Cuando te veo (FIN)

Noooooooo sigueeeee!!!! mmala personaaaaa (no en realidad no ) jajajaja sigueeeee

Sigueeee,espero que no pase nada malo

¡Buenas!
Jooo, de corazón, muchas gracias por todas vuestras palabras! Me encanta que os siga gustando la historia, que sigáis leyéndola y apoyándola/apoyándome; y sobre todo, comentando!
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
¿Seguimos?




“¡Lo tenemos!”. Gritaron Ryan y Espo a la vez. “Jack Marlowe está alejándose de Nueva York, pero todavía no lo ha hecho lo suficiente. Podemos mandar una patrulla e ir nosotros detrás. Ha parado ahora mismo en un bar de carretera”. Se giraron los dos detectives hacia el escritorio de Beckett pensando que ella estaba allí escuchándolos, pero sólo estaba Castle que se había levantado de golpe al oírlos. “¿Dónde está Beckett?”.

“En el baño”. Dijo el escritor señalando las puertas del lavabo por las que ella había desaparecido.

“Bueno, esperemos a que salga, mientras voy informando a una patrulla para que se dirija allí con cuidado de no espantarlo”. Ryan se puso manos a la obra y pocos minutos después Kate volvió del baño.

Tenía una pequeña sonrisa y se notaba que ese rato que se había tomado para ella le había sentado bien, al menos eso intentaba aparentar delante de sus compañeros y sobre todo, delante de su chico escritor. Tenía miedo de fallar y no encontrar a tiempo a la niña y a la vez uno gran instinto maternal crecía dentro de ella, lo que también le hacía estar asustada y con muchas dudas. Pero sonrío delante de ellos y se pasó la mano por el pelo disimulando que los nervios se la estaban comiendo por dentro. Vio que los dos detectives tenían las chaquetas puestas y frunció el ceño al ver cómo Castle se estaba poniendo la suya también. “¿Le habéis encontrado?”. Preguntó mirando a los tres.

“Así es. Está a unos 45 minutos de aquí. He mandado una patrulla. Si nos damos prisa, llegaremos a la vez”. Informó Kevin encaminándose al ascensor.

“Bien hecho, ¡vámonos!”. Beckett cogió su chaqueta y fue corriendo también al ascensor con los chicos.

En casi media hora, pisándole a fondo, llegaron adonde aún seguía Jack parado tomando algo. La patrulla acababa de llegar. Observaron el bar de carretera desde afuera intentando no llamar mucho la atención para ver si veían a Jack dentro, con la niña. A él le vieron, pero no había ni rastro de la pequeña Alyson.

“No veo a la niña”. Dijo Castle.

“Yo tampoco”. Añadió Kate poniéndose de puntillas para intentar ver mejor, pero sin lograrlo.

“¿Qué hacemos jefa?”. Preguntaron Espo y Ryan.

“Hay que entrar y cogerlo para que nos diga dónde tiene a la niña”. Se puso el chaleco antibalas dándoles los suyos a los detectives. Castle fue a coger el suyo. “No, Castle. Quédate aquí. No quiero que vea demasiada gente y se asuste más. Entraremos los tres solos”. Ordenó tan tajantemente que el escritor, por una vez, no rechistó y obedeció quedándose fuera del bar apoyado en el coche mientras ellos entraban.

En el bar, Jack estaba tomándose un café cuando los tres policías entraron al grito de: ¡NYPD que no se mueva nadie y las manos donde podamos verlas!. Jack pegó un bote en su asiento y les hizo caso mientras miraba a todos lados intentando encontrar una puerta o una ventana para escapar.

“¡Jack Marlowe, yo de usted no intentaría huir. Tenemos fuera más policías esperando a que lo haga para atraparle!”. Dijo Beckett mientras se acercaba a él con paso decidido empuñando hacia él la pistola. “¡Dese la vuelta y coloque las manos sobre la cabeza!”. Ordenó la inspectora viendo como él le obedecía. Guardó la pistola agarrándole una mano para bajársela hasta la espalda y esposársela allí, pero cuando fue a agarrarle la otra, Jack le dio un codazo fuerte en las costillas que la obligó a inclinarse hacia delante soltando al asesino. “¡Joder! Ryan, Espo, ¡cogedlo!”. Gritó cuando vio cómo éste intentaba correr hacia la puerta.

Los detectives anduvieron rápidos y lo pararon entre los dos terminando de esposarlo y agarrándolo fuerte para que no pudiera volver a escapar. Ryan sujetó a Jack mientras Espo se acercó a Beckett que se había quedado al lado de la barra tras el golpe que le habían dado.

“¿Estás bien?”. Le preguntó él al ver que ella todavía estaba doblada sobre sí misma por el dolor.

“Sí.. sí.. sólo… es un golpe”. Soltó el aire poco a poco pues a causa del codazo le costaba un poco respirar. “Enseguida se me pasa. Llevadle fuera y meterlo en el coche de la patrulla que ha venido hasta aquí”. Se incorporó lo que pudo poniéndose una mano donde le dolía pero disimulándolo ante los ojos de la gente del bar que los miraba.

Los detectives hicieron caso y salieron fuera con Marlowe. Ella les siguió más lenta y con el semblante serio y sin demostrar que le dolía. Metieron a Jack en el coche policial que había estado esperando fuera.

Beckett buscó a Castle pero no lo encontró. Se metió en el coche con Marlowe controlando los dolores del golpe. “¿Dónde está Alyson?. ¿Qué has hecho con ella? ¿No tenías suficiente con lo que le hiciste a su madre?”. Le preguntó mientras ataba sus esposas al coche.

“¿Alyson? ¡Y yo qué coño sé si le tocaba estar con su madre! ¿Ya la ha perdido?”. Espetó el detenido haciéndose el inocente.

“A mi no me la juega señor Marlowe. Tengo imágenes suyas en el callejón, sé que llamó a la guardería de la niña diciendo que se encontraba mal y que por eso no la llevaríais hoy. Así que, ¿dónde está?”. Preguntó alzando la voz sin escuchar cómo Castle que ya había aparecido, la llamaba desde fuera del coche.

“¡Beckett!”. El escritor golpeó la ventanilla del lado en el que se encontraba Kate y cuando ésta se giró al escucharlo, se quedó boquiabierta.

Salió del coche cerrando la puerta con fuerza. “¿Dónde estaba?”. Preguntó con una pequeña sonrisa al ver a Castle con Alyson en brazos. La pequeña estaba muy abrazada al escritor. Parecía que había pasado miedo con su padre.

“Mientras estabais dentro, me ha ganado mi curiosidad y no he podido evitar ponerme a dar vueltas por el parking. Hasta que en aquel coche de allí…” Señaló un coche marrón pequeño. “Escuché un pequeño llanto. Así que he roto la ventanilla con lo primero que he encontrado y allí estaba esta pequeña preciosidad”. Escondió su mano izquierda detrás de su espalda para que Beckett no viera que le sangraban los nudillos de haber roto la ventanilla a puñetazos. Con el brazo derecho sujetaba a la niña.

Beckett resopló aliviada. “¿Cómo está?”. Se acercó a la pequeña que estaba en brazos de Castle y le acarició suavemente los mechones de pelo rubios que se le habían salido de una coleta mal hecha”.

“Asustada, pero no parece tener ninguna herida ni nada”. Rick miró sonriente cómo Kate acariciaba a la pequeña.

“Vamos a llevar a Jack a comisaría y pasaremos con ella por donde Lannie a que le eche un vistazo a ver si está bien”.

Llamaron para que se llevaran el coche de Jack a analizar, el coche policial se llevó a Jack de allí, Ryan y Espo se montaron en su coche y siguieron a aquel coche y Castle y Beckett se subieron al coche de la segunda con Alyson que iba en brazos del escritor, sin decir nada, agarrada fuertemente a él.

Durante el trayecto de vuelta a comisaría, Rick iba intentando calmar a la niña, acariciándola, abrazándola y dándole algún que otro beso. De vez en cuando, también le hablaba y le iba contando lo bien que la iban a tratar en la comisaría.



Hasta pronto!
No olvidéis comentar, que no muerdo! jejeje

Sigueeeee!!!! Perfecto, como siempre!!!!!

Me encanta siguee

Increible! Simplemente perfecto sigue rapido pofaaaaA

¡Buenas tardes!
¡Traigo un nuevo capítulo!!
Pero no os acostumbréis mucho a esto, a ver si de repente mi musa se va a escapar y no puedo escribir tan a menudo.. jajaja
¡Sigamos!



“Y allí si quieres, te puedo leer un cuento”. Siguió el escritor intentando por todos los medios que aquella pequeña cogiera confianza, se calmara y le mirara. “Sé muchos: de princesas, de príncipes, de reyes y reinas, de perros, gatos, ranas… de todo tipo”. Enumeró él y entonces, la pequeña se separó un poco del cuerpo del escritor y le miró a los ojos con sus ojitos llenos de lágrimas, señal de que había estado llorando un poco más, pero en su rostro había una pequeña sonrisa dibujada. “Eh… veo que te gustan los cuentos, ¿a que sí?”. La niña asintió algo tímida y Castle sonrió abiertamente a la pequeña.

Kate paró el coche en un semáforo en rojo ya cerca de la comisaría. Aprovechó para mirarles y al ver que había conseguido que Alyson dejara de llorar y se separara del abrazo para mirarle, no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio. “Creo que te da tiempo de contarle un cuento cortito a Alyson antes de que lleguemos. ¿Te apetece pequeña?”. Le preguntó ella alargando su mano y tocando suavemente el brazo de la niña. Ésta frunció el ceño un poco recelosa de que Kate la tocara, pero cuando notó la suavidad con la que la inspectora lo hacía, sonrió un poco. Kate le devolvió la sonrisa, ampliamente.

“Sí, es buena idea. ¿De qué quieres el cuento: Princesas o… Ranas?”. Preguntó divertido el escritor.

“Pinsesas…”. Susurró la niña con una mala pronunciación todavía, pero hablado por primera vez y haciendo que Castle comenzara con el cuento sin parar hasta que llegaron a la comisaría. Con aquello, había conseguido que la niña se riera y se relajara.

Cuando Beckett fue a bajarse del coche, hizo un movimiento brusco y todas sus costillas del lado izquierdo se resintieron a causa del golpe que había recibido hacía casi una hora. Se encogió tocándose el costado y Castle que ya había salido del coche con la niña en brazos, se acercó rápidamente a ella.

“Beckett… Kate, ¿estás bien?”. Preguntó con verdadera preocupación mientras la niña miraba a uno y a otro.

“Sí, sí… Es sólo que me he dado un golpe antes”. Se incorporó aguantándose el dolor.

“¿Te has dado un golpe? ¿Cómo?”. Preguntó él sin entenderla.

Kate suspiró. “Cuando he esposado a…”. Miró a la niña sin nombrar a su padre para no asustarla ahora que ya estaba más tranquila. “Él me ha dado un fuerte codazo en las costillas, pero no es nada, simplemente me saldrá un buen cardenal y punto, tranquilo”. Le acarició la mejilla suavemente sin importarle estar en el parking de la comisaría y que alguien pudiera verlos. La preocupación que había visto en sus ojos era más importante en ese momento.

Rick respiró aliviado. “Bueno, pero cuando bajemos donde Lannie para que mire a la niña, que te eche un vistazo a ti también”. Añadió con seriedad y sin darle opción a replicar. Sabía que no conseguiría llevarla a un hospital, pero al menos haría que la médico forense le echara un vistazo.

“Está bien”. Suspiró sabiendo que no podría convencerle de lo contrario. “Parece que hoy le vamos a dar más trabajo del habitual a Lannie, porque no te vas a ir de allí sin que te mire la mano”. Añadió cerrando la puerta del coche y encaminándose al ascensor seguida por Castle.

“Sí jefa”. Dijo el escritor en un tono alto haciendo sonreír a Kate y que la pequeña lo mirara interesada. “Es que a veces es muy mandona. Pero también puede ser muy cariñosa y… juguetona…”. Lo último lo pronunció más bajo para que Kate no lo escuchara, pero al estar los dos solos en el ascensor con la niña, ésta lo escuchó perfectamente.

“¡Castle! No le digas esas cosas a la niña!”. Le reprendió la inspectora negando con la cabeza, pero sin borrar una pequeña sonrisa.

“Juga… juga…”. Alyson empezó a mover las manos agitándolas en el aire, riendo.

“¿Quieres jugar?”. Le preguntó Rick sujetándola en el aire haciendo que la pequeña riera y agitara más su bracitos y sus manos.

Kate los observaba divertida, con una pequeña sonrisa, mordiéndose el labio hasta que llegaron a su planta y fue directa a su mesa a dejar la carpeta con los papeles del caso y a quitarse la chaqueta. Castle la siguió jugando con la niña y se sentó con ella en su silla.

“¡Espo, Ryan! ¿Ha llegado ya Jack?”. Se pasó la mano por el pelo alborotándoselo un poco para retirárselo de la frente.

“Sí, está esperando en la sala de interrogatorios”. Contestó el moreno.

“Bien. Dejadlo ahí mientras buscamos algo en el coche que lo incrimine de forma más directa”.

“Hecho”. Los detectives se pusieron a hacer algo de papeleo mientras esperaban a que los de científica llamaran para decir si habían encontrado algo en el coche.

Kate se sentó en su silla. Estaba algo cansada, sobre todo de los nervios que había pasado hasta encontrar a la pequeña. Apoyó un codo sobre la mesa y dejó reposar la cabeza sobre su mano mientras miraba distraída cómo el escritor no dejaba de hacer carantoñas y de entretener a la pequeña. Se fijó en que tenía aún los nudillos un poco ensangrentados y negó ligeramente con la cabeza mordiéndose el labio suavemente. Era un culo inquieto y la curiosidad lo mataba, pero gracias a ello habían encontrado a la niña, porque aunque tenían a Jack, lo más probable era que éste no hubiera dicho dónde la tenía por miedo a que le cayeran más años. Adoraba ver a Rick en su faceta paternal. A lo mejor algún día… podría verlo así con sus hijos… Se sorprendió a sí misma pensando de nuevo en aquello y un gran nudo se le formó en la boca del estómago, exactamente igual que hacía unas horas cuando tenía miedo de no encontrar a la niña y a la vez estaba aterrada por los sentimientos, miedos y dudas que se amontonaban en su interior.

“Beckett, ¡Kate!”. Le llamó el escritor la atención pasando una mano por delante de sus ojos intentando que le prestara atención.

“¿Eh? Perdona, ¿qué decías?”. Preguntó frunciendo el ceño pues no se había ni enterado de que él la llamaba, sumida en sus pensamientos.

“¿Estás bien?”. Olvidó la pregunta que le había formulado anteriormente y que ella ni siquiera había escuchado. Al verla tan pensativa se preocupó. Sabía que ese caso estaba haciendo mella en ella, pero ya tenían a la niña y Kate seguía muy pensativa.

“Sí, sí. Sólo estoy cansada y me había quedado traspuesta”. Se sentó mejor en su silla irguiéndose para prestarle atención. “¿Qué me decías?”. Sonrió para tranquilizarlo dejando a un lado todos sus pensamientos y sentimientos. Ya se enfrentaría a ellos más adelante.

“Que si bajábamos donde Lannie mientras acaban los de científica con el coche. Así luego subimos de nuevo cuando ya estén los resultados y puedes interrogar a Jack”. Propuso mientras la niña jugaba con un bolígrafo que había cogido de la mesa de Beckett.

“Sí, vamos. Así mira a la niña y tu mano”. Se levantó de la silla sin poder evitar fruncir el ceño y encogerse ligeramente ante la molestia en sus costillas.

“Y a ti también te va a mirar”. Vio como ella iba a abrir la boca para rechistar pero se adelantó alzando la mano para que no lo hiciera. “O te mira Lannie o vamos al hospital, tú eliges”. Le dijo tajantemente pero de forma cariñosa con una pequeña sonrisa.

“Está bien”. Suspiró poniendo los ojos en blanco.

Castle se levantó de su silla con la niña en brazos y se acercó un poco a Kate para susurrarle al oído. “Cabezota…”. Le rozó la cadera suavemente con la mano que tenía libre y fue al ascensor con Alyson en brazos.

Beckett se mordió el labio con una pequeña sonrisa que trató de disimular para que toda la comisaría no pesara que estaba rematadamente loca. Loca, o enamorada.



¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Por seguir aquí apoyándome y apoyando esta historia. Y gracias por cada comentario!

sigueeee

Me encanta!!!!!! Sigue cuando puedaas!!!!

Me encanta no tengo mas palabras para describir el capitulo siguee

Dios, que hermoso *-* Imaginarme a Rick como padre es tan divertido y tierno xD
Continua prontoo :33

¿Un nuevo capítulo?
GRACIAS POR COMENTAR Y APOYAR LA HISTORIA!



Bajaron los tres en el ascensor, en silencio, hasta la morgue. Entró Kate primero para asegurarse de que Lannie no estaba en mitad de una autopsia y así no asustar a la niña.

“Hola Lannie”. Saludó la inspectora nada más entrar en el depósito.

La forense dio un pequeño bote al escucharla. “Por Dios, Kate. ¡Me has asustado!”. Se puso una mano en el pecho aún algo sobresaltada.

“Perdona”. Rió Beckett. “Lo siento, tendría que haberte avisado de que bajaba”. Le sonrió y como vio que no había ningún cadáver a la vista, giró la cabeza hacia las puertas de la morgue. “¡Castle, ven!”.

La forense la miró interrogante, con el ceño fruncido y después dirigió su mirada hacia la puerta para ver entrar a Castle con la pequeña en brazos. Se le abrió la boca ante aquella imagen. “¿Tanto tiempo hemos estado sin hablar y sin vernos? Sí que habéis avanzado rápido en vuestra relación”. Bromeó Lannie mirando sonriente a la pequeña, que inspeccionaba aquel lugar muy curiosa pero sin soltarse del cuerpo del escritor.

Los ojos de la inspectora Beckett se abrieron de par en par ante las palabras de su amiga. ¿De verdad estaba bromeando con una posible hija entre los dos?. Sus palabras le habían caído como un jarro de agua fría. Si ella ya estaba teniendo que controlar sus pensamientos, sus dudas y su imaginación, ahora con aquello de Lannie prácticamente se había quedado pálida. Tenía que decir algo o los dos empezarían a sospechar. Sentía la mirada de Castle muy pendiente de ella, de su respuesta. Sabía que el notaba que algo no le iba bien, pero de momento no la presionaba, y eso le estaba ayudando a aclarar su mente, poco a poco, tal vez demasiado poco a poco. “Venga Lannie, deja de hacerte la graciosa. Es la hija de nuestra víctima”. Informó tratando de parecer serena mientras se pasaba la mano por el pelo; exactamente igual que cuando algo la ofuscaba o le preocupaba. Ese gesto no pasó desapercibido por los dos pares de ojos que la observaban.

“Tranquila mujer, sólo estaba bromeando”. Miró un momento a Castle interrogándole con la mirada para saber qué le pasaba a la inspectora. El escritor se encogió de hombros. Verdaderamente no sabía qué le pasaba, pero le daría su tiempo, como siempre, a que se abriera.

“Mejor vamos a mi despacho, que este sitio no es para una niña”. Salió del depósito seguida por el escritor con la niña en brazos y Kate algo más atrás. Cuando llegaron al despacho, Rick se sentó en un pequeño sofá que había allí. Lannie se acercó a él mirando a la niña. “Bueno, y ¿cómo se llama esta niña tan guapa?”. Preguntó de forma cariñosa.

La pequeña la miraba refugiada en el cuello del escritor, aferrada en todo momento a su camisa. “Aly…”. Contestó de forma tímida y desviando su mirada a cualquier otro lado, vergonzosa.

“Aly, encantada de conocerte”. Le tendió la forense la mano, sonriente, intentando transmitirle confianza. La niña se la estrechó un poco más segura pero aún sin mirarla del todo.

“Es una chica muy valiente, ¿verdad Aly?”. Dijo el escritor mirando a la pequeña. Ella asintió dedicándole una sonrisa al escritor. “Queríamos saber si está bien. Es probable que haya presenciado lo que le pasó a su madre… Pero de momento no da muestras de ello. Después, el exmarido y padre, se la llevó, creemos que por la fuerza”. La niña se agarró más fuerte al cuerpo de Castle al escuchar las palabras de él. “Ey.. venga ya está cariño. Aquí nadie te va a hacer daño. Está chica tan guapa se llama Lannie y sólo quiere saber si estás bien o te duele algo”. Hablaba en todo cariñoso con la pequeña.

Lannie se había sentado en el reposabrazos para estar más cerca de ellos e ir ganándose la confianza de Alyson. Kate observaba la escena con media sonrisa, abrazada a sí misma intentando no hacer caso a lo que sus pensamientos y sus sentimientos le decían. Pero… es que Castle estaba tan guapo de aquella forma tan paternal, tan entregada, tan cariñoso… Suspiró apenas inaudiblemente y sacudió suavemente la cabeza como si de aquella forma fuese a conseguir borrar sus pensamientos. “Frena Kate, frena”. Se decía a sí misma. “Estás yendo demasiado lejos con tus pensamientos. Todavía es muy pronto para plantearte nada de eso”. Seguía hablando consigo misma, sin pronunciar, por supuesto, ninguna de esas palabras. “Bueno, pero en algún momento os lo acabaréis planteando y si no te vas preparando para eso, nunca estarás preparada. ¿Qué es lo que tú quieres? A Rick está claro que lo quieres, pero… ¿para formar una familia con él?”. Continuaba sumergida en sus pensamientos mientras Lannie había conseguido coger a la niña en brazos y empezaba a explorarla con suavidad y ternura. “¡Por supuesto que quieres formar una familia con él!”. Le atacó una voz en su cabeza contestando por ella a esa última pregunta. Volvió a suspirar, esta vez con más fuerza, porque Castle, al escucharla la miró, preocupado, pero sin decir nada. Ella decidió acercarse a ellos y se sentó frente a Rick en una especie de butaca que tenía allí la forense.

“Bueno, pues esta pequeñaja parece estar perfecta. No veo nada por lo que haya que preocuparse chicos. Pero ya sabéis que ésta no es mi especialidad”. La niña le echó los bracitos a Castle y éste la volvió a coger encantado.

“Bien. Luego cuando se la lleven sus abuelos, porque me imagino que se la quedaran ellos, les diremos que la lleven al médico por si acaso. Gracias Lannie”. Se levantó con la pequeña en brazos y miró a Kate que había seguido sus movimientos con la mirada. “Salgo fuera para que pueda mirarte ese golpe y ya me curará luego la mano, ¿vale?”. Beckett asintió sin decir nada y vio cómo el escritor salía fuera con la niña.

Lannie se sentó frente a Kate en el sofá, justo donde acababa de estar sentado el escritor. “¿Te has dado un golpe?”. Preguntó intentando empezar con ella una conversación y sacarla de sus pensamientos que, a juzgar por su cara, la estaban atormentando.



Hasta la próxima!
Comentad!

Perfecto!!!! Me encanta!!!!! Es increíble lo bien que escribes!!!! Sigue cuando puedaas!!!

Me encanta pero algo le pasa a la inspectora por que que este tan pensativa y tan preocupada con la nina , no se si es muy rebuscado pero creo que kate esta embarazada o algo le pasa para que le duela tanto la parte de las costillas no??

Beckett esta embarazada seguro
siguee

Me encanta!!!!
Sigue así, me gusta como se va desarollando el fic.
Seguro que Kate esta embarazada

Ahiiiiiis! Q cuqui!!! Ojala este embazazada!! sigueeeeee!!

¡Buenas!
Veo que ya vais teorizando sobre lo que podría pasar... Espero, de verdad, sorprenderos con lo que ocurra!
Me encantan vuestros comentarios y me animan a seguir escribiendo y escribiendo, cada día. ¡GRACIAS!



“Sí. Bueno, en realidad el padre de la niña me golpeó cuando fui a esposarlo. No es nada. Sólo me molesta al hacer unos gestos, me saldrá un buen moratón y punto”. Dijo ella mirando a la forense e intentando disimular con una pequeña sonrisa. “Gajes del oficio, ya sabes. Pero Castle se ha empeñado en que me lo mires”. Rodó sus ojos en ese gesto tan habitual en ella.

“A ver, ¿dónde te ha dado?”. Se inclinó hacia delante mirando a Kate.

“En las costillas, por aquí”. Se tocó la parte baja de sus costillas, en el lado izquierdo. Lannie la miró en silencio, esperando que se levantara la camiseta para verle el golpe. Kate lo entendió perfectamente y la miró alzando una ceja. “No pienso levantarme la camiseta. No es nada, Lannie. Me tomaré un antiinflamatorio para que no vaya a más el golpe y punto”. Su gesto era serio, pero el de la forense también.

Lannie no iba a ceder. “Enséñamelo Kate. Para asegurarnos de que no es más que el golpe que tú dices”.

Beckett suspiró y se subió la camiseta hasta la zona del sujetador para que su amiga, su pesada amiga, viera el golpe y se quedara tranquila. Pero cuando lo hizo, se sorprendió ella misma de ver que ya estaba empezando a estar bastante morado, y rojo.

Lannie se acercó y se lo examinó durante un par de minutos. “No parece que tengas ninguna costilla rota, pero sí que tienes un buen golpe”. Se levantó acercándose a un armario. Empezó a rebuscar allí. “Te voy a dar una pomada para que te la pongas un par de veces al día. Así se reducirá antes el cardenal y dejará de molestarte tanto. Y lo del antiinflamatorio no era mala idea tampoco. Tómate un par de ellos al día durante 3 o 4 días”. Encontró la pomada que buscaba y volvió a sentarse en el sofá frente a Kate, que ya se había bajado la camiseta de nuevo. “Toma”. Le dio el bote y ésta lo cogió con una pequeña sonrisa.

“Gracias”. Lo guardó en el bolso que había bajado.

“Así que al final habéis encontrado a la niña sana y salva”. Sonrió Lannie mientras sacaba las cosas que necesitaría para curar la mano de Castle.

Beckett se levantó recolocándose la camiseta. “Sí. Y menos mal que Castle la encontró en el coche del padre, porque probablemente él no habría dicho ni una palabra de dónde la tenía”. Suspiró pasándose una mano por el pelo y recolocándose. “No entiendo cómo un padre puede hacer algo así a la madre de su hija y, mucho menos, algo así a su propia hija”.

“Pero la niña está bien y se la ve contenta teniendo a Castle de niñera”. Comentó la forense sonriendo recordando cómo él trataba a la pequeña. “Es adorable verlo con críos”. Dijo en voz alta mirando de reojo a Kate.

“Sí, la verdad es que sí que lo es”. Sonrió ella también mordiéndose ligeramente el labio. “Voy a decirle que entre”. Se encaminó hacia la puerta del despacho pero la voz de la forense la paró antes de que llegara.

“Kate, ¿va todo bien?”. La miró interesada en su respuesta, con una pequeña sonrisa para demostrarle confianza y que podía hablar con ella tranquilamente.

“Sí. ¿Qué iba a ir mal?”. Se cruzó de brazos mirando a su amiga. No entendía aquella pregunta.

“Bueno, te noto un poco… distraída y cuando antes he bromeado con lo de la niña… a pesar de ir maquillada, te has quedado blanca”. Se acercó a ella sin dejar de mirarla. Kate bajó la cabeza mordiéndose el labio. “Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad?”.

Beckett levantó la cabeza para mirarla con una pequeña sonrisa. “Lo sé Lannie, pero la verdad es que ni yo misma sé lo que me pasa”. Suspiró. “Creo que necesito pensar y tomarme mi tiempo, como siempre”. Levantó los hombros y dirigió la mirada hacia cualquier punto de la habitación para evitar la de su amiga. Estaba harta de necesitar tiempo siempre para todo. Ella y sus malditos muros, sus miedos y sus dudas.

“Cuando necesites soltarlo, sólo dilo”. Le guiñó un ojo y le acarició el brazo tiernamente. Después de dirigió a la puerta y la abrió buscando a Castle por el pasillo. Lo encontró jugando, con la niña en brazos alzándola en el aire. Los dos reían sin parar. “¡Castle! Ya puedes pasar a que te mire esa mano”.

“¡Voy!” Se dirigió allí con la niña en brazos. Ambos con una sonrisa enorme. Entró en el despachó y cerró la puerta tras de sí. Dirigió una mirada rápida a Beckett y ésta le guiñó el ojo derecho, indicándole que había ido bien con Lannie, que el golpe no era nada. Rick se tranquilizó de la misma al entenderla y sentó a la niña en el sofá. “Quédate ahí Aly mientras la doctora me mira la herida de la mano, ¿vale?”. La niña asintió y cogió un fonendoscopio que le llamó la atención, empezando a juguetear con él.

Castle se sentó sobre la mesa de escritorio de la médico forense para que su mano quedara más a la altura de Lannie y se la ofreció para que ella comenzara a curársela. Rick apretó los labios mientras se la limpiaba para no soltar un grito por el escozor. No quería preocupar ni a Kate ni a la niña.

Beckett se había quedado en mitad de la habitación, de pie, con los brazos cruzados. Miró a la pequeña y sintió la repentina necesidad de acercarse a ella. Y lo hizo. Caminó hasta el sofá y se sentó al lado de Alyson. La niña la miró un momento rápido para volver a centrarse en el cacharro que tenía entre sus manos. “¿Quieres que luego te deje un juguete que tengo en mi mesa, arriba?”. Le dijo de forma cariñosa aunque sin atreverse demasiado a tocarla por si le sentaba mal a la niña.

Alyson, en cuanto escuchó la palabra “juguete”, dejó de prestar atención al fonendoscopio con el que jugaba entre sus manitas y miró interesante a la inspectora.

Ella le sonrió y no pudo evitar acariciarle suavemente la mejilla. Nunca había sido muy de niños, pero esa pequeña había despertado en ella muchos sentimientos, diferentes a los que había sentido hasta ahora. La niña le sonrió más ante la caricia. “Pero tienes que prometerme que será un secreto, sólo nuestro. Que sólo tú y yo sabremos. ¿Trato hecho?”. Le tendió su mano como si fueran a sellar un pacto.

La pequeña le tendió su manita, divertida y emocionada por lo que la inspectora pudiera enseñarle. No hablaba mucho, apenas sabía pronunciar bien, pero entendía muy bien las cosas.

“¡Genial! En cuanto subamos te lo enseño”. Le dio un beso en la cabeza mientras aún mantenía agarrada la manita de la niña.

En ese momento, Lannie terminó de curar la mano de Castle. Se la había vendado un poco para que lo que le había puesto en las heridas hiciera efecto. “Esto ya está chico escritor”.

“Gracias Lannie”. Le sonrió mientras se levantaba de la mesa.



¿Cómo va la cosa?

Me encanta, como siempre!!!! Perfecto, son adorables!!!! Sigue cuando puedaaas!!!

Ahi dios! QUE QUQUIS! sigueeeee

Me gusta mucho siguee

Me encantaaaa!!!
Yo creo que al final la niña se quedará con ellos y q Beckett esta embarazada
Sigueeee

COMO SE RESPIRA? KSNXKSZ
Esto es una dosis de ternura demasiado letal para mi *----*

¡Me encanta que os encante la historia! Espero poder sorprenderos y que os guste aún más... Jejeje
Gracias por leer, comentar, y sobre todo, apoyarme en esta locura que me dio al empezar a escribir jajaja
¿Seguimos?




La niña, sin previo aviso, se puso sobre las piernas de Kate y se acomodó apoyándose en su cuerpo. Cuando se recostó sobre su pecho, notó el anillo que colgaba del cuello de la detective. Curiosa, tiró de la cadena sacando de dentro de la camiseta de Kate el anillo de su madre. Sonriente y orgullosa de haberlo descubierto ella sola, Alyson se puso a juguetear con él, bajo la atenta y embobada mirada de la inspectora que se había quedado muy sorprendida por lo que la niña había hecho.

Castle dirigió su mirada hacia Kate y la niña. Sonrió ampliamente al ver aquella imagen y cómo no, su mente rápidamente empezó a imaginarse a ellos dos con niños correteando a su alrededor. Suspiró intentando borrar esos pensamientos. No tenía que pensar en esas cosas. Se hacía ilusiones muy rápido y aunque, era cierto que estaba seguro de que amaba a Kate con toda su alma y de que ella lo amaba a él, siempre podía ocurrir algo que los separara.

Lannie, al ver a Castle muy concentrado y pensativo mirando hacia Kate, se giró para ver qué era lo que lo tenía así y sonrió mucho al ver a su amiga mirar a la niña mientras la pequeña jugaba con el anillo de Johanna. Recogió todo sin decir nada respecto a esa escena. No quería volver a molestar a Kate diciendo alguna broma. Así que cuando acabó de recoger, salió de aquella habitación dejándolos solos con Aly.

Castle salió de su embobamiento y se acercó a ellas, sentándose al lado de Kate. Acarició la pierna de Alyson con ternura y miró a Kate, quien no había despegado su mirada de la niña, pero, al notar al escritor, apoyó su cabeza en el hombro de él. No sabía muy bien por qué, pero en ese momento se sentía en calma, tranquila. Respiró hondo aún apoyada en Rick y vio cómo la niña se ponía el anillo en uno de sus deditos. ¡Le quedaba enorme! Aquello les hico reír a los tres.

“¿Subimos a ver si han encontrado algo en el coche?”. Preguntó con voz suave mientras pasaba un brazo por la espalda de la inspectora y la agarraba con cariño pegándola más a él. Le habría encantado hacer algún comentario acerca de la niña y lo a gusto que se encontraba con Kate, pero pensó que eso tal vez la espantaba, la asustaba. Así que no dijo nada más esperando a que ella respondiera.

“Sí. Cuanto antes acabemos con Jack, antes sabremos qué va a pasar ahora con la pequeña”. Le acarició sus rubios mechones de pelo. “¿Vamos arriba de nuevo y te enseño ese secreto del que hemos hablado?”. Miró a la pequeña.

Alyson, al escuchar a Kate soltó el colgante hizo amago de bajarse de sus piernas e ir andando por su cuenta. Pero aún era un poco torpe en aquello y sólo pudo bajarse del sofá y agarrarse a la pierna de Kate para no caerse.

Rick besó la cabeza de Kate con infinito amor, se levantó del sofá y le ofreció una mano a Alyson para que ésta se la agarrara y pudiera caminar un poco. Miró a Kate alzando una ceja. “¿Tenéis un secreto?”.

La inspectora se levantó cogiendo la otra mano de Alyson para que caminara mejor y miró al escritor con una bonita sonrisa. “Sí, y no pensamos contártelo, así que deja de mirarme así”.

“¿Así cómo?”. Caminaron los tres de la mano hacia el ascensor.

“Como si fueras un cachorrito al que le acabo de quitar su juguete y quiere que se lo devuelva”. Se burló de él divertida.

“Venga ya. Prometo ser una tumba”. Se quejó mientras ayudaba a la niña a andar.

“No”. Negó con la cabeza.

“Jope, ¿por qué no?”. Se quejó haciendo pucheros como un bebé.

“Porque si te lo contamos dejaría de ser un secreto".

Subieron en el ascensor hasta su planta y una vez allí, Castle cogió a la pequeña en brazos para caminar con mayor rapidez.

“¡Espo, Ryan! ¿Han encontrado algo los de científica?”. Se acercó a su mesa. Castle hizo lo mismo sentándose con la niña en su silla.

“El arma homicida. Y ya lo hemos interrogado. Ha confesado todo”. Contó el rubio. “Fue un ataque de celos. No soportaba ver a su ex y madre de su hija con otro y embarazada de él. Él se había quedado en la ruina y ella, sin embargo, triunfaba con su nuevo novio y su próximo bebé. No podía consentirlo”. Negó con la cabeza sin poder creerse que aquello pudiera llevar a alguien a asesinar a la persona con la que una vez estuviste casada y con la que, además, compartías un hijo.

“Bien, buen trabajo chicos. ¿Habéis conseguido localizar a los abuelos maternos de la niña?”. Preguntó sentándose en su silla sin poder evitar mirar de reojo a Castle con la pequeña.

“Sí. Están de viaje por Europa, por eso no habíamos dado con ellos antes. Al parecer, no tienen teléfono móvil y, según los registros del aeropuerto, vuelven mañana”.

“¿Y qué hacemos con la niña hasta mañana?”. Miró a la pequeña fijamente, pensativa. “Por mucho que los avisemos ahora, no van a conseguir llegar mucho antes. Así que habrá que esperar a que vuelvan para hablar con ellos. Mientras tanto, tendré que llamar a servicios sociales para que nos digan qué se hace en estos casos”. Descolgó el teléfono para llamar, pero nadie le respondió. “Deben estar ocupados. Volveré a probar más tarde”. Miró a Ryan y a Espo. “Llevad a Jack al calabozo hasta que venga a trasladarlo a la cárcel”. Los detectives enseguida obedecieron. “Y yo, debería llamar al novio de Paula para informarle de que hemos conseguido que Jack confesara y que tenemos a la niña”. Suspiró. A pesar de que ya le habían dado la mala noticia a aquel muchacho y ahora tan sólo era informarle de que el caso estaba cerrado y a la espera de que trasladaran a Jack a la cárcel, no le gustaba ver sufrir a la gente.

Rick miró atentamente cada gesto de Kate. La niña se había quedado algo adormilada en brazos del escritor. Demasiadas emociones para un mismo día. “¿Quieres que le llame yo?”. Beckett le miró sorprendida. “Sí, ya sé que no lo he hecho nunca y que tampoco es mi trabajo. Pero puedo hacerlo”. Se encogió de hombros acurrucando a la niña entre sus brazos para que descansara mejor.

Kate sonrió. Se preocupaba por ella, porque no tuviera que volver a dar malas noticias. Porque no sufriera. Él siempre se preocupaba por ella y por una vez en su vida, a ella no le importaba; es más, le encantaba que él lo hiciera. “Gracias. Pero no hace falta. Le diré que venga aquí para que vea a la niña, si quiere. Al fin y al cabo, él y su madre tenían una relación y esperaban un bebé, un hermano de la pequeña”. Miró a Alyson mientras dormitaba en los brazos de Castle y sonrió.

“Vale”. Le sonrió el escritor. “Mientras, creo que voy a acostar a Alyson en el sofá de la sala de descanso. Allí dormirá mejor”. Se levantó procurando no moverla mucho para que no se despertara. “Ah, y después me iré a comprar algo de comida, para nosotros y para la niña. Que ninguno hemos comido”. Le guiñó el ojo a Kate y fue a acostar a la niña al sofá. Después, como había dicho, mientras Beckett hablaba con David, la pareja de la víctima.



¡Quiero Caskett babies!

Perfecto!!!! Me encanta!!!! Creo que ya es imposible que me pueda gustar más de lo que me gusta!!!!! Sigue cuando puedaaas!!!!