Cuando te veo (FIN)

Sigueeeee!!!!!! Me encanta!!!  Es perfecta!!!

Siguee

Como no nos va a gustar tu fic si es perfecto
Sigueee

WOW me encanta

¿Sigo?

Venga va, que mi inspiración parece que está de vuelta. ¡Sigamos!
GRACIAS POR TODOS VUESTROS COMENTARIOS! Me encanta que os encante!


“Kate, cariño…”. Se acercó más a ella sin dejar de mirarla. “Nadie es capaz de llegar tan lejos como lo has hecho tú. Has aprendido a vivir con el dolor de su pérdida, has superado cientos de obstáculos y has encontrado a su asesino. Y lo vas a meter entre rejas”. Su voz sonaba tranquila y segura. Quería convencerla de aquello. “Y ahora, tras este nuevo problema, vas a volver a luchar. Eso ya dice todo de ti. Lo consigas o no, tu madre ya está orgullosa de ti. Te lo dice en esa carta. Carta que ella confiaba en que encontraras, como así ha sido”. Pasó su brazo por los hombros de Kate y la atrajo a su cuerpo haciendo que apoyara la cabeza en su hombro. Le dio un dulce beso en el pelo. “Además, que un padre, o una madre, simplemente por el hecho de ver que su hija tiene su propio piso, su trabajo, sus amistades e incluso sus relaciones, ya se siente orgulloso u orgullosa”. Le sonrió con ternura y Kate elevó la cabeza para mirarle agradecida. “Bueno, aunque en mi caso, como padre de Alexis, me gustaría omitir la parte de las relaciones”. Bromeó ligeramente consiguiendo sacar una sonrisa de los labios de la inspectora.

“Puede que tengas razón…” Susurró ella volviendo a acomodarse en su hombro. “Lo que pasa es que no tengo ni idea de por dónde empezar a buscar…”. Volvió a mirar a las fotos mordiéndose el labio.

“Quizás yo pueda ayudar ahí”. Le sonrió al ver cómo ella le miraba entre sorprendida y esperanzada.

“¿Has estado investigando? ¿Ryan y Espo han conseguido algo de la llamada?”. Por un momento, sus ojos brillaron esperanzados.

Castle sonrió ante las preguntas y negó con la cabeza. “No, a las dos cosas. Que yo sepa, de momento no han encontrado nada a cerca del teléfono. Y yo no he investigado, simplemente he estado pensando. Ya sabes que eso se me da muy bien”. Bromeó y le dio un suave beso en los labios a Kate, quien sonrió.

“A ver, ¿qué se te ha ocurrido?”. Beckett se reclinó en el sofá echando la cabeza hacia atrás para descansar el cuello y la espalda mientras le escuchaba.

Castle se giró un poco más sentado en el sofá mirándola. “Si tuvieras que confiarle información muy, muy importante, a alguien, ¿a quién se la darías?”.

“A ti”. Respondió ella sonriendo mordiéndose el labio y Rick no pudo más que sonreír abiertamente.

“Vale…”. Susurró mirándola intensamente y cogió aire sin dejar de sonreír. “¿Y además de a mí?”.

Beckett frunció el ceño pensándolo. “A mi padre…”. Contestó ella segura. Vio cómo Castle seguía mirándola. “O a mis compañeros de comisaría: Ryan, Espo o Lanie”.

“¡Touché!”. Exclamó el escritor inclinando ligeramente la cabeza hacia un lado.

Kate desvió la mirada de los ojos de Castle y la dirigió a su ventana, cerrada, donde tenía todo lo del caso de su madre. Se levantó, la abrió y se quedó de pies mirándola pensativa, con una mano en la cadera y la otra en su barbilla. “¿Crees que Montgomery le dio esa información a algún excompañero?”. Pronunció en voz alta sin quitar la mirada de sus notas sobre el caso de su madre.

“Exacto”. Se levantó Castle y se colocó a su lado mirando él también a toda esa información. “Lo que no sé, es a quién”.

Estuvieron callados, de pie, mirando, leyendo y releyendo todas y cada una de las notas que la inspectora había ido construyendo.

“Bueno, sabemos en lo que Montgomery estaba metido con los otros dos policías”. Empezó Beckett.

“Cierto. Y me imagino que pasarían por muchas cosas juntos, lo que les habría hecho cogerse mucha confianza…”. Beckett miró a Castle tras aquello.

“A Raglan lo mataron delante de nuestros ojos…”. Apuntó ella pensativa sin dejar de mirar a Castle.

“Pero de McCalister no sabemos nada”. Continuó él.

“Tiene que ser él, Castle. Le ha tenido que dar la información a McCalister”. Castle asintió convencido él también de que iban por buen camino.

“Pero… ¿cómo lo encontramos?”. Torció el escritor el morro pensando y volviendo a dirigir la mirada a la ventana.

“Eso ya no lo sé…”. Suspiró mirando ella también a lo que tenía escrito. “Voy a llamar a Ryan y a Espo a ver si me pueden ayudar”. Fue hasta el sofá a coger su móvil.

“Kate, espera”. Se acercó a ella agarrándola del brazo para que frenara.

Beckett le miró confundida sin entender por qué la paraba. “¿Qué pasa?”.

“¿Has visto la hora que es?”. Le dijo con ternura acariciando suavemente su mano. “Son casi las dos de la madrugada. Estarán en casa, durmiendo. Mañana vamos a primerísima hora a comisaría y lo buscamos. ¿Te parece?”. Sonrió dulcemente.

Beckett soltó el aire despacio dejándose caer en el sofá sin separar su mano de la de Castle. “Tienes razón”. Le dedicó una pequeña sonrisa. “Ven…”. Susurró melosa tirando de la mano del escritor para que se sentara con ella.

Richard sonrió y sin dudarlo, se sentó a su lado aún con sus manos entrelazadas. Le dio un pequeño beso en los labios y trazó un reguero de besos suaves hacia su cuello. Beckett echó la cabeza hacia atrás dándole acceso y jadeó cuando él besó y mordió suavemente el punto en el que se juntan su cuello y su clavícula.

“Le he dicho a mi padre que estamos juntos…”. Susurró mordiéndose el labio y volviendo a poner la cabeza recta, para mirarle a los ojos.

Rick abrió los ojos desmesuradamente, sorprendido y a la vez encantado con que ella hubiera revelado aquello a su padre. “¿De verdad?”.

“Uhum…”. Asintió Kate sonriendo y se acercó a los labios del escritor. Sin rozarlos, susurró. “Necesitaba contarle que estoy contigo, que tú estás conmigo”. Rozó los labios del escritor con los suyos, suavemente.

“¿Y… cómo se lo ha tomado?”. Castle se aproximó más a ella terminando de acortar la distancia que separaba sus labios y se los besó con delicadeza.

“Ummm…”. Beckett correspondió al beso lentamente. “Bien… yo creo… que muy… bien…”. Soltó cada palabra entre beso y beso.

Castle sonrió abiertamente y se separó un poco para mirarla a los ojos. Le acarició la mejilla tiernamente. “A mí, me lo han sonsacado mi madre y mi hija”. Soltó una carcajada pequeña. “Supongo que se me nota demasiado”.

“¿Lo han sabido?”. Se sorprendió ella ahora, pero no dejó de sonreír. Castle asintió. “¿Cómo?”. Le dio un tierno beso en los labios.

“¿Tú has visto bien mis ojos?”. Beckett centró su mirada en los ojos de Castle y no pudo evitar sonreír. “¿Sabes desde cuándo no me brillaban así?”. Kate negó con la cabeza sonriendo y elevó su mano hasta acariciar despacio la mejilla de Rick. “Desde que tuve a Alexis por primera vez entre mis brazos. Desde su primera palabra y sus primeros pasos”.

Beckett sonrió ampliamente al oír aquello y en un rápido movimiento se colocó sobre Castle empezando a besarle con ganas. Sus manos volaron hacia su torso y las introdujo debajo de la camisa. Comenzó a acariciar frenéticamente todo su cuerpo, besándole con ansias. Castle al principio se quedó sorprendido, pero no dudó en corresponder a aquel beso mientras llevaba sus manos al trasero de Beckett para pegarla más a él.



¿Encontrarán algo? :O

genial antes no he comentado por que me he leído unos cuantos capítulos de un tirón y me han encantado sigue haber que encuentran

OMG!! has cortado en lo mejor!!! Justo cuando más interesante estaba
Sigueeee quiero saber que encuentran

No había leído por los estudios, me eh leido cuatro capítulos de una vez, me han encantado, espero que encuentren al hombre, Sigue como si tu vida dependiera de ello

Sigueeeeee!!!! Perfecto   , como siempre!!!!!

Lo adorooo, adoro tu fic adoro caskett y te adoro a ti continua rapido pliiiis!!!♥♥

¡Buenas noches!
wow!! Gracias una vez más por todos vuestros comentarios! Me tenéis encantada! Hacéis que escribir esta historia, merezca la pena!
Seguimos un poquito, ¿vale?



Había pasado casi una semana desde que se les había ocurrido la pista de McCalister. Beckett había insistido a sus compañeros en que no dijesen nada a Gates o no la dejaría seguir investigando. Sin embargo, la capitana se olía algo. La inspectora seguía teniendo protección a todas horas y sin que sus compañeros lo supiesen, Castle no se había separado de ella ni un minuto desde que salían de comisaría. Habían dormido en el piso de Kate. Ella insistió en que no quería poner en riesgo a la familia del escritor, que bastante era que él también estuviera en peligro al estar con ella. Castle cedió. Por supuesto que no pensaba dejarla sola en ningún momento.

La investigación de McCalister no estaba resultando nada fácil. No había ni rastro de él desde hacía unos años. Ni domicilio, ni teléfono… Nada. Aquello tenía a Beckett desesperada. No quería darse por vencida tan pronto. Su humor no era el mejor. Se sentía irritada y saltaba ante cualquier chorrada. Castle intentaba tener paciencia con ella. Sabía que no conseguir nada del expolicía era la razón por la que Kate estaba así. Aunque a veces le resultaba muy duro tener que aguantar sus desplantes. Sin embargo, cuando llegaban a casa, conseguía relajarla con un buen baño y una deliciosa copa de vino. Alguna noche, incluso le dio un masaje. Sólo en su apartamento, el estado de ánimo de Kate mejoraba.

Aquel día no habían tenido más que un caso muy sencillo que habían resuelto fácilmente. Kate estaba haciendo papeleo en su escritorio. Ryan y Espo se tomaban un café y Castle estaba sentado en su silla jugando con su móvil, junto a la mesa de Beckett. Ambos permanecían en silencio. Acababan de tener un pequeño rifirrafe de nuevo debido al humor de perros de Beckett.

De repente, el teléfono de la mesa de Beckett comenzó a sonar. Ella lo cogió con rapidez. “Beckett”. Escuchó lo que le decían al otro lado de la línea y frunció el ceño. “¿Cuándo ha ocurrido?”. Volvía a escuchar atentamente a su interlocutor y miró a Castle mordiéndose el labio. Castle la miraba atento. “Bien, gracias por avisarme. Vamos ahora mismo”. Colgó el teléfono y se levantó de la mesa yendo rápidamente a la sala de descanso donde estaban Ryan y Espo. Castle la siguió dejando una distancia prudente entre ellos. “Chicos, me acaban de avisar. Han entrado en la casa de Montgomery. Parece que buscaban algo. No sé si han encontrado lo que buscaban. Gracias a Dios, las niñas no estaban en casa. Sólo su mujer, que ha debido de alcanzar al ladrón con un disparo. Pero huyó”. Contó a toda prisa mientras ellos se quedaban atónitos, igual que Castle.

“¿Por qué te han llamado a ti? Quiero decir, no ha habido ningún homicidio…”. Frunció Castle el ceño formulando aquella pregunta.

“Bueno, puse a un par de hombres a vigilar la casa de Montgomery. Supuse que los hombres de Bracken irían a por esa información y probablemente no sabrían que Roy se la dio a alguien. Los agentes, cuando han llegado esta mañana, han visto a más policías en la casa y se han acercado a preguntar. Casualidad, esta noche, era la que tenían libre. No podía obligarles a estar frente a la casa día y noche durante toda la semana”. Suspiró la inspectora torciendo los labios en señal de fastidio. “Ellos me han avisado a mí. Si no queréis venir, lo entiendo. Pero yo voy a ir”. Confesó ella con seriedad mirando sólo a los detectives. Castle permanecía en silencio.

“No jefa, nosotros también vamos”. Contestó rápidamente Espo, seguro de lo que decía. Ryan asintió corroborando lo que su compañero decía. Ambos miraron a Castle. Éste asintió respondiendo que también iba.

Los cuatro se dirigieron a sus coches para ir a casa de Montgomery. Espo y Ryan en uno y Castle y Beckett en el otro. Por supuesto, como siempre, conducía ella. Beckett tamborileaba en el volante con sus dedos mientras conducía sin apartar la vista de la carretera. Sin embargo, su mente estaba muy lejos de allí. Recordaba los momentos vividos con el capitán Montgomery y cómo él dio su vida por proteger a ella. Miró por el retrovisor y comprobó que los agentes que la protegían, les seguían de cerca. Castle iba sin decir ni una palabra, mirando a través de la ventanilla, con sus manos entrelazadas sobre su regazo.

“¿Qué crees que buscaban en casa de Montgomery?”. Preguntó la inspectora sin soportar más el silencio.

Castle la miró sopesando un momento su respuesta. “O la misma información que buscamos nosotros, o a la persona que la tiene”. Contestó sin dejar de mirarla.

“Ya…” Suspiró Beckett. “Pues si encuentran a McCalister antes que nosotros, jamás daremos con la información y no podré acabar del todo con Bracken”. Retiró su vista de Castle y se centró de nuevo en la carretera.

“Le encontraremos nosotros antes”. Contestó Rick seguro, colocando su mano sobre la pierna de Kate.

Ella le dedicó una pequeña sonrisa rápida en señal de agradecimiento y aparcó justo delante de casa de Montgomery. “Vamos”. Apagó el motor y se soltó el cinturón.

Antes de que ella saliera del coche, Castle le agarró la mano con cariño y le acaricio suavemente los nudillos. “No estás sola, ¿vale?”.

“Lo sé, gracias”. Le sonrió ella. “Y te prometo que cuando todo esto acabe, te recompensaré”. Se mordió el labio con picardía y salió del coche seguida por Castle.

“Le tomo la palabra, inspectora”. Sonrió él colocándose a su lado mientras llegaban a la casa.

Allí, hablaron con la viuda de Montgomery y le preguntaron qué era lo que había pasado exactamente. Ella les contó que hacia las dos de la madrugada había oído ruidos en casa y se sorprendió mucho porque sus hijas no se encontraban en la estancia. Bajó al piso de abajo con la pistola de Roy y en el despacho de su marido, se encontró a un hombre recogiendo y guardándose informes policiales. También había cogido el ordenador de él. Cuando la vio, agarró los últimos papeles y salió por la ventana, pero ella consiguió dispararle en el hombro izquierdo mientras huía. No tenía ni idea de por qué alguien querría robar esas cosas.

Tras hablar un rato más con ella, los detectives volvieron a sus coches para volver a comisaría y poder ver si encontraban al hombre que había irrumpido en la casa de Montgomery.




Perdonadme si se hacen cortos o con poco Caskett. Quiero centrarme un poco en solucionar el caso!

Sigueeeee!!!! Me encanta!!!!

Hola!!
Seguimos!



Tras revisar todos los hospitales cercanos, encontraron a una persona que había entrado herido por un disparo en el hombro izquierdo, y que no había querido poner denuncia. Todo apuntaba a que era la persona que había entrado a robar a casa del capitán. Ryan y Espo fueron al hospital a por él mientras Beckett y Castle se quedaban en comisaría.

“Tenemos que encontrar a McCalister”. Comentó Beckett sentada sobre su mesa mirando la pizarra con la información.

Castle se sentó a su lado en la mesa, mirando también todos los datos que tenían. “Igual es una locura pero… ¿puede ser que haya vuelto a la ciudad en la que nació? Quiero decir, sabemos que vivió en Nueva York desde bien jovencito, pero sus padres eran de Washington DC. A lo mejor después de jubilarse se fue allí a vivir, al piso de sus padres, y por eso no figura su nombre por ningún lado”.

Kate miró a Castle sorprendida por aquella brillante idea. “Puede que tengas razón. Voy a mirar cuál fue el último domicilio de los padres y quién vive actualmente en él. También en que año fallecieron los padres”. Se sentó en su silla y comenzó a teclear frenéticamente.

Castle se sentó en la silla que había al lado de la mesa, mirándola esperando tener suerte y encontrar al fin al expolicía.

“Según esto, sus padres fallecieron hace 15 años en un accidente de tráfico. Pero su domicilio habitual no se vendió y sigue a nombre de ellos”. Miró a Castle quien le sonreía. “Pero en DC no tengo jurisdicción Castle…” Suspiró ella echándose hacia atrás en la silla y descansando la espalda. Jugaba nerviosa con sus manos.

“No tienes por qué ir como poli. Simplemente vas a visitar a alguien y a charlar con él”. Acercó su silla a la de Beckett mirándola a los ojos. “Tiene que darte esa información. Van a por él. Está en peligro, al igual que tú. Y la única forma de libraros de todo es llevar esa información al juez que lleva el caso de Bracken. Así conseguiréis hundirlos del todo”. Estaba deseando poder agarrar sus manos y tranquilizarla. Pero contuvo aquel gesto. Estaban en comisaría y cualquiera podría verles.

“¿Y qué le digo a Gates para ir allí?”. Preguntó ella mordiéndose el labio.

“Te quedan días de vacaciones, ¿no?”. Preguntó Castle alargando suavemente su mano hasta rozar la pierna de Beckett para acariciársela un par de veces, a escondidas.

“Sí, pero tendré que dar alguna explicación para cogerme vacaciones de repente”. Sonrió un poco ante el gesto de Rick.

“Sí, que te vienes conmigo. Tengo pendiente una gira de mis libros por allí. Te he invitado para que no estés aquí en continuo peligro. Para que te distraigas”. Beckett le miraba pensativa, pero con cierta duda. “Como amigos Kate…”. Susurró más bajo mirándola a los ojos con intensidad. “No tiene por qué enterarse la capitana”.

Beckett echó la cabeza hacia atrás cerrando los ojos y estirando el cuello. “Déjame que lo piense un poco”. Se tocó la sien. Le dolía la cabeza de tanto pensar, de tantas complicaciones para todo.

Castle miró el reloj de su muñeca. “Vámonos de aquí. Te invito a comer. Donde tú quieras. Así nos despejamos los dos un poco”. Se levantó cogiendo su chaqueta y poniéndosela en un rápido movimiento.

Beckett abrió los ojos incorporándose en su silla y le sonrió. “¿Invitas tú dices?”. Le sonrió con cariño. “La verdad es que sí que tengo un poco de hambre”. Se levantó de la silla y se puso ella también la chaqueta. “Mandaré a Ryan y Espo un mensaje diciéndoles que he ido a comer y que con lo que sea me avisen”. Salieron de comisaría mientras ella tecleaba en su móvil el mensaje para los detectives.

Decidieron comer en un restaurante italiano que no estaba muy lejos de comisaría. Habían estado intentando evitar el tema McCalister, pero parecía que todas las conversaciones siempre acababan en él. Iban por el segundo plato cuando, una vez más, volvió a salir el tema del caso y Beckett suspiró prolongadamente.

Castle al verla, alargó su mano y cogió suavemente la de Kate sobre la mesa. Le dio un par de caricias suaves en los nudillos y ella le miró con una media sonrisa. “Cariño, tenemos que encontrarle antes que ellos. Puedo tener dos billetes a DC en 10 minutos. Sólo hay que hablar con Gates, convencerla de que necesitas unos días de vacaciones y después informar a los chicos, por si acaso”. Apuntó sin soltar su mano. “Cuanto antes lo hagamos, antes acabamos con todo esto y podremos centrarnos en nuestras vidas. Sin temer por tu seguridad y con el alivio de tener a Bracken entre rejas por mucho tiempo”.

Kate bajó la cabeza sin deshacer el contacto con la mano de Rick. “Tal vez tengas razón… En cuanto comamos hablo con Gates y los chicos”. Él apretó su mano tiernamente y ella le miró con una pequeña sonrisa. “Prométeme que no te vas a arriesgar tú demasiado… que si vemos que aquello se complica mucho, nos volvemos, y listo”. Inquirió ella seria, mirándole a los ojos.

“Prometido”. Ella le sonrió más abiertamente tras escuchar aquello. “Siempre y cuando tú me prometas lo mismo”. Continuó él mostrando seriedad y preocupación ante lo que pudiera pasar.

“Lo prometo Castle”. Apretó la mano del escritor suavemente y tras sonreírse, continuaron comiendo.

Media hora después, volvieron a comisaría. Los chicos acababan de llegar del hospital con el hombre que había entrado en casa de Montgomery, pero ya no llevaba con él lo que supuestamente había robado. Y, por supuesto, no dijo nada de quién le había mandando robar aquello. Informaron a Beckett de aquello y ella les contó lo que habían averiguado. Les dijo que iba a pedir a Gates unos días para ir a Washington a ver qué encontraba allí. No dijo nada de que Castle iría con ella. Ellos sabían que dijeran lo que dijesen, no la convencerían de que era demasiado peligroso, así que simplemente insistieron en que si necesitaba algo, les llamara. Ella se lo agradeció con un abrazo a cada uno y fue al despacho de Gates para hablar con ella tras mirar un momento a Castle. Él el sonrió dándole ánimo y ella correspondió la sonrisa antes de entrar.

“Señor, ¿puedo hablar con usted un momento?”. Entró decidida, aunque en el fondo estaba nerviosa.

“Claro inspectora, pase”. Contestó la capitana sentada en su silla tras el escritorio. “Dígame, ¿qué ocurre?”.

“Verá, necesito cogerme unos días de vacaciones”. Se quedó de pie frente a ella. Tenía las manos entrelazadas por delante de su cuerpo. “He estado esta última temporada muy estresada y necesito descansar. Tengo unos días de vacaciones libre y me gustaría cogerme de momento 5. Para irme cuanto antes”. Le dijo con formalidad, mirándola en todo momento. Quería convencerla.


¿Gates cederá?
Animaros a comentar!

Más le vale ceder!!Sigueeeee!!!!!

Pues yo creo q si cederá.  Gates parece dura pero por dentro es trozo de pan.
Siguee haber si acaban de una vez por todas con todo

Vamos vamos vamoooos rapidoooo! Sigeeee

estoy ansiosa pero yo creo que al final cederá

¡Buenos días! Estoy de vuelta, estoy de vuelta!
Yo también estoy de acuerdo, tienen que terminar ya con todo esto. jajajaa A ver cómo me las ingenio para acabarlo! :O
¡Sigamos!



“Me parece lo propio. Ha estado trabajando mucho y con un caso muy importante”. Comentó Gates haciendo referencia al caso de su madre. “Tiene esos cinco días de vacaciones inspectora. Si necesita más, no dude en llamarme para informarme”.

Kate asintió sonriéndole ligeramente. “Gracias señor”. Asintió con la cabeza y se acercó a la puerta.

Antes de que abriera, la capitana comentó. “Sólo espero que lo que vaya a hacer sea descansar y no nada más”.

Beckett frunció el ceño girándose de nuevo para mirarla. “¿Perdone?”. Su corazón latía muy aceleradamente.

“No soy tonta inspectora. Sé que algo se trae entre manos. No sé el qué, pero algo hay. Tenga cuidado y no cometa ninguna tontería. Sé que intentar pararla sería inútil”. Se levantó de su silla sin dejar de mirar a la inspectora. “Allí no puedo enviarle protección así que, ándese con ojo.”. Se acercó a la puerta abriéndola para indicarle que saliera y que aquella conversación había terminado. “Ah, y no deje que el señor Castle haga ninguna tontería”.

Beckett asintió y salió sin poder decir nada más Tragó saliva cuando escuchó cerrarse la puerta detrás de sí y miró hacia las mesas. Ryan y Espo estarían interrogando al hombre que había robado en casa de Montgomery. Castle estaba en su mesa, con la mirada fija en su móvil. ¿Qué estaría haciendo?. Se acercó a él lentamente y carraspeó ligeramente para que se percatase de su presencia.

“Ey..” Levantó sonriente la cabeza él para mirarla y al verla seria se preocupó y su gestó cambió completamente. “¿Qué ha pasado?”.

Beckett se sentó en su silla mirando a Castle. “Me ha dado cinco días de vacaciones, de momento. Dice que si necesito más, se los pida. Se huele algo Castle. Sabe que le estoy ocultando algo pero tampoco ha intentado detenerme”. Suspiró bajando la mirada mordiéndose el labio y volvió a elevarla tras unos segundos. “Me ha dicho que tenga cuidado y que no haga el tonto. Que allí no puede mandarme protección”.

“Bueno, cuanto menos sepa de momento, mejor. Cuando encontremos la información, ya se lo contaremos”. Kate sonrió al oírle. Él daba por hecho que encontrarían a McCalister y toda la información que tenía. “Además, no te preocupes por la protección. Acabo de solucionarlo. Y tenemos ya dos billetes de avión para Washington DC. Salimos esta noche”.

Beckett le miró sorprendida. “¿Ya has hecho todo eso? ¿Y si Gates llega a decirme que no? ¿Y qué es eso de que has solucionado lo de la protección? ¿Qué has hecho?”. Frunció el ceño ligeramente.

“Eh eh… ¡Frena! ¡Que tengo memoria, pero no tanta!”. Le sonrió con cariño y se inclinó hacia delante sentado en la silla, mirándola a los ojos. “A ver, estaba convencido de que Gates no te diría que no. Eres su mejor inspectora y tiene que cuidarte. Sí, he solucionado lo de la protección. Acabo de contratar dos guardaespaldas para que nos acompañen todo el tiempo: desde aquí hasta Washington, y por supuesto, allí también”. Los ojos de Beckett se abrieron de sobre manera al escuchar todo aquello. Él continuó con una pequeña sonrisa a ver su reacción. “El vuelo sale a las diez de la noche y llegaremos allí en pocas horas. Así que tenemos tiempo luego de preparar las maletas”.

“¿Dos guardaespaldas?”. Elevó ligeramente la voz mirando después alrededor para comprobar que nadie le había oído. Todo el mundo parecía estar concentrado en su trabajo. Respiró aliviada y volvió a mirar a Castle.

“Sí. No quiero que te pase nada. Y por supuesto, yo seré casi como un tercer guardaespaldas para ti”. Volvió a sonreírle y ella no pudo evitar corresponder a aquella sonrisa.

“Está bien”. Puso los ojos en blanco y se echó hacia atrás en la silla. “Vamos a ver qué tienen Espo y Ryan antes de irnos. “Por cierto, Gates me ha dicho que no te deje hacer ninguna tontería. No tengo ni idea de cómo sabe que voy a ir contigo, pero en eso sí que pienso hacerle caso”.

Castle sonrió levantándose a la vez que ella para ir a ver si los detectives habían terminado el interrogatorio. “Me lo tomaré todo con total seriedad inspectora. Pienso sorprenderla”. Susurró en su oído pasando a su lado.

Kate sonrió abiertamente negando con la cabeza. Ese hombre no tenía remedio, pero a ella le encantaba. Se acercó a la sala y vio que aún seguían allí sus compañeros. Fueron a la sala contigua desde donde se veía el lugar de interrogatorios y los observaron y escucharon desde allí. Como era de esperar, aquel hombre no había dicho ni su nombre. Pocos minutos después, Kevin y Javi salieron resignados y fueron al encuentro de Beckett y Castle para contarles que no habían conseguido nada con él.

“No os preocupéis chicos. Sabemos quién anda detrás de todo esto. Tiene que ser Bracken. A este tío sólo podéis arrestarlo por allanamiento y hurto”. Ambos asintieron de acuerdo con ella. “Yo voy a ir a casa a hacer la maleta. He hablado con Gates y me ha dado unos días libres. Mantened al tanto de todo, por favor”.

“Lo haremos. Pero tú no dejes de hacer lo mismo. Y ten mucho cuidado Beckett”. Ella sonrió asintiendo. “¿Vas sola?”. Preguntó Espo preocupado por su seguridad.

“Eh…”. No había pensado en eso. Si les decía que sí, alguno se ofrecería para ir con ella.

Castle se acercó más a ellos al ver que la inspectora se callaba. “Yo voy con ella. Aunque no te guste, voy a ir contigo”. Aseguró él disimulando mirándola con seriedad.

Beckett le miró frunciendo el ceño, fingiendo estar enfadada aunque en el fondo agradecía la salida que había tenido el escritor. “No pienso ir contigo a Washington”. Le amenazó con un dedo.

“Tarde inspectora. Ya tengo dos billetes, en primera, reservados para el vuelo de esta noche. Ya no tiene marcha atrás”. Le retó con la mirada y ella le fulminó con la suya. “Y la mejor suite del mejor hotel también”.

“¡Já! Lo que me faltaba Castle. No pienso dormir en la misma habitación contigo”. Contestó ella con seriedad ante aquella revelación.

“La suite es grande. Tiene dos habitaciones y un salón”. Respondió él igual de serio mientras se retaban con la mirada. Los detectives los miraban conteniendo una risa ante esa situación. Aunque estaban de acuerdo con el escritor. No debía ir sola.

“Beckett”. Ryan llamó su atención.

Ella se giró para mirarle, seria. “Ni se os ocurra defender la idea Castle”. Les amenazó a ellos.

“Lo siento jefa, pero es de las mejores ideas que ha tenido”. Contestó Espo. “No puedes ir sola allí. Ya que nosotros no podemos ir, al menos que te acompañe él”.

“Yo opino igual”. Aseguró Ryan.

Beckett suspiró haciendo como que estaba hastiada. “Está bien Castle”. Puso los ojos en blanco y lo miró seria. “Pero como se te ocurra acercarte a mi habitación, tendré que dispararte”.

Castle tragó saliva sonoramente haciendo reír a Espo y Ryan. “De acuerdo inspectora. Pondremos la cinta policial como perímetro de seguridad, así te aseguras de que no me acerco a ti”. Bromeó ladeando la cabeza empezando a sonreír.

Beckett fue directa a su mesa intentando no sonreír, haciendo como que estaba enfadada.

Castle se giró a sus compañeros. “Gracias chicos”. Los tres hicieron su particular juego de manos chocando los dedos y se sonrieron.

“Cuida de ella o sino seré yo mismo el que te dispare Castle”. Aseguró Espo haciendo que esta vez el escritor sí que tragara saliva acojonado.

“No tendréis de qué preocuparos”. Castle se dirigió a la mesa de Beckett mientras los detectives iban a sus mesas a hacer el papeleo para encarcelar al hombre que había robado en casa de Montgomery.



¿Cómo les irá el viaje?

Me encanta como siempre.
Espero q tengan suerte y lo encuentren y les ayude
Sigueeee

Espero que les vaya bien el viaje, que encuentren lo que buscan y que de tiempo a algo de Caskett
Sigueeee

Me encanta tu fic porfi mas caskett cuando puedaaas!!♥♥

Perfecto!!!!!!   Sigueeeee!!!!!

Siguee

Hola!! Sigo sigo!
Gracias por todos vuestros comentarios!!!
¿Un poquito de Caskett?
Vamos allá!



Habían embarcado hacía casi veinte minutos y el avión se preparaba para despegar. Tan sólo había seis asientos de primera; de los cuales dos estaban ocupados por los guardaespaldas que Castle había contratado y que, por supuesto, volaban con ellos. Beckett y Castle iban en primera fila, en cómodos asientos. Les habían ofrecido champán para tomar y aunque la inspectora había denegado la oferta, el escritor insistió en que sirvieran dos copas.

“Castle, no tenemos nada que celebrar”. Espetó Beckett girando la cabeza hacia la ventanilla para contemplar cómo despegaba el avión.

“Yo creo que sí”. Contestó él colocando su mano suavemente sobre la pierna de Beckett.

Ésta le miró al notar el gesto. “¿Quieres celebrar que vamos a DC porque mi vida sigue corriendo peligro, a cada día más?”. Estaba de un humor raro. Se sentía nerviosa al no saber qué se encontrarían en Washington y no estaba del todo segura de si podrían acabar con todo eso de una vez por todas.

“No…”. Dijo suavemente él, pero con seriedad demostrando que aquella frase de la inspectora non le había gustado en absoluto. “Quiero celebrar que estamos juntos”. Le miró a los ojos mientras hablaba. “Mejor dicho, que por fin, estamos juntos”. Enfatizó el “por fin” y sonrió ligeramente sin dejar de mirarla y sin quitar la mano de su rodilla.

Beckett cogió aire respirando hondo y no pudo evitar sonreír ante aquello. “Bueno, eso creo que sí podemos celebrarlo un poquito”. Se sonrieron con complicidad y ella puso su mano sobre la que el escritor tenía reposando en la rodilla.

Rick sonrió más ampliamente y acercó despacio su cara a la de Kate, rozó sus labios y después le dio un tierno beso. “Gracias por aguantarme y soportarme estos años”. Se separó lo justo para mirarla a los ojos y rozó su nariz con la de ella.

“Ha sido un placer, chico escritor”. Kate sonrió con ganas y le devolvió un beso suave pero cargado de amor. Rick lo prolongó un poco.

Él se separó de ella sin desenlazar sus manos y cogió una copa con la otra mano. La acercó a Kate y se la dio. Cogió la otra y la chocó con la de Kate. “Por volver a hacer esto muy pronto, con Bracken entre rejas para siempre”.

Kate correspondió al brindis sonriendo y esperanzada. Quería creer que encontrarían lo que necesitaban a tiempo para hacer lo que Castle decía: mantener a Bracken en la cárcel por siempre.

Una hora después, Castle dormía en el avión, con la cabeza echada hacia atrás. Beckett no podía dormir. Sus nervios seguían ahí. Rebuscó algo en su bolso y sacó la nota que su madre le había dejado junto a la grabación que inculpaba a Bracken. La desdobló despacio y se dispuso a leerla. Mejor dicho, a releerla. Unos minutos después, tenía las mejillas inundadas de lágrimas. Apretó la nota contra su pecho y se reclinó en el asiento intentando conciliar el sueño. Al fin, lo consiguió.

Cuando llegaron al hotel, eran aproximadamente las tres de la madrugada. Dejaron las maletas en el gran salón y las abrieron sacando solamente las cosas de baño y los pijamas. Los guardaespaldas revisaron que la estancia fuera segura, por si acaso y después se quedaron fuera, en la puerta, vigilando. Kate fue al baño a cambiarse mientras Rick lo hizo en el salón. Cuando salió, él estaba sentado en el sofá, con el ordenador sobre las piernas, buscando algo en Internet.

“¿Qué haces?”. Habló bajo, probablemente por la hora que era. Le dio un beso en la cabeza al escritor y se sentó a su lado para mirar la pantalla.

“Miraba a qué distancia está la casa. Y cómo llegar hasta allí. Mañana alquilaremos un coche y conduciremos hasta allí. Se tarda poco más de veinte minutos desde el hotel”. Le enseñó el recorrido que había creado en el ordenador con un mapa.

“Eres un genio”. Sonrió ella con cariño y se apoyó en su hombro mientras no dejaba de mirar la pantalla donde él seguía enseñándole dónde estaban ellos y hasta dónde tenían que llegar.

“Lo sé” Respondió él de forma graciosa haciendo que Beckett pusiera los ojos en blanco. Él giró la cabeza para mirarla y le dio un beso en la frente. “¿Estás muy cansada?”. Susurró temiendo despertarla si se había dormido. No le veía bien los ojos.

Kate se acomodó más sobre el cuerpo de Rick, dejó el portátil sobre la mesita y cogió una mano del escritor acariciándole los nudillos suavemente. Después, cerró los ojos. “La verdad es que me siento agotada, pero no creo que vaya a poder dormir”. Respondió.

“Yo me siento exactamente igual”. Aseguró él y sonrió mirando las caricias que ella le daba. “¿Me vas a hacer dormir separado de ti?”. Susurró temeroso por la respuesta. “Después de estos días durmiendo juntos, no creo que pudiera pegar ojo”.

“No. Necesito que duermas conmigo. Sólo así podré descansar un poco”. Sonrió ella aún con los ojos cerrados.

“Pues venga, vámonos a la cama”. Agarró el cuerpo de Beckett y se levantó del sofá con ella en sus brazos, elevándola con apenas esfuerzo.

“Eyy!”. Protestó ella pero riendo. “Me voy a matar Castle, ¡bájame!” Sonrió agarrándose al cuerpo de Castle para no caerse.

“No voy a dejar que jamás se caiga, inspectora”. Le besó la comisura de los labios mientras la llevaba a la habitación sujetándola con fuerza. Ella sonrió abiertamente consciente de lo que aquella frase significaba. Castle la sentó sobre la cama con cuidado y apoyó sus manos en la cama echándose hacia delante y robándole un dulce beso de los labios.

“Mmm… Gracias”. Susurró ella con amor acariciando la mejilla de Castle mientras le devolvía el beso.

“Siempre”. Contestó él con un brillo especial en los ojos y ambos sonrieron atontados. “Échate bocabajo”. Le dijo con cariño.

Kate frunció el ceño. “¿Para qué?”.

“Para que pueda darte un masaje en la espalda antes de dormir”. Respondió con una pequeña sonrisa.

“Wow Castle, a eso no puedo negarme”. Sonrió con ganas, abrió la cama y se tumbó bocabajo despojándose de la camiseta de pijama.

Richard se colocó sobre su cuerpo tratando de no aprisionarla y comenzó a masajear su espalda con movimientos firmes y ágiles. Tras unos minutos de masaje, la respiración de Kate comenzó a ser más pausada. Rick se inclinó sobre ella dejando un suave reguero de besos por toda su espalda. Después, se levantó de encima de ella con suavidad.

“Kate… Ponte la camiseta cariño”. Susurró dándole un beso en el cuello mientras se metía en la cama a su lado.

Ella, medio adormilada le hizo caso y se pegó más a él acurrucándose entre sus brazos como ya estaba acostumbrada a hacer. Castle estiró las sábanas de la cama de forma que quedaron los dos completamente tapados. Un rato después, ambos se rindieron a los brazos de Morfeo.


Nos centraremos un poquito en el objetivo del viaje, pero también habrá momentos bonitos.
Vuelvo pronto!
Gracias nuevamente por todos vuesstros comentarios!!!!!
Feliz domingo y FELICIDADES A TODAS LAS MUJERES!

Qué bonito, me encanta!!!!! Sigueeeee!!!!! Igualmente!!