay sitio de sobra para Beckett— propuso el escritor con cierto tono de desesperación
— ¿De verdad cree que voy a permitir que unos de mis detectives…— exclamó Gates autoritaria antes de que la inspectora la interrumpiera
—A decir verdad estoy de acuerdo con Castle— contestó de pronto Beckett para sorpresa de ambos —Será más fácil protegernos estando bajo el mismo techo y además yo estoy armada—
La capitana de la 12th vaciló un momento y finalmente cedió a la sugerencia
—Confiaré en su criterio como policía. A pesar de sus… evidentes dificultades para seguir la cadena de mando, es usted mi mejor detective— Gates se sentó y tomó el teléfono para solicitar la protección de inmediato
—Gracias señor— añadió Beckett como muestra de gratitud
—No lo tome como un cumplido sino como una advertencia inspectora. Tenemos entre manos un caso muy importante, lo último que necesito es que ustedes pierdan el tiempo con uno de sus jueguecitos—
Tras la conversación con Gates decidieron pasar por el apartamento de Beckett para recoger algo de ropa. Una vez en el loft de Castle, Alexis ayudo a la inspectora a instalarse en la habitación de invitados mientras el escritor explicaba la situación a su madre. Ambas aprobaron la estancia de Beckett en el apartamento, y se mostraron de acuerdo con que era lo más seguro para todos.
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El día siguiente transcurrió con gran ajetreo en la comisaría. Los detectives trataban de averiguar la conexión de Parker con el asesinato. Adison se negaba a colaborar, aunque reaccionó con sorpresa cuando le mostraron la fotografía del detective de narcóticos.
Pronto concluirían las primeras 48 horas tras el asesinato y con ellas se esfumaría muchas de las pruebas. Tan solo dos piezas del complejo puzle se encontraban en el lugar apropiado. La joven había suministrado los somníferos a las víctimas y con ayuda de Parker las había cargado en un vehículo, pero el rastro de la asesina se perdía en ese punto.
Todos coincidían en que la información privilegiada del detective acerca de los objetivo representaba una pilar clave en la planificación del crimen. Aún quedaban muchos hechos por esclarecer y detalles por encajar. Demasiados interrogantes, y el tiempo corría en su contra.
Beckett pensó que en algún momento se arrepentiría de haber aceptado la propuesta de Castle, achacando sus palabras a un estado de locura transitoria. Sin embargo el apartamento era lo suficientemente amplio como para mantener su intimidad, y el escritor le había cedido espacio sin inmiscuirse en sus asuntos. Martha y Alexis aceptaban a Kate con emoción a pesar de las circunstancias, por lo que se sentía acogida y segura
Castle por su parte adoraba las escenas cotidianas con la inspectora. La noche en que ella se instaló en el apartamento ninguno de los dos pudo conciliar el sueño debido a las amenazas de la asesina, por lo que decidieron ver una película. Pasaron horas sentados el uno junto al otro, riendo y hablando hasta altas horas de la madrugada. El escritor confiaba en que, algún día, cuando lograran resolver el caso de su madre y el muro se derrumbase, ambos podrían disfrutar plenamente de esos momentos.
Entorno al mediodía Ryan obtuvo la información de los técnicos respecto al móvil de Parker. Tras el examen habían determinado que la llamada se realizó desde un móvil de prepago imposible de localizar. En cuanto al registro del despacho de Parker, encontraron una pequeña cámara junto a una estantería pero de nuevo la investigación resultó en vano, estancándose en un callejón sin salida cuando descubrieron que la asesina había empleado la señal Wifi de un concurrido centro comercial.
Caía la tarde cuando recibieron una visita en comisaría, completamente inesperada para el escritor, su ex-mujer y editora; Gina. Apareció acompañada de otra mujer, trajeada y elegante. Camino directamente hasta el escritor sin mediar palabra con los demás policías
—Hola Rick, esta es Brenda Johnson— saludó Gina presentando a su acompañante —Va a ocuparse del reportaje—
— ¿Qué reportaje? — preguntó Castle con una mezcla de enfado y confusión
—Hemos firmado un contrato con su periódico para cubrir todo el desarrollo del caso sobre Nikki Heat— explicó ella
—Dime que es una broma… ¡y además quieres hacer público que la asesina utiliza el nombre de la protagonista de mis libros! ¿No se te ha ocurrido pensar en las consecuencias?— Castle mascullaba furioso
—Claro que sí. Estamos a punto de publicar tu nueva novela y ahora aparece esta asesina. Es una oportunidad única, las ventas se dispararán— exclamó Gina casi soñando con la suma de dinero que acumularían
—Siento interrumpir la reunión— interfirió Beckett antes de que Castle pudiera replicar —Pero esto es un caso de la policía de Nueva York y ustedes no están autorizadas—
—En realidad…si lo están— Gates salió de su despacho para intervenir en la conversación —Tanto la policía como la comisaría necesitan buena prensa de cara al público, y confió en que la señora Johnson se encargará de eso— la capitana saludó a la periodista y ambas desaparecieron tras la puerta de su despacho
—Está bien Gina, comprendo que las cosas entre nosotros no acabaron bien, pero esta no es forma de vengarse— farfulló el escritor
—Rick, piensa en el dinero que ganaremos con esto, qué importa lo demás— respondió ella
— ¿Qué importa? ¡Hay gente muriendo Gina! ¡Cada minuto estos teléfonos podrían sonar anunciando una nueva víctima mientras tú te preocupas en llenar tus bolsillos!— Castle se marchó de aquel lugar, demasiado enojado como para seguir mirando a la cara a aquella mujer con la que una vez compartió su cama.
Beckett lanzó una mirada de rabia a la editora y echó a correr tras el escritor. Lo encontró en la sala de descanso, preparando un café. En cuanto Castle vio a su compañera comenzó a preparar otro
—Vaya Castle, empiezas a pensar como un autentico poli— bromeó ella para descargar el ambiente
—Todo esto es culpa mía— Castle bajo la mirada decepcionado
—Vamos, hemos lidiado con asesinos, terroristas y bombas; creo que podremos soportar a una periodista— rió Beckett
—Supongo que sí— Castle esbozó una leve sonrisa
— ¿Qué te parece si lo dejamos para mañana? Se está haciendo tarde, esta noche cocino yo— sugirió la inspectora animando a su compañero a regresar al apartamento.
El escritor asintió con la cabeza y juntos abandonaron la comisaría. Aquella noche compartieron la velada con Martha y Alexis. La joven habló sobre sus planes de estudiar en Stanford y Beckett proporcionó multitud de consejos sobre la vida universitaria. Castle escuchaba atento el relato, esperando que en algún momento la inspectora incluyera fiestas desenfrenadas bañadas en alcohol. Decidieron acostarse pronto tras el duro día de trabajo para despertarse a la mañana siguiente con renovadas fuerzas.
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Beckett acudió sola a comisaría en esta ocasión, pues el escritor aseguraba tener un plan entre manos que requería su estancia en el apartamento. La inspectora se encontraba repasando los detalles del caso cuando Esposito y Ryan aparecieron tras las puertas del ascensor de la comisaría. Parecían agitados y cargaban con varios bártulos cuidadosamente empaquetados. Se dirigieron rápidamente hasta la pizarra donde trabajaba Beckett, paseando nerviosa con una mano en la barbilla y la otra en el codo.
— ¿Tenéis algo chicos? — saludo la inspectora
—Después de comprobar que Adison no era la asesina se nos ocurrió volver a su casa para registrarla— explicó Esposito
—Hemos encontrado esto— continuó Ryan, extrayendo una de las bolsas transparentes que contenía botes de medicamentos prácticamente llenos —Estaban en la basura. Es Lorazepam—
—Creemos que pudo ser lo que usaron para drogar a las víctimas del segundo asesinato— añadió Esposito
—Buen trabajo— les felicitó Beckett —Encontrad la farmacia donde se vendió—
— ¿Tu no vienes? — preguntaron los detectives extrañados
—Castle me acaba de llamar para que que vaya a su apartamento, dice que tiene algo que puede ayudarnos con el caso— explicó Beckett mientras se preparaba para dejar la comisaría —Seguid esta pista a ver donde nos lleva—
Ambos asintieron con la cabeza antes de sentarse en sus respectivos escritorios. Ryan se puso en contacto con las autoridades sanitarias, intentando localizar el establecimiento donde se distribuyó el medicamento basándose en el número de lote. Espósito por su parte decidió llamar a Lanie para informarle del nuevo descubrimiento
—Hola Chica— saludó el detective a su novia
—Estoy trabajando Javi— respondió rápidamente la doctora —Aunque cuando acabe podríamos ir a mi casa…— sugirió con tono seductor
—Te llamo por el caso— interrumpió Espo —Hemos encontrado en casa de la sospechosa un bote de… Lorazepam—el detective pronunció el nombre del medicamento con dificultad leyéndolo del bote — ¿Puedes confirmar si lo utilizaron con las victimas?—
—Encontré dosis elevadas de benzodiacepinas junto con el alcohol. Y teniendo en cuenta el tiempo que estuvieron dormidos yo diría que utilizaron alguna forma de duración media como el Lorazepam— aseguró Lanie
— ¿Y puedes decirme donde lo vendieron? — preguntó el detective al tiempo que preparaba papel y lápiz para anotar
—Por supuesto, ahora lo paso por uno de mis aparatos y me dirá nombres y direcciones… ¡Pues claro que no Javi! Esas cosas solo funcionan en la tele— exclamó Lanie —Lo que te puedo decir es que esta clase de medicamentos tienen un control exhaustivo y solo se venden con receta. Además la farmacia tiene que guardar una copia en la que podréis encontrar información de quien lo comprara—
— ¿Como sabes eso?— comentó Esposito sorprendido
—Soy médico ¿recuerdas? — protestó Lanie
—Mmm… podrías recordármelo esta noche, doctora—añadió el detective en tono juguetón.
Tras despedirse y colgar el teléfono Espósito se giró para compartir su información con Ryan. Para su sorpresa su compañero se encontraba sentado sobre la mesa, mirándolo con una sonrisa.
—Asique vais en serio— comentó Ryan después de haber escuchado la conversación entera — ¿Para cuándo vuestra boda?—
—No menciones eso tío— replicó Espo negando con la cabeza
Ryan no pudo evitar reír por la actitud de su compañero antes de bajar de la mesa de un salto. Cogió una tarjeta de su escritorio y se la entregó a Espósito; contenía la dirección de la farmacia. Ambos detectives se pusieron en marcha sin cavilaciones.
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De vuelta en el Loft de Castle, el escritor condujo a su compañera hasta el despacho. Allí había instalado un dispositivo para conectar el ordenador a la pantalla del televisor
—Espero que no me hayas hecho venir para ver una película— bromeó Beckett
—No, he pensado que tener un perfil de la asesina podría ser útil— explicó Castle mientras alcanzaba el mando para encender el televisor —Asique he contactado con alguien que podría ayudarnos
— ¿Ayudarnos con un perfil? ¿Cómo un psicólogo? —Beckett se mostraba confundida
—Bueno, yo no lo diría así…—se defendió Castle
— ¡Espero que no hayas llamado a esa amiguita psicóloga tuya!— Exclamó Beckett enfadada y un tanto celosa —Te he dicho muchas veces que no puedes compartir información de nuestros casos con otras personas. ¡Como se entere Gates! —
Castle sonrió por la reacción de su compañera y activó el televisor. Beckett intentó continuar con la reprimenda cuando la voz de la mujer que apareció en la pantalla la interrumpió
—Inspectora Beckett, señor Castle. Me alegro de veros— comenzó la mujer, trajeada y sonriente a pesar de su aire de seriedad
—Agente Jordan Shaw— saludó Beckett al reconocerla —Esperaba verte en circunstancias mejores—
—Yo también Kate— contestó ella —Pero no hay tiempo que perder. Castle ya me ha informado de todo lo referente al caso—
Beckett sonrió mirando de reojo a su compañero, quien asentía orgulloso
—He de decir que tenéis entre manos un caso complicado. La asesina parece una mujer astuta y meticulosa— explicó Shaw
—Por no hablar del trastorno de personalidad—
—Creí que solo utilizaba el nombre para llamar nuestra atención— comentó Castle
—Puede que fuera así en un principio, pero vuestra última conversación… parece indicar que realmente cree ser Nikki Heat—
—¿Entonces buscamos a alguien como Scott Dunn? ¿Alguien que confunde la realidad con la ficción?— preguntó Beckett al recordar el caso en el que conocieron a la agente del FBI
—No estoy segura. Para Scott Dunn enfrentarse a Nikki Heat era un juego, una parte de su propia historia. En cambio esta mujer confunde su propia identidad, pero es consciente del origen de Nikki Heat. Creo que se considera el personaje de una novela que ha cobrado vida. El primer asesinato pudo ser un detonante, como si hubiera despertado una crisis de personalidad en ella y con cada nueva víctima Nikki Heat se volviera más real—
—Llevo mucho tiempo escribiendo sobre asesinos y creo que esta disfruta matando— sugirió Castle con un tono grave
—Como ya he dicho, siente que cada asesinato reafirma su verdadera identidad. Pero ser Nikki Heat no es suficiente, quiere que los demás lo sepan, por eso elimina criminales y trata de llegar hasta vosotros. De algún modo intenta instaurar su propio sentido de la justicia— continuó la agente Shaw
—Pues tenemos que encontrarla cuanto antes, cada vez que seguirnos alguna pista aparecen más personas vinculadas al caso— añadió la inspectora
—No es de extrañar, este tipo de personas suelen ser provocadoras, seductoras y muy manipuladoras. Con sus cualidades y el motivo de sus crímenes no le será difícil encontrar seguidores— explicó Shaw
— ¿Crees que alguno de estos…fanáticos podría ayudarnos a resolver el caso?— Beckett se mostraba cada vez más preocupada con el caso
—Lo dudo, por lo que he podido comprobar la asesina cuenta con una elevada inteligencia. Ha planeado el crimen minuciosamente, contando con cada posibilidad. Cualquiera que pudiera ayudaros ya estará muerto o silenciado…— Beckett suspiró al oír esas palabras, recordando cómo se vio obligada a dispara a Parker —Sin embargo, esa obsesión por los detalles es también su punto débil—
Ambos apremiaron a la agente Shaw para continuar con la explicación
—Calcula cada paso con ingenio, rozando casi el trastorno compulsivo y eso la hace inflexible. Estoy segura de que tendrá una… marcada sensibilidad los… contratiempos. En otras palabras, si algo no sale como había planeado se sentirá frustrada y puede que cometa algún error—
—Voy a ver qué información encuentro sobre el trastorno obsesivo compulsivo— sugirió Castle abandonando la sala rápidamente antes de que alguna de las mujeres pudiera intervenir
—Sigue teniendo la atención de un perro— bromeó Beckett provocando la risa de la agente Shaw
—Ahora que estamos solas ¿Os habéis acostado ya Castle y tú? — preguntó Jodan directamente antes de que Beckett pudiera reaccionar
—No, aun no— respondió Beckett. En esta ocasión sus labios fueron más rápidos que sus pensamientos y tardó unos segundos en percatarse de lo que había dicho. Se ruborizó y bajó la mirada avergonzada
—Ya entiendo… entonces te sugiero que lo pospongas hasta que hayáis resulto este caso. No sé cómo podría reaccionar la asesina si te viera como una competidora— sugirió la agente del FBI antes de despedirse por el momento
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—Esta es la dirección— dijo Ryan tras comprobar la calle y el número junto a la fachada de la farmacia
Espósito asintió y ambos detectives entraron en el establecimiento. Aprovecharon para observar a su alrededor en busca de cualquier indicio sospechoso mientras el encargado despechaba a los pocos clientes. Cuando hubo terminado se acercaron hasta el mostrador mientras sacaban sus placas.
—Detectives Ryan y Espósito— se presentaron ellos
—Frank Stewart, ¿en qué puedo ayudarles? — respondió el farmacéutico
—Estamos investigando un caso de homicidio— explicó Ryan al tiempo que su compañero mostraba la bolsa con pruebas
—Creemos que el culpable compró los medicamentos en esta farmacia ¿Puede traernos el registro de recetas para comprobarlo?
— continuó Espo tomando el relevo
—Sí, disculpen un momento mientras voy a por ello— se excusó el hombre antes de entrar en la trastienda de la farmacia
Unos segundos después escucharon un gran estrepito causado por la caída de varias estanterías con medicamentos. En mitad del revuelo distinguieron unos pasos apresurados, el farmacéutico intentaba huir. Los detectives se pusieron rápidamente en marcha para atrapar al hombre. Esposito saltó el mostrador ágilmente mientras gritaba a su compañero para que rodeara el edificio cortando la huida.
Espósito trató orientarse torpemente por el almacén, esquivando los medicamentos desperdigados por el suelo. Cuando logró dar con la puerta trasera por la que Frank había escapado se encontró con su compañero sujetando al sospechoso para esposarlo
—Desde que estas con Lanie has perdido facultades— bromeó Ryan mientras cerraba las esposas sobre las muñecas del farmacéutico
—Eso era un laberinto. La próxima vez me pido ir por fuera— replico Espósito tras recobrar el aliento
— ¡Yo no he hecho nada, lo prometo! — exclamó el hombre forcejeando
—Tranquilo, en comisaría tendrás tiempo de explicarnos porque huías— comentó Espo en tono burlón antes de leerle sus derechos
Cuando llegaron al recinto junto con el sospechoso Beckett y Castle ya habían regresado de su conversación con Shaw.
Decidieron que la inspectora y su imaginativo compañero se encargaran del interrogatorio no sin antes recopilar el historial del farmacéutico.
Entraron en la habitación con seriedad mientras Ryan y Espósito observaban tras el cristal. En el interior encontraron a un hombre de unos treinta años, vestido con una camisa y vaqueros, algo simple y sin parafernalias. Frank había dejado la bata en un rincón y esperaba en la silla, moviéndose intranquilo. Para su sorpresa la expresión de aquel hombre mostraba incertidumbre, miedo. Algo poco propio de un cómplice de triple homicidio.
—Hemos comprobado el registro de las recetas— comenzó Beckett rompiendo el silencio para tomar la iniciativa —Esta es la que corresponde a los medicamentos vinculados al caso— le mostró una copia de dicha receta —Todos los nombres y direcciones que aparecen son falsos—
— ¿Sigue diciendo que es inocente? — preguntó Castle para enfatizar los argumentos
— ¡Sí, lo soy! ¡Tienen que creerme! — exclamó el hombre asustado
—Tenemos una receta falsificada y sus huellas en el bote de Lorazepam que utilizaron para drogar a tres víctimas, me cuesta creer que sea usted inocente— continuó Beckett con determinación acercándose al sospechoso
La inspectora esperó unos segundos en silencio antes de retomar el interrogatorio
— ¿Donde estaba hace tres días entre las once y las dos de la noche?— preguntó Beckett, refiriéndose a la hora que Lanie había determinado para el segundo asesinato
—En casa como mi mujer y mis dos hijos— respondió el hombre tembloroso —Puedes preguntarle también al portero de mi edificio—
—Lo comprobaremos— asintió Beckett. En la sala de observación Ryan se puso en marcha para corroborar la coartada
— ¿Cómo puede llegar un hombre de su edad, casado y con hijos a enfrascarse en un caso así?— para Castle la historia carecía de sentido
—No…no tuve elección— titubeó el hombre bajando la mirada
—Hágase un favor y cuéntenos que paso— demandó Beckett, deseosa de encontrar la pista que pudiera conducirles a la asesina
—No puedo… ¡Ella dijo que me mataría si contaba algo! —exclamó el hombre con un hilillo de voz
La inspectora y el escritor compartieron una breve pero intensa mirada triunfal y Beckett extrajo una fotografía del video del primero asesinato
— ¿“Ella” podría ser esta mujer? — preguntó acercándole la imagen
Ninguno de los dos necesitó que el hombre contestara, pues su expresión de pánico le delataba
—Si nos cuenta la verdad podemos pedir al fiscal que alegue coacción, de lo contrario…se enfrentará a un cargo de cómplice en un triple homicidio— propuso Beckett en tono amistoso
El hombre caviló durante unos segundos y finalmente se derrumbó
—Está bien, está bien. Esa mujer apareció una noche en la farmacia pidiéndome los medicamentos a punta de pistola— comenzó el hombre —Verán…cometí muchos errores en mi juventud y pasé una temporada en la cárcel por fabricar metanfetaminas… Después de unos años creía haber dejado todo eso atrás, pero de algún modo ella lo sabía… conocía mi pasado. He leído los periódicos inspectora, se lo que esa mujer le hace a los delincuentes. A mí me ofreció… perdonarme la vida a cambio de falsificar la receta y proporcionarlo lo que quería— exclamó el farmacéutico rompiendo a llorar de desesperación —No…no pude negarme—
—Si es una víctima más de todo esto le sugiero que colabore en todo lo posible— añadió Beckett cuando el hombre se hubo sosegado
—Lo…lo que necesite inspectora— balbuceó
—Estos tres hombres fueron arrojados a una verja electrificada, encontramos altos niveles de alcohol junto con el somnifero— explicó mostrándole las imágenes de las victimas — ¿Sabe cómo pudo hacerlo la mujer de la que habla?—
El hombre se enjuagó las lágrimas, dispuesto a proporcionarles toda la información posible
—La mezcla de alcohol y benzodiacepinas tiene muchos efectos. Con la dosis adecuada podría sedar a una persona durante unas horas. Cuando se despertaran los medicamentos seguirían teniendo ciertos efectos, se encontrarían somnolientos, desorientados y con una grave falta de equilibrio—
—Por último ¿Cree que podría describirle la asesina a un dibujante? —
—Me…me temo que no— el hombre negó con la cabeza —Llevaba un antifaz… como una de esas máscaras de carnaval—
Beckett frunció el ceño confundida
— ¿Y cómo supo que era ella?— comentó el escritor
—Usted no la ha visto señor Castle. Es como… si a su alrededor el miedo se hiciera algo solido…tangible…algo que no te deja respirar…—
—Bien, gracias por su colaboración. Comprobaremos su coartada— concluyó Beckett antes de levantarse
—Por favor, no pueden dejarme en libertad. Ella me encontrará— exclamó el hombre asustado
Castle y Beckett compartieron otra mirada de aprobación
— ¿Por qué íbamos a hacer eso? Ha falsificado usted una receta y tendremos que retenerle durante un tiempo. Con este lio no creo que podamos ponernos con su caso hasta que hayamos atrapado a la asesina— explicó la inspectora
— ¿Su mujer y sus hijos tienen donde ir? — añadió el escritor
—Sí… pueden pasar una temporada en casa de mi hermana, fuera de la ciudad—
—Explíqueles la situación, puede usar mi teléfono— sugirió Castle cediéndole el móvil
Una vez finalizado el interrogatorio, Beckett volvió a su escritorio acompañada del escritor. Ambos resoplaban frustrados por no haber avanzado con el caso
— ¿Y ahora qué?— preguntó Castle apoyando un codo sobre la mesa
—Ahora toca esperar, los chicos están investigando sobre el corte de la corriente eléctrica, a ver si tenemos más suerte que esta vez— explicó Beckett mientras recogía una carpeta
Castle permaneció en silencio mientras la inspectora comenzaba a rellenar el informe
—Solo tengo papeleo…puedes irte a casa— comentó Beckett levantando la mirada de los papeles por un momento
— ¿Seguro?—
—Si Castle, yo solo tardaré un par de horas— asintió ella
Castle se levanto de un salto emocionado, como un chiquillo antes de abrir sus regalos
—Voy a preparar una cena a la que no podrás resistirte— anunció risueño
Beckett dejó los informes por un momento y contestó dedicándole una tierna sonrisa al escritor. Castle cogió su abrigo, nervioso y alegre, corriendo hasta el ascensor. Empezó a pulsar el botón una y otra vez como un niño intranquilo, provocándole una pequeña risilla a la inspectora que contemplaba la escena desde su puesto de trabajo
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Última edición por -CM- el Vie Jul 05, 2013 10:50 am, editado 2 veces
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Tal y como había previsto, Beckett llamó a la puerta del apartamento poco después. Para su sorpresa el escritor la recibió acompañada de un perro que rascaba la puerta con las patas, jadeando por la emoción
— ¿Castle, desde cuando tienes un perro? — bromeó Beckett acariciando al animal que se enredaba entre sus piernas
—Uno de los guardias tenía que irse asique he accedido a cuidar de él esta noche— explicó Castle acariciándolo también
Ayudó a su compañera a quitarse el abrigo y lo colgó en el perchero, invitándola a entrar. Beckett aceptó sin dudar, había pasado allí tan solo dos noches pero ya se sentía cómoda y segura, aquel apartamento comenzaba a ser su hogar.
—Que bien huele— exclamó la inspectora al percibir el aroma que emanaba de la cocina
—Es una sorpresa, estará listo en unos minutos— anunció Castle
El perro correteaba entre las piernas del escritor, saltando de vez en cuando para que jugara con él
—Parece que te ha cogido cariño— comentó Beckett mientras se dirigía al sofá
—Es que me aburría mucho esperándote… asique Rex y yo nos hemos divertido un rato—contestó Castle agachando para acariciarlo
—Creía recordar que Rex era un pastor alemán, no un Golden Retriever — rió Beckett — ¿Donde están Martha y Alexis? —
—Han ido a una gala de presentación de los alumnos de la escuela de teatro, no vendrán a cenar— explicó Castle —Hoy tenemos un apartamento libre de pelirrojas—
En ese momento Castle le lanzó un pequeño peluche a la inspectora y ella lo atrapó al vuelo a pesar de la sorpresa. Lanzó una mirada inquisitiva al escritor antes de que el perro se abalanzara cariñosamente sobre ella, subiendo en el sofá de un salto.
—Muy gracioso Castle— se quejó la inspectora con una carcajada mientras trataba de impedir que Rex lamiera toda su cara
—Voy a darme una ducha mientras se termina la cena— anunció el escritor — ¿Podrás encargarte de él?
Beckett se levantó del sofá y después utilizó el peluche para llamar la atención del perro.
—No parece muy difícil— comentó Beckett al comprobar que Rex la seguía
—Es adorable ¿a que si? — rió Castle mirando al perro —Y le encanta que le acaricies entre los ojos. Así — añadió Castle cogiendo con delicadeza la mano de Beckett —Haciendo circulitos con los dedos… suavemente…—
El escritor imitó los movimientos, acariciando lentamente la tersa piel de la inspectora. El corazón de Beckett dio un vuelco al sentir el roce de sus dedos. Los músculos de su mano se relajaron para saborear las caricias de su comapñero. Castle por su parte sentía como el corazón se aceleraba a medida que descubría las reacciones de la inspectora
Beckett alzó la mirada hacia el rostro del escritor y este bajó el ritmo, deseando poder besarla en aquel momento
—Castle…— murmuró la inspectora
—Sí, voy a ducharme— reaccionó él soltando su mano de pronto
Beckett suspiró cuando el escritor hubo abandonado la habitación. Le asaltaban las dudas, las inseguridades, el miedo. Se repetía a sí misma una y otra vez que su relación con Castle debía limitarse a la amistad, sin embargo el roce con la piel del escritor conseguía nublar su razón. No estaba segura de haber podido mantener el control si el escritor hubiera continuado un instante más, y eso le asustaba
Unos minutos más tarde el escritor regresó de su ducha vestido con ropas más cómodas. Castle sirvió los platos que había preparado con esmero e invitó a su musa a sentarse. Vaciló un momento antes de desechar la idea de encender unas velas, pues no sabía cómo podría responder ella.
Juntos compartieron una amena velada acompañados por la deliciosa comida y un buen vino. Durante unas horas olvidaron todo lo referente al caso, sus problemas y sus temores, disfrutando de la conversación. En esos momentos lograban evadirse del mundo, como si nada ni nadie más importase.
Tras varias horas de interminable sobremesa el sueño comenzó a vencerles. Castle se despidió con un bostezó antes de levantarse. Miró a su musa con devoción, deseando poder darle un beso de buenas noches; pero finalmente desechó también esa idea.
Beckett por su parte aprovechó para ducharse y cambiarse. Permaneció largo tiempo bajo las gotas de agua que se precipitaban sobre su cuerpo, pensando en el momento que había compartido con el escritor. Después de agotar sus pensamientos se secó con la toalla que Castle le había prestado, increíblemente suave al tacto.
Se vistió con la ropa apropiada para dormir, unos shorts ajustados que dejaban al descubierto sus sugerentes piernas y una camiseta amplia que caía sobre sus hombros. La inspectora se tumbó sobre la cama y comenzó de nuevo a reflexionar. El calor de finales del verano le resultaba sofocante, asique decidió quitarse el sostén, lanzándolo a una esquina de la habitación. Finalmente el cansancio venció la batalla y Beckett cayó profundamente dormida
Beckett escuchó un ruido al otro lado de la habitación y abrió los ojos desvelada. Cuando se acostumbró a la penumbra de la noche logró distinguir una silueta junto al umbral. Se incorporó lentamente hasta quedar sentada sobre la cama. La figura comenzó a avanzar hacia ella con parsimonia. Caminaba por la sala como una pluma sin que sus pasos produjeran el menor sonido.
— ¿Castle?— murmuró la inspectora creyendo reconocer la figura del escritor, frotándose un ojo aun adormilada.
Él continuó avanzando sin contestar y la imagen se tornaba más nítida a cada instante. Beckett pronto reconoció a su compañero y se dispuso a preguntar el motivo de su aparición. Sin embargo antes de que pudiera entonar alguna palabra Castle posó delicadamente un dedo sobre los labios de la inspectora.
Sus dedos se deslizaron con suavidad a través de su boca, disfrutando a cada instante del tacto de sus deliciosos labios. Beckett se dejó llevar de nuevo por el momento, conteniendo la respiración. El dedo del escritor se detuvo sobre el labio inferior de la inspectora, acariciándolo con ternura. La leve presión logró abrir un minúsculo agujero en su boca que Beckett aprovechó para rozarlo tímidamente con la lengua. Castle continuó descendiendo por los labios de su musa hasta que sus dedos perdieran el contacto con la cálida piel.
A continuación el tiempo se detuvo y sus miradas se encontraron en la oscuridad de la noche. Los ojos de la inspectora ardían con deseo, suplicando a gritos por retomar el contacto con su escritor. Su mirada volaba inquieta por el rostro de su compañero, perdiéndose una y otra vez entre aquellos labios que añoraba desde la primera vez que los probó. Castle vaciló por un instante y luego comenzó a aproximarse hacia ella, inclinándose poco a poco.
Los segundos siguientes avanzaron con lentitud a medida que acortaba la distancia que los separaba. El corazón de la inspectora latía desbocado y su cuerpo permanecía inmóvil, expectante. El escritor la tomó con suavidad por la barbilla para alzar su rostro y en aquel momento ella perdió el control
Sus bocas se abrazaron de nuevo tras meses de espera, tímidamente, con cautela. Beckett cerró los ojos, entregándose por completo a las sensaciones provocadas por el beso del escritor. Castle intentó retirarse, como si temiera haber cometido un grave error, pero ella respondió atrapando su labio inferior entre los dientes con un leve mordisco. No quería dejar escapar aquel delirante sabor que la hacía enloquecer. Él pareció interpretar la reacción de la inspectora y volvió a la carga. Esta vez no había excusas ni miedos, solo pasión.
El segundo lance fue voraz y desenfrenado. Un baile de lenguas que luchaba a estocadas por abrirse paso. Una vorágine de sensaciones que transportaron a la inspectora a un mundo de ensueño. Los brazos de Beckett cobraron vida de nuevo para acariciar el pelo del escritor mientras sus bocas permanecían unidas, separándose únicamente para respirar. El embate de Castle hizo que la inspectora perdiera el equilibrio, aferrándose a la espalda de su compañero para no caer sobre la cama.
Los besos del escritor comenzaron a alejarse de los labios de su musa, viajando a través de su rostro hacia el cuello. Sus manos recorrían los hombros desnudos de la inspectora que la amplia camiseta dejaba al descubierto. Beckett continuaba agarrada a su compañero con tal fiereza que sus uñas comenzaban a marcarse a través de la ropa mientras Castle permanecía con un pie en el suelo y la otra rodilla sobre la cama, luchando por no caer sobre la inspectora.
Los labios del escritor avanzaban por el cuello de su musa, siguiendo la línea de su mandíbula para prestarle especial atención al punto sensible situado junto a la oreja. Beckett comenzó a jadear mientras una descarga eléctrica recorría su cuerpo cada vez que la rugosa lengua del escritor jugaba con su piel. Rozándola lentamente. Saboreándola.
Cruzando la espalda de la inspectora con su mano derecha, Castle apartó el cabello que bloqueaba su avance. Recogió la sinuosa melena de la inspectora entre sus dedos, jugando con la sedosa textura antes de dejarla caer como una cascada sobre su hombro izquierdo. Con el camino libre sus labios ascendieron lentamente hasta la oreja de la inspectora, dibujando con besos su contorno. Castle comenzó a jugar con el lóbulo de su musa, lamiéndolo, mordiéndolo delicadamente, acariciándolo con la lengua
Ella respondió hundiendo su rostro en el pecho del escritor para respirar su embriagador aroma. En aquel momento había olvidado las advertencias de Gates, el consejo de Shaw o las amenazas de la asesina. Sintiendo que aquellas caricias la arrastrarían irrefrenablemente al límite de la cordura, la inspectora dejó escapar un gemido mientras notaba el cálido aliento del escritor junto a su oreja adueñándose de todos sus sentidos.
—Castle… por favor… sigue— susurró suplicándole que continuara
Castle estiró el brazo que le quedaba libre para alcanzar los cojines que la inspectora había retirado previamente de la cama. Los colocó con cuidado junto el cabecero, invitando a su compañera a reclinarse sobre ellos. Tras asegurar la comodidad de la inspectora, Castle se abalanzó sobre la cama. Empleando su mano izquierda para sujetarse, evitando así caer sobre su musa, los cuerpos de ambos quedaron separados por escasos centímetros
Mientras su boca continuaba navegando por el cuello de la inspectora, la mano derecha del escritor comenzó a deslizarse bajo los pliegues de su ropa. Abordó primero su vientre, estudiando la exquisita silueta de su musa con el tacto. La inspectora se lanzó a arrancarle la camiseta a su compañero, pero este la aparto rápidamente, dándole a entender que aquella noche la dedicaría únicamente a su placer. Ella cedió sin cavilaciones, pues las caricias del escritor nublaban su razón y en aquel instante Kate no quería pensar, quería sentir
Las manos comenzaron a ascender lentamente hacia su pecho, acariciando cada palmo, cada centímetro de su piel. Beckett arqueo la espalda entre jadeos, sintiendo todo su cuerpo estremecerse bajo los prodigiosos dedos de su escritor. Comenzó a acariciar sus senos, jugando a su antojo con las reacciones de la inspectora. Los dedos pronto dieron paso a los labios, y el escritor continuó saboreando los pechos de su musa, deleitándose con ellos, alabando con su boca cada rincón de su anatomía.
La atención de las manos Castle voló rauda hasta las sublimes piernas de la inspectora, cubiertas únicamente por los short con los que ella acostumbraba a dormir. Los dedos del escritor se deslizaban por el contorno del cuerpo de Beckett, recorriendo ansiosos el exterior de sus muslos y sus caderas. Su boca comenzó entonces a desandar el camino anterior, concediéndoles una tregua a los pechos de la inspectora. Con su mano izquierda Castle se encargaba de mantener desnudo el torso de su musa al tiempo que sus labios descendían lentamente, besando a cada paso su tersa piel. Mientas, la mano derecha del escritor trazaba sinuosas curvas, aventurándose lentamente hacia el interior de las piernas de Beckett, vaticinando el final.
La boca del escritor saltó del ombligo a las piernas de Beckett. Sus dedos describían círculos y espirales sobre la piel de su musa, mientras sus labios los acompañaban de cerca, besando y acariciando el camino lentamente; prolongando aquella deliciosa tortura a medida que se aproximaban a su destino.
El cómplice silencio de la noche se veía interrumpido por el sonido de los besos y los jadeos de la inspectora que daba rienda suelta a sus gemidos, sintiéndose a punto de estallar. Cautiva de las caricias del escritor, Beckett se aferraba a las sábanas mientras su cuerpo se erizaba, pidiendo sentirle aún más cerca.
Los labios de Castle continuaron besando con suavidad por encima de los shorts de la inspectora. El escritor pudo sentir el palpitante calor que se escondía tras la ropa, a punto de desbordarse. Ella se aferró con firmeza al cabello de su compañero, levantando su rostro para poder mirarle. Incapaz de pronunciar ninguna palabra, la inspectora le rogó con los ojos que culminara aquella larga espera. Él se incorporó sobre la cama, acercándose de nuevo al odio de Beckett. Los dedos del escritor comenzaron deslizarse lentamente bajo la tela, palpando con las yemas la cálida y húmeda piel de su musa.
Castle se aproximó aun más a la oreja de la inspectora. Beckett cerró los ojos, deseando sentirlo finalmente en su interior. Tras unos eternos segundos de espera, la voz del escritor susurró su nombre —Kate…—
De pronto Beckett abrió los ojos sobresaltada. Miró a su alrededor, palpando en busca del escritor; pero no lo encontró. Se incorporó sobre la cama vacía y enterró el rostro entre sus manos, comprendiendo que se trataba tan solo de un sueño. Repitió una y otra vez las palabras en su mente hasta convencerse de que todo era mejor así, de que ella nunca habría perdido el control de ese modo
Se recostó y hundió la nariz en la almohada, quizás con una vaga esperanza de sentir el aroma del escritor de nuevo. Permaneció en esa misma posición durante un tiempo. Se encontraba sofocada y empapada en sudor, con las gotas resbalando por su frente y el corazón aun acelerado. Tardó unos largos minutos en recobrar la compostura hasta que volvió a respirar con normalidad. Su mente luchaba por recuperar el control, pero todo su cuerpo seguía latiendo acalorado, deseando sentir de nuevo al escritor. La inspectora no logró conciliar el sueño en toda la noche.
A la mañana siguiente Castle se despertó un poco tarde, indiferente a los primeros rayos del sol. Se dirigió a la cocina un tanto somnoliento, atraído por el olor del desayuno y las voces de tres mujeres. Su madre, su hija y su musa reían sin parar, retratando una escena cotidiana capaz de competir con las fantasías del escritor.
Beckett se encontraba cocinando junto a la sartén mientras Alexis preparaba el café y Martha entonaba el dialogo de su última obra. Se acercó bostezando al grupo
— Buenos días car…labacita— corrigió rápidamente el escritor y se lanzó a besar a su hija para no levantar sospechas
—Hola Papa— Alexis le devolvió el beso
—Buenos días Castle, el desayuno está casi listo— saludó Beckett con una sonrisa
— ¿Madre, de verdad tenía que ponerte a ensayar a estas horas? Hay gente durmiendo— se quejó el escritor frotándose un ojo
—Siempre has sido un poco dormilón Richard— bromeó ella entonando la frase como si se tratará de una obra de Shakespeare —Deberías traer más veces a Kate, ha cocinado para todos—
Castle sonrió antes de que Beckett legara con la sartén en la mano, preparada para servir. Los cuatro se sentaron en la mesa y repartieron el desayuno
—He hecho Pancakes— anunció la inspectora mientras Castle comenzaba a servir el café
El pequeño grupo compartió el desayuno con jovialidad, preparados para enfrentarse a un nuevo día. Beckett solía comer sola desde que su madre murió y su padre cayó en el alcohol, pero rodeado de aquellas tres personas se sentía arropada. Definitivamente podría acostumbrarse a esa vida, a empezar cada mañana con una sonrisa.
Unos minutos después Beckett recibió una llamada de Ryan y se pusieron en marcha. Se vistieron a toda prisa, dispuestos a seguir la nueva pista que sus compañeros habían encontrado. Castle se despidió de Martha y Alexis, dejándoles al cuidado del perro que aún dormía.
—Hemos investigado sobre el corte de la corriente dado que Adison no pudo hacerlo— comenzó a explicar Ryan una vez llegaron a comisaría
—Al parecer el suministro de la zona puede controlarse desde un puesto que tiene la empresa a un par de kilometro de donde encontramos los cuerpos— continuó Espósito
—Después preguntamos en la empresa para ver quien tendría acceso y resulta que todas las noches hay dos operarios en cada puesto— añadió su compañero
—Scott Silverts y Thomas Gilmore eran los encargados del mantenimiento en ese puesto y…ninguno de los dos ha vuelto al trabajo desde la noche del asesinato— le entregaron a Beckett una carpeta con la información de los dos sospechosos
— ¿Sabemos donde están?— preguntó la inspectora
—Sí, ya nos hemos encargado. Están esperando el interrogatorio— contestó Espósito mientras chocaba su puño con el de Ryan
—Buen trabajo— felicitó Bekcett —Vamos Castle, tenemos un caso por resolver—
Comenzaron interrogando a Thomas Gilberts, un hombre joven, de estatura media y cuerpo atlético. Lucía un aspecto desaliñado y no parecía asustado por la presencia de los policías.
—Yo no he hecho nada— gritó el hombre en cuanto la inspectora entró a la habitación
—Es curioso, aun no le hemos acusado y ya intenta defenderse— comentó Beckett
—En mi diccionario eso significa que usted es culpable— añadió Castle
— ¿Creen que soy tonto? He leído los periódicos. Ahora querrán cargarme el muerto por lo que hizo mi compañero— exclamó de nuevo el sospechoso
— ¿Y qué hizo su compañero?— continuó Beckett tomando asiento
—No lo sé, pero nada bueno— titubeó el hombre —Les aseguro que yo no sabía nada—
— ¿Y por qué no has ido a trabajar? — preguntó Castle tratando de encajar la historia
—Estaba enfermo vale— replicó él
—Asique tres víctimas mueren electrocutadas por una valla cuya corriente fue manipulada desde su puesto de trabajo y usted se puso enfermo al día siguiente. Que oportuno— explicó Beckett abriendo su carpeta
—Mire inspectora, si quiere saber qué pasó pregúntele a mi compañero— insistió Thomas —La mayoría del tiempo nuestro trabajo se limita a asegurarnos de que todo funciona correctamente. Pero la otra noche Scott dijo que había un problema y que tenía que reiniciar el suministro—
— Está bien ¿Reconoce a alguna de estas personas?— preguntó Beckett mostrándole todas las fotos del caso
—Este. Es el hombre que apareció un rato después con una furgoneta— contestó el sospechoso señalando la foto del detective Parker
— ¿Puede decirnos algo más? — continuó ella con el interrogatorio
—Estaba demasiado oscuro— comentó el hombre con desgana —pero Scott se subió en esa furgoneta y desapareció
—Hablaremos con su compañero, pero incluso si usted no es culpable, debe saber que ha ocultado información importante para un caso— anunció la inspectora
—Entonces quiero un abogado— replicó el hombre
Concluido el interrogatorio del primer sospechoso, y sin poder continuar con él hasta que tuviera acceso a un abogado, decidieron interrogar al segundo hombre
—Antes de que hable debe saber que su compañero le ha inculpado de todos los cargos. Supongo que usted piensa hacer lo mismo, pero si firma ahora una confesión podría conseguir un buen trato con el fiscal—
— ¿Por qué iba a hacer eso? — rio Scott —Ella nos sacará de aquí antes de que se den cuenta—
— ¿Quién es ella? — pregunto Beckett como mera formalidad
—Nikki Heat por supuesto— aseguró el hombre confirmando sus sospechas
— ¿Entonces confiesa que usted y su compañero son cómplices de asesinato? — interfirió Castle
— ¿Thomas? El no mataría ni a una mosca. Intenté convencerle de que haríamos lo correcto, pero el muy tonto nunca me escuchaba—
— ¿Conocía a este hombre? — continuó la inspectora mostrándole una imagen
—Parker, un buen tipo. Tan dedicado a hacer justicia como yo—
—Su compañero asegura que le vio irse con él en una furgoneta— añadió Beckett
—Inspectora, no importa lo que intente. Ella siempre está un paso por delante— bromeó Scott antes de recostarse sobre la silla
Frustrados de nuevo por la actitud del sospechoso, dieron por finalizado el interrogatorio. Tras abandonar la sala el abogado del señor Gilberts les soprendió
—Inspectora Beckett. Mi cliente ha accedido a colaborar en el caso si retiran los cargos por omitir información—
—Veremos que puede contarnos primero— comentó Beckett antes de seguirle
Regresaron a la sala de interrogatorios con el primer hombre, dispuesto a obtener tanta información como fuera posible
—Los últimos días Scott actuaba de un modo extraño. Hablaba de la justicia y el bien común y parecía más agresivo de lo normal— comenzó Thomas
—No parece muy útil para el caso— exclamó Beckett reacia a retirar cargos
—También puedo decirles que la noche del asesinato recibió dos llamadas, justo antes de cortar la corriente y de volver a encenderla. Creía que eran de la central pero si miran su móvil…—
—Ya lo hemos examinado, las dos llamadas eran de un móvil de prepago que no se puede rastrear— interrumpió de nuevo Beckett —Me temo que si no tiene más información no habrá trato—
—Está bien— reaccionó Thomas finalmente, tomando un fragmento de papel y un bolígrafo —Escuche la conversación entre Scott y el hombre de la foto, dijeron algo sobre esta dirección— anotó unas palabras en el papel y se lo entregó a la inspectora
Una pequeña unidad armada acompañó a los detectives hasta la dirección indicada por Thomas Gilmore. Según los datos recogidos, las compañías habían cesado meses atrás el suministro de luz, gas y agua de la vivienda, convirtiéndola en un lugar prácticamente inhabitable. Se trataba de una modesta granja alejada de toda urbe, rodeada únicamente por los terrenos que habría ocupado el cultivo en el pasado.
Los restos marchitos de la última cosecha, aun sin recoger, cubrían los baldíos campos y un tractor herrumbroso coronaba el yermo paisaje. El verano se acercaba a su final, pero las temperaturas aun resultaban elevadas, especialmente durante el mediodía cuando el sol alcanzaba su zenit. A unos metros de la vivienda el grupo de policía divisó la furgoneta que habían empleado para transportar a las víctimas. Beckett ordenó a dos oficiales que se encargaran de ella, llevándola al laboratorio para que los técnicos pudieran examinarla en busca de pistas como huellas o sangre
El grupo de la policía trató de rodear con sigilo el inmueble aunque el silencio y la falta de vegetación no acompañaban la operación. La vivienda, construida casi en su totalidad de madera, mostraba también signos de abandono unidos al irreparable paso del tiempo. Los vetustos cristales de las ventanas, opacos por la acumulación de polvo y suciedad junto con las raídas cortinas impedían vislumbrar el interior con suficiente claridad.
A medida que sus compañeros tomaban posiciones, Beckett y Castle se aproximaron a la vivienda por la puerta principal, situada junto al porche. La inspectora lucía el traje táctico de la policía, con la funda para la pistola amarrada a la pierna derecha. Castle la seguía de cerca, tratando de acomodar su chaleco y armado también con su vasto arsenal de ingenio mordaz.
— Parece totalmente abandonado— comentó Castle
—Es el escondite perfecto para una asesina en serie— respondió Beckett
Castle se detuvo de pronto, pensativo, al pie de las escaleras del porche mientras ella continuaba avanzando. Tras subir dos escalos, Beckett se percató de que su compañero había dejado de seguirla y se giró confundida. Conocía esa mirada, la expresión del escritor denotaba incertidumbre, como si algo no encajara.
—Si tienes alguna teoría será mejor que lo digas antes de que entremos— murmuró Beckett
—Es que… este lugar resulta demasiado…obvio. La asesina que buscamos es astuta y meticulosa, planea cada crimen al detalle. Pasa desapercibida mezclándose entre la gente mientras busca seguidores. Creo que no se esconde a la luz del día… y menos aquí— explicó el escritor contrariado
—Castle, hemos encontrado la furgoneta y no hay teléfono ni vecinos en varios kilómetros, aquí pasaría desapercibida mientras estudia a sus víctimas. Estas dándole demasiadas vueltas. Además la propiedad está a nombre de una tal…”Katie Hink”, dime que no suena a nombre falso— replicó Beckett decidida a continuar
—Sí, debo darte la razón — rió Castle — ¿Qué clase de asesino se busca un alias tan cutre?— añadió —Solo, tengamos cuidado—
—Como usted quiera “señor Rook”— contestó la inspectora burlándose del nombre que Castle empleaba para el personaje basado en sí mismo.
Tras el breve intercambio continuaron ascendiendo los escalones restantes. La madera carcomida del porche crujía bajo sus pies a medida que se aproximaban.
— ¡Policía de Nueva York, abra la puerta!— exclamó Beckett mientras golpeaba el portón con el puño
Esperó unos segundos en silencio, pero no se produjo ninguna réplica desde el interior del edificio.
— Katie Hink, somos de la policía de Nueva York, tenemos una orden de registro — Beckett llamó en esta ocasión desenfundando su arma al mismo tiempo
De nuevo el silencio reinaba en el ambiente. El calor comenzaba a resultar abrasador y el aire permanecía en remanso sin concederles una tregua.
—Está bien, vamos a entrar— anunció Beckett a su equipo que aguardaba en la posición indicada.
Beckett, como inspectora a cargo del caso, debía entrar por la puerta principal y Castle había insistido en acompañarla a pesar del peligro. Ryan y Espósito accederían por la puerta trasera de la vivienda impidiendo una posible huida. Otros policías cubrían diversos puntos del perímetro, empleando las ventanas para escabullirse. En conjunto el edificio se encontraba rodeado por completo, asegurando así el éxito en la captura.
La inspectora extendió su mano hasta el picaporte y forcejeo un instante, comprobando que se hallaba cerrada. Antes de que pudiera retirarla Castle se aferró a su muñeca
—Mira el polvo que ha caído cuando has movido la puerta. Está también alrededor del marco— advirtió el escritor señalando unas motas que se habían adherido a la ropa de su compañera
—Castle, es una casa abandonada. ¡Claro que hay suciedad por todas partes!— Beckett le lanzó una de sus miradas al escritor reprochándole la obviedad
—Y si fuera la guarida de una asesina, ¿no crees que la puerta principal estaría algo más limpia por el uso? Además es demasiado blanco y pesado, esto no parece polvo convencional— comentó cogiendo una de las partículas entre sus dedos para estudiarla con detalle
— ¿Desde cuándo eres experto en el tema? Por favor Castle, tu imaginación de escritor te hace ver cosas extrañas. Vamos a entrar y a terminar con todo esto—
Beckett tomó su pistola con firmeza empleando ambas manos, se separó un metro de la fachada y se preparó para derribar la puerta con una patada
— ¡Beckett espera!— La voz del escritor la detuvo antes de que sus botas impactaran con la madera —Como diría el almirante Ackbar: “¡es una trampa!”—
Beckett le dedico una de sus miradas de reojo al escritor
—Castle, no es momento para hablar de Star Wars— protestó la inspectora
—No, no. Lo que quiero decir es que… Katie Hink es un alias terrible, pero cambia el orden de las letras y…—
Beckett relajó su cuerpo bajando los brazos y se giró hacia el escritor. En su mente trataba de encontrar las palabras adecuadas para reprocharle su insistencia. Pero en realidad le agradaba el afán de Castle por protegerla, incluso cuando ambos sabían que no lo necesitaba, «¿Por qué eso hace los compañeros, no?» O al menos eso pensaba ella.
Poco después cayó en la cuenta de la expresión del escritor y comenzó a jugar con las letras, buscando algún sentido oculto que se escondiera bajo aquel alias. Tras varias combinaciones halló un nombre que se repetía asiduamente desde el inicio del caso.
Beckett abrió los ojos sorprendida y las palabras resbalaron de sus labios como en un susurro —Nikki He…—
De pronto un ruido estridente interrumpió la conversación. El corazón de la inspectora se aceleró al escuchar un grito de alarma a través de su walkie-talkie. Todos los presentes reconocieron aquel sonido como un detonador, un augurio de lo que vendría a continuación
— ¿Castle, desde cuando tienes un perro? — bromeó Beckett acariciando al animal que se enredaba entre sus piernas
—Uno de los guardias tenía que irse asique he accedido a cuidar de él esta noche— explicó Castle acariciándolo también
Ayudó a su compañera a quitarse el abrigo y lo colgó en el perchero, invitándola a entrar. Beckett aceptó sin dudar, había pasado allí tan solo dos noches pero ya se sentía cómoda y segura, aquel apartamento comenzaba a ser su hogar.
—Que bien huele— exclamó la inspectora al percibir el aroma que emanaba de la cocina
—Es una sorpresa, estará listo en unos minutos— anunció Castle
El perro correteaba entre las piernas del escritor, saltando de vez en cuando para que jugara con él
—Parece que te ha cogido cariño— comentó Beckett mientras se dirigía al sofá
—Es que me aburría mucho esperándote… asique Rex y yo nos hemos divertido un rato—contestó Castle agachando para acariciarlo
—Creía recordar que Rex era un pastor alemán, no un Golden Retriever — rió Beckett — ¿Donde están Martha y Alexis? —
—Han ido a una gala de presentación de los alumnos de la escuela de teatro, no vendrán a cenar— explicó Castle —Hoy tenemos un apartamento libre de pelirrojas—
En ese momento Castle le lanzó un pequeño peluche a la inspectora y ella lo atrapó al vuelo a pesar de la sorpresa. Lanzó una mirada inquisitiva al escritor antes de que el perro se abalanzara cariñosamente sobre ella, subiendo en el sofá de un salto.
—Muy gracioso Castle— se quejó la inspectora con una carcajada mientras trataba de impedir que Rex lamiera toda su cara
—Voy a darme una ducha mientras se termina la cena— anunció el escritor — ¿Podrás encargarte de él?
Beckett se levantó del sofá y después utilizó el peluche para llamar la atención del perro.
—No parece muy difícil— comentó Beckett al comprobar que Rex la seguía
—Es adorable ¿a que si? — rió Castle mirando al perro —Y le encanta que le acaricies entre los ojos. Así — añadió Castle cogiendo con delicadeza la mano de Beckett —Haciendo circulitos con los dedos… suavemente…—
El escritor imitó los movimientos, acariciando lentamente la tersa piel de la inspectora. El corazón de Beckett dio un vuelco al sentir el roce de sus dedos. Los músculos de su mano se relajaron para saborear las caricias de su comapñero. Castle por su parte sentía como el corazón se aceleraba a medida que descubría las reacciones de la inspectora
Beckett alzó la mirada hacia el rostro del escritor y este bajó el ritmo, deseando poder besarla en aquel momento
—Castle…— murmuró la inspectora
—Sí, voy a ducharme— reaccionó él soltando su mano de pronto
Beckett suspiró cuando el escritor hubo abandonado la habitación. Le asaltaban las dudas, las inseguridades, el miedo. Se repetía a sí misma una y otra vez que su relación con Castle debía limitarse a la amistad, sin embargo el roce con la piel del escritor conseguía nublar su razón. No estaba segura de haber podido mantener el control si el escritor hubiera continuado un instante más, y eso le asustaba
Unos minutos más tarde el escritor regresó de su ducha vestido con ropas más cómodas. Castle sirvió los platos que había preparado con esmero e invitó a su musa a sentarse. Vaciló un momento antes de desechar la idea de encender unas velas, pues no sabía cómo podría responder ella.
Juntos compartieron una amena velada acompañados por la deliciosa comida y un buen vino. Durante unas horas olvidaron todo lo referente al caso, sus problemas y sus temores, disfrutando de la conversación. En esos momentos lograban evadirse del mundo, como si nada ni nadie más importase.
Tras varias horas de interminable sobremesa el sueño comenzó a vencerles. Castle se despidió con un bostezó antes de levantarse. Miró a su musa con devoción, deseando poder darle un beso de buenas noches; pero finalmente desechó también esa idea.
Beckett por su parte aprovechó para ducharse y cambiarse. Permaneció largo tiempo bajo las gotas de agua que se precipitaban sobre su cuerpo, pensando en el momento que había compartido con el escritor. Después de agotar sus pensamientos se secó con la toalla que Castle le había prestado, increíblemente suave al tacto.
Se vistió con la ropa apropiada para dormir, unos shorts ajustados que dejaban al descubierto sus sugerentes piernas y una camiseta amplia que caía sobre sus hombros. La inspectora se tumbó sobre la cama y comenzó de nuevo a reflexionar. El calor de finales del verano le resultaba sofocante, asique decidió quitarse el sostén, lanzándolo a una esquina de la habitación. Finalmente el cansancio venció la batalla y Beckett cayó profundamente dormida
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Beckett escuchó un ruido al otro lado de la habitación y abrió los ojos desvelada. Cuando se acostumbró a la penumbra de la noche logró distinguir una silueta junto al umbral. Se incorporó lentamente hasta quedar sentada sobre la cama. La figura comenzó a avanzar hacia ella con parsimonia. Caminaba por la sala como una pluma sin que sus pasos produjeran el menor sonido.
— ¿Castle?— murmuró la inspectora creyendo reconocer la figura del escritor, frotándose un ojo aun adormilada.
Él continuó avanzando sin contestar y la imagen se tornaba más nítida a cada instante. Beckett pronto reconoció a su compañero y se dispuso a preguntar el motivo de su aparición. Sin embargo antes de que pudiera entonar alguna palabra Castle posó delicadamente un dedo sobre los labios de la inspectora.
Sus dedos se deslizaron con suavidad a través de su boca, disfrutando a cada instante del tacto de sus deliciosos labios. Beckett se dejó llevar de nuevo por el momento, conteniendo la respiración. El dedo del escritor se detuvo sobre el labio inferior de la inspectora, acariciándolo con ternura. La leve presión logró abrir un minúsculo agujero en su boca que Beckett aprovechó para rozarlo tímidamente con la lengua. Castle continuó descendiendo por los labios de su musa hasta que sus dedos perdieran el contacto con la cálida piel.
A continuación el tiempo se detuvo y sus miradas se encontraron en la oscuridad de la noche. Los ojos de la inspectora ardían con deseo, suplicando a gritos por retomar el contacto con su escritor. Su mirada volaba inquieta por el rostro de su compañero, perdiéndose una y otra vez entre aquellos labios que añoraba desde la primera vez que los probó. Castle vaciló por un instante y luego comenzó a aproximarse hacia ella, inclinándose poco a poco.
Los segundos siguientes avanzaron con lentitud a medida que acortaba la distancia que los separaba. El corazón de la inspectora latía desbocado y su cuerpo permanecía inmóvil, expectante. El escritor la tomó con suavidad por la barbilla para alzar su rostro y en aquel momento ella perdió el control
Sus bocas se abrazaron de nuevo tras meses de espera, tímidamente, con cautela. Beckett cerró los ojos, entregándose por completo a las sensaciones provocadas por el beso del escritor. Castle intentó retirarse, como si temiera haber cometido un grave error, pero ella respondió atrapando su labio inferior entre los dientes con un leve mordisco. No quería dejar escapar aquel delirante sabor que la hacía enloquecer. Él pareció interpretar la reacción de la inspectora y volvió a la carga. Esta vez no había excusas ni miedos, solo pasión.
El segundo lance fue voraz y desenfrenado. Un baile de lenguas que luchaba a estocadas por abrirse paso. Una vorágine de sensaciones que transportaron a la inspectora a un mundo de ensueño. Los brazos de Beckett cobraron vida de nuevo para acariciar el pelo del escritor mientras sus bocas permanecían unidas, separándose únicamente para respirar. El embate de Castle hizo que la inspectora perdiera el equilibrio, aferrándose a la espalda de su compañero para no caer sobre la cama.
Los besos del escritor comenzaron a alejarse de los labios de su musa, viajando a través de su rostro hacia el cuello. Sus manos recorrían los hombros desnudos de la inspectora que la amplia camiseta dejaba al descubierto. Beckett continuaba agarrada a su compañero con tal fiereza que sus uñas comenzaban a marcarse a través de la ropa mientras Castle permanecía con un pie en el suelo y la otra rodilla sobre la cama, luchando por no caer sobre la inspectora.
Los labios del escritor avanzaban por el cuello de su musa, siguiendo la línea de su mandíbula para prestarle especial atención al punto sensible situado junto a la oreja. Beckett comenzó a jadear mientras una descarga eléctrica recorría su cuerpo cada vez que la rugosa lengua del escritor jugaba con su piel. Rozándola lentamente. Saboreándola.
Cruzando la espalda de la inspectora con su mano derecha, Castle apartó el cabello que bloqueaba su avance. Recogió la sinuosa melena de la inspectora entre sus dedos, jugando con la sedosa textura antes de dejarla caer como una cascada sobre su hombro izquierdo. Con el camino libre sus labios ascendieron lentamente hasta la oreja de la inspectora, dibujando con besos su contorno. Castle comenzó a jugar con el lóbulo de su musa, lamiéndolo, mordiéndolo delicadamente, acariciándolo con la lengua
Ella respondió hundiendo su rostro en el pecho del escritor para respirar su embriagador aroma. En aquel momento había olvidado las advertencias de Gates, el consejo de Shaw o las amenazas de la asesina. Sintiendo que aquellas caricias la arrastrarían irrefrenablemente al límite de la cordura, la inspectora dejó escapar un gemido mientras notaba el cálido aliento del escritor junto a su oreja adueñándose de todos sus sentidos.
—Castle… por favor… sigue— susurró suplicándole que continuara
Castle estiró el brazo que le quedaba libre para alcanzar los cojines que la inspectora había retirado previamente de la cama. Los colocó con cuidado junto el cabecero, invitando a su compañera a reclinarse sobre ellos. Tras asegurar la comodidad de la inspectora, Castle se abalanzó sobre la cama. Empleando su mano izquierda para sujetarse, evitando así caer sobre su musa, los cuerpos de ambos quedaron separados por escasos centímetros
Mientras su boca continuaba navegando por el cuello de la inspectora, la mano derecha del escritor comenzó a deslizarse bajo los pliegues de su ropa. Abordó primero su vientre, estudiando la exquisita silueta de su musa con el tacto. La inspectora se lanzó a arrancarle la camiseta a su compañero, pero este la aparto rápidamente, dándole a entender que aquella noche la dedicaría únicamente a su placer. Ella cedió sin cavilaciones, pues las caricias del escritor nublaban su razón y en aquel instante Kate no quería pensar, quería sentir
Las manos comenzaron a ascender lentamente hacia su pecho, acariciando cada palmo, cada centímetro de su piel. Beckett arqueo la espalda entre jadeos, sintiendo todo su cuerpo estremecerse bajo los prodigiosos dedos de su escritor. Comenzó a acariciar sus senos, jugando a su antojo con las reacciones de la inspectora. Los dedos pronto dieron paso a los labios, y el escritor continuó saboreando los pechos de su musa, deleitándose con ellos, alabando con su boca cada rincón de su anatomía.
La atención de las manos Castle voló rauda hasta las sublimes piernas de la inspectora, cubiertas únicamente por los short con los que ella acostumbraba a dormir. Los dedos del escritor se deslizaban por el contorno del cuerpo de Beckett, recorriendo ansiosos el exterior de sus muslos y sus caderas. Su boca comenzó entonces a desandar el camino anterior, concediéndoles una tregua a los pechos de la inspectora. Con su mano izquierda Castle se encargaba de mantener desnudo el torso de su musa al tiempo que sus labios descendían lentamente, besando a cada paso su tersa piel. Mientas, la mano derecha del escritor trazaba sinuosas curvas, aventurándose lentamente hacia el interior de las piernas de Beckett, vaticinando el final.
La boca del escritor saltó del ombligo a las piernas de Beckett. Sus dedos describían círculos y espirales sobre la piel de su musa, mientras sus labios los acompañaban de cerca, besando y acariciando el camino lentamente; prolongando aquella deliciosa tortura a medida que se aproximaban a su destino.
El cómplice silencio de la noche se veía interrumpido por el sonido de los besos y los jadeos de la inspectora que daba rienda suelta a sus gemidos, sintiéndose a punto de estallar. Cautiva de las caricias del escritor, Beckett se aferraba a las sábanas mientras su cuerpo se erizaba, pidiendo sentirle aún más cerca.
Los labios de Castle continuaron besando con suavidad por encima de los shorts de la inspectora. El escritor pudo sentir el palpitante calor que se escondía tras la ropa, a punto de desbordarse. Ella se aferró con firmeza al cabello de su compañero, levantando su rostro para poder mirarle. Incapaz de pronunciar ninguna palabra, la inspectora le rogó con los ojos que culminara aquella larga espera. Él se incorporó sobre la cama, acercándose de nuevo al odio de Beckett. Los dedos del escritor comenzaron deslizarse lentamente bajo la tela, palpando con las yemas la cálida y húmeda piel de su musa.
Castle se aproximó aun más a la oreja de la inspectora. Beckett cerró los ojos, deseando sentirlo finalmente en su interior. Tras unos eternos segundos de espera, la voz del escritor susurró su nombre —Kate…—
De pronto Beckett abrió los ojos sobresaltada. Miró a su alrededor, palpando en busca del escritor; pero no lo encontró. Se incorporó sobre la cama vacía y enterró el rostro entre sus manos, comprendiendo que se trataba tan solo de un sueño. Repitió una y otra vez las palabras en su mente hasta convencerse de que todo era mejor así, de que ella nunca habría perdido el control de ese modo
Se recostó y hundió la nariz en la almohada, quizás con una vaga esperanza de sentir el aroma del escritor de nuevo. Permaneció en esa misma posición durante un tiempo. Se encontraba sofocada y empapada en sudor, con las gotas resbalando por su frente y el corazón aun acelerado. Tardó unos largos minutos en recobrar la compostura hasta que volvió a respirar con normalidad. Su mente luchaba por recuperar el control, pero todo su cuerpo seguía latiendo acalorado, deseando sentir de nuevo al escritor. La inspectora no logró conciliar el sueño en toda la noche.
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A la mañana siguiente Castle se despertó un poco tarde, indiferente a los primeros rayos del sol. Se dirigió a la cocina un tanto somnoliento, atraído por el olor del desayuno y las voces de tres mujeres. Su madre, su hija y su musa reían sin parar, retratando una escena cotidiana capaz de competir con las fantasías del escritor.
Beckett se encontraba cocinando junto a la sartén mientras Alexis preparaba el café y Martha entonaba el dialogo de su última obra. Se acercó bostezando al grupo
— Buenos días car…labacita— corrigió rápidamente el escritor y se lanzó a besar a su hija para no levantar sospechas
—Hola Papa— Alexis le devolvió el beso
—Buenos días Castle, el desayuno está casi listo— saludó Beckett con una sonrisa
— ¿Madre, de verdad tenía que ponerte a ensayar a estas horas? Hay gente durmiendo— se quejó el escritor frotándose un ojo
—Siempre has sido un poco dormilón Richard— bromeó ella entonando la frase como si se tratará de una obra de Shakespeare —Deberías traer más veces a Kate, ha cocinado para todos—
Castle sonrió antes de que Beckett legara con la sartén en la mano, preparada para servir. Los cuatro se sentaron en la mesa y repartieron el desayuno
—He hecho Pancakes— anunció la inspectora mientras Castle comenzaba a servir el café
El pequeño grupo compartió el desayuno con jovialidad, preparados para enfrentarse a un nuevo día. Beckett solía comer sola desde que su madre murió y su padre cayó en el alcohol, pero rodeado de aquellas tres personas se sentía arropada. Definitivamente podría acostumbrarse a esa vida, a empezar cada mañana con una sonrisa.
Unos minutos después Beckett recibió una llamada de Ryan y se pusieron en marcha. Se vistieron a toda prisa, dispuestos a seguir la nueva pista que sus compañeros habían encontrado. Castle se despidió de Martha y Alexis, dejándoles al cuidado del perro que aún dormía.
—Hemos investigado sobre el corte de la corriente dado que Adison no pudo hacerlo— comenzó a explicar Ryan una vez llegaron a comisaría
—Al parecer el suministro de la zona puede controlarse desde un puesto que tiene la empresa a un par de kilometro de donde encontramos los cuerpos— continuó Espósito
—Después preguntamos en la empresa para ver quien tendría acceso y resulta que todas las noches hay dos operarios en cada puesto— añadió su compañero
—Scott Silverts y Thomas Gilmore eran los encargados del mantenimiento en ese puesto y…ninguno de los dos ha vuelto al trabajo desde la noche del asesinato— le entregaron a Beckett una carpeta con la información de los dos sospechosos
— ¿Sabemos donde están?— preguntó la inspectora
—Sí, ya nos hemos encargado. Están esperando el interrogatorio— contestó Espósito mientras chocaba su puño con el de Ryan
—Buen trabajo— felicitó Bekcett —Vamos Castle, tenemos un caso por resolver—
Comenzaron interrogando a Thomas Gilberts, un hombre joven, de estatura media y cuerpo atlético. Lucía un aspecto desaliñado y no parecía asustado por la presencia de los policías.
—Yo no he hecho nada— gritó el hombre en cuanto la inspectora entró a la habitación
—Es curioso, aun no le hemos acusado y ya intenta defenderse— comentó Beckett
—En mi diccionario eso significa que usted es culpable— añadió Castle
— ¿Creen que soy tonto? He leído los periódicos. Ahora querrán cargarme el muerto por lo que hizo mi compañero— exclamó de nuevo el sospechoso
— ¿Y qué hizo su compañero?— continuó Beckett tomando asiento
—No lo sé, pero nada bueno— titubeó el hombre —Les aseguro que yo no sabía nada—
— ¿Y por qué no has ido a trabajar? — preguntó Castle tratando de encajar la historia
—Estaba enfermo vale— replicó él
—Asique tres víctimas mueren electrocutadas por una valla cuya corriente fue manipulada desde su puesto de trabajo y usted se puso enfermo al día siguiente. Que oportuno— explicó Beckett abriendo su carpeta
—Mire inspectora, si quiere saber qué pasó pregúntele a mi compañero— insistió Thomas —La mayoría del tiempo nuestro trabajo se limita a asegurarnos de que todo funciona correctamente. Pero la otra noche Scott dijo que había un problema y que tenía que reiniciar el suministro—
— Está bien ¿Reconoce a alguna de estas personas?— preguntó Beckett mostrándole todas las fotos del caso
—Este. Es el hombre que apareció un rato después con una furgoneta— contestó el sospechoso señalando la foto del detective Parker
— ¿Puede decirnos algo más? — continuó ella con el interrogatorio
—Estaba demasiado oscuro— comentó el hombre con desgana —pero Scott se subió en esa furgoneta y desapareció
—Hablaremos con su compañero, pero incluso si usted no es culpable, debe saber que ha ocultado información importante para un caso— anunció la inspectora
—Entonces quiero un abogado— replicó el hombre
Concluido el interrogatorio del primer sospechoso, y sin poder continuar con él hasta que tuviera acceso a un abogado, decidieron interrogar al segundo hombre
—Antes de que hable debe saber que su compañero le ha inculpado de todos los cargos. Supongo que usted piensa hacer lo mismo, pero si firma ahora una confesión podría conseguir un buen trato con el fiscal—
— ¿Por qué iba a hacer eso? — rio Scott —Ella nos sacará de aquí antes de que se den cuenta—
— ¿Quién es ella? — pregunto Beckett como mera formalidad
—Nikki Heat por supuesto— aseguró el hombre confirmando sus sospechas
— ¿Entonces confiesa que usted y su compañero son cómplices de asesinato? — interfirió Castle
— ¿Thomas? El no mataría ni a una mosca. Intenté convencerle de que haríamos lo correcto, pero el muy tonto nunca me escuchaba—
— ¿Conocía a este hombre? — continuó la inspectora mostrándole una imagen
—Parker, un buen tipo. Tan dedicado a hacer justicia como yo—
—Su compañero asegura que le vio irse con él en una furgoneta— añadió Beckett
—Inspectora, no importa lo que intente. Ella siempre está un paso por delante— bromeó Scott antes de recostarse sobre la silla
Frustrados de nuevo por la actitud del sospechoso, dieron por finalizado el interrogatorio. Tras abandonar la sala el abogado del señor Gilberts les soprendió
—Inspectora Beckett. Mi cliente ha accedido a colaborar en el caso si retiran los cargos por omitir información—
—Veremos que puede contarnos primero— comentó Beckett antes de seguirle
Regresaron a la sala de interrogatorios con el primer hombre, dispuesto a obtener tanta información como fuera posible
—Los últimos días Scott actuaba de un modo extraño. Hablaba de la justicia y el bien común y parecía más agresivo de lo normal— comenzó Thomas
—No parece muy útil para el caso— exclamó Beckett reacia a retirar cargos
—También puedo decirles que la noche del asesinato recibió dos llamadas, justo antes de cortar la corriente y de volver a encenderla. Creía que eran de la central pero si miran su móvil…—
—Ya lo hemos examinado, las dos llamadas eran de un móvil de prepago que no se puede rastrear— interrumpió de nuevo Beckett —Me temo que si no tiene más información no habrá trato—
—Está bien— reaccionó Thomas finalmente, tomando un fragmento de papel y un bolígrafo —Escuche la conversación entre Scott y el hombre de la foto, dijeron algo sobre esta dirección— anotó unas palabras en el papel y se lo entregó a la inspectora
+++++++++++++++++++
Una pequeña unidad armada acompañó a los detectives hasta la dirección indicada por Thomas Gilmore. Según los datos recogidos, las compañías habían cesado meses atrás el suministro de luz, gas y agua de la vivienda, convirtiéndola en un lugar prácticamente inhabitable. Se trataba de una modesta granja alejada de toda urbe, rodeada únicamente por los terrenos que habría ocupado el cultivo en el pasado.
Los restos marchitos de la última cosecha, aun sin recoger, cubrían los baldíos campos y un tractor herrumbroso coronaba el yermo paisaje. El verano se acercaba a su final, pero las temperaturas aun resultaban elevadas, especialmente durante el mediodía cuando el sol alcanzaba su zenit. A unos metros de la vivienda el grupo de policía divisó la furgoneta que habían empleado para transportar a las víctimas. Beckett ordenó a dos oficiales que se encargaran de ella, llevándola al laboratorio para que los técnicos pudieran examinarla en busca de pistas como huellas o sangre
El grupo de la policía trató de rodear con sigilo el inmueble aunque el silencio y la falta de vegetación no acompañaban la operación. La vivienda, construida casi en su totalidad de madera, mostraba también signos de abandono unidos al irreparable paso del tiempo. Los vetustos cristales de las ventanas, opacos por la acumulación de polvo y suciedad junto con las raídas cortinas impedían vislumbrar el interior con suficiente claridad.
A medida que sus compañeros tomaban posiciones, Beckett y Castle se aproximaron a la vivienda por la puerta principal, situada junto al porche. La inspectora lucía el traje táctico de la policía, con la funda para la pistola amarrada a la pierna derecha. Castle la seguía de cerca, tratando de acomodar su chaleco y armado también con su vasto arsenal de ingenio mordaz.
— Parece totalmente abandonado— comentó Castle
—Es el escondite perfecto para una asesina en serie— respondió Beckett
Castle se detuvo de pronto, pensativo, al pie de las escaleras del porche mientras ella continuaba avanzando. Tras subir dos escalos, Beckett se percató de que su compañero había dejado de seguirla y se giró confundida. Conocía esa mirada, la expresión del escritor denotaba incertidumbre, como si algo no encajara.
—Si tienes alguna teoría será mejor que lo digas antes de que entremos— murmuró Beckett
—Es que… este lugar resulta demasiado…obvio. La asesina que buscamos es astuta y meticulosa, planea cada crimen al detalle. Pasa desapercibida mezclándose entre la gente mientras busca seguidores. Creo que no se esconde a la luz del día… y menos aquí— explicó el escritor contrariado
—Castle, hemos encontrado la furgoneta y no hay teléfono ni vecinos en varios kilómetros, aquí pasaría desapercibida mientras estudia a sus víctimas. Estas dándole demasiadas vueltas. Además la propiedad está a nombre de una tal…”Katie Hink”, dime que no suena a nombre falso— replicó Beckett decidida a continuar
—Sí, debo darte la razón — rió Castle — ¿Qué clase de asesino se busca un alias tan cutre?— añadió —Solo, tengamos cuidado—
—Como usted quiera “señor Rook”— contestó la inspectora burlándose del nombre que Castle empleaba para el personaje basado en sí mismo.
Tras el breve intercambio continuaron ascendiendo los escalones restantes. La madera carcomida del porche crujía bajo sus pies a medida que se aproximaban.
— ¡Policía de Nueva York, abra la puerta!— exclamó Beckett mientras golpeaba el portón con el puño
Esperó unos segundos en silencio, pero no se produjo ninguna réplica desde el interior del edificio.
— Katie Hink, somos de la policía de Nueva York, tenemos una orden de registro — Beckett llamó en esta ocasión desenfundando su arma al mismo tiempo
De nuevo el silencio reinaba en el ambiente. El calor comenzaba a resultar abrasador y el aire permanecía en remanso sin concederles una tregua.
—Está bien, vamos a entrar— anunció Beckett a su equipo que aguardaba en la posición indicada.
Beckett, como inspectora a cargo del caso, debía entrar por la puerta principal y Castle había insistido en acompañarla a pesar del peligro. Ryan y Espósito accederían por la puerta trasera de la vivienda impidiendo una posible huida. Otros policías cubrían diversos puntos del perímetro, empleando las ventanas para escabullirse. En conjunto el edificio se encontraba rodeado por completo, asegurando así el éxito en la captura.
La inspectora extendió su mano hasta el picaporte y forcejeo un instante, comprobando que se hallaba cerrada. Antes de que pudiera retirarla Castle se aferró a su muñeca
—Mira el polvo que ha caído cuando has movido la puerta. Está también alrededor del marco— advirtió el escritor señalando unas motas que se habían adherido a la ropa de su compañera
—Castle, es una casa abandonada. ¡Claro que hay suciedad por todas partes!— Beckett le lanzó una de sus miradas al escritor reprochándole la obviedad
—Y si fuera la guarida de una asesina, ¿no crees que la puerta principal estaría algo más limpia por el uso? Además es demasiado blanco y pesado, esto no parece polvo convencional— comentó cogiendo una de las partículas entre sus dedos para estudiarla con detalle
— ¿Desde cuándo eres experto en el tema? Por favor Castle, tu imaginación de escritor te hace ver cosas extrañas. Vamos a entrar y a terminar con todo esto—
Beckett tomó su pistola con firmeza empleando ambas manos, se separó un metro de la fachada y se preparó para derribar la puerta con una patada
— ¡Beckett espera!— La voz del escritor la detuvo antes de que sus botas impactaran con la madera —Como diría el almirante Ackbar: “¡es una trampa!”—
Beckett le dedico una de sus miradas de reojo al escritor
—Castle, no es momento para hablar de Star Wars— protestó la inspectora
—No, no. Lo que quiero decir es que… Katie Hink es un alias terrible, pero cambia el orden de las letras y…—
Beckett relajó su cuerpo bajando los brazos y se giró hacia el escritor. En su mente trataba de encontrar las palabras adecuadas para reprocharle su insistencia. Pero en realidad le agradaba el afán de Castle por protegerla, incluso cuando ambos sabían que no lo necesitaba, «¿Por qué eso hace los compañeros, no?» O al menos eso pensaba ella.
Poco después cayó en la cuenta de la expresión del escritor y comenzó a jugar con las letras, buscando algún sentido oculto que se escondiera bajo aquel alias. Tras varias combinaciones halló un nombre que se repetía asiduamente desde el inicio del caso.
Beckett abrió los ojos sorprendida y las palabras resbalaron de sus labios como en un susurro —Nikki He…—
De pronto un ruido estridente interrumpió la conversación. El corazón de la inspectora se aceleró al escuchar un grito de alarma a través de su walkie-talkie. Todos los presentes reconocieron aquel sonido como un detonador, un augurio de lo que vendría a continuación
Última edición por -CM- el Vie Jul 05, 2013 11:56 am, editado 3 veces
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Sigueeeee
stanathan_caskett- As del póker
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Muy bueno Carlos, como viene siendo habitual en ti, además largo y con un punto de desconcierto en todo momento que me encanta pues hace más clara la intriga, en todo momento estás alerta como los protagonistas, jajajajaja
Lo has llevado como un profesional, mantienes la expectación combinándola con la vida cotidiana de lo que puede ser el transcurrir de una familia normal, salvo que esta no es ni normal ni familia, jajajajaja
Muy bien el detalle de llamara a la agente Saw y más el tener a Rex el perro policía, jajajajaja me encanta la serie de Rex.
Y para ser poco habitual en ti describir escenas de sexo, no lo has hecho nada, pero que nada mal, has descrito un sueño más que erótico, vivido y sentido por la inspectora, y casi por los lectores, jajajaja
En fin que tengo que reconocerte el mérito de tus capítulos, son todos y cada uno estupendos, muy trabajados y casi diría que escritos por un científico maduro, concreto, ordenado, tal y como tu cerebro funciona, como el científico en el que te convertirás por capacidad y perseverancia. Se nota que eres muy trabajador, que has investigado mucho sobre comportamientos, pues lo demuestran tus planteamientos en situaciones que parecen fáciles pero que no lo son.
Bueno solo decirte que es un placer leer tus capítulos y que como siempre espero impaciente el siguiente, pues sabes terminarlos clavándonos el aguijón de la curiosidad. jajajajaja y la mía sabes que es infinita, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Lo has llevado como un profesional, mantienes la expectación combinándola con la vida cotidiana de lo que puede ser el transcurrir de una familia normal, salvo que esta no es ni normal ni familia, jajajajaja
Muy bien el detalle de llamara a la agente Saw y más el tener a Rex el perro policía, jajajajaja me encanta la serie de Rex.
Y para ser poco habitual en ti describir escenas de sexo, no lo has hecho nada, pero que nada mal, has descrito un sueño más que erótico, vivido y sentido por la inspectora, y casi por los lectores, jajajaja
En fin que tengo que reconocerte el mérito de tus capítulos, son todos y cada uno estupendos, muy trabajados y casi diría que escritos por un científico maduro, concreto, ordenado, tal y como tu cerebro funciona, como el científico en el que te convertirás por capacidad y perseverancia. Se nota que eres muy trabajador, que has investigado mucho sobre comportamientos, pues lo demuestran tus planteamientos en situaciones que parecen fáciles pero que no lo son.
Bueno solo decirte que es un placer leer tus capítulos y que como siempre espero impaciente el siguiente, pues sabes terminarlos clavándonos el aguijón de la curiosidad. jajajajaja y la mía sabes que es infinita, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Bueno: ME ENCANTA.
Me he tomado mi tiempo para leerlo, lo sabes jeje.
Me encanta Carlos, eres imprsionante. Sabes como dejarnos exhaustos con los casos que expones, las pruebas, el tema "cotidiano" y el sueño de Kate que hasta a mí me ha dejado con ganas de más (duchitaaaaaaaaaaa :3)...
La trama del caso la estás llevando estupendamente, menos algún que otro fallito que ya te he comentado jijij pero yo porque soy muy tiquismiquis y porque quiero que mejores ^__^
Necesito la segunda parte YA!! asi que no te ausentes eh1!!
Maravillada en serio, a tus pies.
Me he tomado mi tiempo para leerlo, lo sabes jeje.
Me encanta Carlos, eres imprsionante. Sabes como dejarnos exhaustos con los casos que expones, las pruebas, el tema "cotidiano" y el sueño de Kate que hasta a mí me ha dejado con ganas de más (duchitaaaaaaaaaaa :3)...
La trama del caso la estás llevando estupendamente, menos algún que otro fallito que ya te he comentado jijij pero yo porque soy muy tiquismiquis y porque quiero que mejores ^__^
Necesito la segunda parte YA!! asi que no te ausentes eh1!!
Maravillada en serio, a tus pies.
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Me encanta el capítulo. Ese sexto sentido de Castle siempre en alerta, avisandole de que algo no anda bien, y siempre como no, teniendo la razón, jejejejeje.
Espero e paciente esa segunda parte
Espero e paciente esa segunda parte
Yaye- Escritor - Policia
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Localización : Huelva
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
C-como Lo dejas asi?.____. Si es que no.puede see me encantaa dios hahaha espero la 2 parte pronto no Creo que pueda aguantarme
Besos
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Elena_NyPD@- Actor en Broadway
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Wow, gran capítulo! Felicidades, de verdad
Para decir que no tienes experiencia escribiendo ese tipo de escenas, madre mía chico jajajajaja Sólo encontré un fallo... ¡que fuese un sueño! Esta inspectora, que se lo sigue negando, después del pedazo de sueño, hay que estar loca... ¡con la calor que hace estos días por aquí, y tú poniendo escenas de este tipo!
Me encanta la parte protectora de Castle, siempre preocupado por cuidarla, por alejarla del peligro, y haciendo hasta lo imposible para conseguirlo, maaas mono
Muy buena toda la trama del caso, lo tienes todo muy bien montado y lo expones de manera increíble No me ha gustado para nada ese final, ¡que no les pase nada por favor! Sigue lo antes posible, porfi
Para decir que no tienes experiencia escribiendo ese tipo de escenas, madre mía chico jajajajaja Sólo encontré un fallo... ¡que fuese un sueño! Esta inspectora, que se lo sigue negando, después del pedazo de sueño, hay que estar loca... ¡con la calor que hace estos días por aquí, y tú poniendo escenas de este tipo!
Me encanta la parte protectora de Castle, siempre preocupado por cuidarla, por alejarla del peligro, y haciendo hasta lo imposible para conseguirlo, maaas mono
Muy buena toda la trama del caso, lo tienes todo muy bien montado y lo expones de manera increíble No me ha gustado para nada ese final, ¡que no les pase nada por favor! Sigue lo antes posible, porfi
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Espero que puedas continuar lo antes posible porque es simplemente genial
rubiodav- Actor en Broadway
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Increible escibes de maravilla pero eso no es nada nuevo
No se como lo haces pero en cuanto leo una sola frase ya no puedo parar de leer (me he tomado mi tiempo para leerlo por que no queria acabar) espero que sigas pronto porque quiero leer ya la segunda parte,
BESOSS
No se como lo haces pero en cuanto leo una sola frase ya no puedo parar de leer (me he tomado mi tiempo para leerlo por que no queria acabar) espero que sigas pronto porque quiero leer ya la segunda parte,
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ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
stanathan_caskett escribió:Sigueeeee
Intentaré subir la segunda parte en dos o tres días, solo me falta escribir un par de escenas y repasar
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
agecastbet escribió:Muy bueno Carlos, como viene siendo habitual en ti, además largo y con un punto de desconcierto en todo momento que me encanta pues hace más clara la intriga, en todo momento estás alerta como los protagonistas, jajajajaja
Lo has llevado como un profesional, mantienes la expectación combinándola con la vida cotidiana de lo que puede ser el transcurrir de una familia normal, salvo que esta no es ni normal ni familia, jajajajaja
Muy bien el detalle de llamara a la agente Saw y más el tener a Rex el perro policía, jajajajaja me encanta la serie de Rex.
Y para ser poco habitual en ti describir escenas de sexo, no lo has hecho nada, pero que nada mal, has descrito un sueño más que erótico, vivido y sentido por la inspectora, y casi por los lectores, jajajaja
En fin que tengo que reconocerte el mérito de tus capítulos, son todos y cada uno estupendos, muy trabajados y casi diría que escritos por un científico maduro, concreto, ordenado, tal y como tu cerebro funciona, como el científico en el que te convertirás por capacidad y perseverancia. Se nota que eres muy trabajador, que has investigado mucho sobre comportamientos, pues lo demuestran tus planteamientos en situaciones que parecen fáciles pero que no lo son.
Bueno solo decirte que es un placer leer tus capítulos y que como siempre espero impaciente el siguiente, pues sabes terminarlos clavándonos el aguijón de la curiosidad. jajajajaja y la mía sabes que es infinita, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Todavía queda la aprte en la que estaran aun más en peligro
La escena del perro es mi versión del episodio 4x13 en el que se turnan para cuidarlo, pero me gustaba más ponerle ese nombre
Lo de la escena de sexo (o de sueño), muy alagador vienendo de una experta (no te quites meritos ¬¬) aunque no se si es buena idea incluirlas con el calor que hace
Sobre ordenar las cosas diré que tengo todos los detalles de la historia escritos en una pizarra llena de circulos, flechas y aclaraciones y más que orden diría que es un caos
Ya sabes que, "pique el insecto que te pique, ponte afterbite" (por lo del aguijón XD) espero poder subir la segunda parte pronto y que te siga enganchado
Un saludo y un placer como siempre
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Kynu escribió:Bueno: ME ENCANTA.
Me he tomado mi tiempo para leerlo, lo sabes jeje.
Me encanta Carlos, eres imprsionante. Sabes como dejarnos exhaustos con los casos que expones, las pruebas, el tema "cotidiano" y el sueño de Kate que hasta a mí me ha dejado con ganas de más (duchitaaaaaaaaaaa :3)...
La trama del caso la estás llevando estupendamente, menos algún que otro fallito que ya te he comentado jijij pero yo porque soy muy tiquismiquis y porque quiero que mejores ^__^
Necesito la segunda parte YA!! asi que no te ausentes eh1!!
Maravillada en serio, a tus pies.
He ido corrigiendo los fallos que me has dicho, aunque seguramente habra muchos otros
Recuerda que aun tengo que matarte por saber demasiado... o no
La idea la cogí de watershed (por aquello de conectarse desde el motel) pero tienes razon que es un fallo tremendo Como diría Alex Conrad, es un "rookie mistake" , pero por favor no me lleves a jugar al Poker con tus amigos informaticos que me linchan
Un saludo y espero que tus musas vuelvan pronto
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Yaye escribió:Me encanta el capítulo. Ese sexto sentido de Castle siempre en alerta, avisandole de que algo no anda bien, y siempre como no, teniendo la razón, jejejejeje.
Espero e paciente esa segunda parte
Puede que sea su sentido arácnido... escritor de día y spiderman de noche
¿Se salvarán o no se salvarán? lo veremos en la segunda parte (que no es el final asi que...)
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Elena_NyPD@ escribió:C-como Lo dejas asi?.____. Si es que no.puede see me encantaa dios hahaha espero la 2 parte pronto no Creo que pueda aguantarme
Besos
Por algún lado tenía que cortar mejor dejar la intriga para la siguiente parte
Lo subiré lo más rapido que pueda
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
SaraS17 escribió:Wow, gran capítulo! Felicidades, de verdad
Para decir que no tienes experiencia escribiendo ese tipo de escenas, madre mía chico jajajajaja Sólo encontré un fallo... ¡que fuese un sueño! Esta inspectora, que se lo sigue negando, después del pedazo de sueño, hay que estar loca... ¡con la calor que hace estos días por aquí, y tú poniendo escenas de este tipo!
Me encanta la parte protectora de Castle, siempre preocupado por cuidarla, por alejarla del peligro, y haciendo hasta lo imposible para conseguirlo, maaas mono
Muy buena toda la trama del caso, lo tienes todo muy bien montado y lo expones de manera increíble ;)No me ha gustado para nada ese final, ¡que no les pase nada por favor! Sigue lo antes posible, porfi
Ha sido un sueño por ahora...pero ya llegara Always para arreglar las cosas, y la noche que eso supone en la que, seguramente, a Rick le toque "terminar el trabajo"
Si el pobre hombre ya se ha llevado un balazo que le habrá dejado un bonita cicatriz en el costado, pero Beckett no se da cuenta y él no dice nada . A ver si van a tener que estar ella desangrandose en el suelo para que confiese sus sentimientos
Con la bomba van a morir todos... y el resto del fic será la historia de como Alexis se convirtió en una espía que persigue a Nikki por todo el mundo hasta darse cuenta de que la verdadera asesina era Beckett con un trastorno de personalidad multiple (Dr. Jekyll y Mr. Hyde) Es broma, es broma...o no
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
rubiodav escribió:Espero que puedas continuar lo antes posible porque es simplemente genial
Muchas gracias y lo dicho, en dos o tres días espero tenerlo
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
angela_kate.b escribió:Increible escibes de maravilla pero eso no es nada nuevo
No se como lo haces pero en cuanto leo una sola frase ya no puedo parar de leer (me he tomado mi tiempo para leerlo por que no queria acabar) espero que sigas pronto porque quiero leer ya la segunda parte,
BESOSS
Me alegro de que te haya enganchado el capítulo y tranquila que la historia no se acaba todavía. Al caso le quedan un par de capítulos y el fic espero continuarlo al menos hasta que esten juntos y resuelvan el caso de la madre de Beckett
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
-CM- escribió: A ver si van a tener que estar ella desangrandose en el suelo para que confiese sus sentimientos
mmmmmmm saaaaaaaaaaangre..... tentador
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
-CM- escribió:SaraS17 escribió:Wow, gran capítulo! Felicidades, de verdad
Para decir que no tienes experiencia escribiendo ese tipo de escenas, madre mía chico jajajajaja Sólo encontré un fallo... ¡que fuese un sueño! Esta inspectora, que se lo sigue negando, después del pedazo de sueño, hay que estar loca... ¡con la calor que hace estos días por aquí, y tú poniendo escenas de este tipo!
Me encanta la parte protectora de Castle, siempre preocupado por cuidarla, por alejarla del peligro, y haciendo hasta lo imposible para conseguirlo, maaas mono
Muy buena toda la trama del caso, lo tienes todo muy bien montado y lo expones de manera increíble ;)No me ha gustado para nada ese final, ¡que no les pase nada por favor! Sigue lo antes posible, porfi
Ha sido un sueño por ahora...pero ya llegara Always para arreglar las cosas, y la noche que eso supone en la que, seguramente, a Rick le toque "terminar el trabajo"
Si el pobre hombre ya se ha llevado un balazo que le habrá dejado un bonita cicatriz en el costado, pero Beckett no se da cuenta y él no dice nada . A ver si van a tener que estar ella desangrandose en el suelo para que confiese sus sentimientos
Con la bomba van a morir todos... y el resto del fic será la historia de como Alexis se convirtió en una espía que persigue a Nikki por todo el mundo hasta darse cuenta de que la verdadera asesina era Beckett con un trastorno de personalidad multiple (Dr. Jekyll y Mr. Hyde) Es broma, es broma...o no
Me gusta ese "por ahora", estoy deseando que llegue ese capítulo jajajaja
Con lo observadora que es ella en los casos, y lo poco que se fija en otras cosas, ¡hay que ver eh! Pero bueno, más vale tarde que nunca, esperemos que se de cuenta de todo eso alguna vez
Sin duda, ese sería un giro increíble y sorprendente Pero que quieres que te diga, no lo acabo yo de ver xD
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Kynu escribió:-CM- escribió: A ver si van a tener que estar ella desangrandose en el suelo para que confiese sus sentimientos
mmmmmmm saaaaaaaaaaangre..... tentador
Aún queda bastante sangre por derramar...pero no creo que sea la de Beckett (o no toda al menos)
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
SaraS17 escribió:-CM- escribió:SaraS17 escribió:Wow, gran capítulo! Felicidades, de verdad
Para decir que no tienes experiencia escribiendo ese tipo de escenas, madre mía chico jajajajaja Sólo encontré un fallo... ¡que fuese un sueño! Esta inspectora, que se lo sigue negando, después del pedazo de sueño, hay que estar loca... ¡con la calor que hace estos días por aquí, y tú poniendo escenas de este tipo!
Me encanta la parte protectora de Castle, siempre preocupado por cuidarla, por alejarla del peligro, y haciendo hasta lo imposible para conseguirlo, maaas mono
Muy buena toda la trama del caso, lo tienes todo muy bien montado y lo expones de manera increíble ;)No me ha gustado para nada ese final, ¡que no les pase nada por favor! Sigue lo antes posible, porfi
Ha sido un sueño por ahora...pero ya llegara Always para arreglar las cosas, y la noche que eso supone en la que, seguramente, a Rick le toque "terminar el trabajo"
Si el pobre hombre ya se ha llevado un balazo que le habrá dejado un bonita cicatriz en el costado, pero Beckett no se da cuenta y él no dice nada . A ver si van a tener que estar ella desangrandose en el suelo para que confiese sus sentimientos
Con la bomba van a morir todos... y el resto del fic será la historia de como Alexis se convirtió en una espía que persigue a Nikki por todo el mundo hasta darse cuenta de que la verdadera asesina era Beckett con un trastorno de personalidad multiple (Dr. Jekyll y Mr. Hyde) Es broma, es broma...o no
Me gusta ese "por ahora", estoy deseando que llegue ese capítulo :Pjajajaja
Con lo observadora que es ella en los casos, y lo poco que se fija en otras cosas, ¡hay que ver eh! Pero bueno, más vale tarde que nunca, esperemos que se de cuenta de todo eso alguna vez
Sin duda, ese sería un giro increíble y sorprendente Pero que quieres que te diga, no lo acabo yo de ver xD
Queda todavía un poco de historia (versiones de "the blue butterfly" o "cuffed" por ejemplo) pero todo a su debido tiempo
Lanie va a tener que darle alguna colleja para que se ponga las pilas
Quizás para otro fic :lol:pero por ahora Alexis seguirá siendo una joven obediente con una graduación a la vuelta de la esquina
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
-CM- escribió:SaraS17 escribió:-CM- escribió:SaraS17 escribió:Wow, gran capítulo! Felicidades, de verdad
Para decir que no tienes experiencia escribiendo ese tipo de escenas, madre mía chico jajajajaja Sólo encontré un fallo... ¡que fuese un sueño! Esta inspectora, que se lo sigue negando, después del pedazo de sueño, hay que estar loca... ¡con la calor que hace estos días por aquí, y tú poniendo escenas de este tipo!
Me encanta la parte protectora de Castle, siempre preocupado por cuidarla, por alejarla del peligro, y haciendo hasta lo imposible para conseguirlo, maaas mono
Muy buena toda la trama del caso, lo tienes todo muy bien montado y lo expones de manera increíble ;)No me ha gustado para nada ese final, ¡que no les pase nada por favor! Sigue lo antes posible, porfi
Ha sido un sueño por ahora...pero ya llegara Always para arreglar las cosas, y la noche que eso supone en la que, seguramente, a Rick le toque "terminar el trabajo"
Si el pobre hombre ya se ha llevado un balazo que le habrá dejado un bonita cicatriz en el costado, pero Beckett no se da cuenta y él no dice nada . A ver si van a tener que estar ella desangrandose en el suelo para que confiese sus sentimientos
Con la bomba van a morir todos... y el resto del fic será la historia de como Alexis se convirtió en una espía que persigue a Nikki por todo el mundo hasta darse cuenta de que la verdadera asesina era Beckett con un trastorno de personalidad multiple (Dr. Jekyll y Mr. Hyde) Es broma, es broma...o no
Me gusta ese "por ahora", estoy deseando que llegue ese capítulo :Pjajajaja
Con lo observadora que es ella en los casos, y lo poco que se fija en otras cosas, ¡hay que ver eh! Pero bueno, más vale tarde que nunca, esperemos que se de cuenta de todo eso alguna vez
Sin duda, ese sería un giro increíble y sorprendente Pero que quieres que te diga, no lo acabo yo de ver xD
Queda todavía un poco de historia (versiones de "the blue butterfly" o "cuffed" por ejemplo) pero todo a su debido tiempo
Lanie va a tener que darle alguna colleja para que se ponga las pilas
Quizás para otro fic :lol:pero por ahora Alexis seguirá siendo una joven obediente con una graduación a la vuelta de la esquina
Bien, bien, cuanta más historia mejor, y más si es tan bien llevada
Ayyyy Lanie, me encanta desde y para siempre Esperemos que en la próxima temporada de la serie tengamos más de ella
Como tiene que ser, que es genial siendo como es
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