Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
Que capitulo más tierno yo tmbn quiero a un Castle en mi vida xd
Sigueee pronto
Sigueee pronto
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas! Aquí estoy de vuelta!
Me tomé el día de ayer de descanso y hoy he vuelto con más trocito!
Me alegro de que os gustara la sorpresa!!
¿Seguimos en el yate?
Continuaron disfrutando del sol y de la tranquilidad del mar hasta que sus estómagos comenzaron a rugir reclamando algo de alimento. Entonces, Castle desapareció por unas escaleras que daban a los camarotes y a una cocina. Eso no se lo había enseñado todavía a Beckett. Al de un rato, subió con una suculenta comida que había pedido que les prepararan y que él sólo había tenido que calentar.
“Espero que de verdad tengas mucha hambre, porque yo no voy a ser capaz de comerme todo esto”. Comentó divertido cuando posó la comida sobre la mesa de la cubierta. “Creo que me he pasado pidiendo comida”. Volvió a reírse mirando a Kate.
“¡Madre mía Castle! Pero… ¡aquí hay comida para toda la tripulación que cabe en este barco!”. Comentó divertida y ambos se sentaron preparados para degustar aquellos manjares.
“Bueno, más vale que sobre… que no que falte” Agarró la mano de Kate con cariño, por encima de la mesa. Sus miradas se demostraban infinito amor y sus ojos brillaban con intensidad. Estaban felices.
“Anda, vamos a empezar a comer. Pero voy a tener que hacer bastante ejercicio después para bajar todo esto”. Sonrió mirando la comida y no vio cómo la mirada de Castle pasaba de ser cariñosa a pícara.
“Bueno… siempre… podemos hacer ejercicio juntos…”. Susurró con sensualidad comenzando a juguetear con los dedos de ella.
Kate, al oírle, le miró sonriendo y negando con la cabeza. “Eres insaciable Castle…”. Comentó divertida. “Pero…”. Se mordió el labio dejando leves caricias circulares en la mano de Rick. “Me gusta tu idea, sí”. Él le guiñó el ojo y ambos se rieron.
Empezaron a comer, y al final casi se terminan todo lo que Castle había pedido. Estaba todo riquísimo.
“Uff… yo creo que ahora mismo acabo de engordar cinco kilos de golpe” Kate se echó para atrás y puso sus manos sobre su tripa simulando que estaba más gorda.
Rick rió ante aquello. “Pues sigues estando preciosa”.
Ella sonrió algo ruborizada y después negó con la cabeza. “Anda, vamos a recoger esto y a descansar un rato. Que no puedo ni moverme”. Sonrió levantándose.
Rick la siguió con la mirada. “¿Prefieres echarte un rato en la cama o en una hamaca?”. Se levantó el también y la ayudó a poner las cosas sobre una bandeja. Después cogió la bandeja y la miró esperando una respuesta.
“En la cama”. Le miró sonriente. “Pero no sabía que hubiera camas”. Sonrió más al verle alzar una ceja. “Pero ahora que sé que hay, prefiero una cama”.
“Ven, sígueme”. Bajaron esas escaleras y Castle fue a dejar la bandeja a la cocina. Después, cogió a Beckett de la mano y la condujo a uno de los camarotes. “¿Le parece bien esta cama inspectora?”. Entraron en la habitación.
Kate vio una cama de matrimonio bastante amplia y sonrió. “Me gusta sí”. Se sentó en el borde y se desató las sandalias que llevaba. Se quitó las gafas de sol dejándolas sobre una mesita y se soltó la coleta dejando que el pelo cayera sobre sus hombros y sus pechos. “¿Vienes o te vas a quedar ahí de pie observándome?”. Le sonrió al ver que se había quedado parado en la entrada y no le quitaba el ojo de encima.
“Eh… sí, voy. Es que me distraes…”. Sonrió y se sentó en el otro lado de la cama quitándose los zapatos. Ambos se reclinaron sobre la cama a la vez.
Kate se acercó a Rick y apoyó su cabeza sobre el pecho del escritor. “Así que… te distraigo… ¿Cómo es eso?”. Sintió cómo él la rodeaba con su brazo y la pegaba más a su cuerpo.
“Bueno, digamos que me tienes encandilado hace años”. Le besó el pelo con cariño.
“Sí, ya supuse que te habías colgado de mi desde el primer instante en que me viste”. Rió cerrando los ojos y recordando aquel primer encuentro en la fiesta de Castle.
“Perdona, pero tú fuiste la que se quedo coladita por mí desde que me viste. Te parecía irresistible, reconócelo”. Le iba dando caricias suaves por la espalda.
“¿Me estás tomando el pelo? ¿Acaso no te acuerdas de lo insoportable que eras al principio? Un completo idiota”. Sonrió ella aún más mientras seguía recordando varios de sus momentos.
“Bueno, puede. Pero incluso así, cada día te gustaba más. Reconócelo Kate”. Ambos estaban disfrutando con aquel juego.
“¿Y qué me dices de ti, Castle?”. Abrió los ojos y elevó la mirada para encontrarse con la de él. “¿Por qué me seguías a todos lados como un perrito faldero? Y no me digas que para investigar para tus libros, porque no me lo creo”. Le dio un pico rápido y volvió a acomodarse en su pecho esperando su respuesta.
Rick sonrió y decidió dejar de bromear y ser sincero. “Por ver tu sonrisa cada mañana cuando te llevaba un café. Por volverte loca con absurdas teorías. Por intentar hacerte sonreír y que te fijaras un poquito en mí”. Mientras iba hablando, había ido bajando la mano, acariciando su espalda, desde los hombros hasta la cadera.
“Wow…”. Kate sonrió como una tonta acurrucándose más entre sus brazos y volvió a elevar la cabeza para mirarle, con verdadero amor. “Vaya declaración”. Rió con ternura y le dio un largo beso en los labios. “Pero… ¿sabes qué?. Aunque yo misma no quisiera verlo, ya me tenías más que ganada. Ya me había fijado en ti. Era imposible no hacerlo. Tan inmaduro y egoísta como divertido y detallista”. Le acarició los pectorales con suavidad, le sonrió de nuevo.
“Creo que los dos hemos sido un poco tontos al esperar tanto para estar juntos”. Frunció el ceño pensativo y después añadió. “O a lo mejor es gracias a que hemos esperado que estamos ahora juntos, felices”. Le sonrió con ternura. “Porque… ¿eres feliz, no?”. Arrugó el ceño de nuevo temeroso de escuchar esa respuesta. Él creía que sí, o al menos eso le indicaba el brillo de sus ojos. Pero necesitaba oírselo decir a ella.
Ups... momento crucial...
Me tomé el día de ayer de descanso y hoy he vuelto con más trocito!
Me alegro de que os gustara la sorpresa!!
¿Seguimos en el yate?
Continuaron disfrutando del sol y de la tranquilidad del mar hasta que sus estómagos comenzaron a rugir reclamando algo de alimento. Entonces, Castle desapareció por unas escaleras que daban a los camarotes y a una cocina. Eso no se lo había enseñado todavía a Beckett. Al de un rato, subió con una suculenta comida que había pedido que les prepararan y que él sólo había tenido que calentar.
“Espero que de verdad tengas mucha hambre, porque yo no voy a ser capaz de comerme todo esto”. Comentó divertido cuando posó la comida sobre la mesa de la cubierta. “Creo que me he pasado pidiendo comida”. Volvió a reírse mirando a Kate.
“¡Madre mía Castle! Pero… ¡aquí hay comida para toda la tripulación que cabe en este barco!”. Comentó divertida y ambos se sentaron preparados para degustar aquellos manjares.
“Bueno, más vale que sobre… que no que falte” Agarró la mano de Kate con cariño, por encima de la mesa. Sus miradas se demostraban infinito amor y sus ojos brillaban con intensidad. Estaban felices.
“Anda, vamos a empezar a comer. Pero voy a tener que hacer bastante ejercicio después para bajar todo esto”. Sonrió mirando la comida y no vio cómo la mirada de Castle pasaba de ser cariñosa a pícara.
“Bueno… siempre… podemos hacer ejercicio juntos…”. Susurró con sensualidad comenzando a juguetear con los dedos de ella.
Kate, al oírle, le miró sonriendo y negando con la cabeza. “Eres insaciable Castle…”. Comentó divertida. “Pero…”. Se mordió el labio dejando leves caricias circulares en la mano de Rick. “Me gusta tu idea, sí”. Él le guiñó el ojo y ambos se rieron.
Empezaron a comer, y al final casi se terminan todo lo que Castle había pedido. Estaba todo riquísimo.
“Uff… yo creo que ahora mismo acabo de engordar cinco kilos de golpe” Kate se echó para atrás y puso sus manos sobre su tripa simulando que estaba más gorda.
Rick rió ante aquello. “Pues sigues estando preciosa”.
Ella sonrió algo ruborizada y después negó con la cabeza. “Anda, vamos a recoger esto y a descansar un rato. Que no puedo ni moverme”. Sonrió levantándose.
Rick la siguió con la mirada. “¿Prefieres echarte un rato en la cama o en una hamaca?”. Se levantó el también y la ayudó a poner las cosas sobre una bandeja. Después cogió la bandeja y la miró esperando una respuesta.
“En la cama”. Le miró sonriente. “Pero no sabía que hubiera camas”. Sonrió más al verle alzar una ceja. “Pero ahora que sé que hay, prefiero una cama”.
“Ven, sígueme”. Bajaron esas escaleras y Castle fue a dejar la bandeja a la cocina. Después, cogió a Beckett de la mano y la condujo a uno de los camarotes. “¿Le parece bien esta cama inspectora?”. Entraron en la habitación.
Kate vio una cama de matrimonio bastante amplia y sonrió. “Me gusta sí”. Se sentó en el borde y se desató las sandalias que llevaba. Se quitó las gafas de sol dejándolas sobre una mesita y se soltó la coleta dejando que el pelo cayera sobre sus hombros y sus pechos. “¿Vienes o te vas a quedar ahí de pie observándome?”. Le sonrió al ver que se había quedado parado en la entrada y no le quitaba el ojo de encima.
“Eh… sí, voy. Es que me distraes…”. Sonrió y se sentó en el otro lado de la cama quitándose los zapatos. Ambos se reclinaron sobre la cama a la vez.
Kate se acercó a Rick y apoyó su cabeza sobre el pecho del escritor. “Así que… te distraigo… ¿Cómo es eso?”. Sintió cómo él la rodeaba con su brazo y la pegaba más a su cuerpo.
“Bueno, digamos que me tienes encandilado hace años”. Le besó el pelo con cariño.
“Sí, ya supuse que te habías colgado de mi desde el primer instante en que me viste”. Rió cerrando los ojos y recordando aquel primer encuentro en la fiesta de Castle.
“Perdona, pero tú fuiste la que se quedo coladita por mí desde que me viste. Te parecía irresistible, reconócelo”. Le iba dando caricias suaves por la espalda.
“¿Me estás tomando el pelo? ¿Acaso no te acuerdas de lo insoportable que eras al principio? Un completo idiota”. Sonrió ella aún más mientras seguía recordando varios de sus momentos.
“Bueno, puede. Pero incluso así, cada día te gustaba más. Reconócelo Kate”. Ambos estaban disfrutando con aquel juego.
“¿Y qué me dices de ti, Castle?”. Abrió los ojos y elevó la mirada para encontrarse con la de él. “¿Por qué me seguías a todos lados como un perrito faldero? Y no me digas que para investigar para tus libros, porque no me lo creo”. Le dio un pico rápido y volvió a acomodarse en su pecho esperando su respuesta.
Rick sonrió y decidió dejar de bromear y ser sincero. “Por ver tu sonrisa cada mañana cuando te llevaba un café. Por volverte loca con absurdas teorías. Por intentar hacerte sonreír y que te fijaras un poquito en mí”. Mientras iba hablando, había ido bajando la mano, acariciando su espalda, desde los hombros hasta la cadera.
“Wow…”. Kate sonrió como una tonta acurrucándose más entre sus brazos y volvió a elevar la cabeza para mirarle, con verdadero amor. “Vaya declaración”. Rió con ternura y le dio un largo beso en los labios. “Pero… ¿sabes qué?. Aunque yo misma no quisiera verlo, ya me tenías más que ganada. Ya me había fijado en ti. Era imposible no hacerlo. Tan inmaduro y egoísta como divertido y detallista”. Le acarició los pectorales con suavidad, le sonrió de nuevo.
“Creo que los dos hemos sido un poco tontos al esperar tanto para estar juntos”. Frunció el ceño pensativo y después añadió. “O a lo mejor es gracias a que hemos esperado que estamos ahora juntos, felices”. Le sonrió con ternura. “Porque… ¿eres feliz, no?”. Arrugó el ceño de nuevo temeroso de escuchar esa respuesta. Él creía que sí, o al menos eso le indicaba el brillo de sus ojos. Pero necesitaba oírselo decir a ella.
Ups... momento crucial...
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Qué bonito!!!Adoro tu fic!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
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Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Como me gusta esos momentos entre los dos y espero capitulo cuando puedas escribes genial !!
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Cuando te veo (FIN)
Continua!! Kanzns
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Djgdbjjddarj cada capítulo me gusta mas♥♥
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Super bonito y super romántico, cada día me enamoro más de tu fic sigue pronto porfi.
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas!
Ay... Gracias por todos vuestros comentarios!! Gracias por seguir esta pequeña historia!
Seguimos con los capis tiernos... jijijiji
Al oír aquella pregunta, Kate se apartó ligeramente de su cuerpo para poder colocarse de costado sobre la cama, apoyando la cabeza en su mano y mirarle a los ojos. Con la otra mano, agarró la del escritor y las llevó a su pecho, junto a la marca del disparo. “¿Notas eso?”. Rick tenía la mirada fija en los ojos de Kate y ambos notaban bajo sus dedos el latido del corazón de ella. Él asintió lentamente. “Yo también lo noto. Cada día, cuando me despierto y estoy entre tus brazos. Cuando te veo. Cuando me sonríes. Cuando nos besamos. Cuando hacemos el amor”. Ambos sonrieron tontamente mientras la inspectora seguía hablando. “Y cada instante que lo noto, sonrío. Porque nunca me había sentido así Rick”. Agarró la mano de él con suavidad y entrelazó sus dedos con los suyos. “Me siento plena. Por primera vez en… mucho, muchísimo tiempo, probablemente desde que tenía 10 años no me he sentido así. Feliz”. Le dio un dulce beso en la mano y continuó. “El asesino de mi madre está entre rejas. Y va a estar ahí para siempre, gracias a mi cabezonería y a tu empeño. Y por fin, después de escudarme en relaciones falsas, puedo abrirme completamente al amor. A ti, a mi, a nosotros”. Le robó un dulce beso. “Claro que soy feliz. Me gustaría estar en Nueva York y no huyendo. Pero tú estás consiguiendo que me olvide de eso y que disfrute. Que disfrute de verdad”. Sonrió mucho más al ver cómo él la atraía entre sus brazos y volvían a la posición de antes de que ella comenzara a contar todo eso. “Tú me haces feliz. Nunca dudes de eso, por favor”. Elevó la cabeza para mirarle a los ojos y él, como respuesta, besó sus labios, alargando aquel beso hasta que sintió que empezaban a sentir cómo la pasión crecía en ellos.
“Kate… Te amo, como no he amado a nadie. ¡A nadie!”. Enfatizó, claramente haciendo referencia a sus dos matrimonios fallidos. “Nadie me ha hecho sentirme jamás como me haces sentir tú. A nadie, excepto a Alexis, he querido proteger como siento que tengo que hacer contigo. Te amo, desde hace tiempo, pero cada día, sobre todo ahora que estamos juntos, siento que te amo aún más”. Volvió a besarla, esta vez con tremendo cariño.
Kate, en un rápido movimiento, se puso sobre él, a horcajadas y agarró sus manos, entrelazando sus dedos. Se inclinó hacia delante y comenzó a besarle el cuello con delicadeza, con suavidad. Después, paró en su oreja y susurró. “Yo también te amo cariño”.
Tras aquellas confesiones, dejaron que sus manos volvieran a recorrer y a acariciar esos rincones del cuerpo del otro que ya se sabían de memoria. No hacían falta palabras. Ya no más. Se lo habían dicho todo y en ese momento sólo deseaban demostrárselo con actos, besos, caricias, gemidos. Dieron rienda suelta a su amor y pese a estar cansados del sol, el mar y la comida, ambos soltaron en el otro todas sus fuerzas y acabaron exhaustos sobre la cama, con una enorme sonrisa. Al poco rato, se durmieron abrazados.
A la hora, aproximadamente, Kate comenzó a despertarse y sonrió al recordar lo que acababan de hacer en esa cama de un barco que Castle había alquilado para ellos en Barcelona. Comenzó a llenar de besos su torso desnudo. Le encantaba despertarlo de aquella manera.
“Umm…”. Sonrió él al notarla y pronto sintió como su virilidad volvía a ponerse en activo. “Si estás demasiado cansada.. deberías parar ahora de hacer eso…”. Susurró aún adormilado pero con los ojos entreabiertos dirigiendo su mirada a su entrepierna.
Kate le imitó y soltó una pequeña carcajada al ver cómo estaba ya él. “¡Por dios Castle! Sí que eres insaciable, sí.”. Le dio un último beso en sus pectorales y cuando él pensaba que ella se iba a levantar para vestirse y salir del camarote, se arrodilló en la cama y se volvió a poner como hacía unas horas: a horcajadas sobre él, pero inclinada hacia delante mucho más abajo y acariciando con sus labios su miembro. “¡Oh Dios Kate!”. Exclamó cuando notó cómo se lo acariciaba de arriba abajo con los labios ayudada de sus manos. Arqueó su pelvis hacia delante en un intento por sentirla más y más. Se agarró a las sábanas disfrutando. “Pa… para…”. Susurró entrecortadamente por el deseo. “No quiero acabar tan rápido”. Cogió la cara de Kate con sus manos y la obligó a incorporarse y dejar aquella tarea.
Kate sonrió y se inclinó para darle un beso intenso en los labios. Se bajó de encima de él y se sentó en la cama, desnuda. Cogió su móvil y comenzó a ojearlo como si nada.
“Pe…pero…”. Castle se quedó boquiabierto al ver lo que había hecho. “No me refería… a que pararas del todo..”. Le acarició el costado desnudo mordiéndose el labio. “Me refería a que quería que tú también disfrutaras”.
Kate le miró un momento y después volvió a fijar la vista en el teléfono. En realidad no estaba haciendo nada importante con él, pero Rick desde su posición no lo veía. “Así comprenderás cómo me he sentido yo cuando me has tocado, en alguna ocasión mientras trabajábamos en algún caso dejando de hacerlo después como si nada. Y no me refiero a las veces que lo has hecho desde que estamos juntos, sino a las previas”. Sonrió malvadamente, le dio un rápido beso en los labios, dejó el móvil sobre la mesita de noche y se puso la camisa que él se había quitado horas antes, sin nada debajo. Se levantó de la cama. “Voy a tomar un poco el sol. ¿Te vienes?”. Sonrió subiendo las escaleras que daban a la cubierta dejando a un Castle totalmente boquiabierto.
¿Quién no seguiría a Kate?. jajajaja
Vuelvo pronto!
GRACIAS DE NUEVO! SOIS GENIALES!
Feliz domingo!
Ay... Gracias por todos vuestros comentarios!! Gracias por seguir esta pequeña historia!
Seguimos con los capis tiernos... jijijiji
Al oír aquella pregunta, Kate se apartó ligeramente de su cuerpo para poder colocarse de costado sobre la cama, apoyando la cabeza en su mano y mirarle a los ojos. Con la otra mano, agarró la del escritor y las llevó a su pecho, junto a la marca del disparo. “¿Notas eso?”. Rick tenía la mirada fija en los ojos de Kate y ambos notaban bajo sus dedos el latido del corazón de ella. Él asintió lentamente. “Yo también lo noto. Cada día, cuando me despierto y estoy entre tus brazos. Cuando te veo. Cuando me sonríes. Cuando nos besamos. Cuando hacemos el amor”. Ambos sonrieron tontamente mientras la inspectora seguía hablando. “Y cada instante que lo noto, sonrío. Porque nunca me había sentido así Rick”. Agarró la mano de él con suavidad y entrelazó sus dedos con los suyos. “Me siento plena. Por primera vez en… mucho, muchísimo tiempo, probablemente desde que tenía 10 años no me he sentido así. Feliz”. Le dio un dulce beso en la mano y continuó. “El asesino de mi madre está entre rejas. Y va a estar ahí para siempre, gracias a mi cabezonería y a tu empeño. Y por fin, después de escudarme en relaciones falsas, puedo abrirme completamente al amor. A ti, a mi, a nosotros”. Le robó un dulce beso. “Claro que soy feliz. Me gustaría estar en Nueva York y no huyendo. Pero tú estás consiguiendo que me olvide de eso y que disfrute. Que disfrute de verdad”. Sonrió mucho más al ver cómo él la atraía entre sus brazos y volvían a la posición de antes de que ella comenzara a contar todo eso. “Tú me haces feliz. Nunca dudes de eso, por favor”. Elevó la cabeza para mirarle a los ojos y él, como respuesta, besó sus labios, alargando aquel beso hasta que sintió que empezaban a sentir cómo la pasión crecía en ellos.
“Kate… Te amo, como no he amado a nadie. ¡A nadie!”. Enfatizó, claramente haciendo referencia a sus dos matrimonios fallidos. “Nadie me ha hecho sentirme jamás como me haces sentir tú. A nadie, excepto a Alexis, he querido proteger como siento que tengo que hacer contigo. Te amo, desde hace tiempo, pero cada día, sobre todo ahora que estamos juntos, siento que te amo aún más”. Volvió a besarla, esta vez con tremendo cariño.
Kate, en un rápido movimiento, se puso sobre él, a horcajadas y agarró sus manos, entrelazando sus dedos. Se inclinó hacia delante y comenzó a besarle el cuello con delicadeza, con suavidad. Después, paró en su oreja y susurró. “Yo también te amo cariño”.
Tras aquellas confesiones, dejaron que sus manos volvieran a recorrer y a acariciar esos rincones del cuerpo del otro que ya se sabían de memoria. No hacían falta palabras. Ya no más. Se lo habían dicho todo y en ese momento sólo deseaban demostrárselo con actos, besos, caricias, gemidos. Dieron rienda suelta a su amor y pese a estar cansados del sol, el mar y la comida, ambos soltaron en el otro todas sus fuerzas y acabaron exhaustos sobre la cama, con una enorme sonrisa. Al poco rato, se durmieron abrazados.
A la hora, aproximadamente, Kate comenzó a despertarse y sonrió al recordar lo que acababan de hacer en esa cama de un barco que Castle había alquilado para ellos en Barcelona. Comenzó a llenar de besos su torso desnudo. Le encantaba despertarlo de aquella manera.
“Umm…”. Sonrió él al notarla y pronto sintió como su virilidad volvía a ponerse en activo. “Si estás demasiado cansada.. deberías parar ahora de hacer eso…”. Susurró aún adormilado pero con los ojos entreabiertos dirigiendo su mirada a su entrepierna.
Kate le imitó y soltó una pequeña carcajada al ver cómo estaba ya él. “¡Por dios Castle! Sí que eres insaciable, sí.”. Le dio un último beso en sus pectorales y cuando él pensaba que ella se iba a levantar para vestirse y salir del camarote, se arrodilló en la cama y se volvió a poner como hacía unas horas: a horcajadas sobre él, pero inclinada hacia delante mucho más abajo y acariciando con sus labios su miembro. “¡Oh Dios Kate!”. Exclamó cuando notó cómo se lo acariciaba de arriba abajo con los labios ayudada de sus manos. Arqueó su pelvis hacia delante en un intento por sentirla más y más. Se agarró a las sábanas disfrutando. “Pa… para…”. Susurró entrecortadamente por el deseo. “No quiero acabar tan rápido”. Cogió la cara de Kate con sus manos y la obligó a incorporarse y dejar aquella tarea.
Kate sonrió y se inclinó para darle un beso intenso en los labios. Se bajó de encima de él y se sentó en la cama, desnuda. Cogió su móvil y comenzó a ojearlo como si nada.
“Pe…pero…”. Castle se quedó boquiabierto al ver lo que había hecho. “No me refería… a que pararas del todo..”. Le acarició el costado desnudo mordiéndose el labio. “Me refería a que quería que tú también disfrutaras”.
Kate le miró un momento y después volvió a fijar la vista en el teléfono. En realidad no estaba haciendo nada importante con él, pero Rick desde su posición no lo veía. “Así comprenderás cómo me he sentido yo cuando me has tocado, en alguna ocasión mientras trabajábamos en algún caso dejando de hacerlo después como si nada. Y no me refiero a las veces que lo has hecho desde que estamos juntos, sino a las previas”. Sonrió malvadamente, le dio un rápido beso en los labios, dejó el móvil sobre la mesita de noche y se puso la camisa que él se había quitado horas antes, sin nada debajo. Se levantó de la cama. “Voy a tomar un poco el sol. ¿Te vienes?”. Sonrió subiendo las escaleras que daban a la cubierta dejando a un Castle totalmente boquiabierto.
¿Quién no seguiría a Kate?. jajajaja
Vuelvo pronto!
GRACIAS DE NUEVO! SOIS GENIALES!
Feliz domingo!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Precioso me encanta!!!! Igualmente!! Sigue cuando puedaas!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
jajajaja que malota a sido Kate jajaja
Sigue pronto porfi adoro tu fic
Sigue pronto porfi adoro tu fic
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Adoro el caskett y tu fic sigue rapido!!!
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Que cuquis
Sigueeee
Sigueeee
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡GRACIAS POR ADORAR CASKETT Y MI FIC!
¿Seguimos?
“¡Ja! ¡Sabía que tú también habías disfrutado con aquellos… tocamientos!”. Elevó la voz cuando se recompuso para que ella le oyera desde afuera. Se mordió el labio con fuerza. “Es increíble el poder que tienes sobre mí Katherine Beckett…” Susurró para sí poniéndose un bañador y subiendo detrás de ella.
La encontró en una hamaca al sol… ¡y sin nada de ropa!. Se había quitado su camisa y estaba completamente desnuda. Se quedó a su lado, boquiabierto de nuevo. Sin darse cuenta de que le estaba dando algo de sombra y eso hizo que ella abriera los ojos al ver que algo, o alguien, le tapaba el sol.
“Rick, cariño. Me tapas el sol”. Soltó sonriendo con picardía consciente de lo que estaba causando en él.
“Pe… perdón”. Tartamudeó apartándose y sentándose en la hamaca de la lado. “Estás… desnuda”. Arqueó una ceja mirándola, recorriendo todo su cuerpo, de arriba abajo y después en el sentido contrario.
“Sí Castle. Estoy desnuda. ¡Ni que no me hubieras visto así más veces!”. Se rió ante su cara y alargó la mano para acercarla a la barbilla del escritor. Se la empujó hacia arriba obligándole a cerrar la boca. Ambos sonrieron.
“Bueno… pero estabas desnuda sólo para mí. No para todo el mundo”. Acarició lentamente su costado, de arriba abajo, desde su cadera hasta el principio de su pecho.
“Rick…”. Su piel se erizó ante las caricias de Castle. Ella suspiró soltando el aire y se mordió fuerte el labio. “No hay nadie que pueda verme…”. Susurró mirándole muy intensamente a los ojos. Ya había conseguido encenderle el fuego en su interior.
“Quiero ser el único que vea tu precioso cuerpo…”. Se sentó en el borde de la hamaca en la que estaba Kate y comenzó a acariciar el contorno de sus pechos, suavemente, siguiendo con la mirada lo que iba haciendo.
“Umm.. Rick…”. Susurró jadeando Kate ante las caricias del escritor. Sus pechos respondieron de inmediato a sus dedos, endureciéndose y produciéndole un inmenso placer. Cerró los ojos mordiéndose el labio con fuerza y soltando algún que otro pequeño gruñido.
Rick sonrió y se inclinó hacia delante, sobre su cuerpo comenzando a besar cada parte que antes había acariciado. Sus manos reposaban en las caderas de ella, manteniéndola pegada a la hamaca cuando hacía amago de arquearse para sentirle mejor. “Shh… No te muevas preciosa”. Besó, lamió e incluso mordió los pezones de Kate, logrando que éstos se endurecieran aún mas y que ella comenzase a soltar gemidos cada vez más fuertes.
“Rick, bésame, por favor”. Suplicó ella mientras agarraba una mano del escritor y hacía que quedase prácticamente tumbado sobre ella.
Castle, sonrió y se dejó reposar un poco más sobre el cuerpo de la inspectora. Elevó la cabeza y sus labios se fundieron con los de ella en un beso apasionado. Kate empezó a acariciar los pectorales del escritor, recorriendo con sus manos todo su torso por delante, y después por detrás hasta llegar a sus nalgas. Se las apretó con fuerza haciendo que sus sexos quedaran encajados a la perfección pues el escritor se había montado sobre ella.
“Kate… uf.. no creo que esta hamaca aguante mucho…”. Susurró en sus labios mientras no dejaba de acariciar levemente sus pechos y jugar con sus pezones.
Como respuesta, Kate fue dejando que su cuerpo, con el de Rick encima, cayera al suelo de la cubierta. Estaba caliente por el sol y sería más seguro que en la hamaca.
“Espera…”. Susurró con cariño el escritor incorporándose para agarrar una toalla. La extendió al lado del cuerpo de Beckett y ambos se volvieron a colocar en la misma posición que antes, pero esta vez sobre la toalla.
“Mejor”. Sonrió ella con cierta picardía mientras llevaba su mano al abultado paquete del escritor. Le acarició el miembro por encima del bañador consiguiendo que él soltara más de un gemido.
“Vamos… a terminar lo que has empezado… hace un rato en el camarote..”. La voz del escritor sonó entrecortada a causa del deseo. Con un rápido movimiento, se deshizo de su bañador quedando ambos totalmente desnudos. Se acostó ligeramente sobre ella notando cómo cada rincón de su piel se estremecía al entrar en contacto con el cuerpo del otro. “Y esta vez… me toca a mí llevar el control…”. Jadeó en sus labios cuando ella le agarró de las nalgas y pegó aún más sus cuerpos.
En un rápido pero tierno movimiento, Rick agarró las manos de Kate y las colocó sobre el suelo, a la altura de la cabeza de la inspectora, entrelazándolas con las suyas. Comenzó a besarle y lamerle el cuello. Sonrió tras cada gemido que se escapaba de sus preciosos labios. Mordió el lóbulo de la oreja de ella y se pegó más a su cuerpo, notando cómo sus sexos entraban en contacto. Ambos soltaron un fuerte gemido y Kate se arqueó ligeramente para sentirle mejor. El escritor aprovechó aquel movimiento de ella besar y lamer los pechos de su musa. Sus pezones reaccionaron al instante y se dedicó un rato más a ellos. Mientras se dedicaba a aquella delicada tarea, soltó una mano de Kate y fue acariciando todo su cuerpo, de arriba abajo hasta introducir la mano entre sus sexos. Acarició la entrepierna de Kate en el punto exacto consiguiendo que ella se humedeciera aún más. Sonrió con picardía e introdujo un par de dedos en su interior, moviéndolos con suavidad mientras con el pulgar acariciaba de nuevo su clítoris.
“Ohh… ¡Rick sí!”. La detective se arqueó más logrando que los dedos del escritor se introdujeran más en ella y volvió a gemir con fuerza. “¡Sigue, sigue!”. En un arrebato de deseo, mordió con cierta fuerza el cuello de Richard que estaba dedicado a besar sus pechos. “¡Ven, bésame!”. Jadeó con fuerza empezando a notar las convulsiones dentro de ella.
Él, obediente, subió la cabeza hasta encontrarse con sus labios y comenzó a besarla intensamente, jugando con su lengua. Sus dedos no paraban dentro de ella, ni tampoco dejaba de acariciarle el clítoris. “Eso es Kate…” Susurró con una ardiente pasión. “Sigue amor, déjate llevar”. Susurró en sus labios sin dejar que sus lenguas se separasen.
“¡Riiiiiccckkkk!” Kate gimió fuerte arqueándose nuevamente y llegando al clímax ayudada por sus dedos y sus palabras. Notó cómo el orgasmo la atrapaba y sonrió mientras arqueaba aún más su cuerpo sintiendo cada una de las convulsiones con las que su cuerpo respondió a tal cantidad de placer.
“Me encantas Kate…”. Le susurró con cariño sacando los dedos de su interior pero sin dejar de acariciarle el clítoris. Le mordió el labio con deseo y con cuidado, sin esperar a que el cuerpo de ella descansara del orgasmo, introdujo su miembro en el interior de ella,
“¡Ohh!”. Volvió a gemir al notarle dentro y presa de la pasión y del deseo enroscó sus piernas alrededor del cuerpo de Rick.
Comenzaron un frenético baile mientras no dejaban de besarse. Kate observaba cómo estaba volviendo loco al escritor con cada movimiento. Llevó sus manos a las nalgas de Castle y le presionó más sobre ella consiguiendo que éste echara hacia atrás su cabeza, disfrutando y cerrando los ojos.
“Rick… abre los ojos… Quiero verte…”. Le mordió el cuello con amor y sonrió al ver cómo él le obedecía.
Siguieron con aquellos movimientos, cada vez más enérgicos.
Cuando los dos estaban a punto, Kate retiró una mano del culo de Castle y le acarició la cara con amor. “Te amo…”. No llegó a pronunciarlo, pero sus labios lo hicieron por ella.
Rick le correspondió con un profundo beso y después susurró. “Yo también te amo..”.
Con aquella declaración, llegaron juntos al orgasmo, estallando en gemidos y dejándose caer sobre el suelo. Rick se acomodó cuando su respiración fue más controlada y la atrajo a sus brazos, abrazándola con cariño. Ella se apoyó sobre su pecho y cerró los ojos, extasiada, agotada y… feliz.
GRACIAS POR LEER! SOIS.... GENIALES!!!!!
¿Seguimos?
“¡Ja! ¡Sabía que tú también habías disfrutado con aquellos… tocamientos!”. Elevó la voz cuando se recompuso para que ella le oyera desde afuera. Se mordió el labio con fuerza. “Es increíble el poder que tienes sobre mí Katherine Beckett…” Susurró para sí poniéndose un bañador y subiendo detrás de ella.
La encontró en una hamaca al sol… ¡y sin nada de ropa!. Se había quitado su camisa y estaba completamente desnuda. Se quedó a su lado, boquiabierto de nuevo. Sin darse cuenta de que le estaba dando algo de sombra y eso hizo que ella abriera los ojos al ver que algo, o alguien, le tapaba el sol.
“Rick, cariño. Me tapas el sol”. Soltó sonriendo con picardía consciente de lo que estaba causando en él.
“Pe… perdón”. Tartamudeó apartándose y sentándose en la hamaca de la lado. “Estás… desnuda”. Arqueó una ceja mirándola, recorriendo todo su cuerpo, de arriba abajo y después en el sentido contrario.
“Sí Castle. Estoy desnuda. ¡Ni que no me hubieras visto así más veces!”. Se rió ante su cara y alargó la mano para acercarla a la barbilla del escritor. Se la empujó hacia arriba obligándole a cerrar la boca. Ambos sonrieron.
“Bueno… pero estabas desnuda sólo para mí. No para todo el mundo”. Acarició lentamente su costado, de arriba abajo, desde su cadera hasta el principio de su pecho.
“Rick…”. Su piel se erizó ante las caricias de Castle. Ella suspiró soltando el aire y se mordió fuerte el labio. “No hay nadie que pueda verme…”. Susurró mirándole muy intensamente a los ojos. Ya había conseguido encenderle el fuego en su interior.
“Quiero ser el único que vea tu precioso cuerpo…”. Se sentó en el borde de la hamaca en la que estaba Kate y comenzó a acariciar el contorno de sus pechos, suavemente, siguiendo con la mirada lo que iba haciendo.
“Umm.. Rick…”. Susurró jadeando Kate ante las caricias del escritor. Sus pechos respondieron de inmediato a sus dedos, endureciéndose y produciéndole un inmenso placer. Cerró los ojos mordiéndose el labio con fuerza y soltando algún que otro pequeño gruñido.
Rick sonrió y se inclinó hacia delante, sobre su cuerpo comenzando a besar cada parte que antes había acariciado. Sus manos reposaban en las caderas de ella, manteniéndola pegada a la hamaca cuando hacía amago de arquearse para sentirle mejor. “Shh… No te muevas preciosa”. Besó, lamió e incluso mordió los pezones de Kate, logrando que éstos se endurecieran aún mas y que ella comenzase a soltar gemidos cada vez más fuertes.
“Rick, bésame, por favor”. Suplicó ella mientras agarraba una mano del escritor y hacía que quedase prácticamente tumbado sobre ella.
Castle, sonrió y se dejó reposar un poco más sobre el cuerpo de la inspectora. Elevó la cabeza y sus labios se fundieron con los de ella en un beso apasionado. Kate empezó a acariciar los pectorales del escritor, recorriendo con sus manos todo su torso por delante, y después por detrás hasta llegar a sus nalgas. Se las apretó con fuerza haciendo que sus sexos quedaran encajados a la perfección pues el escritor se había montado sobre ella.
“Kate… uf.. no creo que esta hamaca aguante mucho…”. Susurró en sus labios mientras no dejaba de acariciar levemente sus pechos y jugar con sus pezones.
Como respuesta, Kate fue dejando que su cuerpo, con el de Rick encima, cayera al suelo de la cubierta. Estaba caliente por el sol y sería más seguro que en la hamaca.
“Espera…”. Susurró con cariño el escritor incorporándose para agarrar una toalla. La extendió al lado del cuerpo de Beckett y ambos se volvieron a colocar en la misma posición que antes, pero esta vez sobre la toalla.
“Mejor”. Sonrió ella con cierta picardía mientras llevaba su mano al abultado paquete del escritor. Le acarició el miembro por encima del bañador consiguiendo que él soltara más de un gemido.
“Vamos… a terminar lo que has empezado… hace un rato en el camarote..”. La voz del escritor sonó entrecortada a causa del deseo. Con un rápido movimiento, se deshizo de su bañador quedando ambos totalmente desnudos. Se acostó ligeramente sobre ella notando cómo cada rincón de su piel se estremecía al entrar en contacto con el cuerpo del otro. “Y esta vez… me toca a mí llevar el control…”. Jadeó en sus labios cuando ella le agarró de las nalgas y pegó aún más sus cuerpos.
En un rápido pero tierno movimiento, Rick agarró las manos de Kate y las colocó sobre el suelo, a la altura de la cabeza de la inspectora, entrelazándolas con las suyas. Comenzó a besarle y lamerle el cuello. Sonrió tras cada gemido que se escapaba de sus preciosos labios. Mordió el lóbulo de la oreja de ella y se pegó más a su cuerpo, notando cómo sus sexos entraban en contacto. Ambos soltaron un fuerte gemido y Kate se arqueó ligeramente para sentirle mejor. El escritor aprovechó aquel movimiento de ella besar y lamer los pechos de su musa. Sus pezones reaccionaron al instante y se dedicó un rato más a ellos. Mientras se dedicaba a aquella delicada tarea, soltó una mano de Kate y fue acariciando todo su cuerpo, de arriba abajo hasta introducir la mano entre sus sexos. Acarició la entrepierna de Kate en el punto exacto consiguiendo que ella se humedeciera aún más. Sonrió con picardía e introdujo un par de dedos en su interior, moviéndolos con suavidad mientras con el pulgar acariciaba de nuevo su clítoris.
“Ohh… ¡Rick sí!”. La detective se arqueó más logrando que los dedos del escritor se introdujeran más en ella y volvió a gemir con fuerza. “¡Sigue, sigue!”. En un arrebato de deseo, mordió con cierta fuerza el cuello de Richard que estaba dedicado a besar sus pechos. “¡Ven, bésame!”. Jadeó con fuerza empezando a notar las convulsiones dentro de ella.
Él, obediente, subió la cabeza hasta encontrarse con sus labios y comenzó a besarla intensamente, jugando con su lengua. Sus dedos no paraban dentro de ella, ni tampoco dejaba de acariciarle el clítoris. “Eso es Kate…” Susurró con una ardiente pasión. “Sigue amor, déjate llevar”. Susurró en sus labios sin dejar que sus lenguas se separasen.
“¡Riiiiiccckkkk!” Kate gimió fuerte arqueándose nuevamente y llegando al clímax ayudada por sus dedos y sus palabras. Notó cómo el orgasmo la atrapaba y sonrió mientras arqueaba aún más su cuerpo sintiendo cada una de las convulsiones con las que su cuerpo respondió a tal cantidad de placer.
“Me encantas Kate…”. Le susurró con cariño sacando los dedos de su interior pero sin dejar de acariciarle el clítoris. Le mordió el labio con deseo y con cuidado, sin esperar a que el cuerpo de ella descansara del orgasmo, introdujo su miembro en el interior de ella,
“¡Ohh!”. Volvió a gemir al notarle dentro y presa de la pasión y del deseo enroscó sus piernas alrededor del cuerpo de Rick.
Comenzaron un frenético baile mientras no dejaban de besarse. Kate observaba cómo estaba volviendo loco al escritor con cada movimiento. Llevó sus manos a las nalgas de Castle y le presionó más sobre ella consiguiendo que éste echara hacia atrás su cabeza, disfrutando y cerrando los ojos.
“Rick… abre los ojos… Quiero verte…”. Le mordió el cuello con amor y sonrió al ver cómo él le obedecía.
Siguieron con aquellos movimientos, cada vez más enérgicos.
Cuando los dos estaban a punto, Kate retiró una mano del culo de Castle y le acarició la cara con amor. “Te amo…”. No llegó a pronunciarlo, pero sus labios lo hicieron por ella.
Rick le correspondió con un profundo beso y después susurró. “Yo también te amo..”.
Con aquella declaración, llegaron juntos al orgasmo, estallando en gemidos y dejándose caer sobre el suelo. Rick se acomodó cuando su respiración fue más controlada y la atrajo a sus brazos, abrazándola con cariño. Ella se apoyó sobre su pecho y cerró los ojos, extasiada, agotada y… feliz.
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livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me encanta!!!!!!! Sigue cuando puedaas!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Diiiooooosss meeeee encantaaaaa!!!!
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Como amo este fic ksnsbs
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas!
Me alegra ver que os sigue encantando! :DD
Creo que cada día me gusta más escribir esta pequeña historia!!
¿Seguimos?
Ya llevaban casi un mes “huyendo”. Después de Barcelona, habían visitado Valencia, Sevilla y Madrid. Antes de que se marcharan, Gates les había aconsejado que no se quedaran en una misma ciudad. Que se movieran, siempre viajando en turista, con sus nombres falsos y pagando en efectivo para evitar que les siguieran el rastro. Y así lo habían hecho.
Se encontraban en el hotel de Madrid. Habían ido a pasear un rato por la ciudad. Llevaban allí tan sólo un par de días y todavía no la habían visto de noche. Tras un corto paseo por la Gran Vía, la Puerta del Sol y Callao, volvieron al hotel. Castle llevaba casi una semana algo más callado de lo normal. Ambos estaban cansados de tanto escapar y cambiarse de ciudad, pero también es cierto que habían estado disfrutando de cada rincón que habían visitado. Sin embargo, el escritor no podía sacarse una cosa de la cabeza: en tres días sería su cumpleaños, el primero que iba a pasar lejos de su madre y su hija. Aunque lo pasaría con Kate, y eso le encantaba. Pero no podía parar de pensar en su familia, en cómo estarían. Sólo les habían podido decir que se tenían que marchar, por el bien de todos. Kate había intentado hablar con él, que se abriera a ella. Pero Rick no quería preocuparla y hacer que se sintiera culpable. Aunque al no contarle la verdad, ella estaba empezando a preocuparse seriamente.
Aquella noche, se habían duchado separados. Kate estaba todavía acabando en el baño. Rick se acercó a la cama, retiró la colcha y se metió tapándose hasta la cintura. Se incorporó apoyando la espalda en el cabecero y apagó la luz general encendiendo sólo la de su mesita de noche. Cogió un libro de los que se había comprado allí. Pensó que le vendría bien practicar su español, aunque todavía no lo había empezado a leer. Intentó concentrarse en la lectura y olvidar sus pensamientos.
Pocos minutos después, Kate salía del baño vestida sólo con unas braguitas y una camiseta de tirantes un poco amplia. Hacía calor ya en esa época del año. Le vio leyendo y no pudo evitar sonreír. Estaba tan guapo recién afeitado y concentrado… Suspiró mordiéndose el labio. Algo le pasaba y quería saber qué era. Aunque lo cierto era que ella ya intuía el por qué de ese bajo estado de ánimo del escritor. Y había estado preparando una sorpresa. Se acercó a la cama, retiró la colcha y se introdujo en la cama, sentándose al lado de él. Se tapó ligeramente y cogió su móvil para comprobar una vez más que nadie había llamado. Sus móviles originales habían tenido que dejarlos en Nueva York y con ellos llevaban dos de prepago comprados, cómo no, en efectivo y sin posibilidad de se rastreados. Únicamente Gates tenía ese número de móvil y sólo los llamaría cuando pudieran regresar a casa. Kate suspiró pensativa. Ella también deseaba volver cuanto antes a casa. Estaba preocupada por su padre y también por Martha y Alexis.
“Rick…”. Habló bajito para no interrumpir de golpe su lectura. Le acarició el ante brazo con ternura mirándole, sin sonreír. Él la miró con una pequeña sonrisa y al ver que ella no sonreía, su sonrisa se borró de inmediato, preocupado. “¿Me vas a contar qué es lo que te pasa?”. Ella le interrogó con la mirada, observando cada movimiento y cada gesto de él. “Y no me contestes que nada, porque te conozco y sé que te pasa algo. Creo saber qué es, pero quiero… necesito… que seas tú quien me lo cuente”. Le cogió la mano con cariño haciendo que él soltara el libro y lo dejara sobre la mesita de noche. “Se supone que somos una pareja, ¿no?”. Rick asintió despacio. “Y las parejas se cuentan los problemas, las preocupaciones…”. Le fue acariciando los nudillos y los dedos, uno a uno. “Si fuera al revés, si fuera yo la que llevara una semana cabizbaja y pensativa, tú te habrías preocupado y habrías intentado hablar conmigo… Ahora lo intento yo. Por favor, cuéntame qué te pasa”. Le dio un tierno beso en la mano.
Richard contempló cómo lo acariciaba y sonrió ligeramente. Después, elevó la cabeza y la miró a los ojos. “Echo de menos a mi madre y a Alexis”. Hizo una pequeña pausa y apretó la mano de Kate. “No me malinterpretes. Soy feliz contigo, me encanta estar contigo y estoy disfrutando de nuestra pequeña escapada. Pero ellas han sido mi única vida durante muchos años y las echo en falta”. Suspiró bajando la mirada mordiéndose el labio. “Además, nunca he pasado un cumpleaños separado de ellas. Me gustaría, aunque fuera, saber que están bien. Sólo pido eso. El no saber nada de ellas me está matando”.
Kate le agarró la mano con las dos suyas y se la llevó a la boca, dándole un tierno beso en el dorso. “Lo sé… A mi me pasa algo parecido con mi padre”. Susurró y miró a las sábanas. Inevitablemente, se sentía un poco culpable de toda esa situación. Si él no estuviera con ella, no tendría por qué huir él también. Suspiró despacio.
Rick, al oírla, la miró y se acercó más a ella. La abrazó con fuerza. La cara de Kate quedó a la altura del cuello de él y ella no dudó en acomodarse sobre su cuerpo. “Por esto mismo no quería decírtelo… Sabía que, aunque no debes, te sentirías culpable”. Le besó el pelo y continuó. “Kate, no es tu culpa. Fui yo quien removió todo lo de tu madre, quien siguió investigando aunque tú me lo negaras, quien te llevó casi a la muerte…”. Susurró con pánico al volver a recordar uno de los días más dolorosos de su vida: cuando dispararon a Beckett. “Estoy aquí porque quiero, ¿vale?. Tú no eres la culpable de esta situación. Y yo tampoco”. Le fue acariciando el pelo suavemente. “Perdóname… me he estado comportando como un crío enfurruñado estos días. Prometo que estaré más animado. Saber que tú estás a mi lado, me da fuerzas, ¿sabes?”.
Kate elevó la cabeza para mirarle y le sonrió con cariño. Había permanecido callada todo ese rato. No porque no tuviera nada que decir, sino porque se le acababa de ocurrir otra pequeña sorpresa para el cumpleaños del escritor. Le dio un tierno y apasionado beso en los labios y volvió a acomodarse sobre su cuerpo. “No quiero separarme de ti, nunca”. Susurró cerrando los ojos aún con sus manos entrelazadas, jugando con sus dedos.
“Y nunca lo harás. Nunca nos separaremos. Te lo prometo”. La apretó más entre sus brazos y al poco rato, ambos se quedaron dormidos.
GRACIAS POR LEERME!
Me alegra ver que os sigue encantando! :DD
Creo que cada día me gusta más escribir esta pequeña historia!!
¿Seguimos?
Ya llevaban casi un mes “huyendo”. Después de Barcelona, habían visitado Valencia, Sevilla y Madrid. Antes de que se marcharan, Gates les había aconsejado que no se quedaran en una misma ciudad. Que se movieran, siempre viajando en turista, con sus nombres falsos y pagando en efectivo para evitar que les siguieran el rastro. Y así lo habían hecho.
Se encontraban en el hotel de Madrid. Habían ido a pasear un rato por la ciudad. Llevaban allí tan sólo un par de días y todavía no la habían visto de noche. Tras un corto paseo por la Gran Vía, la Puerta del Sol y Callao, volvieron al hotel. Castle llevaba casi una semana algo más callado de lo normal. Ambos estaban cansados de tanto escapar y cambiarse de ciudad, pero también es cierto que habían estado disfrutando de cada rincón que habían visitado. Sin embargo, el escritor no podía sacarse una cosa de la cabeza: en tres días sería su cumpleaños, el primero que iba a pasar lejos de su madre y su hija. Aunque lo pasaría con Kate, y eso le encantaba. Pero no podía parar de pensar en su familia, en cómo estarían. Sólo les habían podido decir que se tenían que marchar, por el bien de todos. Kate había intentado hablar con él, que se abriera a ella. Pero Rick no quería preocuparla y hacer que se sintiera culpable. Aunque al no contarle la verdad, ella estaba empezando a preocuparse seriamente.
Aquella noche, se habían duchado separados. Kate estaba todavía acabando en el baño. Rick se acercó a la cama, retiró la colcha y se metió tapándose hasta la cintura. Se incorporó apoyando la espalda en el cabecero y apagó la luz general encendiendo sólo la de su mesita de noche. Cogió un libro de los que se había comprado allí. Pensó que le vendría bien practicar su español, aunque todavía no lo había empezado a leer. Intentó concentrarse en la lectura y olvidar sus pensamientos.
Pocos minutos después, Kate salía del baño vestida sólo con unas braguitas y una camiseta de tirantes un poco amplia. Hacía calor ya en esa época del año. Le vio leyendo y no pudo evitar sonreír. Estaba tan guapo recién afeitado y concentrado… Suspiró mordiéndose el labio. Algo le pasaba y quería saber qué era. Aunque lo cierto era que ella ya intuía el por qué de ese bajo estado de ánimo del escritor. Y había estado preparando una sorpresa. Se acercó a la cama, retiró la colcha y se introdujo en la cama, sentándose al lado de él. Se tapó ligeramente y cogió su móvil para comprobar una vez más que nadie había llamado. Sus móviles originales habían tenido que dejarlos en Nueva York y con ellos llevaban dos de prepago comprados, cómo no, en efectivo y sin posibilidad de se rastreados. Únicamente Gates tenía ese número de móvil y sólo los llamaría cuando pudieran regresar a casa. Kate suspiró pensativa. Ella también deseaba volver cuanto antes a casa. Estaba preocupada por su padre y también por Martha y Alexis.
“Rick…”. Habló bajito para no interrumpir de golpe su lectura. Le acarició el ante brazo con ternura mirándole, sin sonreír. Él la miró con una pequeña sonrisa y al ver que ella no sonreía, su sonrisa se borró de inmediato, preocupado. “¿Me vas a contar qué es lo que te pasa?”. Ella le interrogó con la mirada, observando cada movimiento y cada gesto de él. “Y no me contestes que nada, porque te conozco y sé que te pasa algo. Creo saber qué es, pero quiero… necesito… que seas tú quien me lo cuente”. Le cogió la mano con cariño haciendo que él soltara el libro y lo dejara sobre la mesita de noche. “Se supone que somos una pareja, ¿no?”. Rick asintió despacio. “Y las parejas se cuentan los problemas, las preocupaciones…”. Le fue acariciando los nudillos y los dedos, uno a uno. “Si fuera al revés, si fuera yo la que llevara una semana cabizbaja y pensativa, tú te habrías preocupado y habrías intentado hablar conmigo… Ahora lo intento yo. Por favor, cuéntame qué te pasa”. Le dio un tierno beso en la mano.
Richard contempló cómo lo acariciaba y sonrió ligeramente. Después, elevó la cabeza y la miró a los ojos. “Echo de menos a mi madre y a Alexis”. Hizo una pequeña pausa y apretó la mano de Kate. “No me malinterpretes. Soy feliz contigo, me encanta estar contigo y estoy disfrutando de nuestra pequeña escapada. Pero ellas han sido mi única vida durante muchos años y las echo en falta”. Suspiró bajando la mirada mordiéndose el labio. “Además, nunca he pasado un cumpleaños separado de ellas. Me gustaría, aunque fuera, saber que están bien. Sólo pido eso. El no saber nada de ellas me está matando”.
Kate le agarró la mano con las dos suyas y se la llevó a la boca, dándole un tierno beso en el dorso. “Lo sé… A mi me pasa algo parecido con mi padre”. Susurró y miró a las sábanas. Inevitablemente, se sentía un poco culpable de toda esa situación. Si él no estuviera con ella, no tendría por qué huir él también. Suspiró despacio.
Rick, al oírla, la miró y se acercó más a ella. La abrazó con fuerza. La cara de Kate quedó a la altura del cuello de él y ella no dudó en acomodarse sobre su cuerpo. “Por esto mismo no quería decírtelo… Sabía que, aunque no debes, te sentirías culpable”. Le besó el pelo y continuó. “Kate, no es tu culpa. Fui yo quien removió todo lo de tu madre, quien siguió investigando aunque tú me lo negaras, quien te llevó casi a la muerte…”. Susurró con pánico al volver a recordar uno de los días más dolorosos de su vida: cuando dispararon a Beckett. “Estoy aquí porque quiero, ¿vale?. Tú no eres la culpable de esta situación. Y yo tampoco”. Le fue acariciando el pelo suavemente. “Perdóname… me he estado comportando como un crío enfurruñado estos días. Prometo que estaré más animado. Saber que tú estás a mi lado, me da fuerzas, ¿sabes?”.
Kate elevó la cabeza para mirarle y le sonrió con cariño. Había permanecido callada todo ese rato. No porque no tuviera nada que decir, sino porque se le acababa de ocurrir otra pequeña sorpresa para el cumpleaños del escritor. Le dio un tierno y apasionado beso en los labios y volvió a acomodarse sobre su cuerpo. “No quiero separarme de ti, nunca”. Susurró cerrando los ojos aún con sus manos entrelazadas, jugando con sus dedos.
“Y nunca lo harás. Nunca nos separaremos. Te lo prometo”. La apretó más entre sus brazos y al poco rato, ambos se quedaron dormidos.
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livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Perfecto, como siempre!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Cuando te veo (FIN)
Que capi tan genial aunque me ha dado un poquito de pena Castle A ver q le prepara Beckett.
Sigueeeee
Sigueeeee
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Que hermosos *-* Continua pronto aksns
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Que capitulos más tiernos estas escribiendo, me encantan!
Sigue pronto porfi
Sigue pronto porfi
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes! Os traigo otro trocito! Espero que sigáis disfrutando de la historia!
¿Alguien tiene alguna sugerencia? ¿Demasiado melosos? ¿Demasiado poco cariñosos? jajajaja Se admiten sugerencias eh!
Pero, de momento, ¡sigamos!
Por la mañana, Castle fue el primero en despertarse. Era aún temprano. Sonrió inevitablemente al recordar la pequeña confesión de la noche anterior. Miró a Beckett que estaba dormida de costado, dándole la espalda. Se pegó un poco más a ella intentando no despertarla. Le dio un tierno beso en el pelo. “Te quiero tanto…”. Susurró muy bajito, casi inaudiblemente. Acarició suavemente su pelo y tras comprobar que la inspectora seguía descansando, se fue al baño a darse una ducha.
Después, pidió el desayuno para los dos y se sentó en una butaca con un pequeño ordenador que habían comprado. Recordaba dónde había dejado su libro de Nikki Heat y durante esas “vacaciones” había estado continuando la historia. Se sentía inspirado y probablemente, para cuando volvieran a Nueva York tendría el libro prácticamente acabado. Se mordió el labio mientras tecleaba frenéticamente sin percatarse de que Kate estaba despierta y le miraba desde la cama, medio sentada.
“Veo que este viaje te está inspirando”. Comentó ella en voz alta para que él la escuchara. Ambos se miraron sonriendo.
“Sí, la verdad es que sí. Y creo que nunca había escrito tanto y tan seguido”. Dejó el ordenador en la mesa, abierto y se levantó acercándose a la cama. Se sentó a su lado y le dio un tierno beso en los labio. “Será que estar contigo, me inspira”. Le acarició la mejilla mirándola con amor.
“Creo que tendré que pedirte la mitad de lo que ganes con tus libros de Nikki Heat”. Sonrió ella y le acarició la mejilla. “Si no fuera por mí, puede que estuvieras viviendo debajo de un puente”. Alzó las cejas y torció el morro. “Creo que me lo merezco”. Le robó un beso medio riéndose.
Rick se puso serio mirándola. “No hace falta que te de nada Kate. Todo mi dinero, es tuyo. No sólo la mitad de lo que he ganado con la saga Nikki. De hecho, todo lo mío es tuyo. Empezando por esto”. Cogió la mano de Kate con cariño y la llevó a su pecho, cerca del corazón. “Esto, es tuyo, desde hace tiempo”. Sonrió al notar cómo ella aprovechaba que tenía su mano en el pecho de él y se lo acariciaba tiernamente.
“Pero no es justo”. Suspiró ella. “Yo no puedo corresponderte de la misma manera. Mi sueldo no da para mucho”. Dejó la mano posada sobre su pecho mientras se miraban a los ojos con intensidad.
“Kate…”. Richard cogió aire y agarró su mano apretándosela con amor. “No necesito que me correspondas de la misma manera. Sólo con poder hacerte feliz, yo soy feliz. No quiero que me compres cosas caras ni que te gastes todo tu sueldo en mí. Simplemente quiero estar así contigo, tenerte entre mis brazos, disfrutarte para el resto de mi vida”. Frunció ligeramente el ceño mordiéndose el labio. Quería que ella le entendiera.
Beckett se puso algo nerviosa al oír eso de disfrutarla para el resto de su vida. Es cierto que ella también lo deseaba, pero le sonó un poco a compromiso, a boda. No estaba preparada todavía para eso. Le quería, le amaba, pero necesitaba centrarse un poco más en ella ahora que lo de su madre estaba acabando. “Lo sé..”. Susurró sin saber qué más decir y bajó la mirada sin atreverse a mirar al escritor. No quería que él viera en su mirada todo lo que estaba pensando, sus dudas, sus miedos.
“Ey…”. Soltó su mano con suavidad y le agarró el mentón haciendo que ella le mirase. “Con calma, ¿vale?”. Susurró comprendiendo su mirada y entendiendo sus miedos. Sabía cómo era ella. Segura para meter a un asesino en la cárcel pero insegura ante sus sentimientos y todo lo que tuviera que ver con su vida y su futuro. “Prometo no presionarte. Yo voy a estar aquí siempre. No hay prisa”. Le besó los labios intensamente sin soltarle el mentón.
Kate correspondió medio sonriendo a aquel beso. “Gracias…”. Susurró aún en sus labios y llevó una mano hasta la nuca del escritor para profundizar el contacto. “Mmmm…”. Sonrió aún más cuando sus lenguas se encontraron, reconociéndose al instante y comenzando un peligroso juego.
En ese momento, llamaron a la puerta. Ambos sonrieron sin terminar de separarse. “Debe de ser el desayuno”. Comentó Rick sin intención de perder el contacto con los labios de Beckett.
“Pues habrá que abrir, ¡que me muero de hambre!”. Se separó despacio de los labios del escritor, le acarició la cara con cariño y volvió a darle un beso rápido mientras se levantaba.
Beckett se puso una bata y se acercó a la puerta. Antes de abrir, se giró a Castle. “¿Preparas un baño y desayunamos dentro?”. Le sonrió con cierta picardía y el escritor no pudo más que sonreír y salir disparado hacia el baño, encantado con la idea.
Cuando él se metió en el baño, ella abrió la puerta y sonrió a la persona del otro lado.
“Su desayuno señorita Wilson”. Le pasó el carro con el desayuno que Rick había pedido y ella la pasó adentro. “También ha llegado una carta a su nombre señora. Es de una tal Nikki Heat” El hombre le entregó el sobre. “Tiene que firmar aquí”. Le enseñó un papel en el que informaba de que la carta había sido entregada a su destinatario.
Kate lo cogió mordiéndose el labio con el ceño algo fruncido. “Bien…”. Paró un momento a pensar en lo que quería decir en español. Firmó con su nombre falso. “Gracias. Muy amable”.
El hombre se fue y ella entró de nuevo en la habitación. Miró la carta por detrás y sonrió de lado al reconocer de quién era la letra al leer el nombre del remitente. La guardó en el bolsillo de su bata para que Castle no la viera, se quitó la bata y la colgó de una silla. Cogió el carro del desayuno y lo llevó hasta el baño. Allí, un Castle sólo con calzoncillos y camiseta de manga corta preparaba la bañera con espuma y aromas.
“¿He pedido demasiado desayuno?”. Preguntó él al ver la bandeja con dos cafés al gusto de ellos, dos zumos de naranja, varias tostadas y algo de fruta.
“No, está bien. Creo que desde que estoy contigo me ha entrado más apetito. Seguro que he engordado unos kilos y todo”. Sonrió, en el fondo, encantada de tener más ganas de comer. Desde hacía años que no comía en condiciones, desde que su madre no estaba. Cuando se la llevaron a ella, también se llevaron el apetito de Kate, igual que pasó con su ánimo y su seguridad.
“Estás perfecta”. Se levantó de al lado de la bañera y se acercó a ella agarrándola de la cadera acercándola a él para besarla. “Mmm… Lo que yo decía, perfecta”. Susurró en sus labios y ambos se rieron. “El baño ya está listo”. Se separó de ella para quitarse la camiseta y los calzoncillos y se introdujo en la bañera.
Kate, se mordió fuerte el labio al verlo desnudo sumergirse en el agua. Sonrió con picardía. Siempre le había encantado el torso de Castle y ahora que podía observarlo siempre que quisiera, le volvía loca. Se quitó ella también su camiseta y sus braguitas y se metió en la bañera, delante de él, apoyando su espalda en el pecho del escritor. Acercó desde la bañera el carrito con el desayuno y fueron comiendo, relajándose con el agua y la espuma. Cuando terminaron el desayuno, Kate se dejó resbalar ligeramente hundiéndose un poco más y apoyándose mejor sobre él. Rick llevó sus manos a los muslos de ella y posó allí sus manos, dejando pequeñas caricias en su piel. Aquello, encendió el fuego de ella, que con un rápido movimiento y derramando algo de agua afuera, se colocó frente a él, y comenzó a besarle con ansias.
“Ahora hay que quemar el desayuno”. Susurró en sus labios acariciando todo su torso sin dejar de besarle.
“Creo que me estoy acostumbrando demasiado a tenerte así todo el día”. Sonrió con infinito amor Castle y le siguió las caricias y los besos encantado.
Se amaron en aquella bañera, sin importarles toda la cantidad de agua que habían derramado. Allí, en aquella habitación de un hotel de Madrid, se volvieron a demostrar cuánto se querían y lo importante que eran el uno para el otro, sin palabras, sólo con gestos, caricias, besos, abrazos, mordiscos y lametazos.
Después de esa mañana de actividad, se prepararon para ir a ver un poco más de Madrid. Comieron fuera y disfrutaron de una tarde soleada en el parque del Retiro.
GRACIAS POR LEERME!
¿Alguien tiene alguna sugerencia? ¿Demasiado melosos? ¿Demasiado poco cariñosos? jajajaja Se admiten sugerencias eh!
Pero, de momento, ¡sigamos!
Por la mañana, Castle fue el primero en despertarse. Era aún temprano. Sonrió inevitablemente al recordar la pequeña confesión de la noche anterior. Miró a Beckett que estaba dormida de costado, dándole la espalda. Se pegó un poco más a ella intentando no despertarla. Le dio un tierno beso en el pelo. “Te quiero tanto…”. Susurró muy bajito, casi inaudiblemente. Acarició suavemente su pelo y tras comprobar que la inspectora seguía descansando, se fue al baño a darse una ducha.
Después, pidió el desayuno para los dos y se sentó en una butaca con un pequeño ordenador que habían comprado. Recordaba dónde había dejado su libro de Nikki Heat y durante esas “vacaciones” había estado continuando la historia. Se sentía inspirado y probablemente, para cuando volvieran a Nueva York tendría el libro prácticamente acabado. Se mordió el labio mientras tecleaba frenéticamente sin percatarse de que Kate estaba despierta y le miraba desde la cama, medio sentada.
“Veo que este viaje te está inspirando”. Comentó ella en voz alta para que él la escuchara. Ambos se miraron sonriendo.
“Sí, la verdad es que sí. Y creo que nunca había escrito tanto y tan seguido”. Dejó el ordenador en la mesa, abierto y se levantó acercándose a la cama. Se sentó a su lado y le dio un tierno beso en los labio. “Será que estar contigo, me inspira”. Le acarició la mejilla mirándola con amor.
“Creo que tendré que pedirte la mitad de lo que ganes con tus libros de Nikki Heat”. Sonrió ella y le acarició la mejilla. “Si no fuera por mí, puede que estuvieras viviendo debajo de un puente”. Alzó las cejas y torció el morro. “Creo que me lo merezco”. Le robó un beso medio riéndose.
Rick se puso serio mirándola. “No hace falta que te de nada Kate. Todo mi dinero, es tuyo. No sólo la mitad de lo que he ganado con la saga Nikki. De hecho, todo lo mío es tuyo. Empezando por esto”. Cogió la mano de Kate con cariño y la llevó a su pecho, cerca del corazón. “Esto, es tuyo, desde hace tiempo”. Sonrió al notar cómo ella aprovechaba que tenía su mano en el pecho de él y se lo acariciaba tiernamente.
“Pero no es justo”. Suspiró ella. “Yo no puedo corresponderte de la misma manera. Mi sueldo no da para mucho”. Dejó la mano posada sobre su pecho mientras se miraban a los ojos con intensidad.
“Kate…”. Richard cogió aire y agarró su mano apretándosela con amor. “No necesito que me correspondas de la misma manera. Sólo con poder hacerte feliz, yo soy feliz. No quiero que me compres cosas caras ni que te gastes todo tu sueldo en mí. Simplemente quiero estar así contigo, tenerte entre mis brazos, disfrutarte para el resto de mi vida”. Frunció ligeramente el ceño mordiéndose el labio. Quería que ella le entendiera.
Beckett se puso algo nerviosa al oír eso de disfrutarla para el resto de su vida. Es cierto que ella también lo deseaba, pero le sonó un poco a compromiso, a boda. No estaba preparada todavía para eso. Le quería, le amaba, pero necesitaba centrarse un poco más en ella ahora que lo de su madre estaba acabando. “Lo sé..”. Susurró sin saber qué más decir y bajó la mirada sin atreverse a mirar al escritor. No quería que él viera en su mirada todo lo que estaba pensando, sus dudas, sus miedos.
“Ey…”. Soltó su mano con suavidad y le agarró el mentón haciendo que ella le mirase. “Con calma, ¿vale?”. Susurró comprendiendo su mirada y entendiendo sus miedos. Sabía cómo era ella. Segura para meter a un asesino en la cárcel pero insegura ante sus sentimientos y todo lo que tuviera que ver con su vida y su futuro. “Prometo no presionarte. Yo voy a estar aquí siempre. No hay prisa”. Le besó los labios intensamente sin soltarle el mentón.
Kate correspondió medio sonriendo a aquel beso. “Gracias…”. Susurró aún en sus labios y llevó una mano hasta la nuca del escritor para profundizar el contacto. “Mmmm…”. Sonrió aún más cuando sus lenguas se encontraron, reconociéndose al instante y comenzando un peligroso juego.
En ese momento, llamaron a la puerta. Ambos sonrieron sin terminar de separarse. “Debe de ser el desayuno”. Comentó Rick sin intención de perder el contacto con los labios de Beckett.
“Pues habrá que abrir, ¡que me muero de hambre!”. Se separó despacio de los labios del escritor, le acarició la cara con cariño y volvió a darle un beso rápido mientras se levantaba.
Beckett se puso una bata y se acercó a la puerta. Antes de abrir, se giró a Castle. “¿Preparas un baño y desayunamos dentro?”. Le sonrió con cierta picardía y el escritor no pudo más que sonreír y salir disparado hacia el baño, encantado con la idea.
Cuando él se metió en el baño, ella abrió la puerta y sonrió a la persona del otro lado.
“Su desayuno señorita Wilson”. Le pasó el carro con el desayuno que Rick había pedido y ella la pasó adentro. “También ha llegado una carta a su nombre señora. Es de una tal Nikki Heat” El hombre le entregó el sobre. “Tiene que firmar aquí”. Le enseñó un papel en el que informaba de que la carta había sido entregada a su destinatario.
Kate lo cogió mordiéndose el labio con el ceño algo fruncido. “Bien…”. Paró un momento a pensar en lo que quería decir en español. Firmó con su nombre falso. “Gracias. Muy amable”.
El hombre se fue y ella entró de nuevo en la habitación. Miró la carta por detrás y sonrió de lado al reconocer de quién era la letra al leer el nombre del remitente. La guardó en el bolsillo de su bata para que Castle no la viera, se quitó la bata y la colgó de una silla. Cogió el carro del desayuno y lo llevó hasta el baño. Allí, un Castle sólo con calzoncillos y camiseta de manga corta preparaba la bañera con espuma y aromas.
“¿He pedido demasiado desayuno?”. Preguntó él al ver la bandeja con dos cafés al gusto de ellos, dos zumos de naranja, varias tostadas y algo de fruta.
“No, está bien. Creo que desde que estoy contigo me ha entrado más apetito. Seguro que he engordado unos kilos y todo”. Sonrió, en el fondo, encantada de tener más ganas de comer. Desde hacía años que no comía en condiciones, desde que su madre no estaba. Cuando se la llevaron a ella, también se llevaron el apetito de Kate, igual que pasó con su ánimo y su seguridad.
“Estás perfecta”. Se levantó de al lado de la bañera y se acercó a ella agarrándola de la cadera acercándola a él para besarla. “Mmm… Lo que yo decía, perfecta”. Susurró en sus labios y ambos se rieron. “El baño ya está listo”. Se separó de ella para quitarse la camiseta y los calzoncillos y se introdujo en la bañera.
Kate, se mordió fuerte el labio al verlo desnudo sumergirse en el agua. Sonrió con picardía. Siempre le había encantado el torso de Castle y ahora que podía observarlo siempre que quisiera, le volvía loca. Se quitó ella también su camiseta y sus braguitas y se metió en la bañera, delante de él, apoyando su espalda en el pecho del escritor. Acercó desde la bañera el carrito con el desayuno y fueron comiendo, relajándose con el agua y la espuma. Cuando terminaron el desayuno, Kate se dejó resbalar ligeramente hundiéndose un poco más y apoyándose mejor sobre él. Rick llevó sus manos a los muslos de ella y posó allí sus manos, dejando pequeñas caricias en su piel. Aquello, encendió el fuego de ella, que con un rápido movimiento y derramando algo de agua afuera, se colocó frente a él, y comenzó a besarle con ansias.
“Ahora hay que quemar el desayuno”. Susurró en sus labios acariciando todo su torso sin dejar de besarle.
“Creo que me estoy acostumbrando demasiado a tenerte así todo el día”. Sonrió con infinito amor Castle y le siguió las caricias y los besos encantado.
Se amaron en aquella bañera, sin importarles toda la cantidad de agua que habían derramado. Allí, en aquella habitación de un hotel de Madrid, se volvieron a demostrar cuánto se querían y lo importante que eran el uno para el otro, sin palabras, sólo con gestos, caricias, besos, abrazos, mordiscos y lametazos.
Después de esa mañana de actividad, se prepararon para ir a ver un poco más de Madrid. Comieron fuera y disfrutaron de una tarde soleada en el parque del Retiro.
GRACIAS POR LEERME!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Son adorables!!! Adoro tu fic, es perfecto!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
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