(+18) La primera noche
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Re: (+18) La primera noche
Este capitulo arranca unas horas después de la ultima escena de sexo de la parejita. Lo sucedido en los capítulos siguientes sobre la foto, Alexis y Martha suceden a la vez que esa escena, aprovechando la diferencia horaria. He disfrutado mucho escribiendo esto, si disfrutáis leyendo, ya sabéis, dejad un comentario que es gratis. Un besito a tod@s.
-Despierta mi amor. –Acaricio con ternura su rostro, está profundamente dormida, no me extraña, hace solo unas horas hicimos el amor y ahora está agotada, pero tiene que despertar. O bueno… podría dejarla dormir y llevar a cabo mi plan mañana… se revuelve, empieza a abrir los ojos, despacio, adormilada. –Rick… ¿Qué hora es? –En su voz noto que tiene mucho sueño, pobre, quizás es mejor que la deje dormir, sacarla de la cama ahora parece demasiado cruel, aunque ya la he despertado… me mira, le cuesta abrir del todo los ojos. –Las cuatro de la mañana. –Se incorpora despacio, intentado entender. -¿Hay algún motivo en especial por el que me despiertes a estas horas? –Su voz es una mezcla de sueño, confusión y enfado. Mi querida gruñona. Acomodo un mechón de su cabello, jugando unos segundos con él y llevándolo después detrás de su oreja. Me sigue mirando, esperando una respuesta. –Tengo una sorpresa para ti y tenemos que salir a estas horas, pero si estás muy cansada y quieres seguir durmiendo podemos dejarlo para mañana. Todavía nos quedan cinco días en Roma. –Parece meditarlo, echa atrás la sábana y se sienta en el borde de la cama, buscando a tientas, aún medio dormida. -¿Qué buscas? –No contesta, se incorpora y sigue mirando por la habitación. Al final encuentra lo que estaba buscando, señala a la araña que cuelga del techo. -¿Te importa? –Miro sin entender, me rio, vaya puntería, me subo a la cama y tomo la prenda, dándosela, divertido. –Suerte que soy alto.
-La próxima vez me lo quitaré yo. –Respondo mientras que me dirijo al baño, con el sujetador en la mano. Me vuelvo para mirarle, aún sin terminar de despertar. – ¿Te importa si me ducho primero?-Niega, pero me pide que no tarde. La verdad es que estoy tentada de volver a la cama, taparme y seguir durmiendo, pero no quiero ofenderle y además, tengo curiosidad, aunque no voy a demostrárselo, lo castigaré un rato por haberme despertado. En la ducha el agua termina de despejarme y me doy cuenta de que no he cogido nada de ropa, además, no se que se le está pasando por la cabeza así que no se que ponerme. -¿Rick?, ¿te importaría traerme algo de ropa? –Salgo de la ducha, con una toalla en el pelo y envolviendo mi cuerpo con otra. Entra y me da la ropa, un vestido de tirantes sencillo, unas sandalias de tacón alto y un tanga negro, de encaje. Cojo este último y arqueo una ceja, mirándole, simulando estar molesta. Me mira, como un niño que ha tirado la harina al suelo de la cocina y pone carita de arrepentimiento, para que mamá no se enfade. –No sé qué te sueles poner con estos vestidos… así que…
-Vaya Ricky, hubiera preferido que me dijeras que te encanta como me sientan los tangas. –Me dice, con una voz sexy y a la vez burlona. Se ríe de mí, como de costumbre, parece que ya se le ha pasado el enfado por haberla despertado. Me sonríe y se da la vuelta, dejando la toalla en el lavabo, lentamente desliza el tanga por sus piernas, colocándolo. Dios… le sienta tan bien, se le cae la toalla del pelo al suelo y se agacha para cogerla, dándome una vista que pondría en peligro la moralidad de cualquier hombre. Coge la toalla y se da la vuelta, mordiéndose el labio. –Ya me he vengado, ahora fuera, déjame vestirme Castle. –Prácticamente me echa del baño, cerrando la puerta, escucho su risa, alegre, divertida. Niego con la cabeza con una sonrisa en los labios, esta mujer va a volverme loco. Sale unos minutos después, lleva el pelo recogido en una trenza desaliñada lateral, que le da un look juvenil. No se ha maquillado, solos los labios con su habitual tono suave. El vestido, como no podía ser de otra manera le sienta genial. Me sonríe. -¿Vamos? –Asiento y me dirijo a la puerta.
-Debería coger algo de abrigo… -Comento dudosa, pero él niega con la cabeza. –Hace mucho calor fuera, aquí no lo notamos por el aire, no te preocupes. -Cogidos de la mano salimos y llegamos hasta la Piazza Navona, que sigue igual que como la vimos hace unas horas. Los establecimientos ya están cerrados o están a punto, no hay mucha gente por la calle, alguna pareja que se va a casa o algún adolescente que llega tarde y le espera una charla sobre el peligro de las calles de madrugada. -¿Alguna vez ha llegado Alexis a estas horas a casa? –Se ríe, como si la pregunta fuera un buen chiste. -¿Alexis?, salvo la noche de graduación no recuerdo una sola en la que a las doce y media no estuviera en la cama. –Al hablar de su hija le brillan los ojos, se que la echa de menos, ayer hablaron y se quedó preocupado, dice que la nota rara. Acaricio su mano. –Tienes mucha suerte con ella. –Le comento, mientras que pasamos por la plaza del Panteón, completamente vacía. -Sí que la tengo.
-Espero que nuestros hijos sean así. –Freno de golpe. ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?
Suelta mi mano, lo miro horrorizada. ¡Dios! ¿He dicho lo que creo que he dicho? –Kate…
-Lo… lo siento Rick, olvídalo, no sé en que estaba pensando. –Camina con prisa delante de mí, va por la dirección equivocada, pero ahora eso no me importa en absoluto. Me apresuro a pararla, cogiéndola de la mano. –Espera, cariño. –Me mira avergonzada, parece al borde las lágrimas. Balbucea palabras sin sentidos, para sí misma, entre las que entiendo “estúpida”, “estabas pensando”, “como querer hijos contigo”. Hay un banco de piedra a pocos metros, la tomo de la mano y la llevo hasta el, obligándola a sentarse. Sigue hablando consigo misma. Tomo con decisión su rostro entre mis manos y hago que me mire a los ojos. –Kate, ya basta. –Un par de lágrimas amenazan con salir de sus ojos, acaricio su mejilla, esta enrojecida, casi febril. Habla en voz baja, parece arrepentida, avergonzada. –Lo siento… perdóname, no debería…
-No deberías ¿qué, Kate? –Me interrumpe, con tranquilidad y una amable sonrisa. Me limpio los ojos con el dorso de la mano. –Haberte dicho esto… lo entiendo… no te preocupes… -Se queda en silencio. ¿Por qué diablos habré dicho nada? ¡Estúpida!, ¡Estúpida, estúpida, estúpida! Su voz, cálida y suave interrumpe mis pensamientos. –Exactamente, ¿qué es lo que entiendes? –Lo miro, no quiero decirlo en voz alta, es demasiado doloroso, pero él sigue esperando, parece un poco, ¿confundido? –Que no quieras tener hijos conmigo… tienes a la hija perfecta, ¿Por qué ibas a querer ten… -Me hace callar posando con rabia sus labios sobre los míos, durante unos interminables segundos. Ahora soy yo la que estoy confundida.
-Dios Kate, no sé si reírme por lo tonta que estás siendo o enfadarme por lo que acabas de decir. –Sus ojos, confundidos, avergonzados y tristes me miran en silencio. Cojo su mano y hago círculos con mi pulgar, pero sin apartar la vista de ellos. –Kate, quiero tener hijos contigo, uno, dos, tres, los que tú quieras, eres la mujer de mi vida, te quiero y deseo una casa llena de niños correteando con tus preciosos ojos y tu increíble sonrisa. –Vuelve a llorar. Esta nueva Kate Beckett es más llorona de lo que pensaba. La abrazo, acariciando su espalda reconfortándola. Estamos así unos minutos, hasta que se separa, riendo entre lágrimas. –Soy una tonta, ¿verdad? –Asiento con la cabeza, con decisión, ganándome un golpe suave en el hombro. Me levanto y le tiendo mi mano, que acepta, mientras que con la otra se limpia la cara. –Supongo que coincidirás conmigo que este no es el mejor momento para hablar sobre los nombres de nuestro futuros hijos… -Se ríe, divertida, negando con la cabeza. -…además yo tenía una sorpresa preparada, ¿vamos? –Caminamos, pero apenas unos pasos más tarde ella se para y me mira. –Rick, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, gracias por ser como eres.
No contesta, se limita a perderse en mis ojos durante unos segundos y después besarme con infinita ternura. Luego volvemos hacia atrás, de nuevo hasta la plaza del Panteón, donde me lavo los ojos en la fuente, es una suerte que no lleve rímel. Callejeamos por el centro vacio de Roma cogidos de la mano. Hasta llegar a una esquina donde se para y me sonríe, sacando el mismo pañuelo que me puso unas horas antes, para hacerme el amor. Lo miro con curiosidad pero no hago preguntas, solo me doy la vuelta y dejo que me vende los ojos. Me acaricia cariñosamente los hombros y me da un beso en la mejilla. Camino cegada unos pocos metros, con el guiándome, sin soltarme, empiezo a oír un ruido agradable, debe de ser otra fuente como la de antes. –Ahora vamos a bajar unas escaleras, ten cuidado, deja que yo te guie cariño. –Despacio me ayuda a bajar, el ruido del agua se hace más fuerte, no es una pequeña fuente, eso desde luego. Toma mi mano izquierda y la sumerge en agua fresca, empiezo a adivinar dónde estamos. Se coloca detrás de mí y siento sus manos en el nudo del pañuelo. -¿Preparada? –Asiento, nerviosa, no puedo esperar más. –Es toda para ti.
Le quito la venda y suelta una exclamación de asombro. -¡Rick, es… preciosa! –El amor de mi vida parece ahora mismo una niña ilusionada, la Fontana de Trevi se alza sobre nuestros ojos, majestuosa, bella, elegante, limpia y clara y aunque parezca increíble, completamente solitaria. De día miles de turistas abarrotan este bello monumento, de noche otros cientos hacen lo mismo, pero una vez me aconsejaron venir muy de madrugada, para, con un poco de suerte, poder disfrutarla sin nadie alrededor y he querido compartir esta bella e increíble experiencia con ella. -¿Te gusta? –Asiente sonriendo. Me siento en un escalón y empiezo mi sesión de fotografías, hay momentos en la vida que valen la pena guardar para siempre con una imagen y no solo con un recuerdo y este es uno de ellos. Pasea una y otra vez admirando cada detalle, mojando su mano y haciendo pequeños dibujos en el agua, contando las monedas, todo sin parar de reír. Vuelve al centro, frente a mí y me mira, tendiéndome la mano. Pongo el temporizador de la cámara y la coloco a buena altura. Veinte segundos, tiempo de sobra para disfrutar de ella mientras que el aparato hace su trabajo. Acaricio su perfil, sus labios, choco suavemente su nariz con la mía, la oigo suspirar y la beso. Con tranquilidad, sin prisas, despacio. Paramos cuando nos quedamos sin aire, va hacia la cámara y mira la foto, me la enseña, como una adolescente enamorada. –Me encanta, estoy deseando revelarla. –Estoy de acuerdo. Busco en mi bolsillo y saco varias monedas de céntimo. -¿Sabes cómo se hace?
Asiento, cojo las monedas y me coloco de espaldas a la fuente. Me hace una señal para que espere mientras que vuelve a preparar la cámara. Miro las monedas, tengo tres en la mano. Recuerdo la leyenda. Con una volverás a Roma. Con dos te enamorarás de un romano. Con tres, te casarás con él. Lo miro pelearse con la cámara, dejo caer dos monedas al suelo, quedándome solo con una. -¿Ya? –Asiente y tiro la moneda con mi mano derecha, por encima de mi hombro izquierdo. No quiero un italiano, y mucho menos casarme con uno. Solo quiero volver a Roma con Rick. Cambiamos los papeles, pero él si echa tres monedas. Lo miro con el entrecejo fruncido, se ríe. –Son de parte de Alexis y de mi madre, para mí solo he tirado una. –Se acerca a mí y vuelve a besarme. Me separo. –Primero me haces el amor como nunca nadie lo había hecho, luego me ayudas a eliminar mis absurdas dudas y mis miedos, ahora me regalas la Fontana de Trevi. Jamás un hombre me había dado una noche así. Te quiero. Gracias, mi amor. –Acerca su boca a mi oído, su voz es un susurro y una caricia. –Siempre.
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-Despierta mi amor. –Acaricio con ternura su rostro, está profundamente dormida, no me extraña, hace solo unas horas hicimos el amor y ahora está agotada, pero tiene que despertar. O bueno… podría dejarla dormir y llevar a cabo mi plan mañana… se revuelve, empieza a abrir los ojos, despacio, adormilada. –Rick… ¿Qué hora es? –En su voz noto que tiene mucho sueño, pobre, quizás es mejor que la deje dormir, sacarla de la cama ahora parece demasiado cruel, aunque ya la he despertado… me mira, le cuesta abrir del todo los ojos. –Las cuatro de la mañana. –Se incorpora despacio, intentado entender. -¿Hay algún motivo en especial por el que me despiertes a estas horas? –Su voz es una mezcla de sueño, confusión y enfado. Mi querida gruñona. Acomodo un mechón de su cabello, jugando unos segundos con él y llevándolo después detrás de su oreja. Me sigue mirando, esperando una respuesta. –Tengo una sorpresa para ti y tenemos que salir a estas horas, pero si estás muy cansada y quieres seguir durmiendo podemos dejarlo para mañana. Todavía nos quedan cinco días en Roma. –Parece meditarlo, echa atrás la sábana y se sienta en el borde de la cama, buscando a tientas, aún medio dormida. -¿Qué buscas? –No contesta, se incorpora y sigue mirando por la habitación. Al final encuentra lo que estaba buscando, señala a la araña que cuelga del techo. -¿Te importa? –Miro sin entender, me rio, vaya puntería, me subo a la cama y tomo la prenda, dándosela, divertido. –Suerte que soy alto.
-La próxima vez me lo quitaré yo. –Respondo mientras que me dirijo al baño, con el sujetador en la mano. Me vuelvo para mirarle, aún sin terminar de despertar. – ¿Te importa si me ducho primero?-Niega, pero me pide que no tarde. La verdad es que estoy tentada de volver a la cama, taparme y seguir durmiendo, pero no quiero ofenderle y además, tengo curiosidad, aunque no voy a demostrárselo, lo castigaré un rato por haberme despertado. En la ducha el agua termina de despejarme y me doy cuenta de que no he cogido nada de ropa, además, no se que se le está pasando por la cabeza así que no se que ponerme. -¿Rick?, ¿te importaría traerme algo de ropa? –Salgo de la ducha, con una toalla en el pelo y envolviendo mi cuerpo con otra. Entra y me da la ropa, un vestido de tirantes sencillo, unas sandalias de tacón alto y un tanga negro, de encaje. Cojo este último y arqueo una ceja, mirándole, simulando estar molesta. Me mira, como un niño que ha tirado la harina al suelo de la cocina y pone carita de arrepentimiento, para que mamá no se enfade. –No sé qué te sueles poner con estos vestidos… así que…
-Vaya Ricky, hubiera preferido que me dijeras que te encanta como me sientan los tangas. –Me dice, con una voz sexy y a la vez burlona. Se ríe de mí, como de costumbre, parece que ya se le ha pasado el enfado por haberla despertado. Me sonríe y se da la vuelta, dejando la toalla en el lavabo, lentamente desliza el tanga por sus piernas, colocándolo. Dios… le sienta tan bien, se le cae la toalla del pelo al suelo y se agacha para cogerla, dándome una vista que pondría en peligro la moralidad de cualquier hombre. Coge la toalla y se da la vuelta, mordiéndose el labio. –Ya me he vengado, ahora fuera, déjame vestirme Castle. –Prácticamente me echa del baño, cerrando la puerta, escucho su risa, alegre, divertida. Niego con la cabeza con una sonrisa en los labios, esta mujer va a volverme loco. Sale unos minutos después, lleva el pelo recogido en una trenza desaliñada lateral, que le da un look juvenil. No se ha maquillado, solos los labios con su habitual tono suave. El vestido, como no podía ser de otra manera le sienta genial. Me sonríe. -¿Vamos? –Asiento y me dirijo a la puerta.
-Debería coger algo de abrigo… -Comento dudosa, pero él niega con la cabeza. –Hace mucho calor fuera, aquí no lo notamos por el aire, no te preocupes. -Cogidos de la mano salimos y llegamos hasta la Piazza Navona, que sigue igual que como la vimos hace unas horas. Los establecimientos ya están cerrados o están a punto, no hay mucha gente por la calle, alguna pareja que se va a casa o algún adolescente que llega tarde y le espera una charla sobre el peligro de las calles de madrugada. -¿Alguna vez ha llegado Alexis a estas horas a casa? –Se ríe, como si la pregunta fuera un buen chiste. -¿Alexis?, salvo la noche de graduación no recuerdo una sola en la que a las doce y media no estuviera en la cama. –Al hablar de su hija le brillan los ojos, se que la echa de menos, ayer hablaron y se quedó preocupado, dice que la nota rara. Acaricio su mano. –Tienes mucha suerte con ella. –Le comento, mientras que pasamos por la plaza del Panteón, completamente vacía. -Sí que la tengo.
-Espero que nuestros hijos sean así. –Freno de golpe. ¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?
Suelta mi mano, lo miro horrorizada. ¡Dios! ¿He dicho lo que creo que he dicho? –Kate…
-Lo… lo siento Rick, olvídalo, no sé en que estaba pensando. –Camina con prisa delante de mí, va por la dirección equivocada, pero ahora eso no me importa en absoluto. Me apresuro a pararla, cogiéndola de la mano. –Espera, cariño. –Me mira avergonzada, parece al borde las lágrimas. Balbucea palabras sin sentidos, para sí misma, entre las que entiendo “estúpida”, “estabas pensando”, “como querer hijos contigo”. Hay un banco de piedra a pocos metros, la tomo de la mano y la llevo hasta el, obligándola a sentarse. Sigue hablando consigo misma. Tomo con decisión su rostro entre mis manos y hago que me mire a los ojos. –Kate, ya basta. –Un par de lágrimas amenazan con salir de sus ojos, acaricio su mejilla, esta enrojecida, casi febril. Habla en voz baja, parece arrepentida, avergonzada. –Lo siento… perdóname, no debería…
-No deberías ¿qué, Kate? –Me interrumpe, con tranquilidad y una amable sonrisa. Me limpio los ojos con el dorso de la mano. –Haberte dicho esto… lo entiendo… no te preocupes… -Se queda en silencio. ¿Por qué diablos habré dicho nada? ¡Estúpida!, ¡Estúpida, estúpida, estúpida! Su voz, cálida y suave interrumpe mis pensamientos. –Exactamente, ¿qué es lo que entiendes? –Lo miro, no quiero decirlo en voz alta, es demasiado doloroso, pero él sigue esperando, parece un poco, ¿confundido? –Que no quieras tener hijos conmigo… tienes a la hija perfecta, ¿Por qué ibas a querer ten… -Me hace callar posando con rabia sus labios sobre los míos, durante unos interminables segundos. Ahora soy yo la que estoy confundida.
-Dios Kate, no sé si reírme por lo tonta que estás siendo o enfadarme por lo que acabas de decir. –Sus ojos, confundidos, avergonzados y tristes me miran en silencio. Cojo su mano y hago círculos con mi pulgar, pero sin apartar la vista de ellos. –Kate, quiero tener hijos contigo, uno, dos, tres, los que tú quieras, eres la mujer de mi vida, te quiero y deseo una casa llena de niños correteando con tus preciosos ojos y tu increíble sonrisa. –Vuelve a llorar. Esta nueva Kate Beckett es más llorona de lo que pensaba. La abrazo, acariciando su espalda reconfortándola. Estamos así unos minutos, hasta que se separa, riendo entre lágrimas. –Soy una tonta, ¿verdad? –Asiento con la cabeza, con decisión, ganándome un golpe suave en el hombro. Me levanto y le tiendo mi mano, que acepta, mientras que con la otra se limpia la cara. –Supongo que coincidirás conmigo que este no es el mejor momento para hablar sobre los nombres de nuestro futuros hijos… -Se ríe, divertida, negando con la cabeza. -…además yo tenía una sorpresa preparada, ¿vamos? –Caminamos, pero apenas unos pasos más tarde ella se para y me mira. –Rick, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, gracias por ser como eres.
No contesta, se limita a perderse en mis ojos durante unos segundos y después besarme con infinita ternura. Luego volvemos hacia atrás, de nuevo hasta la plaza del Panteón, donde me lavo los ojos en la fuente, es una suerte que no lleve rímel. Callejeamos por el centro vacio de Roma cogidos de la mano. Hasta llegar a una esquina donde se para y me sonríe, sacando el mismo pañuelo que me puso unas horas antes, para hacerme el amor. Lo miro con curiosidad pero no hago preguntas, solo me doy la vuelta y dejo que me vende los ojos. Me acaricia cariñosamente los hombros y me da un beso en la mejilla. Camino cegada unos pocos metros, con el guiándome, sin soltarme, empiezo a oír un ruido agradable, debe de ser otra fuente como la de antes. –Ahora vamos a bajar unas escaleras, ten cuidado, deja que yo te guie cariño. –Despacio me ayuda a bajar, el ruido del agua se hace más fuerte, no es una pequeña fuente, eso desde luego. Toma mi mano izquierda y la sumerge en agua fresca, empiezo a adivinar dónde estamos. Se coloca detrás de mí y siento sus manos en el nudo del pañuelo. -¿Preparada? –Asiento, nerviosa, no puedo esperar más. –Es toda para ti.
Le quito la venda y suelta una exclamación de asombro. -¡Rick, es… preciosa! –El amor de mi vida parece ahora mismo una niña ilusionada, la Fontana de Trevi se alza sobre nuestros ojos, majestuosa, bella, elegante, limpia y clara y aunque parezca increíble, completamente solitaria. De día miles de turistas abarrotan este bello monumento, de noche otros cientos hacen lo mismo, pero una vez me aconsejaron venir muy de madrugada, para, con un poco de suerte, poder disfrutarla sin nadie alrededor y he querido compartir esta bella e increíble experiencia con ella. -¿Te gusta? –Asiente sonriendo. Me siento en un escalón y empiezo mi sesión de fotografías, hay momentos en la vida que valen la pena guardar para siempre con una imagen y no solo con un recuerdo y este es uno de ellos. Pasea una y otra vez admirando cada detalle, mojando su mano y haciendo pequeños dibujos en el agua, contando las monedas, todo sin parar de reír. Vuelve al centro, frente a mí y me mira, tendiéndome la mano. Pongo el temporizador de la cámara y la coloco a buena altura. Veinte segundos, tiempo de sobra para disfrutar de ella mientras que el aparato hace su trabajo. Acaricio su perfil, sus labios, choco suavemente su nariz con la mía, la oigo suspirar y la beso. Con tranquilidad, sin prisas, despacio. Paramos cuando nos quedamos sin aire, va hacia la cámara y mira la foto, me la enseña, como una adolescente enamorada. –Me encanta, estoy deseando revelarla. –Estoy de acuerdo. Busco en mi bolsillo y saco varias monedas de céntimo. -¿Sabes cómo se hace?
Asiento, cojo las monedas y me coloco de espaldas a la fuente. Me hace una señal para que espere mientras que vuelve a preparar la cámara. Miro las monedas, tengo tres en la mano. Recuerdo la leyenda. Con una volverás a Roma. Con dos te enamorarás de un romano. Con tres, te casarás con él. Lo miro pelearse con la cámara, dejo caer dos monedas al suelo, quedándome solo con una. -¿Ya? –Asiente y tiro la moneda con mi mano derecha, por encima de mi hombro izquierdo. No quiero un italiano, y mucho menos casarme con uno. Solo quiero volver a Roma con Rick. Cambiamos los papeles, pero él si echa tres monedas. Lo miro con el entrecejo fruncido, se ríe. –Son de parte de Alexis y de mi madre, para mí solo he tirado una. –Se acerca a mí y vuelve a besarme. Me separo. –Primero me haces el amor como nunca nadie lo había hecho, luego me ayudas a eliminar mis absurdas dudas y mis miedos, ahora me regalas la Fontana de Trevi. Jamás un hombre me había dado una noche así. Te quiero. Gracias, mi amor. –Acerca su boca a mi oído, su voz es un susurro y una caricia. –Siempre.
Última edición por maria_cs el Jue Nov 01, 2012 2:16 am, editado 1 vez
SVV5- Escritor novato
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 19/02/2012
Edad : 26
Localización : Cataluña
Re: (+18) La primera noche
preciosoooooooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: (+18) La primera noche
Perfecto capitu con tanto amor y romance. Como me gustan a mi...y nunca pude ver la fuente sin turistas..quiero un hombre asiiiii y tmlambien tiraria una sola moneda.
gracias por compartir tan lindo capitulo
gracias por compartir tan lindo capitulo
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: (+18) La primera noche
QUE BONITO!!! Te a quedado muy romantico y tierno!
Me a gustado mucho que lo sepas y esto ultimo de la Fontana di Trevi e
ajajajaj
ME ENCANTAAA
Me a gustado mucho que lo sepas y esto ultimo de la Fontana di Trevi e
ajajajaj
ME ENCANTAAA
carly becket- Policia de homicidios
- Mensajes : 631
Fecha de inscripción : 19/10/2011
Edad : 28
Re: (+18) La primera noche
Me encantaass siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: (+18) La primera noche
precioso muy bonito que detalle, te echaba de menos gracias por seguir
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: (+18) La primera noche
No se puede describir mejor una escena por la noche en uno de los lugares más emblemáticos de Roma, increible María
Me encanta ese momento de confusión de Beckett cuando le dice lo de los hijos, ¿cómo se le pudo pasar por la cabeza que no quisiera tener hijos con ella si está loco por ella? Que mujer jaja
Precioso María, te superas, me encanta.
Sigue así, me tienes tan enganchada a tu fic que en cuanto he vuelto de las vacaciones me he puesto a leer tu último capítulo jeje
Continualo pronto
Me encanta ese momento de confusión de Beckett cuando le dice lo de los hijos, ¿cómo se le pudo pasar por la cabeza que no quisiera tener hijos con ella si está loco por ella? Que mujer jaja
Precioso María, te superas, me encanta.
Sigue así, me tienes tan enganchada a tu fic que en cuanto he vuelto de las vacaciones me he puesto a leer tu último capítulo jeje
Continualo pronto
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: (+18) La primera noche
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-¿Emma?-Me mira en silencio, está igual que siempre, el cabello perfectamente peinado, su ropa impecable, unos tacones de unos doscientos dólares, un correcto maquillaje, hermosa. Pero algo ha cambiado, en sus ojos no vive la habitual alegría que la caracteriza, que me enamoró de ella, que hizo que cambiase mi vida, que dejase a mi marido para vivir con una mujer. Ahora sus ojos están tristes y reflejan algo que no consigo descifrar, ¿arrepentimiento?, ¿miedo?, ¿cansancio? –¿Puedo pasar?-Susurra. Dudo un instante, mi plan de hoy consistía en comer comida china, compartirla con Milley, darme un baño caliente, leer un rato y ver una película. Ese es mi plan para mi día libre. Triste, ¿verdad? Quizás sea eso lo que me lleva a aceptar y hacerme un lado, dejándola pasar. Observa la comida, recién traída por el repartidor. -¿Has comido? –Niega, ladeando la cabeza, Milley se acerca y la olisquea, parece que la reconoce. Se sube a la silla, alzándose sobre las patas traseras, se apoya en el respaldo. Emma la acaricia, el animal ronronea, siento envidia por una gata. Triste, ¿verdad? –Siéntate, traeré vino. –Me mira, dudosa, sigue acariciando a la gata. –No puedo beber alcohol. –Me dice. Sorprendida me encojo de hombros y voy a la cocina, vuelvo con una jarra de limonada y dos vasos. Empiezo a abrir los envoltorios de la comida, ella aparta con suavidad a Milley de la silla y se sienta. La gata se sienta a nuestros pies, esperando el ritual de recibir algo de comida, aunque por una vez en muchos meses eso no va a pasar, hoy la compartiré con un ser humano. Comemos sin hablar, tiene la mirada perdida, me preocupa, rompo el silencio. -¿Qué tal Allison? –Alza la vista, esboza una triste sonrisa. –De viaje. Como siempre. –Asiento sin decir nada, cojo una galleta de la fortuna, la rompo y leo el papelito. “Si una segunda oportunidad llama a tu puerta, aprovéchala”. Perfecto, chinos adivinos, genial. Dejo el papel en la mesa y vuelvo a mirarla, sus ojos se clavan en los míos con intensidad, me hipnotizan. Basta, está casada, no te quiere, deja de hacerte estúpidas ilusiones. –Estoy embarazada. –Dejo lentamente el vaso de limonada que tengo en la mano. La miro con incredulidad. –No sabía que buscarais un bebé. –Me sonríe, otra vez tristemente, se encoge de hombros. –Se lo propuse y aceptó. Luego me enteré de que lo hizo para complacerme, ella no quiere hijos. –No sé qué decir. Eso explica su mirada triste y su… espera un momento. –Emma, ¿dónde está tu alianza? –Se levanta y me da la espalda, Milley la sigue, se sienta en el sofá con ella en su regazo, me mira y me hace un gesto, me siento a su lado. -¿Mi alianza? –Se ríe con amargura. –De viaje también. Se la di antes de que se fuera, ¿sabes lo que me dijo? –Niego con la cabeza, ansiosa. –Nada, no me dijo nada, me miró como si nada y se fue. Triste, ¿verdad? –Necesito unos segundos para asimilar esta información. Emma, el amor de mi vida, está aquí. Emma, la mujer que reorganizó mi vida, ha dejado a su mujer. Emma, está aquí, en mi casa, con mi gata y embarazada. –Lo siento. –Es lo único que puedo decir. Se encoge de hombros de nuevo. –Bueno, no hay mal que por bien no venga, ¿no? -¿Qué ha querido decir con eso? Me levanto incomoda, Milley me sigue con la mirada, su ronroneo es lo único que se oye en la casa. No puedo más. -¿Por qué estás aquí? –Pregunto, con cansancio y cierta rabia. Se levanta, el felino la sigue con la mirada, se acerca a mí. –Por ti. –Acaricia suavemente mi mejilla, tomo aire y lo suelto lentamente, tengo los ojos cerrados, pero los abro cuando noto su fresco aliento en mi boca, su rostro está a unos milímetros de mí. –Emma, yo… -Niega con la cabeza, me hace callar, toma mi rostro con ambas manos, pasan unos segundos interminables antes de que me bese, despacio, probando, hasta que soy yo la que enredo mis dedos en su pelo e invado su boca, con ansia. Nos separamos cuando nos quedamos sin aire, me sonríe y yo le respondo. Me toma de la mano y me lleva a mi dormitorio.
Última edición por maria_cs el Jue Nov 01, 2012 2:17 am, editado 1 vez
Re: (+18) La primera noche
Me he perdido algo, quien son estos 2 personajes???
castlelover- As del póker
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Re: (+18) La primera noche
castlelover escribió:Me he perdido algo, quien son estos 2 personajes???
Si no me equivoco, es Gates y la mujer de la que está enamorada, Emma
Tierno capítulo María, no me esperaba un capítulo dedicado a ellas dos, me has sorprendido y me ha gustado mucho. Al no tratarse nunca la vida personal de Gates, es fácil imaginar cualquier tipo de relación o de vida, y la vida es que el rumbo que le diste tu a su vida personal con el personaje de Emma me gusta mucho. Pero, ¿embarazada? ¿Eso quiere decir que ahora que están juntas veremos a Gates ejerciendo de madre? La verdad es que me encantaría, en la serie la pintan como un personaje de hierro, y eso de imaginársela en aspectos más tiernos me gusta
Espero que lo continues pronto María
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: (+18) La primera noche
castlelover escribió:Me he perdido algo, quien son estos 2 personajes???
En mi fic Gates es un ser humano y no una bruja sin alma y está enamorada de una mujer con la que salía cuando estaba en Asuntos Internos, pero lo dejaron cuando se fue a la 12. La chica se casó y Gates la echaba de menos pero ahora ha vuelto y etc. Espero que te haya aclarado un poco Gracias por leer
Re: (+18) La primera noche
Beckett_Castle_Alba escribió:castlelover escribió:Me he perdido algo, quien son estos 2 personajes???
Si no me equivoco, es Gates y la mujer de la que está enamorada, Emma
Tierno capítulo María, no me esperaba un capítulo dedicado a ellas dos, me has sorprendido y me ha gustado mucho. Al no tratarse nunca la vida personal de Gates, es fácil imaginar cualquier tipo de relación o de vida, y la vida es que el rumbo que le diste tu a su vida personal con el personaje de Emma me gusta mucho. Pero, ¿embarazada? ¿Eso quiere decir que ahora que están juntas veremos a Gates ejerciendo de madre? La verdad es que me encantaría, en la serie la pintan como un personaje de hierro, y eso de imaginársela en aspectos más tiernos me gusta
Espero que lo continues pronto María
Muchas gracias Alba, la verdad es que le estoy cogiendo cariño a esta Gates que me he inventado a la de la serie no la soporto, prefiero a Montgomery -.- Muchas gracias por leer y por comentar, que últimamente ando escasa de ánimos. Un beso
Re: (+18) La primera noche
Woow!!, de primero me perdi al leer el capitulo, pero termine deduciendo k era Gates y su novia!
Re: (+18) La primera noche
Me a encantado el capi, la verdad es que no me e planteado nunca la vida de Gates fuera del trabajo asi, me a gustado mucho!!
Esta Gates si que me gustaa!! ajajajajaa
Sigue prontito
Esta Gates si que me gustaa!! ajajajajaa
Sigue prontito
carly becket- Policia de homicidios
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Re: (+18) La primera noche
Muy buen capi !!!!
Pero me gusto mas el anterior , de todos modos muy bueno
Continua con el proximo ...
Pero me gusto mas el anterior , de todos modos muy bueno
Continua con el proximo ...
rickk y katee- Actor en Broadway
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Re: (+18) La primera noche
Lo primero, me ha encantado la frase de "perfecto, chinos adivinos"; quién no lo ha pensado alguna vez con esas galletitas o cuando de pronto enciendes la radio y escuchas justo la canción que te recuerda a algo concreto???
Lo segundo y más IMPORTANTE:
Lo tuyo es increíble, no sólo por la manera de escribir y transmitir las emociones de los personajes, pero esto ya te lo he dicho otra vez.
Creo, y te lo digo de verdad y de todo corazón, que de todos los fics que he leído, que han sido muchos, éste es de los más realistas, creo que de los más fieles (incluso con Gates, a la que me imagino ciertamente como la describes tú) y de los mejores escritos...
Y sin palabras me quedo para varios capítulos pero este último ya me dejó del todo sin ellas; perdona mi torpeza pero no puedo comentarlo, de verdad que no. Me ha parecido SUBLIME.
GRACIAS!!!
Lo segundo y más IMPORTANTE:
Lo tuyo es increíble, no sólo por la manera de escribir y transmitir las emociones de los personajes, pero esto ya te lo he dicho otra vez.
Creo, y te lo digo de verdad y de todo corazón, que de todos los fics que he leído, que han sido muchos, éste es de los más realistas, creo que de los más fieles (incluso con Gates, a la que me imagino ciertamente como la describes tú) y de los mejores escritos...
Y sin palabras me quedo para varios capítulos pero este último ya me dejó del todo sin ellas; perdona mi torpeza pero no puedo comentarlo, de verdad que no. Me ha parecido SUBLIME.
GRACIAS!!!
geonise- Ayudante de policia
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Re: (+18) La primera noche
Algo muy corto para no hacer esperar mas a los que aun comentáis en esta historia. Espero que os guste. Perdón por las tildes, pero mi teclado sigue estropeado.
Me mira en silencio, mientras que contemplo la hermosa vista. Apenas hay espacio, esto está lleno de turistas que al igual que nosotros no han querido perderse las vistas desde la cúpula de San Pedro. Admiro los jardines de los palacios, pero sobretodo la belleza de la Plaza de San Pedro, barroca, con la impresionante Columnata de Bernini, los brazos que acogen a la cristiandad. Me apoyo en la barandilla y me limito a mirar el paisaje, a los lejos veo el castillo de Sant´Angelo y el puente que une el Vaticano con Roma. Siento como me rodea con sus fuertes brazos y apoya mi cabeza en mi cuello, como si no hubiera nadie a nuestro alrededor. -¿En qué piensas? -Sonrío y niego con la cabeza, me doy la vuelta y lo miro, perdiéndome en sus ojos. -Nunca había estado tan cerca del cielo. -Es irónico, viviendo en Nueva York, la ciudad de los rascacielos, pero es así. Me sonríe.
-¿Sería incorrecto besarte en una Iglesia? -Le pregunto, ella niega. Me da igual que haya tanta gente, la tomo con delicadeza y la beso cariñosamente, disfrutando unos segundos de su aroma. Luego la suelto. -Ahora soy yo el que está en cielo. -Ambos nos reímos. Me toma de la mano y tras echar una última ojeada empezamos a bajar, con cuidado, pero soy torpe y me doy con el techo, tan bajo e inclinado, me mira preocupada. -¿Estas bien? -Asiento, mientras que me froto la cabeza, dolorido. Me acaricia con suavidad y luego sigue bajando, sin soltarme. Es agotador, una tortura y no estoy exagerando. Escaleras estrechas, en caracol, con tejados horriblemente inclinados y de poca altura, sensación de encierro, pero no es peor que la subida. No, la subida es mucho peor, el cansancio se nota cuando ya estás cerca. Pero llega el alivio cuando llegamos a los tejados de la basílica, donde puedo descansar y tomar el aire, aunque todavía queda mucho. Ella me señala un bar, situado en la terraza y asiento. Compramos un refresco para los dos y luego nos mojamos la cara en la fuente. Me mira con preocupación. -¿Estás cansado? -Le miento y digo que no. Ahora soy yo quien la coge de la mano y seguimos bajando, las escaleras son más amplias, pero apenas puedo dar un paso más. Me arrepiento profundamente de no haber pedido el viaje en ascensor, creyendo que con las escaleras lo disfrutaríamos más. Seguimos bajando, sin parar hasta que vemos una luz. Grito de alegría, ante la mirada burlona de un guardia y una sonrisa divertida de ella, que niega con la cabeza, reprendiéndome. Nos sentamos en un banco a descansar. -¿Sabes?, esto me ha recordado mucho a nuestra relación. -La miro extrañado, invitándola a seguir. -Ha sido difícil, doloroso, a veces pensaba en darme la vuelta y no seguir, pero ha merecido la pena, por lo que me esperaba tras la subida.
-El cielo. -Susurra. Asiento con la cabeza y por segunda vez en este recinto sagrado me toma de la nuca y me besa, con amor, ternura y cariño. Quizás sea una falta de respeto, pero pensándolo bien, ¿no predicaba Jesucristo el más puro amor?
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Me mira en silencio, mientras que contemplo la hermosa vista. Apenas hay espacio, esto está lleno de turistas que al igual que nosotros no han querido perderse las vistas desde la cúpula de San Pedro. Admiro los jardines de los palacios, pero sobretodo la belleza de la Plaza de San Pedro, barroca, con la impresionante Columnata de Bernini, los brazos que acogen a la cristiandad. Me apoyo en la barandilla y me limito a mirar el paisaje, a los lejos veo el castillo de Sant´Angelo y el puente que une el Vaticano con Roma. Siento como me rodea con sus fuertes brazos y apoya mi cabeza en mi cuello, como si no hubiera nadie a nuestro alrededor. -¿En qué piensas? -Sonrío y niego con la cabeza, me doy la vuelta y lo miro, perdiéndome en sus ojos. -Nunca había estado tan cerca del cielo. -Es irónico, viviendo en Nueva York, la ciudad de los rascacielos, pero es así. Me sonríe.
-¿Sería incorrecto besarte en una Iglesia? -Le pregunto, ella niega. Me da igual que haya tanta gente, la tomo con delicadeza y la beso cariñosamente, disfrutando unos segundos de su aroma. Luego la suelto. -Ahora soy yo el que está en cielo. -Ambos nos reímos. Me toma de la mano y tras echar una última ojeada empezamos a bajar, con cuidado, pero soy torpe y me doy con el techo, tan bajo e inclinado, me mira preocupada. -¿Estas bien? -Asiento, mientras que me froto la cabeza, dolorido. Me acaricia con suavidad y luego sigue bajando, sin soltarme. Es agotador, una tortura y no estoy exagerando. Escaleras estrechas, en caracol, con tejados horriblemente inclinados y de poca altura, sensación de encierro, pero no es peor que la subida. No, la subida es mucho peor, el cansancio se nota cuando ya estás cerca. Pero llega el alivio cuando llegamos a los tejados de la basílica, donde puedo descansar y tomar el aire, aunque todavía queda mucho. Ella me señala un bar, situado en la terraza y asiento. Compramos un refresco para los dos y luego nos mojamos la cara en la fuente. Me mira con preocupación. -¿Estás cansado? -Le miento y digo que no. Ahora soy yo quien la coge de la mano y seguimos bajando, las escaleras son más amplias, pero apenas puedo dar un paso más. Me arrepiento profundamente de no haber pedido el viaje en ascensor, creyendo que con las escaleras lo disfrutaríamos más. Seguimos bajando, sin parar hasta que vemos una luz. Grito de alegría, ante la mirada burlona de un guardia y una sonrisa divertida de ella, que niega con la cabeza, reprendiéndome. Nos sentamos en un banco a descansar. -¿Sabes?, esto me ha recordado mucho a nuestra relación. -La miro extrañado, invitándola a seguir. -Ha sido difícil, doloroso, a veces pensaba en darme la vuelta y no seguir, pero ha merecido la pena, por lo que me esperaba tras la subida.
-El cielo. -Susurra. Asiento con la cabeza y por segunda vez en este recinto sagrado me toma de la nuca y me besa, con amor, ternura y cariño. Quizás sea una falta de respeto, pero pensándolo bien, ¿no predicaba Jesucristo el más puro amor?
Última edición por maria_cs el Sáb Abr 20, 2013 3:25 am, editado 2 veces
Re: (+18) La primera noche
Uuuuf, me ha puesto los pelos de punta. Super bonito lo que le dice Kate jajaja me ha encantado la verdad. Creo que para nada es una falta de respeto. La espera había sido eterna pero me ha encantado, espero con ansia el siguiente, bueno como siempre
Continúa pronto...
Continúa pronto...
Invitado- Invitado
Re: (+18) La primera noche
ole ole y ole , hay estas tu dicendo que no es irrespetuoso , te apoyo en ese pensamiento , ademas me haparecido muy cokkie , aunque rik tienes que ponerte un poco mas en forma
rickk y katee- Actor en Broadway
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Re: (+18) La primera noche
Me gusta mucho, mucho, mucho!!!!
Sigue prontito, me dan igual las tildes, mientras oueda leer tu fic, estoy contenta
Sigue prontito, me dan igual las tildes, mientras oueda leer tu fic, estoy contenta
carly becket- Policia de homicidios
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Re: (+18) La primera noche
gracias por subir este poquito pero siempre bonito, me gusta todo lo que escribes, distintos y todos tan entretenidos que makina maria
choleck- Escritor - Policia
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Re: (+18) La primera noche
Mui xulooo
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