después de la tormenta

Ni se te ocurra hacerlo mas corto!!! Así esta perfecto!!! Y cómo nos dejas así?? Continualo pronto please esto está interesante!!!

Ya decía yo que venía todo demasiado bien...
VOS ME QUERES MATAR DE UN PARO CARDIACO, NO?!?!?!?! Cómo vas a hacer principal sospechoso a Castle!!! Seguro que el bolas toco la escena del crimen y ahora va a terminar pagando los platos rotos... Hayyyy, veo pelea en puerta no me hagas estooooo

Jorja escribió:Ya decía yo que venía todo demasiado bien...
VOS ME QUERES MATAR DE UN PARO CARDIACO, NO?!?!?!?! Cómo vas a hacer principal sospechoso a Castle!!! Seguro que el bolas toco la escena del crimen y ahora va a terminar pagando los platos rotos... Hayyyy, veo pelea en puerta no me hagas estooooo

No,¡Castle no es el principal sospechoso! Creo que no lo he explicado muy bien, así que voy a intentar aclaralo: Lanie le dice a Beckett que lo único que han encontrado es a "alguien" (Castle) que tiene parecido parental con el dueño del pelo que estaba en la escena del crimen. No es que el pelo sea de Castle, sino de un familiar suyo, ya que tiene similitud con su ADN.
Ni si quiera se si esto es posible, me lo voy inventando todo según me conviene... Lo siento si habéis entendido otra cosa ¡¡La próxima vez me explicaré mejor!!

Y a las que le gustan los capis los capis largos: ¡¡PREPARAOS!! jajaja Me habéis convencido y no los voy a acortar ni un poquito

Muchísimas gracias a tod@s por leerme

ohhhhahahhahahaha


siiiiiiii keremossss largooooooooo ehhhhhhh xdddddddd


gracias a ti por subir massssssssssssssssss xDDDDDDD

largoooooooooo!!!!!!!!!!!!!

CONTINUALO LARGO, MUY LARGO PERO CONTINUALO!!!!!!!!!!!!!!

Te comprendemos Jorja porque el ataque ha sido grupal!!!!

Jorja escribió:

rkel84 escribió:

Jorja escribió:Ya decía yo que venía todo demasiado bien...
VOS ME QUERES MATAR DE UN PARO CARDIACO, NO?!?!?!?! Cómo vas a hacer principal sospechoso a Castle!!! Seguro que el bolas toco la escena del crimen y ahora va a terminar pagando los platos rotos... Hayyyy, veo pelea en puerta no me hagas estooooo

No,¡Castle no es el principal sospechoso! Creo que no lo he explicado muy bien, así que voy a intentar aclaralo: Lanie le dice a Beckett que lo único que han encontrado es a "alguien" (Castle) que tiene parecido parental con el dueño del pelo que estaba en la escena del crimen. No es que el pelo sea de Castle, sino de un familiar suyo, ya que tiene similitud con su ADN.
Ni si quiera se si esto es posible, me lo voy inventando todo según me conviene... Lo siento si habéis entendido otra cosa ¡¡La próxima vez me explicaré mejor!!

Y a las que le gustan los capis los capis largos: ¡¡PREPARAOS!! jajaja Me habéis convencido y no los voy a acortar ni un poquito

Muchísimas gracias a tod@s por leerme

Sisi, en si no se por qué dije eso si lo había entendido jajaja, solo que me había agarrado un ataque xD

Eso me pasa a mi también con muchos fics ¡jajaja!

Celia escribió:Te comprendemos Jorja porque el ataque ha sido grupal!!!!

rkel84 escribió:

Jorja escribió:

rkel84 escribió:

Jorja escribió:Ya decía yo que venía todo demasiado bien...
VOS ME QUERES MATAR DE UN PARO CARDIACO, NO?!?!?!?! Cómo vas a hacer principal sospechoso a Castle!!! Seguro que el bolas toco la escena del crimen y ahora va a terminar pagando los platos rotos... Hayyyy, veo pelea en puerta no me hagas estooooo

No,¡Castle no es el principal sospechoso! Creo que no lo he explicado muy bien, así que voy a intentar aclaralo: Lanie le dice a Beckett que lo único que han encontrado es a "alguien" (Castle) que tiene parecido parental con el dueño del pelo que estaba en la escena del crimen. No es que el pelo sea de Castle, sino de un familiar suyo, ya que tiene similitud con su ADN.
Ni si quiera se si esto es posible, me lo voy inventando todo según me conviene... Lo siento si habéis entendido otra cosa ¡¡La próxima vez me explicaré mejor!!

Y a las que le gustan los capis los capis largos: ¡¡PREPARAOS!! jajaja Me habéis convencido y no los voy a acortar ni un poquito

Muchísimas gracias a tod@s por leerme

Sisi, en si no se por qué dije eso si lo había entendido jajaja, solo que me había agarrado un ataque xD

Eso me pasa a mi también con muchos fics ¡jajaja!

Me alegro de no ser la única loca jajajaja

Entoncesss de quien essss ¿?¿?¿?¿?¿?¿???¿? no nos hagas sufrir muchoo plisss XDDD

PD: increibleee como siempreee gracias por traernos este maravilloso ficcc XDDD

uuuuuuu!! como que castle??? yo creo que es el padre y ha cambiado su historial por el de castle o algo parecido. continualo pronto!!!

Es el padre, esta clarisimo, muy bueno el fic como siempre rkel84

Aquí está el siguiente capi, que aclara muchas cosas.
Espero que os guste, ya me diréis.
¡¡Muchas gracias por leer y por animarme tanto!!


CAPÍTULO 9


Beckett buscó a tientas su silla, ya que no podía despegar los ojos del expediente que tenía entre sus manos. La colocó como pudo y se sentó en ella. Dejó el expediente encima de la mesa, sin poder dejar de mirarlo. No lo estaba estudiando, ni si quiera lo leía, solo miraba la foto de archivo de Castle de una de tantas veces que le habían detenido y que aparecía en la primera página.
Haciendo un gran esfuerzo, apartó los ojos de aquellos papeles y miró a Lanie.
¿Estás segura de esto? – Le preguntó a la forense.
Los del CSI lo han comprobado tres veces. Estoy segura – Contestó con tristeza.
Beckett miró al capitán con la esperanza de que éste le dijera lo contrario, pero Montgomery no pudo hacer más que afirmar ligeramente con la cabeza y apartar su mirada de ella.
Beckett respiró hondo y volvió a levantarse de su silla. Se dio la vuelta y vio a Caslte con las dos tazas de café en la mano, parado en medio del pasillo.
Castle se había dado cuenta de cómo el casero le susurraba algo a Expósito mientras ambos le miraban. La cara de preocupación de Expósito le hacía presentir que lo que le estaba contando el casero no era nada bueno. Entonces miró a Beckett en busca de respuestas, pero un sentimiento de miedo le recorrió todo el cuerpo al encontrársela tan pálida y seria. También se percató, por primera vez, de la presencia de Lanie y el capitán. No aguantaba más y se dirigió hacia la mesa de Beckett.
¿Tenéis algo que contarme? – No sabía si quería saber la respuesta, pero tenía que preguntarlo.
La mirada de Castle rotaba por las tres personas que tenía delante, pero ninguno de ellos se atrevía a ser el primero en hablar.
Vamos a un sitio más tranquilo y hablamos – Dijo Beckett por fin, cerrando el expediente y dando un largo suspiro. Pasó al lado de Castle sin mirarle y empezó a andar hacia una de las salas de interrogatorio
Pero ¿Por qué? – Castle estaba cada vez más impaciente por saber qué le estaban ocultando.
Si, será lo mejor – Dijo Montgomery siguiendo los pasos de su detective.
Lanie los siguió en silencio y Castle, resignado y nervioso, fue detrás de ellos.
Por fin se cerró la puerta de la sala. Beckett puso el expediente encima de la mesa y lo abrió. Castle lo cogió y se sentó en una de las sillas.- ¿Qué pasa con esto?
Eso es tu historial delictivo… y algo más – Dijo Beckett casi en un susurro.
Pero no he vuelto a hacer nada por lo que me hayan arrestado – Miró a Beckett – Dime qué pasa.
Lanie se adelantó a su amiga y se puso delante de Castle, le quitó el expediente de las manos y sacó una de las hojas que había dentro. La puso encima de la mesa, frente a Castle, para que pudiera leerlo bien.
Estos son los resultados del pelo que encontramos en la mano de la señora Monroe.- Empezó a explicar. Caslte le miraba cada vez más confundido. – Lo han analizado varias veces y solo nos ha dado un resultado parcial. Eso quiere decir que no tenemos a la persona que buscamos, sino a un pariente cercano que comparte su mismo ADN.
¿Y eso qué tiene que ver conmigo? – Preguntó, aun que, en su cabeza, la respuesta ya había aparecido.
Ese pariente cercano – Continuó Beckett – Eres tú, Castle.
¿Tienes idea de quién pudo haber sido?- Preguntó Montgomery.
¿Un familiar mío, asesino en serie? – A Castle le costaba visualizarlo. – Tal vez Alexis. Esa pelirrojilla parece demasiado buena, nunca sospecharían de ella… - Los nervios le estaban empezando a afectar e intentó esconderlos detrás de sus chistes- Mi madre… no sé, creo que matar a alguien es demasiado sucio y ella es tan escrupulosa que…
Ya vale, Castle – Beckett le interrumpió.- Por favor, esto es serio.
¿Y qué esperáis que os diga? – Dijo cogiendo la hoja de encima de la mesa – Ellas son mi única familia. Mi madre es hija única y mis abuelos murieron hace mucho tiempo. Tal vez sea por parte de padre pero solo conozco a… - Castle se quedó pensativo – Mi padre… -Susurró perdido en sus pensamientos.
Sonaron dos golpes de nudillos en la puerta y al momento se abrió un poco. Expósito asomó la cabeza. - ¿Puedo pasar? – Preguntó mirando a Montgomery. Este asintió con la cabeza y Expósito entró a la sala, cerrando la puerta tras él.
Acabo de acompañar al señor Elliott al ascensor. Él es el ex casero de Ajmed – Expósito no sabía por dónde empezar – Castle, creo que esto es importante ¿Habías visto antes a ese hombre?
No – Contestó – La primera vez que lo he visto ha sido hoy, cuando salíais de ver las fotos.
Pues insiste en que eras tú el que iba a casa de Ajmed o que, por lo menos, te pareces mucho a él. Pero es que no termino de entenderlo, porque dice que ahora estás mucho más joven que cuando te vio allí… No puede ser…- Expósito miraba a Castle como si éste le fuera a dar la explicación más lógica del mundo, pero sus esperanzas de que todo fuera un mal entendido se desvanecían cada segundo que Castle permanecía en silencio, mirando la hoja de papel que Lanie le había dado antes.
Castle levantó la vista del papel y su mirada fue directa a Beckett. Ella también le miraba, sabiendo que en ese momento los dos estaban pensando lo mismo, pero ninguno se atrevía a decirlo. Beckett tragó saliva intentando, en vano, deshacer el nudo que se había formado en la garganta. Al ver ese pequeño gesto de ella, Castle no aguantó más, todo aquello tenía que ser cierto. Bajó la cabeza y se la cubrió con las manos. Por su mente la información viajaba a toda velocidad y todo lo que le habían contado y había visto, de pronto empezó a encajar como las piezas de un rompecabezas.- Mi madre me dijo que Alexander estuvo en aquel bar el sábado por la noche, la noche del primer asesinato, y que desapareció justo después de que la señora Meyer y sus amigas abandonaran el local, después de recibir una llamada. – Sus palabras casi se tropezaban unas con otras intentando salir todas a la vez- La noche que mataron a la señora Monroe, Alexander había quedado con mi madre para ir al cine, pero la llamó para anular la cita porque le había surgido algo. Ella estaba tan molesta… – Se decía a sí mismo-… esto es de locos…
Beckett no sabía que hacer ante la angustia en las palabras de Castle. Sabía que él era un hombre fuerte y que se repondría, pero le costaba creerlo viéndolo tan hundido.
Mi madre – farfulló- mi madre, ¡puede que esté con él ahora mismo…!- Se levantó de un salto y casi tira la silla al suelo, empezó a buscar su móvil, torpemente, entre los bolsillos de su pantalón, lo sacó y empezó a buscar en su agenda, pero estaba tan nervioso que no era capaz de marcar en la agenda el nombre de su madre. Por fin lo consiguió y a los dos tonos, la voz de Martha sonó al otro lado de la línea.
¡Hola, querido! – Respondió. Se le notaba feliz- ¿De qué lío tengo que sacarte esta vez?
¿Dónde estás? ¿Estás sola? ¿Dime?- Castle estaba impaciente por saberlo.
Hijo, me estás preocupando, ¿qué pasa? – Martha empezó a intrigarse.
Tú solo dime dónde estás, por favor – La urgencia se hacía más evidente en las palabras de Caslte.
Pues ¿Dónde quieres que esté? En la escuela de actores, con mucho papeleo – Explicó- Cuando me metí en esto no creía que fuera a tener tanto trabajo. ¿Sabes? Creo que necesitaré un ayudante…
¿Y Alexander? – Se interesó Castle, algo más calmado por saber que su madre no estaba en algún sitio a solas con él.
Pues hemos quedado para almorzar, vendrá a recogerme en un rato – Se quedó pensativa- Si quieres puedes venir. Sé que no te ha dado mucho tiempo para estar con él estos días, así que ¿Qué te parece? Un almuerzo familiar, suena muy bien… por supuesto le puedes decir a Beckett que venga.
No. – Contestó Castle tajante- No vas a ir con él. Ni se te ocurra ir a almorzar con él. Beckett y yo vamos a ir ahora mismo a recogerte y vas a venir aquí con nosotros, a la comisaría.
¿Y eso porqué? – A Martha le estaba oliendo muy mal todo aquello. Su hijo nunca quería verla fuera de casa y ahora insistía en llevarla allí.
Te lo explicaré todo luego – Castle sabía que aquello no podía decírselo por teléfono.- Te veo en diez minutos. Y, por favor, no llames a Alexander para contarle nada de esto. Te prometo que luego lo entenderás todo.
Castle colgó el teléfono y vio como Beckett estaba ya esperándole en la puerta, dispuesta a salir de allí cuanto antes.
En un tiempo record estaban montados en el coche de camino a la escuela de actores. Todo el trayecto lo hicieron en silencio. Beckett no sabía qué hacer para animarle y cada vez le daba más rabia, porque él siempre sabía qué decir o hacer cuando ella tenía un mal día y ahora se sentía impotente al no poder consolarlo igual de bien. Castle, por su parte, estaba perdido en sus pensamientos, intentando entender porqué el destino había querido que ese hombre se cruzara en su camino, porqué tenía que haberle traído de nuevo la felicidad a su madre para, ahora, tener que quitársela de un plumazo. Él ya sabía que la vida era injusta, pero, después del fallecimiento de su último novio, esto era lo que le faltaba a su madre para hundirse del todo. De pronto notó la calidez de una mano en su pierna. Era Beckett, desde su asiento, con la mirada más tierna que nunca había visto.
Lo vamos a solucionar – Le dijo ella intentando sonreír. Castle la miró, asintió con la cabeza y puso su mano encima de la de Beckett.

En la comisaría, Ryan y Expósito estaban buscando todo lo que pudiera encontrar sobre Alexander. Expósito le había contado a su colega lo sucedido. Los chicos sólo sabían que Castle había conocido recientemente a su padre y poco más. Pero en cuanto empezaron a investigar a ese hombre y vieron su foto del carnet de conducir en los archivos de tráfico, tuvieron que apoyarse en la mesa del ordenador para no caerse. – No me extraña que el casero los confundiera. Es un Castle de la tercera edad.- Comentó Ryan.

Después de un viaje lleno de frases tipo “Quiero saber qué está pasando aquí” por parte de Martha y respuestas tipo “te lo diré cuando lleguemos” por parte de Castle, por fin llegaron comisaría y entraron en la misma sala de antes, donde les esperaban Lanie y el capitán.
Montgomery fue el que se encargó de empezar a contarle a Martha la primera parte de la historia. Ella ya conocía las muertes de las dos señoras, pero nada más.
Según el capitán iba hablando, la cara de Martha iba tomando un todo pálido y sus ojos se iban llenando de horror. Castle la tenía cogida de la mano y miraba al suelo. Luego fue el turno de Lanie explicarle que la prueba que habían encontrado pertenecía a un familiar de Castle y por último, Beckett le contó que el portero había reconocido que su hijo se parecía sospechosamente al hombre que buscaban.
Martha no podía dar crédito a lo que estaba escuchando. Ella no había dejado de pensar después de muchos años en aquel hombre, de imaginar cómo habría sido la vida con él, de… tantas cosas. Y ahora resulta que era el principal sospechoso de dos crímenes cometidos contra dos mujeres. Temblaba ante la idea, ya que, por el patrón que seguían, ella podría haber sido la siguiente.

Después de aquello, Castle se fue con su madre a casa. No le apetecía estar en la comisaría. Viendo la cara de su madre tampoco le apetecía participar en el caso. Esperaba que todo aquello pasara pronto para poder recordarlo como un mal sueño. Pero sabía que aquello no terminaría despertándose en medio de la noche.
Beckett estuvo llamándole el resto del día, para ver qué tal se encontraba, pero Castle no contestó ninguna de sus llamadas y cada vez estaba más preocupada. Casi al final de la tarde, decidió ir a verle.
Llegó a la puerta de su loft y llamó al timbre. Abrió Alexis, con la cara desencajada. Se notaba que había estado llorando. Le hizo un gesto a Beckett para que pasara dentro. La casa no estaba como siempre, solo había una pequeña lámpara encendida, pero el resto de la casa estaba en penumbra. Beckett le preguntó cómo se encontraba, la chica se encogió de hombros. Después le contó que su padre no había salido de su habitación en mucho tiempo. Su abuela estaba arriba, viendo viejas fotos suspirando, así que le dijo que iba a ir a ver qué tal se encontraba y se disculpó, subiendo las escaleras y dejando a Kate sola en el enorme salón.
Beckett se dirigió a la habitación de Castle, llamó y abrió la puerta antes de que a él le diera tiempo a contestar. Él está metido en la cama, con el pijama puesto. La persiana estaba bajada a medias y entraba todavía un poco de luz. Beckett intentó mantenerse firme para hacer que él reaccionara.
Tenemos trabajo que hacer.- Le dijo ella
Hoy no, no tengo fuerzas.- Respondió.
Vamos, te necesito – Pidió en tono suplicante.
Por favor, no insistas. Mi familia está destrozada. Nunca había visto a mi madre de esa manera. Va como un fantasma por toda la casa… - Hablaba mirando a la nada.
Viéndote a ti me hago una idea, pero este no es el fin del mundo.- tenía que animarlo de alguna manera- Tenemos que atraparlo antes de que vuelvan a matar.
¿Sabes lo que me estás pidiendo? – Por fin la miró.- Me pides que te ayude a atrapar a mi propio padre. Destrozaría a mi madre.
Tu madre ya está destrozada y esto no es culpa tuya.- Beckett empezó a alzar la voz.
Y entonces ¿Por que siento como si lo fuera? – Volvió a bajar la cabeza.
Venga, Castle. Ahora mismo quiero que te vistas y que vengas conmigo. Vamos a resolver esto.- Se acercó a él, le cogió del mentón suavemente y le obligó a que volviera a mirarla- No lo voy a hacerlo sin ti. Tú no me dejaste que me rindiera con lo de mi madre y no pienses, ni por un momento, que te voy a dejar solo ahora.
No.- Volvió a contestar.
¿Vas a hacer que me meta en esa cama y te saque a la fuerza?- Preguntó.
No. Sólo te pido que me dejes tranquilo, hoy no tengo fuerzas para salir. Yo no soy policía, no tengo porqué hacerlo.- Dijo molesto.
¿Eso es todo lo que quieres hacer?- Cada vez estaba más enfadada- Nunca te he visto rendirte ante nada. Nunca.
Pues ya lo estás viendo- Le dijo- No voy a hacerlo. Deberías apoyarme en vez de enfadarte conmigo.
-Está bien, como quieras.- Se dio media vuelta, dirección a la puerta. Pero se paró. Se quedó unos segundos en silencio.
Castle había vuelto a meterse en sus pensamientos creyendo que ella se iba a ir, pero al no escuchar la puerta cerrarse, alzó la cabeza y la miró expectante.
Ella seguía ahí de espaldas. Empezó a desabrocharse los botones del abrigo y se lo quitó, lo dejó a los pies de la cama. Se volvió y miró a Castle, todavía con la cara seria se dirigió hacia él. Se sentó en la cama y empezó a quitarse los zapatos. Apartó la colcha para entrar en la cama. Castle no sabía qué quería conseguir con eso, pero no dijo nada.
Si es esto lo que necesitas,- Le dijo dulcemente- yo voy a estar aquí contigo.
Gracias, Kate – Contestó él en voz baja.
Se acomodó a su lado, el abrió un brazo para que ella pudiera poner la cabeza en su pecho y se quedaron quietos, en silencio y fuertemente abrazados.

Lo que hace Beckett por Castle es muy bonito

Cuando lei la escena del final mi cara su

Me encanta tu fic es increible

OHH!!!!! pero que bonito!!!!!!!así se hace Beckett, tienes que apoyar a Castle!!!!!!!

SIGUE PRONTO

Mori de amor con la última parte! Cuando puedas, continualo!

¡¡¡¡¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!!!!! Que bonito.

Que bonitooo


Esta genial^^

simplemente me ha encantado!!!! es presioso
No dejes de escribir!!!!!!!!!!

oooooooooiiiins que gran final de capitulo
me encanta, continualo pronto

Un CAPITULAZOOO!!! Muy bueno

excelenteeeeeee capIIiIiIIiIiiIi


continuaaaaaaaaaaaaaa plisss

Aquí os dejo otro capi que sirve, más que nada, para riza el rizo... jeje!!
Muchísimas gracias por dedicar un ratito a leer esta historia y sobre todo por dejar esos comentarios que me animan tanto.
¡¡Espero que os guste!!

CAPITULO 10

Exactamente no sabrían decir cuanto tiempo se quedaron así, tal vez fue una hora, puede que dos. Kate empezó a acariciarle el pecho y, sin querer, desabrochó el primer botón del pijama de Castle. Rozó su piel con la mano y desabrochó otro botón más, esa vez a propósito. Y otro más. Apartó un poco la tela y le dio un beso en el pecho, suave y tierno. Él seguía en su misma postura, sin moverse, hasta que Kate empezó a subir por a su cuello, su mandíbula y él reaccionó. Agachó la cabeza para que ella pudiera llegar a su boca. Eran besos tiernos, tranquilos. A Castle lo único que le apetecía era olvidar aquella mañana en la comisaría, la cara de su madre y todos sus sentimientos de tristeza, así que se centró en aquellos besos como si fueran la medicina placebo que necesitaba. Se centró en sus respiraciones, en los labios suaves de Kate, en sus manos, que le recorrían el pecho. También se centró en sus propias manos que se habían puesto en marcha y recorrían el cuerpo de Kate. Si, eso era lo que necesitaba. Centrarse en ella como si fuera la única cosa importante del mundo. Casi sin pensar se estaban desnudando mutuamente sin dejar de besarse y acariciarse.
Kate notó como él se volcaba en ella de una manera muy distinta. En esa semana habían hecho el amor varias veces y habían sido románticas y un poco salvajes, otras rápidas, por el miedo a ser descubiertos, pero nunca así. Kate podía sentir como él transformaba toda su angustia en pasión. A ella le gustaba que él hiciera aquello, porque sabía que la estaba haciendo partícipe de ese dolor. Así podía sentirlo con él. Una vez que se acostumbró a esa forma tan brusca de hacerle el amor, se dejó llevar y disfrutó de ello casi más que las otras veces.

Cuando terminaron se volvieron a abrazar y hablaron durante casi toda la noche, primero de ella, para romper el hielo, del caso de su madre y todo lo que había tenido que pasar. Kate enlazó sus palabras de tal manera que Castle casi no se dio cuenta de que había cambiado el tema y le estaba hablado de Alexander. Ella pensó que si, tal vez exponía el tema de una manera diferente, Castle volvería a ayudarla en todo aquello.
Le dijo que puede que todo fuera una serie de coincidencias, que solo tenían la prueba de que Alexander había visto a Ajmed, de que la señora Monroe tenía un pelo en su mano, pero que estaba por demostrar que fuera de su padre. ¿Por qué no luchar por averiguar si su padre era realmente culpable de aquello que habían visto tan claro desde el principio? Claro que todas las pruebas llevaban a él, pero muchas veces habían sacado conclusiones equivocadas sobre otros sospechosos. Tal vez sólo se habían precipitado. Le dijo que por la mañana buscarían a Alexander y hablarían con él. Si cooperaba con ellos puede que todo quedara en un mal entendido.
Castle se durmió casi cuando estaba empezando a amanecer pensando en la maravillosa teoría que Kate le había contado. Deseaba que aquello se hiciera realidad y que ese asunto se solucionara pronto.

Esa mañana sonó el timbre de la puerta. Castle y Kate llevaban pocas horas durmiendo, pero algo les hizo despertarse. Escucharon a Martha gritar y casi de un salto, Castle se había puesto los pantalones del pijama y salía disparado por la puerta de la habitación. Kate cogió una camisa que él tenía encima de una silla, al lado de la cómoda, y se la abrochó mientras cruzaba la habitación, siguiendo los pasos de Castle.

¡Vete de aquí!- Gritaba Martha – Me has engañado, eso es lo que has hecho todo este tiempo… yo como una tonta pensando que tal vez tendríamos una nueva oportunidad y resulta que eres… eres…
Alexander estaba de pie en la puerta de entrada, con la mirada confusa, movía sus manos como intentando coger a Martha de los brazos para, así, intentar calmarla, pero ella no se dejaba tocar.
Madre – Castle se acercó a ella.- Espera, espera…- Él había decidido que iba a dejar que Alexander se explicara. Martha le fulminó con la mirada. El día anterior le había contado que aquel hombre podría ser un asesino y ahora la detenía en sus acusaciones.
¿Que espere a qué? – Preguntó enfadada.
A que hablemos con él.- Dijo Kate desde detrás.
Martha miraba a su hijo y a la detective algo escéptica, pero aun así, les dejó hablar.
Alexander – Kate se dirigió a aquel hombre.- ¿Te importaría que te hiciésemos algunas preguntas en comisaría?
Claro, no hay problema – Dijo él. La miró de arriba abajo y entonces ella se dio cuenta de que llevaba sólo la camisa de Castle, que dejaba poco a la imaginación.
Pues… ahora vuelvo – Dijo ella dándose la vuelta y dirigiéndose de nuevo al dormitorio de Castle. Por el camino iba estirando la camisa todo lo que podía, para que le tapara lo máximo posible. A Castle se le escapó una sonrisa.
Miró a su madre de nuevo. No sabía que Kate estaba en casa esa noche, pero no hacía falta que su hijo le dijera que había pasado ahí. Le daba un poco de apuro dejarla a solas con Alexander, pero no le quedaba más remedio que ir vestirse.
Yo… vengo en un minuto – Le dijo a su madre dándose la vuelta y yendo detrás de Kate.

Martha no había querido dejar pasar a Alexander en su casa hasta que no se aclarase todo el asunto, así que éste les esperó en la puerta. Salieron los tres de camino a la comisaría en el coche de Beckett.
Cuando llegaron, se dirigieron a una de las salas de interrogatorios. Le contaron que habían encontrado el cuerpo de la señora Meyer y de la señora Monroe y le pidieron a Alexander si les podía dar una muestra de ADN, a lo que él no se opuso. Después de tomarle las muestras, le explicaron que aquello era por la coincidencia que había dado aquel pelo con el ADN de Castle, también le comentaron que, gracias al parecido con su hijo, el portero le había situado en casa de Ajmed. Le habló un poco por encima de las teorías que tenían sobre las noches de los asesinatos, en las que nadie sabía dónde había estado, aunque Beckett procuró que no sonara mucho a acusación directa, con el fin de que él cooperara con más facilidad. Tampoco hablaron de la persecución del todoterreno ni de la foto que Castle había hecho. Si era culpable no les interesaba que supiera todos los datos que tenían sobre la banda.
Alexander les miraba sereno, sin mover un músculo de la cara, muy atento a sus palabras. Cuando Beckett terminó de hablar, llegó su turno.
Hay una explicación lógica para todo esto – Les dijo. Su voz sonaba tranquila- Conocí a Ajmed poco tiempo después de que llegara, en un bar de las afueras. Su inglés era un poco patético y no le cogían en ningún trabajo, así que me ofrecí para darle algunas clases. Yo no trabajo, tengo un negocio familiar en Texas que heredé de mi padre, no me hace rico, pero me da para vivir. Voy una o dos veces al mes para controlarlo. Tengo allí de encargado a un chico de confianza, así que no tengo que estar supervisándolo todo el tiempo, por eso tengo mucho tiempo libre y no me importó ayudar a Ajmed. Hace unos meses me llamó porque habían llegado a EE.UU dos compatriotas suyos y me pidió que les ayudara igual que había hecho con él. Por supuesto le dije que si, porque además estos me iban a pagar, así que estuve yendo a ese piso para darles algunas clases básicas. El dinero extra me da para algunos caprichos.
¿Y qué paso la noche del sábado?- Preguntó Castle – Mi madre me dijo que te fuiste justo después de que la señora Meyer saliera del bar, y que antes recibiste una llamada.
Ah, si… me acuerdo de cómo tu madre insistió en que me quedara…- Sonreía mientras la recordaba.
Alexander – Continuó Beckett – Necesitamos que nos cuentes todo lo que pasó.
La noche del sábado me llamó Sergey y me pidió que fuera donde él estaba. Quería comprar droga... yo intenté hacerle cambiar de opinión por teléfono pero me dijo que ya estaba con unos tíos que creía que vendían, pero que no le entendían bien. Sergey estaba rehabilitado y no quería que volviera a caer en aquel mundillo, quería que aprovechara la oportunidad de tener un trabajo y una vida digna. ¿Sabéis? Después de haber enseñado a Ajmed y a sus dos amigos, yo también terminé hablando algo de checheno y Sergey me hablaba casi siempre en su idioma, mezclándolo con algunas palabras en inglés y yo hacía lo mismo pero al revés. Así nos entendíamos…
Le dije que no hiciera nada, que iba de camino, entonces me despedí de tu madre y me fui a buscarle. Me lo encontré junto aquellos hombres y conseguí convencerle para que no lo hiciera. Me lo llevé a su casa y estuvimos viendo la televisión un rato. Luego yo me fui a mi apartamento, sobre la una y algo.
¿Y porqué no le dijiste nada de esto a mi madre?- Preguntó Castle.
Pues porque ella siempre se ha relacionado con muy buena gente y sé lo que pensaría si supiera que he estado viendo a antiguos delincuentes. – Bajó la vista a la mesa - No le gustaría nada, por eso no se lo conté.
¿Conocías de algo a la señora Monroe? – Preguntó Beckett, siguiendo con el interrogatorio.
La señora Hilary Monroe era una conocida mía, si. – Dijo con un poco de vergüenza- La noche de su muerte había quedado con Martha, pero Hilary me llamó. Nos habíamos estado viendo desde hacía unos meses, pero ahora que estoy con Martha, tenía que decirle que lo nuestro había terminado, así que quedé con ella en una cafetería de la cincuenta y dos para poner fin a aquello. Ella me suplicó que no la abandonara, que no me fuera, pero me deshice de sus brazos y me fui de allí. La última vez que la vi, ella estaba con vida. Podéis comprobarlo, la cafetería se llama Arccos. Luego me fui a un bar a beber hasta las once. No me acuerdo del nombre del sitio, pero si de la dirección, os la puedo dar.- Puso cara de pena y entrelazó sus manos.- Casi no veo la televisión y mucho menos las noticias. No tenía ni idea de que Hilary había muerto. Yo no quería que ella se fuera así. Tuvo que ser horrible.

De acuerdo,- dijo Beckett- comprende que tenemos que verificar todo lo que nos acabas de contar, pero me alegro de que hayas podido explicarlo todo.

¿Sería mucho pedir que pudiera ir a contárselo a Martha en persona? - Pidió- Sabéis que no voy a salir del país, aquí está la mujer que amo... - parecía sincero. Beckett miró a Castle y él le devolvió la mirada alzando las cejas, parecía que le estaba pidiendo aquello como algo personal, así que Beckett aceptó.
De acuerdo, pero nos mantendremos en contacto – Le dijo a Alexander.- Comprende que esto algo excepcional porque eres el padre de Castle y él confía en ti.
Castle y Beckett se fueron hacia su mesa. La detective pidió a Ryan que verificaran toda la historia que Alexander les acababa de contar mientras esperaban los resultados del CSI con la nueva muestra que éste les había facilitado, aunque casi no hacía falta, ya que Alexander había reconocido que había estado con la señora Monroe.
Expósito llegó al rato de que Alexander se hubiera ido, con nueva información sobre Ajmed. La cuenta desde la que se transfería el dinero que habían estado recibiendo pasaba por varios bancos europeos, seguramente para despistar, pero por fin habían conseguido seguir el rastro y dar con el propietario. Era Ernest Stuart, americano, pero todos los datos que tenían de él se limitaban a un carnet de conducir caducado en 2005 y que no había vuelto a renovar. Seguramente fuera un alias o nombre falso. Le iban a enviar todos los datos que se conocían de él en un momento.
Ryan llegó casi derrapando por los pasillos - Nos ha mentido... –Dijo jadeando- Alexander… no existe ese negocio familiar, bueno, existía pero ya no. Lo vendió hace más de veinte años por unos cuantos miles y desde entonces no ha trabajado en nada, por lo menos en nada legal. Y las patrullas cuatro y siete nos han dicho que ni los camareros de la cafetería ni del bar se acuerdan de que Alexander estuviera allí. La cafetería tiene cámaras de seguridad y nos van a mandar las imágenes de esa tarde, pero están bastante seguros de no haberle visto. La camarera dice es fan de Castle y cree que recordaría a un hombre con tanto parecido físico a él.
Chicos, lo tengo, ya me lo han enviado - Dijo Expósito desde su mesa - Lo imprimo y voy para allá. - Sacó los papeles de la impresora y se dirigió a la mesa de Beckett, miró la imagen de la persona que le habían enviado con la identificación de Ernest Stuart y se paró en seco.- Joder...- Se acercó andando más despacio hacia Kate y Castle y les tendió la imagen y los pocos archivos que tenían del hombre en cuestión. Como habían imaginado, era una identidad falsa, ya que la foto de archivo de aquel hombre era la de Alexander. Llevaba una barba bastante larga, pero aun así se le reconocía fácilmente.
Castle no podía creerlo, había confiado en aquel hombre y les había mentido. La cara de Beckett se había puesto roja de furia, le había tomado el pelo delante de sus narices y se lo había creído, solo con la esperanza de que fuera una buena persona.
El móvil de Castle sonó. Era Martha. Estaba muy nerviosa, no podía parar de llorar. Alexander acababa de irse de su casa acompañado de otros tres hombres como tres armarios empotrados de grandes, todos encapuchados. Le dijo a Castle que Alexander le había obligado a abrir su caja fuerte a punta de pistola mientras los otros tres se habían dedicado a revolver toda la casa y que Alexander se había despedido de ella para siempre, porque, según le había dicho, no iban a tardar demasiado en averiguar quién era realmente.