(+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
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Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Capítulo 14
No pude dormir en toda la noche, no dejé de dar vueltas en la cama. Cuando cerraba los ojos imágenes inquietantes de una cama con grilletes y Richard con un látigo de cuero se presentaban en mi cabeza, intentaba apartarlas, decirme a mí misma que no tenía que preocuparme, que eso jamás ocurriría, que no lo consentiría, pero luego las imágenes eran sustituidas por otras en las que yo estaba en esa cama, atada, recibiendo los azotes sobre mis pechos y lo peor de todo, disfrutando de ello.
A la mañana siguiente fui a la comisaría bastante más tarde de lo habitual y con unas profundas ojeras. Ryan y Esposito me miraron preocupados, pero no comentaron nada. Me informaron de que no había novedades y me preguntaron por el próximo paso a seguir, pero no supe que decir, me costaba concentrarme, pensar en la relación entre Richard y el caso no hacía más que ponerme nerviosa.
-¿Beckett, estás bien?
-Sí… sólo, necesito un segundo.
Los dejé allí, ignorando sus miradas y fui a la sala de descanso. Me apoyé en la encimera y respiré hondo varias veces, enfadada conmigo misma. Ahora no podía permitirme esas tonterías, tenía que resolver un caso. Volví con los chicos y me acerqué a la pizarra.
-Bien, la única persona con motivos para matar a Celia era Stewart, pero tiene coartada, no fue él.
-Al menos no físicamente –apuntó Ryan, asentí.
-Pensad, ¿quién más querría matarla?
-¿El segundo hombre? Aún no sabemos quién más se acostó con ella, puede que fuera él.
No contesté a eso, consciente de que estaba mintiendo a mi equipo y de que eso podría costarme el puesto. Tenía que decirles que Richard Castle era el segundo hombre, pero no podía… era incapaz.
-Me gustaría ver el vídeo del interrogatorio de ayer, Beckett, a lo mejor se te ha pasado algo… -comentó Esposito, tanteando. Lo miré fijamente, arrugando la frente y de repente me di cuenta, ¡el vídeo! Si los chicos los veían y escuchaban la conversación sabrían quién era el otro hombre… y también sabrían que yo les había ocultado información.
-No se me pasó nada… no es necesario que lo veas –dije, intentando controlar el tono de mi voz. Esposito insistió.
-Por intentarlo, quien sabe, algún detalle se te pudo haber pasado por alto…
-No se me ha pasad… espera un momento.
-¿Qué?
Pero no contesté, sí se me había pasado un detalle por alto, pero no en el interrogatorio. Fui rápidamente hacia el baño de mujeres, me aseguré de que estuviera vacío y atranqué la puerta, no quería que nadie me escuchase. Cogí el móvil y busqué su número, lo tenía aún en el buzón de los mensajes recibidos, le di al botón de llamar, con el corazón en un puño.
-Contesta… vamos contesta.
-¿Kate? –suspiré, aliviada de oír su voz.
-Richard, tengo que hablar contigo. Es importante.
-¿Qué sucede? ¿Estás bien?
-No se trata de mí, sino del caso.
-Te escucho.
-Bien, iré al grano. La forense encontró en el cuerpo de Celia restos de semen…
-Eso no tiene nada de raro, Kate; Celia y Troy no usaban condones.
-Pero tú si los usaste ayer, ¿verdad? Lo vi en el vídeo.
-Sí, los usé.
-¿Crees qué es posible que se rompieran?
-Lo dudo mucho Kate. Además ¿qué importa eso? Está claro que el sem…
-El ADN era de dos hombres diferentes.
-¿Cómo dices? –preguntó tras un largo silencio.
-Celia mantuvo relaciones con dos personas sin protección. Hubo un tercer hombre y probablemente fuera…
-El asesino –concluyó él fríamente. Entonces me percaté de que estaba enojado.
-Tengo que irme –dije, no sabía que decirle.
-Espera Kate, quien quiera que la matase no sólo la estranguló, también la violó.
-¿Qué te hace pensar eso?
-Sé de lo que hablo, te lo dije ayer, Celia estaba completamente sometida a Troy, jamás se hubiera acostado con otro hombre. –Salvo contigo, pensé con amargura.
-Está bien… lo tendré en cuenta. Adiós –colgué sin darle tiempo a responder. Me apoyé en el inodoro, me sentía mucho mejor, sabía que era absurdo teniendo en cuenta que ahora estaba incluso más lejos de resolver el caso, pero egoístamente era feliz, no tendría que decirle nada del interrogatorio a los chicos. De repente me acordé de los vídeos, no les había dicho nada, quizás los habían pedido. Fui hacia ellos, intentando disimular mi preocupación, pero cuando me acerqué a sus escritorios vi que estaban sorprendidos y también molestos.
-¿Qué pasa?
-Los vídeos de todos los interrogatorios de ayer, se han perdido.
-¿Cómo? –pregunté boquiabierta.
-Lo que oyes, parece que ayer hubo fallos en el sistema informático y se han perdido, no me lo puedo creer.
-Ya… -entonces recordé la visita de ayer de la inspectora de Asuntos Internos, ella había tenido algo que vez, pensé. ¿De qué conocería Richard a una inspectora de Asuntos Internos? Tendría que preguntárselo… eso no es asunto tuyo, me regañé.
-¿Y ahora qué?
-No te preocupes Esposito, no había nada que ver el vídeo, te lo he contado todo. Ahora tenemos otra prioridad, averiguar quién fue el segundo hombre, probablemente el asesino.
-¿No teníamos a Stewart como principal sospechoso? –me encogí de hombros, sin perder la compostura.
-Mi instinto me dice que fue el otro…
-¿Y cómo averiguamos quién es?
-Id a hablar con la amiga, preguntarle por compañeros de trabajo, antiguos novios… yo iré a hablar con Steward, a ver si se le ocurre alguien que quisiera matarla.
-Bien.
-¿Un tercer hombre? Eso es imposible –murmuró. Su abogado estaba a su lado, en silencio, mirándome fijamente, quizás esperando a que dijese algo inadecuado para pedirme que me marchase.
-Escuche, sabemos que Celia salió de su apartamento por la madrugada, fue a reunirse con alguien; creemos que ese alguien fue quien la asesinó.
-Celia jamás saldría a esas horas a reunirse con un hombre de forma voluntaria, no sin mi consentimiento –dijo, convencido. Asentí, no iba a discutírselo, después de haber visto el vídeo tenía claro el grado de sumisión de esa mujer.
-¿Por qué iría Celia a ver a un hombre sin su permiso? ¿Se le ocurre algún motivo?
-No… no se me ocurre ninguno… salvo…
-¿Sí? –le apremié.
-Salvo que se tratase de alguien de mi confianza, alguien que Celia también conociera.
-¿Alguien como Richard Castle? –sugirió el abogado. Ambos lo miramos fijamente, su cliente lo observó durante unos segundos, con los ojos entrecerrados…
-Richard sería incapaz de traicionarme así… él es mi amigo…
Contemplé a varios hombres, notando la tensión que había surgido de la nada, en ese momento sonó mi móvil. Era Esposito.
-Beckett.
-Escucha, hemos hablado con la amiga.
-¿Os ha contado algo interesante? –pregunté levantándome y alejándome un poco de ambos hombres.
-Sí, al parecer Celia estuvo saliendo con un hombre durante cinco años, pero lo dejó cuando conoció a Stewart.
-Ese es un buen móvil.
-Lo es, pero no fue el novio, murió hace dos semanas.
-¿Qué le pasó?
-Se suicidó.
-¿Cómo se llamaba? –pregunté tras asimilar la información.
-David Spencer.
-¿Spen… Esposito tengo que colgar.
Me acerqué de nuevo a ambos hombres. –Señor Stewart, ¿Celia conocía a su abogado?
-No, no lo conocía –respondió, sin dejar de mirar a su letrado; éste último se levantó, mirándome con indiferencia.
-¿Va a leerme mis derechos? –preguntó acercándose a mí, con los brazos estirados. Empecé a recitarlos, pero Troy Stwart nos interrumpió.
-¿Por qué lo hiciste?
-Ella dejó a su hijo para estar con usted –contesté yo.
-¿cómo…
-Mi hijo le dio todo… y la muy puta se lo pagó yéndose con el primer depravado que se le pasó…
-Maldito cabrón…
Pasé las tres horas siguientes ocupándome de todo, el papeleo, las llamadas al fiscal, la confesión por escrito. Por supuesto no pidió un abogado, no lo necesitaba. Confesó haber enviado un correo a Celia con el nombre de Richard Castle, la había engañado para que fuera a verlo por la madrugada, la había violado y después la había estrangulado, no sin antes decirle que su hijo había muerto por su culpa. Firmó la confesión sin que le temblara la mano, sin el menor arrepentimiento.
Cuando estaba a punto de irme Richard apareció en la comisaría, junto a su amigo. Se acercaron a mí y me obligué a mí misma a tratarlos como trataría a un familia de una víctima cualquiera. Le ofrecí la mano a Troy y este me la estrechó, dándome las gracias por haber conseguido la justicia que Celia se merecía. Después se marchó, tras dirigirle una mirada triste a su amigo, dejándome sola con Richard, tosí con incomodidad.
-Has hecho un gran trabajo –me felicitó.
-Gracias –respondí en tono cortante.
-Espero que le caigan muchos años.
-Probablemente hará un trato, es abogado, sabe lo que se hace.
-Ya…
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro.
-¿No os preocupa que hable sobre… vuestras prácticas sexuales?
-No lo hará –contestó.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Firmó un contrato de confidencialidad, si lo rompiera lo perdería todo.
-Vaya…
-Bueno, tengo que hablar con el capitán Montgomery.
-¿De qué tienes qué hablar con el capitán? –pregunté, inquieta. Sonrió y negó con la cabeza.
-Cosas nuestras, no te preocupes. Una vez más, excelente trabajo, inspectora Beckett –me tendió la mano, tal como había hecho Troy antes. Se la estreché durante unos segundos, lo suficiente como para que se oscurecieran sus ojos y me quemase con la mirada –estás tan cerca… -susurró antes de irse.
Vi cómo se sentaba en el sillón delante de la mesa del capitán, con una alegre sonrisa. Rápidamente cogí mis cosas y me marché, no quería estar allí cuando saliera del despacho. En cuanto llegué a mi acogedor y seguro apartamento me dirigí al baño y me duché, necesitaba liberar tensiones. Cuando el agua se hubo llevado hasta la última de mis preocupaciones salí, me puse unas mallas y una camiseta y cené los restos de la pasta que habían sobrado de la cena de ayer, la cena que él encargó. Comí con rapidez, no quería hacer nada que me recordase al escritor y luego me tumbé en el sofá, echándole un vistazo a la programación de la tele, pero no había nada. Me di cuenta de lo cansada que estaba y las ganas que tenía de ir dormir. Mientras que me lavaba los dientes oí el sonido del móvil al recibir un mensaje. Lo cogí con una mano mientras que con la otra sostenía el cepillo y lo abrí. Era él.
Te he abierto una cuenta de e-mail para que podamos comunicarnos. ¿Por qué no le echas un vistazo?
kate.beckett@mailbdsm.us Contraseña: I9FSJF7RI
Miré la pantalla del teléfono con indignación durante unos segundos, sintiendo como empezaba a hervir de rabia. Pulsé las teclas con rapidez y más fuerza de la necesaria, enfurecida.
No soy tu sumisa y no pienso usar ese correo, ya tengo uno.
Le di a enviar y aproveché para enjuagarme la boca, pensando en cambiar el enjuague bucal por vodka. Ese hombre sabía cómo ponerme al límite de mi paciencia, era desesperante. No tardó en llegarme su contestación.
Esta cuenta está creada a partir con un servicio de webmail personal, se ha ocupado un amigo mío y por tanto es más seguro. Lo que vamos a hablar por ahí no es algo para airear, ¿no crees?
Me preocupo por la seguridad de ambos, Kate. No seas terca.
¿Seguridad? ¿mailbdsm.us? ¿En serio? ¿Qué pensaría cualquiera que viera mi bandeja de entrada? PD: NO SOY TU SUMISA.
Dejé el móvil en la mesa, decidida a ignorarlo si contestaba, lo único que deseaba era meterme en la cama y cerrar los ojos, olvidarlo. Pero de nuevo sonó aquella música y sin poder evitarlo volví a mirar la pantalla.
Sólo es un correo Kate y tiene algunas normal para evitar problemas (te he mandado un e-mail con dichas normas). No eres mi sumisa, pero no he olvidado nuestra charla de ayer y sé que tú tampoco, mediante ese correo podría mandarte información y si tienes alguna duda o algo que opinar podrías hacerlo en cualquier momento. Vamos, al menos échale una ojeada.
Suspiré, empezaba a conocerle bien. Si no le contestaba por el maldito e-mail se pasaría toda la noche mandándome mensajes al móvil. Pensé en apagarlo, pero existía la posibilidad de que se presentase en mi casa. No era justo, yo no sabía dónde vivía él, jugaba con desventaja en todos los aspectos.
Encendí el ordenador y pinché encima de Google Chrome, pero me quedé bloqueada. ¿Qué debía poner en el buscador? Murmuré un insulto, frustrada, cogí el móvil y lo llamé.
-Kate, que agradable sorpresa, no esperaba que me llamases –dijo de buen humor.
-Te encantará saber que ahora mismo estoy poniéndote los ojos en blanco.
-Agradece que no lo estoy viendo –respondió, ahora con cierta frialdad.
-Lo que tú digas. Estoy en google, ¿cómo diablos me meto en el e-mail?
-Es como gmail o Outlook.
-¿Entonces pongo mailbdsm y me saldrá el servidor? ¿Eso te parece seguro?
-Pocas personas conocen la existencia de este servidor, todos personas de mi confianza, no te preocupes.
-No me convence esto…
-Confía en mí Kate, es más seguro que usar un servidor común. Échale un vistazo a las normas y respóndeme. Tengo que dejarte, mañana tengo que firmar un contrato de trabajo.
Colgó dejándome sorprendida. ¿Un contrato de trabajo? ¿Habría cambiado de editorial? ¡Qué me importaba a mí! Miré de nuevo el monitor, aún dudosa, pero al final tecleé de mal humor y pulsé el botón de ir. Ahí estaba, el servidor de webmail para pervertidos, aunque podía decir en defensa del creador que salvo el nombre no había nada raro en la página, el fondo era de color rojo liso, nada más. Escribí el correo que Richard me había dado y la contraseña y esperé. Era prácticamente como Outlook, pinché en “Bandeja de entrada”, dónde tenía almacenados dos mensajes, leí el e-mail: richard.castle@mailbdsm.us Claro, de quien iban a ser si no los mensajes… abrí el primero.
ASUNTO: Hola
Me alegro de que hayas aceptado el correo, me siento realmente complacido, buena chica Kate. Échale un vistazo al segundo mensaje, es sobre las normas y cuando lo hayas leído mándame un mensaje para saberlo.
Richard Castle, novelista de éxito y futuro amo de una hermosa inspectora.
-Voy a matarlo con mis propias manos… -mascullé, poniéndome roja de ira. Y sin embargo si había algo que odiase más que aquel mensaje era aquella minúscula parte de mí que estaba feliz por complacerle. Aparté esa idea de mi mente, indignada y escribí mi contestación ignorando el mensaje de las normas. ¿Buena chica? ¡Quien coño se creía que era!
ASUNTO: VOY ARMADA, RECUÉRDALO
Me alegro de que te sientas complacido, porque yo estoy furiosa y créeme no te conviene cabrearme así. Deja de jugar conmigo, Castle.
Kate Beckett, inspectora libre incapaz de dejar que un tío la someta.
No me dio tiempo de liberarme de mi enfado cuando me llegó un nuevo correo. Lo abrí, tras respirar profundamente.
ASUNTO: ¿QUIÉN HA DICHO QUE ESTÉ JUGANDO?
No juego contigo Kate, al menos no por ahora y cuando juguemos, te encantará. Tómate una copa, relájate y lee LAS NORMAS sobre el uso del correo.
PD: cada vez te tengo más cerca de donde quiero, quieres y tienes que estar. No sabes cuánto me alegra eso.
Richard Castle, novelista de éxito y futuro amo de una hermosa inspectora que va armada.
Matar es un delito… canturreé para mí misma. Deseaba una copa, la deseaba desde que había recibido su primer mensaje de móvil, pero por orgullo no pensaba tomármela. Miré la bandeja de entrada, coloqué el cursor sobre el segundo mensaje y estuve unos segundos indecisa, odiándome a mí misma por ceder en aquello. Pero tenía la sensación de que era la única forma de que me dejase en paz.
ASUNTO: NORMAS PARA EL CORRECTO USO DE ESTE E-MAIL
1- Sólo puedes usar este correo para comunicarte conmigo.
2- Sólo puedes utilizar este correo en público a través del teléfono móvil. NO LO USES EN NINGÚN ORDENADOR QUE NO SEA EL DE TU APARTAMENTO.
3- Nadie debe saber de la existencia de este servidor.
4- En caso de recibir algún mensaje que no sea mío, COMUNÍCAMELO INMEDIATAMENTE.
5- No borres tus mensajes, yo me encargaré de eso.
6- Puedes cambiar la contraseña si lo deseas por alguna más fácil de recordar, pero que sea segura. EN CASO DE CAMBIARLA COMUNÍCAMELO INMEDIATAMENTE.
Richard Castle, novelista de éxito y futuro amo de una hermosa inspectora.
Conté hasta diez para no descargar mi furia contra el ordenador antes de contestarle, cada mensaje que me mandaba me ponía más histérica que el anterior.
ASUNTO: VAS A NECESITAR UN CHALECO ANTIBALAS
1- No soy una niña.
2- No soy una niña.
3- NO SOY UNA NIÑA.
4- Mis mensajes los borraré yo, para esos son míos.
¿Por qué dices que cada estoy más cerca? ¿Sabes las ganas que tengo ahora mismo de dispararte?
No te molestes en contestarme al mensaje, me voy a dormir.
Kate Beckett, inspectora a punto de perder la paciencia.
Estiré los brazos y llevé el cursor hasta la esquina superior del monitor para cerrar la página, pero él fue más rápido que yo. Torcí el gesto, decidida a irme a la cama tras leer, sin dignarme a contestarle.
ASUNTO: ME COMPRARÉ EL CHALECO
Si fueras una niña no te haría todo lo que voy a hacerte cuando me des tu permiso. No borres los mensajes Kate y no es una petición.
¿Ganas de dispararme? Como quieras, pero a pesar de ello sigues ahí, leyendo y contestando, porque yo te lo he dicho. ERES UNA SUMISA NATURAL, aunque habrá que manejar tu genio…
Me excita sólo de pensarlo.
Buenas noches.
Richard Castle, novelista de éxito y futuro amo de una hermosa inspectora que va armada.
No lo aguanté más y me fui a la cama con los nervios a flor de piel. Odiaba a ese hombre, o mejor dicho quería odiarlo.
Esa noche tampoco dormí nada y antes de ir a comisaría pasé por una tienda de cosmética, necesitaba un buen antiojeras. Me lo apliqué en el garaje de la comisaría y luego subí, esperando que no se me notara mucho. Me dirigí al escritorio tras saludar con poco entusiasmo a los chicos; no me percaté de sus miradas nerviosas. No me había dado tiempo de sentarme cuando el capitán se asomó desde su despacho y me llamó. Fui hacia él sorprendida.
-¿Señor?
-Inspectora Beckett, permítame presentarle a nuestro nuevo colaborador civil, aunque ya lo conoce.
Sí, odiaba a ese hombre, profundamente.
Para que veáis que no soy tan mala, otro capítulo más de esta historia.
El caso habrá parecido soso, pero era sólo una excusa para introducir el tema del sado, aprovechando que este fic se basa en una serie policíaca, no sólo en el fic original de Amo del Univero (50 sombras).
Los mensajes fueron una petición de la bruja, que quería ver mensajes igual que entre Anastasia y Grey
Espero que os haya gustado
Última edición por maria_cs el Jue Mar 07, 2013 4:18 am, editado 11 veces
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Parece que no va estar tan mal esto de trabajar de noche y llegar a las tantas a casa. Llevo 2 dias con sorpresa muy buena, tus nuevos capitulos.
Este ha estado GENIAL, la comunicacion via e-mail, muy original. Castle colaborador civil?. Esto puede ser una sumision de dos vias, uno va a mandar en la cama y la otra lo va a tener bien atado en la comisaria.
Otra cosa, en vez de ser amigo del Alcalde parece que Castle podria tener un buen "CONTACTO" en Asuntos Internos. Bueno, bueno me parece que el gustan las mujeres con poder y que ante lo pierden.
Pues nada hasta la proxima.
Este ha estado GENIAL, la comunicacion via e-mail, muy original. Castle colaborador civil?. Esto puede ser una sumision de dos vias, uno va a mandar en la cama y la otra lo va a tener bien atado en la comisaria.
Otra cosa, en vez de ser amigo del Alcalde parece que Castle podria tener un buen "CONTACTO" en Asuntos Internos. Bueno, bueno me parece que el gustan las mujeres con poder y que ante lo pierden.
Pues nada hasta la proxima.
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Muy bueno,
Sigue
Pronto
Sigue
Pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
muy buen capítulo, me encanto. Mientras leía se me vino a la mente la cancion de pervet pop song de plastilina mosh, sí no la has oído te la recomiendo talvez te sirva de inspiración.
S.A.Castle- Escritor novato
- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 02/10/2012
Edad : 34
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
jjajajaajajajjaaa ke buenooo sigueeeeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
A partir de ahora no me va a dar ninguna pena que te pases las noches en vela. Se nota que es cuando mejor te fluye la inspiración. Muy bueno, continúa.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Me encanta, es genial. Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
me fascina esta historia
y ahora pegaditos toooddoo el tiempo, esto promete
y ahora pegaditos toooddoo el tiempo, esto promete
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Este capítulo es sencillamente genial. Cada vez me alegro más de que te animaras a hacer esta mezcla porque los capítulos son cada vez mejor. Me gusta que hayas seguido la idea de los mensajes por ese correo más seguro, y los mensaje me han encantado presiento que Kate va a usar esa dirección de email más de lo que hubiera imaginado jajaja
Y ahora lo tiene hasta en la comisaría. ¡Esto pinta cada vez mejor!
Espero que lo sigas pronto María.
Y ahora lo tiene hasta en la comisaría. ¡Esto pinta cada vez mejor!
Espero que lo sigas pronto María.
______________________
Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Prometo leer tu último capi cuando desconecte el ordenador y pueda hacerlo tranquilamente desde el móvil.
Pero como te debía un comentario, pues ahí va, genial el penúltimo y digo lo que Alba ¿de donde c... sacas tanto tiempo? y a esas horas... que aquí la que curra de noche soy yo!!!
María, todo lo que escribes es increíble y estoy segura que me gustará el último, creo que estos últimos días he comentado varias veces antes de leer.... pero es que si no lo hago... luego se dejan las cosas y .... en fin... sigueeeeee por Dios, con tus tres frentes.
Pero como te debía un comentario, pues ahí va, genial el penúltimo y digo lo que Alba ¿de donde c... sacas tanto tiempo? y a esas horas... que aquí la que curra de noche soy yo!!!
María, todo lo que escribes es increíble y estoy segura que me gustará el último, creo que estos últimos días he comentado varias veces antes de leer.... pero es que si no lo hago... luego se dejan las cosas y .... en fin... sigueeeeee por Dios, con tus tres frentes.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
MAÑANA POR LA TARDE-NOCHE SUBIRE EL SIGUIENTE DONDE EMPEZARÁ ÉL EROTISMO/PORNO
A PARTIR DE AHORA YA PUEDO DECIR OFICIALMENTE QUE EL FIC NO ES PARA NIÑOS
REPITO POR ÚLTIMA VEZ SI TIENES MENOS DE 15 AÑOS NO SIGAS LEYENDO
A PARTIR DE AHORA YA PUEDO DECIR OFICIALMENTE QUE EL FIC NO ES PARA NIÑOS
REPITO POR ÚLTIMA VEZ SI TIENES MENOS DE 15 AÑOS NO SIGAS LEYENDO
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Entonces voy a tener que dejarlo de leer, que pena con lo que me gustaba.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Impresionente tu combinación y te confesaré que me gusta más tu fic que los libros y sabes que los libros me gustan pero tu fic es mejor mucho más realista.
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
ya quiero leer
es el siguiente
capitulo
es el siguiente
capitulo
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Delta5 escribió:Entonces voy a tener que dejarlo de leer, que pena con lo que me gustaba.
Creo que con tu aviso yo también tendré que dejar de leerlo
No te pongas muy pornográfica por favor...
Algunos no tenemos edad... jajajaja
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Es que de María no me fío ni un pelo, es capaz de sonrojarme. Con lo casto y puro que soy yo.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Capítulo 15
Puse el móvil en silencio, estaba demasiado cansada como para hablar con nadie y Lanie me había advertido que me llamaría para pedirme explicaciones sobre mi nuevo compañero, explicaciones que yo no pensaba darle. Me dejé caer en la cama sin desnudarme, había sido un día realmente agotador. Noté la vibración del móvil, pero la ignoré, nada de amigas histéricas esa noche. Cinco minutos más tarde volvió a llamar, solté un gruñido, lo más práctico sería apagarlo, librarme así de tal pesadilla. Pero cuando cogí el teléfono para darle al botón de apagar me incorporé de golpe, no era Lanie, era él.
Me mordí el labio sin darme cuenta, sin saber si responder o no. Habían pasado tres días desde que el capitán me había comunicado que tendría un nuevo compañero, un compañero bastante peculiar, el mismo que soñaba con ponerme sobre su regazo y azotarme hasta enrojecerme la piel y desgraciadamente, el mismo que me hacía despertar cada noche empapada tras soñar con fustas, cadenas y sábanas de seda. Richard Castle era excitante, no sólo por su indudable atractivo, ni tampoco por ese encanto personal con el que se había ganado al capitán y a mis compañeros en sólo dos días, un encanto que dicho sea de paso, no utilizaba nunca conmigo. No, lo que le hacía excitante era su particular manera de disfrutar del sexo. No es que yo estuviera loca por probar ese tipo de relaciones, al contrario, me inquietaban e incluso me desagradaban, pero no podía negar que sentía curiosidad. Y esa curiosidad era la causante de mi agotamiento; sí, enfrentarse a Richard Castle, decirle una y otra vez que no quería saber nada de su mundo, aunque fuera por correo, era agotador, pero aún peor era decírmelo a mí misma. Al final decidí rendirme y una vez más cedí a sus deseos.
-Buenas noches –me saludó. No le contesté, apenas hacía un par de horas que nos habíamos visto, ¿qué querría de mí? –¿Kate?
-Estoy cansada Richard –me limité a responder.
-Lo sé, sólo te llamaba para darte las gracias –me sorprendió.
-¿Las gracias? ¿Por qué?
-Por dejar que sea tu compañero.
-Tampoco me has dado otra opción –repliqué, con cierta indignación, recordando esa sonrisa arrogante de tres días atrás.
-Señor, no puede hablar en serio.
-Beckett…
-Escuche, no es policía, ¿con qué derecho viene aquí y…
-Beckett escúcheme –me interrumpió, fruncí el ceño. A mi lado Richard sonreía tranquilamente, como si aquella conversación no fuera con él –el señor Castle se ha comprometido a donar una gran cantidad de dinero a nuestra fundación benéfica y basará un libro en usted. Imagínese la publicidad que dará ese libro a nuestra comisaría –dijo entusiasmado.
-Lo sé, pero…
-Pero nada, colaborará con él y no hay más que decir.
-¿Y si le sucede algo? –Pregunté -¡Me quitarían la placa por negligencia!
-Ya he firmado una clausula sobre ese tema, la comisaría no tendrá ninguna responsabilidad sobre lo que pueda ocurrirme. No te preocupes por eso –intervino él. Lo fulminé con la mirada, Montgomery sonrió y esperó, dándome la oportunidad de buscar una nueva queja, pero no la encontré. Apreté los dientes como una niña pequeña y me dirigí a mi escritorio.
-Kate, Kate ¿me estás escuchando?
Volví a la realidad y asentí con la cabeza, antes de darme cuenta de que no podía verme.
-Sí… perdona estaba… bueno qué más da.
-Te decía que no tienes que preocuparte por mí, Kate, no te daré ningún problema en el trabajo.
-Aunque los des no podré hacer nada –murmuré con amargura.
-Oye, sé que estás cabreada, pero…
-¿Pero qué, Richard? Vienes a comisaría, me obligas a trabajar contigo, me abres un e-mail sin preguntarme… ¿Quién te crees que eres? ¿Cuándo vas a darte cuenta de que no quiero ser tu sumisa?
Durante unos minutos no dijo nada, aunque podía oír por el teléfono su respiración; no sabría decir si estaba molesto o realmente enfadado, pero a decir verdad, en aquel momento me daba igual. Lo único que quería es que me dejase en paz.
-Esto no tiene nada que ver con la sumisión –dijo al fin. Bufé, dispuesta a contestar, pero se adelantó –es cierto. Llevaba semanas sin escribir, necesitando algo nuevo, algo que me animase a coger el portátil y empezar a teclear y de repente apareces tú, con ese genio, esa pasión y esa entrega al trabajo. Eres justo lo que necesito para mi libro, una inspectora dura de pelar, lista, hermosa, elegante y con mal carácter. Ya estoy harto de escribir novelas sobre agentes de la CIA y detectives que hacen milagros, ahora quiero algo más real y tú eres lo más real que he encontrado nunca –me dejó sin habla, incapaz de decir nada -.Aunque no te voy a negar que así también me siento mejor, eso de no poder verte siempre que quiera me estaba volviendo loco –ahí estaba el dominante otra vez.
-Lo sabía –resoplé. Él se rio -. Cambiemos de tema, ¿quieres?
-Claro. ¿Puedo hacerte una pregunta?
-¿Si te digo que no la harás de todos modos?
-No te quepa la menor duda.
-Adelante.
-¿Cómo se llamaba?
-¿Cómo dices? –pregunté desconcertada.
-El que te decepcionó. Antes cuando hablaste con la chica y le soltaste todo ese discurso, ¿a quién te referías?
-¡Que importa eso! –respondí, con incomodidad. No me gustaba hablar de eso, aún no sabía porque había sacado ese tema con esa joven, pero había sentido tanta lástima por ella… había sentido la imperiosa necesidad de ayudarla, aunque fuese diciéndole que los hombres son así, que te decepcionan sin tenerte en cuenta... y te hacen daño.
-Está bien, lo siento, no quería molestarte.
-Ya –le corté –estoy cansada Richard, buenas noches.
-Espera –me frenó antes de que pudiera colgar.
-¿Qué quieres ahora?
-¿Has vuelto a pensar sobre mi propuesta?
-No sé de qué me hablas –contesté.
-Sabes muy bien de que hablo.
-Ah, perdona, esa absurda sugerencia sobre someterme a ti y dejar que hagas conmigo lo que te plazca –ironicé –no, no he vuelto a pensar en ello –mentí.
-No te creo.
-Ese es tu problema.
-¿Por qué no reconoces al menos que lo has pensado?
-Porque no es cierto.
-Lo es y lo sabes, por eso respondiste a mis correos. Kate, sé que esto no es una decisión que puedas tomar a la ligera, pero por favor, sigue pensándolo, sabes que quieres hacerlo.
-No. Quiero. Hacerlo.
-Pero quieres probarlo –replicó –no te insistiría si no fuera así.
-Tú no me conoces.
-Sé cuándo una mujer está excitada, cuando se muere por probar algo nuevo. Sé que mi mundo es completamente nuevo para ti y por eso te atrae y te asusta tanto. Sé que llevas noches sin poder dormir, aunque intentes disimularlo con ese antiojeras. Sé que más de una vez te has acariciado pensando en mí, aunque jamás lo reconocerías. Sólo te pido que lo pienses seriamente, que consideres de verdad la posibilidad de probarlo, nada más.
-No funcionaría. Yo no soy como esas.
-¿Esas?
-Esas que esperan impacientes a que les des una orden para complacerte, las que se ponen en tu regazo sin dudar cuando les dices que merecen un castigo y aceptan los golpes sin rechistar. Yo no soy una de tus sumisas.
-Lo sé –repuso con sinceridad –y eso es lo que más me atrae de ti, Kate, que sería algo nuevo para mí también. Por favor, piénsatelo, funcionaría, estoy seguro.
No contesté, aparté el teléfono, no quería que notase como mi respiración se había acelerado. No quería ceder, no iba a ceder, yo no podía darle lo que él quería y él no me respetaría, no funcionaría. Y sin embargo seguía pensando en cómo sería, en cómo me sentiría obedeciendo… como me sentiría tras un castigo…
-Está bien, lo pensaré –dije al fin. Le oír reír, feliz y no pude evitar sonreír yo también; me gustaba su risa, era alegre, como la de un niño, nada que ver con el hombre que había azotado a una pobre chica en un vídeo. No era una pobre chica, me reprendí, ella estaba encantada.
-Me alegro Kate, me alegro mucho. Te prometo que no te molestaré mientras lo piensas, no quiero agobiarte.
-No sé por dónde empezar –dije.
-¿qué quieres decir?
-No sé cómo sería… como sería una relación de amo y sumisa contigo. Así no puedo pensar –reconocí.
-Entiendo, no te preocupes Kate, podemos solucionarlo. ¿Puedes quedar mañana para almorzar?
-Sí… -Lo malo de que trabajásemos juntos era que él sabía cuándo tenía el día libre.
-Comamos juntos, entonces, te mandaré mañana un correo con la dirección del restaurante. Piensa en lo que te preocupa sobre todo esto, que es lo que quieres saber y yo te responderé.
-¿Sin mentiras?
-Sin mentiras. Ya te lo dije, este tipo de relaciones se basan en la confianza.
-Creía que se basaban en el dolor –comenté.
-También –sentí un escalofrío cuando respondió. Era idiota, le había dicho que me lo pensaría y además había quedado con él para hablar cara a cara sobre el tema. ¿Qué iba a preguntarle? “¿Cómo vas a castigarme?”. Era ridículo.
-Escucha te mandaré al e-mail algunas sugerencias, podrías investigar por ahí. Quizás eso te aclare un poco las cosas.
-¿Sugerencias? –repetí.
-Libros… vídeos… páginas web…
-¿Vas a mandarme vídeos porno? –pregunté, perpleja.
-En realidad pensaba en erotismo, pero ahora que lo dices quizás el porno te sea más útil… -contestó, pensativo.
-Tampoco hay mucha diferencia.
-Oh, claro que la hay preciosa. Es como el fuego. El porno es explícito, enseña y muestra todo, te calienta en cuestión de segundos sin dejar lugar para la imaginación, como si pusieras la mano sobre una llama y te abrasaras. El erotismo es otra cosa. Algo mucho más sutil, sensual, que te calienta poco a poco…
-Como si te acercaras a la llama y mantuvieras la mano cerca… pero sin tocarla… -susurré.
-Exacto –respondió con voz ronca -. Es algo que te atrae, te sugiere lo prohibido, pero no lo enseña, tienes que imaginarlo. Cerca pero a la vez lejos, igual que tú.
-Richard…
-Te mandaré el correo en unos minutos Kate. Míralos antes de dormir –dijo, como si hubiera despertado de golpe -.¿Kate?
-¿Sí? –pregunté en voz baja.
-Buenas noches.
Dejé caer el teléfono y me levanté. Necesitaba ver aquel mensaje, sentía mucha curiosidad, ¿qué me sugeriría? Esperé con impaciencia, tal como haría una sumisa, pensé con cierta molestia, pero en ese momento eso me daba igual. El deseo y la curiosidad estaban ganando la partida. Pinché rápidamente sobre el nuevo mensaje.
ASUNTO: Sugerencias
Antes de leerlos quiero que tengas en cuenta que en estos libros se describe la sumisión de la forma más cruda y real. Ahora mismo tú eres completamente virgen en este tema y leerlos te va a resultar desagradable, pero quiero que lo hagas. Así te harás una idea de hasta qué punto puede llegar la sumisión. Pero no te preocupes, preciosa, nosotros no llegaremos hasta ese punto, no si tú no quieres. Los límites los marcas tú Kate, siempre. Ten por seguro que jamás cruzaré esos límites y tampoco te obligaré a hacer algo que no quieras.
-Historia de O.
-Diario de una sumisa.
Sé que te dije que te mandaría vídeos, pero por ahora prefiero que te centres en estos libros, al menos léete Historia de O. Más adelante ya veremos.
PD: te deseo Kate, no tienes ideas de las cosas que estoy deseando hacerte. Déjame demostrarte como sería.
Richard Castle, escritor de éxito y hombre que sueña con enrojecer tu piel.
Pinché en el primer documento, sintiendo como había conseguido su deseo, enrojecer mi piel, aunque no de la forma que él quería. Me ardían las mejillas al pensar en lo que Richard quería hacerme. El problema era que por mucho que me lo imaginase, no alcanzaba a ver cómo sería.
Mientras que se descargaba Historia de O decidí contestar a su mensaje bromeando; sabía que él deseaba una respuesta en la que confesase lo que sentía por él, pero no sería así.
ASUNTO: Debería darte vergüenza.
¿Te bajas libros por internet? Como escritor debería avergonzarte piratear con la literatura, que decepción.
Creo que no voy a comprar tu nuevo libro, no te lo mereces.
Kate Beckett.
Cuando lo mandé, el libro ya se había descargado. Arrastré el cursor para abrirlo pero Richard me mandó otro mensaje.
ASUNTO: Me hieres
Te mando dos libros eróticos y lo único que haces es acusarme de pirata… me siento ofendido…
Ahora en serio: sé perfectamente que estás deseando leerlo, no intentes disimular Kate, no me engañas.
PD: no los he descargado de forma ilegal, he pagado por ellos.
Richard Castle, escritor de éxito que desea ponerte sobre su regazo.
Pensé en escribir otro mensaje y mandarle a la mierda, pero él tenía razón, quería leer. Cómo me arrepentí.
-Que puntual –me sonrió –siéntate, por favor –añadió señalando el cómodo asiento de dos plazas que estaba enfrente del suyo. Pero no me moví. Negué con la cabeza.
-Sólo he venido para decirte que eres un psicópata, y que estás loco si de verdad piensas que voy a dejar que me hagas todo lo que se describe en ese libro.
Me giré y caminé hacia la salida de la acogedora sala que Richard había reservado, separada del resto del local. Pero no pude dar dos pasos cuando él me agarró y me inmovilizó, sujetándome con fuerza. Intenté soltarme con uno de mis movimientos, pero no surtió efecto. De repente sentí temor, no podía con él.
-Suéltame-le ordené, aunque me temblaba la voz.
-Te dije que no llegaríamos a esos extremos –dijo, sin soltarme –que tú pondrías los límites. Por favor, siéntate y hablemos, quiero saber todo lo que has sentido al leer esos libros.
-No, déjame salir o me pondré a gritar.
-Por favor Kate, no voy a hacerte nada, sólo vamos a hablar.
-¿Hablar? –Repetí, intentando no gritar; me solté con facilidad, él no me lo impidió -¿De qué coño quieres qué hablemos? ¿De cómo llevan a esa chica a una casa para que la violen y la torturen? ¿De cómo no hace nada sólo para que su novio sea feliz? ¿De cómo la marcan con un hierro cómo si fuera un animal? ¡Cómo puedes pensar siquiera que eso puede llegar a gustarme! –grité, mientras que un par de lágrimas caían por mis mejillas. Lo odiaba, lo odiaba profundamente por pensar que yo podría llegar a ser cómo la protagonista de ese libro. Y me odiaba a mí misma, por llorar delante de él, por mostrarme débil.
Richard no dijo nada, se limitó a mirarme mientras que yo seguía llorando. Y entonces se acercó a mí y me abrazó. Al principio me resistí, no quería que me tocase, pero aquellos brazos eran fuertes y sin saber por qué, me sentía bien en ese cálido abrazo. Caminó conmigo hasta la mesa y se sentó, conmigo a su lado, casi sentada sobre él. Lloré profundamente, descargando todo el agotamiento, la tensión, el miedo, todas las sensaciones que me habían invadido durante esos días. Richard se mantuvo callado, frotando con suavidad mi espalda, hasta que poco a poco me fui calmando. Me miró con amabilidad y me entregó un vaso de agua. La bebí en pequeños sorbos, sin poder mirarlo a la cara.
-¿Estás mejor? –preguntó con suavidad.
-No lo sé –respondí. Esa no era yo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había llorado así delante de un hombre, mostrándome tan débil. Aquella otra vez había sido mi padre quien me había abrazado y me había dicho palabras de consuelo, pero entonces había llorado por ella, por mi madre. Me sentía tonta, me había dejado consolar por el culpable de mis lágrimas, aquello no era normal. Tenía que irme, apartarme de él, pero no podía, no quería.
-Lo siento –alcé la mirada, sorprendida. Richard me acarició con suavidad las mejillas, limpiando mis lágrimas –no debería haberte sugerido ese libro, creo que era demasiado.
-¿Eso es lo qué quieres hacerme? –pregunté, entristecida. Sabía que era un amo, que disfrutaba causando dolor para provocar placer y también que le gustaba castigar, pero lo que había leído en aquel libro… era inhumano. No podía creer que él deseara aquello, que realmente quisiera tratarme así.
-No Kate, claro que no –lo miré a los ojos, parecía sincero –. Todos tenemos un límite, tanto los sumisos como los amos. Quería que leyeras Historia de O porque sé que… este tipo de vida te asusta…
-Ahora me horroriza –contesté. Él asintió.
-Precisamente por eso quería que lo leyeras. Tienes en mente una imagen sobre la sumisión relacionada con la crueldad, la humillación… una imagen donde la vida de la sumisa no vale nada, eso es lo que te asusta. Esa es la imagen que se da en el libro. Pero no es cómo yo lo veo. Para mí tu vida y tu dignidad tienen un valor incalculable, jamás te obligaría a acostarte con otros, ni te marcaría con un hierro como si fueras un animal.
-Pero me pegarías… -respondí.
-Sí, te pegaría.
-¿Ves?, es eso lo qué me impide aceptar. Yo… yo mentiría si te dijera que no me… que no quiero probar una sesión contigo… no sé si me gustaría, pero no me importaría probar. He soñado con ello Richard –le confesé, aunque él ya lo sabía –sueño con que me atas y me azotas, pero en mis sueños lo haces para que disfrute.
-Sería así –aseguró.
-No, no sería así. Si sólo fuera eso ahora estaría atada y esperando impaciente a que empezases el juego, pero lo que tú quieres es algo más. Quieres que te obedezca, quieres poseerme, en cuerpo y alma y no puedo, no quiero hacerlo.
-¿Y si te dijera que podrías con ello?
-No se trata de que pueda o no, estoy segura de que si me lo propusiera podría someterme.
-¿Entonces?
-No quiero hacerlo -repetí.
-Kate, creo que hay algo que no estás teniendo en cuenta –lo insté a continuar, aunque con poco entusiasmo.
-Ahora mismo crees que si aceptaras te trataría como a cualquier otra sumisa, ¿me equivoco?-negué con la cabeza –bien, no es así. No puedo exigirte que te conviertas en una sumisa de la noche a la mañana; eso lleva su tiempo. Tendría en cuenta tu carácter, tu estilo de vida, sería paciente. Al principio me dedicaría básicamente a mostrarte como sería la “relación”, iríamos despacio, los castigos serían suaves, nada que no puedas soportar, seguiríamos tu ritmo. También sé que hay cosas que no puedo pedirte, tendría en cuenta tus peticiones sobre las normas y las reglas, negociaríamos.
-Eso a ti no te bastaría.
-Si lo que deseara es una mujer que me dijera a todo que sí y aceptase cada una de mis reglas, te habría dejado en paz, pero ya he tenido muchas así, ahora deseo algo nuevo.
-Un reto –murmuré.
-Sí, un reto –afirmó, emocionado.
-¿Y qué saco yo de todo esto?
-Placer –respondió. Lo miré durante unos segundos, negué con la cabeza.
-¿De verdad crees que me dejaría someter sólo por sentir placer? No eres el único hombre en la faz de la tierra.
-Es sencillo, Kate. Yo te propongo esto porque pienso que realmente te gustaría someterte, sólo así conseguirías realmente disfrutar del sexo, si no, pasarías la mitad del tiempo sintiéndote culpable. Y si estoy en lo cierto y disfrutas, ¿por qué no ibas a hacerlo?
-¿Y si te equivocas? –pregunté. Sonrió con tranquilidad.
-Entonces reconocería que estaba equivocado y te dejaría en paz.
-¿Qué pasaría si… disfrutase del sexo pero no soportara los castigos?
Él suspiró, ladeando la cabeza –Serían dolorosos, Kate, no voy a mentirte con eso. Aunque empezase con suavidad, el más suave de los castigos te dolería y probablemente al principio los rechazarías, pero tendrías que darme un margen. Quiero demostrarte que podrías con ello y estoy seguro de que después te sentirías mejor, incluso puede que te gusten.
-Lo dudo mucho.
-El cuerpo humano es imprevisible, preciosa. Un castigo lo mismo puede dejarte llorando y temblando sobre mi regazo que puede dejarte excitada y húmeda, muy húmeda. O puede que sucedan las dos cosas.
-No me has respondido, ¿qué pasaría si no soportase los castigos?
-Que pondríamos fin a nuestro pacto.
-¿No pensarías siquiera en dejar de castigarme? –pregunté, horrorizada.
-No.
-¿Por qué? –intenté que mi voz no sonase muy desesperada.
-Porque los castigos forman parte de la disciplina. Estamos hablando de una relación sadomasoquista, Kate. El dolor forma parte de ello. Si te pego para que disfrutes y lo aceptas de buen grado, tendrás que aceptar también los castigos, aunque te duelan y no los desees. Si no puedes aceptarlos de ninguna manera yo no puedo forzarte a ello, pero tú no puedes obligarme a dejar de hacer lo que deseo.
-Y sin embargo tú si me obligas a dejar de hacer lo que yo quiero al someterme a ti.
-Yo no voy a obligarte a nada –repuso –quiero que lo hagas, sé que funcionaría y que disfrutarías con ello, pero no te voy a obligar. Tú decides Kate.
-No lo disfrutaría… jamás aceptaría un castigo –dije, muy segura.
-Podrías probar y si no te gusta, no insisto más.
-¿Probar? –Repetí -.¿Probar un castigo?
-Una pequeña sesión. Te follaría tal y como a mí me gusta y te castigaría, pero no sería nada que no puedas aguantar... si eres incapaz de soportar eso es que tienes razón y no hablaremos más de este asunto.
Te follaría tal y como a mí me gusta... esa frase fue suficiente para que cada centímetro de mi cuerpo reaccionara. ¿Cuántas veces había soñado con probar su forma de hacerlo? Me estremecí de placer al imaginarlo, cogí la botella de agua que había en la mesa y me serví; me bebí el vaso de golpe. Pero no era sólo sexo, después me castigaría… y yo tendría que aceptar. ¿Podría con ello? ¿Dejarle todo el control a él? ¿Dejar que me castigase por algo que según él había hecho mal? Nada que no puedas aguantar…
-¿Desean algo de beber los señores?
-Tráiganos su mejor vino, Antoine, es una ocasión especial.
-Por supuesto, señor Castle, ¿desean ver la carta o prefieren el menú degustación?
Richard me miró a mí, esperando a que contestase. ¿Cuándo había llegado el maître? Además, llevábamos más de media hora en el restaurante y hasta entonces no se había acercado nadie…
-Kate, ¿quieres ver la carta o no? –Richard llamó mi atención. Me encogí de hombro, en esos momentos no podía pensar.
-Tráiganos el menú degustación, Antoine, gracias.
-Ha tardado mucho en acercarse –comenté cuando el maître se marchó. Sonrió.
-En el reservado sólo te atienden cuando pulsas este botón –señaló un pequeño botón negro que había en la pared, a unos centímetros de la mesa –así nos dejan intimidad.
-Ya veo.
-¿Estás bien?
-Sí, perfectamente –mentí.
-Escucha, la comida de este sitio es increíble. Vamos a relajarnos un poco y disfrutarla, ¿de acuerdo? Después podremos seguir con nuestra conversación.
-¿Cómo quieres que me relaje? –pregunté en voz baja al ver que el hombre volvía con una botella de vino. Me sirvió primero a mí para que lo probase. No pude evitar hacer un gesto de placer, era el mejor vino que había probado nunca.
-Creo que es de su agrado, déjenos la botella –Antoine me hizo una gentil reverencia y se marchó.
-Sabe a caramelo –observé.
-Lo sé.
-Nunca había probado un vino tan bueno. –Me pregunté mentalmente cuánto costaría una botella, pero él no parecía preocupado por ese tema. Nos sirvió a ambos y sonrió.
-Nos llevaremos una botella para después.
-¿Cómo dices?
-Este vino es magnífico, preciosa, pero estoy seguro de que me gustará más beberlo en tu espalda. El vino sabe mejor sobre la piel de una hermosa mujer.
Me bebí el contenido de mi copa de un trago; él sabía lo que hacía. Quise decir algo, recuperar el control, aclararle que no iba a aceptar su proposición, pero no pude hablar. Lo único que quería era salir de ese restaurante, coger esa botella y dejar que me hiciera todo lo que quisiese. Sí, todo.
Comimos en silencio, aunque yo apenas pude probar la comida. Richard parecía muy relajado, de vez en cuando me preguntaba si quería más vino o me sugería que probase algún bocado nuevo. Yo no podía decir nada, solo asentir con la cabeza. Cuando terminamos Antoine nos trajo un bol con fresas y otro con chocolate fundido. Lo que faltaba, pensé, mientras que me movía inquieta en mi asiento, notando un ligero temblor entre mis piernas.
-Deja de moverte –me ordenó, con voz suave pero firme. Lo miré, dispuesta a responder, pero volví a quedarme callada. Richard cogió una fresa y la mojó en el chocolate, luego me la acercó –abre la boca –obedecí automáticamente, ansiosa. Acercó la fresa a mis labios y me la metió en la boca. Mordí, reprimiendo un gemido. Delicioso. Erótico. Irresistible.
-¿Quieres más? –asentí, tenía muchísima calor, mi pecho subía y bajaba desenfrenado, entre las piernas notaba la humedad… y todo por una fresa. Cogió otra y me la acercó, dejándola a unos milímetros de mi boca, pero cuando traté de morderla, la alejó -eres demasiado golosa -me regañó, negando con la cabeza, con una sonrisa, diabólica y a la vez, seductora –.Tengo una idea. ¿Qué te parece si pedimos esa botella de vino, dejamos las fresas para otro día y vamos a mi casa?
Y sin pararme a pensar si me castigaría o no, acepté, sin dudar, ansiosa por el deseo.
Última edición por maria_cs el Mar Feb 19, 2013 3:45 am, editado 2 veces
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Uffff, que bueno,
Sigue pronto
Sigue pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Me encanta continua pronto. Estoy ansiosa por saver como continua.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Me encanta tu fic, escribes genial y tengo mucha curiosidad por saber como continua.
Sigue cuando puedas (cuanto antes mejor)
Sigue cuando puedas (cuanto antes mejor)
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Un ataque psicológico en toda regla, arte en el que demuestra ser todo un maestro. Pero me hubiera gustado saber que hubiera contestado, si ella le hubiera contraofertado su misma propuesta, es decir, que fuera ella la que le sometiera a él. Seguro que le hubiera desconcertado.
De todas formas me cuesta mucho imaginarme a la Kate que todos conocemos, aceptando un reto sadomasoquista de este estilo.
La descripción realizada me parece perfecta, y demuestras conocer muy bien estas técnicas. Las describes con una claridad que llegas a asustar.
Una presentación perfecta. Espero con cierta ansiedad conocer la continuación, aunque en cierto modo me resulta desagradable la forma en como Richard empieza a dominar a nuestra protagonista.
En caliente puede que ella acepte por curiosidad, pero me queda la duda de saber como se sentira luego en frío, aunque tal vez esto no lo llegues a mostrar en el fic.
De todas formas me cuesta mucho imaginarme a la Kate que todos conocemos, aceptando un reto sadomasoquista de este estilo.
La descripción realizada me parece perfecta, y demuestras conocer muy bien estas técnicas. Las describes con una claridad que llegas a asustar.
Una presentación perfecta. Espero con cierta ansiedad conocer la continuación, aunque en cierto modo me resulta desagradable la forma en como Richard empieza a dominar a nuestra protagonista.
En caliente puede que ella acepte por curiosidad, pero me queda la duda de saber como se sentira luego en frío, aunque tal vez esto no lo llegues a mostrar en el fic.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Que calor y que ganas de que sigas.
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
Es la primera vez que te comento aunque por supuesto no que leo algo tuyo, es asombroso el talento que teneis en general tod@s, pero lo tuyo es realmente admirable.... tres historias y a cual mejor, me tienes enganchada a tu talento.GRACIAS
macucaro- Ayudante de policia
- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 15/02/2013
Localización : Sevilla
Re: (+18) Amo del Universo - ÚLTIMOS CAPÍTULOS Y EPÍLOGO
¡Hola! Es la primera vez que comento
Suelo estar poco por aquí, y ahora acabo de leer la historia.
Acabo de leerme "Diario de una sumisa" (EL final, tengo que reconocer que no puedo leerme un libro sin haber leído antes el final.) y he de decir que opino exactamente igual que Kate (cuando le dijo que no pensaba hacer eso). Y también la entiendo después.
No veo mal que la gente haga en la cama lo que le de la gana y de la forma que le apetezca. Pero yo no podría dejar que alguien me hiciera esa. Me parece una práctica un tanto machista. ¿Por qué tiene que dominar el hombre? (Me supongo que habrá alguna mujer, pero no me imagino a un tío dejando que un tía le azote y etc).
Sin embargo, también entiendo su curiosidad. Los humanos somos curiosos por naturaleza. Y algo como el sadomasoquismo no nos es indiferente. Que lo hagamos, es una cosa diferente. Pero que nos hemos preguntado "¿Cómo será...?" es algo, que yo al menos, no lo negaría.
Me gusta mucho como estás llevando la historia y como planteas el dilema que tiene Kate. ¿Cuantas mujeres habrá así en el mundo?
Bueno, creo que me he extendido bastante... Y no sé si el mensaje se vaya a entender
En fin, ya quiero leer el siguiente capítulo.
Y soy mayor de 15 años
Suelo estar poco por aquí, y ahora acabo de leer la historia.
Acabo de leerme "Diario de una sumisa" (EL final, tengo que reconocer que no puedo leerme un libro sin haber leído antes el final.) y he de decir que opino exactamente igual que Kate (cuando le dijo que no pensaba hacer eso). Y también la entiendo después.
No veo mal que la gente haga en la cama lo que le de la gana y de la forma que le apetezca. Pero yo no podría dejar que alguien me hiciera esa. Me parece una práctica un tanto machista. ¿Por qué tiene que dominar el hombre? (Me supongo que habrá alguna mujer, pero no me imagino a un tío dejando que un tía le azote y etc).
Sin embargo, también entiendo su curiosidad. Los humanos somos curiosos por naturaleza. Y algo como el sadomasoquismo no nos es indiferente. Que lo hagamos, es una cosa diferente. Pero que nos hemos preguntado "¿Cómo será...?" es algo, que yo al menos, no lo negaría.
Me gusta mucho como estás llevando la historia y como planteas el dilema que tiene Kate. ¿Cuantas mujeres habrá así en el mundo?
Bueno, creo que me he extendido bastante... Y no sé si el mensaje se vaya a entender
En fin, ya quiero leer el siguiente capítulo.
Y soy mayor de 15 años
Jessi_93- Ayudante de policia
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