Para siempre, Último Capítulo
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Cata Castillo
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Re: Para siempre, Último Capítulo
Cata, ESTOY ENAMORADA DE TU HISTORIA, ES TAN DULCE, ROMANTICA Y TIENE TODOS LOS CONDIMENTOS
Cada capitulo estoy mas enganchada.
ESCRIBES DE MARAVILLAS!!!
Gracias, mil gracias por continuar
Cada capitulo estoy mas enganchada.
ESCRIBES DE MARAVILLAS!!!
Gracias, mil gracias por continuar
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Para siempre, Último Capítulo
Aaa ok que metes a Martha tambien de verdad menuda cabeza la mia,todo aclarado Cata,graciasCata Castillo escribió:
Hablaba, o mejor dicho escribía de forma genérica, y me refería a Martha, Alexander y Jim.
Soy de las antiguas y lo de los abuelos y la abuela, todos y todas, ellos y ellas, y miembros y "miembras", me parece una total pérdida de tiempo.
Espero haberte aclarado la duda y siento no haberme explicado mejor. Gracias por seguir la historia.
Raúl- Moderador
- Mensajes : 1189
Fecha de inscripción : 18/05/2011
Edad : 32
Localización : Parla City
Re: Para siempre, Último Capítulo
No entiendo por qué tenía atrasados dos capis de tu fic, pero ya al día!! me encanta, no lo puedo evitar, es dulce, amoroso, familiar...perfecto! me encanta la relación de Kate con Rick y su bebé. Me da que querrán ampliar la familia pronto.
Qué gracia me ha hecho lo de que su bebé era feo...
Qué gracia me ha hecho lo de que su bebé era feo...
BrujaAle- Escritor - Policia
- Mensajes : 1361
Fecha de inscripción : 08/07/2011
Edad : 41
Localización : En el Sur
Re: Para siempre, Último Capítulo
ke pasadaaaaaaaa
sigue prontooo
sigue prontooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Para siempre, Último Capítulo
¡OOh Sam es tan mono!!
Me encanta!
Me encanta!
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
- Mensajes : 1195
Fecha de inscripción : 24/07/2011
Edad : 29
Localización : Galicia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Me gusta un montón tu historia xD
siguela x fa!!
siguela x fa!!
ChrisAlex- Escritor novato
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 29/09/2011
Edad : 32
Localización : Por ahora en México, DF
Re: Para siempre, Último Capítulo
¡Hola! Aquí os dejo otro nuevo capítulo. Esta historia se acaba, creo que con un par de capítulos más podré terminarla. Sam se nos hace mayor. A ver como sigue la vida de esta familia.
Espero que os guste el capítulo y muchas gracias por dejar mensaje y por seguir la historia.
Capítulo 39:
La vida de los Rodgers transcurría apaciblemente, pero como vaticinó Martha, que volvió a acertar en sus predicciones, la tranquilidad se acabó cuando Sam fue capaz de moverse por si mismo. Ya con seis meses era capaz de sentarse solo, pero aun no gateaba. Sus papás consultaron con el pediatra que les dijo que no se preocupasen, que no todos los niños se desarrollaban igual, pero que el suyo estaba perfectamente sano.
El primer susto se lo llevó Rick, cuando el niño tenía diez meses. Era por la mañana, y con el crío en brazos se ocupaba de recoger alguna ropa de este, ponerla a lavar, guardar ropa limpia, unas toallas. Al tener un brazo ocupado con Sam, decidió dejarlo sobre la cama. Lo colocó en medio y lo rodeó de cojines y almohadones, dejándole un juguete para que estuviese entretenido. Solo entró al baño a guardar unas toallas en el armario de la ropa limpia. No tardó ni dos minutos.
Cuando salió y vio la cama vacía casi se le para el corazón, pensando que se había caído y hecho daño. Miró alrededor de la cama, al menos había una gruesa alfombra, Sam no estaba. Se tiró al suelo y miró debajo, tampoco estaba. Se levantó y se asomó al pasillo pero no lo vio. Pensó en las escaleras y se dirigió corriendo hacia allí, temiendo ver que hubiera rodado por ellas. Bajó al piso de abajo, pero era imposible que le hubiese dado tiempo de llegar hasta allí. Volvió a subir. Sintió un miedo atroz y por su cabeza empezaron a desfilar imágenes de su hijo malherido, e incluso empezó a pensar en la posibilidad de un secuestro y en como iba a decírselo a Kate. Lo llamó:
- ¿Sam?, ¿Dónde te escondes bichito? – pero no hubo respuesta.
Empezó a andar despacio por el pasillo, pensando que hubiera hecho él, si fuera un bebé.
- ¡Samuel Richard Rodgers!, no le des estos sustos a tu anciano padre.
De pronto escuchó un gorgojeo feliz proveniente del cuarto del bebé. Se acercó corriendo y allí estaba un feliz Sam, empujando una pelota de goma por debajo de su cuna.
- ¡Ey Sam! – lo llamó.
El niño salió de debajo de la cuna y se sentó mirándolo con una enorme sonrisa con cuatro dientes. Rick lo cogió en brazos y lo achuchó, mirando también que al bajarse de la cama no se hubiese dado ningún golpe, cosa que no parecía probable, pues no se quejaba de nada.
- No vuelvas a hacer eso, ¿eh? Si quieres salir a explorar solo tienes que decírmelo, ¿de acuerdo?
- Babbabababa – dijo Sam sonriente, ya era capaz de distinguir entre “mamamammam” que era Kate, y “babbababa” que era Rick.
- A mamá no podemos contarle esta aventura, que la vamos a asustar.
- Mamamama – continuó hablando Sam.
A Kate le encantaba presenciar las conversaciones entre Rick y su hijo, él le hablaba al niño y le contaba mil y una cosas, y éste lo miraba con atención como si le estuviese entendiendo perfectamente, incluso le contestaba con sus balbuceos.
Quiso comprobar lo que había hecho Sam, así que volvió a la habitación y lo puso de nuevo encima de la cama con la barrera protectora de cojines. Se apartó un poco y vio con asombro, como ese renacuajo trepaba por encima de los cojines, se daba la vuelta y sacando los pies por el filo de la cama se deslizaba hasta el suelo sin ningún tipo de problemas. Luego con una velocidad asombrosa empezó a gatear.
- A mamá no le va a gustar haberse perdido este gran momento Sam, deberías haber esperado hasta la tarde.
Lo siguió un rato, mientras pensaba en algo que tendría que hacer enseguida. Vistió al niño y se vistió él. Cogió las llaves del coche y salieron de la casa.
Cuando Kate llegó sobre las cinco de la tarde, le extrañó encontrarlo todo en silencio. Los fue llamando, pero era evidente que no había nadie. Era raro, el día estaba lluvioso, por lo que no habrían ido al parque, ni siquiera a dar un paseo, a lo mejor estaban con el abuelo, le extrañaba que Rick no la hubiese llamado, estuvieron hablando por la mañana un par de veces, pero no había vuelto a saber nada de ellos.
Llamó a su padre, porque Martha y Alexander estaban en California. Su padre estaba en casa solo y le dijo que no había sabido nada de ellos desde el día anterior. Le preguntó si había algún problema, y ella que no quería asustarlo, le dijo que no, que no se preocupara. Pero lo cierto es que si estaba preocupada. Llamó a Rick, pero le salía que el teléfono no tenía cobertura o que estaba fuera de servicio. Pasó un rato, y estaba ya a punto de llamar a los chicos para montar un operativo de búsqueda cuando sintió las llaves en la puerta.
Rick entró con un sonriente Sam, embutido en un mono impermeable de un color rojo brillante en un brazo y una gran bolsa en la otra mano.
Cuando la vio, le sonrió.
- ¡Hola, cielo, que bueno que ya estés en casa! – la saludó con un beso, sin darse cuenta que ella estaba un poco enfadada.
- ¿Dónde demonios estabais?, estaba empezando a preocuparme.
- Ahora te cuento todo, ten coge a Sam, tengo que bajar por más cosas al coche – y le dio al niño, al que ella recibió con un gran abrazo y varios besos.
Fue quitándole el mono al niño, mientras le preguntaba a este donde era que habían estado. Su hijo le contestaba con alegres balbuceos y enormes sonrisas. Llegó Rick con dos grandes cajas que dejó al lado de la puerta, luego se sentó al lado de ellos.
- Bueno, vas a decirme ahora donde habéis estado, he llegado hace un rato y como no he visto a nadie me empecé a preocupar.
- Hemos estado en la ferretería.
- ¿En la ferretería?, crees que ya ha llegado el momento de comprarle a Sam su primera caja de herramientas – preguntó con guasa.
- Ven conmigo – le dijo – a ver si tu hijo repite de nuevo lo que me hizo esta mañana. Creí que me moría del susto, casi te quedas viuda.
Subieron a la habitación y Rick le cogió al bebé de los brazos y lo colocó sobre la cama entre los cojines que aun estaban allí puestos como una barrera.
- A ver que hace, no lo mires directamente, que seguro que no lo hace, pero tampoco lo pierdas de vista.
Rick se metió al cuarto de baño, mientras ella se puso a disimular, como si arreglara ropa.
- Ahora seguro que me deja por mentiroso – protestó él.
- Pero, ¿Qué es lo que ha hecho? – preguntó curiosa ella.
En ese momento, Sam empezó a actuar y a poner en práctica lo que había aprendido esa mañana.
- Mira, mira – le dijo Rick – no lo pierdas de vista.
El niño repitió lo que hizo esa mañana, después de bajarse de la cama gateó a toda velocidad hasta su cuarto, para meterse a jugar con la pelota de goma debajo de la cuna.
- ¿Lo has visto?, ¿has visto lo que he hecho este enano? – dijo Rick.
Y le fue contando lo que le pasó por la mañana, y el tremendo susto que se llevó. Kate no podía dejar de reír, imaginando la situación.
- Si, tu ríete – le dijo él – pero me hubiera gustado ver tu cara cuando desapareció. Solo de pensar que hubiera podido rodar por las escaleras me da escalofríos.
- No te enfades, mi vida – seguía riendo ella – que no me río de tu miedo, sino de lo aventurero que nos ha salido este niño. Yo me hubiera puesto igual de histérica. Cuando he llegado esta tarde he estado a punto de montar un operativo de búsqueda, al no veros, así que sé como te sientes.
- Siento no haberme podido comunicar contigo, pero no había cobertura.
- Entonces, ¿Qué has comprado?
- Pues, vallas para las escaleras, topes para las puertas, protectores para las esquinas y los picos de las mesas, para tapar los enchufes. ¡Ays!, Sam no va a tener nada que ver con Alexis, ella era muy tranquila y este torbellino ahora, que estoy más mayor.
- Estás estupendo, y a mi me gustas muchísimo – le dijo ella mientras se abrazaba a él y empezaba a besarlo.
Así estuvieron un rato, hasta que sintieron una pequeña presencia sobre sus pies. Sam había visto a sus papás besarse y él también quería participar de esa sesión de cariño, así que agarrándose a las piernas de su padre, intentaba levantarse, mientras hacía ruiditos llamando la atención de los adultos para que le cogieran.
************************************************************
Decidieron esperar a las vacaciones de Navidad, para celebrar el primer cumpleaños de Sam, así su hermana Alexis y su tía Lillian podrían estar presentes en la celebración de tal acontecimiento.
Aunque Alexis y Sam no se veían con mucha frecuencia, el crío conocía perfectamente a su hermana mayor. Rick hablaba a menudo con su hija, por el Skype, usando la Web cam y siempre que estaba despierto lo acompañaba su hijo. Celebraron el cumpleaños en el penthouse de los abuelos, fue Alexander quien se empeñó en organizar la fiesta del nieto, y por más que Rick y Kate le dijeron que el niño era demasiado pequeño y le iba a dar igual que tipo de fiesta fuera, su abuelo se encargó de organizar el cumpleaños como si fuera el de un príncipe.
A la fiesta no pudieron faltar los mejores amigos de los padres, es decir Lanie y Esposito, y Ryan y Jenny que acababan de ser papás de una preciosa muñequita rubia de ojos azules a la que llamaron Julie. Estaban todos en cantados con la niña. A Lanie, le encantaban los niños y no podía evitar sentir cierta envidia de sus compañeros. Adoraba a Sam, y Sam la adoraba a ella, cada vez que la veía el niño le regalaba sus mejores sonrisas. Ahora veía a Ryan y Jenny con su preciosa hijita y no podía menos que pensar que ella también quería su propio bebé.
Sam sopló su vela con ayuda de su madre y se puso lleno de crema de la tarta, así que le tuvieron que dar un baño de urgencia. Cuando Kate volvió con él en brazos ya limpio y cambiado de ropa, Rick estaba acunando a Julie y haciéndole monerías, quería a su hombrecito con locura, pero las niñas le encantaban. A Sam no le agradó que su padre dedicara sus cariñosas palabras a otro bebé que no fuera él y cuando lo vio con Julie empezó a protestar y a echarle los brazos, demandado su absoluta atención.
Todos empezaron a reír ante su ataque de celos y su padre le empezó a gastar bromas y a hacerle rabiar. Pasaron un gran día, y también pasaron unas vacaciones de Navidad de lo más familiares y entrañables.
************************************************************
Sam crecía deprisa, cada vez era más parecido a Rick. Era un niño muy inteligente y observador, y como su padre una vez que empezó a andar hubo que tener con él siete pares de ojos. Todo le llamaba la atención, todo era nuevo y sorprendente, era curioso y muy sociable. Cada vez hablaba más claro y sabía más palabras.
Le encantaba acompañar a su padre a la comisaría para recoger a mamá. Todos allí lo saludaban cariñosamente. Tenía una memoria prodigiosa, conocía por su nombre a cada policía que le saludaba, era simpático y educado, rara vez tenía rabietas, la verdad es que se hacía querer y todos le tenían cariño, pues era un niño adorable.
Kate se lamentaba de lo rápido que crecía y cada vez estaba más convencida de que quería volver a ser madre, sabía que Rick no pondría ningún problema, pues le encantaban los niños.
Ryan y Jenny habían vuelto a ser padres de nuevo. Tuvieron otra preciosa niña a la que llamaron Alice, y que apenas se llevaba un año con su hermana mayor.
Lanie le puso un ultimátum a Javier Esposito, le dejó muy claro que si él no quería comprometerse y no tenía interés en ser padre, no tenía nada que hacer con ella. Fue tan seria y categórica, que Javier se asustó y le pidió matrimonio. Se casaron a principios del verano y poco después, Lanie se quedó embarazada. La familia aumentaba poco a poco y a buen ritmo.
CONTINUARÁ…
Espero que os guste el capítulo y muchas gracias por dejar mensaje y por seguir la historia.
Capítulo 39:
La vida de los Rodgers transcurría apaciblemente, pero como vaticinó Martha, que volvió a acertar en sus predicciones, la tranquilidad se acabó cuando Sam fue capaz de moverse por si mismo. Ya con seis meses era capaz de sentarse solo, pero aun no gateaba. Sus papás consultaron con el pediatra que les dijo que no se preocupasen, que no todos los niños se desarrollaban igual, pero que el suyo estaba perfectamente sano.
El primer susto se lo llevó Rick, cuando el niño tenía diez meses. Era por la mañana, y con el crío en brazos se ocupaba de recoger alguna ropa de este, ponerla a lavar, guardar ropa limpia, unas toallas. Al tener un brazo ocupado con Sam, decidió dejarlo sobre la cama. Lo colocó en medio y lo rodeó de cojines y almohadones, dejándole un juguete para que estuviese entretenido. Solo entró al baño a guardar unas toallas en el armario de la ropa limpia. No tardó ni dos minutos.
Cuando salió y vio la cama vacía casi se le para el corazón, pensando que se había caído y hecho daño. Miró alrededor de la cama, al menos había una gruesa alfombra, Sam no estaba. Se tiró al suelo y miró debajo, tampoco estaba. Se levantó y se asomó al pasillo pero no lo vio. Pensó en las escaleras y se dirigió corriendo hacia allí, temiendo ver que hubiera rodado por ellas. Bajó al piso de abajo, pero era imposible que le hubiese dado tiempo de llegar hasta allí. Volvió a subir. Sintió un miedo atroz y por su cabeza empezaron a desfilar imágenes de su hijo malherido, e incluso empezó a pensar en la posibilidad de un secuestro y en como iba a decírselo a Kate. Lo llamó:
- ¿Sam?, ¿Dónde te escondes bichito? – pero no hubo respuesta.
Empezó a andar despacio por el pasillo, pensando que hubiera hecho él, si fuera un bebé.
- ¡Samuel Richard Rodgers!, no le des estos sustos a tu anciano padre.
De pronto escuchó un gorgojeo feliz proveniente del cuarto del bebé. Se acercó corriendo y allí estaba un feliz Sam, empujando una pelota de goma por debajo de su cuna.
- ¡Ey Sam! – lo llamó.
El niño salió de debajo de la cuna y se sentó mirándolo con una enorme sonrisa con cuatro dientes. Rick lo cogió en brazos y lo achuchó, mirando también que al bajarse de la cama no se hubiese dado ningún golpe, cosa que no parecía probable, pues no se quejaba de nada.
- No vuelvas a hacer eso, ¿eh? Si quieres salir a explorar solo tienes que decírmelo, ¿de acuerdo?
- Babbabababa – dijo Sam sonriente, ya era capaz de distinguir entre “mamamammam” que era Kate, y “babbababa” que era Rick.
- A mamá no podemos contarle esta aventura, que la vamos a asustar.
- Mamamama – continuó hablando Sam.
A Kate le encantaba presenciar las conversaciones entre Rick y su hijo, él le hablaba al niño y le contaba mil y una cosas, y éste lo miraba con atención como si le estuviese entendiendo perfectamente, incluso le contestaba con sus balbuceos.
Quiso comprobar lo que había hecho Sam, así que volvió a la habitación y lo puso de nuevo encima de la cama con la barrera protectora de cojines. Se apartó un poco y vio con asombro, como ese renacuajo trepaba por encima de los cojines, se daba la vuelta y sacando los pies por el filo de la cama se deslizaba hasta el suelo sin ningún tipo de problemas. Luego con una velocidad asombrosa empezó a gatear.
- A mamá no le va a gustar haberse perdido este gran momento Sam, deberías haber esperado hasta la tarde.
Lo siguió un rato, mientras pensaba en algo que tendría que hacer enseguida. Vistió al niño y se vistió él. Cogió las llaves del coche y salieron de la casa.
Cuando Kate llegó sobre las cinco de la tarde, le extrañó encontrarlo todo en silencio. Los fue llamando, pero era evidente que no había nadie. Era raro, el día estaba lluvioso, por lo que no habrían ido al parque, ni siquiera a dar un paseo, a lo mejor estaban con el abuelo, le extrañaba que Rick no la hubiese llamado, estuvieron hablando por la mañana un par de veces, pero no había vuelto a saber nada de ellos.
Llamó a su padre, porque Martha y Alexander estaban en California. Su padre estaba en casa solo y le dijo que no había sabido nada de ellos desde el día anterior. Le preguntó si había algún problema, y ella que no quería asustarlo, le dijo que no, que no se preocupara. Pero lo cierto es que si estaba preocupada. Llamó a Rick, pero le salía que el teléfono no tenía cobertura o que estaba fuera de servicio. Pasó un rato, y estaba ya a punto de llamar a los chicos para montar un operativo de búsqueda cuando sintió las llaves en la puerta.
Rick entró con un sonriente Sam, embutido en un mono impermeable de un color rojo brillante en un brazo y una gran bolsa en la otra mano.
Cuando la vio, le sonrió.
- ¡Hola, cielo, que bueno que ya estés en casa! – la saludó con un beso, sin darse cuenta que ella estaba un poco enfadada.
- ¿Dónde demonios estabais?, estaba empezando a preocuparme.
- Ahora te cuento todo, ten coge a Sam, tengo que bajar por más cosas al coche – y le dio al niño, al que ella recibió con un gran abrazo y varios besos.
Fue quitándole el mono al niño, mientras le preguntaba a este donde era que habían estado. Su hijo le contestaba con alegres balbuceos y enormes sonrisas. Llegó Rick con dos grandes cajas que dejó al lado de la puerta, luego se sentó al lado de ellos.
- Bueno, vas a decirme ahora donde habéis estado, he llegado hace un rato y como no he visto a nadie me empecé a preocupar.
- Hemos estado en la ferretería.
- ¿En la ferretería?, crees que ya ha llegado el momento de comprarle a Sam su primera caja de herramientas – preguntó con guasa.
- Ven conmigo – le dijo – a ver si tu hijo repite de nuevo lo que me hizo esta mañana. Creí que me moría del susto, casi te quedas viuda.
Subieron a la habitación y Rick le cogió al bebé de los brazos y lo colocó sobre la cama entre los cojines que aun estaban allí puestos como una barrera.
- A ver que hace, no lo mires directamente, que seguro que no lo hace, pero tampoco lo pierdas de vista.
Rick se metió al cuarto de baño, mientras ella se puso a disimular, como si arreglara ropa.
- Ahora seguro que me deja por mentiroso – protestó él.
- Pero, ¿Qué es lo que ha hecho? – preguntó curiosa ella.
En ese momento, Sam empezó a actuar y a poner en práctica lo que había aprendido esa mañana.
- Mira, mira – le dijo Rick – no lo pierdas de vista.
El niño repitió lo que hizo esa mañana, después de bajarse de la cama gateó a toda velocidad hasta su cuarto, para meterse a jugar con la pelota de goma debajo de la cuna.
- ¿Lo has visto?, ¿has visto lo que he hecho este enano? – dijo Rick.
Y le fue contando lo que le pasó por la mañana, y el tremendo susto que se llevó. Kate no podía dejar de reír, imaginando la situación.
- Si, tu ríete – le dijo él – pero me hubiera gustado ver tu cara cuando desapareció. Solo de pensar que hubiera podido rodar por las escaleras me da escalofríos.
- No te enfades, mi vida – seguía riendo ella – que no me río de tu miedo, sino de lo aventurero que nos ha salido este niño. Yo me hubiera puesto igual de histérica. Cuando he llegado esta tarde he estado a punto de montar un operativo de búsqueda, al no veros, así que sé como te sientes.
- Siento no haberme podido comunicar contigo, pero no había cobertura.
- Entonces, ¿Qué has comprado?
- Pues, vallas para las escaleras, topes para las puertas, protectores para las esquinas y los picos de las mesas, para tapar los enchufes. ¡Ays!, Sam no va a tener nada que ver con Alexis, ella era muy tranquila y este torbellino ahora, que estoy más mayor.
- Estás estupendo, y a mi me gustas muchísimo – le dijo ella mientras se abrazaba a él y empezaba a besarlo.
Así estuvieron un rato, hasta que sintieron una pequeña presencia sobre sus pies. Sam había visto a sus papás besarse y él también quería participar de esa sesión de cariño, así que agarrándose a las piernas de su padre, intentaba levantarse, mientras hacía ruiditos llamando la atención de los adultos para que le cogieran.
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Decidieron esperar a las vacaciones de Navidad, para celebrar el primer cumpleaños de Sam, así su hermana Alexis y su tía Lillian podrían estar presentes en la celebración de tal acontecimiento.
Aunque Alexis y Sam no se veían con mucha frecuencia, el crío conocía perfectamente a su hermana mayor. Rick hablaba a menudo con su hija, por el Skype, usando la Web cam y siempre que estaba despierto lo acompañaba su hijo. Celebraron el cumpleaños en el penthouse de los abuelos, fue Alexander quien se empeñó en organizar la fiesta del nieto, y por más que Rick y Kate le dijeron que el niño era demasiado pequeño y le iba a dar igual que tipo de fiesta fuera, su abuelo se encargó de organizar el cumpleaños como si fuera el de un príncipe.
A la fiesta no pudieron faltar los mejores amigos de los padres, es decir Lanie y Esposito, y Ryan y Jenny que acababan de ser papás de una preciosa muñequita rubia de ojos azules a la que llamaron Julie. Estaban todos en cantados con la niña. A Lanie, le encantaban los niños y no podía evitar sentir cierta envidia de sus compañeros. Adoraba a Sam, y Sam la adoraba a ella, cada vez que la veía el niño le regalaba sus mejores sonrisas. Ahora veía a Ryan y Jenny con su preciosa hijita y no podía menos que pensar que ella también quería su propio bebé.
Sam sopló su vela con ayuda de su madre y se puso lleno de crema de la tarta, así que le tuvieron que dar un baño de urgencia. Cuando Kate volvió con él en brazos ya limpio y cambiado de ropa, Rick estaba acunando a Julie y haciéndole monerías, quería a su hombrecito con locura, pero las niñas le encantaban. A Sam no le agradó que su padre dedicara sus cariñosas palabras a otro bebé que no fuera él y cuando lo vio con Julie empezó a protestar y a echarle los brazos, demandado su absoluta atención.
Todos empezaron a reír ante su ataque de celos y su padre le empezó a gastar bromas y a hacerle rabiar. Pasaron un gran día, y también pasaron unas vacaciones de Navidad de lo más familiares y entrañables.
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Sam crecía deprisa, cada vez era más parecido a Rick. Era un niño muy inteligente y observador, y como su padre una vez que empezó a andar hubo que tener con él siete pares de ojos. Todo le llamaba la atención, todo era nuevo y sorprendente, era curioso y muy sociable. Cada vez hablaba más claro y sabía más palabras.
Le encantaba acompañar a su padre a la comisaría para recoger a mamá. Todos allí lo saludaban cariñosamente. Tenía una memoria prodigiosa, conocía por su nombre a cada policía que le saludaba, era simpático y educado, rara vez tenía rabietas, la verdad es que se hacía querer y todos le tenían cariño, pues era un niño adorable.
Kate se lamentaba de lo rápido que crecía y cada vez estaba más convencida de que quería volver a ser madre, sabía que Rick no pondría ningún problema, pues le encantaban los niños.
Ryan y Jenny habían vuelto a ser padres de nuevo. Tuvieron otra preciosa niña a la que llamaron Alice, y que apenas se llevaba un año con su hermana mayor.
Lanie le puso un ultimátum a Javier Esposito, le dejó muy claro que si él no quería comprometerse y no tenía interés en ser padre, no tenía nada que hacer con ella. Fue tan seria y categórica, que Javier se asustó y le pidió matrimonio. Se casaron a principios del verano y poco después, Lanie se quedó embarazada. La familia aumentaba poco a poco y a buen ritmo.
CONTINUARÁ…
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Para siempre, Último Capítulo
No me diga que piensas en terminar esta increible historia, ya me estoy deprimiendo!!!!!
Exceelente capitulo como siempre, tan dulce. Muero de amor por todos
Exceelente capitulo como siempre, tan dulce. Muero de amor por todos
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Para siempre, Último Capítulo
perfecto todo el capitulo
muchas gracias otro maravilloso capitulo
sii Kate quiere otro bebe venga a por la niña
muchas gracias otro maravilloso capitulo
sii Kate quiere otro bebe venga a por la niña
Re: Para siempre, Último Capítulo
Ha sido un capitulo increible, muy romantico y muy tierno me encanta.
No quiero que se acabe el fic nooooooooo
No quiero que se acabe el fic nooooooooo
Duende- Escritor - Policia
- Mensajes : 1212
Fecha de inscripción : 01/03/2011
Edad : 36
Localización : Galicia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Duende escribió:Ha sido un capitulo increible, muy romantico y muy tierno me encanta.
No quiero que se acabe el fic nooooooooo
noo que no se acabe aun
.:DaNu:.- Policia de homicidios
- Mensajes : 704
Fecha de inscripción : 13/08/2011
Edad : 25
Localización : Perú
Re: Para siempre, Último Capítulo
Ay que me como a Sam,dioooss a mi tambien me habria matado del susto,pero es tan mono,tan adorable,en serio a besos me lo comia.Y la familia aumenta,Ryan y Jenny con 2 niñas,ahora Lanie embarazada,sera niño o niña.
Cata cuantos capitulos nos quedan de esta brillante historia??
Cata cuantos capitulos nos quedan de esta brillante historia??
Raúl- Moderador
- Mensajes : 1189
Fecha de inscripción : 18/05/2011
Edad : 32
Localización : Parla City
Re: Para siempre, Último Capítulo
que bonitooooo...
sigueee
sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Para siempre, Último Capítulo
Yo quiero que el primer peque Castle sea como tú has descrito, aunque yo tambien quisiera un niño tan hermoso como el descrito en este historia, un mini-castle, (aunque claro!!, como sigan así, dando largas al asunto, vamos pero que muy bien, primero vamos a ver el segundo beso, que espero y sea dentro de pocos capis).
Gracias por este hermoso capítulo y la historia en general, que pena me va a dar cuando se acabe aunque espero que después de este, escribas muchos más.
SOY TU FAN.
Gracias por este hermoso capítulo y la historia en general, que pena me va a dar cuando se acabe aunque espero que después de este, escribas muchos más.
SOY TU FAN.
rakel- Escritor - Policia
- Mensajes : 1218
Fecha de inscripción : 08/01/2011
Edad : 32
Re: Para siempre, Último Capítulo
ha sido preciosoooo!!!! me ha encantadoo!!!!
me encanta Sam!!! es mas mono!!
¿¡¿como que se acaba?!? Nooo!!
continua pronto porfaaaa!!
me encanta Sam!!! es mas mono!!
¿¡¿como que se acaba?!? Nooo!!
continua pronto porfaaaa!!
kate_beckett- As del póker
- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 07/07/2011
Edad : 30
Localización : Huelva, Andalucia / NYK (L)
Re: Para siempre, Último Capítulo
Son unos papás adorables!! me encanta el capítulo y el ritmo que llevas en el fic!!
BrujaAle- Escritor - Policia
- Mensajes : 1361
Fecha de inscripción : 08/07/2011
Edad : 41
Localización : En el Sur
Re: Para siempre, Último Capítulo
Me encanta este fic! Es genial! Es que pasa eso en la serie y a mi ya me da un ataque de locura casteliana que me tienen que internar de ugencias en un psiquiatrico (eso si, con tele en la habitación) En serio lo haces muy bien! Siguelo pronto!
Becks- Escritor novato
- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 25/04/2011
Edad : 28
Localización : BCN
Re: Para siempre, Último Capítulo
Con lo que me gusta tu fic, no podia pasar lo mismo en la serie. Cata me tienes pendiente de cuando sale tu proximo capi.
Gracias por escribir tambien
Gracias por escribir tambien
moth13- Policia de homicidios
- Mensajes : 695
Fecha de inscripción : 24/04/2011
Localización : Madrid
Re: Para siempre, Último Capítulo
¡Adoro a Sammy!
¡Es tan perfecto! ^^
¿se acaba? Jooooooooo....
¡Es tan perfecto! ^^
¿se acaba? Jooooooooo....
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
- Mensajes : 1195
Fecha de inscripción : 24/07/2011
Edad : 29
Localización : Galicia
Re: Para siempre, Último Capítulo
Tanto tiempo desaparecida y ahora me encuentro con esto. Tengo tanto que decir que no sé ni qué decir. Me dejas sin palabras. Me encanta este fic, muchísimo. Y te prometo que destacaré todos y cada uno de los momentos que más me gustaron cuando tenga un poco más de tiempo. Pasaba para decirte que continúes escribiendo, porque ya lo sabes:
¡ME ENCANTA!
¡ME ENCANTA!
Sofia- Ayudante de policia
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 05/07/2011
Edad : 30
Re: Para siempre, Último Capítulo
Bueno, aquí os dejo el que iba a ser el penúltimo capítulo de esta historia, pero como me quedó muy largo (muy raro en mí ), lo he dividido en dos partes.
Espero que os guste y muchas gracias por todos vuestros comentarios. Me habéis hecho sonrojar
Capítulo 40:
A Sam le faltaba un par de meses para cumplir tres años. Seguía siendo un niño adorable y encantador, además de inquieto y curioso. Tenía tanta vitalidad que Rick pasaba gran parte de la mañana pendiente del chiquillo, lo hacía de mil amores, pues realmente lo pasaba en grande, compartiendo el tiempo con su hijo, pero su trabajo empezó a resentirse. Kate lo notó un día que se tomó libre, pues le debían algunos días de permiso. El niño demandaba constante atención y a su padre ni le daba tiempo a encender el ordenador.
Lo habló con Rick y aunque este al principio protestó un poco, al final decidieron buscarle una guardería, eso le daría a él varias horas libres por la mañana, para poder trabajar.
A Rick le daba pena que tuviese que ir a la guardería, decía que mejor en casa que en otro sitio, pero en eso Kate fue categórica.
- Yo trabajo fuera de casa – argumentó – y tú lo haces aquí, pero también trabajas. No puedes estar todo el rato cuidando de Sam, además a él le vendrá bien relacionarse con otros niños de su edad. Seguro que le encanta.
- Ya se relaciona con Julie y Alice, y además le queda poco tiempo para empezar a ir al colegio.
- Pues mejor me lo pones, así se va acostumbrando, serán solo unas pocas horas, y podrás recogerlo después del almuerzo. Eso te dejará toda la mañana libre para escribir.
- A Alexis la cuidé yo hasta que fue al colegio, no sé porque no puedo hacer lo mismo con Sam – se lamentó Rick al que le daba lástima que Sam tuviera que empezar ya a tener responsabilidades.
Kate vio la cara de pena de Rick y se enterneció. Ella también prefería que el niño se quedase al cuidado de su padre. Sabía que mejor no podría estar, pero por otro lado tenía miedo de que él terminara cansándose de esa situación y echándole en cara que no tenía tiempo para sí mismo. Sabía que eso no ocurriría pero realmente creía que Rick, también necesitaba su tiempo.
- Haremos una cosa – dijo ella para contentarlo – buscamos la guardería, y si a Sam no le gusta y no está a gusto en ella, esperaremos hasta que empiece el colegio, ¿te parece bien?
- De acuerdo – respondió él.
Encontraron una cercana a la casa, ella se pidió el día libre para acompañar a Sam en su primer día. El niño estaba feliz, era bastante sociable, y como sus padres le hablaron muy bien de ese cole, estaba expectante. Le encantó el sitio. Lo pasó estupendamente, le gustó su profe, le gustaron sus compañeros y jugó mucho. Salió feliz con una cartulina en la que iban sus manitas estampadas con témpera de colores y que le regaló orgulloso a su mamá.
Rick recogía al niño después del almuerzo y si hacía buen día lo llevaba al parque donde de manera habitual coincidía con algún compañerito, a veces iban a buscarla a la comisaría, otras era ella quien les daba el encuentro y otras cuando llegaban a casa, ya Kate estaba allí esperándolos.
La verdad es que los ratos que tenía libres por la mañana le venían muy bien y una nueva novela de Nikki Heat estaba ya en curso.
***************************************************************
Aunque cada vez le gustaba menos participar en persecuciones, aquel día no tuvo más remedio. El sospechoso era un ladrón de poca monta, pero al parecer había sido testigo de un homicidio y aunque él no quería colaborar, ellos tenían que pillarlo y hablar con él.
Iba corriendo por aquel viejo almacén, como era habitual en ella, encaramada en unos impresionantes tacones. Ryan y Esposito lo perseguían por el otro lado, la cuestión era cercarlo. El tipo saltó fuera y ella saltó detrás. No era un escalón muy alto, pero no se dio cuenta y cayó sobre unos trozos de madera, se le rompió el tacón y se oyó un crujido seco, a la vez que profería un grito de dolor. Con toda seguridad se había roto el tobillo. Sus compañeros la escucharon gritar y se asustaron, mientras Esposito terminaba de coger al sospechoso, Ryan se acercaba preocupado a ella.
- Becket, ¿estás bien?, ¿Te ha herido? – preguntó preocupado.
- Creo que me he roto el tobillo, he pisado mal al caer, y se me ha torcido y se ha roto – gimió ella.
- No me extraña – dijo Esposito que se acercaba con el sospechoso esposado – a quien se le ocurre correr con esos tacones.
- Ese no es tu problema, nunca antes me había pasado nada, ya bastante se va a enfadar Rick, que siempre me dice que debería usar otros zapatos para correr.
- Tu marido es un hombre sabio – le dijo Ryan mientras la ayudaba a levantarse – ¿llamó a una ambulancia?
- Ni se te ocurra, llevamos a este a la comisaría y luego uno de vosotros me lleva al hospital.
Así hicieron, pararon en comisaría y se bajó Esposito con el sospechoso que le encargó a un compañero, diciéndole que lo llevara al calabozo, que ya luego lo interrogarían. Luego se montó en el coche para acompañarla al hospital.
- Pero, ¿Qué haces? – le preguntó Kate - ¿Por qué no te has quedado a interrogar a ese tipo?, Ryan podría haberme acompañado.
- Y perderme a Castle riñéndote por usar tacones – rió su compañero – eso si que no me lo pierdo, el sospechoso puede esperar.
Llegaron a la entrada de urgencias del hospital y un celador la ayudó a sentarse en una silla de ruedas para llevarla a que la revisaran
- Llamad a Rick, y no lo asustéis mucho, que os conozco – les advirtió ella.
Cuando entró y la ayudaron a sentarse en la camilla para que le revisaran la pierna, se encontró allí, a la última persona que creía que vería. Ella en principio no supo quien era, estaba muy cambiado, bueno más que cambiado, más delgado y con el pelo muy largo. Además, una poblada barba le cubría la cara.
- ¿Kate? – le preguntó el doctor.
Ella al oír su nombre de pila, lo miró y descubrió quien era detrás de tanto pelo.
- ¿Josh?, ¿de verdad eres tu?
- Pues si, con unos años más y más pelo, ¿Qué te ha pasado?
Ella le explicó como había sido su accidente y él no pudo menos que sonreírse.
- Kate Becket y sus increíbles tacones, ¿no deberías empezar a usar otro calzado para tus persecuciones?, vamos a hacerte una radiografía a ver como está el hueso.
Fue con ella hasta Rayos y esperó hasta que le hicieron la placa. Después de ver que había sido una fractura limpia, la volvió a acompañar hasta trauma y él mismo se encargó de escayolarle la pierna.
- Oye – le dijo ella – pensé que estarías por ahí salvando el mundo con los Médicos sin fronteras.
- Estaba en África, pero contraje la malaria, así que me mandaron de regreso aquí a recuperarme. Ya estoy mejor y como sigo vinculado a este hospital, he vuelto a trabajar, y hoy me ha tocado el turno de urgencias.
- Siento lo de tu enfermedad y me alegro de que estés mejor.
- Gracias, me enteré que te casaste con el escritor.
- ¡Vaya! – se sorprendió ella – no tenía ni idea de que la noticia hubiera llegado hasta África.
- Nos mandaban revistas y prensa americana, y en algunos sitios había conexión a Internet. ¿Eres feliz? – le preguntó mirándola a los ojos.
- Mucho – le respondió ella también mirándole a los ojos – nunca he sido más feliz en toda mi vida. Rick es lo mejor que me ha pasado.
- Me alegro mucho por ti – le respondió.
- ¿Y tú?, ¿Qué ha sido de tu vida?
- Conocí a una cooperante francesa, se llama Danielle, ella sigue ahora allí, pero nos reuniremos pronto.
- Y tú, ¿eres feliz también?
- Si, es importante encontrar a alguien que comparta tus intereses.
En ese memento le empezó a sonar el busca.
- Tengo que irme, se ha presentado una urgencia. Intentaré verte después – y avisó a un enfermero para que le terminase de escayolar la pierna.
- Bueno – respondió ella no muy convencida, ya que a quien tenía ganas de ver era a Rick, y esperaba que no se hubiera asustado mucho cuando lo llamaran los chicos y le dijeran que estaba en el hospital.
Pero Rick si se asustó. Cuando lo llamó Javier y le dijo que estaban en el hospital con Kate, lo primero que pensó es que le habían disparado. Hasta que Esposito no lo tranquilizó explicándole lo que había pasado varias veces, no se calmó. Luego maldijo por enésima vez los malditos tacones de ella y se juró que cuando volviera a trabajar llevaría unos tenis.
Se fue a la guardería a recoger a Sam, sus padres y su suegro estaban los tres fuera de la ciudad, y como no sabía el tiempo que tardaría en el hospital, decidió llevarse al niño con él, ya que si no se le haría tarde para recogerlo.
En el taxi le fue explicando al chiquillo lo que le había pasado a su madre, para que no se asustara.
Llegaron al hospital y allí en la puerta estaba Ryan, que les dijo que ya la habían atendido y se ofreció a cuidar de Sam. Rick entró y preguntó por ella, lo condujeron a un box y allí sobre una camilla con la pierna izquierda enyesada hasta debajo de la rodilla estaba Kate.
Se acercó y la besó en los labios.
- ¿Estás bien? – preguntó preocupado.
- Perfectamente – respondió ella – ha sido una fractura limpia, según me han dicho que en principio tendré que estar 45 días de reposo y venir a hacerme otra radiografía para ver como ha soldado el hueso, y luego que ya veríamos.
- Te juro, Kate que como te vuelvas a poner tacones para correr…
- No me los pondré más por la cuenta que me trae.
- Cuando me llamó Javier y me dijo que estabas en el hospital, lo primero que pensé es que te habían disparado.
- Siento muchísimo que te hayas asustado, de verdad.
Pasó por allí una enfermera y le preguntaron si ya se podían ir. Esta les dijo que sí que pasaran por recepción, para rellenar los papeles del seguro y que ya se podrían ir.
En ese momento entraron Esposito y Ryan con Sam de la mano.
- ¡Hola mami!, ¿estás malita? – preguntó el crío.
- Rick, no me habías dicho que lo habías traído.
- No me dio tiempo, no sabía lo que íbamos a tardar y nadie podía recogerlo, así que me lo traje.
- ¿Qué tal la pierna jefa?
- Pues rota, no te… – se interrumpió ante la atenta mirada del niño.
- Nos han llamado y tenemos que irnos, por eso hemos entrado a dejaros a Sam. ¡Adiós chico!
- Adiós tío Javi, adiós tío Kevin – se despidió alegre el chiquillo.
- Adiós y muchas gracias chicos – les dijo Castle.
- Os dejo aquí y me acerco a cumplimentar los papeles del seguro – dijo Rick mientas cogía a Sam y lo sentaba encima de la camilla junto a su madre – ¡Cuida de mamá, Sam!
- ¡Vale papi! – contestó el crío quien en ese momento estaba totalmente interesado en la escayola que su madre tenía en la pierna, y en los pantalones que le habían tenido que romper para revisarla y escayolarla después.
- ¡Se han rompido mami! – dijo tocando los pantalones.
- Si, cielo, me los tuvieron que cortar para poder verme la pierna rota.
- Papi me ha dicho que se te ha rompido el hueso que esta dentro de la pierna y que te han hecho una foto con una máquina que le hace fotos a los huesos – continuó Sam, que era un auténtico lorito – ¿puedo ver la foto, mami?
- Claro cariño – dijo Kate cogiendo el sobre donde estaba la radiografía para enseñársela al chiquillo.
Pero en ese momento, volvió a entrar Josh, para ver como seguía. Se sorprendió al ver al niño sentado junto a Kate.
- ¡Hola! – saludó Josh – ¿Quién eres tu?
- Soy Sam – dijo este muy serio.
A Sam no le gustaban los hombres con tantos pelos en la cara, su papá no los tenía, ni sus abuelos, ni los tíos Kevin y Javi, ni los amigos de mamá de la comisaría. En su entorno más cercano no había nadie con barba y a él los hombres con barba le daban miedo, incluso Santa Claus no le gustaba mucho, solo se acercaba a él, porque su padre lo acompañaba.
Su madre sabía de su aversión, es más, a ella tampoco le gustaban los tipos barbudos y al notar que se ponía un poco tenso, le colocó tranquilizadora la mano sobre la espalda.
- ¡Ah! ¿Y quien es Sam? – volvió a preguntar Josh, intentando ser simpático.
Sam lo miró con cara de “Este es tonto” y muy resuelto contestó:
- ¡El niño de Kate! – mientras abría las manos, como diciendo. “¿Quién creías que era?”
- Así que el niño de Kate, pues encantado Sam, yo soy Josh, un amigo de tu mamá – dijo extendiendo la mano para saludarle.
Kate intentaba aguantar la risa ante la lógica respuesta del crío y se aguantaba también para no comérselo a besos.
Sam se hizo el valiente y extendió la manita, su papá le había encargado que cuidara de su mamá y por si acaso sería amble con aquel extraño.
- Se parece a su padre – dijo Josh.
- Más a cada día que pasa – le contestó ella.
La verdad es que la situación le resultaba un tanto violenta, no esperaba encontrárselo y deseaba que se marchase antes de que Rick regresase, pero no ocurrió así. Un apresurado Castle, entró a la sala. Sam lo vio acercarse por detrás de Josh y lo saludó.
- ¡Hola papi! – dijo con alivio.
- ¡Hola campeón! – le respondió.
- Doctor – dirigiéndose a Josh a quien no había reconocido – ¿hay algún problema?, nos dijeron que podríamos irnos en cuanto arreglara lo del seguro y eso ya está listo.
- Rick – dijo Kate – ¿te acuerdas de Josh?
- ¿Josh?, ¡vaya! No te había reconocido – y mientras le decía esto se hacía señas en la cara.
- Si – dijo Josh – demasiados pelos en la cara.
- ¿No estabas por ahí con los médicos sin fronteras?, bueno eso me dijo Kate.
- Si, por ahí estaba – y pasó a explicarle lo mismo que le contó anteriormente a Kate.
- Creo que deberíamos irnos – dijo Castle, a quien realmente no le había hecho ninguna gracia ese reencuentro con el médico motero.
- Claro – dijo Josh – y yo debo volver al trabajo – por cierto voy a ver si te consigo una silla de ruedas y unas muletas, vas a estar un tiempo sin poder andar.
- ¿Vas a estar coja, mami? – intervino Sam – si no puedes andar, papi te lleva a caballito como me lleva a mi, cuando estoy cansado.
- Ya tenemos en casa silla y muletas – dijo Castle, pues las suyas estaban guardadas en el trastero – si acaso una silla para ir hasta el taxi.
- ¡Vaya! Que previsor – contestó Josh.
- No es previsión – contestó Kate molesta, ya que no le gustaba recordar el accidente de él – Rick tuvo que usarlas durante mucho tiempo, y te aseguro que no fue nada agradable.
- Lo siento – dijo Josh – no sabía nada, os acerco una silla, me alegro de veros tan bien.
- Yo también – contestó Kate, más por educación que por otra cosa.
CONTINUARÁ…
Espero que os guste y muchas gracias por todos vuestros comentarios. Me habéis hecho sonrojar
Capítulo 40:
A Sam le faltaba un par de meses para cumplir tres años. Seguía siendo un niño adorable y encantador, además de inquieto y curioso. Tenía tanta vitalidad que Rick pasaba gran parte de la mañana pendiente del chiquillo, lo hacía de mil amores, pues realmente lo pasaba en grande, compartiendo el tiempo con su hijo, pero su trabajo empezó a resentirse. Kate lo notó un día que se tomó libre, pues le debían algunos días de permiso. El niño demandaba constante atención y a su padre ni le daba tiempo a encender el ordenador.
Lo habló con Rick y aunque este al principio protestó un poco, al final decidieron buscarle una guardería, eso le daría a él varias horas libres por la mañana, para poder trabajar.
A Rick le daba pena que tuviese que ir a la guardería, decía que mejor en casa que en otro sitio, pero en eso Kate fue categórica.
- Yo trabajo fuera de casa – argumentó – y tú lo haces aquí, pero también trabajas. No puedes estar todo el rato cuidando de Sam, además a él le vendrá bien relacionarse con otros niños de su edad. Seguro que le encanta.
- Ya se relaciona con Julie y Alice, y además le queda poco tiempo para empezar a ir al colegio.
- Pues mejor me lo pones, así se va acostumbrando, serán solo unas pocas horas, y podrás recogerlo después del almuerzo. Eso te dejará toda la mañana libre para escribir.
- A Alexis la cuidé yo hasta que fue al colegio, no sé porque no puedo hacer lo mismo con Sam – se lamentó Rick al que le daba lástima que Sam tuviera que empezar ya a tener responsabilidades.
Kate vio la cara de pena de Rick y se enterneció. Ella también prefería que el niño se quedase al cuidado de su padre. Sabía que mejor no podría estar, pero por otro lado tenía miedo de que él terminara cansándose de esa situación y echándole en cara que no tenía tiempo para sí mismo. Sabía que eso no ocurriría pero realmente creía que Rick, también necesitaba su tiempo.
- Haremos una cosa – dijo ella para contentarlo – buscamos la guardería, y si a Sam no le gusta y no está a gusto en ella, esperaremos hasta que empiece el colegio, ¿te parece bien?
- De acuerdo – respondió él.
Encontraron una cercana a la casa, ella se pidió el día libre para acompañar a Sam en su primer día. El niño estaba feliz, era bastante sociable, y como sus padres le hablaron muy bien de ese cole, estaba expectante. Le encantó el sitio. Lo pasó estupendamente, le gustó su profe, le gustaron sus compañeros y jugó mucho. Salió feliz con una cartulina en la que iban sus manitas estampadas con témpera de colores y que le regaló orgulloso a su mamá.
Rick recogía al niño después del almuerzo y si hacía buen día lo llevaba al parque donde de manera habitual coincidía con algún compañerito, a veces iban a buscarla a la comisaría, otras era ella quien les daba el encuentro y otras cuando llegaban a casa, ya Kate estaba allí esperándolos.
La verdad es que los ratos que tenía libres por la mañana le venían muy bien y una nueva novela de Nikki Heat estaba ya en curso.
***************************************************************
Aunque cada vez le gustaba menos participar en persecuciones, aquel día no tuvo más remedio. El sospechoso era un ladrón de poca monta, pero al parecer había sido testigo de un homicidio y aunque él no quería colaborar, ellos tenían que pillarlo y hablar con él.
Iba corriendo por aquel viejo almacén, como era habitual en ella, encaramada en unos impresionantes tacones. Ryan y Esposito lo perseguían por el otro lado, la cuestión era cercarlo. El tipo saltó fuera y ella saltó detrás. No era un escalón muy alto, pero no se dio cuenta y cayó sobre unos trozos de madera, se le rompió el tacón y se oyó un crujido seco, a la vez que profería un grito de dolor. Con toda seguridad se había roto el tobillo. Sus compañeros la escucharon gritar y se asustaron, mientras Esposito terminaba de coger al sospechoso, Ryan se acercaba preocupado a ella.
- Becket, ¿estás bien?, ¿Te ha herido? – preguntó preocupado.
- Creo que me he roto el tobillo, he pisado mal al caer, y se me ha torcido y se ha roto – gimió ella.
- No me extraña – dijo Esposito que se acercaba con el sospechoso esposado – a quien se le ocurre correr con esos tacones.
- Ese no es tu problema, nunca antes me había pasado nada, ya bastante se va a enfadar Rick, que siempre me dice que debería usar otros zapatos para correr.
- Tu marido es un hombre sabio – le dijo Ryan mientras la ayudaba a levantarse – ¿llamó a una ambulancia?
- Ni se te ocurra, llevamos a este a la comisaría y luego uno de vosotros me lleva al hospital.
Así hicieron, pararon en comisaría y se bajó Esposito con el sospechoso que le encargó a un compañero, diciéndole que lo llevara al calabozo, que ya luego lo interrogarían. Luego se montó en el coche para acompañarla al hospital.
- Pero, ¿Qué haces? – le preguntó Kate - ¿Por qué no te has quedado a interrogar a ese tipo?, Ryan podría haberme acompañado.
- Y perderme a Castle riñéndote por usar tacones – rió su compañero – eso si que no me lo pierdo, el sospechoso puede esperar.
Llegaron a la entrada de urgencias del hospital y un celador la ayudó a sentarse en una silla de ruedas para llevarla a que la revisaran
- Llamad a Rick, y no lo asustéis mucho, que os conozco – les advirtió ella.
Cuando entró y la ayudaron a sentarse en la camilla para que le revisaran la pierna, se encontró allí, a la última persona que creía que vería. Ella en principio no supo quien era, estaba muy cambiado, bueno más que cambiado, más delgado y con el pelo muy largo. Además, una poblada barba le cubría la cara.
- ¿Kate? – le preguntó el doctor.
Ella al oír su nombre de pila, lo miró y descubrió quien era detrás de tanto pelo.
- ¿Josh?, ¿de verdad eres tu?
- Pues si, con unos años más y más pelo, ¿Qué te ha pasado?
Ella le explicó como había sido su accidente y él no pudo menos que sonreírse.
- Kate Becket y sus increíbles tacones, ¿no deberías empezar a usar otro calzado para tus persecuciones?, vamos a hacerte una radiografía a ver como está el hueso.
Fue con ella hasta Rayos y esperó hasta que le hicieron la placa. Después de ver que había sido una fractura limpia, la volvió a acompañar hasta trauma y él mismo se encargó de escayolarle la pierna.
- Oye – le dijo ella – pensé que estarías por ahí salvando el mundo con los Médicos sin fronteras.
- Estaba en África, pero contraje la malaria, así que me mandaron de regreso aquí a recuperarme. Ya estoy mejor y como sigo vinculado a este hospital, he vuelto a trabajar, y hoy me ha tocado el turno de urgencias.
- Siento lo de tu enfermedad y me alegro de que estés mejor.
- Gracias, me enteré que te casaste con el escritor.
- ¡Vaya! – se sorprendió ella – no tenía ni idea de que la noticia hubiera llegado hasta África.
- Nos mandaban revistas y prensa americana, y en algunos sitios había conexión a Internet. ¿Eres feliz? – le preguntó mirándola a los ojos.
- Mucho – le respondió ella también mirándole a los ojos – nunca he sido más feliz en toda mi vida. Rick es lo mejor que me ha pasado.
- Me alegro mucho por ti – le respondió.
- ¿Y tú?, ¿Qué ha sido de tu vida?
- Conocí a una cooperante francesa, se llama Danielle, ella sigue ahora allí, pero nos reuniremos pronto.
- Y tú, ¿eres feliz también?
- Si, es importante encontrar a alguien que comparta tus intereses.
En ese memento le empezó a sonar el busca.
- Tengo que irme, se ha presentado una urgencia. Intentaré verte después – y avisó a un enfermero para que le terminase de escayolar la pierna.
- Bueno – respondió ella no muy convencida, ya que a quien tenía ganas de ver era a Rick, y esperaba que no se hubiera asustado mucho cuando lo llamaran los chicos y le dijeran que estaba en el hospital.
Pero Rick si se asustó. Cuando lo llamó Javier y le dijo que estaban en el hospital con Kate, lo primero que pensó es que le habían disparado. Hasta que Esposito no lo tranquilizó explicándole lo que había pasado varias veces, no se calmó. Luego maldijo por enésima vez los malditos tacones de ella y se juró que cuando volviera a trabajar llevaría unos tenis.
Se fue a la guardería a recoger a Sam, sus padres y su suegro estaban los tres fuera de la ciudad, y como no sabía el tiempo que tardaría en el hospital, decidió llevarse al niño con él, ya que si no se le haría tarde para recogerlo.
En el taxi le fue explicando al chiquillo lo que le había pasado a su madre, para que no se asustara.
Llegaron al hospital y allí en la puerta estaba Ryan, que les dijo que ya la habían atendido y se ofreció a cuidar de Sam. Rick entró y preguntó por ella, lo condujeron a un box y allí sobre una camilla con la pierna izquierda enyesada hasta debajo de la rodilla estaba Kate.
Se acercó y la besó en los labios.
- ¿Estás bien? – preguntó preocupado.
- Perfectamente – respondió ella – ha sido una fractura limpia, según me han dicho que en principio tendré que estar 45 días de reposo y venir a hacerme otra radiografía para ver como ha soldado el hueso, y luego que ya veríamos.
- Te juro, Kate que como te vuelvas a poner tacones para correr…
- No me los pondré más por la cuenta que me trae.
- Cuando me llamó Javier y me dijo que estabas en el hospital, lo primero que pensé es que te habían disparado.
- Siento muchísimo que te hayas asustado, de verdad.
Pasó por allí una enfermera y le preguntaron si ya se podían ir. Esta les dijo que sí que pasaran por recepción, para rellenar los papeles del seguro y que ya se podrían ir.
En ese momento entraron Esposito y Ryan con Sam de la mano.
- ¡Hola mami!, ¿estás malita? – preguntó el crío.
- Rick, no me habías dicho que lo habías traído.
- No me dio tiempo, no sabía lo que íbamos a tardar y nadie podía recogerlo, así que me lo traje.
- ¿Qué tal la pierna jefa?
- Pues rota, no te… – se interrumpió ante la atenta mirada del niño.
- Nos han llamado y tenemos que irnos, por eso hemos entrado a dejaros a Sam. ¡Adiós chico!
- Adiós tío Javi, adiós tío Kevin – se despidió alegre el chiquillo.
- Adiós y muchas gracias chicos – les dijo Castle.
- Os dejo aquí y me acerco a cumplimentar los papeles del seguro – dijo Rick mientas cogía a Sam y lo sentaba encima de la camilla junto a su madre – ¡Cuida de mamá, Sam!
- ¡Vale papi! – contestó el crío quien en ese momento estaba totalmente interesado en la escayola que su madre tenía en la pierna, y en los pantalones que le habían tenido que romper para revisarla y escayolarla después.
- ¡Se han rompido mami! – dijo tocando los pantalones.
- Si, cielo, me los tuvieron que cortar para poder verme la pierna rota.
- Papi me ha dicho que se te ha rompido el hueso que esta dentro de la pierna y que te han hecho una foto con una máquina que le hace fotos a los huesos – continuó Sam, que era un auténtico lorito – ¿puedo ver la foto, mami?
- Claro cariño – dijo Kate cogiendo el sobre donde estaba la radiografía para enseñársela al chiquillo.
Pero en ese momento, volvió a entrar Josh, para ver como seguía. Se sorprendió al ver al niño sentado junto a Kate.
- ¡Hola! – saludó Josh – ¿Quién eres tu?
- Soy Sam – dijo este muy serio.
A Sam no le gustaban los hombres con tantos pelos en la cara, su papá no los tenía, ni sus abuelos, ni los tíos Kevin y Javi, ni los amigos de mamá de la comisaría. En su entorno más cercano no había nadie con barba y a él los hombres con barba le daban miedo, incluso Santa Claus no le gustaba mucho, solo se acercaba a él, porque su padre lo acompañaba.
Su madre sabía de su aversión, es más, a ella tampoco le gustaban los tipos barbudos y al notar que se ponía un poco tenso, le colocó tranquilizadora la mano sobre la espalda.
- ¡Ah! ¿Y quien es Sam? – volvió a preguntar Josh, intentando ser simpático.
Sam lo miró con cara de “Este es tonto” y muy resuelto contestó:
- ¡El niño de Kate! – mientras abría las manos, como diciendo. “¿Quién creías que era?”
- Así que el niño de Kate, pues encantado Sam, yo soy Josh, un amigo de tu mamá – dijo extendiendo la mano para saludarle.
Kate intentaba aguantar la risa ante la lógica respuesta del crío y se aguantaba también para no comérselo a besos.
Sam se hizo el valiente y extendió la manita, su papá le había encargado que cuidara de su mamá y por si acaso sería amble con aquel extraño.
- Se parece a su padre – dijo Josh.
- Más a cada día que pasa – le contestó ella.
La verdad es que la situación le resultaba un tanto violenta, no esperaba encontrárselo y deseaba que se marchase antes de que Rick regresase, pero no ocurrió así. Un apresurado Castle, entró a la sala. Sam lo vio acercarse por detrás de Josh y lo saludó.
- ¡Hola papi! – dijo con alivio.
- ¡Hola campeón! – le respondió.
- Doctor – dirigiéndose a Josh a quien no había reconocido – ¿hay algún problema?, nos dijeron que podríamos irnos en cuanto arreglara lo del seguro y eso ya está listo.
- Rick – dijo Kate – ¿te acuerdas de Josh?
- ¿Josh?, ¡vaya! No te había reconocido – y mientras le decía esto se hacía señas en la cara.
- Si – dijo Josh – demasiados pelos en la cara.
- ¿No estabas por ahí con los médicos sin fronteras?, bueno eso me dijo Kate.
- Si, por ahí estaba – y pasó a explicarle lo mismo que le contó anteriormente a Kate.
- Creo que deberíamos irnos – dijo Castle, a quien realmente no le había hecho ninguna gracia ese reencuentro con el médico motero.
- Claro – dijo Josh – y yo debo volver al trabajo – por cierto voy a ver si te consigo una silla de ruedas y unas muletas, vas a estar un tiempo sin poder andar.
- ¿Vas a estar coja, mami? – intervino Sam – si no puedes andar, papi te lleva a caballito como me lleva a mi, cuando estoy cansado.
- Ya tenemos en casa silla y muletas – dijo Castle, pues las suyas estaban guardadas en el trastero – si acaso una silla para ir hasta el taxi.
- ¡Vaya! Que previsor – contestó Josh.
- No es previsión – contestó Kate molesta, ya que no le gustaba recordar el accidente de él – Rick tuvo que usarlas durante mucho tiempo, y te aseguro que no fue nada agradable.
- Lo siento – dijo Josh – no sabía nada, os acerco una silla, me alegro de veros tan bien.
- Yo también – contestó Kate, más por educación que por otra cosa.
CONTINUARÁ…
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Para siempre, Último Capítulo
josh noooo no
como mola tu capitulo magnifico
muchas gracias por el capitulo
como mola tu capitulo magnifico
muchas gracias por el capitulo
Re: Para siempre, Último Capítulo
Ay que salao el niño,cuando dijo adios tio javi y tio kevin o cuando se hace el valiente con josh, es que me lo comia a besos.
Sigue Cata,no pasa nada porque hayas dividido el capi en 2,mejor asi dura mas tiempo el fic
Sigue Cata,no pasa nada porque hayas dividido el capi en 2,mejor asi dura mas tiempo el fic
Raúl- Moderador
- Mensajes : 1189
Fecha de inscripción : 18/05/2011
Edad : 32
Localización : Parla City
Re: Para siempre, Último Capítulo
Diooooooos josh con barba .....madre miaaa
Continuaaaa me encanta
Continuaaaa me encanta
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
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