Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
Me ha encantado, siempre en tu ritmo y gracias por responder a mi pregunta
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Me encantan todos los capis q has subido desde que has vuelto
Se me han acumulado jejeje. Desde que no actualizavas este fic no me metía tanto.
Son geniales , a ver que les dice Gates sigue pronto!
Se me han acumulado jejeje. Desde que no actualizavas este fic no me metía tanto.
Son geniales , a ver que les dice Gates sigue pronto!
writerdetective47- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Dios, me han encantando :3 Continuala pronto porfis *-*
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola!
Muuuuchas gracias por vuestros comentarios!
Traigo otro trocito!!!!
A ver si os gusta!
Todos los compañeros de la 12 los saludaron, abrazaron y felicitaron, sobre todo a Beckett, que al fin y al cabo era la que llevaba más años siendo su compañera. Ante el alboroto, Gates salió de su despacho y al comprender lo que habían montado, sonrió y también se acercó a ellos para darles la bienvenida. Rick y Kate, y sobre todo ella, agradecieron infinitamente todas las molestias que se habían tomado para recibirla.
Después, la capitana les pidió que pasaran a su despacho para que pudieran hablar tranquilamente. “Bueno, basta de fiestas y de celebraciones. Vuelvan cada uno a su trabajo”. Ordenó girándose ante todos para que éstos obedecieran. “Y, nosotros tenemos una charla pendiente”. Miró esta vez a Castle y a Beckett. “¿Prefieren tenerla juntos o por separado?”. Los interrogó con la mirada.
Castle miró a Beckett en silencio, esperando que respondiera ella. Ella era la principal involucrada en todo aquello y siempre respetaría su espacio si así lo quería.
Kate le miró con una pequeña sonrisa y después se giró a su capitana. “Lo que tenga que decirme puede hacerlo delante de Castle, señor”. Gates asintió y los tres se encaminaron a su despacho.
Entraron y cerraron la puerta bajo la atenta mirada de Espo, Ryan y Lannie que se quedaron fuera pero observándolos a través de los cristales de aquel despacho.
“¿Creéis que serán todo buenas noticias lo que les cuente la capitana?”. Preguntó la doctora Parish mirando hacia dentro.
“Eso espero”. Contestó Ryan también concentrado en los gestos de sus compañeros mientras escuchaban atentamente a la capitana.
“Yo estoy convencido de que sí. Sino, la capitana no les habría avisado para que volvieran”. Respondió Espósito también mirando hacia la cristalera.
Los tres permanecieron un rato en silencio sin dejar de observar a Rick y Kate. Fue Lannie la que habló para romper el silencio, formulando en voz alta una pregunta que los tres tenían en sus mentes desde hacía tiempo.
“¿No los veis distintos? ¿Más relajados y mejor entre ellos? Yo creo que están juntos”. Dijo la forense dibujando una sonrisa triunfante en su rostro.
“Bueno, han pasado por muchas cosas juntos y creo que todos sabemos que Castle siempre ha estado enamorado de Beckett. Y ella, en el fondo, también. Así que… es probable que estos meses que han estado alejados de todo y de todos y sólo ellos dos, hayan terminado juntos”. Dijo Ryan mientras seguía analizando cada gesto y movimiento dentro del despacho de Gates. “Sea como sea, somos detectives, ¡lo averiguaremos!”. Espo y Ryan chocaron sus puños sonrientes, divertidos.
Lannie sonrió recordando la conversación que había tenido hacía tiempo con Kate, en la que ella se sinceró y le contó el amor que sentía por el escritor. Justo en ese momento, dentro del despacho Beckett miró a Castle tras un largo monólogo de Gates. La sonrisa de la inspectora era enorme y desde fuera se podía ver en su mirada el cariño, aprecio y amor que tenía por el escritor. No podía ver a Castle desde aquella posición pues estaba casi de espaldas a ellos, pero ponía la mano en el fuego porque su mirada sería la misma que la de su amiga. “Kate me debe una charla muy larga y con muchos detalles”, pensó para sí misma. Aquella mirada de Kate le había confirmado que estaban juntos. Era la mirada que sólo le había visto en alguna ocasión cuando le habló orgullosa de cosas de su madre. Amor, por una madre, pero amor al fin y al cabo.
Dentro del despacho, Victoria Gates los había hecho pasar y cerrar la puerta. Pasó por detrás de su escritorio y ellos se quedaron frente a ella, de pies.
“Bien”. Gates puso las gafas de leer y cogió una carpeta entre sus manos abriéndola y dedicándose unos segundos a echarle un vistazo. “Como supondrán, si los llamé para que volvieran es porque ya no corren peligro. Está todo solucionado. Pero quiero explicarles lo que ha pasado tanto con William Bracken como con todos sus secuaces”.
Kate y Rick se miraron un momento, con una pequeña sonrisa. Después giraron sus cabezas de nuevo hacia la capitana y asintieron en señal de que continuara.
“El exsenador Bracken deberá pasar 70 años en la cárcel, sin posibilidad de que se le reduzca la pena por buen comportamiento ni nada similar. Por lo tanto, estará encerrado para el resto de su vida. Supongo en prisión tendrá mucho tiempo para pensar y creerá encontrar la forma de salir de ahí, pero no podrá de ninguna de las maneras. Se encuentra en una prisión de alta seguridad y se le prohíbe casi cualquier contacto con el exterior, evitando así que contacte con nadie y le ayuden a salir. Además, tampoco va a tener nadie con quien contactar puesto que el resto de sus compañeros de faenas se encuentran o en la cárcel o fallecieron mientras eran perseguidos por la policía”. Las sonrisas de la inspectora y el escritor iban en aumento a medida que el discurso de Gates se acercaba al final. “Hizo un trabajo excepcional inspectora. Lo dejó todo prácticamente atado y el resultado de todos estos años de sufrimiento y trabajo se han visto recompensados”. Kate asintió contenta y fue a hablar pero Gates le interrumpió. “No he acabado inspectora”. Le dijo mirándola a los ojos. Después, desvió su mirada hacia la de Castle. “Sé que su colaboración ha sido esencial en este caso y también quiero felicitarlo a usted”. Castle sonrió mientras Gates hacía un pequeño gesto de lo que le desagradaba haberle tenido que decir eso al escritor. Pero continuó. “Así que la ciudad de Nueva York está en deuda con ustedes dos. El alcalde mismo en una celebración que tendrá lugar la semana que viene, les entregará una medalla honorífica, a cada uno”. Concluyó la capitana observando como aquellas dos personas sonreían abiertamente, sorprendidos y totalmente agradecidos también.
Beckett y Castle se miraron con emoción, ilusión y muchos sentimientos compartidos.
“Muchas gracias señor”. Consiguió pronunciar Kate cuando volvió la cabeza hacia ella.
“Gracias, señor”. Agradeció también el escritor. Aquello le hacía más ilusión que a un niño de 5 años un cochecito de juguete. Le iban a dar una medalla honorífica, a él, al escritor Richard Castle. Y por supuesto, también estaba más que feliz por Kate, a la par que orgulloso por todo el trabajo que la inspectora había llevado a cabo a pesar de su dolor. Así que, sin poder evitarlo rodeó la mesa de la capitana y para sorpresa de las dos mujeres allí presentes, le dio un fuerte abrazo.
Gates lo correspondió cuando salió de su asombro. “Ya vale señor Castle. A ver si el resto de la comisaría se va a pensar lo que no es”. Comentó medio en broma, medio en serio.
Rick la soltó con una pequeña carcajada y se volvió al lado de Kate, sin poder dejar de mirarla, con cariño, orgulloso, feliz. Aquella mirada no pasó desapercibida ni por Gates, que no dijo nada, ni por los chicos desde fuera.
“Inspectora, supongo que querrá reincorporarse a su puesto de trabajo, pero le recomiendo… es más, el exijo que se coja una semana de vacaciones para poder organizar todas las cosas que dejó aquí, ponerse al día y después volver con las pilas totalmente recargadas”. Kate la miró frunciendo el ceño ligeramente. “Porque… ¿quiere volver, verdad?”. Dudó al verla con ese gesto.
Ups.. prometo volver mañana (o si la inspiración me acompaña, tal vez antes)
Muuuuchas gracias por vuestros comentarios!
Traigo otro trocito!!!!
A ver si os gusta!
Todos los compañeros de la 12 los saludaron, abrazaron y felicitaron, sobre todo a Beckett, que al fin y al cabo era la que llevaba más años siendo su compañera. Ante el alboroto, Gates salió de su despacho y al comprender lo que habían montado, sonrió y también se acercó a ellos para darles la bienvenida. Rick y Kate, y sobre todo ella, agradecieron infinitamente todas las molestias que se habían tomado para recibirla.
Después, la capitana les pidió que pasaran a su despacho para que pudieran hablar tranquilamente. “Bueno, basta de fiestas y de celebraciones. Vuelvan cada uno a su trabajo”. Ordenó girándose ante todos para que éstos obedecieran. “Y, nosotros tenemos una charla pendiente”. Miró esta vez a Castle y a Beckett. “¿Prefieren tenerla juntos o por separado?”. Los interrogó con la mirada.
Castle miró a Beckett en silencio, esperando que respondiera ella. Ella era la principal involucrada en todo aquello y siempre respetaría su espacio si así lo quería.
Kate le miró con una pequeña sonrisa y después se giró a su capitana. “Lo que tenga que decirme puede hacerlo delante de Castle, señor”. Gates asintió y los tres se encaminaron a su despacho.
Entraron y cerraron la puerta bajo la atenta mirada de Espo, Ryan y Lannie que se quedaron fuera pero observándolos a través de los cristales de aquel despacho.
“¿Creéis que serán todo buenas noticias lo que les cuente la capitana?”. Preguntó la doctora Parish mirando hacia dentro.
“Eso espero”. Contestó Ryan también concentrado en los gestos de sus compañeros mientras escuchaban atentamente a la capitana.
“Yo estoy convencido de que sí. Sino, la capitana no les habría avisado para que volvieran”. Respondió Espósito también mirando hacia la cristalera.
Los tres permanecieron un rato en silencio sin dejar de observar a Rick y Kate. Fue Lannie la que habló para romper el silencio, formulando en voz alta una pregunta que los tres tenían en sus mentes desde hacía tiempo.
“¿No los veis distintos? ¿Más relajados y mejor entre ellos? Yo creo que están juntos”. Dijo la forense dibujando una sonrisa triunfante en su rostro.
“Bueno, han pasado por muchas cosas juntos y creo que todos sabemos que Castle siempre ha estado enamorado de Beckett. Y ella, en el fondo, también. Así que… es probable que estos meses que han estado alejados de todo y de todos y sólo ellos dos, hayan terminado juntos”. Dijo Ryan mientras seguía analizando cada gesto y movimiento dentro del despacho de Gates. “Sea como sea, somos detectives, ¡lo averiguaremos!”. Espo y Ryan chocaron sus puños sonrientes, divertidos.
Lannie sonrió recordando la conversación que había tenido hacía tiempo con Kate, en la que ella se sinceró y le contó el amor que sentía por el escritor. Justo en ese momento, dentro del despacho Beckett miró a Castle tras un largo monólogo de Gates. La sonrisa de la inspectora era enorme y desde fuera se podía ver en su mirada el cariño, aprecio y amor que tenía por el escritor. No podía ver a Castle desde aquella posición pues estaba casi de espaldas a ellos, pero ponía la mano en el fuego porque su mirada sería la misma que la de su amiga. “Kate me debe una charla muy larga y con muchos detalles”, pensó para sí misma. Aquella mirada de Kate le había confirmado que estaban juntos. Era la mirada que sólo le había visto en alguna ocasión cuando le habló orgullosa de cosas de su madre. Amor, por una madre, pero amor al fin y al cabo.
Dentro del despacho, Victoria Gates los había hecho pasar y cerrar la puerta. Pasó por detrás de su escritorio y ellos se quedaron frente a ella, de pies.
“Bien”. Gates puso las gafas de leer y cogió una carpeta entre sus manos abriéndola y dedicándose unos segundos a echarle un vistazo. “Como supondrán, si los llamé para que volvieran es porque ya no corren peligro. Está todo solucionado. Pero quiero explicarles lo que ha pasado tanto con William Bracken como con todos sus secuaces”.
Kate y Rick se miraron un momento, con una pequeña sonrisa. Después giraron sus cabezas de nuevo hacia la capitana y asintieron en señal de que continuara.
“El exsenador Bracken deberá pasar 70 años en la cárcel, sin posibilidad de que se le reduzca la pena por buen comportamiento ni nada similar. Por lo tanto, estará encerrado para el resto de su vida. Supongo en prisión tendrá mucho tiempo para pensar y creerá encontrar la forma de salir de ahí, pero no podrá de ninguna de las maneras. Se encuentra en una prisión de alta seguridad y se le prohíbe casi cualquier contacto con el exterior, evitando así que contacte con nadie y le ayuden a salir. Además, tampoco va a tener nadie con quien contactar puesto que el resto de sus compañeros de faenas se encuentran o en la cárcel o fallecieron mientras eran perseguidos por la policía”. Las sonrisas de la inspectora y el escritor iban en aumento a medida que el discurso de Gates se acercaba al final. “Hizo un trabajo excepcional inspectora. Lo dejó todo prácticamente atado y el resultado de todos estos años de sufrimiento y trabajo se han visto recompensados”. Kate asintió contenta y fue a hablar pero Gates le interrumpió. “No he acabado inspectora”. Le dijo mirándola a los ojos. Después, desvió su mirada hacia la de Castle. “Sé que su colaboración ha sido esencial en este caso y también quiero felicitarlo a usted”. Castle sonrió mientras Gates hacía un pequeño gesto de lo que le desagradaba haberle tenido que decir eso al escritor. Pero continuó. “Así que la ciudad de Nueva York está en deuda con ustedes dos. El alcalde mismo en una celebración que tendrá lugar la semana que viene, les entregará una medalla honorífica, a cada uno”. Concluyó la capitana observando como aquellas dos personas sonreían abiertamente, sorprendidos y totalmente agradecidos también.
Beckett y Castle se miraron con emoción, ilusión y muchos sentimientos compartidos.
“Muchas gracias señor”. Consiguió pronunciar Kate cuando volvió la cabeza hacia ella.
“Gracias, señor”. Agradeció también el escritor. Aquello le hacía más ilusión que a un niño de 5 años un cochecito de juguete. Le iban a dar una medalla honorífica, a él, al escritor Richard Castle. Y por supuesto, también estaba más que feliz por Kate, a la par que orgulloso por todo el trabajo que la inspectora había llevado a cabo a pesar de su dolor. Así que, sin poder evitarlo rodeó la mesa de la capitana y para sorpresa de las dos mujeres allí presentes, le dio un fuerte abrazo.
Gates lo correspondió cuando salió de su asombro. “Ya vale señor Castle. A ver si el resto de la comisaría se va a pensar lo que no es”. Comentó medio en broma, medio en serio.
Rick la soltó con una pequeña carcajada y se volvió al lado de Kate, sin poder dejar de mirarla, con cariño, orgulloso, feliz. Aquella mirada no pasó desapercibida ni por Gates, que no dijo nada, ni por los chicos desde fuera.
“Inspectora, supongo que querrá reincorporarse a su puesto de trabajo, pero le recomiendo… es más, el exijo que se coja una semana de vacaciones para poder organizar todas las cosas que dejó aquí, ponerse al día y después volver con las pilas totalmente recargadas”. Kate la miró frunciendo el ceño ligeramente. “Porque… ¿quiere volver, verdad?”. Dudó al verla con ese gesto.
Ups.. prometo volver mañana (o si la inspiración me acompaña, tal vez antes)
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Diooos qué dirá Beckett??? sigue cuando puedaaaas!!!!!
Castle y Beckett- As del póker
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Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueee
A ver que dice Beckett
A ver que dice Beckett
writerdetective47- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes a todos!
Os traigo la respuesta de Beckett dentro de este nuevo capi!
Espero que lo disfrutéis!
Gracias por vuestros comentarios!
Beckett tragó saliva rehuyendo la mirada de la capitana y también la de Castle que había cambiado y ahora la miraba preocupado. Respiró hondo mirando hacia abajo y se mordió fuerte el labio. “La verdad es que ahora mismo no lo sé. Déjeme pensarlo esta semana y le contesto algo”. Elevó la mirada para enfrentarse a la de Gates cuando estuvo más tranquila y más segura.
“Está bien. Ahora, pueden irse a descansar. Espero su respuesta en una semana inspectora”. Kate asintió y se despidieron los tres con un apretón de manos.
Kate y Rick salieron del despacho de la capitana, ambos con una sonrisa, aunque Beckett estaba dándole vueltas a la cabeza. No sabía si quería volver, si necesitaba volver o quizás era mejor dedicarse a otra cosa; pero… ¿a qué?. Suspiró mientras caminaba al lado de Castle y justo cuando éste iba a preguntarle si estaba bien, los tres compañeros se acercaron a ellos preguntando insistentemente qué les había contado Gates. Se lo explicaron provocando las sonrisas también de ellos. Estaban contentos porque todo aquello hubiera terminado, de la mejor forma posible.
Estuvieron un rato charlando y los cinco, comentando cosas que habían pasado esos meses en la comisaría, de cómo era la nueva capitana e incluso cosas del caso de la madre de Beckett. Pero ésta estuvo algo pensativa todo el rato y aunque tratara de reírse y conversar con ellos, Castle se dio cuenta de que algo le pasaba y que lo más seguro era que tuviese que ver con la decisión de volver o no a trabajar. De repente, el teléfono de Ryan sonó avisándoles de que tenían un nuevo homicidio que resolver los tres se tuvieron que ir a la escena del crimen. Antes de hacerlo, quedaron en verse próximamente para tomar algo en “La Guarida” y celebrar la vuelta de los dos y el fin del caso.
Beckett y Castle se dirigieron al ascensor para salir de la 12. Iban callados y aunque Kate intentaba disimularlo, se la notaba algo distraída y pensativa.
“¿Quieres ir a dar un paseo por Central Park?”. Propuso el escritor pensando que caminar por allí le vendría bien. Y él permanecería en silencio todo el tiempo que hiciese falta para darle su tiempo y su espacio a que se abriera y expresara sus sentimientos y preocupaciones.
“Quedé con mi padre en que le llamaría y quedaríamos cuando acabara de hablar con Gates. Quiere que le cuente todo lo que el asesino de mi madre se ha dedicado a hacer todos estos años”. Se calló un momento, pensando y después, mordiéndose el labio le miró con una pequeña sonrisa. “Pero no me apetece nada tener esa charla ahora con él y además prefiero estar contigo que con él ahora mismo. Así, que acepto el paseo y después vamos a comer a mi casa”. Le miró con una pequeña sonrisa para ver si le parecía bien.
“Vamos”. Rick le devolvió la sonrisa y como ya habían salido de la comisaría, se permitió el lujo de agarrarla por la cintura y pegarla a él para caminar así, juntos hasta el parque.
Kate se dejó agarrar y aprovechó para apoyar la cabeza en el hombro de él mientras caminaban hacia el parque. Los dos disfrutaron del paseo hasta allí. A pesar de que se mantuvieron en silencio, no había sido incómodo para ninguno de los dos. Cuando llegaron, Kate decidió acercarse a una de las lagunas y para ello agarró la mano del escritor y lo guió hasta allí. Se adentraron entre unos árboles hasta casi el borde del agua. Estaban solos, pues a poca gente se le había ocurrido meterse ahí para acercarse más al agua. Se sentaron en el césped mirando el agua, uno al lado del otro. Ella suspiró mordiéndose el labio sin darse cuenta mientras se descolgaba el colgante con el anillo de su madre y lo cogía con su mano derecha. Jugueteó con él mientras no dejaba de observarlo, sumergida en sus pensamientos. Rick le dio su espacio sin decir nada. Sabía que estaba pensando y que necesitaba ese rato para ella. Le pasó un brazo por los hombros pegándola un poco más a él para que se apoyara en su cuerpo a modo de agradecimiento por querer compartir con él ese momento de pensamientos, aunque fueran para sí misma y no los estuviera expresando por el momento. Ella sonrió ligeramente y se apoyó en él sin dejar de mirar el anillo, girarlo entre sus dedos e incluso ponérselo aunque le quedaba grande.
“Este sitio, este lago, era nuestro sitio, nuestro escondite. Aquí le confesé a mi madre que estaba saliendo con un chico, mi primer novio. Aquí lloré junto a ella cuando pillé a aquel niñato con otra. Aquí nos tiramos horas y horas hablando de nuestras cosas, de mis estudios, de mi padre, de ella… Aquí habíamos quedado el día que la asesinaron. Íbamos a venir a dar una vuelta antes de cenar”. Suspiró sintiendo como alguna lágrima resbalaba por su mejilla. Pero no se paró a secarlas. Continuó hablando mientras Rick la escuchaba en silencio y de vez en cuando le dejaba una suave caricia en el brazo o un beso en la cabeza para animarla a seguir. “Aquí he seguido viniendo yo cada vez que me he sentido sola, perdida… Aquí he tomado algunas de las decisiones más importantes de mi vida, como dejar Stanford y hacerme policía para conseguir justicia por la muerte de mi madre”. Se secó las lágrimas que habían llegado a sus mejillas y continuó. “Hacía tiempo que no venía, pero cuando dijiste de venir aquí, pensé en enseñarte este rincón, compartirlo contigo”.
Castle sonrió enternecido y le dio un beso en el pelo para agradecérselo. “Es un sitio precioso”. Comentó él mirando ahora el agua y apretando más a Kate entre sus brazos. “Gracias por compartirlo conmigo, por enseñarme por qué este sitio es importante para ti”. Le dio una caricia en el pelo, como peinándoselo.
Kate alzó la cabeza del anillo para mirarle. Tenía los ojos algo rojos por las lágrimas y las mejillas humedecidas por las mismas. Se estiró un poco y alcanzó los labios del escritor, besándolo con mucha suavidad. Los dos cerraron los ojos disfrutando, tranquilos. Sin haberlo planeado, soltaron un suspiro a la vez, que les hizo abrir los ojos y soltar una risa.
Rick posó su mano derecha sobre la mejilla de ella y le secó, con su pulgar, las lágrimas. “No llores anda. Al fin has conseguido hacer justicia. Y ella está orgullosa, esté donde esté, está orgullosa”.
Kate asintió y con una pequeña sonrisa volvió a apoyar la cabeza sobre el hombro de él. “Me hice policía con ese objetivo y ahora que lo he conseguido…” tragó saliva y cerró los ojos un momento tomando aire profundamente. “No sé Castle… ¿debo seguir? ¿Qué debo hacer?”. Se mordió el labio al pronunciar en voz alta aquella duda, aquel miedo.
A ver si puedo escribir más hoy y agradeceros que sigáis aquí con otro trocito!
Sino, hasta mañana!
Os traigo la respuesta de Beckett dentro de este nuevo capi!
Espero que lo disfrutéis!
Gracias por vuestros comentarios!
Beckett tragó saliva rehuyendo la mirada de la capitana y también la de Castle que había cambiado y ahora la miraba preocupado. Respiró hondo mirando hacia abajo y se mordió fuerte el labio. “La verdad es que ahora mismo no lo sé. Déjeme pensarlo esta semana y le contesto algo”. Elevó la mirada para enfrentarse a la de Gates cuando estuvo más tranquila y más segura.
“Está bien. Ahora, pueden irse a descansar. Espero su respuesta en una semana inspectora”. Kate asintió y se despidieron los tres con un apretón de manos.
Kate y Rick salieron del despacho de la capitana, ambos con una sonrisa, aunque Beckett estaba dándole vueltas a la cabeza. No sabía si quería volver, si necesitaba volver o quizás era mejor dedicarse a otra cosa; pero… ¿a qué?. Suspiró mientras caminaba al lado de Castle y justo cuando éste iba a preguntarle si estaba bien, los tres compañeros se acercaron a ellos preguntando insistentemente qué les había contado Gates. Se lo explicaron provocando las sonrisas también de ellos. Estaban contentos porque todo aquello hubiera terminado, de la mejor forma posible.
Estuvieron un rato charlando y los cinco, comentando cosas que habían pasado esos meses en la comisaría, de cómo era la nueva capitana e incluso cosas del caso de la madre de Beckett. Pero ésta estuvo algo pensativa todo el rato y aunque tratara de reírse y conversar con ellos, Castle se dio cuenta de que algo le pasaba y que lo más seguro era que tuviese que ver con la decisión de volver o no a trabajar. De repente, el teléfono de Ryan sonó avisándoles de que tenían un nuevo homicidio que resolver los tres se tuvieron que ir a la escena del crimen. Antes de hacerlo, quedaron en verse próximamente para tomar algo en “La Guarida” y celebrar la vuelta de los dos y el fin del caso.
Beckett y Castle se dirigieron al ascensor para salir de la 12. Iban callados y aunque Kate intentaba disimularlo, se la notaba algo distraída y pensativa.
“¿Quieres ir a dar un paseo por Central Park?”. Propuso el escritor pensando que caminar por allí le vendría bien. Y él permanecería en silencio todo el tiempo que hiciese falta para darle su tiempo y su espacio a que se abriera y expresara sus sentimientos y preocupaciones.
“Quedé con mi padre en que le llamaría y quedaríamos cuando acabara de hablar con Gates. Quiere que le cuente todo lo que el asesino de mi madre se ha dedicado a hacer todos estos años”. Se calló un momento, pensando y después, mordiéndose el labio le miró con una pequeña sonrisa. “Pero no me apetece nada tener esa charla ahora con él y además prefiero estar contigo que con él ahora mismo. Así, que acepto el paseo y después vamos a comer a mi casa”. Le miró con una pequeña sonrisa para ver si le parecía bien.
“Vamos”. Rick le devolvió la sonrisa y como ya habían salido de la comisaría, se permitió el lujo de agarrarla por la cintura y pegarla a él para caminar así, juntos hasta el parque.
Kate se dejó agarrar y aprovechó para apoyar la cabeza en el hombro de él mientras caminaban hacia el parque. Los dos disfrutaron del paseo hasta allí. A pesar de que se mantuvieron en silencio, no había sido incómodo para ninguno de los dos. Cuando llegaron, Kate decidió acercarse a una de las lagunas y para ello agarró la mano del escritor y lo guió hasta allí. Se adentraron entre unos árboles hasta casi el borde del agua. Estaban solos, pues a poca gente se le había ocurrido meterse ahí para acercarse más al agua. Se sentaron en el césped mirando el agua, uno al lado del otro. Ella suspiró mordiéndose el labio sin darse cuenta mientras se descolgaba el colgante con el anillo de su madre y lo cogía con su mano derecha. Jugueteó con él mientras no dejaba de observarlo, sumergida en sus pensamientos. Rick le dio su espacio sin decir nada. Sabía que estaba pensando y que necesitaba ese rato para ella. Le pasó un brazo por los hombros pegándola un poco más a él para que se apoyara en su cuerpo a modo de agradecimiento por querer compartir con él ese momento de pensamientos, aunque fueran para sí misma y no los estuviera expresando por el momento. Ella sonrió ligeramente y se apoyó en él sin dejar de mirar el anillo, girarlo entre sus dedos e incluso ponérselo aunque le quedaba grande.
“Este sitio, este lago, era nuestro sitio, nuestro escondite. Aquí le confesé a mi madre que estaba saliendo con un chico, mi primer novio. Aquí lloré junto a ella cuando pillé a aquel niñato con otra. Aquí nos tiramos horas y horas hablando de nuestras cosas, de mis estudios, de mi padre, de ella… Aquí habíamos quedado el día que la asesinaron. Íbamos a venir a dar una vuelta antes de cenar”. Suspiró sintiendo como alguna lágrima resbalaba por su mejilla. Pero no se paró a secarlas. Continuó hablando mientras Rick la escuchaba en silencio y de vez en cuando le dejaba una suave caricia en el brazo o un beso en la cabeza para animarla a seguir. “Aquí he seguido viniendo yo cada vez que me he sentido sola, perdida… Aquí he tomado algunas de las decisiones más importantes de mi vida, como dejar Stanford y hacerme policía para conseguir justicia por la muerte de mi madre”. Se secó las lágrimas que habían llegado a sus mejillas y continuó. “Hacía tiempo que no venía, pero cuando dijiste de venir aquí, pensé en enseñarte este rincón, compartirlo contigo”.
Castle sonrió enternecido y le dio un beso en el pelo para agradecérselo. “Es un sitio precioso”. Comentó él mirando ahora el agua y apretando más a Kate entre sus brazos. “Gracias por compartirlo conmigo, por enseñarme por qué este sitio es importante para ti”. Le dio una caricia en el pelo, como peinándoselo.
Kate alzó la cabeza del anillo para mirarle. Tenía los ojos algo rojos por las lágrimas y las mejillas humedecidas por las mismas. Se estiró un poco y alcanzó los labios del escritor, besándolo con mucha suavidad. Los dos cerraron los ojos disfrutando, tranquilos. Sin haberlo planeado, soltaron un suspiro a la vez, que les hizo abrir los ojos y soltar una risa.
Rick posó su mano derecha sobre la mejilla de ella y le secó, con su pulgar, las lágrimas. “No llores anda. Al fin has conseguido hacer justicia. Y ella está orgullosa, esté donde esté, está orgullosa”.
Kate asintió y con una pequeña sonrisa volvió a apoyar la cabeza sobre el hombro de él. “Me hice policía con ese objetivo y ahora que lo he conseguido…” tragó saliva y cerró los ojos un momento tomando aire profundamente. “No sé Castle… ¿debo seguir? ¿Qué debo hacer?”. Se mordió el labio al pronunciar en voz alta aquella duda, aquel miedo.
A ver si puedo escribir más hoy y agradeceros que sigáis aquí con otro trocito!
Sino, hasta mañana!
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Precioso!!!!Me encanta!!!! gracias por continuarlo tan a menudo!!! Sigue cuando puedaas!!
Castle y Beckett- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
me ha encantado, me he leído los dos capítulos seguidos y me encanta el ritmo de la historia pero tengo intriga con la decisión de kate sobre el tema del trabajo yo espero que siga siendo policia pero no se escribes genial y a lo mejor me llebo una sorpresa pero siguee
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes-noches!
¡Qué bien que os gustara el úlitmo capi! Vengo con otro.. jajaja
Disfrutadlo y gracias de nuevo por comentar y halagar mi forma de escribir!
Castle se tomó un momento para pensar en silencio cómo expresarle correctamente lo que pensaba. Tomo airé y se irguió ligeramente haciendo que ella dejara de apoyarse sobre su hombro y le mirara. Rick centró sus azules ojos en los la preciosa mirada de su chica. “Mira Kate… Cuando te conocí, lo primero que me llamó la atención de ti, lo primero con lo que me encandilaste fueron tu empeño y tu constancia por hacer justicia por una víctima, por todas las víctimas que llegaban a tus manos. Cada vez que tenías que hablar con algún familiar o amigo de los fallecidos, lo hacías con tal intensidad de empatía que esa gente se sentía comprendida y respetada a pesar del dolor que estaban sintiendo”. Kate le prestaba atención, mordiéndose el labio. “No es que simplemente te hicieras policía por lo que le pasó a tu madre, por lo que os pasó, es que te has convertido en la mejor inspectora de homicidios que conozco, que he conocido y que jamás conoceré”. Se calló unos segundos para que ella pensara en las palabras que le estaba diciendo. Después, al verla callada, continuó. “Tienes el mayor número de homicidios resueltos de la 12 y probablemente también de Nueva York. Gates te aprecia y te valora más que a ninguno de sus detectives y ya sabes lo estricta que es incluso consigo misma”. Kate bajó la mirada mordiéndose el labio, con la cabeza hecha un lío, pensativa. Richard sonrió al verla tan concentrada en sus pensamientos. Le agarró la cara con ternura por los dos lados haciéndole levantar la cabeza y volver a mirarlo a él. Secó una lágrima de su mejilla y prosiguió. “Querías saber mi opinión, ¿no?”. Kate asintió sin dejar de mirarle. “Bueno, pues creo que ser inspectora de homicidios es tu vida. Disfrutas en el trabajo de calle, tienes una inteligencia infinita para unir las pistas, crear una historia y encontrar al asesino. Creo que eso es tu vida y que deberías seguir. Pero también quiero que sepas, que decidas lo que decidas, yo voy a estar aquí para apoyarte, ¿vale?”. Kate sonrió un poco asintiendo. “Además, aunque ahora decidas continuar, siempre puedes acabar decidiendo que quieres parar, dedicarte a otra cosa y lo que sea. Sabes que por dinero no va a ser, que eso no te va a faltar decidas lo que decidas. Eres mi novia y todo lo mío, es tuyo también”.
“No quiero ser una mantenida Richard”. Lo miró a los ojos con cierta seriedad, negando con la cabeza ligeramente.
“Lo sé”. Suspiró Rick acariciándole suavemente la mejilla. “Y no he querido insinuar eso. Sólo quería dejar claro que por eso, ahora, no tienes que preocuparte”. Se acercó a los labios de Kate hasta juntarlos con los suyos en un tierno beso.
Kate sonrió ante el beso de Rick y se apoyó de nuevo en su hombro mirando hacia el agua. “Tienes razón. Ser policía ha sido mi vida y creo que sigue siéndolo. De todas formas, quiero tomarme esta semana con calma para pensarlo y decidir lo mejor”.
Como respuesta Castle únicamente pasó el brazo por los hombros de la inspectora y la atrajo más a él depositando un tierno beso en su cabeza. Transcurrieron unos minutos en los que continuaron en silencio, sumidos en sus pensamientos. De repente, el móvil de Beckett comenzó a sonar. Se separó lo justo de Rick para coger el teléfono y volviendo a recostarse sobre él miró la pantalla del aparato viendo como el que llamaba era su padre. Se mordió el labio pensando que no le había avisado de nada y que seguramente estaría preocupado. El móvil dejó de sonar sin que ella respondiera la llamada.
“Vamos a hacer una cosa”. Dijo Rick que había visto quién le llamaba. “Te llevo a que hables con tu padre, y mientras tanto, te voy a preparar una comida con la que te vas a chupar los dedos. ¿Te parece?”. Le dedicó una pequeña sonrisa cuando ella lo miró.
Kate asintió algo más calmada y con una media sonrisa. Se secó las lágrimas y marcó el número de su padre esperando a que éste le respondiera.
“Papá… Sí, sí, estoy bien. Perdona. Me entretuve cuando salí de hablar con la capitana. Estaban allí los chicos y nos quedamos charlando… No, no. No estoy en casa. He venido a Central Park con Rick… Vale. Voy ahora para tu casa y hablamos… Sí, hasta ahora papá”. Colgó guardando el teléfono en el bolsillo de su pantalón. Miró a Castle. En verdad se sentía a gusto allí con él y no le apetecía nada moverse.
Rick adivinó sus pensamientos y sonrió abrazándola con cariño. Le dio un beso en el pelo. “Venga, que te acompaño hasta allí”. Kate asintió agradecida y se levantaron de la hierba. “Si me dejas las llaves de tu apartamento, cocinaré allí mientras te espero. Mi casa probablemente esté ocupada”. Comentó elevándose de hombros resignado y consiguiendo sacar una sonrisa a Kate.
Rebuscó en el bolso y cuando las encontró le dio las llaves de su casa a Castle. “Toma y… Rick, gracias”. Le dio un dulce beso en los labios mientras mantenían sus manos unidas con las llaves en medio.
“Siempre”. Respondió él con ternura haciendo que los dos sonrieran como dos tortolitos. “Anda, vámonos para casa de tu padre que se va a acabar preocupando de nuevo como tardes demasiado”. Terminó de coger las llaves de Kate y se las guardó en el bolsillo del pantalón. Después, como un caballero, le ofreció su brazo a Beckett para que ésta se agarrara a él y caminaran así.
“A veces puedes llegar a ser todo un caballero, Castle”. Dijo ella algo mas calmada y animada agarrándose a su brazo con cariño y apoyando ligeramente de nuevo la cabeza sobre su hombro.
“¿Sólo a veces?”. Preguntó tratando de sonar ofendido.
“Sí, sólo a veces. Porque en cuanto sueltas alguna de tus locas y absurdas teorías, de golpe, dejas de serlo”. Contestó ella divertida y soltando una pequeña carcajada cuando él, sin soltarla, le empujó ligeramente con la cadera.
Sonrientes llegaron hasta el portal del padre de Kate. Allí él hizo que se soltara de su brazo, pero la agarró de las caderas pegándola totalmente a él y la besó. Fue un beso intenso a la par que cariñoso, con el que pretendía darle ánimos para la charla que le esperaba con su padre. Porque, si bien todo había salido de la mejor manera posible, recordar todo aquello no sería fácil.
“Te espero en tu casa, con la comida hecha”. Le prometió cuando se separaron y volvió a besarla, ésta vez de forma fugaz.
“Espero no tardar mucho. Te aviso cuando salga de aquí, ¿vale?”. Le dijo ella aún pegada a él, con sus manos en la espalda del escritor. Rick asintió mirándola a los ojos intensamente. “Deja de mirarme así porque ni subo donde mi padre ni comemos”. Ambos se rieron y volvieron a besarse, despidiéndose.
Kate subió a casa de su padre y antes de llamar a la puerta, cogió aire intentando tranquilizarse para poder explicarle todo tal y como se merecía. Mientras tanto, Castle pasó a comprar lo que necesitaba para la comida y después se fue a casa de Kate a prepararlo todo.
Espero que os haya gustado.
No os olvidéis de comentar!
Hasta mañana!
¡Qué bien que os gustara el úlitmo capi! Vengo con otro.. jajaja
Disfrutadlo y gracias de nuevo por comentar y halagar mi forma de escribir!
Castle se tomó un momento para pensar en silencio cómo expresarle correctamente lo que pensaba. Tomo airé y se irguió ligeramente haciendo que ella dejara de apoyarse sobre su hombro y le mirara. Rick centró sus azules ojos en los la preciosa mirada de su chica. “Mira Kate… Cuando te conocí, lo primero que me llamó la atención de ti, lo primero con lo que me encandilaste fueron tu empeño y tu constancia por hacer justicia por una víctima, por todas las víctimas que llegaban a tus manos. Cada vez que tenías que hablar con algún familiar o amigo de los fallecidos, lo hacías con tal intensidad de empatía que esa gente se sentía comprendida y respetada a pesar del dolor que estaban sintiendo”. Kate le prestaba atención, mordiéndose el labio. “No es que simplemente te hicieras policía por lo que le pasó a tu madre, por lo que os pasó, es que te has convertido en la mejor inspectora de homicidios que conozco, que he conocido y que jamás conoceré”. Se calló unos segundos para que ella pensara en las palabras que le estaba diciendo. Después, al verla callada, continuó. “Tienes el mayor número de homicidios resueltos de la 12 y probablemente también de Nueva York. Gates te aprecia y te valora más que a ninguno de sus detectives y ya sabes lo estricta que es incluso consigo misma”. Kate bajó la mirada mordiéndose el labio, con la cabeza hecha un lío, pensativa. Richard sonrió al verla tan concentrada en sus pensamientos. Le agarró la cara con ternura por los dos lados haciéndole levantar la cabeza y volver a mirarlo a él. Secó una lágrima de su mejilla y prosiguió. “Querías saber mi opinión, ¿no?”. Kate asintió sin dejar de mirarle. “Bueno, pues creo que ser inspectora de homicidios es tu vida. Disfrutas en el trabajo de calle, tienes una inteligencia infinita para unir las pistas, crear una historia y encontrar al asesino. Creo que eso es tu vida y que deberías seguir. Pero también quiero que sepas, que decidas lo que decidas, yo voy a estar aquí para apoyarte, ¿vale?”. Kate sonrió un poco asintiendo. “Además, aunque ahora decidas continuar, siempre puedes acabar decidiendo que quieres parar, dedicarte a otra cosa y lo que sea. Sabes que por dinero no va a ser, que eso no te va a faltar decidas lo que decidas. Eres mi novia y todo lo mío, es tuyo también”.
“No quiero ser una mantenida Richard”. Lo miró a los ojos con cierta seriedad, negando con la cabeza ligeramente.
“Lo sé”. Suspiró Rick acariciándole suavemente la mejilla. “Y no he querido insinuar eso. Sólo quería dejar claro que por eso, ahora, no tienes que preocuparte”. Se acercó a los labios de Kate hasta juntarlos con los suyos en un tierno beso.
Kate sonrió ante el beso de Rick y se apoyó de nuevo en su hombro mirando hacia el agua. “Tienes razón. Ser policía ha sido mi vida y creo que sigue siéndolo. De todas formas, quiero tomarme esta semana con calma para pensarlo y decidir lo mejor”.
Como respuesta Castle únicamente pasó el brazo por los hombros de la inspectora y la atrajo más a él depositando un tierno beso en su cabeza. Transcurrieron unos minutos en los que continuaron en silencio, sumidos en sus pensamientos. De repente, el móvil de Beckett comenzó a sonar. Se separó lo justo de Rick para coger el teléfono y volviendo a recostarse sobre él miró la pantalla del aparato viendo como el que llamaba era su padre. Se mordió el labio pensando que no le había avisado de nada y que seguramente estaría preocupado. El móvil dejó de sonar sin que ella respondiera la llamada.
“Vamos a hacer una cosa”. Dijo Rick que había visto quién le llamaba. “Te llevo a que hables con tu padre, y mientras tanto, te voy a preparar una comida con la que te vas a chupar los dedos. ¿Te parece?”. Le dedicó una pequeña sonrisa cuando ella lo miró.
Kate asintió algo más calmada y con una media sonrisa. Se secó las lágrimas y marcó el número de su padre esperando a que éste le respondiera.
“Papá… Sí, sí, estoy bien. Perdona. Me entretuve cuando salí de hablar con la capitana. Estaban allí los chicos y nos quedamos charlando… No, no. No estoy en casa. He venido a Central Park con Rick… Vale. Voy ahora para tu casa y hablamos… Sí, hasta ahora papá”. Colgó guardando el teléfono en el bolsillo de su pantalón. Miró a Castle. En verdad se sentía a gusto allí con él y no le apetecía nada moverse.
Rick adivinó sus pensamientos y sonrió abrazándola con cariño. Le dio un beso en el pelo. “Venga, que te acompaño hasta allí”. Kate asintió agradecida y se levantaron de la hierba. “Si me dejas las llaves de tu apartamento, cocinaré allí mientras te espero. Mi casa probablemente esté ocupada”. Comentó elevándose de hombros resignado y consiguiendo sacar una sonrisa a Kate.
Rebuscó en el bolso y cuando las encontró le dio las llaves de su casa a Castle. “Toma y… Rick, gracias”. Le dio un dulce beso en los labios mientras mantenían sus manos unidas con las llaves en medio.
“Siempre”. Respondió él con ternura haciendo que los dos sonrieran como dos tortolitos. “Anda, vámonos para casa de tu padre que se va a acabar preocupando de nuevo como tardes demasiado”. Terminó de coger las llaves de Kate y se las guardó en el bolsillo del pantalón. Después, como un caballero, le ofreció su brazo a Beckett para que ésta se agarrara a él y caminaran así.
“A veces puedes llegar a ser todo un caballero, Castle”. Dijo ella algo mas calmada y animada agarrándose a su brazo con cariño y apoyando ligeramente de nuevo la cabeza sobre su hombro.
“¿Sólo a veces?”. Preguntó tratando de sonar ofendido.
“Sí, sólo a veces. Porque en cuanto sueltas alguna de tus locas y absurdas teorías, de golpe, dejas de serlo”. Contestó ella divertida y soltando una pequeña carcajada cuando él, sin soltarla, le empujó ligeramente con la cadera.
Sonrientes llegaron hasta el portal del padre de Kate. Allí él hizo que se soltara de su brazo, pero la agarró de las caderas pegándola totalmente a él y la besó. Fue un beso intenso a la par que cariñoso, con el que pretendía darle ánimos para la charla que le esperaba con su padre. Porque, si bien todo había salido de la mejor manera posible, recordar todo aquello no sería fácil.
“Te espero en tu casa, con la comida hecha”. Le prometió cuando se separaron y volvió a besarla, ésta vez de forma fugaz.
“Espero no tardar mucho. Te aviso cuando salga de aquí, ¿vale?”. Le dijo ella aún pegada a él, con sus manos en la espalda del escritor. Rick asintió mirándola a los ojos intensamente. “Deja de mirarme así porque ni subo donde mi padre ni comemos”. Ambos se rieron y volvieron a besarse, despidiéndose.
Kate subió a casa de su padre y antes de llamar a la puerta, cogió aire intentando tranquilizarse para poder explicarle todo tal y como se merecía. Mientras tanto, Castle pasó a comprar lo que necesitaba para la comida y después se fue a casa de Kate a prepararlo todo.
Espero que os haya gustado.
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Hasta mañana!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Gracias por escribir más hoy!!!!! Me ha encantado, como siempre!!!!! Sigue cuando puedaaas!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
dios como me puede gustar tanto tu fic?!?!?!
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
No se como haces para que quede encantanda con tus palabras, Escribes super precioso, cada capitulo me gusta mas, Continua pronto :')
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches! Siento la tardanza pero mi domingo ha sido bastante ajetreado.. jajaja
Gracias por vuestras palabras! Me alegra muchísimo que os guste mi forma de escribir y que os siga enganchando la historia!
¿Seguimos?
En casa de Jim Beckett, Katherine trataba de explicarle lo mejor que podía a su padre todo lo que el senador Bracken había hecho, incluido el verdadero motivo de la muerte de Johanna Beckett. Kate estaba aguantando estoicamente. Estaba consiguiendo no derrumbarse delante de su padre, aunque sí se permitió soltar alguna lágrima. Jim, por su parte, se mantuvo bastante callado todo el rato, dándole espacio a Katie para que soltara todo aquello y dedicándole varias muestras de afecto para animarla a continuar.
“Después de todo lo que me has contado, si ya estaba orgulloso de ti, ahora lo estoy todavía más…”. Dijo cuando Kate terminó de contarle cómo habían conseguido al final dar con él y con las pruebas que lo encerrarían para siempre. Jim cogió las manos a su hija y se las apretó con fuerza. “Tu madre estaría muy orgullosa de ti, cariño…”. Ante aquello, Kate no pudo más que soltar todas las lágrimas que se había estado guardando durante toda la historia que le había contado a su padre. Jim, sin decir nada más, se acercó del todo a su hija y la abrazó con fuerza dejando que soltara todo lo que llevaba dentro. Para él, la muerte de su mujer y madre de su hija había sido muy duro, pero al menos no se había tenido que enfrentar a todo aquello por hacer justicia. Su niña, su pequeña había sido la que lo había conseguido.
Pasaron unos minutos hasta que Kate consiguió calmarse. Se secó las lágrimas aún abrazada a su padre. “Al fin todo ha acabado papá. Mamá por fin puede descansar tranquila, y yo también”. Soltó el aire despacio, incorporándose para mirar a su padre, quien la contemplaba con una pequeña sonrisa. “Gracias papá, te quiero mucho…”. Susurró una Kate con los ojos bañados en lágrimas pero con una sonrisa en su rostro.
“Yo también te quiero hija, muchísimo”. Le besó la mejilla volviendo a abrazarla. “Y las gracias te las tengo que dar yo a ti. Por haber aguantado, por la fuerza que tienes, por lo justiciera que eres y has sido. Gracias”. Se miraron sonrientes y Jim secó las lágrimas de su hija.
Kate se sumió en sus pensamientos al oír la palabra “justiciera”. Sí, era cierto. Siempre había luchado por impartir justicia y tal vez Rick tenía razón y tenía que seguir haciéndolo. Aunque su verdadero objetivo ya estuviera completado había muchas víctimas que merecían lo mismo
“¿Quieres quedarte a comer?”. Preguntó él al ver que eran casi las dos de mediodía.
Entonces Kate miró también el reloj y se sorprendió de todo el rato que había pasado allí hablando con su padre. “He quedado con Castle. Está preparando la comida en mi casa”. Comentó algo sonrojada, porque decirle aquello a su padre era reconocer que su relación con el escritor iba viento en popa y aunque ya era mallorcita para eso, no podía evitar avergonzase un poco delante de él.
“Me gusta cómo te cuida ese chico”. Dijo su padre sonriente y más al ver cómo ella se sonrojaba. Kate sonrió también por el comentario de su padre. “Te hace mucho bien”.
“Sí, la verdad es que sí”. Sonrío al pensar en él y en lo cómoda y feliz que se sentía teniéndolo, al fin, a su lado. “Me costó darme cuenta de que estaba enamorada de él… Y gracias a su infinita paciencia conmigo, puedo decir que, ahora mismo, me siento feliz”. Le dijo a su padre con una gran sonrisa y con la vista fija en algún punto del salón. Después, le miró a los ojos. Jim no dejaba de sonreír. Kate se mordió el labio como solía hacer cuando algo rondaba por su cabeza. “Papá… me gustaría saber tu opinión sobre algo, aunque creo que ya sé cuál es la decisión correcta”.
“Tú dirás Katie. Ya sabes que puedes contar conmigo”. Le sonrió esperando a que se abriera a él.
Kate tomo aire y lanzó la pregunta. “¿Crees que debo seguir trabajando en la 12? Quiero decir.. mi principal objetivo, mi motivación, siempre fue encontrar al asesino de mamá y ahora que ya está…”. Elevó los hombros y le miró esperando su respuesta.
Jim lo pensó unos segundos y después, mirándola a los ojos, le contestó con sinceridad. “Katie, ya sabes lo que me preocupa a mí saber que eres policía y todo lo que eso conlleva. Cada día desde que te dieron esa pistola, rezo porque no me suene el móvil y alguien me diga que te ha pasado algo grave”. Kate bajó la mirada. Sabía que a su padre le daba miedo que anduviera por ahí persiguiendo asesinos. “Pero…”. Kate lo miró al ver que éste continuaba. “También sé que eres buena, muy buena en lo que haces. Y que tienes compañeros e incluso un novio que te cubriría las espaldas si fuera necesario. Y también sé que la policía y la comisaría 12 han sido tu vida desde que ingresaste en ella. Puede que al principio lo hicieras, sobre todo, motivada por lo que le pasó a tu madre, pero después, cuando aquel caso se estancó, tú seguiste encerrando asesinos en la cárcel. A pesar de no haber conseguido tu objetivo, seguiste luchando por que el resto de víctimas, obtuvieran justicia. Y creo que, ahora, después de que tu madre al fin la tenga, después de que por fin hayas conseguido dársela, debes continuar luchando porque los familiares y amigos del resto de víctimas puedan vivir y descansar en paz al saber que el asesino de un ser querido está entre rejas”. Kate sonrió ante las palabras de su padre y asintió de acuerdo con lo que le decía. “Pero por favor, anda con mil ojos Katie. No podría soportar que te pasara nada”.
Kate se abrazó fuerte a su padre. “Nada me pasará papá. Gracias”. Le dio un beso en la mejilla. “Esa duda me estaba comiendo por dentro, y después de hablar contigo y con Rick, creo que los dos tenéis razón”.
Se despidieron con la condición de volver a hablar y a verse pronto y Kate puso rumbo, caminando, a su casa.
Mientras tanto, Richard no había parado en casa. Estaba preparando un rico salmón al horno que haría que Kate se chupara los dedos. Además, había comprado vino blanco, que era el que mejor pegaba con el pescado, y lo había metido al congelador para que estuviera bien frío.
¡Hasta mañana!
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Gracias, gracias, gracias por seguir ahí!
Gracias por vuestras palabras! Me alegra muchísimo que os guste mi forma de escribir y que os siga enganchando la historia!
¿Seguimos?
En casa de Jim Beckett, Katherine trataba de explicarle lo mejor que podía a su padre todo lo que el senador Bracken había hecho, incluido el verdadero motivo de la muerte de Johanna Beckett. Kate estaba aguantando estoicamente. Estaba consiguiendo no derrumbarse delante de su padre, aunque sí se permitió soltar alguna lágrima. Jim, por su parte, se mantuvo bastante callado todo el rato, dándole espacio a Katie para que soltara todo aquello y dedicándole varias muestras de afecto para animarla a continuar.
“Después de todo lo que me has contado, si ya estaba orgulloso de ti, ahora lo estoy todavía más…”. Dijo cuando Kate terminó de contarle cómo habían conseguido al final dar con él y con las pruebas que lo encerrarían para siempre. Jim cogió las manos a su hija y se las apretó con fuerza. “Tu madre estaría muy orgullosa de ti, cariño…”. Ante aquello, Kate no pudo más que soltar todas las lágrimas que se había estado guardando durante toda la historia que le había contado a su padre. Jim, sin decir nada más, se acercó del todo a su hija y la abrazó con fuerza dejando que soltara todo lo que llevaba dentro. Para él, la muerte de su mujer y madre de su hija había sido muy duro, pero al menos no se había tenido que enfrentar a todo aquello por hacer justicia. Su niña, su pequeña había sido la que lo había conseguido.
Pasaron unos minutos hasta que Kate consiguió calmarse. Se secó las lágrimas aún abrazada a su padre. “Al fin todo ha acabado papá. Mamá por fin puede descansar tranquila, y yo también”. Soltó el aire despacio, incorporándose para mirar a su padre, quien la contemplaba con una pequeña sonrisa. “Gracias papá, te quiero mucho…”. Susurró una Kate con los ojos bañados en lágrimas pero con una sonrisa en su rostro.
“Yo también te quiero hija, muchísimo”. Le besó la mejilla volviendo a abrazarla. “Y las gracias te las tengo que dar yo a ti. Por haber aguantado, por la fuerza que tienes, por lo justiciera que eres y has sido. Gracias”. Se miraron sonrientes y Jim secó las lágrimas de su hija.
Kate se sumió en sus pensamientos al oír la palabra “justiciera”. Sí, era cierto. Siempre había luchado por impartir justicia y tal vez Rick tenía razón y tenía que seguir haciéndolo. Aunque su verdadero objetivo ya estuviera completado había muchas víctimas que merecían lo mismo
“¿Quieres quedarte a comer?”. Preguntó él al ver que eran casi las dos de mediodía.
Entonces Kate miró también el reloj y se sorprendió de todo el rato que había pasado allí hablando con su padre. “He quedado con Castle. Está preparando la comida en mi casa”. Comentó algo sonrojada, porque decirle aquello a su padre era reconocer que su relación con el escritor iba viento en popa y aunque ya era mallorcita para eso, no podía evitar avergonzase un poco delante de él.
“Me gusta cómo te cuida ese chico”. Dijo su padre sonriente y más al ver cómo ella se sonrojaba. Kate sonrió también por el comentario de su padre. “Te hace mucho bien”.
“Sí, la verdad es que sí”. Sonrío al pensar en él y en lo cómoda y feliz que se sentía teniéndolo, al fin, a su lado. “Me costó darme cuenta de que estaba enamorada de él… Y gracias a su infinita paciencia conmigo, puedo decir que, ahora mismo, me siento feliz”. Le dijo a su padre con una gran sonrisa y con la vista fija en algún punto del salón. Después, le miró a los ojos. Jim no dejaba de sonreír. Kate se mordió el labio como solía hacer cuando algo rondaba por su cabeza. “Papá… me gustaría saber tu opinión sobre algo, aunque creo que ya sé cuál es la decisión correcta”.
“Tú dirás Katie. Ya sabes que puedes contar conmigo”. Le sonrió esperando a que se abriera a él.
Kate tomo aire y lanzó la pregunta. “¿Crees que debo seguir trabajando en la 12? Quiero decir.. mi principal objetivo, mi motivación, siempre fue encontrar al asesino de mamá y ahora que ya está…”. Elevó los hombros y le miró esperando su respuesta.
Jim lo pensó unos segundos y después, mirándola a los ojos, le contestó con sinceridad. “Katie, ya sabes lo que me preocupa a mí saber que eres policía y todo lo que eso conlleva. Cada día desde que te dieron esa pistola, rezo porque no me suene el móvil y alguien me diga que te ha pasado algo grave”. Kate bajó la mirada. Sabía que a su padre le daba miedo que anduviera por ahí persiguiendo asesinos. “Pero…”. Kate lo miró al ver que éste continuaba. “También sé que eres buena, muy buena en lo que haces. Y que tienes compañeros e incluso un novio que te cubriría las espaldas si fuera necesario. Y también sé que la policía y la comisaría 12 han sido tu vida desde que ingresaste en ella. Puede que al principio lo hicieras, sobre todo, motivada por lo que le pasó a tu madre, pero después, cuando aquel caso se estancó, tú seguiste encerrando asesinos en la cárcel. A pesar de no haber conseguido tu objetivo, seguiste luchando por que el resto de víctimas, obtuvieran justicia. Y creo que, ahora, después de que tu madre al fin la tenga, después de que por fin hayas conseguido dársela, debes continuar luchando porque los familiares y amigos del resto de víctimas puedan vivir y descansar en paz al saber que el asesino de un ser querido está entre rejas”. Kate sonrió ante las palabras de su padre y asintió de acuerdo con lo que le decía. “Pero por favor, anda con mil ojos Katie. No podría soportar que te pasara nada”.
Kate se abrazó fuerte a su padre. “Nada me pasará papá. Gracias”. Le dio un beso en la mejilla. “Esa duda me estaba comiendo por dentro, y después de hablar contigo y con Rick, creo que los dos tenéis razón”.
Se despidieron con la condición de volver a hablar y a verse pronto y Kate puso rumbo, caminando, a su casa.
Mientras tanto, Richard no había parado en casa. Estaba preparando un rico salmón al horno que haría que Kate se chupara los dedos. Además, había comprado vino blanco, que era el que mejor pegaba con el pescado, y lo había metido al congelador para que estuviera bien frío.
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livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas! Vengo con otro trocito!
Espero que os guste!
Sobre las 14:30 Kate tocó la puerta de su casa esperando que Rick le abriera. Éste se lanzó a la puerta nada más escuchar cómo llamaban y abrió recibiéndola con una enorme sonrisa.
“¡Hola! Llegas justo a tiempo”. Le dijo haciéndose a un lado para que pasara. Llevaba puesto un delantal que había encontrado. Era de Kate y por lo tanto, le quedaba algo pequeño, dándole un toque muy gracioso. En su mano izquierda sostenía dos guantes para no quemarse al sacar la bandeja del horno.
Kate rió al ver el delantal que llevaba puesto. “Creo que ese delantal no te pega nada”. Se acercó a él con una gran sonrisa y le dio un profundo beso como saludo. “Mmm… te he echado de menos”. Le sonrió mordiéndole suavemente el labio.
“Yo a ti no tanto…”. Le dijo él aún casi pegado a sus labios, bromeando. Ella lo miró con el ceño fruncido. “He estado trajinando de aquí para allá”. Cerró la puerta cuando ella pasó adentro mientras se quitaba la chaqueta. “Cuando te dejé en casa de tu padre me fui a comprar las cosas para la comida. Después a la mejor tienda de vinos de la ciudad y por último a tu piso a cocinar. No he parado”. Le dijo sonriente.
“Pues… ¡huele de maravilla! Con que sepa la mitad de bien de lo que huele…”. Se relamió haciendo que Castle riera. “¿Es salmón?”. Rick asintió y Kate abrió la boca sorprendida. El escritor la interrogó con la mirada ante su gesto. “Es mi pescado favorito”. Estaba realmente sorprendida porque hubiera acertado con aquello. Tal vez la conocía mejor de lo que pensaba. Ese pensamiento le hizo sonreír abiertamente.
Castle se acercó a ella tras dejar los guantes sobre la mesa de la cocina, la agarró de la cintura la besó con amor. “Me alegra oír eso. Anda, lávate las manos y ayúdame a poner la mesa que el pescado ya está”.
Y así lo hicieron. Kate se lavó las manos y juntos pusieron la mesa. Después, Castle sacó el salmón del honro y lo sirvió en sus platos. Fue al congelador sacando la botella de vino y sirvió un poco en cada copa.
“Vaya, veo que has pensado en todo”. Sonrió muy agradecida tras dar un sorbo al vino.
“Por supuesto, ¿qué te pensabas?”. Dijo divertido, empezando a comer.
Kate masticó el salmón antes de responderle. “Pues sinceramente, pensaba que apenas sabrías cocinar, pero me has sorprendido, una vez más. ¡Esto está delicioso Rick!”. Le dio un rápido beso en los labios para después seguir comiendo con ganas.
“Me ofende, inspectora. Sé hacer muchas cosas”. Alzó la ceja varias veces insinuándose y Kate se rió, contagiándole a él la risa. “¿Qué tal ha ido la charla con tu padre?”. Preguntó tras un rato en el que se habían mantenido callados comiendo.
Kate le miró al escuchar la pregunta. “Bien.. Ha sido duro, volver a recordar todo pero creo que era lo que necesitaba para terminar de cerrar esa herida, para que cicatrizara del todo. Me ha venido bien y sé que a mi padre también. Además, después de hablar con él creo que ya sé lo que quiero hacer con mi futuro”. Sonrió llevándose otro trozo de salmón a la boca.
“¿Y bien?”. Preguntó él interesado en su respuesta.
“Pues… además de querer vivir con mi novio, me gustaría seguir siendo inspectora de homicidios y continuar teniendo al chico escritor pegado a mí para ayudarnos con los casos”. Soltó de carrerilla dejando a Castle totalmente boquiabierto.
“¿Puedes… repetirlo…?”. Le preguntó sorprendido, sobre todo por haber escuchado la primera parte, porque estaba seguro de que acabaría volviendo a comisaría a trabajar. Pero… ¿de verdad le había dicho que quería vivir con él?.
Kate rió al ver su reacción y decidió jugar con poco con él. Se mordió el labio mirándole a los ojos. “Que voy a volver a trabajar, que quiero seguir luchando por conseguir justicia por las víctimas y sus familiares”. Contestó omitiendo la parte realmente importante.
“Eso ya lo sabía. Estaba seguro de que volverías. Pero… ¿qué hay de la primera parte? ¿De verdad quieres eso?”. Le preguntó ahora, más que sorprendido, ilusionado y con un brillo especial en la mirada.
Kate se pensó si seguir torturándolo un poquito más o no, pero al ver el brillo que tenían sus preciosos ojos azules, decidió dejarse de bromas y hablar en serio. “Sí… Quiero que vivamos juntos. No sé si ahora mismo o dentro de un tiempo, si aquí o en tu piso o dónde, pero quiero vivir contigo, Rick”. Le tomó una de sus manos con cariño.
“¡Wow! Me has dejado sin palabras”. Kate sonrió y él apretó su mano con ternura. “¿Y ese cambió de opinión tan repentino a qué se ha debido, inspectora?”. Se quedó mirándola con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado.
“Bueno, he hablado con mi padre, además de lo de mi madre, de ti”. Castle abrió los ojos sorprendido de que hubieran hablado de él, pero contento de que lo hubieran hecho. “Y bueno, me ha dicho que le gusta cómo me cuidas y que me hace bien estar contigo”. Paró un momento dedicándole una sonrisa y después continuó. “Y tiene razón. Estar contigo me hace feliz y aunque llevemos poco tiempo, nos conocemos hace años, tenemos confianza y nos llevamos bien. Además que los últimos meses han sido como si estuviéramos viviendo juntos. Así que… ¿por qué no dar un paso más?”. Elevó los hombros sonriéndole.
“Me gusta cómo suena ese nuevo paso”. Rick se acercó a ella para besarla con mucha ternura. “Gracias…”. Susurró en sus labios.
“¿Por qué?”. Preguntó ella acariciándole la mejilla sin dejar de mirarle a los ojos.
“Por hacerme feliz”. Respondió él sencillamente, sonriendo y elevándose también de hombros.
“Siempre lo intentaré”. Y le dio un dulce beso en los labios, beso que él correspondió encantado.
Y así estuvieron un rato besándose, aún sentados a la mesa y con los platos y las copas sin recoger aún.
Rick se separó un poco de sus labios y le colocó un mechón rebelde de pelo detrás de la oreja. “Kate… Sé que me has dicho que es lo que quieres, pero no me gustaría que te sintieras forzada a hacerlo”.
“Rick, esto se me hace demasiado silencioso desde que he aprendido a convivir contigo durante nuestras vacaciones. Y te echo de menos a cada minuto. Fui una estúpida por tardar tanto en darme cuenta del amor que siento por ti y no quiero perder más tiempo”. Le dijo con sinceridad, mirándole a los ojos.
“¿Sabes que yo esperaría el tiempo que hiciese falta verdad?”. Kate asintió con una pequeña sonrisa. “Bueno entonces, ¿por qué no hacemos una cosa?”. Ella le miró interesada en su propuesta. “De momento esta semana que tienes antes de reincorporarte la pasaremos cada uno en su casa, aunque iremos pensando cómo haremos para vivir juntos”. Sonrió mucho al decir aquello. Le encantaba cómo sonaba. “Y cuando lo decidamos, lo ponemos en práctica y, ¡listo!”.
Kate sonrió y sin que él lo esperara, se levantó de la silla y se sentó sobre sus piernas empezando a besarlo con ganas. “Trato hecho. Pero quiero que quedemos todos los días, al menos un rato hasta que volvamos a comisaría”. Mantenía su frente apoyada sobre la del escritor y éste, por respuesta, sólo la besó, agarrándola por la espalda y pegándola más a él.
Gracias por seguir ahí!
Espero que os guste!
Sobre las 14:30 Kate tocó la puerta de su casa esperando que Rick le abriera. Éste se lanzó a la puerta nada más escuchar cómo llamaban y abrió recibiéndola con una enorme sonrisa.
“¡Hola! Llegas justo a tiempo”. Le dijo haciéndose a un lado para que pasara. Llevaba puesto un delantal que había encontrado. Era de Kate y por lo tanto, le quedaba algo pequeño, dándole un toque muy gracioso. En su mano izquierda sostenía dos guantes para no quemarse al sacar la bandeja del horno.
Kate rió al ver el delantal que llevaba puesto. “Creo que ese delantal no te pega nada”. Se acercó a él con una gran sonrisa y le dio un profundo beso como saludo. “Mmm… te he echado de menos”. Le sonrió mordiéndole suavemente el labio.
“Yo a ti no tanto…”. Le dijo él aún casi pegado a sus labios, bromeando. Ella lo miró con el ceño fruncido. “He estado trajinando de aquí para allá”. Cerró la puerta cuando ella pasó adentro mientras se quitaba la chaqueta. “Cuando te dejé en casa de tu padre me fui a comprar las cosas para la comida. Después a la mejor tienda de vinos de la ciudad y por último a tu piso a cocinar. No he parado”. Le dijo sonriente.
“Pues… ¡huele de maravilla! Con que sepa la mitad de bien de lo que huele…”. Se relamió haciendo que Castle riera. “¿Es salmón?”. Rick asintió y Kate abrió la boca sorprendida. El escritor la interrogó con la mirada ante su gesto. “Es mi pescado favorito”. Estaba realmente sorprendida porque hubiera acertado con aquello. Tal vez la conocía mejor de lo que pensaba. Ese pensamiento le hizo sonreír abiertamente.
Castle se acercó a ella tras dejar los guantes sobre la mesa de la cocina, la agarró de la cintura la besó con amor. “Me alegra oír eso. Anda, lávate las manos y ayúdame a poner la mesa que el pescado ya está”.
Y así lo hicieron. Kate se lavó las manos y juntos pusieron la mesa. Después, Castle sacó el salmón del honro y lo sirvió en sus platos. Fue al congelador sacando la botella de vino y sirvió un poco en cada copa.
“Vaya, veo que has pensado en todo”. Sonrió muy agradecida tras dar un sorbo al vino.
“Por supuesto, ¿qué te pensabas?”. Dijo divertido, empezando a comer.
Kate masticó el salmón antes de responderle. “Pues sinceramente, pensaba que apenas sabrías cocinar, pero me has sorprendido, una vez más. ¡Esto está delicioso Rick!”. Le dio un rápido beso en los labios para después seguir comiendo con ganas.
“Me ofende, inspectora. Sé hacer muchas cosas”. Alzó la ceja varias veces insinuándose y Kate se rió, contagiándole a él la risa. “¿Qué tal ha ido la charla con tu padre?”. Preguntó tras un rato en el que se habían mantenido callados comiendo.
Kate le miró al escuchar la pregunta. “Bien.. Ha sido duro, volver a recordar todo pero creo que era lo que necesitaba para terminar de cerrar esa herida, para que cicatrizara del todo. Me ha venido bien y sé que a mi padre también. Además, después de hablar con él creo que ya sé lo que quiero hacer con mi futuro”. Sonrió llevándose otro trozo de salmón a la boca.
“¿Y bien?”. Preguntó él interesado en su respuesta.
“Pues… además de querer vivir con mi novio, me gustaría seguir siendo inspectora de homicidios y continuar teniendo al chico escritor pegado a mí para ayudarnos con los casos”. Soltó de carrerilla dejando a Castle totalmente boquiabierto.
“¿Puedes… repetirlo…?”. Le preguntó sorprendido, sobre todo por haber escuchado la primera parte, porque estaba seguro de que acabaría volviendo a comisaría a trabajar. Pero… ¿de verdad le había dicho que quería vivir con él?.
Kate rió al ver su reacción y decidió jugar con poco con él. Se mordió el labio mirándole a los ojos. “Que voy a volver a trabajar, que quiero seguir luchando por conseguir justicia por las víctimas y sus familiares”. Contestó omitiendo la parte realmente importante.
“Eso ya lo sabía. Estaba seguro de que volverías. Pero… ¿qué hay de la primera parte? ¿De verdad quieres eso?”. Le preguntó ahora, más que sorprendido, ilusionado y con un brillo especial en la mirada.
Kate se pensó si seguir torturándolo un poquito más o no, pero al ver el brillo que tenían sus preciosos ojos azules, decidió dejarse de bromas y hablar en serio. “Sí… Quiero que vivamos juntos. No sé si ahora mismo o dentro de un tiempo, si aquí o en tu piso o dónde, pero quiero vivir contigo, Rick”. Le tomó una de sus manos con cariño.
“¡Wow! Me has dejado sin palabras”. Kate sonrió y él apretó su mano con ternura. “¿Y ese cambió de opinión tan repentino a qué se ha debido, inspectora?”. Se quedó mirándola con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado.
“Bueno, he hablado con mi padre, además de lo de mi madre, de ti”. Castle abrió los ojos sorprendido de que hubieran hablado de él, pero contento de que lo hubieran hecho. “Y bueno, me ha dicho que le gusta cómo me cuidas y que me hace bien estar contigo”. Paró un momento dedicándole una sonrisa y después continuó. “Y tiene razón. Estar contigo me hace feliz y aunque llevemos poco tiempo, nos conocemos hace años, tenemos confianza y nos llevamos bien. Además que los últimos meses han sido como si estuviéramos viviendo juntos. Así que… ¿por qué no dar un paso más?”. Elevó los hombros sonriéndole.
“Me gusta cómo suena ese nuevo paso”. Rick se acercó a ella para besarla con mucha ternura. “Gracias…”. Susurró en sus labios.
“¿Por qué?”. Preguntó ella acariciándole la mejilla sin dejar de mirarle a los ojos.
“Por hacerme feliz”. Respondió él sencillamente, sonriendo y elevándose también de hombros.
“Siempre lo intentaré”. Y le dio un dulce beso en los labios, beso que él correspondió encantado.
Y así estuvieron un rato besándose, aún sentados a la mesa y con los platos y las copas sin recoger aún.
Rick se separó un poco de sus labios y le colocó un mechón rebelde de pelo detrás de la oreja. “Kate… Sé que me has dicho que es lo que quieres, pero no me gustaría que te sintieras forzada a hacerlo”.
“Rick, esto se me hace demasiado silencioso desde que he aprendido a convivir contigo durante nuestras vacaciones. Y te echo de menos a cada minuto. Fui una estúpida por tardar tanto en darme cuenta del amor que siento por ti y no quiero perder más tiempo”. Le dijo con sinceridad, mirándole a los ojos.
“¿Sabes que yo esperaría el tiempo que hiciese falta verdad?”. Kate asintió con una pequeña sonrisa. “Bueno entonces, ¿por qué no hacemos una cosa?”. Ella le miró interesada en su propuesta. “De momento esta semana que tienes antes de reincorporarte la pasaremos cada uno en su casa, aunque iremos pensando cómo haremos para vivir juntos”. Sonrió mucho al decir aquello. Le encantaba cómo sonaba. “Y cuando lo decidamos, lo ponemos en práctica y, ¡listo!”.
Kate sonrió y sin que él lo esperara, se levantó de la silla y se sentó sobre sus piernas empezando a besarlo con ganas. “Trato hecho. Pero quiero que quedemos todos los días, al menos un rato hasta que volvamos a comisaría”. Mantenía su frente apoyada sobre la del escritor y éste, por respuesta, sólo la besó, agarrándola por la espalda y pegándola más a él.
Gracias por seguir ahí!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Me han encantado tus dos últimos capítulos!!!!! Adoro tu forma de escribir!!!!Preciosos, perfectos como siempre!!!!!! Sigue cuando puedaas!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Me encanta el ultimo capítulo sigue
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Cuando te veo (FIN)
Aiishhh que ququiiiis
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Me ha encantado
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas tardes!
¡Qué alegría ver que os está gustando cómo sigue la historia!
¿Continuamos?
Esa semana, como habían quedado, cada uno vivía en su piso. Castle dedicó a escribir bastante tiempo. Tenía varias ideas en mente que quería plasmar en el documento de su próxima novela antes de que se le olvidaran. Beckett, por su parte, cada mañana salía a hacer ejercicio y tras correr por Central Park, acababa en casa de Rick, desayunando con él y a veces incluso también con Martha y Alexis. Después, se quedaban en el loft o salían a dar una vuelta. Comieron juntos todos los días excepto el último día antes de volver a comisaría. Kate había quedado con Lannie. La pobre llevaba tiempo intentando hablar con ella. Echaba de menos sus charlas de amigas inseparables y quería preguntarle varias cosas a la detective. Rick se quedó en casa comiendo con su madre y su hija. Y a la tarde habían con Ryan y Espo en “La Guarida” para tomar algo antes de reincorporarse al día siguiente al trabajo en comisaría.
Kate estaba en su apartamento preparando todo para la comida con Lannie. Había hecho unos espaguetis bolognesa de primero, y de segundo, había puesto en práctica la receta de salmón que Castle le había pasado. Justo cuando estaba terminando de poner la mesa, sonó el timbre. Se secó las manos sobre su delantal, el mismo que Castle había usado la otra vez y fue a abrir la puerta recibiendo a su amiga con una enorme sonrisa.
“¡Hola Lannie! Pasa”. Se echó a un lado dejando que la forense entrara en casa.
“¡Hola Kate!”. Ésta le dio dos fuertes besos en las mejillas y Kate cerró la puerta.
“La comida está casi. El primer plato lo podemos servir ya mientras termina el segundo. ¿Qué te apetece tomar?”.
“¿Cerveza?”. Preguntó Lannie mientras se quitaba la chaqueta, la colgaba en el perchero y caminaba hasta la mesa ya puesta.
“Creo que a esta comida le va mejor un buen vino. ¿Te fías de mí?”. Le preguntó sonriente desde la cocina sacando del armario dos copas de vino.
“Sabes que hay pocos vinos que me gusten, pero venga, va, me fiaré de ti”.
“Te va a encantar. Lo acabo de descubrir y la verdad es que se ha convertido en mi favorito”. Llevó las dos copas a la mesa y volvió a la cocina a por el vino blanco que estaba en el congelador. Era el mismo que Castle había comprado, puesto que les habría sobrado más de media botella. Volvió a la mesa y se sentó sirviendo un poco en cada copa.
Cuando acabó, la forense cogió la botella y examinó la etiqueta leyendo todo lo que ponía en ella. “Este vino tiene pinta de ser caro y muy bueno. ¿Desde cuándo sabes tú tanto de vinos Kate?”. La miró sonriente pero sorprendida.
“Tú pruébalo”. Le dijo cogiendo su copa para darle un pequeño sorbo cerrando los ojos para saborearlo mejor.
Lannie le hizo caso e imitó los gestos de la inspectora. “¡Este es el mejor vino que he probado en mi vida! ¿De dónde lo has sacado?”. La miró mientras Kate servía los espaguetis en sus platos.
“Digamos que últimamente he hecho muchos descubrimientos en mi vida”. Respondió de forma misteriosa dejando a Lannie perpleja mirándola fijamente. “Como sigas mirándome así me vas a desgastar…” Comentó divertida ante la mirada de su amiga.
“Katherine Beckett, explícate ahora mismo”. Exigió mientras ambas empezaban a atacar su plato de comida. “Porque si yo ya venía con varias preguntas preparadas para hacerte, ahora me estás dejando mucho más intrigada todavía”.
“¿Qué tal si comemos primero y después me haces todas las preguntas que quieras?. No quiero que te atragantes con la comida y tener que llevarte a urgencias. Sería una pena que te perdieras el delicioso salmón que está terminando de hacerse en el horno”.
Comieron manteniendo una charla amena y banal, pero ambas estaban disfrutando enormemente de volver a reunirse y a hacerse sus típicas bromas. El salmón le había quedado exquisito a Kate y Lannie no paró de alabarlo. De postre, tomaron una macedonia de frutas que acompañaron con un poco de helado de nata. Recogieron todo y mientras el lavavajillas hacía su trabajo, se sentaron en el sofá con otras dos copas de ese vino tan rico del que ya empezaba a quedar poco.
Kate no había dejado de sonreír en todo el rato. Esos días que había pasado sin tener que ir a trabajar y pudiendo pasar tiempo con Castle le habían conseguido dar nuevamente fuerzas para volver el siguiente día a comisaría. La verdad era que echaba de menos su trabajo. Además, cada día sentía que su relación con el escritor iba mejorando y cada vez tenía más ganas de gritar a los cuatro vientos que estaban juntos que su amor por él era infinito.
“Un billete por tus pensamientos”. Dijo Lannie después de que su amiga llevara un buen rato en silencio con una bonita sonrisa en la cara.
Kate la miró al oírla y sonrió aún más. “Sólo pensaba en las ganas que tengo de volver a comisaría”. Elevó los hombros. “Es cierto que al principió dudé si era lo que tenía que hacer, si quería seguir siendo inspectora de homicidios, pero dos personas me hicieron darme cuenta de que eso ha sido, es y será mi vida, a pesar de haber conseguido mi verdadero objetivo encontrando y encerrando al asesino de mi madre”. Se confesó consiguiendo que Lannie sonriera.
“Me alegro mucho de oír eso amiga”. Le dijo con sinceridad. “Y bueno… ¿se puede saber quiénes son esas dos personas que te han ayudado a decidirte?”.
“Es una larga historia”. Explicó misteriosa volviendo a dar un sorbo a su copa de vino.
“Venga ya Kate. ¿Me vas a dejar así o voy a tener adivinarlo?”. Vio como Kate reía y siguió hablando. “Aunque… creo que te sorprenderías de la rapidez con la que adivinaría al menos el nombre de una de esas personas”. Le dijo muy sonriente.
“¿Por qué no empiezas a lanzar todas esas preguntas que querías hacerme y ya llegaremos a esa parte? Porque estoy segura de que llegaremos”. Rió dejando la copa sobre la mesita pequeña de delante del sofá.
“Está bien”. Lannie la imitó y se acomodó en el sofá, de medio lado mirándola directamente. “¿Cómo te sientes después de haber encerrado a Bracken?”.
“Libre. Todos estos años he estado atada, construí todo tipo de muros a mi alrededor para que nunca nadie volviera a hacerme ese daño. Y aunque esos muros fueron cayendo poco a poco, seguía sin sentirme libre. Hasta ahora”. Contestó con total sinceridad y con una pequeña sonrisa.
“Me alegro, de verdad”. Le dijo ella pensando que muy pocas veces le había visto abrirse tan fácilmente. “¿Cómo de duro fue tener que huir? Porque.. apenas tuviste tiempo ni para planteártelo. Tuviste que largarte y además, con Castle. ¿Cómo han sido esos días con él?”. Preguntó consciente de que algo había pasado entre ellos que los había unido aún más. Ella que ya conocía el amor de Kate por Rick, deseaba que estuvieran juntos de una vez.
¿Qué tal la charla con Lannie?
No olvidéis comentar!
¡Qué alegría ver que os está gustando cómo sigue la historia!
¿Continuamos?
Esa semana, como habían quedado, cada uno vivía en su piso. Castle dedicó a escribir bastante tiempo. Tenía varias ideas en mente que quería plasmar en el documento de su próxima novela antes de que se le olvidaran. Beckett, por su parte, cada mañana salía a hacer ejercicio y tras correr por Central Park, acababa en casa de Rick, desayunando con él y a veces incluso también con Martha y Alexis. Después, se quedaban en el loft o salían a dar una vuelta. Comieron juntos todos los días excepto el último día antes de volver a comisaría. Kate había quedado con Lannie. La pobre llevaba tiempo intentando hablar con ella. Echaba de menos sus charlas de amigas inseparables y quería preguntarle varias cosas a la detective. Rick se quedó en casa comiendo con su madre y su hija. Y a la tarde habían con Ryan y Espo en “La Guarida” para tomar algo antes de reincorporarse al día siguiente al trabajo en comisaría.
Kate estaba en su apartamento preparando todo para la comida con Lannie. Había hecho unos espaguetis bolognesa de primero, y de segundo, había puesto en práctica la receta de salmón que Castle le había pasado. Justo cuando estaba terminando de poner la mesa, sonó el timbre. Se secó las manos sobre su delantal, el mismo que Castle había usado la otra vez y fue a abrir la puerta recibiendo a su amiga con una enorme sonrisa.
“¡Hola Lannie! Pasa”. Se echó a un lado dejando que la forense entrara en casa.
“¡Hola Kate!”. Ésta le dio dos fuertes besos en las mejillas y Kate cerró la puerta.
“La comida está casi. El primer plato lo podemos servir ya mientras termina el segundo. ¿Qué te apetece tomar?”.
“¿Cerveza?”. Preguntó Lannie mientras se quitaba la chaqueta, la colgaba en el perchero y caminaba hasta la mesa ya puesta.
“Creo que a esta comida le va mejor un buen vino. ¿Te fías de mí?”. Le preguntó sonriente desde la cocina sacando del armario dos copas de vino.
“Sabes que hay pocos vinos que me gusten, pero venga, va, me fiaré de ti”.
“Te va a encantar. Lo acabo de descubrir y la verdad es que se ha convertido en mi favorito”. Llevó las dos copas a la mesa y volvió a la cocina a por el vino blanco que estaba en el congelador. Era el mismo que Castle había comprado, puesto que les habría sobrado más de media botella. Volvió a la mesa y se sentó sirviendo un poco en cada copa.
Cuando acabó, la forense cogió la botella y examinó la etiqueta leyendo todo lo que ponía en ella. “Este vino tiene pinta de ser caro y muy bueno. ¿Desde cuándo sabes tú tanto de vinos Kate?”. La miró sonriente pero sorprendida.
“Tú pruébalo”. Le dijo cogiendo su copa para darle un pequeño sorbo cerrando los ojos para saborearlo mejor.
Lannie le hizo caso e imitó los gestos de la inspectora. “¡Este es el mejor vino que he probado en mi vida! ¿De dónde lo has sacado?”. La miró mientras Kate servía los espaguetis en sus platos.
“Digamos que últimamente he hecho muchos descubrimientos en mi vida”. Respondió de forma misteriosa dejando a Lannie perpleja mirándola fijamente. “Como sigas mirándome así me vas a desgastar…” Comentó divertida ante la mirada de su amiga.
“Katherine Beckett, explícate ahora mismo”. Exigió mientras ambas empezaban a atacar su plato de comida. “Porque si yo ya venía con varias preguntas preparadas para hacerte, ahora me estás dejando mucho más intrigada todavía”.
“¿Qué tal si comemos primero y después me haces todas las preguntas que quieras?. No quiero que te atragantes con la comida y tener que llevarte a urgencias. Sería una pena que te perdieras el delicioso salmón que está terminando de hacerse en el horno”.
Comieron manteniendo una charla amena y banal, pero ambas estaban disfrutando enormemente de volver a reunirse y a hacerse sus típicas bromas. El salmón le había quedado exquisito a Kate y Lannie no paró de alabarlo. De postre, tomaron una macedonia de frutas que acompañaron con un poco de helado de nata. Recogieron todo y mientras el lavavajillas hacía su trabajo, se sentaron en el sofá con otras dos copas de ese vino tan rico del que ya empezaba a quedar poco.
Kate no había dejado de sonreír en todo el rato. Esos días que había pasado sin tener que ir a trabajar y pudiendo pasar tiempo con Castle le habían conseguido dar nuevamente fuerzas para volver el siguiente día a comisaría. La verdad era que echaba de menos su trabajo. Además, cada día sentía que su relación con el escritor iba mejorando y cada vez tenía más ganas de gritar a los cuatro vientos que estaban juntos que su amor por él era infinito.
“Un billete por tus pensamientos”. Dijo Lannie después de que su amiga llevara un buen rato en silencio con una bonita sonrisa en la cara.
Kate la miró al oírla y sonrió aún más. “Sólo pensaba en las ganas que tengo de volver a comisaría”. Elevó los hombros. “Es cierto que al principió dudé si era lo que tenía que hacer, si quería seguir siendo inspectora de homicidios, pero dos personas me hicieron darme cuenta de que eso ha sido, es y será mi vida, a pesar de haber conseguido mi verdadero objetivo encontrando y encerrando al asesino de mi madre”. Se confesó consiguiendo que Lannie sonriera.
“Me alegro mucho de oír eso amiga”. Le dijo con sinceridad. “Y bueno… ¿se puede saber quiénes son esas dos personas que te han ayudado a decidirte?”.
“Es una larga historia”. Explicó misteriosa volviendo a dar un sorbo a su copa de vino.
“Venga ya Kate. ¿Me vas a dejar así o voy a tener adivinarlo?”. Vio como Kate reía y siguió hablando. “Aunque… creo que te sorprenderías de la rapidez con la que adivinaría al menos el nombre de una de esas personas”. Le dijo muy sonriente.
“¿Por qué no empiezas a lanzar todas esas preguntas que querías hacerme y ya llegaremos a esa parte? Porque estoy segura de que llegaremos”. Rió dejando la copa sobre la mesita pequeña de delante del sofá.
“Está bien”. Lannie la imitó y se acomodó en el sofá, de medio lado mirándola directamente. “¿Cómo te sientes después de haber encerrado a Bracken?”.
“Libre. Todos estos años he estado atada, construí todo tipo de muros a mi alrededor para que nunca nadie volviera a hacerme ese daño. Y aunque esos muros fueron cayendo poco a poco, seguía sin sentirme libre. Hasta ahora”. Contestó con total sinceridad y con una pequeña sonrisa.
“Me alegro, de verdad”. Le dijo ella pensando que muy pocas veces le había visto abrirse tan fácilmente. “¿Cómo de duro fue tener que huir? Porque.. apenas tuviste tiempo ni para planteártelo. Tuviste que largarte y además, con Castle. ¿Cómo han sido esos días con él?”. Preguntó consciente de que algo había pasado entre ellos que los había unido aún más. Ella que ya conocía el amor de Kate por Rick, deseaba que estuvieran juntos de una vez.
¿Qué tal la charla con Lannie?
No olvidéis comentar!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Hay por favorrr como me dejas asi??? porfa sigue rapidooooo
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! Gracias por leer!
Espero que os siga gustando la historia.
Sigamos con la conversación de chicas!
“Fue duro, no te voy a engañar. Dejar todo aquí, dejaros atrás, alejarme de mi vida y empezar a vivir con otro nombre. Pero que me acompañara Castle fue lo mejor de todo. Él hizo que aquello, más que una huída, fueran unas vacaciones estupendas”. Sin poder evitarlo un brillo especial se instaló en su mirada al recordar los días que pasaron juntos.
Lannie se dio cuenta de aquello y entonces no le quedó ninguna duda de que por fin habían dado el paso y estaban juntos. Pero siguió preguntando. “¿Estáis juntos, verdad?”.
Kate se sonrojó ante lo directa que fue aquella pregunta. “¿Tanto se me nota?”. Preguntó mordiéndose el labio tras aquella respuesta afirmativa disfrazada de pregunta.
“A lo mejor para los ojos ajenos no, pero yo te conozco bien y nunca te había visto tan viva ni tan ilusionada. ¡Por Dios Kate! ¡Estás con Richard Castle!”. Exclamó alzando la voz completamente eufórica. “¿Desde cuándo? ¿Te conquistó en Barcelona, en Madrid o dónde?”. Preguntó rápidamente, deseando saber inmediatamente todos los detalles. “¿Cómo es en la intimidad? ¿Cómo es en la cama? ¿Es cierto lo que dicen? ¿Es un tigre en la cama?”. Siguió preguntando sin apenas darle tiempo a Kate a asimilar todas esas preguntas.
“¡Frena, frena!” Rió Kate ante tantas preguntas aunque un poco sonrojada por todas ellas. “Creo que voy a quitarte el vino que te está empezando a afectar a la lengua y cada vez hablas y haces preguntas más rápido”. Dijo sonriente.
“¡Es que no me lo puedo creer Kate! ¡Por fin!”. Le dio un fuerte abrazo que pilló desprevenida a Kate, pero que lo correspondió rápidamente, también contenta.
“Sólo te voy a decir que sí, es tan perfecto, detallista, romántico gentil y buen amante como dicen”. Contestó mientras se separaban del abrazo y se sonrojaba por decir todo aquello. “Aunque ya estábamos juntos antes de irnos de viaje”. Dijo marcando aquella última palabra.
“¿¡Qué!?”. Aquello dejó totalmente descolocada a la médico forense. “¿Quieres decir, Katherine Beckett que llevas más de 3 meses con tu escritor favorito y todavía no se lo habías contado a tu mejor amiga?”. Preguntó haciéndose ligeramente la ofendida. “¡Ya te vale!”. Y le dio un pequeño manotazo en el brazo.
“Estamos juntos desde el día que intentaron volver a… matarme”. Pronunció sin esconder el pequeño dolor que aquello le seguía causando. “Después de hablar contigo, de reconocerte y reconocerme a mí misma que estaba, y estoy, enamorada de él hasta las trancas, Gates me pidió que llamara a Castle para que nos ayudara con el caso del francotirador. No podía pedirle que volviera a colaborar con nosotros sin hablar con él así que me presenté en su casa y lo arreglamos todo, de la mejor manera posible”. Confesó bajando la mirada mordiéndose fuerte el labio algo avergonzada por contarle aquello y por haber estado ocultándoselo a ella y a sus compañeros.
“¿Y por qué no me lo contaste?”. Lannie estaba un poco dolida, pero sabía que su amiga habría tenido alguna razón para no hacerlo.
“Principalmente porque, aunque sí, había reconocido mi amor por él y me sentía contenta por estar juntos, seguía teniendo miedo. De perderlo, de cagarla, de lo que pudieran pensar los demás, de ser sólo una más en su lista de conquistas”. Suspiró al ver cómo su amiga negaba con la cabeza en señal de incredulidad ante el nivel de su terquedad. “Y también porque si tú te enterabas, se lo ibas a contar a Espo, y él no se puede callar nada con Ryan y seguro que al final se acabaría enterando toda la comisaría, incluyendo Gates. Y no quería que lo echara por estar conmigo. Me gusta su presencia en comisaría y además, nos aporta buenos puntos de vista para resolver los casos”. Vio cómo su Lannie iba a abrir la boca para decir algo pero ella alzó la mano para que la dejase continuar. “Y sí, fui una estúpida por seguir teniendo ese miedo a pesar de que lo había hablado con él, pero no pude evitarlo. Y para tu tranquilidad, y para la mía también, ese miedo ya no existe, sé que le amo con locura y que él me ama a mí. Me lo ha demostrado cada día y lo sigue haciendo. Tanto que hemos decidido empezar a vivir juntos. Esta tarde se lo contaré a Ryan y a Espósito pero os tengo que pedir a los tres que os mantengáis calladitos para que no se entere la capitana. Ni miradas, ni bromas y nada de nada”. Amenazó con un dedo a su amiga. “Sólo déjame hacer sufrir un poquito a los detectives”. Ambas rieron compinchadas.
Lannie sonrió abiertamente. “No te haces una idea de lo feliz que me hace ver que por fin te sientes segura, que estáis juntos y que queréis dar un paso más”. Se lanzo a abrazarla con fuerza. “Así que yo no estaba equivocada y una de las personas que te ha ayudado a decidir que seguirás siendo policía es Castle, ¿no?”. Kate asintió sonriente. “¿Y la otra?”. Preguntó soltando el abrazo.
“Mi padre. Estuve hablando con él hace casi una semana para contarle cómo había acabado todo y él también me abrió los ojos a cerca de eso. Y gracias a las palabras que me dijo sobre Rick, decidí que no quería perder más tiempo, que ya bastante había esperado el pobre y que quería vivir con él. A ser posible, para el resto de mis días”. Confesó sonrojándose de nuevo mientras se mordía el labio y bajaba la cabeza ligeramente avergonzada, pero sin poder dejar de sonreír.
“Esta pequeña confesión se merece un buen brindis”. Alzó la forense su copa y Kate la imitó levantando la cabeza aún medio sonrojada y sonriente. “Por tus miedos y dudas, tu fortaleza, vuestro amor, tu sonrisa y tu brillo en los ojos”. Dijo chocando su copa con la de su amiga, que no paraba de sonreír abiertamente ante aquel brindis. Bebieron un poco de su copa.
“Gracias Lannie. Por haberme ayudado tanto, abrirme los ojos y seguir siendo mi mejor amiga, pese a mi terquedad”.
“Chica, chica… frena que me vas a hacer llorar”. Sonrió mientras las dos dejaban la copa sobre la mesa. “Te mereces ser feliz Kate”.
Siguieron hablando un rato más ya sin beber más vino hasta que vieron que era casi la hora de acercarse al bar para juntarse con los chicos. Kate se fue al baño a peinarse y maquillarse ligeramente, se cambió de ropa poniéndose una camisa blanca con escote, unos pantalones negros, sus tacones y una chaqueta de cuero rojo. Fue a su cuarto y allí se puso la pulsera que Rick le había regalado en España.
“Ya estoy Lannie”. Salió para encontrarse con su amiga que la esperaba ya de pies y lista para marcharse. Kate se remangó un poco la manga de la chaqueta para recoger las copas de vino y llevarlas a la cocina.
Lannie pudo ver entonces cómo colgaba una preciosa pulsera de su muñeca y cuando pasó por su lado volviendo de la cocina, le agarró el brazo para mirar mejor aquella joya. “¿Y esto?. ¿Regalo de tu chico escritor multimillonario?”. Preguntó admirando la pulsera, sonriente. Kate asintió mirando también la pulsera. “Joder, ¡es preciosa! Creo que me confundí de chico. Tendría que haber elegido yo al escritor en vez de a Javier”. Las dos se rieron por el comentario mientras salían del apartamento de Kate.
Fueron dando un paseo hasta el bar, pues iban con tiempo y así después no tendrían que conducir para volver a casa y evitar así cualquier accidente.
Los próximos capítulos creo que serán divertidos. Espero que sigáis leyendo y comentando!
Gracias!
Espero que os siga gustando la historia.
Sigamos con la conversación de chicas!
“Fue duro, no te voy a engañar. Dejar todo aquí, dejaros atrás, alejarme de mi vida y empezar a vivir con otro nombre. Pero que me acompañara Castle fue lo mejor de todo. Él hizo que aquello, más que una huída, fueran unas vacaciones estupendas”. Sin poder evitarlo un brillo especial se instaló en su mirada al recordar los días que pasaron juntos.
Lannie se dio cuenta de aquello y entonces no le quedó ninguna duda de que por fin habían dado el paso y estaban juntos. Pero siguió preguntando. “¿Estáis juntos, verdad?”.
Kate se sonrojó ante lo directa que fue aquella pregunta. “¿Tanto se me nota?”. Preguntó mordiéndose el labio tras aquella respuesta afirmativa disfrazada de pregunta.
“A lo mejor para los ojos ajenos no, pero yo te conozco bien y nunca te había visto tan viva ni tan ilusionada. ¡Por Dios Kate! ¡Estás con Richard Castle!”. Exclamó alzando la voz completamente eufórica. “¿Desde cuándo? ¿Te conquistó en Barcelona, en Madrid o dónde?”. Preguntó rápidamente, deseando saber inmediatamente todos los detalles. “¿Cómo es en la intimidad? ¿Cómo es en la cama? ¿Es cierto lo que dicen? ¿Es un tigre en la cama?”. Siguió preguntando sin apenas darle tiempo a Kate a asimilar todas esas preguntas.
“¡Frena, frena!” Rió Kate ante tantas preguntas aunque un poco sonrojada por todas ellas. “Creo que voy a quitarte el vino que te está empezando a afectar a la lengua y cada vez hablas y haces preguntas más rápido”. Dijo sonriente.
“¡Es que no me lo puedo creer Kate! ¡Por fin!”. Le dio un fuerte abrazo que pilló desprevenida a Kate, pero que lo correspondió rápidamente, también contenta.
“Sólo te voy a decir que sí, es tan perfecto, detallista, romántico gentil y buen amante como dicen”. Contestó mientras se separaban del abrazo y se sonrojaba por decir todo aquello. “Aunque ya estábamos juntos antes de irnos de viaje”. Dijo marcando aquella última palabra.
“¿¡Qué!?”. Aquello dejó totalmente descolocada a la médico forense. “¿Quieres decir, Katherine Beckett que llevas más de 3 meses con tu escritor favorito y todavía no se lo habías contado a tu mejor amiga?”. Preguntó haciéndose ligeramente la ofendida. “¡Ya te vale!”. Y le dio un pequeño manotazo en el brazo.
“Estamos juntos desde el día que intentaron volver a… matarme”. Pronunció sin esconder el pequeño dolor que aquello le seguía causando. “Después de hablar contigo, de reconocerte y reconocerme a mí misma que estaba, y estoy, enamorada de él hasta las trancas, Gates me pidió que llamara a Castle para que nos ayudara con el caso del francotirador. No podía pedirle que volviera a colaborar con nosotros sin hablar con él así que me presenté en su casa y lo arreglamos todo, de la mejor manera posible”. Confesó bajando la mirada mordiéndose fuerte el labio algo avergonzada por contarle aquello y por haber estado ocultándoselo a ella y a sus compañeros.
“¿Y por qué no me lo contaste?”. Lannie estaba un poco dolida, pero sabía que su amiga habría tenido alguna razón para no hacerlo.
“Principalmente porque, aunque sí, había reconocido mi amor por él y me sentía contenta por estar juntos, seguía teniendo miedo. De perderlo, de cagarla, de lo que pudieran pensar los demás, de ser sólo una más en su lista de conquistas”. Suspiró al ver cómo su amiga negaba con la cabeza en señal de incredulidad ante el nivel de su terquedad. “Y también porque si tú te enterabas, se lo ibas a contar a Espo, y él no se puede callar nada con Ryan y seguro que al final se acabaría enterando toda la comisaría, incluyendo Gates. Y no quería que lo echara por estar conmigo. Me gusta su presencia en comisaría y además, nos aporta buenos puntos de vista para resolver los casos”. Vio cómo su Lannie iba a abrir la boca para decir algo pero ella alzó la mano para que la dejase continuar. “Y sí, fui una estúpida por seguir teniendo ese miedo a pesar de que lo había hablado con él, pero no pude evitarlo. Y para tu tranquilidad, y para la mía también, ese miedo ya no existe, sé que le amo con locura y que él me ama a mí. Me lo ha demostrado cada día y lo sigue haciendo. Tanto que hemos decidido empezar a vivir juntos. Esta tarde se lo contaré a Ryan y a Espósito pero os tengo que pedir a los tres que os mantengáis calladitos para que no se entere la capitana. Ni miradas, ni bromas y nada de nada”. Amenazó con un dedo a su amiga. “Sólo déjame hacer sufrir un poquito a los detectives”. Ambas rieron compinchadas.
Lannie sonrió abiertamente. “No te haces una idea de lo feliz que me hace ver que por fin te sientes segura, que estáis juntos y que queréis dar un paso más”. Se lanzo a abrazarla con fuerza. “Así que yo no estaba equivocada y una de las personas que te ha ayudado a decidir que seguirás siendo policía es Castle, ¿no?”. Kate asintió sonriente. “¿Y la otra?”. Preguntó soltando el abrazo.
“Mi padre. Estuve hablando con él hace casi una semana para contarle cómo había acabado todo y él también me abrió los ojos a cerca de eso. Y gracias a las palabras que me dijo sobre Rick, decidí que no quería perder más tiempo, que ya bastante había esperado el pobre y que quería vivir con él. A ser posible, para el resto de mis días”. Confesó sonrojándose de nuevo mientras se mordía el labio y bajaba la cabeza ligeramente avergonzada, pero sin poder dejar de sonreír.
“Esta pequeña confesión se merece un buen brindis”. Alzó la forense su copa y Kate la imitó levantando la cabeza aún medio sonrojada y sonriente. “Por tus miedos y dudas, tu fortaleza, vuestro amor, tu sonrisa y tu brillo en los ojos”. Dijo chocando su copa con la de su amiga, que no paraba de sonreír abiertamente ante aquel brindis. Bebieron un poco de su copa.
“Gracias Lannie. Por haberme ayudado tanto, abrirme los ojos y seguir siendo mi mejor amiga, pese a mi terquedad”.
“Chica, chica… frena que me vas a hacer llorar”. Sonrió mientras las dos dejaban la copa sobre la mesa. “Te mereces ser feliz Kate”.
Siguieron hablando un rato más ya sin beber más vino hasta que vieron que era casi la hora de acercarse al bar para juntarse con los chicos. Kate se fue al baño a peinarse y maquillarse ligeramente, se cambió de ropa poniéndose una camisa blanca con escote, unos pantalones negros, sus tacones y una chaqueta de cuero rojo. Fue a su cuarto y allí se puso la pulsera que Rick le había regalado en España.
“Ya estoy Lannie”. Salió para encontrarse con su amiga que la esperaba ya de pies y lista para marcharse. Kate se remangó un poco la manga de la chaqueta para recoger las copas de vino y llevarlas a la cocina.
Lannie pudo ver entonces cómo colgaba una preciosa pulsera de su muñeca y cuando pasó por su lado volviendo de la cocina, le agarró el brazo para mirar mejor aquella joya. “¿Y esto?. ¿Regalo de tu chico escritor multimillonario?”. Preguntó admirando la pulsera, sonriente. Kate asintió mirando también la pulsera. “Joder, ¡es preciosa! Creo que me confundí de chico. Tendría que haber elegido yo al escritor en vez de a Javier”. Las dos se rieron por el comentario mientras salían del apartamento de Kate.
Fueron dando un paseo hasta el bar, pues iban con tiempo y así después no tendrían que conducir para volver a casa y evitar así cualquier accidente.
Los próximos capítulos creo que serán divertidos. Espero que sigáis leyendo y comentando!
Gracias!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Sigueeeeee!!!!!! Me encantaa!!!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Continua prontoo :33 Tu fic es tan asdfghjklñ
Geovita:33- Ayudante de policia
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¿Hola? ¿Hay alguien? Bueno, por si acaso, vengo con otro trozo, ¡a ver qué os parece!
Gracias, como todos los días por seguir ahí, leer y comentar.
Llegaron al bar diez minutos antes de la hora de quedada, por lo que allí sólo estaba Castle, atareado en preparar todo para que estuvieran lo más cómodos posibles. ¡Incluso había cerrado el bar sólo para ellos!. Kate y Lannie entraron y lo encontraron concentrado subido a una silla colocando algún adorno por el techo.
La sonrisa de la inspectora no pudo ser más grande al verlo, y más en aquella situación, adornando el bar con guirnaldas y adornos de todo tipo de colores. “No puede ser más niño, pero me encanta”. Pensó para sí misma acercándose a la silla sobre la que se sujetaba el escritor. “¿Necesitas ayuda o te las apañas tú solito?”. Preguntó ella mirando hacia arriba y rodeando la silla para que él la viera.
“¡Kate!”. Sonrió contento de verla mientras amarraba la última cuerda de aquel adorno. “No, tranquila, esto ya está”. Se bajó rápidamente de la silla y sin recaer en la presencia de Lannie, agarró a Kate de la cadera pegándola a él y dándole un profundo beso en los labios. “La he echado de menos, inspectora”. Susurró en sus labios mientras ella intentaba esconder su cara sonrojada de la mirada de Lannie.
“¡Pero qué bonito es el amor!”. Exclamó la forense haciendo que Rick se sobresaltara y pegara un pequeño bote, separándose de su chica.
Kate mantenía la cabeza medio agachada y completamente sonrojada. “¡Lannie!”. Le avisó antes de que continuara gastándoles bromas y alzó la cabeza para mirarla mientras le amenazaba con un dedo.
“Está bien, está bien. Ya me callo, que le tengo aprecio a mi vida y sé que siempre llevas contigo tu pistola”. Kate sonrió agradecida y vio por el rabillo del ojo cómo Castle disimulaba mientras ponía posavasos sobre una mesa de madera. “Pero que sepáis que, si antes ya erais monos cuando estabais juntos, ahora lo sois aún más”. Rió la forense al ver la cara de Kate quien la amenazaba mientras negaba con la cabeza.
Castle no podía dejar de sonreír. Parecía que Beckett le había contado a su amiga que estaban juntos y eso le hacía sentirse feliz porque por fin ella no tenía reparos en anunciar su relación.
“¿Y tú de qué te ríes?”. Preguntó la inspectora dándole un cariñoso cachete en el trasero mientras él estaba ligeramente inclinado hacia delante colocando los posavasos.
“¡Ey, que eso es mi culo!”. Protestó él sin dejar de sonreírle en ningún momento. Kate alzó la ceja divertida y se cruzó de brazos esperando la respuesta a su pregunta. “¿Qué?”. Preguntó él al ver que lo miraba así. “Oh… ¿que por qué sonreía?”. Kate asintió. “Pues muy sencillo inspectora”. Se acercó a ella agarrándola con una mano de la cadera y haciendo que se pegara a su cuerpo. “Porque a su lado, soy feliz”. Depositó un suave beso en sus labios y fue a la barra a confirmar por tercera vez que tuvieran bebidas alcohólicas de todo tipo.
Kate se quedó quieta en la misma postura en la que él la había dejado. Tenía una sonrisa enorme y se estaba mordiendo fuerte el labio. Le encantaba ese juego entre ellos, le encantaba él y la forma tan rápida que tenía de ponerla nerviosa. Soltó un ligero suspiro, típico de una persona que está sumergida en pensamientos agradables, normalmente relacionados con el amor.
Su amiga se había colocado a un costado suyo, en silencio. Se acercó a su oreja y le susurró. “Sí que te ha dado fuerte con el chico escritor, sí. O… ¿tal vez debería llamarlo hombre escritor?”. Preguntó alzando las cejas y haciendo que Kate la mirara haciendo gala de su típica “mirada asesina”. Lannie rió. “Vale, vale, ya me callo, prometido”. Apretó sus propios labios con su dedos pulgar e índice en señal de que no gastaría ninguna broma más al respecto.
Estuvieron ayudando a Castle a organizar todo hasta que llegaron los chicos. Kate había pedido a Lannie que no dijera nada de su relación con Castle y les había pedido a los dos que le siguieran el juego frente a los detectives. Tras decirle a Brian, el camarero, lo que cada uno tomaría, se sentaron a la mesa, utilizando como asientos unos bancos largos situados alrededor. Espo junto a Lannie, Ryan frente a Espo y Jenny a su lado, Kate al lado de la forense y Castle frente a Beckett al lado de Jenny. Comenzaron a charlar animadamente, al principio de cosas relacionadas con la comisaría y los casos y después sobre política, las nuevas propuestas que el alcalde estaba comunicando para llevar a cabo en Nueva York, etcétera.
“Bueno, y ¿cómo es España?”. Preguntó Kevin tras un momento de silencio en el que parecía que la conversación anterior había llegado a su fin. Todos dirigieron sus miradas a la pareja, alternándolas a uno y otro.
Rick miró fugazmente a Kate y vio que ella estaba concentrada en cortar una servilleta en pedacitos. Decidió contestar él. “La verdad es que es muy bonito. Si tuviera que elegir otro destino para huir, sin duda, sería allí”. Bromeó haciendo sonreír a los demás, incluida a Kate.
“¿No os habéis aburrido tanto tiempo, sin trabajar?”. Preguntó Espo, intentando continuar con el tema que realmente les interesaba.
Kate levantó la cabeza, miró un segundo a Rick quién no había dejado de mirarla e intentó disimular una amplia sonrisa que luchaba por dibujarse en sus labios. Miró a los chicos y contestó. “La verdad es que yo me he aburrido bien poco”. Todos la miraron intrigados, deseando que siguiera. Incluidos Rick y Lannie quienes a pesar de saber la verdad, querían escuchar lo que decía, pues suponían que la inspectora empezaría a tomarles un poco el pelo. “Conocí a un hombre increíble”. Dijo Kate dejando a Ryan y Espo boquiabiertos y a Jenny centrándose de pleno en la conversación. “Amable, cariñoso, romántico, grande, apuesto, fuerte… juguetón”. Añadió con una sonrisa pícara, la misma que se dibujó en los labios de Castle, aunque éste la disimuló. “Muy juguetón”.
¿Qué dirán los chicos? ¿Os gusta la broma?
Gracias, como todos los días por seguir ahí, leer y comentar.
Llegaron al bar diez minutos antes de la hora de quedada, por lo que allí sólo estaba Castle, atareado en preparar todo para que estuvieran lo más cómodos posibles. ¡Incluso había cerrado el bar sólo para ellos!. Kate y Lannie entraron y lo encontraron concentrado subido a una silla colocando algún adorno por el techo.
La sonrisa de la inspectora no pudo ser más grande al verlo, y más en aquella situación, adornando el bar con guirnaldas y adornos de todo tipo de colores. “No puede ser más niño, pero me encanta”. Pensó para sí misma acercándose a la silla sobre la que se sujetaba el escritor. “¿Necesitas ayuda o te las apañas tú solito?”. Preguntó ella mirando hacia arriba y rodeando la silla para que él la viera.
“¡Kate!”. Sonrió contento de verla mientras amarraba la última cuerda de aquel adorno. “No, tranquila, esto ya está”. Se bajó rápidamente de la silla y sin recaer en la presencia de Lannie, agarró a Kate de la cadera pegándola a él y dándole un profundo beso en los labios. “La he echado de menos, inspectora”. Susurró en sus labios mientras ella intentaba esconder su cara sonrojada de la mirada de Lannie.
“¡Pero qué bonito es el amor!”. Exclamó la forense haciendo que Rick se sobresaltara y pegara un pequeño bote, separándose de su chica.
Kate mantenía la cabeza medio agachada y completamente sonrojada. “¡Lannie!”. Le avisó antes de que continuara gastándoles bromas y alzó la cabeza para mirarla mientras le amenazaba con un dedo.
“Está bien, está bien. Ya me callo, que le tengo aprecio a mi vida y sé que siempre llevas contigo tu pistola”. Kate sonrió agradecida y vio por el rabillo del ojo cómo Castle disimulaba mientras ponía posavasos sobre una mesa de madera. “Pero que sepáis que, si antes ya erais monos cuando estabais juntos, ahora lo sois aún más”. Rió la forense al ver la cara de Kate quien la amenazaba mientras negaba con la cabeza.
Castle no podía dejar de sonreír. Parecía que Beckett le había contado a su amiga que estaban juntos y eso le hacía sentirse feliz porque por fin ella no tenía reparos en anunciar su relación.
“¿Y tú de qué te ríes?”. Preguntó la inspectora dándole un cariñoso cachete en el trasero mientras él estaba ligeramente inclinado hacia delante colocando los posavasos.
“¡Ey, que eso es mi culo!”. Protestó él sin dejar de sonreírle en ningún momento. Kate alzó la ceja divertida y se cruzó de brazos esperando la respuesta a su pregunta. “¿Qué?”. Preguntó él al ver que lo miraba así. “Oh… ¿que por qué sonreía?”. Kate asintió. “Pues muy sencillo inspectora”. Se acercó a ella agarrándola con una mano de la cadera y haciendo que se pegara a su cuerpo. “Porque a su lado, soy feliz”. Depositó un suave beso en sus labios y fue a la barra a confirmar por tercera vez que tuvieran bebidas alcohólicas de todo tipo.
Kate se quedó quieta en la misma postura en la que él la había dejado. Tenía una sonrisa enorme y se estaba mordiendo fuerte el labio. Le encantaba ese juego entre ellos, le encantaba él y la forma tan rápida que tenía de ponerla nerviosa. Soltó un ligero suspiro, típico de una persona que está sumergida en pensamientos agradables, normalmente relacionados con el amor.
Su amiga se había colocado a un costado suyo, en silencio. Se acercó a su oreja y le susurró. “Sí que te ha dado fuerte con el chico escritor, sí. O… ¿tal vez debería llamarlo hombre escritor?”. Preguntó alzando las cejas y haciendo que Kate la mirara haciendo gala de su típica “mirada asesina”. Lannie rió. “Vale, vale, ya me callo, prometido”. Apretó sus propios labios con su dedos pulgar e índice en señal de que no gastaría ninguna broma más al respecto.
Estuvieron ayudando a Castle a organizar todo hasta que llegaron los chicos. Kate había pedido a Lannie que no dijera nada de su relación con Castle y les había pedido a los dos que le siguieran el juego frente a los detectives. Tras decirle a Brian, el camarero, lo que cada uno tomaría, se sentaron a la mesa, utilizando como asientos unos bancos largos situados alrededor. Espo junto a Lannie, Ryan frente a Espo y Jenny a su lado, Kate al lado de la forense y Castle frente a Beckett al lado de Jenny. Comenzaron a charlar animadamente, al principio de cosas relacionadas con la comisaría y los casos y después sobre política, las nuevas propuestas que el alcalde estaba comunicando para llevar a cabo en Nueva York, etcétera.
“Bueno, y ¿cómo es España?”. Preguntó Kevin tras un momento de silencio en el que parecía que la conversación anterior había llegado a su fin. Todos dirigieron sus miradas a la pareja, alternándolas a uno y otro.
Rick miró fugazmente a Kate y vio que ella estaba concentrada en cortar una servilleta en pedacitos. Decidió contestar él. “La verdad es que es muy bonito. Si tuviera que elegir otro destino para huir, sin duda, sería allí”. Bromeó haciendo sonreír a los demás, incluida a Kate.
“¿No os habéis aburrido tanto tiempo, sin trabajar?”. Preguntó Espo, intentando continuar con el tema que realmente les interesaba.
Kate levantó la cabeza, miró un segundo a Rick quién no había dejado de mirarla e intentó disimular una amplia sonrisa que luchaba por dibujarse en sus labios. Miró a los chicos y contestó. “La verdad es que yo me he aburrido bien poco”. Todos la miraron intrigados, deseando que siguiera. Incluidos Rick y Lannie quienes a pesar de saber la verdad, querían escuchar lo que decía, pues suponían que la inspectora empezaría a tomarles un poco el pelo. “Conocí a un hombre increíble”. Dijo Kate dejando a Ryan y Espo boquiabiertos y a Jenny centrándose de pleno en la conversación. “Amable, cariñoso, romántico, grande, apuesto, fuerte… juguetón”. Añadió con una sonrisa pícara, la misma que se dibujó en los labios de Castle, aunque éste la disimuló. “Muy juguetón”.
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