(+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
!Holaaaaa mi querida amiga¡ No puedes hacerte una idea de la ilusión que me ha hecho encontrar este capítulo nuevo, no diré que es corto, pero tampoco es tan largo como esperaba después de tu aviso, jajajajajajaja
Esto de la lectura de fondo para mí es como las grandes maratones, cuanto más lees más deseas seguir haciéndolo y sobre todo si eres tú la que escribe la historia.
Magnífica como siempre, tus capítulos los leo con tanta avidez que se me terminan antes de lo que me gustaría, jajajajajaja
Eres maléfica, que lo sepas, mira que dejarme con la duda, si es que a Daniel le ha pasado algo o simplemente que la ha vuelto a dejar tirada y Rick acude en auxilio de su "chiquilla", a la que no permitirá que el tarambana de su hermano la haga daño.
Como dije magnífico capítulo, claro que después de tanto tiempo no sabía si empezar leyendo de nuevo el anterior o hacerlo directamente con éste, pensando que habría algo que se me escapase. Debo decir que no hizo falta releer, no sólo he seguido la trama perfectamente, en ningún momento olvidé nada de lo anterior y en cierta forma es por tu manera de seguir desarrollando la historia, pues dejas muchas pistas de por dónde veían las tramas y hacia dónde las vas dirigiendo, claro que no es tan fácil de encadenar el futuro, como hilar de dónde viene el presente.
Tan completo es este capítulo que no sé por dónde empezar, aunque lo que más me ha impactado, son los pensamientos de esta parejita, que sin hablar se lo dicen todo, pero se obstinan en poner excusas para no dejarse llevar, pues saber, saben muy bien lo que quieren y no es precisamente a las parejas oficiales que tienen, jajajajajajaja
Claro lo tienen, lo que no sé es cómo va a explicar Rick todo lo que sabe de Daniel, sin que Kate lo mande al mismo sitio que a su hermano. Que tal y como van las cosas, va a ser muy lejos.
Mi madre suele decir que el diablo tiene una capa que todo lo tapa y a todo lo destapa. Me parece que Daniel ha tenido mucha suerte al no haber sido descubierto por Kate aún, pero veo que tanto si lo pilla en el renuncio, como si lo manda a freír espárragos, por la falta de atención que la demuestra. A su relación le quedan dos telediarios. Lo que no tengo tan asumido es que la pareja que de verdad me interesa, no vaya a estar junta tan pronto como me gustaría. Y en parte por conocer tu forma de actuar, creo que me vas a llevar de nuevo a los pies de los caballos, pues te encanta hacerme sufrir, jajajajajaja
Aunque el capítulo ha dado mucha información y descrito infinidad de situaciones que podrían ser comentadas, quiero quedarme con el meollo y no buscar más detalles, al menos por ahora, claro que no voy a dejar de lado esa faceta de la Martha visionaria, o simplemente de madre que lee en su hijo como si lo hiciera en uno de sus libros. Para que digan de ella que no es una madre a la usanza, jajajajajaja
Bueno no voy a seguir porque no quiero competir con la extensión de tu capítulo, con mi comentario, jajaja. Sólo espero que el siguiente no se demore tanto como éste, porque vas a conseguir que a todos los lectores les suba el estrés a cotas nunca vistas en este foro, jajajajaja
De momento me despido y te contestaré por mp a tus otros comentarios, pues no quiero que tus admiradoras paguen sus frustraciones conmigo, por acaparar tanto espacio. jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSS
Esto de la lectura de fondo para mí es como las grandes maratones, cuanto más lees más deseas seguir haciéndolo y sobre todo si eres tú la que escribe la historia.
Magnífica como siempre, tus capítulos los leo con tanta avidez que se me terminan antes de lo que me gustaría, jajajajajaja
Eres maléfica, que lo sepas, mira que dejarme con la duda, si es que a Daniel le ha pasado algo o simplemente que la ha vuelto a dejar tirada y Rick acude en auxilio de su "chiquilla", a la que no permitirá que el tarambana de su hermano la haga daño.
Como dije magnífico capítulo, claro que después de tanto tiempo no sabía si empezar leyendo de nuevo el anterior o hacerlo directamente con éste, pensando que habría algo que se me escapase. Debo decir que no hizo falta releer, no sólo he seguido la trama perfectamente, en ningún momento olvidé nada de lo anterior y en cierta forma es por tu manera de seguir desarrollando la historia, pues dejas muchas pistas de por dónde veían las tramas y hacia dónde las vas dirigiendo, claro que no es tan fácil de encadenar el futuro, como hilar de dónde viene el presente.
Tan completo es este capítulo que no sé por dónde empezar, aunque lo que más me ha impactado, son los pensamientos de esta parejita, que sin hablar se lo dicen todo, pero se obstinan en poner excusas para no dejarse llevar, pues saber, saben muy bien lo que quieren y no es precisamente a las parejas oficiales que tienen, jajajajajajaja
Claro lo tienen, lo que no sé es cómo va a explicar Rick todo lo que sabe de Daniel, sin que Kate lo mande al mismo sitio que a su hermano. Que tal y como van las cosas, va a ser muy lejos.
Mi madre suele decir que el diablo tiene una capa que todo lo tapa y a todo lo destapa. Me parece que Daniel ha tenido mucha suerte al no haber sido descubierto por Kate aún, pero veo que tanto si lo pilla en el renuncio, como si lo manda a freír espárragos, por la falta de atención que la demuestra. A su relación le quedan dos telediarios. Lo que no tengo tan asumido es que la pareja que de verdad me interesa, no vaya a estar junta tan pronto como me gustaría. Y en parte por conocer tu forma de actuar, creo que me vas a llevar de nuevo a los pies de los caballos, pues te encanta hacerme sufrir, jajajajajaja
Aunque el capítulo ha dado mucha información y descrito infinidad de situaciones que podrían ser comentadas, quiero quedarme con el meollo y no buscar más detalles, al menos por ahora, claro que no voy a dejar de lado esa faceta de la Martha visionaria, o simplemente de madre que lee en su hijo como si lo hiciera en uno de sus libros. Para que digan de ella que no es una madre a la usanza, jajajajajaja
Bueno no voy a seguir porque no quiero competir con la extensión de tu capítulo, con mi comentario, jajaja. Sólo espero que el siguiente no se demore tanto como éste, porque vas a conseguir que a todos los lectores les suba el estrés a cotas nunca vistas en este foro, jajajajaja
De momento me despido y te contestaré por mp a tus otros comentarios, pues no quiero que tus admiradoras paguen sus frustraciones conmigo, por acaparar tanto espacio. jajajajaja
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agecastbet- Escritor - Policia
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Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
PorFin capitulo Nuevo!!!!
por dios ahora si k si kiero matar a ese Dan!!!!
menos mal k el principe castle simpre esta ahi para arreglar la velada!
esperemos k ahora si kate termine con su "Novio" y k a sus padres les guste rick!
espero k puedas continuar pronto!
por dios ahora si k si kiero matar a ese Dan!!!!
menos mal k el principe castle simpre esta ahi para arreglar la velada!
esperemos k ahora si kate termine con su "Novio" y k a sus padres les guste rick!
espero k puedas continuar pronto!
cururi- As del póker
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Edad : 36
Localización : World Citizen
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Que bien!!! Capítulo nuevo
Cada vez me va gustando más la relación que se va forjando entre los dos. Indudablemente ambos se estan conteniendo ante la posibilidad de hacerle daño a Dan. Sinceramente no entiendo a Dan, comi la engaña y la de veces que no cumple con lo que han quedado. Merece una buena charla, por lo menos por parte de Rick donde le indique que sabe todo lo que está haciendo y que debe de cambiar.
A ver ahora que explicación da Rick de por qué se presenta ek a recogerla en lugar de su hermano. Se lo presentará a sus padres???
Espero que la puedas continuar pronto.
Cada vez me va gustando más la relación que se va forjando entre los dos. Indudablemente ambos se estan conteniendo ante la posibilidad de hacerle daño a Dan. Sinceramente no entiendo a Dan, comi la engaña y la de veces que no cumple con lo que han quedado. Merece una buena charla, por lo menos por parte de Rick donde le indique que sabe todo lo que está haciendo y que debe de cambiar.
A ver ahora que explicación da Rick de por qué se presenta ek a recogerla en lugar de su hermano. Se lo presentará a sus padres???
Espero que la puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
AlwaysSerenity escribió:Aaaaaaleluyaa, aaaleluyaa xDD
Que corte ya de una vez con Dan, pasa de ella y además la engaña
Ella se merece a Rick que la entiende, la hace reír y la apoya, además la quiere, igual que ella a el...
QUE PRESENTE A RICK A SUS PADRES!!
Continua pronto
Todo a su debido tiempo… ya llegará el momento en que Kate se entere de todo y lo deje, o a lo mejor no…Veremos, veremos, jajajajajajajaja
Antes de que le presente a Rick a sus padres hay que saber si ella va a querer ir con el en vez de con Daniel…Todo se sabrá en los próximos capítulos, jajajajajaja
Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!
cururi escribió:PorFin capitulo Nuevo!!!!
por dios ahora si k si kiero matar a ese Dan!!!!
menos mal k el principe castle simpre esta ahi para arreglar la velada!
esperemos k ahora si kate termine con su "Novio" y k a sus padres les guste rick!
espero k puedas continuar pronto!
Sí, supongo que Daniel se está convirtiendo en un personaje indeseable, pero es sumamente necesario, así lamento decirte que por ahora no pienso matarlo, jajajajajaja
Es verdad, el príncipe Castle siempre está para auxiliar a su princesa y salvar la velada, el problema es si la princesa se va a dejar auxiliar por su príncipe, jajajajajaja
Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!
Yaye escribió:Que bien!!! Capítulo nuevo
Cada vez me va gustando más la relación que se va forjando entre los dos. Indudablemente ambos se estan conteniendo ante la posibilidad de hacerle daño a Dan. Sinceramente no entiendo a Dan, comi la engaña y la de veces que no cumple con lo que han quedado. Merece una buena charla, por lo menos por parte de Rick donde le indique que sabe todo lo que está haciendo y que debe de cambiar.
A ver ahora que explicación da Rick de por qué se presenta ek a recogerla en lugar de su hermano. Se lo presentará a sus padres???
Espero que la puedas continuar pronto.
A quedado demostrado que a Dan le importa poco su chica y ya sabemos como se interesa Rick por ella, esperemos que Kate se de cuenta pronto la clase de tipo con el que sale y se haga cargo de lo que siente por el escritor. No vendría mal una charla entre hermanos, pero dudo que Daniel lo escuche y cambie su actitud; al parecer está muy cómodo así.
No sé muy bien todavía como va a solucionar Rick el hecho de haberse presentado en lugar de su hermano, pero estoy segura de que sabrá salir elegantemente de la incómoda situación, jajajajajaja
Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:!Holaaaaa mi querida amiga¡ No puedes hacerte una idea de la ilusión que me ha hecho encontrar este capítulo nuevo, no diré que es corto, pero tampoco es tan largo como esperaba después de tu aviso, jajajajajajaja
Esto de la lectura de fondo para mí es como las grandes maratones, cuanto más lees más deseas seguir haciéndolo y sobre todo si eres tú la que escribe la historia.
Hola mi amiga!!! Me encanta que hayas disfrutado leer el nuevo capi!!! En cuanto a la longitud del mismo, como bien decís, no es corto ¿pero tampoco es tan largo? ¿me querés decir que exageré un poco con el aviso? Jajajajajaja
Magnífica como siempre, tus capítulos los leo con tanta avidez que se me terminan antes de lo que me gustaría, jajajajajaja
Eres maléfica, que lo sepas, mira que dejarme con la duda, si es que a Daniel le ha pasado algo o simplemente que la ha vuelto a dejar tirada y Rick acude en auxilio de su "chiquilla", a la que no permitirá que el tarambana de su hermano la haga daño.
Entonces, no es que mis capis no son tan largos, me parece que el problema es que, como yo tardo tanto en actualizar vos te pegas atracones de lectura, jajajajaja, además, según tengo entendido, lees muy rápido y es por eso que se te terminan antes de lo que te gustaría, jajajajajaja
Me fascina lo de "Maléfica"…Y sí, ya lo sabía, jajajajajajaja. Tendrás que esperar hasta el próximo capi para enterarte que fue lo que pasó con Daniel… y para reafirmar lo "maléfica" que soy, te voy a decir: tampoco te vas a enterar de inmediato (y no lo digo porque vaya a tardar demasiado en actualizar, sino más bien porque no va a ser en las primeras líneas del relato…) jajajajajajajaja o mejor tendría que ser : MUAJAJAJAJAJA!!!!! (léase como risa diabólica)
Como dije magnífico capítulo, claro que después de tanto tiempo no sabía si empezar leyendo de nuevo el anterior o hacerlo directamente con éste, pensando que habría algo que se me escapase. Debo decir que no hizo falta releer, no sólo he seguido la trama perfectamente, en ningún momento olvidé nada de lo anterior y en cierta forma es por tu manera de seguir desarrollando la historia, pues dejas muchas pistas de por dónde veían las tramas y hacia dónde las vas dirigiendo, claro que no es tan fácil de encadenar el futuro, como hilar de dónde viene el presente.
Bueno, en principio, muchas gracias, de verdad me pone muy feliz que te haya parecido un magnífico capítulo!!! Ahora decime ¿Me estas queriendo decir que me estoy poniendo repetitiva? Jajajajajaja No, de verdad, esto te lo pregunto en serio ¿Te parece que estoy dando muchas explicaciones? A veces yo creo que es así, que tiendo a no dejar de contar cosas que pasaron en capítulos anteriores y puede que eso sea un error y pierda un poco de dinamismo el relato.
Lo que sí no pretendo cambiar (en la medida de lo posible, claro!), es no develar lo que está por suceder. Esa es la parte que más divertida!!!
Tan completo es este capítulo que no sé por dónde empezar, aunque lo que más me ha impactado, son los pensamientos de esta parejita, que sin hablar se lo dicen todo, pero se obstinan en poner excusas para no dejarse llevar, pues saber, saben muy bien lo que quieren y no es precisamente a las parejas oficiales que tienen, jajajajajajaja
Que se tienen ganas (y muchas) no quedan dudas, jajajajaja Ahora vamos a ver cuanto duran con las ganas a cuestas... Son jóvenes y sus hormonas están tremendamente alborotadas y contra eso, poco se puede hacer, jajajajaja
Claro lo tienen, lo que no sé es cómo va a explicar Rick todo lo que sabe de Daniel, sin que Kate lo mande al mismo sitio que a su hermano. Que tal y como van las cosas, va a ser muy lejos.
Casualmente yo me estoy preguntando lo mismo, jajajajajaja Conociendo el carácter de Beckett, no va a ser precisamente un paseo por el parque, pero confió en que Rick se de cuenta de como amansarla, jajajajaja
Mi madre suele decir que el diablo tiene una capa que todo lo tapa y a todo lo destapa. Me parece que Daniel ha tenido mucha suerte al no haber sido descubierto por Kate aún, pero veo que tanto si lo pilla en el renuncio, como si lo manda a freír espárragos, por la falta de atención que la demuestra. A su relación le quedan dos telediarios. Lo que no tengo tan asumido es que la pareja que de verdad me interesa, no vaya a estar junta tan pronto como me gustaría. Y en parte por conocer tu forma de actuar, creo que me vas a llevar de nuevo a los pies de los caballos, pues te encanta hacerme sufrir, jajajajajaja
Sabias palabras de tu madre y cuanta razón tienen, jajajajajaja. Es verdad que el muchacho es suertudo, pero no sé si la suerte lo va a seguir acompañando mucho tiempo más. Lo que si hay que reconocerle a Daniel es que aparentemente, tiene mucha habilidad para lograr que su novia lo perdone después de haberse mandado alguna de las suyas.
En cuanto a la pareja que te interesa es probable que tengas razón, tampoco quiero que venga tan fácil, jajajajajaja, pero para que no andes diciendo que me encanta hacerte sufrir, puede que en los próximos capis haya algún pequeño adelanto… (¿Ves que cuando quiero puedo ser un angelito?, jajajajajaja)
Aunque el capítulo ha dado mucha información y descrito infinidad de situaciones que podrían ser comentadas, quiero quedarme con el meollo y no buscar más detalles, al menos por ahora, claro que no voy a dejar de lado esa faceta de la Martha visionaria, o simplemente de madre que lee en su hijo como si lo hiciera en uno de sus libros. Para que digan de ella que no es una madre a la usanza, jajajajajaja
Martha conoce muy bien a su hijo, y como toda madre ya sea tradicional o no tanto, suele darse cuenta de las cosas del corazón, aunque debo decir que no hay que hacer mucho esfuerzo para darse cuenta lo que le pasa a Rick con Kate; y seguramente no va a ser la única que lo note, jajajajaja
Bueno no voy a seguir porque no quiero competir con la extensión de tu capítulo, con mi comentario, jajaja. Sólo espero que el siguiente no se demore tanto como éste, porque vas a conseguir que a todos los lectores les suba el estrés a cotas nunca vistas en este foro, jajajajaja
De momento me despido y te contestaré por mp a tus otros comentarios, pues no quiero que tus admiradoras paguen sus frustraciones conmigo, por acaparar tanto espacio. jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSS
Ya sabés que no tengo problema con la extensión de los comentarios, muy por el contrario, los disfruto mucho! En cuanto al próximo capi, te voy a contar que tengo una gran parte ya escrita, pero aun me falta escribir la parte interesante, jajajajajajaja Hablando de próximos capítulos ¿Cómo va el tuyo? Ahora que me puse al día, puedo y quiero seguir disfrutando de las vacaciones en esa playa paradisíaca, jajajajaja
Bueno, Adri, muchas gracias por el estupendo comentario (como siempre!) y espero que nos estemos leyendo pronto. Besos!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Sigue pronto que tu historia me ha alegrado recien operada leyendote no hay mejor remedio
yamicastkett- Actor en Broadway
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Caskett(sariita)- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Muchas gracias por leer y comentar!!! Me alegra muchísimo saber que el capi te sirvió de remedio y sobre todo saber que con él lograste alegrarte un poco. Ya estoy escribiendo el próximo capítulo, pero todavía me falta un poquito. Trataré de terminarlo lo antes posible!yamicastkett escribió:Sigue pronto que tu historia me ha alegrado recien operada leyendote no hay mejor remedio
Espero que pronto te recuperes!!! Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Estoy en eso!!! Muchas gracias por leer y comentar!!!moxaCaSkett(sariita) escribió:sigue,sigue
Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
compatriota! terminar de estudiar y encontrar un capi tuyo es la mejor recompensa! jaja me encanto. pero saca a Daniel no me cae para nada bien...
aunque lo que esta empezando entre rick y Kate me gusta me gusta jaja
esperemos que ella deje que el la acompañe a la resepcion de los padres
segui pronto y espero que estes bien
besos
aunque lo que esta empezando entre rick y Kate me gusta me gusta jaja
esperemos que ella deje que el la acompañe a la resepcion de los padres
segui pronto y espero que estes bien
besos
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
katebeckett78 escribió:compatriota! terminar de estudiar y encontrar un capi tuyo es la mejor recompensa! jaja me encanto. pero saca a Daniel no me cae para nada bien...
aunque lo que esta empezando entre rick y Kate me gusta me gusta jaja
esperemos que ella deje que el la acompañe a la resepcion de los padres
segui pronto y espero que estes bien
besos
Hola compatriota! Que gusto leerte! Perdón por no responder antes, pero no tuve tiempo de entrar al foro en estos dias. Me alegra mucho que el capi te haya servido para relajarte un poco. Imagino que en esta época del año debes estar bastante atareada, así que agradezco que te hayas tomado el tiempo para leer y comentar!!!
En cuanto a tu pedido de desaparecer a Daniel…todavía no es hora! Jajajajajajaja Supongo que a Kate no le va a quedar otra que dejarse acompañar por Rick, aunque por otro lado, sabiendo lo terca y orgullosa que puede ser, también cabe la posibilidad de que le diga que no... veremos que pasa en el próximo capi, jajajajajaja
Nuevamente te agradezco que hayas dedicado un tiempo a leer y comentar. Espero que nos volvamos a leer pronto!!!
Besos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola a tod@s! Acá les dejo el nuevo capi, o al menos la primer parte. Espero que les guste y gracias por leer!!!
CAPITULO VII – PARTE 1
Nuevamente se encontraba durmiendo una noche en cada hotel, tal como había sucedido tiempo atrás. El nuevo libro de Richard Castle se estaba vendiendo realmente bien y su editorial no había tardado en organizarle una nueva gira por las librerías para firmar los ejemplares a los nuevos fanáticos del resurgido escritor. En esta oportunidad sólo viajaría por pequeños pueblos aledaños y no recorrería grandes distancias, pero de todas formas no le agradaba la idea de ausentarse de su casa por mucho tiempo, aunque debía reconocer que le había venido como anillo al dedo y no había puesto objeciones a su editor, a pesar de que le había avisado del viaje unas horas antes y ni siquiera sabría cuanto tiempo estaría fuera. Richard, verdaderamente tenía que desaparecer esta vez, huir como un verdadero cobarde, y por supuesto sin hacerse cargo de lo que había pasado la noche de la entrega de premios. Esta vez, ausentarse repentinamente, era lo mejor que podía hacer si no quería estropear para siempre su relación con Beckett y con su hermano.
Todo había sucedido tan rápido, de forma tan inconsciente, que aun no terminaba de asimilar muy bien todo lo que había pasado, y mucho menos de entenderlo. Lo que si entendía perfectamente es que había sido un error, un estúpido error, pero del que, curiosamente, no estaba completamente arrepentido. Y eso era lo que más carcomía su conciencia.
Durante el día su cabeza se mantenía ocupada por las tareas programadas por su editor y publicista, por lo que trataba de no pensar en ella, pero por las noches, inevitablemente, su recuerdo se colaba dentro de sus pensamientos, instalándose sin pedir permiso, y el escritor no encontraba la manera de arrancarla de su mente sino hasta quedarse profundamente dormido.
Se le ocurrió entonces invitar a Meredith para que lo acompañe unos días. Las cosas no habían estado bien entre ellos, mayormente debido a las largas ausencias de la actriz. La última conversación que habían tenido había terminado en discusión y la decisión por parte de él tomar distancia, por lo menos hasta que ella tuviese algo de tiempo para dedicar a la pareja. El mismo día que Richard salía de viaje, la pelirroja llamó para decirle que tendría algo de tiempo libre antes de regresar a sus clases de teatro y que le encantaría verlo para arreglar las cosas, pero justo había surgido lo de la firma de autógrafos y ni siquiera se habían visto para despedirse. En ningún momento había pensado en que ella lo acompañase a la gira, pero dadas las circunstancias, en ese momento pensó que sería una estupenda idea. Esa misma noche la llamó por teléfono para invitarla y por suerte para él, ella aceptó de inmediato. El escritor estaba convencido de que la presencia de su chica lograría alejar sus pensamientos de Beckett.
Su novia Meredith, lo había alcanzado en uno de los pueblos donde se encontraba. La compañía de la divertida pelirroja le había servido al escritor para distraerse un poco durante los momentos que pasaba con su chica, pero contrariamente a lo que él creía, el dormir junto a su novia tampoco le había impedido dedicarle a Kate sus últimos minutos de conciencia antes de rendirse al sueño. Al parecer nada podía borrarla de su mente, ni siquiera la triste farsa que él mismo había montado, jugando la pareja feliz con Meredith, tratando inútilmente de disfrutar de unas mini vacaciones. El único consuelo que le quedaba era saber que de verdad lo había intentado todo para no pensar en Beckett, pero nada había funcionado y el invitar a su novia a parte de la gira había sido un tremendo error, del que estaba arrepentido. Por lo que después de meditarlo durante toda una noche con detenimiento, llegó a la conclusión de que debía tomar una decisión de inmediato.
En el Café de la Rue Morgue, todo había estado bastante tranquilo, plano, monótono. En una palabra: aburrido. La prolongada ausencia del escritor había dejado a los que trabajaban ahí sin chistes tontos, bromas, incoherencias desopilantes y demás condimentos que agregaba cada tarde con su presencia.
Se había marchado al otro día de la entrega de premios, por la tarde, sin despedirse de nadie más que de su madre.
No había sido agradable para Kate el hecho de que Rick se fugase así sin más, sin decir nada, sin explicar nada. La joven no había hecho más que taladrarse a preguntas durante los últimos dos meses; preguntas que se sumaban a las que ya se venía haciendo, preguntas dirigidas a él, pero también dirigidas a ella misma. Pero el mayor interrogante que se le planteaba era si verdaderamente quería oír las respuestas.
Beckett sabía por Martha que Rick regresaría hoy por la noche y probablemente al otro día fuese a atender el café, o al menos eso deseaba: volver a tenerlo ahí todas las tardes.
Aun perduraba en ella el enfado con el escritor por haber desaparecido de repente, pero claro, por un lado ella no era nadie para reclamarle nada, sólo era su cuñada, su empleada y nada más; aunque por otro lado, sí podía reprocharle que no había tenido la valentía suficiente como para hacerse cargo de lo que había provocado en esa última noche que se vieron. No había tenido las agallas como para enfrentarla y hablar de lo sucedido como dos adultos; y por más que secretamente se alegrara de su regreso, todo esto saldría a flote en algún momento, desatando tempestades en los siete mares, si ambos se atrevían a decir lo que guardaban dentro.
Al día siguiente, al llegar al trabajo luego de sus clases se reencontró con Richard. Él, la saludo cordialmente, como siempre lo hacía, como si nada hubiese pasado, como si nunca se hubiese ido, pero diferente. Parecía ser que estaban a kilómetros de distancia uno del otro, aunque estaban en el mismo salón. Como bien había supuesto la joven, las cosas estarían extrañas entre ellos, pese a que todo pareciera de lo más normal.
Beckett también intentó comportarse como siempre, tratando de restarle importancia a la distante actitud del escritor, por lo que se dedicó a atender las mesas y en sus ratos libres a repasar los apuntes de sus clases, tratando de prestarle sólo la atención necesaria que precisaba para trabajar. El único inconveniente que se le presentaba era que cada tanto, su mirada se posaba unos segundos en él, sin poder hacer nada para evitarlo. Se había imaginado tantas veces su regreso después de esa noche, con tantos posibles escenarios, con reproches, preguntas, quizá también respuestas. Había repasado todo una y otra vez pensando y repensando lo que había ocurrido entre ellos, que lo único que deseaba era tenerlo nuevamente delante de ella y bombardearlo a preguntas en cuanto le viniese a decir algo de esa madrugada. Lo que no se había imaginado nunca, era su silencio.
Beckett miró el reloj que colgaba de la pared, se acercó hasta la barra y pidió usar el teléfono. Kate debía comunicarse con la aerolínea para que le confirmaran si su vuelo saldría. Mañana por la noche volaría a New York a pasar la navidad con sus padres, pero un tremendo temporal con fuertes tormentas de nieve azotaban a la “gran manzana”, haciendo imposible el arribo o la salida de cualquier avión del aeropuerto J.F. Kennedy.
-¿Todo en orden, Kate?- preguntó el escritor al ver la expresión en el rostro de la joven al colgar el teléfono.
-Sí, no pasa nada...
-¿Seguro?-insistió Rick buscando su mirada para comprobar si decía la verdad. La joven no pudo esconderse de sus profundos ojos azules.
-No es nada grave... sólo que el aeropuerto de New York se encuentra cerrado por las fuertes tormentas de nieve y al parecer no podré pasar la navidad con mis padres... Es la primera vez que no la pasamos juntos...
-Entiendo... Me imagino que debes estar muy triste por no poder pasar las fiestas con ellos...
-No es para tanto... Sólo debo resignarme a no ver caer nieve sobre la ventana de casa. A mis padres los veré en cuanto abran el aeropuerto. Espero que sea antes de año nuevo o deberé ir por tierra en un autobús. No quiero pasar las dos celebraciones lejos de ellos...- explicó tratando de mostrarse optimista, a pesar que la invadía la tristeza.
-Me encantaría poder hacer algo para ayudarte... - largó sin pensar el escritor. Como siempre que algún inconveniente rodeaba a Beckett, él de inmediato se calzaba su armadura de caballero, intentando ayudarla, en lo sea, como sea. Se dio cuenta que eso era algo que no podía evitar, pese a toda la distancia que se había obligado a tomar después de la imprudencia de esa noche. Simplemente no podía mantenerse lejos si ella lo necesitaba.
Y de verdad la veía mal por la situación, su rostro lo reflejaba con claridad, y comprendía la tristeza de la joven quien había experimentado grandes cambios en su vida, tales como vivir a miles de kilómetros de su casa cursando una carrera, viviendo dentro de un campus universitario, y además trabajando por las tardes para costearse su estadía. Podía entender muy bien lo que le producía tener que resignar la posibilidad de ver a sus padres después de tanto tiempo y a pesar de que Beckett intentase mostrarse como siempre, la profunda mirada del escritor podía traspasarla como si fuese transparente, descubriendo sus más profundos sentimientos.
Sin querer seguir amargándose por la situación, Kate intentó seguir trabajando como todas las tardes, mostrando su mejor sonrisa a los clientes del café. Más tarde tendría que avisarles a sus padres la noticia de que no podría asistir a la cena de Nochebuena con su familia.
Rick, quien no le había sacado la vista de encima durante toda la tarde, (al igual que no pudo sacarla de su cabeza durante todo el viaje) no pudo más que pensar en la forma de reconfortar a su bella empleada. El escritor sabía que su hermano tenía planeado un viaje con sus amigos para las fiestas, pero suponía que al enterarse de que su novia no podía viajar a ver a sus padres, y sabiendo lo que le había contado su madre de lo bien que aparentaba portarse después de haberse perdido la entrega de premios, lo suspendería de inmediato para quedarse con ella para la navidad. Entonces se le ocurrió que podía organizar una gran fiesta en su casa, donde podrían estar todos juntos celebrando y así poder alegrar a la joven.
Sabía que Phil no tenía familia en Estados Unidos y Juan tampoco, con excepción de su novia por lo que si aun no tenían planes podrían asistir a la reunión. Su madre también estaría invitada, por supuesto, cosa que alegraría enormemente al reconocido pastelero, quien siempre se había sentido atraído por ella, pero que nunca se había atrevido a decírselo. Según Phil, el destino no los quería juntos, ya que cada vez que se habían cruzado a lo largo de sus vidas, alguno de los dos se encontraba en pareja haciendo imposible un acercamiento. Martha en cambio, creía simplemente que él jamás la había mirado con otros ojos que no fuesen los de el gran amigo que le demostraba ser, suponiendo que nunca se había sentido atraído por ella y descartando así cualquier posibilidad de intentar algo juntos.
Richard se había dado cuenta más de una vez la forma en que ellos dos se miraban, sin comprender porque nunca habían intentado salir, siendo que se devoraban con sus miradas cada vez que ellas se cruzaban. Ahora, ambos estaban solos y sin ningún compromiso, por lo que, pensaba el escritor, era el momento ideal para que Phil avance y le muestre sus sentimientos a su madre y que mejor momento para un acercamiento que organizar una fiesta navideña. Entonces, Rodgers se puso manos a la obra y lo primero que hizo fue preguntar al pastelero francés si le daba una mano para armar todo. Una vez hablado el tema con Phil le preguntaría a su madre lo mismo, dándoles la excusa perfecta para pasar un buen tiempo juntos.
Preguntó también a Juan si aun no tenía planes para la Nochebuena, a lo que el joven contestó que la pasaría solo ya que su novia viajaría para reunirse con su familia y él había preferido quedarse para hablar por teléfono con su madre, como hacía todas las madrugadas de navidad cerca de las dos y media de la mañana. Rick no tardó mucho en convencerlo de que se les una en la celebración en su casa, prometiéndole que si Phil no podía llevarlo, él mismo lo dejaría a tiempo en su casa para recibir el llamado.
Ya todo estaba casi arreglado sólo le faltaba hablar con su hermano para que suspenda el viaje y termine de ayudarlo para ultimar los detalles de la celebración ¡Y vaya que iba a hacerlo trabajar! Era lo menos que podía hacer, vengarse de esa forma tan patética. Era el único consuelo estúpido que tenía después de lo que había pasado. Daniel había tenido demasiada suerte con la “mentirilla” que le había contado a Kate, según él, “para no lastimarla” -¡¿Gastroenteritis?! ¡Por favor! ¡¿Como Beckett puede ser tan ingenua para creerse eso?!- se preguntaba indignado el escritor al saber que ella lo había perdonado por no asistir a la recepción. Y no sólo lo había perdonado, sino que también se había quedado toda la noche con él para cuidarlo, pensando que los vómitos y el dolor de cabeza se debían a la enfermedad que se había pescado. -¡Es evidente que esta niña nunca tuvo una resaca! ¡Ya basta, Richard! ¡No debes pensar más en eso! ¡Sabes que no te incumben sus asuntos de pareja!… debes concentrarte en la fiesta de Nochebuena y mantener la mayor distancia posible, como te prometiste a ti mismo.- se convencía mentalmente mientras revisaba los apuntes que había hecho con infinitas ideas para la celebración. Todo tenía que salir perfecto y él, se encargaría de que así fuese.
Rodgers esperó despierto a Dan hasta bien entrada la madrugada. Su hermano se sorprendió al verlo levantado.
-¿Qué haces despierto tan tarde?- preguntó el menor de los hermanos al abrir la puerta.
-Estoy esperándote.- respondió el escritor antes de levantarse del sillón donde se encontraba.
-¿Esperándome? ¿Para qué? ¿Qué hice ahora?
-Nada o eso espero. Quería hablarte de las fiestas... Supongo que sabes que Beckett no puede viajar a New York a reunirse con sus padres debido a la tormenta de nieve...
-Sí, lo sé. Es una pena...
-Juan y Phil también se quedan por aquí así que se me ocurrió organizar una fiesta de navidad aquí en casa. Me gustaría creer que suspenderás el viaje con tus amigos y nos acompañarás...
-¡¿Qué?! ¡¿Suspender el viaje?! ¡¿Es que acaso estás loco?! Llevo planeándolo hace meses y de ninguna forma voy a dejar de ir.
-Puedes salir un par de días después. Así podrás estar en la cena y no perderte las vacaciones…- explicó Richard, creyendo haber encontrado la solución.
-¡¿Y perderme la diversión de viajar todos juntos?! ¡De ninguna manera voy a modificar algo que quiero hacer hace tanto tiempo!
-Pero, tu novia se va a quedar sola ¿Es que acaso no te importa?
-No es que no me importe, pero ya pagué la estadía y tengo comprados los boletos de avión. No voy a suspenderlo o a modificarlo sólo porque Kate no puede viajar a ver a sus padres. No es mi culpa que el aeropuerto de New York esté cerrado...
-Ya sé que no es culpa tuya, pero podrías ser un poco más considerado con tu chica y no dejarla pasar sola la navidad.
-No voy a suspenderlo, perdería el dinero que ya pagué por adelantado y a mí no me sobra como a ti, hermano. Además, ya te dije que vengo planeando esto desde hace meses, todos mis amigos van a estar ahí y no puedo perderme ni un minuto. Estoy seguro de que Kate entenderá...
-Eres un egoísta. Siempre piensas en ti mismo... No sé como Beckett aun te soporta.
-¡Me sobran encantos, hermano! Kate está rendida a mis pies y nada de lo que yo haga va a cambiar eso, así que tranquilo. Ella seguirá estando cuando yo regrese.
-Realmente, Daniel, me das vergüenza... No sé donde aprendiste a comportarte de esa forma con las mujeres...
-En la escuela de la vida... Ahora si me disculpas, tengo que terminar de armar las maletas.
Sin darle más oportunidad de seguir reprendiéndolo, Dan se dirigió a su cuarto cerrando la puerta detrás de él. Rodgers, con el entrecejo aun fruncido por la irritación que le había producido la conversación, se quedó en el living pensando en lo que se estaba convirtiendo su hermano: en un verdadero patán. No podía entender como la trataba de esa forma sin importarle ni un poco su felicidad. Estaba tan furioso con su hermano que ya ni siquiera sentía culpa por la forma en la que se había acercado a Kate. Ya no se sentía una basura por haberla besado y más aun, deseaba con todo su corazón volver a hacerlo. Daniel le había demostrado más de una vez que su chica le importaba poco y nada, dando por sentado que ella estaba tan enamorada de él que nada de lo que pudiese hacerle cambiaría eso. Rick no podía permitir que su hermano siga comportándose de ese modo, no podría resistirlo por más tiempo. No podía seguir guardando silencio ante todas las mentiras e infidelidades de su hermano hacia ella, pero ¿qué podía hacer para remediarlo? ¿Había algo que fuese posible hacer sin traicionar a Dan?
Evidentemente, tenía que tomar una decisión, tomar un bando, decidir de qué lado de la mecha ponerse. No sabía aun cual era el correcto. Mejor dicho, la culpa no lo dejaba aceptarlo, pero sí lo sabía. Su corazón se había encargado de gritarlo galopando ingobernable dentro de su pecho, cada vez que se acercaba a ella. Lo había sabido desde el preciso momento en el que había cruzado la línea, desde ese instante en el que había atravesado el oscuro umbral, dejándose llevar por la locura, por la tremenda insensatez de saborear sus exquisitos labios en ese furtivo beso que se había atrevido a robarle a su preciosa chiquilla.
UNOS MESES ANTES, EN LA NOCHE DE LA ENTREGA DE PREMIOS…
Richard se apresuraba a cambiarse de ropa lo más rápido que sus nervios se lo permitían. Estaba tenso. No sabía bien por qué era; si por lo que estaba a punto de hacer o por la fuerte discusión que había tenido con su hermano. No lo había golpeado. No porque no se lo mereciera, sino porque su madre estaba presente y no quería hacerle pasar un peor momento del que ya estaba pasando al ver a su hijo menor en un completo estado de ebriedad. Además, no hubiese sido correcto pegarle en ese estado, sin duda su hermano mayor prefería que pudiese defenderse.
Dan había estado bebiendo desde la tarde con unos compañeros, sin importarle la hora, sin importarle que tenía que pasar a buscar a su novia a las ocho y media, y sin importarle que hoy conocería a sus suegros. Se había dignado a aparecer pasadas las siete y media de la tarde, tambaleándose de un lado a otro, brindando un espectáculo lamentable.
El escritor se encontraba en el baño, terminando de ducharse. Al cerrar el agua escuchó discutir a su madre con Daniel y sin perder tiempo, se puso su bata de toalla y salió en dirección al comedor.
-¡¿Cómo puedes hacerle esto a Kate, Daniel?! ¡Debería darte vergüenza!- recriminó Martha a su hijo al verlo en ese estado.
-¿Hacer qué?
-¡No te hagas el estúpido! ¡Sabes perfectamente que debes pasar a recoger a tu novia en menos de una hora y estás tan borracho que no puedes ni siquiera llegar a la habitación tú solo!
-¡No estoy borracho! ¡Sólo fueron un par de copas con los muchachos, mamá! Nada que una buena ducha y unas cuantas tazas de café no puedan arreglar…- todas y cada una de las palabras que salían de la boca del hermano menor, se arrastraban cada vez más pesadas, haciendo poco entendible sus explicaciones.
-¿Un par de copas con los muchachos? ¡Pero, que dura que tienes la cara!...
-¿Qué es lo que pasa aquí?- inquirió con severidad el escritor al entrar al living.
-¡Mira nada más en el estado en que se encuentra? ¿Cómo va a presentarse de esa manera ante los padres de Kate? -¡No sé cómo podrá sacarse el olor a alcohol y a perfume de mujer que tiene impregnado!- gritó Martha visiblemente frustrada.
-¡Te estoy diciendo que estoy bien! ¡Sólo tomaré un poco de café y después iré a esa estúpida fiesta! ¡Así que deja de molestarme, maldita sea!- dijo Daniel alzando la voz.
-¡No te atrevas a hablarle de ese modo a tu madre!- exigió Richard parándose frente a su hermano.
-¡Tú no te metas!- largó el hermano menor empujando al escritor.
-¡¿Qué no me meta, dices?! ¡¿Te estás comportando como un imbécil y pretendes que no me meta?! ¡¿Qué es esto de emborracharte justo hoy?! ¡¿No pudiste juntarte mañana con tus amigos?! ¡¿No pudiste aguantar ni una tarde sin ver a tu amante de turno?! ¡¿No pudiste pensar una sola vez en Kate?! ¡¿Tan egoísta eres que no puedes darte cuenta que estás a punto de arruinar una noche muy importante para ella?! ¡No entiendo cómo puedes tratarla de esa forma!...- Rick se oía furioso y lo único que podía hacer era gritarle, inmerso en la frustración que le producía el profundo desinterés de su hermano por Beckett.
Daniel se quedó callado. Por primera vez desde que había llegado había permanecido en silencio escuchando todo lo que su hermano mayor tenía para decirle. Finalmente lo miró a los ojos y le preguntó:
-¿Y a ti porque te importa tanto como yo trato a Kate?
-¡Porque es una mujer increíble, Daniel! ¡Y si todavía no te diste cuenta de eso, quizás no merezcas que este a tu lado!
-¿Qué insinúas? ¿Qué soy poca cosa para Kate?
-¡Tú mismo dices eso! ¡Yo lo único que digo es que no la tratas como se merece!
-¡Y seguramente, tú sabes cómo tratarla! ¡¿No es así?! ¡Dime, hermano! ¡¿Tú tienes lo que necesita para hacerla feliz?!- escupió Daniel tomándolo violentamente de la solapa de la bata.
-¡Ya! ¡Es suficiente! ¡Esta discusión se ha terminado!- elevó Martha la voz por sobre la de sus hijos. -¡Daniel, tú ve a darte una ducha! ¡Y tú Richard, ve a preparar café!- el hermano menor soltó al escritor en el acto, agachando la cabeza al escuchar a su madre.
-¡Claro! ¡Como si una ducha y una jarra de café fuesen suficientes para componerlo!- protestó enfadado el escritor.
-¡Basta he dicho, Richard! ¡No quiero escucharlos discutir nuevamente esta noche!
Ambos jóvenes le hicieron caso a su madre sin decir otra palabra más. Daniel se dirigió tambaleante al baño y Richard a la cocina a preparar la cafetera.
Martha negó con la cabeza suspirando y fue a reunirse con su hijo mayor en la cocina.
-Ponle mucho café. Tiene que estar bien fuerte, aunque yo tampoco creo que pueda componer a tu hermano para esta noche…
-¡Te juro que lo mataría, madre! ¿Cómo pudo hacerle esto a Kate? ¿Qué es lo que va a hacer cuando se entere en el estado lamentable en que está su novio?
-Seguramente va a decepcionarse muchísimo…
-No puedo dejar que Daniel arruine esta noche…
-¿Y qué piensas hacer al respecto?
-¡No lo sé, madre! No se me ocurre nada como para hacer que Daniel parezca sobrio… Lo único que sé es que no puedo permitir que Beckett se presente sola en la recepción…
A lo lejos se escucharon cosas caer, vidrios romperse, interrumpiendo la conversación. Rodgers salió despedido para el baño intuyendo que su hermano podría haberse golpeado. Al entrar lo vio dentro de la bañera, a las carcajadas y con restos de la cortina en su mano, que aparentemente, había arrancado al tratar de aferrarse a ella para no caer. El caño que la sostenía descansaba sobre el lavabo, después de haber destrozado un par de frascos con sales y una de las esquinas del espejo. Rápidamente se acercó a Dan para comprobar que no estuviese lastimado, y por suerte estaba ileso, aunque difícilmente pudiese mantener los ojos abiertos por la borrachera.
Rick lo levanto y como pudo lo puso abajo del agua, intentando despertarlo. En ese estado no podía ni siquiera llegar a su cama sin ayuda. Martha se acercó también hasta la regadera intentando ayudar a su hijo mayor. Entre los dos pudieron lograr despertarlo lo suficiente como para llevarlo hasta su cuarto. El escritor fue quien se encargó de acomodarlo boca abajo en su cama, después de lo cual, Daniel se durmió profundamente.
-Vamos Richard, Hay que dejarlo dormir. No hay nada que podamos hacer para que reaccione…- dijo Martha a su hijo tomándolo del brazo para sacarlo de la habitación. El escritor, que no había dejado de mirarlo, arrastro la palma de la mano sobre su rostro, como queriendo borrar la frustración y el enfado que le producía verlo así.
-Tienes razón…- aceptó con desanimo. Su hermano la había cagado bien esta vez. Había logrado arruinar la noche de Beckett y al parecer ni le importaba. Muy por el contrario, Rick se sentía pésimo pensando en el mal momento que pasaría la joven al enterarse de que su novio no asistiría a la recepción.
Su madre, quien aun lo arrastraba para sacarlo de ahí le dijo:
-Vamos hijo, tomemos una taza de café…
-No tengo tiempo, madre. Debo ir a vestirme…
-¿Vas a ir a buscar a Kate? ¿Estás seguro?
-Por supuesto. No voy a permitir que vaya sola.
-¿Y qué hay con Daniel?
-¿De qué estás hablando? ¿Cómo que qué hay con Daniel? ¡Daniel está inconsciente en una cama producto del alcohol! ¿Crees que pueda importarle que yo vaya en lugar de él? Creo que ya ha dejado muy en claro lo poco que le importa su relación con Kate…
Su madre se lo quedó mirando mientras pensaba en lo que le había dicho. Richard tenía razón en todas y cada una de sus palabras, y a decir verdad ella también estaba furiosa con Dan por lo que le estaba haciendo a Kate. Martha se había encariñado tanto con la joven, que la actitud de su hijo menor para con su chica la avergonzaba al igual que a Rick.
-Tienes razón. Ya es hora de que dejemos de tratar a Dan como a un niño y comencemos a tratarlo como el adulto que es. Por mucho que yo ame a Daniel no puedo tolerar semejante trato hacia Kate, ella no se lo merece en absoluto… Ahora basta de charla, Richard. Tienes que cambiarte rápido si quieres llegar a tiempo… Pásame la camisa. Yo te la plancho mientras tú te vistes.
-De acuerdo.
El escritor se dirigió hasta su cuarto a buscar la camisa, seguido muy de cerca por su madre. Luego de pasarle la prenda, cerró la puerta detrás de él diciendo:
-Gracias. De verdad…
Martha se dirigió hasta el pequeño lavadero, donde se encontraba la plancha, mientras pensaba en todo lo que estaba sucediendo. Nunca se había metido en las relaciones de ninguno de sus dos hijos, menos que menos se había metido entre medio de los dos hermanos. Esta vez, era diferente. Uno de sus hijos se estaba portando pésimo y el otro estaba tratando de enmendar los daños, de la única forma que le era posible. El problema es que ella sabía lo que sentía Richard por Kate y desconocía lo que verdaderamente sentía Dan por su novia. El hermano menor había demostrado con su falta de preocupación hacia su relación, que no la amaba realmente o que si lo hacía tenía una forma muy curiosa de demostrarlo. Muy por el contrario, Rick siempre estaba pendiente de ella, acompañándola más que su propio hermano, tratando de protegerla siempre, amándola en completo silencio. Y como mujer, intuía que Kate podía notar la forma en que su hijo mayor la trataba, como también podía darse cuenta la forma en que ella se lo quedaba mirando más de una vez. Siempre que sus miradas se cruzaban desprendían magia, y el hechizo se extendía invisible, rodeándolos, dejando fuera a todo lo demás. El aroma de lo prohibido era tan intenso, tan deseable, tan irresistible, que difícilmente lograrían ignorarlo. Y eso, Martha lo comprendía muy bien.
Luego de terminar de planchar la camisa y salió rumbo a la habitación de Richard, preguntándose así misma que tan bien le hacía todo esto a su hijo mayor.
Al momento de pararse frente a la puerta, comenzó a golpear impaciente.
-Ya te planché la camisa, hijo. Y que conste que de verdad te quiero mucho por haberlo hecho… ¡Nadie en su sano juicio enchufaría una plancha con este calor!- dijo al abrir la puerta cansada de esperar a que su hijo le abra.
-¡Gracias, madre! Te prometo que voy a dejarlo muy claro en tu epitafio…- bromeó el escritor como siempre lo hacía con Martha. Agarró la camisa color negra que le ofrecía su madre y se la abrochó en un santiamén, dejando el cuello levantado para colocarse la corbata turquesa que tan bien combinaba con sus ojos.
-¡Estás tan apuesto, Richard!- dijo su madre al verlo con el traje negro que tan bien le quedaba.
-Gracias, madre…
-¿Por qué esa cara de repente, hijo?
El escritor suspiró desanimado.
-Beckett se va a poner furiosa en cuanto me vea a mí y no a Dan… Pensándolo bien, no creo que sea tan buena idea…
-¿Y mejor opción que ir contigo será ir sola? ¿Estás seguro? ¡¿Es que acaso te estás acobardando?! ¡Te creía más valiente, Richard!
-No lo sé, madre. No le va a gustar en lo más mínimo tener que ir conmigo…
-Yo no apostaría eso… yo creo que no va a resultarle tan odioso pasar toda la noche a tu lado… ¡Así, que vamos! ¡Encuentra tu autoestima que está tirada en el piso en alguna parte de este cuarto y póntela bien arriba! ¡Y apúrate, porque vas a llegar tarde!- sugirió Martha intentando levantarle el ánimo.
Richard obedeció a su madre y salió de inmediato con rumbo al garaje. Se subió a su deportivo y salió como un bólido a buscar a Beckett.
Durante todo el trayecto fue pensando en que le diría al presentarse en su puerta. Había dibujado en su cabeza cientos de situaciones posibles que podían surgir cuando ella le abriera, miles de reacciones, millones de preguntas y poquísimas respuestas. El dilema era fácil de explicar, pero complicado de resolver: se trataba de decidir si delataría a su hermano o inventaría alguna excusa. Difícil elección, ya que cualquiera de las dos suponía una traición ¿Traicionar a Daniel o traicionarla a ella?
Tan difícil le resultaba todo esto, que no hacía más que maldecir por estar en el medio, mientras que entre insulto e insulto golpeaba el volante con frustración. Luego de meditarlo profundamente llegó a la conclusión de que lo mejor era no meterse, mantenerse al margen de la relación de ellos dos, como había sido hasta ahora, y apelar a su ingenio para poder esquivar las preguntas que Kate pudiese hacerle.
Estacionó el auto en el parking de los dormitorios de estudiantes, se bajó del auto, se abrochó el saco, se acomodó la corbata y comenzó a caminar hasta la habitación de la joven. Estaba nervioso, como nunca lo había estado. Aun no sabía que reacción tendría Beckett al verlo ahí parado, pero conociendo su carácter, suponía que no sería una sonrisa lo primero que vería en su rostro.
Al llegar a la puerta, respiró hondo, largó el aire lentamente y golpeó dos veces. Escuchó los pasos aproximarse y la voz enfadada de ella al otro lado. Mientras Kate giraba el picaporte para abrir, el escritor tragaba saliva.
-¡Daniel, vamos a llegar tard…! ¡¿Rick?!... ¡¿Qué haces tú aquí?!- preguntó completamente asombrada de verlo ahí. Rápidamente recordó a su novio y su gesto de sorpresa devino en preocupación: -¡¿Pasó algo con Dan?!
-Nada grave, Beckett. No te preocupes… Daniel no podrá venir y en su lugar vengo yo para acompañarte a la recepción…
-¡¿Cómo que no podrá venir?! ¡¿Qué diablos le pasó, Rodgers?!
-Él mismo se encargará de explicarte. Ahora, si no nos damos prisa, llegaremos tarde.
-¡¿Y que se supone que voy a decirle a mis padres?! ¡Se supone que debo presentarles a mi novio! ¿Y voy a aparecer con mi cuñado? ¡No puedo creerlo! – Kate sonaba indignada y él entendía perfectamente por qué.
-A tus padres les dirás que Daniel tuvo un contratiempo y no pudo llegar y que su apuesto hermano se ofreció a acompañarte. Ya tendrán oportunidad de conocerlo…- explicó el escritor intentando aflojar un poco la incómoda situación.
-¡Rodgers, escúchame bien: vas a decirme que le pasó a Dan para no poder asistir esta noche o ni siquiera saldré de este pasillo! ¿Entendido?- desafió la joven clavándole la mirada, ignorando por completo su encantadora sonrisa, que poco a poco fue desapareciendo del rostro de Richard al escucharla.
-¡No! ¡Tú escúchame, Beckett! ¡No voy a decirte absolutamente nada! Daniel no pudo venir y punto! ¡Si quieres enterarte el porqué, se lo preguntas tu misma en cuanto lo veas! ¡No pienso meterme en sus asuntos de pareja!
-¡Y si no quieres meterte en nuestros asuntos de pareja ¿Qué es lo que haces aquí en su lugar?!
-¡Estoy tratando de que no vayas sola a la entrega de premios! ¡Así que deja de comportarte como una niña y dime de una maldita vez si quieres que te acompañe o no! ¡Aun estoy a tiempo de retomar mis propios planes, los que suspendí, porque supuse que no querrías ir sola!- el escritor sonaba enojado. Bastante había soportado ya esa noche y su paciencia estaba llegando al tope.
Beckett se lo quedó mirando mientras decidía si ir con él o no. Estaba furiosa con Dan por no haber asistido a la cita y ni siquiera saber por qué. Por otro lado tenía a su apuesto e irresistible cuñado con ese traje negro que parecía dibujado sobre su cuerpazo, dispuesto a acompañarla después de haber dejado de lado sus compromisos para estar ahí y para ser sincera, no le desagradaba en absoluto pasar la velada con él.
Miró a su compañera de cuarto, quien había estado detrás de la puerta durante todo este tiempo, buscando su opinión con la mirada. Brenda respondió sin decir palabra, deshaciéndose en señas de lo más exageradas para hacerle entender que no desaproveche la oportunidad de ir con el escritor. ¿Qué más le hacía falta para convencerse?
FIN PARTE 1
Hasta acá la primer parte. Ojalá que les haya gustado!!! Tranquil@s; la segunda parte la subo este finde, en cuanto termine de ultimar unos detalles… Traten de no odiarme mucho ¿si? jajajajajajaja
Muchas gracias por leer y espero sus críticas, sugerencias y comentarios, como siempre!!!
Saludos y hasta la próxima!!!
CAPITULO VII – PARTE 1
Nuevamente se encontraba durmiendo una noche en cada hotel, tal como había sucedido tiempo atrás. El nuevo libro de Richard Castle se estaba vendiendo realmente bien y su editorial no había tardado en organizarle una nueva gira por las librerías para firmar los ejemplares a los nuevos fanáticos del resurgido escritor. En esta oportunidad sólo viajaría por pequeños pueblos aledaños y no recorrería grandes distancias, pero de todas formas no le agradaba la idea de ausentarse de su casa por mucho tiempo, aunque debía reconocer que le había venido como anillo al dedo y no había puesto objeciones a su editor, a pesar de que le había avisado del viaje unas horas antes y ni siquiera sabría cuanto tiempo estaría fuera. Richard, verdaderamente tenía que desaparecer esta vez, huir como un verdadero cobarde, y por supuesto sin hacerse cargo de lo que había pasado la noche de la entrega de premios. Esta vez, ausentarse repentinamente, era lo mejor que podía hacer si no quería estropear para siempre su relación con Beckett y con su hermano.
Todo había sucedido tan rápido, de forma tan inconsciente, que aun no terminaba de asimilar muy bien todo lo que había pasado, y mucho menos de entenderlo. Lo que si entendía perfectamente es que había sido un error, un estúpido error, pero del que, curiosamente, no estaba completamente arrepentido. Y eso era lo que más carcomía su conciencia.
Durante el día su cabeza se mantenía ocupada por las tareas programadas por su editor y publicista, por lo que trataba de no pensar en ella, pero por las noches, inevitablemente, su recuerdo se colaba dentro de sus pensamientos, instalándose sin pedir permiso, y el escritor no encontraba la manera de arrancarla de su mente sino hasta quedarse profundamente dormido.
Se le ocurrió entonces invitar a Meredith para que lo acompañe unos días. Las cosas no habían estado bien entre ellos, mayormente debido a las largas ausencias de la actriz. La última conversación que habían tenido había terminado en discusión y la decisión por parte de él tomar distancia, por lo menos hasta que ella tuviese algo de tiempo para dedicar a la pareja. El mismo día que Richard salía de viaje, la pelirroja llamó para decirle que tendría algo de tiempo libre antes de regresar a sus clases de teatro y que le encantaría verlo para arreglar las cosas, pero justo había surgido lo de la firma de autógrafos y ni siquiera se habían visto para despedirse. En ningún momento había pensado en que ella lo acompañase a la gira, pero dadas las circunstancias, en ese momento pensó que sería una estupenda idea. Esa misma noche la llamó por teléfono para invitarla y por suerte para él, ella aceptó de inmediato. El escritor estaba convencido de que la presencia de su chica lograría alejar sus pensamientos de Beckett.
Su novia Meredith, lo había alcanzado en uno de los pueblos donde se encontraba. La compañía de la divertida pelirroja le había servido al escritor para distraerse un poco durante los momentos que pasaba con su chica, pero contrariamente a lo que él creía, el dormir junto a su novia tampoco le había impedido dedicarle a Kate sus últimos minutos de conciencia antes de rendirse al sueño. Al parecer nada podía borrarla de su mente, ni siquiera la triste farsa que él mismo había montado, jugando la pareja feliz con Meredith, tratando inútilmente de disfrutar de unas mini vacaciones. El único consuelo que le quedaba era saber que de verdad lo había intentado todo para no pensar en Beckett, pero nada había funcionado y el invitar a su novia a parte de la gira había sido un tremendo error, del que estaba arrepentido. Por lo que después de meditarlo durante toda una noche con detenimiento, llegó a la conclusión de que debía tomar una decisión de inmediato.
***
En el Café de la Rue Morgue, todo había estado bastante tranquilo, plano, monótono. En una palabra: aburrido. La prolongada ausencia del escritor había dejado a los que trabajaban ahí sin chistes tontos, bromas, incoherencias desopilantes y demás condimentos que agregaba cada tarde con su presencia.
Se había marchado al otro día de la entrega de premios, por la tarde, sin despedirse de nadie más que de su madre.
No había sido agradable para Kate el hecho de que Rick se fugase así sin más, sin decir nada, sin explicar nada. La joven no había hecho más que taladrarse a preguntas durante los últimos dos meses; preguntas que se sumaban a las que ya se venía haciendo, preguntas dirigidas a él, pero también dirigidas a ella misma. Pero el mayor interrogante que se le planteaba era si verdaderamente quería oír las respuestas.
Beckett sabía por Martha que Rick regresaría hoy por la noche y probablemente al otro día fuese a atender el café, o al menos eso deseaba: volver a tenerlo ahí todas las tardes.
Aun perduraba en ella el enfado con el escritor por haber desaparecido de repente, pero claro, por un lado ella no era nadie para reclamarle nada, sólo era su cuñada, su empleada y nada más; aunque por otro lado, sí podía reprocharle que no había tenido la valentía suficiente como para hacerse cargo de lo que había provocado en esa última noche que se vieron. No había tenido las agallas como para enfrentarla y hablar de lo sucedido como dos adultos; y por más que secretamente se alegrara de su regreso, todo esto saldría a flote en algún momento, desatando tempestades en los siete mares, si ambos se atrevían a decir lo que guardaban dentro.
Al día siguiente, al llegar al trabajo luego de sus clases se reencontró con Richard. Él, la saludo cordialmente, como siempre lo hacía, como si nada hubiese pasado, como si nunca se hubiese ido, pero diferente. Parecía ser que estaban a kilómetros de distancia uno del otro, aunque estaban en el mismo salón. Como bien había supuesto la joven, las cosas estarían extrañas entre ellos, pese a que todo pareciera de lo más normal.
Beckett también intentó comportarse como siempre, tratando de restarle importancia a la distante actitud del escritor, por lo que se dedicó a atender las mesas y en sus ratos libres a repasar los apuntes de sus clases, tratando de prestarle sólo la atención necesaria que precisaba para trabajar. El único inconveniente que se le presentaba era que cada tanto, su mirada se posaba unos segundos en él, sin poder hacer nada para evitarlo. Se había imaginado tantas veces su regreso después de esa noche, con tantos posibles escenarios, con reproches, preguntas, quizá también respuestas. Había repasado todo una y otra vez pensando y repensando lo que había ocurrido entre ellos, que lo único que deseaba era tenerlo nuevamente delante de ella y bombardearlo a preguntas en cuanto le viniese a decir algo de esa madrugada. Lo que no se había imaginado nunca, era su silencio.
Beckett miró el reloj que colgaba de la pared, se acercó hasta la barra y pidió usar el teléfono. Kate debía comunicarse con la aerolínea para que le confirmaran si su vuelo saldría. Mañana por la noche volaría a New York a pasar la navidad con sus padres, pero un tremendo temporal con fuertes tormentas de nieve azotaban a la “gran manzana”, haciendo imposible el arribo o la salida de cualquier avión del aeropuerto J.F. Kennedy.
-¿Todo en orden, Kate?- preguntó el escritor al ver la expresión en el rostro de la joven al colgar el teléfono.
-Sí, no pasa nada...
-¿Seguro?-insistió Rick buscando su mirada para comprobar si decía la verdad. La joven no pudo esconderse de sus profundos ojos azules.
-No es nada grave... sólo que el aeropuerto de New York se encuentra cerrado por las fuertes tormentas de nieve y al parecer no podré pasar la navidad con mis padres... Es la primera vez que no la pasamos juntos...
-Entiendo... Me imagino que debes estar muy triste por no poder pasar las fiestas con ellos...
-No es para tanto... Sólo debo resignarme a no ver caer nieve sobre la ventana de casa. A mis padres los veré en cuanto abran el aeropuerto. Espero que sea antes de año nuevo o deberé ir por tierra en un autobús. No quiero pasar las dos celebraciones lejos de ellos...- explicó tratando de mostrarse optimista, a pesar que la invadía la tristeza.
-Me encantaría poder hacer algo para ayudarte... - largó sin pensar el escritor. Como siempre que algún inconveniente rodeaba a Beckett, él de inmediato se calzaba su armadura de caballero, intentando ayudarla, en lo sea, como sea. Se dio cuenta que eso era algo que no podía evitar, pese a toda la distancia que se había obligado a tomar después de la imprudencia de esa noche. Simplemente no podía mantenerse lejos si ella lo necesitaba.
Y de verdad la veía mal por la situación, su rostro lo reflejaba con claridad, y comprendía la tristeza de la joven quien había experimentado grandes cambios en su vida, tales como vivir a miles de kilómetros de su casa cursando una carrera, viviendo dentro de un campus universitario, y además trabajando por las tardes para costearse su estadía. Podía entender muy bien lo que le producía tener que resignar la posibilidad de ver a sus padres después de tanto tiempo y a pesar de que Beckett intentase mostrarse como siempre, la profunda mirada del escritor podía traspasarla como si fuese transparente, descubriendo sus más profundos sentimientos.
Sin querer seguir amargándose por la situación, Kate intentó seguir trabajando como todas las tardes, mostrando su mejor sonrisa a los clientes del café. Más tarde tendría que avisarles a sus padres la noticia de que no podría asistir a la cena de Nochebuena con su familia.
Rick, quien no le había sacado la vista de encima durante toda la tarde, (al igual que no pudo sacarla de su cabeza durante todo el viaje) no pudo más que pensar en la forma de reconfortar a su bella empleada. El escritor sabía que su hermano tenía planeado un viaje con sus amigos para las fiestas, pero suponía que al enterarse de que su novia no podía viajar a ver a sus padres, y sabiendo lo que le había contado su madre de lo bien que aparentaba portarse después de haberse perdido la entrega de premios, lo suspendería de inmediato para quedarse con ella para la navidad. Entonces se le ocurrió que podía organizar una gran fiesta en su casa, donde podrían estar todos juntos celebrando y así poder alegrar a la joven.
Sabía que Phil no tenía familia en Estados Unidos y Juan tampoco, con excepción de su novia por lo que si aun no tenían planes podrían asistir a la reunión. Su madre también estaría invitada, por supuesto, cosa que alegraría enormemente al reconocido pastelero, quien siempre se había sentido atraído por ella, pero que nunca se había atrevido a decírselo. Según Phil, el destino no los quería juntos, ya que cada vez que se habían cruzado a lo largo de sus vidas, alguno de los dos se encontraba en pareja haciendo imposible un acercamiento. Martha en cambio, creía simplemente que él jamás la había mirado con otros ojos que no fuesen los de el gran amigo que le demostraba ser, suponiendo que nunca se había sentido atraído por ella y descartando así cualquier posibilidad de intentar algo juntos.
Richard se había dado cuenta más de una vez la forma en que ellos dos se miraban, sin comprender porque nunca habían intentado salir, siendo que se devoraban con sus miradas cada vez que ellas se cruzaban. Ahora, ambos estaban solos y sin ningún compromiso, por lo que, pensaba el escritor, era el momento ideal para que Phil avance y le muestre sus sentimientos a su madre y que mejor momento para un acercamiento que organizar una fiesta navideña. Entonces, Rodgers se puso manos a la obra y lo primero que hizo fue preguntar al pastelero francés si le daba una mano para armar todo. Una vez hablado el tema con Phil le preguntaría a su madre lo mismo, dándoles la excusa perfecta para pasar un buen tiempo juntos.
Preguntó también a Juan si aun no tenía planes para la Nochebuena, a lo que el joven contestó que la pasaría solo ya que su novia viajaría para reunirse con su familia y él había preferido quedarse para hablar por teléfono con su madre, como hacía todas las madrugadas de navidad cerca de las dos y media de la mañana. Rick no tardó mucho en convencerlo de que se les una en la celebración en su casa, prometiéndole que si Phil no podía llevarlo, él mismo lo dejaría a tiempo en su casa para recibir el llamado.
Ya todo estaba casi arreglado sólo le faltaba hablar con su hermano para que suspenda el viaje y termine de ayudarlo para ultimar los detalles de la celebración ¡Y vaya que iba a hacerlo trabajar! Era lo menos que podía hacer, vengarse de esa forma tan patética. Era el único consuelo estúpido que tenía después de lo que había pasado. Daniel había tenido demasiada suerte con la “mentirilla” que le había contado a Kate, según él, “para no lastimarla” -¡¿Gastroenteritis?! ¡Por favor! ¡¿Como Beckett puede ser tan ingenua para creerse eso?!- se preguntaba indignado el escritor al saber que ella lo había perdonado por no asistir a la recepción. Y no sólo lo había perdonado, sino que también se había quedado toda la noche con él para cuidarlo, pensando que los vómitos y el dolor de cabeza se debían a la enfermedad que se había pescado. -¡Es evidente que esta niña nunca tuvo una resaca! ¡Ya basta, Richard! ¡No debes pensar más en eso! ¡Sabes que no te incumben sus asuntos de pareja!… debes concentrarte en la fiesta de Nochebuena y mantener la mayor distancia posible, como te prometiste a ti mismo.- se convencía mentalmente mientras revisaba los apuntes que había hecho con infinitas ideas para la celebración. Todo tenía que salir perfecto y él, se encargaría de que así fuese.
***
Rodgers esperó despierto a Dan hasta bien entrada la madrugada. Su hermano se sorprendió al verlo levantado.
-¿Qué haces despierto tan tarde?- preguntó el menor de los hermanos al abrir la puerta.
-Estoy esperándote.- respondió el escritor antes de levantarse del sillón donde se encontraba.
-¿Esperándome? ¿Para qué? ¿Qué hice ahora?
-Nada o eso espero. Quería hablarte de las fiestas... Supongo que sabes que Beckett no puede viajar a New York a reunirse con sus padres debido a la tormenta de nieve...
-Sí, lo sé. Es una pena...
-Juan y Phil también se quedan por aquí así que se me ocurrió organizar una fiesta de navidad aquí en casa. Me gustaría creer que suspenderás el viaje con tus amigos y nos acompañarás...
-¡¿Qué?! ¡¿Suspender el viaje?! ¡¿Es que acaso estás loco?! Llevo planeándolo hace meses y de ninguna forma voy a dejar de ir.
-Puedes salir un par de días después. Así podrás estar en la cena y no perderte las vacaciones…- explicó Richard, creyendo haber encontrado la solución.
-¡¿Y perderme la diversión de viajar todos juntos?! ¡De ninguna manera voy a modificar algo que quiero hacer hace tanto tiempo!
-Pero, tu novia se va a quedar sola ¿Es que acaso no te importa?
-No es que no me importe, pero ya pagué la estadía y tengo comprados los boletos de avión. No voy a suspenderlo o a modificarlo sólo porque Kate no puede viajar a ver a sus padres. No es mi culpa que el aeropuerto de New York esté cerrado...
-Ya sé que no es culpa tuya, pero podrías ser un poco más considerado con tu chica y no dejarla pasar sola la navidad.
-No voy a suspenderlo, perdería el dinero que ya pagué por adelantado y a mí no me sobra como a ti, hermano. Además, ya te dije que vengo planeando esto desde hace meses, todos mis amigos van a estar ahí y no puedo perderme ni un minuto. Estoy seguro de que Kate entenderá...
-Eres un egoísta. Siempre piensas en ti mismo... No sé como Beckett aun te soporta.
-¡Me sobran encantos, hermano! Kate está rendida a mis pies y nada de lo que yo haga va a cambiar eso, así que tranquilo. Ella seguirá estando cuando yo regrese.
-Realmente, Daniel, me das vergüenza... No sé donde aprendiste a comportarte de esa forma con las mujeres...
-En la escuela de la vida... Ahora si me disculpas, tengo que terminar de armar las maletas.
Sin darle más oportunidad de seguir reprendiéndolo, Dan se dirigió a su cuarto cerrando la puerta detrás de él. Rodgers, con el entrecejo aun fruncido por la irritación que le había producido la conversación, se quedó en el living pensando en lo que se estaba convirtiendo su hermano: en un verdadero patán. No podía entender como la trataba de esa forma sin importarle ni un poco su felicidad. Estaba tan furioso con su hermano que ya ni siquiera sentía culpa por la forma en la que se había acercado a Kate. Ya no se sentía una basura por haberla besado y más aun, deseaba con todo su corazón volver a hacerlo. Daniel le había demostrado más de una vez que su chica le importaba poco y nada, dando por sentado que ella estaba tan enamorada de él que nada de lo que pudiese hacerle cambiaría eso. Rick no podía permitir que su hermano siga comportándose de ese modo, no podría resistirlo por más tiempo. No podía seguir guardando silencio ante todas las mentiras e infidelidades de su hermano hacia ella, pero ¿qué podía hacer para remediarlo? ¿Había algo que fuese posible hacer sin traicionar a Dan?
Evidentemente, tenía que tomar una decisión, tomar un bando, decidir de qué lado de la mecha ponerse. No sabía aun cual era el correcto. Mejor dicho, la culpa no lo dejaba aceptarlo, pero sí lo sabía. Su corazón se había encargado de gritarlo galopando ingobernable dentro de su pecho, cada vez que se acercaba a ella. Lo había sabido desde el preciso momento en el que había cruzado la línea, desde ese instante en el que había atravesado el oscuro umbral, dejándose llevar por la locura, por la tremenda insensatez de saborear sus exquisitos labios en ese furtivo beso que se había atrevido a robarle a su preciosa chiquilla.
UNOS MESES ANTES, EN LA NOCHE DE LA ENTREGA DE PREMIOS…
Richard se apresuraba a cambiarse de ropa lo más rápido que sus nervios se lo permitían. Estaba tenso. No sabía bien por qué era; si por lo que estaba a punto de hacer o por la fuerte discusión que había tenido con su hermano. No lo había golpeado. No porque no se lo mereciera, sino porque su madre estaba presente y no quería hacerle pasar un peor momento del que ya estaba pasando al ver a su hijo menor en un completo estado de ebriedad. Además, no hubiese sido correcto pegarle en ese estado, sin duda su hermano mayor prefería que pudiese defenderse.
Dan había estado bebiendo desde la tarde con unos compañeros, sin importarle la hora, sin importarle que tenía que pasar a buscar a su novia a las ocho y media, y sin importarle que hoy conocería a sus suegros. Se había dignado a aparecer pasadas las siete y media de la tarde, tambaleándose de un lado a otro, brindando un espectáculo lamentable.
El escritor se encontraba en el baño, terminando de ducharse. Al cerrar el agua escuchó discutir a su madre con Daniel y sin perder tiempo, se puso su bata de toalla y salió en dirección al comedor.
-¡¿Cómo puedes hacerle esto a Kate, Daniel?! ¡Debería darte vergüenza!- recriminó Martha a su hijo al verlo en ese estado.
-¿Hacer qué?
-¡No te hagas el estúpido! ¡Sabes perfectamente que debes pasar a recoger a tu novia en menos de una hora y estás tan borracho que no puedes ni siquiera llegar a la habitación tú solo!
-¡No estoy borracho! ¡Sólo fueron un par de copas con los muchachos, mamá! Nada que una buena ducha y unas cuantas tazas de café no puedan arreglar…- todas y cada una de las palabras que salían de la boca del hermano menor, se arrastraban cada vez más pesadas, haciendo poco entendible sus explicaciones.
-¿Un par de copas con los muchachos? ¡Pero, que dura que tienes la cara!...
-¿Qué es lo que pasa aquí?- inquirió con severidad el escritor al entrar al living.
-¡Mira nada más en el estado en que se encuentra? ¿Cómo va a presentarse de esa manera ante los padres de Kate? -¡No sé cómo podrá sacarse el olor a alcohol y a perfume de mujer que tiene impregnado!- gritó Martha visiblemente frustrada.
-¡Te estoy diciendo que estoy bien! ¡Sólo tomaré un poco de café y después iré a esa estúpida fiesta! ¡Así que deja de molestarme, maldita sea!- dijo Daniel alzando la voz.
-¡No te atrevas a hablarle de ese modo a tu madre!- exigió Richard parándose frente a su hermano.
-¡Tú no te metas!- largó el hermano menor empujando al escritor.
-¡¿Qué no me meta, dices?! ¡¿Te estás comportando como un imbécil y pretendes que no me meta?! ¡¿Qué es esto de emborracharte justo hoy?! ¡¿No pudiste juntarte mañana con tus amigos?! ¡¿No pudiste aguantar ni una tarde sin ver a tu amante de turno?! ¡¿No pudiste pensar una sola vez en Kate?! ¡¿Tan egoísta eres que no puedes darte cuenta que estás a punto de arruinar una noche muy importante para ella?! ¡No entiendo cómo puedes tratarla de esa forma!...- Rick se oía furioso y lo único que podía hacer era gritarle, inmerso en la frustración que le producía el profundo desinterés de su hermano por Beckett.
Daniel se quedó callado. Por primera vez desde que había llegado había permanecido en silencio escuchando todo lo que su hermano mayor tenía para decirle. Finalmente lo miró a los ojos y le preguntó:
-¿Y a ti porque te importa tanto como yo trato a Kate?
-¡Porque es una mujer increíble, Daniel! ¡Y si todavía no te diste cuenta de eso, quizás no merezcas que este a tu lado!
-¿Qué insinúas? ¿Qué soy poca cosa para Kate?
-¡Tú mismo dices eso! ¡Yo lo único que digo es que no la tratas como se merece!
-¡Y seguramente, tú sabes cómo tratarla! ¡¿No es así?! ¡Dime, hermano! ¡¿Tú tienes lo que necesita para hacerla feliz?!- escupió Daniel tomándolo violentamente de la solapa de la bata.
-¡Ya! ¡Es suficiente! ¡Esta discusión se ha terminado!- elevó Martha la voz por sobre la de sus hijos. -¡Daniel, tú ve a darte una ducha! ¡Y tú Richard, ve a preparar café!- el hermano menor soltó al escritor en el acto, agachando la cabeza al escuchar a su madre.
-¡Claro! ¡Como si una ducha y una jarra de café fuesen suficientes para componerlo!- protestó enfadado el escritor.
-¡Basta he dicho, Richard! ¡No quiero escucharlos discutir nuevamente esta noche!
Ambos jóvenes le hicieron caso a su madre sin decir otra palabra más. Daniel se dirigió tambaleante al baño y Richard a la cocina a preparar la cafetera.
Martha negó con la cabeza suspirando y fue a reunirse con su hijo mayor en la cocina.
-Ponle mucho café. Tiene que estar bien fuerte, aunque yo tampoco creo que pueda componer a tu hermano para esta noche…
-¡Te juro que lo mataría, madre! ¿Cómo pudo hacerle esto a Kate? ¿Qué es lo que va a hacer cuando se entere en el estado lamentable en que está su novio?
-Seguramente va a decepcionarse muchísimo…
-No puedo dejar que Daniel arruine esta noche…
-¿Y qué piensas hacer al respecto?
-¡No lo sé, madre! No se me ocurre nada como para hacer que Daniel parezca sobrio… Lo único que sé es que no puedo permitir que Beckett se presente sola en la recepción…
A lo lejos se escucharon cosas caer, vidrios romperse, interrumpiendo la conversación. Rodgers salió despedido para el baño intuyendo que su hermano podría haberse golpeado. Al entrar lo vio dentro de la bañera, a las carcajadas y con restos de la cortina en su mano, que aparentemente, había arrancado al tratar de aferrarse a ella para no caer. El caño que la sostenía descansaba sobre el lavabo, después de haber destrozado un par de frascos con sales y una de las esquinas del espejo. Rápidamente se acercó a Dan para comprobar que no estuviese lastimado, y por suerte estaba ileso, aunque difícilmente pudiese mantener los ojos abiertos por la borrachera.
Rick lo levanto y como pudo lo puso abajo del agua, intentando despertarlo. En ese estado no podía ni siquiera llegar a su cama sin ayuda. Martha se acercó también hasta la regadera intentando ayudar a su hijo mayor. Entre los dos pudieron lograr despertarlo lo suficiente como para llevarlo hasta su cuarto. El escritor fue quien se encargó de acomodarlo boca abajo en su cama, después de lo cual, Daniel se durmió profundamente.
-Vamos Richard, Hay que dejarlo dormir. No hay nada que podamos hacer para que reaccione…- dijo Martha a su hijo tomándolo del brazo para sacarlo de la habitación. El escritor, que no había dejado de mirarlo, arrastro la palma de la mano sobre su rostro, como queriendo borrar la frustración y el enfado que le producía verlo así.
-Tienes razón…- aceptó con desanimo. Su hermano la había cagado bien esta vez. Había logrado arruinar la noche de Beckett y al parecer ni le importaba. Muy por el contrario, Rick se sentía pésimo pensando en el mal momento que pasaría la joven al enterarse de que su novio no asistiría a la recepción.
Su madre, quien aun lo arrastraba para sacarlo de ahí le dijo:
-Vamos hijo, tomemos una taza de café…
-No tengo tiempo, madre. Debo ir a vestirme…
-¿Vas a ir a buscar a Kate? ¿Estás seguro?
-Por supuesto. No voy a permitir que vaya sola.
-¿Y qué hay con Daniel?
-¿De qué estás hablando? ¿Cómo que qué hay con Daniel? ¡Daniel está inconsciente en una cama producto del alcohol! ¿Crees que pueda importarle que yo vaya en lugar de él? Creo que ya ha dejado muy en claro lo poco que le importa su relación con Kate…
Su madre se lo quedó mirando mientras pensaba en lo que le había dicho. Richard tenía razón en todas y cada una de sus palabras, y a decir verdad ella también estaba furiosa con Dan por lo que le estaba haciendo a Kate. Martha se había encariñado tanto con la joven, que la actitud de su hijo menor para con su chica la avergonzaba al igual que a Rick.
-Tienes razón. Ya es hora de que dejemos de tratar a Dan como a un niño y comencemos a tratarlo como el adulto que es. Por mucho que yo ame a Daniel no puedo tolerar semejante trato hacia Kate, ella no se lo merece en absoluto… Ahora basta de charla, Richard. Tienes que cambiarte rápido si quieres llegar a tiempo… Pásame la camisa. Yo te la plancho mientras tú te vistes.
-De acuerdo.
El escritor se dirigió hasta su cuarto a buscar la camisa, seguido muy de cerca por su madre. Luego de pasarle la prenda, cerró la puerta detrás de él diciendo:
-Gracias. De verdad…
Martha se dirigió hasta el pequeño lavadero, donde se encontraba la plancha, mientras pensaba en todo lo que estaba sucediendo. Nunca se había metido en las relaciones de ninguno de sus dos hijos, menos que menos se había metido entre medio de los dos hermanos. Esta vez, era diferente. Uno de sus hijos se estaba portando pésimo y el otro estaba tratando de enmendar los daños, de la única forma que le era posible. El problema es que ella sabía lo que sentía Richard por Kate y desconocía lo que verdaderamente sentía Dan por su novia. El hermano menor había demostrado con su falta de preocupación hacia su relación, que no la amaba realmente o que si lo hacía tenía una forma muy curiosa de demostrarlo. Muy por el contrario, Rick siempre estaba pendiente de ella, acompañándola más que su propio hermano, tratando de protegerla siempre, amándola en completo silencio. Y como mujer, intuía que Kate podía notar la forma en que su hijo mayor la trataba, como también podía darse cuenta la forma en que ella se lo quedaba mirando más de una vez. Siempre que sus miradas se cruzaban desprendían magia, y el hechizo se extendía invisible, rodeándolos, dejando fuera a todo lo demás. El aroma de lo prohibido era tan intenso, tan deseable, tan irresistible, que difícilmente lograrían ignorarlo. Y eso, Martha lo comprendía muy bien.
Luego de terminar de planchar la camisa y salió rumbo a la habitación de Richard, preguntándose así misma que tan bien le hacía todo esto a su hijo mayor.
Al momento de pararse frente a la puerta, comenzó a golpear impaciente.
-Ya te planché la camisa, hijo. Y que conste que de verdad te quiero mucho por haberlo hecho… ¡Nadie en su sano juicio enchufaría una plancha con este calor!- dijo al abrir la puerta cansada de esperar a que su hijo le abra.
-¡Gracias, madre! Te prometo que voy a dejarlo muy claro en tu epitafio…- bromeó el escritor como siempre lo hacía con Martha. Agarró la camisa color negra que le ofrecía su madre y se la abrochó en un santiamén, dejando el cuello levantado para colocarse la corbata turquesa que tan bien combinaba con sus ojos.
-¡Estás tan apuesto, Richard!- dijo su madre al verlo con el traje negro que tan bien le quedaba.
-Gracias, madre…
-¿Por qué esa cara de repente, hijo?
El escritor suspiró desanimado.
-Beckett se va a poner furiosa en cuanto me vea a mí y no a Dan… Pensándolo bien, no creo que sea tan buena idea…
-¿Y mejor opción que ir contigo será ir sola? ¿Estás seguro? ¡¿Es que acaso te estás acobardando?! ¡Te creía más valiente, Richard!
-No lo sé, madre. No le va a gustar en lo más mínimo tener que ir conmigo…
-Yo no apostaría eso… yo creo que no va a resultarle tan odioso pasar toda la noche a tu lado… ¡Así, que vamos! ¡Encuentra tu autoestima que está tirada en el piso en alguna parte de este cuarto y póntela bien arriba! ¡Y apúrate, porque vas a llegar tarde!- sugirió Martha intentando levantarle el ánimo.
Richard obedeció a su madre y salió de inmediato con rumbo al garaje. Se subió a su deportivo y salió como un bólido a buscar a Beckett.
Durante todo el trayecto fue pensando en que le diría al presentarse en su puerta. Había dibujado en su cabeza cientos de situaciones posibles que podían surgir cuando ella le abriera, miles de reacciones, millones de preguntas y poquísimas respuestas. El dilema era fácil de explicar, pero complicado de resolver: se trataba de decidir si delataría a su hermano o inventaría alguna excusa. Difícil elección, ya que cualquiera de las dos suponía una traición ¿Traicionar a Daniel o traicionarla a ella?
Tan difícil le resultaba todo esto, que no hacía más que maldecir por estar en el medio, mientras que entre insulto e insulto golpeaba el volante con frustración. Luego de meditarlo profundamente llegó a la conclusión de que lo mejor era no meterse, mantenerse al margen de la relación de ellos dos, como había sido hasta ahora, y apelar a su ingenio para poder esquivar las preguntas que Kate pudiese hacerle.
Estacionó el auto en el parking de los dormitorios de estudiantes, se bajó del auto, se abrochó el saco, se acomodó la corbata y comenzó a caminar hasta la habitación de la joven. Estaba nervioso, como nunca lo había estado. Aun no sabía que reacción tendría Beckett al verlo ahí parado, pero conociendo su carácter, suponía que no sería una sonrisa lo primero que vería en su rostro.
Al llegar a la puerta, respiró hondo, largó el aire lentamente y golpeó dos veces. Escuchó los pasos aproximarse y la voz enfadada de ella al otro lado. Mientras Kate giraba el picaporte para abrir, el escritor tragaba saliva.
-¡Daniel, vamos a llegar tard…! ¡¿Rick?!... ¡¿Qué haces tú aquí?!- preguntó completamente asombrada de verlo ahí. Rápidamente recordó a su novio y su gesto de sorpresa devino en preocupación: -¡¿Pasó algo con Dan?!
-Nada grave, Beckett. No te preocupes… Daniel no podrá venir y en su lugar vengo yo para acompañarte a la recepción…
-¡¿Cómo que no podrá venir?! ¡¿Qué diablos le pasó, Rodgers?!
-Él mismo se encargará de explicarte. Ahora, si no nos damos prisa, llegaremos tarde.
-¡¿Y que se supone que voy a decirle a mis padres?! ¡Se supone que debo presentarles a mi novio! ¿Y voy a aparecer con mi cuñado? ¡No puedo creerlo! – Kate sonaba indignada y él entendía perfectamente por qué.
-A tus padres les dirás que Daniel tuvo un contratiempo y no pudo llegar y que su apuesto hermano se ofreció a acompañarte. Ya tendrán oportunidad de conocerlo…- explicó el escritor intentando aflojar un poco la incómoda situación.
-¡Rodgers, escúchame bien: vas a decirme que le pasó a Dan para no poder asistir esta noche o ni siquiera saldré de este pasillo! ¿Entendido?- desafió la joven clavándole la mirada, ignorando por completo su encantadora sonrisa, que poco a poco fue desapareciendo del rostro de Richard al escucharla.
-¡No! ¡Tú escúchame, Beckett! ¡No voy a decirte absolutamente nada! Daniel no pudo venir y punto! ¡Si quieres enterarte el porqué, se lo preguntas tu misma en cuanto lo veas! ¡No pienso meterme en sus asuntos de pareja!
-¡Y si no quieres meterte en nuestros asuntos de pareja ¿Qué es lo que haces aquí en su lugar?!
-¡Estoy tratando de que no vayas sola a la entrega de premios! ¡Así que deja de comportarte como una niña y dime de una maldita vez si quieres que te acompañe o no! ¡Aun estoy a tiempo de retomar mis propios planes, los que suspendí, porque supuse que no querrías ir sola!- el escritor sonaba enojado. Bastante había soportado ya esa noche y su paciencia estaba llegando al tope.
Beckett se lo quedó mirando mientras decidía si ir con él o no. Estaba furiosa con Dan por no haber asistido a la cita y ni siquiera saber por qué. Por otro lado tenía a su apuesto e irresistible cuñado con ese traje negro que parecía dibujado sobre su cuerpazo, dispuesto a acompañarla después de haber dejado de lado sus compromisos para estar ahí y para ser sincera, no le desagradaba en absoluto pasar la velada con él.
Miró a su compañera de cuarto, quien había estado detrás de la puerta durante todo este tiempo, buscando su opinión con la mirada. Brenda respondió sin decir palabra, deshaciéndose en señas de lo más exageradas para hacerle entender que no desaproveche la oportunidad de ir con el escritor. ¿Qué más le hacía falta para convencerse?
FIN PARTE 1
Hasta acá la primer parte. Ojalá que les haya gustado!!! Tranquil@s; la segunda parte la subo este finde, en cuanto termine de ultimar unos detalles… Traten de no odiarme mucho ¿si? jajajajajajaja
Muchas gracias por leer y espero sus críticas, sugerencias y comentarios, como siempre!!!
Saludos y hasta la próxima!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:39 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Eso es un caballero de verdad, creo que quiero uno igualito para mi, jajajajajajaja. Estupendo capítulo como siempre, aunque me has hecho dudar si me había saltado algo del anterior. Ese flasback es algo raro al final del capítulo, he estado tentada de volver a leer el capítulo anterior, pensando que mi memoria me estaba fallando (cosa completamente lógica a ciertas edades......) menos mal que no ha sido así, jajajajajaja
Igual que me pido un caballero andante a lo Quijote como Rick, para nada quiero a uno como Daniel (de ese estilo ya lo probé y no me gustó para nada, no le deseo alguien así, ni a mi peor enemigo), espero que Kate se dé cuenta pronto del calavera que le ha ha caído en suerte. Menudo sinvergüenza, a quién habrá salido el niñito malcriado? pues por lo que contaste parece que nadie en esa familia es tan bala perdida como él, debe de ser la oveja negra ......... jajajajajajaja sólo espero que Kate lo ponga en su sitio tal y como se merece, pues los méritos que está haciendo es como poco para que lo castre de la forma más dolorosa posible. Y mira que no he dicho nada de matar, jajajajajajajaja pero que le dé un buen escarmiento no estaría nada mal (a mí se me han ocurrido unas cuantas ideas, pero creo que no está en mi mano hacerlas saber, pues no se qué podrían llegar a pensar de mi), jajajaja
En fin, de todo tiene que haber en este mundo, y menos mal que para Kate no dejará de ser una buena experiencia, para darse cuenta de a quién tiene a su lado de verdad, y no le dé tantas vueltas al asunto, ya sabe desde hace tiempo cuál ha sido su elección. Veremos si tiene el coraje de admitir lo que siente y por quién, y sobre todo el valor para luchar por él.
Eso de que hayas dejado el capítulo a medias no me ha gustado nada, que lo sepas, y te voy a quitar un minipunto........ jajajajaja claro que si la segunda parte es tan buena como ésta o me convences de que es mejor, lo mismo te lo devuelvo.
Estaré esperando, así que no te demores mucho.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Igual que me pido un caballero andante a lo Quijote como Rick, para nada quiero a uno como Daniel (de ese estilo ya lo probé y no me gustó para nada, no le deseo alguien así, ni a mi peor enemigo), espero que Kate se dé cuenta pronto del calavera que le ha ha caído en suerte. Menudo sinvergüenza, a quién habrá salido el niñito malcriado? pues por lo que contaste parece que nadie en esa familia es tan bala perdida como él, debe de ser la oveja negra ......... jajajajajajaja sólo espero que Kate lo ponga en su sitio tal y como se merece, pues los méritos que está haciendo es como poco para que lo castre de la forma más dolorosa posible. Y mira que no he dicho nada de matar, jajajajajajajaja pero que le dé un buen escarmiento no estaría nada mal (a mí se me han ocurrido unas cuantas ideas, pero creo que no está en mi mano hacerlas saber, pues no se qué podrían llegar a pensar de mi), jajajaja
En fin, de todo tiene que haber en este mundo, y menos mal que para Kate no dejará de ser una buena experiencia, para darse cuenta de a quién tiene a su lado de verdad, y no le dé tantas vueltas al asunto, ya sabe desde hace tiempo cuál ha sido su elección. Veremos si tiene el coraje de admitir lo que siente y por quién, y sobre todo el valor para luchar por él.
Eso de que hayas dejado el capítulo a medias no me ha gustado nada, que lo sepas, y te voy a quitar un minipunto........ jajajajaja claro que si la segunda parte es tan buena como ésta o me convences de que es mejor, lo mismo te lo devuelvo.
Estaré esperando, así que no te demores mucho.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Si eso mismo pensaba y si regrese una pagina a buscar que se me habia pasado? Pero al fin caigo en cuenta como lo has desarrollado (perdon por la torpeza ;-)) Retomando el capi como siempre estupendo, ademas quien le pondria peros a semejante especimen eh? Deberas ese Daniel se merece unos buenos tehuacanasos para despabilarlo de una buena vez, y a Kate abra k ponerle unos paliltos en los ojitos para termine de abrirlos y se de cuenta quien es el que realmente la merece y ya en esas le espante a Meredhit de su Rick (jajajaja otra cosita? No solo eso) Continua pronto quiero saber como se dio ese beso!
Verispu- As del póker
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Fecha de inscripción : 24/06/2013
Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Genial! no puedo esperar la continuación. No tardes mucho por favor.
Pd: Me encanta!
Pd: Me encanta!
MaríaE- Escritor novato
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Fecha de inscripción : 07/03/2014
Edad : 28
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ya va siendo hora que kate se entere de lo patán que es Dam
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Bueno Daniel es que escribí muy rápido!! Perdón!
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Que bonito que Rick aparezca tal caballero andante al rescate de su princesa para que no vaya sola al evento, y todo por culpa del mal criado de Dan.
Por otra parte, no me creo que Kate sea tan ilusa y se crea eso de la gastroenteritis, el olor de una persona borracha se reconoce fácilmente. Espero que pronto abra los los ojos. No digo que su hermano le cuente todo, pero ella podría pillarlo infraganti en una de sus aventuras y que así se le caiga la máscara.
Espero que puedas continuar pronto, desando leer ya como se dio las circunstancias para ese beso si Rick siempre estaba intentando controlarse, jejejejeje.
Por otra parte, no me creo que Kate sea tan ilusa y se crea eso de la gastroenteritis, el olor de una persona borracha se reconoce fácilmente. Espero que pronto abra los los ojos. No digo que su hermano le cuente todo, pero ella podría pillarlo infraganti en una de sus aventuras y que así se le caiga la máscara.
Espero que puedas continuar pronto, desando leer ya como se dio las circunstancias para ese beso si Rick siempre estaba intentando controlarse, jejejejeje.
Yaye- Escritor - Policia
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Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:Eso es un caballero de verdad, creo que quiero uno igualito para mi, jajajajajajaja. Estupendo capítulo como siempre, aunque me has hecho dudar si me había saltado algo del anterior. Ese flasback es algo raro al final del capítulo, he estado tentada de volver a leer el capítulo anterior, pensando que mi memoria me estaba fallando (cosa completamente lógica a ciertas edades......) menos mal que no ha sido así, jajajajajaja
Sin duda, amiga! Es un caballero con todas las letras!!! Si llego a ver uno por acá, te lo embalo y lo mando por encomienda para allá enseguida, jajajajaja
Me alegra que te haya gustado el capi, aunque debo decirte que después de leer tu comentario me queda la duda de haber dejado claro lo que quería contar. Lo del flashback al final se debe a que estuve dándome una sobredosis de Quentin Tarantino, jajajajajaja a quien admiro profundamente y que tiene la maldita (o bendita) costumbre de trozar la película en varias partes para después acomodarla a su antojo de la forma menos convencional posible, jajajajajaja Mi idea era no contar lo que había pasado con la recepción al principio del capi, como para generar algo más de intriga, (ya sabés como me gusta eso, jajajajajaja)
Igual que me pido un caballero andante a lo Quijote como Rick, para nada quiero a uno como Daniel (de ese estilo ya lo probé y no me gustó para nada, no le deseo alguien así, ni a mi peor enemigo), espero que Kate se dé cuenta pronto del calavera que le ha ha caído en suerte. Menudo sinvergüenza, a quién habrá salido el niñito malcriado? pues por lo que contaste parece que nadie en esa familia es tan bala perdida como él, debe de ser la oveja negra ......... jajajajajajaja sólo espero que Kate lo ponga en su sitio tal y como se merece, pues los méritos que está haciendo es como poco para que lo castre de la forma más dolorosa posible. Y mira que no he dicho nada de matar, jajajajajajajaja pero que le dé un buen escarmiento no estaría nada mal (a mí se me han ocurrido unas cuantas ideas, pero creo que no está en mi mano hacerlas saber, pues no se qué podrían llegar a pensar de mi), jajajaja
Sí, lamentablemente, hombres como Daniel sobran. Aquí, allá y en todas partes del mundo, supongo. Yo también espero que Kate se de cuenta de una vez por todas la clase de tipo que es. No te das una idea de lo que me indigna su actitud cuando voy escribiendo, jajajajajajajaja Creo que la forma en la se comporta el niñito malcriado se debe a todo lo que Martha lo ha apañado, claro que tampoco Rick se quedó atrás consintiéndolo más de una vez. A veces la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer, jajajajajajaja
En cuanto al castigo que se merece, lo de la castración no sería una mala idea, de hecho sería un castigo de lo más apropiado para el muchacho, jajajajajaja Ya sé que no sos partidaria de matar a nadie, pero no sé si no es preferible la muerte antes que alguno de los escarmientos que tenés en mente, jajajajajajaja
En fin, de todo tiene que haber en este mundo, y menos mal que para Kate no dejará de ser una buena experiencia, para darse cuenta de a quién tiene a su lado de verdad, y no le dé tantas vueltas al asunto, ya sabe desde hace tiempo cuál ha sido su elección. Veremos si tiene el coraje de admitir lo que siente y por quién, y sobre todo el valor para luchar por él.
Estoy de acuerdo, tiene que haber de todo, como en botica, jajajajajaja. El contraste entre los dos hermanos es más que evidente y estoy segura de que Kate puede darse cuenta de cual es el indicado, ahora, de lo que no estoy tan segura es que esté preparada para hacerse cargo… le va a dar tantas vueltas a todo esto que va a terminar mareada, jajajajajajaja
Eso de que hayas dejado el capítulo a medias no me ha gustado nada, que lo sepas, y te voy a quitar un minipunto........ jajajajaja claro que si la segunda parte es tan buena como ésta o me convences de que es mejor, lo mismo te lo devuelvo.
Estaré esperando, así que no te demores mucho.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Sí, imaginé que no te haría mucha gracia que lo deje ahí, en la mitad del flashback, jajajajajaja Espero poder recuperar el minipunto que perdí en este capi. Me tengo fe, aunque sé que no sos fácil de convencer, jajajajajajaja La continuación está casi lista, sólo le faltan un par de retoques y sale con fritas, pero debo esmerarme en los retoques si quiero mi minipunto de regreso, jajajajajaja
Muchas gracias por leer y por comentar tan estupendamente como siempre! Te mando un beso enorme y nos leemos pronto!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Parece que mi homenaje al maestro Tarantino no salió como yo esperaba, jajajajajajaja Como dije antes, la idea era crear un poco más de suspenso, que me encanta, jajajajajajaVerispu escribió:Si eso mismo pensaba y si regrese una pagina a buscar que se me habia pasado? Pero al fin caigo en cuenta como lo has desarrollado (perdon por la torpeza ;-)) Retomando el capi como siempre estupendo, ademas quien le pondria peros a semejante especimen eh? Deberas ese Daniel se merece unos buenos tehuacanasos para despabilarlo de una buena vez, y a Kate abra k ponerle unos paliltos en los ojitos para termine de abrirlos y se de cuenta quien es el que realmente la merece y ya en esas le espante a Meredhit de su Rick (jajajaja otra cosita? No solo eso) Continua pronto quiero saber como se dio ese beso!
Me alegra mucho que te haya gustado el capi! Estoy de acuerdo con que es difícil decirle que no al bomboncito de Rick, y ya es hora de que ella se vaya avispando sobre Daniel ¿no? ¡Bien merecidos tiene los tehuacanasos, jajajajajajaja! (No sé exactamente lo que son los tehuacanasos, pero te aseguro que puedo imaginármelo, jajajajajaja)
Muchas gracias por leer y comentar!!!
Saludos y hasta la próxima!!!
Muchas gracias por leer y comentar!!! Estoy terminando la segunda parte, prontito la subo. Gracias por la paciencia!!!! Saludos y hasta la próxima!!!!MaríaE escribió:Genial! no puedo esperar la continuación. No tardes mucho por favor.
Pd: Me encanta!
Estamos trabajando en eso, jajajajajaja! Muchas gracias por leer y comentar!Ruth Maria escribió:Ya va siendo hora que kate se entere de lo patán que es Dam
Saludos y hasta la próxima!!!
[size=10.6667] [/size]Muchas gracias por leer y comentar!!! Rick era el único que podía socorrerla en una circunstancia como esa, sin ninguna duda ha demostrado que es un príncipe azul rescatando a su princesa, jajajajajaja Un dulce total…Yaye escribió:Que bonito que Rick aparezca tal caballero andante al rescate de su princesa para que no vaya sola al evento, y todo por culpa del mal criado de Dan.
Por otra parte, no me creo que Kate sea tan ilusa y se crea eso de la gastroenteritis, el olor de una persona borracha se reconoce fácilmente. Espero que pronto abra los los ojos. No digo que su hermano le cuente todo, pero ella podría pillarlo infraganti en una de sus aventuras y que así se le caiga la máscara.
Espero que puedas continuar pronto, desando leer ya como se dio las circunstancias para ese beso si Rick siempre estaba intentando controlarse, jejejejeje.
Yo también quisiera creer que la joven protagonista no es tan ingenua como para creerle todo lo que Daniel le dice, pero lamentablemente, la ceguera cuando se confía en alguien no es fácil de curar, jajajajajaja Veremos de que forma se va enterando de todo….
Ya me falta muy poco para terminar el capi. En cuanto lo tenga listo lo subo!
Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
cuando comencé a leer el capítulo casi me vuelvo loca pensado que me había perdido el capítulo en el que Rick iba acompañar a Kate.Meda penita que ella sea tan ingénua aunque luego me puse a pensar que ,quién no se dejo engañar alguna vez por un Don Juan de pacotilla,es una chica lista y espero que pronto ponga a este mequetrece en su sitio y lo mande a tomar fanta.Me encanta la reacción de Rick intentando poner a su hermano en su sitio y delante de su madre,este hombre se esta ganando el cielo jejejeej....estoy con muchas ganas de que sigas y conocer como fue ese momento beso y que pronto haya muchos más aunque sea a escondidas de el subnormal de Dan ,que es lo que se merece ,que Kate le ponga los cuernos varias veces y con su propio hermano jejejeje
nusky- Ayudante de policia
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alcalde100- Ayudante de policia
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Otra más que pensó eso?! Jajajajaja Los hombres como Daniel suelen tener muchos recursos a la hora de engañar a sus parejas, y es por eso que seguramente todavía Kate confía en él. Aunque no creo que su confianza dure mucho más. Lo de ponerle los cuernos con su hermano... veremos, jajajajajanusky escribió:cuando comencé a leer el capítulo casi me vuelvo loca pensado que me había perdido el capítulo en el que Rick iba acompañar a Kate.Meda penita que ella sea tan ingénua aunque luego me puse a pensar que ,quién no se dejo engañar alguna vez por un Don Juan de pacotilla,es una chica lista y espero que pronto ponga a este mequetrece en su sitio y lo mande a tomar fanta.Me encanta la reacción de Rick intentando poner a su hermano en su sitio y delante de su madre,este hombre se esta ganando el cielo jejejeej....estoy con muchas ganas de que sigas y conocer como fue ese momento beso y que pronto haya muchos más aunque sea a escondidas de el subnormal de Dan ,que es lo que se merece ,que Kate le ponga los cuernos varias veces y con su propio hermano jejejeje
Ya estoy subiendo la continuación, espero que te guste! Muchas gracias por leer y comentar!!!
Saludos y hasta la próxima!!
Me alegro mucho!!! Gracias por leer y comentar!!alcalde100 escribió:Me encantaaaa!!!
Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola de nuevo a tod@s! Acá está la segunda parte. Espero que les resulte menos confusa que la anterior, jajajajaja
CAPITULO VII Parte 2
-De acuerdo, Rodgers… Vamos.- dijo ella con algo de vergüenza por haberse comportado de esa forma con él. Después de todo, Rick no tenía la culpa de nada de esto y se estaba comportando como un perfecto caballero al no permitir que asista sola a la entrega de premios.
-Ok. Pero empecemos de nuevo todo ¿sí? – pidió el escritor. No quería empezar la velada con esos ánimos. Beckett asintió con la cabeza, entonces prosiguió: -¡Buenas noches, chiquilla! ¿Estás lista para irnos?
-¡Buenas noches, Rick! Cuando quieras…- Richard la miró detenidamente y largó con su mejor sonrisa:
-¡Estás increíble, Kate!- él no mentía. El vestido que había elegido la joven, destacaba todos sus atributos y el color rojo le sentaba estupendo.
-Gracias.- respondió ella. Le hubiese encantado decirle que él también estaba increíble, pero su mirada la inhibió por completo.
-Debemos apurarnos… ¿crees poder correr hasta el auto con esos preciosos tacos?- preguntó sonriente extendiéndole la mano para guiarla.
-¡Por supuesto! ¿Con quién crees que estás hablando?- soltó arqueando una ceja aceptando la mano de él.
No la llevó corriendo, pero si caminando velozmente hasta llegar al parking. Al llegar a su deportivo, Rick se acercó hasta la puerta del acompañante abriéndola para que la joven ingrese, y con rapidez dio la vuelta para subirse. Al cerrar la puerta la miró durante unos segundos, notando en su rostro la preocupación.
-Escucha, Kate. Sé que esto no es lo que tenías planeado para esta noche, pero te prometo que todo va a salir bien. Haré lo posible para que todo salga perfecto…
-Gracias, Rick. De verdad aprecio que estés aquí. Sé que mis padres entenderán la situación, y ahora que lo pienso un poco, estoy un poco aliviada al no tener que presentarles a Dan… Eso me tenía muy incómoda… Hubiese sido la primera vez que les presento a alguien formalmente y me estuve preguntando todos estos días si verdaderamente estaba preparada para dar ese paso… sí Daniel estaba preparado… Supongo que no era el momento…- confesó la joven.
-Parece que no… Pero estoy seguro de que cuando llegue ese momento, lo sabrás. No te estarás preguntando si es lo correcto o no. Sólo lo harás y listo…
Arrancó el auto y se dirigió a toda velocidad hasta el aula magna de la universidad de Stanford, donde entregarían los premios a los mejores promedios de todas las carreras.
A las nueve en punto se encontraban entrando al gran salón. Con gran impaciencia Beckett buscaba entre la gente a sus padres, seguida muy de cerca por el escritor. Todavía no se habían terminado de acomodar en sus asientos, por lo que pudo encontrarlos cerca del pasillo central. Su madre al verla sonrió codeando a Jim y ambos se acercaron a su encuentro. Después de saludarse con abrazos y besos y de elogiarse mutuamente, se separaron esperando las presentaciones.
-Tú debes ser Daniel, supongo…- preguntó Jim con seriedad. Antes de que Rick pudiese contestarle la joven empezó a hablar.
-Mamá, papá… Daniel tuvo un contratiempo y no pudo llegar… Su hermano se ofreció acompañarme para que no venga sola… El es Richard…
-¡Richard Castle! ¡El novelista de misterio!¡Es un verdadero placer conocerte!- interrumpió Johanna extendiendo la mano al jefe de su hija para saludarlo.
-¡El placer es mío!- dijo cortésmente besando la mano de la madre de Kate. Después extendió la mano para saludar a Jim también.
-¿Cómo es que lo conoces, mamá?
-¿Estás bromeando? ¿Dónde es que vives, hija? ¡Su libro está siendo un éxito! ¡Según el New York Times debutó en el top ten de los más vendidos en su primera semana! Llegarás a ser un Best-Seller en muy poco tiempo y déjame decirte que eres más apuesto en persona que en la foto de tu novela…- dijo guiñándole un ojo.
-¡Muchas gracias, Johanna!
-Así que estás a punto de ser famoso ¿no, Rick? No lo sabía que escribías tan bien…- dijo la joven algo sorprendida.
-Hay muchas cosas que no sabes de mí… Pero, no creo que sea para tanto…- indicó el escritor con una enorme sonrisa dirigiéndose a Kate.
-¡Vamos! ¡No seas modesto! ¡Tu novela es fantástica, simplemente no puedes dejar de leerla!- señaló Johanna.
-Ya tendremos tiempo en la cena para seguir hablando. Ahora debemos ubicarnos, pronto comenzará la ceremonia. – interrumpió Jim, tomando de la mano a su mujer para dirigirse a sus asientos.
La entrega de premios no fue demasiado larga. Al parecer, no eran muchos los que gozaban del honor de tener el mejor promedio en su especialidad. Terminada la ceremonia, pidieron a los invitados que se acercaran al salón en donde se serviría la cena para que pudiesen ir acomodándolos.
Las mesas eran de no más de cinco personas, que era el máximo de invitados que podía traer el homenajeado. A los pocos minutos que tomaron asiento, el mozo les trajo una botella de champagne para brindar. El escritor la descorchó y comenzó a servir las copas. Primero Johanna, después Jim y por último él.
-¿Y a mí? ¿No me sirves?- preguntó Kate acercando su copa.
-Yo… lo siento… Supuse que como todavía no tienes edad suficiente para beber…- se excusó el escritor.
-Pero si tienes edad suficiente para votar…- explicó su padre.
-O para defender a tu país en una guerra…- agregó su madre.
-Es decir que tengo edad suficiente para matar o morir por mi patria, pero no la suficiente como para brindar con mis padres en una noche especial ¿No es cierto?
-No creo que por servirte una copa de champagne vaya a tener problemas con la ley, ¿no es así?- preguntó Rick con una media sonrisa, mientras llenaba la copa de la joven.
-Y si los tienes, recuerda que el mejor promedio de la escuela de leyes de Stanford está sentada junto a ti…- aclaró Jim mirando a su esposa con orgullo.
-Y también tengo a su pequeña sucesora…-soltó Rick sonriente mirando a Kate.
-No creo que tengamos problema alguno…- afirmó Johanna guiñando un ojo a su pequeña, quien sonreía ante cada comentario del escritor.
-Bueno… Ahora que estamos todos relajados, hablemos de lo importante. – dijo Jim con solemnidad poniéndose serio. Richard lo miró sin entender muy bien a qué se refería, pero permaneció en silencio esperando que el padre de la joven continuara.
-Dime, Richard ¿Qué intenciones tienes con mi hija?
-¡¿Intenciones?! Yo…- el escritor no se esperaba una pregunta así y ciertamente lo había tomado por sorpresa. Beckett lo interrumpió protestando:
-¡Papá! ¡¿Por qué le preguntas eso?! ¡Sabes perfectamente que él no es mi novio!
-¡No te enojes, cariño! ¡No puedes culpar a tu padre! ¡Estuvo ensayando esa cara frente al espejo desde que se enteró que le presentarías a tu chico!- explicó riéndose con muchas ganas al ver cara de los dos jóvenes.
-¡Es broma, Richard! ¡No te lo tomes a mal! Aunque, como dice mi brillante esposa, no puedes culparme. Considerando que Daniel no está aquí…- señaló el padre de Kate.
-No hay problema…- contestó tragándose la bronca al recordar el porqué su hermano no estaba presente.
-Sólo por curiosidad… supongamos que nuestra hija sale contigo y no con Daniel ¿Qué intenciones tendrías con ella?
-¡Mamá! ¡¿Cómo le preguntas eso?
-¡No es tan grave, hija! ¡Tampoco le estamos pidiendo que confiese un crimen!
-No te preocupes, Kate. Puedo responder a eso, si definen “intenciones”, claro…- afirmó entrando el juego de los padres de ella.
-¿Ves, Katie? ¡No es tan grave! - dijo su padre guiñándole un ojo. Luego miró al escritor diciendo: - Te definiré “intenciones” Lo que te estaríamos preguntando es que tan seria sería la relación con ella. Para decirlo en otras palabras Richard ¿Te casarías con mi hija?- Jim sonrió esperando una respuesta, disfrutando de la vergüenza que le producía a su hija todo esto.
-Pasaría el resto de mi vida con ella. Lo de casarse o no, que lo decida Kate. Mi única preocupación sería hacerla feliz…- afirmó con seguridad girando la cabeza para mirarla. Cuando la joven le clavó esos hermosos ojos sonriendo tímidamente, el escritor agregó: -…siempre.
Johanna sonrió al escucharlo. Su hija le había hablado de su jefe, aun más que de su propio novio, y como madre sabía muy bien lo que eso significaba. Desconocía lo que había pasado con Daniel, aunque suponía que no era nada grave, de lo contrario se hubiese enterado, por lo que le quedaba pensar que el contratiempo que había tenido era algo menor. Al enterarse de que Richard era el acompañante de Kate, lo primero que pensó la prestigiosa abogada, era que el destino había intervenido en la presentación oficial de su novio, impidiendo que aparezca y poniendo al escritor en su lugar, muy dispuesto a suplantarlo. Johanna creía que todo pasaba por alguna razón, ya fuese coincidencia o destino. Ignoraba cual, pero sabía que contra eso, nadie podía.
-¡Bien dicho! ¡Sí que sabes elegir las palabras!- bromeó Johanna.
-Por algo es escritor…- agregó Jim.
-Dejemos de atormentar al muchacho y hablemos en serio…- dijo la madre de Beckett mirando a su marido.
-Yo estaba hablando en serio…- largó Rick por lo bajo. Sólo Beckett llegó a escucharlo.
-De acuerdo, de acuerdo… Hablemos en serio ¿Tienes novia?- preguntó Jim.
-Sí. Hace ya dos años… aunque nuestros tiempos no coinciden últimamente…- respondió con sinceridad.
-Entiendo… se lo difícil que puede ser llevar una relación de esa forma. Pero si de verdad se aman, nada les resultará imposible…- aseguró el padre de Kate.
-¿La extrañas?- preguntó Beckett, quien hasta el momento había permanecido en silencio escuchando al escritor. No se atrevió a preguntarle si la amaba. No quería saber la respuesta.
Él no esperaba esa pregunta y en realidad, no sabía que contestar. La verdad era que no. Probablemente eso se debiera al poco interés de Meredith por la pareja, o apelando a la sinceridad, por tener la cabeza ocupada con Beckett constantemente. Lo cierto era que no la había extrañado en lo absoluto. Pero no podía responder con la verdad. No ahí. No en ese momento.
-Sí, claro…- mintió el escritor sin mirarla a los ojos.
El mozo que antes les había traído el champagne, ahora regresaba con una enorme bandeja con el primer plato de la cena para los cuatro. Después de cenar, la orquesta comenzó a tocar para que los invitados bailaran. Jim invitó a Johanna, quien aceptó de inmediato. Rick y Kate los siguieron a la pista de baile.
Luego de un par de piezas, anunciaron que servirían el postre, por lo que todos los invitados que estaban bailando regresaron a su mesa.
La noche se había pasado volando y todos la estaban pasando estupendamente, pero los padres de Kate debían volver al hotel para dormir un poco antes de tomar el vuelo de regreso a New York. Luego de despedirse, Johanna se acercó a su hija y le dijo:
-Tú y yo tendremos que hablar ¡Y mucho!- la sonrisa de su madre lo decía todo. La joven también sonrió antes de volver a abrazar a su madre.
-¡No hay nada de qué hablar, mamá!
-¡Verás que si!- respondió dando un sonoro beso en su mejilla.
Jim se acercó al taxi y abrió la puerta esperando a su esposa. Johanna se apresuró a subir mientras agitaba las manos despidiéndose, su esposo subió por el otro lado y rápidamente se marcharon al hotel.
Entre tanto, Rick había mandado a pedir que le trajeran su auto. Luego de darle propina al valet parking, le abrió la puerta a la joven para que suba y acto seguido subió él, saliendo despacio por las calles del campus, en dirección al dormitorio de Beckett.
-¿Estás bien?- preguntó el escritor al ver el rostro de Kate con un dejo de tristeza.
-Sí… perdona… Sólo estaba pensando en que no volveré a verlos hasta navidad…
-Puedes tomarte unos días cuando gustes si quieres ir a verlos. Sabes que con el trabajo no tienes problemas…
-Gracias, Rick. De verdad aprecio el ofrecimiento, pero por más que quiera no puedo viajar ahora. Tengo mucho que estudiar ya que se acercan varios exámenes y no puedo perderme ninguna clase… ¡Ya tendré tiempo en las fiestas para estar con ellos!- explicó ella intentando sonreír. Aunque eso no era lo único que rondaba por su mente en este momento.
-¿Seguro que no te pasa nada más, pequeña?- preguntó nuevamente al detenerse en el estacionamiento de los dormitorios. El escritor la conocía tan bien que asustaba.
-No es nada…- dijo con la cabeza gacha.
-Puedes contarme lo que sea. Lo sabes ¿no?- él acercó su mano al rostro de la joven y tomando su mentón con suavidad, lo levantó intentando que lo mire.
-Sí, lo sé… - Beckett guardó silencio durante unos segundos, pensando. Luego lo miró y comenzó a hablar nuevamente –Últimamente me estoy preguntando qué pasa con Daniel… ¿Por qué se comporta de esa manera? ¿Qué lo hace actuar así conmigo? El no aparecer hoy, el no decirme siquiera porque, el hecho de que ni siquiera llamó para avisar; todo eso me hace pensar que no le importo en lo más mínimo… ¿Soy yo el problema? ¿Qué hay de malo en mí?...- la voz de la joven mostraba angustia mezclada con algo de frustración.
-¿De qué estás hablando, Kate? ¡No hay nada de malo en ti! Muy por el contrario…Eres preciosa, inteligente, perfecta, única… Cualquier hombre mataría por ser el dueño de tu amor y si mi hermano no puede darse cuenta de la increíble mujer que tiene al lado es un verdadero imbécil y el problema lo tiene él, no tú… Eres simplemente extraordinaria…- finalizó el escritor después de haber soltado gran parte de lo que pensaba sobre ella.
Beckett se lo quedó mirando sin poder creer lo que escuchaba. Encandilada por el azul de sus ojos, hipnotizada por su mirada, aturdida por sus palabras, cayó en el error de curiosear:
-¿De verdad piensas todo eso de mi? ¿En verdad piensas que soy extraordinaria?
-Por supuesto. Además de absolutamente irresistible…- respondió acercando su rostro al de ella peligrosamente.
-¿Tan irresistible como para traicionar a tu hermano?- preguntó sin moverse un milímetro, tirando de la soga, intentando saber hasta dónde se atrevería a llegar su cuñado.
-Tan irresistible, que traicionaría al mismísimo diablo después de haberle vendido mi alma.- confesó irresponsablemente, mientras que en un rapto de locura acortaba la escasa brecha que lo separaba de los perfectos labios de Kate. Sin esperar ninguna respuesta, la beso con pasión, con ese deseo contenido que tanto tiempo había guardado, disfrutando de ese instante que duraría unos pocos segundos, pero que quedaría tallado en lo más profundo de su corazón.
Ella se apartó, descolocada, sin entender muy bien lo que estaba pasando. El corazón le latía a gran velocidad y su respiración se encontraba agitada.
Beckett frunció levemente el ceño, mordiéndose con suavidad el labio inferior mientras escuchaba por última vez a su conciencia y se dejaba vencer por sus ganas, enredándose en el insensato impulso de volver a besarlo. Sin demorar un instante tomó el rostro del escritor con ambas manos y sin dejar de mirar su boca, posó sus labios sobre los de él, devolviéndole el beso que él acababa de darle.
Sus bocas se acoplaron al instante. Sus lenguas, al principio, se enredaron desesperadamente queriéndose probar. Luego, más despacio y con inmensa curiosidad, comenzaron a descubrir cada rincón de sus bocas, disfrutando extensamente cada roce, dejándose llevar libremente, deseando poder congelar el tiempo para que ese maravilloso momento no acabe nunca.
Una clavada de frenos en el parking, a unos metros del auto del escritor, ayudó a la joven a recuperar la cordura, separándose bruscamente de él. Durante un segundo, que fue eterno, quedaron mirándose en silencio, sin poder hablar, incapaces de admitir con palabras lo que sus corazones palpitantes les habían mostrado al besarse. Incapaces de reconocer lo mucho que lo habían disfrutado.
-¿Qué estamos haciendo? ¡Esto está mal! ¡Muy mal!- se reprochó Kate visiblemente perturbada por las inexplicables sensaciones que recorrían su cuerpo. Sin demorar un instante destrabó la puerta y se bajó del automóvil.
-¡Kate! ¡Espera!... ¡Lo siento!...- fue lo único que atinó a decir el escritor al verla huir despavorida rumbo a su habitación.
Richard sabía que había cometido una estupidez y ahora no sabía cómo enmendarlo. Estaba furioso consigo mismo por haber forzado esa situación, pero a la vez todavía se sentía extasiado por ese increíble beso que se habían dado.
Aun perduraba el vestigio de sus exquisitos labios sobre los de él, y lo único que podía hacer en ese momento era exprimir esa dulce sensación que lo embriagaba, hasta agotarla, hasta imprimirla en sus recuerdos para siempre.
***
AHORA, UN DIA ANTES DE LA NOCHEBUENA…
Beckett se estaba preparando para ir a su dormitorio después de un tranquilo día de trabajo. Se acercó a la cocina preguntándoles a Juan y a Phil si necesitaban una mano para terminar de ordenar todo para irse. Ambos le dijeron que no era necesario que se quede y que ellos podían solos con lo que quedaba, por lo que la joven les dejó su parte de las propinas, como era su costumbre, y salió en dirección a la barra para despedirse de su jefe.
-¿Necesitas algo más, Rodgers?
-Nada más, pequeña. Puedes irte ya.
-Ok. Nos vemos después de las fiestas. Que pases una muy linda navidad.- dijo Kate.
-¡Me olvidaba! Organizamos con Phil una cena navideña y quiero que estés ahí. También vendrá mi madre, por supuesto y Juan. No puedes perdértela.
-¿Cena navideña? No lo sé, Rodgers... No quiero que te sientas en la obligación de invitarme porque voy a estar lejos de mis padres...Créeme, no es necesario.
-¿De qué estás hablando? ¿Obligación? ¡Ninguna obligación! Al contrario, me encantaría que estés ahí...
La joven se lo quedó observando mientras pensaba si aceptar o no la invitación. Todo había estado de lo más raro entre ella y el escritor desde la noche de la entrega de premios a su madre. Después de ese maravilloso beso que él le había robado esa madrugada, el que ella había respondido, del que nunca habían vuelto a hablar, Rick había permanecido de lo más distante y Kate había hecho lo propio también, intentando en todo momento olvidar aquella noche, aquellos perfectos labios del escritor posándose sobre los de ella, acariciándolos en el más increíble beso que alguna vez había recibido. Todo su mundo se había revolucionado a partir de ese momento y nada volvería a ser igual, a pesar de que había hecho lo posible por olvidarlo, y desde su regreso, el escritor se había encargado con su silencio de levantar una gran pared transparente, en la que se podían observar uno al otro, pero que les hacía imposible acercarse. Increíblemente, toda esa distancia que había entre ellos no le impedía a Rick darse cuenta la tristeza que tenía por no estar con su familia y hacer algo para solucionarlo. Kate se había dado cuenta que, a pesar de todo, su jefe se seguía preocupando por ella, prestándole otra vez, más atención que su propio novio, y eso le encantaba.
Luego de pensarlo unos minutos, la joven decidió aceptar la invitación. Después de todo, no tenía forma de llegar a New York, sumado a que Daniel no estaba en la ciudad y de no aceptar no le quedaría más remedio que pasar la navidad sola en su cuarto.
-De acuerdo ¿Que llevo?
-Sólo tu encantadora presencia. Con eso basta...
-Ok. Nos vemos en tu casa mañana a la noche.
-A las nueve ¿te parece bien?
-Perfecto. Ahí estaré...Ah! Dime exactamente quienes vamos a estar. Me gustaría comprar algo para poner debajo del árbol.
-Se me ocurrió algo mejor y a todos les pareció una buena idea. Dentro de esta bolsa cada uno pone la cantidad de dinero que quiera o pueda y con lo que juntamos compramos regalos para todos. Mi madre tiene un don especial para elegir presentes y estoy segura de que a Phil le encantará acompañarla.
-¡Me parece una idea genial! Pásame la bolsa.
Todos habían estado muy contentos de ayudar a preparar la velada ya que la joven era muy querida por sus amigos y compañeros con los que había forjado una relación casi familiar, y querían demostrárselo tratando de que pase de lo mejor la Nochebuena, sabiendo que probablemente extrañase a su familia. Seguramente sus compañeros de trabajo también extrañasen a sus familiares, pero ellos estaban acostumbrados a estar lejos, siendo que ya habían estado lejos muchas veces.
Rodgers se sentía feliz de que Beckett hubiese aceptado la invitación ya que todo lo había organizado para ella, a pesar de que no se lo diría. El escritor había trabajado mucho para que esa noche fuese perfecta y le tenía reservada una sorpresa sólo para ella, algo que seguramente nunca olvidaría.
***
Alrededor de las nueve de la noche se escuchó un automóvil frenar frente a la casa del escritor. De adentro del vehículo bajaron Phil y Juan con unos cuantos paquetes, entre los que incluían postres, tortas y algunos de los regalos envueltos con brillantes papeles de colores. Rodgers salió junto con Martha a recibirlos en la entrada. Poco después llegó Kate en su motocicleta y la aparcó arriba de la vereda. Rick, quien la había escuchado llegar salió a su encuentro de inmediato. Al verla bajar de la moto, el joven escritor quedó estupefacto sin poder sacarle los ojos de encima. La joven llevaba puesto un vestido color verde esmeralda con un escote delantero de lo más pronunciado y un escote trasero que dejaba descubierta toda su espalda. Estaba para el infarto y él no podía sacarle la vista de encima.
-¡Hola Rodgers!- dijo la joven al sacarse el casco.
-¡Hola chiquilla! ¡Estás preciosa!- soltó el escritor con una enorme sonrisa.
-¡Tú no estás nada mal, Rick!- largó Kate mirándolo de abajo hacia arriba.
El escritor lucía un pantalón de vestir negro y una camisa entallada color azul que, además de remarcar su esbelto y atlético cuerpo, hacía resaltar sus hermosos ojos. A Kate siempre le había resultado un tipo elegante para vestir, considerando que poseía un gusto exquisito para elegir su atuendo, pero hoy estaba especialmente apuesto, o mejor dicho, la joven camarera creía que hoy estaba para comérselo de tres bocados. Y eso podría ser un problema.
-¿Sabes, pequeña? Nunca creí que con un vestido tan corto se pudiese conducir una moto...
-Pues ya lo ves, se puede sin ningún problema ¡De hecho, cuanto más corto, mejor!
-¡Ya lo creo! ¡No dejas de sorprenderme!
-Hay muchas capas de la cebolla Beckett que aun no conoces, Rick.- dijo ella con una sonrisa al pasar junto a él para ingresar a su casa.
Después de que todos se terminaron de saludar, el escritor se acercó a sus invitados con una bandeja con frescos aperitivos que ofreció a cada uno de ellos junto con unos deliciosos canapés preparados por Juan.
Entre bromas y risas se fue acercando la hora de comer. Cada uno de los invitados ocupó su lugar en la mesa, indicados por el escritor. La velada era de lo más amena, ya que, entre otras cosas, Phil y Martha relataban sus aventuras alrededor del mundo y cada vez que se habían cruzado alguna travesura memorable había dejado su huella.
Al terminar la cena y el delicioso postre, Rick los invitó a pasar al living para tomar una taza de café, mientras esperaban a que se hicieran las 12 de la noche para brindar y abrir los regalos.
Kate se ofreció para prepararlo y Juan la siguió a la cocina para ayudarla. Él joven aprendiz de repostero se había encariñado mucho con Kate, sintiéndola como una gran amiga, con la que se había hermanado desde ese día que había intercedido por él, jugándose su puesto de trabajo intentando defenderlo. Por su parte, ella lo veía como un hermano mayor con el que podía contar incondicionalmente, alguien en quien poder confiar; por eso, era el único que sabía lo que había sucedido aquella madrugada con su jefe.
-¿Cómo la estás pasando, Kate?- preguntó Juan al ver su rostro.
-Muy bien, de verdad. Sólo que en momentos extraño el estar cenando con mis padres… Tú debes saber mejor que yo lo que se siente…
-Sí, lo sé perfectamente. Pero créeme, la primera vez que estás lejos es la peor. Después, sólo te acostumbras…
-Imagino que sí…
-¿También extrañas a Dan?
-Supongo… me hubiese gustado que esté aquí…
-¿Seguro?
-¿Qué se supone que quieres decir?
-Nada… Sólo que creo que todo esto es una especie de señal…
-¿De qué diablos estás hablando, Juan?
-¿Nunca te preguntaste si el destino es el que mueve nuestras vidas?
-Aun no te sigo…
-Es simple: Hace unos meses tu novio no pudo asistir a la entrega de premios, en su lugar fue Rodgers y terminaron besándose. Ahora, tú no pudiste viajar a ver a tus padres, Daniel no pospuso su viaje para quedarse junto a ti y Rodgers organizó esta fiesta navideña…
-Sí ¿Y? ¿Tú crees que todo esto fue obra del destino?
-En parte sí. Creo que algún designio divino los está empujando a ti y a Rodgers, acorralándolos en un lugar de donde no podrán salir. Ya es hora de que ambos se hagan cargo de lo que les pasa…
-¿Qué me estás tratando de decir? ¿Qué me olvide de Dan y me lance a los brazos de su hermano? ¿Es que acaso estás loco?- susurró mirando hacia donde estaban el resto de los invitados, comprobando que nadie estuviese escuchando lo que hablaban.
-No. No estoy loco. Sólo estoy haciéndote notar lo que es más que evidente para todos. Rodgers siempre está cuando lo necesitas y creo que te lo ha demostrado más de una vez, muy por el contrario Daniel sigue comportándose como un adolescente egoísta que siempre piensa primero en él y en su comodidad. Y también te lo ha demostrado más de una vez… Sin ir más lejos, hoy mismo, al no estar aquí contigo ¡¿Qué es lo que estás esperando para pegarle una patada de una vez por todas?! ¡Es que no te das cuenta que Daniel no es bueno para ti!
-¿Y Rodgers si lo es? ¿Te parece, Juan? Nunca volvimos a hablar de lo que pasó esa noche en la que nos besamos, de hecho, se fue al otro día y no volvió hasta antes de ayer. Y todo siguió como si nada hubiese pasado ¿Qué te hace pensar que le importo?
-¿Además de la forma en que se derrite al mirarte? El hecho de que haya organizado toda esta fiesta para que no estés sola en navidad es prueba suficiente ¿No lo crees? Yo lo ayude junto con Phil, y créeme que tuvo que trabajar mucho para dejar todo perfecto en tan poco tiempo. Si no le importases, ni siquiera se hubiese molestado…
-¿De verdad organizó esta cena por mi?
-Absolutamente y lo hizo con muchísimo entusiasmo.
-No puedo creerlo…
-Pues créelo, porque es la verdad. No sean estúpidos y no desaprovechen esta oportunidad de estar juntos. Sé que el escritor puede hacerte feliz, sólo debes permitírselo.
-No es tan simple, Juan. Soy la novia de su hermano ¿recuerdas? No puedo hacerle una cosa así a Dan…
-Tú crees que Daniel es un corderito ¿verdad? No te confundas, Kate. Es un lobo con piel de oveja… Espero que pronto te des cuenta…
Phil se acercó interrumpiendo la conversación, preguntando si necesitaban ayuda. Kate se puso a servir el café en las tazas que Juan había acomodado en una bandeja. Luego de terminar agarró una taza para ella y se dirigió a sentarse al sillón cercano a la enorme ventana, pensando seriamente en lo que su amigo le había dicho.
No faltaba mucho para la medianoche, apenas unos pocos minutos y la joven volvió a recordar a sus padres, desvaneciendo por un momento los pensamientos que tanto la inquietaban después de la conversación con Juan. Se levantó del sillón ubicándose frente a la ventana, de espaldas al resto de los invitados. Richard, que no había dejado de mirarla, se acercó lentamente hasta ella, parándose detrás, mientras que de su bolsillo sacaba un pequeño control remoto con un botón rojo en el medio que accionó al momento que su reloj marcó las doce. Poco a poco fue inclinándose hasta su oído y cuando estuvo a escasos centímetros le susurró:
-¡Feliz navidad, chiquilla!- Al instante comenzó a nevar frente a la ventana, proporcionando un espectáculo maravilloso, sorprendiendo a la joven, dejándola sin palabras. Los copos quedaban suspendidos un instante en el aire, como si verdaderamente fuese nieve, y todos los invitados disfrutaban del maravilloso espectáculo, riendo y aplaudiendo con emoción. El escritor se había esforzado mucho para lograr que fuese perfecto y al parecer lo había conseguido.
-Dijiste que ibas a extrañar la nieve, así que…
-¡Eres... increíble! ¡Gracias, de verdad, Rick!- interrumpió notablemente emocionada.
-¡Me alegra mucho que te haya gustado! - el escritor se vio interrumpido por la campanilla del teléfono. Su madre le acercó el inalámbrico e inmediatamente Rick se lo pasó a Kate sin responder. -Ten. Atiende, es para ti...- dijo él con una enorme sonrisa.
-¿Para mí?¿Es Dan?- preguntó extrañada.
-¿Y por qué no tomas el teléfono y lo averiguas?- repreguntó con algo de fastidio por oír el nombre de su hermano. Beckett agarró finalmente el inalámbrico. Suponía que su novio se había acordado de ella y se había tomado unos minutos para hablarle, pero en fondo sabía que algo así no saldría de Dan.
-Hola... ¡¡Mamá!! ¡¡¿Eres tu?!!- gritó emocionada. De verdad que no se lo esperaba. Seguramente, Rodgers se había encargado de hacer esto posible, descolocándola por completo una vez más con una acción tan simple como un llamado, pero a la vez tan importante y significativo para la joven.
El escritor se alejó un poco para dejarla hablar tranquila, mientras disfrutaba de la felicidad de su cuñada.
Luego de una breve charla con su madre y otra igual con su padre, se despidió de ellos.
-No me esperaba este hermoso gesto... Todo lo que preparaste en tan poco tiempo, lo de la nieve ha sido asombroso, Rick, pero la llamada de mis padres fue lo más genial de todo… ¡Me has hecho muy feliz! No sé que puedo hacer para compensarte...
-¡Que mejor recompensa que tu preciosa sonrisa!
-Debes de haberte tomado muchas molestias para conseguir el número de mis padres. No creo que haya sido muy fácil…
-De hecho, lo único que hice fue llamarlos y pasarle mi número. Tu madre me pasó el teléfono de la oficina y de su casa para que le avisara en cuanto saliera publicada mi nueva novela. Al parecer es una fanática de Richard Castle…
-¡Hablando de eso! Mi madre me pidió que te recuerde que le prometiste un ejemplar autografiado.
-“Para Johanna Beckett, quien…- rememoró el escritor siendo interrumpido por ella.
-… siempre creyó en mí, Rick Castle”- finalizó Kate sin dejar de mirarlo.
-¡¿Cómo podría olvidarlo?! Ella pronosticó que pronto sería un Best- Seller y no se ha equivocado…
-¡Ya lo creo! Recuerdo sus exactas palabras “¿Quién no compraría una novela de Richard Castle? Con ese nombre es prácticamente imposible resistirse”
-Tu madre sí que tiene un humor de lo más acido… Debo confesar que ¡me encanta!
-No estaba burlándose de ti, o por lo menos no con mala intención… sólo buscaba romper el hielo…
-¡Y lo logró, sin duda! Al conocerla a ella comprendí muchas cosas de ti, Beckett…
Martha se acercó con un par de copas de champagne, invitándolos a acercarse para brindar. Ambos recibieron las bebidas y se encaminaron hasta el centro del living para chocar sus copas con el resto de los invitados.
Cada uno de ellos contó alguna anécdota de alguna navidad pasada mientras abrían los regalos, tan bien elegidos por la madre del escritor. Juan recibió un juego de utensilios profesionales para repostería, Phil una botella de su whiskey favorito, Kate un perfume del que había estado hablando con Martha días atrás y para carcajadas de todos los presentes, Richard recibió un calzoncillo dos talles más grande.
-¡Muy gracioso, madre! ¡Muy gracioso!...- refunfuñó el escritor.
Martha entonces sacó de atrás del árbol otro presente para su hijo. Se trataba de un libro de Jorge Luis Borges, escritor al que recientemente había descubierto Rick y del cual se había fanatizado. Si bien Borges era argentino, el ejemplar se encontraba traducido al inglés, cosa no tan frecuente en la literatura latinoamericana. A su madre no le había resultado tan fácil conseguirlo y eso él lo sabía perfectamente, así que al terminar de romper el papel que lo envolvía fue directo a abrazar a su madre.
-¡Gracias madre! ¡Eres lo máximo!
-De nada, hijo. Recuerda bien este momento antes de internarme en un horrible hogar de ancianos cuando envejezca...
Todos rieron con el comentario de Martha. Rick sacó un sobre que se encontraba enganchado en el árbol y se lo pasó a su madre. El regalo de Martha era una invitación para dos personas para un fin de semana en un Spa.
-Compártelo sabiamente, madre.- dijo Rick guiñándole un ojo.
-¡No lo dudes, hijo!
El tiempo fue pasando agradablemente entre anécdotas y risas, convirtiendo a la velada en una noche de lo más apetecible. Poco después de la una y media, Martha miró su reloj y se levantó dirigiéndose a Phil:
-¿Qué te parece si nos vamos? Ya es tarde y me gustaría que me acompañes a casa. Quisiera tu opinión sobre las reformas que hice… De paso podemos dejar a Juan en su departamento a tiempo para que hable con su madre.
-Me encantaría, mademoiselle.
-Sí, yo también debería irme...- agregó Kate por lo bajo.
-No me gustaría que te vayas sola a estas horas. Si me lo permites, guardo la moto en mi cochera y te llevo hasta tu casa...- dijo Rick.
-No es necesario, no va a pasarme nada...
-También podrías quedarte a dormir aquí... Sobra espacio...- largó Martha intentando sonar inocente.
-Eso sería mejor aun...- secundó Juan.
-No lo sé... No creo que sea una buena idea, Rick. Daniel no se encuentra y no me parece correcto abusar de tu hospitalidad...
-¡Vamos, niña! ¡Nada de abuso! ¡Eres parte de la familia! A demás nos dejarías a todos mucho más tranquilos si te quedas a dormir aquí.- dijo Martha gesticulando como siempre hacía con sus manos. Juan también intervino en la conversación tratando de convencer a su amiga.
Phil, miró de reojo a Martha adivinando sus intenciones y mientras Rick y Juan seguían intentando convencer a Kate, se acercó hasta la reconocida actriz y susurró por lo bajo:
-¿Que es lo que tratas de hacer?
-Nada. O al menos, nada que pueda evitarse... ¿O vas a decirme que estoy equivocada?
-No. Yo también pienso que es inevitable, o al menos eso me gustaría... Sé como es el pequeño Dan con las mujeres y creo que Kate no se merece que la traten así. Además, puedo darme cuenta de lo que les pasa cuando se miran y estoy seguro de que no podrán esconderlo por mucho tiempo.
-Yo creo que están hechos el uno para el otro, a pesar de que toda esta situación traerá problemas entre los hermanos… Sé que no está bien eso de meterme, y menos tomar partido por uno de mis hijos, pero no puedo evitar pensar que Dan le está faltando el respeto a Kate y no me hace nada de gracia tener que tolerarlo... Lo único que espero es que si pasa algo entre Richard y Kate le sirva a Daniel como lección y aprenda de una vez por todas cómo tratar a una mujer.
- Conozco a Dan desde hace mucho tiempo y no creo que pueda cambiar su forma de ser con las mujeres.. ¡Tan pronto como consiga otra muchacha hermosa que conquistar se olvidará de Kate por completo! - ambos volvieron a escuchar la conversación para enterarse de lo que había decidido la joven.
-... de verdad, voy a estar bien. No se preocupen. Llegaré a mi cuarto enseguida...
-Como prefieras Becks.- finalizó el escritor sin querer presionarla.
Los invitados fueron recogiendo sus cosas. Phil fue el primero en salir para prender el auto, seguido por Juan y a los pocos segundos por Martha, quien aun se estaba despidiendo de Kate y Rick. Poco después, la joven camarera también salió en dirección a su motocicleta, saludando con la mano al auto de Phil que acababa de arrancar saliendo lentamente por la calle vacía.
Rick se había parado a escasos metros de ella, observándola detenidamente mientras intentaba arrancar su Harley. Tras varios intentos infructuosos de arranque, Kate bufó con fastidio maldiciendo en voz baja. El escritor se acercó para intentarlo, pero no hubo caso y la moto permaneció apagada.
-Parece que de todos modos deberé llevarte en mi auto...- dijo Rodgers sonriendo con algo de satisfacción.
-Así parece...
-Ven. La guardaremos en mi cochera...
Ambos se dirigieron al garaje llevando la motocicleta sin decir nada. Ambos estaban secretamente felices de estar un tiempo más juntos.
Luego de acomodar la Harley en un costado, Rick se subió a su precioso deportivo no sin antes abrir la puerta del acompañante para que ella se acomodara. Puso la llave e inmediatamente la giró para darle arranque. Un sonido parecido a un “clac” se escucho en lugar del rugido del poderoso motor. El escritor repitió el movimiento un par de veces sin lograr que funcione. Lo único que se escuchaba al girar la llave era: clac, clac, clac.
-¿Se quedó sin batería?- preguntó la joven.
-No lo creo. Por el sonido que hace al darle contacto supongo que es el burro…
-¿El burro que maneja?- soltó sin poder contener la carcajada.
-El burro de arranque...- respondió él riéndose también.
El escritor metió la mano por debajo del volante para accionar la palanca que destrababa el capó. Luego se estiró hasta la guantera para tomar una linterna antes de bajar del coche.
Beckett también descendió del vehículo y caminó hasta quedar a un lado de Rick.
-¿Sabes algo de mecánica?- preguntó ella asomando la cabeza dentro del motor.
-Poco…
-Escucha ¿por qué no vamos adentro y me llamas un taxi? No quiero que te manches con grasa…
-¿De verdad piensas que algún taxi estará trabajando en Nochebuena a estas horas? Si quieres podemos intentarlo, pero no te hagas muchas ilusiones… - la joven torció la boca en un gesto de fastidio. El escritor agregó:-Te diré que haremos, vamos para adentro y te prepararé un café mientras intentamos conseguir uno…-
-De acuerdo.- dijo la joven al seguirlo dentro de su casa.
Mientras preparaba café, juntaba todas las tarjetas con los números de teléfono de las agencias de taxi, apilándolas una sobre otra. Luego de servir un par de tazas de la deliciosa infusión que había preparado se sentó junto a Beckett con el inalámbrico y llamó una por una intentando encontrar a alguien de turno. Después de llamar al último número que le quedaba, antes de darle el último sorbo a su café, Beckett lo miro diciendo:
-Creo que tendré que quedarme a dormir, después de todo…- soltó algo incomoda.
-Supongo que sí…- respondió devolviéndole la mirada, entendiendo lo que ella sentía
Otra vez dormirían bajo el mismo techo, otra vez ella estaría a unos cuantos metros de su habitación, una noche más disfrutaría de su compañía, aunque esta vez era diferente. El destino así lo había querido, y había quedado claro desde el momento que ni la moto de Kate ni el auto de Rick quisieron arrancar; y contra el destino era evidente que nadie podía.
Richard estaba nervioso. Las cosas desde su regreso habían estado raras, y su relación con Kate distante; como probablemente hubiese tenido que ser desde un principio, pero sabía que se debían una charla, que él le debía una explicación por arrebatarle ese exquisito beso después de la fiesta, por nunca más decir nada, por haber desaparecido como un cobarde. Lo sabía muy bien, pero no sabía cómo empezar a hablar. Finalmente, el incómodo silencio que se había instalado, fue desterrado con un simple:
-Será mejor que me vaya a dormir…- pronunciado por Kate levantándose del sofá.
-¡Espera!- se apresuró a decir él al momento que posaba su mano con delicadeza sobre el brazo de la joven. Luego prosiguió: -Tenemos que hablar… Mejor dicho, yo tengo que hablar. Siéntate, por favor.- acto seguido se levantó y fue por un Whiskey, se lo sirvió doble. Luego volvió a sentarse junto a ella.
Beckett podía imaginarse sobre que quería hablar, y a decir verdad, y realmente tenía ganas de escuchar lo que él tenía para decirle. Ella también había pensado en esa noche durante todo este tiempo. No había podido arrancar ese precioso recuerdo de su mente durante toda la ausencia del escritor, a pesar de que Daniel había estado pendiente de ella a cada momento y se había comportado como un novio perfecto, de esos que se preocupan por sus novias. Claro que lo que Kate suponía es que toda esa repentina atención se debía al cargo de conciencia por no haber asistido a la recepción. Pero sea cual fuese la razón de Dan para portarse tan bien con ella, no hacía más que acrecentar el cargo de conciencia que ella sentía por haber respondido al beso de su cuñado.
-Escucha, Kate… quiero pedirte disculpas por lo que pasó aquella noche… ya sabes la noche de la recepción…- dijo con una vergüenza poco vista en él. Ella no le sacaba la vista de encima y él se sentía tan raro al hablar de eso cara a cara, que ni siquiera podía pronunciar la palabra beso.
-¿La noche en que me besaste?- apuró Kate buscando su reacción. En verdad le había molestado la desaparición tan repentina del escritor, sin decir nada, ignorando por completo el final de esa noche, huyendo como un ladrón al otro día, sin siquiera volver a mirarla a los ojos. Y aun seguía molesta.
-Sí… esa noche… - respondió bajando la vista. Al parecer, aun no podía mirarla.
-¿Tan cobarde eres que ni siquiera puedes decir en voz alta que me besaste?- recriminó incrédula.
-No es cobardía. Estoy sumamente avergonzado por haberte besado… no sé lo que se me cruzó en ese momento por la cabeza, quizá bebí demasiado…- intentó excusarse el escritor, pero eso no hizo más que enfadarla.
-¡¿Bebiste demasiado?! ¿No tienes otra excusa?
-¡Ya te dije que no sé que me pasó, ¿Ok?! ¡Me confundí, Beckett!
-¡¿Te confundiste?! ¡¿Qué se supone que quiere decir eso?!
-¡Me dejé llevar por un impulso, comportándome como un adolescente… Nunca más volverá a pasar algo semejante! No quiero estropear nuestra relación…-
-¿Relación? ¿A cuál te refieres, Rick? ¿Jefe- empleada? ¿Cuñados?...
-Amigos.- respondió interrumpiéndola.
-Amigos… claro. – afirmó algo decepcionada, y no podía culparlo. Era verdad lo que decía. Hasta la noche del beso habían forjado una suerte de amistad que de verdad disfrutaba. Siempre había estado a su lado todas y cada una de las veces que ella había necesitado, todas las veces que le había pedido consejo, todos los detalles a los que él estaba atento para reconfortarla, robándole siempre una sonrisa. Pero ella sentía que había algo más, algo que sobrepasaba una fuerte amistad, podía sentirlo en cada centímetro de su piel. A nadie se le acelera el corazón cuando un amigo se acerca para saludarla, o coquetea sutilmente al notarse observada por él, o se lo come con los ojos cada vez que tiene la oportunidad. Juan era su amigo y no le pasaba nada semejante con él. No, con Rick era diferente. No era sólo una preciosa amistad, y con ese beso había quedado confirmado. Algo muy fuerte sentían el uno por el otro, aunque seguían sin hacerse cargo.
-Entonces… ¿aceptas mis disculpas?
-Tus disculpas tienen argumentos bastante pobres…- desafió la joven.
-¿Bastante pobres? ¿Qué quieres decir con eso?- preguntó levantándose para servirse otro trago. Ella lo imitó levantándose también.
-Que tus argumentos son poco creíbles, Rodgers. Que no besas a tu cuñada después de decirle lo increíble que piensas que es sólo porque te pasaste de copas esa noche o porque te confundiste o te dejaste llevar por el impulso como un adolecente. Eso quizá puedas hacerlo con cualquier otra mujer, pero no con la novia de tu hermano… Podrías haber pensado en algo mejor para decir.- la joven quería llegar hasta el fondo.
-¿Algo como qué? ¡Dime Beckett que quieres que te diga!- dijo elevando aun más el tono de voz, girándose para quedar frente a ella.
-¡La verdad! ¿Por qué me besaste esa noche?- preguntó parándose a pocos centímetros de él, mirándolo directamente a los ojos.
-¡Por qué me moría de ganas de hacerlo! ¡Por qué no pude aguantar más!- soltó finalmente el escritor, alejándose lo más posible. No tenía muy claro si podía resistirse al tenerla tan cerca.
Beckett no pudo con esa respuesta. La culpa volvió a invadirla, tapándola por completo.
-¿En ningún momento se te ocurrió pensar en Dan? ¿O ni siquiera te importa?- fue lo único que atinó a decir ella.
-¡Por supuesto que pensé en Daniel! ¡Vaya si pensé en él!- aseguró con enfado recordando todas y cada una de las mentiras que le había dicho a Beckett. -¡¿Y qué hay de ti, Beckett?! ¿No pensaste en mi hermano cuando correspondiste a mi beso?
-¡Por supuesto que pensé en él! ¡Y me siento pésimo!- Kate se calló durante un segundo para tranquilizarse.-Daniel no se merece esto… Los dos actuamos muy mal ¿no lo crees?…- agregó con verdadera pena reflejada en su rostro.
-¡¿Tú quieres saber si me sentí mal por Daniel?! ¡Pues, no! ¡Y tú tampoco deberías sentirte mal por él! ¡¿o es que acaso olvidaste la poca atención que te presta?!
-Puede que hace un tiempo nuestra relación no estuviese de lo mejor, pero estos últimos meses ha estado por demás atento…
-En otras palabras: tiene “cola de paja” por no haberse presentado a conocer a tus padres…
-¡Ey! ¡¿Por qué lo atacas de esa forma?! ¡Nunca te escuché hablar así de tu hermano! ¡Sabes bien que no pudo ir a la entrega de premios porque no podía salir del baño de lo mal que se sentía! ¡No tuvo la culpa de agarrarse una gastroenteritis!
-¡¿Sabes por qué lo ataco de esa forma, Beckett?! ¡Por qué estoy harto de que se siga comportando como un inmaduro! ¡Harto de tener que arreglar sus problemas! ¡Me indigna su liviandad para manejar las cosas y a la gente que se preocupa por él! ¡Y lo que es peor, me indigna que lo sigas excusando después de que una vez más te dejó sola! ¡Ni siquiera le importó que pases la navidad lejos de tu familia!- el escritor estaba cada vez más alterado y sabía perfectamente que estaba entrando en terreno fangoso del que le costaría horrores salir si no cerraba la boca pronto.
-No era justo pedirle que suspenda el viaje. No es su culpa que la tormenta de nieve haya inutilizado el aeropuerto de New York la noche anterior a mi partida. Era muy complicado que cancele todo… ¡Y no lo estoy excusando!
-¡¿En serio, Kate?! ¡¿Ni siquiera podía perderse un día de sus vacaciones para pasar la Nochebuena contigo?! ¡¿Tan complicado podía ser?!- preguntó mirándola a los ojos, mostrándole en esa mirada todo lo que había estado soportando en silencio. La joven no respondió. Se quedó pensando en las palabras de Rick, recordando todo lo que había preparado para alegrar su navidad, todo lo que se había esforzado para que quedase perfecto. Y Daniel, por el otro lado, ni siquiera se había interesado en cuando podría ir a ver a sus padres.
-De verdad, Beckett, no puedo creer que seas tan ingenua…- sentenció el escritor agarrando su vaso con whiskey dirigiéndose a su habitación. No tenía nada más que decir, mejor dicho, no tenía nada bueno que decir. Ya había dicho suficiente, por lo que sabiamente, se encerró en su cuarto. Antes de desaparecer del living y sin darse vuelta para volver a mirarla le dijo con gran decepción en su voz:
-Será mejor que me vaya a dormir. Ya he hablado suficiente…
El primer impulso de la joven había sido detenerlo, pero rápidamente se contuvo y permaneció en silencio.
¿Qué podía decirle después de escuchar todo lo que había largado? Lo que había escuchado de labios del escritor con respecto a la noche en la que se habían besado la había dejado pasmada. El terminar confesándole que se moría de ganas de hacerlo, que ya no podía aguantar más, era confirmarle lo que ya presentía; que algo más que una amistad los unía fuertemente, y lo peor era comprobar que ella había sentido lo mismo que él. Kate tampoco había podido con sus ganas terribles de besarlo.
Lo que aun no terminaba de entender era su reacción al hablar de su hermano. El hecho de no sentir ningún tipo de remordimiento por lo que había pasado entre ellos aquella noche, le sonaba, por lo menos raro.
Él tenía razón en cuanto a Dan y a lo poco que se ocupaba de su relación, pero no se imaginaba que a Rick le molestase tanto ¿Qué había sido toda esa discusión sobre Daniel? ¿Por qué se había enfurecido tanto con él? ¿Qué era lo que pasaba entre los dos hermanos? Mientras más recordaba los últimos minutos con el escritor, más preguntas se agolpaban en su mente, que para estas alturas era un verdadero caos.
Lo único que entendía de toda esta situación, era que ella también era culpable. Ella le había permitido acercarse, le había permitido jugar con ella, había dejado que la seduzca con sutileza, se había dejado consolar más de una vez ante las ausencias de Daniel, y que se había dejado besar por Richard sin poder evitarlo, sin querer evitarlo. Ella misma lo había vuelto a besar, sin importarle más nada que sentir otra vez sus labios, y en ese momento, tampoco se había sentido culpable por estar engañando a su novio. En ese momento no podía sentir otra cosa más que su corazón queriéndose escapar de su pecho, y el deseo de que ese instante fuese eterno.
La joven se fue a encerrar en el cuarto de Daniel. Se sentía tremendamente confusa por todo lo que estaba sucediendo. Se preguntaba como haría para enfrentar todo este conflicto, como solucionaría las cosas con Rick, como volvería a trabajar con él después de toda esta situación que se había generado a su alrededor; y como era de esperar, cuantas más preguntas se hacía, menos respuestas aparecían.
Beckett se tomó la cabeza con las dos manos intentando sacarse de su cerebro todas las sensaciones que la invadían. Debía tratar de dormir, así podría levantarse temprano para conseguir el remolque para su moto y largarse de allí, en lo posible, antes de que su jefe se despierte, aunque sabía que no le resultaría fácil.
Lo primero que debía hacer era sacarse el vestido, por lo que se dirigió hasta la cómoda donde su chico guardaba la ropa, recordando que había dejado una remera grande que usaba cuando se quedaba a dormir. Revolvió entre los cajones hasta dar con ella y la sacó estirándola de una sacudida. Cuando estaba cerrando el cajón, algo que sobresalía de entre los pliegues de un suéter de Dan, le llamó la atención, tanto que volvió a abrirlo y tomó por la punta, lo que suponía era un papel. Sobre él algo escrito en negro, muy legible, muy claro; tan claro, que al terminar de leer, lo dio vuelta inmediatamente, sorprendiéndose aun más al ver la fotografía.
-¡Maldito seas, Daniel! ¡¿Cómo pudiste?!
Continuará…
Ojalá les haya gustado y que no se hayan cansado de leer, jajajajajaja Gracias por leer!!! Y ya saben, espero sus comentarios, críticas y sugerencias, como siempre! Saludos y hasta la próxima!!!!
CAPITULO VII Parte 2
-De acuerdo, Rodgers… Vamos.- dijo ella con algo de vergüenza por haberse comportado de esa forma con él. Después de todo, Rick no tenía la culpa de nada de esto y se estaba comportando como un perfecto caballero al no permitir que asista sola a la entrega de premios.
-Ok. Pero empecemos de nuevo todo ¿sí? – pidió el escritor. No quería empezar la velada con esos ánimos. Beckett asintió con la cabeza, entonces prosiguió: -¡Buenas noches, chiquilla! ¿Estás lista para irnos?
-¡Buenas noches, Rick! Cuando quieras…- Richard la miró detenidamente y largó con su mejor sonrisa:
-¡Estás increíble, Kate!- él no mentía. El vestido que había elegido la joven, destacaba todos sus atributos y el color rojo le sentaba estupendo.
-Gracias.- respondió ella. Le hubiese encantado decirle que él también estaba increíble, pero su mirada la inhibió por completo.
-Debemos apurarnos… ¿crees poder correr hasta el auto con esos preciosos tacos?- preguntó sonriente extendiéndole la mano para guiarla.
-¡Por supuesto! ¿Con quién crees que estás hablando?- soltó arqueando una ceja aceptando la mano de él.
No la llevó corriendo, pero si caminando velozmente hasta llegar al parking. Al llegar a su deportivo, Rick se acercó hasta la puerta del acompañante abriéndola para que la joven ingrese, y con rapidez dio la vuelta para subirse. Al cerrar la puerta la miró durante unos segundos, notando en su rostro la preocupación.
-Escucha, Kate. Sé que esto no es lo que tenías planeado para esta noche, pero te prometo que todo va a salir bien. Haré lo posible para que todo salga perfecto…
-Gracias, Rick. De verdad aprecio que estés aquí. Sé que mis padres entenderán la situación, y ahora que lo pienso un poco, estoy un poco aliviada al no tener que presentarles a Dan… Eso me tenía muy incómoda… Hubiese sido la primera vez que les presento a alguien formalmente y me estuve preguntando todos estos días si verdaderamente estaba preparada para dar ese paso… sí Daniel estaba preparado… Supongo que no era el momento…- confesó la joven.
-Parece que no… Pero estoy seguro de que cuando llegue ese momento, lo sabrás. No te estarás preguntando si es lo correcto o no. Sólo lo harás y listo…
Arrancó el auto y se dirigió a toda velocidad hasta el aula magna de la universidad de Stanford, donde entregarían los premios a los mejores promedios de todas las carreras.
A las nueve en punto se encontraban entrando al gran salón. Con gran impaciencia Beckett buscaba entre la gente a sus padres, seguida muy de cerca por el escritor. Todavía no se habían terminado de acomodar en sus asientos, por lo que pudo encontrarlos cerca del pasillo central. Su madre al verla sonrió codeando a Jim y ambos se acercaron a su encuentro. Después de saludarse con abrazos y besos y de elogiarse mutuamente, se separaron esperando las presentaciones.
-Tú debes ser Daniel, supongo…- preguntó Jim con seriedad. Antes de que Rick pudiese contestarle la joven empezó a hablar.
-Mamá, papá… Daniel tuvo un contratiempo y no pudo llegar… Su hermano se ofreció acompañarme para que no venga sola… El es Richard…
-¡Richard Castle! ¡El novelista de misterio!¡Es un verdadero placer conocerte!- interrumpió Johanna extendiendo la mano al jefe de su hija para saludarlo.
-¡El placer es mío!- dijo cortésmente besando la mano de la madre de Kate. Después extendió la mano para saludar a Jim también.
-¿Cómo es que lo conoces, mamá?
-¿Estás bromeando? ¿Dónde es que vives, hija? ¡Su libro está siendo un éxito! ¡Según el New York Times debutó en el top ten de los más vendidos en su primera semana! Llegarás a ser un Best-Seller en muy poco tiempo y déjame decirte que eres más apuesto en persona que en la foto de tu novela…- dijo guiñándole un ojo.
-¡Muchas gracias, Johanna!
-Así que estás a punto de ser famoso ¿no, Rick? No lo sabía que escribías tan bien…- dijo la joven algo sorprendida.
-Hay muchas cosas que no sabes de mí… Pero, no creo que sea para tanto…- indicó el escritor con una enorme sonrisa dirigiéndose a Kate.
-¡Vamos! ¡No seas modesto! ¡Tu novela es fantástica, simplemente no puedes dejar de leerla!- señaló Johanna.
-Ya tendremos tiempo en la cena para seguir hablando. Ahora debemos ubicarnos, pronto comenzará la ceremonia. – interrumpió Jim, tomando de la mano a su mujer para dirigirse a sus asientos.
La entrega de premios no fue demasiado larga. Al parecer, no eran muchos los que gozaban del honor de tener el mejor promedio en su especialidad. Terminada la ceremonia, pidieron a los invitados que se acercaran al salón en donde se serviría la cena para que pudiesen ir acomodándolos.
Las mesas eran de no más de cinco personas, que era el máximo de invitados que podía traer el homenajeado. A los pocos minutos que tomaron asiento, el mozo les trajo una botella de champagne para brindar. El escritor la descorchó y comenzó a servir las copas. Primero Johanna, después Jim y por último él.
-¿Y a mí? ¿No me sirves?- preguntó Kate acercando su copa.
-Yo… lo siento… Supuse que como todavía no tienes edad suficiente para beber…- se excusó el escritor.
-Pero si tienes edad suficiente para votar…- explicó su padre.
-O para defender a tu país en una guerra…- agregó su madre.
-Es decir que tengo edad suficiente para matar o morir por mi patria, pero no la suficiente como para brindar con mis padres en una noche especial ¿No es cierto?
-No creo que por servirte una copa de champagne vaya a tener problemas con la ley, ¿no es así?- preguntó Rick con una media sonrisa, mientras llenaba la copa de la joven.
-Y si los tienes, recuerda que el mejor promedio de la escuela de leyes de Stanford está sentada junto a ti…- aclaró Jim mirando a su esposa con orgullo.
-Y también tengo a su pequeña sucesora…-soltó Rick sonriente mirando a Kate.
-No creo que tengamos problema alguno…- afirmó Johanna guiñando un ojo a su pequeña, quien sonreía ante cada comentario del escritor.
-Bueno… Ahora que estamos todos relajados, hablemos de lo importante. – dijo Jim con solemnidad poniéndose serio. Richard lo miró sin entender muy bien a qué se refería, pero permaneció en silencio esperando que el padre de la joven continuara.
-Dime, Richard ¿Qué intenciones tienes con mi hija?
-¡¿Intenciones?! Yo…- el escritor no se esperaba una pregunta así y ciertamente lo había tomado por sorpresa. Beckett lo interrumpió protestando:
-¡Papá! ¡¿Por qué le preguntas eso?! ¡Sabes perfectamente que él no es mi novio!
-¡No te enojes, cariño! ¡No puedes culpar a tu padre! ¡Estuvo ensayando esa cara frente al espejo desde que se enteró que le presentarías a tu chico!- explicó riéndose con muchas ganas al ver cara de los dos jóvenes.
-¡Es broma, Richard! ¡No te lo tomes a mal! Aunque, como dice mi brillante esposa, no puedes culparme. Considerando que Daniel no está aquí…- señaló el padre de Kate.
-No hay problema…- contestó tragándose la bronca al recordar el porqué su hermano no estaba presente.
-Sólo por curiosidad… supongamos que nuestra hija sale contigo y no con Daniel ¿Qué intenciones tendrías con ella?
-¡Mamá! ¡¿Cómo le preguntas eso?
-¡No es tan grave, hija! ¡Tampoco le estamos pidiendo que confiese un crimen!
-No te preocupes, Kate. Puedo responder a eso, si definen “intenciones”, claro…- afirmó entrando el juego de los padres de ella.
-¿Ves, Katie? ¡No es tan grave! - dijo su padre guiñándole un ojo. Luego miró al escritor diciendo: - Te definiré “intenciones” Lo que te estaríamos preguntando es que tan seria sería la relación con ella. Para decirlo en otras palabras Richard ¿Te casarías con mi hija?- Jim sonrió esperando una respuesta, disfrutando de la vergüenza que le producía a su hija todo esto.
-Pasaría el resto de mi vida con ella. Lo de casarse o no, que lo decida Kate. Mi única preocupación sería hacerla feliz…- afirmó con seguridad girando la cabeza para mirarla. Cuando la joven le clavó esos hermosos ojos sonriendo tímidamente, el escritor agregó: -…siempre.
Johanna sonrió al escucharlo. Su hija le había hablado de su jefe, aun más que de su propio novio, y como madre sabía muy bien lo que eso significaba. Desconocía lo que había pasado con Daniel, aunque suponía que no era nada grave, de lo contrario se hubiese enterado, por lo que le quedaba pensar que el contratiempo que había tenido era algo menor. Al enterarse de que Richard era el acompañante de Kate, lo primero que pensó la prestigiosa abogada, era que el destino había intervenido en la presentación oficial de su novio, impidiendo que aparezca y poniendo al escritor en su lugar, muy dispuesto a suplantarlo. Johanna creía que todo pasaba por alguna razón, ya fuese coincidencia o destino. Ignoraba cual, pero sabía que contra eso, nadie podía.
-¡Bien dicho! ¡Sí que sabes elegir las palabras!- bromeó Johanna.
-Por algo es escritor…- agregó Jim.
-Dejemos de atormentar al muchacho y hablemos en serio…- dijo la madre de Beckett mirando a su marido.
-Yo estaba hablando en serio…- largó Rick por lo bajo. Sólo Beckett llegó a escucharlo.
-De acuerdo, de acuerdo… Hablemos en serio ¿Tienes novia?- preguntó Jim.
-Sí. Hace ya dos años… aunque nuestros tiempos no coinciden últimamente…- respondió con sinceridad.
-Entiendo… se lo difícil que puede ser llevar una relación de esa forma. Pero si de verdad se aman, nada les resultará imposible…- aseguró el padre de Kate.
-¿La extrañas?- preguntó Beckett, quien hasta el momento había permanecido en silencio escuchando al escritor. No se atrevió a preguntarle si la amaba. No quería saber la respuesta.
Él no esperaba esa pregunta y en realidad, no sabía que contestar. La verdad era que no. Probablemente eso se debiera al poco interés de Meredith por la pareja, o apelando a la sinceridad, por tener la cabeza ocupada con Beckett constantemente. Lo cierto era que no la había extrañado en lo absoluto. Pero no podía responder con la verdad. No ahí. No en ese momento.
-Sí, claro…- mintió el escritor sin mirarla a los ojos.
El mozo que antes les había traído el champagne, ahora regresaba con una enorme bandeja con el primer plato de la cena para los cuatro. Después de cenar, la orquesta comenzó a tocar para que los invitados bailaran. Jim invitó a Johanna, quien aceptó de inmediato. Rick y Kate los siguieron a la pista de baile.
Luego de un par de piezas, anunciaron que servirían el postre, por lo que todos los invitados que estaban bailando regresaron a su mesa.
La noche se había pasado volando y todos la estaban pasando estupendamente, pero los padres de Kate debían volver al hotel para dormir un poco antes de tomar el vuelo de regreso a New York. Luego de despedirse, Johanna se acercó a su hija y le dijo:
-Tú y yo tendremos que hablar ¡Y mucho!- la sonrisa de su madre lo decía todo. La joven también sonrió antes de volver a abrazar a su madre.
-¡No hay nada de qué hablar, mamá!
-¡Verás que si!- respondió dando un sonoro beso en su mejilla.
Jim se acercó al taxi y abrió la puerta esperando a su esposa. Johanna se apresuró a subir mientras agitaba las manos despidiéndose, su esposo subió por el otro lado y rápidamente se marcharon al hotel.
Entre tanto, Rick había mandado a pedir que le trajeran su auto. Luego de darle propina al valet parking, le abrió la puerta a la joven para que suba y acto seguido subió él, saliendo despacio por las calles del campus, en dirección al dormitorio de Beckett.
-¿Estás bien?- preguntó el escritor al ver el rostro de Kate con un dejo de tristeza.
-Sí… perdona… Sólo estaba pensando en que no volveré a verlos hasta navidad…
-Puedes tomarte unos días cuando gustes si quieres ir a verlos. Sabes que con el trabajo no tienes problemas…
-Gracias, Rick. De verdad aprecio el ofrecimiento, pero por más que quiera no puedo viajar ahora. Tengo mucho que estudiar ya que se acercan varios exámenes y no puedo perderme ninguna clase… ¡Ya tendré tiempo en las fiestas para estar con ellos!- explicó ella intentando sonreír. Aunque eso no era lo único que rondaba por su mente en este momento.
-¿Seguro que no te pasa nada más, pequeña?- preguntó nuevamente al detenerse en el estacionamiento de los dormitorios. El escritor la conocía tan bien que asustaba.
-No es nada…- dijo con la cabeza gacha.
-Puedes contarme lo que sea. Lo sabes ¿no?- él acercó su mano al rostro de la joven y tomando su mentón con suavidad, lo levantó intentando que lo mire.
-Sí, lo sé… - Beckett guardó silencio durante unos segundos, pensando. Luego lo miró y comenzó a hablar nuevamente –Últimamente me estoy preguntando qué pasa con Daniel… ¿Por qué se comporta de esa manera? ¿Qué lo hace actuar así conmigo? El no aparecer hoy, el no decirme siquiera porque, el hecho de que ni siquiera llamó para avisar; todo eso me hace pensar que no le importo en lo más mínimo… ¿Soy yo el problema? ¿Qué hay de malo en mí?...- la voz de la joven mostraba angustia mezclada con algo de frustración.
-¿De qué estás hablando, Kate? ¡No hay nada de malo en ti! Muy por el contrario…Eres preciosa, inteligente, perfecta, única… Cualquier hombre mataría por ser el dueño de tu amor y si mi hermano no puede darse cuenta de la increíble mujer que tiene al lado es un verdadero imbécil y el problema lo tiene él, no tú… Eres simplemente extraordinaria…- finalizó el escritor después de haber soltado gran parte de lo que pensaba sobre ella.
Beckett se lo quedó mirando sin poder creer lo que escuchaba. Encandilada por el azul de sus ojos, hipnotizada por su mirada, aturdida por sus palabras, cayó en el error de curiosear:
-¿De verdad piensas todo eso de mi? ¿En verdad piensas que soy extraordinaria?
-Por supuesto. Además de absolutamente irresistible…- respondió acercando su rostro al de ella peligrosamente.
-¿Tan irresistible como para traicionar a tu hermano?- preguntó sin moverse un milímetro, tirando de la soga, intentando saber hasta dónde se atrevería a llegar su cuñado.
-Tan irresistible, que traicionaría al mismísimo diablo después de haberle vendido mi alma.- confesó irresponsablemente, mientras que en un rapto de locura acortaba la escasa brecha que lo separaba de los perfectos labios de Kate. Sin esperar ninguna respuesta, la beso con pasión, con ese deseo contenido que tanto tiempo había guardado, disfrutando de ese instante que duraría unos pocos segundos, pero que quedaría tallado en lo más profundo de su corazón.
Ella se apartó, descolocada, sin entender muy bien lo que estaba pasando. El corazón le latía a gran velocidad y su respiración se encontraba agitada.
Beckett frunció levemente el ceño, mordiéndose con suavidad el labio inferior mientras escuchaba por última vez a su conciencia y se dejaba vencer por sus ganas, enredándose en el insensato impulso de volver a besarlo. Sin demorar un instante tomó el rostro del escritor con ambas manos y sin dejar de mirar su boca, posó sus labios sobre los de él, devolviéndole el beso que él acababa de darle.
Sus bocas se acoplaron al instante. Sus lenguas, al principio, se enredaron desesperadamente queriéndose probar. Luego, más despacio y con inmensa curiosidad, comenzaron a descubrir cada rincón de sus bocas, disfrutando extensamente cada roce, dejándose llevar libremente, deseando poder congelar el tiempo para que ese maravilloso momento no acabe nunca.
Una clavada de frenos en el parking, a unos metros del auto del escritor, ayudó a la joven a recuperar la cordura, separándose bruscamente de él. Durante un segundo, que fue eterno, quedaron mirándose en silencio, sin poder hablar, incapaces de admitir con palabras lo que sus corazones palpitantes les habían mostrado al besarse. Incapaces de reconocer lo mucho que lo habían disfrutado.
-¿Qué estamos haciendo? ¡Esto está mal! ¡Muy mal!- se reprochó Kate visiblemente perturbada por las inexplicables sensaciones que recorrían su cuerpo. Sin demorar un instante destrabó la puerta y se bajó del automóvil.
-¡Kate! ¡Espera!... ¡Lo siento!...- fue lo único que atinó a decir el escritor al verla huir despavorida rumbo a su habitación.
Richard sabía que había cometido una estupidez y ahora no sabía cómo enmendarlo. Estaba furioso consigo mismo por haber forzado esa situación, pero a la vez todavía se sentía extasiado por ese increíble beso que se habían dado.
Aun perduraba el vestigio de sus exquisitos labios sobre los de él, y lo único que podía hacer en ese momento era exprimir esa dulce sensación que lo embriagaba, hasta agotarla, hasta imprimirla en sus recuerdos para siempre.
***
AHORA, UN DIA ANTES DE LA NOCHEBUENA…
Beckett se estaba preparando para ir a su dormitorio después de un tranquilo día de trabajo. Se acercó a la cocina preguntándoles a Juan y a Phil si necesitaban una mano para terminar de ordenar todo para irse. Ambos le dijeron que no era necesario que se quede y que ellos podían solos con lo que quedaba, por lo que la joven les dejó su parte de las propinas, como era su costumbre, y salió en dirección a la barra para despedirse de su jefe.
-¿Necesitas algo más, Rodgers?
-Nada más, pequeña. Puedes irte ya.
-Ok. Nos vemos después de las fiestas. Que pases una muy linda navidad.- dijo Kate.
-¡Me olvidaba! Organizamos con Phil una cena navideña y quiero que estés ahí. También vendrá mi madre, por supuesto y Juan. No puedes perdértela.
-¿Cena navideña? No lo sé, Rodgers... No quiero que te sientas en la obligación de invitarme porque voy a estar lejos de mis padres...Créeme, no es necesario.
-¿De qué estás hablando? ¿Obligación? ¡Ninguna obligación! Al contrario, me encantaría que estés ahí...
La joven se lo quedó observando mientras pensaba si aceptar o no la invitación. Todo había estado de lo más raro entre ella y el escritor desde la noche de la entrega de premios a su madre. Después de ese maravilloso beso que él le había robado esa madrugada, el que ella había respondido, del que nunca habían vuelto a hablar, Rick había permanecido de lo más distante y Kate había hecho lo propio también, intentando en todo momento olvidar aquella noche, aquellos perfectos labios del escritor posándose sobre los de ella, acariciándolos en el más increíble beso que alguna vez había recibido. Todo su mundo se había revolucionado a partir de ese momento y nada volvería a ser igual, a pesar de que había hecho lo posible por olvidarlo, y desde su regreso, el escritor se había encargado con su silencio de levantar una gran pared transparente, en la que se podían observar uno al otro, pero que les hacía imposible acercarse. Increíblemente, toda esa distancia que había entre ellos no le impedía a Rick darse cuenta la tristeza que tenía por no estar con su familia y hacer algo para solucionarlo. Kate se había dado cuenta que, a pesar de todo, su jefe se seguía preocupando por ella, prestándole otra vez, más atención que su propio novio, y eso le encantaba.
Luego de pensarlo unos minutos, la joven decidió aceptar la invitación. Después de todo, no tenía forma de llegar a New York, sumado a que Daniel no estaba en la ciudad y de no aceptar no le quedaría más remedio que pasar la navidad sola en su cuarto.
-De acuerdo ¿Que llevo?
-Sólo tu encantadora presencia. Con eso basta...
-Ok. Nos vemos en tu casa mañana a la noche.
-A las nueve ¿te parece bien?
-Perfecto. Ahí estaré...Ah! Dime exactamente quienes vamos a estar. Me gustaría comprar algo para poner debajo del árbol.
-Se me ocurrió algo mejor y a todos les pareció una buena idea. Dentro de esta bolsa cada uno pone la cantidad de dinero que quiera o pueda y con lo que juntamos compramos regalos para todos. Mi madre tiene un don especial para elegir presentes y estoy segura de que a Phil le encantará acompañarla.
-¡Me parece una idea genial! Pásame la bolsa.
Todos habían estado muy contentos de ayudar a preparar la velada ya que la joven era muy querida por sus amigos y compañeros con los que había forjado una relación casi familiar, y querían demostrárselo tratando de que pase de lo mejor la Nochebuena, sabiendo que probablemente extrañase a su familia. Seguramente sus compañeros de trabajo también extrañasen a sus familiares, pero ellos estaban acostumbrados a estar lejos, siendo que ya habían estado lejos muchas veces.
Rodgers se sentía feliz de que Beckett hubiese aceptado la invitación ya que todo lo había organizado para ella, a pesar de que no se lo diría. El escritor había trabajado mucho para que esa noche fuese perfecta y le tenía reservada una sorpresa sólo para ella, algo que seguramente nunca olvidaría.
***
Alrededor de las nueve de la noche se escuchó un automóvil frenar frente a la casa del escritor. De adentro del vehículo bajaron Phil y Juan con unos cuantos paquetes, entre los que incluían postres, tortas y algunos de los regalos envueltos con brillantes papeles de colores. Rodgers salió junto con Martha a recibirlos en la entrada. Poco después llegó Kate en su motocicleta y la aparcó arriba de la vereda. Rick, quien la había escuchado llegar salió a su encuentro de inmediato. Al verla bajar de la moto, el joven escritor quedó estupefacto sin poder sacarle los ojos de encima. La joven llevaba puesto un vestido color verde esmeralda con un escote delantero de lo más pronunciado y un escote trasero que dejaba descubierta toda su espalda. Estaba para el infarto y él no podía sacarle la vista de encima.
-¡Hola Rodgers!- dijo la joven al sacarse el casco.
-¡Hola chiquilla! ¡Estás preciosa!- soltó el escritor con una enorme sonrisa.
-¡Tú no estás nada mal, Rick!- largó Kate mirándolo de abajo hacia arriba.
El escritor lucía un pantalón de vestir negro y una camisa entallada color azul que, además de remarcar su esbelto y atlético cuerpo, hacía resaltar sus hermosos ojos. A Kate siempre le había resultado un tipo elegante para vestir, considerando que poseía un gusto exquisito para elegir su atuendo, pero hoy estaba especialmente apuesto, o mejor dicho, la joven camarera creía que hoy estaba para comérselo de tres bocados. Y eso podría ser un problema.
-¿Sabes, pequeña? Nunca creí que con un vestido tan corto se pudiese conducir una moto...
-Pues ya lo ves, se puede sin ningún problema ¡De hecho, cuanto más corto, mejor!
-¡Ya lo creo! ¡No dejas de sorprenderme!
-Hay muchas capas de la cebolla Beckett que aun no conoces, Rick.- dijo ella con una sonrisa al pasar junto a él para ingresar a su casa.
Después de que todos se terminaron de saludar, el escritor se acercó a sus invitados con una bandeja con frescos aperitivos que ofreció a cada uno de ellos junto con unos deliciosos canapés preparados por Juan.
Entre bromas y risas se fue acercando la hora de comer. Cada uno de los invitados ocupó su lugar en la mesa, indicados por el escritor. La velada era de lo más amena, ya que, entre otras cosas, Phil y Martha relataban sus aventuras alrededor del mundo y cada vez que se habían cruzado alguna travesura memorable había dejado su huella.
Al terminar la cena y el delicioso postre, Rick los invitó a pasar al living para tomar una taza de café, mientras esperaban a que se hicieran las 12 de la noche para brindar y abrir los regalos.
Kate se ofreció para prepararlo y Juan la siguió a la cocina para ayudarla. Él joven aprendiz de repostero se había encariñado mucho con Kate, sintiéndola como una gran amiga, con la que se había hermanado desde ese día que había intercedido por él, jugándose su puesto de trabajo intentando defenderlo. Por su parte, ella lo veía como un hermano mayor con el que podía contar incondicionalmente, alguien en quien poder confiar; por eso, era el único que sabía lo que había sucedido aquella madrugada con su jefe.
-¿Cómo la estás pasando, Kate?- preguntó Juan al ver su rostro.
-Muy bien, de verdad. Sólo que en momentos extraño el estar cenando con mis padres… Tú debes saber mejor que yo lo que se siente…
-Sí, lo sé perfectamente. Pero créeme, la primera vez que estás lejos es la peor. Después, sólo te acostumbras…
-Imagino que sí…
-¿También extrañas a Dan?
-Supongo… me hubiese gustado que esté aquí…
-¿Seguro?
-¿Qué se supone que quieres decir?
-Nada… Sólo que creo que todo esto es una especie de señal…
-¿De qué diablos estás hablando, Juan?
-¿Nunca te preguntaste si el destino es el que mueve nuestras vidas?
-Aun no te sigo…
-Es simple: Hace unos meses tu novio no pudo asistir a la entrega de premios, en su lugar fue Rodgers y terminaron besándose. Ahora, tú no pudiste viajar a ver a tus padres, Daniel no pospuso su viaje para quedarse junto a ti y Rodgers organizó esta fiesta navideña…
-Sí ¿Y? ¿Tú crees que todo esto fue obra del destino?
-En parte sí. Creo que algún designio divino los está empujando a ti y a Rodgers, acorralándolos en un lugar de donde no podrán salir. Ya es hora de que ambos se hagan cargo de lo que les pasa…
-¿Qué me estás tratando de decir? ¿Qué me olvide de Dan y me lance a los brazos de su hermano? ¿Es que acaso estás loco?- susurró mirando hacia donde estaban el resto de los invitados, comprobando que nadie estuviese escuchando lo que hablaban.
-No. No estoy loco. Sólo estoy haciéndote notar lo que es más que evidente para todos. Rodgers siempre está cuando lo necesitas y creo que te lo ha demostrado más de una vez, muy por el contrario Daniel sigue comportándose como un adolescente egoísta que siempre piensa primero en él y en su comodidad. Y también te lo ha demostrado más de una vez… Sin ir más lejos, hoy mismo, al no estar aquí contigo ¡¿Qué es lo que estás esperando para pegarle una patada de una vez por todas?! ¡Es que no te das cuenta que Daniel no es bueno para ti!
-¿Y Rodgers si lo es? ¿Te parece, Juan? Nunca volvimos a hablar de lo que pasó esa noche en la que nos besamos, de hecho, se fue al otro día y no volvió hasta antes de ayer. Y todo siguió como si nada hubiese pasado ¿Qué te hace pensar que le importo?
-¿Además de la forma en que se derrite al mirarte? El hecho de que haya organizado toda esta fiesta para que no estés sola en navidad es prueba suficiente ¿No lo crees? Yo lo ayude junto con Phil, y créeme que tuvo que trabajar mucho para dejar todo perfecto en tan poco tiempo. Si no le importases, ni siquiera se hubiese molestado…
-¿De verdad organizó esta cena por mi?
-Absolutamente y lo hizo con muchísimo entusiasmo.
-No puedo creerlo…
-Pues créelo, porque es la verdad. No sean estúpidos y no desaprovechen esta oportunidad de estar juntos. Sé que el escritor puede hacerte feliz, sólo debes permitírselo.
-No es tan simple, Juan. Soy la novia de su hermano ¿recuerdas? No puedo hacerle una cosa así a Dan…
-Tú crees que Daniel es un corderito ¿verdad? No te confundas, Kate. Es un lobo con piel de oveja… Espero que pronto te des cuenta…
Phil se acercó interrumpiendo la conversación, preguntando si necesitaban ayuda. Kate se puso a servir el café en las tazas que Juan había acomodado en una bandeja. Luego de terminar agarró una taza para ella y se dirigió a sentarse al sillón cercano a la enorme ventana, pensando seriamente en lo que su amigo le había dicho.
No faltaba mucho para la medianoche, apenas unos pocos minutos y la joven volvió a recordar a sus padres, desvaneciendo por un momento los pensamientos que tanto la inquietaban después de la conversación con Juan. Se levantó del sillón ubicándose frente a la ventana, de espaldas al resto de los invitados. Richard, que no había dejado de mirarla, se acercó lentamente hasta ella, parándose detrás, mientras que de su bolsillo sacaba un pequeño control remoto con un botón rojo en el medio que accionó al momento que su reloj marcó las doce. Poco a poco fue inclinándose hasta su oído y cuando estuvo a escasos centímetros le susurró:
-¡Feliz navidad, chiquilla!- Al instante comenzó a nevar frente a la ventana, proporcionando un espectáculo maravilloso, sorprendiendo a la joven, dejándola sin palabras. Los copos quedaban suspendidos un instante en el aire, como si verdaderamente fuese nieve, y todos los invitados disfrutaban del maravilloso espectáculo, riendo y aplaudiendo con emoción. El escritor se había esforzado mucho para lograr que fuese perfecto y al parecer lo había conseguido.
-Dijiste que ibas a extrañar la nieve, así que…
-¡Eres... increíble! ¡Gracias, de verdad, Rick!- interrumpió notablemente emocionada.
-¡Me alegra mucho que te haya gustado! - el escritor se vio interrumpido por la campanilla del teléfono. Su madre le acercó el inalámbrico e inmediatamente Rick se lo pasó a Kate sin responder. -Ten. Atiende, es para ti...- dijo él con una enorme sonrisa.
-¿Para mí?¿Es Dan?- preguntó extrañada.
-¿Y por qué no tomas el teléfono y lo averiguas?- repreguntó con algo de fastidio por oír el nombre de su hermano. Beckett agarró finalmente el inalámbrico. Suponía que su novio se había acordado de ella y se había tomado unos minutos para hablarle, pero en fondo sabía que algo así no saldría de Dan.
-Hola... ¡¡Mamá!! ¡¡¿Eres tu?!!- gritó emocionada. De verdad que no se lo esperaba. Seguramente, Rodgers se había encargado de hacer esto posible, descolocándola por completo una vez más con una acción tan simple como un llamado, pero a la vez tan importante y significativo para la joven.
El escritor se alejó un poco para dejarla hablar tranquila, mientras disfrutaba de la felicidad de su cuñada.
Luego de una breve charla con su madre y otra igual con su padre, se despidió de ellos.
-No me esperaba este hermoso gesto... Todo lo que preparaste en tan poco tiempo, lo de la nieve ha sido asombroso, Rick, pero la llamada de mis padres fue lo más genial de todo… ¡Me has hecho muy feliz! No sé que puedo hacer para compensarte...
-¡Que mejor recompensa que tu preciosa sonrisa!
-Debes de haberte tomado muchas molestias para conseguir el número de mis padres. No creo que haya sido muy fácil…
-De hecho, lo único que hice fue llamarlos y pasarle mi número. Tu madre me pasó el teléfono de la oficina y de su casa para que le avisara en cuanto saliera publicada mi nueva novela. Al parecer es una fanática de Richard Castle…
-¡Hablando de eso! Mi madre me pidió que te recuerde que le prometiste un ejemplar autografiado.
-“Para Johanna Beckett, quien…- rememoró el escritor siendo interrumpido por ella.
-… siempre creyó en mí, Rick Castle”- finalizó Kate sin dejar de mirarlo.
-¡¿Cómo podría olvidarlo?! Ella pronosticó que pronto sería un Best- Seller y no se ha equivocado…
-¡Ya lo creo! Recuerdo sus exactas palabras “¿Quién no compraría una novela de Richard Castle? Con ese nombre es prácticamente imposible resistirse”
-Tu madre sí que tiene un humor de lo más acido… Debo confesar que ¡me encanta!
-No estaba burlándose de ti, o por lo menos no con mala intención… sólo buscaba romper el hielo…
-¡Y lo logró, sin duda! Al conocerla a ella comprendí muchas cosas de ti, Beckett…
Martha se acercó con un par de copas de champagne, invitándolos a acercarse para brindar. Ambos recibieron las bebidas y se encaminaron hasta el centro del living para chocar sus copas con el resto de los invitados.
Cada uno de ellos contó alguna anécdota de alguna navidad pasada mientras abrían los regalos, tan bien elegidos por la madre del escritor. Juan recibió un juego de utensilios profesionales para repostería, Phil una botella de su whiskey favorito, Kate un perfume del que había estado hablando con Martha días atrás y para carcajadas de todos los presentes, Richard recibió un calzoncillo dos talles más grande.
-¡Muy gracioso, madre! ¡Muy gracioso!...- refunfuñó el escritor.
Martha entonces sacó de atrás del árbol otro presente para su hijo. Se trataba de un libro de Jorge Luis Borges, escritor al que recientemente había descubierto Rick y del cual se había fanatizado. Si bien Borges era argentino, el ejemplar se encontraba traducido al inglés, cosa no tan frecuente en la literatura latinoamericana. A su madre no le había resultado tan fácil conseguirlo y eso él lo sabía perfectamente, así que al terminar de romper el papel que lo envolvía fue directo a abrazar a su madre.
-¡Gracias madre! ¡Eres lo máximo!
-De nada, hijo. Recuerda bien este momento antes de internarme en un horrible hogar de ancianos cuando envejezca...
Todos rieron con el comentario de Martha. Rick sacó un sobre que se encontraba enganchado en el árbol y se lo pasó a su madre. El regalo de Martha era una invitación para dos personas para un fin de semana en un Spa.
-Compártelo sabiamente, madre.- dijo Rick guiñándole un ojo.
-¡No lo dudes, hijo!
El tiempo fue pasando agradablemente entre anécdotas y risas, convirtiendo a la velada en una noche de lo más apetecible. Poco después de la una y media, Martha miró su reloj y se levantó dirigiéndose a Phil:
-¿Qué te parece si nos vamos? Ya es tarde y me gustaría que me acompañes a casa. Quisiera tu opinión sobre las reformas que hice… De paso podemos dejar a Juan en su departamento a tiempo para que hable con su madre.
-Me encantaría, mademoiselle.
-Sí, yo también debería irme...- agregó Kate por lo bajo.
-No me gustaría que te vayas sola a estas horas. Si me lo permites, guardo la moto en mi cochera y te llevo hasta tu casa...- dijo Rick.
-No es necesario, no va a pasarme nada...
-También podrías quedarte a dormir aquí... Sobra espacio...- largó Martha intentando sonar inocente.
-Eso sería mejor aun...- secundó Juan.
-No lo sé... No creo que sea una buena idea, Rick. Daniel no se encuentra y no me parece correcto abusar de tu hospitalidad...
-¡Vamos, niña! ¡Nada de abuso! ¡Eres parte de la familia! A demás nos dejarías a todos mucho más tranquilos si te quedas a dormir aquí.- dijo Martha gesticulando como siempre hacía con sus manos. Juan también intervino en la conversación tratando de convencer a su amiga.
Phil, miró de reojo a Martha adivinando sus intenciones y mientras Rick y Juan seguían intentando convencer a Kate, se acercó hasta la reconocida actriz y susurró por lo bajo:
-¿Que es lo que tratas de hacer?
-Nada. O al menos, nada que pueda evitarse... ¿O vas a decirme que estoy equivocada?
-No. Yo también pienso que es inevitable, o al menos eso me gustaría... Sé como es el pequeño Dan con las mujeres y creo que Kate no se merece que la traten así. Además, puedo darme cuenta de lo que les pasa cuando se miran y estoy seguro de que no podrán esconderlo por mucho tiempo.
-Yo creo que están hechos el uno para el otro, a pesar de que toda esta situación traerá problemas entre los hermanos… Sé que no está bien eso de meterme, y menos tomar partido por uno de mis hijos, pero no puedo evitar pensar que Dan le está faltando el respeto a Kate y no me hace nada de gracia tener que tolerarlo... Lo único que espero es que si pasa algo entre Richard y Kate le sirva a Daniel como lección y aprenda de una vez por todas cómo tratar a una mujer.
- Conozco a Dan desde hace mucho tiempo y no creo que pueda cambiar su forma de ser con las mujeres.. ¡Tan pronto como consiga otra muchacha hermosa que conquistar se olvidará de Kate por completo! - ambos volvieron a escuchar la conversación para enterarse de lo que había decidido la joven.
-... de verdad, voy a estar bien. No se preocupen. Llegaré a mi cuarto enseguida...
-Como prefieras Becks.- finalizó el escritor sin querer presionarla.
Los invitados fueron recogiendo sus cosas. Phil fue el primero en salir para prender el auto, seguido por Juan y a los pocos segundos por Martha, quien aun se estaba despidiendo de Kate y Rick. Poco después, la joven camarera también salió en dirección a su motocicleta, saludando con la mano al auto de Phil que acababa de arrancar saliendo lentamente por la calle vacía.
Rick se había parado a escasos metros de ella, observándola detenidamente mientras intentaba arrancar su Harley. Tras varios intentos infructuosos de arranque, Kate bufó con fastidio maldiciendo en voz baja. El escritor se acercó para intentarlo, pero no hubo caso y la moto permaneció apagada.
-Parece que de todos modos deberé llevarte en mi auto...- dijo Rodgers sonriendo con algo de satisfacción.
-Así parece...
-Ven. La guardaremos en mi cochera...
Ambos se dirigieron al garaje llevando la motocicleta sin decir nada. Ambos estaban secretamente felices de estar un tiempo más juntos.
Luego de acomodar la Harley en un costado, Rick se subió a su precioso deportivo no sin antes abrir la puerta del acompañante para que ella se acomodara. Puso la llave e inmediatamente la giró para darle arranque. Un sonido parecido a un “clac” se escucho en lugar del rugido del poderoso motor. El escritor repitió el movimiento un par de veces sin lograr que funcione. Lo único que se escuchaba al girar la llave era: clac, clac, clac.
-¿Se quedó sin batería?- preguntó la joven.
-No lo creo. Por el sonido que hace al darle contacto supongo que es el burro…
-¿El burro que maneja?- soltó sin poder contener la carcajada.
-El burro de arranque...- respondió él riéndose también.
El escritor metió la mano por debajo del volante para accionar la palanca que destrababa el capó. Luego se estiró hasta la guantera para tomar una linterna antes de bajar del coche.
Beckett también descendió del vehículo y caminó hasta quedar a un lado de Rick.
-¿Sabes algo de mecánica?- preguntó ella asomando la cabeza dentro del motor.
-Poco…
-Escucha ¿por qué no vamos adentro y me llamas un taxi? No quiero que te manches con grasa…
-¿De verdad piensas que algún taxi estará trabajando en Nochebuena a estas horas? Si quieres podemos intentarlo, pero no te hagas muchas ilusiones… - la joven torció la boca en un gesto de fastidio. El escritor agregó:-Te diré que haremos, vamos para adentro y te prepararé un café mientras intentamos conseguir uno…-
-De acuerdo.- dijo la joven al seguirlo dentro de su casa.
Mientras preparaba café, juntaba todas las tarjetas con los números de teléfono de las agencias de taxi, apilándolas una sobre otra. Luego de servir un par de tazas de la deliciosa infusión que había preparado se sentó junto a Beckett con el inalámbrico y llamó una por una intentando encontrar a alguien de turno. Después de llamar al último número que le quedaba, antes de darle el último sorbo a su café, Beckett lo miro diciendo:
-Creo que tendré que quedarme a dormir, después de todo…- soltó algo incomoda.
-Supongo que sí…- respondió devolviéndole la mirada, entendiendo lo que ella sentía
Otra vez dormirían bajo el mismo techo, otra vez ella estaría a unos cuantos metros de su habitación, una noche más disfrutaría de su compañía, aunque esta vez era diferente. El destino así lo había querido, y había quedado claro desde el momento que ni la moto de Kate ni el auto de Rick quisieron arrancar; y contra el destino era evidente que nadie podía.
Richard estaba nervioso. Las cosas desde su regreso habían estado raras, y su relación con Kate distante; como probablemente hubiese tenido que ser desde un principio, pero sabía que se debían una charla, que él le debía una explicación por arrebatarle ese exquisito beso después de la fiesta, por nunca más decir nada, por haber desaparecido como un cobarde. Lo sabía muy bien, pero no sabía cómo empezar a hablar. Finalmente, el incómodo silencio que se había instalado, fue desterrado con un simple:
-Será mejor que me vaya a dormir…- pronunciado por Kate levantándose del sofá.
-¡Espera!- se apresuró a decir él al momento que posaba su mano con delicadeza sobre el brazo de la joven. Luego prosiguió: -Tenemos que hablar… Mejor dicho, yo tengo que hablar. Siéntate, por favor.- acto seguido se levantó y fue por un Whiskey, se lo sirvió doble. Luego volvió a sentarse junto a ella.
Beckett podía imaginarse sobre que quería hablar, y a decir verdad, y realmente tenía ganas de escuchar lo que él tenía para decirle. Ella también había pensado en esa noche durante todo este tiempo. No había podido arrancar ese precioso recuerdo de su mente durante toda la ausencia del escritor, a pesar de que Daniel había estado pendiente de ella a cada momento y se había comportado como un novio perfecto, de esos que se preocupan por sus novias. Claro que lo que Kate suponía es que toda esa repentina atención se debía al cargo de conciencia por no haber asistido a la recepción. Pero sea cual fuese la razón de Dan para portarse tan bien con ella, no hacía más que acrecentar el cargo de conciencia que ella sentía por haber respondido al beso de su cuñado.
-Escucha, Kate… quiero pedirte disculpas por lo que pasó aquella noche… ya sabes la noche de la recepción…- dijo con una vergüenza poco vista en él. Ella no le sacaba la vista de encima y él se sentía tan raro al hablar de eso cara a cara, que ni siquiera podía pronunciar la palabra beso.
-¿La noche en que me besaste?- apuró Kate buscando su reacción. En verdad le había molestado la desaparición tan repentina del escritor, sin decir nada, ignorando por completo el final de esa noche, huyendo como un ladrón al otro día, sin siquiera volver a mirarla a los ojos. Y aun seguía molesta.
-Sí… esa noche… - respondió bajando la vista. Al parecer, aun no podía mirarla.
-¿Tan cobarde eres que ni siquiera puedes decir en voz alta que me besaste?- recriminó incrédula.
-No es cobardía. Estoy sumamente avergonzado por haberte besado… no sé lo que se me cruzó en ese momento por la cabeza, quizá bebí demasiado…- intentó excusarse el escritor, pero eso no hizo más que enfadarla.
-¡¿Bebiste demasiado?! ¿No tienes otra excusa?
-¡Ya te dije que no sé que me pasó, ¿Ok?! ¡Me confundí, Beckett!
-¡¿Te confundiste?! ¡¿Qué se supone que quiere decir eso?!
-¡Me dejé llevar por un impulso, comportándome como un adolescente… Nunca más volverá a pasar algo semejante! No quiero estropear nuestra relación…-
-¿Relación? ¿A cuál te refieres, Rick? ¿Jefe- empleada? ¿Cuñados?...
-Amigos.- respondió interrumpiéndola.
-Amigos… claro. – afirmó algo decepcionada, y no podía culparlo. Era verdad lo que decía. Hasta la noche del beso habían forjado una suerte de amistad que de verdad disfrutaba. Siempre había estado a su lado todas y cada una de las veces que ella había necesitado, todas las veces que le había pedido consejo, todos los detalles a los que él estaba atento para reconfortarla, robándole siempre una sonrisa. Pero ella sentía que había algo más, algo que sobrepasaba una fuerte amistad, podía sentirlo en cada centímetro de su piel. A nadie se le acelera el corazón cuando un amigo se acerca para saludarla, o coquetea sutilmente al notarse observada por él, o se lo come con los ojos cada vez que tiene la oportunidad. Juan era su amigo y no le pasaba nada semejante con él. No, con Rick era diferente. No era sólo una preciosa amistad, y con ese beso había quedado confirmado. Algo muy fuerte sentían el uno por el otro, aunque seguían sin hacerse cargo.
-Entonces… ¿aceptas mis disculpas?
-Tus disculpas tienen argumentos bastante pobres…- desafió la joven.
-¿Bastante pobres? ¿Qué quieres decir con eso?- preguntó levantándose para servirse otro trago. Ella lo imitó levantándose también.
-Que tus argumentos son poco creíbles, Rodgers. Que no besas a tu cuñada después de decirle lo increíble que piensas que es sólo porque te pasaste de copas esa noche o porque te confundiste o te dejaste llevar por el impulso como un adolecente. Eso quizá puedas hacerlo con cualquier otra mujer, pero no con la novia de tu hermano… Podrías haber pensado en algo mejor para decir.- la joven quería llegar hasta el fondo.
-¿Algo como qué? ¡Dime Beckett que quieres que te diga!- dijo elevando aun más el tono de voz, girándose para quedar frente a ella.
-¡La verdad! ¿Por qué me besaste esa noche?- preguntó parándose a pocos centímetros de él, mirándolo directamente a los ojos.
-¡Por qué me moría de ganas de hacerlo! ¡Por qué no pude aguantar más!- soltó finalmente el escritor, alejándose lo más posible. No tenía muy claro si podía resistirse al tenerla tan cerca.
Beckett no pudo con esa respuesta. La culpa volvió a invadirla, tapándola por completo.
-¿En ningún momento se te ocurrió pensar en Dan? ¿O ni siquiera te importa?- fue lo único que atinó a decir ella.
-¡Por supuesto que pensé en Daniel! ¡Vaya si pensé en él!- aseguró con enfado recordando todas y cada una de las mentiras que le había dicho a Beckett. -¡¿Y qué hay de ti, Beckett?! ¿No pensaste en mi hermano cuando correspondiste a mi beso?
-¡Por supuesto que pensé en él! ¡Y me siento pésimo!- Kate se calló durante un segundo para tranquilizarse.-Daniel no se merece esto… Los dos actuamos muy mal ¿no lo crees?…- agregó con verdadera pena reflejada en su rostro.
-¡¿Tú quieres saber si me sentí mal por Daniel?! ¡Pues, no! ¡Y tú tampoco deberías sentirte mal por él! ¡¿o es que acaso olvidaste la poca atención que te presta?!
-Puede que hace un tiempo nuestra relación no estuviese de lo mejor, pero estos últimos meses ha estado por demás atento…
-En otras palabras: tiene “cola de paja” por no haberse presentado a conocer a tus padres…
-¡Ey! ¡¿Por qué lo atacas de esa forma?! ¡Nunca te escuché hablar así de tu hermano! ¡Sabes bien que no pudo ir a la entrega de premios porque no podía salir del baño de lo mal que se sentía! ¡No tuvo la culpa de agarrarse una gastroenteritis!
-¡¿Sabes por qué lo ataco de esa forma, Beckett?! ¡Por qué estoy harto de que se siga comportando como un inmaduro! ¡Harto de tener que arreglar sus problemas! ¡Me indigna su liviandad para manejar las cosas y a la gente que se preocupa por él! ¡Y lo que es peor, me indigna que lo sigas excusando después de que una vez más te dejó sola! ¡Ni siquiera le importó que pases la navidad lejos de tu familia!- el escritor estaba cada vez más alterado y sabía perfectamente que estaba entrando en terreno fangoso del que le costaría horrores salir si no cerraba la boca pronto.
-No era justo pedirle que suspenda el viaje. No es su culpa que la tormenta de nieve haya inutilizado el aeropuerto de New York la noche anterior a mi partida. Era muy complicado que cancele todo… ¡Y no lo estoy excusando!
-¡¿En serio, Kate?! ¡¿Ni siquiera podía perderse un día de sus vacaciones para pasar la Nochebuena contigo?! ¡¿Tan complicado podía ser?!- preguntó mirándola a los ojos, mostrándole en esa mirada todo lo que había estado soportando en silencio. La joven no respondió. Se quedó pensando en las palabras de Rick, recordando todo lo que había preparado para alegrar su navidad, todo lo que se había esforzado para que quedase perfecto. Y Daniel, por el otro lado, ni siquiera se había interesado en cuando podría ir a ver a sus padres.
-De verdad, Beckett, no puedo creer que seas tan ingenua…- sentenció el escritor agarrando su vaso con whiskey dirigiéndose a su habitación. No tenía nada más que decir, mejor dicho, no tenía nada bueno que decir. Ya había dicho suficiente, por lo que sabiamente, se encerró en su cuarto. Antes de desaparecer del living y sin darse vuelta para volver a mirarla le dijo con gran decepción en su voz:
-Será mejor que me vaya a dormir. Ya he hablado suficiente…
El primer impulso de la joven había sido detenerlo, pero rápidamente se contuvo y permaneció en silencio.
¿Qué podía decirle después de escuchar todo lo que había largado? Lo que había escuchado de labios del escritor con respecto a la noche en la que se habían besado la había dejado pasmada. El terminar confesándole que se moría de ganas de hacerlo, que ya no podía aguantar más, era confirmarle lo que ya presentía; que algo más que una amistad los unía fuertemente, y lo peor era comprobar que ella había sentido lo mismo que él. Kate tampoco había podido con sus ganas terribles de besarlo.
Lo que aun no terminaba de entender era su reacción al hablar de su hermano. El hecho de no sentir ningún tipo de remordimiento por lo que había pasado entre ellos aquella noche, le sonaba, por lo menos raro.
Él tenía razón en cuanto a Dan y a lo poco que se ocupaba de su relación, pero no se imaginaba que a Rick le molestase tanto ¿Qué había sido toda esa discusión sobre Daniel? ¿Por qué se había enfurecido tanto con él? ¿Qué era lo que pasaba entre los dos hermanos? Mientras más recordaba los últimos minutos con el escritor, más preguntas se agolpaban en su mente, que para estas alturas era un verdadero caos.
Lo único que entendía de toda esta situación, era que ella también era culpable. Ella le había permitido acercarse, le había permitido jugar con ella, había dejado que la seduzca con sutileza, se había dejado consolar más de una vez ante las ausencias de Daniel, y que se había dejado besar por Richard sin poder evitarlo, sin querer evitarlo. Ella misma lo había vuelto a besar, sin importarle más nada que sentir otra vez sus labios, y en ese momento, tampoco se había sentido culpable por estar engañando a su novio. En ese momento no podía sentir otra cosa más que su corazón queriéndose escapar de su pecho, y el deseo de que ese instante fuese eterno.
La joven se fue a encerrar en el cuarto de Daniel. Se sentía tremendamente confusa por todo lo que estaba sucediendo. Se preguntaba como haría para enfrentar todo este conflicto, como solucionaría las cosas con Rick, como volvería a trabajar con él después de toda esta situación que se había generado a su alrededor; y como era de esperar, cuantas más preguntas se hacía, menos respuestas aparecían.
Beckett se tomó la cabeza con las dos manos intentando sacarse de su cerebro todas las sensaciones que la invadían. Debía tratar de dormir, así podría levantarse temprano para conseguir el remolque para su moto y largarse de allí, en lo posible, antes de que su jefe se despierte, aunque sabía que no le resultaría fácil.
Lo primero que debía hacer era sacarse el vestido, por lo que se dirigió hasta la cómoda donde su chico guardaba la ropa, recordando que había dejado una remera grande que usaba cuando se quedaba a dormir. Revolvió entre los cajones hasta dar con ella y la sacó estirándola de una sacudida. Cuando estaba cerrando el cajón, algo que sobresalía de entre los pliegues de un suéter de Dan, le llamó la atención, tanto que volvió a abrirlo y tomó por la punta, lo que suponía era un papel. Sobre él algo escrito en negro, muy legible, muy claro; tan claro, que al terminar de leer, lo dio vuelta inmediatamente, sorprendiéndose aun más al ver la fotografía.
-¡Maldito seas, Daniel! ¡¿Cómo pudiste?!
Continuará…
Ojalá les haya gustado y que no se hayan cansado de leer, jajajajajaja Gracias por leer!!! Y ya saben, espero sus comentarios, críticas y sugerencias, como siempre! Saludos y hasta la próxima!!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:40 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Uauuuu!!!! Esto prometeeee!!!
alcalde100- Ayudante de policia
- Mensajes : 128
Fecha de inscripción : 18/03/2013
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