Reflexiones y consecuencias por Kate Beckett

A veces las cosas no salen como se planean, pero basta tener las almas conectadas para poder seguir adelante...

sonrió al pensar en Jim como suegro y en imágenes de ellos dos yendo a hablar de su hija, y le mandó a ella una sonrisa en forma de emoticono.

Bueno chicos, esta vez vengo con un capi de
sentimientos y pensamientos por ambos lados... Es un capi de transición
pero viene con alguna sorpresa inesperada y posibles consecuencias...

Digo
que es de transición porque no es un capi d los que a mi me convenzan
(en parte por eso tardé en colgarlo a parte de las clases) pero hay
cosas que hay que conocer que pasan por su mente y más en esas
circunstancias por las que pasan xD

Ya veremos las consecuencias que provoca éste

Isa!!! ya no tengo palabras para decirte lo mucho que me gusta como escribes, y por supuesto lo mucho que me gusta como llevas el fic! nada de capi de transición q me gusta mucho .

A veces las cosas no salen como se planean, pero basta tener las almas conectadas para poder seguir adelante...

Dios está frase me ha matado está hermosa!
No nos hagas esperar demasiado para el siguiente porfis!
ahhhhhhh estará embarazada kate? dios, necesito leer el siguiente yaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!

por .:DaNu:. el Vie Nov 25, 2011 1:18 am
bien te estas demorando...

.:DaNu:. escribió:chicas vayan sacando armas

asita24 escribió: Isa para cuando el nuevo? ya lo quiero!
no tardes mucho please!

laura88 escribió:Me levante temprano porque pense que ya habia publicado y no hay nadaaaaa pense que teniamos un trato

Lau, iba a publicar al mediodía pero acabé en el hospital. Cosas que pasan pero el trato aún sigue en pie que ya traigo capi


Bueno, gracias a todos por la espera. Este capi tiene un poco de todo, es bastante intenso y se tratan temas que, por fin, se tenían que tratar Preocupaciones de ella, preocupaciones de él, etc... Algunas cosas traen consecuencias Espero que os guste.

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Capítulo 22: El regreso


Aquella mañana después de llegar del aeropuerto, Kate pasó un momento por su casa y luego se fue directa a la comisaría. Ya había avisado a Gates de que se incorporaba de nuevo y quería llegar temprano.

Llegó antes que los chicos y algunos compañeros, la 12 estaba bastante desierta así que se preparó tranquilamente. La calma del lugar le ayudaba a evadirse, de repente, sonó el teléfono y volvió en sí. Se había producido un asesinato en el muelle así que llamó a Lanie, preparó las cosas para irse y esperó a que llegasen los chicos para acudir al lugar de los hechos.

En cuanto llegaron Ryan y Esposito se fueron los tres a la escena del crimen. El muelle estaba lleno de coches de policía y Lanie ya había llegado. Kate vio que la forense ya estaba examinando el cadáver y se acercó a ella. Lanie levantó la mirada e hizo un gesto a su amiga.

¿Sabes algo ya? - Estaba ansiosa por saber el resultado, pero tuvo cuidado en la manera de preguntar ya que los chicos estaban junto a la detective – Dime, ¿sí o no?

No sé nada aún, Lanie. - Kate vio la mirada extrañada de los chicos y rápidamente cambió de tema. - ¿Qué tienes?

Mujer sin identificar de unos 30 años, tiene un disparo en la cabeza, casquillo del calibre 38. La hora estimada de la muerte fue entre las 3 y las 4 de la mañana, en cuanto le haga la autopsia te daré más datos.

De acuerdo, gracias Lanie. Que la policía científica te ayude con la obtención de pruebas. - Kate, automáticamente, miró a los chicos con expresión seria y les alzó la voz. - ¡Inspeccionad la zona e interrogad a los testigos y lo quiero ya! ¡Necesito más información! Yo iré a interrogar al que la encontró.

¡Entendido! - Esposito se alejó enseguida junto con Ryan a los locales cercanos, asustado por la manera de actuar de su jefa. No entendía que, después de varios días, siguiera con el pie torcido...

¡Kate, no seas tan dura! - Lanie dio la orden de que se llevasen al cadáver y se acercó a ella. – Esposito me contó lo del otro día y también me comentó que andas rara con ellos. Intentaban animar a su amigo, no tienen la culpa. No deberías tratarlos así, no se lo merecen.

Ya... ¿Te contó lo de su amiga Linda? ¿La que lo llama “Speedy” cariñosamente? - Kate la miró de manera interrogante y Lanie arqueó las cejas sorprendida, no sabía nada de aquello. Esposito le había dicho que le habían llevado a alguien que contrataron, para animar a Castle pero no profundizó mucho más. - Según Castle, esa latina amiga suya le debía un favor a Esposito...

¡¿Qué?! ¿La conocía? No puede ser, si me dijo que la había contratado – Lanie se quedó un instante pensando en la que iba a prepararle a su chico, pero enseguida se centró en el tema que quería tratar. - Bueno, el caso es que me enseñó una foto suya y, si yo fuese hombre, estaría encantada de tener unos amigos que me preparasen algo así. No creo que sea para tanto.

¿No? ¿Esposito no te contó los detalles? Castle estuvo demasiado encantado... Tardó demasiado en separarla. - Su tono se había vuelto sarcástico. – Le sobó hasta el carnet de identidad, faltó poco para que acabase dominado por sus garras y, al fin y al cabo, eso lo provocaron los chicos...

¡Es un hombre, Kate! - Lanie soltó una sonora carcajada. – Se rigen por sus zonas bajas, apuesto a que Ryan y mi chico también habrían tardado algo en reaccionar aunque, según Javi, Castle la apartó enseguida. A esas cosas mejor no darles importancia.

¿No le darías importancia si hubieras visto a una mujer pasando su lengua por todo el cuerpo de tu chico hasta provocar que se empalmase, incluso antes de tocarle sus zonas bajas? - El tono de Kate seguía siendo sarcástico. Lanie abrió los ojos de par en par, perpleja. Aquello tampoco lo sabía... - ¿Y si para colmo le hubieras oído gemir?

Pues no, no me haría nada de gracia. Creía que había sido unos segundos lo que tardó en reaccionar... ¡Yo en tu lugar habría salido de mi escondite y le habría agarrado de las pelotas! ¿Por qué no lo hiciste? ¿Por los chicos? ¿Has dicho que el escritor se empalmó? - De repente, Lanie comenzó a reírse sin parar. Intentaba contenerse pero el hecho de imaginar a Castle en esa situación le impedía hacerlo. - No deberías habérmelo dicho, ya no lo voy a ver igual.

No te rías, no me hace gracia... Estuve a punto de salir del baño pero no lo hice porque precisamente no estaba muy decente para aparecer en escena... Ya me entiendes – Lanie volvió a soltar otra carcajada, Kate le lanzó una mirada seria y Lanie paró de reír.

¿En el baño y sin ropa? Es que es un poco cómica la situación Kate. – Lanie no borraba la sonrisa de su cara, en cambio, Kate seguía con la misma expresión de indignación. - Sé que los celos a veces te dominan y que el escritor se pasó un poco... ¿Pero no crees que deberías confiar en él? Más ahora que habéis creado algo en común... Sinceramente, si no confías en él no sé que haces metida en esa relación...

Confío en él Lanie, pero no en las mujeres que se le pegan, que hay muchas que quieren echar un polvo con él y no es que yo le esté cubriendo en ese sentido... - Kate le hizo un gesto a su amiga y Lanie se quedó perpleja.

¡No puede ser! ¡¿En serio?! - Lanie no daba crédito a lo que oía, imaginó que había entendido mal. No podía ser que en casi dos meses no hubieran tenido sexo. - ¡¿Quieres decir que no habéis tenido vida sexual desde lo de mi laboratorio?! ¡Kate por Dios!

Bueno, en realidad vida sexual sí pero no de la manera que estás pensando. – Kate suspiró y le sonrió ligeramente a su amiga. - No para poder dejarme embarazada, ya me entiendes...

¡Joder! ¡Si lo tienes a huelga de hambre! ¿Es alguna clase de castigo que le has impuesto? - Lanie volvió a reírse, mirando a su amiga. - ¡Diablos, debe tener los huevos hinchados!

¡Lanie! ¡Para ya, que no te lo he dicho para que te burles! - Kate suspiró de nuevo, bajando la mirada. – Han sido las circunstancias... Lo de mi corazón, lo de sus heridas, lo de mi viaje y las interrupciones de ciertas personas...

¡Ahora entiendo por qué estás así con los chicos! ¡No es por la chica que le llevaron a casa es porque os interrumpieron en plena faena! ¡Deberías pedir unos días libres y reventarlo! - Volvió a soltar otra carcajada, aquello cada vez le resultaba más cómico. Al fin, consiguió ver una ligera sonrisa en el rostro de su amiga. - Normal que estés agobiada, lo que necesitas es desahogarte cuanto antes.

¡Lanie! En serio, a veces no sé ni por qué te cuento las cosas... - Kate le dedicó una mirada amenazadora.

Me las cuentas porque soy tu amiga. Y ahora lo que tienes que hacer es llamarlo en cuanto termines de aquí y quedar con él. Si hace falta os dejo mi laboratorio, pero tienes que darle ya al asunto. - Volvió a reírse de nuevo, luego le dedicó una mirada dulce. - Y no se te olvide lo de la prueba, no puedes dejarlo a un lado porque quieras evadirte de ello... Bueno, me tengo que ir que la furgoneta me está esperando. Luego te llamo con lo que averigüe.

De acuerdo. - Kate se despidió de ella y se marchó donde estaban los agentes de policía con el testigo.

Al final de la mañana estaban todos de nuevo en la comisaría, Kate no había parado ni un minuto y aún no había llamado a Castle para informarle de su regreso, pero más tarde lo llamaría para quedar a la noche por si acaso no podía ir a rehabilitación con él. De repente, mientras por su mente pasaban situaciones que prefería evitar, Castle apareció por el ascensor... Llevaba dos cafés en la mano pero ella no advirtió su presencia. Él estaba acercándose con sigilo a su mesa pero, en ese momento, los chicos le gritaron y Kate levantó la mirada...

¡Castle! ¿Vuelves a la carga ya? - Ryan se acercó y le dio una palmada en la espalda. Esposito también acudió hacia él.

Bro, espero que vengas para incorporarte ya. – Esposito tenía cara de preocupación. - No nos puedes dejar a solas con ella, sigue bastante inaguantable. Lleva unos días que parece más Hitler que Beckett.

Ya me gustaría pero no creo que un cojo os sirva de mucha ayuda, aún tengo bastante dolor. – sonrió, señalando su muslo. - Pero si queréis, puedo intentar alejarla un rato de aquí.

Ojalá, pero conforme está no creo que consigas nada. - Esposito le agarró del hombro para decirle algo al oído. - Deberías montar alguna fiesta que disponga de mucho alcohol, quizás si bebe unas copas de más cambie su actitud. Aunque creo que sé lo que le ocurre y eso no se va con alcohol...

¿El qué? - Castle arqueó la ceja, intrigado.

Creo que no le están dando mambo... - Esposito lo miró y se rió. - Eso desquicia a cualquiera.

¿Por qué lo crees? - Castle lo miró aún más extrañado.

La conozco y sé cuando viene desahogada y cuando no, el carácter le cambia... - le hizo un gesto a su amigo mientras sonreía, luego se separó.

No creo... Pero bueno, quizás si la invito a comer venga mejor esta tarde – Castle sonrió y se fue hacia su mesa – Voy a intentarlo.

¡Suerte, bro! - Esposito se dirigió de nuevo a su mesa a realizar las tareas que le había ordenado la nueva “Hitler”.

Hola Kate – Reflejaba seriedad en su rostro. Dejó los cafés y ella levantó la mirada. Castle se dió cuenta que no sonrió ella tampoco, la notaba preocupada. - Tu tía está mejor, ¿verdad?

Sí. - Kate vio que no se sentó a su lado como hacía normalmente, notó algo extraño en su comportamiento. Se había quedado de pie frente a su mesa con las manos apoyadas en ésta. - ¿Qué haces aquí?

¿Qué hago aquí? Hasta hace una hora creía que seguías en San Francisco, llamé a la habitación de hotel para hablar contigo y para mi sorpresa contestó tu padre... Me dijo que habías vuelto esta mañana... - El tono de Castle era algo frío. - ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Tanto te costaba avisarme?

He estado bastante liada con este homicidio. – Kate no apartaba la vista de unos documentos que tenía en una carpeta abierta. - No he tenido tiempo, iba a llamarte cuando me fuese a comer.

Ya... Necesito hablar contigo ahora. – Castle miró a su alrededor y no vio a nadie cerca así que se agachó ligeramente hacia ella. – Busquemos un lugar tranquilo para hablar...

Ahora no, Castle – Kate seguía con la mirada fija en los documentos, sin mirarle a la cara. – Si quieres, esta tarde cuando salga quedamos.

Ahora Kate, busca un momento o le comento a todos porque estás así... - Entre los días que llevaba casi sin saber de ella y el hecho de que no le avisase de su vuelta había provocado que él estuviese indignado y, sin darse cuenta, fue demasiado frío en su último comentario.

¿Qué? - Kate levantó la vista y lo miró fijamente, se dio cuenta que hablaba en serio. Se levantó de su mesa y se acercó a él con la mirada seria. - ¿Castle, qué diablos te pasa? ¿No estarás hablando en serio?

Sí, vamos a hablar ahora Kate. – Castle comenzó a levantar ligeramente el tono de voz. - A mí me da igual hablar aquí o en otro sitio, tú decides.

Espera. - Kate miró a su alrededor y observó que algunos agentes estaban mirando. Dejó su café en la mesa, golpeó el brazo de Castle y le hizo un gesto, dirigiéndose a las escaleras que conducían a los calabozos. Castle la siguió.

Llegaron a una zona en el sótano dónde había unos calabozos que sólo se usaban cuando había exceso de presos en la comisaría pero, ese día, esa zona estaba completamente desierta y los guardias allí no estaban a la hora de comer. Al ver que Castle se detenía mirando a su alrededor, lo cogió del brazo y lo llevó con ella a la última celda, al fondo del pasillo.

¿Me quieres decir qué te ocurre? - Kate lo miró indignada, había alzado la voz. - ¡Hoy no estoy para tonterías, Castle!

¿Tonterías? ¡Eso es lo que parezco últimamente, una tontería en tu vida! - Castle se había ido a la otra esquina de la celda y había había alzado la voz. - ¡Prácticamente me evades desde hace días, desapareces y parece que no quieres que sepa de ti! ¿Y me preguntas que me pasa a mí? ¡¿Qué te está pasando a ti?! Estás distante y sé que no es por tu tía ni tampoco por lo del otro día... ¿Me lo quieres contar?

¡Nada Rick, no me pasa absolutamente nada! - Kate le volvió la espalda, no quería mirarle a los ojos mientras intentaba ocultar una de sus preocupaciones principales. Se alejó unos pasos de él y se giró para mirarlo de nuevo. - ¿Es que todo tiene que girar siempre en torno a ti? ¡Pues que sepas que existen más cosas a parte de Richard Castle! ¡No sabía que podías llegar a ser tan egocéntrico!

¿A qué viene esto, Kate? - Kate le había vuelto a dar la espalda. Castle estaba perplejo, volvió a acercarse a ella y la giró para que lo mirase. Su tono se volvió ligeramente sarcástico - ¿Egocéntrico? No hace falta ser Einstein para saber que esto va conmigo. Si lo nuestro te parece una tontería, ¿por qué estás conmigo? En otras circunstancias, hubiera pensado que es sólo para echar unos cuantos polvos pero está claro que por eso no es...

Te estás pasando... - Apartó el brazo de él bruscamente. La mirada de Kate expresaba indignación, el tono sarcástico de él le había encendido más así que comenzó a gritar. – ¡No tienes derecho a estar enfadado y menos por eso! ¡Soy yo la que debería estar enfadada, no me interesa alguien a mi lado que sólo se guía por lo que le dice su polla! ¡¿Ahora resulta que lo único que te interesa de esta relación es poder echar unos cuantos polvos?!

¡No Kate! ¡Te estás equivocando completamente! Sinceramente, me da igual el sexo, lo que quiero es poder compartir las cosas contigo pero lo que veo es que te apartas continuamente, alejándote de mí y encerrándote en una burbuja a la que nadie puede acceder. - Castle volvió a acercarse a ella mirándola fijamente a los ojos. - No me cuentas nada, ni siquiera sé cuando estás enfadada conmigo o cuando tienes un mal día. Es que, ahora mismo, ni siquiera entiendo por qué estás conmigo... Hay un muro entre nosotros y no puedo derribarlo solo, necesito que tú también quieras hacerlo y no te veo con ganas...

¿Piensas que estoy contigo sólo por estar? - Kate lo miró extrañada, se dio cuenta que él estaba al límite, vio la expresión de sus ojos y observó que reflejaba dolor e impotencia. Se dio cuenta de lo que podía estar pasando por su mente y no quería que él creyese que no era importante para ella. Al verlo en ese estado sintió una punzada de dolor en todo su cuerpo. - Rick decidí dar el paso porque creo en lo nuestro, sino no lo hubiera hecho. Me conoces, no tomo ninguna decisión a la ligera y menos algo así... Me cuesta abrirme pero sabes lo que siento...

¿Entonces qué es? He estado pensando estos días... ¿Te arrepientes de haberla tomado? ¿Te avergüenzas de mí? ¿No me consideras importante en tu vida? Es que no entiendo porque me apartas de esa manera continuamente. - Castle la miró con tristeza y ella se volvió a acercar. - No sé por qué pero me mantienes alejado y así no sé cuanto tiempo podré seguir...

No por favor, Rick no me digas eso... Escúchame – le agarró ambas mejillas con sus manos y lo miró con dulzura. De los ojos de Kate habían salido unas lágrimas al ver que aquello estaba al borde de la ruptura. – No te aparto, eres lo más importante en mi vida y no me arrepiento, ni por un segundo, de lo nuestro. Puede que estuviese algo insegura cuando me lancé pero ahora no lo estoy. Quiero estar contigo, te quiero y deseo seguir a tu lado nos lleve a dónde nos lleve el camino. Siempre juntos, ¿recuerdas?

Sí, juntos en cuerpo y mente... Pero ahora mismo no lo estamos, hay algo más que te mantiene alejada de mí, lo noto... Me gustaría que me lo contases, sea lo que sea mejor llevarlo entre los dos... - Castle le clavó la mirada indagando lo que reflejaba en sus ojos. - No tiene que haber secretos entre nosotros, Kate...

Sólo es una fase complicada que estoy pasando... - ella se acercó a sólo unos centímetros de su boca. - Por favor, ten paciencia. Necesito que estés a mi lado, Rick no quiero que me dejes...

Estoy a tu lado, sabes que no te voy a abandonar... - Castle le acarició el pelo. - Siempre estaré a tu lado mientras tu me lo permitas... Necesito que me dejes acercarme a ti...

Y tanto que lo permito. Estás tardando en dejar que saboreé tus labios de nuevo... - Kate le sonrió y él le devolvió la sonrisa. Castle se hundió en su boca, besándola con ternura y dejando en blanco su mente. Rápidamente ella buscó su lengua y comenzó a desabrocharle la camisa, luego sus manos se posaron en su pantalón. Castle seguía sumergido en aquel beso y no se había percatado, de repente, notó la mano de ella en sus boxers y detuvo el beso.

¡Kate! ¡¿Aquí?! - Castle la miró perplejo, ella no dejaba de sonreír pícaramente. - ¡Estamos en un calabozo, en la comisaria!

Lo sé... Ya hemos estado en estas situaciones antes en otras partes de la comisaria... ¿Por qué no aquí? - Le bajó los pantalones y se desabrochó los suyos. - Te necesito... Necesito sentirte dentro de mí ahora mismo, ¿o es que el “Gran Rick” no está preparado ahora?

¡¿Qué no está qué?! Kate, sabes que siempre estoy listo para ti... – Castle le sonrió pícaramente y comenzó a desabrocharle la camisa y el sujetador, Kate notó la urgencia en sus manos y eso la excitó más. Él se hundió en sus pechos recorriéndolos con su lengua y acariciando sus pezones, Kate jadeó.

Espera... - Kate le susurró y Castle se detuvo extrañado. – Cierra los ojos...

¿Para qué? - Ella le sonrió y le guiñó el ojo en señal de confianza y él cerró sus ojos de inmediato. Kate agarró sus esposas atándolo a la argolla que había en lo alto de la celda, luego se agachó y le bajó sus boxers. - Kate, por favor, no me dejes sin manos otra vez...

Sólo será un momento, tengo que “hablar” con el “Gran Rick” de algunas cosas... - lo miró sonriendo y luego comenzó a saborear su miembro, succionando con un ritmo constante, Castle gimió repetidamente.

Cada vez estaba más descontrolado, esta vez no podía soltarse y eso provocaba que se acelerase más. Los gritos cada vez eran más intensos conforme el ritmo de succión se aceleraba, hasta que llegó un punto que no podía dejar de gemir. Todo el cuerpo de él vibraba de placer. De repente, Kate paró y se dirigió a su boca, besándolo dulcemente y pasando luego su lengua por la zona del cuello que lo volvía loco. Castle volvió a gemir con más fuerza, cerrando sus ojos mientras la sentía en su piel. Ella le tocó el pecho y vio que su corazón estaba latiendo desbocado, lo miró a los ojos y sonrió, era el momento de cambiar... Se apartó para coger sus llaves y lo desató, él le cogió de la cintura.

Toma... - le colocó las llaves y las esposas en su mano. - Espósame...

¿Yo? Pero... - Castle se sorprendió, sabía que a ella le gustaba dominar la situación. - Tú prefieres llevar la voz cantante, yo...

¡Rick! ¡Espósame ya! - Kate necesitaba sentirlo con urgencia. Levantó sus manos en lo alto, dejándolas junto a la argolla esperando que él la atase. - Quiero que seas tú el que me domines hasta perder el control.

Está bien, pero no respondo... Sabes que soy demasiado juguetón... - Sonriendo pasó las esposas por la argolla y las cerró en sus muñecas, luego comenzó a recorrer su cuerpo lentamente con su lengua desde el cuello hasta su ombligo, Kate gimió de placer. Sin dejar de sonreír, volvió a subir hacia sus pechos saboreándolos de nuevo aún sabiendo donde quería ella que dirigiese su camino. Kate le gritó que bajase, ya no podía más, quería sentir su lengua dentro de ella...

¿Seguro que quieres que baje? - Castle no dejaba de sonreír pícaramente, estaba disfrutando su momento. - Es que tus pechos saben tan bien...

¡Rick, por Dios, baja ya! - Kate estaba completamente excitada y aquella sensación de urgencia no cesaba. Intentó mover sus manos pero estaba bien atada, eso le provocó un escalofrío de placer en todo su cuerpo. Estaba al antojo de él...

Castle dirigió su lengua por debajo de su ombligo y comenzó a recorrer la zona con la punta de su lengua mientras le bajaba los pantalones, luego se dirigió a la zona de alrededor de su pubis acariciándola suavemente con su lengua mientras le bajaba el tanga, Kate jadeó de placer volviéndole a gritar con desesperación. Castle dirigió su mirada hacia ella, sonriendo maliciosamente, esa situación le encantaba... Volvió a subir hacia su ombligo y ella exhaló un “por favor” de su boca que terminó de enloquecerlo, bajando finalmente hacia su pubis y hundiendo su lengua en su sexo, saboreando sus fluidos. Kate volvió a gemir intensamente, él acompañó dos de sus dedos en aquel viaje provocando otro gemido más intenso en ella. Sabía bien dónde tocar para hacerle enloquecer... Su lengua acarició el clítoris y sus dedos lo friccionaron rítmicamente, Kate no paraba de gritar su nombre. A Castle le encantaba escuchar su nombre de pila de boca de ella y más en esas circunstancias. Le excitaba oír como exhalaba repetidos “Rick” entre jadeos, mientras provocaba que se descontrolase... Continuó su recorrido, saboreándola, notando que sus fluidos y su calor aumentaban considerablemente. Cuando ella volvió a gritar aceleró el movimiento de sus dedos y movió su lengua más rápidamente, provocando gemidos intensos y continuos en ella. Notó que iba llegar al clímax y aceleró el proceso metiendo un tercer dedo en su camino... Kate gritaba sin parar, de repente, se retorció de placer arqueándose y gritando su nombre mientras llegaba al clímax...

Él se levantó sonriendo y acudió a su boca, besándola apasionadamente. Le cogió ambas nalgas para introducirse en ella y, antes de que pudiese hacerlo, un grito desgarrador salió de su boca, soltándola de nuevo... Kate lo miró extrañada.

¡¿Qué haces?! - Se había quedado perpleja al ver que él la había soltado sin más... Castle había ido a por las llaves y estaba desatándole - ¿Rick?

Verás... yo... - Castle la miraba un poco avergonzado por lo que iba a decirle. Kate había puesto los brazos en su cuello. - No puedo levantarte ni impulsarte como aquella vez... No es que peses... Es que mi pierna...

Entendido. - Notó que a él le sabía mal y le sonrió dulcemente, señalando al fondo. - Tranquilo., ahí tenemos una cama... Siéntate ahí que sólo hay que variar la forma...

Él sonrió y se sentó en la cama. Enseguida, ella se acercó a él, besando sus labios, luego se colocó encima y se sentó sobre él notando como su miembro se introducía en ella, ambos jadearon al unísono... Ella comenzó a levantarse y bajar rítmicamente, moviendo sus caderas, él agarraba con ambas manos sus nalgas mientras susurraba entre jadeos “¡Sí... Por fin!”. Kate, al escucharlo, le dedicó una sonrisa y hundió su lengua en la boca de él, recorriéndola a placer. Lo podía sentir por todos los poros de su piel, se estaba perdiendo en sus movimientos, ambos cuerpos vibraban a la vez. Ella aceleró el ritmo, los brazos de él la levantaron con más fuerza, ambos jadeaban rítmicamente a la par, mirándose intensamente y perdiéndose en los ojos del otro. Ella cada vez estaba enloqueciendo más, gotas de sudor caían por su frente. Él tenía todo el cuerpo empapado. Su ritmo cada vez era mayor y los brazos de Castle cada vez la levantaban y la atraían hacia él con más ímpetu. Kate gritó de placer, notando como el miembro de él seguía creciendo y endureciéndose más y más en su interior, golpeando su clítoris sin cesar. Él sintió que estaba a punto de explotar y volvió a gemir descontrolado, ella le acompañó con otro gemido. Ambos estaban a punto de llegar al clímax, Kate cerró los ojos y se arqueó hacia atrás, exhalando un grito desgarrador cuando él se derramó en ella... Una explosión de placer y sensaciones invadió sus cuerpos y ambos se convirtieron en uno solo...

Kate abrió los ojos y lo miró sonriendo, apoyando su frente en la de él, sin separar ni un músculo... Castle era el único que había conseguido volverla loca de aquella forma al hacer el amor, era el único que había conseguido poseerla de aquella manera, el único que había conseguido dominarle y sabía que no podía dejarle escapar...

Ambos clavaron sus miradas en el otro, adentrándose en sus pensamientos, sonriendo y susurrando a la par un “te quiero” que se grabó intensamente en su corazón...



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Ya dije que había de todo Vaya vaya, que pedazo genio que sacan... Ay lo que provocan sus peleas...

Espero que haya merecido la pena. Hasta la próxima!