Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
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Re: Cuando te veo (FIN)
Me encanta, perfecto como siempre!!!! Es una familia adorable!!!! A ver qué le tiene preparado Castle... Sigue cuando puedaaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Quien no quiere una familia así? Jajajaja yo también quiero una,sigueee
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Edad : 23
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Re: Cuando te veo (FIN)
Muy divertido el capitulo.
Sigueee
Sigueee
writerdetective47- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches!
Traigo un nuevo capi! jejejeje
A ver qué os parece!
Espero que lo disfrutéis.
Gracias por comentar!
Hasta mañana!
Alyson ya estaba dormida en el salón de aquella habitación de hotel. Habían adaptado el sofá cama para ella. Rick estaba en el cuarto de baño antes de acostarse. Y Kate ya estaba dentro de la cama, sentada apoyándose en el cabecero sumergida en la lectura del libro sobre su historia que Castle le había regalado. Sonrió por enésima vez al recordar aquellos momentos que pasaron juntos.
Cuando te vi entrar de encubierto en el banco sentí que todo el pánico que hasta ahora había tenido, se esfumaba. Con sólo verte, hiciste que me tranquilizara. Me diste las fuerzas necesarias para pensar con claridad e intentar hacer que todo saliera de la mejor forma posible. Y fue ahí cuando agarraste mi mano para darme ánimo y pude ver la preocupación en tus ojos. En ese momento, supe que merecería la pena esperar el tiempo que hiciera falta para poder estar contigo. ¡Y vaya si mereció la pena!.
Nos encerraron allí a todos y después sentimos la explosión. Miré asustado hacia mi madre. Parecía que todos estaban bien y que no pretendían hacernos daño a nosotros. Suspiré aliviado y fue justo cuando os escuché entrar para ver qué había pasado. Me llamabas, me buscabas entre aquella espesa humareda. Tu voz sonaba preocupada. No trates de negármelo, sé que así era. Y cuando entraste y me viste sano y salvo, no pudiste ocultar ni tu sonrisa y el brillo de tus ojos. Agarraste la solapa de mi chaqueta y el resto del mundo desapareció. Éramos tú y yo, solos, en contacto, mirándonos fijamente, perdiéndome en el precioso color de tus ojos que a día de hoy, sigo sin saber como definir exactamente. Pensé que por fin te lanzarías, que por fin lo conseguiríamos. Pero, cómo no, tuvo que hablar mi madre y distraernos de nuestros pensamientos y nuestros deseos. Porque, Kate, sé que en ese momento, deseabas abrazarme y besarme para corroborar que estaba bien, que estaba ahí y que nada me había pasado. Al igual que yo quería y deseaba lo mismo, para poder agradecerte que estuvieras siempre cubriendo mis espaldas. Para recordarte lo extraordinaria que eres. Odié a mi madre durante más de una semana por habernos interrumpido. Puede que no fuese ni el lugar ni el momento más oportuno, pero si hubiera ocurrido, me habría sentido el hombre más feliz y afortunado del mundo. Después, me di cuenta de que ya era el hombre más afortunado del mundo por poder ver tu sonrisa cada día cuando te llevo el café, por poder pasar tiempo contigo, aunque fuera trabajando.
Y… hasta aquí el capítulo del atraco en el banco.
En el próximo capítulo, más, pero no mejor, porque es imposible.
Sonrió negando con la cabeza. Le encantaba la forma en la que estaban escritos esos pequeños momentos. Siempre exageraba un poco las cosas, pero en definitiva, eran casi todas esas situaciones exactamente igual a como ella las había vivido y sentido. Se mordió fuerte el labio dispuesta a continuar leyendo cuando Castle salió del baño y la distrajo de su proposición.
“Voy a ver si Aly sigue durmiendo y vengo enseguida”. Le sonrió encaminándose al salón.
Kate lo miró sentada en la cama, sonriente. Cuando volvió, vio que sonreía más que cuando se fue a echar un vistazo a la niña. “Rick, cierra la boca que se te va a caer la baba”. Se rió.
Castle destapó su lado de la cama sentándose al lado de ella, mirándola. “Muy graciosa”. Le robó un tierno beso de los labios. “Está completamente dormida y abrazada a su Conejito y a tu Rabbit. Creo que está feliz”. Dijo contento, esperanzado de que así fuera.
“Yo también lo creo”. Dejó el libro sobre la mesita de noche y agarró la mano del escritor acariciando sus dedos suavemente. “Y sé que hicimos la elección correcta”. Se sonrieron de forma cómplice.
“¿Qué leías?”. Preguntó estirándose un poco para ver el libro que ella había dejado y sonrió al descubrir que se trataba, nada más y nada menos, del que él le había escrito contando su historia.
“La historia del atraco a un banco, peligrosa, rápida y tierna a la vez”. Continuaron sonriéndose.
“Entonces… ¿te está gustando? ¿He exagerado mucho algunas cosas?”. Rió al ver cómo ella rodaba los ojos en señal afirmativa. “Bueno, pero sé que en el fonde tú pensabas más o menos parecido a mí”. Descurió su cuello echando sus cabellos hacia atrás y empezó a darle suaves besos desde el hombro hasta la oreja.
Kate se dejó hacer, cerrando los ojos y estirando el cuello para darle mayor acceso. “¿Dónde me vas a llevar mañana?”. Soltó un ligero jadeo cuando él le dio un pequeño mordisco entre el cuello y la clavícula, en su punto débil.
“A un sitio, en el que estaremos sólo tu y yo, juntos, sin preocupaciones y disfrutando”. Lamió su cuello hasta atrapar el lóbulo de su oreja entre sus labios. Se lo besó, mordió y lamió logrando erizar la piel de la inspectora.
“Rick, si sigues así, acabaremos despertando a Aly”. Susurró jadeando y le agarró la cara para besarle con intensidad. Repentinamente la temperatura de aquella habitación había aumentado considerablemente.
“No nos oirá. Está en el salón y nosotros podemos cerrar la puerta”. La miró a los ojos rozando su nariz con la de ella. “Necesito tenerte para mí, hoy, ahora”. Le mordió el labio tirando suavemente de él.
“Cierra la puerta, ¡ya!”. Se apresuró a besarlo con intensidad para después separarse y dejar que se levantara para cerrar la puerta. Mientras él hacía eso, ella colocó bien las almohadas en la cama y se sentó en el centro esperándole. “Ven”. Se mordió el labio mirando como el escritor se iba deshaciendo de su camiseta de pijama mientras se acercaba sugerentemente a ella.
Rick se sentó sobre las piernas de ella. Introdujo las manos bajo su camiseta para acariciarle suavemente la espalda y el abdomen. Se dedicó un buen rato a esas caricias mientras se besaban desenfrenadamente. La excitación empezaba a ser notable en sus cuerpos. Kate se quitó la camiseta necesitando sentir sus caricias por más partes de su cuerpo. Lo tumbó en la cama quitándole los pantalones y quitándoselos a ella. Ambos se quedaron prácticamente desnudos. Beckett se puso a horcajadas sobre él, acariciándole los pectorales mientras se inclinaba hacia delante para besarse. Sus sexos se rozaron en el momento en el que ella empezó a bajar los besos por el pecho de él. Los dos gimieron a la vez, no muy alto, pues intentaban controlarse. Los besos de la inspectora siguieron su recorrido hacia abajo. Le quitó los boxers liberando su erección. Cuando iba a deshacerse también de sus braguitas, Rick la agarró con firmeza pero con cuidado y la tumbó sobre la cama, poniéndose él ahora sobre ella. Se besaron con ansias mientras Castle acariciaba cada rincón del cuerpo de Kate. Se centró en sus pechos logrando que sus pezones se endurecieran y después recorrió todo su cuerpo de arriba abajo con húmedos besos, saltándose su intimidad.
Kate elevó la cabeza lo justo para verle. Sus ojos estaban llenos de deseo, como los de él. “Rick…”. Pidió totalmente desquiciada de placer. Deseaba sentirle ya dentro de ella. Se lo dijo con la mirada y él lo captó al instante.
Rick llevó la mano a su entrepierna, acariciándosela de arriba abajo y de abajo arriba varias veces por encima de la tela. Kate se agarró a las sábanas y arqueó la espalda elevando las caderas cuando él la tocaba. Rick se inclinó hacia delante y mordió la tira de las braguitas, bajándolas suavemente ayudado por sus manos. Se las quitó con prisa y comprobó la humedad de su compañera, haciéndola gemir de nuevo. Sus gemidos le estaban volviendo loco. Él también necesitaba unirse con ella cuanto antes. Pero antes, acarició su clítoris sin ningún tipo de tela de por medio e introdujo un par de dedos en su interior. La inspectora apretó los ojos, abrió más las piernas y se arqueó con fuerza al sentirle. Si seguían así iba a llegar pronto y ella quería sentirle dentro antes. Alargó su brazo para agarrarle de la nuca e hizo que subiera donde ella para besarla con ansias.
“Hazme tuya, Rick”. Ronroneó en su oído besándole después con pasión.
Aquellas palabras hicieron que el escritor se excitara completamente y sin más preámbulos, se colocó entre sus piernas y la penetró con firmeza, rapidez y cuidado de no hacerle daño.
Kate enroscó las piernas alrededor del cuerpo de él y comenzaron un baile frenético acompañado de sus nombres pronunciados entre gemidos. Minutos después, acabaron exhaustos, sudorosos y sonrientes.
La pareja se quedó dormida, abrazados, desnudos y completamente satisfechos.
¡Mañana, parte de la sorpresa!
Traigo un nuevo capi! jejejeje
A ver qué os parece!
Espero que lo disfrutéis.
Gracias por comentar!
Hasta mañana!
Alyson ya estaba dormida en el salón de aquella habitación de hotel. Habían adaptado el sofá cama para ella. Rick estaba en el cuarto de baño antes de acostarse. Y Kate ya estaba dentro de la cama, sentada apoyándose en el cabecero sumergida en la lectura del libro sobre su historia que Castle le había regalado. Sonrió por enésima vez al recordar aquellos momentos que pasaron juntos.
Cuando te vi entrar de encubierto en el banco sentí que todo el pánico que hasta ahora había tenido, se esfumaba. Con sólo verte, hiciste que me tranquilizara. Me diste las fuerzas necesarias para pensar con claridad e intentar hacer que todo saliera de la mejor forma posible. Y fue ahí cuando agarraste mi mano para darme ánimo y pude ver la preocupación en tus ojos. En ese momento, supe que merecería la pena esperar el tiempo que hiciera falta para poder estar contigo. ¡Y vaya si mereció la pena!.
Nos encerraron allí a todos y después sentimos la explosión. Miré asustado hacia mi madre. Parecía que todos estaban bien y que no pretendían hacernos daño a nosotros. Suspiré aliviado y fue justo cuando os escuché entrar para ver qué había pasado. Me llamabas, me buscabas entre aquella espesa humareda. Tu voz sonaba preocupada. No trates de negármelo, sé que así era. Y cuando entraste y me viste sano y salvo, no pudiste ocultar ni tu sonrisa y el brillo de tus ojos. Agarraste la solapa de mi chaqueta y el resto del mundo desapareció. Éramos tú y yo, solos, en contacto, mirándonos fijamente, perdiéndome en el precioso color de tus ojos que a día de hoy, sigo sin saber como definir exactamente. Pensé que por fin te lanzarías, que por fin lo conseguiríamos. Pero, cómo no, tuvo que hablar mi madre y distraernos de nuestros pensamientos y nuestros deseos. Porque, Kate, sé que en ese momento, deseabas abrazarme y besarme para corroborar que estaba bien, que estaba ahí y que nada me había pasado. Al igual que yo quería y deseaba lo mismo, para poder agradecerte que estuvieras siempre cubriendo mis espaldas. Para recordarte lo extraordinaria que eres. Odié a mi madre durante más de una semana por habernos interrumpido. Puede que no fuese ni el lugar ni el momento más oportuno, pero si hubiera ocurrido, me habría sentido el hombre más feliz y afortunado del mundo. Después, me di cuenta de que ya era el hombre más afortunado del mundo por poder ver tu sonrisa cada día cuando te llevo el café, por poder pasar tiempo contigo, aunque fuera trabajando.
Y… hasta aquí el capítulo del atraco en el banco.
En el próximo capítulo, más, pero no mejor, porque es imposible.
Sonrió negando con la cabeza. Le encantaba la forma en la que estaban escritos esos pequeños momentos. Siempre exageraba un poco las cosas, pero en definitiva, eran casi todas esas situaciones exactamente igual a como ella las había vivido y sentido. Se mordió fuerte el labio dispuesta a continuar leyendo cuando Castle salió del baño y la distrajo de su proposición.
“Voy a ver si Aly sigue durmiendo y vengo enseguida”. Le sonrió encaminándose al salón.
Kate lo miró sentada en la cama, sonriente. Cuando volvió, vio que sonreía más que cuando se fue a echar un vistazo a la niña. “Rick, cierra la boca que se te va a caer la baba”. Se rió.
Castle destapó su lado de la cama sentándose al lado de ella, mirándola. “Muy graciosa”. Le robó un tierno beso de los labios. “Está completamente dormida y abrazada a su Conejito y a tu Rabbit. Creo que está feliz”. Dijo contento, esperanzado de que así fuera.
“Yo también lo creo”. Dejó el libro sobre la mesita de noche y agarró la mano del escritor acariciando sus dedos suavemente. “Y sé que hicimos la elección correcta”. Se sonrieron de forma cómplice.
“¿Qué leías?”. Preguntó estirándose un poco para ver el libro que ella había dejado y sonrió al descubrir que se trataba, nada más y nada menos, del que él le había escrito contando su historia.
“La historia del atraco a un banco, peligrosa, rápida y tierna a la vez”. Continuaron sonriéndose.
“Entonces… ¿te está gustando? ¿He exagerado mucho algunas cosas?”. Rió al ver cómo ella rodaba los ojos en señal afirmativa. “Bueno, pero sé que en el fonde tú pensabas más o menos parecido a mí”. Descurió su cuello echando sus cabellos hacia atrás y empezó a darle suaves besos desde el hombro hasta la oreja.
Kate se dejó hacer, cerrando los ojos y estirando el cuello para darle mayor acceso. “¿Dónde me vas a llevar mañana?”. Soltó un ligero jadeo cuando él le dio un pequeño mordisco entre el cuello y la clavícula, en su punto débil.
“A un sitio, en el que estaremos sólo tu y yo, juntos, sin preocupaciones y disfrutando”. Lamió su cuello hasta atrapar el lóbulo de su oreja entre sus labios. Se lo besó, mordió y lamió logrando erizar la piel de la inspectora.
“Rick, si sigues así, acabaremos despertando a Aly”. Susurró jadeando y le agarró la cara para besarle con intensidad. Repentinamente la temperatura de aquella habitación había aumentado considerablemente.
“No nos oirá. Está en el salón y nosotros podemos cerrar la puerta”. La miró a los ojos rozando su nariz con la de ella. “Necesito tenerte para mí, hoy, ahora”. Le mordió el labio tirando suavemente de él.
“Cierra la puerta, ¡ya!”. Se apresuró a besarlo con intensidad para después separarse y dejar que se levantara para cerrar la puerta. Mientras él hacía eso, ella colocó bien las almohadas en la cama y se sentó en el centro esperándole. “Ven”. Se mordió el labio mirando como el escritor se iba deshaciendo de su camiseta de pijama mientras se acercaba sugerentemente a ella.
Rick se sentó sobre las piernas de ella. Introdujo las manos bajo su camiseta para acariciarle suavemente la espalda y el abdomen. Se dedicó un buen rato a esas caricias mientras se besaban desenfrenadamente. La excitación empezaba a ser notable en sus cuerpos. Kate se quitó la camiseta necesitando sentir sus caricias por más partes de su cuerpo. Lo tumbó en la cama quitándole los pantalones y quitándoselos a ella. Ambos se quedaron prácticamente desnudos. Beckett se puso a horcajadas sobre él, acariciándole los pectorales mientras se inclinaba hacia delante para besarse. Sus sexos se rozaron en el momento en el que ella empezó a bajar los besos por el pecho de él. Los dos gimieron a la vez, no muy alto, pues intentaban controlarse. Los besos de la inspectora siguieron su recorrido hacia abajo. Le quitó los boxers liberando su erección. Cuando iba a deshacerse también de sus braguitas, Rick la agarró con firmeza pero con cuidado y la tumbó sobre la cama, poniéndose él ahora sobre ella. Se besaron con ansias mientras Castle acariciaba cada rincón del cuerpo de Kate. Se centró en sus pechos logrando que sus pezones se endurecieran y después recorrió todo su cuerpo de arriba abajo con húmedos besos, saltándose su intimidad.
Kate elevó la cabeza lo justo para verle. Sus ojos estaban llenos de deseo, como los de él. “Rick…”. Pidió totalmente desquiciada de placer. Deseaba sentirle ya dentro de ella. Se lo dijo con la mirada y él lo captó al instante.
Rick llevó la mano a su entrepierna, acariciándosela de arriba abajo y de abajo arriba varias veces por encima de la tela. Kate se agarró a las sábanas y arqueó la espalda elevando las caderas cuando él la tocaba. Rick se inclinó hacia delante y mordió la tira de las braguitas, bajándolas suavemente ayudado por sus manos. Se las quitó con prisa y comprobó la humedad de su compañera, haciéndola gemir de nuevo. Sus gemidos le estaban volviendo loco. Él también necesitaba unirse con ella cuanto antes. Pero antes, acarició su clítoris sin ningún tipo de tela de por medio e introdujo un par de dedos en su interior. La inspectora apretó los ojos, abrió más las piernas y se arqueó con fuerza al sentirle. Si seguían así iba a llegar pronto y ella quería sentirle dentro antes. Alargó su brazo para agarrarle de la nuca e hizo que subiera donde ella para besarla con ansias.
“Hazme tuya, Rick”. Ronroneó en su oído besándole después con pasión.
Aquellas palabras hicieron que el escritor se excitara completamente y sin más preámbulos, se colocó entre sus piernas y la penetró con firmeza, rapidez y cuidado de no hacerle daño.
Kate enroscó las piernas alrededor del cuerpo de él y comenzaron un baile frenético acompañado de sus nombres pronunciados entre gemidos. Minutos después, acabaron exhaustos, sudorosos y sonrientes.
La pareja se quedó dormida, abrazados, desnudos y completamente satisfechos.
¡Mañana, parte de la sorpresa!
Última edición por livingmylife el Jue Mayo 14, 2015 9:49 pm, editado 1 vez
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Siguee prontoo :'33 kakdksnd
Geovita:33- Ayudante de policia
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Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeee
writerdetective47- Actor en Broadway
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días!
¿Un poquito más!
“Alexis, si tienes algún problema, no tienes más que llamarme al móvil y volvemos, ¿de acuerdo?”. Insistió una vez más, preocupado.
“Tranquilos, disfrutad. Yo me encargo de Aly. No tendremos ningún problema”. Sonrió a su padre cogiendo a la niña en brazos. “Esta pequeñaja y yo nos los vamos a pasar en grande jugando y viendo pelis”. Hizo cosquillas a Aly y ésta empezó a revolverse entre sus brazos, riéndose.
“Está bien”. Suspiró mirando su reloj, mordiéndose el labio. Estaba de pie apoyado sobre la barra de la cocina, ya vestido con un traje impecable, esperando a que pasaran diez minutos para poder ir a su casa y recoger a Kate.
“Tranquilízate o al final te va a dar algo y no vas a poder ir a buscarla”. Besó su mejilla con cariño. Se sentó en la alfombra del salón de donde todavía no habían quitado el árbol de Navidad y le pidió a Alyson que le ayudara a quitar todos los adornos y meterlos en cajas.
Rick las miró con cariño y tomó aire varias veces intentando serenarse. Parecía un quinceañero en su primera cita. ¡Qué estúpido! Si ya llevaba un año junto a Katherine. Pero ese día era especial, o al menos el quería que fuera especial. Un día que ella recordara toda su vida. Palpó el bolsillo interior de su chaqueta para asegurarse de que aquello seguía allí, bien guardado y que no se le caería. Observó a su hija jugando con Alyson un rato más y después salió del loft en dirección a su casa, en coche y nervioso, pero perfectamente arreglado, elegante, muy guapo.
Por su parte, Kate no estaba mucho más tranquila que él. Había dado mil vueltas por casa intentando decidir qué se iba a poner. Era invierno y por lo tanto no podía ir muy ligera de ropa. Aunque tampoco sabía dónde iban a ir. Al final se decidió por un elegante vestido con unas medias y unos taconazos. Se pondría un abrigo negro encima y una bufanda, para no helarse de frío. Se maquilló un poco más del maquillaje habitual que llevaba a trabajar. Quería dejarlo impresionado. Para ello, usó un pintalabios rojo para realzar el perfil de sus labios. Aquellos que tan loco volvían a Rick, y ella lo sabía. Llenó su bolso de las cosas necesarias sin olvidarse del móvil y del regalo de Rick.
Justo cuando se estaba calzando escuchó cómo Rick introducía la llave en la cerradura. Se terminó de poner los zapatos colocándose el abrigo. No quería que descubriera todavía su vestido. Quería impresionarlo.
“Hola cariño”. Le saludo cuando le vio buscarla con la mirada por toda la estancia.
Rick la miró cuando le saludó y no pudo evitar sonreír ampliamente. Estaba preciosa, y eso que se había tapado y no le dejaba ver qué ropa se había puesto. Se acercó a ella mirándola fijamente a los ojos, con amor. Inclinó el rostro hacia delante para besar sus labios. Ella ya lo esperaba con los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Se besaron suavemente, como reconociéndose, para después intensificar ligeramente.
“Estás preciosa”. Susurró aún pegado a sus labios, agarrándola por la cintura para mantenerla pegada a él.
Kate se mordió el labio sin poder evitar sonrojarse y bajó ligeramente la cabeza. “Gracias…”. Susurró y volvió a elevar la mirada para enfrentarse a sus azules ojos. “Tú también estás muy guapo”. Le recolocó los mechones de pelo que caían por su frente. “Y…”. Se acercó más a él apoyando la frente en la suya y continuó. “Feliz aniversario”.
Rick sonrió embobado. Era alucinante cómo ella, cada día, seguía sorprendiéndole. “Feliz aniversario amor”. La besó con dulzura sujetándola con una mano en su cintura y otra en la nuca.
“Mmm… ¿nos vamos?”. Preguntó casi pegada a sus labios todavía.
“Sí, vámonos”. Le dio un último beso, rápido pero cariñoso y la agarró de la mano para salir juntos y bajar al coche.
Kate miraba la ciudad pasar por su ventanilla. “¿Adónde vamos?”. Preguntó curiosa, y para qué negarlo, algo nerviosa también.
“A hacer un pequeño viaje en helicóptero”. Siguió conduciendo pero observando la reacción de ella de reojo.
“¿En helicóptero?”. Giró la cabeza para mirarlo sorprendida. Rick asintió. “¿De verdad me vas a llevar en nuestro primer aniversario a un helicóptero?”. Rick volvió a asentir disimulando una sonrisa. “¿Eso qué tiene de romántico?”.
“Ya lo verás”. Respondió misterioso sonriendo un poco.
Kate se mordió el labio. Suspiró mirando por la ventanilla. No es que le desagradara el viaje en ese cacharro. Es que, simplemente, no se lo esperaba y estaba sorprendida.
Llegaron al pequeño helipuerto y se bajaron. Rick agarró su mano y la condujo hacia uno de los helicópteros donde les esperaba un piloto con la puerta abierta.
“Hola Danny”. Saludó sonriente el escritor.
“Buenas tardes señor Castle. Señorita”. Hizo una pequeña reverencia con la cabeza a ambos. “El helicóptero está tal cual usted me lo pidió. Todo en orden y preparado para volar. Tiene combustible para casi una hora”.
“Excelente Danny, gracias”. Le entregó unos billetes, dándole algo de propina también.
“Disfruten del vuelo”. Se alejó de allí satisfecho con su trabajo de ese día.
Rick fue a subirse pero Kate le agarró del brazo. “Espera, espera. ¿Vas a conducir tú?”.
“Sí”. Sonrió sin dejar de mirarla. “¿Tiene miedo, detective?”. Bromeó con su habitual picardía.
“¿Tú sabes conducir este cacharro?”. Le miró estupefacta.
“Claro. Sino no dejaría que te subiera en él conmigo. No pretendo matarte, ni suicidarme”. Le sonrió tranquilamente. “Vamos, confía en mí”. Le tendió la mano para ayudarla a subir.
Beckett suspiró poniendo los ojos en blanco y tras unos segundos sopesándolo, le dio su mano y se subió al helicóptero. Se sentó en el asiento de la derecha dejando el del piloto para él. Castle se subió con rapidez, cerró la puerta asegurándose de que lo hacía correctamente y se inclinó a besar los labios de su chica.
“Relájate y disfruta”. Le ató el cinturón ajustándoselo a su cuerpo y después hizo lo mismo con el suyo.
Puso en marcha el helicóptero y observó como ella se agarraba a los reposabrazos con cierta fuerza. Se sentía un poco insegura. Pero estaba convencido de que en cuanto le enseñara lo que quería, cambiaría de opinión y hasta le encantaría.
Vuelvo pronto, prometido!
¿Un poquito más!
“Alexis, si tienes algún problema, no tienes más que llamarme al móvil y volvemos, ¿de acuerdo?”. Insistió una vez más, preocupado.
“Tranquilos, disfrutad. Yo me encargo de Aly. No tendremos ningún problema”. Sonrió a su padre cogiendo a la niña en brazos. “Esta pequeñaja y yo nos los vamos a pasar en grande jugando y viendo pelis”. Hizo cosquillas a Aly y ésta empezó a revolverse entre sus brazos, riéndose.
“Está bien”. Suspiró mirando su reloj, mordiéndose el labio. Estaba de pie apoyado sobre la barra de la cocina, ya vestido con un traje impecable, esperando a que pasaran diez minutos para poder ir a su casa y recoger a Kate.
“Tranquilízate o al final te va a dar algo y no vas a poder ir a buscarla”. Besó su mejilla con cariño. Se sentó en la alfombra del salón de donde todavía no habían quitado el árbol de Navidad y le pidió a Alyson que le ayudara a quitar todos los adornos y meterlos en cajas.
Rick las miró con cariño y tomó aire varias veces intentando serenarse. Parecía un quinceañero en su primera cita. ¡Qué estúpido! Si ya llevaba un año junto a Katherine. Pero ese día era especial, o al menos el quería que fuera especial. Un día que ella recordara toda su vida. Palpó el bolsillo interior de su chaqueta para asegurarse de que aquello seguía allí, bien guardado y que no se le caería. Observó a su hija jugando con Alyson un rato más y después salió del loft en dirección a su casa, en coche y nervioso, pero perfectamente arreglado, elegante, muy guapo.
Por su parte, Kate no estaba mucho más tranquila que él. Había dado mil vueltas por casa intentando decidir qué se iba a poner. Era invierno y por lo tanto no podía ir muy ligera de ropa. Aunque tampoco sabía dónde iban a ir. Al final se decidió por un elegante vestido con unas medias y unos taconazos. Se pondría un abrigo negro encima y una bufanda, para no helarse de frío. Se maquilló un poco más del maquillaje habitual que llevaba a trabajar. Quería dejarlo impresionado. Para ello, usó un pintalabios rojo para realzar el perfil de sus labios. Aquellos que tan loco volvían a Rick, y ella lo sabía. Llenó su bolso de las cosas necesarias sin olvidarse del móvil y del regalo de Rick.
Justo cuando se estaba calzando escuchó cómo Rick introducía la llave en la cerradura. Se terminó de poner los zapatos colocándose el abrigo. No quería que descubriera todavía su vestido. Quería impresionarlo.
“Hola cariño”. Le saludo cuando le vio buscarla con la mirada por toda la estancia.
Rick la miró cuando le saludó y no pudo evitar sonreír ampliamente. Estaba preciosa, y eso que se había tapado y no le dejaba ver qué ropa se había puesto. Se acercó a ella mirándola fijamente a los ojos, con amor. Inclinó el rostro hacia delante para besar sus labios. Ella ya lo esperaba con los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Se besaron suavemente, como reconociéndose, para después intensificar ligeramente.
“Estás preciosa”. Susurró aún pegado a sus labios, agarrándola por la cintura para mantenerla pegada a él.
Kate se mordió el labio sin poder evitar sonrojarse y bajó ligeramente la cabeza. “Gracias…”. Susurró y volvió a elevar la mirada para enfrentarse a sus azules ojos. “Tú también estás muy guapo”. Le recolocó los mechones de pelo que caían por su frente. “Y…”. Se acercó más a él apoyando la frente en la suya y continuó. “Feliz aniversario”.
Rick sonrió embobado. Era alucinante cómo ella, cada día, seguía sorprendiéndole. “Feliz aniversario amor”. La besó con dulzura sujetándola con una mano en su cintura y otra en la nuca.
“Mmm… ¿nos vamos?”. Preguntó casi pegada a sus labios todavía.
“Sí, vámonos”. Le dio un último beso, rápido pero cariñoso y la agarró de la mano para salir juntos y bajar al coche.
Kate miraba la ciudad pasar por su ventanilla. “¿Adónde vamos?”. Preguntó curiosa, y para qué negarlo, algo nerviosa también.
“A hacer un pequeño viaje en helicóptero”. Siguió conduciendo pero observando la reacción de ella de reojo.
“¿En helicóptero?”. Giró la cabeza para mirarlo sorprendida. Rick asintió. “¿De verdad me vas a llevar en nuestro primer aniversario a un helicóptero?”. Rick volvió a asentir disimulando una sonrisa. “¿Eso qué tiene de romántico?”.
“Ya lo verás”. Respondió misterioso sonriendo un poco.
Kate se mordió el labio. Suspiró mirando por la ventanilla. No es que le desagradara el viaje en ese cacharro. Es que, simplemente, no se lo esperaba y estaba sorprendida.
Llegaron al pequeño helipuerto y se bajaron. Rick agarró su mano y la condujo hacia uno de los helicópteros donde les esperaba un piloto con la puerta abierta.
“Hola Danny”. Saludó sonriente el escritor.
“Buenas tardes señor Castle. Señorita”. Hizo una pequeña reverencia con la cabeza a ambos. “El helicóptero está tal cual usted me lo pidió. Todo en orden y preparado para volar. Tiene combustible para casi una hora”.
“Excelente Danny, gracias”. Le entregó unos billetes, dándole algo de propina también.
“Disfruten del vuelo”. Se alejó de allí satisfecho con su trabajo de ese día.
Rick fue a subirse pero Kate le agarró del brazo. “Espera, espera. ¿Vas a conducir tú?”.
“Sí”. Sonrió sin dejar de mirarla. “¿Tiene miedo, detective?”. Bromeó con su habitual picardía.
“¿Tú sabes conducir este cacharro?”. Le miró estupefacta.
“Claro. Sino no dejaría que te subiera en él conmigo. No pretendo matarte, ni suicidarme”. Le sonrió tranquilamente. “Vamos, confía en mí”. Le tendió la mano para ayudarla a subir.
Beckett suspiró poniendo los ojos en blanco y tras unos segundos sopesándolo, le dio su mano y se subió al helicóptero. Se sentó en el asiento de la derecha dejando el del piloto para él. Castle se subió con rapidez, cerró la puerta asegurándose de que lo hacía correctamente y se inclinó a besar los labios de su chica.
“Relájate y disfruta”. Le ató el cinturón ajustándoselo a su cuerpo y después hizo lo mismo con el suyo.
Puso en marcha el helicóptero y observó como ella se agarraba a los reposabrazos con cierta fuerza. Se sentía un poco insegura. Pero estaba convencido de que en cuanto le enseñara lo que quería, cambiaría de opinión y hasta le encantaría.
Vuelvo pronto, prometido!
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Re: Cuando te veo (FIN)
Me encanta sigueeee
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Re: Cuando te veo (FIN)
Que chulo haber donde van en el helicóptero y donde la lleva castle a kate sigueeee
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Re: Cuando te veo (FIN)
Perfecto, precioso!!! Qué ganas de saber la sorpresa de Castle!!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
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Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! ¡Hola!
Siento mucho mi ausencia de estos días. Pensé que podría pasarme y por eso no avisé de que no vendría. He estado muy liada con exámenes...
Pero hoy he sacado un ratito y he podido continuar. A ver qué os parece.
GRACIAS por seguir ahí, por comentar y por darme ánimos para seguir escribiendo.
¿Seguimos?.
Unos minutos después del despegue, el helicóptero iba cogiendo altura a la vez que se alejaba del centro de la ciudad. Se encaminó hacia la costa mientras veían cómo el sol, poco a poco, iba perdiendo intensidad. Ambos iban en silencio. Beckett concentrada mirando cada edificio de Nueva York. Y Castle intentando guiar aquel cacharro correctamente.
“¿Dónde vamos?”. Preguntó ella tras un rato observando el panorama.
“Enseguida lo verás”. Soltó una mano del volante para apretar con cariño la mano de Kate. Ella sonrió mirándole de lado. “Te va a encantar”.
Al poco rato y habiendo tomado ya una altura considerable, divisaron a lo lejos el horizonte teñido de todos los colores del atardecer. Kate abrió la boca completamente sorprendida y maravillada por aquel paisaje. Nueva York a sus pies y disfrutando de un atardecer inigualable. Castle bloqueó el volante y se giró lo que pudo en su asiento para mirar a Beckett.
“¿Te gusta?”. Preguntó esperanzado.
“Me encanta. No me lo esperaba”. Lo miró un momento para volver a fijar la vista en el atardecer. “Es precioso. ¿Cómo se te ha ocurrido?”. Siguió concentrada en no perderse detalle de cómo se iba escondiendo el sol.
“Bueno…”. Inspiró aire para coger fuerzas y calmar los nervios. “La verdad es que hace mucho tiempo que quería hacer esto”.
Kate le miró. “Ver el atardecer desde un helicóptero o venir conmigo?”. Preguntó alzando la ceja y sonriente.
“Las dos cosas”. Confesó agarrando su mano tiernamente. “Y sin piloto, con intimidad”. La miró a los ojos esperando que ella entendiera lo que le quería decir. Se mordió el labio mirándola.
Kate frunció el entrecejo. Aquellas palabras le sonaban, pero no lograba saber de qué. Rick le sonrió con nerviosismo.
“Una vez comenté que un viaje en helicóptero sería la mejor forma de pedir matrimonio a la persona de la que estás enamorado”. Soltó casi de carrerilla, sin dejar de mirarla a los ojos, agarrando su mano. “Tú dijiste que eso no tendría nada de romántico ni de íntimo, puesto que el piloto estaría presente y se enteraría de todo”. Contempló cómo la cara de Kate iba pasando de no entender a sorprenderse. Rick inspiró aire y tragó saliva. “Así que, aprendí yo mismo a pilotar, para poder hacer esto…”. Llevó su mano libre al bolsillo interior de su abrigo y sacó una pequeña cajita.
Kate no podía decir nada. Se había quedado muda. Miraba cada movimiento del escritor y a cada segundo que pasaba sentía que su corazón latía más y más fuerte. Vio cómo él abría la cajita y en su interior se encontraba un fino anillo de plata, con una preciosa piedra pequeña en el centro. Sus ojos se abrieron aún más si cabe. Fijó la mirada en el anillo, como si éste atrajera sus ojos como un imán.
“Rick…”. Susurró sin poder decir nada más.
“Kate…”. Le interrumpió él antes de que ella pudiera decir nada más. “No quiero meterte presión ni provocar que salgas corriendo…”. Dijo con cautela logrando que ella le mirara, concentrada en sus palabras. Sus ojos empezaban a estar inundados de lágrimas. “Tampoco tienes que contestarme ahora mismo. Quiero que lo pienses. Pero necesitaba decirte que… llevo ya un tiempo pensando en hacer esto. Que nos conocemos hace años y ya llevamos uno juntos, como pareja. Y quiero que sepas y que no te quepa ninguna duda de que, si me imagino dentro de 10 años, lo hago a tu lado, trabajando junto a ti, codo con codo. Viviendo juntos, con hijos… felices”. Paró un momento para intentar adivinar qué estaba pensando. Pero aunque su mirada estaba fija en sus ojos, no conseguía saber qué le pasaba por la cabeza en esos momentos. Cogió su mano alzándola tiernamente y le colocó el anillo en su dedo anular. “Piénsalo. Tómate tu tiempo. Pero ten siempre muy presente que te amo, con locura. Como jamás he amado ni amaré a nadie. Y tampoco te estoy pidiendo que nos casemos ya mismo. Puede ser ahora, o dentro de 2 años. Cuando queramos.”. Colocó la mano bajo su mentón, suavemente y acercó su boca a la de ella, besándola con adoración y cierto temblor a causa de los nervios. Terminó de besarla y aún con la mano en su barbilla la obligó a mirar al atardecer. “Recuerda que, todo lo que haga lo haré por y para ti, siempre”. Agarró de nuevo su mano, aquella en la que llevaba puesto el anillo y se la apretó con ternura.
Kate tragó saliva aun tratando de asimilar todo lo que había escuchado de los labios del Rick. Suspiró mirando el atardecer tal y como él la había dejado. Un par de lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas y su mente no podía parar de pensar y dar mil y una vueltas.
Richard la observaba en silencio, dándole su espacio, su tiempo. Pero deseando que hablara, que dijera algo. Como si tenía que insultarle o darle un tortazo. Pero necesitaba que ella hiciera algo.
Cogió aire y giró la cabeza para mirarle. Soltó la mano de él y con sus dos manos agarró su cara, acercándose a besarlo con intensidad, impaciencia, pasión. Rick soltó todo el aire que hasta entonces había estado conteniendo casi sin darse ni cuenta. Le secundó el beso, agarrándola de la nuca dulcemente.
“Jamás me habría imaginado esto…”. Habló, por fin, juntando su frente con la de él. “Y… no tengo palabras, de verdad, no las tengo”. Le dio un rápido beso aún agarrando su cara. “Esto es… ha sido… increíble, alucinante. Creo que todavía ni siquiera lo he procesado”. Sus lágrimas estaban emanando sus mejillas, y también las de él.
Rick elevó las manos y suavemente acarició sus mejillas, secando las lágrimas de Kate. “No tienes por qué contestarme ahora, ¿vale?”. Repitió queriendo que lo tuviera claro.
Kate cerró los ojos mordiéndose fuerte el labio. Aún seguían con las frentes pegadas. “Te amo, no lo dudes. Por favor”. Más lágrimas humedecieron su rostro.
“No lo hago”. Susurró abrazándola con cariño y besando su pelo. “Venga, disfrutemos del atardecer que enseguida tenemos que volver”.
Se separaron y agarrados de la mano, vieron cómo el sol terminaba por esconderse. Después, en silencio, pero para nada incómodos, descendieron hasta llegar al helipuerto. Allí se bajaron dejándoselo a Danny de nuevo.
En cuanto llegaron a la altura del coche, Castle abrazó a Beckett por detrás, con firmeza, pegándola a él. Inhaló su aroma cerrando los ojos. “Gracias…”. Susurró en su oído.
Kate se acurrucó entre sus brazos, cerrando los ojos también. Inevitablemente, volvía a sentir las lágrimas aflorar. “¿Por qué?”.
“Por no salir corriendo, por quedarte a mi lado, por hacerme feliz”.
“Siempre”. Respondió ella casi mecánicamente. Su voz temblaba ligeramente.
“¿Vamos a cenar?. Esta noche Aly se queda con Alexis para que podamos estar tranquilos”. Besó su mejilla y la soltó con ternura abriéndole la puerta del copiloto para que se metiera en el coche.
Kate entró en el coche, pensativa, secándose las lágrimas. Palpaba el anillo en su dedo. Lo notaba raro, pero a la vez sentía que era lo que su dedo, su corazón y su mente llevaban años esperando. Rick se montó en el coche, se ataron los cinturones y pusieron rumbo a un restaurante en el que él había reservado.
¿Y bien? ¿Qué os parece?
No dudéis en opinar, por favor.
GRACIAS NUEVAMENTE!
Siento mucho mi ausencia de estos días. Pensé que podría pasarme y por eso no avisé de que no vendría. He estado muy liada con exámenes...
Pero hoy he sacado un ratito y he podido continuar. A ver qué os parece.
GRACIAS por seguir ahí, por comentar y por darme ánimos para seguir escribiendo.
¿Seguimos?.
Unos minutos después del despegue, el helicóptero iba cogiendo altura a la vez que se alejaba del centro de la ciudad. Se encaminó hacia la costa mientras veían cómo el sol, poco a poco, iba perdiendo intensidad. Ambos iban en silencio. Beckett concentrada mirando cada edificio de Nueva York. Y Castle intentando guiar aquel cacharro correctamente.
“¿Dónde vamos?”. Preguntó ella tras un rato observando el panorama.
“Enseguida lo verás”. Soltó una mano del volante para apretar con cariño la mano de Kate. Ella sonrió mirándole de lado. “Te va a encantar”.
Al poco rato y habiendo tomado ya una altura considerable, divisaron a lo lejos el horizonte teñido de todos los colores del atardecer. Kate abrió la boca completamente sorprendida y maravillada por aquel paisaje. Nueva York a sus pies y disfrutando de un atardecer inigualable. Castle bloqueó el volante y se giró lo que pudo en su asiento para mirar a Beckett.
“¿Te gusta?”. Preguntó esperanzado.
“Me encanta. No me lo esperaba”. Lo miró un momento para volver a fijar la vista en el atardecer. “Es precioso. ¿Cómo se te ha ocurrido?”. Siguió concentrada en no perderse detalle de cómo se iba escondiendo el sol.
“Bueno…”. Inspiró aire para coger fuerzas y calmar los nervios. “La verdad es que hace mucho tiempo que quería hacer esto”.
Kate le miró. “Ver el atardecer desde un helicóptero o venir conmigo?”. Preguntó alzando la ceja y sonriente.
“Las dos cosas”. Confesó agarrando su mano tiernamente. “Y sin piloto, con intimidad”. La miró a los ojos esperando que ella entendiera lo que le quería decir. Se mordió el labio mirándola.
Kate frunció el entrecejo. Aquellas palabras le sonaban, pero no lograba saber de qué. Rick le sonrió con nerviosismo.
“Una vez comenté que un viaje en helicóptero sería la mejor forma de pedir matrimonio a la persona de la que estás enamorado”. Soltó casi de carrerilla, sin dejar de mirarla a los ojos, agarrando su mano. “Tú dijiste que eso no tendría nada de romántico ni de íntimo, puesto que el piloto estaría presente y se enteraría de todo”. Contempló cómo la cara de Kate iba pasando de no entender a sorprenderse. Rick inspiró aire y tragó saliva. “Así que, aprendí yo mismo a pilotar, para poder hacer esto…”. Llevó su mano libre al bolsillo interior de su abrigo y sacó una pequeña cajita.
Kate no podía decir nada. Se había quedado muda. Miraba cada movimiento del escritor y a cada segundo que pasaba sentía que su corazón latía más y más fuerte. Vio cómo él abría la cajita y en su interior se encontraba un fino anillo de plata, con una preciosa piedra pequeña en el centro. Sus ojos se abrieron aún más si cabe. Fijó la mirada en el anillo, como si éste atrajera sus ojos como un imán.
“Rick…”. Susurró sin poder decir nada más.
“Kate…”. Le interrumpió él antes de que ella pudiera decir nada más. “No quiero meterte presión ni provocar que salgas corriendo…”. Dijo con cautela logrando que ella le mirara, concentrada en sus palabras. Sus ojos empezaban a estar inundados de lágrimas. “Tampoco tienes que contestarme ahora mismo. Quiero que lo pienses. Pero necesitaba decirte que… llevo ya un tiempo pensando en hacer esto. Que nos conocemos hace años y ya llevamos uno juntos, como pareja. Y quiero que sepas y que no te quepa ninguna duda de que, si me imagino dentro de 10 años, lo hago a tu lado, trabajando junto a ti, codo con codo. Viviendo juntos, con hijos… felices”. Paró un momento para intentar adivinar qué estaba pensando. Pero aunque su mirada estaba fija en sus ojos, no conseguía saber qué le pasaba por la cabeza en esos momentos. Cogió su mano alzándola tiernamente y le colocó el anillo en su dedo anular. “Piénsalo. Tómate tu tiempo. Pero ten siempre muy presente que te amo, con locura. Como jamás he amado ni amaré a nadie. Y tampoco te estoy pidiendo que nos casemos ya mismo. Puede ser ahora, o dentro de 2 años. Cuando queramos.”. Colocó la mano bajo su mentón, suavemente y acercó su boca a la de ella, besándola con adoración y cierto temblor a causa de los nervios. Terminó de besarla y aún con la mano en su barbilla la obligó a mirar al atardecer. “Recuerda que, todo lo que haga lo haré por y para ti, siempre”. Agarró de nuevo su mano, aquella en la que llevaba puesto el anillo y se la apretó con ternura.
Kate tragó saliva aun tratando de asimilar todo lo que había escuchado de los labios del Rick. Suspiró mirando el atardecer tal y como él la había dejado. Un par de lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas y su mente no podía parar de pensar y dar mil y una vueltas.
Richard la observaba en silencio, dándole su espacio, su tiempo. Pero deseando que hablara, que dijera algo. Como si tenía que insultarle o darle un tortazo. Pero necesitaba que ella hiciera algo.
Cogió aire y giró la cabeza para mirarle. Soltó la mano de él y con sus dos manos agarró su cara, acercándose a besarlo con intensidad, impaciencia, pasión. Rick soltó todo el aire que hasta entonces había estado conteniendo casi sin darse ni cuenta. Le secundó el beso, agarrándola de la nuca dulcemente.
“Jamás me habría imaginado esto…”. Habló, por fin, juntando su frente con la de él. “Y… no tengo palabras, de verdad, no las tengo”. Le dio un rápido beso aún agarrando su cara. “Esto es… ha sido… increíble, alucinante. Creo que todavía ni siquiera lo he procesado”. Sus lágrimas estaban emanando sus mejillas, y también las de él.
Rick elevó las manos y suavemente acarició sus mejillas, secando las lágrimas de Kate. “No tienes por qué contestarme ahora, ¿vale?”. Repitió queriendo que lo tuviera claro.
Kate cerró los ojos mordiéndose fuerte el labio. Aún seguían con las frentes pegadas. “Te amo, no lo dudes. Por favor”. Más lágrimas humedecieron su rostro.
“No lo hago”. Susurró abrazándola con cariño y besando su pelo. “Venga, disfrutemos del atardecer que enseguida tenemos que volver”.
Se separaron y agarrados de la mano, vieron cómo el sol terminaba por esconderse. Después, en silencio, pero para nada incómodos, descendieron hasta llegar al helipuerto. Allí se bajaron dejándoselo a Danny de nuevo.
En cuanto llegaron a la altura del coche, Castle abrazó a Beckett por detrás, con firmeza, pegándola a él. Inhaló su aroma cerrando los ojos. “Gracias…”. Susurró en su oído.
Kate se acurrucó entre sus brazos, cerrando los ojos también. Inevitablemente, volvía a sentir las lágrimas aflorar. “¿Por qué?”.
“Por no salir corriendo, por quedarte a mi lado, por hacerme feliz”.
“Siempre”. Respondió ella casi mecánicamente. Su voz temblaba ligeramente.
“¿Vamos a cenar?. Esta noche Aly se queda con Alexis para que podamos estar tranquilos”. Besó su mejilla y la soltó con ternura abriéndole la puerta del copiloto para que se metiera en el coche.
Kate entró en el coche, pensativa, secándose las lágrimas. Palpaba el anillo en su dedo. Lo notaba raro, pero a la vez sentía que era lo que su dedo, su corazón y su mente llevaban años esperando. Rick se montó en el coche, se ataron los cinturones y pusieron rumbo a un restaurante en el que él había reservado.
¿Y bien? ¿Qué os parece?
No dudéis en opinar, por favor.
GRACIAS NUEVAMENTE!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Precioso!!!!!!!! Perfecto!!!!! Me encanta!!! Estoy deseando leer qué le contesta Beckett!!! Es increíble lo bien que esribes!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeee
Que Beckett no tarde mucho en contestar porfi, me muero por saberlo!!
Esperemos que le diga que sí.
Amo tu fic!!
Que Beckett no tarde mucho en contestar porfi, me muero por saberlo!!
Esperemos que le diga que sí.
Amo tu fic!!
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches! Me alegro de que os haya gustado la sorpresa, a pesar de mi tardanza para colgarla jejeje.
Gracias por comentar las que lo habéis hecho, y el resto, por favor, no dudéis en hacerlo también. Me gustaría saber vuestras opiniones!!
¿Seguimos?
La pareja estaba degustando aquella espléndida cena. Kate llevaba todo el rato intentando disimular, pero delante de él no lo conseguía. Estaba algo pensativa, algo ida. Y no paraba de tocar el anillo en su dedo. A pesar de eso, siempre sonreía ante las ocurrencias de Rick. Castle intentó sacar algún tema de conversación con el que ella se sintiera cómoda y se olvidara de sus miedos y de sus pensamientos.
“¿Sabes qué me dijo ayer Aly?”. Kate le miró mientras se llevaba el último tenedor a la boca. “Que quiere ser astronauta y viajar al espacio”. Ambos rieron ante las ocurrencias de la niña.
“Creo que, a pesar de no ser hija tuya, cada día se parece más a ti”. Le dedicó una pequeña pero sincera sonrisa.
“Sí…”. La miró unos segundos, fijamente, observándola, sonriéndola. Terminó la comida de su plato y soltó un ligero suspiro. “Al final no lo estamos haciendo tan mal”. Kate le miró frunciendo el ceño. “Cuidar y educar a Aly, digo. ¿No te parece?”.
“La verdad es que está siendo mucho más fácil de lo que pensé al principio”. Se mordió el labio aún concentrada en sus pensamientos.
“Kate… Por favor, relájate”. Agarró su mano con ternura y a la vez mirándola preocupado. Acarició el anillo de ella en su dedo. “¿Por qué no te lo cuelgas del cuello, con el de tu madre, mientras lo piensas?”. Ambos miraron el anillo. “Así, por lo menos, no te entran escalofríos cada vez que lo ves”.
Kate suspiró cogiendo aire lentamente. Apretó la mano del escritor y le miró a los ojos. “No me dan escalofríos. Es sólo que… No me lo esperaba. Y… ya sabes cómo soy”. Bajó la cabeza avergonzada. Seguro que esa no era la reacción que él se había esperado.
Rick movió su silla y se puso a su lado. Le alzó el mentón con cariño y le besó los labios con suavidad. “Sé como eres. Y por eso sé que me quieres. Por eso me he atrevido a pedírtelo. Necesitaba demostrarte que quiero que seas tú la última persona que vea antes de dormirme y la primera en cuanto me despierte. Para siempre”. Una pequeña lágrima se escapó de los ojos de Kate. Castle se la secó con suavidad. “Y ya te he dicho que no espero una respuesta inmediata. Que quiero que lo pienses bien y que te tomes tu tiempo. Como lo has hecho siempre. No quiero presionarte, ni cambiar tu forma de ser. Me gusta como eres, te amo tal y como eres”. Besó sus labios suavemente y ella le acarició la mejilla, agradecida.
“¿Te puedo dar mi regalo?”. Se mordió el labio mirándolo con una sonrisa mayor.
“¡Sí, por favor!”. La miró con un brillo especial, diferente, ilusionado, enamorado.
“Está bien”. Cogió su bolso y de allí sacó un sobre que ponía su nombre. Se lo tendió. “Toma”.
Castle lo cogió entre sus manos, curioso. Lo examinó pero al estar cerrado no pudo encontrar ninguna pista de qué sería. Lo abrió con cuidado para no rasgar el interior y sacó el papel doblado que había dentro. Sus ojos se abrieron desmesuradamente, al igual que sus labios cuando leyó lo que había dentro. Kate esperaba a que hablara, en silencio, sonriéndole.
“Pero… de verdad… ¿esto es verdad?”. La miró a los ojos muy sonriente.
“Es de verdad”. Afirmó mirándole con ternura. Le encantaban esas reacciones de niño pequeño que él solía tener.
“¿Has comprado una estrella en el espacio y le has puesto nuestros nombres?”. Preguntó cada vez más sorprendido.
“Sí”. Corroboró algo avergonzada por la situación. “Pensé que te haría ilusión. Y no sólo lleva nuestros nombres, también nuestra palabra”. Señaló el nombre exacto en la hoja de papel que le había entregado: RICK&KATE ALWAYS.
“Cariño, éste es el regalo más romántico y friki a la vez que me han hecho nunca”. Los dos se rieron y se fundieron en un tierno beso. “Gracias…”. Susurró en sus labios, con ternura, acariciándole la espalda suavemente.
Cuando se separaron, Kate cogió el colgante que tenía en el cuello con el anillo de su madre e introdujo el que Rick le había dado esa misma noche. Se lo volvió a colgar no sin antes echarles un vistazo a los dos y sonreír con cierta nostalgia.
“¿Vamos a casa?”. Preguntó volviendo a mirarle a él, pero en su mirada, esta vez había un brillo de deseo.
“Sí, vámonos. Porque cada vez que me miras así, pienso que mis piernas no me van a sostener”. Kate soltó una carcajada ante su comentario.
Castle pagó la cena y fueron en coche a casa.
Nada más entrar por la puerta, Beckett acorraló a Castle entre la puerta y su cuerpo y empezó a besarle con intensidad. Le quitó la chaqueta mientras ella se deshacía de su propio abrigo. Se agarró a los hombros de él sin parar de besarse. Rick colocó sus manos en la cintura de ella, pegándola más a él, besándola, saboreándola, disfrutándola. Caminaron hasta la habitación deshaciéndose poco a poco de toda sus ropas. Cayeron desnudos en la cama. Las caricias volaban por ambos cuerpos mientras sus suspiros se hacían cada vez más audibles. Rick deslizó sus labios por todo el cuerpo de su chica, de su musa, de su amada, haciéndola estremecerse a cada beso húmedo que él le proporcionaba. Kate le agarró de la nuca obligándole a subir y besarla en los labios.
“Rick…”. Susurró entre jadeos, con la voz ronca por el deseo. “Prométeme que no me dejarás caer… que estarás conmigo. No me dejes alejarme de ti…”. Pidió con lágrimas en los ojos, dándole cortos besos en los labios casi a cada palabra que pronunciaba.
Rick se separó lo justo de su rostro para mirarla a los ojos. Le acarició la mejilla con devoción y la besó con infinito amor. “No pienso perderte Kate. Te amo demasiado como para perderte. Sonará egoísta, pero sin ti, mi vida no tiene sentido”.
Retomaron el baile de besos y de caricias. Kate estaba satisfecha por las palabras del escritor y se dejó llevar. Se amaron hasta la madrugada, cayendo después rendidos en la cama y durmieron abrazados, sin despegarse ni un centímetro, temiendo que al estar soñando algo tan bonito, se terminaran despertando y viviendo en una pesadilla, sin el otro.
Mañana más!
Gracias por comentar las que lo habéis hecho, y el resto, por favor, no dudéis en hacerlo también. Me gustaría saber vuestras opiniones!!
¿Seguimos?
La pareja estaba degustando aquella espléndida cena. Kate llevaba todo el rato intentando disimular, pero delante de él no lo conseguía. Estaba algo pensativa, algo ida. Y no paraba de tocar el anillo en su dedo. A pesar de eso, siempre sonreía ante las ocurrencias de Rick. Castle intentó sacar algún tema de conversación con el que ella se sintiera cómoda y se olvidara de sus miedos y de sus pensamientos.
“¿Sabes qué me dijo ayer Aly?”. Kate le miró mientras se llevaba el último tenedor a la boca. “Que quiere ser astronauta y viajar al espacio”. Ambos rieron ante las ocurrencias de la niña.
“Creo que, a pesar de no ser hija tuya, cada día se parece más a ti”. Le dedicó una pequeña pero sincera sonrisa.
“Sí…”. La miró unos segundos, fijamente, observándola, sonriéndola. Terminó la comida de su plato y soltó un ligero suspiro. “Al final no lo estamos haciendo tan mal”. Kate le miró frunciendo el ceño. “Cuidar y educar a Aly, digo. ¿No te parece?”.
“La verdad es que está siendo mucho más fácil de lo que pensé al principio”. Se mordió el labio aún concentrada en sus pensamientos.
“Kate… Por favor, relájate”. Agarró su mano con ternura y a la vez mirándola preocupado. Acarició el anillo de ella en su dedo. “¿Por qué no te lo cuelgas del cuello, con el de tu madre, mientras lo piensas?”. Ambos miraron el anillo. “Así, por lo menos, no te entran escalofríos cada vez que lo ves”.
Kate suspiró cogiendo aire lentamente. Apretó la mano del escritor y le miró a los ojos. “No me dan escalofríos. Es sólo que… No me lo esperaba. Y… ya sabes cómo soy”. Bajó la cabeza avergonzada. Seguro que esa no era la reacción que él se había esperado.
Rick movió su silla y se puso a su lado. Le alzó el mentón con cariño y le besó los labios con suavidad. “Sé como eres. Y por eso sé que me quieres. Por eso me he atrevido a pedírtelo. Necesitaba demostrarte que quiero que seas tú la última persona que vea antes de dormirme y la primera en cuanto me despierte. Para siempre”. Una pequeña lágrima se escapó de los ojos de Kate. Castle se la secó con suavidad. “Y ya te he dicho que no espero una respuesta inmediata. Que quiero que lo pienses bien y que te tomes tu tiempo. Como lo has hecho siempre. No quiero presionarte, ni cambiar tu forma de ser. Me gusta como eres, te amo tal y como eres”. Besó sus labios suavemente y ella le acarició la mejilla, agradecida.
“¿Te puedo dar mi regalo?”. Se mordió el labio mirándolo con una sonrisa mayor.
“¡Sí, por favor!”. La miró con un brillo especial, diferente, ilusionado, enamorado.
“Está bien”. Cogió su bolso y de allí sacó un sobre que ponía su nombre. Se lo tendió. “Toma”.
Castle lo cogió entre sus manos, curioso. Lo examinó pero al estar cerrado no pudo encontrar ninguna pista de qué sería. Lo abrió con cuidado para no rasgar el interior y sacó el papel doblado que había dentro. Sus ojos se abrieron desmesuradamente, al igual que sus labios cuando leyó lo que había dentro. Kate esperaba a que hablara, en silencio, sonriéndole.
“Pero… de verdad… ¿esto es verdad?”. La miró a los ojos muy sonriente.
“Es de verdad”. Afirmó mirándole con ternura. Le encantaban esas reacciones de niño pequeño que él solía tener.
“¿Has comprado una estrella en el espacio y le has puesto nuestros nombres?”. Preguntó cada vez más sorprendido.
“Sí”. Corroboró algo avergonzada por la situación. “Pensé que te haría ilusión. Y no sólo lleva nuestros nombres, también nuestra palabra”. Señaló el nombre exacto en la hoja de papel que le había entregado: RICK&KATE ALWAYS.
“Cariño, éste es el regalo más romántico y friki a la vez que me han hecho nunca”. Los dos se rieron y se fundieron en un tierno beso. “Gracias…”. Susurró en sus labios, con ternura, acariciándole la espalda suavemente.
Cuando se separaron, Kate cogió el colgante que tenía en el cuello con el anillo de su madre e introdujo el que Rick le había dado esa misma noche. Se lo volvió a colgar no sin antes echarles un vistazo a los dos y sonreír con cierta nostalgia.
“¿Vamos a casa?”. Preguntó volviendo a mirarle a él, pero en su mirada, esta vez había un brillo de deseo.
“Sí, vámonos. Porque cada vez que me miras así, pienso que mis piernas no me van a sostener”. Kate soltó una carcajada ante su comentario.
Castle pagó la cena y fueron en coche a casa.
Nada más entrar por la puerta, Beckett acorraló a Castle entre la puerta y su cuerpo y empezó a besarle con intensidad. Le quitó la chaqueta mientras ella se deshacía de su propio abrigo. Se agarró a los hombros de él sin parar de besarse. Rick colocó sus manos en la cintura de ella, pegándola más a él, besándola, saboreándola, disfrutándola. Caminaron hasta la habitación deshaciéndose poco a poco de toda sus ropas. Cayeron desnudos en la cama. Las caricias volaban por ambos cuerpos mientras sus suspiros se hacían cada vez más audibles. Rick deslizó sus labios por todo el cuerpo de su chica, de su musa, de su amada, haciéndola estremecerse a cada beso húmedo que él le proporcionaba. Kate le agarró de la nuca obligándole a subir y besarla en los labios.
“Rick…”. Susurró entre jadeos, con la voz ronca por el deseo. “Prométeme que no me dejarás caer… que estarás conmigo. No me dejes alejarme de ti…”. Pidió con lágrimas en los ojos, dándole cortos besos en los labios casi a cada palabra que pronunciaba.
Rick se separó lo justo de su rostro para mirarla a los ojos. Le acarició la mejilla con devoción y la besó con infinito amor. “No pienso perderte Kate. Te amo demasiado como para perderte. Sonará egoísta, pero sin ti, mi vida no tiene sentido”.
Retomaron el baile de besos y de caricias. Kate estaba satisfecha por las palabras del escritor y se dejó llevar. Se amaron hasta la madrugada, cayendo después rendidos en la cama y durmieron abrazados, sin despegarse ni un centímetro, temiendo que al estar soñando algo tan bonito, se terminaran despertando y viviendo en una pesadilla, sin el otro.
Mañana más!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Qué bonito!!!! Me encanta!!! Tu fic ya no podría gustarme más!!!! Lo adoro!!! Gracias por seguir tan pronto!!! Sigue cuando puedaas!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas!
Gracias por comentar! Me alegro de que os siga gustando y enganchando la historia.
Vamos a ver como sigue!
El día después de su aniversario lo pasaron en casa tranquilamente, con Alyson. Fuera llovía por lo que aprovecharon para ver películas, leer o simplemente disfrutar de la compañía de esa nueva familia que poco a poco iban creando. Ninguno de los dos volvió a hacer mención al anillo o a la proposición de matrimonio. Aunque, como era de esperar, Kate no dejó de pensar en ello en ningún momento. A media tarde la inspectora se preparó para salir a tomar algo con Lannie, alegando que hacía tiempo que no se veían y que no charlaban. Pero el verdadero motivo de su encuentro eran, como siempre, sus dudas, sus miedos. Esta vez a cerca del matrimonio con Richard Castle. Mientras las chicas fueron a cenar y a hablar al Remy’s, Rick y Alyson se quedaron en casa jugando y viendo películas.
Kate llegó 5 minutos antes de la hora. Se sentó en su mesa habitual y pidió una cerveza mientras esperaba a su amiga. Suspiró mientras se quitaba el abrigo. Apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó sus propios dedos. Sus recuerdos volaron a aquellos felices días que compartió con su madre antes de que se la arrebataran de su lado. Recuerda cómo ella siempre le aconsejaba que eligiera bien la persona con la que quería vivir para el resto de sus días. Que tenía que ser alguien que la quisiera como nadie jamás había hecho. Que la tratara especialmente bien. Que se compenetraran. Alguien a quien ella también pudiera aportar esa paz. Suspiró de nuevo. Sin duda, esa persona parecía ser, lo mirara por donde lo mirase, Rick. Pero aún así no podía parar de pensar que si algo salía mal jamás se lo perdonaría. No quería volver a sufrir como lo hizo cuando su madre se fue. Simplemente, no podría volver a soportar un dolor tan fuerte. Instintivamente, dirigó mano al colgante de su cuello, sacándolo de debajo del jersey. Tocó los dos anillos aunque sus ojos estaban pegados al que le había ofrecido Castle pidiéndole convertirse en su mujer.
“Hola Katie”. La voz de su amiga la sacó de sus pensamientos. Alzó la mirada y le dedicó una pequeña sonrisa. La forense se quitó el abrigo y se sentó frente a ella, mirándola atentamente.
“Hola Lannie. ¿Qué quieres tomar?”. Preguntó mientras alzaba el brazo pidiendo que la camarera se acercara para tomarles nota.
“Una cerveza como la tuya”.
Pidieron también algo para picar y cuando la camarera se fue a atender otra mesa, Lannie agarró las mano de Kate que volvían a reposar sobre la mesa. “¿Problemas en el paraíso?”.
Kate la miró frunciendo el ceño. “¿Tanto se me nota?”. Su amiga asintió mirándola a los ojos. Beckett soltó el aire despacio. “No son problemas. Son miedos, soy yo nuevamente dudando, temiendo”.
“¿Ha hecho algo el chico escritor por lo que deba pagar?. Porque voy ahora mismo al depósito a por los bisturís eh”. Bromeó consiguiendo que Kate sonriera un poco.
“No, no ha hecho nada malo. Al contrario. Ha hecho algo muy lógico pero que a mi me ha hecho tambalearme sobre mis cimientos”. Se tocó el colgante enseñándole los dos anillos. “Me ha pedido matrimonio”. Soltó de golpe, sacando el anillo de la pedida y colocándoselo en su dedo anular para que la forense lo viera bien.
La cara de Lannie era todo un poema. Agarró la mano de Beckett y analizó el anillo con curiosidad. “¡Wow! Kate, es precioso”. La miró a los ojos y pudo ver el miedo y las dudas que ella tenía. “¿Qué le has contestado? Porque por tu cara diría que no estás nada segura”.
La inspectora negó con la cabeza mordiéndose el labio. “No me dio opción a decirle nada. Fue como si él ya supiera cuál iba a ser mi reacción. Me lo dio diciéndome que no tenía que contestarle ya mismo. Que él sólo quería segurarse de que yo sabía que soy la mujer de su vida, que me quiere para toda la vida a su lado. Que esperase hasta decidirme, que ya le daría una respuesta. Que el me ama con locura y sabe que yo a él también. De momento con eso le basta. Pero que necesitaba hacerme saber que si se imagina un futuro con alguien, es conmigo, juntos”. No aguantó más y soltó parte de las lágrimas que se había estado aguantando.
Su amiga se dedicó a observarla durante unos minutos, en silencio. Después, cogió su mano nuevamente apretándosela con firmeza y ternura. “¿Acaso a ti no te pasa lo mismo con él? Quiero decir, por lo que sé, estás tremendamente enamorada de él, como nunca lo has estado de nadie. Por eso te costó tanto abrirte a él. ¿Qué es lo que te da miedo Kate?”.
“No lo sé. Supongo que… fallar, que esto salga mal. Dar el paso de casarnos sería consolidar más nuestra relación. Pero… ¿y si todo sale mal?”.
“Mira Kate. No he visto a nadie tan enamorado como lo he visto a él de ti. Y a ti jamás te había visto así con nadie. Sé que sois diferentes en muchos aspectos, pero eso también es lo que os une y lo que os hace increíblemente adorables. Nunca sabes cómo van a salir las cosas, pero hay que arriesgar. Hace un año lo hiciste abriéndote a él. Y sí, habéis tenido vuestros más y vuestros menos. Pero creo que en general no os ha ido tan mal, ¿o sí?”. Kate negó con la cabeza, centrada en observar y acariciar su anillo. “Respóndeme a algo”. La inspectora la miró con los ojos llorosos. “¿Cómo te imaginas de aquí a 5 o 10 años?”.
Kate lo pensó durante unos segundos. Una pequeña sonrisa se fue dibujando en su rostro mientras un par de lágrimas atravesaban sus mejillas, de arriba abajo. “Con él. Trabajando juntos, viviendo juntos, con hijos juntos. Siendo felices juntos”. Confesó mirándola de nuevo a ella.
“¿Casados?”. Unos segundos después, Kate asintió levemente, mordiéndose el labio. “Arriésgate Kate. Castle jamás te haría daño, al menos no siendo consciente de ello y tú lo sabes. Al igual que tú a él tampoco se lo harías. Os merecéis ser felices y lo merecéis serlo juntos”.
Cogió aire lentamente hasta llenar sus pulmones al completo. Después lo soltó también sin prisa. “Creo que tienes razón. He sido una estúpida… El hombre de mi vida me pide matrimonio subidos en un helicóptero contemplando un atardecer con Nueva York a nuestros pies y no le doy una respuesta inmediata…”. Pensó más para sí misma que para su amiga.
“¡¿Que te lo pidió en un helicóptero?!”. Kate la miró con una pequeña sonrisa secándose las lágrimas. “¿Y todavía te quedan dudas acerca de lo vuestro?. Os amáis como no he visto nunca a nadie amarse. No seas tonta y no lo pierdas”. Le dio un dulce beso en la mano. Kate asintió de acuerdo con lo que ella le decía.
“Gracias Lannie”. Ambas se sonrieron.
“Ahora sólo tienes que pensar de qué manera especial darle el “sí” más grande de tu vida”. Kate se rió y de la misma empezó a planear aquello en su mente.
Terminaron la noche tras cenar y tomar una copa y cada una se fue a su casa, no antes de darse un buen abrazo.
Pronto, el "SÍ" de Kate.
Creo que os va a gustar mucho!
O eso espero.. jajajaa
Gracias por comentar! Me alegro de que os siga gustando y enganchando la historia.
Vamos a ver como sigue!
El día después de su aniversario lo pasaron en casa tranquilamente, con Alyson. Fuera llovía por lo que aprovecharon para ver películas, leer o simplemente disfrutar de la compañía de esa nueva familia que poco a poco iban creando. Ninguno de los dos volvió a hacer mención al anillo o a la proposición de matrimonio. Aunque, como era de esperar, Kate no dejó de pensar en ello en ningún momento. A media tarde la inspectora se preparó para salir a tomar algo con Lannie, alegando que hacía tiempo que no se veían y que no charlaban. Pero el verdadero motivo de su encuentro eran, como siempre, sus dudas, sus miedos. Esta vez a cerca del matrimonio con Richard Castle. Mientras las chicas fueron a cenar y a hablar al Remy’s, Rick y Alyson se quedaron en casa jugando y viendo películas.
Kate llegó 5 minutos antes de la hora. Se sentó en su mesa habitual y pidió una cerveza mientras esperaba a su amiga. Suspiró mientras se quitaba el abrigo. Apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó sus propios dedos. Sus recuerdos volaron a aquellos felices días que compartió con su madre antes de que se la arrebataran de su lado. Recuerda cómo ella siempre le aconsejaba que eligiera bien la persona con la que quería vivir para el resto de sus días. Que tenía que ser alguien que la quisiera como nadie jamás había hecho. Que la tratara especialmente bien. Que se compenetraran. Alguien a quien ella también pudiera aportar esa paz. Suspiró de nuevo. Sin duda, esa persona parecía ser, lo mirara por donde lo mirase, Rick. Pero aún así no podía parar de pensar que si algo salía mal jamás se lo perdonaría. No quería volver a sufrir como lo hizo cuando su madre se fue. Simplemente, no podría volver a soportar un dolor tan fuerte. Instintivamente, dirigó mano al colgante de su cuello, sacándolo de debajo del jersey. Tocó los dos anillos aunque sus ojos estaban pegados al que le había ofrecido Castle pidiéndole convertirse en su mujer.
“Hola Katie”. La voz de su amiga la sacó de sus pensamientos. Alzó la mirada y le dedicó una pequeña sonrisa. La forense se quitó el abrigo y se sentó frente a ella, mirándola atentamente.
“Hola Lannie. ¿Qué quieres tomar?”. Preguntó mientras alzaba el brazo pidiendo que la camarera se acercara para tomarles nota.
“Una cerveza como la tuya”.
Pidieron también algo para picar y cuando la camarera se fue a atender otra mesa, Lannie agarró las mano de Kate que volvían a reposar sobre la mesa. “¿Problemas en el paraíso?”.
Kate la miró frunciendo el ceño. “¿Tanto se me nota?”. Su amiga asintió mirándola a los ojos. Beckett soltó el aire despacio. “No son problemas. Son miedos, soy yo nuevamente dudando, temiendo”.
“¿Ha hecho algo el chico escritor por lo que deba pagar?. Porque voy ahora mismo al depósito a por los bisturís eh”. Bromeó consiguiendo que Kate sonriera un poco.
“No, no ha hecho nada malo. Al contrario. Ha hecho algo muy lógico pero que a mi me ha hecho tambalearme sobre mis cimientos”. Se tocó el colgante enseñándole los dos anillos. “Me ha pedido matrimonio”. Soltó de golpe, sacando el anillo de la pedida y colocándoselo en su dedo anular para que la forense lo viera bien.
La cara de Lannie era todo un poema. Agarró la mano de Beckett y analizó el anillo con curiosidad. “¡Wow! Kate, es precioso”. La miró a los ojos y pudo ver el miedo y las dudas que ella tenía. “¿Qué le has contestado? Porque por tu cara diría que no estás nada segura”.
La inspectora negó con la cabeza mordiéndose el labio. “No me dio opción a decirle nada. Fue como si él ya supiera cuál iba a ser mi reacción. Me lo dio diciéndome que no tenía que contestarle ya mismo. Que él sólo quería segurarse de que yo sabía que soy la mujer de su vida, que me quiere para toda la vida a su lado. Que esperase hasta decidirme, que ya le daría una respuesta. Que el me ama con locura y sabe que yo a él también. De momento con eso le basta. Pero que necesitaba hacerme saber que si se imagina un futuro con alguien, es conmigo, juntos”. No aguantó más y soltó parte de las lágrimas que se había estado aguantando.
Su amiga se dedicó a observarla durante unos minutos, en silencio. Después, cogió su mano nuevamente apretándosela con firmeza y ternura. “¿Acaso a ti no te pasa lo mismo con él? Quiero decir, por lo que sé, estás tremendamente enamorada de él, como nunca lo has estado de nadie. Por eso te costó tanto abrirte a él. ¿Qué es lo que te da miedo Kate?”.
“No lo sé. Supongo que… fallar, que esto salga mal. Dar el paso de casarnos sería consolidar más nuestra relación. Pero… ¿y si todo sale mal?”.
“Mira Kate. No he visto a nadie tan enamorado como lo he visto a él de ti. Y a ti jamás te había visto así con nadie. Sé que sois diferentes en muchos aspectos, pero eso también es lo que os une y lo que os hace increíblemente adorables. Nunca sabes cómo van a salir las cosas, pero hay que arriesgar. Hace un año lo hiciste abriéndote a él. Y sí, habéis tenido vuestros más y vuestros menos. Pero creo que en general no os ha ido tan mal, ¿o sí?”. Kate negó con la cabeza, centrada en observar y acariciar su anillo. “Respóndeme a algo”. La inspectora la miró con los ojos llorosos. “¿Cómo te imaginas de aquí a 5 o 10 años?”.
Kate lo pensó durante unos segundos. Una pequeña sonrisa se fue dibujando en su rostro mientras un par de lágrimas atravesaban sus mejillas, de arriba abajo. “Con él. Trabajando juntos, viviendo juntos, con hijos juntos. Siendo felices juntos”. Confesó mirándola de nuevo a ella.
“¿Casados?”. Unos segundos después, Kate asintió levemente, mordiéndose el labio. “Arriésgate Kate. Castle jamás te haría daño, al menos no siendo consciente de ello y tú lo sabes. Al igual que tú a él tampoco se lo harías. Os merecéis ser felices y lo merecéis serlo juntos”.
Cogió aire lentamente hasta llenar sus pulmones al completo. Después lo soltó también sin prisa. “Creo que tienes razón. He sido una estúpida… El hombre de mi vida me pide matrimonio subidos en un helicóptero contemplando un atardecer con Nueva York a nuestros pies y no le doy una respuesta inmediata…”. Pensó más para sí misma que para su amiga.
“¡¿Que te lo pidió en un helicóptero?!”. Kate la miró con una pequeña sonrisa secándose las lágrimas. “¿Y todavía te quedan dudas acerca de lo vuestro?. Os amáis como no he visto nunca a nadie amarse. No seas tonta y no lo pierdas”. Le dio un dulce beso en la mano. Kate asintió de acuerdo con lo que ella le decía.
“Gracias Lannie”. Ambas se sonrieron.
“Ahora sólo tienes que pensar de qué manera especial darle el “sí” más grande de tu vida”. Kate se rió y de la misma empezó a planear aquello en su mente.
Terminaron la noche tras cenar y tomar una copa y cada una se fue a su casa, no antes de darse un buen abrazo.
Pronto, el "SÍ" de Kate.
Creo que os va a gustar mucho!
O eso espero.. jajajaa
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Perfecto, como siempre, me encanta!!!! Qué ganas de ver cómo se lo dice Beckett!!!! Tu fic es tan adictivo como la serie!!! Sigue prontoo!!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Me encantan las charlas con Lanie, ella es la mejor dando consejos!!!
A ver que nos tienes preparados para el SÍ, si es como el resto del fic seguro que me encanta. Sigueee
A ver que nos tienes preparados para el SÍ, si es como el resto del fic seguro que me encanta. Sigueee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días!
Wow, gracias, mil gracias por vuestros comentarios!
Vengo con un trocito nuevo y ya se acerca ese SÍ, lo prometo!
9 de enero. Ese día que tanto atormentaba a Kate Beckett desde hacía unos años. Desde que asesinaron a su madre. Pero este año no quería centrarse en la pena, en la nostalgia de no tenerla y de echarla terriblemente de menos. Este año tenía algo especial pensado. Se levantó temprano, incluso antes de que Rick lo hiciera. Se metió en la ducha para destensar sus músculos y terminar de despertarse. Se secó, se peinó en condiciones y se vistió con ropa cómoda y abrigada, pero sin perder ese toque elegante de ella. Cuando terminó, observó cómo Castle estaba empezando a despertarse. Sonrió acercándose a la cama y se sentó en el borde de esta, dándole un tierno beso en los labios.
La humedad de los labios de ella y su perfume hicieron que el escritor abriera los ojos y la mirara con el ceño ligeramente fruncido. Él sabía la importancia de ese día. De hecho, tenía pensado despertarse antes que ella y prepararle un suculento desayuno. Pero parecía que ella se le había adelantado y ya estaba duchada y vestida.
“Buenos días”. Volvió a besarlo recolocándole suavemente el flequillo que se le había venido para adelante.
“Hola”. Murmuró aún algo adormilado. Se sentó en la cama terminando de abrir los ojos. La vio ya vestida y preparada. “Vaya, sí que te has levantado pronto hoy. Es tu último día de vacaciones. Pensé que podríamos aprovecharlo un poquito en la cama”. Comentó meloso mientras cogía su mano con ternura y acariciaba sus dedos.
Kate miró sus manos mordiéndose el labio. “Bueno, me he despertado temprano y me he metido en la ducha. Además, me gustaría llevarte a un sitio”. Dijo con firmeza pero sin mirarle a él. Aún tenía la vista fija en sus dedos y en cómo él le acariciaba la mano.
“Uhummm…”. Murmuró mirándola detenidamente. La notaba rara. “Kate…”. Al oír su nombre ella le miró. “¿Estás bien?”.
Beckett inspiró hondo y asintió sin dejar de mirarle a los ojos. “Sí, estoy bien”. Se acercó para besarle suavemente. “Voy a hacer el desayuno mientras tú te duchas y Aly se despierta, ¿vale?”.
Rick asintió agarrándola de la nuca para darle otro beso, ésta vez más intenso que el anterior. “Me voy a duchar entonces”. Se levantó de la cama y se metió al baño bajo la atenta mirada de Kate.
Cuando Castle desapareció por la puerta del baño, Beckett se levantó, hizo la cama y salió a la cocina para preparar sus cafés y el colacao de la niña junto con algunas tostadas para desayunar. Estaba en esas cuando la niña salió de su habitación restregándose los ojos en señal de sueño y de cansancio.
“Hola…”. Murmuró la pequeña tirándose literalmente en el sofá.
“¡Hey!. Hola cariño. ¿Qué haces tú despierta tan pronto?”. Le sonrió mientras terminaba de preparar el desayuno. “Te iba a ir a despertar dentro de un ratito. Podrías haber dormido un poco más”.
“Es que te he oído aquí haciendo el desayuno y… tengo hambre”. Puso cara inocente que hizo que la inspectora riera.
“En ese caso, ¿por qué no vas poniendo la mesa para que podamos desayunar?. Rick estará a punto de salir de la ducha”.
“¡Vale!”. La niña, algo más despierta puso la mesa como Kate le había dicho.
Al poco rato y justo cuando Kate y Alyson llevaban el desayuno a la mesa central, salía Rick ya vestido y peinado.
“Buenos días mis chicas”. Se acercó a coger a Aly en brazos y a darle un fuerte abrazo y un beso, que la niña correspondió encantada.
“Oye, ¿y para mí no hay beso?”. Preguntó haciéndose la enfurruñada Kate mirando a Rick.
Castle sonrió al verla como a una niña pequeña. Bajó a Alyson al suelo y se acercó a Kate agarrándola de la cintura con suavidad para pegarla a él. “Para ti siempre habrá todos los besos del mundo, y lo sabes”. Le guiñó el ojo y acercó los labios a los de ella, tentándola, provocándola, sin llegar a besarla.
“Umm… ¿Pues a qué esperas?”. Susurró en sus labios. Aly los miraba divertida mientras se había sentado a comerse su tostada.
Rick terminó de acortar la distancia entre sus labios y la besó. Al principio fue un beso dulce, relajante, cariñoso. Pero al cabo de unos segundos fue tornándose más intenso y apasionado que los dejó a ambos sin aliento.
“¡Wow! Si cada vez que te pida así un beso vas a hacerlo de esta forma, creo que pondré ese método en práctica muchas veces más”. Le sonrió agradecida acariciándole la mejilla suavemente.
“Te quiero…”. Susurró él aún preocupado porque la notaba extraña. A pesar de que era el día que era, la notaba más rara que de costumbre. Juntó su frente con la de ella acariciándole la parte baja de la espalda.
“Y yo a ti bobo”. Le robó un rápido beso y se sentó en la mesa con Aly. Rick la imitó enseguida.
Desayunaron con avidez pues los tres estaban hambrientos y después la niña fue a vestirse con la ayuda de Kate mientras Rick recogía y fregaba todo lo del desayuno.
“Ya estamos”. Aly y Kate salieron cogidas de la mano de la habitación.
“Perfecto, yo también”. Estaba esperándolas sentado en el sofá.
“¿Nos vamos?. De momento parece que aguanta sin llover y no me gustaría acabar empapados”. Dijo Kate cogiendo su chaqueta y la de la niña.
“¿Dónde vamos?”. Preguntaron casi a la vez el escritor y la pequeña.
“Quiero enseñaros algo”. Dijo sin más, ayudando a Aly a ponerse la chaqueta mientras se mordía el labio y evitaba la mirada intrigada de Castle.
“Bueno, pues vámonos”. Dijo él levantándose del sofá y poniéndose su chaqueta también.
Los tres salieron de la casa abrigados. Se montaron en el coche, conducido por Kate, que enseguida puso rumbo a su destino. Durante el camino sólo se escuchaba la radio de fondo. Aly iba concentrada mirando las calles de la ciudad y Rick iba fijándose en el recorrido que la detective estaba haciendo intentando adivinar hacia dónde iban. Pronto lo tuvo claro y un pequeño nudo se formó en su estómago.
Se admiten apuestas.. (Aunque a Beckett no le gusten jajaja). ¿Dónde creéis que van?
Wow, gracias, mil gracias por vuestros comentarios!
Vengo con un trocito nuevo y ya se acerca ese SÍ, lo prometo!
9 de enero. Ese día que tanto atormentaba a Kate Beckett desde hacía unos años. Desde que asesinaron a su madre. Pero este año no quería centrarse en la pena, en la nostalgia de no tenerla y de echarla terriblemente de menos. Este año tenía algo especial pensado. Se levantó temprano, incluso antes de que Rick lo hiciera. Se metió en la ducha para destensar sus músculos y terminar de despertarse. Se secó, se peinó en condiciones y se vistió con ropa cómoda y abrigada, pero sin perder ese toque elegante de ella. Cuando terminó, observó cómo Castle estaba empezando a despertarse. Sonrió acercándose a la cama y se sentó en el borde de esta, dándole un tierno beso en los labios.
La humedad de los labios de ella y su perfume hicieron que el escritor abriera los ojos y la mirara con el ceño ligeramente fruncido. Él sabía la importancia de ese día. De hecho, tenía pensado despertarse antes que ella y prepararle un suculento desayuno. Pero parecía que ella se le había adelantado y ya estaba duchada y vestida.
“Buenos días”. Volvió a besarlo recolocándole suavemente el flequillo que se le había venido para adelante.
“Hola”. Murmuró aún algo adormilado. Se sentó en la cama terminando de abrir los ojos. La vio ya vestida y preparada. “Vaya, sí que te has levantado pronto hoy. Es tu último día de vacaciones. Pensé que podríamos aprovecharlo un poquito en la cama”. Comentó meloso mientras cogía su mano con ternura y acariciaba sus dedos.
Kate miró sus manos mordiéndose el labio. “Bueno, me he despertado temprano y me he metido en la ducha. Además, me gustaría llevarte a un sitio”. Dijo con firmeza pero sin mirarle a él. Aún tenía la vista fija en sus dedos y en cómo él le acariciaba la mano.
“Uhummm…”. Murmuró mirándola detenidamente. La notaba rara. “Kate…”. Al oír su nombre ella le miró. “¿Estás bien?”.
Beckett inspiró hondo y asintió sin dejar de mirarle a los ojos. “Sí, estoy bien”. Se acercó para besarle suavemente. “Voy a hacer el desayuno mientras tú te duchas y Aly se despierta, ¿vale?”.
Rick asintió agarrándola de la nuca para darle otro beso, ésta vez más intenso que el anterior. “Me voy a duchar entonces”. Se levantó de la cama y se metió al baño bajo la atenta mirada de Kate.
Cuando Castle desapareció por la puerta del baño, Beckett se levantó, hizo la cama y salió a la cocina para preparar sus cafés y el colacao de la niña junto con algunas tostadas para desayunar. Estaba en esas cuando la niña salió de su habitación restregándose los ojos en señal de sueño y de cansancio.
“Hola…”. Murmuró la pequeña tirándose literalmente en el sofá.
“¡Hey!. Hola cariño. ¿Qué haces tú despierta tan pronto?”. Le sonrió mientras terminaba de preparar el desayuno. “Te iba a ir a despertar dentro de un ratito. Podrías haber dormido un poco más”.
“Es que te he oído aquí haciendo el desayuno y… tengo hambre”. Puso cara inocente que hizo que la inspectora riera.
“En ese caso, ¿por qué no vas poniendo la mesa para que podamos desayunar?. Rick estará a punto de salir de la ducha”.
“¡Vale!”. La niña, algo más despierta puso la mesa como Kate le había dicho.
Al poco rato y justo cuando Kate y Alyson llevaban el desayuno a la mesa central, salía Rick ya vestido y peinado.
“Buenos días mis chicas”. Se acercó a coger a Aly en brazos y a darle un fuerte abrazo y un beso, que la niña correspondió encantada.
“Oye, ¿y para mí no hay beso?”. Preguntó haciéndose la enfurruñada Kate mirando a Rick.
Castle sonrió al verla como a una niña pequeña. Bajó a Alyson al suelo y se acercó a Kate agarrándola de la cintura con suavidad para pegarla a él. “Para ti siempre habrá todos los besos del mundo, y lo sabes”. Le guiñó el ojo y acercó los labios a los de ella, tentándola, provocándola, sin llegar a besarla.
“Umm… ¿Pues a qué esperas?”. Susurró en sus labios. Aly los miraba divertida mientras se había sentado a comerse su tostada.
Rick terminó de acortar la distancia entre sus labios y la besó. Al principio fue un beso dulce, relajante, cariñoso. Pero al cabo de unos segundos fue tornándose más intenso y apasionado que los dejó a ambos sin aliento.
“¡Wow! Si cada vez que te pida así un beso vas a hacerlo de esta forma, creo que pondré ese método en práctica muchas veces más”. Le sonrió agradecida acariciándole la mejilla suavemente.
“Te quiero…”. Susurró él aún preocupado porque la notaba extraña. A pesar de que era el día que era, la notaba más rara que de costumbre. Juntó su frente con la de ella acariciándole la parte baja de la espalda.
“Y yo a ti bobo”. Le robó un rápido beso y se sentó en la mesa con Aly. Rick la imitó enseguida.
Desayunaron con avidez pues los tres estaban hambrientos y después la niña fue a vestirse con la ayuda de Kate mientras Rick recogía y fregaba todo lo del desayuno.
“Ya estamos”. Aly y Kate salieron cogidas de la mano de la habitación.
“Perfecto, yo también”. Estaba esperándolas sentado en el sofá.
“¿Nos vamos?. De momento parece que aguanta sin llover y no me gustaría acabar empapados”. Dijo Kate cogiendo su chaqueta y la de la niña.
“¿Dónde vamos?”. Preguntaron casi a la vez el escritor y la pequeña.
“Quiero enseñaros algo”. Dijo sin más, ayudando a Aly a ponerse la chaqueta mientras se mordía el labio y evitaba la mirada intrigada de Castle.
“Bueno, pues vámonos”. Dijo él levantándose del sofá y poniéndose su chaqueta también.
Los tres salieron de la casa abrigados. Se montaron en el coche, conducido por Kate, que enseguida puso rumbo a su destino. Durante el camino sólo se escuchaba la radio de fondo. Aly iba concentrada mirando las calles de la ciudad y Rick iba fijándose en el recorrido que la detective estaba haciendo intentando adivinar hacia dónde iban. Pronto lo tuvo claro y un pequeño nudo se formó en su estómago.
Se admiten apuestas.. (Aunque a Beckett no le gusten jajaja). ¿Dónde creéis que van?
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Yo pienso que les llevará al cementerio donde esta la tumba de su madre y allí presentará a su madre su nueva familia, y allí le dirá que si a Castle.
Nose si habré acertado o no pero me encanta inventar teorías jaajajaja, como Castle XD.
Sigue pronto porfi
Nose si habré acertado o no pero me encanta inventar teorías jaajajaja, como Castle XD.
Sigue pronto porfi
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeee
Hace tiempo que no comentaba tu historia porque se me olvidó la contraseña para entrar jajaja, pero ahora que la he recuperado tengo que decirte que tu fic es perfecto y que me muero de ganas por saber donde lleva Beckett a Castle y Aly
Hace tiempo que no comentaba tu historia porque se me olvidó la contraseña para entrar jajaja, pero ahora que la he recuperado tengo que decirte que tu fic es perfecto y que me muero de ganas por saber donde lleva Beckett a Castle y Aly
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes!
Gracias, gracias, gracias y mil gracias por todos y cada uno de vuestros comentarios!
Y... vengo con un nuevo trozo. Éste es algo más largo que los anteriores y... contiene la respuesta de Kate!
Espero que os guste, de corazón.
Beckett paró el coche en el primer sitio que encontró libre. Apagó el motor y se quitó el cinturón. Se dedicó unos minutos a observar en sielncio aquel lugar. Ese sitio que tantas ocasiones había pisado, varias veces al año, pero sobre todo aquel día. Allí donde había llorado sola o acompañada de su padre. Donde un francotirador casi acaba con su vida durante el funeral de su excapitán Roy Montgomery. Inspiró el aire sin dejar de mirar hacia los caminos que se formaban. Castle la observaba en silencio. Esteba sorprendido de que los estuviera llevando allí. Pero sabía que si lo había hecho, era algo importante para ella. Así que le dio su tiempo y su espacio hasta que hablara.
“¿Dónde estamos?”. Preguntó la pequeña desde su asiento en la parte trasera del coche.
Rick fue a hacerle un gesto para que no preguntara y esperara, pero Kate se adelantó. Se giró en su asiento de conductor para mirar a la niña. “Quiero presentaros a alguien”. Le dedicó una pequeña pero tierna sonrisa y volvió a girarse para sentarse bien. Le miró a él que no había dejado de mirarla a ella. “¿Venís conmigo?”. Pidió más que preguntó.
“Por supuesto”. Antes de bajarse del coche, Castle agarró la mano de Beckett con ternura y se aproximó a ella para darle un dulce beso en los labios. Aquello le dio fuerzas a la detective, que sonrió agradecida.
Salieron del coche y ayudaron a Aly a soltarse de su silla. Kate abrió el maletero y cogió un pequeño ramo de flores. Después, los tres cogidos de la mano caminaron por donde ella les iba guíando, hasta que llegaron al lugar exacto. Allí se encontraba la lápida en la quqe se podía leer perfectamente el nombre de la madre de Kate: Johanna Beckett. Se pararon a una distancia prudencial y Kate se soltó de la mano de Aly, que iba en medio de los dos.
La inspectora, flores en mano, se adelantó unos pasos acercándose más a aquella fría roca. Retiró el ramo viejo que ella misma junto con su padre había puesto y depositó sobre la tierra las nuevas flores frescas. Se puso de cuclillas delante de la lápida y acarició con las puntas de los dedos el nombre de su madre. Se mordió fuerte el labio intentando retener las lágrimas, pero le fue misión imposible.
“Hola mamá…”. Susurró cerrando los ojos momentáneamente para volver a abrirlos completamente inundados de lágrimas. “Aquí estoy, nuevamente un año más”. Sonrió con nostalgia. “Te echo de menos. Mucho. No te imaginas cuánto. Y sé que papá también lo hace. Y te queremos mucho”. Tragó saliva intentando volver a hablar. Rick y Alyson estaban tras ella, en silencio, agarrados de la mano, observándola y animándola aunque sólo fuera con su presencia. “Este año han pasado muchas cosas…”. Se secó varias lágrimas. “Y sí, sé que no te gusta verme llorar, pero mamá, te prometo que esta vez no lo hago sólo por tristeza. Esta vez, por fin, tengo un motivo para llorar también de alegría”. Rick sonrió a sus espaldas, aunque apenas podía controlar las lágrimas de emoción de ver así a Kate. Alyson estaba aferrada a la mano del escritor sin entender muy bien qué hacían allí, pero se mantuvo observando. “Me gustaría presentarte a alguien”. Se incorporó hasta quedar completamente de pie. Aún seguía de espaldas a ellos. “Primero a una pequeña personita que ha hecho que comprenda muchas cosas de las que me decías cuando yo era una niña y venías a abrazarme por las noches cuando tenía una pesadilla. Se llama Alyson y ahora vive conmigo, con nosotros”. Se giró para mirar a la niña y le tendió su mano. Aly dudó un momento. Castle la animó empujándola ligeramente hacia Kate. La niña, más confiada se agarró a la mano de la inspectora poniéndose a su altura. “¿A que es guapa?”. Kate la cogió en brazos besándole la mejilla. “Estoy segura de que te habría encantado conocerla y de que os llevaríais de maravilla”. Cogió aire bajando a la niña al suelo, a su lado derecho, agarrándola de la mano nuevamente. “Y ahora… Quiero presentarte al hombre de mi vida. Él hizo que todo mi mundo cambiara. Me enseñó a vivir, a disfrutar, a sonreír. Se enamoró de mí, no sé cómo pero lo hizo y no hay día que no agradezca que llegara a mi lado, que me aguantara y que consiguiera enamorarme y que me abriera a él”. Paró unos segundos para tomar aire. “Ya sabes cómo soy. Muy terca, intentando parecer siempre fuerte y segura, pero en el fondo no lo soy tanto”. Se giró hacia su izquierda para agarrar a Castle de la mano y atraerlo a ella. Rick apretó su mano en señal de apoyo, pegándose a ella. Sin soltar sus manos, se colocó tras su espalda y la abrazó con ternura, manteniendo sus manos entrelazadas delante del cuerpo de ella. Kate sonrió mordiéndose el labio. “Te acuerdas que… te conté que habíamos solucionado tu caso, que habíamos encontrado al culpable, que ya estaba entre rejas… Pues mamá, este hombre que tengo abrazado a mí es el principal motivo, la principal razón por la que pude seguir hasta encerrar a Bracken y hacerle pagar por todo el daño que nos ha causado. Este hombre, se llama Richard Castle”. Él le dio un dulce beso en la nuca, haciendo que se estremeciera. Kate agarró con más fuerza su mano, deseando sentirle más pegada a él. “Sí, el famoso escritor de aquellos libros que estaban en nuestra estantería. El escritor de los libros que tú leías y que cuando te perdí empecé a leer yo también. Él me salvó hace muchos años, sin ni siquiera saberlo, con sus libros. Y lo volvió a hacer en repetidas ocasiones”. Las lágrimas empapaban las mejillas de Kate recordando aquellos dolorosos momentos en los que se sintió sola, perdida, con un vacío tremendo. Y que lo único que le reconfortaba era sentarse a leer los libros de Castle. Por su parte, el escritor se mantenía muy pegado a ella, dándole suaves besos de vez en cuando y sin poder ocultar algunas lágrimas que también resbalaban por sus mejillas. “Mamá… Hoy, ahora, aquí, delante de ti…”. Soltó la mano de Aly suavemente y se giró entre los brazos de Rick para quedar frente a él, mirándole a los ojos. “… quiero darle a este hombre, a mi hombre, la respuesta que mereció que le diera hace un par de días, en nuestro aniversario cuando me pidió que me casará con él”. Miró de reojo de nuevo el nombre de su madre, respiró hondo armándose de valor y volvió a mirar a Castle, mordiéndose el labio ligeramente. “Richard Castle… sí, sí quiero. Claro que quiero casarme contigo… Nada en el mundo me haría más feliz”. Pegó su frente a la de él.
El escritor la agarró de la cintura pegando sus cuerpos aún más, si es que aquello era posible. Ambos cerraron los ojos a la vez, abrumados por los sentimientos, pero felices y en paz. Beckett estaba en paz por haberse decidido; Castle, por su parte, estaba en paz por haber escuchado aquellas palabras de los labios de Kate y se sentía tremendamente feliz por aquello.
“Kate…”. Susurró con infinito amor, elevando las manos a su cara para agarrársela con delicadeza y besarla con adoración. “Gracias…”. Volvió a susurrar en sus labios. Las lágrimas de ambos se entremezclaron en sus mejillas.
“Lo siento, en el alma Rick… Tuve miedo, pánico. Fui una idiota al volver a dejarme llevar por esos sentimientos. Pero lo tengo claro”. Ésta vez le besó ella a él. “Si me visualizo dentro de unos años, lo hago contigo, juntos, casados, con Aly junto a nosotros…”. Agarró la mano de la pequeña sin separarse ni un centímetro del escritor. “Y… con mini Castles correteando a nuestro alrededor”. Se sonrieron con infinita ternura y ambos volvieron a besarse, despacio, demostrándose lo felices que eran teniéndose el uno al otro.
Alyson se abrazó a las piernas de los dos. No había entendido mucho de aquella visita mañanera a aquel lugar un tanto siniestro. Y menos entendía las lágrimas de Kate y de Rick. Pero lo que sí había podido entender era que la inspectora quería formar una familia con el escritor y que ella entraba dentro de sus planes. Eso la hacía sentirse feliz también.
¿Qué os ha parecido?
writerdetective47, no ibas nada mal encaminada... jaajaja
Va, contadme qué tal habéis visto la escena, por favor!
Gracias, gracias, gracias y mil gracias por todos y cada uno de vuestros comentarios!
Y... vengo con un nuevo trozo. Éste es algo más largo que los anteriores y... contiene la respuesta de Kate!
Espero que os guste, de corazón.
Beckett paró el coche en el primer sitio que encontró libre. Apagó el motor y se quitó el cinturón. Se dedicó unos minutos a observar en sielncio aquel lugar. Ese sitio que tantas ocasiones había pisado, varias veces al año, pero sobre todo aquel día. Allí donde había llorado sola o acompañada de su padre. Donde un francotirador casi acaba con su vida durante el funeral de su excapitán Roy Montgomery. Inspiró el aire sin dejar de mirar hacia los caminos que se formaban. Castle la observaba en silencio. Esteba sorprendido de que los estuviera llevando allí. Pero sabía que si lo había hecho, era algo importante para ella. Así que le dio su tiempo y su espacio hasta que hablara.
“¿Dónde estamos?”. Preguntó la pequeña desde su asiento en la parte trasera del coche.
Rick fue a hacerle un gesto para que no preguntara y esperara, pero Kate se adelantó. Se giró en su asiento de conductor para mirar a la niña. “Quiero presentaros a alguien”. Le dedicó una pequeña pero tierna sonrisa y volvió a girarse para sentarse bien. Le miró a él que no había dejado de mirarla a ella. “¿Venís conmigo?”. Pidió más que preguntó.
“Por supuesto”. Antes de bajarse del coche, Castle agarró la mano de Beckett con ternura y se aproximó a ella para darle un dulce beso en los labios. Aquello le dio fuerzas a la detective, que sonrió agradecida.
Salieron del coche y ayudaron a Aly a soltarse de su silla. Kate abrió el maletero y cogió un pequeño ramo de flores. Después, los tres cogidos de la mano caminaron por donde ella les iba guíando, hasta que llegaron al lugar exacto. Allí se encontraba la lápida en la quqe se podía leer perfectamente el nombre de la madre de Kate: Johanna Beckett. Se pararon a una distancia prudencial y Kate se soltó de la mano de Aly, que iba en medio de los dos.
La inspectora, flores en mano, se adelantó unos pasos acercándose más a aquella fría roca. Retiró el ramo viejo que ella misma junto con su padre había puesto y depositó sobre la tierra las nuevas flores frescas. Se puso de cuclillas delante de la lápida y acarició con las puntas de los dedos el nombre de su madre. Se mordió fuerte el labio intentando retener las lágrimas, pero le fue misión imposible.
“Hola mamá…”. Susurró cerrando los ojos momentáneamente para volver a abrirlos completamente inundados de lágrimas. “Aquí estoy, nuevamente un año más”. Sonrió con nostalgia. “Te echo de menos. Mucho. No te imaginas cuánto. Y sé que papá también lo hace. Y te queremos mucho”. Tragó saliva intentando volver a hablar. Rick y Alyson estaban tras ella, en silencio, agarrados de la mano, observándola y animándola aunque sólo fuera con su presencia. “Este año han pasado muchas cosas…”. Se secó varias lágrimas. “Y sí, sé que no te gusta verme llorar, pero mamá, te prometo que esta vez no lo hago sólo por tristeza. Esta vez, por fin, tengo un motivo para llorar también de alegría”. Rick sonrió a sus espaldas, aunque apenas podía controlar las lágrimas de emoción de ver así a Kate. Alyson estaba aferrada a la mano del escritor sin entender muy bien qué hacían allí, pero se mantuvo observando. “Me gustaría presentarte a alguien”. Se incorporó hasta quedar completamente de pie. Aún seguía de espaldas a ellos. “Primero a una pequeña personita que ha hecho que comprenda muchas cosas de las que me decías cuando yo era una niña y venías a abrazarme por las noches cuando tenía una pesadilla. Se llama Alyson y ahora vive conmigo, con nosotros”. Se giró para mirar a la niña y le tendió su mano. Aly dudó un momento. Castle la animó empujándola ligeramente hacia Kate. La niña, más confiada se agarró a la mano de la inspectora poniéndose a su altura. “¿A que es guapa?”. Kate la cogió en brazos besándole la mejilla. “Estoy segura de que te habría encantado conocerla y de que os llevaríais de maravilla”. Cogió aire bajando a la niña al suelo, a su lado derecho, agarrándola de la mano nuevamente. “Y ahora… Quiero presentarte al hombre de mi vida. Él hizo que todo mi mundo cambiara. Me enseñó a vivir, a disfrutar, a sonreír. Se enamoró de mí, no sé cómo pero lo hizo y no hay día que no agradezca que llegara a mi lado, que me aguantara y que consiguiera enamorarme y que me abriera a él”. Paró unos segundos para tomar aire. “Ya sabes cómo soy. Muy terca, intentando parecer siempre fuerte y segura, pero en el fondo no lo soy tanto”. Se giró hacia su izquierda para agarrar a Castle de la mano y atraerlo a ella. Rick apretó su mano en señal de apoyo, pegándose a ella. Sin soltar sus manos, se colocó tras su espalda y la abrazó con ternura, manteniendo sus manos entrelazadas delante del cuerpo de ella. Kate sonrió mordiéndose el labio. “Te acuerdas que… te conté que habíamos solucionado tu caso, que habíamos encontrado al culpable, que ya estaba entre rejas… Pues mamá, este hombre que tengo abrazado a mí es el principal motivo, la principal razón por la que pude seguir hasta encerrar a Bracken y hacerle pagar por todo el daño que nos ha causado. Este hombre, se llama Richard Castle”. Él le dio un dulce beso en la nuca, haciendo que se estremeciera. Kate agarró con más fuerza su mano, deseando sentirle más pegada a él. “Sí, el famoso escritor de aquellos libros que estaban en nuestra estantería. El escritor de los libros que tú leías y que cuando te perdí empecé a leer yo también. Él me salvó hace muchos años, sin ni siquiera saberlo, con sus libros. Y lo volvió a hacer en repetidas ocasiones”. Las lágrimas empapaban las mejillas de Kate recordando aquellos dolorosos momentos en los que se sintió sola, perdida, con un vacío tremendo. Y que lo único que le reconfortaba era sentarse a leer los libros de Castle. Por su parte, el escritor se mantenía muy pegado a ella, dándole suaves besos de vez en cuando y sin poder ocultar algunas lágrimas que también resbalaban por sus mejillas. “Mamá… Hoy, ahora, aquí, delante de ti…”. Soltó la mano de Aly suavemente y se giró entre los brazos de Rick para quedar frente a él, mirándole a los ojos. “… quiero darle a este hombre, a mi hombre, la respuesta que mereció que le diera hace un par de días, en nuestro aniversario cuando me pidió que me casará con él”. Miró de reojo de nuevo el nombre de su madre, respiró hondo armándose de valor y volvió a mirar a Castle, mordiéndose el labio ligeramente. “Richard Castle… sí, sí quiero. Claro que quiero casarme contigo… Nada en el mundo me haría más feliz”. Pegó su frente a la de él.
El escritor la agarró de la cintura pegando sus cuerpos aún más, si es que aquello era posible. Ambos cerraron los ojos a la vez, abrumados por los sentimientos, pero felices y en paz. Beckett estaba en paz por haberse decidido; Castle, por su parte, estaba en paz por haber escuchado aquellas palabras de los labios de Kate y se sentía tremendamente feliz por aquello.
“Kate…”. Susurró con infinito amor, elevando las manos a su cara para agarrársela con delicadeza y besarla con adoración. “Gracias…”. Volvió a susurrar en sus labios. Las lágrimas de ambos se entremezclaron en sus mejillas.
“Lo siento, en el alma Rick… Tuve miedo, pánico. Fui una idiota al volver a dejarme llevar por esos sentimientos. Pero lo tengo claro”. Ésta vez le besó ella a él. “Si me visualizo dentro de unos años, lo hago contigo, juntos, casados, con Aly junto a nosotros…”. Agarró la mano de la pequeña sin separarse ni un centímetro del escritor. “Y… con mini Castles correteando a nuestro alrededor”. Se sonrieron con infinita ternura y ambos volvieron a besarse, despacio, demostrándose lo felices que eran teniéndose el uno al otro.
Alyson se abrazó a las piernas de los dos. No había entendido mucho de aquella visita mañanera a aquel lugar un tanto siniestro. Y menos entendía las lágrimas de Kate y de Rick. Pero lo que sí había podido entender era que la inspectora quería formar una familia con el escritor y que ella entraba dentro de sus planes. Eso la hacía sentirse feliz también.
¿Qué os ha parecido?
writerdetective47, no ibas nada mal encaminada... jaajaja
Va, contadme qué tal habéis visto la escena, por favor!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Que ha encantado hace días que no pasaba por aquí por culpa de los exámenes pero ahora que me he leído unos cuantos capítulos de golpe mecha encantado yvsobre todo la escena tan bonita,íntima y extraordinaria y con la pequeña aly me encanta sigueeee
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Me ha encantado cada día lo haces mejor
espero que continues porfavor
espero que continues porfavor
castle_always_annarodgers- Actor en Broadway
- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 27/06/2014
Edad : 28
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Qué bonito!!!!! No había mejor forma para decirle que sí!!!!!! Me ha encantado!!!! Adoro tu fic!!!! Es perfecto!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
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