Rise Again (Cap 11 parte 1)

Al final no ha caído en la trampa y parece que los engañados han sido ellos. Espero que la masacre no sea muy grande y que no haya muchos heridos.

SaraS17 escribió:

-CM- escribió:

SaraS17 escribió:Woooooow! Dios, dios, dios, ¡LO SABÍA! En cuanto vi que narrabas los hechos en paralelo y que recalcabas que Castle no participaba porque se pondría en el punto de mira, empecé a sospechar que la asesina no caería en la trampa e iría a por él, ¡y me alegro de no haberme equivocado!   

Lo del próximo capítulo con mucha sangra, me guuuuuusta   Y ahora llamadme de todo si queréis, pero me encantaría que Castle resultase herido, siempre que hay situaciones así lo digo, pero es que me encantaría leer la reacción de Beckett al creer que lo puede perder, ¡sería increíble! Eso si, herirlo y que sufran/suframos vale, pero nada de matarlo, eh! (Si no tu serás el siguiente  )

Me gusta como al principio van atando los cabos como sólo ellos dos saben y Claire se va quedando al margen, si es que no pinta nada de nada ahí, jum. Y lo del té buenísimo, si es que lo que no le pase a él   Genial el interrogatorio, Beckett es única para poner a los asesinos en su lugar, me encanta como detallas las emociones de cada uno y las posturas que van adoptando según avanza la situación, chapó. Y lo mismo digo con la operación para capturar a la asesina, que aunque al final fallará, está muy bien montada y planeada. Sólo espero que aunque acabes este caso continué el fic, porque está genial. No tardes mucho en subir el siguiente porfa, tengo muchas ganas de saber que pasará, pero eso si, disfruta de las vacaciones   

Habría que haberlo visto cuando:

a) Castle va a un evento con Martha pero no con Alexis
b) Es en la Avenida Lexington

Si no, hay que repasar la cuarta temporada  

Ya le hice sufrir un poco al principio del fic con aquello de llevarse la bala, esta vez puede que se derrame sangre de unicornio. Aunque habrá que ver como responde Beckett a la situación ahora que Josh no está  

Caire puede aparecer todavía alguna vez, solo para que Beckett la deje en evidencia, claro
El fic sigue, pero con otras historias. Eso si, bastante más cortas, porque en menudo lio me he metido con esta asesina   Y si no nunca llegaremos al momento always  

No tengo problema en repasar la cuarta temporada, pero la vi ya unas cuantas veces :Pjajajaja Lo que pasa es que yo soy de memoria escasa y a veces me cuesta asociar  

Miedo me da lo que se te este pasando por la cabeza, ten piedad, eh!  Josh no está ni falta que hace, total sólo sirve para entrometerse e incordiar jajajaja

Y bueno, si la tipa aparece para volver a quedar en evidencia, pues no hay problema con eso  ¡A ver con que nos sorprendes!  

¿Piedad? No conozco esa palabra   Es broma, es broma, tampoco es cuestion de matar a todo el mundo, que esto no es juego de tronos. Pero un poco de sangre o daños colaterales no vienen mal de vez en cuando  

Josh se marchó para no volver, ya bastantes problemas tienen con sus muros interiores como para que el doctor vuelva a molestar  

Y la sorpresa está aun por ver  

Yaye escribió:Al final no ha caído en la trampa y parece que los engañados han sido ellos. Espero que la masacre no sea muy grande y que no haya muchos heridos.

La tipa es muy lista y no ha sido tan facil engañarla, y ahora Castle lo va a pasar mal un rato.

No hace falta matar a mucha gente, con que le disparen a Beckett o a Castle ya tenemos drama suficiente

Continúa que me tienes súper intrigada con la continuación!!

Me encanta, continua pronto.

Bueno se supone que debería haber subido este capítulo hace cosa de un mes, y ni siquiera he podido terminarlo. A la vista de los exámenes que tengo (lo que viene siendo todas las semanas) he decidido subir lo que llevo escrito. Es algo más de la mitad del capítulo, pero acaba en una parte interesante (y un tanto cliffhanger, para que mentir   ) No se cuando podré acabarlo, espero que antes de navidades    

Pequeño resumen: Castle y Beckett perseguían a una asesina que cree ser Nikki Heat. En el último capítulo intentan sacarla de su escondite, pero el plan no sale como esperaban y ahora la asesina tiene a Castle (y a unos cuantos fans) secuestrado(s). Y sí, esto estaba escrito antes de saber nada sobre el 6x04   . Espero que os guste

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—A todas las unidades. Repito. Tenemos un 10-34 en la 45 con Lex—
El corazón acelerado se detuvo un instante. En ese momento Beckett sintió su mundo derrumbarse a su alrededor
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—Beckett—exclamó Esposito tratando de llamar su atención

El sonido retumbaba como un eco en su cabeza, pues su mente se encontraba muy lejos de allí. El motor averiado por el choque inundaba el aire con un humo denso y oscuro mientras la estridente alarma se unía al ruido de las sirenas. Escuchaba las voces de sus compañeros intentando reducir a los tres hombres y las respuestas de estos al resistirse. Sin embargo ella permanecía ajena a la escena, como si pudiera observarse a sí misma desde fuera

Dos brillantes lágrimas amenazaban con anegar sus ojos mientras luchaba por respirar el aire viciado por el humo. Su mano, aun escondida en el bolsillo, jugaba enérgicamente con el papel. Deseaba que por arte de magia la dirección cambiara, que se tratara de un error y su escritor se encontrara a salvo. Pero en lo más profundo de su mente sabía que se equivocaba.

— ¡Beckett! — La llamo de nuevo Esposito — ¿Kate, te pasa algo? —añadió colocándose delante de ella

El movimiento junto a sus ojos la devolvió al mundo real, como si su mente regresara de pronto al momento y al lugar donde se hallaba su cuerpo

—Hemos oído lo de la radio. Esa tía ha secuestrado a un grupo de rehenes— explicó el detective

La inspectora no contestó, sin embargo extrajo el recorte del bolsillo y se lo entregó. Después volvió a bajar la cabeza, consternada. Esposito leyó la dirección del papel con el ceño fruncido

—Esta es… la dirección donde se ha producido el asalto— balbuceó confuso — ¿Qué significa? — preguntó antes de devolvérselo
De pronto Beckett alzó la vista, su mirada había cambiado. Un ardiente deseo de venganza había extinguido las lágrimas de sus ojos, y la respiración volvía a ser firme y segura. La expresión de su rostro parecía profunda e inquisitiva, como un depredador que estudia a su presa antes de atacar

Como si aquellas palabras actuaran de resorte, la inspectora se despegó vigorosamente del coche. Tomó el papel en su puño y se lo arrojó de nuevo a Espósito golpeándole el pecho con la mano abierta

—Significa que tiene a Castle—



—Toda esta gente es inocente. Deja que se vayan— Masculló Castle resignado mientras los secuaces de la asesina colocaban una brida en sus muñecas

Ella se inclinó hasta quedar a la misma altura del escritor, que se encontraba arrodillado en el suelo

—Nadie es inocente Rick— susurró mirándole directamente a los ojos. Después se incorporó sin perder de vista al escritor —Pero por suerte para ellos, controlar a tantos rehenes seria poco… eficiente— añadió en voz alta

Acto seguido se dirigió a sus cómplices, quienes continuaban maniatando uno por uno a los asustados rehenes

— ¡Nos vale con estos doce, dejad que los demás se vayan!— indicó la asesina

La mayoría de prisioneros se encontraban tumbados bocabajo y con las manos en la nuca por imposición de los secuestrados. Comenzaron lentamente a levantarse, con una mezcla de miedo y confusión, como si en cualquier momento pudieran empezar a dispararles

— ¡Vamos, ya lo habéis oído! — exclamó uno de los hombres, que parecía liderar al resto de cómplices

Aquel hombre parecía curtido por años de conflictos, y Castle rápidamente vinculó los tatuajes de su cuello con algún tipo de crimen organizado. Una profunda y oscura cicatriz recorría su pópulo izquierdo deteniéndose a escasos centímetros del ojo

— ¡No tenemos todo el día! — gritó tan fuerte que los rehenes liberados huyeron despavoridos

Los rehenes, en su mayoría jóvenes seguidores del escritor, se reunieron de nuevo con las familias que esperaban detrás del improvisado cordón policial. Sin embargo el secuestro tan solo había comenzado

—Ya saben que vamos en serio— comentó la asesina antes de disparar a la cámara de seguridad que cubría la zona donde se encontraban

En ese momento el grupo de policía que empezaba a organizarse perdió la visibilidad de la segunda planta. Los asaltantes parecían conocer el sistema de seguridad del edificio, colocándose en los puntos muertos de la planta inferior de forma que no podían verlos. Y sin aquella cámara, no tenían forma de observar lo que ocurría con los rehenes que permanecían en el interior

—Vosotros dos— indicó la asesina —Colocaros también en la planta de abajo… pero recordad, la inspectora es mía— remarcó con una voz que se acercaba a la locura


—Señor, no podemos recuperar la imagen. Han eliminado la cámara— indicó el informático que se encontraba en el puesto de control

Poco después de recibir el aviso, la policía y las fuerzas especiales se habían movilizado hasta el lugar de los hechos. El grupo de expertos en rescate de rehenes lideraba la coalición tratando de organizar los efectivos. Los coches de policía se encontraban estacionados a modo de barrera entorno a la puerta principal del edificio. De forma similar una cinta policial mantenía a familiares y curiosos alejados de la vorágine.

El improvisado puesto de mando se encontraba en el interior de una caravana. Desde allí, el capitán Peterson, un hombre con amplia experiencia en situaciones similares, organizaba la operación. Los miembros armados del SWAT habían rodeado el edificio mientras un grupo de tres hombres estudiaba el plano del mismo para localizar posibles puntos de ataque. A estos se sumaban varios francotiradores apostados en las azoteas colindantes

Las fuerzas encargadas de la fallida operación para atrapar a la asesina se sumaron poco después a la movilización. En cuestión de minutos el dispositivo policial se había desplegado en todo su esplendor en la escena. Las cámaras pinchadas les permitían observar el interior a pesar de que la asesina había eliminado las de la planta superior. Las pantallas se encontraban repletas de información sobre los hombres que habían logrado reconocer, en su mayoría con antecedentes leves, así como de planos de la construcción

Con la situación estabilizada, el capitán se disponía a contactar con los secuestradores cuando alguien llamó a la puerta

—Señor, una mujer insiste en hablar con usted — explicó un joven oficial mostrándose nervioso

—Deja que pase — replicó el capitán Peterson

Beckett entró en el puesto de mando con el corazón aun desbocado

— ¿Quién es usted? — preguntó el capitán al advertir la placa que colgaba de su cinturón

—Kate Beckett, inspectora de homicidios — se presentó  —Mi compañero está ahí dentro — añadió tras haberse recuperado

— ¿Tiene un policía dentro? — el capitán parecía consternado. En una situación así un policía se convertiría en el primer rehén en morir

—No, se trata de Richard Castle…el escritor. Hoy había una fiesta para presentar su último libro y… —

—Sí, sí, ya lo sabemos — interrumpió el hombre  —Una situación idónea para el robo. Al parecer la librería guardaba algunas primeras ediciones de libros antiguos que en total suman un precio bastante elevado. Ese es el objetivo de los ladrones—

—Se… se está equivocando señor — contestó Beckett tratando de mantener la calma  —Esa mujer es una asesina, no una ladrona.
Llevamos varias semanas detrás de ella y por ahora ha matado a cuatro personas…y lo ha intentado con otras dos. No podrá negociar con ella — el capitán se cruzo de brazos mientras escuchaba la explicación de la inspectora  —No quiere dinero. Está obsesionada con Castle…él es el objetivo y no unos libros —

—Le agradezco la información inspectora, ahora por favor deje mi puesto de mando — masculló el hombre, reticente a aceptar la versión de la inspectora

—Pero me necesita para sacarlos con vida —

—Escúcheme inspectora. Su situación personal con uno de los rehenes pone en riesgo la vida de todos los demás, y eso podría comprometer la operación. No permitiré que muera nadie porque usted cometa un error, así que si quiere ver a su amiguito sano y salvo le sugiero que baje ahora mismo de esta caravana y nos deje hacer nuestro trabajo —

Beckett obedeció a regañadientes y abandonó el puesto de mando

—Creen que es un robo— explicó Beckett tras juntarse con Ryan y Espósito —Van a conseguir que mate a todos los rehenes—

—No podemos hacer nada, Beckett— contestó Ryan

—Y Gates no va a usas sus influencias para ayudarte en esto— añadió Esposito

—No saben de lo que es capaz esa mujer— replicó Beckett furiosa

—Solo podemos esperar. El capitán Peterson tiene años de experiencia en secuestros, seguro que puede arreglárselas— comentó Ryan, y Espo asintió

Unos minutos más tarde, sin embargo, el capitán apareció entre la muchedumbre y se aproximo hasta los tres inspectores. Su expresión había cambiado, se mostraba más amable aunque un tanto contrariado

—Siento lo de antes inspectora. Pero entenderá que la seguridad de los rehenes es la prioridad en estos casos— recalcó a modo de presentación—En condiciones normales no dejaría a nadie más intervenir en la operación. Pero dado que usted lleva un tiempo estudiando a esa mujer creo que sus conocimientos podría sernos útiles — comentó el hombre a modo de disculpa  — ¿Está segura de que puede hacerlo? —

—Por supuesto — contestó Beckett

—Bien, hemos intentado contactar con esa mujer y lo único que ha respondido es que solo hablará con “la impostora”— explicó el capitán — ¿Alguna idea de quién podría ser?

—Si señor… creo que se refiere a mí—


En el interior de la librería Castle intentaba entretener a la asesina para evitar cualquier altercado. Martha permanecía acurrucada en un rincón envuelta en lágrimas junto con los demás rehenes. El escritor sin embargo se encontraba en el centro de la pequeña habitación donde los retenían, a salvo por el momento, dado que la asesina había guardado su pistola

—No sé qué intentas conseguir con esto. Pero no te saldrás con la tuya— exclamó Castle envalentonado

Uno de los hombres que montaba guardia junto a la puerta quitó el seguro de su arma a modo de advertencia. Castle se encogió acongojado

—Tengo que acabar el trabajo Rick— respondió ella con una maliciosa sonrisa

—La policía nunca te entregará a Gilmore— replicó Castle

La asesina avanzó rápidamente hacia el escritor enfadada quedándose a escasos metros de su cara. La locura brillaba en sus ojos y sus facciones parecían más agresivas. Thomas Gilmore, el objetivo de su tercer asesinato, no solo había logrado eludirla, sino que su detención en una prisión de alta seguridad le impediría acercarse.

Cerró los ojos para controlar el repentino ataque de ira, se incorporó y respiró hondo para calmarse

—No es a Thomas Gilmore a quien quiero…— musitó ella

Entonces Castle cayó en la cuenta de cuál era el verdadero objetivo de la asesina

—Beckett…— murmuró Castle casi con un lamento

—Pudiste detener todo esto, Rick. Solo tenías que abrir los ojos y darte cuenta de que soy yo quien merece ser tu musa — le susurró la asesina al oído mientras acariciaba el cuello de su camisa sensualmente —Yo soy la verdadera Nikki Heat,  y juntos lucharíamos contra el crimen— su expresión cambió hacia la ira —Pero me diste la espalda; renegaste de tu propia creación, preferiste a esa farsante y eso no puedo permitirlo—

Tomó el mentón del escritor entre sus memos, obligándole a alzar la mirada hacia ella. Los nerviosos latidos de su corazón podían casi escucharse en la habitación. Parecía ansiosa por ejecutar finalmente su plan para poner fin a la inspectora

—Ahora soy yo quien tiene el poder, quien decide quien vive y quien muere… — la asesina se alejó unos pasos del escritor sin dejar de mirarle fijamente —Dime, Rick ¿Qué se siente cuando no eres tú quien escribe el final de la historia?—

Castle sintió la impotencia caer de golpe sobre su pecho. La operación para detener a la asesina había fallado, y ahora la vida Beckett se hallaba en peligro. Todo aquello era su culpa, y no podía hacer nada para impedirlo

—Jefa, una llamada del exterior— exclamó de pronto otro de los secuaces al otro lado del pasillo —Es una mujer—

— ¡Al fin! — respondió agitada

— ¡Tú! — La asesina señaló al hombre que había permanecido en todo momento junto a la puerta —Vigílalos. Y si alguno intenta algo, vuélale la cabeza—

El hombre asintió con la cabeza

Los rehenes se encontraban secuestrados en un rincón del enorme almacén de la segunda planta, conectado con la librería por un estrecho pasillo. La mayoría permanecían acurrucados en una esquina sin apenas pestañear por miedo a aquel hombre
La asesina recorrió el corredor hasta la habitación donde horas antes Castle esperaba presentar su última novela. Allí el cabecilla del grupo le entregó el teléfono

—Hola inspectora— murmuró ella de forma muy similar a la primera conversación que mantuvieron — ¿Recuerdas mi voz?—

¿Cómo olvidarla? Aquella voz se había marcado a fuego en la mente de Beckett

— Si tocas a Castle yo…— exclamó Beckett enfurecida

—No, no, no, inspectora. ¿Qué forma tan agresiva de negociar es esta? ¿A caso no has leído el manual? — interrumpió la asesina en tono burlesco

El capitán Peterson le indicó con los ojos que se ajustara a las directrices básicas del rescate de rehenes: mantener al secuestrador ocupado

—Está bien, ¿qué es lo que queréis a cambio de liberar los rehenes? — continuo Beckett más serena

—Quiero que me entregues a Thomas Gilmore— replicó la asesina decidida

—Sabes que no puedo hacer eso… pero estoy dispuesta a hablar con el fiscal para llegar a un acuerdo— explicó la inspectora —Sin embargo pediré algo a cambio. Como muestra de voluntad, quiero que liberes uno de los rehenes ahora y uno más cada media hora—

—Está bien, inspectora— masculló antes de colgar el teléfono

Una sonrisa maliciosa adornó durante unos segundos en el rostro de la asesina

—Ya sabes que hacer— le indicó al cabecilla del grupo antes de retirarse


— ¡Atención! Movimiento junto a la puerta— anunció el francotirador que vigilaba el área

Las fuerzas especiales apostadas junto a la entrada mantuvieron la posición, preparadas para actuar en caso de agresión por parte de los secuestradores. El grupo de policías se sumió en un silencio absoluto mientras esperaban a la silueta que se acercaba tambaleante a la cristalera.

El aire quedó en remanso; los sonidos de la ciudad se escuchaban en la lejanía. Todos aguardaban expectantes cuando finalmente un hombre empujó la puerta y salió al exterior.

Se trataba de un hombre de mediana edad, con el pelo canoso y engominado. Vestía un traje muy formal diseñado a medida y unos zapatos relucientes. Sin embargo escondía su mano derecha junto al bolsillo interno de la solapa izquierda de su chaqueta

— ¡Tire el arma!— vociferó uno de los agentes. El hombre miraba a su alrededor confuso y desorientado. El grupo de policías mantenía su posición, atrincherados tras los coches y el mobiliario urbano. — ¡Tire el arma o abriremos fuego! — repitió el capitán

La tensión continuaba aumentando a medida que el hombre se dirigía lentamente a las escaleras sin obedecer la orden. Se tambaleaba nervioso y pálido, las gotas de sudor corrían a raudales por su frente. Los policías temían que los secuestradores le hubieran colocado algún explosivo al rehén o se encontrara coaccionado para disparar contra ellos

— ¡Quítese la chaqueta, ponga las manos en alto y arrodíllese!— ordenó de nuevo el líder del grupo

Unos segundos después, y el hombre seguía sin reaccionar. Ante la negativa de entregarse pacíficamente los policías comenzaron una cuenta atrás antes de disparar. Tres. Dos…

De pronto Beckett atravesó el cordón policial a toda velocidad sin que nadie pudiera detenerla. La inspectora corría desarmada e indefensa frente al cañón de decenas de pistolas. Sin embargo antes de que lograra alcanzar al hombre, este se desplomó
— ¡Que alguien llame a una ambulancia! — gritó Beckett tras arrodillarse junto al rehén

Al retirarle la chaqueta descubrió una profunda incisión en el lado izquierdo del abdomen. La sangre emanaba a borbotones por la herida mientras el hombre se convulsionaba en el suelo. Beckett logro detener la hemorragia taponando la zona con la chaqueta del hombre antes de que otros policías se lanzaran a ayudarla

Los paramédicos llegaron poco después, pues se encontraban bajo aviso por el propio secuestro.

—Ha perdido mucha sangre, pero vivirá— le explicó el doctor a Beckett después de que el hombre se encontrara estable en el interior de la ambulancia —Al parecer gracias a usted—

Beckett asintió agradecida y regresó al puesto de control

—Señor, una llamada del edificio— avisó uno de los técnicos

El capitán Peterson le entregó los cascos y el micrófono a la inspectora

—Hola de nuevo— saludó la asesina al otro lado del teléfono

— ¡¿Qué ha sido eso?! — exclamó Beckett furiosa

—Eso, inspectora, era una advertencia— contestó la asesina con un tono de voz mucho más frio —No pienso jugar a ninguno de sus juegos. Si no me entrega a Thomas Gilmore en la próxima media hora el siguiente rehén en salir será Richard Castle. Y esta vez los paramédicos no podrán hacer nada por salvarle—

— ¡Escúchame! Si le haces daño a Castle, entraré por esas puertas en persona y te reventaré el cráneo de un tiro—  amenazó Beckett sin inmutarse

— ¿Sabe que, inspectora? Hagámoslo de otro modo— respondió la asesina manteniendo la calma —Si no viene a por mí en los próximos veinte minutos, no volverá a ver a su escritor con vida—

Acto seguido colgó el teléfono. Los secuestradores habían trasladado a Castle hasta la habitación principal por orden de la asesina con la intención de que fuera consciente de la situación

—Todo marcha según lo previsto— exclamó la asesina con una sonrisa de satisfacción —Dejad que llegue a hasta mi— indicó a sus cómplices

El líder asintió y distribuyó a sus hombres por las restantes zonas del edificio, preparándose para el inminente asalto.

— Voy a matarla, Rick. Voy a matarla y te obligaré a verlo. Solo así entenderás el sufrimiento al que me condenaste con tu rechazo— exclamó la asesina con un deje de triunfo en sus ojos

—Eres menos inteligente de lo que creía si piensas que ella caerá en tu trampa— musitó Castle

—Y tú eres muy ingenuo si piensas que no vendrá a proteger al hombre que ama— contestó ella

Castle sintió el peso de aquellas palabras abalanzarse sobre él. Sintió que le atravesaban el corazón y le oprimían el pecho. Nunca había pensado que Beckett sintiera eso por él, pero ahora se encontraba en peligro por su culpa

—Podrás perseguirme hasta el confín del mundo, darme caza; pero nada conseguirá devolverte a tu inspectora— sonrió la asesina — ¡Llévale con los demás! — ordenó a uno de los hombre


—No van a autorizarte— añadió Ryan

—Es una locura Beckett, seguro que es una trampa— exclamó Espósito

Sus compañeros intentaban convencerla mientras se preparaba para cumplir su parte del trato

—Ya lo sé… pero tienen a Castle. No podemos dejarle ahí— replicó Beckett con la tristeza marcada en su rostro

—Tiene que haber otro modo— propuso Ryan negándose a permitirlo

—A menos que se nos ocurra algo en los próximos diez minutos, esta es la única forma— explicó Beckett

—Va a por ti Beckett, poniéndote en el punto de mira solo le haces un favor— continuó Espo

El capitán Peterson apareció junto al grupo a voz en grito

— ¡¿Qué piensa que está haciendo, inspectora?! —

—Me preparó para entrar, Señor— contestó ella

—Espero que sea una broma—

—Ya la ha odio, es una asesina demente y cumplirá con sus amenazas— respondió levantando el tono

—Le prohíbo que continúe— ordenó el capitán

Beckett se abrochó la chaqueta y comprobó el cargador de su pistola antes de enfundarla

—Con el debido respeto, señor. Castle es mi compañero. No le estoy pidiendo permiso para entrar, le estoy informando—

— ¿En qué podemos ayudarte? — preguntaron Ryan y Espo al darse cuenta de que no lograría convencerla

—Ryan, investiga a sus cómplices, no parecen novatos en esto y la información pude sernos útil. Espo, coordina a los francotiradores, con algo de suerte uno de los secuestradores saldrá de su escondite—

— ¡No voy a permitir que pase este cordón, inspectora!— masculló el capitán cortándole el paso

—Entonces ordéneles que me disparen— replicó Beckett desafiante antes de sortear el obstáculo


Beckett avanzaba lentamente por el interior del edificio. Sentía como la observaban entre las sombras, esperando a una señal para disparar. La adrenalina corría por sus venas en respuesta al peligro. Sentía miedo, pero la determinación de salvar al escritor la empujaba a continuar.
Subió las amplias escaleras tratando de no hacer ruido al caminar. Con la pistola preparada para disparar, mirando a uno y otro lado con rapidez. Llegó a la segunda planta con el corazón desbocado y se adentró en las columnas de estanterías

El sol se filtraba por las ventanas, proyectando la sombra de los libros sobre el suelo enmoquetado. Las siluetas de la habitación se mezclaban unas con otras, confundiéndose

De pronto notó una sombra diferente unos metros más allá y escuchó un pequeño chasquido. Beckett se tiró al suelo justo antes de que una bala atravesara el espacio que antes ocupaba su cabeza

Ese primer disparo dio comienzo a un combate más abierto. La segunda bala pasó a unos centímetros por encima de la melena de la inspectora, que rodó por el suelo esquivando un tercer disparo y se agazapó junto a un expositor de libros

La asesina aprovechó la coyuntura para cambiar de posición y Beckett trató de alcanzarla con su arma en dos ocasiones fallidas que obtuvieron otra bala como respuesta. Sin saber donde guardaban a Castle, la inspectora no tenía más remedio que continuar con el enfrentamiento.

Se alzó ligeramente por encima del expositor, viéndose obligada a esconderse de nuevo cuando otras dos balas llegaron en su dirección. La asesina disparó en tres ocasiones más a modo de cobertura. Por la fuente del sonido Beckett podía percibir que su oponente se movía por la sala. Intentaba rodearla.

En una arriesgada maniobra, Beckett empujó el expositor que la cobijaba de los disparos hasta derribarlo, aprovechando el estruendo para correr hasta las estanterías. La asesina disparó al origen del ruido una vez más sin éxito.

— ¡Ríndete y nadie saldrá herido! — ordenó Beckett sin grandes esperanzas

La asesina entregó su negación en forma de dos disparos que impactaron junto a Beckett, haciendo saltar los libros en mil pedazos. Los fragmentos de papel volaban por el aire entorpeciéndole la visión, pero la inspectora alcanzó a ver a la asesina tratando de alcanzar una puerta secundaria

Beckett abandonó su escondite y se colocó en campo abierto, sujetando la pistola tal como le enseñó a Castle poco después de conocerse. Disparó en dos ocasiones y ambas balas rozaron las ropas de la asesina. Ella respondió con dos torpes disparos para cubrir sus espaldas, que no presentaron ningún peligro

Beckett se lanzó corriendo a perseguirla cuando una bala surcó el aire por su espalda. Se giró para ver de dónde provenía, y confirmó que se trataba de uno de los cómplices. Beckett avanzó hasta la parte de la sala más alejada y se escondió tras una de las estanterías que se encontraba en el suelo, derribada por el ajetreo del combate. El hombre con poca experiencia en tiroteos permaneció junto a la escalera, sin buscar cobertura, y Beckett le alcanzó con una bala acabando con su vida.

La inspectora recargó su arma y el silencio reinó en la sala. Poco después se escuchó el sonido de una puerta, la misma por la que la asesina había desparecido. Beckett se acercó lentamente por la fila de estanterías, avanzando hacia el pasillo central

Entonces alcanzó a ver levemente la silueta de la asesina en un atisbo. Se encontraba con la guardia bajada, lo que le brindaba una oportunidad a la inspectora para poner fin al enfrentamiento

— ¡Suelta el arma! — exclamó rápidamente abandonando su escondite

Beckett irrumpió de un salto en el pasillo formado entre los estantes de libros. Sujetaba su pistola con ambas manos, con el dedo índice acariciando el gatillo; preparada para actuar antes de que la asesina reaccionara. Las gotas de sudor caían por su frente

Al otro lado de las múltiples hileras de estanterías, junto al mostrador, se encontraba su objetivo. Un segundo después, y la asesina seguía sin responder a la orden de la inspectora

—Tengo una idea mejor— contestó de pronto la mujer — ¿Por qué no la sueltas tu? — añadió con una sonrisa

La asesina reveló entonces una figura oculta hasta entonces por el limitado campo de visión que ofrecía la posición de la inspectora. El corazón le dio un vuelco. Castle se encontraba a la izquierda de la asesina, arrodillado en el suelo, maniatado y con el cañón de la pistola rozando su sien. El escritor mantenía la cabeza gacha, con los ojos cerrados fuertemente esperando al disparo que acabaría con su vida. Tardó unos segundos en reconocer la voz de la inspectora, en sentir su presencia, entonces abrió de nuevo los ojos y levantó la mirada para ver una última vez el rostro de su musa antes de que una bala atravesara su cráneo. Pero esa bala nunca llegó.

—Baja el arma. No tiene que morir nadie más— musitó Beckett con la voz entrecortada. A pesar de su determinación, la vida del escritor pendía de un hilo y un mal movimiento podría suponer su muerte

—No, solo tiene que morir uno— contestó ella empujando levemente la cabeza de Castle con el arma —Pero antes quiero disfrutar de este momento. Al fin he derrotado a la falsa Nikki—

—Entonces dejémonos de juegos— replicó la inspectora cambiando el tono para denotar seriedad —Veo que sigues usando el mismo tipo de pistola. Una Glock 19, con capacidad para 15 balas— señaló Beckett —Y si he contado bien, has disparado 14 veces—

La expresión de la asesina cambió de inmediato, mostrado la rabia al verse atrapada en tal encrucijada. Comenzó a mover su mano
derecha lentamente, intentando alcanza el bolsillo derecho del pantalón donde guardaba dos cargadores más

—Ah Ah Ah— Advirtió Beckett con el dedo al percatarse del movimiento de la asesina  —Ni lo intentes—

En aquel momento la inspectora parecía tener la ventaja. Si intentaba recargar tendría que descargar primeo la pistola y por lo tanto dejaría de apuntar al escritor unos segundos. Tiempo suficiente para que Beckett demostrara su certera puntería

Tragó saliva y respiró hondo unos segundos, decidiendo su próximo paso

—Sabes tan bien como yo que solo te queda una bala. Te recomiendo que sueltes el arma y todo esto habrá terminado— exclamó Beckett sin dejar de apuntar a su objetivo —Porque si aprietas ese gatillo y yo sigo respirando, estarás muerta antes de que consigas recargarla—

—Bien inspectora, parece que hemos llegado a un punto muerto— sonrió la asesina —Pero en realidad, solo necesito una bala— exclamó de pronto

Antes de que Beckett pudiera reaccionar al repentino cambio de actitud, la asesina levantó el brazo que sostenía la pistola hacia la inspectora y disparó.

La bala viajó por el aire a gran velocidad, acompañada en su trayectoria por un silbido, hasta impactar en su abdomen. Al sonido del disparo le siguiendo el ruido del cuerpo de Beckett al golpear contra el suelo,  arrojado por el impulso del proyectil

C-como haces eso? Y encima lo dejas ahi!!!!!!SIGUE YAAAAAAAAV me leí todo del tiron y me dejas asiiiiwsgvdvwhs me encantaa Y ARREGLA ESTO Y MATA A ESTA TIPA!

Pero como nos haces esto y lo dejas asi   no me lo puedo creer que tensión, quiero saber lo que pasa que me muero de la angustia, espero la segunda parte y por cierto muy buen capitulo    

Noooooooooooo, cómo lo dejas así???? Continúa pronto.

Lleva chaleco, sé que lleva chaleco, tiene que llevar chaleco... ¿lo lleva verdad? ¡DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS! ¿Como lo dejas así? Cada vez eres más malo, como le haya pasado algo a Beckett...   

Que ya le vale también, mira que ceder a la trampa de la asesina, ¿como se le ocurre? Y a Espo y a Ryan permitírselo, yo la esposaba a una farola o algo xD Vale que este preocupada por Castle, pero tendría que saber de sobra que ceder y exponerse de esa manera no es la mejor solución...

Espero por mi saludy la tuya que lo puedas terminar antes de navidad, porque sino me va a dar algo, pórtate bien porfis

 

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Como nos dejas asi?     Te lo perdono solo porque ha estado buenisimo el capi! pero por favor no lo abandones tanto si?    Espero te vaya muy bien en tus pruebas y asi tengas animo de continuar!  

diooooos. continuaaaa

carlos carlos carlos!!!!! en tres dias me lei tu fic. lo tenia en el tintero esperando ser leido y hoy lo termine!!! ahora entiendo porque te piden tanto que sigas escribiendo y sobre todo porque queres matar a tus compañeros de clases jajaja yo que ellos tendria miedo con la imaginacion que posee usted ingeniero!!
en cuanto al fic! esta muy bueno me encanta tu forma de escribir!!! espero que con los examenes estes llendo de maravillas y puedas seguir escribiendo
saludos nos vemos en algun momento en el chat besos

En serio, nos dejas asi. Sigue sigue ...