Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Beckett_Castle_Alba escribió:Ya tenía ganas de leer un nuevo capítulo, esta vez los están dejando bastante seguidos, así no se me olvida ni un detalle de la historia.
Me gusta lo completa que es la historia ahora que se acerca el huracán Sandy, vuelve la acción del grupo con Castle al mando del autobús, además de la diversión asegurada con Castle y Beckett viviendo juntos con Mharta y Jim, por cierto, parece que estos dos se entienden demasiado bien... jajaja Me encanta la conversación de Martha con Castle que al final acaba siendo escuchada por Beckett, creo que está más entusiasmada Martha con que Beckett se quede con ellos que el propio Castle jeje
No sé como lo haces, pero escribas lo que escribas pareces que entiendes de todo chica, me has sorprendido con la explicación de Gates del preparativo de la operación y como detalles luego todos los intrumentos que les dejan en las cajas, alucinante. Cada día estoy más convencida que deberías dedicarte a escribir, es una maravilla leer todo lo que escribes.
HUY. Tu último párrafo acongoja... cuatro años como voluntaria en socorro y emergencias de Cruz Roja Española y por supuesto "San Google" que ayuda mucho. Mil gracias por los ánimos, vosotros solo veis cosas buenas, yo solo veo los fallos...
Anver- Policia de homicidios
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Cata Castillo escribió:Precioso. Me alegro de que nos regales capítulos tan seguidos. ¡Ah! El aroma Castle, hasta yo lo he olido.
Y eso que no he dado pistas sobre el olorcillo...
Intento dar una continuidad, a veces no me será posible, pero lo intentaré.
Anver- Policia de homicidios
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Eso lo explica todo, esos cuatro años te sirvieron de mucho por lo que veo.Anver escribió:Beckett_Castle_Alba escribió:Ya tenía ganas de leer un nuevo capítulo, esta vez los están dejando bastante seguidos, así no se me olvida ni un detalle de la historia.
Me gusta lo completa que es la historia ahora que se acerca el huracán Sandy, vuelve la acción del grupo con Castle al mando del autobús, además de la diversión asegurada con Castle y Beckett viviendo juntos con Mharta y Jim, por cierto, parece que estos dos se entienden demasiado bien... jajaja Me encanta la conversación de Martha con Castle que al final acaba siendo escuchada por Beckett, creo que está más entusiasmada Martha con que Beckett se quede con ellos que el propio Castle jeje
No sé como lo haces, pero escribas lo que escribas pareces que entiendes de todo chica, me has sorprendido con la explicación de Gates del preparativo de la operación y como detalles luego todos los intrumentos que les dejan en las cajas, alucinante. Cada día estoy más convencida que deberías dedicarte a escribir, es una maravilla leer todo lo que escribes.
HUY. Tu último párrafo acongoja... cuatro años como voluntaria en socorro y emergencias de Cruz Roja Española y por supuesto "San Google" que ayuda mucho. Mil gracias por los ánimos, vosotros solo veis cosas buenas, yo solo veo los fallos...
Si es que es difícil por no decir imposible ver fallos en lo que escribes, yo aun no lo he visto ni creo que lo vea, solo veo lo bien que escribes
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Skyscraper escribió:Uiiish, tengo unas horribles de saber cual será el vestido de Halloween de Kate, uuuf no para recordar el capitulo 2X05 cuando le dice muchos disfraces todo terminados en "guarrilla"
En cuanto a la llegada familiar en casa genial, me ha encantado. Se nota que al final hasta con familia en la casa, ahí tema, así me gusta JAJAJAJAJAJ
Continua pronto...
Pues... no va a ser disfraz de "guarrilla" pero si tiene algo relacionado con un capítulo...
Anver- Policia de homicidios
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
G R A C I A S por comentar, veo que por aplastante mayoría os ha gustado el final, viendo lo "sueltecita" que está Beckett en esta temporada, me pareció bien poner esas palabras en su boca...
Anver- Policia de homicidios
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
PRECIOSOOO SIGUEEE
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Me gusta mucho este fic!!! Me encanta que vayan a vivir juntos unos días, a ver cómo les va... Jajaja
Escribes genial y gracias por hacer capítulos largos No soy la más indicada para decirlo pero así da gusto
Sigueeeee por fa!!!
Escribes genial y gracias por hacer capítulos largos No soy la más indicada para decirlo pero así da gusto
Sigueeeee por fa!!!
cris_beckett- Autor de best-seller
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
GRACIAS por leer. Gracias por opinar.
Aquí os dejo la cuarta parte. Quizá un poco rollo, pero... no pude evitarlo... la próxima será más interesante.
*** *** ***
PARTE IV
La mañana del jueves 25 de Octubre, una somnolienta detective Beckett intentaba desperezarse bajo la ducha, sonriendo mientras rememoraba cual había sido la causa de su falta de sueño. Mientras tanto Castle, en la cocina, preparaba el desayuno a la espera que ella saliese de la ducha para poder entrar él. Preparó un desayuno demasiado copioso, pero ¿quien podría saber que podrían comer y a que hora? Oyó como el agua dejaba de sonar en la ducha y tras revisar que todo en la cocina estaba perfecto, fue hasta el baño.
- ¿Puedo pasar? – le dijo llamando a la puerta con los nudillos
- Si – contestó ella abriendo la puerta - ¿Te importa si me termino de secar aquí mientras te duchas?
- Si a ti no te importa, a mi menos – contestó él dándole un rápido beso en los labios – hueles estupendamente, será mejor que me meta a la ducha o…
- ¡Castle! – le reprendió – date prisa en ducharte, no quiero llegar tarde
- Seguro que yo estaré duchado y vestido antes que tú, detective… -contestó quitándose el pantalón del pijama y sonriendo al ver como ella le miraba el trasero
Tal y como él había pronosticado, minutos después ataba los cordones de sus botas todoterreno y Kate aún estaba en el cuarto de baño con el albornoz puesto. Cuando ella entró a la habitación le miró. Realmente estaba atractivo vestido así, parecía un militar.
- Vaya Castle ¿esos pantalones? – le dijo mientras dejaba caer el albornoz al suelo y se ponía la ropa interior
- ¿No te gustan? – le dijo poniéndose en pie y mirándose – son cómodos y prácticos – continuó mientras recorría el cuerpo de ella con la vista – pero si quieres, puedo quitármelos…
- ¡Castle! ¡céntrate! – le dijo poniendo sus ojos en blanco – me gusta como te quedan, y si, me parecen cómodos y prácticos ¿de donde los has sacado? Se parecen a los que utilizan los SWAT.
- Claro… los compré precisamente por eso… - le dijo divertido
- ¿Las botas también? – preguntó preocupada - ¿Son nuevas?
- ¿Por qué? – preguntó sorprendido Lo compré todo hace algún tiempo, para las batallas de paintball… ¿Qué ocurre? – le dijo acercándose a ella
- Nada, me preocupaba que las botas fuesen nuevas y te hiciesen daño – le dijo con una sonrisa mientras abrochaba la camisa de su uniforme
- Gracias por su preocupación detective – aseguró mientras rodeaba su cintura con un brazo y le daba un corto beso
- Bueno, mi verdadera preocupación es que salgas corriendo a tu casa porque te salga una ampolla, ni los chicos ni yo sabemos conducir un autobús… -le dijo soltándose de su abrazo y poniéndose los pantalones del uniforme – y tenemos una misión que…
- Veo que la parte de la confianza en mí sigue siendo débil – cortó él saliendo de la habitación algo confuso – te espero en la cocina – le dijo
Ella recibió sus palabras como una descarga dolorosa. Su intención era bromear con él sobre su falta de preparación, no dañarle y que pensase que no confiaba en él. Terminó de vestirse a toda prisa y salió de la habitación, buscándole con la mirada y viendo como él, sentado en un taburete de la cocina, bebía su café con la mirada perdida y la cara triste. Se acercó hasta él, que la miró sin cambiar de expresión, y le abrazó por la espalda besando su cuello.
- Lo siento – le dijo susurrando en su oído – sólo intentaba bromear, no sólo confío en ti, si no que además, no hay nada que quiera más que poder estar juntos estos días. Va a ser duro y tenerte a mi lado lo hará más fácil.
Él se giró en el taburete, abrazándola y atrayéndola a él sin decir nada.
- Gracias por aceptar ayudarnos – continuó ella – me haces sentir más segura.
- No hay otro sitio donde quiera estar que no sea a tu lado – le contestó mirándola – ¿desayunamos?
- Si… - le dijo ella con una sonrisa – aunque no creo que pueda con todo esto…
Empezaron a desayunar, ella observó como él poco a poco recuperaba el buen humor. Tomo nota mental de no volver a meter la pata citando frases que pudiesen molestarle. Él no se había comportado así jamás. Tenía que dolerle mucho aún y ella no quería que volviese a caer en la misma situación de aquella maldita semana en la que tanto le había echado de menos.
Le miró mientras él hablaba, realmente ella no sabía lo que le estaba diciendo, tan sólo le observaba y veía a un hombre diferente, y no sólo por su aspecto, que ahora era rudo, con aquella barba, con su jersey de gruesa lana azul oscura con refuerzos en los codos y los hombros, sus pantalones de fuerte lona del mismo color que el jersey, reforzado en las rodillas y el trasero y lleno de bolsillos y trabillas y por supuesto sus botas, de aspecto militar, si no que veía a un hombre frágil y sensible, más frágil y sensible aún…
- Te he hecho una pregunta Kate – le dijo sorprendido al ver que ella no contestaba
- Perdona… - le contestó volviendo a la realidad al ver su expresión - ¿Qué decías?
- Katherine Beckett ¡no me estabas escuchando! – le dijo divertido - ¿en que distracción andabas?
- Me distraía mirándote a ti, realmente te sienta bien esa ropa – le dijo sonriendo – aunque no debería habértelo dicho porque eso es justo lo que tú sobrado ego necesitaba…
Durante unos segundos él no dijo nada, comenzó a reír y cogió su mano sobre la encimera, apretándola.
- A ti también te sienta muy bien tu uniforme Kate – le dijo – y creo que un día deberíamos jugar a polis y asesinos con ese uniforme… - ella le dio un leve manotazo mientras bebía su café.
Ambos se quedaron en silencio unos minutos centrándose en sus desayunos, ella en silencio porque no quería contestar a su comentario y remover de nuevo la herida, y él porque realmente verla vestida con su uniforme únicamente le traía recuerdos sobre el día que estuvo a punto de perderla.
Terminaron su desayuno y recogieron la cocina mientras hablaban sobre el día que les esperaba. Cogieron sus chaquetas, idénticas salvo en el tamaño, y se dirigieron a la puerta, que en aquel preciso momento se abrió dejando paso a una achispada Martha que reía un comentario que acababa de hacer Jim.
- ¡Madre! – dijo Castle asombrado – pero…
- ¡Papá! – exclamó a su vez Kate mirando a ambos sorprendida
- ¡A estas horas deberíais estar ambos en la cama desde hace tiempo! – reprendió Castle
- ¡Richard! No digas tonterías hijo – contestó Martha – ya somos mayorcitos, la noche se alargó un poco más de lo normal. ¡Kate! Querida – le dijo abrazándola ante la sorpresa de ella – no me dijiste que tu padre era un estupendo bailarín.
- ¿Papá? – le interrogó Kate y él se encogió de hombros divertido
- Lo he pasado realmente bien – contestó Jim besando a su hija en la mejilla – pero creo que necesito dormir
- Esta bien – cortó Castle – nosotros nos vamos a trabajar y tu y yo, madre, hablaremos de esto cuando volvamos – amenazó
- ¿Has visto que encantadores están ambos Jim? – dijo Martha ignorándole – chicos, hacéis una pareja estupenda, y tu querido, hasta pareces un poli de verdad con esa ropa…
- Creo que será mejor que nos vayamos Castle – dijo Kate poniendo los ojos en blanco
- Si… vámonos – dijo él saliendo de la casa
- Es fascinante que tu hija siga llamándole por el apellido –le dijo Martha a Jim riendo mientras cerraba la puerta.
Entraron en el ascensor, asimilando la situación que acababan de vivir.
- Castle – dijo ella en bajito
- ¿Qué?
- ¿A estas horas deberíais estar ambos en la cama desde hace tiempo? – dijo repitiendo sus palabras
- ¡Oh! – dijo el abriendo mucho los ojos – yo no quise darle ese significado… yo no quería… ¿no creerás que ellos?
- Noo – dijeron ambos a la vez mirándose y comenzando a reír.
Llegaron a comisaría, subiendo juntos en el ascensor. Cuando las puertas se abrieron, pudieron ver como la mayor parte de los detectives de homicidios estaba allí, vestidos con sus uniformes, viendo las noticias en la televisión o repasando la documentación que les había dado el día antes Gates.
Castle salió del ascensor y después de dar un par de pasos se giró para mirarla. Ella estaba aún dentro del ascensor, parecía bloqueada mirando a sus compañeros, rememorando sin duda el 11-S. Él puso la mano sobre el sensor infrarrojo de la puerta.
- ¿Va todo bien Kate? – preguntó intrigado sacándola de sus reflexiones
- Si –le dijo mirándole con una leve sonrisa – ahora si, vamos…
Llegaron hasta la mesa de Kate, ni Espo ni Ryan estaban allí. Gates estaba en su despacho, vestida también con su uniforme, hablando por teléfono y revisando documentación.
- ¿Quieres un café? – le dijo Castle
- No – contestó ella – creo que con el súper desayuno que me has preparado no tendré ganas de tomar nada más hasta esta noche.
- ¿Qué es lo que no harás hasta esta noche? – le preguntó Ryan divertido con una taza de café en la mano
- Comer, malpensado, comer – le contestó Castle
- Buenos días – dijo Espo – que acababa de llegar
A Castle, mirar a los chicos y a Kate, con sus uniformes volvió a recordarle el día del entierro de Montgomery y lo mal que lo había pasado ese día… Pero Gates le sacó de sus pensamientos
- Señores – les dijo – tenemos mucho trabajo que hacer. Afortunadamente las previsiones nos dan algo más de tiempo para poder hacer nuestra tarea. Ahora, diríjanse todos hasta los aparcamientos de autobuses del ayuntamiento y suerte. Recuerden pedir ayuda si no cumplen los plazos y tengan a mano sus móviles y equipos de comunicación para que podamos estar en contacto. En marcha.
Bajaron hasta el aparcamiento por las escaleras. Antes de salir de allí, Kate se empeñó en repartir allí el material que les habían asignado a cada uno, y los cuatro comenzaron a guardar en sus bolsillos el equipo básico de protección, dejando los cascos en el maletero junto a las dos mochilas y la bandolera con documentación que llevaría Kate.
Llegaron hasta el aparcamiento del ayuntamiento, donde Kate aparcó su coche y cogieron del maletero todo el material. Kate revisó la documentación, nombrando en alto la matrícula del autobús, y los cuatro comenzaron a buscarlo. Varios de los equipos formados por Gates, buscaban como ellos su transporte, y otros, los más adelantados, salían del aparcamiento con dirección a la zona asignada.
- ¡Allí está! – dijo Ryan señalando uno de los autobuses
- Tenemos suerte – dijo Espo – no parece de los mas viejos
La puerta del autobús estaba abierta, y tal y como Gates había dicho, las llaves estaban puestas. Castle se acomodó en el asiento del conductor, regulándolo y revisando los retrovisores. Ryan y Espo se sentaron detrás de Castle, colocando las mochilas en el portaequipaje sobre los mismos, mientras Kate hacía lo propio a la derecha del escritor, desde podía observarle, Kate colocó los cascos de los cuatro sobre ella. Y se sentó mientras miraba a los chicos y esperaba a que Castle pusiese el autobús en marcha.
Castle intentó arrancar, pero el autobús no reaccionó. Sacó la llave y volvió de nuevo a intentarlo. El autobús seguía sin arrancar.
- ¿Seguro que sabes lo que haces? – preguntó con sorna Espo detrás de él.
- ¿Quieres intentarlo tú? – contestó enfadado Castle levantándose y encarándose a Espo.
- ¡Vale ya! – dijo Kate mirando a Espo - ¿Qué ocurre Castle?
- No lo sé, no es cosa mía, todo el mundo sabe arrancar un coche, no es necesario un master- dijo molesto.
En ese momento, un operario del ayuntamiento se asomó por la puerta.
- ¿El autobús no arranca verdad? – dijo jadeando el operario por la carrera que acababa de darse
- Así es… ¿Qué ocurre? – preguntó Castle
- No les han avisado que dejaríamos accionado el interruptor para cortar la energía, búsquelo a la izquierda bajo su asiento, en cuanto lo gire podrá arrancar el autobús – explicó y se alejó para ir hasta el siguiente autobús
Castle hizo lo que le habían dicho y giró la llave de nuevo, arrancando el autobús. Antes de ponerse en marcha, accionó la apertura de la puerta trasera, comprobando que funcionaba, y cerró ambas, poniéndolo en movimiento suavemente hacía la salida del aparcamiento.
Kate miró a Castle, cuyo semblante se había ensombrecido tras las palabras de Espo. Más tarde hablaría con este último para que dejase de provocarle.
Se dirigieron hasta la zona “A” (denominada así la zona de urgente evacuación) atravesando el puente Marine Parkway, hasta la zona de Breezy y Rockaway. La zona estaba tomada por la policía y militares. Decenas de autobuses se movían por sus calles, buscando sus destinos, algunos coches familiares cargados hasta los topes se dirigían hasta el puente para salir de la zona. Los vecinos habían empezado a abandonar sus casas ahora que las fuerzas de seguridad aseguraban que nadie saquearía sus viviendas.
- ¿Qué calle es la que nos han asignado? – preguntó Ryan
- La Beach 219th Street – contestó Kate
- Viviendas unifamiliares – dijo Espo con fastidio
- Eso no debe importarnos – aclaró Kate – es una orden de evacuación y tienen que acatarla.
Llegaron hasta la primera vivienda asignada, Castle aparcó el autobús en la calle, casi desierta.
- Castle tú te quedarás aquí – le dijo Kate mientras le entregaba un cuaderno – traeremos a los vecinos hasta el autobús toma nota de todo el que entre. No dejes que nadie baje una vez que este dentro ¿entendido?
- Todo claro Beckett – contestó él – nadie bajará del autobús – le dijo con una sonrisa que ella le devolvió de inmediato.
Mientras Ryan, Espo y Kate se acercaban a la vivienda, Castle bajó del autobús hasta quedarse en la puerta, con el cuaderno en la mano, mirando como se alejaban los tres. Kate giró su cabeza, intuyendo que era observada, topándose con la profunda mirada de Castle que asintió como gesto para decirle que ahí estaría él, esperándola.
Diez minutos después, Kate y Ryan escoltaban a una pareja septuagenaria. La mujer lloraba desconsolada tirando de su maleta y lanzando miradas a su casa, temiendo que cuando volviese, esta ya no estuviese en su sitio. Cuando llegaron al autobús, Ryan cogió sus maletas y las subió colocándolas en el portaequipajes de la segunda fila y volvió a bajar del autobús acompañando a Kate y volviendo a la vivienda, donde revisarían todas las dependencias junto a Espo, que revisaba el sótano, y la precintarían para que nadie volviese a entrar.
Castle tomó nota de los datos de la pareja, escuchando pacientemente la historia de la anciana, que no paraba de llorar y mirar hacia su casa.
Castle vio como Kate y los chicos finalmente salían de allí y ponían precinto de la policía sobre la puerta, bloqueándola con las abrazaderas plásticas. Kate anotó algo en su documentación y señaló hacía el edificio de enfrente, haciéndole un gesto para que esperase allí, él la asintió y les vio llamar a la puerta entrando en la casa unos segundos después.
Al igual que en el caso anterior, Kate y Ryan escoltaron hasta el autobús a una familia de cuatro miembros, dos chicos adolescentes y sus padres, que portaban dos grandes bolsas de lona. Se repitió el proceso y Castle adelantó unos metros el autobús, hasta la puerta de la siguiente vivienda.
Continuaron así durante tres horas, hasta que el autobús estuvo completo. En ese momento Kate se puso en contacto con el centro de coordinación, para informarles sobre las viviendas desalojadas y pedir el destino que debían tomar con los ocupantes del autobús.
- Castle – le dijo después de terminar la comunicación – vamos a la Avenida Hillside, en Queens, al colegio público interdisciplinario para el desarrollo infantil –le dijo leyendo el nombre
Observaron como una patrulla militar avisados por el centro de coordinación, llegaba hasta la zona que ellos habían evacuado, sin duda para vigilar que nadie volviese o intentase robar en alguna de las casas.
Los primeros minutos hasta alejarse de la zona, fueron bastante desoladores para los cuatro. Los vecinos viajaban en completo silencio, roto por los sollozos de algún que otro de los ocupantes. Después de cruzar el puente, parecieron tranquilizarse y aceptar su destino, y poco a poco un rumor de conversaciones invadió el autobús.
Cuando llegaron al colegio en Queens, Kate pidió a todos los ocupantes que esperasen y bajó junto a Espo para buscar al responsable de tomar nota de los vecinos trasladados. Una vez que lo encontraron y les indicó como debían proceder, volvió hasta el autobús y pidió que fuesen bajando despacio formando una fila en la puerta del colegio donde una decena de voluntarios esperaban para acomodarles después de que el responsable de tomar nota de sus nombres y direcciones les diese la información del centro.
La operación no duró más de media hora, la coordinación era perfecta.
- ¿Cincuenta y seis? – preguntó el coordinador a Kate
- Si – contestó ella
- Pues perfecto, tome una copia del listado – le dijo entregándole una copia de la hoja
Kate volvió a llamar al centro de coordinación, para informarles que volvían hasta la zona asignada y se pusieron en marcha.
En la segunda tanda de desalojos, tuvieron más suerte y avanzaron más, muchos de los vecinos habían abandonado la zona por sus propios medios, y tan solo tuvieron que revisar las casas y precintarlas. Mientras se dirigían al mismo colegio para dejar allí a los vecinos, Kate revisó las casas que aún debían desalojar ese día, comprobando que les quedaban muy pocas, quizá un viaje más.
Después de dejar a los desalojados en el colegio, Kate recibió la orden de acudir al comedor habilitado para las fuerzas de seguridad en la zona y descansar durante dos horas
Los cuatro podrían relajarse durante las horas que les habían asignado para su descanso. Decenas de policías, bomberos y sanitarios, ocupaban las mesas habilitadas en el instituto como comedor de emergencia, los primeros llevaban toda la mañana cortando ramas de árboles y asegurando anuncios y luminosos, los segundos apoyaban al resto y se encargaban de desalojar algunas clínicas y hospitales. Mientras esperaban su turno en la fila de la comida, Castle se quitó la chaqueta de policía, quedando ante los demás como un simple civil, y eso le permitió coger la mano de Kate, mirándola en silencio y dándole un beso en la frente.
Ryan y Esposito se miraron tras observarlos. Sabían que estaban juntos, pero no habían visto entre ellos ninguna muestra de afecto hasta ese momento.
Se sentaron para comer y Ryan rompió el espeso silencio.
- ¿Qué tal con vuestros suegros? – les preguntó divertido provocando que ambos se quedasen parados
- ¿Cómo dices Ryan? – preguntó Kate
- Bueno, si estas en casa de Castle con tu padre, técnicamente ambos estáis con vuestros suegros – aclaró
- Creo que Jim saldrá corriendo de mi casa – dijo Castle – si es que no lo ha hecho ya.
Castle les contó lo sucedido por la mañana, provocando las risas de los cuatro.
Después de comer, se dirigieron de nuevo hasta la zona “A” y acabaron de desalojar las viviendas asignadas, en un par de horas, volviendo de nuevo al mismo colegio. Mientras Kate y los chicos se encargaban de asegurarse que los últimos vecinos accedían al colegio, Castle cerró el autobús y decidió curiosear dentro del colegio. Kate le vio pasar y él le hizo un gesto con la mano, ella pensó que necesitaba ir al baño y le asintió mientras seguía hablando con el responsable de la entrada.
Castle accedió al colegio. Entró en un aula, las sillas y mesas habían sido apiladas unas sobre otras en un rincón y habían colocado camas plegables militares, sobre las que había un saco de dormir, una almohada y una manta. Recorrió varias aulas más, todas con el mismo aspecto, diez o doce camas por aula, en algunas, ya había vecinos realojados, en las puertas de aquellas aulas ocupadas, figuraban los nombres de los ocupantes de cada una, y los horarios asignados para utilizar las duchas del gimnasio y el turno del comedor.
Siguió curioseando, llegó hasta el comedor del colegio, viendo como las cocineras voluntarias preparaban en las cocinas lo que sería la cena para esa noche. Saludo con una sonrisa y salió de allí.
En uno de los grandes vestíbulos del colegio, y sentados en el suelo, varios voluntarios de la cruz roja jugaban con un gran grupo de chiquillos de diferentes edades, pintaban grandes carteles, jugaban con pasta de modelar y reían ajenos a la situación que estaban viviendo, dos de los voluntarios se encargaban de entregar a cada niño un vaso de zumo o leche y una pieza de fruta o un pedazo de bizcocho, que los pequeños degustaban mientras seguían con sus juegos.
Accedió al gimnasio, donde varios grupos de adolescentes guiados de nuevo por voluntarios de cruz roja, jugaban al baloncesto.
Comenzó a andar hasta la salida del colegio, cruzándose en su camino con varios voluntarios que escoltaban hasta sus aulas a varios vecinos de los que había trasladado en el autobús aquella tarde, mientras amablemente les informaban de las reglas y horarios.
- ¿Dónde estabas Castle? – le pregunto Ryan andando hacía él – llevamos un rato esperándote
- Lo siento. Me distraje viendo la organización de todo esto.
- Explícaselo a Beckett, me ha enviado a buscarte y llevo recorridos cinco lavabos de colegio por tu culpa
- Lo siento…
Legaron hasta la salida. Kate se acercó a él a grandes zancadas.
- ¿Se puede saber donde estabas y porque no llevas el walki? – le espetó -¿Cuánto tiempo necesitas para ir al baño?
- Lo siento – contestó sabiendo que había metido la pata – perdóname, me distraje con la organización…
- Da gracias a que Gates nos ha dicho que volvamos a comisaría – le dijo – ¡andando chicos! - les dijo a Ryan y Espo – mientras se dirigía al autobús seguida de Castle.
Gates les había mandado volver a comisaría, habían cumplido con el trabajo encomendado. Los desalojos se suspendían por la noche, aún no eran urgentes. Castle aparcó el autobús en el mismo lugar donde lo habían encontrado por la mañana. Un operario del ayuntamiento les esperaba para hacerse cargo de llenar el depósito de combustible y hacer la revisión rutinaria del autobús. El operario les indicó que podían dejar las mochilas y el resto del material dentro y explicó a Castle como abrir la puerta del autobús desde fuera, pues a partir de ese momento encontrarían el autobús con las puertas cerradas.
Llegaron a la comisaría, donde los chicos cogieron sus coches y se despidieron, Kate y Castle subieron hasta la cuarta planta, donde Kate debía entregar los distintos informes a Gates.
- Detective Beckett, señor Castle – les dijo al verlos - ¿Todo ha ido bien?
- Si señor – contestó ella entregándole los informes - ¿necesita algo más?
- Nada más, gracias – les dijo – ahora vayan a descansar, mañana a las siete aquí.
Kate miró a Castle y a su reloj, y ambos se encaminaron hasta el ascensor.
- Me alegro de haber acabado pronto – le dijo ella mientras pulsaba el botón que les llevaría hasta el aparcamiento
- ¿Estas cansada? – le dijo acercándose a su oído – te puedo dar un masaje cuando lleguemos…
- Si, pero estoy más cansada de ti y de Espo. ¿Queréis parar ya y volver a ser como antes? – le dijo con voz tranquila volviéndose hacía él y sosteniendo su mirada.
- Kate, yo no he sido – contestó con voz inocente - ¿Por qué tiene que seguir desconfiando de mi?
- Pues no le sigas el rollo Castle – le dijo ella – él también esta dolido por tu forma de tratarle, sabe que se equivocó contigo, pero si seguís con esta lucha… ¿lo intentarás? – le dijo cogiendo su mano.
- Te lo prometo – contestó él dándole un beso en la mejilla – prometo intentarlo – aclaró.
- Castle…
- ¿Si?
- ¿Me darás ese masaje?
Castle abrió la puerta de su casa, dejando paso a Kate para que entrase antes que él.
- ¡Beckett! ¡Papá! – dijo Alexis – saltando desde el sofá para ir a su encuentro
- Hola Alexis – le dijo Kate mientras recibía el abrazo de la joven y lo correspondía tímidamente
- Eh, eh – dijo Castle - ¿y qué pasa con mi abrazo? – suplicó poniendo morritos
- Vamos papá, no te pongas celoso – le dijo soltando a Kate y abrazando a su padre
- Eso esta mejor ¿no venías mañana? – preguntó mientras la besaba en la cabeza
- Han suspendido las clases. No tenía razón para quedarme allí, aunque si llego a saberlo…
- ¿Si llegas a saber que? – preguntó Kate
- Lo siento Beckett, pero si es horrible aguantar las batallitas de mi abuela, es doblemente horrible aguantar como se las cuenta a tu padre y él cuenta las suyas… - dijo resignada – estaba deseando que volvieseis de la comisaria.
- ¡Oh! – dijo Kate – lo siento Alexis, hablaré con mi padre…
- Noo – contestó la chica – si me escabullo con cuidado no se dan cuenta y siguen a lo suyo.
- Y.. ¿Dónde están ahora? – preguntó Castle
- Están en la terraza de la azotea, la abuela le iba a enseñar donde vivía cuando era pequeña – repitió Alexis imitando a su abuela
- Vaya… ni que ella lo supiese – dijo Castle divertido.
- Beckett ¿Qué tal ha ido todo? – preguntó Alexis
- Creo que podrías llamarme Kate ¿te parece? – le dijo sonriendo
- Esta bien – dijo la chica – Kate – le dijo despacio como si le costase pronunciar
- Todo va bien, cumplimos los horarios y no hemos tenido problemas – contestó Kate – y el conductor del autobús se ha portado bastante bien -añadió
- Y… - dijo divertida Alexis - ¿es guapo ese conductor de autobús?
- Bueno – dijo Kate con énfasis – tiene una barba que no le sienta nada mal
- Oye oye – se quejó Castle – que os estoy oyendo
- ¿Ves papá? – dijo Alexis – te lo dije, te dije que parecías más interesante…
- ¿Has hecho la cena? – preguntó Kate olisqueando el aire
- No. Ha sido tu padre – le dijo – y parece que se le da bastante bien.
- Chicas, voy a darme una ducha y a ponerme cómodo – les dijo Castle –no critiquéis mucho al conductor del autobús ¿vale? – dijo besando a su hija en la cabeza y dándole un rápido beso en los labios a Kate, que se ruborizó ante la presencia de Alexis.
- Me alegro mucho que estés aquí Kate– le dijo Alexis a Kate cuando su padre había desaparecido por su despacho – papá es feliz desde que estáis juntos – se sinceró – le sientas muy bien.
- Vaya Alexis – dijo Kate – no sé que decirte…
- Bueno… estaría bien que me dijeses que vas a quedarte a vivir aquí – le dijo riendo – estaría más tranquila sabiendo que hay alguien cuerdo en casa…
- ¡Alexis! – le dijo Kate
- Vaale… solo quería que supieses que me parecería bien si lo hicieseis – afirmó.
- Bien… - contestó Kate – Gracias
Una hora después, los cinco daban cuenta de la cena que había preparado Jim.
- Papá – dijo Alexis levantándose de la mesa – voy a salir con mis compañeros – prometo llegar pronto.
- Nosotros también saldremos hoy – dijo Jim
- ¿Papá? – inquirió Kate – no te reconozco – le dijo
- Bueno – contestó él – la verdad es que yo tampoco tenía intenciones de salir, pero los amigos de Martha son realmente estupendos, hacía mucho que no lo pasaba tan bien.
- Esta bien – dijo Castle – marcharos los tres, pero a ver a que hora volvéis o tendremos que castigaros – les dijo riendo
- Se nos están desmadrando – dijo Kate y todos rieron.
Alexis se marchó la primera, dando un beso a su padre y a Kate antes de irse, y prometiendo que llegaría antes de las dos de la mañana. Minutos después y mientras ambos terminaban de recoger la cocina, Jim y Martha se despidieron de ellos.
- ¿Crees que podrías darme ese masaje después de ducharme? – le dijo Kate besándole la oreja
- Creo que estas tardando en entrar en la ducha – le contestó sugerente
- ¿Y si en vez de una ducha sola me acompañases en un largo y cálido baño? – susurro en su boca
- Hum detective – dijo él besándola- esa idea merece el mejor masaje que hayas recibido nunca… - dijo mientras tiraba de ella hacía su habitación...
*** *** ***
FIN DE LA CUARTA PARTE
G R A C I A S por llegar hasta aqui.
Aquí os dejo la cuarta parte. Quizá un poco rollo, pero... no pude evitarlo... la próxima será más interesante.
*** *** ***
PARTE IV
La mañana del jueves 25 de Octubre, una somnolienta detective Beckett intentaba desperezarse bajo la ducha, sonriendo mientras rememoraba cual había sido la causa de su falta de sueño. Mientras tanto Castle, en la cocina, preparaba el desayuno a la espera que ella saliese de la ducha para poder entrar él. Preparó un desayuno demasiado copioso, pero ¿quien podría saber que podrían comer y a que hora? Oyó como el agua dejaba de sonar en la ducha y tras revisar que todo en la cocina estaba perfecto, fue hasta el baño.
- ¿Puedo pasar? – le dijo llamando a la puerta con los nudillos
- Si – contestó ella abriendo la puerta - ¿Te importa si me termino de secar aquí mientras te duchas?
- Si a ti no te importa, a mi menos – contestó él dándole un rápido beso en los labios – hueles estupendamente, será mejor que me meta a la ducha o…
- ¡Castle! – le reprendió – date prisa en ducharte, no quiero llegar tarde
- Seguro que yo estaré duchado y vestido antes que tú, detective… -contestó quitándose el pantalón del pijama y sonriendo al ver como ella le miraba el trasero
Tal y como él había pronosticado, minutos después ataba los cordones de sus botas todoterreno y Kate aún estaba en el cuarto de baño con el albornoz puesto. Cuando ella entró a la habitación le miró. Realmente estaba atractivo vestido así, parecía un militar.
- Vaya Castle ¿esos pantalones? – le dijo mientras dejaba caer el albornoz al suelo y se ponía la ropa interior
- ¿No te gustan? – le dijo poniéndose en pie y mirándose – son cómodos y prácticos – continuó mientras recorría el cuerpo de ella con la vista – pero si quieres, puedo quitármelos…
- ¡Castle! ¡céntrate! – le dijo poniendo sus ojos en blanco – me gusta como te quedan, y si, me parecen cómodos y prácticos ¿de donde los has sacado? Se parecen a los que utilizan los SWAT.
- Claro… los compré precisamente por eso… - le dijo divertido
- ¿Las botas también? – preguntó preocupada - ¿Son nuevas?
- ¿Por qué? – preguntó sorprendido Lo compré todo hace algún tiempo, para las batallas de paintball… ¿Qué ocurre? – le dijo acercándose a ella
- Nada, me preocupaba que las botas fuesen nuevas y te hiciesen daño – le dijo con una sonrisa mientras abrochaba la camisa de su uniforme
- Gracias por su preocupación detective – aseguró mientras rodeaba su cintura con un brazo y le daba un corto beso
- Bueno, mi verdadera preocupación es que salgas corriendo a tu casa porque te salga una ampolla, ni los chicos ni yo sabemos conducir un autobús… -le dijo soltándose de su abrazo y poniéndose los pantalones del uniforme – y tenemos una misión que…
- Veo que la parte de la confianza en mí sigue siendo débil – cortó él saliendo de la habitación algo confuso – te espero en la cocina – le dijo
Ella recibió sus palabras como una descarga dolorosa. Su intención era bromear con él sobre su falta de preparación, no dañarle y que pensase que no confiaba en él. Terminó de vestirse a toda prisa y salió de la habitación, buscándole con la mirada y viendo como él, sentado en un taburete de la cocina, bebía su café con la mirada perdida y la cara triste. Se acercó hasta él, que la miró sin cambiar de expresión, y le abrazó por la espalda besando su cuello.
- Lo siento – le dijo susurrando en su oído – sólo intentaba bromear, no sólo confío en ti, si no que además, no hay nada que quiera más que poder estar juntos estos días. Va a ser duro y tenerte a mi lado lo hará más fácil.
Él se giró en el taburete, abrazándola y atrayéndola a él sin decir nada.
- Gracias por aceptar ayudarnos – continuó ella – me haces sentir más segura.
- No hay otro sitio donde quiera estar que no sea a tu lado – le contestó mirándola – ¿desayunamos?
- Si… - le dijo ella con una sonrisa – aunque no creo que pueda con todo esto…
Empezaron a desayunar, ella observó como él poco a poco recuperaba el buen humor. Tomo nota mental de no volver a meter la pata citando frases que pudiesen molestarle. Él no se había comportado así jamás. Tenía que dolerle mucho aún y ella no quería que volviese a caer en la misma situación de aquella maldita semana en la que tanto le había echado de menos.
Le miró mientras él hablaba, realmente ella no sabía lo que le estaba diciendo, tan sólo le observaba y veía a un hombre diferente, y no sólo por su aspecto, que ahora era rudo, con aquella barba, con su jersey de gruesa lana azul oscura con refuerzos en los codos y los hombros, sus pantalones de fuerte lona del mismo color que el jersey, reforzado en las rodillas y el trasero y lleno de bolsillos y trabillas y por supuesto sus botas, de aspecto militar, si no que veía a un hombre frágil y sensible, más frágil y sensible aún…
- Te he hecho una pregunta Kate – le dijo sorprendido al ver que ella no contestaba
- Perdona… - le contestó volviendo a la realidad al ver su expresión - ¿Qué decías?
- Katherine Beckett ¡no me estabas escuchando! – le dijo divertido - ¿en que distracción andabas?
- Me distraía mirándote a ti, realmente te sienta bien esa ropa – le dijo sonriendo – aunque no debería habértelo dicho porque eso es justo lo que tú sobrado ego necesitaba…
Durante unos segundos él no dijo nada, comenzó a reír y cogió su mano sobre la encimera, apretándola.
- A ti también te sienta muy bien tu uniforme Kate – le dijo – y creo que un día deberíamos jugar a polis y asesinos con ese uniforme… - ella le dio un leve manotazo mientras bebía su café.
Ambos se quedaron en silencio unos minutos centrándose en sus desayunos, ella en silencio porque no quería contestar a su comentario y remover de nuevo la herida, y él porque realmente verla vestida con su uniforme únicamente le traía recuerdos sobre el día que estuvo a punto de perderla.
Terminaron su desayuno y recogieron la cocina mientras hablaban sobre el día que les esperaba. Cogieron sus chaquetas, idénticas salvo en el tamaño, y se dirigieron a la puerta, que en aquel preciso momento se abrió dejando paso a una achispada Martha que reía un comentario que acababa de hacer Jim.
- ¡Madre! – dijo Castle asombrado – pero…
- ¡Papá! – exclamó a su vez Kate mirando a ambos sorprendida
- ¡A estas horas deberíais estar ambos en la cama desde hace tiempo! – reprendió Castle
- ¡Richard! No digas tonterías hijo – contestó Martha – ya somos mayorcitos, la noche se alargó un poco más de lo normal. ¡Kate! Querida – le dijo abrazándola ante la sorpresa de ella – no me dijiste que tu padre era un estupendo bailarín.
- ¿Papá? – le interrogó Kate y él se encogió de hombros divertido
- Lo he pasado realmente bien – contestó Jim besando a su hija en la mejilla – pero creo que necesito dormir
- Esta bien – cortó Castle – nosotros nos vamos a trabajar y tu y yo, madre, hablaremos de esto cuando volvamos – amenazó
- ¿Has visto que encantadores están ambos Jim? – dijo Martha ignorándole – chicos, hacéis una pareja estupenda, y tu querido, hasta pareces un poli de verdad con esa ropa…
- Creo que será mejor que nos vayamos Castle – dijo Kate poniendo los ojos en blanco
- Si… vámonos – dijo él saliendo de la casa
- Es fascinante que tu hija siga llamándole por el apellido –le dijo Martha a Jim riendo mientras cerraba la puerta.
Entraron en el ascensor, asimilando la situación que acababan de vivir.
- Castle – dijo ella en bajito
- ¿Qué?
- ¿A estas horas deberíais estar ambos en la cama desde hace tiempo? – dijo repitiendo sus palabras
- ¡Oh! – dijo el abriendo mucho los ojos – yo no quise darle ese significado… yo no quería… ¿no creerás que ellos?
- Noo – dijeron ambos a la vez mirándose y comenzando a reír.
Llegaron a comisaría, subiendo juntos en el ascensor. Cuando las puertas se abrieron, pudieron ver como la mayor parte de los detectives de homicidios estaba allí, vestidos con sus uniformes, viendo las noticias en la televisión o repasando la documentación que les había dado el día antes Gates.
Castle salió del ascensor y después de dar un par de pasos se giró para mirarla. Ella estaba aún dentro del ascensor, parecía bloqueada mirando a sus compañeros, rememorando sin duda el 11-S. Él puso la mano sobre el sensor infrarrojo de la puerta.
- ¿Va todo bien Kate? – preguntó intrigado sacándola de sus reflexiones
- Si –le dijo mirándole con una leve sonrisa – ahora si, vamos…
Llegaron hasta la mesa de Kate, ni Espo ni Ryan estaban allí. Gates estaba en su despacho, vestida también con su uniforme, hablando por teléfono y revisando documentación.
- ¿Quieres un café? – le dijo Castle
- No – contestó ella – creo que con el súper desayuno que me has preparado no tendré ganas de tomar nada más hasta esta noche.
- ¿Qué es lo que no harás hasta esta noche? – le preguntó Ryan divertido con una taza de café en la mano
- Comer, malpensado, comer – le contestó Castle
- Buenos días – dijo Espo – que acababa de llegar
A Castle, mirar a los chicos y a Kate, con sus uniformes volvió a recordarle el día del entierro de Montgomery y lo mal que lo había pasado ese día… Pero Gates le sacó de sus pensamientos
- Señores – les dijo – tenemos mucho trabajo que hacer. Afortunadamente las previsiones nos dan algo más de tiempo para poder hacer nuestra tarea. Ahora, diríjanse todos hasta los aparcamientos de autobuses del ayuntamiento y suerte. Recuerden pedir ayuda si no cumplen los plazos y tengan a mano sus móviles y equipos de comunicación para que podamos estar en contacto. En marcha.
Bajaron hasta el aparcamiento por las escaleras. Antes de salir de allí, Kate se empeñó en repartir allí el material que les habían asignado a cada uno, y los cuatro comenzaron a guardar en sus bolsillos el equipo básico de protección, dejando los cascos en el maletero junto a las dos mochilas y la bandolera con documentación que llevaría Kate.
Llegaron hasta el aparcamiento del ayuntamiento, donde Kate aparcó su coche y cogieron del maletero todo el material. Kate revisó la documentación, nombrando en alto la matrícula del autobús, y los cuatro comenzaron a buscarlo. Varios de los equipos formados por Gates, buscaban como ellos su transporte, y otros, los más adelantados, salían del aparcamiento con dirección a la zona asignada.
- ¡Allí está! – dijo Ryan señalando uno de los autobuses
- Tenemos suerte – dijo Espo – no parece de los mas viejos
La puerta del autobús estaba abierta, y tal y como Gates había dicho, las llaves estaban puestas. Castle se acomodó en el asiento del conductor, regulándolo y revisando los retrovisores. Ryan y Espo se sentaron detrás de Castle, colocando las mochilas en el portaequipaje sobre los mismos, mientras Kate hacía lo propio a la derecha del escritor, desde podía observarle, Kate colocó los cascos de los cuatro sobre ella. Y se sentó mientras miraba a los chicos y esperaba a que Castle pusiese el autobús en marcha.
Castle intentó arrancar, pero el autobús no reaccionó. Sacó la llave y volvió de nuevo a intentarlo. El autobús seguía sin arrancar.
- ¿Seguro que sabes lo que haces? – preguntó con sorna Espo detrás de él.
- ¿Quieres intentarlo tú? – contestó enfadado Castle levantándose y encarándose a Espo.
- ¡Vale ya! – dijo Kate mirando a Espo - ¿Qué ocurre Castle?
- No lo sé, no es cosa mía, todo el mundo sabe arrancar un coche, no es necesario un master- dijo molesto.
En ese momento, un operario del ayuntamiento se asomó por la puerta.
- ¿El autobús no arranca verdad? – dijo jadeando el operario por la carrera que acababa de darse
- Así es… ¿Qué ocurre? – preguntó Castle
- No les han avisado que dejaríamos accionado el interruptor para cortar la energía, búsquelo a la izquierda bajo su asiento, en cuanto lo gire podrá arrancar el autobús – explicó y se alejó para ir hasta el siguiente autobús
Castle hizo lo que le habían dicho y giró la llave de nuevo, arrancando el autobús. Antes de ponerse en marcha, accionó la apertura de la puerta trasera, comprobando que funcionaba, y cerró ambas, poniéndolo en movimiento suavemente hacía la salida del aparcamiento.
Kate miró a Castle, cuyo semblante se había ensombrecido tras las palabras de Espo. Más tarde hablaría con este último para que dejase de provocarle.
Se dirigieron hasta la zona “A” (denominada así la zona de urgente evacuación) atravesando el puente Marine Parkway, hasta la zona de Breezy y Rockaway. La zona estaba tomada por la policía y militares. Decenas de autobuses se movían por sus calles, buscando sus destinos, algunos coches familiares cargados hasta los topes se dirigían hasta el puente para salir de la zona. Los vecinos habían empezado a abandonar sus casas ahora que las fuerzas de seguridad aseguraban que nadie saquearía sus viviendas.
- ¿Qué calle es la que nos han asignado? – preguntó Ryan
- La Beach 219th Street – contestó Kate
- Viviendas unifamiliares – dijo Espo con fastidio
- Eso no debe importarnos – aclaró Kate – es una orden de evacuación y tienen que acatarla.
Llegaron hasta la primera vivienda asignada, Castle aparcó el autobús en la calle, casi desierta.
- Castle tú te quedarás aquí – le dijo Kate mientras le entregaba un cuaderno – traeremos a los vecinos hasta el autobús toma nota de todo el que entre. No dejes que nadie baje una vez que este dentro ¿entendido?
- Todo claro Beckett – contestó él – nadie bajará del autobús – le dijo con una sonrisa que ella le devolvió de inmediato.
Mientras Ryan, Espo y Kate se acercaban a la vivienda, Castle bajó del autobús hasta quedarse en la puerta, con el cuaderno en la mano, mirando como se alejaban los tres. Kate giró su cabeza, intuyendo que era observada, topándose con la profunda mirada de Castle que asintió como gesto para decirle que ahí estaría él, esperándola.
Diez minutos después, Kate y Ryan escoltaban a una pareja septuagenaria. La mujer lloraba desconsolada tirando de su maleta y lanzando miradas a su casa, temiendo que cuando volviese, esta ya no estuviese en su sitio. Cuando llegaron al autobús, Ryan cogió sus maletas y las subió colocándolas en el portaequipajes de la segunda fila y volvió a bajar del autobús acompañando a Kate y volviendo a la vivienda, donde revisarían todas las dependencias junto a Espo, que revisaba el sótano, y la precintarían para que nadie volviese a entrar.
Castle tomó nota de los datos de la pareja, escuchando pacientemente la historia de la anciana, que no paraba de llorar y mirar hacia su casa.
Castle vio como Kate y los chicos finalmente salían de allí y ponían precinto de la policía sobre la puerta, bloqueándola con las abrazaderas plásticas. Kate anotó algo en su documentación y señaló hacía el edificio de enfrente, haciéndole un gesto para que esperase allí, él la asintió y les vio llamar a la puerta entrando en la casa unos segundos después.
Al igual que en el caso anterior, Kate y Ryan escoltaron hasta el autobús a una familia de cuatro miembros, dos chicos adolescentes y sus padres, que portaban dos grandes bolsas de lona. Se repitió el proceso y Castle adelantó unos metros el autobús, hasta la puerta de la siguiente vivienda.
Continuaron así durante tres horas, hasta que el autobús estuvo completo. En ese momento Kate se puso en contacto con el centro de coordinación, para informarles sobre las viviendas desalojadas y pedir el destino que debían tomar con los ocupantes del autobús.
- Castle – le dijo después de terminar la comunicación – vamos a la Avenida Hillside, en Queens, al colegio público interdisciplinario para el desarrollo infantil –le dijo leyendo el nombre
Observaron como una patrulla militar avisados por el centro de coordinación, llegaba hasta la zona que ellos habían evacuado, sin duda para vigilar que nadie volviese o intentase robar en alguna de las casas.
Los primeros minutos hasta alejarse de la zona, fueron bastante desoladores para los cuatro. Los vecinos viajaban en completo silencio, roto por los sollozos de algún que otro de los ocupantes. Después de cruzar el puente, parecieron tranquilizarse y aceptar su destino, y poco a poco un rumor de conversaciones invadió el autobús.
Cuando llegaron al colegio en Queens, Kate pidió a todos los ocupantes que esperasen y bajó junto a Espo para buscar al responsable de tomar nota de los vecinos trasladados. Una vez que lo encontraron y les indicó como debían proceder, volvió hasta el autobús y pidió que fuesen bajando despacio formando una fila en la puerta del colegio donde una decena de voluntarios esperaban para acomodarles después de que el responsable de tomar nota de sus nombres y direcciones les diese la información del centro.
La operación no duró más de media hora, la coordinación era perfecta.
- ¿Cincuenta y seis? – preguntó el coordinador a Kate
- Si – contestó ella
- Pues perfecto, tome una copia del listado – le dijo entregándole una copia de la hoja
Kate volvió a llamar al centro de coordinación, para informarles que volvían hasta la zona asignada y se pusieron en marcha.
En la segunda tanda de desalojos, tuvieron más suerte y avanzaron más, muchos de los vecinos habían abandonado la zona por sus propios medios, y tan solo tuvieron que revisar las casas y precintarlas. Mientras se dirigían al mismo colegio para dejar allí a los vecinos, Kate revisó las casas que aún debían desalojar ese día, comprobando que les quedaban muy pocas, quizá un viaje más.
Después de dejar a los desalojados en el colegio, Kate recibió la orden de acudir al comedor habilitado para las fuerzas de seguridad en la zona y descansar durante dos horas
Los cuatro podrían relajarse durante las horas que les habían asignado para su descanso. Decenas de policías, bomberos y sanitarios, ocupaban las mesas habilitadas en el instituto como comedor de emergencia, los primeros llevaban toda la mañana cortando ramas de árboles y asegurando anuncios y luminosos, los segundos apoyaban al resto y se encargaban de desalojar algunas clínicas y hospitales. Mientras esperaban su turno en la fila de la comida, Castle se quitó la chaqueta de policía, quedando ante los demás como un simple civil, y eso le permitió coger la mano de Kate, mirándola en silencio y dándole un beso en la frente.
Ryan y Esposito se miraron tras observarlos. Sabían que estaban juntos, pero no habían visto entre ellos ninguna muestra de afecto hasta ese momento.
Se sentaron para comer y Ryan rompió el espeso silencio.
- ¿Qué tal con vuestros suegros? – les preguntó divertido provocando que ambos se quedasen parados
- ¿Cómo dices Ryan? – preguntó Kate
- Bueno, si estas en casa de Castle con tu padre, técnicamente ambos estáis con vuestros suegros – aclaró
- Creo que Jim saldrá corriendo de mi casa – dijo Castle – si es que no lo ha hecho ya.
Castle les contó lo sucedido por la mañana, provocando las risas de los cuatro.
Después de comer, se dirigieron de nuevo hasta la zona “A” y acabaron de desalojar las viviendas asignadas, en un par de horas, volviendo de nuevo al mismo colegio. Mientras Kate y los chicos se encargaban de asegurarse que los últimos vecinos accedían al colegio, Castle cerró el autobús y decidió curiosear dentro del colegio. Kate le vio pasar y él le hizo un gesto con la mano, ella pensó que necesitaba ir al baño y le asintió mientras seguía hablando con el responsable de la entrada.
Castle accedió al colegio. Entró en un aula, las sillas y mesas habían sido apiladas unas sobre otras en un rincón y habían colocado camas plegables militares, sobre las que había un saco de dormir, una almohada y una manta. Recorrió varias aulas más, todas con el mismo aspecto, diez o doce camas por aula, en algunas, ya había vecinos realojados, en las puertas de aquellas aulas ocupadas, figuraban los nombres de los ocupantes de cada una, y los horarios asignados para utilizar las duchas del gimnasio y el turno del comedor.
Siguió curioseando, llegó hasta el comedor del colegio, viendo como las cocineras voluntarias preparaban en las cocinas lo que sería la cena para esa noche. Saludo con una sonrisa y salió de allí.
En uno de los grandes vestíbulos del colegio, y sentados en el suelo, varios voluntarios de la cruz roja jugaban con un gran grupo de chiquillos de diferentes edades, pintaban grandes carteles, jugaban con pasta de modelar y reían ajenos a la situación que estaban viviendo, dos de los voluntarios se encargaban de entregar a cada niño un vaso de zumo o leche y una pieza de fruta o un pedazo de bizcocho, que los pequeños degustaban mientras seguían con sus juegos.
Accedió al gimnasio, donde varios grupos de adolescentes guiados de nuevo por voluntarios de cruz roja, jugaban al baloncesto.
Comenzó a andar hasta la salida del colegio, cruzándose en su camino con varios voluntarios que escoltaban hasta sus aulas a varios vecinos de los que había trasladado en el autobús aquella tarde, mientras amablemente les informaban de las reglas y horarios.
- ¿Dónde estabas Castle? – le pregunto Ryan andando hacía él – llevamos un rato esperándote
- Lo siento. Me distraje viendo la organización de todo esto.
- Explícaselo a Beckett, me ha enviado a buscarte y llevo recorridos cinco lavabos de colegio por tu culpa
- Lo siento…
Legaron hasta la salida. Kate se acercó a él a grandes zancadas.
- ¿Se puede saber donde estabas y porque no llevas el walki? – le espetó -¿Cuánto tiempo necesitas para ir al baño?
- Lo siento – contestó sabiendo que había metido la pata – perdóname, me distraje con la organización…
- Da gracias a que Gates nos ha dicho que volvamos a comisaría – le dijo – ¡andando chicos! - les dijo a Ryan y Espo – mientras se dirigía al autobús seguida de Castle.
Gates les había mandado volver a comisaría, habían cumplido con el trabajo encomendado. Los desalojos se suspendían por la noche, aún no eran urgentes. Castle aparcó el autobús en el mismo lugar donde lo habían encontrado por la mañana. Un operario del ayuntamiento les esperaba para hacerse cargo de llenar el depósito de combustible y hacer la revisión rutinaria del autobús. El operario les indicó que podían dejar las mochilas y el resto del material dentro y explicó a Castle como abrir la puerta del autobús desde fuera, pues a partir de ese momento encontrarían el autobús con las puertas cerradas.
Llegaron a la comisaría, donde los chicos cogieron sus coches y se despidieron, Kate y Castle subieron hasta la cuarta planta, donde Kate debía entregar los distintos informes a Gates.
- Detective Beckett, señor Castle – les dijo al verlos - ¿Todo ha ido bien?
- Si señor – contestó ella entregándole los informes - ¿necesita algo más?
- Nada más, gracias – les dijo – ahora vayan a descansar, mañana a las siete aquí.
Kate miró a Castle y a su reloj, y ambos se encaminaron hasta el ascensor.
- Me alegro de haber acabado pronto – le dijo ella mientras pulsaba el botón que les llevaría hasta el aparcamiento
- ¿Estas cansada? – le dijo acercándose a su oído – te puedo dar un masaje cuando lleguemos…
- Si, pero estoy más cansada de ti y de Espo. ¿Queréis parar ya y volver a ser como antes? – le dijo con voz tranquila volviéndose hacía él y sosteniendo su mirada.
- Kate, yo no he sido – contestó con voz inocente - ¿Por qué tiene que seguir desconfiando de mi?
- Pues no le sigas el rollo Castle – le dijo ella – él también esta dolido por tu forma de tratarle, sabe que se equivocó contigo, pero si seguís con esta lucha… ¿lo intentarás? – le dijo cogiendo su mano.
- Te lo prometo – contestó él dándole un beso en la mejilla – prometo intentarlo – aclaró.
- Castle…
- ¿Si?
- ¿Me darás ese masaje?
Castle abrió la puerta de su casa, dejando paso a Kate para que entrase antes que él.
- ¡Beckett! ¡Papá! – dijo Alexis – saltando desde el sofá para ir a su encuentro
- Hola Alexis – le dijo Kate mientras recibía el abrazo de la joven y lo correspondía tímidamente
- Eh, eh – dijo Castle - ¿y qué pasa con mi abrazo? – suplicó poniendo morritos
- Vamos papá, no te pongas celoso – le dijo soltando a Kate y abrazando a su padre
- Eso esta mejor ¿no venías mañana? – preguntó mientras la besaba en la cabeza
- Han suspendido las clases. No tenía razón para quedarme allí, aunque si llego a saberlo…
- ¿Si llegas a saber que? – preguntó Kate
- Lo siento Beckett, pero si es horrible aguantar las batallitas de mi abuela, es doblemente horrible aguantar como se las cuenta a tu padre y él cuenta las suyas… - dijo resignada – estaba deseando que volvieseis de la comisaria.
- ¡Oh! – dijo Kate – lo siento Alexis, hablaré con mi padre…
- Noo – contestó la chica – si me escabullo con cuidado no se dan cuenta y siguen a lo suyo.
- Y.. ¿Dónde están ahora? – preguntó Castle
- Están en la terraza de la azotea, la abuela le iba a enseñar donde vivía cuando era pequeña – repitió Alexis imitando a su abuela
- Vaya… ni que ella lo supiese – dijo Castle divertido.
- Beckett ¿Qué tal ha ido todo? – preguntó Alexis
- Creo que podrías llamarme Kate ¿te parece? – le dijo sonriendo
- Esta bien – dijo la chica – Kate – le dijo despacio como si le costase pronunciar
- Todo va bien, cumplimos los horarios y no hemos tenido problemas – contestó Kate – y el conductor del autobús se ha portado bastante bien -añadió
- Y… - dijo divertida Alexis - ¿es guapo ese conductor de autobús?
- Bueno – dijo Kate con énfasis – tiene una barba que no le sienta nada mal
- Oye oye – se quejó Castle – que os estoy oyendo
- ¿Ves papá? – dijo Alexis – te lo dije, te dije que parecías más interesante…
- ¿Has hecho la cena? – preguntó Kate olisqueando el aire
- No. Ha sido tu padre – le dijo – y parece que se le da bastante bien.
- Chicas, voy a darme una ducha y a ponerme cómodo – les dijo Castle –no critiquéis mucho al conductor del autobús ¿vale? – dijo besando a su hija en la cabeza y dándole un rápido beso en los labios a Kate, que se ruborizó ante la presencia de Alexis.
- Me alegro mucho que estés aquí Kate– le dijo Alexis a Kate cuando su padre había desaparecido por su despacho – papá es feliz desde que estáis juntos – se sinceró – le sientas muy bien.
- Vaya Alexis – dijo Kate – no sé que decirte…
- Bueno… estaría bien que me dijeses que vas a quedarte a vivir aquí – le dijo riendo – estaría más tranquila sabiendo que hay alguien cuerdo en casa…
- ¡Alexis! – le dijo Kate
- Vaale… solo quería que supieses que me parecería bien si lo hicieseis – afirmó.
- Bien… - contestó Kate – Gracias
Una hora después, los cinco daban cuenta de la cena que había preparado Jim.
- Papá – dijo Alexis levantándose de la mesa – voy a salir con mis compañeros – prometo llegar pronto.
- Nosotros también saldremos hoy – dijo Jim
- ¿Papá? – inquirió Kate – no te reconozco – le dijo
- Bueno – contestó él – la verdad es que yo tampoco tenía intenciones de salir, pero los amigos de Martha son realmente estupendos, hacía mucho que no lo pasaba tan bien.
- Esta bien – dijo Castle – marcharos los tres, pero a ver a que hora volvéis o tendremos que castigaros – les dijo riendo
- Se nos están desmadrando – dijo Kate y todos rieron.
Alexis se marchó la primera, dando un beso a su padre y a Kate antes de irse, y prometiendo que llegaría antes de las dos de la mañana. Minutos después y mientras ambos terminaban de recoger la cocina, Jim y Martha se despidieron de ellos.
- ¿Crees que podrías darme ese masaje después de ducharme? – le dijo Kate besándole la oreja
- Creo que estas tardando en entrar en la ducha – le contestó sugerente
- ¿Y si en vez de una ducha sola me acompañases en un largo y cálido baño? – susurro en su boca
- Hum detective – dijo él besándola- esa idea merece el mejor masaje que hayas recibido nunca… - dijo mientras tiraba de ella hacía su habitación...
*** *** ***
FIN DE LA CUARTA PARTE
G R A C I A S por llegar hasta aqui.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
¿Un poco rollo? A mí me ha encantado!! Ha sido romántica, divertida, emocionante y hasta un poquito Hot... Aunque me quedé con ganas de ver cómo sigue!
Me gustan muchísimos tus capítulos!!
Sigue pronto!!
Me gustan muchísimos tus capítulos!!
Sigue pronto!!
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Tus capítulos nunca son rollos Ana, siempre sacas partido a cualquier escena por simple que parezca y la haces interesante para leer.
Me gusta mucho la relación que se ha creado entre Martha y Jim, es gracioso imaginárselo comportándose como si fueran dos adolescentes delante de sus propios hijos.
Por otro lado me encanta ese lado sensible de Castle que aun le duele cuando Kate hace un comentario inofensivo y Castle se lo toma como si desconfiara de él, estamos acostumbrados al niño juguetón, al padrazo, al fiel compañero que siempre está para su musa, pero ese lado sensible sale a relucir muy pocas veces en la serie y me encanta que tú lo hagas.
Me encanta el comienzo y el final de tu historia, lo que me gusta de tus escenas dela pareja es que siempre insinúas sin llegar a contarnos más, lo cual deja libertad a la imaginación, y eso es lo que a mi, personalmente, me gusta más cuando leo una historia.
Estupendo como siempre Ana, si es que da gusto leer tus historias.
Me gusta mucho la relación que se ha creado entre Martha y Jim, es gracioso imaginárselo comportándose como si fueran dos adolescentes delante de sus propios hijos.
Por otro lado me encanta ese lado sensible de Castle que aun le duele cuando Kate hace un comentario inofensivo y Castle se lo toma como si desconfiara de él, estamos acostumbrados al niño juguetón, al padrazo, al fiel compañero que siempre está para su musa, pero ese lado sensible sale a relucir muy pocas veces en la serie y me encanta que tú lo hagas.
Me encanta el comienzo y el final de tu historia, lo que me gusta de tus escenas dela pareja es que siempre insinúas sin llegar a contarnos más, lo cual deja libertad a la imaginación, y eso es lo que a mi, personalmente, me gusta más cuando leo una historia.
Estupendo como siempre Ana, si es que da gusto leer tus historias.
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
cris_beckett escribió:¿Un poco rollo? A mí me ha encantado!! Ha sido romántica, divertida, emocionante y hasta un poquito Hot... Aunque me quedé con ganas de ver cómo sigue!
Me gustan muchísimos tus capítulos!!
Sigue pronto!!
Gracias!!!
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Me ha encantado. Espero que lo continúes pronto, me gusta mucho esta historia, un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Qué es un rollo??? Para nada!! Me ha gustado mucho.
Espero la continuación
Espero la continuación
Yaye- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Beckett_Castle_Alba escribió:Tus capítulos nunca son rollos Ana, siempre sacas partido a cualquier escena por simple que parezca y la haces interesante para leer.
Me gusta mucho la relación que se ha creado entre Martha y Jim, es gracioso imaginárselo comportándose como si fueran dos adolescentes delante de sus propios hijos.
Por otro lado me encanta ese lado sensible de Castle que aun le duele cuando Kate hace un comentario inofensivo y Castle se lo toma como si desconfiara de él, estamos acostumbrados al niño juguetón, al padrazo, al fiel compañero que siempre está para su musa, pero ese lado sensible sale a relucir muy pocas veces en la serie y me encanta que tú lo hagas.
Me encanta el comienzo y el final de tu historia, lo que me gusta de tus escenas dela pareja es que siempre insinúas sin llegar a contarnos más, lo cual deja libertad a la imaginación, y eso es lo que a mi, personalmente, me gusta más cuando leo una historia.
Estupendo como siempre Ana, si es que da gusto leer tus historias.
Bueno, hay quien dice que soy muy contestona y que siempre quiero ser la que diga la última palabra, he de decir que tienes la capacidad de dejarme muda con tus comentarios. Gracias por captar todolo que quiero expresar!!!
Anver- Policia de homicidios
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
pero que dices de rollo...... ojala todos los rollos entonces fueran igual de buenos e interesantes, que a mi se me hizo corto, ... yo quiero mas de esta historia
trinity640- Actor en Broadway
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
`preciosoooo sigueeee
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Vaya, nunca había dejado mudo a nadie jajaAnver escribió:Beckett_Castle_Alba escribió:Tus capítulos nunca son rollos Ana, siempre sacas partido a cualquier escena por simple que parezca y la haces interesante para leer.
Me gusta mucho la relación que se ha creado entre Martha y Jim, es gracioso imaginárselo comportándose como si fueran dos adolescentes delante de sus propios hijos.
Por otro lado me encanta ese lado sensible de Castle que aun le duele cuando Kate hace un comentario inofensivo y Castle se lo toma como si desconfiara de él, estamos acostumbrados al niño juguetón, al padrazo, al fiel compañero que siempre está para su musa, pero ese lado sensible sale a relucir muy pocas veces en la serie y me encanta que tú lo hagas.
Me encanta el comienzo y el final de tu historia, lo que me gusta de tus escenas dela pareja es que siempre insinúas sin llegar a contarnos más, lo cual deja libertad a la imaginación, y eso es lo que a mi, personalmente, me gusta más cuando leo una historia.
Estupendo como siempre Ana, si es que da gusto leer tus historias.
Bueno, hay quien dice que soy muy contestona y que siempre quiero ser la que diga la última palabra, he de decir que tienes la capacidad de dejarme muda con tus comentarios. Gracias por captar todolo que quiero expresar!!!
Es fácil captarlo, haces que tus historias sean muy faciles y atractivas para leer
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
¡Que bueno! Sigue miy pronto porfa...
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Está genial, quiero más, sube pronto.
anaforo- Escritor - Policia
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Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Gracias por leer y gracias por los ánimos para continuar.
Siguiendo más o menos una periodicidad, os dejo la quinta parte. Espero que os guste.
*** *** ***
PARTE V
Una suave luz proveniente de las farolas de la calle, iluminaba la sala permitiendo que pudiese moverse con facilidad, sin necesidad de encender la luz. Había estado esperando unos minutos en la puerta de la habitación, en parte sin decidirse si debía entrar y en parte atenta, escuchando cualquier sonido proveniente de su interior. Soltó aire y bajó el picaporte de la misma abriéndola un par de centímetros. Volvió a quedarse paralizada, escuchando y cuando sólo oyó la acompasada respiración de su padre, empujó hasta abrir la puerta en su totalidad. Había entrado miles de veces en aquella habitación sin pedir permiso, pero ahora, la sola idea de sorprenderles en su intimidad le asustaba, pero necesitaba hablar con su padre. Según pasaban los minutos aumentaba su preocupación.
Caminó unos pasos hacia el centro de la habitación. Al igual que en la sala, la leve luz de las farolas iluminaba lo suficiente como para que el panorama que se presentaba ante sus ojos le hiciese sonreír, fascinada. Su padre dormía boca arriba, el edredón apenas le cubría por encima de la tripa. A su izquierda y rodeada por sus brazos, Kate dormía de costado, con su brazo izquierdo sobre el pecho de él y la mano bajo su propia cara. Su padre tenía las manos cruzadas sobre la cintura de Kate, sin dejar que pudiese escapar de su abrazo. Afortunadamente para la joven, comprobó que su padre dormía con una camiseta puesta, y Kate dormía con una camiseta de finos tirantes. Alexis sonrío cuando la idea de tomarles una fotografía paso por su cabeza. Vio el Iphone de su padre sobre la mesita de su lado y lo cogió, buscando la aplicación para hacerla. Pensó que el flash les podría despertar, pero sopesando la idea de si podían enfadarse, decidió que seguramente si la foto salía bien, se les olvidaría el enfado.
Tal y como ella temía, el flash se disparó y Kate se movió, arrugando la nariz y frotándola contra su mano, pero sin despertarse. Su padre ni siquiera se movió. Revisó la fotografía y sonrío por el resultado. Volvió a dejar el teléfono sobre la mesa y se sentó con cuidado junto a su padre.
- Papá – le llamó suavemente moviéndole el hombro – papá
- Ya voy – murmuró él aún entre sueños
- Despierta papá – le dijo
Él abrió los ojos parpadeando varias veces, Alexis le sonrió y él tardó unos segundos en situarse.
- Alexis – le dijo en bajito para no despertar a Kate - ¿Qué ocurre? – le dijo extrañado
- Papá, llegué sobre la una y me he levantado hace un rato, la abuela y Jim aún no han llegado, anoche dijeron que no volverían tan tarde y …
- Mmmm – Kate murmuró moviéndose y restregando su nariz contra su mano y ambos observaron sonriendo aquel gesto tan infantil de ella en silencio para no despertarla.
- No te preocupes por tu abuela – le dijo bajito – ella y Jim estarán divirtiéndose y no estarán pendientes de la hora
- Mmmm ¿Qué ocurre? – dijo Kate abriendo los ojos - ¿te ha pasado algo Alexis? – le preguntó preocupada incorporándose sobre la cama al verla allí.
- ¡Oh! No Kate – le dijo ella – no me pasa nada es…
- Son los niños – terminó Castle – aún no han llegado y Alexis esta preocupada
- ¿Qué hora es? – preguntó Kate
- Las cinco y media – le dijo Alexis – dijeron que llegarían sobre las dos o las tres, incluso se ofrecieron a recogerme para que no viniese sola… He llamado a la abuela – continuo – pero no contesta al teléfono…
- No te preocupes Alexis – le dijo Kate dejándose caer de nuevo sobre Castle y éste la apretó contra él – si hubiese pasado algo mi padre habría llamado… seguro que se lo están pasando bien y se han olvidado…
- Lo siento – se disculpó la joven – pero ha empezado a hacer tanto aire que…
- ¿Eso que se oye es el aire? – dijo Kate saltando de la cama y acercándose a la ventana dejando a una sorprendida Alexis que la miró observando como únicamente vestía una ajustada camiseta de tirantes y braguitas.
- Si – contestó la chica – cuando volvía a casa ya había empezado a llover y el aire era molesto
- Voy a llamar a mi padre – le dijo a Castle – deberías levantarte ya – continuó – el despertador estaba a punto de sonar – cogió su móvil y marcó el número de su padre apremiándole para que se levantase, pero Castle no tenía intenciones de hacerlo, ni siquiera se había sentado.
Alexis cogió el Iphone de su padre mientras esperaba a que Kate consiguiese hablar con Jim y le mostró a Castle la foto que les había hecho minutos antes. Él sonrió divertido al mirarla y atrajo a Alexis hacía el besándola en la mejilla. Mientras, Kate conseguía hablar con su padre, quien le aseguraba que estaban a punto de llegar, Kate se acercó a Alexis para tranquilizarla.
- Están a punto de llegar – le dijo a Alexis – deberías volver a la cama.
- Creo que hoy desayunaré con vosotros – le dijo – quiero ver como les castigáis – dijo riendo
- Voy a ducharme – informó Kate – deberías levantarte ya Castle, el tiempo puede complicarnos hoy – le dijo mientras él la cogía de la mano obligando a que se sentase junto a él y frente a Alexis
- Mira lo que se dedica a hacer Alexis – le dijo enseñándole la foto del móvil
- Vaya – dijo Kate sonrojándose - ¿y esto? – preguntó a la joven
- Me pareció adorable como dormíais, no pude evitarlo – contestó sonriendo.
- Espero que tu padre sepa evitar publicarla por ahí – dijo mirándole
- Eso dependerá de cuanto me pague por no hacerlo detective – le dijo mientras se incorporaba y le daba un beso en los labios – voy a hacer el desayuno – anunció
Kate entró al baño mientras Castle y Alexis iban a la cocina para preparar el desayuno.
- ¿Qué tal lo pasaste anoche? – preguntó él
- Bien – contestó seria – papá
- ¿Qué?
- Me encantaría que Kate se quedase a vivir aquí – le dijo
- Vaya… ¿y eso a que viene? – preguntó él sacando el zumo de la nevera
- ¿Tiene que ser por algo? – le dijo – tan sólo me gustaría que lo hiciese.
- No. Supongo que no tiene que ser por nada – le dijo – únicamente me sorprende que me digas eso
- ¿No estas de acuerdo? – le preguntó ella
- ¿Yo? – dijo el pensativo – nada me gustaría más, pero no me atrevo a proponérselo… aún – le dijo sonriendo
- Pues yo creo que deberías hacerlo – le aseguró ella mientras abría uno de los muebles buscando el preparado para que su padre le hiciese tortitas provocando que ambos se quedasen pensativos en silencio.
Alexis ya había convivido con otra mujer en su casa, Gina, los dos años que su padre estuvo casada con ella, y aunque la relación entre ellas había sido buena, había más complicidad y confianza con Kate que con Gina. El simple hecho de que Kate se despertase allí y al verla se preocupase primero por si ella estaba bien, era más que suficiente para hacer que apreciase a Kate. Había temido que se molestase por su presencia, sin embargo, Kate se había comportado como si llevase allí toda la vida, sin que la incomodase siquiera mostrarse ante ella en la escasa ropa que utilizaba para dormir.
Él preparaba el desayuno para sus dos chicas, cuando notó que el sonido del agua de la ducha había cesado.
- Creo que Kate ya se ha duchado –le dijo - ¿terminas tú mientras me ducho?
- Claro – le sonrió la pelirroja poniéndose en su lugar en la cocina.
Kate había dejado la puerta del baño abierta, el dio un pequeño golpe con los nudillos sobre la misma y ella se giró sonriéndole.
- Tu turno – le dijo acercándose a él para darle un beso.
- Te libras porque Alexis está ahí fuera – contestó él abrazándola por la cintura – porque tenemos tiempo…
- Castle… a la ducha – le reprendió sonriendo.
- Vaaaale
Minutos después los tres se sentaban sobre los taburetes de la encimera, comenzando a desayunar mientras veían las noticias.
- ¿Dónde estaban los niños cuando les llamaste? – preguntó él mientras en la tv ponían imágenes de Nueva York azotado por una fina lluvia empujada por rachas fuertes de aire.
- Pues realmente no lo sé – contestó Kate mientras comía sus tortitas- estaban en la calle porque apenas oía a mi padre con el viento.
- Esta noche están castigados sin salir – le dijo
- Vale, pero se lo dices tú – le contestó riendo – yo no quiero hacer de madrastra.
- Nada de eso – protestó él – se lo diremos los dos
- Alexis – preguntó Kate - ¿tienes pensado salir esta noche?
- Conmigo no la toméis – contestó ella – yo fui buena y volví a casa antes de la hora…
- Si, veo que tú eres la única fiable de esta casa – le dijo Kate lamentándose acto seguido al decirlo por si Castle volvía a pensar que lo decía de nuevo por él- te lo pregunto porque a partir de ahora el tiempo empeorará y se irá haciendo peligroso que salgáis.
- No te preocupes Kate – contestó la chica – no hemos quedado en nada, nos iremos llamando para ver si podemos o no podemos salir.
- Mejor – afirmó Castle – puedes aprovechar y estudiar – le dijo.
- Oh si, todo menos volver a ponerme en peligro escuchando batallitas – dijo provocando las sonrisas de los tres.
Mientras los tres recogían la cocina, Martha y Jim aparecieron por la puerta. Ambos temblaban de frío, totalmente empapados por la lluvia.
- No encontrábamos un taxi libre – aclaró Jim
- Madre – dijo Castle viendo el estado deplorable de Martha con el pelo totalmente mojado y la ropa chorreando– deberías ir a tomar un baño caliente antes que enfermes
- Papá – dijo Kate – habéis preocupado a Alexis, dijisteis que vendríais pronto – le reprendió.
- Lo siento Katie – le dijo – comenzamos a hablar y cuando quisimos darnos cuenta de la hora ya era tarde y había empezado a llover y aunque llamamos a un Taxi, nos dijeron que tardarían en enviarlo, cerraron el local y todos los que estábamos allí nos vimos en la calle esperando demasiados taxis, así que decidimos ir andando hasta que encontrásemos alguno… veo que fue un error – se lamentó – nos hemos calado y el aire lo ha empeorado todo.
- Que sepáis ambos – les dijo Castle – que esta noche estaréis castigados sin salir, sólo nos faltaba que os pusieseis enfermos.
- No digas sandeces Richard – contestó Martha – con un buen baño y un chocolate caliente…
- Tenemos que irnos – dijo Kate – papá esta noche prefiero que os quedéis en casa – le dijo seria.
- ¡Por dios! – exclamó Martha - ¿Tú también? – le dijo a Kate.
- Si Martha sobre todo yo – le dijo – creo que sé porque lo digo – le dijo cogiéndose de la camisa del uniforme para que Martha entendiese porque lo decía.
- Sois un par de aguafiestas – les dijo a ambos señalándoles con el dedo.
- Abuela, será mejor que os pongáis ropa seca – dijo Alexis – yo os prepararé mientras el desayuno.
Martha y Jim desaparecieron escaleras arriba despidiéndose de ambos. Al quedarse solos, los tres se miraron sonriendo.
- No imaginaba que Martha era tan tremenda – dijo Kate.
- Te lo advertí – contestó él – no le toques una fiesta.
- Yo pensé que seriáis más duros con ellos – dijo Alexis – y les castigaríais sin salir de sus habitaciones – les dijo riendo.
- ¡Oh! No – dijo Kate – tu abuela me fulminaría – y comenzó a reír – vámonos Castle.
- Kate ¿algún día llamarás a papá por su nombre? – preguntó la pelirroja – es gracioso que le llames por el apellido, que además es falso…
- Algún día, Alexis – dijo Kate mirando a Castle – ahora prefiero que no se me escape en comisaría, sonaría extraño y Gates podría preguntar porque.
Ambos salieron de la casa despidiéndose de Alexis con un beso y con la promesa de esta que no dejaría que Martha y Jim saliesen de casa, y que si ella lo hacía, avisase de donde iba por whatsapp y se abrigase. Cuando entraron en el ascensor, Castle la atrapó por la cintura atrayéndola contra él.
- Esta mañana no he tenido la oportunidad de darte los buenos días – le dijo
- Vaya… - contestó ella – pensaba que ya te habías aburrido de mi, demasiadas horas juntos...
- Todo lo contrario detective – le dijo besándola – me gustaría que te quedases para siempre en mi casa – le dijo tanteándola – me gusta estar pegado a ti todo el día.
- Es la tercera oferta en 48 horas – contestó ella en su boca – primero tu madre, ayer Alexis y ahora tú.
- ¿Alexis? – le preguntó curioso
- Ayer por la tarde – le dijo acariciándole la cara por encima de la barba – mientras te duchabas ¿Por qué pones esa cara? – preguntó al ver como sonreía con una mueca de tristeza.
- Porque me hace gracia como mi familia te lo pide antes que yo… - le dijo – será porque tampoco se fían que lo vaya a hacer bien contigo ¿no? – le dijo resignado – últimamente nadie parece confiar en mi.
- Yo confío en ti y creo que tú eres el único de los tres que me comprende y sabe que es demasiado pronto – le tranquilizó besándole.
Ninguno de los dos dijo nada más. Salieron del ascensor abrazados soltándose cuando necesitaron abrocharse las chaquetas para salir a la calle. La fina lluvia seguía cayendo. Kate se puso su gorra escondiendo su pelo bajo ella.
Dedicaron el día a evacuar una calle de Coney Island. La cooperación de los vecinos, ya asustados por el aire y la lluvia, les permitió hacer los traslados con más rapidez que el día anterior, y después de acabar con la calle asignada, prestaron apoyo a otras unidades, hasta que después de ocho viajes, Kate recibió la orden de Gates de acudir a comisaría y dejar que el siguiente turno, continuase con el trabajo. Aquella noche, las evacuaciones no cesaron, la información sobre la llegada del terrible huracán a la ciudad, seguía situándolo el lunes 28 de Octubre a las cinco de la tarde. El aire no cesaba y se había vuelto más frío. Las autoridades advertían que Sandy podía cruzarse con una masa de aire polar proveniente del norte y podría incluso nevar.
Después de salir de comisaría, donde habían entregado a Gates todo el papeleo, se dirigieron al aparcamiento subterráneo y Kate le entregó la llave del coche a Castle.
- ¿Te importa conducirlo tú? – le preguntó
- ¿Me lo puedes repetir? – dijo él incrédulo.
- Oh vamos, estoy realmente cansada – aseguró – estoy deseando meterme en la cama.
- Vaya detective – contestó él cogiendo las llaves del coche– muchas revelaciones para un mismo día, más que nada porque es mi cama en la quieres meterte – le susurró al oído.
- No me refería a ese tipo de cama, Castle – dijo poniendo los ojos en blanco.
- Me entristece oír eso – dijo abriéndole la puerta del acompañante para que ella entrase – pensaba repetir ese masaje de ayer – aseguró mientras se agachaba junto a ella y le cerraba la puerta.
Cuando subían por el ascensor de la casa de Castle, Kate se apoyó sobre él, que la abrazó comprendiendo que debía de estar realmente cansada. Las puertas del ascensor se abrieron y él comenzó a andar sosteniéndola
- Te preparare un baño caliente, cenarás y te irás a dormir – le dijo cariñosamente.
- Eso suena genial – contestó ella.
Entraron a casa y vieron como Martha estaba en el sofá, medio tumbada, con una manta por encima, una caja de pañuelos de papel y la nariz totalmente roja, viendo la televisión.
- Te advertí que te pondrías enferma – le dijo Castle – acercándose y besándole la cabeza.
- No saldré esta noche si esa es tu preocupación – contesto Martha.
- Jim – dijo Castle dándole la mano – eso huele de maravilla.
- Es una sopa para que entréis en calor – contestó Jim removiendo algo en el fuego - ¿Qué tal Katie? – dijo a su hija cuando esta le dio un beso en la mejilla- Pareces agotada.
- Lo estoy – contestó ella dejándose caer en el sofá junto a Martha a la que tomó de la mano a modo de saludo.
- Te prepararé el baño – afirmó Castle - ¿Alexis? – preguntó a su madre.
- Arriba, en su cuarto, creo que leyendo – contestó ella.
Castle fue hasta el baño, abrió la bañera, cogió una toalla y la dobló sobre el borde de la bañera, para que ella pudiese apoyar la cabeza. Diluyó en el agua sales aromáticas y apagó parte de las luces. Buscó el albornoz de Kate y lo dejó cerca de la bañera. El baño pronto comenzó a llenarse de nubes de vapor, y cuando el nivel de agua era el adecuado, cerró el grifo, comprobando que todo estaba perfecto. Buscó en su despacho el manuscrito con los primeros capítulos de la novela que tenía a medias, y se lo dejó sobre el albornoz. Después fue a buscarla, y se encontró con Kate dormida en el sofá. Miró a Martha que se encogió de hombros.
- Esta muy cansada – le dijo Martha – deberías dejarla dormir.
- No se relajará si no se mete en el baño – le dijo acercándose a ella – ha sido un día muy estresante y muy frío. Será mejor que la lleve hasta el baño – dijo.
Se arrodillo junto a ella en el sofá y le quitó con cuidado las botas y los calcetines, provocando que ella se despertase, después él paso un brazo por debajo de su axila y el otro por debajo de las rodillas elevándola en el aire, y haciendo que ella se aferrase a su cuello con ambas manos.
- Vamos dormilona – le dijo bajito – estarás mejor si tomas un baño.
Entró en el baño con ella en brazos y le preguntó si la podía dejar en el suelo, a lo que Kate asintió abriendo los ojos. En cuanto lo hizo, ella se apoyó sobre él, y Castle, sonriendo beso su frente.
- Creo que te ayudaré a entrar en el baño – le dijo con dulzura.
Él comenzó por desabrocharle el cinturón y el pantalón, empujando estos hacía al suelo. Después fue desabrochando uno a uno los botones de la camisa del uniforme, tomó su mano derecha y desabotonó el puño, después hizo lo mismo con la mano izquierda. Kate seguía con la cabeza apoyada sobre el pecho de él. Castle pasó sus manos por debajo del cuello de la camisa, arrastrándola por los brazos de Kate y dejando que cayese al suelo. Después metió las manos por debajo de la camiseta que ella llevaba puesta y la levantó por encima de su cabeza con la ayuda de ella que levantó los brazos pesadamente, volviendo de nuevo a apoyar su cabeza en el hombro de él. Castle llevó sus manos a la espalda soltando su sujetador y dejando que cayese al suelo, después paso sus dedos por debajo de la tira de sus braguitas, tirando de ellas y terminando de desnudarla.
- Y ahora al baño detective – le dijo tendiéndole la mano para ayudarle a entrar.
Kate le dio la mano obedientemente y paso a la bañera con cuidado, él la ayudo a sentarse, agachándose a su lado fuera del baño.
- No te vas a dormir ahí dentro ¿vale? – le dijo y ella movió la cabeza negando – te he traído esto – le dijo mostrándole el manuscrito – para que lo leas mientras te bañas.
- ¿Es tu última novela? – le preguntó espabilándose .
- Si – le dijo él con una sonrisa – y ahora me llevaré tu ropa y te traeré una copa de vino ¿te apetece?
- Claro – le dijo - ¿en serio me dejas leerla?
- No sólo te dejo leerla – le dijo besándola – quiero tu opinión.
Cogió la ropa de ella del suelo y salió del baño mientras ella comenzaba a leer. Colocó los pantalones y el cinturón sobre una silla en la habitación, y se llevó el resto de la ropa para lavarla, por el camino recogió los calcetines.
- ¿Ha llegado al baño? – preguntó Martha
- Si – contestó él – se sentirá mejor en un rato. Voy a poner esto en la lavadora.
Castle se acercó hasta la lavadora, metiendo la ropa de Kate y poniendo detergente y suavizante mientras Jim que seguía en la cocina, le miraba atento.
- Nunca pensé que supieses hacer eso – le dijo Jim.
- ¿Poner la lavadora? – le dijo Castle – cuando me divorcié me quedé con la custodia de Alexis, me las he tenido que arreglar yo sólo. También se cocinar – le dijo guiñándole un ojo.
- Pensé que tendrías a alguien que te ayudase – aclaró Jim.
- Si, pero no siempre fue así – le dijo ajustando el programa y eligiendo una botella de vino de su vinoteca – Jim ¿tu no bebes, verdad?
- No. El vino sólo lo utilizo para cocinar y no creo que me dejases utilizar ese… - le dijo riendo.
- ¡Oh! No Jim, eso sería un sacrilegio – le dijo mientras abría la botella y servía tres copas.
Le dio una copa a Martha, y dejó la suya sobre la mesa del salón, después se encamino al baño con la copa de Kate y se la dejó sobre un taburete, al lado de la bañera. La vio absorta en la lectura, le dio un beso en la cabeza y salió del baño, y le dejo preparada sobre la cama la ropa interior y el pijama.
- Voy a ver a Alexis – les dijo a Martha y a Jim que había acabado en la cocina y estaba sentado en un sillón cerca de Martha.
Subió las escaleras y se acercó hasta el cuarto de Alexis. Oía a la joven como tarareaba una canción, se acercó hasta la puerta y se apoyó en el quicio, observándola. Estaba sentada en su escritorio, con los auriculares del Ipod puestos, moviendo la cabeza y tarareando. Su pelo, recogido en una coleta, se movía nerviosa al ritmo de la música.
- Cariño – llamó casi gritando después de observarla durante casi un minuto.
- ¡Hola papá! – le dijo ella quitándose los auriculares - ¿Qué tal el día?
- Bueno, hoy hemos trasladado a más gente que ayer – le dijo – la gente esta asustada, ya no solo por el huracán, también dejan sus hogares, sus pertenencias, toda su vida y no saben que podrán encontrarse a su vuelta.
- Y ¿Kate? – preguntó Alexis.
- Esta tomando un baño – le dijo – ha llegado muy cansada, ella y los chicos han desalojado muchas casas hoy. ¿Bajamos? – preguntó y Alexis le asintió .
- ¿Y tú? ¿No estas cansado?
- Yo no me he movido como ellos, yo me ocupaba del autobús – le dijo abrazándola y saliendo de la habitación.
- ¿Qué tal se han portado los niños? – le dijo riendo.
- La abuela tiene un resfriado tremendo, y Jim es estupendo, se ha ocupado de hacer la comida y la cena, han dicho que hoy no saldrían – le aclaró.
- Y ¿tú? ¿vas a salir hoy? – le preguntó.
- No. Hoy me quedo con vosotros. ¿Veremos una peli?
- Claro - le aseguró.
Se reunieron con Martha y Jim en el salón, y se pusieron a hablar animadamente.
- Richard querido – dijo Martha - ¿no se habrá quedado dormida Kate en el baño?
- Voy a ver – dijo él levantándose - ¿Qué tal si preparas la mesa para cenar Alexis?
Él entró en la habitación y sonrió al verla ponerse las zapatillas.
- ¿Mejor? – preguntó y ella le asintió sonriendo.
- Lo siento, estaba agotada y no pude evitar dormirme en el sofá – le dijo.
- No importa – le dijo acercándose y abrazándola – voy a darme una ducha rápida y cenaremos, después te irás a la cama detective.
Kate saludo a Alexis con un beso en la mejilla y se dispuso a ayudarle a preparar la mesa
- No te preocupes Kate – le dijo – ya lo hago yo. Papá ha dicho que estas agotada.
- Bueno, ya estoy mejor – le aseguró – el baño me ha sentado genial.
Diez minutos después Castle en pijama y recién duchado aparecía en el salón. Se sentaron a cenar, elogiando la habilidad de Jim para la cocina.
Entre Alexis y Castle recogieron la mesa sin dejar que Kate les ayudase. Jim le dio un beso a Kate en la mejilla y se disculpó ante todos para ir a dormir. Veinte minutos después y tras tomarse un antigripal, Martha se despidió de ellos para ir a descansar.
- Madre – le dijo Castle – si mañana no estas mejor, Alexis te acompañará al médico.
- No te preocupes querido, tan sólo es un resfriado – le dijo restándole importancia.
- Si, pero el tiempo irá empeorando y no quiero que empeores y no podamos salir de casa en busca de un médico ¿irás mañana? – le dijo.
- Está bien, está bien. Si mañana no estoy mejor llamaré al doctor Blaine, mañana es sábado y no pasa consulta – prometió Martha - ¿tendréis cuidado? – les dijo a ambos.
- Claro Martha – le dijo Kate – no te preocupes, yo cuidaré de él - le dijo mirándole y sonriendo.
Martha desapareció por la escalera.
- ¿Qué tal si vemos una peli? – preguntó Alexis buscando entre los canales de pago de la televisión.
- Bien – dijo Kate - ¿Qué te apetece ver?
- Kate – observó Castle – deberías ir a la cama.
- No. Estoy bien – contestó – además no podría hacerlo, he cenado demasiado – aseguró.
- Bueno – cedió él – pero te tumbarás en el sofá.
Minutos después, los tres veían una película, Kate tumbada en el sofá principal, con su cabeza sobre la pierna de él y cubierta por una manta. Alexis sentada en la butaca al lado de su padre, también tapada con otra manta. Padre e hija comentaban la película mientras él acariciaba el pelo de Kate sin percatarse que ella se había quedado dormida apenas había empezado la película.
Hora y media después, y cuando la película había acabado, Alexis miró a Kate
- ¿Esta dormida? – preguntó a su padre.
- Desde hace bastante – le dijo él - ¿me haces un favor? – preguntó a su hija.
- Claro.
- ¿Te importa retirar el edredón de mi cama para que pueda llevarla? – Alexis asintió sonriendo y fue hasta la habitación.
- Hasta mañana papá – le susurró al salir y cruzándose con él que caminaba con Kate en brazos y se aupó para darle un beso en la mejilla.
Castle colocó a Kate sobre la cama y la arropó. Ella se giró hasta quedarse de costado, dándole la espalda. Él la observó unos segundos y dio la vuelta a la cama, tumbándose a su lado, con la cara frente a ella. Se acercó a su rostro y le dio un suave beso sobre los labios y para su sorpresa, ella respondió al beso, atrapando su labio inferior entre los de ella.
- Gracias – le dijo ella en su boca.
- ¿Por qué? – preguntó mientras la besaba.
- Por cuidar de mí. Por prepararme el baño. Por dejarme tu novela… – le dijo mientras le daba un beso por cada razón.
- No dudes que intentaré cobrármelo cualquier día de estos – le dijo acariciándole la cara.
- La idea – le dijo ella mientras se colocaba a horcajadas sobre él con un rápido movimiento – es saldar mi deuda de inmediato – aseguró inclinándose para besarle.
- Bueno detective – le dijo con picardía en sus labios– no pienso oponerme a que cumplas con tu pago…
*** *** ***
FIN DE LA V PARTE
G R A C I A S por leer hasta aqui.
Siguiendo más o menos una periodicidad, os dejo la quinta parte. Espero que os guste.
*** *** ***
PARTE V
Una suave luz proveniente de las farolas de la calle, iluminaba la sala permitiendo que pudiese moverse con facilidad, sin necesidad de encender la luz. Había estado esperando unos minutos en la puerta de la habitación, en parte sin decidirse si debía entrar y en parte atenta, escuchando cualquier sonido proveniente de su interior. Soltó aire y bajó el picaporte de la misma abriéndola un par de centímetros. Volvió a quedarse paralizada, escuchando y cuando sólo oyó la acompasada respiración de su padre, empujó hasta abrir la puerta en su totalidad. Había entrado miles de veces en aquella habitación sin pedir permiso, pero ahora, la sola idea de sorprenderles en su intimidad le asustaba, pero necesitaba hablar con su padre. Según pasaban los minutos aumentaba su preocupación.
Caminó unos pasos hacia el centro de la habitación. Al igual que en la sala, la leve luz de las farolas iluminaba lo suficiente como para que el panorama que se presentaba ante sus ojos le hiciese sonreír, fascinada. Su padre dormía boca arriba, el edredón apenas le cubría por encima de la tripa. A su izquierda y rodeada por sus brazos, Kate dormía de costado, con su brazo izquierdo sobre el pecho de él y la mano bajo su propia cara. Su padre tenía las manos cruzadas sobre la cintura de Kate, sin dejar que pudiese escapar de su abrazo. Afortunadamente para la joven, comprobó que su padre dormía con una camiseta puesta, y Kate dormía con una camiseta de finos tirantes. Alexis sonrío cuando la idea de tomarles una fotografía paso por su cabeza. Vio el Iphone de su padre sobre la mesita de su lado y lo cogió, buscando la aplicación para hacerla. Pensó que el flash les podría despertar, pero sopesando la idea de si podían enfadarse, decidió que seguramente si la foto salía bien, se les olvidaría el enfado.
Tal y como ella temía, el flash se disparó y Kate se movió, arrugando la nariz y frotándola contra su mano, pero sin despertarse. Su padre ni siquiera se movió. Revisó la fotografía y sonrío por el resultado. Volvió a dejar el teléfono sobre la mesa y se sentó con cuidado junto a su padre.
- Papá – le llamó suavemente moviéndole el hombro – papá
- Ya voy – murmuró él aún entre sueños
- Despierta papá – le dijo
Él abrió los ojos parpadeando varias veces, Alexis le sonrió y él tardó unos segundos en situarse.
- Alexis – le dijo en bajito para no despertar a Kate - ¿Qué ocurre? – le dijo extrañado
- Papá, llegué sobre la una y me he levantado hace un rato, la abuela y Jim aún no han llegado, anoche dijeron que no volverían tan tarde y …
- Mmmm – Kate murmuró moviéndose y restregando su nariz contra su mano y ambos observaron sonriendo aquel gesto tan infantil de ella en silencio para no despertarla.
- No te preocupes por tu abuela – le dijo bajito – ella y Jim estarán divirtiéndose y no estarán pendientes de la hora
- Mmmm ¿Qué ocurre? – dijo Kate abriendo los ojos - ¿te ha pasado algo Alexis? – le preguntó preocupada incorporándose sobre la cama al verla allí.
- ¡Oh! No Kate – le dijo ella – no me pasa nada es…
- Son los niños – terminó Castle – aún no han llegado y Alexis esta preocupada
- ¿Qué hora es? – preguntó Kate
- Las cinco y media – le dijo Alexis – dijeron que llegarían sobre las dos o las tres, incluso se ofrecieron a recogerme para que no viniese sola… He llamado a la abuela – continuo – pero no contesta al teléfono…
- No te preocupes Alexis – le dijo Kate dejándose caer de nuevo sobre Castle y éste la apretó contra él – si hubiese pasado algo mi padre habría llamado… seguro que se lo están pasando bien y se han olvidado…
- Lo siento – se disculpó la joven – pero ha empezado a hacer tanto aire que…
- ¿Eso que se oye es el aire? – dijo Kate saltando de la cama y acercándose a la ventana dejando a una sorprendida Alexis que la miró observando como únicamente vestía una ajustada camiseta de tirantes y braguitas.
- Si – contestó la chica – cuando volvía a casa ya había empezado a llover y el aire era molesto
- Voy a llamar a mi padre – le dijo a Castle – deberías levantarte ya – continuó – el despertador estaba a punto de sonar – cogió su móvil y marcó el número de su padre apremiándole para que se levantase, pero Castle no tenía intenciones de hacerlo, ni siquiera se había sentado.
Alexis cogió el Iphone de su padre mientras esperaba a que Kate consiguiese hablar con Jim y le mostró a Castle la foto que les había hecho minutos antes. Él sonrió divertido al mirarla y atrajo a Alexis hacía el besándola en la mejilla. Mientras, Kate conseguía hablar con su padre, quien le aseguraba que estaban a punto de llegar, Kate se acercó a Alexis para tranquilizarla.
- Están a punto de llegar – le dijo a Alexis – deberías volver a la cama.
- Creo que hoy desayunaré con vosotros – le dijo – quiero ver como les castigáis – dijo riendo
- Voy a ducharme – informó Kate – deberías levantarte ya Castle, el tiempo puede complicarnos hoy – le dijo mientras él la cogía de la mano obligando a que se sentase junto a él y frente a Alexis
- Mira lo que se dedica a hacer Alexis – le dijo enseñándole la foto del móvil
- Vaya – dijo Kate sonrojándose - ¿y esto? – preguntó a la joven
- Me pareció adorable como dormíais, no pude evitarlo – contestó sonriendo.
- Espero que tu padre sepa evitar publicarla por ahí – dijo mirándole
- Eso dependerá de cuanto me pague por no hacerlo detective – le dijo mientras se incorporaba y le daba un beso en los labios – voy a hacer el desayuno – anunció
Kate entró al baño mientras Castle y Alexis iban a la cocina para preparar el desayuno.
- ¿Qué tal lo pasaste anoche? – preguntó él
- Bien – contestó seria – papá
- ¿Qué?
- Me encantaría que Kate se quedase a vivir aquí – le dijo
- Vaya… ¿y eso a que viene? – preguntó él sacando el zumo de la nevera
- ¿Tiene que ser por algo? – le dijo – tan sólo me gustaría que lo hiciese.
- No. Supongo que no tiene que ser por nada – le dijo – únicamente me sorprende que me digas eso
- ¿No estas de acuerdo? – le preguntó ella
- ¿Yo? – dijo el pensativo – nada me gustaría más, pero no me atrevo a proponérselo… aún – le dijo sonriendo
- Pues yo creo que deberías hacerlo – le aseguró ella mientras abría uno de los muebles buscando el preparado para que su padre le hiciese tortitas provocando que ambos se quedasen pensativos en silencio.
Alexis ya había convivido con otra mujer en su casa, Gina, los dos años que su padre estuvo casada con ella, y aunque la relación entre ellas había sido buena, había más complicidad y confianza con Kate que con Gina. El simple hecho de que Kate se despertase allí y al verla se preocupase primero por si ella estaba bien, era más que suficiente para hacer que apreciase a Kate. Había temido que se molestase por su presencia, sin embargo, Kate se había comportado como si llevase allí toda la vida, sin que la incomodase siquiera mostrarse ante ella en la escasa ropa que utilizaba para dormir.
Él preparaba el desayuno para sus dos chicas, cuando notó que el sonido del agua de la ducha había cesado.
- Creo que Kate ya se ha duchado –le dijo - ¿terminas tú mientras me ducho?
- Claro – le sonrió la pelirroja poniéndose en su lugar en la cocina.
Kate había dejado la puerta del baño abierta, el dio un pequeño golpe con los nudillos sobre la misma y ella se giró sonriéndole.
- Tu turno – le dijo acercándose a él para darle un beso.
- Te libras porque Alexis está ahí fuera – contestó él abrazándola por la cintura – porque tenemos tiempo…
- Castle… a la ducha – le reprendió sonriendo.
- Vaaaale
Minutos después los tres se sentaban sobre los taburetes de la encimera, comenzando a desayunar mientras veían las noticias.
- ¿Dónde estaban los niños cuando les llamaste? – preguntó él mientras en la tv ponían imágenes de Nueva York azotado por una fina lluvia empujada por rachas fuertes de aire.
- Pues realmente no lo sé – contestó Kate mientras comía sus tortitas- estaban en la calle porque apenas oía a mi padre con el viento.
- Esta noche están castigados sin salir – le dijo
- Vale, pero se lo dices tú – le contestó riendo – yo no quiero hacer de madrastra.
- Nada de eso – protestó él – se lo diremos los dos
- Alexis – preguntó Kate - ¿tienes pensado salir esta noche?
- Conmigo no la toméis – contestó ella – yo fui buena y volví a casa antes de la hora…
- Si, veo que tú eres la única fiable de esta casa – le dijo Kate lamentándose acto seguido al decirlo por si Castle volvía a pensar que lo decía de nuevo por él- te lo pregunto porque a partir de ahora el tiempo empeorará y se irá haciendo peligroso que salgáis.
- No te preocupes Kate – contestó la chica – no hemos quedado en nada, nos iremos llamando para ver si podemos o no podemos salir.
- Mejor – afirmó Castle – puedes aprovechar y estudiar – le dijo.
- Oh si, todo menos volver a ponerme en peligro escuchando batallitas – dijo provocando las sonrisas de los tres.
Mientras los tres recogían la cocina, Martha y Jim aparecieron por la puerta. Ambos temblaban de frío, totalmente empapados por la lluvia.
- No encontrábamos un taxi libre – aclaró Jim
- Madre – dijo Castle viendo el estado deplorable de Martha con el pelo totalmente mojado y la ropa chorreando– deberías ir a tomar un baño caliente antes que enfermes
- Papá – dijo Kate – habéis preocupado a Alexis, dijisteis que vendríais pronto – le reprendió.
- Lo siento Katie – le dijo – comenzamos a hablar y cuando quisimos darnos cuenta de la hora ya era tarde y había empezado a llover y aunque llamamos a un Taxi, nos dijeron que tardarían en enviarlo, cerraron el local y todos los que estábamos allí nos vimos en la calle esperando demasiados taxis, así que decidimos ir andando hasta que encontrásemos alguno… veo que fue un error – se lamentó – nos hemos calado y el aire lo ha empeorado todo.
- Que sepáis ambos – les dijo Castle – que esta noche estaréis castigados sin salir, sólo nos faltaba que os pusieseis enfermos.
- No digas sandeces Richard – contestó Martha – con un buen baño y un chocolate caliente…
- Tenemos que irnos – dijo Kate – papá esta noche prefiero que os quedéis en casa – le dijo seria.
- ¡Por dios! – exclamó Martha - ¿Tú también? – le dijo a Kate.
- Si Martha sobre todo yo – le dijo – creo que sé porque lo digo – le dijo cogiéndose de la camisa del uniforme para que Martha entendiese porque lo decía.
- Sois un par de aguafiestas – les dijo a ambos señalándoles con el dedo.
- Abuela, será mejor que os pongáis ropa seca – dijo Alexis – yo os prepararé mientras el desayuno.
Martha y Jim desaparecieron escaleras arriba despidiéndose de ambos. Al quedarse solos, los tres se miraron sonriendo.
- No imaginaba que Martha era tan tremenda – dijo Kate.
- Te lo advertí – contestó él – no le toques una fiesta.
- Yo pensé que seriáis más duros con ellos – dijo Alexis – y les castigaríais sin salir de sus habitaciones – les dijo riendo.
- ¡Oh! No – dijo Kate – tu abuela me fulminaría – y comenzó a reír – vámonos Castle.
- Kate ¿algún día llamarás a papá por su nombre? – preguntó la pelirroja – es gracioso que le llames por el apellido, que además es falso…
- Algún día, Alexis – dijo Kate mirando a Castle – ahora prefiero que no se me escape en comisaría, sonaría extraño y Gates podría preguntar porque.
Ambos salieron de la casa despidiéndose de Alexis con un beso y con la promesa de esta que no dejaría que Martha y Jim saliesen de casa, y que si ella lo hacía, avisase de donde iba por whatsapp y se abrigase. Cuando entraron en el ascensor, Castle la atrapó por la cintura atrayéndola contra él.
- Esta mañana no he tenido la oportunidad de darte los buenos días – le dijo
- Vaya… - contestó ella – pensaba que ya te habías aburrido de mi, demasiadas horas juntos...
- Todo lo contrario detective – le dijo besándola – me gustaría que te quedases para siempre en mi casa – le dijo tanteándola – me gusta estar pegado a ti todo el día.
- Es la tercera oferta en 48 horas – contestó ella en su boca – primero tu madre, ayer Alexis y ahora tú.
- ¿Alexis? – le preguntó curioso
- Ayer por la tarde – le dijo acariciándole la cara por encima de la barba – mientras te duchabas ¿Por qué pones esa cara? – preguntó al ver como sonreía con una mueca de tristeza.
- Porque me hace gracia como mi familia te lo pide antes que yo… - le dijo – será porque tampoco se fían que lo vaya a hacer bien contigo ¿no? – le dijo resignado – últimamente nadie parece confiar en mi.
- Yo confío en ti y creo que tú eres el único de los tres que me comprende y sabe que es demasiado pronto – le tranquilizó besándole.
Ninguno de los dos dijo nada más. Salieron del ascensor abrazados soltándose cuando necesitaron abrocharse las chaquetas para salir a la calle. La fina lluvia seguía cayendo. Kate se puso su gorra escondiendo su pelo bajo ella.
Dedicaron el día a evacuar una calle de Coney Island. La cooperación de los vecinos, ya asustados por el aire y la lluvia, les permitió hacer los traslados con más rapidez que el día anterior, y después de acabar con la calle asignada, prestaron apoyo a otras unidades, hasta que después de ocho viajes, Kate recibió la orden de Gates de acudir a comisaría y dejar que el siguiente turno, continuase con el trabajo. Aquella noche, las evacuaciones no cesaron, la información sobre la llegada del terrible huracán a la ciudad, seguía situándolo el lunes 28 de Octubre a las cinco de la tarde. El aire no cesaba y se había vuelto más frío. Las autoridades advertían que Sandy podía cruzarse con una masa de aire polar proveniente del norte y podría incluso nevar.
Después de salir de comisaría, donde habían entregado a Gates todo el papeleo, se dirigieron al aparcamiento subterráneo y Kate le entregó la llave del coche a Castle.
- ¿Te importa conducirlo tú? – le preguntó
- ¿Me lo puedes repetir? – dijo él incrédulo.
- Oh vamos, estoy realmente cansada – aseguró – estoy deseando meterme en la cama.
- Vaya detective – contestó él cogiendo las llaves del coche– muchas revelaciones para un mismo día, más que nada porque es mi cama en la quieres meterte – le susurró al oído.
- No me refería a ese tipo de cama, Castle – dijo poniendo los ojos en blanco.
- Me entristece oír eso – dijo abriéndole la puerta del acompañante para que ella entrase – pensaba repetir ese masaje de ayer – aseguró mientras se agachaba junto a ella y le cerraba la puerta.
Cuando subían por el ascensor de la casa de Castle, Kate se apoyó sobre él, que la abrazó comprendiendo que debía de estar realmente cansada. Las puertas del ascensor se abrieron y él comenzó a andar sosteniéndola
- Te preparare un baño caliente, cenarás y te irás a dormir – le dijo cariñosamente.
- Eso suena genial – contestó ella.
Entraron a casa y vieron como Martha estaba en el sofá, medio tumbada, con una manta por encima, una caja de pañuelos de papel y la nariz totalmente roja, viendo la televisión.
- Te advertí que te pondrías enferma – le dijo Castle – acercándose y besándole la cabeza.
- No saldré esta noche si esa es tu preocupación – contesto Martha.
- Jim – dijo Castle dándole la mano – eso huele de maravilla.
- Es una sopa para que entréis en calor – contestó Jim removiendo algo en el fuego - ¿Qué tal Katie? – dijo a su hija cuando esta le dio un beso en la mejilla- Pareces agotada.
- Lo estoy – contestó ella dejándose caer en el sofá junto a Martha a la que tomó de la mano a modo de saludo.
- Te prepararé el baño – afirmó Castle - ¿Alexis? – preguntó a su madre.
- Arriba, en su cuarto, creo que leyendo – contestó ella.
Castle fue hasta el baño, abrió la bañera, cogió una toalla y la dobló sobre el borde de la bañera, para que ella pudiese apoyar la cabeza. Diluyó en el agua sales aromáticas y apagó parte de las luces. Buscó el albornoz de Kate y lo dejó cerca de la bañera. El baño pronto comenzó a llenarse de nubes de vapor, y cuando el nivel de agua era el adecuado, cerró el grifo, comprobando que todo estaba perfecto. Buscó en su despacho el manuscrito con los primeros capítulos de la novela que tenía a medias, y se lo dejó sobre el albornoz. Después fue a buscarla, y se encontró con Kate dormida en el sofá. Miró a Martha que se encogió de hombros.
- Esta muy cansada – le dijo Martha – deberías dejarla dormir.
- No se relajará si no se mete en el baño – le dijo acercándose a ella – ha sido un día muy estresante y muy frío. Será mejor que la lleve hasta el baño – dijo.
Se arrodillo junto a ella en el sofá y le quitó con cuidado las botas y los calcetines, provocando que ella se despertase, después él paso un brazo por debajo de su axila y el otro por debajo de las rodillas elevándola en el aire, y haciendo que ella se aferrase a su cuello con ambas manos.
- Vamos dormilona – le dijo bajito – estarás mejor si tomas un baño.
Entró en el baño con ella en brazos y le preguntó si la podía dejar en el suelo, a lo que Kate asintió abriendo los ojos. En cuanto lo hizo, ella se apoyó sobre él, y Castle, sonriendo beso su frente.
- Creo que te ayudaré a entrar en el baño – le dijo con dulzura.
Él comenzó por desabrocharle el cinturón y el pantalón, empujando estos hacía al suelo. Después fue desabrochando uno a uno los botones de la camisa del uniforme, tomó su mano derecha y desabotonó el puño, después hizo lo mismo con la mano izquierda. Kate seguía con la cabeza apoyada sobre el pecho de él. Castle pasó sus manos por debajo del cuello de la camisa, arrastrándola por los brazos de Kate y dejando que cayese al suelo. Después metió las manos por debajo de la camiseta que ella llevaba puesta y la levantó por encima de su cabeza con la ayuda de ella que levantó los brazos pesadamente, volviendo de nuevo a apoyar su cabeza en el hombro de él. Castle llevó sus manos a la espalda soltando su sujetador y dejando que cayese al suelo, después paso sus dedos por debajo de la tira de sus braguitas, tirando de ellas y terminando de desnudarla.
- Y ahora al baño detective – le dijo tendiéndole la mano para ayudarle a entrar.
Kate le dio la mano obedientemente y paso a la bañera con cuidado, él la ayudo a sentarse, agachándose a su lado fuera del baño.
- No te vas a dormir ahí dentro ¿vale? – le dijo y ella movió la cabeza negando – te he traído esto – le dijo mostrándole el manuscrito – para que lo leas mientras te bañas.
- ¿Es tu última novela? – le preguntó espabilándose .
- Si – le dijo él con una sonrisa – y ahora me llevaré tu ropa y te traeré una copa de vino ¿te apetece?
- Claro – le dijo - ¿en serio me dejas leerla?
- No sólo te dejo leerla – le dijo besándola – quiero tu opinión.
Cogió la ropa de ella del suelo y salió del baño mientras ella comenzaba a leer. Colocó los pantalones y el cinturón sobre una silla en la habitación, y se llevó el resto de la ropa para lavarla, por el camino recogió los calcetines.
- ¿Ha llegado al baño? – preguntó Martha
- Si – contestó él – se sentirá mejor en un rato. Voy a poner esto en la lavadora.
Castle se acercó hasta la lavadora, metiendo la ropa de Kate y poniendo detergente y suavizante mientras Jim que seguía en la cocina, le miraba atento.
- Nunca pensé que supieses hacer eso – le dijo Jim.
- ¿Poner la lavadora? – le dijo Castle – cuando me divorcié me quedé con la custodia de Alexis, me las he tenido que arreglar yo sólo. También se cocinar – le dijo guiñándole un ojo.
- Pensé que tendrías a alguien que te ayudase – aclaró Jim.
- Si, pero no siempre fue así – le dijo ajustando el programa y eligiendo una botella de vino de su vinoteca – Jim ¿tu no bebes, verdad?
- No. El vino sólo lo utilizo para cocinar y no creo que me dejases utilizar ese… - le dijo riendo.
- ¡Oh! No Jim, eso sería un sacrilegio – le dijo mientras abría la botella y servía tres copas.
Le dio una copa a Martha, y dejó la suya sobre la mesa del salón, después se encamino al baño con la copa de Kate y se la dejó sobre un taburete, al lado de la bañera. La vio absorta en la lectura, le dio un beso en la cabeza y salió del baño, y le dejo preparada sobre la cama la ropa interior y el pijama.
- Voy a ver a Alexis – les dijo a Martha y a Jim que había acabado en la cocina y estaba sentado en un sillón cerca de Martha.
Subió las escaleras y se acercó hasta el cuarto de Alexis. Oía a la joven como tarareaba una canción, se acercó hasta la puerta y se apoyó en el quicio, observándola. Estaba sentada en su escritorio, con los auriculares del Ipod puestos, moviendo la cabeza y tarareando. Su pelo, recogido en una coleta, se movía nerviosa al ritmo de la música.
- Cariño – llamó casi gritando después de observarla durante casi un minuto.
- ¡Hola papá! – le dijo ella quitándose los auriculares - ¿Qué tal el día?
- Bueno, hoy hemos trasladado a más gente que ayer – le dijo – la gente esta asustada, ya no solo por el huracán, también dejan sus hogares, sus pertenencias, toda su vida y no saben que podrán encontrarse a su vuelta.
- Y ¿Kate? – preguntó Alexis.
- Esta tomando un baño – le dijo – ha llegado muy cansada, ella y los chicos han desalojado muchas casas hoy. ¿Bajamos? – preguntó y Alexis le asintió .
- ¿Y tú? ¿No estas cansado?
- Yo no me he movido como ellos, yo me ocupaba del autobús – le dijo abrazándola y saliendo de la habitación.
- ¿Qué tal se han portado los niños? – le dijo riendo.
- La abuela tiene un resfriado tremendo, y Jim es estupendo, se ha ocupado de hacer la comida y la cena, han dicho que hoy no saldrían – le aclaró.
- Y ¿tú? ¿vas a salir hoy? – le preguntó.
- No. Hoy me quedo con vosotros. ¿Veremos una peli?
- Claro - le aseguró.
Se reunieron con Martha y Jim en el salón, y se pusieron a hablar animadamente.
- Richard querido – dijo Martha - ¿no se habrá quedado dormida Kate en el baño?
- Voy a ver – dijo él levantándose - ¿Qué tal si preparas la mesa para cenar Alexis?
Él entró en la habitación y sonrió al verla ponerse las zapatillas.
- ¿Mejor? – preguntó y ella le asintió sonriendo.
- Lo siento, estaba agotada y no pude evitar dormirme en el sofá – le dijo.
- No importa – le dijo acercándose y abrazándola – voy a darme una ducha rápida y cenaremos, después te irás a la cama detective.
Kate saludo a Alexis con un beso en la mejilla y se dispuso a ayudarle a preparar la mesa
- No te preocupes Kate – le dijo – ya lo hago yo. Papá ha dicho que estas agotada.
- Bueno, ya estoy mejor – le aseguró – el baño me ha sentado genial.
Diez minutos después Castle en pijama y recién duchado aparecía en el salón. Se sentaron a cenar, elogiando la habilidad de Jim para la cocina.
Entre Alexis y Castle recogieron la mesa sin dejar que Kate les ayudase. Jim le dio un beso a Kate en la mejilla y se disculpó ante todos para ir a dormir. Veinte minutos después y tras tomarse un antigripal, Martha se despidió de ellos para ir a descansar.
- Madre – le dijo Castle – si mañana no estas mejor, Alexis te acompañará al médico.
- No te preocupes querido, tan sólo es un resfriado – le dijo restándole importancia.
- Si, pero el tiempo irá empeorando y no quiero que empeores y no podamos salir de casa en busca de un médico ¿irás mañana? – le dijo.
- Está bien, está bien. Si mañana no estoy mejor llamaré al doctor Blaine, mañana es sábado y no pasa consulta – prometió Martha - ¿tendréis cuidado? – les dijo a ambos.
- Claro Martha – le dijo Kate – no te preocupes, yo cuidaré de él - le dijo mirándole y sonriendo.
Martha desapareció por la escalera.
- ¿Qué tal si vemos una peli? – preguntó Alexis buscando entre los canales de pago de la televisión.
- Bien – dijo Kate - ¿Qué te apetece ver?
- Kate – observó Castle – deberías ir a la cama.
- No. Estoy bien – contestó – además no podría hacerlo, he cenado demasiado – aseguró.
- Bueno – cedió él – pero te tumbarás en el sofá.
Minutos después, los tres veían una película, Kate tumbada en el sofá principal, con su cabeza sobre la pierna de él y cubierta por una manta. Alexis sentada en la butaca al lado de su padre, también tapada con otra manta. Padre e hija comentaban la película mientras él acariciaba el pelo de Kate sin percatarse que ella se había quedado dormida apenas había empezado la película.
Hora y media después, y cuando la película había acabado, Alexis miró a Kate
- ¿Esta dormida? – preguntó a su padre.
- Desde hace bastante – le dijo él - ¿me haces un favor? – preguntó a su hija.
- Claro.
- ¿Te importa retirar el edredón de mi cama para que pueda llevarla? – Alexis asintió sonriendo y fue hasta la habitación.
- Hasta mañana papá – le susurró al salir y cruzándose con él que caminaba con Kate en brazos y se aupó para darle un beso en la mejilla.
Castle colocó a Kate sobre la cama y la arropó. Ella se giró hasta quedarse de costado, dándole la espalda. Él la observó unos segundos y dio la vuelta a la cama, tumbándose a su lado, con la cara frente a ella. Se acercó a su rostro y le dio un suave beso sobre los labios y para su sorpresa, ella respondió al beso, atrapando su labio inferior entre los de ella.
- Gracias – le dijo ella en su boca.
- ¿Por qué? – preguntó mientras la besaba.
- Por cuidar de mí. Por prepararme el baño. Por dejarme tu novela… – le dijo mientras le daba un beso por cada razón.
- No dudes que intentaré cobrármelo cualquier día de estos – le dijo acariciándole la cara.
- La idea – le dijo ella mientras se colocaba a horcajadas sobre él con un rápido movimiento – es saldar mi deuda de inmediato – aseguró inclinándose para besarle.
- Bueno detective – le dijo con picardía en sus labios– no pienso oponerme a que cumplas con tu pago…
*** *** ***
FIN DE LA V PARTE
G R A C I A S por leer hasta aqui.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Cada dia te superas mas.
trinity640- Actor en Broadway
- Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Edad : 47
Localización : Andalucia
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
GENIAL...!!!!
Fanny_123- Autor de best-seller
- Mensajes : 831
Fecha de inscripción : 15/09/2012
Edad : 24
Localización : Chile!!! c:
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
Como siempre Ana, un gran capítulo, la verdad es que tienes la facilidad de hacer que no pueda levantar la vista del capítulo cuando lo estoy leyendo.
Me encanta la relación que tiene Alexis con Kate, la confianza que tienen que lleva incluso a Alexis a atraverse a entrar en la habitación de su padre y hacerle una foto a él y a Kate mientras duermen tan tiernos.
Me hace mucha gracia la pareja Martha-Jim, "los niños", parece que ahora Castle y Kate son los padres con sus padres y la situación es de lo más divertida jaja
Por otra lado, cada vez me gusta más esas escenas tiernas de Castle como cuando le prepara el baño a Kate, le prepara la ropa, le lleva una copa de vino y le deja el nuevo libro que está escribiendo. Es tan mono
El final del capítulo me sorprendió, después de lo cansada que estaba Beckett y de haberle dejado claro a Castle que solo quería dormir en su cama, no me esperaba su petición jajaja
Un capítulo estupendo,como siempre Ana
Me encanta la relación que tiene Alexis con Kate, la confianza que tienen que lleva incluso a Alexis a atraverse a entrar en la habitación de su padre y hacerle una foto a él y a Kate mientras duermen tan tiernos.
Me hace mucha gracia la pareja Martha-Jim, "los niños", parece que ahora Castle y Kate son los padres con sus padres y la situación es de lo más divertida jaja
Por otra lado, cada vez me gusta más esas escenas tiernas de Castle como cuando le prepara el baño a Kate, le prepara la ropa, le lleva una copa de vino y le deja el nuevo libro que está escribiendo. Es tan mono
El final del capítulo me sorprendió, después de lo cansada que estaba Beckett y de haberle dejado claro a Castle que solo quería dormir en su cama, no me esperaba su petición jajaja
Un capítulo estupendo,como siempre Ana
Re: Fieles amigos. Parte FINAL (13 Dic)
que capitulos aqui no hay rellenos
fantasticos
y la relacion Martha-Jim me gusta muchisimo
fantasticos
y la relacion Martha-Jim me gusta muchisimo
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
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