Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
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Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
He aquí el capítulo 11. He de disculparme por algunas faltas ortográficas que he cometido en los capítulos anteriores (y que, curiosamente, tan solo descubro una vez subido el capítulo) :S. Espero que me creáis cuando os digo que se debe a que estoy muy cansada y que mi cerebro no trabaja como debiera... ^^ (WTF??) De todas maneras, espero que os guste! (Gracias por leer, con o sin errores ortográficos). No estoy demasiado inspirada estos días. La verdad es que me deprimo al ver lo bien que escribe la gente por aquí y las brillantes ideas que tienen... En fin, después de tanto rollo, espero que os guste el capítulo. Ps: se me piró mazo cuando escribí acerca del psicoanalista, su nombre es Carver, no Carter. “My fault”
-2:13 AM
Richard caminaba bajo la fina lluvia de la noche. Caminaba sin rumbo, y sin embargo, se sorprendió a sí mismo camino de su casa. Desde la calle vislumbró luz en su sala de estar. Comprobó, extrañado, la hora. Siendo tan tarde como era, no esperaba encontrarse a nadie levantado.
Para su gran sorpresa, fue Alexis la que acabó abriéndole la puerta. Vestía el pijama, pero no parecía cansada.
-¡Papá!-exclamó, lanzándose a su cuello.-¿Dónde has estado?
Richard palmeó con suavidad la parte superior de su cabeza y dijo sonriendo:
-He ido a dar una vuelta por ahí.
Pero Alexis le conocía lo suficientemente bien como para saber que mentía. Entrecerró los ojos y ladeó la cabeza como diciendo “¿En serio? ¿No tienes nada mejor?”. Richard sonrió con pesar, no quería preocupar a su hija. Aun así, ella leyó con precisión su expresión y aventuró:
-¿Beckett?-le había visto tantas veces discutir con la detective que sabía lo mucho que le afectaba. Tiró del extremo de su abrigo, haciéndo pasar hacia el recibidor. Aunque le apetecía mucho, se resistió a su abrazo.
-Ahora no. Luego.-se dio la vuelta mientras cogía el móvil del bolsillo de su abrigo. Tenía algo que hacer.
Si el no iba a poder protegerla, tendría que asegurarse de que alguien más lo hacía por él. No permitiría que acabase con su vida, aunque él no fuese a estar presente en ella nunca más. Era algo con lo que Castle no podría vivir. Se encerró en su despacho y permaneció a la espera de que Alexis se acercase sigilosamente para escuchar a escondidas. Pero no oyó nada al otro lado de la puerta. Richard se reclinó sobre la silla del escritorio y buscó un número en su agenda. Un número que tan solo había utilizado una vez.
-Señor Castle.-dijo una grave voz al otro lado de la línea. No parecía sorprendido.-¿A qué debo este honor?
-Beckett lo sabe.-se limitó a decir el escritor. Odiaba tener que llamar a aquel tipo del que tan poco sabía. Odiaba tener que confiar la seguridad de Kate a alguien así.
-¿Perdone?-preguntó la voz, como si no hubiese entendido.-¿Cómo ha dicho?
Castle resopló y, resignado, le puso al corriente de los últimos descubrimientos de su compañera. El señor Smith no le interrumpió en ningún momento. Se limitó a escuchar todo lo que el escritor le tenía que decir y, una vez hubo acabado, dijo:
-Gracias por manterme informado. Desde aquí me ocupo yo.-a Castle no le dio tiempo a reaccionar antes de que el misterioso hombre colgase el teléfono. Castle lo maldijo en voz baja antes de estrellar su teléfono contra la pared.
No debería haber confiado en él. ¿Quién sabía lo que se proponía? ¿Y si iban a por Kate de nuevo? A lo mejor todo había sido un engaño desde el principio y acababa de empeorar las cosas aún más. ¿Y si había puesto la vida de Kate en peligro? Desolado como estaba, se dejó caer con todo su peso sobre el respaldo de la silla y espiró fuertemente. Ya no había remedio. ¿O tal vez sí? ¿Y si avisaba a Kate? Era mejor que mantenerla ignorante de la situación... O tal vez tan solo supusiese la guinda en el pastel. Ya estaba suficientemente enfadada como para incrementar su ira. Tan solo serviría para que la detective se olviese más impaciente, más incauta. Lo único que conseguiría es que ella acabase haciéndose daño. No. Castle se frontó los ojos, intentando despejarse. Había sido un día largo y su cuerpo comenzaba a demandar su merecido descanso, pero el escritor estaba demasiado excitado como para pensar en irse a dormir. Tenía que dejar todo aquello bien atado.
De repente, se le ocurrió una idea. Pero no. No podía confiar en Esposito y Ryan, no esa vez. Aunque sabían que ambos querían lo mejor para la detective también sabía que los tres mantenían una relación casi fraternal. Conociéndoles, no iban a ser capaces de ocultar aquello a Beckett, no cuando sabían lo mucho que significaba todo aquello para ella. Castle se quedó sin opciones. No había nadie a quien pudiese acudir. La había cagado sin remedio.
Introdujo su mano en el bolsillo trasero de sus vaqueros y extrajo de él un arrugado pliego de papel. De lo único de lo que no se arrepentía era de haberle escrito la nota. Su nota de disculpa, su nota de despedida. Su confesión de amor. “Bueno, tal vez eso no.” pensó, entre divertido y nostálgico, el escritor. Le dolía no haber confesado el amor que profesaba hacia la inspectora, pero había temido que fuese demasiado para ella. No quería hacerle sentir ningún tipo de remordimiento, ninguna sentimiento de culpa que la obligase a volver a verle. Además, tenía la certeza de que el sentimiento no era mutuo. Y no se lo podía reprochar. Él se había lanzado sin reservas, sin artificios. Demasiado pronto, demasiado tarde. Poco importaba porque ella jamás se sentiría así por él. Por eso el escritor no pudo sino sonreír a su pesar y releer las palabras que se había negado a mostrar a la detective.
...Y aunque no sea el mejor momento, puede que sea el último. Llevo queriendo decirte esto desde hace ya mucho tiempo, pero nunca me he atrevido. Tal vez sea porque olvidaste la primera vez que me sinceré contigo. Debe de ser que no quiero quedarme con esto dentro de mí por más tiempo. Kate, tienes que saber que te amo. No sé por qué ni desde cuando. Tampoco creo que importe. Tampoco creo que vaya a cambiar nada entre nosotros. Aun así, siento la necesidad de decírtelo por escrito, ya que no me he atravido a decírtelo a la cara. Te quiero, Katherine Beckett. Ahí está, un pedazo de mí. Puede que eso sea de lo que más me arrepienta ahora mismo, de no haberte dicho cómo me siento. De eso y de haberte hecho daño, pero lo hice porque te quiero. Posiblemente la peor excusa que hubiese podido idear, aunque no por eso deja de ser verdad. Siempre fuiste la única, nunca vi a nadie más con los mismos ojos. Siempre estarás en mi corazón. Siempre.
Arrugó la nota y suspiró profundamente... Le dolía tener que hacer lo que iba a hacer. Pero debía decírselo. Como una vez le dijo ella, era su vida, y no su parque de juegos. Era lo suficientemente fuerte como para poder hacerse cargo de aquello. Obstinada, pero no estúpida. Si comprendía la gravedad de la situación, se pararía a escucharle.
Aun dudaba sobre si llamarla o no. Con suerte, no respondería al teléfono cuando viese que se trataba de él. Estaba deseando oír su voz, pero no quería tener que volver a ponerla en peligro. Aún así, debía hacerlo. Le haría escuchar, aunque ella no quisiera. Volvería a su casa si hiciese falta. Eso haría. Ni si quiera perdería un segundo más con aquella pantomima. Haría frente a aquel musculitos que la había acompañado a casa, fuese quien fuese. El coraje del escritor se tambaleó ligeramente al acordarse del hombre. No sabía si era el novio de Kate o tan solo un amigo. No sería la primera vez que le hubiese ocultado que mantenía una relación. Castle negó con la cabeza. “Da igual.” Y se levantó de un salto, saliendo por la puerta de la casa a toda prisa, sin darle tiempo a Alexis a preguntarle dónde iba.
Aún llovía, pero Castle apenas parecía darse cuenta, una nueva emoción embargaba su ser. Cogió el Ferrari, que descansaba aparcado frente al portal, esperando ser despertado de su letargo. Condujo con rapidez por entre las desiertas calles de Nueva York, con el corazón desbocado por la simple idea de volver a ver a su musa.
_3:08 AM
Kate colgó el teléfono, contrariada. Comunicaba. Esta interrumpción le dio tiempo para recapacitar acerca de lo que estaba a punto de hacer. Sentía una sensación extraña. Sentía como si quisiese desprenderse de su conciencia. Quería sentirse libre de responsabilidades. Quería sentir. Quería dejar de pensar. Y lo único que quería en ese momento era a Castle. Como si fuese una necesidad primaria, imperante. Aunque no se había desprendido por completo del sentimiento de desasosiego que le producía pensar que él la había traicionado, se sentía más ligera. Ligera y libre. No del todo, pero manifiestamente más feliz.
No quería perder aquella sensación. Temía que la abandonase y volviese a sumergirse en las ruinas de su vida, incapaz de salir de ellas. Necesitaba respirar, notar cómo el aire fluía por sus pulmones. En aquel momento tan solo podía verse a sí misma años atrás, cuando aún era una cría. Cuando, de vez en cuando, sentía unas irrefrenables ganas de correr calle abajo hasta quedar sin aliento. Le apetecía experimentar aquella sensación de nuevo. Como un acto reflejo, la Beckett del presente se levantó de la silla y corrió hacia el ascensor, sin importarle las miradas entre divertidas y extrañadas que le lanzaron unos agentes.
Una vez abajo, corrió hacia la salida sin despedirse de Donald, quien se sobresaltó por la repentina partida la inspectora.
Kate corrió calle abajo, dejando que sus pulmones ardiesen, dejando que el viento revolviese su pelo, dejando que sus ropas se empaparan bajo la fina lluvia que caía. Se dejó llevar por la emoción del momento, sintiendo el frío de la noche sobre su piel. Con las prisas, se había dejado la chaqueta encima del escritorio, pero no le importó notar cómo se le ponía la carne de gallina, cómo le iban recorriendo la espalda sucesivos escalofríos. Lo único que sentía era paz. Se sentía libre. Se sentía bien.
-3:27 AM
Castle se sentó en el bordillo de la acera, abatido. No le había abierto la puerta. No le cogía el teléfono. No paraba de llover y tenía pensado quedarse ahí mismo toda la noche. Hasta que ella le escuchase. Ni si quiera la había visto asomarse a la ventana para comprobar si era él. Era tan cabezota...
Alzó la cabeza hacia el cielo y frunció el ceño. Su cuerpo temblaba ligeramente por el frío y la humedad. No iba a ser una noche fácil...
-3:21 AM
Kate paró en seco, en mitad de la calle. Su agitada respiración la ahogaba. Sentía la boca seca. Giró la cabeza y comprobó que, como bien ella sospechaba, se encontraba a pocas calles de su apartamento. Sus piernas reclamaban descanso tras la agitada carrera y emprendió su camino hacia allí. De todas maneras, no estaba como para trabajar.
Suspiró, satisfecha, mientras notaba cómo las finas gotas de lluvia mojaban su cara. Se sentía tan liberada... Como si haber admitido por fin su amor por el escritor la hubiese puesto en libertad. Todavía le odiaba, le odiaba con todo su ser. Pero le amaba. Le amaba por encima de todo. Algo imposible de concebir, inimaginable, pero real. Su amor por Castle luchaba con furia contra el odio que le profesaba en aquellos momentos. Y la lucha estaba reñida.
Beckett dejó que su cabeza continuase torturándose en silencio. No le importaba ya nada. No le importaba porque había conseguido derrumbar su muro, y se sentía bien. Se sentía poderosa. Cuando llegó a su calle la lluvia comenzó a arreciar con más fuerza, por lo que la inspectora echó a correr en dirección a su portal. Mientras corría intentando evitar calarse entera, se resbaló con uno de los adoquines de la acera, con tan mala suerte que perdió el equilibrio y se tamabaleó peligrosamente hacia los lados. Justo cuando su cuerpo fue a chocar contra el encharcado suelo, unos fuertes brazos la asieron por los hombros. Kate se tambaleó sobre el desconocido, apoyando sus manos sobre su pecho, intentando recobrar el equilibrio.
-¿Está bien?-preguntó con voz preocupada el escritor, quien había visto cómo la joven había perdido el control de su cuerpo y había alargado los brazos, evitando que cayese contra el suelo.
Kate levantó la vista y ambos lanzaron un jadeo casi inaudible cuando sus miradas se encontraron. Pasaron unos segundos, incapaces de pronunciar palabra. La lluvia iba cayendo con fuerza sobre ellos sin que apenas lo notasen.
Beckett notó cómo su corazón palpitaba de manera desbocada, intentando salir de su pecho. Castle se había quedado sin palabras, creía estar viviendo una ilusión. Creía imposible que en verdad ella se encontrase en sus brazos, tan preciosa y perfecta como la recordaba. Se sintieron a salvo en los brazos del otro, juntos. Habrían deseado prolongar el momento para siempre... pero el momento pasó y Kate reaccionó. Sus mejillas se colorearon al darse cuenta de que aquello estaba pasando en realidad, al verse rodeada por los brazos del escritor, quien la continuaba aferrando con fuerza, protegiéndola.
Castle abrió la boca para hablar, pero no salió ningún sonido de ella. Al segundo intento consiguió balbucear:
-Kate...yo...
Kate, cuyas manos habían permanecido hasta el momento, se alzaron hacia la cara del escritor. Con un dedo le cubrió los labios.
-Shhh, Castle. No digas nada.-rogó con un hilo de voz. Su interior seguía debatiéndose entre si amarle u odiarle. Kate se despegó de su parte consciente y dejó paso a su lado más irracional, más pasional. Era incapaz de despegar su vista de los profundos y entristecidos ojos del escritor. Odiaba verlo sufrir. Sufrir por su culpa. Odiaba saber que sufría porque ella se negaba a darle lo que ambos se morían por hacer.
Castle, reacio a dejarla huir de nuevo, volvió a intentar explicarle todo. Quería sincerarse allí y ahora. No había otro momento. Volvió a abrir la boca para intentar hacerla entrar en razón...
Pero Beckett fue más rápida que él y pegó sus labios a los suyos, inconscientemente, antes de que él pudiese añadir nada más. Richard no supo cómo reaccionar a la insistencia de ella. Se había quedado de piedra, incapaz de actuar. Cuando Beckett acabó de besarle, alzó la vista y con ojos terriblemente torturados, susurró.
-Rick, te amo.
Castle sólo pudo ver cómo se movían los labios de ella. No escuchó sus palabras, no quiso escucharlas. Era demasiado doloroso todo aquello. Sabía que había perdido el norte, se había vuelto loco. Ella le había vuelto loco. Veía cómo ella le miraba, expectante. Esperó con impaciencia, unas palabras que se negaban a salir de la boca del escritor. Una lágrima cayó por la cara de la detective, fundiéndose con el agua de la lluvia, que ya les había empapado por completo. Kate se dio la vuelta, dirigiéndose hacia el portal, pero Castle la tomó por la muñeca y la atrajo de nuevo hacia sí.
Esta vez no se paró a pensar lo que estaba haciendo. Castle colocó sus manos sobre la cara de la inspectora. La observó durante apenas un segundo, recordando el momento en el que, años atrás, la había besado por primera vez. Los ojos de Kate, anegados en lágrimas, esperaban una reacción por parte de él. Castle odiaba hacerla sufrir así, no la merecía. Y pensando esto, acerco su rostro al de ella, fundiéndose en un tierno beso...
-2:13 AM
Richard caminaba bajo la fina lluvia de la noche. Caminaba sin rumbo, y sin embargo, se sorprendió a sí mismo camino de su casa. Desde la calle vislumbró luz en su sala de estar. Comprobó, extrañado, la hora. Siendo tan tarde como era, no esperaba encontrarse a nadie levantado.
Para su gran sorpresa, fue Alexis la que acabó abriéndole la puerta. Vestía el pijama, pero no parecía cansada.
-¡Papá!-exclamó, lanzándose a su cuello.-¿Dónde has estado?
Richard palmeó con suavidad la parte superior de su cabeza y dijo sonriendo:
-He ido a dar una vuelta por ahí.
Pero Alexis le conocía lo suficientemente bien como para saber que mentía. Entrecerró los ojos y ladeó la cabeza como diciendo “¿En serio? ¿No tienes nada mejor?”. Richard sonrió con pesar, no quería preocupar a su hija. Aun así, ella leyó con precisión su expresión y aventuró:
-¿Beckett?-le había visto tantas veces discutir con la detective que sabía lo mucho que le afectaba. Tiró del extremo de su abrigo, haciéndo pasar hacia el recibidor. Aunque le apetecía mucho, se resistió a su abrazo.
-Ahora no. Luego.-se dio la vuelta mientras cogía el móvil del bolsillo de su abrigo. Tenía algo que hacer.
Si el no iba a poder protegerla, tendría que asegurarse de que alguien más lo hacía por él. No permitiría que acabase con su vida, aunque él no fuese a estar presente en ella nunca más. Era algo con lo que Castle no podría vivir. Se encerró en su despacho y permaneció a la espera de que Alexis se acercase sigilosamente para escuchar a escondidas. Pero no oyó nada al otro lado de la puerta. Richard se reclinó sobre la silla del escritorio y buscó un número en su agenda. Un número que tan solo había utilizado una vez.
-Señor Castle.-dijo una grave voz al otro lado de la línea. No parecía sorprendido.-¿A qué debo este honor?
-Beckett lo sabe.-se limitó a decir el escritor. Odiaba tener que llamar a aquel tipo del que tan poco sabía. Odiaba tener que confiar la seguridad de Kate a alguien así.
-¿Perdone?-preguntó la voz, como si no hubiese entendido.-¿Cómo ha dicho?
Castle resopló y, resignado, le puso al corriente de los últimos descubrimientos de su compañera. El señor Smith no le interrumpió en ningún momento. Se limitó a escuchar todo lo que el escritor le tenía que decir y, una vez hubo acabado, dijo:
-Gracias por manterme informado. Desde aquí me ocupo yo.-a Castle no le dio tiempo a reaccionar antes de que el misterioso hombre colgase el teléfono. Castle lo maldijo en voz baja antes de estrellar su teléfono contra la pared.
No debería haber confiado en él. ¿Quién sabía lo que se proponía? ¿Y si iban a por Kate de nuevo? A lo mejor todo había sido un engaño desde el principio y acababa de empeorar las cosas aún más. ¿Y si había puesto la vida de Kate en peligro? Desolado como estaba, se dejó caer con todo su peso sobre el respaldo de la silla y espiró fuertemente. Ya no había remedio. ¿O tal vez sí? ¿Y si avisaba a Kate? Era mejor que mantenerla ignorante de la situación... O tal vez tan solo supusiese la guinda en el pastel. Ya estaba suficientemente enfadada como para incrementar su ira. Tan solo serviría para que la detective se olviese más impaciente, más incauta. Lo único que conseguiría es que ella acabase haciéndose daño. No. Castle se frontó los ojos, intentando despejarse. Había sido un día largo y su cuerpo comenzaba a demandar su merecido descanso, pero el escritor estaba demasiado excitado como para pensar en irse a dormir. Tenía que dejar todo aquello bien atado.
De repente, se le ocurrió una idea. Pero no. No podía confiar en Esposito y Ryan, no esa vez. Aunque sabían que ambos querían lo mejor para la detective también sabía que los tres mantenían una relación casi fraternal. Conociéndoles, no iban a ser capaces de ocultar aquello a Beckett, no cuando sabían lo mucho que significaba todo aquello para ella. Castle se quedó sin opciones. No había nadie a quien pudiese acudir. La había cagado sin remedio.
Introdujo su mano en el bolsillo trasero de sus vaqueros y extrajo de él un arrugado pliego de papel. De lo único de lo que no se arrepentía era de haberle escrito la nota. Su nota de disculpa, su nota de despedida. Su confesión de amor. “Bueno, tal vez eso no.” pensó, entre divertido y nostálgico, el escritor. Le dolía no haber confesado el amor que profesaba hacia la inspectora, pero había temido que fuese demasiado para ella. No quería hacerle sentir ningún tipo de remordimiento, ninguna sentimiento de culpa que la obligase a volver a verle. Además, tenía la certeza de que el sentimiento no era mutuo. Y no se lo podía reprochar. Él se había lanzado sin reservas, sin artificios. Demasiado pronto, demasiado tarde. Poco importaba porque ella jamás se sentiría así por él. Por eso el escritor no pudo sino sonreír a su pesar y releer las palabras que se había negado a mostrar a la detective.
...Y aunque no sea el mejor momento, puede que sea el último. Llevo queriendo decirte esto desde hace ya mucho tiempo, pero nunca me he atrevido. Tal vez sea porque olvidaste la primera vez que me sinceré contigo. Debe de ser que no quiero quedarme con esto dentro de mí por más tiempo. Kate, tienes que saber que te amo. No sé por qué ni desde cuando. Tampoco creo que importe. Tampoco creo que vaya a cambiar nada entre nosotros. Aun así, siento la necesidad de decírtelo por escrito, ya que no me he atravido a decírtelo a la cara. Te quiero, Katherine Beckett. Ahí está, un pedazo de mí. Puede que eso sea de lo que más me arrepienta ahora mismo, de no haberte dicho cómo me siento. De eso y de haberte hecho daño, pero lo hice porque te quiero. Posiblemente la peor excusa que hubiese podido idear, aunque no por eso deja de ser verdad. Siempre fuiste la única, nunca vi a nadie más con los mismos ojos. Siempre estarás en mi corazón. Siempre.
Arrugó la nota y suspiró profundamente... Le dolía tener que hacer lo que iba a hacer. Pero debía decírselo. Como una vez le dijo ella, era su vida, y no su parque de juegos. Era lo suficientemente fuerte como para poder hacerse cargo de aquello. Obstinada, pero no estúpida. Si comprendía la gravedad de la situación, se pararía a escucharle.
Aun dudaba sobre si llamarla o no. Con suerte, no respondería al teléfono cuando viese que se trataba de él. Estaba deseando oír su voz, pero no quería tener que volver a ponerla en peligro. Aún así, debía hacerlo. Le haría escuchar, aunque ella no quisiera. Volvería a su casa si hiciese falta. Eso haría. Ni si quiera perdería un segundo más con aquella pantomima. Haría frente a aquel musculitos que la había acompañado a casa, fuese quien fuese. El coraje del escritor se tambaleó ligeramente al acordarse del hombre. No sabía si era el novio de Kate o tan solo un amigo. No sería la primera vez que le hubiese ocultado que mantenía una relación. Castle negó con la cabeza. “Da igual.” Y se levantó de un salto, saliendo por la puerta de la casa a toda prisa, sin darle tiempo a Alexis a preguntarle dónde iba.
Aún llovía, pero Castle apenas parecía darse cuenta, una nueva emoción embargaba su ser. Cogió el Ferrari, que descansaba aparcado frente al portal, esperando ser despertado de su letargo. Condujo con rapidez por entre las desiertas calles de Nueva York, con el corazón desbocado por la simple idea de volver a ver a su musa.
_3:08 AM
Kate colgó el teléfono, contrariada. Comunicaba. Esta interrumpción le dio tiempo para recapacitar acerca de lo que estaba a punto de hacer. Sentía una sensación extraña. Sentía como si quisiese desprenderse de su conciencia. Quería sentirse libre de responsabilidades. Quería sentir. Quería dejar de pensar. Y lo único que quería en ese momento era a Castle. Como si fuese una necesidad primaria, imperante. Aunque no se había desprendido por completo del sentimiento de desasosiego que le producía pensar que él la había traicionado, se sentía más ligera. Ligera y libre. No del todo, pero manifiestamente más feliz.
No quería perder aquella sensación. Temía que la abandonase y volviese a sumergirse en las ruinas de su vida, incapaz de salir de ellas. Necesitaba respirar, notar cómo el aire fluía por sus pulmones. En aquel momento tan solo podía verse a sí misma años atrás, cuando aún era una cría. Cuando, de vez en cuando, sentía unas irrefrenables ganas de correr calle abajo hasta quedar sin aliento. Le apetecía experimentar aquella sensación de nuevo. Como un acto reflejo, la Beckett del presente se levantó de la silla y corrió hacia el ascensor, sin importarle las miradas entre divertidas y extrañadas que le lanzaron unos agentes.
Una vez abajo, corrió hacia la salida sin despedirse de Donald, quien se sobresaltó por la repentina partida la inspectora.
Kate corrió calle abajo, dejando que sus pulmones ardiesen, dejando que el viento revolviese su pelo, dejando que sus ropas se empaparan bajo la fina lluvia que caía. Se dejó llevar por la emoción del momento, sintiendo el frío de la noche sobre su piel. Con las prisas, se había dejado la chaqueta encima del escritorio, pero no le importó notar cómo se le ponía la carne de gallina, cómo le iban recorriendo la espalda sucesivos escalofríos. Lo único que sentía era paz. Se sentía libre. Se sentía bien.
-3:27 AM
Castle se sentó en el bordillo de la acera, abatido. No le había abierto la puerta. No le cogía el teléfono. No paraba de llover y tenía pensado quedarse ahí mismo toda la noche. Hasta que ella le escuchase. Ni si quiera la había visto asomarse a la ventana para comprobar si era él. Era tan cabezota...
Alzó la cabeza hacia el cielo y frunció el ceño. Su cuerpo temblaba ligeramente por el frío y la humedad. No iba a ser una noche fácil...
-3:21 AM
Kate paró en seco, en mitad de la calle. Su agitada respiración la ahogaba. Sentía la boca seca. Giró la cabeza y comprobó que, como bien ella sospechaba, se encontraba a pocas calles de su apartamento. Sus piernas reclamaban descanso tras la agitada carrera y emprendió su camino hacia allí. De todas maneras, no estaba como para trabajar.
Suspiró, satisfecha, mientras notaba cómo las finas gotas de lluvia mojaban su cara. Se sentía tan liberada... Como si haber admitido por fin su amor por el escritor la hubiese puesto en libertad. Todavía le odiaba, le odiaba con todo su ser. Pero le amaba. Le amaba por encima de todo. Algo imposible de concebir, inimaginable, pero real. Su amor por Castle luchaba con furia contra el odio que le profesaba en aquellos momentos. Y la lucha estaba reñida.
Beckett dejó que su cabeza continuase torturándose en silencio. No le importaba ya nada. No le importaba porque había conseguido derrumbar su muro, y se sentía bien. Se sentía poderosa. Cuando llegó a su calle la lluvia comenzó a arreciar con más fuerza, por lo que la inspectora echó a correr en dirección a su portal. Mientras corría intentando evitar calarse entera, se resbaló con uno de los adoquines de la acera, con tan mala suerte que perdió el equilibrio y se tamabaleó peligrosamente hacia los lados. Justo cuando su cuerpo fue a chocar contra el encharcado suelo, unos fuertes brazos la asieron por los hombros. Kate se tambaleó sobre el desconocido, apoyando sus manos sobre su pecho, intentando recobrar el equilibrio.
-¿Está bien?-preguntó con voz preocupada el escritor, quien había visto cómo la joven había perdido el control de su cuerpo y había alargado los brazos, evitando que cayese contra el suelo.
Kate levantó la vista y ambos lanzaron un jadeo casi inaudible cuando sus miradas se encontraron. Pasaron unos segundos, incapaces de pronunciar palabra. La lluvia iba cayendo con fuerza sobre ellos sin que apenas lo notasen.
Beckett notó cómo su corazón palpitaba de manera desbocada, intentando salir de su pecho. Castle se había quedado sin palabras, creía estar viviendo una ilusión. Creía imposible que en verdad ella se encontrase en sus brazos, tan preciosa y perfecta como la recordaba. Se sintieron a salvo en los brazos del otro, juntos. Habrían deseado prolongar el momento para siempre... pero el momento pasó y Kate reaccionó. Sus mejillas se colorearon al darse cuenta de que aquello estaba pasando en realidad, al verse rodeada por los brazos del escritor, quien la continuaba aferrando con fuerza, protegiéndola.
Castle abrió la boca para hablar, pero no salió ningún sonido de ella. Al segundo intento consiguió balbucear:
-Kate...yo...
Kate, cuyas manos habían permanecido hasta el momento, se alzaron hacia la cara del escritor. Con un dedo le cubrió los labios.
-Shhh, Castle. No digas nada.-rogó con un hilo de voz. Su interior seguía debatiéndose entre si amarle u odiarle. Kate se despegó de su parte consciente y dejó paso a su lado más irracional, más pasional. Era incapaz de despegar su vista de los profundos y entristecidos ojos del escritor. Odiaba verlo sufrir. Sufrir por su culpa. Odiaba saber que sufría porque ella se negaba a darle lo que ambos se morían por hacer.
Castle, reacio a dejarla huir de nuevo, volvió a intentar explicarle todo. Quería sincerarse allí y ahora. No había otro momento. Volvió a abrir la boca para intentar hacerla entrar en razón...
Pero Beckett fue más rápida que él y pegó sus labios a los suyos, inconscientemente, antes de que él pudiese añadir nada más. Richard no supo cómo reaccionar a la insistencia de ella. Se había quedado de piedra, incapaz de actuar. Cuando Beckett acabó de besarle, alzó la vista y con ojos terriblemente torturados, susurró.
-Rick, te amo.
Castle sólo pudo ver cómo se movían los labios de ella. No escuchó sus palabras, no quiso escucharlas. Era demasiado doloroso todo aquello. Sabía que había perdido el norte, se había vuelto loco. Ella le había vuelto loco. Veía cómo ella le miraba, expectante. Esperó con impaciencia, unas palabras que se negaban a salir de la boca del escritor. Una lágrima cayó por la cara de la detective, fundiéndose con el agua de la lluvia, que ya les había empapado por completo. Kate se dio la vuelta, dirigiéndose hacia el portal, pero Castle la tomó por la muñeca y la atrajo de nuevo hacia sí.
Esta vez no se paró a pensar lo que estaba haciendo. Castle colocó sus manos sobre la cara de la inspectora. La observó durante apenas un segundo, recordando el momento en el que, años atrás, la había besado por primera vez. Los ojos de Kate, anegados en lágrimas, esperaban una reacción por parte de él. Castle odiaba hacerla sufrir así, no la merecía. Y pensando esto, acerco su rostro al de ella, fundiéndose en un tierno beso...
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
veo que las promos te han inspirado =) me ha encantado este capitulo, enhorabuena =)
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
jajaja la verdad es que no he visto la prono porque prefiero q sea sorpresa aunq no te voy a negar q me ha sido imposible no ver algunas capturas del cap porque la gente lo sube a facebook, twitter etc!
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
yo no he visto ni promos ni nada, pero ahora mismo firmo porque el capitulo sea así. Me encanta
Muchas gracias
Muchas gracias
fandecastle- Ayudante de policia
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
preciosoooo me encanta sigue prontoo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
los momentos romanticos con la lluvia de pormedio.... diras ke se intensifican jajajaja precioso
castleaddict- As del póker
- Mensajes : 268
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 37
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Es mucho mejor la esperabcon un capitulo asi
Excelente
Excelente
silvanalino- Escritor - Policia
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Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
muy lindo,
muy tierno,
continua
pronto
muy tierno,
continua
pronto
chelcas- Escritor - Policia
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Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
genial sigue pronto!!!!!!!!!!!
beckett castle- Escritor novato
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Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Joder, y eso que no estas inspirada.. Cuando lo estes no se que pondras xD Me ha encantado, sigue pronto!
KBCAlways- As del póker
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Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
La oleada de pasión que les embargó segundos después sorprendió a ambos. Era la misma pasión que habían estado manteniendo a raya los últimos cuatro años. La misma pasión que llevó a la detective a introducir sus manos entre los cabellos del escritor mientras este, a su vez, la tomaba por la cintura, apretándola más contra él. Apenas eran conscientes de que seguían en la calle, en mitad de la noche, bajo una furiosa lluvia que cada vez arreciaba con más fuerza. Mientras se besaban apasionadamente, un rayo atravesó la oscuridad de la noche, seguido de un retumbante trueno que sobresaltó a los enamorados. Ambos rieron nerviosamente al verse repentinamente interrumpidos. Se miraron fijamente, intentando descifrar los pensamientos del otro. Richard apenas podía creerse que aquello estuviese pasando en realidad y era incapaz de apartar la vista de los ojos de la detective, que brillaban por la emoción. Kate, a su vez, observaba a Castle con intriga. Se moría por saber lo que se le estaba pasando por la cabeza en aquellos momentos... Quería conocer todo sobre él. Este pensamiento la llevó a volver a pegar sus labios a los del todavía desconcertado Rick.
La ferocidad con la que él respondió a sus besos provocó varios suspiros en la inspectora. No se podía creer que hubiese estado rehuyendo aquel momento durante tanto tiempo. Le parecía imposible pensar en otra cosa que en besarlo. Era adictivo.
Castle no pudo aguantar la necesidad de introducir una de sus manos bajo la empapada blusa de la detective. Era incapaz de detenerse en aquel instante. Lo había estado esperando durante tanto tiempo... y justo en aquel momento, justo cuando había pensado que la había perdido para siempre. Con su mano libre estrujó con fuerza el cuerpo de Beckett, que estaba prácticamente pegado al suyo, para sentirla más cerca. Parecían querer fundirse en uno. Era más que deseo, era pura necesidad. Habían esperado durante tanto tiempo...
Kate cada vez se sentía más desesperada por explorar el cuerpo de Castle. Cuando notó cómo su mano se deslizaba por debajo de su blusa, su piel estalló en llamas. Ardía por estar con él. Sus labios, húmedos a causa de la lluvia y de sus besos, no se despegaron en ningún momento. Las manos de Beckett recorrían, avariciosas, el rostro del escritor sin descanso. Juntos, fueron tambaleándose hasta que la espalda de él dió con la puerta del portal de la inspectora. Entonces, Kate se giró, despegándose del necesitado Castle mientras buscaba algo en el bolsillo de su pantalón.
-¿Qué haces?-gimió, desesperado, el escritor. No quería que ella le diese la espalda, la necesitaba como aire para respirar. Apartó el húmedo cabello de la detective, dejando a la vista su cuello, y apretó los dientes en torno a él.
Beckett gimió ante el contacto de sus dientes contra su piel. Aun así, no se dio la vuelta. Trataba de dar con las llaves, pero no las encontraba. No podía acordarse de dónde las había puesto... claro que con los besos que Castle iba depositando a lo largo de su espaldan era incapaz de concentrarse en algo concreto. Al igual que era incapaz de parar de lanzar suspiros... se sentía tan bien el contacto de los labios de él contra ella...
-¡Castle! Para...-suspiró, mientras se echaba ligeramente sobre el pecho del aludido.
-¿Por qué?-preguntó con cierta irritación. Por nada del mundo iba a detenerse. No ahora que por fin la tenía entre sus brazos.
-Necesito...concentrarme...-rogó con voz entrecortada.
Pero Castle hizo caso omiso a su interrupción. Continuó mordisqueándole el lóbulo de la oreja, el cuello, los hombros... Con gran esfuerzo, Kate consiguió girarse de nuevo, fundiéndose con él en un nuevo y ardiente beso. Richard intentó explorar la boca de la detective con la lengua, pero ella fue más rápida y consiguió pararle cuando mordió su boca, clavando fuertemente sus dientes contra la hinchada piel de su labio. Castle se echó hacia atrás, contrariado. Le había pegado un buen mordisco... La miró con el ceño fruncido, pero se quedó alelado viendo cómo ella le observaba con mirada seductora mientras posaba un dedo sobre la herida.
-¿Te he hecho daño, Rick?-preguntó con voz sensual. Acercó su boca a la de él, torturándole. Inclinó la cabeza, dejando al descubierto el cuello, sabiendo lo mucho que le enloquecía su perfume. Mientras el escritor acercó peligrosamente su boca a la clavícula de Kate, ella introdujo su mano en el bolsillo trasero de los vaqueros de él. El gesto no pasó desapercibido por Castle, quien empujó a Beckett contra la puerta mientras besaba con pasión la base de su cuello. Kate se dejó hacer, perdiendo el hilo de sus pensamientos, pero sin dejar de hurgar en el bolsillo del escritor.
Sus respiraciones cada vez se volvían más entrecortadas. Eran incapaces de parar. No había nada más que ellos. Por eso Castle no pudo evitar sino extrañarse cuando vió cómo Kate sacaba la cartera de su pantalón.
-¿Para qué la quieres?-ronroneó, confuso.
-Porque te necesito ya conmigo...-suspiró con deseo. Sentía las caricias del escritor por todo el cuerpo y era incapaz de concentrarse en nada más.-... y no tengo las llaves.
Al principio no entendió, pero cuando la vió introducir su American Express en el resquicio de la puerta y empujarla, Castle bufó, divertido. Se oyó un ruido seco y la puerta se abrió. La pareja se tambaleó dentro del lúgubre recibidor, que estaba a oscuras. Tanteando el camino consiguieron llegar hasta el ascensor, guiados por Kate, que intentaba no chocar contra nada mientras Castle seguía besándola sin descanso. La detecitive notaba cómo el calor iba aumentando en su cuerpo. Notaba cómo todas y cada una de sus terminaciones nerviosas chispeaban oleadas de calor, que se dispersaban por todo su cuerpo, embargando todo su ser. Besar a Castle era casi febril.
Se metieron dentro del ascensor a trompicones y aprovecharon la espera para explorar sus cuerpos mojados por la lluvia, ardientes por el deseo. Kate comenzó a desabrochar la camisa de Castle, que se dejó hacer mientras sus manos recorrían toda la anatomía de la inspectora. Mientras Kate estaba mordisqueando el pecho del escritor, el ascensor llegó a su planta. Kate comenzó a empujar a Castle fuera del ascensor, guiándole a duras penas hacia su casa.
Al llegar a la puerta del apartamento, Kate estampó con rudeza al escritor contra la pared. Apenas podía contener más sus ansias de hacerlo suyo. Alzó su brazo, tanteando el alero de la puerta, donde hacía innumerables años había escondido una llave de repuesto. Cuando al fin la encontró, sonrió mientras volvía a besarle. Sus labios, dulces, sabían a lluvia. La detective los repasó con la punta de su lengua, saboreándolos, mientras metía la llave dentro del cerrojo y giraba la mano. Cuando oyó el “clic” de la puerta al ceder, Castle rodeó las caderas de Kate e hizo girar a ambos dentro de la casa.
Ella se despegó de los labios de Richard, que la miró con deseo. Miró sus ojos, que brillaban a causa de la excitación. Castle, a su vez, la miró morderse el labio inferior.
-Kate...-ronroneó él con voz seductora. De repente, el frenesí que había sentido en el ascensor, se volvió a apoderar de ella, como una descarga eléctrica. Mientras le besaba con pasión, sus manos descendieron por su torso, llegando a su vientre. Comenzó a luchar contra el botón de su pantalón, que se resistía a dejarla conseguir su objetivo. El escritor aprovechó la situación para introducir tímidamente sus manos bajo la blusa de ella, acariciando su húmeda piel. Kate dejó su misión imposible y levantó las manos, mientras él le quitaba la ropa. La blusa cayó a sus pies y ambos se quedaron mirándose el uno al otro, en un repentino silencio. En la sala tan solo se oían sus agitadas respiraciones.
Kate apenas podía contener sus jadeos; notaba cómo su corazón luchaba por abrirse camino a través de su pecho. Le ardían las orejas y las mejillas. Por su parte, Castle, no podía dejar de observarla. Estaba maravillado. Se la había imaginado muchas veces así, y ahora estaba allí realmente, con él, semi desnuda... De pronto, bajó su vista hacia el pecho de la detective, que subía y bajaba rápidamente en un ritmo desacompasado. Pero apenas pudo admirar la belleza de su desnudez. Se quedó mirando fijamente con infinita tristeza la marca que la detective tenía en el pecho. La marca de la muerte. Kate, quien había logrado minimizar los embarazosos le observó extrañada hasta que comprendió qué miraba. Entoces, cubrió su pecho con ambos brazos, avergonzada. No se acordaba de aquella fea cicatriz que ahora adornaba su cuerpo. Se sintió vulnerable ante la mirada incrédula del escritor. Castle, que había observado la reacción de Beckett, se acercó a ella y la cogió por las muñecas, obligándole a descubrirse. Kate intentó negarse, pero al final se dejó hacer. Entonces, Richard volvió a clavar la vista en la herida. Parecía tan frágil... Soltó una de sus manos y le elevó el mentón con suavidad, mientras ella evitaba su mirada.
-Kate...-dijo con un hilo de voz. Aquella cicatriz le había hecho recordar lo cerca que había estado de perderla...
-Lo siento.-se disculpó ella. Sabía que la visión de la cicatriz era bastante desagradable y lamentaba haber sido tan descuidada. Inconscientemente se llevó una de sus manos al pecho, cubriendo de nuevo la cicatriz.
-¿Qué sientes?-preguntó, contratriado, él. Sabía que ella se avergonzaba de algo puesto que sus mejillas se habían tornado de un color rosado y había vuelto a apartar la vista, incómoda.
Pero Kate se negó a contestar, se soltó de él y se agachó para recoger la blusa del suelo. Se alejó unos pasos de donde estaba Richard, visiblemente estupefacto ante el giro inesperado que había tomado el momento. Kate se comenzó a abrochar los botones de nuevo, aún con la vista clavada en el suelo. De pronto, notó las manos de él sobre las suyas, impidiéndole continuar con su tarea.
-Kate, eres la criatura más hermosa que he conocido en mi vida...-susurró. Había comprendido la causa de su vergüenza. Kate levantó la vista, sintiéndose algo culpable. “Ahora le doy lástima...” pensó, dolida. Castle no atendió a la mueca en la que se transformó la cara de la detective...-Esa cicatriz me muestra lo fuerte que eres. Lo cerca que estuve de perderte para siempre. Me recuerda lo mucho que te quiero. Lo mucho que te necesito...-la voz del escritor tenía un deje de melancolía. No podía creer que ella se avergonzase por lo que él consideraba su mayor cualidad, lo que manifestaba su gran fortaleza...
La detective sintió un escalofrío cuando el aliento de Castle se pegó a su desnuda piel. Sus tiernas palabras la hicieron vacilar. Le miró a los ojos y no vió ningún atisbo de duda en su rostro. La miraba como encandilado, como si estuviese admirando una obra de arte. No mentía, de verdad la quería tanto como proclamaba, tanto como ella había temido. Tanto como ella deseaba...
-Castle...-alcanzó a murmurar antes de presionar con dulzura sus labios contra los de él. Era perfecto.
Aquel beso fue diferente. Más lento, más cuidadoso, pero a la vez más intenso. Más verdadero, camino de algo. Las manos de Castle acariciaban el rostro de Kate, quien sentía que no se merecía a alguien así. Poco a poco, Castle fue desabrochando de nuevo los botones de su blusa, despacio, sin prisas. Cuando volvió a relucir la cicatriz, Richard retiró una de sus manos del rostro de la chica y la posó con dulzura sobre su pecho, sintiendo los latidos de su corazón.
-Esto es lo más importante...-susurró con gratitud. Ella no entendió el significado de sus palabras, pero no le dio tiempo a preguntarle al respecto porque, en un repentino arranque de ferocidad, Castle agarró casi con violencia a Kate por la espalda, mientras que con la otra, sujetaba su muslo, colocando su larga pierna al rededor de su cintura. Kate, enrrolló su otra pierna de la misma forma en torno a él, mientras cubría de besos y caricias el cuello del escritor. Intentaron llegar al dormitorio, pero acabaron tumbados en el suelo del comedor, sobre una mullida alfombra de pelo.
El escritor desnudó por completo a la detective, y se detuvo un segundo para memorizar todas las curvas de su cuerpo, todos la belleza de su desnudez, intentando desentrañar todos los secretos de su ser... Quería memorizarla para siempre. Kate se sintió algo cohibida debido a la intensidad de la mirada de él, pero a la vez se sintió especial. Nadie le había mirado así nunca. Nadie la había amado así... Tumbada bajo él, alargó el brazo, atrayéndolo hacia sí por la nuca y le besó con deseo.
En el momento en el que sus labios se despegaron y sus miradas se encontraron, supieron que aquella noche cambiaría el resto de sus vidas... Y un segundo después ambos se fundieron en uno, amando al otro como ninguno de los dos lo había hecho nunca.
La ferocidad con la que él respondió a sus besos provocó varios suspiros en la inspectora. No se podía creer que hubiese estado rehuyendo aquel momento durante tanto tiempo. Le parecía imposible pensar en otra cosa que en besarlo. Era adictivo.
Castle no pudo aguantar la necesidad de introducir una de sus manos bajo la empapada blusa de la detective. Era incapaz de detenerse en aquel instante. Lo había estado esperando durante tanto tiempo... y justo en aquel momento, justo cuando había pensado que la había perdido para siempre. Con su mano libre estrujó con fuerza el cuerpo de Beckett, que estaba prácticamente pegado al suyo, para sentirla más cerca. Parecían querer fundirse en uno. Era más que deseo, era pura necesidad. Habían esperado durante tanto tiempo...
Kate cada vez se sentía más desesperada por explorar el cuerpo de Castle. Cuando notó cómo su mano se deslizaba por debajo de su blusa, su piel estalló en llamas. Ardía por estar con él. Sus labios, húmedos a causa de la lluvia y de sus besos, no se despegaron en ningún momento. Las manos de Beckett recorrían, avariciosas, el rostro del escritor sin descanso. Juntos, fueron tambaleándose hasta que la espalda de él dió con la puerta del portal de la inspectora. Entonces, Kate se giró, despegándose del necesitado Castle mientras buscaba algo en el bolsillo de su pantalón.
-¿Qué haces?-gimió, desesperado, el escritor. No quería que ella le diese la espalda, la necesitaba como aire para respirar. Apartó el húmedo cabello de la detective, dejando a la vista su cuello, y apretó los dientes en torno a él.
Beckett gimió ante el contacto de sus dientes contra su piel. Aun así, no se dio la vuelta. Trataba de dar con las llaves, pero no las encontraba. No podía acordarse de dónde las había puesto... claro que con los besos que Castle iba depositando a lo largo de su espaldan era incapaz de concentrarse en algo concreto. Al igual que era incapaz de parar de lanzar suspiros... se sentía tan bien el contacto de los labios de él contra ella...
-¡Castle! Para...-suspiró, mientras se echaba ligeramente sobre el pecho del aludido.
-¿Por qué?-preguntó con cierta irritación. Por nada del mundo iba a detenerse. No ahora que por fin la tenía entre sus brazos.
-Necesito...concentrarme...-rogó con voz entrecortada.
Pero Castle hizo caso omiso a su interrupción. Continuó mordisqueándole el lóbulo de la oreja, el cuello, los hombros... Con gran esfuerzo, Kate consiguió girarse de nuevo, fundiéndose con él en un nuevo y ardiente beso. Richard intentó explorar la boca de la detective con la lengua, pero ella fue más rápida y consiguió pararle cuando mordió su boca, clavando fuertemente sus dientes contra la hinchada piel de su labio. Castle se echó hacia atrás, contrariado. Le había pegado un buen mordisco... La miró con el ceño fruncido, pero se quedó alelado viendo cómo ella le observaba con mirada seductora mientras posaba un dedo sobre la herida.
-¿Te he hecho daño, Rick?-preguntó con voz sensual. Acercó su boca a la de él, torturándole. Inclinó la cabeza, dejando al descubierto el cuello, sabiendo lo mucho que le enloquecía su perfume. Mientras el escritor acercó peligrosamente su boca a la clavícula de Kate, ella introdujo su mano en el bolsillo trasero de los vaqueros de él. El gesto no pasó desapercibido por Castle, quien empujó a Beckett contra la puerta mientras besaba con pasión la base de su cuello. Kate se dejó hacer, perdiendo el hilo de sus pensamientos, pero sin dejar de hurgar en el bolsillo del escritor.
Sus respiraciones cada vez se volvían más entrecortadas. Eran incapaces de parar. No había nada más que ellos. Por eso Castle no pudo evitar sino extrañarse cuando vió cómo Kate sacaba la cartera de su pantalón.
-¿Para qué la quieres?-ronroneó, confuso.
-Porque te necesito ya conmigo...-suspiró con deseo. Sentía las caricias del escritor por todo el cuerpo y era incapaz de concentrarse en nada más.-... y no tengo las llaves.
Al principio no entendió, pero cuando la vió introducir su American Express en el resquicio de la puerta y empujarla, Castle bufó, divertido. Se oyó un ruido seco y la puerta se abrió. La pareja se tambaleó dentro del lúgubre recibidor, que estaba a oscuras. Tanteando el camino consiguieron llegar hasta el ascensor, guiados por Kate, que intentaba no chocar contra nada mientras Castle seguía besándola sin descanso. La detecitive notaba cómo el calor iba aumentando en su cuerpo. Notaba cómo todas y cada una de sus terminaciones nerviosas chispeaban oleadas de calor, que se dispersaban por todo su cuerpo, embargando todo su ser. Besar a Castle era casi febril.
Se metieron dentro del ascensor a trompicones y aprovecharon la espera para explorar sus cuerpos mojados por la lluvia, ardientes por el deseo. Kate comenzó a desabrochar la camisa de Castle, que se dejó hacer mientras sus manos recorrían toda la anatomía de la inspectora. Mientras Kate estaba mordisqueando el pecho del escritor, el ascensor llegó a su planta. Kate comenzó a empujar a Castle fuera del ascensor, guiándole a duras penas hacia su casa.
Al llegar a la puerta del apartamento, Kate estampó con rudeza al escritor contra la pared. Apenas podía contener más sus ansias de hacerlo suyo. Alzó su brazo, tanteando el alero de la puerta, donde hacía innumerables años había escondido una llave de repuesto. Cuando al fin la encontró, sonrió mientras volvía a besarle. Sus labios, dulces, sabían a lluvia. La detective los repasó con la punta de su lengua, saboreándolos, mientras metía la llave dentro del cerrojo y giraba la mano. Cuando oyó el “clic” de la puerta al ceder, Castle rodeó las caderas de Kate e hizo girar a ambos dentro de la casa.
Ella se despegó de los labios de Richard, que la miró con deseo. Miró sus ojos, que brillaban a causa de la excitación. Castle, a su vez, la miró morderse el labio inferior.
-Kate...-ronroneó él con voz seductora. De repente, el frenesí que había sentido en el ascensor, se volvió a apoderar de ella, como una descarga eléctrica. Mientras le besaba con pasión, sus manos descendieron por su torso, llegando a su vientre. Comenzó a luchar contra el botón de su pantalón, que se resistía a dejarla conseguir su objetivo. El escritor aprovechó la situación para introducir tímidamente sus manos bajo la blusa de ella, acariciando su húmeda piel. Kate dejó su misión imposible y levantó las manos, mientras él le quitaba la ropa. La blusa cayó a sus pies y ambos se quedaron mirándose el uno al otro, en un repentino silencio. En la sala tan solo se oían sus agitadas respiraciones.
Kate apenas podía contener sus jadeos; notaba cómo su corazón luchaba por abrirse camino a través de su pecho. Le ardían las orejas y las mejillas. Por su parte, Castle, no podía dejar de observarla. Estaba maravillado. Se la había imaginado muchas veces así, y ahora estaba allí realmente, con él, semi desnuda... De pronto, bajó su vista hacia el pecho de la detective, que subía y bajaba rápidamente en un ritmo desacompasado. Pero apenas pudo admirar la belleza de su desnudez. Se quedó mirando fijamente con infinita tristeza la marca que la detective tenía en el pecho. La marca de la muerte. Kate, quien había logrado minimizar los embarazosos le observó extrañada hasta que comprendió qué miraba. Entoces, cubrió su pecho con ambos brazos, avergonzada. No se acordaba de aquella fea cicatriz que ahora adornaba su cuerpo. Se sintió vulnerable ante la mirada incrédula del escritor. Castle, que había observado la reacción de Beckett, se acercó a ella y la cogió por las muñecas, obligándole a descubrirse. Kate intentó negarse, pero al final se dejó hacer. Entonces, Richard volvió a clavar la vista en la herida. Parecía tan frágil... Soltó una de sus manos y le elevó el mentón con suavidad, mientras ella evitaba su mirada.
-Kate...-dijo con un hilo de voz. Aquella cicatriz le había hecho recordar lo cerca que había estado de perderla...
-Lo siento.-se disculpó ella. Sabía que la visión de la cicatriz era bastante desagradable y lamentaba haber sido tan descuidada. Inconscientemente se llevó una de sus manos al pecho, cubriendo de nuevo la cicatriz.
-¿Qué sientes?-preguntó, contratriado, él. Sabía que ella se avergonzaba de algo puesto que sus mejillas se habían tornado de un color rosado y había vuelto a apartar la vista, incómoda.
Pero Kate se negó a contestar, se soltó de él y se agachó para recoger la blusa del suelo. Se alejó unos pasos de donde estaba Richard, visiblemente estupefacto ante el giro inesperado que había tomado el momento. Kate se comenzó a abrochar los botones de nuevo, aún con la vista clavada en el suelo. De pronto, notó las manos de él sobre las suyas, impidiéndole continuar con su tarea.
-Kate, eres la criatura más hermosa que he conocido en mi vida...-susurró. Había comprendido la causa de su vergüenza. Kate levantó la vista, sintiéndose algo culpable. “Ahora le doy lástima...” pensó, dolida. Castle no atendió a la mueca en la que se transformó la cara de la detective...-Esa cicatriz me muestra lo fuerte que eres. Lo cerca que estuve de perderte para siempre. Me recuerda lo mucho que te quiero. Lo mucho que te necesito...-la voz del escritor tenía un deje de melancolía. No podía creer que ella se avergonzase por lo que él consideraba su mayor cualidad, lo que manifestaba su gran fortaleza...
La detective sintió un escalofrío cuando el aliento de Castle se pegó a su desnuda piel. Sus tiernas palabras la hicieron vacilar. Le miró a los ojos y no vió ningún atisbo de duda en su rostro. La miraba como encandilado, como si estuviese admirando una obra de arte. No mentía, de verdad la quería tanto como proclamaba, tanto como ella había temido. Tanto como ella deseaba...
-Castle...-alcanzó a murmurar antes de presionar con dulzura sus labios contra los de él. Era perfecto.
Aquel beso fue diferente. Más lento, más cuidadoso, pero a la vez más intenso. Más verdadero, camino de algo. Las manos de Castle acariciaban el rostro de Kate, quien sentía que no se merecía a alguien así. Poco a poco, Castle fue desabrochando de nuevo los botones de su blusa, despacio, sin prisas. Cuando volvió a relucir la cicatriz, Richard retiró una de sus manos del rostro de la chica y la posó con dulzura sobre su pecho, sintiendo los latidos de su corazón.
-Esto es lo más importante...-susurró con gratitud. Ella no entendió el significado de sus palabras, pero no le dio tiempo a preguntarle al respecto porque, en un repentino arranque de ferocidad, Castle agarró casi con violencia a Kate por la espalda, mientras que con la otra, sujetaba su muslo, colocando su larga pierna al rededor de su cintura. Kate, enrrolló su otra pierna de la misma forma en torno a él, mientras cubría de besos y caricias el cuello del escritor. Intentaron llegar al dormitorio, pero acabaron tumbados en el suelo del comedor, sobre una mullida alfombra de pelo.
El escritor desnudó por completo a la detective, y se detuvo un segundo para memorizar todas las curvas de su cuerpo, todos la belleza de su desnudez, intentando desentrañar todos los secretos de su ser... Quería memorizarla para siempre. Kate se sintió algo cohibida debido a la intensidad de la mirada de él, pero a la vez se sintió especial. Nadie le había mirado así nunca. Nadie la había amado así... Tumbada bajo él, alargó el brazo, atrayéndolo hacia sí por la nuca y le besó con deseo.
En el momento en el que sus labios se despegaron y sus miradas se encontraron, supieron que aquella noche cambiaría el resto de sus vidas... Y un segundo después ambos se fundieron en uno, amando al otro como ninguno de los dos lo había hecho nunca.
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Perdonad mi falta de modales :S Muchas gracias por leer y espero que os guste! ^^
POR CIERTO, ESTE CAP LO COMENCÉ A ESCRIBIR ANTES DEL 4X23 POR ESO ES POSIBLE QUE SINTÁIS CIERTO DEJA-VU, PERO ES QUE ME GUSTABA LA IDEA QUE HABÍA COMENZADO Y ME DABA PEREZA TENER QUE DESECHAR TODO! SIENTO LAS MOLESTIAS ^^
POR CIERTO, ESTE CAP LO COMENCÉ A ESCRIBIR ANTES DEL 4X23 POR ESO ES POSIBLE QUE SINTÁIS CIERTO DEJA-VU, PERO ES QUE ME GUSTABA LA IDEA QUE HABÍA COMENZADO Y ME DABA PEREZA TENER QUE DESECHAR TODO! SIENTO LAS MOLESTIAS ^^
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Yo solo puedo poner: Me encanta como escribes, un capitulo estupendo.
Invitado- Invitado
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
En serio, no tengo palabras. Ha sido impresionante. Continua pronto!! Amo tu fic
KBCAlways- As del póker
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Localización : Granada
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Lejos el mejor capitulo, te superaste!!!!
Sin palabras...Siguelooooo
Sin palabras...Siguelooooo
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
me dejaaste sin palabras...
fantastico! (:
fantastico! (:
DannyyFranco- Policia de homicidios
- Mensajes : 686
Fecha de inscripción : 24/01/2012
Edad : 31
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
despues de ese te amo de kate i ese te quiero de rick estaran juntos no??
castlelover- As del póker
- Mensajes : 307
Fecha de inscripción : 26/02/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
castlelover escribió:despues de ese te amo de kate i ese te quiero de rick estaran juntos no??
que yo sepa, kate no le ha dicho " te amo" a no ser que mi subconsciente me haya traicionado mientras escribía... en cuanto a lo de si van a estar juntos... se verá, se verá, no seamos impacientes
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Te superaste en este capitulo... Me gusto mucho...
Precioso
Continualo pronto
Precioso
Continualo pronto
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
- Mensajes : 652
Fecha de inscripción : 07/10/2011
Edad : 30
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Muy bueno,
Continualo
Pronto
Continualo
Pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Sigue pronto!!!!!
eectcastle- Ayudante de policia
- Mensajes : 136
Fecha de inscripción : 06/04/2012
Edad : 37
Localización : Castellon
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
MUCHÍSIMAS GRACIAS POR TODOS LOS COMENTARIOSS! NO SABÉIS LO MUCHO QUÉ ME EMOCIONO CADA VEZ QUE VEO UNO ^^ SOLO DECIROS QUE ESTE SÁBADO HABRÁS CAPÍTULO NUEVO (NO HE PODIDO ESCRIBIR PORQUE ESTOY DE FINALES!!) GRACIAS POR LEER!! <3
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
Oh, my God!! tremendo capítulo que has colgado!!!..... excelente, excelente
Realmente produce una leve sensación de deja vú.
Espero con ansias la continuación
Saludos
Realmente produce una leve sensación de deja vú.
Espero con ansias la continuación
Saludos
Ange- Ayudante de policia
- Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 14/09/2011
Re: Castle---(Pasado por agua)/Atracción fatal--- CAPÍTULOS 1-17/ ACTUALIZADO (20/10)
hermosoooooooooooooooooooo !!!!!!!!!!!!!!!!!!! de verdad precioso, espectacular necesito el proximo capi ya !!!!!!!!!!!!!
castleaddict- As del póker
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Fecha de inscripción : 02/04/2012
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