(+18) La primera noche

Hay llamadas que lo cambian todo, que cambian tu vida, tu estado de ánimo, cambian tu forma de ver el mundo. Lo que ayer era difícil ahora es fácil, lo que ayer parecía tan lejano hoy está alcance de tu mano, lo que ayer te parecía un sueño, hoy es una pesadilla. Aunque odio reconocerlo ya tengo mis años, y he recibido muchas llamadas de estas. La de la editorial que quería vender mis libros, la de Meredith diciéndome que había roto aguas, la de Alexis desde el colegio diciendo que la habían nombrado estudiante del año, la de mi madre avisándome de que se había quedado sin nada y ahora viviría conmigo... y algunas más recientes, una diciéndome que el amor de mi vida había despertado tras la operación y otra que no cogí, porque estaba enfadado, pero no importa, porque se presentó en mi casa, empapada, con arrepentimiento, y la perdoné, claro que la perdoné. Y luego nos entregamos el uno al otro, sin vergüenza, sin miedo, sin prisas. Esa fue nuestra primera noche y la tengo guardada en mi memoria, como tengo memorizado su cuerpo, cada lunar, ese tatuaje de una estrella justo encima de la nalga derecha que me vuelve loco, sus cicatrices, cada sonrisa, y por supuesto cada gesto, cada gemido, cada suspiro. Sí, estoy irremediablemente enamorado de ella, pero hay llamadas que lo cambian todo y ahora mismo no sé que va a ser de nosotros, no sé que decisión va a tomar y tengo miedo.

Estamos los cuatro en su despacho, sin saber decir que decir, sin atrevernos a hablar mientras que Gates pasa su mirada del uno al otro. No hace ni media hora que nos ha llamado y nos ha dicho que nos presentemos en comisaría sin pérdida de tiempo. La tensión se puede cortar con un cuchillo, Esposito está de pie apoyado en la pared, con los brazos cruzados. Ryan está sentado en una de las sillas situadas frente al escritorio de Gates. Yo estoy a su lado y Rick está detrás de mi, una mano apoyada en el respaldo del asiento, puedo notar su temor y su preocupación, me gustaría cogerle la mano y decirle que no se preocupe, pero nadie en comisaría sabe sobre nuestra relación y no es el momento de contarlo. Gates sigue mirándonos, sus mirada es penetrante, intimidaría a cualquiera, pero no a mí, ya no trabajo para ella, ya no voy a permitirle ningún reproche o voz más alta de la normal. Ryan se remueve a mi lado incomodo, no me extraña, teniendo en cuenta todo lo que ha pasado. La capitana nos mira una vez más y luego empieza a hablar. Nos cuenta que un viejo amigo de Montgomery ha sido asesinado, tras haber sido torturado durante tres días, que ese viejo amigo es Smith, el mismo que me protegía a cambio de no hacer nada, la sombra en un aparcamiento de la que Rick me ha hablado. Pero no es eso lo que le preocupa a mi antigua jefa, no, ni es lo que preocupa a los chicos y a Rick. Lo que nos tiene a todos con el alma en vilo es otra cosa, algo peor, mucho peor. La casa de Smith ha sido destrozada y en la pared cuatro palabras lo han cambiado todo. "AHORA NADIE PODRÁ PROTEGERTE". Y todos sabemos para quien están dirigidas esas palabras y quien las ha escrito. Estoy asustada, me avergüenza decirlo, pero tengo miedo. Ahora que por fin tengo algo que le da autentico sentido a mi vida quieren quitármela. Siento como la mano de Castle apretando con furia el respaldo, sus dedos rozan mi espalda y me indican su rabia y su miedo. Ahora me da igual lo que piensen todos, tomo su mano y la aprieto con fuerza, quiero calmarlo, aunque sé que no será posible.

Ese gesto me llama la atención, pero ahora me da igual. Además no es algo que me tome por sorpresa, tendiendo en cuenta que todos en esta comisaría apostaban para ver cuando acabarían en la cama. Aunque ese gesto no es nada sexual, al contrario, está lleno de preocupación, de ternura, de amor, el mismo gesto que yo tenía a menudo con Emma... pero ahora eso no tiene la menor importancia, tengo que hacer algo que no les va a gustar lo más mínimo, pero quieran o no esta vez cumplirán mis órdenes.

Kate me va a odiar, pero por primera vez en mi vida estoy de acuerdo con Gates. Su idea no es mala, al contrario, es perfecta para tenerla a salvo y yo estaré con ella. Quizás si se lo vendo de otra manera acepte, aunque por la chispa de furia que veo en sus ojos lo dudo mucho. La cojo de la mano y le pido que se calme, le digo que hablemos a sola unos minutos y vamos a la sala de descanso.

No pienso hacerlo, ni hablar, me da igual lo que pueda pasarme, pero no voy a huir. Ya no quiero venganza, quiero vivir, pero huir no es vivir. Rick me mira a los ojos y empieza a hablar. -Kate, sé que está enfadada, pero por favor piénsalo, no es tan mala idea y solo será hasta que den con él. -No me ha convencido para nada, así que niego con la cabeza. -Lo siento Rick, he dejado el caso, pero no voy a huir, eso nunca.

Otra vez la misma Kate Beckett de siempre, desafiante, testaruda. Vuelvo a intentarlo. -Kate escucha, empieza el verano, yo mismo iba a proponerte un viaje romántico y esta es la mejor oportunidad. Míralo así, Gates quiere que vayamos a Europa a escondernos, pero no ha dicho donde. Es sencillo, alquilo una casa en alguna ciudad que tu elijas y nos quedamos allí todo el verano y puede que para cuando llegue septiembre todo haya acabado y podamos volver. Vamos Kate, serán unas vacaciones para los dos, con todo lo que ha pasado nos sentarán bien.

No sé que decir, la verdad es que la idea de pasar el verano con él no me parece tan mala, pero sigo sin querer huir, además, llevo años buscando respuestas y queriendo hacer justicia, dudo mucho que en un verano se resuelva todo. -¿Y qué haremos si en septiembre todo sigue igual? Rick, no puedo huir siempre. -Nos miramos durante unos segundos, su mirada cambia ahora, parece triste, cansado, es igual que la que tenía hace cuatro días cuando discutimos en mi casa. Me ruega. -Kate, por favor. -Esa mirada, esa tierna mirada de cachorrito abandonado que tanto amo, suspiro y asiento, quiero hacerle feliz, al menos quiero que pueda pasar un tiempo tranquilo, él también lo ha pasado muy mal, pero habrá condiciones. -Está bien cariño, lo haremos, pero tengo dos condiciones y no voy a ceder. -Él asiente. -La primera, en septiembre pase lo que pase volveremos. -Parece que quiere protestar pero acaba asintiendo a regañadientes. Antes de decirle mi segunda condición Gates entra en la sala. -No hay más tiempo, ¿aceptas sí o no? -Asiento con la cabeza, Gates sonríe satisfecha. -Muy bien, entonces, no hay nada más que hablar, ambos partirán para Europa mañana por la mañana, en un avión privado, nadie, me oyen, nadie sabrá a dónde van, lo decidirán hoy mismo entre los dos y mañana subiréis a ese avión que os llevará a dónde decidáis. De equipaje se llevarán ropa, un móvil especial que se os entregará mañana en el avión, sólo podéis llamar al número que vendrá en él, si queréis hablar con vuestras familias llamareis a ese número y cuando lo consideremos conveniente os devolveremos la llamada. Señor Castle, quiero que vaya con ella por el simple hecho de que es rico y puede mantenerla. Tendrán que alquilar una casa hoy misma a nombre de Nathan Fillion, le daremos un pasaporte y permiso de conducir falso y vivirá con esa identidad. Y usted se llamará Stana Katic. Nadie puede conocer su verdadera identidad, por eso hemos decidido Europa, allí no venden sus malditos libros. Por supuesto no puede usar su cuenta bancaria, por lo que nos encargaremos de pasar su dinero a otra a su nuevo nombre, podrá disponer de ella con total normalidad. Supongo que no es necesario decirles que tienen que pasar desapercibidos. ¿Lo han entendido?

He anotado mentalmente cada dato. Kate a mi lado asiente, no parece muy entusiasmada. Gates sale de nuevo y aprovecho. -Todo saldrá bien, confía en mí, piensa en nuestras vacaciones. -Ella me sonríe, sigue dudando, pero parece un poco más animada. -Por cierto, cual es tu segunda condición. -Ahora sonríe mucho mas ilusionada. -Quiero una casa en Florencia.


Bueno, un viajecito nunca viene mal ¿no? MUCHAS GRACIAS POR LEER!!!