Mr. Brightside (Terminado)

Espero que lo tengas pronto...

excelente capi

Que lo llame =(
Buen cpaítulo, espero el siguiente!

No me puedes dejar asi!!!!!!
Que lo llame y charlen!!

Capítulo 10


Al final Beckett no llamó a Castle, y no pudo sentirse más incómoda consigo misma. A la mañana siguiente, antes de salir de casa, mientras se miraba en el espejo del ascensor, prometió llamarle si no daba señales de vida.
Pero cuando llegó a la comisaría él ya estaba allí, con Esposito y Ryan, sonrió al darse cuenta que Castle estaba de morros como si fuera un niño y sus detectives se aprovechaban de ello:

- Buenos días – Dijo al llegar mientras ellos seguían riendo, y Castle la miraba apoyándose sobre el escritorio con cara de pena - ¿Qué pasa?
- Es un niño mimado – Se burló Ryan, y Beckett se sorprendió de que el escritor no intentará defenderse.
- Bueno, dejarle ya, no puede ser para tanto – Se sentó en la silla de su escritorio, y Esposito y Ryan volvieron a sus asientos soltándole algún comentario a Castle haciendo que su gesto diera más pena.

Se terminó de dejar caer en el escritorio con aquella cara que hacía que se le ablandara el corazón:

- ¿Un mal día? – Dijo intentando no parecer demasiado interesada.

Él alzó la cabeza al escuchar su voz y la contempló escribiendo en su ordenador:

- ¿Te parece normal? – Sacó una bolsa de papel con su nombre escrito – Mi madre me ha preparado el almuerzo – Beckett intentó no reírse - ¿Sabes cuando fue la ultima vez que hizo eso? – Ella se tapaba la boca intentando disimular – Yo te lo diré…Nunca, nunca lo ha hecho – Castle terminó de incorporarse contra el respaldo de la silla.
- Lo ha pasado mal, es normal que… - No podía aguantarse la risa.
- ¿Tuve daño cerebral porque no la recuerdo así? Siempre ha sabido como molestarme.
- Ya será para menos – Se recompuso pero no podía evitar que le saliera una sonrisilla al verle tan afectado - ¿Por eso no viniste ayer? – Quiso dejarlo caer como si nada, pero él sonrió orgulloso al ver un poco de interés por su parte – Lo digo porque no es normal que te saltes un día de contar tu heroísmo en la sala de café con los otros detectives.
- Si, ya – Sonrió haciéndole un gesto con las cejas – Sueles ser mejor en los interrogatorios, creo que estás perdiendo facultades. Aún así me halaga tu preocupación desmesurada hacía mi – Se puso la mano en el corazón.
- Ya te gustaría – Siguió escribiendo evitando aquella mirada que sabía usar para ponerla nerviosa.
- Estuve escribiendo – Ella puso cara de que ya no le interesaba – Tengo una fecha para entregar el borrador y ando un poco retrasado.
- Hace nada que saliste del hospital.
- Solo me han dado algunas semanas más por eso, pero Gina no tiene corazón, ya la conoces, ella si que sabe como molestarme – Apretó un poco los dientes – Eso si, este libro va a ser épico.

Ella sonrió y siguió escribiendo, tampoco le gustaba preguntar demasiado acerca de Nikki Heat, prefería esperar a tener el libro entre sus manos, y mucho menos dejaba que él le destripara la trama, por mucho que fingiera que no le interesaba:

- Hablando de saber como molestarme – Sacó las entradas y las puso en el teclado, haciendo que ella dejara de escribir – Me han invitado a la presentación del libro de un escritor novel “que va a ser la revolución” – Puso voz de representante interesado en vender a su protegido – Gina prácticamente me ha obligado a ir.
- ¿Y? – Cogió las entradas y las leyó por encima.
- Me gustaría que me acompañaras.
- ¿En plan pareja? – Soltó las entradas dando a entender que de eso nada.
- No, como mi musa – Ella le miró fijamente – Sé que odias esa palabra, pero pensaba que me lo ibas a poner mucho más fácil.

Beckett fingió no escucharle y siguió a lo suyo:

- Es solo un cocktail, nada serio, no será tan divertida como mis presentaciones, pero tendrán alcohol, eso siempre ayuda en estos eventos.
- Porque no se lo pides a alguna súper modelo, actriz, o cualquiera de tus habituales citas.
- Pues porque… - Intentó pensar algo rápido, pero no fue bastante y fue como si se quedará esperando a que ella accediera sin más.
- Aquello estará lleno de prensa, y ya tengo bastante con tus fiestecitas, llenas de gente superficial y… - No sabía como seguir.
- Bueno, supongo que cuando dijimos que nos veríamos más fuera de la comisaría, pensabas que con que te llevara a cenar me conformaría – Parecía enfadado y, en parte, así era.
- No, pero sabes de sobra que hay cosas que no soporto – Bajó la voz premeditadamente, dándole a entender que aquel no era el lugar para hablar de eso.
- Estoy haciendo un esfuerzo, de verdad que estoy intentándolo, pero parece que tu no tienes ni la más mínima intención, y me estoy empezando a cansar – Se puso recto del todo en la silla y ella se sintió culpable.

Esposito se dirigió hacia ellos, y a Castle le dio tiempo a coger una de las entradas y guardarlas:

- Puedes hacer lo que quieras.

Ella se sintió desconcertada, quizás Castle estaba en lo cierto, estaba tan empeñada en ver que él ponía de su parte que se había olvidado de que ella también debería de hacer algo, o a lo mejor, simplemente, esperaba ver cuanto era capaz de aguantar antes de que se le pasará y se dedicara a perseguir otra falda:

- Nos ha dado un nombre.


Cuando la detective paró el coche se seguía sintiendo incómoda ya que Castle se había limitado a mirar por la ventana y a mantenerse callado, mientras que ella no encontraba nada que decir.

Esposito y Ryan se quedaron en comisaría, al fin y al cabo era tan simple como entrar y hablar con el sospechoso. Lo hubieran podido hacer en la comisaría pero no querían que se pusiera nervioso antes de tiempo, porque tampoco tenían nada firme contra él.

Castle se prometió que si ella insinuaba que se quedará en el coche, iba a mandarla a la mierda e iba a coger un taxi hasta casa, y quizás esa seguridad fue lo que hizo que ella no dijera nada.

Se hizo el despistado, mirando a todas partes menos a ella, pero dejándola pasar delante, para darle ese umbral de control que hacía que se sintiera segura. Llamó a la puerta y él se mantuvo en un segundo plano de una forma tan seria que ella le miró de reojo pero no añadió nada.

Esperaron en le gran porche hasta que una mujer salió secándose las manos con un trapo de cocina, el escritor se centró en que olía a pasta al dente:

- Hola – Dijo una mujer alta que no rondaba los 30 años, mirándoles con algo de sospecha.
- Buenas tardes, buscamos a Tyler Jones, hablamos con él cuando ocurrió el incidente en la obra, soy la detective Beckett y este es Richard Castle.
La mujer entornó los ojos no muy segura de que debía hacer o decir:
- No está en casa, aún esta trabajando.
- ¿Podríamos esperarle dentro? – Pese a que la detective en ningún momento se mostró amenazante la mujer estaba nerviosa, y a un paso de negarles la entrada en su casa.
- No estoy segura de que sea buena idea…
- Mami – Dijo una vocecilla tras de ella - ¿Quiénes son?

Una niña de no más de 6 años, llena de collares y anillos, en forma de disfraz, sonreía tirando de la falda de su madre, casi escondiéndose tras de ella. Hubo un instante de silencio, pero Castle se puso casi de cuclillas frente a ella:

- Hola soy Rick y esta es Kate – Sonrió y la niña con él - ¿Y tu quien eres? Pareces alguien importante – La sonrisa de la niña se hizo más grande y Beckett le miró como si no le hubiera visto antes.
- Soy una princesa – Su madre le pasó la mano por el pelo y el terminó de acercarse.
- ¿Y qué hacías?
- Estábamos jugando con las barbies, puedes jugar si quieres.
- Vaya – Miró a la señora Jones - ¿Podemos? – Ella miró a su hija – Espero que mi Barbie tenga un montón de vestidos bonitos – La niña asintió y se acercó más a él.
- Pasar – Dijo la señora Jones quitándose de la puerta.

Castle y la niña pasaron delante y Beckett después:

- Gracias.



Esperaban tomando té en el sofá, después de que Castle se hubiera dedicado a distraer a la niña mientras Beckett le hacía algunas preguntas a la madre, cuando sonó la puerta de atrás de la casa, y la señora Jones se puso de pie, igual que la detective y el escritor.

Tyler Jones entraba, aquel albañil de gran espalda y mandíbula cuadrada, se sorprendió al verles en su salón, y le lanzó una mirada severa a su mujer:

- Buenas días, soy la detective Beckett, supongo que se acordará del otro día – el hombre asintió pero no entró del todo en el salón, quedándose lo bastante cerca del marco de la puerta de la cocina como para salir corriendo.
- Si que me acuerdo, ¿Qué quiere? – Estaba ya a la defensiva.

El hombre miró de reojo la puerta trasera por donde había entrado y hasta Castle supo descifrar esa situación, Beckett se tensó suavemente, separando los pies a la altura de los hombros, para correr si era necesario, y el escritor hizo lo propio:

- Queríamos hacerle unas preguntas acerca de Thomas - Tyler se deshizo de su cinturón de albañil y del casco dejándolo encima de la mesa, y a Beckett le quedó más claro lo que pretendía.
- No entiendo en que más les puedo ayudar.

Era obvio que si se había molestado en entrar por la puerta de atrás es porque no quería que nadie le viera, es más Beckett estaba convencida de que había aparcado su camioneta un par de calles atrás para que nadie le escuchara llegar:

- Nos gustaría que nos acompañara a la comisaría – De repente cambió de idea y le parecía mejor idea interrogarle seriamente bajo en el terreno que ella mejor controlaba.

Pero antes de que pudiera darse cuenta él ya había echado a correr y ella le pisaba los pies aunque algo más lejos, ya que casi se tropieza con las barbies de la niña.

Salió tras de él por la puerta trasera y corrió, aunque el señor Jones le llevaba algo de ventaja, al ser un hombre tan corpulento le costaba bastante ser rápido, pero justo a la altura de la puerta principal, cuando se dirigía hacia la calle principal, Castle lo lanzó al suelo con un placaje que hasta a ella le sorprendió.

Sacó las esposas y le esposó mientras Castle se levantaba y se sacudía la ropa:

- ¿Estás bien?
- Mejor que nunca - Dijo él con una amplia sonrisa, y ella le leyó sus derechos al sospechoso.

Una vez arrestado el señor Jones se mostró menos escurridizo y más colaborador, y no dio problemas de camino a la comisaría, aunque ella se sorprendió de que Castle no alardeara de su muestra de heroicidad, y se mantuvo en silencio hasta que llegaron.

que bueno que es tu ficsssssssssssssssssssssssssssssssss
es genial
quiero ver como kate maneja esta situacion

Kate tiene que ir a esa fiesta!
Gran capi!

increíble capitulo

gracias por la fic

O Kate reacciona para con Castle, o este se va y la deja sola y agua y ajo... Así que, que se ponga las pilas y vaya!
Gran capítulo! =)

Muy bien!!!!!
que chulo!!!
ya me imagino a Castle bloqueando aal Sr Jones jajaja
QUE HOMBREE!!!!!

Hombre, ya echaba de menos el fic

ME ACABO DE LEER TODO TU FIIC!!!!!!!

QUE PASADAAA SIGUELO PRONTOOOOOO..HAZ QUE BECKETT SE DEJE DE INSEGURIDADES X DIOOOS!!!

AYY ESTA CHICAAA

YA HECHABA DE MENOS CAPIS DE TU FIC!! MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIRLOS, ES GENIAL!!
Y BECKETT, SIGUES CON TU CINISMO

Cuando al fin se levantó de la silla de la sala de interrogatorios Tyler Jones estaba llorando como un niño pequeño, con las manos esposadas sobre la cara, sollozando que nunca tuvo intención de hacer lo que hizo.

Cruzó la otra puerta de la sala de interrogatorios que llevaba tras el espejo y solo vio a Ryan y Esposito:

- ¿Y Castle? – Le tendió el informe a Ryan.
- Se ha ido, ha dicho que esta noche tenía una presentación.
- Que suerte, de fiesta en fiesta – Esposito firmó el informe apoyándose en la espalda de Ryan, después de que este hiciera lo propio.

Beckett no dijo nada más, aunque se molestó de que no hubieran vuelto a hablar del tema. Y se marchó con gesto serio:

- No eres el único al que le molesta no ir de fiesta en fiesta – Dijo Ryan cuando Beckett se alejó.
- Si, eso será – Esposito se quedó pensativo viendo como se marchaba – Te invito a comer.
- ¿Qué celebramos? – Ryan puso la mano en el hombro de su compañero.
- Si vuelves a disimular con el rollo ese de que te casas te doy un puñetazo – Ryan sonrió, y Esposito también.


La música no estaba especialmente alta, pero se revolvió en el sofá incómodo. Había llegado hacía casi dos horas, y como pasa normalmente en ese tipo de fiestas donde no eres el centro de toda la atención, beber un whiskey en un sofá de sky solo te hace estar molesto. Pero a eso había que sumarle que Beckett no aparecía por ninguna parte, y que esa no era su primera copa:

- ¿Te han dicho alguna vez lo cutre que quedan las gafas de sol en un evento cerrado? – Gina hacía uso de su mala leche, y se sentaba frente a él.
- Es por los focos, hacen que me escuezan los ojos.
- Lo que te pasa es que cuando no eres el centro de atención todo pierde interés.
- No es eso – Le hacía un gesto al camarero para que le sirviera otra copa.
- No puedes irte de aquí hasta después de el brindis – Ella le señalaba sutilmente al autor.

Castle asintió, esclavo de ese sofá y de beber whiskey hasta que todo le pareciera menos feo.

El camarero dejó un vaso y se llevó el vacío, y con un gesto de cabeza Castle le dio las gracias:

- Casi prefiero que vayas a sangrar a otro de tus autores – Gina sonrió con malicia.
- Eso me recuerda a que en breves me tienes que enviar el manuscrito de la novela.
- Recuerdo – Castle se quitó las gafas de sol y se acercó para hablarle – que me casé contigo para que me chuparas algo más que el alma.
- No voy a tenerlo en cuenta porque obviamente estás de mal humor – Y se marchó por donde había venido.

Había desistido de dar paseos sin sentido fingiendo ser un enterado saludando a todo el mundo. Incluso cuando hizo su reseña para la contra portada uso palabras que resumían una obra que no se había molestado en leer. Es más, le daban pereza todos los asistentes, justo ese tipo de gente que va a ese tipo de eventos para hacer alarde de lo que no tienen, o exagerar lo que tienen sin contar que es todo hueco por dentro.

Ese era el mundo superficial y ambiguo donde se movía, y donde tanto le había costado hacer amigos en los que de verdad se pudiera confiar.

Paula, su representante, se sentó a su lado y sacó la pitillera del bolso, ofreciéndole un cigarro que él rechazó con un gesto de la mano que no tenía aferrada a su copa:

- No pienso tardar en irme – Murmuró dando una gran calada al cigarro que acababa de encender.
- Ojala pudiera decir lo mismo.
- Ya te advertí antes de que te casaras que mezclar dinero con placer no era bueno, por mucho que tu te empeñaras – Ni siquiera se miraban, no les hacía falta.
- No me tortures – Dio un sorbo largo.
- Tienes ojo clínico para los ligues.
- Soy bueno en los ligues, pero horrible para algo serio y estable – Lo dijo con tanta pena que Paula le miró de inmediato.
- ¿Es por Nikki Heat?

No contestó, no porque quisiera mentir, sino porque no se trataba de Nikki, se trataba de Kate:

- Aquella chica de la barra lleva media hora sin quitarte ojo.
- Ya la he visto – Pero no miraba más allá de su copa.
- No veo que tenga tu autógrafo en el pecho, que raro – Le hizo un gesto al camarero para que le sirviera lo mismo que a él.
- Justo porque es de ese tipo de chica.
- Apenas te reconozco – Un minuto después bebían a coro de sus copas.
- Jane también se ha quejado de que no le prestas demasiada atención.
- ¿Has invitado a tu secretaria? – Aquello no era costumbre.
- Casi me obligó cuando le dije que venías – Se ofendió – Si no fueras tan encantador con ella mientras esperas para entrar a mi despacho ahora no tendría problemas.

Había caído en la cuenta de que su relación con las mujeres era tan superficial y absurda que era lógico que ellas no vieran nada de él más allá de la mañana siguiente a una noche de sexo, y por un momento se sintió confundido acerca de sus dotes para ser un Don Juan conquistador:

- Durante muchos años has dado motivos para que te llamen la ballena blanca, no sé de que te sorprendes.
- De que las mujeres no pierdan interés al saber mi fama.
- Pareces nuevo, sales un poco en la tele, concedes un par de entrevistas, y las mujeres que se te acercan no esperan que te comprometas hasta el final, solo pasar un buen rato.
- Quizás haya llegado el momento de optar a algo más.

Paula miró a Gina que presentaba a su nueva joven promesa a algún entendido de pelo cano:

- Pensaba que después de dos matrimonios habías tirado la toalla.
- Pensaba que después de dos matrimonios no iba a encontrar nada más – Suspiró mirando su copa – Estaba convencido de poder acostumbrarme a las noches eternas, a las chicas que piden autógrafos y fotos firmadas, al whiskey de 12 años, y a toda la mentira de este trabajo, pero estoy cansado.
- Así que yo tenía razón.
- Se trata de mi y de mi falta de interés – Se terminó la copa de un trago y soltó el vaso – Puede que después de la publicación de este libro me tome un año sabático.

Buen capítulo! Pobre Castle, necesita más de Beckett )=
Seguilo pronto, y calmale el sufrimiento, un poco tampoco tanto jajaja
Genial =)

Pobre Castle!! Ya podría aparecer en el último momento aunque sea.............que haga algo, al final lo va a perder.
Muchas gracias por otro capítulo!!

Genial capitulo!!!!!
"...me casé contigo para que me chuparas algo más que el alma..." una frase totalmente memorable
muy bueno el capitulo, enhorabuena

genial capitulo

continua pronto

siguelo prontooo!!!!! felicidades x el fic!!! te queda genial

pobre Castle..espero que beckett vaya a esa fiesta y se encuentren..

Iba a pedirse otra copa, iba a enfrentarse a Gina; a decirle que estaba harto, que le había quitado toda la gracia a escribir, que aquello se había convertido en una obligación, y había dejado de ser entretenido. Iba a decirle al camarero que llenara más el vaso y pusiera menos hielo. Iba a decirle a Paula que estaba agotado y quería irse a casa a lamentarse en soledad. Iba a acercarse a aquel autor novel al que todos le estrechaban la mano, que no paraba de posar y sonreír, y a decirle que saboreara el momento, porque ese instante iba a terminar y después solo quedan un montón de títulos que le respaldan y algunos ceros de más en su cuenta, pero nada por lo que mereciera la pena despertarse cada día. Y eso que él tenía suerte, tenía a Alexis. Pero escribir que dejaba de ser divertido para convertirse en trabajo, y entonces el corazón se le paró.

Caminando con paso decidido aunque algo perdida ella entró en aquel gran salón y entonces él agradeció estar sentado porque probablemente hubiera caído de rodillas abrumado.

Daba igual lo que llevara puesto, o como llevara el pelo, lo importante era que le buscó con la mirada mientras la gente murmuraba si se trataba de la verdadera Nikki Heat, supo que le buscaba a él porque cuando por fin le vio sus ojos se pararon en los de él y caminó con más firmeza, como de normal, cuando andaba con un arma en la cintura y estaba en comisaría, donde estaba más segura. A Castle le dio tiempo a ponerse en pie, y a olvidar su vaso sobre la mesa.

Jamás le había parecido tan guapa como aquella noche, y jamás la había hecho tanta falta como en aquel instante, y por un segundo pensó que quizás ella leía el pensamiento porque llevaba toda la noche mandándole mensajes mentales para que apareciera.

De repente le parecía mala idea no haberse afeitado, o haber elegido otra camisa y sobre todo no llevar corbata, o quizás era esa sensación que tenía en la boca del estomago de que ella estaba demasiado preciosa y él llevaba algunos whiskeys de más:

- Hola – Titubeó, tenía las mejillas sonrojadas, y la mirada evasiva.
- Hola – Le pareció un milagro no tartamudear – Has venido – No se había dado cuenta de cuando se había convertido en el capitán obvio.

Paula se esfumó, o al menos eso le pareció a él, aunque su impresión iba más allá, y le parecía que no había nadie más en aquella sala:

- ¿Quieres tomar algo? – Ella negó con una sonrisilla y Castle se sorprendió a si mismo con una sonrisa tonta en los labios.
- La ultima vez que estuvimos en un sitio como este me dijiste que era obvio que ningún hombre me había rechazado – Castle ladeó la cabeza, recordaba aquella conversación, recordaba haberle repetido que era extraordinaria – Supongo que no querías ver que, de alguna manera, me rechazabas.

Eso no estaba seguro de que hubiera ocurrido, así que frunció el ceño pensativo, preparado para darse una buena bofetada cuando nadie le mirara:

- Para mi es difícil estar aquí – Parecía que ella había sopesado un millón de veces la idea de acudir – He estado en mi casa delante del espejo con el traje puesto más de dos horas, preguntándome si debía venir a decirte lo que quiero.

Estaba preparado para que ocurriera cualquier cosa, cansado de esperar el momento adecuado:

- ¿Y qué quieres? – Le costó tragar saliva y entonces ella le miró directamente a los ojos.

Y sus ojos siguieron allí unos segundos más aunque ninguno de los dos dijo nada, pero añadió:

- No puedes mirarme a la cara y decirme que solo tendrías ojos para mi y luego largarte con tu ex – Castle fue a protestar pero ella le pidió silencio – No puedes esperar que me lance al vacío sin estar segura, y no puedes estar lanzándome indirectas para pasar la noche en mi casa e invitarme a desayunar – Jugó con el anillo de su mano algo nerviosa, detalle en el que él se fijó y le pareció aún más tierna – Porque desayunar no es tan fácil.
- Haré lo que quieras, incluso nada – Quiso abrazarla, cogerla de las manos, llevarla fuera y ser más comprensivo y menos graciosillo, porque ahora si veía que le había roto el corazón, lo veía claramente.

Beckett fue a hablar pero de repente notó los ojos de todos clavados en ella, esperando que dijera o hiciera algo y se agobió, y él que siempre había podido ver a través de ella, la cogió suavemente de la mano y se la llevó fuera, y entonces estuvo más segura que nunca.

Esperaron cerca de la parada de taxis. La noche era agradable, y despejada:

- Si no puedes hablar ahora….– Se intentó sacudir el nerviosismo secándose las palmas de las manos en el pantalón y esta vez fue ella la que se fijó en el detalle.

Le puso la mano en el pecho cuando él ya buscaba un taxi para mandarla a casa, y cuando Castle volvió a mirarla a los ojos pasó su mano de su pecho a su mejilla:

- Lo que quiero es invitarte a desayunar.

De repente ninguno de los dos había dicho nada más y apenas habían reaccionado, y por sus sonrisas se dieron cuenta de que las cosas entre ellos eran más fáciles.

Fue ella quien paró un taxi, quien le cogió de la mano para entrar, y quien no le soltó durante el trayecto, quien le besó con dulzura y quien pidió al taxista que los llevara a su casa, y él supo que no podría separarse nunca de su mano, ni de sus besos, ni de querer permanecer a su lado.


Una vez en el piso, y con la luz de la calle entrando a duras penas por la ventana, Castle estaba sentado en la cama, ni siquiera se había quitado la chaqueta del traje. De pronto notó las manos de ella por su mejilla y su nuca. Un calor suave y el olor de su piel eran cada vez más cercanos, tuvo algo de vértigo en el estomago y sonrió nervioso cuando sus labios volvieron a juntarse para pasar de un beso dulce a otro más profundo.

Ella se sentó sobre el regazo de él y se incorporó un poco para poder mirarle desde arriba directamente a los ojos a los ojos, con la poca luz que entraba de fuera, Castle puso las manos en su columna, sujetándola.

Tragó saliva cuando ella pasó, con suavidad, la yema de su dedo índice por la cicatriz de su frente, mientras que con el resto de la mano le apartaba el flequillo, respiró hondo y sonrió al darse cuenta de que todo lo que respiraba era el perfume de ella, y sintió necesidad de abrazarla, de pegar su piel a la de ella. La yema de su dedo índice bajo hasta sus labios, paseando por su mejilla, y al volver a besarle se dejó caer sobre él, y ambos sobre la cama.

Sabía que al final aparecería Muchas gracias por otro capítulo, me encanta este fic, escribes genial

GRaciasss me alegro infinito de que se decidiese a ir!!!!
Bua que subidon!!!!!!!!
Genial genial

COMO ME GUSTA TU FICS!!!!!!
SOY ADICTA A EL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
NO PUEDO ESPERAR POR MAS CAPITULOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Mil gracias por seguir escribiendo!!!!!!! no tengo mas palabras para decirte!!!

Por suerte se decidió la otra...
Genial el capítulo
Amo esta hsitoria!!!!

Jorja escribió:Por suerte se decidió la otra...
Genial el capítulo
Amo esta hsitoria!!!!

SOMOS DOS!!!!! ME ENCANTAAAAAA