Rise Again (Cap 11 parte 1)
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
muy bueno, me a encantado, continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
WAAAAUUU!!!el argumento es buenísimo al igual que la redacción y junto con la intriga que estas dejando, hace que sea un fic muy completo, continua pronto que no nos puedes dejar asiiiii!!!
Ethan3- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Bueno, al final me he retrasado bastante con la segunda parte, no tengo remedio
Voy a tener que dejar de decir plazos que luego nunca puedo cumplir
Pero más vale tarde que nunca así que aquí os dejo la segunda parte del capitulo
Espero que os guste (o que os de algo de miedo ) y como siempre gracias por leer y comentar
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De pronto un ruido estridente interrumpió la conversación. El corazón de la inspectora se aceleró al escuchar un grito de alarma a través de su walkie-talkie. Todos los presentes reconocieron aquel sonido como un detonador, un augurio de lo que vendría a continuación
El tiempo se detuvo por un instante alrededor del escritor y su musa, como si en aquel momento el mecanismo de sus relojes se negara a avanzar. Se miraron a los ojos con cierto temor a medida que la adrenalina inundaba sus cuerpos. Otros miembros del equipo corrían tan rápido como sus piernas lo permitían para ponerse a cubierto. Ellos escuchaban los pasos y los gritos en la lejanía, como si su oídos permanecieran ajenos a lo que sucedía a su alrededor
Se agarraron fuertemente de la mano, con decisión y firmeza. Los latidos de sus corazones acelerados y los sonidos de su respiración acompasada llenaban el silencio que existía a su alrededor. Comenzaron a reaccionar y echaron a correr precipitadamente, como impulsados por un instinto primario de supervivencia, o quizás por la necesidad de protegerse mutuamente.
A duras penas lograron saltar los últimos escalones del porche en su frenética huida antes de la detonación. La gran cantidad de explosivos escondidos en el interior del edificio destruyó por completo la vivienda y la onda expansiva los alcanzó en el aire, empujándolos con violencia. Sus cuerpos rodaron varios metros por el suelo, arrastrados por la inercia del impacto a pesar de sus intentos por detenerse. Mientras una gran nube de tierra y polvo se formaba a su paso, Castle y Beckett luchaban por resguardarse de la lluvia de fragmentos de madera y esquirlas de cristal provenientes de la explosión.
Finalmente lograron frenar su avance por el terraplén. Permanecieron inmóviles unos segundos, escuchando sus rítmicas respiraciones apaciguarse poco a poco tras la explosión. Todavía desorientados, se giraron para contemplar el humeante amasijo de madera y metal en que se había convertido la vivienda.
—Definitivamente no es mi imaginación— masculló Castle entre dientes
Unos segundos más tarde aparecieron Ryan y Espósito. Ellos habían logrado alejarse lo suficiente como para ponerse a cubierto y rápidamente empezaron a coordinar los servicios de urgencias.
— ¿Estáis todos bien? — preguntó Beckett al tiempo que se ponía en pie agarrándose de la mano que le tendía Castle
—Solo tenemos dos heridos leves— explicó Espósito
—Las ambulancias están de camino— añadió Ryan
— ¿Sabéis cómo se pudo activar la bomba? — preguntó Castle todavía un poco mareado
—Uno de los oficiales intentó entrar por una ventana, dice que al forzarla escuchó un chasquido y luego la explosión. Él y su compañero son los que están heridos— contestó Esposito señalando a la zona en la que otros policías los atendían
—Sabremos más en cuanto los técnicos analicen los restos de la bomba— añadió Ryan antes de continuar con las llamadas
Los paramédicos llegaron unos minutos más tarde a aquel páramo apartado de la ciudad. Una ambulancia transportó a los dos heridos con urgencia al hospital para hacerse cargo de sus quemaduras. También insistieron en examinar a los demás integrantes del grupo, incluyendo a Beckett a pesar de sus negaciones.
Pasaron algunas horas en el hospital mientras los médicos completaban las pruebas. Tenían que asegurarse de que ninguno presentaba heridas internas o daño cerebral por los golpes causados por la onda expansiva. Así mismo tomaron radiografías de varios policías para comprobar la existencia de traumatismos o fracturas y aplicaron desinfectantes en las heridas superficiales y puntos de sutura en los casos necesarios.
Castle y Beckett consiguieron no despegarse durante las pruebas mientras los médicos iban y venían. La inspectora se mostraba reacia a continuar en el hospital mientras la asesina seguía suelta por la ciudad, pero consiguieron convencerla para terminar el examen. Comenzaba a atardecer cuando los médicos les dieron el alta
— ¿Volvemos a comisaría para continuar con el caso? — sugirió Castle dispuesto a trabajar para atrapar a la mujer que creía ser la protagonista de sus obras
—En realidad no podemos hacer mucho hasta que los técnicos no investiguen. Lo mejor será que te vayas a casa, Martha y Alexis estarán preocupadas— contestó Beckett recordándole al escritor que su madre y su hija apenas habían tenido noticias de él tras la explosión
— ¿Tú no vienes? — Pregunto Castle con preocupación —Conociendo a mi madre, seguro que ha pasado toda la tarde cocinando para distraerse—
—Antes quiero hacer una visita al depósito, a ver si Lanie tiene algo nuevo. Nos vemos en la cena— Beckett se despidió de su escritor con una sonrisa antes de separarse
La doctora se abalanzó sobre su amiga para abrazarla tan pronto como la vio aparecer en la sala de autopsias. Espósito le había contado todo lo sucedido por lo que Lanie no reparó en saludar a la inspectora de aquel modo tras comprobar que se encontraba ilesa. Después de pasar unos minutos relatando su versión de los hechos, Beckett decidió preguntar a su compañera por cualquier información relevante para el caso.
La forense había terminado las autopsias el día después del asesinato y sin nuevas pruebas no podía proporcionarles más datos. De nuevo debían esperar a que los técnicos examinaran la vivienda y la furgoneta para poder continuar investigando el caso. Finalmente Beckett confesó que la verdadera razón de su visita era que se encontraba algo mareada.
Lanie asintió con cierta preocupación y regresó a su escritorio. Buscó en uno de los cajones hasta dar con una pequeña pero potente linterna con forma de bolígrafo. Beckett se sentó en una de las mesas de autopsias y espero a su amiga en silencio al tiempo que balanceaba las piernas acompasadamente.
La doctora empleó la linterna para observar las pupilas de la inspectora y su respuesta a la luz en busca de algún tipo de daño causado por la explosión que pudiera pasar desapercibido a simple vista
—No veo signos de conmoción o daño cerebral…— aclaró Lanie mientras terminaba las pruebas —…más allá del que te causa el chico escritor, claro— añadió mientras depositaba la linterna de nuevo en el escritorio
—¿Qué dices Lanie? — replicó Beckett frunciendo el ceño al tiempo que se bajaba de la mesa de autopsias de un salto
—Venga Kate, llevas durmiendo allí unos días, no me digas que no ha pasado nada— Lanie se acercó a la inspectora, dispuesta a sonsacarle la información por cualquier medio
—¡No ha pasado nada! — exclamó Beckett cruzándose de brazos en actitud defensiva
—Claaaro— bromeó Lanie levantando ambas cejas —Por eso has venido a ver “si tenía algo nuevo” y a que te examinara en vez de pedírselo a los paramédicos— añadió colocando las manos sobre sus caderas —Puede que tú seas la detective, pero yo se reconocer ciertas cosas cuando las veo…vamos, ¿Qué ha pasado?—
Lanie se mantenía impasible frente a Beckett, esperando a que la inspectora mostrara el autentico motivo por el que se encontraba en el depósito
—Bueno... — Beckett bajó la mirada
—¿Bueno que? ¡Kate, no me hagas sacártelo! Te advierto que tengo el bisturí a mano— exclamó Lanie desaseando que su amiga continuara con la historia
—Lo cierto es que ayer… tuve un sueño…— la inspectora se mordió el labio inferior indecisa
—¿Qué clase de sueño?— preguntó Lanie confusa
Beckett alzó la mirada hasta toparse con los ojos de la doctora y se sonrojó al recordarlo
—Ya entiendo— asintió Lanie con una sonrisa al comprender el motivo por el que Beckett trataba de ocultar la información — ¿Has pensado contárselo a Castle? —
— ¿Y aumentar aún más su ego? No gracias—
—Estoy segura de que no le importaría satisfacer tus fantasías—
— ¡Lanie! — se quejó la inspectora sobresaltada por la propuesta de su amiga
— ¿Qué? Tú tienes las tuyas con el escritor…y por lo que escribe en sus libros te aseguro que él las tiene contigo— contestó la doctora arqueando una ceja — ¿Qué hay de malo en que paséis un buen rato? —
—Castle y yo somos amigos, eso es todo. Y lo de ayer solo fue un sueño ¡un sueño! No duermo bien últimamente, el stress, el trabajo y…—
—…y las manos del escritor, que te vuelven loca— interrumpió Lanie —Te mueres por estar con él y lo sabes—
Beckett frunció el ceño en señal de desaprobación
—Sí, ya sé que no estás preparada para aceptarlo aún…y mucho menos para decírselo a Castle. Pero no puedes esperar eternamente Kate—
La inspectora bajo la mirada al encontrar una gran verdad en las palabras de su amiga
—Llevo diez años trabajando aquí. Paso un par de noches en compañía de las victimas antes de que se vayan al lugar donde todos acabaremos. Todos ellos tenían sueños Kate, cosas que harían cuando llegara el momento. Mira lo que ha pasado hoy, podríais estar heridos… ¡podríais haber muerto todos! — La voz de la doctora se ahogó al recordar que entre los integrantes del grupo se encontraban varios de sus mejores amigos así como su novio —Dime que en ese segundo antes de que explotara la bomba no pensaste únicamente en Castle y en lo que te gustaría decirle si aquel fuera el final—
Beckett permaneció en silencio sopesando las palabras de su amiga.
—Está bien, no tienes que contestar Kate. Pero no lo dejes para cuando sea demasiado tarde— aconsejó la doctora antes de que juntas abandonaran el depósito
Cuando Beckett llegó al apartamento de Castle tanto Martha como Alexis la saludaron efusivamente. El escritor les había relatado todo lo sucedido durante el registro de la granja y como una bomba había volado el edificio. Alexis abrazaba a Kate luchando para evitar que sus ojos se anegaran en lágrimas. La joven temía perder a la única mujer por la que había visto feliz a su padre en muchos años y a la que consideraba como un ejemplo a seguir.
Martha por su parte había preparado un gran festín para celebrar que habían salido ilesos de aquel incidente. La mesa se encontraba repleta de platos exóticos y variados a la par que deliciosos. Durante algunas horas compartieron una agradable cena en familia. En esos momentos la inspectora y el escritor olvidaban el caso y los peligros que les acechaban para disfrutar únicamente de la compañía
—Voy a acostarme pronto que mañana tengo mucho trabajo en la academia— explicó Martha levantándose —Buenas noches querido. Katherine— se despidió de ambos con una reverencia
—Que descanses Martha— contestó Beckett mientras Castle sonreía por la actuación de su madre
La actriz comenzó a subir por las escaleras hacia la segunda planta, pero se detuvo a medio camino para contemplar de nuevo la escena. Permaneció casi escondida en las escaleras hasta que logró captar la atención de su nieta. Le indicó con la cabeza a Alexis que la siguiera, y la joven pareció entender la mueca
—Pensándolo bien yo también me voy a dormir— anunció Alexis recogiendo su plato —Dentro de unos días tengo unos exámenes importantes y tengo que estudiar— aclaró antes de besar a su padre en la mejilla —Buenas noches a los dos— Castle le devolvió el beso a su hija y Beckett se despidió de la joven con una sonrisa
El escritor y su musa continuaron unos minutos más con la cena hasta darse por satisfechos con la comida
—Deberíamos recoger este alboroto — propuso Beckett al terminar
—No te preocupes, yo me encargo— contestó él comenzando a llevar los platos
—De eso nada Castle. Tú me has acogido en tu casa mientras resolvemos el caso, al menos déjame ayudar— replicó la inspectora persiguiéndole
—Si insistes…— murmuró Castle lanzándole una bayeta a la inspectora con una carcajada
Beckett la atrapó al vuelo para sorpresa del escritor. Él dejó de reír de inmediato y la inspectora arqueó una ceja, dispuesta a devolvérsela
—Ahora verás— exclamó Beckett abriendo el grifo que se encontraba a su lado para humedecer el paño
— ¡Eso es trampa! — protestó Rick corriendo hacia el frigorífico
Beckett dejó escapar una carcajada antes de lanzarle el improvisado proyectil. El escritor reaccionó abriendo la puerta de la nevera para usarla como escudo de modo que la bayeta aterrizó en el interior del frigorífico. Castle se lanzó rápidamente a cogerla para vengarse de su compañera cuando otro producto llamó su atención
— ¡Eh, si tenemos helado!— exclamó Castle sorprendido
El escritor extrajo la tarrina de helado del congelador y preparó dos bowls ofreciéndole uno a Beckett
—Con este calor nada relaja más que un poco de helado de chocolate— comentó el escritor acercándole su porción
—Gracias— sonrió Beckett tímidamente —Lo necesitaba después del día que hemos pasado—
—Sí, Menudo día— asintió el escritor mientras proponía sentarse en el sofá con un gesto
—Tenemos suerte de estar bien— suspiró Beckett dejándose caer sobre el sillón
Después de cavilar unos segundos la inspectora se decidió a continuar
—La bomba, todo esto… me ha hecho pensar, sobre las victimas de nuestros casos…—
—…y las oportunidades que ya nunca tendrán— añadió Castle casi leyendo la mente de su compañera
—… te recuerda todas esas cosas en tu vida que ya no quieres dejar para más adelante— Beckett bajó el tono, recordando las palabras de su amiga acerca del instante antes de que la bomba detonara
Permanecieron en silencio por un momento. Ella continuaba enfrascada en su lucha interior mientras que Castle temía confesar sus sentimientos y equivocarse
—Con todas las situaciones de las que hemos salido ilesos…a veces creo que es un milagro que estemos vivos— comenzó de nuevo Beckett rompiendo el silencio
— ¿Tú? Pensaba que no creías en esas cosas— bromeó el escritor, pues su compañera solía mantener una actitud escéptica en todo momento
—Ya, bueno… sabes a lo que me refiero— aclaró Beckett recordando todas las veces que habían logrado escapar de las garras de la muerte —Pero ¿y si algún día se acaba nuestra suerte?— hizo una breve pausa en la que su mente voló hasta la asesina a la que se enfrentaban— Este caso…ella lo ha convertido en algo personal. Cada minuto que pasa podría aparecer una nueva víctima, y si no logro atraparla…—
—Logramos— enfatizó el escritor —Estamos juntos en esto Kate, y conseguiremos resolver el caso— añadió tomando la mano de su musa para reconfortar
Aquel roce le proporcionó el coraje para continuar
—La verdad es que… el otro día… tuve un… sueño— consiguió balbucear la inspectora con gran dificultad. Intentaba dejarse llevar por una vez, hacer caso a esa pequeña voz que le susurraba en su interior. Pero el muro seguía en pie, y hasta que no se derrumbase, no conseguiría enfrentarse a sus propios sentimientos —…una pesadilla…— corrigió con miedo
—Bueno…yo…no se lo he contado nunca a nadie…pero a veces también tengo…pesadillas— confesó Castle bajando el tono de su voz —con algunos de los casos…desde que empezamos— aclaró el escritor —A veces veo imágenes… cuando disparaste a Coonan en la comisaría… la vez que Tyson se nos escapó… cuando casi morimos congelados…la bomba sucia… la fuga de Lockwood… la noche en que Montgomery fue al hangar…—
Beckett escuchaba sorprendida y al mismo tiempo apesadumbrada. Ella también recordaba aquellas imágenes y lo que estas suponían
—Pero después de tener esas pesadillas me despierto…y voy a comisaría…y por primera vez tengo la sensación de estar haciendo algo importante, algo que puede marcar una diferencia— confesó el escritor con el ánimo renovado —Escribí mi primer bestseller cuando aún estaba en la universidad y desde entonces he imaginado cientos de asesinatos para mis novelas, pero… nunca había pensado en las consecuencias de estos…hasta que te conocí— añadió marcando la última frase —Tú les devuelves la dignidad a las víctimas y la esperanza a las familias, les das la oportunidad de superarlo, de rehacer su vida después de las atrocidades que otros cometen— Continuó Castle perdiéndose en los ojos de su musa —Esos sueños me recuerdan que hay mucha gente dispuesta a hacer el mal en este mundo…pero también que hay personas capaces de enfrentarse a ellos para impedirlo—
—Vaya Castle, realmente eres bueno con las palabras— Beckett sonrió reconfortada.
—Uno no se hace escritor de la noche a la mañana— añadió él sumándose a la sonrisa de la inspectora
—Lo mejor será que nos vayamos a dormir, mañana puede esperarnos un duro día— propuso Beckett
La inspectora se despertó a la mañana siguiente con renovadas fuerzas tras su conversación con Castle. Bajó las escaleras tambaleándose aún por el sueño
—Buenos días Beckett— saludó el escritor en cuanto la vio aparecer por las escaleras — ¿Has dormido bien?—
La luz del amanecer se filtraba por las cristaleras inundando toda la estancia mientras el escritor permanecía en la cocina
—Sí, la verdad es que he dormido de maravilla— contestó ella esforzándose por dibujar una sonrisa entre los bostezos
Beckett continuó caminando descalza hasta la mesa. Castle había dispuesto un gran desayuno aquella mañana que incluía tostadas con mermelada, zumo natural, yogur helado y una macedonia de frutas. Además el escritor estaba terminando de preparar bacon y huevos
—Vaya Castle, ¿Cómo se te ha ocurrido hacer todo esto? —
—No sabía que te apetecería para desayunar— comentó el escritor con naturalidad encogiéndose de hombros —Mi madre y Alexis han salido hace un rato…parece que si tenían que madrugar— bromeó
Después de servir los platos se sentó a la mesa frente a su compañera
—Se me olvidaba… también he preparado un café especial—
—¿Especial? — preguntó Beckett confusa antes de acercarse para apreciar el aroma
La inspectora se llevó la taza a los labios para saborear el delicioso café. ¿Qué lleva? — preguntó mirando el interior de la taza
—Nuez moscada— anunció Castle como si revelara un gran secreto —Solía tomarlo antes de un día duro. Te da un empuje extra, y puede que hoy lo necesitemos—
El escritor y su musa llegaron a primera hora a la comisaría, encontrándola prácticamente desierta. Decidieron repasar los detalles del caso en busca de alguna pista hasta que recibieran los informes sobre la furgoneta y la bomba. Perseguían a una asesina que creía ser un personaje de novela y con el carisma suficiente para encontrar seguidores dispuestos a encubrir sus crímenes. Por el momento habían encontrado una camarera, un agente de narcotráfico y un trabajador de la compañía eléctrica; pero ninguno de ellos parecía dispuesto a proporcionarles información.
La última pista les había conducido hasta una granja abandonada donde la asesina podría haberse escondido por un tiempo. Sin embargo la bomba había reducido el edificio a un humeante montón de madera del que difícilmente podrían extraer huellas. El vehículo aparecía registrado a nombre de Katie Hink, y los técnico tardarían aún unas horas en examinarlo por completo.
La tirada de periódicos de aquella mañana contenía la noticia sobre la bomba, cortesía de la periodista contrata por Gina para seguir el caso. Para el agrado de Gates, el reportaje plasmaba a sus hombres como héroes capaces de sobrevivir a una explosión; sin embargo Beckett se mostraba cada vez más reacia al seguimiento de la prensa. Ahora la asesina sabría lo ocurrido y eso podría empujarla a actuar de nuevo
Ryan y Espósito llegaron unos minutos más tarde de lo habitual a comisaría, pero transportaban con ellos una carpeta que Beckett y Castle reconocieron como uno de los informes
—Serán los datos de la bomba— musitó Beckett
—Aún no entiendo cómo sabía que iríamos a ese lugar— añadió Castle tratando de encontrar una explicación razonable
—Quizás no lo sabía…pero tomo medidas de seguridad. De ese modo si lo encontrábamos la casa volaría por los aires eliminando cualquier prueba— propuso la inspectora mientras señalaba la imagen de la vivienda que colgaba en la pizarra
—Y a nosotros— añadió Castle con preocupación
Ryan y Esposito le entregaron el informe sobre la bomba a Beckett sin grandes ánimos, pues como esperaban la detonación impedía recoger huellas útiles de aquella escena
—Si no podemos encontrar huellas quizás la bomba pueda darnos alguna pista— sugirió Beckett con determinación
—Bien— contestó Espósito cogiendo de nuevo la carpeta para repasar los datos que previamente les habían proporcionado los técnicos
—El polvo que encontramos en las puertas y las ventanas era fulminato de mercurio— comenzó a explicar Ryan —Aquí dice que es muy inestable y puede detonar por la fricción o por un impacto—
—Eso explica porque la explosión comenzó cuando el oficial abrió la ventana de golpe— comentó Beckett
—La asesina tuvo que conseguir toda esa cantidad de explosivos en algún sitio, quizás podríamos investigar las ventas de los establecimiento que donde pudo comprarlo—
—Me temo que no— continuó Ryan —El explosivo principal era una mezcla de Nitrato de amonio y Aceite de motor. El Nitrato de amonio se utiliza como fertilizante para las plantas así que pudo encontrarlo en la propia granja o conseguirlo en alguna cercana. En cuanto el aceite de motor, lo extrajo del tractor que encontramos abandonado—
—Ya he visto ese explosivo otras veces, cuando estaba en las fuerzas especiales lo llamábamos ANFO. Los terroristas solían utilizarlo porque es muy fácil de preparar— comento Espósito —Además es muy seguro y estable, por eso suele combinarse con otro explosivo primario más fácil de detonar—
—Como el fulminato de mercurio— añadió Beckett, a lo que el detective asintió
—Pero hay algo que no encaja. Si el objetivo era volar la casa con nosotros dentro ¿cómo es que estamos todos bien? Tuvimos tiempo de correr antes de que detonara el explosivo pero esta asesina no parece la clase de persona descuidada que cometería un fallo así—como de costumbre Castle buscaba la historia subyacente
—El fulminato de mercurio de las ventanas eran solo trazas, encontraron una cantidad mucho mayor junto a la puerta principal. La menor concentración hizo que la detonación se retardara, pero la bomba debía activarse al derribar la puerta principal— explicó Ryan
Tras repasar el informe Beckett y Castle decidieron preparar otro café en la sala de descanso. El examen de los técnicos no les proporcionaba información útil para perseguir a la asesina y todos los cómplices aseguraban no saber nada sobre la bomba. Sus posibilidades comenzaban a agotarse y seguían en la casilla de salida.
Sin más testigos que interrogar o pistas que seguir solo podían esperar. El informe de los técnicos no llegó hasta el mediodía de la mano de Ryan y Espósito
—Han terminado de registrar la furgoneta. Tenemos huellas de Parker y de Silverts, además de fragmentos parciales con los que están intentando reconstruir las huellas de una tercera persona— comenzó Espósito
—Y en la parte de atrás encontraron fibras de la ropa de las víctimas y este cuchillo con las huellas de Robert Dawson. Lanie ha confirmado que coincide con la herida de arma blanca de otra de las victimas— añadió Ryan a la exposición de su compañero
—Pero eso no tiene sentido, ¿si estaban a punto de cerrar un trato, por qué iban a pelear? — comentó Beckett
—Quizás ese ere el plan, conseguir que discutieran…— propuso el escritor empezando a formar una teoría
—…eso le daría ventaja para empujarlos a la valla —continuó la inspectora siguiendo la trama
—La asesina ata a uno de ellos a la alambrada después de cortar la corriente. Cuando los otros dos despiertan, el matón ve a su jefe encadenado y cree que ha sido Dawson, mientras que Dawson piensa que su competidor le ha drogado para tenderle una trampa…— Castle relataó los hechos tal y como aparecían en su mente antes de que Beckett terminara la historia
—…discuten, Silverts vuelve a conectar la corriente y entonces la asesina…—
—…Los empuja hacia su muerte— concluyó el escritor
Ambos se miraron durante unos segundos, satisfechos de haber encontrado una teoría que podría ayudarles
—Ryan, habla con tus amigos de narcóticos, que nos digan quien se encarga del cártel ahora que Dawson ha muerto— ordenó Beckett antes de volverse hacia el escritor —Castle, tu y yo vamos a hacerles una visita—
Unos minutos más tarde Ryan había conseguido la información que requerían. Los miembros de la banda solían reunirse en una taberna propiedad de Dawson, así que Beckett y Castle se pusieron en marcha
Tras indagar en la estructura jerárquica de la organización consiguieron acceder al segundo de abordo, que había ascendido tras el asesinato. El nuevo líder del cartel era Matías Kern, primo del fallecido. Este los atendió en su lujoso despacho en la trastienda del bar. Beckett y Castle decidieron tener cuidado, pues aquel hombre también se había beneficiado del asesinato y podría estar involucrado
—Inspectora Beckett de la policía de Nueva York—
—Si vienen por nuestro negocio, deberían saber ya que nuestra cadena de lavanderías es totalmente legal— contestó el hombre cortando las presentaciones
—En realidad soy inspectora de homicidios y no me interesan sus negocios— el hombre se relajó al escuchar esas palabras
—Estamos investigando el asesinato de Dawson—
— ¿Tienen ya a los cabrones que mataron a mi primo? Le dije que Hernández no era de fiar ¿Fue él verdad? — el hombre se mostraba furioso
—En realidad él también está muerto…lo sabría si leyera el periódico— Comentó Castle antes de que Beckett le hiciera una mueca para que permaneciera en silencio
—Entonces, señor Kern, ¿Sabía usted que iban a reunirse ese día? — pregunto Beckett
—Sí, la mañana antes del asesinato vino alguien de parte de Hernández para decirnos que se había adelantando la reunión— explicó el hombre —intenté convencer a Robert de que era una trampa—
—Esa persona que vino… ¿era esta mujer? — pregunto Beckett enseñándole la imagen del video
—Apenas la vi un momento… pero desde luego era una mujer— declaró el nuevo líder del Cártel
—Entonces tenía usted razón— comentó Castle —Era una trampa, solo que no la había preparado Hernández—
—Una última cosa ¿Reconoce este cuchillo? — Beckett le mostro una imagen del arma encontrada en la furgoneta
—Robert solía llevarlo siempre encima— esclareció Matías
— ¿Se le ocurre algún motivo por el que lo usaría contra otra de las víctimas?— preguntó Beckett, tratado de corroborar la teoría de Castle
—Bueno…a pesar de estar a punto de cerrar un trato las…tensiones seguían existiendo entre las dos bandas— esclareció el hombre —Es muy posible que algo se torciera en la negociación y pasaran a las armas—
—No sabía que las lavanderías fueran un negocio tan violento— bromeó el escritor
—Bien, puede que nos pongamos en contacto con usted más adelante— añadió Beckett tendiéndole la mano a Kern antes de que pudiera contestar
—Lo que necesite inspectora, tienen toda mi colaboración para encontrar a quien hizo esto— se despidió él estrechando su mano
Tras abandonar aquella taberna Castle y Beckett decidieron regresar a comisaría. Gracias a la conversación habían confirmado algunas de sus sospechas acerca del asesinato, sin embargo seguían sin tener ninguna pista que les condujera directamente a la identidad de la mujer que creía ser Nikki Heat.
Sin más datos para investigar por el momento, todo el trabajo se reducía a esperar que los técnicos lograsen reconstruir una huella útil a partir de los fragmentos encontrados en la furgoneta. El tiempo seguía avanzando en su contra, pero no podían hacer nada sino esperar
Comenzaba a caer la noche sobre la ciudad. Un fulgurante cielo rojizo cubría las calles de Nueva York a medida que el sol trataba de ocultarse en el horizonte. El apartamento se encontraba prácticamente en silencio a excepción de los sonidos producidos por el escritor mientras preparaba la cena. Castle se las ingeniaba para mantener a Martha y Alexis alejadas de la vivienda durante el día. En esta ocasión la excusa recaía sobre el atuendo de la primera en la presentación de su nuevo libro. Tan solo unas palabras y una tarjeta de crédito habían resultado suficientes para convencer a la diva, mientras que la joven había aceptado ayudar con la elección del vestido tras rechistar unos minutos.
Beckett por su parte había decidido recopilar algunas prendas más de su apartamento antes de regresar al loft. La estancia parecía prolongarse más de lo esperado y su ropa comenzaba a ocupar buena parte del armario que Castle le había proporcionado. El escritor, haciendo gala de sus artes culinarias, adquiridas como parte de la documentación de sus novelas; se había propuesto cocinar para los cuatro después de un duro día.
Castle terminaba de seleccionar los últimos ingredientes para el arroz tres delicias cuando un leve sonido comenzó a extenderse por el ambiente. Al principio resultaba prácticamente imperceptible, hasta el punto de que el escritor lo consideró un producto de su imaginación. El volumen de la música aumentaba poco a poco por lo que Castle precisó de unos segundos para tomar conciencia de la situación.
La fuente de tal interrupción se encontraba en su despacho de modo que decidió proceder con cautela. «Quizás Beckett ha llegado antes que yo y quiere darme una sorpresa» pensó para sus adentros sin grandes expectativas. A medida que se aproximaba a la habitación el sonido se tornaba más nítido hasta que, finalmente, logró reconocer la melodía.
Continuó hasta su despacho, donde se encontraban los altavoces que emitían la música. Avanzaba en la penumbra, deseando que, de algún modo, estos se hubieran activado por si solos; pero de pronto comenzó a sentirlo. El aire se volvía cada vez más denso, y su respiración más pesada. Consiguió apagar los altavoces y reinó el silencio en la habitación. El escritor solo alcanzaba a escuchar los latidos de su corazón desbocado a medida que el miedo comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Entonces supo que no estaba solo.
Castle alzó la mirada a su derecha, a través del despacho y la puerta abierta de su dormitorio, y allí la vio. Una mujer joven y de atractivas facciones, con una melena castaña y ondulada que caía sobre sus hombros, similar a la de la inspectora. Castle no necesito preguntar para saber su nombre.
Ella contemplaba fijamente al escritor con la cabeza ligeramente ladeada, estudiando sus reacciones. Tenía los ojos casi negros y una profunda mirada que lo escrutaba de arriba abajo. Un halo de oscuridad envolvía a aquella mujer y se extendía por la estancia, consumiendo cualquier resquicio de esperanza que Castle aun albergara.
Permanecía sentada en la cama, observándole desde el dormitorio. En sus manos sujetaba un libro abierto aproximadamente por la mitad. Castle la miraba con temor, como una presa a punto de ser devorada por su depredador. En el rostro de la mujer, sin embargo, se dibujaba una expresión de dulzura al contemplar al escritor. Él permanecía inmóvil, paralizado por una extraña fuerza que lo rodeaba impidiéndole casi respirar
—Hola Rick— la mujer comenzó a hablar. Su voz sonaba cálida y aterciopelada, sin embargo provocó que un escalofrío de miedo recorriera la espalda del escritor
—¿Qué…qué haces aquí? — alcanzó a musitar él
—Estaba leyendo mientras te esperaba— continuó la extraña —Lo he tomado prestado de tu biblioteca, espero que no te importe— sonrió con inocencia —Frankenstein o el moderno Prometeo— añadió levantando la portada del libro para que pudiera verla
La mujer volvió a abrir el libro y bajó la mirada para continuar leyendo
—…Tú eres mi creador, pero yo soy tu maestro…—
—…obedece…— susurró Castle terminando la frase de la novela
La mujer sonrió de nuevo y se puso en pie
—Una gran obra, la he leído cientos de veces— murmuró ella mientras se acercaba lentamente al escritor. Cerró el libro y lo depositó con cuidado sobre el escritorio del despacho
— ¿Cómo has entrado aquí? — pregunto el escritor
—Eso no es importante— musitó ella
— ¿Y qué es lo que quieres de mi?— preguntó Castle sintió la mano de aquella mujer sobre su rostro acariciándole el mentón
—Ya lo sabes Rick… lo sabes desde el principio— la mujer le susurró enigmáticamente al oído
—He visto lo que haces con las victimas… y me repugna— contestó el escritor temblando
—Es como soy… es como me creaste— la mujer se sentó en el borde de la mesa cruzando las piernas
—Te equivocas, la verdadera Nikki Heat no es una asesina— aclaró Castle sin perderla de vista
— ¡Yo soy la verdadera Nikki Heat! — gritó ella enfadada mientras se levantaba de un salto y se acercaba con una expresión de ira al escritor
—No importa lo que me hagas, no te saldrás con la tuya. Beckett te detendrá muy pronto— exclamó Castle intentando encontrar algo de valor en sus palabras
—No menciones a esa impostora— replicó la mujer mostrando su enfado antes de respirar hondo para calmarse —Ella tendría que estar muerta Rick— sus labios se acercaron peligrosamente a los del escritor —Y entonces yo podría ser tu musa—
Castle cerró los ojos e intentó apartarse. Ella se alejó un poco y el escritor pudo respirar aliviado
—No quiero hacerte daño…pero si sigues investigando puede que no tenga elección— añadió la mujer
—Si vas a matarme te aconsejo que lo hagas antes de que lleguen mis compañeros— exclamó Castle para medir las intenciones de la asesina
—Tranquilo, tú estas a salvo por el momento…pero hay otras formas de hacer sufrir a un hombre— ella sonrió maliciosamente mientras seguía caminando lentamente a su alrededor
De pronto un ruido estrepitoso les interrumpió. Alguien había abierto la puerta principal de un portazo
—¡¡¿Castle?!! — La voz de Beckett inundó el apartamento
La inspectora había llegado al edificio con algunas maletas cuando encontró la puerta entreabierta y forzada. Temiéndose lo peor desenfundó su arma e irrumpió en la vivienda a toda prisa
—Mañana al mediodía tendrás noticias mías— murmuró la mujer antes de golpearle en el abdomen.
El escritor cayó al suelo intentando recuperar el aliento mientras la mujer escapaba por una ventana.
Beckett escuchó el ruido y corrió hasta el despacho. Allí vio a su compañero tendido en el suelo y con una mueca de dolor en su rostro. En ese momento olvidó todos los protocolos de actuación, pues la amenaza podría seguir en aquella habitación, dejó la pistola en el suelo y se lanzó a atender a Castle sin dudarlo
— ¿Castle? ¿Puedes oírme?— preguntó la inspectora con las lágrimas a punto de brotar de sus ojos
—Estoy bien— masculló él intentando levantarse
La inspectora le ayudo a ponerse en pie y a llegar hasta el sofá
— ¿Qué ha pasado?— preguntó todavía preocupada
—Ha estado aquí…ella ha estado aquí—
Beckett tampoco necesitó más información para saber a quién se refería
— ¿Estas heridos? Vamos ahora mismo al hospital— exclamó Beckett sacando las llaves del coche
—No te preocupes, solo ha sido un golpe— contestó él rozándole la mano para que volviera a guardar las llaves —Llama a los técnicos, esto tiene que estar lleno de huellas—
Beckett asintió más tranquila y rápidamente cogió el teléfono
Martha y Alexis aparecieron unos minutos después de recibir la noticia junto con Ryan, Esposito y varios miembros de la policía científica. Castle les contó todo lo sucedido y les dirigió a través del apartamento, señalándole los lugares donde podrían encontrar huellas o restos de ADN.
Así mismo un dibujante hizo su visita para poder realizar un retrato robot de aquella mujer. Después lo cotejarían con las bases de datos para obtener una identidad. A pesar del peligro que Castle había corrido, aquel encuentro les había proporcionado una nueva ventaja en el caso.
Castle seguía consternado por lo acontecido y con su casa repleta de agentes de policía Beckett le ofreció alejarse juntos de aquel lugar por un rato. Decidieron ir a una cafetería cercana con una modesta terraza al aire libre donde pudieron sentarse
—Me ha dicho…que mañana al mediodía volvería a actuar— dijo de pronto Castle
—Le diré a Gates que refuerce la protección— contestó Beckett preocupada
—No serviría de nada. Además no es a mí a quien quiere— interfirió el escritor
—Lo que no entiendo es por qué ha decidió aparecer ahora— se preguntó Beckett, contagiada ya de la necesidad del escritor con encajar la historia
—Porque sigues viva— contesto Castle tragando saliva antes de continuar —Su plan no ha salido como esperaba, y eso la ha puesto nerviosa. Pero ha cometido un error y ahora podremos atraparla—
El día siguiente transcurriendo de nuevo con gran alboroto. Los técnicos seguían analizando el apartamento de Castle mientras los detectives empleaban el retrato de la asesina para encontrar su verdadera identidad. A petición de Castle, Gates había cedido a aumentar la protección para Martha y Alexis mientras Castle y Beckett permanecían a salvo en comisaría
A pesar de los esfuerzos de la inspectora y su compañero, no lograron deducir donde se produciría su próximo ataque. Pronto tendrían una nueva víctima y no podían hacer nada para impedirlo. Como la propia mujer había anunciado, su mensaje llegó en forma de e-mail cuando los relojes marcaban exactamente el mediodía.
Los tres detectives, el escritor, y alguno más de los policías que se encontraban en comisaría se congregaron en torno al ordenador de Beckett, donde el correo había sido recibido. Ryan rápidamente se puso en contacto con el departamento de informática para que intentaran rastrearlo. El e-mail tan solo contenía un vídeo
Todos contuvieron la respiración mientras el video cargaba y comenzaba a reproducirse. En la escena aparecía una habitación lóbrega y prácticamente vacía, únicamente se observaba una destartalada silla en el centro de la misma. La suciedad y podredumbre cubrían por completo aquel zulo desprovisto de ventanas e iluminado tan solo por unas velas.
Una mujer algo demacrada y con visibles signos de violencia en el rostro tomó asiento en la silla. Tenía el labio ensangrentado y el cabello alborotado y aun temblaba por la paliza. Los detectives la reconocieron al instante como Brenda Johnson, la periodista.
Después de unos segundos la mujer cogió un papel que se encontraba tras la cámara. Lo sujetó entre sus manos mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Entonces comenzó a hablar
—Ella me ha pedido que lea este mensaje…— musitó entre sollozos —Creo que me matará cuando vuelva…supongo que no tengo elección— abrió el mensaje que la asesina había preparado —Mi nombre es Brenda Johnson y soy reportera de un periódico. Mi trabajo consiste en escribir mentiras y tergiversar historias. Invento los hechos para mi conveniencia a cambio de dinero y proporciono falsa información a los ciudadanos— la mujer rompió a llorar aun más fuerte mientras continuaba leyendo —Hablo demasiado cuando debería guardar silencio, por eso esta es mi condena. Contar la verdad— la periodista suspiró antes de proseguir con el mensaje marcado — Creéis ser muy inteligentes pero no conseguiréis atraparla, conoce todos vuestros movimientos y se anticipará a cualquier paso que deis. Será mejor que dejéis de investigar o nadie en esta ciudad volverá a estará a salvo— el video terminó unos segundos después de que la mujer concluyera la lectura
El grupo de policías permaneció en silencio, todavía atónitos por el mensaje hasta que Ryan dio la voz de alarma
—Jefa, la tenemos. Ha enviado el correo desde un teléfono móvil. Han localizado la señal cerca de unos almacenes
abandonados—
— ¡En marcha! Puede que aún esté viva— ordenó Beckett mientras preparaba su arma
—Inspectora— la voz de Gates la interrumpió mientras el resto del equipo abandonaba la comisaría para ir a buscar a la periodista —Usted y el señor Castle esperaran fuera ¿Entendido? No quiero más sorpresas—
Beckett se vio obligada a obedecer a la capitana de la 12th y llegó a los almacenes junto al escritor unos minutos después. Sus compañeros ya se habían encargado y los esperaban junto a la fachada del edificio. Los policías iban y venían al interior y en los coches aún sonaban las sirenas con gran estruendo. Entre los vehículos de la policía Beckett alcanzó a distinguir una ambulancia
—Tenías razón. Está gravemente herida… pero viva— anunció Espósito
—Van a llevarla con urgencia al hospital— añadió Ryan tras separarse del grupo de oficiales que transportaba a la mujer en una camilla
— ¿Alguna pista? — preguntó Castle
—Ni rastro de la asesina— contestó Esposito negando con la cabeza
—Tenemos que hablar con ella— exclamó Beckett señalando a la periodista
Castle siguió a su musa hasta la ambulancia
—Brenda ¿me oye? Soy la inspectora Beckett de homicidios ¿Se acuerda de mi? —
—Ins… inspectora— balbuceó la mujer entre temblores
— ¿Puede contarnos que ha pasado? — continuó preguntando a pesar de las insistencias de los médicos por que abandonara el vehículo mientras lo preparaban para el transporte
—Volvió…creí que iba a matarme…pero entonces me dijo que tenía que hacer una última cosa y me dejaría vivir— la mujer hablaba con gran dificultad debido a los golpes —Me dijo que le diera esto—
La reportera le entregó un fragmento de papel a la inspectora que contenía una dirección
—Dijo…— la mujer tosió esputando un poco de sangre —…que allí encontraría un regalo para usted…—
Voy a tener que dejar de decir plazos que luego nunca puedo cumplir
Pero más vale tarde que nunca así que aquí os dejo la segunda parte del capitulo
Espero que os guste (o que os de algo de miedo ) y como siempre gracias por leer y comentar
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Capítulo 9: Heat me up Parte 2
De pronto un ruido estridente interrumpió la conversación. El corazón de la inspectora se aceleró al escuchar un grito de alarma a través de su walkie-talkie. Todos los presentes reconocieron aquel sonido como un detonador, un augurio de lo que vendría a continuación
El tiempo se detuvo por un instante alrededor del escritor y su musa, como si en aquel momento el mecanismo de sus relojes se negara a avanzar. Se miraron a los ojos con cierto temor a medida que la adrenalina inundaba sus cuerpos. Otros miembros del equipo corrían tan rápido como sus piernas lo permitían para ponerse a cubierto. Ellos escuchaban los pasos y los gritos en la lejanía, como si su oídos permanecieran ajenos a lo que sucedía a su alrededor
Se agarraron fuertemente de la mano, con decisión y firmeza. Los latidos de sus corazones acelerados y los sonidos de su respiración acompasada llenaban el silencio que existía a su alrededor. Comenzaron a reaccionar y echaron a correr precipitadamente, como impulsados por un instinto primario de supervivencia, o quizás por la necesidad de protegerse mutuamente.
A duras penas lograron saltar los últimos escalones del porche en su frenética huida antes de la detonación. La gran cantidad de explosivos escondidos en el interior del edificio destruyó por completo la vivienda y la onda expansiva los alcanzó en el aire, empujándolos con violencia. Sus cuerpos rodaron varios metros por el suelo, arrastrados por la inercia del impacto a pesar de sus intentos por detenerse. Mientras una gran nube de tierra y polvo se formaba a su paso, Castle y Beckett luchaban por resguardarse de la lluvia de fragmentos de madera y esquirlas de cristal provenientes de la explosión.
Finalmente lograron frenar su avance por el terraplén. Permanecieron inmóviles unos segundos, escuchando sus rítmicas respiraciones apaciguarse poco a poco tras la explosión. Todavía desorientados, se giraron para contemplar el humeante amasijo de madera y metal en que se había convertido la vivienda.
—Definitivamente no es mi imaginación— masculló Castle entre dientes
Unos segundos más tarde aparecieron Ryan y Espósito. Ellos habían logrado alejarse lo suficiente como para ponerse a cubierto y rápidamente empezaron a coordinar los servicios de urgencias.
— ¿Estáis todos bien? — preguntó Beckett al tiempo que se ponía en pie agarrándose de la mano que le tendía Castle
—Solo tenemos dos heridos leves— explicó Espósito
—Las ambulancias están de camino— añadió Ryan
— ¿Sabéis cómo se pudo activar la bomba? — preguntó Castle todavía un poco mareado
—Uno de los oficiales intentó entrar por una ventana, dice que al forzarla escuchó un chasquido y luego la explosión. Él y su compañero son los que están heridos— contestó Esposito señalando a la zona en la que otros policías los atendían
—Sabremos más en cuanto los técnicos analicen los restos de la bomba— añadió Ryan antes de continuar con las llamadas
Los paramédicos llegaron unos minutos más tarde a aquel páramo apartado de la ciudad. Una ambulancia transportó a los dos heridos con urgencia al hospital para hacerse cargo de sus quemaduras. También insistieron en examinar a los demás integrantes del grupo, incluyendo a Beckett a pesar de sus negaciones.
Pasaron algunas horas en el hospital mientras los médicos completaban las pruebas. Tenían que asegurarse de que ninguno presentaba heridas internas o daño cerebral por los golpes causados por la onda expansiva. Así mismo tomaron radiografías de varios policías para comprobar la existencia de traumatismos o fracturas y aplicaron desinfectantes en las heridas superficiales y puntos de sutura en los casos necesarios.
Castle y Beckett consiguieron no despegarse durante las pruebas mientras los médicos iban y venían. La inspectora se mostraba reacia a continuar en el hospital mientras la asesina seguía suelta por la ciudad, pero consiguieron convencerla para terminar el examen. Comenzaba a atardecer cuando los médicos les dieron el alta
— ¿Volvemos a comisaría para continuar con el caso? — sugirió Castle dispuesto a trabajar para atrapar a la mujer que creía ser la protagonista de sus obras
—En realidad no podemos hacer mucho hasta que los técnicos no investiguen. Lo mejor será que te vayas a casa, Martha y Alexis estarán preocupadas— contestó Beckett recordándole al escritor que su madre y su hija apenas habían tenido noticias de él tras la explosión
— ¿Tú no vienes? — Pregunto Castle con preocupación —Conociendo a mi madre, seguro que ha pasado toda la tarde cocinando para distraerse—
—Antes quiero hacer una visita al depósito, a ver si Lanie tiene algo nuevo. Nos vemos en la cena— Beckett se despidió de su escritor con una sonrisa antes de separarse
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La doctora se abalanzó sobre su amiga para abrazarla tan pronto como la vio aparecer en la sala de autopsias. Espósito le había contado todo lo sucedido por lo que Lanie no reparó en saludar a la inspectora de aquel modo tras comprobar que se encontraba ilesa. Después de pasar unos minutos relatando su versión de los hechos, Beckett decidió preguntar a su compañera por cualquier información relevante para el caso.
La forense había terminado las autopsias el día después del asesinato y sin nuevas pruebas no podía proporcionarles más datos. De nuevo debían esperar a que los técnicos examinaran la vivienda y la furgoneta para poder continuar investigando el caso. Finalmente Beckett confesó que la verdadera razón de su visita era que se encontraba algo mareada.
Lanie asintió con cierta preocupación y regresó a su escritorio. Buscó en uno de los cajones hasta dar con una pequeña pero potente linterna con forma de bolígrafo. Beckett se sentó en una de las mesas de autopsias y espero a su amiga en silencio al tiempo que balanceaba las piernas acompasadamente.
La doctora empleó la linterna para observar las pupilas de la inspectora y su respuesta a la luz en busca de algún tipo de daño causado por la explosión que pudiera pasar desapercibido a simple vista
—No veo signos de conmoción o daño cerebral…— aclaró Lanie mientras terminaba las pruebas —…más allá del que te causa el chico escritor, claro— añadió mientras depositaba la linterna de nuevo en el escritorio
—¿Qué dices Lanie? — replicó Beckett frunciendo el ceño al tiempo que se bajaba de la mesa de autopsias de un salto
—Venga Kate, llevas durmiendo allí unos días, no me digas que no ha pasado nada— Lanie se acercó a la inspectora, dispuesta a sonsacarle la información por cualquier medio
—¡No ha pasado nada! — exclamó Beckett cruzándose de brazos en actitud defensiva
—Claaaro— bromeó Lanie levantando ambas cejas —Por eso has venido a ver “si tenía algo nuevo” y a que te examinara en vez de pedírselo a los paramédicos— añadió colocando las manos sobre sus caderas —Puede que tú seas la detective, pero yo se reconocer ciertas cosas cuando las veo…vamos, ¿Qué ha pasado?—
Lanie se mantenía impasible frente a Beckett, esperando a que la inspectora mostrara el autentico motivo por el que se encontraba en el depósito
—Bueno... — Beckett bajó la mirada
—¿Bueno que? ¡Kate, no me hagas sacártelo! Te advierto que tengo el bisturí a mano— exclamó Lanie desaseando que su amiga continuara con la historia
—Lo cierto es que ayer… tuve un sueño…— la inspectora se mordió el labio inferior indecisa
—¿Qué clase de sueño?— preguntó Lanie confusa
Beckett alzó la mirada hasta toparse con los ojos de la doctora y se sonrojó al recordarlo
—Ya entiendo— asintió Lanie con una sonrisa al comprender el motivo por el que Beckett trataba de ocultar la información — ¿Has pensado contárselo a Castle? —
— ¿Y aumentar aún más su ego? No gracias—
—Estoy segura de que no le importaría satisfacer tus fantasías—
— ¡Lanie! — se quejó la inspectora sobresaltada por la propuesta de su amiga
— ¿Qué? Tú tienes las tuyas con el escritor…y por lo que escribe en sus libros te aseguro que él las tiene contigo— contestó la doctora arqueando una ceja — ¿Qué hay de malo en que paséis un buen rato? —
—Castle y yo somos amigos, eso es todo. Y lo de ayer solo fue un sueño ¡un sueño! No duermo bien últimamente, el stress, el trabajo y…—
—…y las manos del escritor, que te vuelven loca— interrumpió Lanie —Te mueres por estar con él y lo sabes—
Beckett frunció el ceño en señal de desaprobación
—Sí, ya sé que no estás preparada para aceptarlo aún…y mucho menos para decírselo a Castle. Pero no puedes esperar eternamente Kate—
La inspectora bajo la mirada al encontrar una gran verdad en las palabras de su amiga
—Llevo diez años trabajando aquí. Paso un par de noches en compañía de las victimas antes de que se vayan al lugar donde todos acabaremos. Todos ellos tenían sueños Kate, cosas que harían cuando llegara el momento. Mira lo que ha pasado hoy, podríais estar heridos… ¡podríais haber muerto todos! — La voz de la doctora se ahogó al recordar que entre los integrantes del grupo se encontraban varios de sus mejores amigos así como su novio —Dime que en ese segundo antes de que explotara la bomba no pensaste únicamente en Castle y en lo que te gustaría decirle si aquel fuera el final—
Beckett permaneció en silencio sopesando las palabras de su amiga.
—Está bien, no tienes que contestar Kate. Pero no lo dejes para cuando sea demasiado tarde— aconsejó la doctora antes de que juntas abandonaran el depósito
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Cuando Beckett llegó al apartamento de Castle tanto Martha como Alexis la saludaron efusivamente. El escritor les había relatado todo lo sucedido durante el registro de la granja y como una bomba había volado el edificio. Alexis abrazaba a Kate luchando para evitar que sus ojos se anegaran en lágrimas. La joven temía perder a la única mujer por la que había visto feliz a su padre en muchos años y a la que consideraba como un ejemplo a seguir.
Martha por su parte había preparado un gran festín para celebrar que habían salido ilesos de aquel incidente. La mesa se encontraba repleta de platos exóticos y variados a la par que deliciosos. Durante algunas horas compartieron una agradable cena en familia. En esos momentos la inspectora y el escritor olvidaban el caso y los peligros que les acechaban para disfrutar únicamente de la compañía
—Voy a acostarme pronto que mañana tengo mucho trabajo en la academia— explicó Martha levantándose —Buenas noches querido. Katherine— se despidió de ambos con una reverencia
—Que descanses Martha— contestó Beckett mientras Castle sonreía por la actuación de su madre
La actriz comenzó a subir por las escaleras hacia la segunda planta, pero se detuvo a medio camino para contemplar de nuevo la escena. Permaneció casi escondida en las escaleras hasta que logró captar la atención de su nieta. Le indicó con la cabeza a Alexis que la siguiera, y la joven pareció entender la mueca
—Pensándolo bien yo también me voy a dormir— anunció Alexis recogiendo su plato —Dentro de unos días tengo unos exámenes importantes y tengo que estudiar— aclaró antes de besar a su padre en la mejilla —Buenas noches a los dos— Castle le devolvió el beso a su hija y Beckett se despidió de la joven con una sonrisa
El escritor y su musa continuaron unos minutos más con la cena hasta darse por satisfechos con la comida
—Deberíamos recoger este alboroto — propuso Beckett al terminar
—No te preocupes, yo me encargo— contestó él comenzando a llevar los platos
—De eso nada Castle. Tú me has acogido en tu casa mientras resolvemos el caso, al menos déjame ayudar— replicó la inspectora persiguiéndole
—Si insistes…— murmuró Castle lanzándole una bayeta a la inspectora con una carcajada
Beckett la atrapó al vuelo para sorpresa del escritor. Él dejó de reír de inmediato y la inspectora arqueó una ceja, dispuesta a devolvérsela
—Ahora verás— exclamó Beckett abriendo el grifo que se encontraba a su lado para humedecer el paño
— ¡Eso es trampa! — protestó Rick corriendo hacia el frigorífico
Beckett dejó escapar una carcajada antes de lanzarle el improvisado proyectil. El escritor reaccionó abriendo la puerta de la nevera para usarla como escudo de modo que la bayeta aterrizó en el interior del frigorífico. Castle se lanzó rápidamente a cogerla para vengarse de su compañera cuando otro producto llamó su atención
— ¡Eh, si tenemos helado!— exclamó Castle sorprendido
El escritor extrajo la tarrina de helado del congelador y preparó dos bowls ofreciéndole uno a Beckett
—Con este calor nada relaja más que un poco de helado de chocolate— comentó el escritor acercándole su porción
—Gracias— sonrió Beckett tímidamente —Lo necesitaba después del día que hemos pasado—
—Sí, Menudo día— asintió el escritor mientras proponía sentarse en el sofá con un gesto
—Tenemos suerte de estar bien— suspiró Beckett dejándose caer sobre el sillón
Después de cavilar unos segundos la inspectora se decidió a continuar
—La bomba, todo esto… me ha hecho pensar, sobre las victimas de nuestros casos…—
—…y las oportunidades que ya nunca tendrán— añadió Castle casi leyendo la mente de su compañera
—… te recuerda todas esas cosas en tu vida que ya no quieres dejar para más adelante— Beckett bajó el tono, recordando las palabras de su amiga acerca del instante antes de que la bomba detonara
Permanecieron en silencio por un momento. Ella continuaba enfrascada en su lucha interior mientras que Castle temía confesar sus sentimientos y equivocarse
—Con todas las situaciones de las que hemos salido ilesos…a veces creo que es un milagro que estemos vivos— comenzó de nuevo Beckett rompiendo el silencio
— ¿Tú? Pensaba que no creías en esas cosas— bromeó el escritor, pues su compañera solía mantener una actitud escéptica en todo momento
—Ya, bueno… sabes a lo que me refiero— aclaró Beckett recordando todas las veces que habían logrado escapar de las garras de la muerte —Pero ¿y si algún día se acaba nuestra suerte?— hizo una breve pausa en la que su mente voló hasta la asesina a la que se enfrentaban— Este caso…ella lo ha convertido en algo personal. Cada minuto que pasa podría aparecer una nueva víctima, y si no logro atraparla…—
—Logramos— enfatizó el escritor —Estamos juntos en esto Kate, y conseguiremos resolver el caso— añadió tomando la mano de su musa para reconfortar
Aquel roce le proporcionó el coraje para continuar
—La verdad es que… el otro día… tuve un… sueño— consiguió balbucear la inspectora con gran dificultad. Intentaba dejarse llevar por una vez, hacer caso a esa pequeña voz que le susurraba en su interior. Pero el muro seguía en pie, y hasta que no se derrumbase, no conseguiría enfrentarse a sus propios sentimientos —…una pesadilla…— corrigió con miedo
—Bueno…yo…no se lo he contado nunca a nadie…pero a veces también tengo…pesadillas— confesó Castle bajando el tono de su voz —con algunos de los casos…desde que empezamos— aclaró el escritor —A veces veo imágenes… cuando disparaste a Coonan en la comisaría… la vez que Tyson se nos escapó… cuando casi morimos congelados…la bomba sucia… la fuga de Lockwood… la noche en que Montgomery fue al hangar…—
Beckett escuchaba sorprendida y al mismo tiempo apesadumbrada. Ella también recordaba aquellas imágenes y lo que estas suponían
—Pero después de tener esas pesadillas me despierto…y voy a comisaría…y por primera vez tengo la sensación de estar haciendo algo importante, algo que puede marcar una diferencia— confesó el escritor con el ánimo renovado —Escribí mi primer bestseller cuando aún estaba en la universidad y desde entonces he imaginado cientos de asesinatos para mis novelas, pero… nunca había pensado en las consecuencias de estos…hasta que te conocí— añadió marcando la última frase —Tú les devuelves la dignidad a las víctimas y la esperanza a las familias, les das la oportunidad de superarlo, de rehacer su vida después de las atrocidades que otros cometen— Continuó Castle perdiéndose en los ojos de su musa —Esos sueños me recuerdan que hay mucha gente dispuesta a hacer el mal en este mundo…pero también que hay personas capaces de enfrentarse a ellos para impedirlo—
—Vaya Castle, realmente eres bueno con las palabras— Beckett sonrió reconfortada.
—Uno no se hace escritor de la noche a la mañana— añadió él sumándose a la sonrisa de la inspectora
—Lo mejor será que nos vayamos a dormir, mañana puede esperarnos un duro día— propuso Beckett
La inspectora se despertó a la mañana siguiente con renovadas fuerzas tras su conversación con Castle. Bajó las escaleras tambaleándose aún por el sueño
—Buenos días Beckett— saludó el escritor en cuanto la vio aparecer por las escaleras — ¿Has dormido bien?—
La luz del amanecer se filtraba por las cristaleras inundando toda la estancia mientras el escritor permanecía en la cocina
—Sí, la verdad es que he dormido de maravilla— contestó ella esforzándose por dibujar una sonrisa entre los bostezos
Beckett continuó caminando descalza hasta la mesa. Castle había dispuesto un gran desayuno aquella mañana que incluía tostadas con mermelada, zumo natural, yogur helado y una macedonia de frutas. Además el escritor estaba terminando de preparar bacon y huevos
—Vaya Castle, ¿Cómo se te ha ocurrido hacer todo esto? —
—No sabía que te apetecería para desayunar— comentó el escritor con naturalidad encogiéndose de hombros —Mi madre y Alexis han salido hace un rato…parece que si tenían que madrugar— bromeó
Después de servir los platos se sentó a la mesa frente a su compañera
—Se me olvidaba… también he preparado un café especial—
—¿Especial? — preguntó Beckett confusa antes de acercarse para apreciar el aroma
La inspectora se llevó la taza a los labios para saborear el delicioso café. ¿Qué lleva? — preguntó mirando el interior de la taza
—Nuez moscada— anunció Castle como si revelara un gran secreto —Solía tomarlo antes de un día duro. Te da un empuje extra, y puede que hoy lo necesitemos—
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El escritor y su musa llegaron a primera hora a la comisaría, encontrándola prácticamente desierta. Decidieron repasar los detalles del caso en busca de alguna pista hasta que recibieran los informes sobre la furgoneta y la bomba. Perseguían a una asesina que creía ser un personaje de novela y con el carisma suficiente para encontrar seguidores dispuestos a encubrir sus crímenes. Por el momento habían encontrado una camarera, un agente de narcotráfico y un trabajador de la compañía eléctrica; pero ninguno de ellos parecía dispuesto a proporcionarles información.
La última pista les había conducido hasta una granja abandonada donde la asesina podría haberse escondido por un tiempo. Sin embargo la bomba había reducido el edificio a un humeante montón de madera del que difícilmente podrían extraer huellas. El vehículo aparecía registrado a nombre de Katie Hink, y los técnico tardarían aún unas horas en examinarlo por completo.
La tirada de periódicos de aquella mañana contenía la noticia sobre la bomba, cortesía de la periodista contrata por Gina para seguir el caso. Para el agrado de Gates, el reportaje plasmaba a sus hombres como héroes capaces de sobrevivir a una explosión; sin embargo Beckett se mostraba cada vez más reacia al seguimiento de la prensa. Ahora la asesina sabría lo ocurrido y eso podría empujarla a actuar de nuevo
Ryan y Espósito llegaron unos minutos más tarde de lo habitual a comisaría, pero transportaban con ellos una carpeta que Beckett y Castle reconocieron como uno de los informes
—Serán los datos de la bomba— musitó Beckett
—Aún no entiendo cómo sabía que iríamos a ese lugar— añadió Castle tratando de encontrar una explicación razonable
—Quizás no lo sabía…pero tomo medidas de seguridad. De ese modo si lo encontrábamos la casa volaría por los aires eliminando cualquier prueba— propuso la inspectora mientras señalaba la imagen de la vivienda que colgaba en la pizarra
—Y a nosotros— añadió Castle con preocupación
Ryan y Esposito le entregaron el informe sobre la bomba a Beckett sin grandes ánimos, pues como esperaban la detonación impedía recoger huellas útiles de aquella escena
—Si no podemos encontrar huellas quizás la bomba pueda darnos alguna pista— sugirió Beckett con determinación
—Bien— contestó Espósito cogiendo de nuevo la carpeta para repasar los datos que previamente les habían proporcionado los técnicos
—El polvo que encontramos en las puertas y las ventanas era fulminato de mercurio— comenzó a explicar Ryan —Aquí dice que es muy inestable y puede detonar por la fricción o por un impacto—
—Eso explica porque la explosión comenzó cuando el oficial abrió la ventana de golpe— comentó Beckett
—La asesina tuvo que conseguir toda esa cantidad de explosivos en algún sitio, quizás podríamos investigar las ventas de los establecimiento que donde pudo comprarlo—
—Me temo que no— continuó Ryan —El explosivo principal era una mezcla de Nitrato de amonio y Aceite de motor. El Nitrato de amonio se utiliza como fertilizante para las plantas así que pudo encontrarlo en la propia granja o conseguirlo en alguna cercana. En cuanto el aceite de motor, lo extrajo del tractor que encontramos abandonado—
—Ya he visto ese explosivo otras veces, cuando estaba en las fuerzas especiales lo llamábamos ANFO. Los terroristas solían utilizarlo porque es muy fácil de preparar— comento Espósito —Además es muy seguro y estable, por eso suele combinarse con otro explosivo primario más fácil de detonar—
—Como el fulminato de mercurio— añadió Beckett, a lo que el detective asintió
—Pero hay algo que no encaja. Si el objetivo era volar la casa con nosotros dentro ¿cómo es que estamos todos bien? Tuvimos tiempo de correr antes de que detonara el explosivo pero esta asesina no parece la clase de persona descuidada que cometería un fallo así—como de costumbre Castle buscaba la historia subyacente
—El fulminato de mercurio de las ventanas eran solo trazas, encontraron una cantidad mucho mayor junto a la puerta principal. La menor concentración hizo que la detonación se retardara, pero la bomba debía activarse al derribar la puerta principal— explicó Ryan
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Tras repasar el informe Beckett y Castle decidieron preparar otro café en la sala de descanso. El examen de los técnicos no les proporcionaba información útil para perseguir a la asesina y todos los cómplices aseguraban no saber nada sobre la bomba. Sus posibilidades comenzaban a agotarse y seguían en la casilla de salida.
Sin más testigos que interrogar o pistas que seguir solo podían esperar. El informe de los técnicos no llegó hasta el mediodía de la mano de Ryan y Espósito
—Han terminado de registrar la furgoneta. Tenemos huellas de Parker y de Silverts, además de fragmentos parciales con los que están intentando reconstruir las huellas de una tercera persona— comenzó Espósito
—Y en la parte de atrás encontraron fibras de la ropa de las víctimas y este cuchillo con las huellas de Robert Dawson. Lanie ha confirmado que coincide con la herida de arma blanca de otra de las victimas— añadió Ryan a la exposición de su compañero
—Pero eso no tiene sentido, ¿si estaban a punto de cerrar un trato, por qué iban a pelear? — comentó Beckett
—Quizás ese ere el plan, conseguir que discutieran…— propuso el escritor empezando a formar una teoría
—…eso le daría ventaja para empujarlos a la valla —continuó la inspectora siguiendo la trama
—La asesina ata a uno de ellos a la alambrada después de cortar la corriente. Cuando los otros dos despiertan, el matón ve a su jefe encadenado y cree que ha sido Dawson, mientras que Dawson piensa que su competidor le ha drogado para tenderle una trampa…— Castle relataó los hechos tal y como aparecían en su mente antes de que Beckett terminara la historia
—…discuten, Silverts vuelve a conectar la corriente y entonces la asesina…—
—…Los empuja hacia su muerte— concluyó el escritor
Ambos se miraron durante unos segundos, satisfechos de haber encontrado una teoría que podría ayudarles
—Ryan, habla con tus amigos de narcóticos, que nos digan quien se encarga del cártel ahora que Dawson ha muerto— ordenó Beckett antes de volverse hacia el escritor —Castle, tu y yo vamos a hacerles una visita—
Unos minutos más tarde Ryan había conseguido la información que requerían. Los miembros de la banda solían reunirse en una taberna propiedad de Dawson, así que Beckett y Castle se pusieron en marcha
Tras indagar en la estructura jerárquica de la organización consiguieron acceder al segundo de abordo, que había ascendido tras el asesinato. El nuevo líder del cartel era Matías Kern, primo del fallecido. Este los atendió en su lujoso despacho en la trastienda del bar. Beckett y Castle decidieron tener cuidado, pues aquel hombre también se había beneficiado del asesinato y podría estar involucrado
—Inspectora Beckett de la policía de Nueva York—
—Si vienen por nuestro negocio, deberían saber ya que nuestra cadena de lavanderías es totalmente legal— contestó el hombre cortando las presentaciones
—En realidad soy inspectora de homicidios y no me interesan sus negocios— el hombre se relajó al escuchar esas palabras
—Estamos investigando el asesinato de Dawson—
— ¿Tienen ya a los cabrones que mataron a mi primo? Le dije que Hernández no era de fiar ¿Fue él verdad? — el hombre se mostraba furioso
—En realidad él también está muerto…lo sabría si leyera el periódico— Comentó Castle antes de que Beckett le hiciera una mueca para que permaneciera en silencio
—Entonces, señor Kern, ¿Sabía usted que iban a reunirse ese día? — pregunto Beckett
—Sí, la mañana antes del asesinato vino alguien de parte de Hernández para decirnos que se había adelantando la reunión— explicó el hombre —intenté convencer a Robert de que era una trampa—
—Esa persona que vino… ¿era esta mujer? — pregunto Beckett enseñándole la imagen del video
—Apenas la vi un momento… pero desde luego era una mujer— declaró el nuevo líder del Cártel
—Entonces tenía usted razón— comentó Castle —Era una trampa, solo que no la había preparado Hernández—
—Una última cosa ¿Reconoce este cuchillo? — Beckett le mostro una imagen del arma encontrada en la furgoneta
—Robert solía llevarlo siempre encima— esclareció Matías
— ¿Se le ocurre algún motivo por el que lo usaría contra otra de las víctimas?— preguntó Beckett, tratado de corroborar la teoría de Castle
—Bueno…a pesar de estar a punto de cerrar un trato las…tensiones seguían existiendo entre las dos bandas— esclareció el hombre —Es muy posible que algo se torciera en la negociación y pasaran a las armas—
—No sabía que las lavanderías fueran un negocio tan violento— bromeó el escritor
—Bien, puede que nos pongamos en contacto con usted más adelante— añadió Beckett tendiéndole la mano a Kern antes de que pudiera contestar
—Lo que necesite inspectora, tienen toda mi colaboración para encontrar a quien hizo esto— se despidió él estrechando su mano
Tras abandonar aquella taberna Castle y Beckett decidieron regresar a comisaría. Gracias a la conversación habían confirmado algunas de sus sospechas acerca del asesinato, sin embargo seguían sin tener ninguna pista que les condujera directamente a la identidad de la mujer que creía ser Nikki Heat.
Sin más datos para investigar por el momento, todo el trabajo se reducía a esperar que los técnicos lograsen reconstruir una huella útil a partir de los fragmentos encontrados en la furgoneta. El tiempo seguía avanzando en su contra, pero no podían hacer nada sino esperar
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Comenzaba a caer la noche sobre la ciudad. Un fulgurante cielo rojizo cubría las calles de Nueva York a medida que el sol trataba de ocultarse en el horizonte. El apartamento se encontraba prácticamente en silencio a excepción de los sonidos producidos por el escritor mientras preparaba la cena. Castle se las ingeniaba para mantener a Martha y Alexis alejadas de la vivienda durante el día. En esta ocasión la excusa recaía sobre el atuendo de la primera en la presentación de su nuevo libro. Tan solo unas palabras y una tarjeta de crédito habían resultado suficientes para convencer a la diva, mientras que la joven había aceptado ayudar con la elección del vestido tras rechistar unos minutos.
Beckett por su parte había decidido recopilar algunas prendas más de su apartamento antes de regresar al loft. La estancia parecía prolongarse más de lo esperado y su ropa comenzaba a ocupar buena parte del armario que Castle le había proporcionado. El escritor, haciendo gala de sus artes culinarias, adquiridas como parte de la documentación de sus novelas; se había propuesto cocinar para los cuatro después de un duro día.
Castle terminaba de seleccionar los últimos ingredientes para el arroz tres delicias cuando un leve sonido comenzó a extenderse por el ambiente. Al principio resultaba prácticamente imperceptible, hasta el punto de que el escritor lo consideró un producto de su imaginación. El volumen de la música aumentaba poco a poco por lo que Castle precisó de unos segundos para tomar conciencia de la situación.
La fuente de tal interrupción se encontraba en su despacho de modo que decidió proceder con cautela. «Quizás Beckett ha llegado antes que yo y quiere darme una sorpresa» pensó para sus adentros sin grandes expectativas. A medida que se aproximaba a la habitación el sonido se tornaba más nítido hasta que, finalmente, logró reconocer la melodía.
Continuó hasta su despacho, donde se encontraban los altavoces que emitían la música. Avanzaba en la penumbra, deseando que, de algún modo, estos se hubieran activado por si solos; pero de pronto comenzó a sentirlo. El aire se volvía cada vez más denso, y su respiración más pesada. Consiguió apagar los altavoces y reinó el silencio en la habitación. El escritor solo alcanzaba a escuchar los latidos de su corazón desbocado a medida que el miedo comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Entonces supo que no estaba solo.
Castle alzó la mirada a su derecha, a través del despacho y la puerta abierta de su dormitorio, y allí la vio. Una mujer joven y de atractivas facciones, con una melena castaña y ondulada que caía sobre sus hombros, similar a la de la inspectora. Castle no necesito preguntar para saber su nombre.
Ella contemplaba fijamente al escritor con la cabeza ligeramente ladeada, estudiando sus reacciones. Tenía los ojos casi negros y una profunda mirada que lo escrutaba de arriba abajo. Un halo de oscuridad envolvía a aquella mujer y se extendía por la estancia, consumiendo cualquier resquicio de esperanza que Castle aun albergara.
Permanecía sentada en la cama, observándole desde el dormitorio. En sus manos sujetaba un libro abierto aproximadamente por la mitad. Castle la miraba con temor, como una presa a punto de ser devorada por su depredador. En el rostro de la mujer, sin embargo, se dibujaba una expresión de dulzura al contemplar al escritor. Él permanecía inmóvil, paralizado por una extraña fuerza que lo rodeaba impidiéndole casi respirar
—Hola Rick— la mujer comenzó a hablar. Su voz sonaba cálida y aterciopelada, sin embargo provocó que un escalofrío de miedo recorriera la espalda del escritor
—¿Qué…qué haces aquí? — alcanzó a musitar él
—Estaba leyendo mientras te esperaba— continuó la extraña —Lo he tomado prestado de tu biblioteca, espero que no te importe— sonrió con inocencia —Frankenstein o el moderno Prometeo— añadió levantando la portada del libro para que pudiera verla
La mujer volvió a abrir el libro y bajó la mirada para continuar leyendo
—…Tú eres mi creador, pero yo soy tu maestro…—
—…obedece…— susurró Castle terminando la frase de la novela
La mujer sonrió de nuevo y se puso en pie
—Una gran obra, la he leído cientos de veces— murmuró ella mientras se acercaba lentamente al escritor. Cerró el libro y lo depositó con cuidado sobre el escritorio del despacho
— ¿Cómo has entrado aquí? — pregunto el escritor
—Eso no es importante— musitó ella
— ¿Y qué es lo que quieres de mi?— preguntó Castle sintió la mano de aquella mujer sobre su rostro acariciándole el mentón
—Ya lo sabes Rick… lo sabes desde el principio— la mujer le susurró enigmáticamente al oído
—He visto lo que haces con las victimas… y me repugna— contestó el escritor temblando
—Es como soy… es como me creaste— la mujer se sentó en el borde de la mesa cruzando las piernas
—Te equivocas, la verdadera Nikki Heat no es una asesina— aclaró Castle sin perderla de vista
— ¡Yo soy la verdadera Nikki Heat! — gritó ella enfadada mientras se levantaba de un salto y se acercaba con una expresión de ira al escritor
—No importa lo que me hagas, no te saldrás con la tuya. Beckett te detendrá muy pronto— exclamó Castle intentando encontrar algo de valor en sus palabras
—No menciones a esa impostora— replicó la mujer mostrando su enfado antes de respirar hondo para calmarse —Ella tendría que estar muerta Rick— sus labios se acercaron peligrosamente a los del escritor —Y entonces yo podría ser tu musa—
Castle cerró los ojos e intentó apartarse. Ella se alejó un poco y el escritor pudo respirar aliviado
—No quiero hacerte daño…pero si sigues investigando puede que no tenga elección— añadió la mujer
—Si vas a matarme te aconsejo que lo hagas antes de que lleguen mis compañeros— exclamó Castle para medir las intenciones de la asesina
—Tranquilo, tú estas a salvo por el momento…pero hay otras formas de hacer sufrir a un hombre— ella sonrió maliciosamente mientras seguía caminando lentamente a su alrededor
De pronto un ruido estrepitoso les interrumpió. Alguien había abierto la puerta principal de un portazo
—¡¡¿Castle?!! — La voz de Beckett inundó el apartamento
La inspectora había llegado al edificio con algunas maletas cuando encontró la puerta entreabierta y forzada. Temiéndose lo peor desenfundó su arma e irrumpió en la vivienda a toda prisa
—Mañana al mediodía tendrás noticias mías— murmuró la mujer antes de golpearle en el abdomen.
El escritor cayó al suelo intentando recuperar el aliento mientras la mujer escapaba por una ventana.
Beckett escuchó el ruido y corrió hasta el despacho. Allí vio a su compañero tendido en el suelo y con una mueca de dolor en su rostro. En ese momento olvidó todos los protocolos de actuación, pues la amenaza podría seguir en aquella habitación, dejó la pistola en el suelo y se lanzó a atender a Castle sin dudarlo
— ¿Castle? ¿Puedes oírme?— preguntó la inspectora con las lágrimas a punto de brotar de sus ojos
—Estoy bien— masculló él intentando levantarse
La inspectora le ayudo a ponerse en pie y a llegar hasta el sofá
— ¿Qué ha pasado?— preguntó todavía preocupada
—Ha estado aquí…ella ha estado aquí—
Beckett tampoco necesitó más información para saber a quién se refería
— ¿Estas heridos? Vamos ahora mismo al hospital— exclamó Beckett sacando las llaves del coche
—No te preocupes, solo ha sido un golpe— contestó él rozándole la mano para que volviera a guardar las llaves —Llama a los técnicos, esto tiene que estar lleno de huellas—
Beckett asintió más tranquila y rápidamente cogió el teléfono
Martha y Alexis aparecieron unos minutos después de recibir la noticia junto con Ryan, Esposito y varios miembros de la policía científica. Castle les contó todo lo sucedido y les dirigió a través del apartamento, señalándole los lugares donde podrían encontrar huellas o restos de ADN.
Así mismo un dibujante hizo su visita para poder realizar un retrato robot de aquella mujer. Después lo cotejarían con las bases de datos para obtener una identidad. A pesar del peligro que Castle había corrido, aquel encuentro les había proporcionado una nueva ventaja en el caso.
Castle seguía consternado por lo acontecido y con su casa repleta de agentes de policía Beckett le ofreció alejarse juntos de aquel lugar por un rato. Decidieron ir a una cafetería cercana con una modesta terraza al aire libre donde pudieron sentarse
—Me ha dicho…que mañana al mediodía volvería a actuar— dijo de pronto Castle
—Le diré a Gates que refuerce la protección— contestó Beckett preocupada
—No serviría de nada. Además no es a mí a quien quiere— interfirió el escritor
—Lo que no entiendo es por qué ha decidió aparecer ahora— se preguntó Beckett, contagiada ya de la necesidad del escritor con encajar la historia
—Porque sigues viva— contesto Castle tragando saliva antes de continuar —Su plan no ha salido como esperaba, y eso la ha puesto nerviosa. Pero ha cometido un error y ahora podremos atraparla—
+++++++++++++++++++
El día siguiente transcurriendo de nuevo con gran alboroto. Los técnicos seguían analizando el apartamento de Castle mientras los detectives empleaban el retrato de la asesina para encontrar su verdadera identidad. A petición de Castle, Gates había cedido a aumentar la protección para Martha y Alexis mientras Castle y Beckett permanecían a salvo en comisaría
A pesar de los esfuerzos de la inspectora y su compañero, no lograron deducir donde se produciría su próximo ataque. Pronto tendrían una nueva víctima y no podían hacer nada para impedirlo. Como la propia mujer había anunciado, su mensaje llegó en forma de e-mail cuando los relojes marcaban exactamente el mediodía.
Los tres detectives, el escritor, y alguno más de los policías que se encontraban en comisaría se congregaron en torno al ordenador de Beckett, donde el correo había sido recibido. Ryan rápidamente se puso en contacto con el departamento de informática para que intentaran rastrearlo. El e-mail tan solo contenía un vídeo
Todos contuvieron la respiración mientras el video cargaba y comenzaba a reproducirse. En la escena aparecía una habitación lóbrega y prácticamente vacía, únicamente se observaba una destartalada silla en el centro de la misma. La suciedad y podredumbre cubrían por completo aquel zulo desprovisto de ventanas e iluminado tan solo por unas velas.
Una mujer algo demacrada y con visibles signos de violencia en el rostro tomó asiento en la silla. Tenía el labio ensangrentado y el cabello alborotado y aun temblaba por la paliza. Los detectives la reconocieron al instante como Brenda Johnson, la periodista.
Después de unos segundos la mujer cogió un papel que se encontraba tras la cámara. Lo sujetó entre sus manos mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Entonces comenzó a hablar
—Ella me ha pedido que lea este mensaje…— musitó entre sollozos —Creo que me matará cuando vuelva…supongo que no tengo elección— abrió el mensaje que la asesina había preparado —Mi nombre es Brenda Johnson y soy reportera de un periódico. Mi trabajo consiste en escribir mentiras y tergiversar historias. Invento los hechos para mi conveniencia a cambio de dinero y proporciono falsa información a los ciudadanos— la mujer rompió a llorar aun más fuerte mientras continuaba leyendo —Hablo demasiado cuando debería guardar silencio, por eso esta es mi condena. Contar la verdad— la periodista suspiró antes de proseguir con el mensaje marcado — Creéis ser muy inteligentes pero no conseguiréis atraparla, conoce todos vuestros movimientos y se anticipará a cualquier paso que deis. Será mejor que dejéis de investigar o nadie en esta ciudad volverá a estará a salvo— el video terminó unos segundos después de que la mujer concluyera la lectura
El grupo de policías permaneció en silencio, todavía atónitos por el mensaje hasta que Ryan dio la voz de alarma
—Jefa, la tenemos. Ha enviado el correo desde un teléfono móvil. Han localizado la señal cerca de unos almacenes
abandonados—
— ¡En marcha! Puede que aún esté viva— ordenó Beckett mientras preparaba su arma
—Inspectora— la voz de Gates la interrumpió mientras el resto del equipo abandonaba la comisaría para ir a buscar a la periodista —Usted y el señor Castle esperaran fuera ¿Entendido? No quiero más sorpresas—
Beckett se vio obligada a obedecer a la capitana de la 12th y llegó a los almacenes junto al escritor unos minutos después. Sus compañeros ya se habían encargado y los esperaban junto a la fachada del edificio. Los policías iban y venían al interior y en los coches aún sonaban las sirenas con gran estruendo. Entre los vehículos de la policía Beckett alcanzó a distinguir una ambulancia
—Tenías razón. Está gravemente herida… pero viva— anunció Espósito
—Van a llevarla con urgencia al hospital— añadió Ryan tras separarse del grupo de oficiales que transportaba a la mujer en una camilla
— ¿Alguna pista? — preguntó Castle
—Ni rastro de la asesina— contestó Esposito negando con la cabeza
—Tenemos que hablar con ella— exclamó Beckett señalando a la periodista
Castle siguió a su musa hasta la ambulancia
—Brenda ¿me oye? Soy la inspectora Beckett de homicidios ¿Se acuerda de mi? —
—Ins… inspectora— balbuceó la mujer entre temblores
— ¿Puede contarnos que ha pasado? — continuó preguntando a pesar de las insistencias de los médicos por que abandonara el vehículo mientras lo preparaban para el transporte
—Volvió…creí que iba a matarme…pero entonces me dijo que tenía que hacer una última cosa y me dejaría vivir— la mujer hablaba con gran dificultad debido a los golpes —Me dijo que le diera esto—
La reportera le entregó un fragmento de papel a la inspectora que contenía una dirección
—Dijo…— la mujer tosió esputando un poco de sangre —…que allí encontraría un regalo para usted…—
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Y de regalo un pequeño apunte/ curisosidad/ simbolismo (lease despues del capítulo)
- Spoiler:
Es obvio que el libro que coge la asesina cuando aparece en casa de Castle no está elegido al azar. "Frankenstein o el moderno prometeo" tiene mucho que ver con la historia del caso, y la frase que lee aparece de verdad en la obra.
Las versiones del cine de Frankenstein son muy diferentes a la historia original y en general ponen a un monstruo que apenas puede moverse y no habla (tambien llaman "frankenstein" al monstruo) por eso quería aclarar el tema por si alguien no conoce la obra de Mary Shelley
En la historia original el doctor Frankenstein abandona a la criatura que ha creado al ver su aspecto. El monstruo no solo aprende a hablar, sino que además narra una parte de la historia; contando por ejemplo como intentaba acercarse a los humanos. El "demonio" (como lo llama Frankenstein) busca forjarse una identidad y conseguir que las personas lo acepten entre ellas, especialmente su creador, pero se da cuenta de que por su aspecto todo los repudian y huyen de él. Después de que el hombre que le ha dado vida lo considere un engendro, el monstruo decide hacerle sufrir con la soledad como él mismo la ha sufrido; y asesina violentamente a todas las personas que Frankenstein ama.
No sigo más, pero os podeis hacer una idea de que no queda vivo ni el tato
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Muy bueno, me encanta, es genial.
Continua pronto.
Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
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Localización : en un mundo feliz
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Enhorabuena Carlos, te has vuelto a lucir, jajajajaja
Muy bien tu capi, es impresionante como consigues enlazar todos los hechos, tu historia contiene dos historias en una, la de la asesina y su paralelismo con Frankenstein, y la historia Castle/Beckett.
Muy bien desarrollada la parte profesional de nuestra inspectora, y estupendamente la emocional de una Kate muy insegura y necesitada de su amiga incondicional, Lanie. Muy lograda también la ambientación de la convivencia que mantienen Beckett y su nueva familia, han estado cerca pero de nuevo sus miedos los han frenado, jajajajaja pareces todo un escritor profesional, hay que ver qué dominio de las situaciones, y sobre todo estupenda esa asesina con un trastorno evidente pero de una inteligencia extraordinaria. Por que se trata de una asesina, no se si decir o no lo que estoy pensando,............ pero casi que mi voy a arriesgar, es la primera vez que una asesina con problemas psiquiátricos graves, y con una mente privilegiada, está representada por una mujer, no se si lo haces con doble sentido o no, pero tengo que sentirme agradecida, que aunque sea en circunstancias tan desagradables hayas decidido que sea una mujer y no un hombre el que interprete el papel principal como asesina psicópata. jajajajajaja
Por tu aclaración respecto de la figura de Frankenstein, me has aclarado mucho del perfil del personaje, ahora veo por dónde pueden venir los tiros, jajajajaja nunca mejor dicho.
En fin no me queda mucho más por decir, si no es que ya estoy impaciente por leer la continuación de esta fascinante historia. No te voy a meter prisa, pues con capítulos tan extensos y bien estructurados, se que necesitas tiempo y no siempre dispones de él, pero sí que el siguiente lo quiero al menos tan bueno como éste, así que ya sabes ponte las pilas que no lo tienes fácil. jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Muy bien tu capi, es impresionante como consigues enlazar todos los hechos, tu historia contiene dos historias en una, la de la asesina y su paralelismo con Frankenstein, y la historia Castle/Beckett.
Muy bien desarrollada la parte profesional de nuestra inspectora, y estupendamente la emocional de una Kate muy insegura y necesitada de su amiga incondicional, Lanie. Muy lograda también la ambientación de la convivencia que mantienen Beckett y su nueva familia, han estado cerca pero de nuevo sus miedos los han frenado, jajajajaja pareces todo un escritor profesional, hay que ver qué dominio de las situaciones, y sobre todo estupenda esa asesina con un trastorno evidente pero de una inteligencia extraordinaria. Por que se trata de una asesina, no se si decir o no lo que estoy pensando,............ pero casi que mi voy a arriesgar, es la primera vez que una asesina con problemas psiquiátricos graves, y con una mente privilegiada, está representada por una mujer, no se si lo haces con doble sentido o no, pero tengo que sentirme agradecida, que aunque sea en circunstancias tan desagradables hayas decidido que sea una mujer y no un hombre el que interprete el papel principal como asesina psicópata. jajajajajaja
Por tu aclaración respecto de la figura de Frankenstein, me has aclarado mucho del perfil del personaje, ahora veo por dónde pueden venir los tiros, jajajajaja nunca mejor dicho.
En fin no me queda mucho más por decir, si no es que ya estoy impaciente por leer la continuación de esta fascinante historia. No te voy a meter prisa, pues con capítulos tan extensos y bien estructurados, se que necesitas tiempo y no siempre dispones de él, pero sí que el siguiente lo quiero al menos tan bueno como éste, así que ya sabes ponte las pilas que no lo tienes fácil. jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Ay dios, ¡impresionante!
Tengo el corazón revolucionado de estar en tensión... ¿que regalo le espera a la inspectora? Por dios que no vaya, puede ser otra trampa, que no me sea cafre, que como le pasa algo...
Y Castle, con lo grandote que es, cuando estuvo con ella, que tanto hablar ni que leches, le da un revés bien dado y la tumba, y así se acababa tanta tontería Pero bueno, mejor, así seguimos disfrutando, y sufriendo, con la historia. Y bonita conversación de Kate con Lanie, a ver si poco a poco va tirando el muro a patadas, que le falto poco para contarle lo del sueño/pesadilla jajajaja
De verdad, un gran capítulo. Como siempre, te superas.
En cuanto al apunte, me has metido ganas de leer el libro, tiene buena pinta, pero no sé... gracias por la información, y, al contrario que en el libro original, esperemos que en tu historia no acaben todos muertos, eh!
Hasta el próximo!
Tengo el corazón revolucionado de estar en tensión... ¿que regalo le espera a la inspectora? Por dios que no vaya, puede ser otra trampa, que no me sea cafre, que como le pasa algo...
Y Castle, con lo grandote que es, cuando estuvo con ella, que tanto hablar ni que leches, le da un revés bien dado y la tumba, y así se acababa tanta tontería Pero bueno, mejor, así seguimos disfrutando, y sufriendo, con la historia. Y bonita conversación de Kate con Lanie, a ver si poco a poco va tirando el muro a patadas, que le falto poco para contarle lo del sueño/pesadilla jajajaja
De verdad, un gran capítulo. Como siempre, te superas.
En cuanto al apunte, me has metido ganas de leer el libro, tiene buena pinta, pero no sé... gracias por la información, y, al contrario que en el libro original, esperemos que en tu historia no acaben todos muertos, eh!
Hasta el próximo!
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Increible
Sigue prontito que se va poniendo cada vez mas interesante
BESOSS
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ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Dios, que tensión, jejejeje. Un capitulo impresionante. Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Sigueeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
muy muy bueno como siempre Carlos...me has mantenido en tensión todo el capitulo...escribes genial y le das una intriga que me deja ko!continua pronto con este gran fic!!
Ethan3- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
No Tengo palabras a sí que sólo diré jajgsjasgbdhgskkzbxvdhwlXnbdmsk*-*
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Kynu escribió:Espectacular: no puedo añadir más.
Esperemos entonces que la "muerte" del siguiente tambien te deje sin palabras
Aunque con lo que te gustan las escenas gore va a ser dificil sorprenderte
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
_Caskett_ escribió:Muy bueno, me encanta, es genial.
Continua pronto.
Gracias. Voy a dejar de dar plazos que luego nunca los cumplo, pero puedo decir que quedan 2 capitulos más sobre esta asesina
-CM-- Ayudante de policia
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
agecastbet escribió:Enhorabuena Carlos, te has vuelto a lucir, jajajajaja
Muy bien tu capi, es impresionante como consigues enlazar todos los hechos, tu historia contiene dos historias en una, la de la asesina y su paralelismo con Frankenstein, y la historia Castle/Beckett.
Muy bien desarrollada la parte profesional de nuestra inspectora, y estupendamente la emocional de una Kate muy insegura y necesitada de su amiga incondicional, Lanie. Muy lograda también la ambientación de la convivencia que mantienen Beckett y su nueva familia, han estado cerca pero de nuevo sus miedos los han frenado, jajajajaja pareces todo un escritor profesional, hay que ver qué dominio de las situaciones, y sobre todo estupenda esa asesina con un trastorno evidente pero de una inteligencia extraordinaria. Por que se trata de una asesina, no se si decir o no lo que estoy pensando,............ pero casi que mi voy a arriesgar, es la primera vez que una asesina con problemas psiquiátricos graves, y con una mente privilegiada, está representada por una mujer, no se si lo haces con doble sentido o no, pero tengo que sentirme agradecida, que aunque sea en circunstancias tan desagradables hayas decidido que sea una mujer y no un hombre el que interprete el papel principal como asesina psicópata. jajajajajaja
Por tu aclaración respecto de la figura de Frankenstein, me has aclarado mucho del perfil del personaje, ahora veo por dónde pueden venir los tiros, jajajajaja nunca mejor dicho.
En fin no me queda mucho más por decir, si no es que ya estoy impaciente por leer la continuación de esta fascinante historia. No te voy a meter prisa, pues con capítulos tan extensos y bien estructurados, se que necesitas tiempo y no siempre dispones de él, pero sí que el siguiente lo quiero al menos tan bueno como éste, así que ya sabes ponte las pilas que no lo tienes fácil. jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
¿Que hariamos sin Lanie? Siempre dispuesta a darle una colleja a Beckett para que entre en razón
No veo yo a un hombre creyendo ser Nikki Heat pero tambien me pegaba más una mujer maquiavélica y astuta que se sirve de otros para cometer sus crimenes en vez de usar la fuerza bruta
Menos mal que en america pueden comprar balas como el que compra chucherias, porque tiros habra seguro
El siguiente tiene el reto añadido de tener que matar a alguien por "saber demasiado", espero estar a la altura
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
SaraS17 escribió:Ay dios, ¡impresionante!
Tengo el corazón revolucionado de estar en tensión... ¿que regalo le espera a la inspectora? Por dios que no vaya, puede ser otra trampa, que no me sea cafre, que como le pasa algo...
Y Castle, con lo grandote que es, cuando estuvo con ella, que tanto hablar ni que leches, le da un revés bien dado y la tumba, y así se acababa tanta tontería Pero bueno, mejor, así seguimos disfrutando, y sufriendo, con la historia. Y bonita conversación de Kate con Lanie, a ver si poco a poco va tirando el muro a patadas, que le falto poco para contarle lo del sueño/pesadilla jajajaja
De verdad, un gran capítulo. Como siempre, te superas.
En cuanto al apunte, me has metido ganas de leer el libro, tiene buena pinta, pero no sé... gracias por la información, y, al contrario que en el libro original, esperemos que en tu historia no acaben todos muertos, eh!
Hasta el próximo!
Es Beckett, tiene que ir aunque pueda acabar colgando de una azotea
No se tu, pero yo si tengo delante a esa asesina (o a cualquiera) no me la jugaría estaría paralizado por el miedo, y vete tu a saber si no lleva una pistola escondida
A mi me toco leermelo para la asignatura de filosofía. La historia en sí puede ser algo pesada (el doctor viaja más que frodo para tirar el anillo ) pero si te paras a reflexionar...
Hombre, todos todos no...puede que la mayoría, pero alguno tendra que quedar
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
angela_kate.b escribió:Increible
Sigue prontito que se va poniendo cada vez mas interesante
BESOSS
Todavía queda un poco de historia...y algunos momentos de tensión Espero que siga siendo interesante
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Yaye escribió:Dios, que tensión, jejejeje. Un capitulo impresionante. Espero que puedas continuar pronto.
Pues todavía estoy haciendo el esquema, asique aún no he empezado a escribir Pero todavía quedan un par de capitulos tensos
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
castle&beckett..cris escribió:Sigueeee
No he empezado todavía con el siguiente, pero seguir sigo
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Ethan3 escribió:muy muy bueno como siempre Carlos...me has mantenido en tensión todo el capitulo...escribes genial y le das una intriga que me deja ko!continua pronto con este gran fic!!
Muchas gracias Ethan Espero que los siguientes también te dejen con la intriga
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Elena_NyPD@ escribió:No Tengo palabras a sí que sólo diré jajgsjasgbdhgskkzbxvdhwlXnbdmsk*-*
¿Eso son convulsiones? Igual ha ido a visitarte la asesina también
Gracias por el comentario y a ver si el siguiente tambien te deja sin palabras
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Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Bueno, después de casi un mes sin actualizar os traigo la primera parte del siguiente capítulo. Ya queda menos para resolver el caso, pero aún tendran que sufrir un poco más
Este capítulo está dedicado a la víctima (a la que tuve que eliminar porque sabía demasiado ) por ofrecerse voluntaria y dejarse matar con tantas ganas. No se si lo leeras, pero espero que te guste tu asesinato También a su compañera de piso, a ver si así no se le olvida más mi nombre
Al final del capitulo dejo un miniconcurso . Lo dicho, espero que os guste a tod@s
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Aviso al lector: Contiene escenas un tanto gore (sobre todo si le echas imaginación) Léase bajo su propia responsabilidad.
En capítulos anteriores...
La reportera le entregó un fragmento de papel a la inspectora que contenía una dirección
—Dijo…— la mujer tosió esputando un poco de sangre —…que allí encontraría un regalo para usted…—
Beckett finalmente cedió a las insistencias de los médicos, permitiendo que transportaran a la mujer hasta el hospital. La inspectora siguió la ambulancia con la mirada hasta que la perdió de vista cuando el vehículo dobló la esquina de la calle. Castle se acercó silenciosamente a la espalda de su compañera, todavía sorprendido por los acontecimientos. Ella le enseño el recorte que le había entregado la reportera, y el escritor lo cogió con sumo cuidado para leer la dirección
— ¿No estarán pensando en ir verdad?— preguntó Castle tras devolverle el papel
—Eso es exactamente lo qué voy a hacer— contestó ella buscando a sus dos compañeros entre la muchedumbre
Castle la agarró del brazo, atrayéndola hacia sí mismo. Su expresión había cambiado y la preocupación se mostraba en sus ojos.
—Es peligroso Beckett— El escritor miraba fijamente los ojos de su compañera intentado convencerla
—Es mi trabajo Castle— la inspectora se zafó de sus brazos
—Tu trabajo es resolver casos… no tienes que ir directa a la trampa de una asesina—corrigió Castle recordándole lo sucedido la última vez que intentaron registrar un edificio
—Curioso viniendo de la persona más irresponsable y temeraria que conozco— exclamó la inspectora cruzándose de brazos
—Ya sé que a veces soy un idiota…—
— ¿A veces? — rió Beckett interrumpiéndole.
—…pero esta asesina es peligrosa y tu eres un obstáculo en su camino. Intentará matarte Kate y no va a detenerse— recordó Castle intentando evitarlo
—Castle, podría haber otra persona debatiéndose entre la vida y la muerte en este lugar. Informaré a Gates y después voy a ir a esta dirección— sentenció Beckett sin miramientos —Además tú tienes que terminar tu trabajo. Al parecer cierto escritor aun no ha terminado la dedicatoria del libro que publicará dentro de tres días—
De regreso en comisaría, Beckett desapareció tras la puerta del despacho de la capitana. Si realmente esperaban encontrar a alguien con vida el reloj corría en su contra, pero Gates había ordenado que se le informara de cualquier movimiento. A pesar de su reticencia, Beckett había accedido a ello dada la peligrosidad del caso. La asesina ya había tratado de acabar con los policías en varias ocasiones, y la inspectora sospechaba que no sería la última.
Conversaron durante unos preciados minutos hasta que la capitana de la 12th autorizó la operación, no sin antes asignar una unidad de oficiales para que acompañaran a sus detectives. Una vez organizado el grupo y comprobada la dirección, todos se pusieron en marcha. Beckett se dirigió hasta su escritorio e indicó con un gesto a sus compañeros que la siguieran
—Castle, nos vamos. Te llamaré en cuanto tengamos algo— explicó Beckett mientras comprobaba su arma
—No hará falta, voy con vosotros—respondió el escritor cogiendo su chaqueta
—Creía que era demasiado peligroso— bromeó ella
—Y lo es. Pero como has dicho antes, soy un idiota temerario e irresponsable. Así que si tú eres tan cabezota como para continuar con el caso, yo soy tan estúpido como para seguirte— aclaró Castle provocando que una tímida sonrisa se dibujara en el rostro de su musa
La dirección correspondía a un edificio abandonado muy similar al almacén donde la asesina había retenido a la periodista. El exterior mostraba claros signos de deterioro. La pintura y el cemento desconchado dejaban al descubierto la fachada de ladrillo, ennegrecida por la polución y el paso del tiempo. Las escasas ventanas del edificio se encontraban a gran altura, cubiertas en algunos casos por telas raídas que ondeaban con la brisa de la tarde.
La entrada principal consistía en un pesado portón de metal, castigado también por el entorno. Unos metros por encima se podían distinguir los restos de un destartalado cartel con el nombre de una compañía. Aquella fábrica había pertenecido a una pequeña empresa y cayó en el olvido cuando esta quebró. Tras varios intentos los oficiales lograron desplazar la puerta a pesar de que el oxido incrustado en las ruedas dificultaba cualquier movimiento
El pequeño grupo de policías, acompañados por el escritor, accedió entonces a la primera sala de la fábrica. La maquinaria permanecía aun en aquel lugar, aunque por la cantidad de suciedad acumulada no se había usado en décadas. Las telarañas se extendían entre las enormes vigas que recorrían el alto techo de la estancia mientras una tubería deteriorada dejaba caer pequeñas gotas que periódicamente se precipitaban sobre el suelo antes de filtrarse entre las grietas del cemento. La luz se colaba a través cristales rotos en forma de haces, iluminando algunos puntos de la sala. Las extrañas formas que dibujaban los rayos del sol sobre el suelo, fruto de los harapos y la suciedad que cubría las ventanas, le aportaban un aspecto aun más tétrico al lugar
El aire viciado se mantenía en calma mientras los policías avanzaban por la primera sala. Algunas ratas correteaban asustadas cuando las luces de las linternas las enfocaban, escondiéndose entre las oxidadas maquinas junto a la línea de montaje. El grupo permanecía en formación cerrada, con las armas preparadas para cualquier sorpresa a medida que recorrían la habitación para inspeccionarla
Tras haber asegurado la zona, y con algo más de confianza, decidieron separarse en grupos más pequeños para recorrer todo el edificio. Una de las puertas accedía a unas escaleras sumidas en una total oscuridad y la otra se abría a un enorme corredor. Espo y Ryan indicaron mediante señas que tomaría las escaleras acompañados por otros dos oficiales mientras que el resto del grupo continuaría por el pasillo.
—Tú vienes conmigo— susurró Beckett después de haber organizado a los demás para repartirse las puertas de aquel corredor
Castle asintió, siguiendo a su compañera con los ojos bien abiertos. Poco a poco los policías fueron desapareciendo tras las puertas a medida que se adentraban en el complejo. La inspectora y el escritor avanzaron por el pasillo, iluminado únicamente por sus linternas, hasta detenerse junto al letrero que indicaba la entrada a los despachos.
Manteniendo su cuerpo pegado a la pared, Beckett comenzó a deslizar la puerta, previamente entreabierta. Tras asegurarse de que no existían peligros ambos entraron en aquella habitación. Una mesa vacía y algunos archivadores adornaban la sala, acompañados por cientos de carpetas y papeles que cubrían el suelo por completo.
—Quizás encontremos algo entre estos documentos— murmuró la inspectora
—Beckett— Castle señaló la puerta que daba acceso a la siguiente sala.
La luz de la habitación contigua se colaba por la rendija inferior y por las sombras parecía que algo o alguien se movía en su interior. Beckett se preparó para derribar la puerta, caviló unos segundos y se volvió hacia su compañero
—Castle, puede que necesite algo de apoyo— susurró antes de colocarse de nuevo en posición. Castle asintió colocándose detrás de ella —Quiero que mires junto a mi tobillo derecho. Sin hacer ruido— indicó la inspectora
Castle obedeció las órdenes y se acercó sigilosamente a su compañera. Palpó su bota hasta encontrar una pistola de menor tamaño escondida. La extrajo sin vacilar, la observó unos segundos y quitó el seguro.
—Listo— musitó Castle preparado
La inspectora asintió en señal de aprobación y respiró hondo. Contuvo el aire un instante para relajarse y a continuación derribó la puerta de una patada. Beckett irrumpió en la sala empuñando su arma con decisión, seguida del escritor. Castle notó que algo rozaba su pierna y saltó asustado, tratando de contener un pequeño grito. Tres ratas huyeron despavoridas del despacho.
—Ahora ya sabemos de que eran las sombras— murmuró Beckett ahogando una carcajada
—Y al parecer también es una de las pocas habitaciones con ventana al exterior— advirtió Castle señalando la fuente de la luz
—Esto está vacío, pero será mejor que te quedes eso— indicó Beckett refiriéndose a la pistola
De pronto una voz reverberó por los pasillos de la fábrica abandonada
— ¡Jefa! — se trataba de la voz de Ryan
Beckett y Castle regresaron sobre sus pasos hasta la primera estancia y después siguieron la dirección que conducía a las escaleras. El final de estas desembocaba en otro pasillo, en el que rápidamente distinguieron las figuras de sus compañeros junto a una puerta
Esta daba acceso a una zona elevada de suelo metálico que servía para supervisar una sala muy similar a la primera. Las linternas de los policías iluminaban la oscuridad del recinto, descubriendo una grotesca escena que desplomó el ánimo de todos los presentes. Solo se escuchaban las respiraciones de los policías y el armónico balanceo de una pesada cadena. Finalmente Ryan recuperó la compostura y tragó saliva antes de hablar.
—…Creo que lo hemos encontrado—
Castle y Beckett permanecían a unos metros del cadáver esperando a que Lanie finalizase el examen preliminar. La victima aun tenía la cartera, por lo que Ryan y Espo se pusieron en marcha con la identificación
—Según su carné de identidad se llamaba Anne Loosle y tenía veinticuatro años— informó Esposito enseñándoles la tarjeta
—Yo he conseguido contactar con su compañera de piso. Va de camino a la comisaría— añadió Ryan tras guardar el teléfono
—Bien. Id vosotros primero y que no se vaya. Nosotros hablaremos con ella más tarde— ordenó la inspectora —…y si podéis, evitad los detalles de la escena—
Castle continuaba tan absorto con la escena que no escucho a su compañera regresar a su lado.
—Con un poco de suerte cuando lleguemos a comisaría el retrato robot que describiste nos habrá dado un nombre— musitó Beckett también apesadumbrada
Castle agitó la cabeza para volver al mundo real
—Perdona…estaba… es que este asesinato me parece… demasiado brutal—
El escritor aun recordaba el leve tintineo metálico que reinaba en el silencio antes de que el equipo de técnicos llegara a la escena del crimen. Aun recordaba la imagen que vieron al irrumpir en la sala por primera vez.
Una enorme cadena de oxidados eslabones colgaba del techo. Como parte de la maquinaria de la fábrica, la cadena terminaba en un gancho de grandes dimensiones que los empleados de la fábrica habrían utilizado para levantar y desplazar cargas pesadas.
El cuerpo de la joven pendía bocarriba del extremo de la cadena, oscilando rítmicamente a un metro del suelo aproximadamente. El gancho, cubierto ahora de sangre y tejidos se introducía en su pecho a la altura del estomago, penetrando bajo la caja torácica y saliendo de nuevo entre las costillas en un amasijo de músculos y huesos facturados. El cadáver se mantenía en equilibrio, con el tórax ligeramente más elevado que las caderas, mientras que los brazos y las piernas colgaban sin vida
La sangre aún brotaba levemente de su cuello degollado, formando pequeñas gotas que se sumaban al charco producido por las heridas del tórax. Un reguero de sangre se extendía por la sala perdiéndose entre la maquinaria. Allí los técnicos dieron con un fragmento de metal cubierto de sangre. A pesar de la herrumbre, el improvisado cuchillo presentaba un filo capaz de causar semejantes heridas. Las múltiples y torpes incisiones del cuello, que asemejaban más a desgarros que a cortes, encajaban con una hoja tan tosca y mellada como aquella.
—Danos algo por donde podamos empezar a investigar— sugirió Beckett cuando la doctora se acercó
—El arma homicida— contestó Lanie
—Le cortaron el cuello con una cuchilla oxidada, no veo como eso puede reducir el número de sospechosos— protestó el escritor
—En realidad… todas las heridas que veis son post mortem. Le cortaron el cuello poco después, pero…— contestó la doctora arqueando una ceja —Venid— añadió con un ademán de la mano para que la acompañaran
Lanie se puso de rodillas junto al cuerpo con cuidado que no contaminar las pruebas y sus compañeros la imitaron. Entonces encendió una linterna y enfocó la espalda de la víctima, descubriendo otra mancha de sangre
— ¿Veis eso? — Lanie señaló la herida —Una herida punzante de pequeño diámetro. Eso acabó con su vida. Seguramente perforó un pulmón encharcándolo de sangre, pero podré darte más detalles cuando llegue al depósito —
— ¿Qué arma pudo causar esa herida? — preguntó Beckett extrañada
—No lo sé. Pero te aseguro que no es de un cuchillo— terminada la explicación la doctora se incorporó
—Castle, tú y yo nos vamos a comisaría para hablar con la compañera de piso. Lanie, llámame en cuanto sepas algo más del arma—
De regreso en comisaría, Ryan y Espósito habían realizado las preguntas rutinarias a la compañera de la victima mientras aguardaban la llegada de la inspectora. La joven se había ofrecido colaborar en todo lo posible y accedió a esperarles en la sala de descanso
Vestía de forma sencilla, con unos vaqueros y una camiseta. Su melena lisa y castaña cubría parte de su rostro, adornado también por unas gafas. Castle se percató rápidamente de sus ojos enrojecidos y anegados en lágrimas a pesar de los esfuerzos de la joven por ocultarlo
El escritor comenzó a preparar un té para la muchacha mientras Beckett comenzaba con la conversación
— ¿Sara?— La joven asintió —Soy la inspectora Kate Beckett, estamos investigando el caso de Anne—
— ¿Saben ya que ha ocurrido?— musitó entre sollozos
—Creemos que pudo ser víctima de una asesina que ha matado recientemente a otras cuatro personas— murmuró Beckett con voz serena. Sabía que en casos así conocer la verdad era lo más importante para las familias —Y le prometo que haremos todo lo posible por detenerla—
La joven rompió a llorar lanzándose a los brazos de Beckett. El hombro de la inspectora quedó empapado en lágrimas antes de que Sara se tranquilizase al aceptar el té que Castle había preparado
— ¿Cómo os conocisteis Anne y tú?— preguntó Beckett tratando de indagar en el pasado
—Nos conocimos en el instituto. Siempre soñamos en irnos a vivir juntas, así que cuando entramos en la universidad decidimos mudarnos—
— ¿Dónde vivías antes? — interfirió Castle
—En Nueva York también. Como comprenderá nuestros trabajos no nos permitieron marcharnos muy lejos— la joven dibujo una leve sonrisa en su triste rostro
— ¿Y cómo iban las cosas entre vosotras?— continuó la inspectora
—Estábamos muy unidas, especialmente ahora que vivíamos juntas. Ella era como una hermana para mí, nos apoyábamos siempre la una a la otra. Anne era prácticamente la única familia que tenía y ahora…— Sara rompió a llorar de nuevo
Castle y Beckett se miraron consternados unos segundos
— ¿Sabe que podría estar haciendo Anne en esa zona? Solo hay apartamentos, almacenes y edificios abandonados o en ruinas ¿Algún chico quizás?—
—No estaba saliendo con nadie por ahora y tampoco creo que estuviera visitando a algún conocido. Yo… ni siquiera sabía dónde estaba esta mañana— contestó la joven
Beckett tragó saliva, preparándose para la pregunta que vendría a continuación
—Siento tener que preguntarle esto… hasta ahora todas las víctimas de la asesina tenían un historial delictivo pero Anne no tiene antecedentes ¿Se le ocurre algún delito no registrado o alguna otra razón para que el culpable la considerarse como un criminal? —
—No ¡No! Se equivoca inspectora— la insinuación de Beckett había enfadado a la joven —Ella nunca haría nada así… debe ser un error. Conocía a Anne, desde que éramos pequeñas, y puedo asegurarle que nunca cometió ningún delito. Ella era… una de las mejores personas que he conocido—
Tras unos minutos la joven se disculpó por su reacción y Beckett le mostró su apoyo. La inspectora aún recordaba la sensación de impotencia, la frustración, la ira. Cuando te arrebatan un ser querido de ese modo arremetes contra todo y contra todos, y Beckett conocía ese dolor. De camino al ascensor la joven se disculpó de nuevo, abrazando a la inspectora que miraba a su alrededor sorprendida
—Sus lagrimas parecían muy sinceras— comentó Castle cuando la inspectora volvió a la sala de descanso
—Sí, no creo que esté involucrada— contestó Beckett
— ¿Y sobre lo otro?— Preguntó Castle mientras alcanzaba su abrigo — ¿Crees que su compañera de piso y mejor amiga podría ser una criminal sin que ella lo supiera?—
—No lo sé Castle. A veces crees que conocer a una persona y cuando el pasado sale a la luz te das cuenta de que te equivocabas— murmuró Beckett bajando la mirada
Castle vio la tristeza en los ojos de su compañera y rápidamente se lanzó a ayudarla con el abrigo, sujetándoselo para que se lo pusiera con facilidad
Aquella noche Beckett insistió en dormir en el sofá de la planta baja para poder vigilar la puerta con mayor facilidad. Si la asesina había entrado una vez en el apartamento podría volver a hacerlo, pero en esta ocasión Beckett la esperaría con su pistola a mano. A los pocos minutos de recostarse la inspectora cayó rendida por el cansancio.
Castle se acercó hasta ella muy despacio, evitando cualquier ruido que pudiera despertarla. Dormía plácidamente, con una preciosa sonrisa dibujada en su rostro. Castle suspiró, no podía evitar estar enamorado de aquella mujer. Estiró la manta que se encontraba junto a sus pies para arroparla y Beckett se revolvió levemente en el sofá, enrollándose como un ovillo.
Castle caminó de nuevo sin hacer ruido hasta su despacho. Se sentó en el escritorio, encendió el ordenador y comenzó a escribir. Desde aquel lugar podía contemplar a su musa sumida en un mar de sueños. Y de ese modo el escritor perdió la noción del tiempo
A la mañana siguiente ambos se despertaron sobresaltados por una llamada de Ryan. La búsqueda a través del retrato robot descrito por Castle había dado resultado y al fin tenían una identidad para la asesina. El detective había recopilado toda la información de la mujer y se la presentaría en cuanto llegaran a comisaría.
Cuando Castle salió de su despacho vio a la inspectora masajeándose el cuello
— ¿Qué te pasa?— preguntó Castle entre bostezos
—Creo que he dormido en mala postu… ¡¿Qué le ha pasado a tu cara?! —
Castle la miró confundido
—Tienes la mitad de la cara roja— aclaró ella
—Creo que me he dormido sobre el escritorio— confesó Castle mirándose en un espejo
Después de asearse y vestirse a toda prisa ambos partieron hacia comisaría
—¡Beckett! — Exclamó Ryan al verlos aparecer — ¿Que le has hecho al pobre Castle?— bromeó al ver en enrojecimiento en la cara del escritor
—En realidad se lo ha hecho él solito— rió ella
—Bien, la buena noticia es que tenemos un nombre. La mala es que no nos servirá de mucho— comenzó el detective con más seriedad abriendo la carpeta con información
—Su nombre real es Nadia Hall. Tiene 35 años y nació en Nueva York—
Beckett asintió al tiempo que miraba la imagen real de la asesina
—Tenía una hermana cuatro años menor que ella llamada Tanya. Sus padres murieron en un accidente cuando Nadia tenía 18 años y ella se hizo responsable de su hermana. Se graduó en la universidad de Columbia cuatro años después—
—Parece que rehízo su vida después de que sus padres murieran. No veo nada que indique como se convirtió en una asesina— exclamó Castle confuso
—Entonces esto te interesará— respondió el detective avanzando algunas páginas —Su hermana murió trágicamente cuando ella tenía 25 años. Nadia cayó en depresión y comenzó a desarrollar un trastorno de personalidad. Fue entonces cuando la ingresaron en un psiquiátrico—
—Eso explica su comportamiento, pero no parece estar muy rehabilitada— interfirió Beckett
—Y no lo está— contestó Ryan —Según su historial médico, murió el año pasado en el psiquiátrico. No hay más datos de ella a partir de entonces— terminó Ryan pasándole la carpeta con la información a su jefa
—La hemos identificado por su fotografía, así que a menos que se hiciera una cirugía, no puede estar suplantando la identidad de un fallecido— exclamó Castle dando un sorbo de su café
—Ya has visto la facilidad con la que manipula o seduce a otras personas. Podría habérselas arreglado para que la declarasen muerta y la ayudaran a escapar— sugirió Beckett
— En cualquier caso su última residencia conocida está ocupada por otra familia, así que solo podemos estudiar su pasado— añadió el detective con una expresión de resignación
—Vigila sus cuentas bancarias por si aparece alguna transferencia y dile a Espo que pregunte en el psiquiátrico a ver si alguien se acuerda de ella— ordenó la inspectora
Ryan asintió y abandonó la habitación para ponerse a trabajar de inmediato
Los minutos pasaban sin conceder una tregua al grupo. Sin nueva información solo podían esperar a que Lanie completara la autopsia y con algo de suerte identificara el arma homicida. Castle y Beckett se encontraban en la sala de descanso, compartiendo el segundo café de aquella mañana cuando Espósito interrumpió la conversación
—Castle, hay una mujer ahí fuera preguntando por ti— explicó el detective señalando en la dirección del ascensor
—Bien, ya ha llegado Claire— exclamó el escritor entusiasmado
Castle salió a toda prisa de la sala dejando en el rostro de su compañera una expresión de incredulidad y unas cuantas preguntas en sus labios
— ¿Alguna idea de quién es?— preguntó Beckett mirando al escritor y a la mujer a través de las ventanas de la sala de descanso
—Ni idea pero está buena— contestó Espósito mirando como Castle la saludaba efusivamente
—Te recuerdo que estas saliendo con mi mejor amiga— comentó la inspectora sin apartar la vista
—No es ella la que debería preocuparse…— añadió Espo con una leve sonrisa y ladeando la cabeza hacia su compañera
Beckett se volvió hacia el detective lanzándole una de sus miradas asesinas, pero antes de que pudiera reprocharle el escritor y su acompañante entraron en la sala
—Chicos, esta es Claire Evans, una… amiga— explicó Castle presentándole a la mujer
Ella lucía un traje sencillo pero formal, con una elegante falda y una camisa cuyo escote desconcentró a Esposito durante unos segundos. Su pelo de color azabache y ligeramente ondulado formaba una media melena a la altura de sus hombros y sus ojos azules destilaban alegría
La inspectora se acercó para darle la bienvenida
—Yo soy…— comenzó a presentarse mientras le ofrecía la mano
—Kate Beckett— interrumpió la mujer —Rick me ha hablado mucho de ti— añadió mirándola de arriba abajo. Beckett miró de reojo al escritor
—Javier Espósito— se presentó el detective
— ¿Tienes lo que te pedí? — le preguntó Castle a su acompañante
Ella asintió y comenzó a buscar entre sus documentos. Mientras tanto el escritor decidió informar a sus compañeros para aclarar la situación
—Veras. A noche me quedé hasta las tantas repasando las fotos del escenario— comenzó Castle —Me sonaba haber leído sobre algún asesinato similar hace unos años; por eso llamé a Claire. Es experta en asesinos en serie, documenta los casos, los métodos que emplean, los perfiles de victimas y todos los detalles que pueda reunir—
— ¿Insinúas que por casualidad nos encontramos con la victima de otro asesino?— preguntó Beckett con cierto tono de enfado
—No, lo que creo es que la víctima era una asesina en serie inactiva y esto ha sido un acto de justicia poética— explicó el escritor —Trastornada y terrible justicia poética— añadió
— ¡Aquí lo tengo!— exclamó Claire extrayendo una carpeta de su maletín —Tras comprobar los datos que Rick me había dado obtuve un nombre. Coincide con dos homicidios de mujeres jóvenes que ocurrieron hace seis años. El asesino era conocido como Tony el Carnicero y nunca lo atraparon— la mujer expuso los datos sobre la mesa
—No recuerdo que lleváramos ningún caso así— comentó Beckett extrañada
—Llevaron el caso en la novena comisaría, además hace seis años tú estarías en otro puesto— interfirió la visitante
— ¿Y de veras creéis que una joven de dieciocho años podría hacer algo así?— Beckett se mostraba reacia a aceptar las teorías de Castle y su nueva amiga
—En realidad ambas víctimas fueron apuñaladas de noche y por la espalda de forma limpia y certera por lo que no opusieron resistencia— Claire sacó las fotografías de los crímenes —Como podéis ver, las dos jóvenes fueron posteriormente degolladas y además el asesino… o asesina, les destrozó el tórax. En el primer caso pasando por encima con el coche y en el segundo una piedra que cayó del edificio en ruinas donde encontraron a la víctima—
—Y los dos asesinatos ocurrieron cerca de donde encontramos el último cuerpo— añadió Castle leyendo el documento que quedaba frente a él en la mesa —Por eso la policía sospechó que el asesino vivía en la misma zona, en alguno de los edificios de apartamentos—
— Siempre buscando los detalles de la historia. Veo que no has cambiado en nada desde la última vez— sonrió Claire
— ¿Cuánto hace? ¿Seis años?— comentó el escritor riendo
—Cinco y medio para ser exactos y si me disculpáis voy a por una coca-cola, llevo toda la noche buscando esas imágenes— acto seguido Claire salió de la sala de descanso
—Yo te acompaño— exclamó Espósito invitándola a cruzar la puerta
Castle la siguió con los ojos a través de las ventanas hasta que se topó de pronto con la inquisitiva mirada de la inspectora
—Así que os conocías— murmuró mientras fruncía el ceño
—La conocí cuando comenzaba a escribir mis primeras obras. Yo era joven y necesitaba ayuda con los asesinos, ella me enseñó muchas cosas— explicó Castle encogiéndose de hombros
—Sí, de eso no cabe duda— interfirió Beckett con una carcajada cargada de celos
— ¡Sobre psicópatas! — exclamó Castle defendiéndose
—Esta teoría sobre el asesino en serie… no termina de encajar con mis ideas, pero debo reconocer que nos da un punto de partida— confesó Beckett —Además explicaría por qué eligió esta victima—
Una asesina en serie encajaba en el perfil de víctima del caso, y es probable que su compañera de piso nunca sospechara. Tras cavilar unos segundos Beckett decidió aceptar la hipótesis que su compañero sostenía, de modo que podrían buscar algún punto en común en el pasado de ambas mujeres que habría permitido a Nadia conocer la verdadera identidad de Tony el Carnicero
— ¿Y bien inspectora?— preguntó la mujer al regresar a la sala
—Supongamos que vuestra teoría es cierta— contestó Beckett — ¿Qué más podrías decirnos? —
—Necesitaría todos los detalles del caso— respondió Claire recogiendo sus documentos y con una sonrisa triunfal en los labios
—Tengo una idea— exclamó Castle también sonriente — ¿Qué te parece si te invito a comer y después te llevo al depósito para que veas el cadáver? Será como en el viejos tiempos… tú, yo, un restaurante lujoso, un buen vino y un asesinato ¿Qué me dices? — Castle se acercó hasta Claire
Ella se aproximó aún más hasta que sus bocas quedaron separadas por unos peligrosos centímetros —Eso suena de maravilla Rick—
—Disculpa— exclamó Beckett refiriéndose directamente a ella —Castle, ¿podemos hablar a solas un momento? —
Antes de que el escritor pudiera contestar, Beckett le agarró del brazo arrastrándolo fuera de la sala de descanso hasta entrar en un pequeño despacho donde cerró la puerta
— ¿No crees que deberías pedirme permiso? — masculló la inspectora enfadada
— Es solo una comida Beckett, nada más. Una mera formalidad— se escudó Castle —Además ¿Desde cuándo tengo que pedirte permiso para invitar a salir a otras mujeres? — añadió arqueando una ceja
—¿Qué? ¡No! No me importa lo que hagas con tus conquistas…— protestó Beckett rápidamente —Hablo de llevarla al depósito, son pruebas de un caso y ella es una civil. No puedes utilizar el cadáver para… impresionarla—
—Vale. Beckett, ¿Puedo llevar a mi amiga al depósito? — preguntó Castle como si se tratara de un niño pidiendo permiso a su profesora para ir al servicio
Beckett suspiró —Haz lo que te dé la gana. Siempre lo haces de todos modos—
Unas horas más tarde Castle y Claire compartían una exquisita comida, brindando con una copa del vino más caro del restaurante. Tras años sin mantener el contacto, pasaron horas hablando sobre cómo sus vidas habían cambiado desde entonces
—Gracias por la comida Rick, estaba delicioso— murmuró ella pasando la lengua discretamente por sus labios para recoger unas gotitas de vino
—No hay de que— bromeó él mirando como los dedos de su amiga subían y bajaban por la copa
—Y dime ¿La inspectora y tu…—
— ¿Beckett? No, no. Solo somos amigos—interrumpió él antes de que pudiera terminar la pregunta
—Entiendo— murmuró ella inclinándose levemente sobre la mesa de forma que su escote quedara más visible
En ese momento sonó el teléfono del escritor y este se ausentó unos minutos. Regresó maldiciendo en voz baja y con una expresión de enfado
—Era Gina— explicó Castle sentándose de nuevo
— ¿Gina? Me sorprende que os sigáis viendo después del divorcio— comentó Claire
—Es lo malo de casarte con tu editora, que no puedes alejarte de ella— musitó el escritor con resignación —Pasado mañana publico mi próximo libro y quiere acercar la editorial a los fans. Ha organizado una fiesta pública en una librería de la ciudad y quiere que este allí firmando libros tooodo el día— masculló Castle con una expresión de aburrimiento
—No recuerdo que te importara mucho firmar autógrafos. Sobre todo si es en el pecho de alguna mujer— rió Claire
—Pero tenemos mucho trabajo con el caso— exclamó el escritor
—Pareces agobiado— susurró ella —Quizás yo pueda… ayudarte a descargar tensiones—
En ese momento Castle sintió el pie de su amiga rozar su silla bajo el mantel, acercándose peligrosamente a su entrepierna. Él reaccionó rápidamente apartándose unos centímetros y se levantó de inmediato
—Deberíamos ir ya al depósito— exclamó algo alterado
Durante el trayecto en coche Claire miraba por la ventanilla con un aire de frustración. No hace muchos años el escritor se habría abalanzado sobre ella sin dudarlo
Beckett ya había informado a Lanie de la visita, por lo que la doctora los esperaba cuando llegaron al depósito. A pesar de su rechazo por la nueva amiga de Castle, les mostró todas las pruebas que tenían hasta el momento.
El fragmento de metal con el que le habían cortado el cuello y la cadena oxidada diferían bastante de las armas usadas en los dos asesinatos anteriores de Tony el Carnicero. Claire examinó el cadáver meticulosamente y con gran detalle antes de mostrar su opinión
—Fíjate en todos los desgarros del cuello, parece mucho más brutal que sus casos anteriores. Creo que no hay duda de que fue un imitador— aclaró señalando el cuerpo
—Eso coincide con nuestra teoría. La asesina empleó el mismo método que Tony el Carnicero para matarla, por lo que no tenía práctica— exclamo Castle
—Así es. Además todas estas armas indican menor premeditación, como si fuera un acto de venganza oportunista— añadió Claire acercándose al escritor
—Pero aun no he conseguido identificar el arma que causó la herida de la espalda— interrumpió Lanie
—En cualquier caso es menos precisa que un cuchillo y también más cruel— contestó Claire —Creo que hemos acertado con nuestra teoría—
Castle y Claire se despidieron de la doctora, agradeciéndole su tiempo y su atención. Después se pusieron en marcha hacia la comisaría para informar a Beckett de sus avances
A su llegada Beckett les contó lo que Espósito había averiguado en el psiquiátrico. Todos los que podrían estar involucrados habían dejado de trabajar allí y se encontraban desperdigados por todo el país; tardarían días en reunir la información necesaria para el caso.
Castle y Claire se miraron con una sonrisa. Ellos habían descubierto algunos datos interesantes en el depósito.
—Está claro que fue un imitador de Tony el Carnicero. Esa asesina vuestra decidió hacer justicia eliminándola con su propio método— comenzó la mujer
— ¿Cómo estás tan segura?— preguntó Beckett sorprendida
—Podrás verlo si estudias sus casos anteriores— contestó ella cogiendo sus documentos —En ambas ocasiones los cortes fueron precisos y letales. El forense estimó que en el primer caso, el de Tanya Hall…—
— ¡¿Tanya Hall?!— exclamó Castle al oír el nombre
— ¡La hermana de Nadia!— Beckett también se había percatado de la conexión
—Así es como conocía la existencia de Tony el Carnicero— añadió el escritor
—Bien. Ya tenemos el punto en común entre ambos asesinos y sin duda un motivo para vengarse. Pero sigo sin creer que Anne Loosle cometiera esos dos asesinatos— masculló Beckett
— ¿Acaso tiene una idea mejor inspectora? — preguntó Claire desafiante
—Puede que asesinara a una joven inocente de este modo para hacernos creer que Tony el Carnicero está involucrado. Al fin y al cabo ella nos condujo hasta el cadáver
— ¿Y para que iba a meter e nombre de otro asesino en el caso?— bromeó de nuevo la visitante
—Para despistarnos supongo— contestó Beckett malhumorada
— ¿Supones? Inspectora, le digo que su última víctima es Tony el Carnicero— exclamó Claire plantándole cara
Ambas mujeres se miraban directamente a corta distancia con aspecto desafiante hasta que volvieron sus ojos hacia el escritor. Castle saltó sobre su silla asustado
—No creo que nuestra asesina decidiera acabar con una inocente…no es su perfil de víctima. Lo siento Beckett… pero pienso que Claire tiene razón— murmuró el escritor
—Y yo creo que piensas con la parte del cuerpo equivocada— exclamó Beckett aun más enfada
Claire dibujó una sonrisa triunfal que todos a su alrededor pudieron ver
—Se está haciendo tarde. Será mejor que me vaya— comentó la mujer acercándose al escritor —Si quieres… recordar más viejos tiempos esta noche…llámame— susurró lo suficientemente alto como para que Beckett pudiera escucharlo
Minutos después de que Claire se marchara de comisaría, Castle y Beckett decidieron volver al apartamento. Beckett conducía el coche camino del Loft mientras Castle trataba de evitar mirarla avergonzado
—Así que ya os habíais acostado— musitó Beckett de pronto
—Sí, fue hace mucho tiempo; cuando me ayudaba con mis libros— aclaró Castle
—Dime ¿Con cuantas mujeres has intentado acostarte con la excusa de que necesitabas documentación para tus libros?— preguntó la inspectora haciendo acopio de valor
— ¡Con ninguna!— trató de defenderse el escritor —Fue un error y no nos volvimos a ver después de eso—
—Ya bueno, si piensas traerla esta noche a casa, avísame antes para que pueda comprar tapones para los oídos— exclamó Beckett tratando de ocultar sus celos
— ¿Crees que puedo hacer gritar a una mujer tanto como para que se escuche en todo el apartamento? — susurró el escritor insinuante
—Si… de pánico— contestó ella con una carcajada
Aquella noche Beckett alegó que se encontraba muy cansada y decidió acostarse sin cenar. Castle se sintió culpable por el enfado de la inspectora y se encerró de nuevo en su despacho hasta altas horas de la madrugada
Cuando el escritor se despertó a la mañana siguiente encontró una nota de su hija en la mesa de la cocina. Tanto ella como su abuela habían salido de nuevo de compras en busca de un vestido para la presentación de su libro. Beckett por su parte había madrugado para acudir a comisaría.
Castle se vistió a toda prisa y salió corriendo del apartamento. Irrumpió en la comisaría jadeando y acalorado. Beckett y Claire se encontraban junto a la pizarra defendiendo sus ideas sobre el caso
— ¡Creo que tengo otra teoría que os gustara a las dos!— exclamó cuando hubo recuperado el aliento
—Pues ve al grano— contestó Beckett tajante
—Pero si no lo explico…— protestó él
— ¡Castle!— insistió la inspectora
—Vale. Creo que era un señuelo— respondió el escritor causando una gran confusión en ambas mujeres
—Está bien, empieza por el principio— aceptó Beckett
—Creo que nuestra asesina utilizó a Anne para sacar al verdadero asesino de su escondite. Pensadlo. Tony el Carnicero vive en la zona y lleva seis años sin actuar. Creo que su plan era ofrecerle un objetivo y atacarle cuando se encontrara desprevenido. Pero algo se torció— anunció Castle
—Eso es…— murmuró Beckett
— ¡Brillante!— La interrumpió Claire —No has perdido facultades Rick—
—Entonces tenemos dos asesinos y dos víctimas. El objetivo de Nadia Hall era acabar con un asesino en serie, y para eso utiliza a Anne Loosle como cebo. Sin embargo Tony el Carnicero se le adelanta, asesina a Anne y desaparece antes de que ella pueda atraparlo— en esta ocasión Beckett se mostraba a favor de la teoría de Castle
— ¿Y cuál es el siguiente paso entonces?— añadió Claire
—Lo que mejor sabemos hacer…— contestó el escritor
—…encontrar al asesino— concluyó Beckett
Siguiendo la teoría de Castle decidieron repasar el caso. En esta ocasión podían estudiar los datos desde una nueva perspectiva, de forma que las piezas del puzle encajaran en el lugar correcto. Necesitaban encontrar respuestas antes de que la asesina volviera a matar. Si lograban encontrar a Tony el Carnicero antes que ella, obtendrían una ventaja significativa en el caso y quizás una oportunidad para atraparla. Tras unos minutos Castle cayó en la cuenta de que, tal vez, solo necesitaban plantear las preguntas adecuadas
—Bien, supongamos que de algún modo nuestra asesina consigue que Anne vaya a ese lugar— Comenzó el escritor —Ella sabe cómo piensa un asesino, sabe que no podrá resistir la tentación en cuanto la vea. Puede que esperase unos minutos o que la vigilase en la distancia. Entonces el Carnicero, a plena luz del día, comete su tercer crimen. Hasta este punto todo marcha según lo planeado—
—Seguramente llevaba un tiempo preparándolo— murmuró Beckett —No creo que Tony se le escapara tan fácilmente—
— ¡Eso es!— exclamó triunfalmente Castle —Nuestra asesina escoge a una joven que encaja en el perfil de víctima de su objetivo. Selecciona el lugar, un sitio apartado y oscuro, cerca de donde se cometieron los anteriores asesinatos y donde, posiblemente, viva Tony el Carnicero. Es un método de asesinato que requiere tiempo y ella lo sabe… porque lo ha visto antes. Está todo organizado meticulosamente para cazarle desprevenido. Pero hay algo con lo que no contaba… que Tony el Carnicero supiera que él era el objetivo—
— ¿Y si entre todas las personas que había reclutado para su causa se encontraba un asesino en serie? El caso no tardó mucho en salir en la prensa y todos los criminales de la ciudad podrían ser su próxima víctima…así que estarían alerta— añadió Beckett
—Quizás no fuera una de sus seguidores, pero de algún modo descubrió la identidad de la asesina. Se siente amenazado pero…— continuó el escritor
—… no puede actuar por su cuenta porque entonces se delataría— terminó Beckett
El escritor y su musa compartieron una mirada de complicidad que dejo sin palabras a Claire. No tardó mucho en comprender por qué Castle la había rechazado el día anterior
—Espo, Ryan, repasad a todos los cómplices involucrados en el caso, puede que alguno de ellos sea Tony el Carnicero— ordenó Beckett, a lo que sus compañeros asintieron y se pusieron manos a la obra
—Al principio él tiene la ventaja porque conoce su identidad, pero después se da cuenta de que ya la había visto antes, puede que cuando asesinó a su hermana. Y si él la recuerda…— sugirió Castle
—…teme que ella le recuerde también— continuó la inspectora completando el argumento
—Es un peligro y necesita eliminarla, deshacerse de ella cuanto antes— añadió el escritor mirando la lista de cómplices y personas envueltas en el caso
—Quizás se siente frustrado por no poder hacer nada— propuso Beckett
—O tal vez sí hay algo que puede hacer— interrumpió Castle con un brillo en los ojos —Como has dicho no puede actuar el mismo porque se delataría…sin embargo… puede conducir a la policía hasta ella para que la detengan —
—Entonces buscamos a alguien que nos aportara información sobre el caso…— asintió la inspectora
Castle repasó la lista de nuevo hasta dar con el nombre que buscaba. Miró fijamente a su musa con una sonrisa en los labios. Ella cambió su expresión, esperando a que el escritor compartiera lo que había encontrado
—Beckett… creo que ya se quien es el asesino—
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*** Quien adivine quien es el asesino y que utilizó como arma homicida (un solo intento ) se lleva un adelanto de la segunda parte***
Este capítulo está dedicado a la víctima (a la que tuve que eliminar porque sabía demasiado ) por ofrecerse voluntaria y dejarse matar con tantas ganas. No se si lo leeras, pero espero que te guste tu asesinato También a su compañera de piso, a ver si así no se le olvida más mi nombre
Al final del capitulo dejo un miniconcurso . Lo dicho, espero que os guste a tod@s
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Capítulo 10: The Final Act. Parte 1
Aviso al lector: Contiene escenas un tanto gore (sobre todo si le echas imaginación) Léase bajo su propia responsabilidad.
En capítulos anteriores...
La reportera le entregó un fragmento de papel a la inspectora que contenía una dirección
—Dijo…— la mujer tosió esputando un poco de sangre —…que allí encontraría un regalo para usted…—
***
Beckett finalmente cedió a las insistencias de los médicos, permitiendo que transportaran a la mujer hasta el hospital. La inspectora siguió la ambulancia con la mirada hasta que la perdió de vista cuando el vehículo dobló la esquina de la calle. Castle se acercó silenciosamente a la espalda de su compañera, todavía sorprendido por los acontecimientos. Ella le enseño el recorte que le había entregado la reportera, y el escritor lo cogió con sumo cuidado para leer la dirección
— ¿No estarán pensando en ir verdad?— preguntó Castle tras devolverle el papel
—Eso es exactamente lo qué voy a hacer— contestó ella buscando a sus dos compañeros entre la muchedumbre
Castle la agarró del brazo, atrayéndola hacia sí mismo. Su expresión había cambiado y la preocupación se mostraba en sus ojos.
—Es peligroso Beckett— El escritor miraba fijamente los ojos de su compañera intentado convencerla
—Es mi trabajo Castle— la inspectora se zafó de sus brazos
—Tu trabajo es resolver casos… no tienes que ir directa a la trampa de una asesina—corrigió Castle recordándole lo sucedido la última vez que intentaron registrar un edificio
—Curioso viniendo de la persona más irresponsable y temeraria que conozco— exclamó la inspectora cruzándose de brazos
—Ya sé que a veces soy un idiota…—
— ¿A veces? — rió Beckett interrumpiéndole.
—…pero esta asesina es peligrosa y tu eres un obstáculo en su camino. Intentará matarte Kate y no va a detenerse— recordó Castle intentando evitarlo
—Castle, podría haber otra persona debatiéndose entre la vida y la muerte en este lugar. Informaré a Gates y después voy a ir a esta dirección— sentenció Beckett sin miramientos —Además tú tienes que terminar tu trabajo. Al parecer cierto escritor aun no ha terminado la dedicatoria del libro que publicará dentro de tres días—
De regreso en comisaría, Beckett desapareció tras la puerta del despacho de la capitana. Si realmente esperaban encontrar a alguien con vida el reloj corría en su contra, pero Gates había ordenado que se le informara de cualquier movimiento. A pesar de su reticencia, Beckett había accedido a ello dada la peligrosidad del caso. La asesina ya había tratado de acabar con los policías en varias ocasiones, y la inspectora sospechaba que no sería la última.
Conversaron durante unos preciados minutos hasta que la capitana de la 12th autorizó la operación, no sin antes asignar una unidad de oficiales para que acompañaran a sus detectives. Una vez organizado el grupo y comprobada la dirección, todos se pusieron en marcha. Beckett se dirigió hasta su escritorio e indicó con un gesto a sus compañeros que la siguieran
—Castle, nos vamos. Te llamaré en cuanto tengamos algo— explicó Beckett mientras comprobaba su arma
—No hará falta, voy con vosotros—respondió el escritor cogiendo su chaqueta
—Creía que era demasiado peligroso— bromeó ella
—Y lo es. Pero como has dicho antes, soy un idiota temerario e irresponsable. Así que si tú eres tan cabezota como para continuar con el caso, yo soy tan estúpido como para seguirte— aclaró Castle provocando que una tímida sonrisa se dibujara en el rostro de su musa
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La dirección correspondía a un edificio abandonado muy similar al almacén donde la asesina había retenido a la periodista. El exterior mostraba claros signos de deterioro. La pintura y el cemento desconchado dejaban al descubierto la fachada de ladrillo, ennegrecida por la polución y el paso del tiempo. Las escasas ventanas del edificio se encontraban a gran altura, cubiertas en algunos casos por telas raídas que ondeaban con la brisa de la tarde.
La entrada principal consistía en un pesado portón de metal, castigado también por el entorno. Unos metros por encima se podían distinguir los restos de un destartalado cartel con el nombre de una compañía. Aquella fábrica había pertenecido a una pequeña empresa y cayó en el olvido cuando esta quebró. Tras varios intentos los oficiales lograron desplazar la puerta a pesar de que el oxido incrustado en las ruedas dificultaba cualquier movimiento
El pequeño grupo de policías, acompañados por el escritor, accedió entonces a la primera sala de la fábrica. La maquinaria permanecía aun en aquel lugar, aunque por la cantidad de suciedad acumulada no se había usado en décadas. Las telarañas se extendían entre las enormes vigas que recorrían el alto techo de la estancia mientras una tubería deteriorada dejaba caer pequeñas gotas que periódicamente se precipitaban sobre el suelo antes de filtrarse entre las grietas del cemento. La luz se colaba a través cristales rotos en forma de haces, iluminando algunos puntos de la sala. Las extrañas formas que dibujaban los rayos del sol sobre el suelo, fruto de los harapos y la suciedad que cubría las ventanas, le aportaban un aspecto aun más tétrico al lugar
El aire viciado se mantenía en calma mientras los policías avanzaban por la primera sala. Algunas ratas correteaban asustadas cuando las luces de las linternas las enfocaban, escondiéndose entre las oxidadas maquinas junto a la línea de montaje. El grupo permanecía en formación cerrada, con las armas preparadas para cualquier sorpresa a medida que recorrían la habitación para inspeccionarla
Tras haber asegurado la zona, y con algo más de confianza, decidieron separarse en grupos más pequeños para recorrer todo el edificio. Una de las puertas accedía a unas escaleras sumidas en una total oscuridad y la otra se abría a un enorme corredor. Espo y Ryan indicaron mediante señas que tomaría las escaleras acompañados por otros dos oficiales mientras que el resto del grupo continuaría por el pasillo.
—Tú vienes conmigo— susurró Beckett después de haber organizado a los demás para repartirse las puertas de aquel corredor
Castle asintió, siguiendo a su compañera con los ojos bien abiertos. Poco a poco los policías fueron desapareciendo tras las puertas a medida que se adentraban en el complejo. La inspectora y el escritor avanzaron por el pasillo, iluminado únicamente por sus linternas, hasta detenerse junto al letrero que indicaba la entrada a los despachos.
Manteniendo su cuerpo pegado a la pared, Beckett comenzó a deslizar la puerta, previamente entreabierta. Tras asegurarse de que no existían peligros ambos entraron en aquella habitación. Una mesa vacía y algunos archivadores adornaban la sala, acompañados por cientos de carpetas y papeles que cubrían el suelo por completo.
—Quizás encontremos algo entre estos documentos— murmuró la inspectora
—Beckett— Castle señaló la puerta que daba acceso a la siguiente sala.
La luz de la habitación contigua se colaba por la rendija inferior y por las sombras parecía que algo o alguien se movía en su interior. Beckett se preparó para derribar la puerta, caviló unos segundos y se volvió hacia su compañero
—Castle, puede que necesite algo de apoyo— susurró antes de colocarse de nuevo en posición. Castle asintió colocándose detrás de ella —Quiero que mires junto a mi tobillo derecho. Sin hacer ruido— indicó la inspectora
Castle obedeció las órdenes y se acercó sigilosamente a su compañera. Palpó su bota hasta encontrar una pistola de menor tamaño escondida. La extrajo sin vacilar, la observó unos segundos y quitó el seguro.
—Listo— musitó Castle preparado
La inspectora asintió en señal de aprobación y respiró hondo. Contuvo el aire un instante para relajarse y a continuación derribó la puerta de una patada. Beckett irrumpió en la sala empuñando su arma con decisión, seguida del escritor. Castle notó que algo rozaba su pierna y saltó asustado, tratando de contener un pequeño grito. Tres ratas huyeron despavoridas del despacho.
—Ahora ya sabemos de que eran las sombras— murmuró Beckett ahogando una carcajada
—Y al parecer también es una de las pocas habitaciones con ventana al exterior— advirtió Castle señalando la fuente de la luz
—Esto está vacío, pero será mejor que te quedes eso— indicó Beckett refiriéndose a la pistola
De pronto una voz reverberó por los pasillos de la fábrica abandonada
— ¡Jefa! — se trataba de la voz de Ryan
Beckett y Castle regresaron sobre sus pasos hasta la primera estancia y después siguieron la dirección que conducía a las escaleras. El final de estas desembocaba en otro pasillo, en el que rápidamente distinguieron las figuras de sus compañeros junto a una puerta
Esta daba acceso a una zona elevada de suelo metálico que servía para supervisar una sala muy similar a la primera. Las linternas de los policías iluminaban la oscuridad del recinto, descubriendo una grotesca escena que desplomó el ánimo de todos los presentes. Solo se escuchaban las respiraciones de los policías y el armónico balanceo de una pesada cadena. Finalmente Ryan recuperó la compostura y tragó saliva antes de hablar.
—…Creo que lo hemos encontrado—
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Castle y Beckett permanecían a unos metros del cadáver esperando a que Lanie finalizase el examen preliminar. La victima aun tenía la cartera, por lo que Ryan y Espo se pusieron en marcha con la identificación
—Según su carné de identidad se llamaba Anne Loosle y tenía veinticuatro años— informó Esposito enseñándoles la tarjeta
—Yo he conseguido contactar con su compañera de piso. Va de camino a la comisaría— añadió Ryan tras guardar el teléfono
—Bien. Id vosotros primero y que no se vaya. Nosotros hablaremos con ella más tarde— ordenó la inspectora —…y si podéis, evitad los detalles de la escena—
Castle continuaba tan absorto con la escena que no escucho a su compañera regresar a su lado.
—Con un poco de suerte cuando lleguemos a comisaría el retrato robot que describiste nos habrá dado un nombre— musitó Beckett también apesadumbrada
Castle agitó la cabeza para volver al mundo real
—Perdona…estaba… es que este asesinato me parece… demasiado brutal—
El escritor aun recordaba el leve tintineo metálico que reinaba en el silencio antes de que el equipo de técnicos llegara a la escena del crimen. Aun recordaba la imagen que vieron al irrumpir en la sala por primera vez.
Una enorme cadena de oxidados eslabones colgaba del techo. Como parte de la maquinaria de la fábrica, la cadena terminaba en un gancho de grandes dimensiones que los empleados de la fábrica habrían utilizado para levantar y desplazar cargas pesadas.
El cuerpo de la joven pendía bocarriba del extremo de la cadena, oscilando rítmicamente a un metro del suelo aproximadamente. El gancho, cubierto ahora de sangre y tejidos se introducía en su pecho a la altura del estomago, penetrando bajo la caja torácica y saliendo de nuevo entre las costillas en un amasijo de músculos y huesos facturados. El cadáver se mantenía en equilibrio, con el tórax ligeramente más elevado que las caderas, mientras que los brazos y las piernas colgaban sin vida
La sangre aún brotaba levemente de su cuello degollado, formando pequeñas gotas que se sumaban al charco producido por las heridas del tórax. Un reguero de sangre se extendía por la sala perdiéndose entre la maquinaria. Allí los técnicos dieron con un fragmento de metal cubierto de sangre. A pesar de la herrumbre, el improvisado cuchillo presentaba un filo capaz de causar semejantes heridas. Las múltiples y torpes incisiones del cuello, que asemejaban más a desgarros que a cortes, encajaban con una hoja tan tosca y mellada como aquella.
—Danos algo por donde podamos empezar a investigar— sugirió Beckett cuando la doctora se acercó
—El arma homicida— contestó Lanie
—Le cortaron el cuello con una cuchilla oxidada, no veo como eso puede reducir el número de sospechosos— protestó el escritor
—En realidad… todas las heridas que veis son post mortem. Le cortaron el cuello poco después, pero…— contestó la doctora arqueando una ceja —Venid— añadió con un ademán de la mano para que la acompañaran
Lanie se puso de rodillas junto al cuerpo con cuidado que no contaminar las pruebas y sus compañeros la imitaron. Entonces encendió una linterna y enfocó la espalda de la víctima, descubriendo otra mancha de sangre
— ¿Veis eso? — Lanie señaló la herida —Una herida punzante de pequeño diámetro. Eso acabó con su vida. Seguramente perforó un pulmón encharcándolo de sangre, pero podré darte más detalles cuando llegue al depósito —
— ¿Qué arma pudo causar esa herida? — preguntó Beckett extrañada
—No lo sé. Pero te aseguro que no es de un cuchillo— terminada la explicación la doctora se incorporó
—Castle, tú y yo nos vamos a comisaría para hablar con la compañera de piso. Lanie, llámame en cuanto sepas algo más del arma—
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De regreso en comisaría, Ryan y Espósito habían realizado las preguntas rutinarias a la compañera de la victima mientras aguardaban la llegada de la inspectora. La joven se había ofrecido colaborar en todo lo posible y accedió a esperarles en la sala de descanso
Vestía de forma sencilla, con unos vaqueros y una camiseta. Su melena lisa y castaña cubría parte de su rostro, adornado también por unas gafas. Castle se percató rápidamente de sus ojos enrojecidos y anegados en lágrimas a pesar de los esfuerzos de la joven por ocultarlo
El escritor comenzó a preparar un té para la muchacha mientras Beckett comenzaba con la conversación
— ¿Sara?— La joven asintió —Soy la inspectora Kate Beckett, estamos investigando el caso de Anne—
— ¿Saben ya que ha ocurrido?— musitó entre sollozos
—Creemos que pudo ser víctima de una asesina que ha matado recientemente a otras cuatro personas— murmuró Beckett con voz serena. Sabía que en casos así conocer la verdad era lo más importante para las familias —Y le prometo que haremos todo lo posible por detenerla—
La joven rompió a llorar lanzándose a los brazos de Beckett. El hombro de la inspectora quedó empapado en lágrimas antes de que Sara se tranquilizase al aceptar el té que Castle había preparado
— ¿Cómo os conocisteis Anne y tú?— preguntó Beckett tratando de indagar en el pasado
—Nos conocimos en el instituto. Siempre soñamos en irnos a vivir juntas, así que cuando entramos en la universidad decidimos mudarnos—
— ¿Dónde vivías antes? — interfirió Castle
—En Nueva York también. Como comprenderá nuestros trabajos no nos permitieron marcharnos muy lejos— la joven dibujo una leve sonrisa en su triste rostro
— ¿Y cómo iban las cosas entre vosotras?— continuó la inspectora
—Estábamos muy unidas, especialmente ahora que vivíamos juntas. Ella era como una hermana para mí, nos apoyábamos siempre la una a la otra. Anne era prácticamente la única familia que tenía y ahora…— Sara rompió a llorar de nuevo
Castle y Beckett se miraron consternados unos segundos
— ¿Sabe que podría estar haciendo Anne en esa zona? Solo hay apartamentos, almacenes y edificios abandonados o en ruinas ¿Algún chico quizás?—
—No estaba saliendo con nadie por ahora y tampoco creo que estuviera visitando a algún conocido. Yo… ni siquiera sabía dónde estaba esta mañana— contestó la joven
Beckett tragó saliva, preparándose para la pregunta que vendría a continuación
—Siento tener que preguntarle esto… hasta ahora todas las víctimas de la asesina tenían un historial delictivo pero Anne no tiene antecedentes ¿Se le ocurre algún delito no registrado o alguna otra razón para que el culpable la considerarse como un criminal? —
—No ¡No! Se equivoca inspectora— la insinuación de Beckett había enfadado a la joven —Ella nunca haría nada así… debe ser un error. Conocía a Anne, desde que éramos pequeñas, y puedo asegurarle que nunca cometió ningún delito. Ella era… una de las mejores personas que he conocido—
Tras unos minutos la joven se disculpó por su reacción y Beckett le mostró su apoyo. La inspectora aún recordaba la sensación de impotencia, la frustración, la ira. Cuando te arrebatan un ser querido de ese modo arremetes contra todo y contra todos, y Beckett conocía ese dolor. De camino al ascensor la joven se disculpó de nuevo, abrazando a la inspectora que miraba a su alrededor sorprendida
—Sus lagrimas parecían muy sinceras— comentó Castle cuando la inspectora volvió a la sala de descanso
—Sí, no creo que esté involucrada— contestó Beckett
— ¿Y sobre lo otro?— Preguntó Castle mientras alcanzaba su abrigo — ¿Crees que su compañera de piso y mejor amiga podría ser una criminal sin que ella lo supiera?—
—No lo sé Castle. A veces crees que conocer a una persona y cuando el pasado sale a la luz te das cuenta de que te equivocabas— murmuró Beckett bajando la mirada
Castle vio la tristeza en los ojos de su compañera y rápidamente se lanzó a ayudarla con el abrigo, sujetándoselo para que se lo pusiera con facilidad
Aquella noche Beckett insistió en dormir en el sofá de la planta baja para poder vigilar la puerta con mayor facilidad. Si la asesina había entrado una vez en el apartamento podría volver a hacerlo, pero en esta ocasión Beckett la esperaría con su pistola a mano. A los pocos minutos de recostarse la inspectora cayó rendida por el cansancio.
Castle se acercó hasta ella muy despacio, evitando cualquier ruido que pudiera despertarla. Dormía plácidamente, con una preciosa sonrisa dibujada en su rostro. Castle suspiró, no podía evitar estar enamorado de aquella mujer. Estiró la manta que se encontraba junto a sus pies para arroparla y Beckett se revolvió levemente en el sofá, enrollándose como un ovillo.
Castle caminó de nuevo sin hacer ruido hasta su despacho. Se sentó en el escritorio, encendió el ordenador y comenzó a escribir. Desde aquel lugar podía contemplar a su musa sumida en un mar de sueños. Y de ese modo el escritor perdió la noción del tiempo
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A la mañana siguiente ambos se despertaron sobresaltados por una llamada de Ryan. La búsqueda a través del retrato robot descrito por Castle había dado resultado y al fin tenían una identidad para la asesina. El detective había recopilado toda la información de la mujer y se la presentaría en cuanto llegaran a comisaría.
Cuando Castle salió de su despacho vio a la inspectora masajeándose el cuello
— ¿Qué te pasa?— preguntó Castle entre bostezos
—Creo que he dormido en mala postu… ¡¿Qué le ha pasado a tu cara?! —
Castle la miró confundido
—Tienes la mitad de la cara roja— aclaró ella
—Creo que me he dormido sobre el escritorio— confesó Castle mirándose en un espejo
Después de asearse y vestirse a toda prisa ambos partieron hacia comisaría
—¡Beckett! — Exclamó Ryan al verlos aparecer — ¿Que le has hecho al pobre Castle?— bromeó al ver en enrojecimiento en la cara del escritor
—En realidad se lo ha hecho él solito— rió ella
—Bien, la buena noticia es que tenemos un nombre. La mala es que no nos servirá de mucho— comenzó el detective con más seriedad abriendo la carpeta con información
—Su nombre real es Nadia Hall. Tiene 35 años y nació en Nueva York—
Beckett asintió al tiempo que miraba la imagen real de la asesina
—Tenía una hermana cuatro años menor que ella llamada Tanya. Sus padres murieron en un accidente cuando Nadia tenía 18 años y ella se hizo responsable de su hermana. Se graduó en la universidad de Columbia cuatro años después—
—Parece que rehízo su vida después de que sus padres murieran. No veo nada que indique como se convirtió en una asesina— exclamó Castle confuso
—Entonces esto te interesará— respondió el detective avanzando algunas páginas —Su hermana murió trágicamente cuando ella tenía 25 años. Nadia cayó en depresión y comenzó a desarrollar un trastorno de personalidad. Fue entonces cuando la ingresaron en un psiquiátrico—
—Eso explica su comportamiento, pero no parece estar muy rehabilitada— interfirió Beckett
—Y no lo está— contestó Ryan —Según su historial médico, murió el año pasado en el psiquiátrico. No hay más datos de ella a partir de entonces— terminó Ryan pasándole la carpeta con la información a su jefa
—La hemos identificado por su fotografía, así que a menos que se hiciera una cirugía, no puede estar suplantando la identidad de un fallecido— exclamó Castle dando un sorbo de su café
—Ya has visto la facilidad con la que manipula o seduce a otras personas. Podría habérselas arreglado para que la declarasen muerta y la ayudaran a escapar— sugirió Beckett
— En cualquier caso su última residencia conocida está ocupada por otra familia, así que solo podemos estudiar su pasado— añadió el detective con una expresión de resignación
—Vigila sus cuentas bancarias por si aparece alguna transferencia y dile a Espo que pregunte en el psiquiátrico a ver si alguien se acuerda de ella— ordenó la inspectora
Ryan asintió y abandonó la habitación para ponerse a trabajar de inmediato
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Los minutos pasaban sin conceder una tregua al grupo. Sin nueva información solo podían esperar a que Lanie completara la autopsia y con algo de suerte identificara el arma homicida. Castle y Beckett se encontraban en la sala de descanso, compartiendo el segundo café de aquella mañana cuando Espósito interrumpió la conversación
—Castle, hay una mujer ahí fuera preguntando por ti— explicó el detective señalando en la dirección del ascensor
—Bien, ya ha llegado Claire— exclamó el escritor entusiasmado
Castle salió a toda prisa de la sala dejando en el rostro de su compañera una expresión de incredulidad y unas cuantas preguntas en sus labios
— ¿Alguna idea de quién es?— preguntó Beckett mirando al escritor y a la mujer a través de las ventanas de la sala de descanso
—Ni idea pero está buena— contestó Espósito mirando como Castle la saludaba efusivamente
—Te recuerdo que estas saliendo con mi mejor amiga— comentó la inspectora sin apartar la vista
—No es ella la que debería preocuparse…— añadió Espo con una leve sonrisa y ladeando la cabeza hacia su compañera
Beckett se volvió hacia el detective lanzándole una de sus miradas asesinas, pero antes de que pudiera reprocharle el escritor y su acompañante entraron en la sala
—Chicos, esta es Claire Evans, una… amiga— explicó Castle presentándole a la mujer
Ella lucía un traje sencillo pero formal, con una elegante falda y una camisa cuyo escote desconcentró a Esposito durante unos segundos. Su pelo de color azabache y ligeramente ondulado formaba una media melena a la altura de sus hombros y sus ojos azules destilaban alegría
La inspectora se acercó para darle la bienvenida
—Yo soy…— comenzó a presentarse mientras le ofrecía la mano
—Kate Beckett— interrumpió la mujer —Rick me ha hablado mucho de ti— añadió mirándola de arriba abajo. Beckett miró de reojo al escritor
—Javier Espósito— se presentó el detective
— ¿Tienes lo que te pedí? — le preguntó Castle a su acompañante
Ella asintió y comenzó a buscar entre sus documentos. Mientras tanto el escritor decidió informar a sus compañeros para aclarar la situación
—Veras. A noche me quedé hasta las tantas repasando las fotos del escenario— comenzó Castle —Me sonaba haber leído sobre algún asesinato similar hace unos años; por eso llamé a Claire. Es experta en asesinos en serie, documenta los casos, los métodos que emplean, los perfiles de victimas y todos los detalles que pueda reunir—
— ¿Insinúas que por casualidad nos encontramos con la victima de otro asesino?— preguntó Beckett con cierto tono de enfado
—No, lo que creo es que la víctima era una asesina en serie inactiva y esto ha sido un acto de justicia poética— explicó el escritor —Trastornada y terrible justicia poética— añadió
— ¡Aquí lo tengo!— exclamó Claire extrayendo una carpeta de su maletín —Tras comprobar los datos que Rick me había dado obtuve un nombre. Coincide con dos homicidios de mujeres jóvenes que ocurrieron hace seis años. El asesino era conocido como Tony el Carnicero y nunca lo atraparon— la mujer expuso los datos sobre la mesa
—No recuerdo que lleváramos ningún caso así— comentó Beckett extrañada
—Llevaron el caso en la novena comisaría, además hace seis años tú estarías en otro puesto— interfirió la visitante
— ¿Y de veras creéis que una joven de dieciocho años podría hacer algo así?— Beckett se mostraba reacia a aceptar las teorías de Castle y su nueva amiga
—En realidad ambas víctimas fueron apuñaladas de noche y por la espalda de forma limpia y certera por lo que no opusieron resistencia— Claire sacó las fotografías de los crímenes —Como podéis ver, las dos jóvenes fueron posteriormente degolladas y además el asesino… o asesina, les destrozó el tórax. En el primer caso pasando por encima con el coche y en el segundo una piedra que cayó del edificio en ruinas donde encontraron a la víctima—
—Y los dos asesinatos ocurrieron cerca de donde encontramos el último cuerpo— añadió Castle leyendo el documento que quedaba frente a él en la mesa —Por eso la policía sospechó que el asesino vivía en la misma zona, en alguno de los edificios de apartamentos—
— Siempre buscando los detalles de la historia. Veo que no has cambiado en nada desde la última vez— sonrió Claire
— ¿Cuánto hace? ¿Seis años?— comentó el escritor riendo
—Cinco y medio para ser exactos y si me disculpáis voy a por una coca-cola, llevo toda la noche buscando esas imágenes— acto seguido Claire salió de la sala de descanso
—Yo te acompaño— exclamó Espósito invitándola a cruzar la puerta
Castle la siguió con los ojos a través de las ventanas hasta que se topó de pronto con la inquisitiva mirada de la inspectora
—Así que os conocías— murmuró mientras fruncía el ceño
—La conocí cuando comenzaba a escribir mis primeras obras. Yo era joven y necesitaba ayuda con los asesinos, ella me enseñó muchas cosas— explicó Castle encogiéndose de hombros
—Sí, de eso no cabe duda— interfirió Beckett con una carcajada cargada de celos
— ¡Sobre psicópatas! — exclamó Castle defendiéndose
—Esta teoría sobre el asesino en serie… no termina de encajar con mis ideas, pero debo reconocer que nos da un punto de partida— confesó Beckett —Además explicaría por qué eligió esta victima—
Una asesina en serie encajaba en el perfil de víctima del caso, y es probable que su compañera de piso nunca sospechara. Tras cavilar unos segundos Beckett decidió aceptar la hipótesis que su compañero sostenía, de modo que podrían buscar algún punto en común en el pasado de ambas mujeres que habría permitido a Nadia conocer la verdadera identidad de Tony el Carnicero
— ¿Y bien inspectora?— preguntó la mujer al regresar a la sala
—Supongamos que vuestra teoría es cierta— contestó Beckett — ¿Qué más podrías decirnos? —
—Necesitaría todos los detalles del caso— respondió Claire recogiendo sus documentos y con una sonrisa triunfal en los labios
—Tengo una idea— exclamó Castle también sonriente — ¿Qué te parece si te invito a comer y después te llevo al depósito para que veas el cadáver? Será como en el viejos tiempos… tú, yo, un restaurante lujoso, un buen vino y un asesinato ¿Qué me dices? — Castle se acercó hasta Claire
Ella se aproximó aún más hasta que sus bocas quedaron separadas por unos peligrosos centímetros —Eso suena de maravilla Rick—
—Disculpa— exclamó Beckett refiriéndose directamente a ella —Castle, ¿podemos hablar a solas un momento? —
Antes de que el escritor pudiera contestar, Beckett le agarró del brazo arrastrándolo fuera de la sala de descanso hasta entrar en un pequeño despacho donde cerró la puerta
— ¿No crees que deberías pedirme permiso? — masculló la inspectora enfadada
— Es solo una comida Beckett, nada más. Una mera formalidad— se escudó Castle —Además ¿Desde cuándo tengo que pedirte permiso para invitar a salir a otras mujeres? — añadió arqueando una ceja
—¿Qué? ¡No! No me importa lo que hagas con tus conquistas…— protestó Beckett rápidamente —Hablo de llevarla al depósito, son pruebas de un caso y ella es una civil. No puedes utilizar el cadáver para… impresionarla—
—Vale. Beckett, ¿Puedo llevar a mi amiga al depósito? — preguntó Castle como si se tratara de un niño pidiendo permiso a su profesora para ir al servicio
Beckett suspiró —Haz lo que te dé la gana. Siempre lo haces de todos modos—
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Unas horas más tarde Castle y Claire compartían una exquisita comida, brindando con una copa del vino más caro del restaurante. Tras años sin mantener el contacto, pasaron horas hablando sobre cómo sus vidas habían cambiado desde entonces
—Gracias por la comida Rick, estaba delicioso— murmuró ella pasando la lengua discretamente por sus labios para recoger unas gotitas de vino
—No hay de que— bromeó él mirando como los dedos de su amiga subían y bajaban por la copa
—Y dime ¿La inspectora y tu…—
— ¿Beckett? No, no. Solo somos amigos—interrumpió él antes de que pudiera terminar la pregunta
—Entiendo— murmuró ella inclinándose levemente sobre la mesa de forma que su escote quedara más visible
En ese momento sonó el teléfono del escritor y este se ausentó unos minutos. Regresó maldiciendo en voz baja y con una expresión de enfado
—Era Gina— explicó Castle sentándose de nuevo
— ¿Gina? Me sorprende que os sigáis viendo después del divorcio— comentó Claire
—Es lo malo de casarte con tu editora, que no puedes alejarte de ella— musitó el escritor con resignación —Pasado mañana publico mi próximo libro y quiere acercar la editorial a los fans. Ha organizado una fiesta pública en una librería de la ciudad y quiere que este allí firmando libros tooodo el día— masculló Castle con una expresión de aburrimiento
—No recuerdo que te importara mucho firmar autógrafos. Sobre todo si es en el pecho de alguna mujer— rió Claire
—Pero tenemos mucho trabajo con el caso— exclamó el escritor
—Pareces agobiado— susurró ella —Quizás yo pueda… ayudarte a descargar tensiones—
En ese momento Castle sintió el pie de su amiga rozar su silla bajo el mantel, acercándose peligrosamente a su entrepierna. Él reaccionó rápidamente apartándose unos centímetros y se levantó de inmediato
—Deberíamos ir ya al depósito— exclamó algo alterado
Durante el trayecto en coche Claire miraba por la ventanilla con un aire de frustración. No hace muchos años el escritor se habría abalanzado sobre ella sin dudarlo
Beckett ya había informado a Lanie de la visita, por lo que la doctora los esperaba cuando llegaron al depósito. A pesar de su rechazo por la nueva amiga de Castle, les mostró todas las pruebas que tenían hasta el momento.
El fragmento de metal con el que le habían cortado el cuello y la cadena oxidada diferían bastante de las armas usadas en los dos asesinatos anteriores de Tony el Carnicero. Claire examinó el cadáver meticulosamente y con gran detalle antes de mostrar su opinión
—Fíjate en todos los desgarros del cuello, parece mucho más brutal que sus casos anteriores. Creo que no hay duda de que fue un imitador— aclaró señalando el cuerpo
—Eso coincide con nuestra teoría. La asesina empleó el mismo método que Tony el Carnicero para matarla, por lo que no tenía práctica— exclamo Castle
—Así es. Además todas estas armas indican menor premeditación, como si fuera un acto de venganza oportunista— añadió Claire acercándose al escritor
—Pero aun no he conseguido identificar el arma que causó la herida de la espalda— interrumpió Lanie
—En cualquier caso es menos precisa que un cuchillo y también más cruel— contestó Claire —Creo que hemos acertado con nuestra teoría—
Castle y Claire se despidieron de la doctora, agradeciéndole su tiempo y su atención. Después se pusieron en marcha hacia la comisaría para informar a Beckett de sus avances
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A su llegada Beckett les contó lo que Espósito había averiguado en el psiquiátrico. Todos los que podrían estar involucrados habían dejado de trabajar allí y se encontraban desperdigados por todo el país; tardarían días en reunir la información necesaria para el caso.
Castle y Claire se miraron con una sonrisa. Ellos habían descubierto algunos datos interesantes en el depósito.
—Está claro que fue un imitador de Tony el Carnicero. Esa asesina vuestra decidió hacer justicia eliminándola con su propio método— comenzó la mujer
— ¿Cómo estás tan segura?— preguntó Beckett sorprendida
—Podrás verlo si estudias sus casos anteriores— contestó ella cogiendo sus documentos —En ambas ocasiones los cortes fueron precisos y letales. El forense estimó que en el primer caso, el de Tanya Hall…—
— ¡¿Tanya Hall?!— exclamó Castle al oír el nombre
— ¡La hermana de Nadia!— Beckett también se había percatado de la conexión
—Así es como conocía la existencia de Tony el Carnicero— añadió el escritor
—Bien. Ya tenemos el punto en común entre ambos asesinos y sin duda un motivo para vengarse. Pero sigo sin creer que Anne Loosle cometiera esos dos asesinatos— masculló Beckett
— ¿Acaso tiene una idea mejor inspectora? — preguntó Claire desafiante
—Puede que asesinara a una joven inocente de este modo para hacernos creer que Tony el Carnicero está involucrado. Al fin y al cabo ella nos condujo hasta el cadáver
— ¿Y para que iba a meter e nombre de otro asesino en el caso?— bromeó de nuevo la visitante
—Para despistarnos supongo— contestó Beckett malhumorada
— ¿Supones? Inspectora, le digo que su última víctima es Tony el Carnicero— exclamó Claire plantándole cara
Ambas mujeres se miraban directamente a corta distancia con aspecto desafiante hasta que volvieron sus ojos hacia el escritor. Castle saltó sobre su silla asustado
—No creo que nuestra asesina decidiera acabar con una inocente…no es su perfil de víctima. Lo siento Beckett… pero pienso que Claire tiene razón— murmuró el escritor
—Y yo creo que piensas con la parte del cuerpo equivocada— exclamó Beckett aun más enfada
Claire dibujó una sonrisa triunfal que todos a su alrededor pudieron ver
—Se está haciendo tarde. Será mejor que me vaya— comentó la mujer acercándose al escritor —Si quieres… recordar más viejos tiempos esta noche…llámame— susurró lo suficientemente alto como para que Beckett pudiera escucharlo
Minutos después de que Claire se marchara de comisaría, Castle y Beckett decidieron volver al apartamento. Beckett conducía el coche camino del Loft mientras Castle trataba de evitar mirarla avergonzado
—Así que ya os habíais acostado— musitó Beckett de pronto
—Sí, fue hace mucho tiempo; cuando me ayudaba con mis libros— aclaró Castle
—Dime ¿Con cuantas mujeres has intentado acostarte con la excusa de que necesitabas documentación para tus libros?— preguntó la inspectora haciendo acopio de valor
— ¡Con ninguna!— trató de defenderse el escritor —Fue un error y no nos volvimos a ver después de eso—
—Ya bueno, si piensas traerla esta noche a casa, avísame antes para que pueda comprar tapones para los oídos— exclamó Beckett tratando de ocultar sus celos
— ¿Crees que puedo hacer gritar a una mujer tanto como para que se escuche en todo el apartamento? — susurró el escritor insinuante
—Si… de pánico— contestó ella con una carcajada
Aquella noche Beckett alegó que se encontraba muy cansada y decidió acostarse sin cenar. Castle se sintió culpable por el enfado de la inspectora y se encerró de nuevo en su despacho hasta altas horas de la madrugada
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Cuando el escritor se despertó a la mañana siguiente encontró una nota de su hija en la mesa de la cocina. Tanto ella como su abuela habían salido de nuevo de compras en busca de un vestido para la presentación de su libro. Beckett por su parte había madrugado para acudir a comisaría.
Castle se vistió a toda prisa y salió corriendo del apartamento. Irrumpió en la comisaría jadeando y acalorado. Beckett y Claire se encontraban junto a la pizarra defendiendo sus ideas sobre el caso
— ¡Creo que tengo otra teoría que os gustara a las dos!— exclamó cuando hubo recuperado el aliento
—Pues ve al grano— contestó Beckett tajante
—Pero si no lo explico…— protestó él
— ¡Castle!— insistió la inspectora
—Vale. Creo que era un señuelo— respondió el escritor causando una gran confusión en ambas mujeres
—Está bien, empieza por el principio— aceptó Beckett
—Creo que nuestra asesina utilizó a Anne para sacar al verdadero asesino de su escondite. Pensadlo. Tony el Carnicero vive en la zona y lleva seis años sin actuar. Creo que su plan era ofrecerle un objetivo y atacarle cuando se encontrara desprevenido. Pero algo se torció— anunció Castle
—Eso es…— murmuró Beckett
— ¡Brillante!— La interrumpió Claire —No has perdido facultades Rick—
—Entonces tenemos dos asesinos y dos víctimas. El objetivo de Nadia Hall era acabar con un asesino en serie, y para eso utiliza a Anne Loosle como cebo. Sin embargo Tony el Carnicero se le adelanta, asesina a Anne y desaparece antes de que ella pueda atraparlo— en esta ocasión Beckett se mostraba a favor de la teoría de Castle
— ¿Y cuál es el siguiente paso entonces?— añadió Claire
—Lo que mejor sabemos hacer…— contestó el escritor
—…encontrar al asesino— concluyó Beckett
Siguiendo la teoría de Castle decidieron repasar el caso. En esta ocasión podían estudiar los datos desde una nueva perspectiva, de forma que las piezas del puzle encajaran en el lugar correcto. Necesitaban encontrar respuestas antes de que la asesina volviera a matar. Si lograban encontrar a Tony el Carnicero antes que ella, obtendrían una ventaja significativa en el caso y quizás una oportunidad para atraparla. Tras unos minutos Castle cayó en la cuenta de que, tal vez, solo necesitaban plantear las preguntas adecuadas
—Bien, supongamos que de algún modo nuestra asesina consigue que Anne vaya a ese lugar— Comenzó el escritor —Ella sabe cómo piensa un asesino, sabe que no podrá resistir la tentación en cuanto la vea. Puede que esperase unos minutos o que la vigilase en la distancia. Entonces el Carnicero, a plena luz del día, comete su tercer crimen. Hasta este punto todo marcha según lo planeado—
—Seguramente llevaba un tiempo preparándolo— murmuró Beckett —No creo que Tony se le escapara tan fácilmente—
— ¡Eso es!— exclamó triunfalmente Castle —Nuestra asesina escoge a una joven que encaja en el perfil de víctima de su objetivo. Selecciona el lugar, un sitio apartado y oscuro, cerca de donde se cometieron los anteriores asesinatos y donde, posiblemente, viva Tony el Carnicero. Es un método de asesinato que requiere tiempo y ella lo sabe… porque lo ha visto antes. Está todo organizado meticulosamente para cazarle desprevenido. Pero hay algo con lo que no contaba… que Tony el Carnicero supiera que él era el objetivo—
— ¿Y si entre todas las personas que había reclutado para su causa se encontraba un asesino en serie? El caso no tardó mucho en salir en la prensa y todos los criminales de la ciudad podrían ser su próxima víctima…así que estarían alerta— añadió Beckett
—Quizás no fuera una de sus seguidores, pero de algún modo descubrió la identidad de la asesina. Se siente amenazado pero…— continuó el escritor
—… no puede actuar por su cuenta porque entonces se delataría— terminó Beckett
El escritor y su musa compartieron una mirada de complicidad que dejo sin palabras a Claire. No tardó mucho en comprender por qué Castle la había rechazado el día anterior
—Espo, Ryan, repasad a todos los cómplices involucrados en el caso, puede que alguno de ellos sea Tony el Carnicero— ordenó Beckett, a lo que sus compañeros asintieron y se pusieron manos a la obra
—Al principio él tiene la ventaja porque conoce su identidad, pero después se da cuenta de que ya la había visto antes, puede que cuando asesinó a su hermana. Y si él la recuerda…— sugirió Castle
—…teme que ella le recuerde también— continuó la inspectora completando el argumento
—Es un peligro y necesita eliminarla, deshacerse de ella cuanto antes— añadió el escritor mirando la lista de cómplices y personas envueltas en el caso
—Quizás se siente frustrado por no poder hacer nada— propuso Beckett
—O tal vez sí hay algo que puede hacer— interrumpió Castle con un brillo en los ojos —Como has dicho no puede actuar el mismo porque se delataría…sin embargo… puede conducir a la policía hasta ella para que la detengan —
—Entonces buscamos a alguien que nos aportara información sobre el caso…— asintió la inspectora
Castle repasó la lista de nuevo hasta dar con el nombre que buscaba. Miró fijamente a su musa con una sonrisa en los labios. Ella cambió su expresión, esperando a que el escritor compartiera lo que había encontrado
—Beckett… creo que ya se quien es el asesino—
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*** Quien adivine quien es el asesino y que utilizó como arma homicida (un solo intento ) se lleva un adelanto de la segunda parte***
-CM-- Ayudante de policia
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 14/04/2013
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
es genial
rubiodav- Actor en Broadway
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 04/03/2012
Re: Rise Again (Cap 11 parte 1)
Weeeeeee aparezco en tu fic! *___* Super depre, pero aparezco :p jajaja. No te preocupes, Carlos, que no vuelvo a olvidarme xddd.
Bueno, tu ya lo sabes, tu fic me tiene suuuuper enganchada :Dy ya estaba deseando qe lo continuaras! Tiene muy muy buena pinta, cada vez me deja mas intrigada. Y creo que se quien es el asesino y que arma utilizó ahora te lo digo muajaja. Bueeeeno, espero que no te eternices como hiciste con esta parte para subir la siguienteO LA FURIA CAERA SOBRE TI que llevo mal eso de esperar pacientemente la conti de un fic Y SALE MI LADO MAS VIOLENTO, TU. Pero bueno, tu tomate tu tiempo SI QUIERES MORIR EN MIS MANOS y subelo cuando puedas . Yo estare esperando aqui como una fan incondicional *___*.
PD.: te he dicho que me encanta como narras? No? PUES YA LO SABES . Sigue asi!
Bueno, tu ya lo sabes, tu fic me tiene suuuuper enganchada :Dy ya estaba deseando qe lo continuaras! Tiene muy muy buena pinta, cada vez me deja mas intrigada. Y creo que se quien es el asesino y que arma utilizó ahora te lo digo muajaja. Bueeeeno, espero que no te eternices como hiciste con esta parte para subir la siguiente
PD.: te he dicho que me encanta como narras? No? PUES YA LO SABES . Sigue asi!
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