Cuando te veo (FIN)

Que capitulo más emotivo, me has hecho llorar a mi también jajaja.
Me ha encantado absolutamente todo, que Kate les presentará a su madre y la forma de darle el si quiero.
ESCRIBES INCREIBLE!!

WOW me has dejado sin palabras. Superbonito.

Excelente capitulo!! es tan real como describes las acciones y sentimientos entre ellos. No te habia comentado antes pero llevo tu historia al dia y cada vez me quedo con ganas de mas, estan tan enamorados

¡Buenas noches!!
Y tan buenas, después de ver todos vuestros comentarios!
Gracias, de verdad. Me alegro muchísimo de que mi firma de escribir os guste y os llegue!
Espero poder seguir haciéndolo hasta que acabe con la historia.
Beckett no podía sincerarse con él de otra forma que no fuera allí, delante de su madre.
Me encanta haber acertado con el "Sí"

Ruth Maria, bienvenida y gracias por atreverte a comentar! Espero que lo sigas haciendo!

¿Seguimos?




Permanecieron un buen rato los tres abrazados frente al nombre de la madre de Kate. Castle fue el primero en despegarse un poco y besar su frente con infinita ternura. “Gracias… Gracias por traerme aquí, por presentarme a tu madre, por decir que sí a mi propuesta de matrimonio, gracias por hacerme feliz”. Atrapó sus labios una vez más, intentando transmitirle el amor tan grande que sentía hacia ella.

“Tenía que hacerlo. A ella le habría encantado conocerte…”. Susurró suavemente y con cierto tono de nostalgia.

“Y a mí a ella”. Afirmó abrazando a Kate con más fuerza. Odiaba que se sintiera triste y vulnerable.

Beckett se aferró a ese abrazo que tanto le estaba reconfortando. De pronto, la mano de Aly tiró suavemente de su mano pidiendo que le prestaran atención. Kate la miró aún entre los brazos de él.

“¿Qué pasa cariño?”. Habló con tono cariñoso.

“Tu mamá… también está en el cielo, cómo la mía y mis abuelos?”. Preguntó con tristeza la pequeña.

Rick, al escuchar la pregunta, se separó del abrazo con Kate tras besarle la mejilla. Ambos miraron a la niña a la vez. Kate se mordía el labio pensando en la mejor manera de responder a la niña.

“Sí cariño. Mi mamá hace unos años que se fue al cielo. Y ahora estará allí con la tuya y con tus abuelos”. Se agachó hasta quedar a la altura de ella. La sujetó por los brazos, tiernamente. “Desde allí arriba, los 4 estarán cuidándonos y dándonos muchos besos, como hacían cuando estaban con nosotras”. Besó la mejilla de la niña.

“Echo de menos a mamá… y a los abuelos…”. Bajó la cabeza entristecida. Hasta aquel día no se había atrevido a expresar sus sentimientos tan abiertamente delante de ellos. Únicamente lo había hecho en alguna ocasión con el psicólogo al que iba una vez por semana.

“Lo sé princesa, yo también”. Acarició su pelo dulcemente. Miró a Rick que las observaba con una pequeña sonrisa. Cogió a la niña en brazos levantándose para quedar a la altura de él. “¿Sabes qué podemos hacer?”. La niña negó acurrucándose entre los brazos de la inspectora. Rick abrazó a Kate y a la niña dándoles a cada una un beso en la cabeza. “En casa tenemos guardadas algunas cosillas de tu mamá y de tus abuelos. Si quieres, podemos sacarlas y buscar algo que a ellos les gustara mucho. Puede ser desde una foto hasta una pulsera o algo así. Lo cogeremos y lo pondremos en tu cuarto, o donde tú quieras. Así, cada vez que te sientas triste, cada vez que los eches de menos, podrás acercarte a esos objetos y los sentirás un poco más cerca de ti. Puedes desahogarte con ellos de esa forma, hablando a esos objetos. ¿Te parece?”. Besó con cariño su mejilla. Aly asintió acurrucándose más entre los brazos de Kate. “Bien, pues cuando lleguemos a casa, haremos eso”.

“¿Tú lo hiciste con tu mamá?”.

“Uhum”. Kate afirmó sujetando a la niña con un brazo mientras con el otro se sacaba el colgante de debajo del jersey. En él estaban el anillo de su madre y el anillo con el que Rick le había pedido que se casara con él. Seleccionó el primero.“Este anillo era de mi madre. Lo llevaba siempre, a todos lados. Cuando se fue al cielo, me lo quedé y desde entonces lo llevo cada día colgado del cuello. Así me parece que ella viene conmigo a todos los sitios a los que voy”. La niña cogió el anillo y jugueteó con él entre sus manos.

Kate, bajo la atenta mirada del escritor, se sacó el colgante, lo abrió y sacó el anillo de compromiso. Cerró el colgante colgándoselo a Alyson del cuello que seguía mirando el anillo de Johanna. Beckett, le ofreció el anillo a Castle.

“¿Puedes volver a preguntármelo?”. Preguntó con una pequeña sonrisa.

“Por supuesto”. Castle le devolvió la sonrisa, encantado, contento, feliz. Se arrodilló delante de su chica que aún sostenía a Alyson en sus brazos. Le enseñó el anillo mirándola a los ojos. “Katherine Beckett, ¿te gustaría hacerme el hombre más feliz del mundo casándote conmigo?”. Sus ojos brillaban por la emoción, al igual que los de ella.

Beckett agarró la mano de él, tirando suavemente para que se levantara. Se aproximaron cariñosos y ella lo besó con intensidad. “Sí, me quiero casar contigo”. Contestó con firmeza sin apenas separarse de los labios de él. Le ofreció su mano para que le colocara el anillo y así lo hizo él.

Rick la agarró de la cintura y la besó con inmenso cariño. La niña, había observado toda la escena en brazos de Kate y no podía parar de sonreír y de mirarlos sorprendida.

“¡¿Os vais a casar?!”. Los miró a los dos contenta.

“Sí, nos casamos”. Afirmó la inspectora mirando a Alyson.

“¡Qué guay, qué guay!”. Empezó a moverse y a patalear contenta. Kate la bajó al suelo observándola divertida. “¿Cuándo os casáis?”. Preguntó ansiosa la pequeña.

“Bueno, cielo, eso aún no lo hemos decidido”. Dijo el escritor agarrando la mano de la niña para que parara de corretear alrededor de ellos.

“Pero será pronto”. Añadió la inspectora provocando que Aly saltara de alegría y que Rick la mirara entre sorprendido y feliz. “No me mires así. No quiero perder más tiempo”. Le dio un rápido beso en los labios a lo que él correspondió acariciándole la mejilla y mirándola con amor.

“¿Puedo contárselo a todos mis amigos del cole? ¿Y Martha y Alexis lo saben? ¿Y Jim?”. Ametralló la pequeña a los dos adultos con las preguntas.

“A Martha, Alexis, Jim y nuestros amigos del trabajo se lo contaremos los tres juntos, ¿te parece?”. La niña asintió conforme y se abrazó a Kate, contenta. “Y a tus compañeros puedes contárselo mañana cuando vuelvas a clase”.

“Aprovechamos nuestro último día de vacaciones yendo a Central Park?”. Propuso el escritor mirando a ambas que asintieron sonrientes.

Kate, besó los labios de Castle y la cabeza de la niña. Volvió a girarse para mirar la lápida de su madre y posó su mano en la parte superior de ésta. “Prometo volver pronto mamá. Mientras tanto, siempre te llevaré conmigo, ya lo sabes”. Cogió el colgante que le ofrecía la niña y volvió a colgárselo del cuello. “Te quiero mucho. Gracias por darme fuerzas desde allí arriba”.

Acarició por última vez las letras que conformaban el nombre de su madre y los tres de la mano, se alejaron de allí hacia el coche para pasar el resto de la mañana disfrutando en el parque.


Mañana, más!

Precioso!!!! Es impresionante lo bien que escribes!!!! Me encanta, es tan perfecto como la serie!!!!! Son adorables!!!! Gracias por continuarlo tan pronto!!!! Sigue cuando puedaas!!!

Maravilloso como siempre y como siempre no tengo palabras para expresar lo que sient o lo que significa leer esta historia tan extraordinaria y maravillosa

Esta escena es tsn akdkfjsldks, me eh quedado sin palabras
Continua pronto

Simplemete perfecto!!!
Q ganas tengo de que todos se enteren
Sigueeeeee

Me ha encantado que Castle le haya pedido otra vez matrimonio.
Sigue

¡Buenas!
Gracias, gracias, gracias, y mil millones de gracias por vuestras palabras. Me siento halagada!!
¿Seguimos?



A las 6 de la mañana sonó el despertador perturbando el placentero sueño de la pareja que descansaba abrazada. La mujer se estiró en la cama mientras alargaba el brazo para apagar la dichosa alarma. Suspiró con pereza volviendo a acurrucarse en la cama entre los brazos de él. Castle al notarla la apretó más entre sus brazos. Él también se había despertado con el sonido del móvil.

“¿Sabes? Por primera vez en mi vida, no quiero ir a trabajar”. Confesó aún con la voz ronca por el sueño.

Rick besó su cabello. “Ni yo que te vayas. Pero en cuanto lleve a Aly a clase, iré a comisaría con un buen café para ti”. Trató de animarla.

Kate sonrió mordiéndose el labio. “Está bien. ¿Me preparas el desayuno mientras me voy dando una ducha?”. Alzó la cabeza para mirar a sus ojos y besó sus labios.

“Yo te preparo un buen desayuno”. Le guiñó el ojo soltando el abrazo para que pudiera levantarse. Aunque antes de que la inspectora lo hiciera, la besó dulcemente.

Se levantó estirando sus extremidades hasta sentir que dejaban de estar adormecidas. “Entonces, ¿les pregunto a los chicos y a Lannie si pueden cenar hoy con nosotros?”. Se puso a revolver en el armario intentando encontrar la ropa que le apetecía llevar para su vuelta al trabajo.

“Sí. Alexis que me ha dicho que puede venir a cenar, que mañana no tiene clase. Mi madre no tenía planes para esta noche. Y según me dijiste ayer, tu padre está libre también, ¿no?”. Se sentó en la cama mientras observaba cómo ella se movía por toda la habitación cogiendo su muda y su ropa para prepararla sobre la cama.

“Sí. No tiene ningún caso ahora mismo”. Se acercó a él para besarlo suavemente. “Luego les digo que no se les ocurra hacer planes. Y a Ryan le diré que se traiga también a Jenny”. Se sentó sobre las rodillas de él abrazándose a su cuello.

La abrazó por la cintura dándole un suave beso en el cuello. “Mmm… me encanta cómo hueles…”. Susurró en su oído logrando estremecer cada centímetro de su piel.

Sonrió pegada a él. “Me tengo que duchar”. Comentó con pereza, sin levantarse de encima de él.

“A lo mejor podemos…” Acarició su cuello con un solo dedo, suavemente, bajando. “… no sé…”. Llegó al borde de su camisón y lo bajó ligeramente con el dedo adentrándose en su escote. “… podríamos… ducharnos juntos”. Continuó bajando ahora por encima del camisón mientras le daba tiernos besos en el cuello.

Kate echó la cabeza hacia un lado dándole mayor acceso. No tenía mucho tiempo si no quería llegar tarde, pero no podía resistirse a él cuando se ponía así con ella. “Rick…”. Susurró intentando que parara, aunque su nombre sonó más bien como un pequeño jadeo, lo que animó más al escritor.

Bajó sus manos por su abdomen hasta llegar a sus piernas y le acarició los muslos lentamente, en círculos. Mordió a su vez, el lóbulo de su oreja. “¿Qué me dices…?. Así aguantaré mejor las horas hasta volver a verte luego…”. Susurró rozando la mejilla de ella con su nariz. Sus manos iban ascendiendo por sus muslos.

“No tienes remedio”. Soltó una pequeña carcajada levantándose de él pero agarró su mano tirando de ella para levantarlo. Lo pegó a su cuerpo y comenzó a besaron con frenética pasión. “Uno rápido…”. Susurró totalmente excitada por las caricias que el escritor había estado desperdigando por todo su cuerpo.

Caminaron pegados besándose hasta el cuarto de baño. Allí se desnudaron con rapidez mientras el agua se calentaba. Se introdujeron en la ducha de hidromasaje y entre caricias, besos y palabras cariñosas y algo subidas de tono, se amaron locamente.

Castle se secó rápido y se visitó con ropa cómoda para ir a hacer el desayuno mientras ella se peinaba y se secaba el pelo y después se vestía. Cuando acabó, Kate fue al cuarto de Aly para comprobar que seguía dormida. Sonrió al verla abrazada a su peluche y medio destapada. Entró en la habitación sigilosamente y la tapó con cuidado, depositando un tierno beso en su pelo. Salió a desayunar rápidamente con Rick. Se despidió de él al de unos minutos dándole un profundo beso y haciéndole prometer que iría a comisaría en cuanto dejase a Alyson en clase.

Su primer día de vuelta al trabajo, definitivamente, había empezado de maravilla. Mientras iba en el coche conduciendo hacia el trabajo no pudo evitar sonreír al notar el anillo en su mano. Se mordió el labio y pensó que sería mejor llevarlo colgado del cuello con el de su madre hasta que les contaran aquella noche a los chicos y a sus familias que estaban comprometidos. Así, sus compañeros no lo adivinarían antes de que ellos pudieran darles la sorpresa. Aparcó el coche en el garaje de la comisaría y antes de salir, cambió el anillo de sitio, colgándolo junto al de su madre e introduciendo el colgante con ambos anillos dentro de su camisa.

Cuando llegó a su mesa, un montón de papeles le estaban esperando. Se mordió el labio sin ninguna gana de ponerse a hacer papeleo, pero era el precio que le tocaba pagar por sus vacaciones. Así que, con pereza se sentó en su silla dispuesta a acabar con aquello rápidamente antes de que les llamaran para resolver algún caso. Comenzó a rellenar y firmar los documentos que sus compañeros y la capitana habían ido dejando sobre su mesa. De vez en cuando, echaba un vistazo a la silla de Castle y sonreía tontamente. Sus compañeros llegaron al poco rato y se saludaron efusivamente, como si hiciera años que no se vieran. Los había echado de menos, y ellos a ella. La verdad es que formaban una preciosa familia.

Al poco rato recibieron la llamada de un nuevo homicidio y los tres compañeros cogieron sus chaquetas para encaminarse al lugar del crimen. Beckett, por el camino, mandó un mensaje a Castle dándole la dirección para que se presentara allí en lugar de en la comisaría.

El día pasó con normalidad. El caso resultó ser uno realmente sencillo en el que pronto encontraron al culpable. Castle había llegado mientras aún estaban preguntando a los vecinos, con dos cafés en mano, como de costumbre. Al final de la tarde, antes de irse a casa, concretaron quedar a las 8 y media en casa de Castle y de Beckett para cenar. Allí se encontrarían todos.



En el próximo, les darán la noticia!
¿Cómo lo véis?

Perfecto, como siempre!!!!! Qué ganas de que sea ya su cena!!!! Sigue prontoo!!!!!

Sigue haber como reaccionan a lo del matrimonio

¡Buenas!
La inspiración estos días está de mi lado. jejeje
¡Sigamos!



“Venga va, Castle, di la verdad… Ha cocinado Beckett, ¿a que sí?”. Preguntó Espósito provocando la risa de los demás y la indignación del escritor.

“Qué poco confiáis en mí. La próxima cena, venís un par de horas antes para que veáis que me las apaño perfectamente en la cocina, solo”. Les echó una mirada asesina logrando únicamente que ellos rieran más.

“Eso es cierto. Te desenvuelves bien en la cocina. Pero tienes que admitir que hoy hemos cocinado los dos”. Rick la miró con una media sonrisa asintiendo para corroborar la información que ella acababa de aportar.

“Hemos cocinado los tres”. Corrigió la niña que estaba en el sofá después de cenar viendo un poco la tele antes de irse a dormir. Todos rieron ante el comentario de la niña.

“Es verdad. Alyson nos ha ayudado en todo”. Dijo orgulloso el escritor mientras Kate sonreía.

“Bueno, voy a recoger los platos y saco el postre y las copas”. Se levantó la detective seguida por el escritor y los dos solos sin dejar que nadie los ayudase, recogieron la mesa y sacaron el postre y las bebidas.

“A ver, y ¿qué es eso tan importante que queríais contarnos a todos?”. Preguntó Lannie con impaciencia, aunque estaba casi segura que sabía de qué se trataba.

Kate y Rick estaban de pie, frente a la mesa y bajo la atenta mirada de todos los allí presentes, incluida Alyson.

“Aly cariño, ven un momento”. La llamó la inspectora ofreciéndole su mano.

La niña se levantó rápidamente consciente de que había llegado en el que harían pública la futura boda. Se agarró a la mano de Kate poniéndose delante de ella. Beckett, la agarró cariñosamente por los hombros. Castle se situó detrás de su novia abrazándola por la espalda y colocando las manos alrededor de su cuerpo. Todos los miraban expectantes mientras ellos intentaban calmar sus nervios para poder hablar y explicarse.

“¿No me digáis que me vais a dar un hermanito?”. Se aventuró a teorizar la pelirroja.

Kate negó mordiéndose el labio y Rick hizo lo mismo. “No Alexis, no se trata de un hermano”.

“¿De dos?”. Preguntó una boquiabierta Martha que también pensaba que iban por ahí los tiros.

“No madre, tampoco dos, ni tres. Y ahora callad un poco y dejadnos hablar, por favor”. Pidió apretando más a Kate entre sus brazos.

La inspectora, soltó una mano del cuerpo de la niña manteniendo la otra agarrando su hombro. Con la mano libre, sacó el colgante de su cuello donde estaban los dos anillos. Respiró hondo observando los dos durante unos segundos. Nadie hablaba, todos esperaban expectantes. Rick le dio un beso en la cabeza animándola a seguir. Sacó el anillo de pedida de la cadena y se lo colocó en la mano con una pequeña sonrisa.

Habló mirando el anillo sin atreverse a mirar a sus familiares y amigos. Se sentía algo avergonzada, pues todos la miraban. “Rick… me ha pedido que me case con él y… he aceptado”. Elevó la mirada. Sus ojos brillaban de manera especial. Estaban ligeramente humedecidos por la emoción del momento. Sintió los labios del escritor besar su cuello y su hombro repetidas veces y sintió también cómo el sonreía tras la confesión.

Todos los observaban entre sonrientes y sorprendidos. Antes de que nadie pudiera decir nada Rick siguió hablando. “Así que, a partir del día que nos casemos, los dos seremos legalmente los padres de Alyson”. Añadió mirando a la niña que estaba agarrada a la mano de Kate y sonreía.

“¡Qué increíble noticia!” Martha fue la primera en felicitarlos levantándose de la mesa y corriendo a abrazarlos a los dos. También a la niña.

La siguieron Alexis, y los chicos. Lannie y Jim quedó para el final.

“Por fin, amiga”. La forense abrazó con fuerza a su mejor amiga. Adoraba verla sonreír así. Y estaba tremendamente feliz por ella, porque hubiera dado el paso al fin.

“Gracias Lannie”. La abrazó ella también. “Por todo”. Añadió sonriéndole de forma cómplice. Miró a su padre con una pequeña sonrisa deshaciéndose del abrazo de la forense tras darle un rápido beso en la mejilla.

“Me alegro mucho por ti, Katie”. Se acercó el padre de Kate a ellos abrazando a su hija con fuerza. No podía para de sonreír. Verdaderamente le gustaba el escritor para su hija. Se notaba que la hacía feliz. “Tu madre estaría muy orgullosa de ti y seguro que esté donde esté, se siente feliz al verte feliz”. Besó su mejilla.

Kate se abrazó a su padre mordiéndose el labio y dejando escapar una pequeña lágrima. “Gracias papá… Ayer… fui… bueno, fuimos a ver a mamá… y le conté todo. Le presenté a Aly… y a Rick… Sentía que necesitaba hacerlo…”. Confesó en un susurró que sólo pudo escuchar Jim. “La echo tanto de menos a veces…”

“Lo sé cariño, yo también…”. Su padre sonrió con añoranza y apretó más a su niña entre sus brazos.

Tras el abrazo entre padre e hija, Jim Beckett se acercó a Castle y lo abrazó también. “Gracias Richard. Hacía mucho tiempo que no veía sus ojos brillar de esta manera”.

El escritor correspondió al abrazo agradecido. “Lo único que quiero es que ella sea feliz. Sólo así puedo serlo yo también”.

“Sé que cuidarás de ella mejor que nadie”. Se agradecieron las palabras mutuamente con la mirada las sonrisas.

Tras las felicitaciones, se volvieron a sentar todos a la mesa, incluida la pequeña Alyson y brindaron por el matrimonio de la pareja, porque fueran felices y lograran superar los obstáculos de la vida.

“¿Cuándo tenéis pensado celebrar la boda?”. Preguntó una impaciente Martha deseando ver al fin a su hijo casado con la detective Kate Beckett.

Castle y Beckett se miraron durante un momento. Aún no lo habían decidido, ni hablado siquiera.

“Bueno…” Empezó a decir la inspectora. “Aún no lo hemos hablado”. Rick cogió su mano con cariño y ella le sonrió.

“Y no hay prisa en decidirlo”. Añadió el escritor mirando a Kate fijamente a los ojos. “Lo único importante ahora mismo es que nos tenemos el uno al otro, que nos queremos y que estamos juntos. Lo demás, ya vendrá”. Kate le sonrió agradecida apretando su mayo y se apoyó en el hombro de su escritor mordiéndose el labio.

Todos estuvieron de acuerdo con aquella afirmación por parte de Castle.

Tras acostar a Alyson, los adultos tomaron una última copa antes de que todos se fueran para dejar a solas a la pareja. Castle y Beckett recogieron las últimas cosas. Mientras Rick se lavaba los dientes, Kate fue a darle un beso de buenas noches a Alyson, aunque ésta ya estuviera dormida. Después, mientras Kate estaba en el baño, Rick fue a hacer lo mismo con Aly. Salió dejando la puerta de su habitación ligeramente entornada y fue a su cuarto, metiéndose en la cama para esperarla a ella. Esa noche, durmieron completamente abrazados, sintiéndose inmensamente felices y protegidos en los brazos del otro.



¿Qué os pareció?
Gracias por pasaros y animaros a comentar!

Que bien que ya se hayan enterado todos
Sigueeee

Perfecto, muy bonito!!!! Me ha encantado la cena!!!!!! Sigue cuando puedaaas!!!!

Sigueee

¡Buenos dias!
Gracias por vuestras palabras!!!
Sigamos!



“¡Buenos días Lannie! ¿Qué tenemos?”. Canturreó la inspectora mientras llegaba, café en mano, a una nueva escena del crimen con su habitual caminar sobre sus altos tacones, erguida, esbelta, tan bella como siempre; con una enorme sonrisa en sus labios y en sus ojos que la llevaba acompañando con más fuerza desde que, hacía un par de meses habían contado a sus amigos y familiares que se iban a casar.

“Cualquiera diría que te alegras porque haya un nuevo cadáver”. Bromeó la forense dedicándole una sonrisa y una mirada rápidas para volver a centrarse en el cuerpo que yacía en el suelo, desangrado.

“Saber perfectamente que no es eso. Hoy me he levantado de buen humor”. Elevó los hombros mirando a su amiga mientras se agachaba al lado de ella. “¿Lo dispararon hasta matarlo?”. Frunció el ceño.

“No”. Respondió con firmeza. “Bastó un único disparo para acabar con su vida. El resto, 10 exactamente, fueron hechos postmortem”. Señaló el principal, el que había acabado con la vida de aquel hombre, justo en el corazón.

“Vaya, eso significa… ¿rabia? ¿venganza?”. Teorizó la detective levantándose y mirando alrededor por si veía cámaras.

“No lo sé chica. Los de las teorías sois vosotros. Yo simplemente os doy datos concretos y reales”. Puntualizó levantándose ella también. “Ryan y Espo ya están buscando cámaras y preguntando si alguien vio o escuchó algo”. Le informó.

“Bien, gracias. ¿Sabemos quién es o qué edad tenía?”. Preguntó volviendo a centrarse en el cuerpo.

“No llevaba ni cartera ni documentación, por lo tanto, es un desconocido ahora mismo, pero lo que sí puedo decirte es que tendría entre 30 y 35 años”. Echó un vistazo a sus apuntes. “Ah, y murió sobre las 2 y las 4 de la madrugada”.

“Gracias Lannie. Cuando sepas algo más, avísame. Voy a ver si localizo a Ryan y Espo para ver qué tienen”. Apuntó los datos de la forense en su libreta.

“¿Y tu futuro marido?”. Preguntó al ver que había venido sola.

“En casa, terminando de preparar a Alyson para llevarla al colegio. Alexis ha vuelto a la universidad y alguien la tiene que llevar”. Sonrió a Lannie y vio que ésta hacía un gesto raro. La miró preocupada. “Lannie, ¿pasa algo?”.

Alzó la mirada para enfrentarse a los de su amiga. “No, nada. ¿Por qué?”. Fingió estar perfectamente.

“Lannie, la que oculta sus sentimientos soy yo, no tú. Y a ti, te pasa algo”. La señaló con el dedo sin dejar de mirarla.

La doctora Parish negó con la cabeza soltando un ligero suspiro y justo cuando iba a abrir la boca para hablar, aparecieron los otros dos detectives.

“¡Hola Jefa!”. Saludó el irlandés. “Bueno, al parecer las cámaras que hay por esta zona, son falsas. Es decir, están instaladas, pero no hay imágenes, no graban nada”.

“Sí, y aparentemente nadie vio ni escuchó nada”. Finalizó la información el moreno, con seriedad.

Kate frunció el ceño y miró a sus dos compañeros. Se mordió el labio pensativa. “El asesino tuvo que usar un silenciador. Lo que indica, premeditación”. Apuntó aquello en sus notas y se giró a la forense que les había dado la espalda fingiendo apuntar algo en el informe. “Lannie, en cuanto llegues a la morgue sácale las huellas a ver si tenemos suerte y están en el sistema. Tenemos que saber quién es para poder seguir investigando”.

“En cuanto lo tenga, te llamo”. Se giró para mirarla, seria. Kate asintió y enseguida comprendió que su amiga necesitaba hablar y que lo harían cuando pudiera darle más información acerca del cadáver, en el depósito, como hacían cuando alguna de las dos tenía un problema.

Los tres detectives volvieron a comisaría para empezar a plasmar la información que hasta ahora habían podido recoger y plantear la línea de tiempo hasta su muerte.

Estaba escribiendo en la pizarra, concentrada tras haber colocado la foto del cadáver en el centro de la misma. De pronto escuchó las puertas del ascensor abrirse y ese olor que tanto le gustaba pronto llegó hasta ella. Siguió escribiendo pero ahora con una enorme sonrisa mientras notaba cómo alguien llegaba a su altura y se posicionaba en silencio a su lado, con un café en la mano. Fue a saludarla, pero entonces vio la foto del centro de la blanca pizarra y se quedó sin habla.

“Rick…”. Susurró mordiéndose el labio. “Me pone nerviosa que te quedes ahí quieto sin decir nada observándome”. Esperó pensando que gastaría alguna broma, pero al ver que no hacía ni decía nada, se irguió del todo dejando de escribir para mirarle.

Castle estaba con la vista fija en la pizarra y se había sentado en su habitual silla sin haber soltado ni la chaqueta que colgaba de su brazo ni el café para Beckett.

Ella se sentó en su silla y la aproximó hacia él para mirarle de frente. Le cogió el café despacio dejándolo sobre su escritorio. Colocó la mano sobre la rodilla del escritor. “Rick… ¿estás bien?”. Frunció el ceño mirándolo con preocupación.

“Eh… sí, sí, perdona”. Reaccionó al escucharla y sentirla tan cerca. “Te he traído café”. Hizo amago de dárselo sin ser consciente de que ella ya lo había cogido de su mano. “Perdón. Ya lo has visto”. Retiró la mano con rapidez dejándola caer sobre el reposabrazos de la silla.

“¿Qué te pasa?”. Vio cómo él llevaba nuevamente la mirada a la pizarra y después la miraba a ella. “¿Le conocías?”.

Castle soltó el aire y asintió despacio. “Creo que sí. Ha cambiado un poco estos años pero creo que es él. Se llama… bueno, se llamaba Robert Brown”. Kate lo seguía mirando intrigada, preocupada. “Meredith me engañó con él y por eso me divorcié de ella y me llevé a Alexis conmigo”. Confesó al final sacando una sonrisa irónica. Kate se mordió el labio al escucharle. “De hecho, recuerdo que tuve dudas hasta de que Alexis fuera hija mía realmente. Durante el divorcio me enteré de que me había estado engañando con él desde meses antes de quedarse embarazada”.

Kate apretó su pierna con cariño, sin saber bien qué decir.

“Por suerte, Alexis sí es hija mía. Eso no se lo podría haber perdonado nunca a su madre”. Le dedicó una pequeña sonrisa, un poco más tranquilo.

“Alexis tiene tus mismos ojos”. Le sonrió con ternura.

“Sí, lo sé”. Le agradeció la sonrisa con una profunda mirada. “Bueno…”. Cogió aire. “¿Cómo ha muerto?”.

Beckett dudó si él debería colaborar en aquel caso, por su relación con la víctima, pero al final decidió contarle lo que sabían hasta el momento.

“Y ahora que sabemos quién era, podremos saber más”. Apuntó el nombre de la víctima en la pizarra y se giró para mirarle. “Rick… siento preguntarlo pero, ¿sabes sí él y Meredith seguían manteniendo contacto?”.

“Que yo sepa su relación se terminó al de poco de divorciarnos. Encontró a otro con más dinero”. Elevó el hombro en señal de resignación.

Beckett bebió del café se sentó en su silla para buscar información sobre él mientras de vez en cuando miraba a Rick de reojo.

“Kate”. Llamó su atención con tono cariñoso. Ella lo miró enseguida. “Estoy bien. No hace falta que estés mirándome a cada minuto, aunque me encanta que lo hagas”. Le sonrió francamente.

Kate se mordió el labio asintiendo. “Lo siento. Sólo quería asegurarme de que recordar esos duros momentos no te afectaban demasiado”. Le sonrió un poco.

“Bueno, no te voy a engañar diciéndote que no me dolió en su momento. Lo hizo, y mucho. Pero más tarde comprendí que era lo mejor que me podría haber pasado. Mi matrimonio con Meredith no iba a ningún lado. Además, aquello es pasado Kate. Y aunque al principio me haya quedado sorprendido por quién es la víctima, estoy bien”.

“Vale”. Le sonrió desde su sitio aún con las manos en el teclado.

“El pasado, es el pasado. Y yo ahora quiero centrarme en el futuro, en mi futuro contigo, en nuestro futuro”. Le guiñó el ojo y ella sonrió más ampliamente.

La inspectora estiró la mano hasta acariciar la de Castle suavemente por encima del escritorio y después se centró de nuevo en sacar más información de la víctima. Aquella tarea normalmente la hacían Espósito y Ryan, pero en cuanto supo quién era la víctima, los mandó a los dos a que investigaran su casa. Dio a la tecla de imprimir todo lo que había podido averiguar y mientras recogía los papeles de la impresora sonó su móvil. Era Lannie que ya tenía los datos de la autopsia.

Ambos bajaron al depósito para saber qué había averiguado la forense. Le hubiera dicho a Castle que la esperara ahí puesto que no se había olvidado de la charla que tenía pendiente con Lannie, pero sabía que él querría saber qué le había pasado al difunto Robert.



¿Más?

Que le pasará a Lannie?
Seguro que Meredith se ha cargado al pobre Robert jajajajaja
Me ha encantado la vuelta al trabajo de estos dos

Algo tendrá que ver como meredith? Espero capítulo cuanto antes

Ahora es Lannie la que necesita A Kate. Sigueee

¡Buenas! Estoy de suerte, pues mi inspiración sigue estando presente! jajaja
Vengo con un nuevo capítulo.
A ver qué pasa con este caso!
GRACIAS por leer y comentar!



“Dime Lannie, qué has descubierto?”. Preguntó entrando en el depósito seguida por Castle.

“Vaya, hola Castle”. Saludó la forense aunque no muy contenta con su presencia.

Kate, lo notó y la miró alzando una ceja. Murmuró un “luego” que sólo leyó la forense y asintió centrándose en el cuerpo.

Castle las miraba a las dos sin entender nada pero prefirió callarse.

“Puedo confirmaros que murió a causa del primer disparo, directo al corazón. El resto, como ya había supuesto, se hicieron postmortem”. La cara de Castle era de total sorpresa.

“¿Venganza?”. Murmuró casi para sus adentros, pero ambas lo escucharon.

Lannie siguió explicando lo que había encontrado. “No hay signos de lucha ni de que se defendiera”.

“O se lo esperaba, o lo hicieron sin que se enterase”. Teorizó en voz alta la inspectora mirando de reojo al escritor.

“¿Quién querría vengarse así de él?”. Preguntó en voz alta aunque más bien se lo estaba preguntando a él mismo.

“No lo sé, pero va a ser difícil averiguarlo sin saber quién es”. Dijo la forense dándole el informe de la autopsia a Kate, quien lo leyó por encima.

“Yo sé quién es”. Murmuró pensativo mirando la cara de blanca y fría de aquel cuerpo.

Lannie lo miró sorprendida y después dirigió la mirada hacia Beckett para que le explicara qué estaba pasando allí, pero la inspectora estaba más pendiente de las reacciones del escritor.

“Kate, voy a salir a hacer unas llamadas, ¿vale?. Te espero en comisaría”. Le tocó el brazo en señal de despedida y ella simplemente asintió antes de ver cómo se marchaba del depósito.

“¿Qué está pasando?”. Preguntó la forense sin poder contenerse más aquella pregunta.

“Parece ser que este hombre se llamaba Robert Brown…”. Sopesó si contarle más a su amiga. Al fin y al cabo era información de la vida privada de Castle y ella no tenía por qué ir por ahí aireándola. Pero la mirada insistente de Lannie le hizo suspirar y continuar. “Ese hombre fue el causante del primer divorcio de Castle. Meredith le engañó con él”. Torció el morro dejando ver claramente lo poco que le gustaban esa información y esa situación.

“Vaya con el señor Brown”. Soltó la morena sorprendida. “¿Le está afectando?”. Preguntó mirando a su amiga.

Beckett se elevó de hombros. “Él dice que no, que está bien. Que el pasado es el pasado. Pero supongo que, aún así, no puede evitar que le afecte algo”.

“¿Y a ti?”. Kate la miró frunciendo el ceño. “¿A ti te está afectando?”. Preguntó sin rodeos.

La inspectora permaneció en silencio unos segundos y finalmente suspiró. “No me afecta el hecho de que esto tenga algo que ver con Meredith. Simplemente me preocupa Castle. Nunca es de buen gusto recordar cómo te pusieron los cuernos y que además aquello ocasionó el divorcio y el que Rick se quedara solo con Alexis”. Alzó los hombros. “Creo que más que nada está sorprendido. Y sobre todo, por la forma en la que lo acribillaron a balazos después de muerto”.

“Sí, eso es extraño”. La miró un momento en silencio. “Encontraréis al que ha hecho esto y todo esto pasará”. Le animó con una pequeña sonrisa, correspondida por la inspectora.

“Bueno y a ti, ¿qué te pasa?”. Preguntó preocupada. “Y no me digas que nada ni me vengas con rodeos Lannie. La que tiene práctica en hacer eso soy yo”. Bromeó un poco.

Lannie suspiró y se sentó en un taburete delante de su mesa. Kate la imitó cogiendo otro taburete y sentándose frente a ella, esperando con paciencia a que se decidiera a hablar.

“Javi y yo hemos vuelto a discutir. Por enésima vez. Ya no sé adónde nos lleva esto. Ni siquiera puedo llegar a contar las veces que hemos discutido en estos dos últimos meses. Me gusta, me encanta estar con él, pero a la vez siento que necesito más. Aunque me encantaría que fuera él quien me diera más”.

“¿A qué te refieres con más?”. Preguntó tras unos segundos en los que la dejó pensar.

Lannie se elevó de hombros. “No lo sé. Pero miro a mi alrededor y todas mis amigas y conocidas están o casadas o prometidas”. La miró a los ojos y Kate le sostuvo la mirada mordiéndose el labio. “Pero por otra parte no sé si quiero estar prometida con Javi. Las dos sabemos cómo es. Es un viva la vida. Hoy está aquí y mañana está allí. No es un hombre de compromisos. Pero le quiero y creo que él también me quiere a mí”. Aguantó las lágrimas pestañeando un par de veces con rapidez.

“Lannie… ¿Has hablado de esto con él?”. Preguntó suavemente.

La forense negó despacio. “No. Tengo miedo a su respuesta o a que simplemente, salga huyendo”.

Kate suspiró. “Mira, conozco a Espo. Es como mi hermano. Y nunca lo he visto babear por ninguna como lo hace por ti. Está esperando cualquier oportunidad para bajar aquí, aunque sea para que le des los datos de algún caso nuevo”. Se calló durante unos segundos, dándole tiempo a pensar. “Lannie, si te quiere, no saldrá corriendo. Puede que al principio le cueste entenderte o escuchar lo que le digas, pero sé que con la cabeza más fría, lo pensará y hará lo correcto por intentar hacerte feliz”. Le sonrió con dulzura.

“Entonces… ¿debo hablar con él?”. Preguntó achinando los ojos.

“Sí. Intenta aclararte antes de hablar con él y entonces os sentáis con una cerveza y le expones lo mejor que puedas cómo te sientes”.

“Vale. Eso haré”. Sonrió un poco a su amiga.

“Tómate tu tiempo para pensarlo, pero tampoco demasiado”. Le aconsejó con una pequeña sonrisa. “No hagas como yo que me lo estuve pensando cuatro años”.

“Sí, pero mírate ahora”. Le sonrió con cariño. “Con una sonrisa enorme te veo todos los días”.

Kate se rió y se levantó de la silla para darle un abrazo a su amiga. “Anda, cálmate y habla con él”. Le guiñó el ojo y cogió el informe que le había dado antes sobre la víctima. “Yo voy a buscar a Castle a ver cómo va”.

Se despidieron con una sonrisa y la inspectora volvió a comisaría a buscar al escritor. Lo encontró en la sala de descanso preparando un par de cafés.



Ups, ¿qué más pasará?

Perfecto, como siempre!!!!!! Qué intriga con Castle y la reacción de Espo!! Me ha encantado la charla de Lannie y Kate!! Sigue cuando puedaas!!!

Que raro que ahora la que pide consejo es lani y no Kate haber como va el caso?

Pobre Lannie, esperemos que Espo se atreva a dar el siguiente paso en su relación.
Sigueee

Sigueee