Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hoolaa!
Por lo que veo, todos adoramos a Castle y Beckett, y por supuesto al resto de la tropa.. jajaja.
A mí, personalmente, me encantaría tener a gente así a mi lado.
Bueno, ¿seguimos?
Un poquito más de Caskett que luego nos centraremos más en el caso!
“Richard. Por fin alguien que me coge el teléfono. Soy Jim, el padre de Kate. Llevo llamándola desde anoche y no me ha cogido el teléfono. ¿Tú sabes dónde está? ¿Está bien?”.
“No se preocupe. Está aquí, en mi casa. Está bien. Probablemente se quedó sin batería en el móvil. Ayer fue un duro día de trabajo”. No quería contarle nada a cerca del caso de su mujer. Tenía que ser la propia Kate la que hablara con su padre. “Le insistí en que se quedara a dormir aquí para que no tuviera que conducir hasta casa”.
Jim respiró lentamente más tranquilo al escuchar esas palabras de Castle. “¡Menos mal! Gracias Richard… ¿Le podrías decir que me gustaría cenar con ella esta noche? Y que me llame luego, cuando tenga un rato”.
“Por supuesto. Yo se lo digo”. El escritor seguía preparando el desayuno. Algo de fruta, tortitas y café.
“Y… Gracias por cuidarla”. Su voz sonó sincera.
“No me las tiene que dar, de verdad”. Castle se mordió el labio para no decirle en aquel momento ni de esa manera que lo haría siempre, que la quería.
Ambos cortaron la llamada y Rick colocó todo en una bandeja. La llevó hasta el dormitorio y sonrió al vera Kate empezar a despertarse. “¡Hey!”. Pronunció él mientras dejaba la bandeja en la cama. Él se sentó al lado de Beckett inclinándose hacia ella y besándola de forma larga y dulce.
“Hey..”. Susurró aún adormilada y le acarició la mejilla mientras le devolvía el beso. Después, miró la bandeja posada sobre la cama y sonrió. “¡Wow! ¡Qué hambre!”. Se sentó en la cama y cogió un pedazo de fruta para comérselo. Cerró los ojos y lo saboreó. “En tu casa la fruta me sabe mejor que en la mía”. Rió mientras abría los ojos y miraba a Castle agradecida.
“Claro… El que la pela y la corta soy yo. Si te lo dan todo hecho, ¡claro que sabe mejor!”. Ambos se rieron y se volvieron a besar.
“Gracias…”. Susurró ella aún en sus labios.
“¿Por qué? ¿Por prepararte el desayuno? Ve preparándote, porque pienso hacerlo todos los días”. Se sonrieron aún mas.
“Por el desayuno y por estar ahí conmigo”. Le cogió de la mano acariciándole los dedos lentamente. “Anoche cuando llamó Alexis, te iba a decir que…”. Se mordió el labio y le miró a los ojos con amor. “Que sin ti nunca habría logrado llegar tan lejos. Es cierto que me enfadé cuando indagaste en el caso y me abriste cada herida a cerca de la muerte de mi madre. Pero a partir de entonces, hemos podido ir acercándonos más y más a Bracken, hasta que hemos encontrado la cinta”. Castle colocó detrás de su oreja un mechón de pelo de Kate que se resbalaba por su frente. Ella le sonrió. “Así que, sin ti, jamás lo habría conseguido Rick. De hecho, tú fuiste el que me dijo que buscara la grabación, no sé cómo conseguiste esa información, pero sé que fuiste tú… Como también fuiste tú quien encontró aquello en la libreta de mi madre. Yo había buscado tantas veces entre sus cosas, que ya no veía nada”. Richard apretó ligeramente su mano y ella hizo lo mismo. “Gracias. Por estar conmigo siempre, por agarrarme antes de que me cayera, por animarme y darme fuerzas. Gracias por ayudarme a conseguir que mi madre…”. Paró a tragar saliva e intentar contener las lágrimas. Miró al techo un momento y cogió aire para continuar. “…que mi madre se sienta orgullosa de mí, esté donde esté”.
Castle elevó su mano a las mejillas de Beckett y le secó con mucha suavidad las lágrimas que ella no había conseguido retener. Después, le sonrió mirándola a los ojos. “Gracias a ti por haber confiado en mí, primero como compañero y ahora como pareja. Gracias por haberte abierto a mí”. Tras decir aquello, la besó, con amor, intensidad, pasión y dulzura. Fue una pequeña explosión que hizo que ambos cuerpos temblaran y se abrazaran con fuerza.
Aquella situación era bastante inusual para Kate. Ella siempre encerraba sus sentimientos y hacía ver que es fuerte y puede con todo. Sin embargo, haber encontrado la cinta con la nota y tener a Castle cuidándola como nadie nunca la había cuidado, le hacía sentirse muy sentimental y decidió no esconderse. Abrirse nuevamente a él, con palabras. Demostrarle todo lo que significa para ella. Richard se lo agradeció con una enorme sonrisa y un fuerte abrazo que duró varios minutos.
“Venga, vamos a desayunar que sino se nos hará tarde”. Besó el pelo de Kate y bebió un poco de su café mientras ella le imitaba. “Por cierto, antes de que te despertaras me llamó tu padre. Estaba preocupado porque te había estado llamando para quedar contigo y no habías respondido a sus llamadas”.
Beckett frunció el ceño y buscó su móvil en el bolsillo del pantalón que se había quitado por la noche antes de acostarse. Lo sacó y lo miró. “Vaya, me debí de quedar sin batería”. Comprobó que no se encendía y lo puso a cargar con el cable que le ofreció Castle.
“Eso mismo ha sido lo que le he dicho a tu padre. Se ha quedado tranquilo al saber que estabas bien. Dice que quiere que cenéis esta noche juntos. Y que le llames cuando puedas”. Le contó mientras desayunaba.
Kate cogió y soltó aire lentamente. “Luego le llamo para quedar con él para esta noche. Así le cuento todo también a él”. Cogió un pedazo de fruta y se lo comió.
“Bien”. Le sonrió Castle besándole la mejilla.
Terminaron de desayunar y tras ducharse y vestirse, guardaron bien la nota y la grabación en el bolsillo interno de la chaqueta de Castle y pusieron rumbo a la comisaría. Beckett volvía a tener gesto serio. Era su forma de demostrar que estaba concentrada y preparada para lo que tenían que hacer con esas pruebas. Él simplemente iba en el asiento del copiloto, mirando por la ventanilla y a la inspectora de vez en cuando. Cuando entraron en el coche, Rick posó su mano sobre la pierna de Kate para recordarle que estaba con ella. Beckett sonrió ante ese gesto y condujo así hasta la comisaría.
¿Cómo les irá la charla con Gates? ¿Conseguirán ahora detener a Bracken y su gente o algo más ocurrirá?
En los próximos capítulos lo sabremos!
Por lo que veo, todos adoramos a Castle y Beckett, y por supuesto al resto de la tropa.. jajaja.
A mí, personalmente, me encantaría tener a gente así a mi lado.
Bueno, ¿seguimos?
Un poquito más de Caskett que luego nos centraremos más en el caso!
“Richard. Por fin alguien que me coge el teléfono. Soy Jim, el padre de Kate. Llevo llamándola desde anoche y no me ha cogido el teléfono. ¿Tú sabes dónde está? ¿Está bien?”.
“No se preocupe. Está aquí, en mi casa. Está bien. Probablemente se quedó sin batería en el móvil. Ayer fue un duro día de trabajo”. No quería contarle nada a cerca del caso de su mujer. Tenía que ser la propia Kate la que hablara con su padre. “Le insistí en que se quedara a dormir aquí para que no tuviera que conducir hasta casa”.
Jim respiró lentamente más tranquilo al escuchar esas palabras de Castle. “¡Menos mal! Gracias Richard… ¿Le podrías decir que me gustaría cenar con ella esta noche? Y que me llame luego, cuando tenga un rato”.
“Por supuesto. Yo se lo digo”. El escritor seguía preparando el desayuno. Algo de fruta, tortitas y café.
“Y… Gracias por cuidarla”. Su voz sonó sincera.
“No me las tiene que dar, de verdad”. Castle se mordió el labio para no decirle en aquel momento ni de esa manera que lo haría siempre, que la quería.
Ambos cortaron la llamada y Rick colocó todo en una bandeja. La llevó hasta el dormitorio y sonrió al vera Kate empezar a despertarse. “¡Hey!”. Pronunció él mientras dejaba la bandeja en la cama. Él se sentó al lado de Beckett inclinándose hacia ella y besándola de forma larga y dulce.
“Hey..”. Susurró aún adormilada y le acarició la mejilla mientras le devolvía el beso. Después, miró la bandeja posada sobre la cama y sonrió. “¡Wow! ¡Qué hambre!”. Se sentó en la cama y cogió un pedazo de fruta para comérselo. Cerró los ojos y lo saboreó. “En tu casa la fruta me sabe mejor que en la mía”. Rió mientras abría los ojos y miraba a Castle agradecida.
“Claro… El que la pela y la corta soy yo. Si te lo dan todo hecho, ¡claro que sabe mejor!”. Ambos se rieron y se volvieron a besar.
“Gracias…”. Susurró ella aún en sus labios.
“¿Por qué? ¿Por prepararte el desayuno? Ve preparándote, porque pienso hacerlo todos los días”. Se sonrieron aún mas.
“Por el desayuno y por estar ahí conmigo”. Le cogió de la mano acariciándole los dedos lentamente. “Anoche cuando llamó Alexis, te iba a decir que…”. Se mordió el labio y le miró a los ojos con amor. “Que sin ti nunca habría logrado llegar tan lejos. Es cierto que me enfadé cuando indagaste en el caso y me abriste cada herida a cerca de la muerte de mi madre. Pero a partir de entonces, hemos podido ir acercándonos más y más a Bracken, hasta que hemos encontrado la cinta”. Castle colocó detrás de su oreja un mechón de pelo de Kate que se resbalaba por su frente. Ella le sonrió. “Así que, sin ti, jamás lo habría conseguido Rick. De hecho, tú fuiste el que me dijo que buscara la grabación, no sé cómo conseguiste esa información, pero sé que fuiste tú… Como también fuiste tú quien encontró aquello en la libreta de mi madre. Yo había buscado tantas veces entre sus cosas, que ya no veía nada”. Richard apretó ligeramente su mano y ella hizo lo mismo. “Gracias. Por estar conmigo siempre, por agarrarme antes de que me cayera, por animarme y darme fuerzas. Gracias por ayudarme a conseguir que mi madre…”. Paró a tragar saliva e intentar contener las lágrimas. Miró al techo un momento y cogió aire para continuar. “…que mi madre se sienta orgullosa de mí, esté donde esté”.
Castle elevó su mano a las mejillas de Beckett y le secó con mucha suavidad las lágrimas que ella no había conseguido retener. Después, le sonrió mirándola a los ojos. “Gracias a ti por haber confiado en mí, primero como compañero y ahora como pareja. Gracias por haberte abierto a mí”. Tras decir aquello, la besó, con amor, intensidad, pasión y dulzura. Fue una pequeña explosión que hizo que ambos cuerpos temblaran y se abrazaran con fuerza.
Aquella situación era bastante inusual para Kate. Ella siempre encerraba sus sentimientos y hacía ver que es fuerte y puede con todo. Sin embargo, haber encontrado la cinta con la nota y tener a Castle cuidándola como nadie nunca la había cuidado, le hacía sentirse muy sentimental y decidió no esconderse. Abrirse nuevamente a él, con palabras. Demostrarle todo lo que significa para ella. Richard se lo agradeció con una enorme sonrisa y un fuerte abrazo que duró varios minutos.
“Venga, vamos a desayunar que sino se nos hará tarde”. Besó el pelo de Kate y bebió un poco de su café mientras ella le imitaba. “Por cierto, antes de que te despertaras me llamó tu padre. Estaba preocupado porque te había estado llamando para quedar contigo y no habías respondido a sus llamadas”.
Beckett frunció el ceño y buscó su móvil en el bolsillo del pantalón que se había quitado por la noche antes de acostarse. Lo sacó y lo miró. “Vaya, me debí de quedar sin batería”. Comprobó que no se encendía y lo puso a cargar con el cable que le ofreció Castle.
“Eso mismo ha sido lo que le he dicho a tu padre. Se ha quedado tranquilo al saber que estabas bien. Dice que quiere que cenéis esta noche juntos. Y que le llames cuando puedas”. Le contó mientras desayunaba.
Kate cogió y soltó aire lentamente. “Luego le llamo para quedar con él para esta noche. Así le cuento todo también a él”. Cogió un pedazo de fruta y se lo comió.
“Bien”. Le sonrió Castle besándole la mejilla.
Terminaron de desayunar y tras ducharse y vestirse, guardaron bien la nota y la grabación en el bolsillo interno de la chaqueta de Castle y pusieron rumbo a la comisaría. Beckett volvía a tener gesto serio. Era su forma de demostrar que estaba concentrada y preparada para lo que tenían que hacer con esas pruebas. Él simplemente iba en el asiento del copiloto, mirando por la ventanilla y a la inspectora de vez en cuando. Cuando entraron en el coche, Rick posó su mano sobre la pierna de Kate para recordarle que estaba con ella. Beckett sonrió ante ese gesto y condujo así hasta la comisaría.
¿Cómo les irá la charla con Gates? ¿Conseguirán ahora detener a Bracken y su gente o algo más ocurrirá?
En los próximos capítulos lo sabremos!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
sigueee!!! me encanta!!!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeee, Que consigan capturar a Braken, que consigan capturar a braken
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas!
¿Seguimos un poquito más?
Subieron a la comisaría cogidos de la mano, solos en el ascensor. Justo antes de que se abrieran las puertas, Castle apretó con cariño la mano de Beckett para darle fuerzas y se soltaron las manos para que no los vieran. Salieron del ascensor y comprobaron que en comisaría apenas había nadie. Las mesas de Ryan y Espo estaban vacías. Sin embargo, la mesa de Gates estaba ocupada. Allí estaba la capitana haciendo algún tipo de papeleo. Castle fue a la salita de descanso a preparar un par de cafés. Tras pensarlo un momento, decidió hacerlos los dos descafeinados. Ambos estaban nerviosos y no les vendría bien más cafeína. Beckett le siguió mordiéndose el labio. Se apoyó en la mesa que había allí, observando detenidamente cada movimiento del escritor. Sonrió sin darse cuenta pensando en lo guapo que estaba cuando se concentraba de esa manera, sobre todo si le estaba preparando a ella un café. Cuando él se giró con las dos tazas en las manos, sonrió al ver cómo le miraba.
Se acercó despacio a ella y susurró cerca de su oído. “Si me cuentas qué estás pensando, te dejo leer el manuscrito del próximo libro de Nikki Heat antes que nadie”. Le dio un fugaz beso en el cuello haciendo que ella se estremeciera. “Es descafeinado”. Le ofreció su café.
Beckett lo miraba con los ojos muy abiertos ante lo que acababa de escuchar. Le cogió su taza de las manos y dio un pequeño trago. “¿Tanto te ha cambiado el estar conmigo?”. Entrecerró los ojos mirándole divertida. “Nunca, jamás, en estos años me has dejado leer el manuscrito. Ni siquiera cuando ya estaba acabado el libro y a punto de publicarse”. Se rió alzando una ceja. “Sí que te están afectando mis besos sí…”. Volvió a dar un trago al café con una amplia sonrisa. Necesitaba esos momentos de picarse el uno al otro. Le hacían sentirse bien y con fuerzas para enfrentarse a Gates.
“No te lo creas tanto, inspectora”. La miró Castle con cierta seriedad pero sin poder dejar de sonreír. “¿O es que acaso tus pensamientos no eran muy pudorosos?”.
Ambos rieron, pero Kate no pudo contestar. En ese momento, entró Gates en la sala de descanso haciendo que se separaran un poco de golpe.
“Buenos días, Señor.” Dijeron los dos a modo de saludo.
“Inspectora, ¿qué hacen aquí tan temprano?”. Se extrañó la capitana al verlos allí a esas horas.
“Bueno, me gustaría hablarle de un… caso”. Beckett dudó un poco cómo sacarle el tema. “Es importante, y urgente”. Miró de reojo a Castle y éste le sonrió para animarla.
“Bueno, entonces venga a mi despacho y hablaremos allí tranquilamente”. Gates estaba extrañada e intrigada. No sabía qué era lo que quería comentarle Beckett. Pero se preparó un café de espaldas a ellos y después se giró mirando a la inspectora. “¿Vamos?”. Caminó hacia su despacho, erguida, pisando con seguridad.
“Sí, un momento. Ahora voy”. Beckett miró a Castle y éste le asintió abriéndose la chaqueta para meter la mano y sacar tanto la nota como la cinta. Pero ella le agarró la mano parándole. “No, primero quiero hablar con ella. Después le enseñamos la grabación”. Castle asintió. “Guárdala bien, por favor”. Kate le dio una suave caricia en la mano y fue al despacho de su jefa, café en mano, tras coger un informe del caso de su madre de un cajón cerrado con llave en su mesa. Castle se quedó en la sala de descanso tomándose su café y jugueteando con el móvil para apaciguar sus nervios.
“Bien, usted dirá inspectora Beckett”. Gates estaba sentada en la silla detrás de su escritorio.
Beckett entró y cerró la puerta, quedándose de pie frente a ella. Estar en aquella posición le hacía sentir que manejaba la situación. “Quiero hablarle del caso de mi madre. ¿Qué sabe de ella y del capitán Montgomery?”. Jugueteaba nerviosa con sus dedos.
La capitana frunció el ceño. No se esperaba que la conversación fuese a tratar sobre eso. “Poco, la verdad. Sé que su madre era abogada y la asesinaron, aparentemente por un tema de bandas o algo así. Y del capitán Montgomery, que fue asesinado cuando investigaban un caso... ¿No?”. Algo le decía que lo que ella creía saber no iba a ser cierto.
“Bueno, verá, las cosas no fueron exactamente así…”. Beckett se sentó en la silla de enfrente a la capitana y se tomó un momento para respirar hondo y poder continuar. Se tocó el cuello buscando la cadena que siempre llevaba colgada y la sacó por fuera de la camisa que llevaba. Observó el anillo de su madre, lo cogió con las dos manos y tras observarlo unos segundos, sonrió con cierta tristeza y levantó la mirada para enfrentarse con los ojos de Gates que esperaba pacientemente. Entonces, le contó toda la historia a la capitana. Incluido lo que hicieron los tres detectives, entre ellos, Roy Montgomery. También llegó al tema de Bracken y cómo no había sido capaz de encontrar algo sólido contra él. Que sabía que había algo por algún sitio, algo que los destrozaría para siempre, pero que los hombres de Bracken tampoco sabían donde. Le fue enseñando todo lo que había conseguido averiguar esos años.
Gates había permanecido callada todo el tiempo, hasta que vio como Beckett callaba y volvía a mirar su anillo. “¿Y por qué me está contando todo esto ahora inspectora?”.
Beckett levantó la cabeza y la miró a los ojos. “Porque hemos encontrado la prueba definitiva”. Respiró hondo sin dejar de mirarla. “Y es hora de actuar. Es el momento que he estado esperando todos estos años, señor”.
“Muy bien. ¿Dónde está esa prueba?”. La capitana miraba a Beckett con seriedad, pero sin esa mirada que asusta. Se sentía impresionada por la fuerza y la perseverancia de la inspectora.
“La tiene Castle”. Miró un momento fuera del despacho y lo vio sentado en su silla en su mesa. Debía de haber salido hacía poco del despacho. Instintivamente, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.
“Hágale pasar”. Le dijo sonriéndole por primera vez desde que había entrado en su despacho.
Tatatachán... La cosa se pone interesante... jajaja
¿Seguimos un poquito más?
Subieron a la comisaría cogidos de la mano, solos en el ascensor. Justo antes de que se abrieran las puertas, Castle apretó con cariño la mano de Beckett para darle fuerzas y se soltaron las manos para que no los vieran. Salieron del ascensor y comprobaron que en comisaría apenas había nadie. Las mesas de Ryan y Espo estaban vacías. Sin embargo, la mesa de Gates estaba ocupada. Allí estaba la capitana haciendo algún tipo de papeleo. Castle fue a la salita de descanso a preparar un par de cafés. Tras pensarlo un momento, decidió hacerlos los dos descafeinados. Ambos estaban nerviosos y no les vendría bien más cafeína. Beckett le siguió mordiéndose el labio. Se apoyó en la mesa que había allí, observando detenidamente cada movimiento del escritor. Sonrió sin darse cuenta pensando en lo guapo que estaba cuando se concentraba de esa manera, sobre todo si le estaba preparando a ella un café. Cuando él se giró con las dos tazas en las manos, sonrió al ver cómo le miraba.
Se acercó despacio a ella y susurró cerca de su oído. “Si me cuentas qué estás pensando, te dejo leer el manuscrito del próximo libro de Nikki Heat antes que nadie”. Le dio un fugaz beso en el cuello haciendo que ella se estremeciera. “Es descafeinado”. Le ofreció su café.
Beckett lo miraba con los ojos muy abiertos ante lo que acababa de escuchar. Le cogió su taza de las manos y dio un pequeño trago. “¿Tanto te ha cambiado el estar conmigo?”. Entrecerró los ojos mirándole divertida. “Nunca, jamás, en estos años me has dejado leer el manuscrito. Ni siquiera cuando ya estaba acabado el libro y a punto de publicarse”. Se rió alzando una ceja. “Sí que te están afectando mis besos sí…”. Volvió a dar un trago al café con una amplia sonrisa. Necesitaba esos momentos de picarse el uno al otro. Le hacían sentirse bien y con fuerzas para enfrentarse a Gates.
“No te lo creas tanto, inspectora”. La miró Castle con cierta seriedad pero sin poder dejar de sonreír. “¿O es que acaso tus pensamientos no eran muy pudorosos?”.
Ambos rieron, pero Kate no pudo contestar. En ese momento, entró Gates en la sala de descanso haciendo que se separaran un poco de golpe.
“Buenos días, Señor.” Dijeron los dos a modo de saludo.
“Inspectora, ¿qué hacen aquí tan temprano?”. Se extrañó la capitana al verlos allí a esas horas.
“Bueno, me gustaría hablarle de un… caso”. Beckett dudó un poco cómo sacarle el tema. “Es importante, y urgente”. Miró de reojo a Castle y éste le sonrió para animarla.
“Bueno, entonces venga a mi despacho y hablaremos allí tranquilamente”. Gates estaba extrañada e intrigada. No sabía qué era lo que quería comentarle Beckett. Pero se preparó un café de espaldas a ellos y después se giró mirando a la inspectora. “¿Vamos?”. Caminó hacia su despacho, erguida, pisando con seguridad.
“Sí, un momento. Ahora voy”. Beckett miró a Castle y éste le asintió abriéndose la chaqueta para meter la mano y sacar tanto la nota como la cinta. Pero ella le agarró la mano parándole. “No, primero quiero hablar con ella. Después le enseñamos la grabación”. Castle asintió. “Guárdala bien, por favor”. Kate le dio una suave caricia en la mano y fue al despacho de su jefa, café en mano, tras coger un informe del caso de su madre de un cajón cerrado con llave en su mesa. Castle se quedó en la sala de descanso tomándose su café y jugueteando con el móvil para apaciguar sus nervios.
“Bien, usted dirá inspectora Beckett”. Gates estaba sentada en la silla detrás de su escritorio.
Beckett entró y cerró la puerta, quedándose de pie frente a ella. Estar en aquella posición le hacía sentir que manejaba la situación. “Quiero hablarle del caso de mi madre. ¿Qué sabe de ella y del capitán Montgomery?”. Jugueteaba nerviosa con sus dedos.
La capitana frunció el ceño. No se esperaba que la conversación fuese a tratar sobre eso. “Poco, la verdad. Sé que su madre era abogada y la asesinaron, aparentemente por un tema de bandas o algo así. Y del capitán Montgomery, que fue asesinado cuando investigaban un caso... ¿No?”. Algo le decía que lo que ella creía saber no iba a ser cierto.
“Bueno, verá, las cosas no fueron exactamente así…”. Beckett se sentó en la silla de enfrente a la capitana y se tomó un momento para respirar hondo y poder continuar. Se tocó el cuello buscando la cadena que siempre llevaba colgada y la sacó por fuera de la camisa que llevaba. Observó el anillo de su madre, lo cogió con las dos manos y tras observarlo unos segundos, sonrió con cierta tristeza y levantó la mirada para enfrentarse con los ojos de Gates que esperaba pacientemente. Entonces, le contó toda la historia a la capitana. Incluido lo que hicieron los tres detectives, entre ellos, Roy Montgomery. También llegó al tema de Bracken y cómo no había sido capaz de encontrar algo sólido contra él. Que sabía que había algo por algún sitio, algo que los destrozaría para siempre, pero que los hombres de Bracken tampoco sabían donde. Le fue enseñando todo lo que había conseguido averiguar esos años.
Gates había permanecido callada todo el tiempo, hasta que vio como Beckett callaba y volvía a mirar su anillo. “¿Y por qué me está contando todo esto ahora inspectora?”.
Beckett levantó la cabeza y la miró a los ojos. “Porque hemos encontrado la prueba definitiva”. Respiró hondo sin dejar de mirarla. “Y es hora de actuar. Es el momento que he estado esperando todos estos años, señor”.
“Muy bien. ¿Dónde está esa prueba?”. La capitana miraba a Beckett con seriedad, pero sin esa mirada que asusta. Se sentía impresionada por la fuerza y la perseverancia de la inspectora.
“La tiene Castle”. Miró un momento fuera del despacho y lo vio sentado en su silla en su mesa. Debía de haber salido hacía poco del despacho. Instintivamente, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.
“Hágale pasar”. Le dijo sonriéndole por primera vez desde que había entrado en su despacho.
Tatatachán... La cosa se pone interesante... jajaja
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Seguimos un poquito más!
Ella asintió y salió a llamarle. “¡Castle!”. Hizo un gesto con la cabeza indicándole que pasara con ellas al despacho. Él al oírla, se levantó de la silla y se acercó a Beckett, pasando por su lado y rozando suavemente y a propósito sus manos. Ambos se sonrieron y después entraron al despacho, cambiando sus sonrisas por gestos más formales.
“Bien, ¿qué es lo que han encontrado?”. Gates se levantó y rodeó su mesa para sentarse en el borde mientras escritor y detective permanecían de pies.
Castle abrió su chaqueta y sacó tanto la carta como la cinta de casete. Guardo la carta en su puño y le tendió la grabación a la capitana. “Es una grabación en casete. Debería oírla entera”.
La capitana la cogió y se acercó a un dispositivo que leyera la cinta. La colocó mirando ahora a Beckett. “¿Dónde la han encontrado?”.
“La tenía mi madre. Ella sabía el riesgo del caso que estaba llevando. Sabía que su vida corría peligro. No quería que se salieran con la suya, así que la noche que fue… asesinada… iba a cenar con mi padre y conmigo en un restaurante. Allí, hemos deducido por sus notas, que nos daría la cinta a nosotros por si algo le ocurría. Pero la silenciaron antes de que pudiera hacerlo”. Apretó el anillo entre sus manos viendo cómo Gates daba play a la cinta.
Escucharon toda la grabación, los tres en silencio. Castle se había aproximado un poco más a Beckett para transmitirle su apoyo, pero sin llegar a tocarse. Ella se lo agradeció con una mirada rápida y una pequeña sonrisa.
Cuando terminaron de escucharlo todo, Gates se sentó en su silla. “Conspiración, fraude y asesinato…”. Susurró más para ella que para los demás. Miraba la cinta, pensativa. “El senador Bracken tiene poco que hacer ante todo esto”. Miró a Beckett que la miraba fijamente. “Con esta grabación y las demás pequeñas pruebas que tiene, podemos detenerle ahora mismo”.
Beckett giró la cabeza para sonreír a Castle y este le devolvió la sonrisa. “Entonces, ¿espero a que lleguen Ryan y Espósito y vamos a por él?”. Preguntó a su capitana entrecerrando los ojos sin estar segura de si ha sido eso lo que les ha querido decir.
“Exacto inspectora. Mientras llegan sus compañeros averiguaré cuál es su agenda hoy”. Los tres salieron del despacho mientras Gates decía aquello.
“Esto… Creo que no hará falta”. Comentó Castle señalando la televisión de la comisaría. Estaban informando de que en una hora aproximadamente el senador Bracken hablaría con algunos medios de televisión para contar su próximos planes políticos.
“Voy a llamar a Ryan y a Espo para que vayan allí directamente”. Dijo Beckett sacando su móvil. Miró a Gates ante de llamar. “Muchas gracias señor”.
“No inspectora, a mí no me tiene que agradecer nada. Ha sido todo trabajo suyo. Sabía que era buena. Probablemente la mejor que he conocido. Pero nunca pensé que nadie sería capaz de esperar tanto tiempo y andar con tanta cautela hasta conseguir encerrar al asesino de su madre… Enhorabuena”. Le sonrió ofreciéndole su mano para estrechársela.
“Gracias”. Sonrió Beckett colgándose de nuevo la cadena en el cuello y correspondió a aquel gesto estrechando la mano de la capitana.
Gates se volvió a su despacho y Castle y Beckett hablaron con Ryan y Espo y los citaron en el mismo lugar en el que Bracken se reuniría con los medios de comunicación.
Y.. hasta aquí por el momento!
Ella asintió y salió a llamarle. “¡Castle!”. Hizo un gesto con la cabeza indicándole que pasara con ellas al despacho. Él al oírla, se levantó de la silla y se acercó a Beckett, pasando por su lado y rozando suavemente y a propósito sus manos. Ambos se sonrieron y después entraron al despacho, cambiando sus sonrisas por gestos más formales.
“Bien, ¿qué es lo que han encontrado?”. Gates se levantó y rodeó su mesa para sentarse en el borde mientras escritor y detective permanecían de pies.
Castle abrió su chaqueta y sacó tanto la carta como la cinta de casete. Guardo la carta en su puño y le tendió la grabación a la capitana. “Es una grabación en casete. Debería oírla entera”.
La capitana la cogió y se acercó a un dispositivo que leyera la cinta. La colocó mirando ahora a Beckett. “¿Dónde la han encontrado?”.
“La tenía mi madre. Ella sabía el riesgo del caso que estaba llevando. Sabía que su vida corría peligro. No quería que se salieran con la suya, así que la noche que fue… asesinada… iba a cenar con mi padre y conmigo en un restaurante. Allí, hemos deducido por sus notas, que nos daría la cinta a nosotros por si algo le ocurría. Pero la silenciaron antes de que pudiera hacerlo”. Apretó el anillo entre sus manos viendo cómo Gates daba play a la cinta.
Escucharon toda la grabación, los tres en silencio. Castle se había aproximado un poco más a Beckett para transmitirle su apoyo, pero sin llegar a tocarse. Ella se lo agradeció con una mirada rápida y una pequeña sonrisa.
Cuando terminaron de escucharlo todo, Gates se sentó en su silla. “Conspiración, fraude y asesinato…”. Susurró más para ella que para los demás. Miraba la cinta, pensativa. “El senador Bracken tiene poco que hacer ante todo esto”. Miró a Beckett que la miraba fijamente. “Con esta grabación y las demás pequeñas pruebas que tiene, podemos detenerle ahora mismo”.
Beckett giró la cabeza para sonreír a Castle y este le devolvió la sonrisa. “Entonces, ¿espero a que lleguen Ryan y Espósito y vamos a por él?”. Preguntó a su capitana entrecerrando los ojos sin estar segura de si ha sido eso lo que les ha querido decir.
“Exacto inspectora. Mientras llegan sus compañeros averiguaré cuál es su agenda hoy”. Los tres salieron del despacho mientras Gates decía aquello.
“Esto… Creo que no hará falta”. Comentó Castle señalando la televisión de la comisaría. Estaban informando de que en una hora aproximadamente el senador Bracken hablaría con algunos medios de televisión para contar su próximos planes políticos.
“Voy a llamar a Ryan y a Espo para que vayan allí directamente”. Dijo Beckett sacando su móvil. Miró a Gates ante de llamar. “Muchas gracias señor”.
“No inspectora, a mí no me tiene que agradecer nada. Ha sido todo trabajo suyo. Sabía que era buena. Probablemente la mejor que he conocido. Pero nunca pensé que nadie sería capaz de esperar tanto tiempo y andar con tanta cautela hasta conseguir encerrar al asesino de su madre… Enhorabuena”. Le sonrió ofreciéndole su mano para estrechársela.
“Gracias”. Sonrió Beckett colgándose de nuevo la cadena en el cuello y correspondió a aquel gesto estrechando la mano de la capitana.
Gates se volvió a su despacho y Castle y Beckett hablaron con Ryan y Espo y los citaron en el mismo lugar en el que Bracken se reuniría con los medios de comunicación.
Y.. hasta aquí por el momento!
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Muero de amor con tu fic ♡♥ sige rapido con caskett estoy desando ver (mmas buen leer) que pasa cuando atrapen a bracke sigeeee!!!♥♡
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Re: Cuando te veo (FIN)
Perdón por no comentar antes y durante tanto tiempo pero todos y cada uno de tus capis son increíbles.
Sigueeeee
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writerdetective47- Actor en Broadway
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Re: Cuando te veo (FIN)
me gusta todo el tema del asesino de la madre de beckett ,esta muy bien, sigue cuanto antes, que me he quedado con ganas de más por favor
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Re: Cuando te veo (FIN)
Dios, ya era hora asdfhjkl
Sigueee
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Geovita:33- Ayudante de policia
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días! Gracias, gracias por vuestros comentarios y por seguir leyendo!
Sigamos!
Para cuando los cuatro llegaron al lugar en el que el senador iba a hablar estaba todo preparado y Bracken se ya encontraba frente a las cámaras. Espo y Ryan esperaron fuera, en el coche. Beckett, seguida por Castle se adentró entre la marabunta de personas y cámaras colocándose en primera fila. El escritor decidió colocarse tras ella. La inspectora miraba a Bracken con odio mientras fruncía los labios. El senador continuaba su pequeño discurso y aún no se había dado cuenta de su presencia. Cuando terminó dieron paso a algunas preguntas por parte de los diferentes medios de comunicación.
“¿Cree que saldrá elegido presidente en las próximas elecciones?”. Una periodista planteaba la pregunta a Bracken.
Antes de que él pudiera responder, Beckett dio un paso al frente, logrando que él se fijara en ella. Palideció al ver a la inspectora frente a él, mirándolo, retándolo con odio. “Lo dudo. No creo que llegue nunca a ser presidente”. Respondió Beckett a la pregunta de la periodista.
Bracken se levantó de la silla en la que estaba sentado, sin poder evitar su cara de sorpresa. “¿Qué demonios estás haciendo aquí?”. Se acercó a ella tratando de intimidarla.
Sin embargo, Beckett dio otro paso hacia delante, quedando muy cerca de él. Todas las cámaras estaban centradas en ellos dos. Nadie entendía qué pasaba. “Pero estoy aquí, y tengo la cinta…”. Ambos se retaban con la mirada. “Senador Bracken, queda detenido por conspiración, fraude y asesinato… el asesinato de mi madre Johanna Beckett”. Los ojos de Beckett se habían humedecido, pero seguían mostrando rabia y odio hacia él.
El senador no podía dar crédito a lo que estaba pasando. Había intentado acabar con ella en un par de ocasiones y próximamente iban a llevar a cabo el plan perfecto para acabar con esa inspectora que iba a arruinar toda su carrera. “Esto no se ha acabado inspectora…”. Susurró para que los medios de comunicación no pudieran oírle. Todos estaban grabando las imágenes de aquella detención. Aún más sorprendidos que el propio senador.
“Dese la vuelta”. Contestó ella mirándole fijamente mientras sacaba sus esposas.
Bracken obedeció a regañadientes y se giró para que ella pudiera esposarlo. Beckett lo hizo con su habitual soltura, aunque se podía notar perfectamente cómo le temblaban ligeramente las manos. Estaba nerviosa. ¿Cómo no iba a estarlo? Al fin había conseguido detener al asesino de su madre. Respiró hondo y agarrando a Bracken por las esposas miró a Castle. Necesitaba encontrarse con esos ojos azules. Necesitaba la fuerza de su mirada. Y en cuanto sus ojos se cruzaron, un escalofrío atravesó todo su cuerpo. Fue más bien como una corriente eléctrica que le devolvió la seguridad y la sonrisa.
Llevó a Bracken fuera de aquel edificio. Todos les seguían. Incluido Castle, pero éste, más apartado de toda la gente. Espo y Ryan esperaban a Beckett fuera del coche. Cuando llegaron hasta ellos, los detectives entraron con el detenido en el coche y se lo llevaron a comisaría. La gente que había presenciado aquella detención murmuraba y comentaban entre ellos. Aquello era un notición, a la par que un escándalo público. Nadie podía imaginar que el favorito para convertirse en presidente pudiera haber sido capaz de tantas cosas. Definitivamente, Bracken había defraudado a la ciudad de Nueva York.
Cuando los chicos lo montaron en el coche, Kate permaneció observando cómo se alejaban. Después, buscó a Castle con la mirada y lo encontró mirándola, sonriéndole, apartado de la multitud, sentado en las escaleras de aquel enorme edificio. Se acercó a él respirando hondo y tranquila por primera vez en muchos años. Se sentó a su lado.
Castle cogió su mano y la entrelazó con la suya. “Está orgullosa. Esté donde esté, está orgullosa”. Le sonrió muy orgulloso él también de ella. Y feliz por poder vivir al fin con ella y sin la presión de encontrar y encerrar a Bracken.
Kate le devolvió la sonrisa. “Sin ti no lo podría haber hecho”. Bajó la mirada hacia sus manos que permanecían entrelazadas.
Richard, levantó su mano para darle un beso en la parte superior de ella y después se la soltó suavemente. Abrazó a Kate dejando que ésta apoyara la cabeza en su hombro. Rick colocó una mano en la cabeza de la inspectora, pegándola más a él.
“Anda, vamos a comisaría y acabemos con esto de una vez por todas”. Le dio un beso en el pelo y se separaron caminando juntos, de la mano hasta el coche. Y de ahí, a la comisaría de nuevo.
En comisaría, fue la propia Gates la que entró con Beckett a interrogar a Bracken. Quería verlo con sus propios ojos, ver cómo reaccionaba ante las pruebas que tenían. Las dos sabían perfectamente que no iban a conseguir que confesión. Ese hombre era duro de pelar, y además, tenía a dos abogados con él que apenas le dejarían hablar. Pero podrían mirarlo a los ojos y enfrentarse a él. Gates entró a la sala de interrogatorios. Beckett se quedó un momento en la puerta. No quería hacer aquel interrogatorio sin Castle, sin la persona que tanto le había ayudado, pero sabía que la capitana no quería a Castle ahí dentro y probablemente sería lo mejor. Era probable que Bracken se enfrentara a ella y el escritor explotase. Entonces, el estarían dando puntos a favor al senador.
“Lo siento…”. Susurró ella mirando a Castle antes de entrar.
“Ey… Escúchame Kate… No lo sientas. Es lo que tenéis que hacer. Probablemente yo ahí dentro sobro ahora mismo. Porque ante cualquier comentario de él, me entrarán ganas de partirle la cara y si queremos justicia, no puedo hacerlo”. Agarró la mano de Kate suavemente, disimulando el gesto ante los demás policías.
“Gracias”. Le sonrió ella y apretó su mano poniéndose recta para entrar.
“No las des”. Le guiñó el ojo volviendo a sacar una sonrisa a la inspectora. “¿Te espero aquí, vale?”. Ella asintió y antes de que le soltase la mano, Castle le dio la nota que habían encontrado junto a la cinta. La carta de su madre. Sabía que no la sacaría en el interrogatorio. Sólo quería, con aquel gesto, darle apoyo. Beckett se lo agradeció con un “gracias” no pronunciado y entró en la sala.
Castle respiró hondo y fue a la habitación contigua desde donde se veía la sala de interrogatorios a través del cristal. Allí estaban ya Ryan y Espósito. Entró y se colocó en una esquina, mirando fijamente a Bracken. El interrogatorio comenzó y cómo habían esperado, Bracken no dudó en lanzar algunas puñaladas a la inspectora. Pero ésta, las aguantó estoicamente y fingiendo que no le afectaban lo más mínimo. Castle apretaba los puños escuchando todo aquello.
Lanie también se unió a ver el interrogatorio desde el otro lado. Se colocó al lado de Espo. Todos permanecían en silencio, hasta que el móvil de Castle empezó a sonar. Frunció el ceño al sacarlo de su bolsillo. No esperaba ninguna llamada. Y no reconocía el número.
Salió fuera para atender más tranquilamente la llamada. “Castle”. Contestó serio y firme.
Ups..
Sigamos!
Para cuando los cuatro llegaron al lugar en el que el senador iba a hablar estaba todo preparado y Bracken se ya encontraba frente a las cámaras. Espo y Ryan esperaron fuera, en el coche. Beckett, seguida por Castle se adentró entre la marabunta de personas y cámaras colocándose en primera fila. El escritor decidió colocarse tras ella. La inspectora miraba a Bracken con odio mientras fruncía los labios. El senador continuaba su pequeño discurso y aún no se había dado cuenta de su presencia. Cuando terminó dieron paso a algunas preguntas por parte de los diferentes medios de comunicación.
“¿Cree que saldrá elegido presidente en las próximas elecciones?”. Una periodista planteaba la pregunta a Bracken.
Antes de que él pudiera responder, Beckett dio un paso al frente, logrando que él se fijara en ella. Palideció al ver a la inspectora frente a él, mirándolo, retándolo con odio. “Lo dudo. No creo que llegue nunca a ser presidente”. Respondió Beckett a la pregunta de la periodista.
Bracken se levantó de la silla en la que estaba sentado, sin poder evitar su cara de sorpresa. “¿Qué demonios estás haciendo aquí?”. Se acercó a ella tratando de intimidarla.
Sin embargo, Beckett dio otro paso hacia delante, quedando muy cerca de él. Todas las cámaras estaban centradas en ellos dos. Nadie entendía qué pasaba. “Pero estoy aquí, y tengo la cinta…”. Ambos se retaban con la mirada. “Senador Bracken, queda detenido por conspiración, fraude y asesinato… el asesinato de mi madre Johanna Beckett”. Los ojos de Beckett se habían humedecido, pero seguían mostrando rabia y odio hacia él.
El senador no podía dar crédito a lo que estaba pasando. Había intentado acabar con ella en un par de ocasiones y próximamente iban a llevar a cabo el plan perfecto para acabar con esa inspectora que iba a arruinar toda su carrera. “Esto no se ha acabado inspectora…”. Susurró para que los medios de comunicación no pudieran oírle. Todos estaban grabando las imágenes de aquella detención. Aún más sorprendidos que el propio senador.
“Dese la vuelta”. Contestó ella mirándole fijamente mientras sacaba sus esposas.
Bracken obedeció a regañadientes y se giró para que ella pudiera esposarlo. Beckett lo hizo con su habitual soltura, aunque se podía notar perfectamente cómo le temblaban ligeramente las manos. Estaba nerviosa. ¿Cómo no iba a estarlo? Al fin había conseguido detener al asesino de su madre. Respiró hondo y agarrando a Bracken por las esposas miró a Castle. Necesitaba encontrarse con esos ojos azules. Necesitaba la fuerza de su mirada. Y en cuanto sus ojos se cruzaron, un escalofrío atravesó todo su cuerpo. Fue más bien como una corriente eléctrica que le devolvió la seguridad y la sonrisa.
Llevó a Bracken fuera de aquel edificio. Todos les seguían. Incluido Castle, pero éste, más apartado de toda la gente. Espo y Ryan esperaban a Beckett fuera del coche. Cuando llegaron hasta ellos, los detectives entraron con el detenido en el coche y se lo llevaron a comisaría. La gente que había presenciado aquella detención murmuraba y comentaban entre ellos. Aquello era un notición, a la par que un escándalo público. Nadie podía imaginar que el favorito para convertirse en presidente pudiera haber sido capaz de tantas cosas. Definitivamente, Bracken había defraudado a la ciudad de Nueva York.
Cuando los chicos lo montaron en el coche, Kate permaneció observando cómo se alejaban. Después, buscó a Castle con la mirada y lo encontró mirándola, sonriéndole, apartado de la multitud, sentado en las escaleras de aquel enorme edificio. Se acercó a él respirando hondo y tranquila por primera vez en muchos años. Se sentó a su lado.
Castle cogió su mano y la entrelazó con la suya. “Está orgullosa. Esté donde esté, está orgullosa”. Le sonrió muy orgulloso él también de ella. Y feliz por poder vivir al fin con ella y sin la presión de encontrar y encerrar a Bracken.
Kate le devolvió la sonrisa. “Sin ti no lo podría haber hecho”. Bajó la mirada hacia sus manos que permanecían entrelazadas.
Richard, levantó su mano para darle un beso en la parte superior de ella y después se la soltó suavemente. Abrazó a Kate dejando que ésta apoyara la cabeza en su hombro. Rick colocó una mano en la cabeza de la inspectora, pegándola más a él.
“Anda, vamos a comisaría y acabemos con esto de una vez por todas”. Le dio un beso en el pelo y se separaron caminando juntos, de la mano hasta el coche. Y de ahí, a la comisaría de nuevo.
En comisaría, fue la propia Gates la que entró con Beckett a interrogar a Bracken. Quería verlo con sus propios ojos, ver cómo reaccionaba ante las pruebas que tenían. Las dos sabían perfectamente que no iban a conseguir que confesión. Ese hombre era duro de pelar, y además, tenía a dos abogados con él que apenas le dejarían hablar. Pero podrían mirarlo a los ojos y enfrentarse a él. Gates entró a la sala de interrogatorios. Beckett se quedó un momento en la puerta. No quería hacer aquel interrogatorio sin Castle, sin la persona que tanto le había ayudado, pero sabía que la capitana no quería a Castle ahí dentro y probablemente sería lo mejor. Era probable que Bracken se enfrentara a ella y el escritor explotase. Entonces, el estarían dando puntos a favor al senador.
“Lo siento…”. Susurró ella mirando a Castle antes de entrar.
“Ey… Escúchame Kate… No lo sientas. Es lo que tenéis que hacer. Probablemente yo ahí dentro sobro ahora mismo. Porque ante cualquier comentario de él, me entrarán ganas de partirle la cara y si queremos justicia, no puedo hacerlo”. Agarró la mano de Kate suavemente, disimulando el gesto ante los demás policías.
“Gracias”. Le sonrió ella y apretó su mano poniéndose recta para entrar.
“No las des”. Le guiñó el ojo volviendo a sacar una sonrisa a la inspectora. “¿Te espero aquí, vale?”. Ella asintió y antes de que le soltase la mano, Castle le dio la nota que habían encontrado junto a la cinta. La carta de su madre. Sabía que no la sacaría en el interrogatorio. Sólo quería, con aquel gesto, darle apoyo. Beckett se lo agradeció con un “gracias” no pronunciado y entró en la sala.
Castle respiró hondo y fue a la habitación contigua desde donde se veía la sala de interrogatorios a través del cristal. Allí estaban ya Ryan y Espósito. Entró y se colocó en una esquina, mirando fijamente a Bracken. El interrogatorio comenzó y cómo habían esperado, Bracken no dudó en lanzar algunas puñaladas a la inspectora. Pero ésta, las aguantó estoicamente y fingiendo que no le afectaban lo más mínimo. Castle apretaba los puños escuchando todo aquello.
Lanie también se unió a ver el interrogatorio desde el otro lado. Se colocó al lado de Espo. Todos permanecían en silencio, hasta que el móvil de Castle empezó a sonar. Frunció el ceño al sacarlo de su bolsillo. No esperaba ninguna llamada. Y no reconocía el número.
Salió fuera para atender más tranquilamente la llamada. “Castle”. Contestó serio y firme.
Ups..
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Mmmmm....SIGE!!!!!! ME ENCANTAAA♡♥♡♥♡♥
alba_caskett52- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueee quién llamará ahora
Espero q no jodan más a Beckett ni Castle sino
Espero q no jodan más a Beckett ni Castle sino
writerdetective47- Actor en Broadway
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Re: Cuando te veo (FIN)
Impresionante pero como se ha para puñetear a castle y ha beckett me boy ha cabrear mucho lo de la llamada pero en general muy bien
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Madre del amor hermoso! ¡El vello de punta! Si te digo la verdad, para mí uno de los mejores momentos de la serie, incluso más que el famoso beso, fue el momento en el que Beckett encuentra la cita y le detiene.
Sigue así.
Sigue así.
Comina- Ayudante de policia
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Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeeee
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Re: Cuando te veo (FIN)
DIOS MIO SANTIFICANOS! ESTOY AL BORDE DE LAS LAGRIMAS Y DEL.ORGULLO! Este fic es tan asdfghjkl
Espero mas la continuacion que a mi amor verdadero
Sigueee
Espero mas la continuacion que a mi amor verdadero
Sigueee
Geovita:33- Ayudante de policia
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Re: Cuando te veo (FIN)
DIOS MIO SANTIFICANOS! ESTOY AL BORDE DE LAS LAGRIMAS Y DEL.ORGULLO! Este fic es tan asdfghjkl
Espero mas la continuacion que a mi amor verdadero
Sigueee
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Geovita:33- Ayudante de policia
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes! Perdonad que hoy no haya colgado nada. He tenido un día muy intenso jajajaja
Ahora voy a bajar al perro y a ver si cuando suba me viene la inspiración para agradeceros vuestros comentarios con otro trocito!
Gracias y mil GRACIAS por cada visita y por cada comentario! Sois geniales!!!!!!!!!
Ahora voy a bajar al perro y a ver si cuando suba me viene la inspiración para agradeceros vuestros comentarios con otro trocito!
Gracias y mil GRACIAS por cada visita y por cada comentario! Sois geniales!!!!!!!!!
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Estoy de vuelta!
Seguimos un poco más!
“¡Papá!” La voz de su hija le relajó. “Soy yo, Alexis. Que la abuela y yo acabamos de llegar pero no tenemos batería en nuestros móviles. ¿Dónde estás? ¿Has visto las noticias? Está toda la ciudad paralizada. ¿Te has enterado de lo del senador Bracken? ¿Puedes venir a buscarnos? Hoy no hay ningún taxi por aquí”. Soltó Alexis todo aquello casi de carrerilla, lo que hizo sonreír a su padre.
“Estoy en comisaría, voy a tardar un poco. Pero no os mováis que enseguida voy, ¿vale?. Y luego hablamos de lo que habéis visto en las noticias”. Miró la tele que había en la comisaría y vio que en cada canal que ponían, estaban hablando de lo de Bracken. Claro que aún nadie sabía nada oficial, sólo lo que habían intentado entender en la detención frente a todos los medios.
“Vale, aquí te esperamos. Iremos a la cafetería a tomar algo mientras tanto”.
“Vale hija, hasta ahora”. Colgó la llamada y se quedó mirando las imágenes de Beckett deteniendo al senador. Sonrió orgulloso de ella. Jamás había conocido a nadie tan fuerte, con tanta perseverancia, tan inteligente.
Miró hacia la puerta de interrogatorios y decidió volver a ver cómo iban por si estaban acabando. Si era así, esperaría a que Kate saliera y le diría que tenía que ir a por su madre y su hija al aeropuerto. Sin embargo, de vuelta a la sala del cristal para observar cómo iba el interrogatorio, su móvil comenzó a sonar de nuevo. Miró la pantalla de su móvil y volvió a fruncir el ceño. Tampoco conocía ese número, y no era el mismo del que le había llamado Alexis hacía tan sólo un par de minutos.
Respiró hondo y descolgó la llamada. “Castle”.
“Hola señor Castle. Usted no me conoce, ni falta que hace. Sólo necesita saber que la inspectora Beckett está en peligro. Sí, sigue en peligro. Aunque ha conseguido detener al senador Bracken, el asesino de su madre, y con las pruebas que tiene, estará unos años en la cárcel, ella sigue en peligro. No parará hasta destruirla, aunque se encuentre entre rejas. Por eso le aconsejo que se esconda muy bien, que huya, hasta que todo esté tranquilo. Le prometo que tengo información suficiente para parar al senador una vez esté en la cárcel. Dicha información me la mandó el capitán Montgomery antes de ser asesinado, precisamente para que protegiera a la inspectora. Están avisados. No intente localizarme ni encontrar la información de la que le he hablado. Sería en vano. Buenos días”. Tras soltar aquel monólogo durante el cual Castle no había podido ni articular palabra, la misteriosa voz colgó la llamada.
El escritor había palidecido considerablemente durante la llamada. Se había parado en seco entre las mesas de Espo y Ryan y la sala en la que ellos se encontraban. Sintió como todo su cuerpo se tambaleaba. Se estaba mareando ligeramente. Se acercó caminando muy lentamente hasta la sala en la que estaban los detectives y la forense. Los tres estaban concentrados en el interrogatorio y no prestaron atención a Castle. Él se sentó en la mesa mirando a través del cristal, pero realmente no estaba viendo ni escuchando nada. Sólo podía pensar en esa voz, esa llamada y lo que ese hombre le había dicho. Beckett seguía en peligro. Soltó todo el aire que tenía, lentamente intentando tranquilizarse. Miró el reloj. Tenía que ir a por su madre y Alexis, pero no quería dejar a Beckett allí, y menos después de lo que se acababa de enterar.
“Esto… chicos, tengo que ir a buscar… a mi madre y a Alexis para llevarlas a casa”. Intentó controlar su voz y que sonara normal, pero no debió de conseguirlo, pues los tres se giraron para mirarle, sorprendidos tanto por sus palabras por su estado. “¿Me podéis hacer un favor?. Cuando Beckett acabe, decidle que he ido a llevarlas a casa y por favor, que ninguno se separe de ella, aunque ella misma os lo pida”. Vio cómo los tres le miraban sin entender nada y trató de convencerles. “Por favor, ahora no os puedo contar nada, pero es importante. Ah, y no le contéis esto que os estoy diciendo ahora, ¿vale?”. Los tres asintieron sin estar muy conformes del todo.
“Castle”. Habló Espo antes de que el escritor se fuese. “¿Sabes que puedes contarnos cualquier cosa verdad?”. Castle asintió y sin dejar que continuaran hablando, salió corriendo de la sala y de la comisaría, en dirección a su coche para ir a recoger a su madre y a Alexis.
De camino a casa, como de camino a por ellas, estaba muy nervioso, y ellas se lo notaban, aunque sabían que preguntándole no iban a conseguir que él les contase nada. Por eso esperaron pacientemente a que hablara. Mientras tanto ellas iban contando lo bien que se lo habían pasado en el balneario, todos los masajes que habían recibido, etc.
“Esto… Chicas, ¿os importa si dejamos esta charla para otro momento?”. Castle iba concentrado en la carretera, pero tanta conversación le estaba poniendo la cabeza como un bombo. Y él sólo podía pensar en Beckett.
“Papá…”. Asomó Alexis la cabeza por entre los asientos delanteros. “¿Qué ocurre?”. Su tono era de preocupación. En muy pocas ocasiones había visto a su padre con esa mirada de tristeza.
Castle respiró hondo y les contó, por encima y rápido, todo lo de Bracken y cómo esa misma mañana, Beckett lo había detenido. También les contó la llamada de ese hombre que él había recibido diciéndole que la inspectora aún estaba en peligro. Cuando acabó de contarles todo, estaban parando el coche frente al edificio del loft.
“¿Qué vas a hacer hijo? ¿Se lo vas a contar a Beckett?”. Su madre apoyó su mano en la pierna del escritor.
“Debería…”. Susurró Castle. “Pero la conozco y no va a querer esconderse. Y seguro que intenta por todos los medios saber quién es ese hombre que me ha llamado y por qué tiene información que le mandó Montgomery antes de morir.” Suspiró con fuerza. “Esto debería haber acabado ya con la detención del senador…”. Se llevó las manos a la cara en señal de agobio.
Alexis puso una mano en el hombro de su padre. “Papá… ve a la comisaría y habla con Kate. Es mayorcita. Sabe defenderse. Y no creo que le guste que le ocultes cosas, y menos si son cosas sobre ella o sobre lo de su madre”. Le besó la mejilla y se bajó del coche sacando del maletero sus maletas.
Martha también besó la mejilla de su hijo. “Hazle caso a Alexis, tiene razón”. Se sonrieron ligeramente y la actriz salió del coche para subir a la casa con su nieta.
Uops... Lo siento!
Seguimos un poco más!
“¡Papá!” La voz de su hija le relajó. “Soy yo, Alexis. Que la abuela y yo acabamos de llegar pero no tenemos batería en nuestros móviles. ¿Dónde estás? ¿Has visto las noticias? Está toda la ciudad paralizada. ¿Te has enterado de lo del senador Bracken? ¿Puedes venir a buscarnos? Hoy no hay ningún taxi por aquí”. Soltó Alexis todo aquello casi de carrerilla, lo que hizo sonreír a su padre.
“Estoy en comisaría, voy a tardar un poco. Pero no os mováis que enseguida voy, ¿vale?. Y luego hablamos de lo que habéis visto en las noticias”. Miró la tele que había en la comisaría y vio que en cada canal que ponían, estaban hablando de lo de Bracken. Claro que aún nadie sabía nada oficial, sólo lo que habían intentado entender en la detención frente a todos los medios.
“Vale, aquí te esperamos. Iremos a la cafetería a tomar algo mientras tanto”.
“Vale hija, hasta ahora”. Colgó la llamada y se quedó mirando las imágenes de Beckett deteniendo al senador. Sonrió orgulloso de ella. Jamás había conocido a nadie tan fuerte, con tanta perseverancia, tan inteligente.
Miró hacia la puerta de interrogatorios y decidió volver a ver cómo iban por si estaban acabando. Si era así, esperaría a que Kate saliera y le diría que tenía que ir a por su madre y su hija al aeropuerto. Sin embargo, de vuelta a la sala del cristal para observar cómo iba el interrogatorio, su móvil comenzó a sonar de nuevo. Miró la pantalla de su móvil y volvió a fruncir el ceño. Tampoco conocía ese número, y no era el mismo del que le había llamado Alexis hacía tan sólo un par de minutos.
Respiró hondo y descolgó la llamada. “Castle”.
“Hola señor Castle. Usted no me conoce, ni falta que hace. Sólo necesita saber que la inspectora Beckett está en peligro. Sí, sigue en peligro. Aunque ha conseguido detener al senador Bracken, el asesino de su madre, y con las pruebas que tiene, estará unos años en la cárcel, ella sigue en peligro. No parará hasta destruirla, aunque se encuentre entre rejas. Por eso le aconsejo que se esconda muy bien, que huya, hasta que todo esté tranquilo. Le prometo que tengo información suficiente para parar al senador una vez esté en la cárcel. Dicha información me la mandó el capitán Montgomery antes de ser asesinado, precisamente para que protegiera a la inspectora. Están avisados. No intente localizarme ni encontrar la información de la que le he hablado. Sería en vano. Buenos días”. Tras soltar aquel monólogo durante el cual Castle no había podido ni articular palabra, la misteriosa voz colgó la llamada.
El escritor había palidecido considerablemente durante la llamada. Se había parado en seco entre las mesas de Espo y Ryan y la sala en la que ellos se encontraban. Sintió como todo su cuerpo se tambaleaba. Se estaba mareando ligeramente. Se acercó caminando muy lentamente hasta la sala en la que estaban los detectives y la forense. Los tres estaban concentrados en el interrogatorio y no prestaron atención a Castle. Él se sentó en la mesa mirando a través del cristal, pero realmente no estaba viendo ni escuchando nada. Sólo podía pensar en esa voz, esa llamada y lo que ese hombre le había dicho. Beckett seguía en peligro. Soltó todo el aire que tenía, lentamente intentando tranquilizarse. Miró el reloj. Tenía que ir a por su madre y Alexis, pero no quería dejar a Beckett allí, y menos después de lo que se acababa de enterar.
“Esto… chicos, tengo que ir a buscar… a mi madre y a Alexis para llevarlas a casa”. Intentó controlar su voz y que sonara normal, pero no debió de conseguirlo, pues los tres se giraron para mirarle, sorprendidos tanto por sus palabras por su estado. “¿Me podéis hacer un favor?. Cuando Beckett acabe, decidle que he ido a llevarlas a casa y por favor, que ninguno se separe de ella, aunque ella misma os lo pida”. Vio cómo los tres le miraban sin entender nada y trató de convencerles. “Por favor, ahora no os puedo contar nada, pero es importante. Ah, y no le contéis esto que os estoy diciendo ahora, ¿vale?”. Los tres asintieron sin estar muy conformes del todo.
“Castle”. Habló Espo antes de que el escritor se fuese. “¿Sabes que puedes contarnos cualquier cosa verdad?”. Castle asintió y sin dejar que continuaran hablando, salió corriendo de la sala y de la comisaría, en dirección a su coche para ir a recoger a su madre y a Alexis.
De camino a casa, como de camino a por ellas, estaba muy nervioso, y ellas se lo notaban, aunque sabían que preguntándole no iban a conseguir que él les contase nada. Por eso esperaron pacientemente a que hablara. Mientras tanto ellas iban contando lo bien que se lo habían pasado en el balneario, todos los masajes que habían recibido, etc.
“Esto… Chicas, ¿os importa si dejamos esta charla para otro momento?”. Castle iba concentrado en la carretera, pero tanta conversación le estaba poniendo la cabeza como un bombo. Y él sólo podía pensar en Beckett.
“Papá…”. Asomó Alexis la cabeza por entre los asientos delanteros. “¿Qué ocurre?”. Su tono era de preocupación. En muy pocas ocasiones había visto a su padre con esa mirada de tristeza.
Castle respiró hondo y les contó, por encima y rápido, todo lo de Bracken y cómo esa misma mañana, Beckett lo había detenido. También les contó la llamada de ese hombre que él había recibido diciéndole que la inspectora aún estaba en peligro. Cuando acabó de contarles todo, estaban parando el coche frente al edificio del loft.
“¿Qué vas a hacer hijo? ¿Se lo vas a contar a Beckett?”. Su madre apoyó su mano en la pierna del escritor.
“Debería…”. Susurró Castle. “Pero la conozco y no va a querer esconderse. Y seguro que intenta por todos los medios saber quién es ese hombre que me ha llamado y por qué tiene información que le mandó Montgomery antes de morir.” Suspiró con fuerza. “Esto debería haber acabado ya con la detención del senador…”. Se llevó las manos a la cara en señal de agobio.
Alexis puso una mano en el hombro de su padre. “Papá… ve a la comisaría y habla con Kate. Es mayorcita. Sabe defenderse. Y no creo que le guste que le ocultes cosas, y menos si son cosas sobre ella o sobre lo de su madre”. Le besó la mejilla y se bajó del coche sacando del maletero sus maletas.
Martha también besó la mejilla de su hijo. “Hazle caso a Alexis, tiene razón”. Se sonrieron ligeramente y la actriz salió del coche para subir a la casa con su nieta.
Uops... Lo siento!
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Pero pero pero que haceeeeeees?!?! Porque lo dejas asiii!!!!??? Joooooo yo quiero maaaaaas sigue rapidooooo plis
alba_caskett52- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Dios me encanta!!!!! Sigueeee!!!!!!!
Castle y Beckett- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Jijijiji!
Os he dejado un poquito intrigadas?
Va... no seré mala. Continuo un poco mas!
Castle se quedó unos minutos sin mover el coche, pensativo, con la mirada perdida en el coche de delante. No quería perder a Kate, la amaba demasiado. Tenía que contarle todo y apoyarla. Intentar convencerle de que lo mejor es alejarse de la ciudad un tiempo. Al menos hasta que todo estuviese tranquilo y Bracken en la cárcel. Cogió aire con fuerza y arrancó de nuevo el coche en dirección a la comisaría.
Mientras tanto, en comisaría, el interrogatorio había durado algo más de lo que en un principio pensaron. Beckett y Gates salieron de la sala, cansadas. Aquel hombre era capaz de agotarlas mentalmente. Espo, Ryan y Lanie salieron de la sala contigua a la vez que la capitana y la inspectora. Habían estado comentando la salida de Castle y lo que les había pedido. Y los tres habían llegado a la misma conclusión: no sabían cómo ni por qué, pero el escritor sabía algo que ellos no, y no parecía nada bueno; probablemente Beckett estaba en peligro. Sino Castle no les habría pedido que se mantuvieran junto a ella en todo momento. Decidieron salir a la vez que ellas abandonaban la sala de interrogatorios y no comentar nada de Castle.
“¿Creéis que a pesar de las pruebas va a lograr librarse?”. Preguntó Lanie una vez se puso a la altura de Beckett y Gates, frente a la pizarra que tenían blanca.
Beckett se giró al oírles y frunció el ceño al no ver a Castle, pero no dijo nada, no delante de la capitana. “Tiene contactos, eso está claro. Pero las pruebas son más que evidentes. Confió en la justicia. Espero que pase una buena temporada entre rejas”. Suspiró dejando el informe sobre su mesa y sentándose para acabar el papeleo.
“La inspectora tiene razón. Las evidencias, son las evidencias. Y todo está en su contra. Esperemos que el juez haga bien su trabajo y no se deje acobardar por Bracken”. Le entregó un par de hojas más a Beckett para adjuntar al informe y continuó hablando. “Nuevamente, buen trabajo inspectora, muy buen trabajo. A usted y a sus compañeros, que estoy segura de que le han ayudado”. Les sonrió a los cuatro y se metió en el despacho.
“Creo que le ha gustado que una de sus inspectora encierre a un pez gordo”. Le sonrió Espo y ella tras mirarle un segundo con una pequeña sonrisa, volvió a bajar la vista centrándose en los papeles que tenía sobre el escritorio.
Ryan, Espo y Lanie se miraron sin saber qué hacer. En situaciones normales cada uno se habría ido a hacer su trabajo, pero no querían dejar sola a Beckett, por si sus sospechas se confirmaban y ella estaba en peligro.
La voz de Beckett les sacó de sus pensamientos. “¿Y Castle?”. Comentó sin levantar la mirada de los papeles que estaba rellenando. No quería parecer ansiosa por verle, aunque en realidad lo estuviera.
“Ha ido a por su madre y su hija al aeropuerto. Acababan de llegar y no había ningún taxi para volver a casa. Toda la ciudad está como loca después de lo del senador”. Le informó Ryan observando detenidamente, como sus otros dos compañeros, la reacción de Kate. Los tres sospechaban que estaban juntos, aunque no lo dejasen ver.
“Bien”. Fue la única respuesta de Beckett, que intentado concentrarse en los papeles, torció los labios ligeramente en señal de tristeza. Deseaba tanto mirarle a los ojos y que su dulce mirada la tranquilizara… Quien se lo iba a decir a ella. La fuerte y segura inspectora Beckett necesitando sentirse protegida y mimada por Richard Castle. Sonrió ligeramente al pensar en ello. Cada día le importaba menos sentir la necesidad de que él la cuidara, protegiera o mimara. Siempre y cuando, también respetase sus límites y su privacidad.
Con una mirada, el resto de compañeros decidieron alejarse un poco de ella mientras terminaba el papeleo. Así no sospecharía y a la vez, la tendrían vigilada. Ryan y Espo fueron a sus mesas y fingieron trabajar, y Lanie optó por ir a tomarse un café. De momento no tenía trabajo que hacer en la morgue y al ser ya casi mediodía no creía que fuese a tener trabajo hasta la tarde. Beckett levantó la mirada cuando los sintió alejarse y frunció el ceño. Los notaba raros, pero no sabía por qué. Suspiró pensando que serían imaginaciones suyas.
Pocos minutos después, con Lanie charlando con Espo y Ryan junto a las mesas de los detectives y Beckett terminando el papeleo, salió Castle del ascensor con una bolsa de comida china en la mano. La había comprado de vuelta a la comisaría. Había para Ryan, Espo y Lanie también. Su rostro reflejaba seriedad y preocupación, pero trató de disimularlo cuando se acercó a la mesa de la inspectora, bajo la atenta mirada de los demás.
“Hey”. Saludó el escritor al llegar a la altura de Kate, forzando una pequeña sonrisa.
“Hey”. Correspondió ella también al oírle, y levantó la mirada sonriéndole, hasta que notó algo raro en su mirada, en su expresión. Pero no preguntó. “¿Ya has llevado a Martha y a Alexis a casa?”. Vio como Rick tomaba asiento en su silla.
“Sí. Estaba imposible hoy la carretera, ¡lo mío me ha costado! Había coches por todos lados, y ni un taxi libre. Lo siento…”. Susurró eso último mirándola a los ojos con verdadera tristeza. Pero más que por haberse tenido que ir, por la llamada que había recibido. “¿Cómo ha ido? ¿Habéis conseguido algo?”.
“No te preocupes. Habría sido igual aunque te hubieras quedado todo el rato”. Suspiró un poco cansada e intentado descifrar qué era lo que le pasaba a Castle. “No ha hablado prácticamente. Sus abogados no le han dejado. Pasará la tarde aquí hasta que vengan a llevárselo a la cárcel a la espera del juicio”. Informó Kate mientras cerraba el informe ya terminado.
“¿Tienes hambre? ¿Te apetece comida china?”. Le sonrió, esta vez con más naturalidad que antes y le enseñó la bolsa que traía.
La sonrisa de Beckett se ensanchó de inmediato. “Creo que me has leído el pensamiento. Gracias…”. Susurró mirándole con intensidad. Esa última sonrisa del escritor la había tranquilizado un poco. A lo mejor sólo era que él también lo había pasado mal con todo ese caso.
Castle le sonrió algo más y respiró hondo girándose para mirar a sus compañeros, quienes no les habían quitado el ojo de encima. “¿Quién quiere comer?”. Les enseñó a ellos también la bolsa y todos se apuntaron.
Fueron a una sala, libraron la mesa y se sentaron todos a comer. Cómo no, la conversación se centró en el caso de la madre de Beckett y en la detención del senador Bracken. Kate estaba muy agradecida. Sus compañeros siempre la habían apoyado y ayudado mucho en ese tema. Y qué decir de Castle, él siempre había estado a su lado en aquel tema. Mientras Espo y Ryan recordaban algo de una de las investigaciones que hicieron años atrás a cerca de Bracken, Beckett centró su mirada en Castle, que estaba absorto mirando el bote de su comida. Apenas había probado bocado y casi no había abierto la boca. Algo muy extraño en él. Pero es que ese tema de conversación le ponía de los nervios. El simple hecho de que a Kate le pasara algo, le revolvía el estómago. Soltó todo el aire de golpe y levantó la mirada un momento, encontrándose con los ojos interrogantes de Kate. Él le dedicó una pequeña sonrisa y desvió rápidamente su mirada de ella. Beckett suspiró. No sabía qué le pasaba y le estaba empezando a preocupar seriamente.
GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS!
Seguid contándome qué os va pareciendo la historia!
Os he dejado un poquito intrigadas?
Va... no seré mala. Continuo un poco mas!
Castle se quedó unos minutos sin mover el coche, pensativo, con la mirada perdida en el coche de delante. No quería perder a Kate, la amaba demasiado. Tenía que contarle todo y apoyarla. Intentar convencerle de que lo mejor es alejarse de la ciudad un tiempo. Al menos hasta que todo estuviese tranquilo y Bracken en la cárcel. Cogió aire con fuerza y arrancó de nuevo el coche en dirección a la comisaría.
Mientras tanto, en comisaría, el interrogatorio había durado algo más de lo que en un principio pensaron. Beckett y Gates salieron de la sala, cansadas. Aquel hombre era capaz de agotarlas mentalmente. Espo, Ryan y Lanie salieron de la sala contigua a la vez que la capitana y la inspectora. Habían estado comentando la salida de Castle y lo que les había pedido. Y los tres habían llegado a la misma conclusión: no sabían cómo ni por qué, pero el escritor sabía algo que ellos no, y no parecía nada bueno; probablemente Beckett estaba en peligro. Sino Castle no les habría pedido que se mantuvieran junto a ella en todo momento. Decidieron salir a la vez que ellas abandonaban la sala de interrogatorios y no comentar nada de Castle.
“¿Creéis que a pesar de las pruebas va a lograr librarse?”. Preguntó Lanie una vez se puso a la altura de Beckett y Gates, frente a la pizarra que tenían blanca.
Beckett se giró al oírles y frunció el ceño al no ver a Castle, pero no dijo nada, no delante de la capitana. “Tiene contactos, eso está claro. Pero las pruebas son más que evidentes. Confió en la justicia. Espero que pase una buena temporada entre rejas”. Suspiró dejando el informe sobre su mesa y sentándose para acabar el papeleo.
“La inspectora tiene razón. Las evidencias, son las evidencias. Y todo está en su contra. Esperemos que el juez haga bien su trabajo y no se deje acobardar por Bracken”. Le entregó un par de hojas más a Beckett para adjuntar al informe y continuó hablando. “Nuevamente, buen trabajo inspectora, muy buen trabajo. A usted y a sus compañeros, que estoy segura de que le han ayudado”. Les sonrió a los cuatro y se metió en el despacho.
“Creo que le ha gustado que una de sus inspectora encierre a un pez gordo”. Le sonrió Espo y ella tras mirarle un segundo con una pequeña sonrisa, volvió a bajar la vista centrándose en los papeles que tenía sobre el escritorio.
Ryan, Espo y Lanie se miraron sin saber qué hacer. En situaciones normales cada uno se habría ido a hacer su trabajo, pero no querían dejar sola a Beckett, por si sus sospechas se confirmaban y ella estaba en peligro.
La voz de Beckett les sacó de sus pensamientos. “¿Y Castle?”. Comentó sin levantar la mirada de los papeles que estaba rellenando. No quería parecer ansiosa por verle, aunque en realidad lo estuviera.
“Ha ido a por su madre y su hija al aeropuerto. Acababan de llegar y no había ningún taxi para volver a casa. Toda la ciudad está como loca después de lo del senador”. Le informó Ryan observando detenidamente, como sus otros dos compañeros, la reacción de Kate. Los tres sospechaban que estaban juntos, aunque no lo dejasen ver.
“Bien”. Fue la única respuesta de Beckett, que intentado concentrarse en los papeles, torció los labios ligeramente en señal de tristeza. Deseaba tanto mirarle a los ojos y que su dulce mirada la tranquilizara… Quien se lo iba a decir a ella. La fuerte y segura inspectora Beckett necesitando sentirse protegida y mimada por Richard Castle. Sonrió ligeramente al pensar en ello. Cada día le importaba menos sentir la necesidad de que él la cuidara, protegiera o mimara. Siempre y cuando, también respetase sus límites y su privacidad.
Con una mirada, el resto de compañeros decidieron alejarse un poco de ella mientras terminaba el papeleo. Así no sospecharía y a la vez, la tendrían vigilada. Ryan y Espo fueron a sus mesas y fingieron trabajar, y Lanie optó por ir a tomarse un café. De momento no tenía trabajo que hacer en la morgue y al ser ya casi mediodía no creía que fuese a tener trabajo hasta la tarde. Beckett levantó la mirada cuando los sintió alejarse y frunció el ceño. Los notaba raros, pero no sabía por qué. Suspiró pensando que serían imaginaciones suyas.
Pocos minutos después, con Lanie charlando con Espo y Ryan junto a las mesas de los detectives y Beckett terminando el papeleo, salió Castle del ascensor con una bolsa de comida china en la mano. La había comprado de vuelta a la comisaría. Había para Ryan, Espo y Lanie también. Su rostro reflejaba seriedad y preocupación, pero trató de disimularlo cuando se acercó a la mesa de la inspectora, bajo la atenta mirada de los demás.
“Hey”. Saludó el escritor al llegar a la altura de Kate, forzando una pequeña sonrisa.
“Hey”. Correspondió ella también al oírle, y levantó la mirada sonriéndole, hasta que notó algo raro en su mirada, en su expresión. Pero no preguntó. “¿Ya has llevado a Martha y a Alexis a casa?”. Vio como Rick tomaba asiento en su silla.
“Sí. Estaba imposible hoy la carretera, ¡lo mío me ha costado! Había coches por todos lados, y ni un taxi libre. Lo siento…”. Susurró eso último mirándola a los ojos con verdadera tristeza. Pero más que por haberse tenido que ir, por la llamada que había recibido. “¿Cómo ha ido? ¿Habéis conseguido algo?”.
“No te preocupes. Habría sido igual aunque te hubieras quedado todo el rato”. Suspiró un poco cansada e intentado descifrar qué era lo que le pasaba a Castle. “No ha hablado prácticamente. Sus abogados no le han dejado. Pasará la tarde aquí hasta que vengan a llevárselo a la cárcel a la espera del juicio”. Informó Kate mientras cerraba el informe ya terminado.
“¿Tienes hambre? ¿Te apetece comida china?”. Le sonrió, esta vez con más naturalidad que antes y le enseñó la bolsa que traía.
La sonrisa de Beckett se ensanchó de inmediato. “Creo que me has leído el pensamiento. Gracias…”. Susurró mirándole con intensidad. Esa última sonrisa del escritor la había tranquilizado un poco. A lo mejor sólo era que él también lo había pasado mal con todo ese caso.
Castle le sonrió algo más y respiró hondo girándose para mirar a sus compañeros, quienes no les habían quitado el ojo de encima. “¿Quién quiere comer?”. Les enseñó a ellos también la bolsa y todos se apuntaron.
Fueron a una sala, libraron la mesa y se sentaron todos a comer. Cómo no, la conversación se centró en el caso de la madre de Beckett y en la detención del senador Bracken. Kate estaba muy agradecida. Sus compañeros siempre la habían apoyado y ayudado mucho en ese tema. Y qué decir de Castle, él siempre había estado a su lado en aquel tema. Mientras Espo y Ryan recordaban algo de una de las investigaciones que hicieron años atrás a cerca de Bracken, Beckett centró su mirada en Castle, que estaba absorto mirando el bote de su comida. Apenas había probado bocado y casi no había abierto la boca. Algo muy extraño en él. Pero es que ese tema de conversación le ponía de los nervios. El simple hecho de que a Kate le pasara algo, le revolvía el estómago. Soltó todo el aire de golpe y levantó la mirada un momento, encontrándose con los ojos interrogantes de Kate. Él le dedicó una pequeña sonrisa y desvió rápidamente su mirada de ella. Beckett suspiró. No sabía qué le pasaba y le estaba empezando a preocupar seriamente.
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livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Tu historia me sigue enamoradondo pero por favor i need caskett pliis!! Sigue rapidooo♥♡♥
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Siguereeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Cuando te veo (FIN)
Tu historia es absolutamente PERFECTA!!
Sigueee pronto porfi
Sigueee pronto porfi
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
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