Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches!
Gracias, gracias, gracias por cada visita y por cada comentario! Sé que me repito, pero es muy importante para mí que me hagáis llegar si os está gustando o no la historia! GRACIAS!
¿Seguimos un poquito?
“Hey…”. Saludó al entrar acercándose a él por detrás y dándole un tierno beso en el hombro.
Rick le sonrió y le tendió su café. “Pensé que lo necesitarías. Parece que esto va para largo”.
“Gracias”. Se sonrieron durante unos segundos, en silencio.
“¿Sabemos algo más de Robert?”. Preguntó centrándose en ese caso como lo haría con cualquier otro.
“No más de lo que le has oído contar a Lannie. Aún no sé nada de Ryan o Espo. Así que me voy a poner ahora mismo a buscar a algún familiar y a intentar saber qué se traía entre manos este hombre para acabar así”. Se apoyó en la encimera donde descansaba la cafetera dando cortos sorbos a su café.
Castle se sentó en uno de los taburetes altos de aquella sala, tomándose también su café. “Llamó a Meredith”. Beckett le miró atenta. “Antes de morir, llamó a Meredith para pedirle dinero. Parece que en los últimos meses habían tenido algún tipo de relación, esporádica”.
Beckett se mordió el labio analizando aquella información. “¿Para qué necesitaba el dinero?”.
Castle se elevó de hombros. “No lo sé. Ella no le preguntó y simplemente le contestó que si lo que quería de ella era sacarle dinero, que se fuera olvidando. No volvió a saber de él hasta que la he llamado yo”.
Beckett se contuvo de hacer un gesto borde ante las palabras de Rick. Al fin y al cabo, Meredith era la madre de Alexis. “Investigaré también sus cuentas a ver si ahí hay algún indicio de algo”. Terminó su café dejándolo sobre aquella encimera y se acercó a Rick. No le dijo nada. Simplemente, agarró su mano con ternura y le dio un pequeño apretón.
Él sonrió y miró alrededor cerciorándose de que nadie estaba demasiado pendiente de ellos. Entonces, se aproximó suavemente a ella y la besó con suavidad. Kate correspondió el beso con una pequeña sonrisa y cuando se separaron, caminaron los dos en silencio hasta el escritorio de Beckett.
Una hora después, llegaban los detectives a la comisaría y Beckett terminaba de reunir toda la información necesaria para intentar esclarecer en qué líos andaba metido Robert.
“¿Habéis encontrado algo chicos?”. Preguntó la inspectora desde su escritorio.
“Parece una casa normal. Ni muy rico ni muy pobre. Vive solo aunque de vez en cuando se lleva a alguna mujer allí”.
“¿Cómo sabes eso?”. Preguntó Castle.
“Ropa interior femenina, además de rastros de pintalabios y pelo de mujer.”. Siguió hablando el moreno. “Pero ahora viene lo mejor”.
“La casa estaba revuelta, completamente patas arriba. No sabemos qué buscaban, pero no forzaron la entrada ni las ventanas”. Informó el irlandés.
Beckett y Castle fruncieron el ceño a la vez.
“¿Vosotros tenéis algo?”.
“El hermano está en camino. En sus cuentas no hay ningún indicio de que estuviera en problemas. Y nada más”. Se mordió el labio pensativa mirando hacia la pizarra. Se levantó y anotó los datos nuevos que ella y sus compañeros habían descubierto.
En ese momento, el teléfono de Castle sonó. Lo sacó del bolsillo y al ver el nombre en la pantalla suspiró y su semblante se volvió más serio. “Castle”. Respondió con sequedad. Atendió lo que le decían al otro lado y entonces, su cara palideció considerablemente. Era incapaz de pronunciar ni una palabra, a pesar de que su interlocutor no dejaba de llamarlo por su nombre para que dijera algo. “¿Estás segura de eso?”. Consiguió hablar tras un par de minutos en silencio.
Beckett lo miraba preocupada después de haber expuesto todos los datos en la pizarra. Lo vio colgar el móvil y levantarse con rapidez. Tanta, que entre la palidez que tenía y lo nervioso que estaba se mareó ligeramente y tuvo que apoyarse en el escritorio de Beckett. “¡Castle!”. Se alarmó la inspectora acercándose rápidamente a él y sujetándolo para que se volviera a sentar. “¿Qué pasa?”. Preguntó en tono preocupado.
“A…Alexis… tengo que irme…”. Se pasó la mano por el pelo recolocándose el flequillo que se le había ido hacia la frente. Miró a Beckett angustiado. Intentó calmarse respirando hondo un par de veces. “Sé quién es la asesina y lo que está buscando ahora mismo. Va a por Alexis”. Consiguió hablar levantándose con rapidez. “Voy a buscarla a la universidad”. Se encaminó hacia el ascensor con rapidez.
Beckett lo siguió sin comprender bien. “¡Castle!”. Lo llamó introduciéndose con él en el ascensor. Pero él no respondía. En cuanto se cerraron las puertas y el ascensor empezó a descender, agarró su mano con ternura. “Rick… cuéntame qué está pasando, por favor”.
Salieron del ascensor sin que ella le soltara la mano. “Te lo cuento de camino. Por favor, vayamos a la universidad de Alexis”. Le pidió parándose para mirarla a los ojos, suplicante.
“Vamos”. Agarró su mano con más firmeza y caminó decidida hacia su coche. Se montó ella en el asiento del conductor y él en el de al lado. Se ataron los cinturones y arrancó con rapidez y destreza, conduciendo entre las calles de Nueva York dirección a la universidad de la pelirroja. “Rick…”. Susurró pidiéndole que le contara lo que pasaba.
El escritor tomo aire para hablar. “Cuando Meredith y Robert se acostaron, rompieron dos matrimonios. El mío y el de Robert con su, por aquel entonces, mujer. Parece ser, que ahora, dieciocho años después, la exmujer se ha enterado de que Meredith tuvo una hija, Alexis. Y cree que es hija de Robert. Habló con él y le pidió un dineral a cambio de olvidarse de todo y no hacerle daño a Alexis. Al parecer no sirvieron las palabras de Robert negando que Alexis fuera hija de él. Así que, como no consiguió el dinero, lo mató. Y ahora va a por Alexis”.
“¿Cómo sabes que va a por tu hija?”. Preguntó mirándole de reojo mientras conducía con mayor rapidez desde que él le había contado eso.
“Porque acaba de estar con Meredith para encararse con ella. Le ha golpeado la cabeza y le ha dicho que va a ir a por mi niña”. Apretó los puños con frustración intentando calmar los nervios y el miedo que sentía.
“Joder. Se le han cruzado los cables”. Estaba alucinada con aquella historia.
“Eso parece. Date prisa, por favor”. Apremió cada vez más nervioso.
“Tranquilo, ya estamos llegado”. Puso una mano sobre la pierna de él, dándole ánimo mientras conducía con agilidad esquivando todos los coches que podía para llegar cuanto antes donde Alexis.
Y... lo dejo ahí! :O
No me matéis, por favor.... jajajaja
Mañana intentaré colgar uno nuevo a mediodía.
Pero no prometo nada ya que tengo el día demasiado ajetreado.
GRACIAS por seguir ahí.
Gracias, gracias, gracias por cada visita y por cada comentario! Sé que me repito, pero es muy importante para mí que me hagáis llegar si os está gustando o no la historia! GRACIAS!
¿Seguimos un poquito?
“Hey…”. Saludó al entrar acercándose a él por detrás y dándole un tierno beso en el hombro.
Rick le sonrió y le tendió su café. “Pensé que lo necesitarías. Parece que esto va para largo”.
“Gracias”. Se sonrieron durante unos segundos, en silencio.
“¿Sabemos algo más de Robert?”. Preguntó centrándose en ese caso como lo haría con cualquier otro.
“No más de lo que le has oído contar a Lannie. Aún no sé nada de Ryan o Espo. Así que me voy a poner ahora mismo a buscar a algún familiar y a intentar saber qué se traía entre manos este hombre para acabar así”. Se apoyó en la encimera donde descansaba la cafetera dando cortos sorbos a su café.
Castle se sentó en uno de los taburetes altos de aquella sala, tomándose también su café. “Llamó a Meredith”. Beckett le miró atenta. “Antes de morir, llamó a Meredith para pedirle dinero. Parece que en los últimos meses habían tenido algún tipo de relación, esporádica”.
Beckett se mordió el labio analizando aquella información. “¿Para qué necesitaba el dinero?”.
Castle se elevó de hombros. “No lo sé. Ella no le preguntó y simplemente le contestó que si lo que quería de ella era sacarle dinero, que se fuera olvidando. No volvió a saber de él hasta que la he llamado yo”.
Beckett se contuvo de hacer un gesto borde ante las palabras de Rick. Al fin y al cabo, Meredith era la madre de Alexis. “Investigaré también sus cuentas a ver si ahí hay algún indicio de algo”. Terminó su café dejándolo sobre aquella encimera y se acercó a Rick. No le dijo nada. Simplemente, agarró su mano con ternura y le dio un pequeño apretón.
Él sonrió y miró alrededor cerciorándose de que nadie estaba demasiado pendiente de ellos. Entonces, se aproximó suavemente a ella y la besó con suavidad. Kate correspondió el beso con una pequeña sonrisa y cuando se separaron, caminaron los dos en silencio hasta el escritorio de Beckett.
Una hora después, llegaban los detectives a la comisaría y Beckett terminaba de reunir toda la información necesaria para intentar esclarecer en qué líos andaba metido Robert.
“¿Habéis encontrado algo chicos?”. Preguntó la inspectora desde su escritorio.
“Parece una casa normal. Ni muy rico ni muy pobre. Vive solo aunque de vez en cuando se lleva a alguna mujer allí”.
“¿Cómo sabes eso?”. Preguntó Castle.
“Ropa interior femenina, además de rastros de pintalabios y pelo de mujer.”. Siguió hablando el moreno. “Pero ahora viene lo mejor”.
“La casa estaba revuelta, completamente patas arriba. No sabemos qué buscaban, pero no forzaron la entrada ni las ventanas”. Informó el irlandés.
Beckett y Castle fruncieron el ceño a la vez.
“¿Vosotros tenéis algo?”.
“El hermano está en camino. En sus cuentas no hay ningún indicio de que estuviera en problemas. Y nada más”. Se mordió el labio pensativa mirando hacia la pizarra. Se levantó y anotó los datos nuevos que ella y sus compañeros habían descubierto.
En ese momento, el teléfono de Castle sonó. Lo sacó del bolsillo y al ver el nombre en la pantalla suspiró y su semblante se volvió más serio. “Castle”. Respondió con sequedad. Atendió lo que le decían al otro lado y entonces, su cara palideció considerablemente. Era incapaz de pronunciar ni una palabra, a pesar de que su interlocutor no dejaba de llamarlo por su nombre para que dijera algo. “¿Estás segura de eso?”. Consiguió hablar tras un par de minutos en silencio.
Beckett lo miraba preocupada después de haber expuesto todos los datos en la pizarra. Lo vio colgar el móvil y levantarse con rapidez. Tanta, que entre la palidez que tenía y lo nervioso que estaba se mareó ligeramente y tuvo que apoyarse en el escritorio de Beckett. “¡Castle!”. Se alarmó la inspectora acercándose rápidamente a él y sujetándolo para que se volviera a sentar. “¿Qué pasa?”. Preguntó en tono preocupado.
“A…Alexis… tengo que irme…”. Se pasó la mano por el pelo recolocándose el flequillo que se le había ido hacia la frente. Miró a Beckett angustiado. Intentó calmarse respirando hondo un par de veces. “Sé quién es la asesina y lo que está buscando ahora mismo. Va a por Alexis”. Consiguió hablar levantándose con rapidez. “Voy a buscarla a la universidad”. Se encaminó hacia el ascensor con rapidez.
Beckett lo siguió sin comprender bien. “¡Castle!”. Lo llamó introduciéndose con él en el ascensor. Pero él no respondía. En cuanto se cerraron las puertas y el ascensor empezó a descender, agarró su mano con ternura. “Rick… cuéntame qué está pasando, por favor”.
Salieron del ascensor sin que ella le soltara la mano. “Te lo cuento de camino. Por favor, vayamos a la universidad de Alexis”. Le pidió parándose para mirarla a los ojos, suplicante.
“Vamos”. Agarró su mano con más firmeza y caminó decidida hacia su coche. Se montó ella en el asiento del conductor y él en el de al lado. Se ataron los cinturones y arrancó con rapidez y destreza, conduciendo entre las calles de Nueva York dirección a la universidad de la pelirroja. “Rick…”. Susurró pidiéndole que le contara lo que pasaba.
El escritor tomo aire para hablar. “Cuando Meredith y Robert se acostaron, rompieron dos matrimonios. El mío y el de Robert con su, por aquel entonces, mujer. Parece ser, que ahora, dieciocho años después, la exmujer se ha enterado de que Meredith tuvo una hija, Alexis. Y cree que es hija de Robert. Habló con él y le pidió un dineral a cambio de olvidarse de todo y no hacerle daño a Alexis. Al parecer no sirvieron las palabras de Robert negando que Alexis fuera hija de él. Así que, como no consiguió el dinero, lo mató. Y ahora va a por Alexis”.
“¿Cómo sabes que va a por tu hija?”. Preguntó mirándole de reojo mientras conducía con mayor rapidez desde que él le había contado eso.
“Porque acaba de estar con Meredith para encararse con ella. Le ha golpeado la cabeza y le ha dicho que va a ir a por mi niña”. Apretó los puños con frustración intentando calmar los nervios y el miedo que sentía.
“Joder. Se le han cruzado los cables”. Estaba alucinada con aquella historia.
“Eso parece. Date prisa, por favor”. Apremió cada vez más nervioso.
“Tranquilo, ya estamos llegado”. Puso una mano sobre la pierna de él, dándole ánimo mientras conducía con agilidad esquivando todos los coches que podía para llegar cuanto antes donde Alexis.
Y... lo dejo ahí! :O
No me matéis, por favor.... jajajaja
Mañana intentaré colgar uno nuevo a mediodía.
Pero no prometo nada ya que tengo el día demasiado ajetreado.
GRACIAS por seguir ahí.
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Esperemos que no le haga nada a Alexis, y que Castle y Beckett lleguen a tiempo.
Me gusta que haya acción e intriga
Sigueee
Me gusta que haya acción e intriga
Sigueee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Qué tensión!!!! Espero que la mujer no haya llegado ya!! Perfecto!!! Sigue cuando puedaas!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes!
Vengo con el capítulo siguiente!
GRACIAS por leer y comentar, una vez más!
“¡Alexis! ¡Alexis!” Gritó su padre bajándose del coche de Beckett a toda prisa en cuanto la inspectora paró el coche y él divisó a su hija andando tranquilamente por el campus.
Beckett también se bajó del coche y siguió a Castle que corría tras la pelirroja.
“¡Papá! ¡Beckett!”. Exclamó sorprendida la adolescente. “¿Qué hacéis aquí?”. Se sujetó fuerte al cuerpo de su padre cuando él la abrazó con fuerza y casi la tira al suelo.
“¿Estás bien?. ¿Te han hecho algo?”. Preguntó aún con el susto en el cuerpo, preocupado.
Beckett los observó desde una distancia prudente mientras pedía que mandaran una patrulla a la universidad de Alexis. Si esa mujer aparecía allí, era mejor tener respaldo para actuar contra ella.
“Claro que estoy bien papá. ¿Quién me iba a hacer nada?”. Lo miró sin entender nada mientras le obligaba a deshacerse de su abrazo. Media Universidad los miraba sin entender nada.
Richard agarró con fuerza la mano de su hija y la hizo caminar hacia el coche de Beckett. “Te vienes con nosotros. Te lo explicaré por el camino”.
“Pero papá”. Se zafó de su mano entre enfadada, sorprendida y preocupada. “Tengo clases. No puedo saltármelas así como así”. Intentó frenar a su padre.
“Cariño”. Rick se paró e intentó calmarse. Estaba actuando demasiado nervioso. “Estás en peligro, por favor, vente con nosotros al coche y te lo contamos todo”.
Beckett se acercó a ellos y puso una mano en la espalda de Castle para indicarle su apoyo. La joven miró a la detective sin entender nada aún. “Haz caso a tu padre Alexis. Él te contará lo que está pasando”. Sacó las llaves del coche del bolsillo de su chaqueta y se las dio a Rick. “Toma, meteos en el coche y no se os ocurra salir de ahí a ninguno de los dos”.
Castle las cogió mirándola con agradecimiento. “¿Y tú?”.
“Yo me quedo aquí a esperar a que llegue una patrulla por si ella aparece”. Apretó el brazo de él animándolo a que fuera al coche con su hija. “Esperadme allí”.
Rick asintió y dirigió a Alexis al coche de Beckett. Ambos se introdujeron dentro y cerraron por dentro.
“Papá, ¿qué está pasando?”. Dijo Alexis mirándolo con miedo.
Rick tomó aire. Era su hija. No sabía si debía contarle todo aquello. Pero… era madura y seguro que sabía encajar bien todo lo que él tuviera que contarle. “Verás… Tenemos un nuevo caso. Han asesinado a un hombre con una bala en el corazón y después le han dado 10 tiros más. Yo… he reconocido a ese hombre”. Miró por la ventanilla y vio a Beckett hablar por teléfono fuera. Volvió a centrarse en la mirada de su hija, azul como la suya. Cogió aire y habló. “Tú sabes que tu madre y yo no acabamos muy bien nuestro matrimonio. Pero jamás te conté por qué. No creo que tengas que saberlo, pero las cosas se han dado así…”. Suspiró. “Verás… tu madre y yo, nos divorciamos porque…”. Alexis le interrumpió.
“Porque mamá te engañó con otro”. Dijo elevando los hombros ligeramente mirando a los ojos a su padre.
“¿Lo sabías?”. Preguntó con la boca abierta, sorprendido.
“Papá, sería una niña, pero podía escuchar algunas de vuestras discusiones las pocas veces que mamá vino, más a por dinero que a verme a mí”. Agarró la mano de su padre. “¿Qué está pasando?”.
Rick respiró hondo recomponiéndose y continuó. “Pues ese hombre al parecer estaba casado también y se divorciaron poco después que nosotros. Y no sé cómo, hace poco que la exmujer de Robert, el hombre ese, se enteró de que tu madre había tenido una hija, es decir, tú”. Alexis asintió dando a entender que le seguía en la historia. “Se pensó que tú serías hija de Robert y se enfureció. Le pidió un montón de dinero a cambio de no venir a por ti. Pero él no pudo conseguirlo y se lo cargó, enfadada, vengativa. Después, fue donde tu madre para encararla a ella y como no consiguió tampoco el dinero, dijo que vendría a por ti. Meredith me llamó a mí y por eso estamos aquí”. Señaló a Beckett que en ese momento se acercaba rápida a un coche que llegaba con rapidez al aparcamiento de la Universidad. Rick frunció el ceño.
Su hija lo miró y al verlo así supo que algo no iba bien. Dirigió la mirada hacia Beckett y desde dentro contemplaron a la detective.
“¡Eh! Señora Marley salga del coche con las manos donde pueda verlas y no se le ocurra hacer ninguna tontería”. Desenfundó su pistola para apuntarla a la exmujer de Robert que aún seguía en el interior del coche.
La mujer se puso nerviosa e intentó volver a arrancar el coche y salir huyendo de allí, pero Beckett fue más lista y abrió con rapidez la puerta del coche agarrándola del brazo y haciendo que parara.
“Le he dicho que salga del coche”. Repitió sin soltarla.
Con la mano que tenía libre, la señora Marley palpó la pistola bajo su abrigo, pero no podía moverse y sacarla. Salió del coche soltándose de la mano de la inspectora.
“Dese la vuelta y apóyese sobre el coche con las manos sobre la cabeza”. Ordenó aún sujetando la pistola en alto.
Aquella mujer obedeció. Al final no era tan valiente como se creía y no pudo sacar la pistola pues estaba segura que la policía le habría disparado si lo hubiera hecho.
Beckett sacó sus esposas y le bajó las manos hasta detrás de la espalda para esposarla. “Queda usted detenida por el asesinato de Robert Brown”.
Cuando se aseguró de que aquella mujer no podría hacer ya nada malo estando esposada, Castle agarró de la mano a su hija y salieron del coche acercándose donde Beckett la mantenía esposa.
La cara de la mujer se llenó de rabia y de furia cuando vio a Alexis.
Castle apretó más fuerte la mano de su hija y la mantuvo detrás de él. “¿Lo ve?. Tiene mis mismos ojos, es hija mía. Y usted, ¡ha cometido un enorme error!”.
El coche policial que Beckett había solicitado llegó y sus compañeros se llevaron a la señora Marley en él a comisaría.
“Alexis, ¿estás bien?”. Se acercó Beckett a ella y las dos chicas se dieron un efusivo abrazo.
“Sí Kate, tranquila. Sólo estaba asustada y no entendía nada. Pero papá ya me lo ha explicado todo”.
Se sonrieron más tranquilas y Kate miró a Castle, que no dejaba de quitarle el ojo de encima a su hija.
“¿Me lleváis a casa con vosotros?. Creo que por hoy he tenido demasiadas emociones”. Pidió la joven abrazándose a su padre.
“Anda, volvamos”. Kate pasó por al lado de Rick rozando conscientemente su mano suavemente y entró en el coche seguida por ellos dos para volver.
Aprovecharon que Ryan y Espósito se estaban haciendo cargo de la señora Marley mientras otros compañeros encontraban las pruebas definitivas que demostraban que ella era la asesina, para irse a comer los tres juntos a un restaurante chino que estaba cerca de la comisaría y de su casa.
Después, Castle y Alexis se fueron a buscar a Alyson al cole y los tres se fueron al loft. Beckett volvió a comisaría a terminar de trabajar y de hacer el papeleo cuanto antes para volver a casa con su familia.
Pronto, más!
Vengo con el capítulo siguiente!
GRACIAS por leer y comentar, una vez más!
“¡Alexis! ¡Alexis!” Gritó su padre bajándose del coche de Beckett a toda prisa en cuanto la inspectora paró el coche y él divisó a su hija andando tranquilamente por el campus.
Beckett también se bajó del coche y siguió a Castle que corría tras la pelirroja.
“¡Papá! ¡Beckett!”. Exclamó sorprendida la adolescente. “¿Qué hacéis aquí?”. Se sujetó fuerte al cuerpo de su padre cuando él la abrazó con fuerza y casi la tira al suelo.
“¿Estás bien?. ¿Te han hecho algo?”. Preguntó aún con el susto en el cuerpo, preocupado.
Beckett los observó desde una distancia prudente mientras pedía que mandaran una patrulla a la universidad de Alexis. Si esa mujer aparecía allí, era mejor tener respaldo para actuar contra ella.
“Claro que estoy bien papá. ¿Quién me iba a hacer nada?”. Lo miró sin entender nada mientras le obligaba a deshacerse de su abrazo. Media Universidad los miraba sin entender nada.
Richard agarró con fuerza la mano de su hija y la hizo caminar hacia el coche de Beckett. “Te vienes con nosotros. Te lo explicaré por el camino”.
“Pero papá”. Se zafó de su mano entre enfadada, sorprendida y preocupada. “Tengo clases. No puedo saltármelas así como así”. Intentó frenar a su padre.
“Cariño”. Rick se paró e intentó calmarse. Estaba actuando demasiado nervioso. “Estás en peligro, por favor, vente con nosotros al coche y te lo contamos todo”.
Beckett se acercó a ellos y puso una mano en la espalda de Castle para indicarle su apoyo. La joven miró a la detective sin entender nada aún. “Haz caso a tu padre Alexis. Él te contará lo que está pasando”. Sacó las llaves del coche del bolsillo de su chaqueta y se las dio a Rick. “Toma, meteos en el coche y no se os ocurra salir de ahí a ninguno de los dos”.
Castle las cogió mirándola con agradecimiento. “¿Y tú?”.
“Yo me quedo aquí a esperar a que llegue una patrulla por si ella aparece”. Apretó el brazo de él animándolo a que fuera al coche con su hija. “Esperadme allí”.
Rick asintió y dirigió a Alexis al coche de Beckett. Ambos se introdujeron dentro y cerraron por dentro.
“Papá, ¿qué está pasando?”. Dijo Alexis mirándolo con miedo.
Rick tomó aire. Era su hija. No sabía si debía contarle todo aquello. Pero… era madura y seguro que sabía encajar bien todo lo que él tuviera que contarle. “Verás… Tenemos un nuevo caso. Han asesinado a un hombre con una bala en el corazón y después le han dado 10 tiros más. Yo… he reconocido a ese hombre”. Miró por la ventanilla y vio a Beckett hablar por teléfono fuera. Volvió a centrarse en la mirada de su hija, azul como la suya. Cogió aire y habló. “Tú sabes que tu madre y yo no acabamos muy bien nuestro matrimonio. Pero jamás te conté por qué. No creo que tengas que saberlo, pero las cosas se han dado así…”. Suspiró. “Verás… tu madre y yo, nos divorciamos porque…”. Alexis le interrumpió.
“Porque mamá te engañó con otro”. Dijo elevando los hombros ligeramente mirando a los ojos a su padre.
“¿Lo sabías?”. Preguntó con la boca abierta, sorprendido.
“Papá, sería una niña, pero podía escuchar algunas de vuestras discusiones las pocas veces que mamá vino, más a por dinero que a verme a mí”. Agarró la mano de su padre. “¿Qué está pasando?”.
Rick respiró hondo recomponiéndose y continuó. “Pues ese hombre al parecer estaba casado también y se divorciaron poco después que nosotros. Y no sé cómo, hace poco que la exmujer de Robert, el hombre ese, se enteró de que tu madre había tenido una hija, es decir, tú”. Alexis asintió dando a entender que le seguía en la historia. “Se pensó que tú serías hija de Robert y se enfureció. Le pidió un montón de dinero a cambio de no venir a por ti. Pero él no pudo conseguirlo y se lo cargó, enfadada, vengativa. Después, fue donde tu madre para encararla a ella y como no consiguió tampoco el dinero, dijo que vendría a por ti. Meredith me llamó a mí y por eso estamos aquí”. Señaló a Beckett que en ese momento se acercaba rápida a un coche que llegaba con rapidez al aparcamiento de la Universidad. Rick frunció el ceño.
Su hija lo miró y al verlo así supo que algo no iba bien. Dirigió la mirada hacia Beckett y desde dentro contemplaron a la detective.
“¡Eh! Señora Marley salga del coche con las manos donde pueda verlas y no se le ocurra hacer ninguna tontería”. Desenfundó su pistola para apuntarla a la exmujer de Robert que aún seguía en el interior del coche.
La mujer se puso nerviosa e intentó volver a arrancar el coche y salir huyendo de allí, pero Beckett fue más lista y abrió con rapidez la puerta del coche agarrándola del brazo y haciendo que parara.
“Le he dicho que salga del coche”. Repitió sin soltarla.
Con la mano que tenía libre, la señora Marley palpó la pistola bajo su abrigo, pero no podía moverse y sacarla. Salió del coche soltándose de la mano de la inspectora.
“Dese la vuelta y apóyese sobre el coche con las manos sobre la cabeza”. Ordenó aún sujetando la pistola en alto.
Aquella mujer obedeció. Al final no era tan valiente como se creía y no pudo sacar la pistola pues estaba segura que la policía le habría disparado si lo hubiera hecho.
Beckett sacó sus esposas y le bajó las manos hasta detrás de la espalda para esposarla. “Queda usted detenida por el asesinato de Robert Brown”.
Cuando se aseguró de que aquella mujer no podría hacer ya nada malo estando esposada, Castle agarró de la mano a su hija y salieron del coche acercándose donde Beckett la mantenía esposa.
La cara de la mujer se llenó de rabia y de furia cuando vio a Alexis.
Castle apretó más fuerte la mano de su hija y la mantuvo detrás de él. “¿Lo ve?. Tiene mis mismos ojos, es hija mía. Y usted, ¡ha cometido un enorme error!”.
El coche policial que Beckett había solicitado llegó y sus compañeros se llevaron a la señora Marley en él a comisaría.
“Alexis, ¿estás bien?”. Se acercó Beckett a ella y las dos chicas se dieron un efusivo abrazo.
“Sí Kate, tranquila. Sólo estaba asustada y no entendía nada. Pero papá ya me lo ha explicado todo”.
Se sonrieron más tranquilas y Kate miró a Castle, que no dejaba de quitarle el ojo de encima a su hija.
“¿Me lleváis a casa con vosotros?. Creo que por hoy he tenido demasiadas emociones”. Pidió la joven abrazándose a su padre.
“Anda, volvamos”. Kate pasó por al lado de Rick rozando conscientemente su mano suavemente y entró en el coche seguida por ellos dos para volver.
Aprovecharon que Ryan y Espósito se estaban haciendo cargo de la señora Marley mientras otros compañeros encontraban las pruebas definitivas que demostraban que ella era la asesina, para irse a comer los tres juntos a un restaurante chino que estaba cerca de la comisaría y de su casa.
Después, Castle y Alexis se fueron a buscar a Alyson al cole y los tres se fueron al loft. Beckett volvió a comisaría a terminar de trabajar y de hacer el papeleo cuanto antes para volver a casa con su familia.
Pronto, más!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Perfecto, me ha encantado!!!! Menos mal que llegaron a tiempo!!! Gracias por continuarlo pronto!!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Menos mal que Alexis esta bien
sigueeee
sigueeee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches!
Graciiias por vuestros comentarios!
Traigo el último capítulo por hoy!
Espero que os guste!
Beckett estaba concentrada en su mesa de escritorio haciendo el papeleo correspondiente a la detención de la señora Marley cuando Espo se le acercó.
“Beckett”. Llamó su atención el moreno.
Ella levantó la cabeza para ver qué quería. “Dime”.
“En la sala de descanso, está la ex de Castle. Viene a que le tomes declaración por la agresión de la señora Marley”. Le informó observando cada gesto de la inspectora.
Pero ella se mantuvo impasible y no mostró ningún tipo de emoción ante las palabras del detective. “Bien, ahora voy”. Espo asintió y se fue a su escritorio, dejándole espacio a la inspectora. Kate suspiró y cogió aire profundamente. Había pensado que a lo mejor se pasaría mañana y entonces estaría Castle con ella para tramitar la denuncia. Pero su futuro marido y el exmarido de Meredith estaba en casa con las niñas. Se levantó con decisión. Ver a Meredith no la amilanaría. Ahora Castle era suyo, y lo sería para siempre.
Entró en aquella sala y la vio sentada en la mesa alta con una taza entre las manos. Supuso que sería una tila, por cómo olía. “Meredith”. Saludó La inspectora cuando estuvo más cerca de ella.
“¿Kate Beckett?”. Preguntó la mujer pelirroja levantando la mirada de su taza.
“Así es”. Asintió y le sonrió mínimamente. Se preparó un café y se sentó frente a ella.
“Al fin te conozco. He oído hablar mucho de ti”. Dijo fijando sus ojos en ella.
“Espero que bien”. Bromeó aunque algo incómoda sin mirarla durante mucho tiempo a los ojos.
“A decir verdad, mejor que bien. Alexis habla maravillas de ti y de tu trabajo”. Intentó entablar una conversación, a pesar de la incomodidad de la situación.
“Gracias”. Sonrió ligeramente. “Es una joven encantadora, muy inteligente y madura para su edad”. Se mordió el labio pensando en la hija de Castle.
“Sí, sí que lo es. Richard hizo un buen trabajo con ella”. Comentó sin atisbo alguno de empatía ni de emoción. “¿Cómo está?”.
Kate frunció el ceño extrañada. Pensaba que habría hablado con Castle o con la propia Alexis para preguntar qué tal estaba. Después, elevó la mirada para encontrarse con la de Meredith. “Está bien. Sólo se ha llevado el susto. Afortunadamente hemos llegado antes que la señora Marley”. La mujer asintió y a Kate la pareció que respiraba algo más tranquila. Se mordió el labio y se fijó en el golpe de su cabeza. “¿Qué tal el golpe de la cabeza?”.
“Mejor. No ha llegado a hacerme mucho. No tenía mucha fuerza.”. Kate le sonrió un poco y ella hizo lo mismo. Ambas permanecieron un momento en silencio. “Me asusté”. Reconoció. “Cuando vino al hotel donde me alojo siempre, no la reconocí. Pero cuando mencionó a Robert, me acordé de ella. Parecía totalmente fuera de sí. Al parecer, ella quería volver con Robert, pero… él y yo…”. Levantó los hombros. “Ya sabes, teníamos una especie de relación”. Kate asintió indicando que entendía por donde quería ir. “Me debió de investigar y descubrir que tenía una hija. Pensó que era de Robert y por eso lo mató. Cuando vino donde mí, me exigió que le diera dinero. Como me negué, me golpeó con un jarrón de adorno de la habitación del hotel y salió disparada gritando que iba a por Alexis. Entonces, llamé corriendo a Richard”.
Beckett anotó lo que le estaba contando. “Vas a denunciarla, ¿verdad?”. Meredith asintió. “Bien, pues dame 10 minutos que preparo la denuncia y te la traigo para que la firmes”. Se levantó y dejó la taza de su café ya terminado sobre la encimera al lado de la cafetera.
“Te espero aquí”. Se miraron fugazmente y Beckett fue a su mesa a preparar la denuncia.
Un cuarto de hora después Beckett volvía a la sala de descanso con la denuncia escrita y preparada para ser firmada. “Ya está. Comprueba que esté todo bien y si estás de acuerdo con todo, la firmas”. Se la dio sentándose nuevamente frente a ella.
Meredith la leyó por encima y cogiendo el bolígrafo que Kate le ofrecía, firmó aquella hoja de papel. “Espero que se pudra en la cárcel. Robert no se merecía lo que le ha hecho”.
“Y tampoco Alexis lo que ha intentado con ella”. Cogió el papel ya firmado y preparado para tramitar la denuncia.
“Gracias, Kate”. Dijo con sinceridad.
“¿Gracias por qué?”. La miró confundida.
“Por lo de la denuncia y por haber ido tan rápido a por Alexis”.
Kate se elevó de hombros. “Es mi trabajo. Y es la hija de Cas… de Rick”. Corrigió mordiéndose el labio.
“Aún así, gracias. Y también por cuidar de mi hija. Sé que ella tiene un gran apoyo contigo”. Se sonrieron mutuamente.
“Adoro a Alexis”. Confesó. “Es muy buena chica”. Sonrió a la madre de la joven.
“Me he enterado de que Richard estáis prometidos”. Curioseó la pelirroja.
“Sí, así es”. Confirmó y sin poder evitarlo echó una mirada a su anillo de compromiso que ya no se despegaba de su mano. Sonrió al acariciarlo.
“Es un hombre maravilloso. Cuídalo. Y no dejes que se cierre en sí mismo. Intenta que se abra a ti”. Kate la miró sin comprenderla del todo. “Yo no supe hacerlo, pero creo que tú sí sabrás hacerlo.”.
“Lo intento”. Le mantuvo la mirada mordiéndose el labio. Una duda llevaba tiempo rondándole por la cabeza. “Meredith.. ¿puedo hacerte una pregunta? Si no quieres… no tienes por qué contestarla. A lo mejor es demasiado personal”.
“Dime”. Le dio pie a preguntar.
“¿Por qué no funcionó lo vuestro? ¿Por qué se estropeó?”. La miró a los ojos.
Meredith suspiró pensativa. “Bueno… supongo que con toda esta historia ya te habrás enterado de que la culpa fue mía, que engañé a Rick con Robert”.
“Sí, pero me refiero… ¿qué te llevó a aquello?”. Insistió la inspectora.
“Bueno, nos enamoramos demasiado jóvenes. Creo que cada uno tenía la cabeza en un lado. Yo quería triunfar como actriz y él con sus libros. Supongo que no estábamos lo suficientemente enamorados y su forma de ser no me ayudaba a enamorarme más de él”. Kate frunció el ceño. Meredith la miró con sinceridad. “Apuesto a que él sabe muchas cosas de ti. Desde dónde te criaste, hasta tus miedos más profundos. Pero… ¿cuánto sabes tú de él?”.
Aquella pregunta se caló muy hondo en ella. Se mordió el labio pensativa y bajó la mirada. “Bueno, sé bastantes cosas. Y hasta ahora no me había parado a pensar en hacer una balanza con las cosas que él sabe de mí y las que yo sé de él”. Alzó la cabeza apretando los labios.
Meredith estiró el brazo y agarró la mano de Kate. “Intenta que se abra contigo. Le cuesta, pero sé que contigo lo hará. Jamás lo había visto tan enamorado”. Le sonrió dulcemente y se levantó doblando una copia de la denuncia para guardarla en su bolso. “Tengo que irme. Mi avión sale mañana temprano y me gustaría descansar un rato antes”.
“Por supuesto”. Kate también se levantó y la acompañó hasta el ascensor. “Gracias por la charla”.
“A ti por lo que haces con Alexis y por lo de la denuncia”. Caminó hacia fuera de la sala seguida por Kate. “Dile a Alexis que la llamaré cuando vuelva a Los Ángeles”.
“Lo haré”. Se despidieron con dos escuetos besos, uno en cada mejilla y Beckett se quedó observando cómo Meredith desaparecía en el ascensor de la comisaría, pensativa.
Mañana, más!
Graciiias por vuestros comentarios!
Traigo el último capítulo por hoy!
Espero que os guste!
Beckett estaba concentrada en su mesa de escritorio haciendo el papeleo correspondiente a la detención de la señora Marley cuando Espo se le acercó.
“Beckett”. Llamó su atención el moreno.
Ella levantó la cabeza para ver qué quería. “Dime”.
“En la sala de descanso, está la ex de Castle. Viene a que le tomes declaración por la agresión de la señora Marley”. Le informó observando cada gesto de la inspectora.
Pero ella se mantuvo impasible y no mostró ningún tipo de emoción ante las palabras del detective. “Bien, ahora voy”. Espo asintió y se fue a su escritorio, dejándole espacio a la inspectora. Kate suspiró y cogió aire profundamente. Había pensado que a lo mejor se pasaría mañana y entonces estaría Castle con ella para tramitar la denuncia. Pero su futuro marido y el exmarido de Meredith estaba en casa con las niñas. Se levantó con decisión. Ver a Meredith no la amilanaría. Ahora Castle era suyo, y lo sería para siempre.
Entró en aquella sala y la vio sentada en la mesa alta con una taza entre las manos. Supuso que sería una tila, por cómo olía. “Meredith”. Saludó La inspectora cuando estuvo más cerca de ella.
“¿Kate Beckett?”. Preguntó la mujer pelirroja levantando la mirada de su taza.
“Así es”. Asintió y le sonrió mínimamente. Se preparó un café y se sentó frente a ella.
“Al fin te conozco. He oído hablar mucho de ti”. Dijo fijando sus ojos en ella.
“Espero que bien”. Bromeó aunque algo incómoda sin mirarla durante mucho tiempo a los ojos.
“A decir verdad, mejor que bien. Alexis habla maravillas de ti y de tu trabajo”. Intentó entablar una conversación, a pesar de la incomodidad de la situación.
“Gracias”. Sonrió ligeramente. “Es una joven encantadora, muy inteligente y madura para su edad”. Se mordió el labio pensando en la hija de Castle.
“Sí, sí que lo es. Richard hizo un buen trabajo con ella”. Comentó sin atisbo alguno de empatía ni de emoción. “¿Cómo está?”.
Kate frunció el ceño extrañada. Pensaba que habría hablado con Castle o con la propia Alexis para preguntar qué tal estaba. Después, elevó la mirada para encontrarse con la de Meredith. “Está bien. Sólo se ha llevado el susto. Afortunadamente hemos llegado antes que la señora Marley”. La mujer asintió y a Kate la pareció que respiraba algo más tranquila. Se mordió el labio y se fijó en el golpe de su cabeza. “¿Qué tal el golpe de la cabeza?”.
“Mejor. No ha llegado a hacerme mucho. No tenía mucha fuerza.”. Kate le sonrió un poco y ella hizo lo mismo. Ambas permanecieron un momento en silencio. “Me asusté”. Reconoció. “Cuando vino al hotel donde me alojo siempre, no la reconocí. Pero cuando mencionó a Robert, me acordé de ella. Parecía totalmente fuera de sí. Al parecer, ella quería volver con Robert, pero… él y yo…”. Levantó los hombros. “Ya sabes, teníamos una especie de relación”. Kate asintió indicando que entendía por donde quería ir. “Me debió de investigar y descubrir que tenía una hija. Pensó que era de Robert y por eso lo mató. Cuando vino donde mí, me exigió que le diera dinero. Como me negué, me golpeó con un jarrón de adorno de la habitación del hotel y salió disparada gritando que iba a por Alexis. Entonces, llamé corriendo a Richard”.
Beckett anotó lo que le estaba contando. “Vas a denunciarla, ¿verdad?”. Meredith asintió. “Bien, pues dame 10 minutos que preparo la denuncia y te la traigo para que la firmes”. Se levantó y dejó la taza de su café ya terminado sobre la encimera al lado de la cafetera.
“Te espero aquí”. Se miraron fugazmente y Beckett fue a su mesa a preparar la denuncia.
Un cuarto de hora después Beckett volvía a la sala de descanso con la denuncia escrita y preparada para ser firmada. “Ya está. Comprueba que esté todo bien y si estás de acuerdo con todo, la firmas”. Se la dio sentándose nuevamente frente a ella.
Meredith la leyó por encima y cogiendo el bolígrafo que Kate le ofrecía, firmó aquella hoja de papel. “Espero que se pudra en la cárcel. Robert no se merecía lo que le ha hecho”.
“Y tampoco Alexis lo que ha intentado con ella”. Cogió el papel ya firmado y preparado para tramitar la denuncia.
“Gracias, Kate”. Dijo con sinceridad.
“¿Gracias por qué?”. La miró confundida.
“Por lo de la denuncia y por haber ido tan rápido a por Alexis”.
Kate se elevó de hombros. “Es mi trabajo. Y es la hija de Cas… de Rick”. Corrigió mordiéndose el labio.
“Aún así, gracias. Y también por cuidar de mi hija. Sé que ella tiene un gran apoyo contigo”. Se sonrieron mutuamente.
“Adoro a Alexis”. Confesó. “Es muy buena chica”. Sonrió a la madre de la joven.
“Me he enterado de que Richard estáis prometidos”. Curioseó la pelirroja.
“Sí, así es”. Confirmó y sin poder evitarlo echó una mirada a su anillo de compromiso que ya no se despegaba de su mano. Sonrió al acariciarlo.
“Es un hombre maravilloso. Cuídalo. Y no dejes que se cierre en sí mismo. Intenta que se abra a ti”. Kate la miró sin comprenderla del todo. “Yo no supe hacerlo, pero creo que tú sí sabrás hacerlo.”.
“Lo intento”. Le mantuvo la mirada mordiéndose el labio. Una duda llevaba tiempo rondándole por la cabeza. “Meredith.. ¿puedo hacerte una pregunta? Si no quieres… no tienes por qué contestarla. A lo mejor es demasiado personal”.
“Dime”. Le dio pie a preguntar.
“¿Por qué no funcionó lo vuestro? ¿Por qué se estropeó?”. La miró a los ojos.
Meredith suspiró pensativa. “Bueno… supongo que con toda esta historia ya te habrás enterado de que la culpa fue mía, que engañé a Rick con Robert”.
“Sí, pero me refiero… ¿qué te llevó a aquello?”. Insistió la inspectora.
“Bueno, nos enamoramos demasiado jóvenes. Creo que cada uno tenía la cabeza en un lado. Yo quería triunfar como actriz y él con sus libros. Supongo que no estábamos lo suficientemente enamorados y su forma de ser no me ayudaba a enamorarme más de él”. Kate frunció el ceño. Meredith la miró con sinceridad. “Apuesto a que él sabe muchas cosas de ti. Desde dónde te criaste, hasta tus miedos más profundos. Pero… ¿cuánto sabes tú de él?”.
Aquella pregunta se caló muy hondo en ella. Se mordió el labio pensativa y bajó la mirada. “Bueno, sé bastantes cosas. Y hasta ahora no me había parado a pensar en hacer una balanza con las cosas que él sabe de mí y las que yo sé de él”. Alzó la cabeza apretando los labios.
Meredith estiró el brazo y agarró la mano de Kate. “Intenta que se abra contigo. Le cuesta, pero sé que contigo lo hará. Jamás lo había visto tan enamorado”. Le sonrió dulcemente y se levantó doblando una copia de la denuncia para guardarla en su bolso. “Tengo que irme. Mi avión sale mañana temprano y me gustaría descansar un rato antes”.
“Por supuesto”. Kate también se levantó y la acompañó hasta el ascensor. “Gracias por la charla”.
“A ti por lo que haces con Alexis y por lo de la denuncia”. Caminó hacia fuera de la sala seguida por Kate. “Dile a Alexis que la llamaré cuando vuelva a Los Ángeles”.
“Lo haré”. Se despidieron con dos escuetos besos, uno en cada mejilla y Beckett se quedó observando cómo Meredith desaparecía en el ascensor de la comisaría, pensativa.
Mañana, más!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me ha gustado la charla con Meredith, perfecto como siempre!!!! Adoro cómo escribes!!!! Sigue cuando puedaaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola!
Vengo con un poquito más!!
Graciiiias por seguir ahí!
Cuando Kate entró en el loft, la estampa que se encontró, no pudo provocarle mayor ternura. Se mordió el labio sonriendo abiertamente. Desde que había estado con Meredith y había hablado con ella un nudo en la garganta le impedía sonreír normalmente. Pero al ver a Martha danzando por la cocina preparando algo de cenar y a Rick en el sofá con Alyson encima medio dormida y Alexis al lado viendo la televisión, aquel nudo se aflojó y se sintió en casa, cómoda, tranquila y feliz. Aunque las palabras de Meredith le habían llegado bastante hondo.
“¡Hola!”. Saludó deshaciéndose de su chaqueta colgándola y se quitó las botas de tacón dejándolas en la entrada.
“¡Kate!”. Se levantó la pequeña con rapidez olvidando de repente el sueño que tenía y corrió a sus brazos.
“Hola pequeñaja. ¿Qué tal estás? ¿Cómo ha ido hoy el cole?”. Preguntó cogiéndola en brazos y dándole un sonoro beso en la mejilla.
“Bueno, me he peleado con Madison”. Confesó la niña entrecerrando los ojos y bajando la mirada ligeramente.
“¿Por qué? ¿Qué ha pasado?”. La dejó en el sofá al lado de Rick y se acercó a besar la cabeza de Alexis. La joven le sonrió con cariño. Después, se sentó sobre las piernas del escritor y le dio un profundo beso en los labios. Él la abrazó con cariño sin dejar que se levantara.
“Hola cariño…”. Le susurró con ternura acariciándole la espalda suavemente. Kate cerró los ojos un momento hasta que escuchó de nuevo la voz de Aly y se giró abriendo los ojos para mirarla.
“Me ha dicho cosas muy feas”. Jugó con su peluche mirándolo concentrada sin atreverse a mirar a Kate.
“¿Qué cosas?”. Preguntó la inspectora mirando a la niña y después a Rick interrogándolo con la mirada.
El escritor acarició la mejilla de la niña e hizo que les mirara. “Aly, cuéntaselo a Kate. Sabes perfectamente que ella mejor que nadie te va a entender”. Besó su pelo suavemente.
La niña dudó sin decir nada, en silencio.
“Creo que me voy a dar un baño calentito. ¿Vienes conmigo Aly?”. Intentó que ella se animara para que pudieran hablar a solas tranquilamente.
“Vale…”. Se levantó dejando el peluche en el sofá.
Beckett se levantó de las piernas de Castle después de darle un beso rápido en los labios y agarró la mano de Aly.
“Por cierto Alexis, tu madre me ha dicho que te llamará mañana cuando regrese a Los Ángeles”.
“¿Has estado con Meredith?”. Preguntó Castle sorprendido y miró a Alexis a ver si ella sabía algo, pero ésta negó con la cabeza y se elevó de hombros.
“Sí. Vino a poner la denuncia por agresión contra la señora Marley”. Les sonrió fugazmente y se fue con Alyson a darse un buen baño.
Las dos se desnudaron en silencio mientras la bañera se llenaba de agua caliente. Cuando estuvo a la temperatura deseada, Kate se metió con cuidado de no salpicar demasiado y después ayudo a la niña a que se metiera con ella en la bañera. Alyson, al contrario de lo que solía hacer habitualmente, se recostó sobre el cuerpo de Kate, cerrando los ojos y relajándose. La inspectora le acariciaba los brazos tiernamente por debajo del agua.
“Aly… ¿qué ha pasado hoy en clase? ¿Me lo quieres contar?”. Preguntó susurrando cariñosamente.
“Madison… me ha dicho que voy a ser tonta y mala porque mis papás no están conmigo y mis abuelos tampoco…”. Dijo la niña entristecida, empezando a hipar por el llanto que se avecinaba.
Kate pasó el brazo por la cintura de la niña pegándola más a ella y le besó la cabeza con ternura. “Pero eso no es verdad cariño”. Se mordió el labio intentando controlar la pena que sentía por la pequeña.
“Sí que lo es…” Susurró suavemente con los ojos cerrados para intentar detener las lágrimas.
“No, no lo es”. Dijo firmemente la inspectora. Cogió a la niña con cuidado e hizo que se diera la vuelta dentro de la bañera para poderla mirar a la cara. Le secó las lágrimas dulcemente con los pulgares de sus manos. “Aly, cariño, mírame”. La niña bajó más la cabeza ante las palabras de Kate. “Princesa, escucha…”. Le colocó bien el mechón de pelo humedecido que se le había ido hacia los ojos. “No vas a ser tonta ni mala, y siempre vas a estar bien cuidada. ¿Sabes por qué?”. La pequeña negó con la cabeza aún sin mirar a Kate. “Porque ni Rick, ni Martha, ni Alexis ni yo vamos a permitir que eso pase. Puede que nosotros no seamos tus papás ni tus abuelos, pero te vamos a cuidar y a educar como si lo fueramos. De hecho, ya lo estamos haciendo desde que vives con nosotros”. La niña miró a Kate sin reprimir las lágrimas y ella volvió a secárselas con suavidad. “Podríamos decir que somos como tus nuevos papás. Podrías contestarle eso a Madison la próxima vez. Que tienes dos nuevos papás, aunque nunca te vas a olvidar de tu mamá ni de tus abuelos”.
Alyson hipó ligeramente y Kate la atrajo a ella para abrazarla con cariño. “Me gusta que seáis mis nuevos papás…”. Susurró acurrucándose en el cuerpo de la inspectora.
Kate besó su cabeza dulcemente. “Y a mí ser tu nueva mamá”. Acarició su espalda con ternura.
“Cuando Madison vuelva a decirme eso, le diré que tengo unos nuevos papás geniales que me llevan al parque de atracciones, a patinar a Central Park, a la universidad a ver a Alexis…”. Se calló un momento al nombrar a la joven. “Entonces… si vosotros sois mis nuevos papás… Alexis será mi nueva hermana, ¿no?”. Miró a Kate con un brillo de ilusión.
La inspectora sonrió acariciándole la mejilla. “Claro que sí. Y Martha tu nueva abuela. Y Jim tu nuevo abuelo”.
“Me gusta como suena eso…” Susurró acurrucándose de nuevo con ella.
Permanecieron así durante unos mintuso para después enjabonarse y aclararse. Salieron con sus albornoces y Aly fue corriendo a su cuarto a ponerse el pijama para cenar mientras Kate se ponía el suyo en su habitación.
Estaba únicamente vestida con unas braguitas y una camiseta de pijama mientras se secaba el pelo con una toalla cuando Castle entró en la habitación y la abrazó por la espalda tiernamente dándole un par de besos en el cuello.
“Mmmm… Siempre me ha encantado tu champú con olor a cerezas…”. Susurró en su oído.
“Rick…”. Murmuró ella mordiéndose el labio y cerrando los ojos encantada de tenerlo así. Le había echado de menos aquella tarde en comisaría.
“La cena está casi lista”. Informó dándo suaves beso de nuevo en su cuello y bajando esta vez por su hombro.
“Sólo me queda secarme el pelo y ayudar a Aly a secar el suyo”. Se acurrucó entre los brazos de él. Jadeó cuando el escritor mordió y lamió el lóbulo de su oreja. “Rick… vendrá la niña enseguida…”. Se mordió el labio con fuerza.
“Está bien…” Susurró con una pequeña sonrisa soltándola y dejando que fuera al baño a peinarse y secarse el pelo. Se acercó al marco de la puerta del baño y se apoyó en él observándola en cada movimiento. “¿Qué tal ha ido con Meredith?”. Soltó por fin la pregunta que tan preocupado le tenía desde que Beckett la había mencionado.
Kate le miró a través del espejo mientras se secaba el pelo y le dedicó una pequeña sonrisa. “Bien. Hemos hablado un poco y me ha contado lo que ha pasado para que pudiera redactar la denuncia”.
“¿De qué habéis hablado?”. Preguntó más que curioso, preocupado.
“¿Qué pasa Rick? ¿Temes que me haya contado algo que me haga salir huyendo?”. Bromeó ligeramente sonriéndole a través del espejo.
“Algo así”. Reconoció mordiéndose el labio con preocupación.
“Estoy aquí, ¿no?”. Él asintió. “Entonces no debes preocuparte por nada”. Apagó el secador tras acabar con su pelo y justo en ese momento llegó Alyson con el cepillo en la mano que había estado intentando peinarse el pelo. Kate terminó de desenredar su cabello con cuidado y empezó a secárselo también.
Rick seguía observándola. Notaba algo raro en ella, y estaba casi seguro de que tenía que ver con la conversación con Meredith. Suspiró y decidió que ya hablaría con ella cuando se acostaran. Entró en el baño, besó la cabeza de Kate y la de Aly. “Daos prisa que la cena estará ya casi lista”. Salió de allí dejando a las chicas solas mientras se arreglaban sus cabellos.
¿Qué os va pareciendo esta pequeña-gran familia?
A ver si luego puedo colgar un poco más!
GRACIAS!
Vengo con un poquito más!!
Graciiiias por seguir ahí!
Cuando Kate entró en el loft, la estampa que se encontró, no pudo provocarle mayor ternura. Se mordió el labio sonriendo abiertamente. Desde que había estado con Meredith y había hablado con ella un nudo en la garganta le impedía sonreír normalmente. Pero al ver a Martha danzando por la cocina preparando algo de cenar y a Rick en el sofá con Alyson encima medio dormida y Alexis al lado viendo la televisión, aquel nudo se aflojó y se sintió en casa, cómoda, tranquila y feliz. Aunque las palabras de Meredith le habían llegado bastante hondo.
“¡Hola!”. Saludó deshaciéndose de su chaqueta colgándola y se quitó las botas de tacón dejándolas en la entrada.
“¡Kate!”. Se levantó la pequeña con rapidez olvidando de repente el sueño que tenía y corrió a sus brazos.
“Hola pequeñaja. ¿Qué tal estás? ¿Cómo ha ido hoy el cole?”. Preguntó cogiéndola en brazos y dándole un sonoro beso en la mejilla.
“Bueno, me he peleado con Madison”. Confesó la niña entrecerrando los ojos y bajando la mirada ligeramente.
“¿Por qué? ¿Qué ha pasado?”. La dejó en el sofá al lado de Rick y se acercó a besar la cabeza de Alexis. La joven le sonrió con cariño. Después, se sentó sobre las piernas del escritor y le dio un profundo beso en los labios. Él la abrazó con cariño sin dejar que se levantara.
“Hola cariño…”. Le susurró con ternura acariciándole la espalda suavemente. Kate cerró los ojos un momento hasta que escuchó de nuevo la voz de Aly y se giró abriendo los ojos para mirarla.
“Me ha dicho cosas muy feas”. Jugó con su peluche mirándolo concentrada sin atreverse a mirar a Kate.
“¿Qué cosas?”. Preguntó la inspectora mirando a la niña y después a Rick interrogándolo con la mirada.
El escritor acarició la mejilla de la niña e hizo que les mirara. “Aly, cuéntaselo a Kate. Sabes perfectamente que ella mejor que nadie te va a entender”. Besó su pelo suavemente.
La niña dudó sin decir nada, en silencio.
“Creo que me voy a dar un baño calentito. ¿Vienes conmigo Aly?”. Intentó que ella se animara para que pudieran hablar a solas tranquilamente.
“Vale…”. Se levantó dejando el peluche en el sofá.
Beckett se levantó de las piernas de Castle después de darle un beso rápido en los labios y agarró la mano de Aly.
“Por cierto Alexis, tu madre me ha dicho que te llamará mañana cuando regrese a Los Ángeles”.
“¿Has estado con Meredith?”. Preguntó Castle sorprendido y miró a Alexis a ver si ella sabía algo, pero ésta negó con la cabeza y se elevó de hombros.
“Sí. Vino a poner la denuncia por agresión contra la señora Marley”. Les sonrió fugazmente y se fue con Alyson a darse un buen baño.
Las dos se desnudaron en silencio mientras la bañera se llenaba de agua caliente. Cuando estuvo a la temperatura deseada, Kate se metió con cuidado de no salpicar demasiado y después ayudo a la niña a que se metiera con ella en la bañera. Alyson, al contrario de lo que solía hacer habitualmente, se recostó sobre el cuerpo de Kate, cerrando los ojos y relajándose. La inspectora le acariciaba los brazos tiernamente por debajo del agua.
“Aly… ¿qué ha pasado hoy en clase? ¿Me lo quieres contar?”. Preguntó susurrando cariñosamente.
“Madison… me ha dicho que voy a ser tonta y mala porque mis papás no están conmigo y mis abuelos tampoco…”. Dijo la niña entristecida, empezando a hipar por el llanto que se avecinaba.
Kate pasó el brazo por la cintura de la niña pegándola más a ella y le besó la cabeza con ternura. “Pero eso no es verdad cariño”. Se mordió el labio intentando controlar la pena que sentía por la pequeña.
“Sí que lo es…” Susurró suavemente con los ojos cerrados para intentar detener las lágrimas.
“No, no lo es”. Dijo firmemente la inspectora. Cogió a la niña con cuidado e hizo que se diera la vuelta dentro de la bañera para poderla mirar a la cara. Le secó las lágrimas dulcemente con los pulgares de sus manos. “Aly, cariño, mírame”. La niña bajó más la cabeza ante las palabras de Kate. “Princesa, escucha…”. Le colocó bien el mechón de pelo humedecido que se le había ido hacia los ojos. “No vas a ser tonta ni mala, y siempre vas a estar bien cuidada. ¿Sabes por qué?”. La pequeña negó con la cabeza aún sin mirar a Kate. “Porque ni Rick, ni Martha, ni Alexis ni yo vamos a permitir que eso pase. Puede que nosotros no seamos tus papás ni tus abuelos, pero te vamos a cuidar y a educar como si lo fueramos. De hecho, ya lo estamos haciendo desde que vives con nosotros”. La niña miró a Kate sin reprimir las lágrimas y ella volvió a secárselas con suavidad. “Podríamos decir que somos como tus nuevos papás. Podrías contestarle eso a Madison la próxima vez. Que tienes dos nuevos papás, aunque nunca te vas a olvidar de tu mamá ni de tus abuelos”.
Alyson hipó ligeramente y Kate la atrajo a ella para abrazarla con cariño. “Me gusta que seáis mis nuevos papás…”. Susurró acurrucándose en el cuerpo de la inspectora.
Kate besó su cabeza dulcemente. “Y a mí ser tu nueva mamá”. Acarició su espalda con ternura.
“Cuando Madison vuelva a decirme eso, le diré que tengo unos nuevos papás geniales que me llevan al parque de atracciones, a patinar a Central Park, a la universidad a ver a Alexis…”. Se calló un momento al nombrar a la joven. “Entonces… si vosotros sois mis nuevos papás… Alexis será mi nueva hermana, ¿no?”. Miró a Kate con un brillo de ilusión.
La inspectora sonrió acariciándole la mejilla. “Claro que sí. Y Martha tu nueva abuela. Y Jim tu nuevo abuelo”.
“Me gusta como suena eso…” Susurró acurrucándose de nuevo con ella.
Permanecieron así durante unos mintuso para después enjabonarse y aclararse. Salieron con sus albornoces y Aly fue corriendo a su cuarto a ponerse el pijama para cenar mientras Kate se ponía el suyo en su habitación.
Estaba únicamente vestida con unas braguitas y una camiseta de pijama mientras se secaba el pelo con una toalla cuando Castle entró en la habitación y la abrazó por la espalda tiernamente dándole un par de besos en el cuello.
“Mmmm… Siempre me ha encantado tu champú con olor a cerezas…”. Susurró en su oído.
“Rick…”. Murmuró ella mordiéndose el labio y cerrando los ojos encantada de tenerlo así. Le había echado de menos aquella tarde en comisaría.
“La cena está casi lista”. Informó dándo suaves beso de nuevo en su cuello y bajando esta vez por su hombro.
“Sólo me queda secarme el pelo y ayudar a Aly a secar el suyo”. Se acurrucó entre los brazos de él. Jadeó cuando el escritor mordió y lamió el lóbulo de su oreja. “Rick… vendrá la niña enseguida…”. Se mordió el labio con fuerza.
“Está bien…” Susurró con una pequeña sonrisa soltándola y dejando que fuera al baño a peinarse y secarse el pelo. Se acercó al marco de la puerta del baño y se apoyó en él observándola en cada movimiento. “¿Qué tal ha ido con Meredith?”. Soltó por fin la pregunta que tan preocupado le tenía desde que Beckett la había mencionado.
Kate le miró a través del espejo mientras se secaba el pelo y le dedicó una pequeña sonrisa. “Bien. Hemos hablado un poco y me ha contado lo que ha pasado para que pudiera redactar la denuncia”.
“¿De qué habéis hablado?”. Preguntó más que curioso, preocupado.
“¿Qué pasa Rick? ¿Temes que me haya contado algo que me haga salir huyendo?”. Bromeó ligeramente sonriéndole a través del espejo.
“Algo así”. Reconoció mordiéndose el labio con preocupación.
“Estoy aquí, ¿no?”. Él asintió. “Entonces no debes preocuparte por nada”. Apagó el secador tras acabar con su pelo y justo en ese momento llegó Alyson con el cepillo en la mano que había estado intentando peinarse el pelo. Kate terminó de desenredar su cabello con cuidado y empezó a secárselo también.
Rick seguía observándola. Notaba algo raro en ella, y estaba casi seguro de que tenía que ver con la conversación con Meredith. Suspiró y decidió que ya hablaría con ella cuando se acostaran. Entró en el baño, besó la cabeza de Kate y la de Aly. “Daos prisa que la cena estará ya casi lista”. Salió de allí dejando a las chicas solas mientras se arreglaban sus cabellos.
¿Qué os va pareciendo esta pequeña-gran familia?
A ver si luego puedo colgar un poco más!
GRACIAS!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me encanta
siguelo y espero que en el proximo Aly le diga mama o papa a castle o a becket
siguelo y espero que en el proximo Aly le diga mama o papa a castle o a becket
castle_always_annarodgers- Actor en Broadway
- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 27/06/2014
Edad : 28
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Perfecto!!! Todos juntos son adorables!!!! A ver si Castle consigue hablar con Beckett!!! Sigue prontoo!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Se acercan problemas entre Castle y Beckett por lo de Meredith??
Sigue me encanta la familia
Sigue me encanta la familia
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
Me ha encantado espero que no haya problemas con la charla de meredith siguee
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes!
Perdonad mi ausencia estos días. He tenido un ajetreo tremendo y además he estado un poco malita. Pero parece que ya me voy recuperando.
Aquí tenéis un nuevo capítulo!
Gracias por seguir ahí, por esperarme estos días.
Sigamos!!!
Cenaron los 5 lo que Martha había cocinado, que para sorpresa de los adultos y de Alexis, estaba mucho más comestible de lo que pensaba que estaría. Bromearon sobre aquello y después charlaron un rato sobre los planes de estudio de la joven pelirroja. Al día siguiente sólo tenía clase por la tarde así que se iría sin prisas en un autobús durante la mañana. Su padre intentó convencerla de que la llevaría él mismo y se asegurarían juntos de que todo iba bien por el campus, pero Alexis insistió en que todo estaría bien, que la señora Marley ya estaba detenida y que ella ya era mayorcita. Kate le dio la razón a la joven, al igual que Martha. Aquello hizo que el escritor frunciera el ceño y bromeara diciendo que estaban todas contra él. Pero la pequeña Alyson que había estado escuchando la conversación en silencio mientras cenaba, se bajó de su silla, de un salto se sentó sobre las piernas de Rick y lo abrazó con fuerza diciendo que ella estaba de su lado. Todos disfrutaron de esa tierna escena.
Cuando acabaron de cenar, Castle y Beckett recogieron los platos ayudados por Alexis y la niña pidió que fuera la joven quien la acostara. Así lo hizo la pelirroja mientras Martha se retiraba a su habitación para descansar y Kate y Rick se sentaban en el sofá con una copa de vino cada uno.
“¿Te ha contado Aly al final lo que le ha pasado en clase?”. Se recostó en el sofá y la obligó a ella a que se dejara descansar sobre él. Empezó a darle suaves caricias en el pelo.
“Uhum”. Murmuró con una pequeña sonrisa. Respiró hondo sintiendo las caricias del escritor y cerró los ojos para disfrutar de ellas. “Y hemos llegado a un acuerdo”. Susurró mordiéndose el labio.
“¿Qué acuerdo?”. Preguntó también en voz baja, sin cesar con las caricias.
“A partir de ahora puede decir que tiene una nueva familia. Nuevos padres, una hermana nueva e incluso abuelos nuevos. Que seremos todos nosotros”. Se calló al notar que Rick paraba de acariciarla y abrió los ojos incorporándose un poco para mirarle. “Así, cuando se vuelvan a meter con ella por lo que pasó a su familia, podrá decir que sí tiene papás y una hermana e incluso abuelos”. Le miró a los ojos. “¿Te… parece bien?”. Preguntó confundida con el silencio que él estaba manteniendo.
“¿Y decías que tenías miedo de no ser una buena madre?”. Tiró de su mano suavemente atrayéndola de nuevo a él para besarla con suavidad. Kate respiró con tranquilidad al escuchar sus palabras y respondió tímidamente al beso. “Kate, eres la mejor madre que un niño podría tener. Llegas a casa, agotada de todo el día trabajando y lo primero que pides es que te acompañe a bañaros juntas. La cuidas, la mimas, le das cariño y cuando lo necesita, también algo de mano dura”. Acarició la mejilla de la inspectora dulcemente. “Eres perfecta para ella… y para mí también”. Besó de nuevo sus labios suavemente y soltó su mano para que pudiera acomodarse bien.
Kate se volvió a colocar con su espalda pegada al pecho de Rick y cerró los ojos agarrando la mano del escritor y acariciándosela suavemente. “Ni siquiera sé cómo lo hago. Es como si al estar con ella se encendiera en mí el instinto maternal que me hace ser así con la niña”. Confesó sin dejar de acariciar los dedos de Castle.
En ese momento, bajó Alexis del cuarto de Alyson. “Ya se ha quedado dormida”. Informó a la pareja que no se movió del sofá, sólo miraban a la pelirroja con una pequeña sonrisa. “Y yo creo que me voy a ir a la cama también. Estoy agotada”. Se acercó a ellos y besó durante un largo rato la mejilla de su padre, abrazándolo suavemente. Después, besó más fugazmente la mejilla de Kate pero dedicándole una cálida sonrisa.
“Hasta mañana hija”. Se despidió de ella su padre.
“Hasta mañana Alexis. Buenas noches”. Dijo la inspectora aún entre los brazos de Castle. Cuando la joven desapareció escaleras arriba, se estiró para coger su copa y le dio un pequeño trago, saboreando el vino.
“¿Estás muy cansada?”. Preguntó acariciándole suavemente la cintura.
La piel de Kate se estremeció ante el contaco y se mordió el labio con una sonrisa. “Depende para qué…”. Susurró juguetona.
“No sé… yo había pensado…”. Fue subiendo las caricias por dentro de la camiseta de ella rozando la piel de su espalda y de su abdomen. “Que podíamos leer… o ver una peli…”. Rozó un pecho de Kate cuando su mano siguió ascendiendo, pero se paró ahí, sin volver a rozarlo, sin seguir con las caricias. Aquello le hizo a ella soltar un pequeño gemido. “¿Te apetece?”.
Kate inspiró hondo intentando controlar el deseo que empezaba a despertarse en ella y se giró entre sus brazos para quedar frente a él y con su cuerpo totalmente apoyado sobre el del escritor. Se acercó despacio a sus labios hasta casi rozarlos. Sus manos fueron directas al torso de Rick, colándose bajo su camiseta y acariciándole también. “A mí… se me ocurre algo… mejor…”. Separó las palabras para ir acercándose más a sus labios hasta rozarlos y morderle ligeramente el labio inferior.
Rick la agarró de las caderas pegándola más a él para que pudiera notar la excitación que empezaba a crecer en su cuerpo. “¿Algo… como qué?”. Jadeó ligeramente mientras su labio seguía preso por los dientes de la inspectora.
Kate sonrió y sacó las manos de debajo de su camiseta. Le acarició la mejilla dulcemente y le dio un rápido beso dejando libre su labio. “Me gustaría que me contaras más cosas de ti. De tu infancia, de tu adolescencia…”. Susurró apoyando la cabeza en su hombro y dejando que él la abrazara.
Ese cambio de rumbo pilló completamente sorprendido a Rick, que la abrazó sin decir nada. Intentó averiguar por qué le pedía aquello, en ese momento. “¿Más cosas de mí?”.
“Sí…”. Susurró ella acariciando su pecho por encima de la camiseta mientras mantenía la cabeza apoyada en el hombro de él. “Se supone que pronto nos vamos a casar… Tú lo sabes todo de mí… Has visto hasta mis fotos de cuando era joven…”. Susurró sin moverse.
“Está bien”. Besó su pelo con ternura y se incorporó hasta sentarse en el sofá aún con ella entre sus brazos. “Ve a la cama que voy a buscar una cosa y voy ahora mismo contigo”. Besó sus labios tiernamente e hizo que se levantara de encima de él.
Kate lo hizo pero agarró su mano. “No te enfades…” Pidió mirándole a los ojos.
“Cariño, no me he enfadado”. La volvió a sentar en sus piernas tirando de su mano y le acarició la espalda con suavidad. “Sólo me ha sorprendido que me hayas pedido eso, hoy, ahora…”. Kate rehuyó su mirada bajándola al suelo y entonces Rick comprendió a qué venía todo aquello. “¿Es por lo que has hablado con Meredith?”. Preguntó en tono cariñoso dándole un beso en el cuello. Kate asintió lentamente. “Habéis hablado de mi matrimonio con ella y te ha contado por qué, supuestamente, me engañó con Robert…”. Adivinó él sin dejar de acariciar la espalda de ella. Kate volvió a asentir mordiéndose el labio. “Y te ha dicho que no se sentía lo suficientemente enamorada de mí porque yo lo sabía todo de ella pero ella no sabía nada de mí más profundo de lo que vivíamos cada día”.
Kate lo miró a los ojos suplicándole con la mirada que la perdonara por aquella situación, por haber hablado con Meredith, por tener ella ciertas dudas, por pequeñas que fueran.
Rick cogió el mentón de Kate con ternura y la besó con delicadeza, intentando expresarle todo su amor. “Kate… Éramos muy jóvenes. Los dos cometimos errores. Y sí, uno de mis errores fue aquel… Pero de eso hace mucho tiempo. Y yo, aunque pueda parecer que sigo siendo un inmaduro, he madurado y he cambiado. De hecho, tú sabes muchas cosas mías. Puede que no todas, es cierto. Pero tampoco se ha dado la situación de contarnos cada segundo de nuestras vidas antes de conocernos”. Acarició su mejilla tiernamente. “Kate, te amo, con locura. Como no he amado jamás a nadie y como no volveré a amar. ¿Sabes cómo lo sé?”. Preguntó cogiendo la mano de ella con ternura y llevándola a su pecho para que notara el latido de su corazón. “¿Lo notas?”. Kate asintió sonriendo un poco. “Sólo late así de fuerte y así de rápido por ti”. Acarició su mano con cariño y ella acarició su pecho tiernamente sonriéndole un poco más. “Si te quedas más tranquila, te contaré cada detalle de mi vida. Todo. Pero por favor, jamás dudes que te amo con locura”. La miró a los ojos y ella hizo lo mismo.
“Lo prometo…”. Susurró acercándose a él y besándole despacio. “Lo siento…”. Murmuró aún pegada a sus labios.
“No tienes nada que sentir”. Pegaron sus frentes y se sonrieron. “Anda, ve a la cama que voy a buscar una cosa y bajo contigo”. La besó fugazmente y ellas e levantó.
Kate fue al cuarto como le dijo Rick y él subió al piso de arriba. Ella se lavó los dientes, se quitó el pantalón de pijama para dormir más cómoda y se metió en la cama sentándose con la espalda apoyada en el cabecero para esperarle.
No olvidéis comentar qué os va pareciendo!
GRACIAS!
Perdonad mi ausencia estos días. He tenido un ajetreo tremendo y además he estado un poco malita. Pero parece que ya me voy recuperando.
Aquí tenéis un nuevo capítulo!
Gracias por seguir ahí, por esperarme estos días.
Sigamos!!!
Cenaron los 5 lo que Martha había cocinado, que para sorpresa de los adultos y de Alexis, estaba mucho más comestible de lo que pensaba que estaría. Bromearon sobre aquello y después charlaron un rato sobre los planes de estudio de la joven pelirroja. Al día siguiente sólo tenía clase por la tarde así que se iría sin prisas en un autobús durante la mañana. Su padre intentó convencerla de que la llevaría él mismo y se asegurarían juntos de que todo iba bien por el campus, pero Alexis insistió en que todo estaría bien, que la señora Marley ya estaba detenida y que ella ya era mayorcita. Kate le dio la razón a la joven, al igual que Martha. Aquello hizo que el escritor frunciera el ceño y bromeara diciendo que estaban todas contra él. Pero la pequeña Alyson que había estado escuchando la conversación en silencio mientras cenaba, se bajó de su silla, de un salto se sentó sobre las piernas de Rick y lo abrazó con fuerza diciendo que ella estaba de su lado. Todos disfrutaron de esa tierna escena.
Cuando acabaron de cenar, Castle y Beckett recogieron los platos ayudados por Alexis y la niña pidió que fuera la joven quien la acostara. Así lo hizo la pelirroja mientras Martha se retiraba a su habitación para descansar y Kate y Rick se sentaban en el sofá con una copa de vino cada uno.
“¿Te ha contado Aly al final lo que le ha pasado en clase?”. Se recostó en el sofá y la obligó a ella a que se dejara descansar sobre él. Empezó a darle suaves caricias en el pelo.
“Uhum”. Murmuró con una pequeña sonrisa. Respiró hondo sintiendo las caricias del escritor y cerró los ojos para disfrutar de ellas. “Y hemos llegado a un acuerdo”. Susurró mordiéndose el labio.
“¿Qué acuerdo?”. Preguntó también en voz baja, sin cesar con las caricias.
“A partir de ahora puede decir que tiene una nueva familia. Nuevos padres, una hermana nueva e incluso abuelos nuevos. Que seremos todos nosotros”. Se calló al notar que Rick paraba de acariciarla y abrió los ojos incorporándose un poco para mirarle. “Así, cuando se vuelvan a meter con ella por lo que pasó a su familia, podrá decir que sí tiene papás y una hermana e incluso abuelos”. Le miró a los ojos. “¿Te… parece bien?”. Preguntó confundida con el silencio que él estaba manteniendo.
“¿Y decías que tenías miedo de no ser una buena madre?”. Tiró de su mano suavemente atrayéndola de nuevo a él para besarla con suavidad. Kate respiró con tranquilidad al escuchar sus palabras y respondió tímidamente al beso. “Kate, eres la mejor madre que un niño podría tener. Llegas a casa, agotada de todo el día trabajando y lo primero que pides es que te acompañe a bañaros juntas. La cuidas, la mimas, le das cariño y cuando lo necesita, también algo de mano dura”. Acarició la mejilla de la inspectora dulcemente. “Eres perfecta para ella… y para mí también”. Besó de nuevo sus labios suavemente y soltó su mano para que pudiera acomodarse bien.
Kate se volvió a colocar con su espalda pegada al pecho de Rick y cerró los ojos agarrando la mano del escritor y acariciándosela suavemente. “Ni siquiera sé cómo lo hago. Es como si al estar con ella se encendiera en mí el instinto maternal que me hace ser así con la niña”. Confesó sin dejar de acariciar los dedos de Castle.
En ese momento, bajó Alexis del cuarto de Alyson. “Ya se ha quedado dormida”. Informó a la pareja que no se movió del sofá, sólo miraban a la pelirroja con una pequeña sonrisa. “Y yo creo que me voy a ir a la cama también. Estoy agotada”. Se acercó a ellos y besó durante un largo rato la mejilla de su padre, abrazándolo suavemente. Después, besó más fugazmente la mejilla de Kate pero dedicándole una cálida sonrisa.
“Hasta mañana hija”. Se despidió de ella su padre.
“Hasta mañana Alexis. Buenas noches”. Dijo la inspectora aún entre los brazos de Castle. Cuando la joven desapareció escaleras arriba, se estiró para coger su copa y le dio un pequeño trago, saboreando el vino.
“¿Estás muy cansada?”. Preguntó acariciándole suavemente la cintura.
La piel de Kate se estremeció ante el contaco y se mordió el labio con una sonrisa. “Depende para qué…”. Susurró juguetona.
“No sé… yo había pensado…”. Fue subiendo las caricias por dentro de la camiseta de ella rozando la piel de su espalda y de su abdomen. “Que podíamos leer… o ver una peli…”. Rozó un pecho de Kate cuando su mano siguió ascendiendo, pero se paró ahí, sin volver a rozarlo, sin seguir con las caricias. Aquello le hizo a ella soltar un pequeño gemido. “¿Te apetece?”.
Kate inspiró hondo intentando controlar el deseo que empezaba a despertarse en ella y se giró entre sus brazos para quedar frente a él y con su cuerpo totalmente apoyado sobre el del escritor. Se acercó despacio a sus labios hasta casi rozarlos. Sus manos fueron directas al torso de Rick, colándose bajo su camiseta y acariciándole también. “A mí… se me ocurre algo… mejor…”. Separó las palabras para ir acercándose más a sus labios hasta rozarlos y morderle ligeramente el labio inferior.
Rick la agarró de las caderas pegándola más a él para que pudiera notar la excitación que empezaba a crecer en su cuerpo. “¿Algo… como qué?”. Jadeó ligeramente mientras su labio seguía preso por los dientes de la inspectora.
Kate sonrió y sacó las manos de debajo de su camiseta. Le acarició la mejilla dulcemente y le dio un rápido beso dejando libre su labio. “Me gustaría que me contaras más cosas de ti. De tu infancia, de tu adolescencia…”. Susurró apoyando la cabeza en su hombro y dejando que él la abrazara.
Ese cambio de rumbo pilló completamente sorprendido a Rick, que la abrazó sin decir nada. Intentó averiguar por qué le pedía aquello, en ese momento. “¿Más cosas de mí?”.
“Sí…”. Susurró ella acariciando su pecho por encima de la camiseta mientras mantenía la cabeza apoyada en el hombro de él. “Se supone que pronto nos vamos a casar… Tú lo sabes todo de mí… Has visto hasta mis fotos de cuando era joven…”. Susurró sin moverse.
“Está bien”. Besó su pelo con ternura y se incorporó hasta sentarse en el sofá aún con ella entre sus brazos. “Ve a la cama que voy a buscar una cosa y voy ahora mismo contigo”. Besó sus labios tiernamente e hizo que se levantara de encima de él.
Kate lo hizo pero agarró su mano. “No te enfades…” Pidió mirándole a los ojos.
“Cariño, no me he enfadado”. La volvió a sentar en sus piernas tirando de su mano y le acarició la espalda con suavidad. “Sólo me ha sorprendido que me hayas pedido eso, hoy, ahora…”. Kate rehuyó su mirada bajándola al suelo y entonces Rick comprendió a qué venía todo aquello. “¿Es por lo que has hablado con Meredith?”. Preguntó en tono cariñoso dándole un beso en el cuello. Kate asintió lentamente. “Habéis hablado de mi matrimonio con ella y te ha contado por qué, supuestamente, me engañó con Robert…”. Adivinó él sin dejar de acariciar la espalda de ella. Kate volvió a asentir mordiéndose el labio. “Y te ha dicho que no se sentía lo suficientemente enamorada de mí porque yo lo sabía todo de ella pero ella no sabía nada de mí más profundo de lo que vivíamos cada día”.
Kate lo miró a los ojos suplicándole con la mirada que la perdonara por aquella situación, por haber hablado con Meredith, por tener ella ciertas dudas, por pequeñas que fueran.
Rick cogió el mentón de Kate con ternura y la besó con delicadeza, intentando expresarle todo su amor. “Kate… Éramos muy jóvenes. Los dos cometimos errores. Y sí, uno de mis errores fue aquel… Pero de eso hace mucho tiempo. Y yo, aunque pueda parecer que sigo siendo un inmaduro, he madurado y he cambiado. De hecho, tú sabes muchas cosas mías. Puede que no todas, es cierto. Pero tampoco se ha dado la situación de contarnos cada segundo de nuestras vidas antes de conocernos”. Acarició su mejilla tiernamente. “Kate, te amo, con locura. Como no he amado jamás a nadie y como no volveré a amar. ¿Sabes cómo lo sé?”. Preguntó cogiendo la mano de ella con ternura y llevándola a su pecho para que notara el latido de su corazón. “¿Lo notas?”. Kate asintió sonriendo un poco. “Sólo late así de fuerte y así de rápido por ti”. Acarició su mano con cariño y ella acarició su pecho tiernamente sonriéndole un poco más. “Si te quedas más tranquila, te contaré cada detalle de mi vida. Todo. Pero por favor, jamás dudes que te amo con locura”. La miró a los ojos y ella hizo lo mismo.
“Lo prometo…”. Susurró acercándose a él y besándole despacio. “Lo siento…”. Murmuró aún pegada a sus labios.
“No tienes nada que sentir”. Pegaron sus frentes y se sonrieron. “Anda, ve a la cama que voy a buscar una cosa y bajo contigo”. La besó fugazmente y ellas e levantó.
Kate fue al cuarto como le dijo Rick y él subió al piso de arriba. Ella se lavó los dientes, se quitó el pantalón de pijama para dormir más cómoda y se metió en la cama sentándose con la espalda apoyada en el cabecero para esperarle.
No olvidéis comentar qué os va pareciendo!
GRACIAS!
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Uy a ver que le enseña Castle.
Sigueeee
Sigueeee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Definitivamente estas dudas de kate nunca la van abandonar! vale que rick tiene suficiente paciencia para entenderla y no preisonarla cuando es el caso. Me gusta ver la familia que han formado y la manera en que se ha integrado la niña ha ellos.
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches!
A ver qué os parece lo que le lleva Castle a Beckett para que se le pasen un poco esas dudas que tiene..
Espero que os guste!
Castle volvió al de pocos minutos y la vio concentrada leyendo el libro que él había escrito para ella y que se lo había regalado por navidades. Ya lo había leído un par de veces, pero Rick se había dado cuenta de que cuando ella, por lo que fuera tenía un día de bajón como aquel, se sentaba en la cama a leerlo y aquello la reconfortaba. Destapó su lado de la cama y se metió junto a ella. Besó su mejilla cariñosamente.
“¿Qué parte estás leyendo ahora?”. Susurró para no molestar mucho su lectura.
“La de la bomba. Acabamos de quedarnos encerrados en aquella cámara frigorífica”. Informó sin despegar la vista del libro y mordiéndose el labio al continuar leyendo.
“Pensé que no íbamos a salir de aquello”. Confesó.
“Lo sé, yo también”. Cerró el libro para mirarle y le sonrió con ternura. “De hecho, justo antes de quedarme dormida… estuve a punto de confesarte mi amor”. Se mordió el labio mirándole a los ojos.
Rick sonrió con ternura y le acarició la mejilla. “Lo supuse… Me habría gustado tanto escucharlo…”. Suspiró con cierta nostalgia recordando aquellos momentos en los que ambos sufrieron tanto.
Kate dejó el libro sobre la mesita de noche y se acercó más a él. Besó sus labios tiernamente y susurró. “Te amo…”. Volvió a besarlo varias veces, cortas, rápidas, que hizo que los dos sonrieran.
“Yo también te amo”. La sujetó de la nuca y la besó con mayor intensidad. Los besos de ella le habían encendido un poco.
Beckett sonrió siguiéndole el beso un rato mientras acariciaba su pelo. “¿Qué has traído?”. Preguntó cuando se separaron para tomar aire.
Castle sonrió y estiró el brazo para coger un libro de la mesita de noche. “¿Quieres ver cómo era un servidor con menos de un año de vida?”. Preguntó con una pequeña sonrisa.
“Sí”. Sonrió ella robándole un beso rápido y se acomodó a su lado apoyando la cabeza en el hombro de él para ver mejor aquel álbum de fotos.
Castle abrió el álbum por la primera página donde había una inscripción en letras grandes escritas por la mismísima Martha: Richard Alexander Rodgers, mi fuente de energía, mi motor en la vida.
Rick besó la cabeza de Kate con cariño animándola a que abriera la primera página. Ella así lo hizo y aparecieron 6 fotos de él de bebé. En la cuna, en brazos con su madre, en un sofá…
“Mis dos primeros años vivimos aquí, en Nueva York. Pero en una casa mucho más humilde que esta. Mi madre apenas tenía dinero para ir tirando y tampoco podía dejarme solo y marcharse a alguna gira. Yo era muy pequeño. Así que vivíamos con lo justo e incluso menos. No recuerdo muchas cosas de esos dos años, sólo cosas sueltas o algunas que mi madre me ha contado cuando he sido más mayor. Sólo sé que viví feliz. Que era un niño muy curioso que siempre quería coger y tocar todo”. Sonrió al verla concentrada mirando sus fotos.
“En eso no has cambiado”. Comentó divertida la detective.
“Muy graciosa”. Le acarició la espalda tiernamente y pasó él mismo de página. Se veía a un niño más mayor, rodeado de más niños, con una pequeña mochila entrando a un colegio. “Mi primer colegio fue en Los Ángeles. Mi madre y yo nos mudamos allí para que ella pudiera desarrollar su carrera de actriz, poder ganar algo de dinero y pagar mi colegio y una casa bastante decente. Consiguió un papel para una pequeña serie de televisión y sobrevivimos con eso unos años. En esas fotos estoy yo entrando al colegio por primera vez”. Pasó de página y salió él jugando con más niños. “Ellos fueron mis primeros amigos. Ahí tendríamos 5 años. Pronto descubrí que sólo querían permanecer como mis amigos porque mi madre era relativamente famosa, puesto que salía en televisión. En cuanto a mi madre se le acabó aquel papel en televisión, ellos dejaron de ser mis amigos”.
“Los niños pueden llegar a ser muy crueles…”. Susurró Kate conmovida por aquella pequeña historia y acarició la foto de Rick en la que salía llorando porque se había hecho una herida en la rodilla.
“Sí, pueden serlo. Pero pronto encontré un nuevo hobbie. Preguntar y curiosear con todo y con todos. No había día que no formulase, al menos 100 preguntas sobre cualquier cosa. Aunque ya me las hubieran contado 20 veces”. Kate rió ante el anécdota. “Además, mi madre después empezó a hacer gira y yo me tenía que ir con ella. No tenía con quién dejarme. Contrató un profesor que se movía con nosotros para que yo no perdiera estudios. Era un chaval jovencito que yo juraría que se acostaba con mi madre, aunque nunca lo supe a ciencia cierta. Y a día de hoy me alegro de no saberlo con seguridad”. Rió ligeramente y Kate le dio un pequeño manotazo para que no pasara de página. “¿Cuál miras?”. Miró las fotos de esa nueva página.
“Esto es Canadá”. Achinó los ojos fijándose mejor. “¿No?”. Preguntó acercando más la cabeza a las fotos.
Rick se fijó mejor en aquellas fotos. “Sí, creo que sí. Ahí pasamos el verano. La gira de mi madre paró en verano. Cosa rara, porque en verano es cuando más se suele girar. Después descubrimos que en realidad no había parado de girar sino que la habían despedido, así, sin más”.
“Vaya…”. Murmuró Kate pasando la página. Una foto de Rick con una chica rubia que parecía de su misma edad apareció ante ellos. A ella le resultó familiar.
“Eso ya es aquí, en Nueva York. Mi primera novia”. Añadió el escritor.
“Kyra…”. La reconoció y se mordió el labio.
“Exacto. En esa foto llevábamos medio año juntos. Yo tenía aproximadamente 16 años”.
Siguieron pasando fotos y seguía saliendo Kyra, hasta que en una ya sólo salía Rick, columpiándose en los columpios él solo.
GRACIAS POR SEGUIR AHÍ! :')
A ver qué os parece lo que le lleva Castle a Beckett para que se le pasen un poco esas dudas que tiene..
Espero que os guste!
Castle volvió al de pocos minutos y la vio concentrada leyendo el libro que él había escrito para ella y que se lo había regalado por navidades. Ya lo había leído un par de veces, pero Rick se había dado cuenta de que cuando ella, por lo que fuera tenía un día de bajón como aquel, se sentaba en la cama a leerlo y aquello la reconfortaba. Destapó su lado de la cama y se metió junto a ella. Besó su mejilla cariñosamente.
“¿Qué parte estás leyendo ahora?”. Susurró para no molestar mucho su lectura.
“La de la bomba. Acabamos de quedarnos encerrados en aquella cámara frigorífica”. Informó sin despegar la vista del libro y mordiéndose el labio al continuar leyendo.
“Pensé que no íbamos a salir de aquello”. Confesó.
“Lo sé, yo también”. Cerró el libro para mirarle y le sonrió con ternura. “De hecho, justo antes de quedarme dormida… estuve a punto de confesarte mi amor”. Se mordió el labio mirándole a los ojos.
Rick sonrió con ternura y le acarició la mejilla. “Lo supuse… Me habría gustado tanto escucharlo…”. Suspiró con cierta nostalgia recordando aquellos momentos en los que ambos sufrieron tanto.
Kate dejó el libro sobre la mesita de noche y se acercó más a él. Besó sus labios tiernamente y susurró. “Te amo…”. Volvió a besarlo varias veces, cortas, rápidas, que hizo que los dos sonrieran.
“Yo también te amo”. La sujetó de la nuca y la besó con mayor intensidad. Los besos de ella le habían encendido un poco.
Beckett sonrió siguiéndole el beso un rato mientras acariciaba su pelo. “¿Qué has traído?”. Preguntó cuando se separaron para tomar aire.
Castle sonrió y estiró el brazo para coger un libro de la mesita de noche. “¿Quieres ver cómo era un servidor con menos de un año de vida?”. Preguntó con una pequeña sonrisa.
“Sí”. Sonrió ella robándole un beso rápido y se acomodó a su lado apoyando la cabeza en el hombro de él para ver mejor aquel álbum de fotos.
Castle abrió el álbum por la primera página donde había una inscripción en letras grandes escritas por la mismísima Martha: Richard Alexander Rodgers, mi fuente de energía, mi motor en la vida.
Rick besó la cabeza de Kate con cariño animándola a que abriera la primera página. Ella así lo hizo y aparecieron 6 fotos de él de bebé. En la cuna, en brazos con su madre, en un sofá…
“Mis dos primeros años vivimos aquí, en Nueva York. Pero en una casa mucho más humilde que esta. Mi madre apenas tenía dinero para ir tirando y tampoco podía dejarme solo y marcharse a alguna gira. Yo era muy pequeño. Así que vivíamos con lo justo e incluso menos. No recuerdo muchas cosas de esos dos años, sólo cosas sueltas o algunas que mi madre me ha contado cuando he sido más mayor. Sólo sé que viví feliz. Que era un niño muy curioso que siempre quería coger y tocar todo”. Sonrió al verla concentrada mirando sus fotos.
“En eso no has cambiado”. Comentó divertida la detective.
“Muy graciosa”. Le acarició la espalda tiernamente y pasó él mismo de página. Se veía a un niño más mayor, rodeado de más niños, con una pequeña mochila entrando a un colegio. “Mi primer colegio fue en Los Ángeles. Mi madre y yo nos mudamos allí para que ella pudiera desarrollar su carrera de actriz, poder ganar algo de dinero y pagar mi colegio y una casa bastante decente. Consiguió un papel para una pequeña serie de televisión y sobrevivimos con eso unos años. En esas fotos estoy yo entrando al colegio por primera vez”. Pasó de página y salió él jugando con más niños. “Ellos fueron mis primeros amigos. Ahí tendríamos 5 años. Pronto descubrí que sólo querían permanecer como mis amigos porque mi madre era relativamente famosa, puesto que salía en televisión. En cuanto a mi madre se le acabó aquel papel en televisión, ellos dejaron de ser mis amigos”.
“Los niños pueden llegar a ser muy crueles…”. Susurró Kate conmovida por aquella pequeña historia y acarició la foto de Rick en la que salía llorando porque se había hecho una herida en la rodilla.
“Sí, pueden serlo. Pero pronto encontré un nuevo hobbie. Preguntar y curiosear con todo y con todos. No había día que no formulase, al menos 100 preguntas sobre cualquier cosa. Aunque ya me las hubieran contado 20 veces”. Kate rió ante el anécdota. “Además, mi madre después empezó a hacer gira y yo me tenía que ir con ella. No tenía con quién dejarme. Contrató un profesor que se movía con nosotros para que yo no perdiera estudios. Era un chaval jovencito que yo juraría que se acostaba con mi madre, aunque nunca lo supe a ciencia cierta. Y a día de hoy me alegro de no saberlo con seguridad”. Rió ligeramente y Kate le dio un pequeño manotazo para que no pasara de página. “¿Cuál miras?”. Miró las fotos de esa nueva página.
“Esto es Canadá”. Achinó los ojos fijándose mejor. “¿No?”. Preguntó acercando más la cabeza a las fotos.
Rick se fijó mejor en aquellas fotos. “Sí, creo que sí. Ahí pasamos el verano. La gira de mi madre paró en verano. Cosa rara, porque en verano es cuando más se suele girar. Después descubrimos que en realidad no había parado de girar sino que la habían despedido, así, sin más”.
“Vaya…”. Murmuró Kate pasando la página. Una foto de Rick con una chica rubia que parecía de su misma edad apareció ante ellos. A ella le resultó familiar.
“Eso ya es aquí, en Nueva York. Mi primera novia”. Añadió el escritor.
“Kyra…”. La reconoció y se mordió el labio.
“Exacto. En esa foto llevábamos medio año juntos. Yo tenía aproximadamente 16 años”.
Siguieron pasando fotos y seguía saliendo Kyra, hasta que en una ya sólo salía Rick, columpiándose en los columpios él solo.
GRACIAS POR SEGUIR AHÍ! :')
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me han encantado estos dos capítulos!!! Perfectos, como siempre!!!! Me encanta que Castle se lo cuente todo!!! Son adorables!!! Adoro cómo escribes!!! Gracias por continuarlo pronto!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Que cuquis
Sigueeeee
Sigueeeee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Ooooh que adorables son
Sigue pronto porfi!!
Sigue pronto porfi!!
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días!
Muchas gracias, nuevamente, por vuestros comentarios! Me halagan!!!
¿Seguimos? Espero que os siga gustando... jajajaa
“Esos columpios se convertirían en muy importantes para mí…”. Susurró el escritor y se mordió el labio. “Aunque eso no lo descubrí hasta que te conocí a ti y empezamos a ir allí”. Kate sonrió mirándole. “Ese día yo estaba destrozado. Kyra se había ido a Londres y le pedí a mi madre que me acompañara a dar una vuelta. No quería estar solo porque sabía que me hundiría”. Kate sonrió y le dio un tierno beso en el pecho. “Se empeñó en que me montara y me sacó esa foto”.
“Me encanta”. Dijo sin dejar de mirar la foto. “A pesar de que no se te ve feliz, tienes una pequeña sonrisa”.
“Mi madre puede ser muy persistente a veces”. Le sonrió con ternura y besó su pelo. “¿Pasamos de página?”. Kate asintió y pasaron la página. En blanco.
“¿Por qué no hay fotos aquí?”. Preguntó comprobando que el álbum en realidad no se había acabado, que quedaban más fotos.
Rick cogió aire acarició las páginas en blanco. “Ahí deberían estar las fotos correspondientes a mi viaje de graduación a Costa Rica”.
“¿Fuiste a Costa Rica?”. Preguntó ella sorprendida.
“No. Por eso está en blanco”. Se quedó mirando las páginas vacías, pensativo. “Seguía disgustado por lo de Kyra y apenas salía a la calle. Ahí fue donde escribí mi primer libro, el primero que se convirtió en best seller”. Pasó la página y allí había fotos del libro, de él con el libro e incluso de la presentación del libro.
“Qué joven eras”. Sonrió con cariño mirando las fotos.
“Eh, que aún sigo siéndolo”. Protestó él divertido. Kate le miró alzando la ceja. “Bueno… tú eres más joven, pero no me dirás que no me conservo bien para mi edad…”. Fanfarroneó un poco logrando que ella riera abiertamente.
“Esto no hará más que engordar tu ego pero…”. Lo besó rápidamente. “Estás perfecto”. Le acarició la mejilla mirándolo con amor.
Rick volvió a besarla y los dos volvieron a centrarse en las fotos. Más fotos de su adolescencia. Una fiesta, tras otra. “Aquí conocí a Meredith. Empezamos a salir casi de la misma. Pero yo, aunque no lo supiera entonces, estaba todavía demasiado roto por lo de Kyra. Y no podía confiar fácilmente en la gente, aunque se lo merecieran. Ese fue mi error, eso fue uno de los motivos por los que nos divorciamos poco después de que naciera Alexis”.
Siguió pasando fotos donde salía la pareja sonriente mirando a la cámara o posando, o en uno de los muchos viajes que hicieron juntos. De su boda había un par de páginas completas. Rick estaba increíblemente guapo, aunque no le acompañaba esa preciosa sonrisa que él tenía. Meredith, algo extravagante, pero también muy guapa. En la siguiente página, había alguna foto de Meredith embarazada, o de su barriga. Y después, la pequeña Alexis en brazos de su padre o en la cunita. Nunca con su madre. Sólo una en la que estaban los tres.
“Tuve que obligar a Meredith a que nos hiciéramos esa foto. Se suponía que éramos una familia y como familia, deberíamos tener alguna foto los tres, ¿no?”. Kate asintió de acuerdo con él. “Pues es la única foto que hay de Alexis con su madre hasta los 5 años”. Suspiró recordando los sentimientos que tuvo entonces cada vez que la madre de Alexis no quería saber nada de la niña.
“Lo debiste de pasar muy mal…”. Murmuró ella triste al pensarlo.
“Sí… Bastante. Pero no me arrepiento de nada”. Pasó la página y estaban repletas de fotos de padre e hija jugando, en el parque, divirtiéndose, felices. “Creo que aprendí a madurar a medida que ella iba creciendo”. Besó el pelo de Kate.
“Qué bonita…”. Susurró Kate acariciando a una Alexis desternillándose de risa en brazos de su padre. Un par de pequeñas lágrimas se apresuraron en salir de sus ojos y descender por sus mejillas. Su mente estaba puesta en esos días que creía que estaba embarazada. En el pánico que sintió al pensar que no podría ser buena madre, que no era el mejor momento. Y el vació que notó cuando el test les informó de que no existía ningún bebé. Pensó en su madre también y en lo que le gustaría que ella estuviera ahí disfrutando de su futuro yerno y de sus nietos.
Rick, al verla en silencio, acarició su mejilla dulcemente empujando su cara con suavidad para que le mirara. Le secó las lágrimas y la besó en los labios con infinito amor. “¿Estás bien?”. Susurró preocupado.
Kate sonrió un poco asintiendo. “Estaba pensando… en ti, en mi, en un bebé, en mi madre...”. Rick asintió comprendiendo. “Y… de ninguna manera pienso dejar que cuides tú sólo de nuestro bebé”. Le sonrió más abiertamente secándose las lágrimas.
Castle sonrió y se aproximó a sus labios para besarlo con delicadeza. Beckett correspondió el beso despacio, enredando los dedos en el pelo de él. En ese momento, sonaron unos golpecitos en la puerta. Los dos se miraron sorprendidos y cuando dirigieron la vista a la puerta descubrieron a Alyson abrazando a un peluche y con síntomas de haber estado llorando.
“Ey… princesa, ¿qué pasa?”. Dejó el álbum en la mesita de noche y se levantó rápidamente Rick al verla así, seguido por Kate que también se acercó a ella. Castle la cogió en brazos besándole la mejilla dulcemente.
“¿Has tenido una pesadilla cariño?”. Preguntó Kate acariciándole la espalda para que se calmara. La niña asintió despacio.
“¿Puedo… dormir con vosotros?”. Hipó aún un poco asustada por el mal sueño.
Rick miró a Kate y ella le devolvió la mirada. Ambos se sonrieron y asintieron a la vez.
“Vamos a dormir pequeña”. Rick la bajó al suelo y la niña se agarró de la mano de Kate.
Se metió en la cama, entre los dos y ellos la imitaron, cada uno a un lado de ella. Aly se acurrucó entre los brazos de Kate que la abrazaba mientras le daba cortos besos en el pelo y Rick posó su mano sobre el abdomen de la niña, acariciándola tiernamente para que se tranquilizase.
“¿Mejor?”. Preguntó él besando la mejilla de la pequeña.
Aly asintió y giró la cabeza para devolverle el beso en la mejilla al escritor. “Gracias… papá…”. Murmuró muy bajito la niña antes de volver a acurrucarse entre los brazos de Kate. “Gracias… mamá…”. Volvió a susurrar abrazándose más a su conejito y al cuerpo de Kate.
Los dos adultos se miraron entre sí, emocionados por lo que acaban de escuchar de los labios de la niña. Kate se mordió el labio sin dejar de mirar a Rick a los ojos y él, con su mano libre, acarició la mejilla de su amada. Los dos, respiraron hondo a la vez y besaron a la niña.
“Buenas noches mi niña…”. Susurró Kate cerrando los ojos abrazando más a Aly.
“Buenas noches mis chicas”. Susurró también el escritor incorporándose para besar los labios de Kate. Ella sonrió y abrió los ojos para mirarle intensamente y agradecida. Rick pegó su frente a la de Kate y se abrazó al cuerpo de las dos.
Después, los tres juntos en la cama, abrazados y sonrientes se quedaron dormidos hasta la mañana siguiente. Sin sueños raros, pesadillas o dudas de cuánto se querían.
¿Qué os parece?
Muchas gracias, nuevamente, por vuestros comentarios! Me halagan!!!
¿Seguimos? Espero que os siga gustando... jajajaa
“Esos columpios se convertirían en muy importantes para mí…”. Susurró el escritor y se mordió el labio. “Aunque eso no lo descubrí hasta que te conocí a ti y empezamos a ir allí”. Kate sonrió mirándole. “Ese día yo estaba destrozado. Kyra se había ido a Londres y le pedí a mi madre que me acompañara a dar una vuelta. No quería estar solo porque sabía que me hundiría”. Kate sonrió y le dio un tierno beso en el pecho. “Se empeñó en que me montara y me sacó esa foto”.
“Me encanta”. Dijo sin dejar de mirar la foto. “A pesar de que no se te ve feliz, tienes una pequeña sonrisa”.
“Mi madre puede ser muy persistente a veces”. Le sonrió con ternura y besó su pelo. “¿Pasamos de página?”. Kate asintió y pasaron la página. En blanco.
“¿Por qué no hay fotos aquí?”. Preguntó comprobando que el álbum en realidad no se había acabado, que quedaban más fotos.
Rick cogió aire acarició las páginas en blanco. “Ahí deberían estar las fotos correspondientes a mi viaje de graduación a Costa Rica”.
“¿Fuiste a Costa Rica?”. Preguntó ella sorprendida.
“No. Por eso está en blanco”. Se quedó mirando las páginas vacías, pensativo. “Seguía disgustado por lo de Kyra y apenas salía a la calle. Ahí fue donde escribí mi primer libro, el primero que se convirtió en best seller”. Pasó la página y allí había fotos del libro, de él con el libro e incluso de la presentación del libro.
“Qué joven eras”. Sonrió con cariño mirando las fotos.
“Eh, que aún sigo siéndolo”. Protestó él divertido. Kate le miró alzando la ceja. “Bueno… tú eres más joven, pero no me dirás que no me conservo bien para mi edad…”. Fanfarroneó un poco logrando que ella riera abiertamente.
“Esto no hará más que engordar tu ego pero…”. Lo besó rápidamente. “Estás perfecto”. Le acarició la mejilla mirándolo con amor.
Rick volvió a besarla y los dos volvieron a centrarse en las fotos. Más fotos de su adolescencia. Una fiesta, tras otra. “Aquí conocí a Meredith. Empezamos a salir casi de la misma. Pero yo, aunque no lo supiera entonces, estaba todavía demasiado roto por lo de Kyra. Y no podía confiar fácilmente en la gente, aunque se lo merecieran. Ese fue mi error, eso fue uno de los motivos por los que nos divorciamos poco después de que naciera Alexis”.
Siguió pasando fotos donde salía la pareja sonriente mirando a la cámara o posando, o en uno de los muchos viajes que hicieron juntos. De su boda había un par de páginas completas. Rick estaba increíblemente guapo, aunque no le acompañaba esa preciosa sonrisa que él tenía. Meredith, algo extravagante, pero también muy guapa. En la siguiente página, había alguna foto de Meredith embarazada, o de su barriga. Y después, la pequeña Alexis en brazos de su padre o en la cunita. Nunca con su madre. Sólo una en la que estaban los tres.
“Tuve que obligar a Meredith a que nos hiciéramos esa foto. Se suponía que éramos una familia y como familia, deberíamos tener alguna foto los tres, ¿no?”. Kate asintió de acuerdo con él. “Pues es la única foto que hay de Alexis con su madre hasta los 5 años”. Suspiró recordando los sentimientos que tuvo entonces cada vez que la madre de Alexis no quería saber nada de la niña.
“Lo debiste de pasar muy mal…”. Murmuró ella triste al pensarlo.
“Sí… Bastante. Pero no me arrepiento de nada”. Pasó la página y estaban repletas de fotos de padre e hija jugando, en el parque, divirtiéndose, felices. “Creo que aprendí a madurar a medida que ella iba creciendo”. Besó el pelo de Kate.
“Qué bonita…”. Susurró Kate acariciando a una Alexis desternillándose de risa en brazos de su padre. Un par de pequeñas lágrimas se apresuraron en salir de sus ojos y descender por sus mejillas. Su mente estaba puesta en esos días que creía que estaba embarazada. En el pánico que sintió al pensar que no podría ser buena madre, que no era el mejor momento. Y el vació que notó cuando el test les informó de que no existía ningún bebé. Pensó en su madre también y en lo que le gustaría que ella estuviera ahí disfrutando de su futuro yerno y de sus nietos.
Rick, al verla en silencio, acarició su mejilla dulcemente empujando su cara con suavidad para que le mirara. Le secó las lágrimas y la besó en los labios con infinito amor. “¿Estás bien?”. Susurró preocupado.
Kate sonrió un poco asintiendo. “Estaba pensando… en ti, en mi, en un bebé, en mi madre...”. Rick asintió comprendiendo. “Y… de ninguna manera pienso dejar que cuides tú sólo de nuestro bebé”. Le sonrió más abiertamente secándose las lágrimas.
Castle sonrió y se aproximó a sus labios para besarlo con delicadeza. Beckett correspondió el beso despacio, enredando los dedos en el pelo de él. En ese momento, sonaron unos golpecitos en la puerta. Los dos se miraron sorprendidos y cuando dirigieron la vista a la puerta descubrieron a Alyson abrazando a un peluche y con síntomas de haber estado llorando.
“Ey… princesa, ¿qué pasa?”. Dejó el álbum en la mesita de noche y se levantó rápidamente Rick al verla así, seguido por Kate que también se acercó a ella. Castle la cogió en brazos besándole la mejilla dulcemente.
“¿Has tenido una pesadilla cariño?”. Preguntó Kate acariciándole la espalda para que se calmara. La niña asintió despacio.
“¿Puedo… dormir con vosotros?”. Hipó aún un poco asustada por el mal sueño.
Rick miró a Kate y ella le devolvió la mirada. Ambos se sonrieron y asintieron a la vez.
“Vamos a dormir pequeña”. Rick la bajó al suelo y la niña se agarró de la mano de Kate.
Se metió en la cama, entre los dos y ellos la imitaron, cada uno a un lado de ella. Aly se acurrucó entre los brazos de Kate que la abrazaba mientras le daba cortos besos en el pelo y Rick posó su mano sobre el abdomen de la niña, acariciándola tiernamente para que se tranquilizase.
“¿Mejor?”. Preguntó él besando la mejilla de la pequeña.
Aly asintió y giró la cabeza para devolverle el beso en la mejilla al escritor. “Gracias… papá…”. Murmuró muy bajito la niña antes de volver a acurrucarse entre los brazos de Kate. “Gracias… mamá…”. Volvió a susurrar abrazándose más a su conejito y al cuerpo de Kate.
Los dos adultos se miraron entre sí, emocionados por lo que acaban de escuchar de los labios de la niña. Kate se mordió el labio sin dejar de mirar a Rick a los ojos y él, con su mano libre, acarició la mejilla de su amada. Los dos, respiraron hondo a la vez y besaron a la niña.
“Buenas noches mi niña…”. Susurró Kate cerrando los ojos abrazando más a Aly.
“Buenas noches mis chicas”. Susurró también el escritor incorporándose para besar los labios de Kate. Ella sonrió y abrió los ojos para mirarle intensamente y agradecida. Rick pegó su frente a la de Kate y se abrazó al cuerpo de las dos.
Después, los tres juntos en la cama, abrazados y sonrientes se quedaron dormidos hasta la mañana siguiente. Sin sueños raros, pesadillas o dudas de cuánto se querían.
¿Qué os parece?
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Precioso!!!! Son una familia perfecta!!!!! Me encanta, como siempre!!!! Es increíble lo bien que escribes!!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Ahora tienen que seguir rellenando el álbum con fotos de la nueva familia que estan formando Sigue me ha encantado!!!
PD: Que habrá soñado Aly?
PD: Que habrá soñado Aly?
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches!
Veo que la familia os sigue gustando!
¿Seguimos un poquito más?
Los tres detectives y el escritor se encontraban en un edificio industrial abandonado. Las pistas de un nuevo caso los había llevado hasta allí, donde parecía que se escondía el asesino del cadáver que habían descubierto aquella mañana. Caminaron los cuatro en alerta por un pasillo hasta que éste se dividió en dos. Habían llamado para pedir refuerzos, pero era su oportunidad. No podían esperar a que llegaran. Beckett miró a sus compañeros.
“¡Ryan, Espo! Id por la derecha. Castle y yo vamos por la izquierda”. Los detectives asintieron y pistolas y linternas en mano se adentraron por el pasillo de la derecha. Beckett alumbró hacia el lado de la izquierda con su linterna. Había varias puertas que parecían cerradas y se escuchaban algunos ruidos. “Castle, coge la pistola que tengo atada al tobillo”. Ordenó casi sin mirarle, con la vista fija en la oscuridad del pasillo.
“Pero…”. Vaciló el escritor sin dejar de mirarla a ella.
“Castle, ¡hazlo! Sabes usarla. Estamos solos y no podemos esperar a que lleguen a ayudarnos”. Su tono era firme y serio, como siempre que estaban trabajando. Pero le dedicó una rápida y cariñosa mirada para terminar de convencerle de que hiciera lo que le decía.
“Está bien”. Se agachó, levantó la pierna del pantalón de Beckett y desenfundó la pistola. Se levantó quitándole el seguro y colocándose en posición para avanzar tras ella por el pasillo. “¿Llevas puesto tu chaleco?”. Preguntó en un susurro mientras se acercaban a una puerta.
Beckett se paró frente a la puerta y se llevó un dedo a los labios para indicarle que se mantuviera en silencio. Rick obedeció con preocupación. Ella iba a entrar primera en todas esas puertas y si disparaban y ella no llevaba chaleco, la tumbarían. Suspiró y se puso en tensión y preparado para entrar tras ella para ayudarla en todo lo que pudiera.
Kate comprobó que la primera puerta no estaba cerrada con llave y la abrió con suavidad intentando no hacer ruido por si dentro se encontraba el asesino. Terminó de abrir la puerta y entró apuntando con la pistola y la linterna a cualquier esquina de aquella pequeña habitación. No había nadie. Estaba completamente vacía. Ambos soltaron el aire despacio. Dieron media vuelta y volvieron al pasillo. Avanzaron despacio pero con decisión hasta la siguiente puerta. Tampoco estaba cerrada con llave y Beckett repitió el mismo proceso. Vacía también. Ocurrió igual con las otras dos siguientes. Tan sólo les quedaba una que no estaba cerrada, sino entornada y se veía algo de luz dentro. También alguna sombra, que indicaba que había alguien allí.
Beckett volvió a llevarse el dedo a los labios pidiéndole a Castle que no hiciera ningún ruido. Rick asintió pero se le adelantó a ella y puso la mano sobre el pomo de la puerta dispuesto a ser él quien la abriera para que ella pudiera entrar más rápido e inmovilizar a quien estuviera dentro. Beckett le miró a los ojos y lo entendió perfectamente. Era increíble la manera que tenían de entenderse con sólo mirarse a los ojos. Beckett contó hasta tres y cuando acabó la cuenta atrás, Castle abrió la puerta dejándola pasar a ella que apuntaba con la pistola.
“¡Policía! ¡Arriba las manos, donde pueda verlas!”. Exclamó fijando la vista en el asesino del que ya conocían perfectamente su aspecto y su físico.
Castle entró tras ella y también lo apuntó. Sin embargo, el asesino no se amilanó y cogió su pistola apuntando a Beckett.
“Baje la pistola”. Ordenó con voz tranquila la inspectora sin apartar la vista de él. Aquel hombre siguió en la misma postura, apuntando a Beckett y a Castle alternativamente, hasta que se dio cuenta de que él llevaba chaleco y ella no. Así que se dedicó a apuntar únicamente a Beckett. “Da igual a quien dispare. El otro acabará con usted”.
“Él no es policía”. Comentó mientras no dejaba de apuntarla.
“No, pero está entrenado para actuar como uno”. Informó Beckett dando un paso adelante con la pistola en alto.
Castle los observaba en tensión, nervioso. Pero no bajó su pistola y siguió apuntando a aquel hombre.
“Baje la pistola. No tiene por qué salir nadie herido. No tiene por qué cargar con otra muerte a sus espaldas”. Informó volviendo a dar un paso adelante.
“¡Quieta!”. Gritó el asesino poniéndose nervioso por la cercanía de Beckett. Kate se paró en seco.
“Está bien, tranquilo. No me acerco más. Pero baje la pistola. Sabemos quién le ha estado chantajeando para que asesinara a aquella chica. Tenían a su hija, pero ahora la hemos recuperado, está con nosotros. Está a salvo en comisaría, esperando a su padre. Baje la pistola, por favor. Y todo se solucionará. Se lo prometo”.
El hombre dudó y bajó un poco la pistola. Parecía cierto lo que la policía decía, pero él quería estar completamente seguro de que su niña estaba a salvo. “¿Cómo sé que no me estáis mintiendo?”.
Castle dio un paso poniéndose a la altura de Beckett. Sin bajar la pistola, sacó su móvil del bolsillo y se lo enseñó al hombre. “Llame a la comisaría y pida hablar con su hija”. Le tendió el móvil y él lo cogió dubitativo.
Hizo lo que le dijo y enseguida le pasaron con su hija que le dijo que estaba bien y que quería verle para irse cuanto antes a casa. Colgó la llamada y se quedó con el móvil de Castle en la mano. Sopesó sus posibilidades mientras iba bajando poco a poco, sin darse cuenta, la pistola. Beckett y Castle lo observaban quietos, apuntando aún con sus pistolas. Pronto acabaría aquello.
Pero, de repente, algo cambió en la mirada de aquel hombre y volvió a levantar la pistola hacia Beckett. “¡No!. Si hago lo que me dicen acabaré en la cárcel y no podré ver a mi hija”. Exclamó con rabia empezando a apretar ligeramente el gatillo.
“¡No!”. Alzó la voz ligeramente Beckett. “Usted fue chantajeado. Tenemos al hombre que le ha hecho tanto daño. Él pagará por todo. Usted puede llegar a un acuerdo con el juez. No pasará mucho tiempo separado de su hija y después podrá volver a casa con ella. Se lo prometo”. Beckett trató de acercarse para hacerle entrar en razón.
El hombre retrocedió un par de pasos al ver que se acercaba. “¡Miente!”. Apuntó mejor a la detective y casi sin dudarlo, disparó cerrando los ojos.
“¡Beckett!”. Castle la empujó con toda la rapidez que pudo intentando evitar que la bala le diera a ella.
“¡Castle no!”. Gritó ella angustiada ya desde el suelo y con él sobre ella.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por vuestros comentarios!!
No me matéis... volveré pronto!
Veo que la familia os sigue gustando!
¿Seguimos un poquito más?
Los tres detectives y el escritor se encontraban en un edificio industrial abandonado. Las pistas de un nuevo caso los había llevado hasta allí, donde parecía que se escondía el asesino del cadáver que habían descubierto aquella mañana. Caminaron los cuatro en alerta por un pasillo hasta que éste se dividió en dos. Habían llamado para pedir refuerzos, pero era su oportunidad. No podían esperar a que llegaran. Beckett miró a sus compañeros.
“¡Ryan, Espo! Id por la derecha. Castle y yo vamos por la izquierda”. Los detectives asintieron y pistolas y linternas en mano se adentraron por el pasillo de la derecha. Beckett alumbró hacia el lado de la izquierda con su linterna. Había varias puertas que parecían cerradas y se escuchaban algunos ruidos. “Castle, coge la pistola que tengo atada al tobillo”. Ordenó casi sin mirarle, con la vista fija en la oscuridad del pasillo.
“Pero…”. Vaciló el escritor sin dejar de mirarla a ella.
“Castle, ¡hazlo! Sabes usarla. Estamos solos y no podemos esperar a que lleguen a ayudarnos”. Su tono era firme y serio, como siempre que estaban trabajando. Pero le dedicó una rápida y cariñosa mirada para terminar de convencerle de que hiciera lo que le decía.
“Está bien”. Se agachó, levantó la pierna del pantalón de Beckett y desenfundó la pistola. Se levantó quitándole el seguro y colocándose en posición para avanzar tras ella por el pasillo. “¿Llevas puesto tu chaleco?”. Preguntó en un susurro mientras se acercaban a una puerta.
Beckett se paró frente a la puerta y se llevó un dedo a los labios para indicarle que se mantuviera en silencio. Rick obedeció con preocupación. Ella iba a entrar primera en todas esas puertas y si disparaban y ella no llevaba chaleco, la tumbarían. Suspiró y se puso en tensión y preparado para entrar tras ella para ayudarla en todo lo que pudiera.
Kate comprobó que la primera puerta no estaba cerrada con llave y la abrió con suavidad intentando no hacer ruido por si dentro se encontraba el asesino. Terminó de abrir la puerta y entró apuntando con la pistola y la linterna a cualquier esquina de aquella pequeña habitación. No había nadie. Estaba completamente vacía. Ambos soltaron el aire despacio. Dieron media vuelta y volvieron al pasillo. Avanzaron despacio pero con decisión hasta la siguiente puerta. Tampoco estaba cerrada con llave y Beckett repitió el mismo proceso. Vacía también. Ocurrió igual con las otras dos siguientes. Tan sólo les quedaba una que no estaba cerrada, sino entornada y se veía algo de luz dentro. También alguna sombra, que indicaba que había alguien allí.
Beckett volvió a llevarse el dedo a los labios pidiéndole a Castle que no hiciera ningún ruido. Rick asintió pero se le adelantó a ella y puso la mano sobre el pomo de la puerta dispuesto a ser él quien la abriera para que ella pudiera entrar más rápido e inmovilizar a quien estuviera dentro. Beckett le miró a los ojos y lo entendió perfectamente. Era increíble la manera que tenían de entenderse con sólo mirarse a los ojos. Beckett contó hasta tres y cuando acabó la cuenta atrás, Castle abrió la puerta dejándola pasar a ella que apuntaba con la pistola.
“¡Policía! ¡Arriba las manos, donde pueda verlas!”. Exclamó fijando la vista en el asesino del que ya conocían perfectamente su aspecto y su físico.
Castle entró tras ella y también lo apuntó. Sin embargo, el asesino no se amilanó y cogió su pistola apuntando a Beckett.
“Baje la pistola”. Ordenó con voz tranquila la inspectora sin apartar la vista de él. Aquel hombre siguió en la misma postura, apuntando a Beckett y a Castle alternativamente, hasta que se dio cuenta de que él llevaba chaleco y ella no. Así que se dedicó a apuntar únicamente a Beckett. “Da igual a quien dispare. El otro acabará con usted”.
“Él no es policía”. Comentó mientras no dejaba de apuntarla.
“No, pero está entrenado para actuar como uno”. Informó Beckett dando un paso adelante con la pistola en alto.
Castle los observaba en tensión, nervioso. Pero no bajó su pistola y siguió apuntando a aquel hombre.
“Baje la pistola. No tiene por qué salir nadie herido. No tiene por qué cargar con otra muerte a sus espaldas”. Informó volviendo a dar un paso adelante.
“¡Quieta!”. Gritó el asesino poniéndose nervioso por la cercanía de Beckett. Kate se paró en seco.
“Está bien, tranquilo. No me acerco más. Pero baje la pistola. Sabemos quién le ha estado chantajeando para que asesinara a aquella chica. Tenían a su hija, pero ahora la hemos recuperado, está con nosotros. Está a salvo en comisaría, esperando a su padre. Baje la pistola, por favor. Y todo se solucionará. Se lo prometo”.
El hombre dudó y bajó un poco la pistola. Parecía cierto lo que la policía decía, pero él quería estar completamente seguro de que su niña estaba a salvo. “¿Cómo sé que no me estáis mintiendo?”.
Castle dio un paso poniéndose a la altura de Beckett. Sin bajar la pistola, sacó su móvil del bolsillo y se lo enseñó al hombre. “Llame a la comisaría y pida hablar con su hija”. Le tendió el móvil y él lo cogió dubitativo.
Hizo lo que le dijo y enseguida le pasaron con su hija que le dijo que estaba bien y que quería verle para irse cuanto antes a casa. Colgó la llamada y se quedó con el móvil de Castle en la mano. Sopesó sus posibilidades mientras iba bajando poco a poco, sin darse cuenta, la pistola. Beckett y Castle lo observaban quietos, apuntando aún con sus pistolas. Pronto acabaría aquello.
Pero, de repente, algo cambió en la mirada de aquel hombre y volvió a levantar la pistola hacia Beckett. “¡No!. Si hago lo que me dicen acabaré en la cárcel y no podré ver a mi hija”. Exclamó con rabia empezando a apretar ligeramente el gatillo.
“¡No!”. Alzó la voz ligeramente Beckett. “Usted fue chantajeado. Tenemos al hombre que le ha hecho tanto daño. Él pagará por todo. Usted puede llegar a un acuerdo con el juez. No pasará mucho tiempo separado de su hija y después podrá volver a casa con ella. Se lo prometo”. Beckett trató de acercarse para hacerle entrar en razón.
El hombre retrocedió un par de pasos al ver que se acercaba. “¡Miente!”. Apuntó mejor a la detective y casi sin dudarlo, disparó cerrando los ojos.
“¡Beckett!”. Castle la empujó con toda la rapidez que pudo intentando evitar que la bala le diera a ella.
“¡Castle no!”. Gritó ella angustiada ya desde el suelo y con él sobre ella.
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