I finally found someone Cap. XXI Y FINAL (Cont. de I Love Affair)

pobre castle


me gusta el capitulooo


genial


gracias por la fic

a ke le va a caer bronca..pobrecitoooo





sigue asii

a saber que le dira la madre el al capone II a Castle,me gusta esta historia,sigue escriendo por favor

jajaja a ver con que le salta la madre de Jimmy xD
Muy lindo cap!

CAPITULO XII

¡Ay, Dios mío! Que diablos le habrá dicho este chico a su madre. ¿Será por lo del móvil? ¿O por que en vez de hacer deberes les pongo a pintar y a debatir y…? ¿Dónde te has metido Richard Castle?

Clara - ¿Me ha oído usted?

R - ¿Qué? Si… yo… verá… lo del móvil.

Clara – Mi hijo esta entusiasmado con su clase.

R - ¿Cómo dice?

Clara – El primer día le pregunte como le había ido y casi no me dijo nada. Se encogió de hombros y se metió en su habitación que suele hacerlo mucho. Pero los dos días siguientes... que si estamos decorando nuestra clase libremente, que si hemos debatido lo que queremos hacer… que seguramente vamos a ir de excursión a la biblioteca. Esta encantado. Y solo quería agradecérselo. No se muy bien como lo esta usted haciendo, pero…

R – Yo… solo intento que ellos se diviertan y aprendan algo…

Clara – Pues lo esta usted consiguiendo. No es que mi hijo tenga muchas referencias positivas en su vida, pero esta claro que en usted ha encontrado una. Yo trabajo prácticamente doce horas al día y no puedo dedicarle tanto tiempo como quisiera. No se si usted sabe algo de…

R – Laura me dijo que su marido estaba…

Clara – En la cárcel. Si. John no es mal hombre, pero se metió en algunos asuntos de fraude y acabo detenido. Le quedan dos años todavía de condena y Jimmy lo idolatra. Yo me separa hace tiempo de él y temo el día en que salga libre…porque no se como reaccionara Jimmy. Quizás quiera marcharse con él y eso me da miedo.

R – Por lo poco que he podido adivinar de su hijo es un chico muy listo. No tenga cuidado con eso.

Clara – Hace un tiempo Jimmy se involucro con unos delincuentes de poca monta y era una especie de enlace para… el decía que era una forma sencilla de llevar dinero a casa… y tuvimos…

R – Apuestas ilegales.

Clara – ¿No me diga que sigue con eso?

R – No lo se. El primer día estuvo al teléfono móvil las dos horas de clase y por mucho que le insistí no me hizo caso.

Clara - ¿Y el segundo?

R – Le estampe el dichoso móvil en la pared y se hizo añicos. Lo siento… yo…

Clara – Hizo usted lo que debía.

R – Por favor, no le diga usted que me he chivado de eso, perdería su confianza si lo hiciera. El viernes no llevaba ninguno.

Clara – Esta bien. Yo hablaré con esa gentuza… los conozco del barrio… conmigo no se atreven…

R – Y yo intentaré controlarlo en clase.

Clara – Es un trato.

Castle sonrío y le estrecho la mano a Clara en señal de formalización. Desde donde estaban había estado observando disimuladamente a Jimmy mientras hablaba con su madre. El chico estaba más pendiente de lo que se podía estar cociendo entre él y su madre que del partido. Es más, por su culpa, a su equipo le habían metido ya un par de goles.

R – Bueno… será mejor que me vaya. Mi hija y mi compañera me están esperando y además creo que Jimmy no da una desde que hemos empezado a hablar.

Clara – Estará temiendo nuestra conversación. De nuevo, muchas gracias por todo.

R – No… gracias a usted.

De vuelta hasta donde estaban sus dos chicas, Castle iba intentando asimilar todo lo que había hablado con Clara. No sabía expresar como se sentía en esos momentos. Era un…

A – ¿Ya estas aquí?

K - ¡Ey! ¿Qué te pasa? ¿Pareces en la inopia? ¿Te encuentras bien?

R – Yo… si… claro.

K – Ese tal Jimmy no parece tan malo como me dijiste.

A – Me ha parecido un niño simpático.

R – Ya… ya… no dejéis que os ciegue. Me ha preguntado si tú (señalando a su hija) estabas libre y si tú… (señalando a Kate) eras mi piba, porque estas muy buena y si tuviese unos años menos…

A – Venga ya.

K – Te lo estás inventando.

R – Que no… que no. Anda, vamos, que se nos hace tarde para el teatro.

A – Papa lleva trayéndome al festival de teatro anual de Central Park casi desde que era una niña.

R – Hoy nos vamos a reír bien. Las alegres comadres de Windsor es una de las obras más divertidas de Shakespeare.

El resto de la velada disfrutaron de la obra y de la cena al aire libre. Aquella noche y mientras hacían el amor, Kate observo una intensidad y una ternura en Castle que la sorprendieron de manera increíble. No es que Richard no la sorprendiera siempre que lo hacían, pero aquella vez lo sintió de forma muy especial. Castle no le había contado nada a ella ni a Alexis de lo que había hablado con las señora Brighton.

Aunque Richard era en apariencia una persona alegre y abierta, desde que eran pareja Kate había descubierto a un hombre muy sensible, tierno e incluso tímido y retraído a la hora de expresar algunos de sus sentimientos más íntimos. Era algo que la intrigaba a la vez que le hacía estar cada día más enamorada de él.

Al día siguiente, Kate y Castle se fueron a la comisaría, mientras que Alexis visitaba a los padres de Ashley. Este no había podido venir con ella el fin de semana, porque estaba en un seminario universitario. Aquella mañana la mayoría de los integrantes de la 12, incluidos la detective y el escritor, estuvieron en una redada bastante fructífera y desmantelaron una banda muy peligrosa que trabajaba con el crack en buena parte de la ciudad. Almorzaron juntos en la comisaría y Castle estuvo un rato en Internet trabajando en el caso que habían tenido que dejar. Cuando decidió marcharse a su clase se acerco hasta Kate.

K - ¿Algún avance?

R – Tengo la sensación de que están utilizando una especie de lenguaje numérico o algo así, pero no consigo dar con la tecla. Voy a llevar a Alexis al aeropuerto y después iré a dar mi clase ¿Nos vemos en tu casa o en la mía?

K – Tenemos una cena con mi padre en mi casa ¿O es que se te había olvidado?

R – Es verdad, perdona cariño, pero es que con tanto jaleo de estos últimos días se me había olvidado.

K – Perdonado. Nos vemos luego. Un beso.

Richard accedió a sus deseos y le dio un tierno beso. Después recogió a su hija y la llevo al aeropuerto. Cuando el avión de Alexis despegó, Castle se dirigió al centro.

R – Buenas tardes…buenas tardes.

Alice – Hola muchacho. Ha llegado temprano.

R – Tenía que llevar a mi hija al aeropuerto. Ha pasado el fin de semana en Nueva York y debía incorporarse a la universidad.

Alice - ¿Estudia muy lejos?

R – En Stanford.

Alice - ¿Al otro lado del país? Vaya, debe usted echarla mucho de menos.

R – Si. Su madre y yo nos separamos cuando ella era muy pequeña y ha vivido siempre conmigo. Es una chica estupenda. La próxima vez que venga la traeré hasta aquí para que conozca esto y a usted… y a Laura…claro.

Alice – Puede presentarme como un animal en extinción o algo por el estilo.

R – Pero que graciosa es usted. Animal en…

En ese momento se abrió la puerta del ascensor y apareció un chico de unos doce años que Richard no conocía. Era moreno y bastante guapo. Se acerco hasta ellos con confianza.

Mark – Señor Castle, quería hablar con usted antes de que empezara la clase.

R – Perdone… ¿Le conozco?

Alice - ¿Le conocemos?

Mark – ¿No sabe quien soy?

R – Yo… el caso es que su voz… ¿Mark? Muchacho ¿Qué ha hecho usted con su cara?

Alice - ¿Se ha… lavado?

Mark – Siempre vengo limpio al colegio.

R – Ya… ya… lo que Alice quiere decir es donde se ha dejado usted sus… pinturas.

Mark – En mi habitación. Cuando esta mañana fui a… no me apetecía, así que lo deje estar… ¿Podemos hablar?

R – Pues claro. Espera… en vez de ir a clase, vamos a buscar un par de sillas para sentarnos. Lo primero que vamos a hacer hoy es volver a llevar todas las cosas a clase ya que fue aprobado por mayoría aplastante. Me duele el culo de tanto suelo.

Mark – A mi… también.

Una vez en la clase los dos se sentaron. Mark parecía preocupado por algo y Castle decidió no acosarlo con preguntas y que el chico…

Mark - ¿Señor Castle? ¿Es usted… nazi?

Castle casi se cae de la silla con la pregunta del chico y se levanto como un resorte.

R - ¿Cómo dices?

Mark – Verá… es que el otro día como en clase estuvimos intercambiando direcciones de correo para chatear y eso y yo…

R – Viste mi nick en una página. ¿Tú…?

Mark – No… yo… verá… unos compañeros de clase me hablaron de ello y… no me gustan esas cosas y yo…

R – Ni a mi tampoco. Si has visto mi nick allí es porque estoy investigando un caso para la policía… esa gente es muy peligrosa.

Mark suspiro aliviado y sonrió más relajado.

R – ¿Qué sabes de esa gente?

Mark – Yo… prácticamente nada…

R – Escúchame. Mi compañera detective y yo creemos que están preparando un encuentro… pueden que hayan matado a dos personas…

Mark – No… yo… de eso no se nada.

R – No tienes porque tener miedo. Confía en mi. Debes darme el nombre de esos chicos y…

Mark – No… si ellos supieran…

Mark se levanto e intento salir corriendo de la clase pero Castle lo paro.

R – Cálmate… yo… lo haremos de otra forma. No tendrás que decirnos nada. Y ahora… tranquilícese. Ya empieza a venir el resto de sus compañeros. De acuerdo…

Mark - … vale.

El resto de la clase transcurrió con total normalidad entre traslado de muebles, deliberaciones y demás. Castle veía a Mark preocupado. No hacía más que darle la cabeza vueltas buscando la fórmula para conseguir no delatar a Mark e intentar saber algo más de lo que se estaba cociendo. Cuando la clase termino, volvió a tranquilizar al chico y en vez de dirigirse a casa de Kate fue de nuevo hasta la comisaría. Kate se asustó al verlo.

K - ¿Qué diablos haces aquí? Tenías que hacer la cena… mi padre…

R – Vamos a cenar en Alfredo… ya he avisado a tu padre… y tengo algo importante que contarte.

CONTINUARA

como molaaaaa!!!!!!...



sigue sigueee

Me encanta el fic
Siguelo

OLEEEEEEEEEEEE me gustaaa tu capi


genial


gracias de nuevo por otro capituloooo

Esto cada vez se pone mas interesante,ahora resulta que uno de sus chicos sabe algo sobre el caso,me gusta,sigue sigue

Me encanta la tramaaaaaaa

Sigue pronto

Pobre Mark se había asustado de su profesor...
Quiero más, amo este fic!!

Cada vez mejor se pone este fic!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
siguelo pronto y felicitacionessssssssssssssss

Esperando noticias y sobre todo nuevas fotos o imagenes del comienzo de nuestra serie aqui sigo con mi historia que deseo os siga gustando como hasta ahora.

CAPITULO XII + I

James Beckett esperaba pacientemente en Alfredo a que aparecieran su hija y Castle. Había recibido una llamada del escritor exculpándose por no poder preparar la cena aquella noche y había quedado allí con los dos. Suponía que tendría que ver con algún caso. No es la primera vez que le ocurría. Con su hija le había pasado infinidad de veces. Ahí vienen. ¡Vaya por Dios! Los dos traen mala cara. Seguramente habrán tenido algún problema en el trabajo. Mira que si se han peleado. Ahora que mi hija esta con el hombre de su vida. Si es que tiene un gen…

K – Buenas noches papa.

J – Buenas noches, hija.

Castle se acerco hasta él dándole un fuerte apretón de manos.

R – Señor Beckett.

J - ¿Cómo estamos muchacho?

R – No me puedo quejar, aunque siempre podría ir mejor.

K – Ya.

Quince minutos después de haber empezado a cenar, a Jim Beckett no le hacía falta muchas pruebas más para certificar que su hija y el escritor estaban enfadados. Todos eran monosílabos. Si, no, bueno, tal vez. Era como estar asistiendo a la calma que presagia la tempestad. Y esta estalló en el segundo plato.

K – A mi lo que me gustaría saber es porque diablos algunos hombres pueden ser tan cabezotas.

J - ¿Habéis tenido algún problema en el…?

R – No lo dirás por tu padre, porque deberían haberle dado un premio hace tiempo.

J – Estaba pensando que…

K - ¿Y eso porque?

R – Por su paciencia. Tiene que haber sido difícil convivir con…

J – ¿Y si pedimos para postre un…?

K - ¿Conmigo? Ya. Pues hacerlo contigo tampoco es que sea una joya algunas veces.

R – Yo solo te he pedido que me dejes hacerlo a mi forma.

K - ¿Pero tú no comprendes que eso no puede ser? Si ese chico sabe algo, tienes que decirme su nombre, y después ya buscaremos…

R - ¡Que no! Si lo hiciese perdería toda su confianza. Además estoy seguro de que no sabe nada.

J - ¿Y como está Alexis? ¿Vendrá para…?

K - ¿Cómo puedes saber eso?

R – Pues porque lo se… igual que sabía desde el primer día en que te conocí que eras una cabezota.

K – A ver, genio, y como vas a conseguir algo de esos chicos sin delatar a tu alumno y…

R – Todavía estoy en ello, no me atosigues.

J - ¿No creéis que sería mejor que nos fuésemos? Es evidente que…

R y K - ¡NO!

K - ¿Es que no confías en mí? Te aseguro que no le voy a contar nada a Gates. Tu alumno estará…

R – Mira que graciosa. Ahora nos sale la confianza a colación… ella que sigue prefiriendo esconder nuestro amor a…

J – ¿Todavía estáis con eso?

K – Te he dicho un montón de veces que eso no tiene nada que ver con la confianza. A ver si ahora además de cabezota, eres sordo.

R – Y tu una graciosa sin gracia.

J – Definitivamente será mejor que paguemos y…
K y R - ¡¡¡QUE NO!!!


J – Vale… como vosotros digáis…

El resto de la cena continúo en una calma tensa que parecía difícil de sostener. Jim Beckett comía todo lo más deprisa que le permitían sus mandíbulas para que el segundo asalto no le pillara en medio.
Definitivamente aquel hombre era el que le convenía a su hija, si es que no se mataban por el camino. Al principio pensó que era un pardillo y se acobardaría como todos los demás, pero aquel escritor tenía sus… bueno eso… y le daba igual quien de los dos llevara razón en la trifulca. Por cierto, de la trifulca no se había enterado de casi nada.

Una vez terminada la cena dejaron a Jim en su casa y continuaron hasta el loft de Kate. Ésta pensó que Castle se marcharía enfadado en cuanto ella bajase del coche. Pero… no lo hizo.

K - ¿Vas a dormir aquí?

R – Que seas una cabezota, no significa que no… si, ¿Algún problema? La cama es muy grande y además mi madre había invitado a sus amigas a mi casa y no tengo ganas de aguantar su juerga nocturna. Se ponen a contar batallitas que tienes que soportar. Es como una fiesta de pijamas de la tercera edad.

Kate no pudo reprimir la risa ante el comentario de Richard y los dos entraron en el loft. Una vez en la cama se dieron educadamente la espalda e intentaron dormir, tarea difícil después de la trifulca. ¿Quizás él lleve algo de razón? ¿Por qué no se lo dices, cabezota? Tienes que compartir con él tus dudas. Si no encuentras la fórmula, pídele ayuda a ella, no seas tonto… siempre… zzzzzzzz.

Al día siguiente y muy temprano el móvil de Kate sonó despertándola de un inestable sueño. Busco el móvil media dormida.

K – Beckett.

L – Kate… soy Lanie. Tenemos un… cadáver… te espero en la tercera con Brooklyn.

K – Vale… vamos para… ¿Castle? ¿Richard? ¿Dónde esta este hombre?

L - ¿Ocurre algo?

K – No… es que… anoche… vaya, no esta ¿Qué hora es?

L – Las siete menos cuarto. ¿Qué pasa?

K – Nada… nada. Ahora mismo voy.

Una vez en el coche, Kate se sentía preocupada. ¿Dónde había ido este hombre? ¿Y a que hora? No sabía si llamarlo o no, pero después de pensarlo un momento le mando un mensaje diciéndole donde iba. Cuando llego hasta donde estaba Lanie, un parque cercano a la comisaría 12, se acercó bostezando hasta ella.

L – Uff… que mala cara tienes.

K – No me hables… no me hables. Anoche Richard y yo tuvimos una pelea descomunal delante de mi padre que… ¡OH! Vaya… ahora que me doy cuenta… pobrecito mi padre… menuda cena le dimos.

L - ¿No me digas que habéis roto?

K – No digas tonterías Lanie. No hemos roto. Solo…

L – Pues por ahí viene. Trae peor cara que tú.

K – Claro… si no debe haber dormido nada… si…

R – Buenos días Lanie…. Buenos días… detective…

K – Buenos días a ti también. ¿Bueno, Lanie? ¿Qué tenemos?

R – ¿No será otro cuerpo sin…?

L – No… no. En realidad no es un cuerpo. Si es un cuerpo… sin cabeza… pero…

R y K - ¿Qué?

Lanie destapo la descomunal sábana que tapaba el cuerpo y Kate y Richard miraron hacía allí increíblemente sorprendidos.

R – Es un… ¿Caballo?

K – Sin… ¿Cabeza?

R – Esto parece un mal chiste.

K – En eso te doy la razón. Esto cada vez tiene menos…

R – Sentido, razón y… cabeza.

Una vez en la comisaría hablaron con Gates en su despacho. Esta le convino a olvidarse del tema y seguir a otra cosa. Castle temía que Kate le dijese a Gates lo de Mark, pero ella calló. Cuando salieron, fueron a almorzar a un parque cercano. Se sentaron en un banco y comieron en silencio.

R – Oye…

K - ¿Qué?

R – Gracias por no contarle a Gates lo de mi alumno.

K – Te dije que no lo haría y no lo he hecho. Pero este caso se esta poniendo cada vez más extraño y si él chico sabe algo o… podría incluso estar en peligro ¿No has pensado en eso?

R – Si… y es lo que más me preocupa. Quiero que comprendas mi situación. La mayoría de mis alumnos tienen muchos problemas a nivel familiar, económico y social y él… ha confiado en mí… temo que…

K - Para ser escritor te cuesta expresarte cuando algo te importa ¡Eh!

R – Supongo que si.

K – Entiendo lo que te preocupa. Por eso quiero decirte algo, pero no te vayas a enfadar otra vez.

R – Si lo que me vas a decir es que recuerde que esta clase es algo temporal, que solo serán unos meses o menos, que yo soy un escritor rico y famoso y ellos… eso ya lo se. Pero… quiero hacerlo bien… al menos que cuando recuerden este tiempo…

Kate se acercó hasta él y sin mediar más palabras le dio un tierno y profundo beso.

R – Estamos en mitad de la calle.

K – Eso ya lo se. Pero me he asegurado bien…

R - … de que no nos vea nadie. Eres incorregible.

K – Eso también lo se. Perdóname, debía haberme puesto en tu pellejo y quizás no hubiese sido tan vehemente.

R – Y yo debía haber confiado en ti y no ser tan cabezota. El chico se llama…

K – No me lo digas todavía. Confío en tu juicio… más a menos…

R - ¿Sabes? Me estaba acordando de algo.

K - ¿Qué?

R – Tu padre. Pobre hombre. La que tuvo que soportar anoche.

K – Es verdad. Deberíamos llamarlo y disculparnos.

R – Creo que le debemos una cena más…normal.

Los dos rieron y levantándose fueron hasta la comisaría. Cuando llego la hora, Castle se fue a clase.

Alice – Buenas tardes, Richard. Antes de que entre quería decirle que ha llamado Pamela Sullivan, la madre de Mark y Amy.

R - ¿Ocurre algo?

Alice – Nada grave. Parece que la niña esta con gripe y se ha quedado en cama y como Pam trabaja en… un bar, pues Mark se ha quedado a cuidar a su hermana.

R – Gracias Alice.

Castle estuvo durante toda la clase pensando en Mark y en Amy. Estaba preocupado por ellos y no sabía si aquella excusa era verdad o no. No quería que por su culpa el chico pudiese tener problemas con su madre o con los compañeros de clase. Seguramente no ocurría nada grave, pero… de todas formas decidió ir a comprobarlo.

Cuando termino la clase se despidió de Alice y de Laura y enfilo su coche hacia casa de los dos niños. Mientras lo hacía y en un semáforo le mando un mensaje a Kate.

“No te enfades conmigo. Mark Sullivan es el muchacho del que te hable. No ha aparecido en clase ni su hermana tampoco. Estoy preocupado por ellos. Voy a ir a su casa. Te quiero… Richard.”

CONTINUARA

La charla en la cena me mori de la risa!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Excelente capitulo!!!!!!!!!!!
Me encanta tu fic!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Me encantó la pelea frente a Jim jajaja muy buena!
Espero que a Mark no le haya pasado nada!

jajajaja que buena la discusion en la cena,pobre Jim,lo que tiene que aguantar,en fin sigue pronto

me gusta tu capitulo esta muy interesante toda la fic

gracias por el capiiiiii

molaaaaa---sigue asiiii

Wooouuu menudo capitulazo!!
Genial, menudo par de cabezotas j!jaja
Ains q no le pase nada al chico,... ni a Castle!
Q genial esta

Muy buena la escena del restaurante

Me he divertido muchísimo con la cena
Pobre Jim!! (jejejeje)
Gracias por otro capítulo!!

Castle entró en el edificio donde vivían Mark y Amy Sullivan. Había dejado el coche a bastantes manzanas de allí, porque no se fiaba en que en aquella zona de la ciudad un… cualquier coche pudiese quedar entero aunque te despistaras cinco minutos. ¡Dios mío! ¿Cómo podía vivir… alguien en aquel lugar? La basura acumulada podía tener semanas o… meses. Castle se sentía observado a cada paso que daba tanto en el rellano como en las escaleras hasta el cuarto piso sin ascensor donde vivían los dos niños.

No podía creer que aquel lugar donde se encontraba ahora mismo fuese… Nueva York y que en apenas diez minutos de coche todo fuese glamour y derroche. Cuando llego a la puerta donde vivían los chicos, la cual tuvo que reconocer tenía mejor aspecto que todas las que había visto hasta ahora, llamo insistentemente. Como nadie le respondió y había elegido no hablar nada por precaución, decidió dejarlo y empezó de nuevo a bajar las escaleras. A medio camino se cruzo con una mujer que no debía sobrepasar los treinta años y con aspecto cansado y Castle decidió intentarlo.

R - ¿Señorita Sullivan?

Al oír su nombre, Pamela Sullivan se puso en alerta y miro a Castle con ojos asustados. Al darse cuenta de que había acertado, Castle intentó calmarla enseguida.

R – No se asuste. No se si los chicos le han hablado de mí. Yo soy Richard Castle, su…

Pamela – Profesor de refuerzo. Si, mis hijos me han hablado de usted.

R – Como hoy no han venido a clase… estaba preocupados por ellos y yo…

Pamela – Creía que su madre se lo había prohibido o… que les había pegado o…

R – No… no. Verá, su hijo…

Pamela – Suba usted conmigo. Los niños están arriba.

R – He llamado a la puerta y no me han abierto.

Pamela – Les tengo dicho que no le abran a nadie cuando yo no estoy. No se si se ha dado cuenta pero este no es un barrio muy…

R – Le comprendo.

Castle siguió a Pamela hasta la puerta de su casa. Entraron los dos y Pamela dejo sus cosas en una silla del pequeño salón. A pesar de que los muebles eran antiguos aquella casa era bastante diferente a lo que se veía fuera y todo tenía cierto orden y limpieza.

Pamela – Ya he vuelto. ¿Mark? ¿Amy? Tenéis vista.

Amy salió de lo que Castle supuso era su habitación y se acerco hasta él con curiosidad.

Amy – Hola, señor Castle.

R – Hola Amy.

Amy – Hoy no he ido a clase.

R – Ya me he dado cuenta.

Pamela – Supongo que habrá tenido sin ella una clase más… tranquila. Conozco a mi hija.

R – Algo así.

Pamela – Mark, sal de una vez y no hagas esperar a este señor.

En este salió Mark y Castle le miro horrorizado. No había duda de que el chico había tenido una pelea con alguien. El ojo izquierdo lo tenía bastante amoratado y el labio inferior aparecía partido…

R – Pero ¿Qué diablos te ha ocurrido muchacho?

Pamela – Ya lo ve usted. Lo mismo que ha ocurrido otras veces.

R – Pero… usted tendría que hablar con el colegio y…

Pamela - ¿Para que? No sería la primera vez y siempre obtengo la misma respuesta. Que si Mark es un chico difícil, que si mi hijo no se relaciona con…

R – Pero eso es mentira. En mi clase… su hijo…

Pamela – Al menos esta vez y aunque se que no debería hacerlo mi hijo se enfrento a ellos y también cobraron lo suyo. Así que a la paliza tiene usted que sumar la semana de suspensión…

R - Ven aquí, muchacho.

Mark se acercó hasta Castle tímidamente. Castle se sentó en una de las sillas y lo observo durante unos segundos.

R – Dime la verdad. Esto tiene algo que ver con lo que estuvimos tu y yo hablando ayer.

Pamela - ¿A que se refiere?

Mark – Señor Castle… yo.

Pamela – Amy, ven conmigo a tu habitación y dejemos a tu hermano y a su… maestro hablar solos.

Amy - ¿Por qué?

Pamela – Porque lo digo yo y no hay más que hablar.

Amy siguió a su madre de mala gana y dejo a los dos solos.

R - ¿Y bien?

Mark – Si… y no. Verá… esta mañana en clase estuvimos hablando de personajes ilustres de nuestro país y yo… como el otro día estuvimos hablando en su clase de ir a la biblioteca… hable de…

R - ¿Si?

Mark – De Martín Luther King y todo lo que hizo por los derechos de… no se como pero acabe hablando de nuestra clase y de lo que usted esta haciendo…

R – Yo no estoy haciendo nada… lo hacéis vosotros.

Mark – Bueno… mi maestro y algunos de mis compañeros le gusto lo que hablaba… pero al salir de clase otros se metieron conmigo...

R - ¿Aquellos chicos que me dijiste?

Mark – Si y… yo…

R - ¿Nos… me… defendiste? Pero Mark, si solo llevo con vosotros un par de días… no…

Mark – Pero usted nos trata a todos de manera especial. Hace que nos sintamos importantes y… no se como explicarlo. Nunca pensé que me llevaría bien con personas como… Julio o Jimmy… pero usted lo hace…es verdad que hay problemas… pero…

R – Escúchame bien. Que te hayan echado durante una semana de tu clase no significa que no debas venir a la mía.

Mark – De acuerdo.

R – Y de lo que hablamos ayer solo quiero que confíe en mí ¿Señorita Sullivan?

Pamela volvió a salir al salón.

R – Aunque su hijo haya sido expulsado quiero no falte a mi clase.

Pamela – Eso ya se lo dije yo este mediodía, pero no me hizo caso. Mark, puedes ir con tu hermana. Quisiera hablar con el señor Castle.

Mark – De acuerdo mama.

Cuando se quedaron solos Castle miro a Pamela sorprendido.

R - ¿Me dice usted como lo hace? Usted les manda y ellos…obedecen. Sobre todo Amy. Yo tengo que montar estrategias diferentes para conseguirlo.

Pamela – No lo se. Supongo que es algo innato. Antes de que se vaya quisiera que fuese usted sincero conmigo.

R - ¿A que se refiere?

Pamela – No quiero que se moleste, pero me gustaría saber a que esta usted jugando con mis hijos y con todos los demás.

R - ¿Cómo dice?

Pamela – Sé que no soy la más indicada para juzgarle a usted, pero cuando Laura me hablo de su clase accedí… a ella. El señor Monroe y ella me han ayudado mucho en estos años. Sé quien es usted… rico… famoso… no quisiera que mis hijos se hiciesen unas expectativas y después todo quedase en nada. Muchas personas ya les han decepcionado en estos pocos años… empezando por mí… y…

R – Laura me pidió ayuda… ella quiere que esta clase sea algo fijo y no eventual. Yo…yo no soy maestro… no me dedico a esto.

Pamela - ¿Y los chicos lo saben? No esta usted siendo sincero con ellos.

R – Perdóneme, pero creo que esta usted siendo muy dura conmigo y yo… no me lo merezco. ¿Cree que estoy haciendo esto por…sentirme bien con la sociedad o… por un capricho de rico? Usted no me conoce. Casi no puedo escribir… trabajo con la policía a tiempo parcial… no se si mi mano…

Pamela – Excusas… excusas… sabe lo que creo, que esta usted con ellos porque de alguna forma los necesita durante un tiempo para sentirse útil, pero que después, cuando su mano y su… cabeza vuelva a funcionar, cuando se canse, los abandonará…

R – Le vuelvo a repetir que no tiene usted ni idea de que como soy. No voy a consentir que una… persona como usted me hable de esa forma. Ya le he dicho a Mark lo que tenía que decirle. Buenas tardes.

Y levantándose Castle salió de la casa de los Sullivan dando un fuerte portazo. Pero ¿Quién se había creído esa mujer que era para juzgarle así? A grandes zancadas se fue caminando hacia su coche. Ni siquiera Kate era capaz de enfadarlo así. ¿Capricho de rico? ¿Cómo se atrevía? Alguien que estaba criando a sus hijos en un lugar así no tiene ningún valor sus… palabras. Una vez dentro del coche sonó el teléfono.

R - ¿¿¿Qué???

K - ¿Castle? Soy yo, cariño, ¿Te ocurre algo? ¿Estas en problemas?

R – No… no, perdóname, no pretendía asustarte. Siento haberte gritado. Ni siquiera me había fijado en quien me llamaba. Es que…he tenido una bronca con la madre de Mark y Amy y…

K – Vaya, alguien ha conseguido enfadarte más que yo. Debería conocer a esa mujer.

R – No tiene gracia Kate ¿Dónde estas?

K – En mi casa y para que veas que no me da vergüenza que nos vean en público quiero que vayamos a la feria del libro. Hoy es el último día y los stands estarán abiertos hasta las nueve. Había pensado que podíamos cenar allí mismo… hay un par de puestos de…

R – Kate… que estas hablando con un escritor que lleva yendo a la feria del libro durante muchos años. Este es el primero que no he asistido para firmar un libro mío en más de veinte años, cuestión por la que mi ex – mujer y mi asistenta casi me matan. Pero…

K - ¿Qué?

R – Siempre que quiero ir a la feria del libro de Nueva York y pasar desapercibido yo…

K – Tu ¿Qué?

R – Espérame en la fuente que hay nada más entrar en el recinto, porque supongo que llegarás antes que yo. Nos vemos.

Kate termino de vestirse y decidió ir andando hasta la feria, ya que no se encontraba muy lejos de su loft. Después se sentó a esperar junto a la fuente. ¿Qué le habría ocurrido para enfadarse tanto así? Eso no era normal en él y menos con una persona que no conocía de nada.

- … perdone señorita, ¿Esta usted esperando a alguien?

Un hombre de voz muy grave, con un largo mostachón, gorra de los knicks, gafas de sol, chaqueta y pantalón vaquero la miraba curiosamente.

K - ¿Y a usted que le importa?

- … es por si esa persona que esta usted esperando no aparece. Yo estoy disponible.

K – Y yo soy policía y como siga usted…

Entonces el hombre se quito las gafas y la miro con esos ojos azules que a Kate la volvían loca.

R – Soy un buen partido.

K – Pero… pe… ¿Castle? ¿Rick?

Kate empezó a reír de manera tan visible y escandalosa que todas las personas que estaban pasando por allí la miraron con asombro.

R - ¡Cállate! No me delates, mujer.

K – Pero…

Y siguió riendo con fuerzas.

R – Anda, vamos a dar un paseo por la feria y después cenamos. Hacen unos kebabs buenísimos en un puesto ambulante al final de la feria.

Comenzaron a andar hacia la feria. Aunque hacía intentos por contenerse, Kate no hacía mas que mirarlo y reír.

R – Esto es un desastre. Como sigas así se van a dar cuenta y nos vamos a tener que ir a casa.

K – Perdón, perdón… me contengo… me contengo, pero es que estás… inenarrable. Oye, que te ha pasado con la madre de esos chicos. Mi móvil empezó a echar humo con tus gritos.

R – No me lo recuerdes. Verás…

Mientras caminaban por los puestos, Castle le fue contando lo que había pasado con aquella mujer. Cuando Castle terminó de hablar, Kate se quedo unos segundos en silencio y después suspiró.

K – Si te digo… algo, no te vas a enfadar, ¿verdad?

CONTINUARA

Muy bueno como se vistio!!!! y la risa de Kate mas!!!
Como le va a decir rico caprichoso??? quien es esa señora? solo Kate le puede decir cualquier cosa
Buen capituloooooooooooo