(+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
+39
Casbeck.mongar
alba_caskett
agecastbet
masomi03
kateAlexis.B.Castle
Solexite
isavalencia
patycb02
RcKb
MelaD7
carla_NYPD
caskett_41319
katebeckett78
DidiBcn
Marialovescastle
alcalde100
MaríaE
caskett_10fogue
AlwaysSerenity
nusky
Nmacaskett
Caskett(sariita)
_Caskett_
yamicastkett
choleck
SaraS17
Delta5
Verispu
Teresita_yocastle$$NYPD
Aitana
Emily Claire
cururi
castle&beckett..cris
anfrig
erikal
Yaye
MARIAFV
Apocalipsis.
Ruth Maria
43 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 9 de 13.
Página 9 de 13. • 1, 2, 3 ... 8, 9, 10, 11, 12, 13
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
WOWW! Menudo capitulazo! Y eso que te habías oxidado, que si no… jajajaja
Bueno empecemos por el principio. Ya te veo venir, haces que Kate conozca a Ryce para tener la puerta abierta a lo que estás tramando, pues tienes claro lo que va a pasar. Buena jugada, y mejor aún por la anticipación, para evitar que el lector se dé cuenta de por dónde quieres ir, y no lo dejas ver hasta el final. Al ser tan largo el capítulo (BIENNNNNN POR MI QUE TENGO MÁS DONDE LEER)pensaste que el detalle pasaría inadvertido, jajajajajaja
El encuentro familiar es de lo más divertido y distendido para Kate, pues sus padres han demostrado conocerla mejor de lo que ella misma lo hace, jajajaja y sobre todo para su madre que al fin y a la postre es la que más tiempo ha estado con ella, al menos nueve meses más que su padre, de ahí que sea la que siempre gane las apuestas a su marido, jajajajajajaja
Son buenos padres, porque saben cuál es su sitio respecto de su hija, primero la educaron para que supiese lo era correcto y después cuando lo hace, la apoyan incondicionalmente. Como ellos mismos dicen no están para juzgar, sino para educar y ayudar, ¿cómo? allanando el camino, no poniendo obstáculos, sino dando consejos y deseando que eso la ayuden a decidir. Su finalidad es que consiga la felicidad, pero esa no viene de regalo, hay que buscarla y pelear por ella, así que …
Que la conocen a estas alturas de la historia, no hay que demostrarlo, pues su apuesta lo demuestra, ya sabían que estaba enamorada y de quién, lo que esperaban es que se diera cuenta ella. Además no han preguntado nada y la dan espacio para que ella cuente libremente todo lo que quiera, sabiendo esperar a que esté preparada para terminar la historia completa. La verdad es que no hay muchos padres así, jajajajaja y no me puedo quejar de los míos, pero…
Esa llamada de Rick dentro de la seriedad, me ha resultado muy divertida, pues todo el rato he estado imaginando a Kate haciendo gestos y muecas a su madre, y el remate ha sido de traca, jajajaja me imagino a Kate dando saltos de mal genio, jajajajajajaja
Has intercalado durante todo el relato múltiples guiños de humor, aunque en alguna ocasión un poco tétrico, pero has distendido mucho las situaciones para que nos hagamos una idea de lo que era la vida de Kate junto a sus padres. El amor que existe entre ellos no se consigue de la nada, sino del trabajo diario y el esfuerzo permanente para convertirse en una familia unida.
Y entre medias de esa buena vibra aquí está el primer síntoma de borrasca, Johana está en un caso importante y … ya empezamos a imaginar por dónde van los tiros, confirmando nuestras sopechas, jajajajajaja
Justo en el momento preciso y después de mostrarnos una familia ideal, aparece otro tipo de familia, la forzosa, jajajajaja aunque Rick parece tener muy claro cuál es su verdadera familia y no parece ser la de Meredith. Aunque ésta parece creer que es la vencedora en este tira y afloja que se trae con Rick. La llegada de un hijo siempre es motivo de alegría, pero hay situaciones en las que esa alegría está muy contingentada. Menos mal que Castle sabe cuál es su situación y dónde quiere estar, lo tiene muy claro y además quiere luchar por su felicidad y esa es… Kate. Y aquí es donde yo empiezo mis cavilaciones, volverá Kate a por su moto y a escindir su matrícula universitaria, lo que facilitaría que Castle la apoyase en los momentos más duros de su existencia? o no volvería a aparecer y Rick se haría cargo de guardar como una reliquia su moto y terminaría casándose con Meredith ante la situación de desapego de Kate en ese momento? bueno esas son las dos teorías más sólidas, que si me voy por las otras ni te cuento, jajajajaja claro que también existe la posibilidad de que Castle viaje hasta Nueva York al conocer la desgracia de Kate y allí consiga una editorial que publique un primer manuscrito de una saga policiaca. Lo que me hace pensar, ¿llegará a tiempo para la ecografía?.
El final del año, no va a ser tan bueno como Castle suponía, pero después de las pocas expectativas que tenía de él qué más se puede pedir … eso es … una llamada de Kate, y premio, Kate no ha podido evitar llamarle para volver a oír su voz, para calmar todos esos pensamientos que la pasan por la cabeza cada momento que se descuida y deja que su corazón influya en su mente. No es que haya sido especialmente alegre, pero no le ha cerrado la puerta a su relación, aún hay esperanza … aún espera darle una oportunidad … claro que todavía tienen que organizar sus mentes (ahí es ná).
Segunda parte del culebrón Castle, Kate decide ir derecha al grano y sin miramientos les suelta a sus padres la noticia, Baby para Castle. De nuevo el punto de vista de Kate choca con el de sus padres, que más experimentados y duchos en la materia, ven lo que ella no quiere ver.
Castle no la ha engañado y tampoco ha mentido ni ocultado los hechos, eso le hace ganar puntos con sus “suegros”, pero al fin aparece el verdadero motivo, Kate se siente desplazada por el futuro hijo de Castle y hasta por la madre de éste, ella lo quiere en exclusiva y eso no va a pasar.
Y ahora viene “EL DISGUSTO”, la variable que nos va a fastidiar la ecuación que todos tenían por perfecta, el destino que nunca juega a nuestro favor, o quizá sí?.
Lo dicho, menudo capitulo te has marcado, lleno de detalles, guiños de humor, dura realidad y sobre todo de cohesión sin dejar cabos sueltos, todo atado y encauzado desde el principio, muy sibilinamente, pero sin engaños, está ahí el que no se haya dado cuenta es porque ha pasado por encima sin pensar en lo que estaba leyendo, jajajajajaja y eso contigo es un grave error, jajajajajaja
Sabes lo que pienso ahora espero que no ande muy desencaminada y al menos yo no me haya oxidado tanto como para no leer entre líneas y adivinar lo que piensas hacer, jajajajajajaja
Si te has oxidado como decías lo mejor como apuntabas es seguir escribiendo y si lo haces largo y tendido como este capítulo, de fijo que lo logras en nada y menos, jajajajajaja
Sigue pronto que ya nos hiciste esperar mucho, no vaya a ser … aunque no necesitaré releer como esta vez, tu historia la tengo muy presente y no se me suelen olvidar los detalles, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
P.D. No quiero olvidarme de lo más importante, BIENVENIDA DE NUEVO y sabes que te seguiré siempre, esperaré lo que haga falta y no protestaré más de lo necesario … jajajajajajajaja
Bueno empecemos por el principio. Ya te veo venir, haces que Kate conozca a Ryce para tener la puerta abierta a lo que estás tramando, pues tienes claro lo que va a pasar. Buena jugada, y mejor aún por la anticipación, para evitar que el lector se dé cuenta de por dónde quieres ir, y no lo dejas ver hasta el final. Al ser tan largo el capítulo (BIENNNNNN POR MI QUE TENGO MÁS DONDE LEER)pensaste que el detalle pasaría inadvertido, jajajajajaja
El encuentro familiar es de lo más divertido y distendido para Kate, pues sus padres han demostrado conocerla mejor de lo que ella misma lo hace, jajajaja y sobre todo para su madre que al fin y a la postre es la que más tiempo ha estado con ella, al menos nueve meses más que su padre, de ahí que sea la que siempre gane las apuestas a su marido, jajajajajajaja
Son buenos padres, porque saben cuál es su sitio respecto de su hija, primero la educaron para que supiese lo era correcto y después cuando lo hace, la apoyan incondicionalmente. Como ellos mismos dicen no están para juzgar, sino para educar y ayudar, ¿cómo? allanando el camino, no poniendo obstáculos, sino dando consejos y deseando que eso la ayuden a decidir. Su finalidad es que consiga la felicidad, pero esa no viene de regalo, hay que buscarla y pelear por ella, así que …
Que la conocen a estas alturas de la historia, no hay que demostrarlo, pues su apuesta lo demuestra, ya sabían que estaba enamorada y de quién, lo que esperaban es que se diera cuenta ella. Además no han preguntado nada y la dan espacio para que ella cuente libremente todo lo que quiera, sabiendo esperar a que esté preparada para terminar la historia completa. La verdad es que no hay muchos padres así, jajajajaja y no me puedo quejar de los míos, pero…
Esa llamada de Rick dentro de la seriedad, me ha resultado muy divertida, pues todo el rato he estado imaginando a Kate haciendo gestos y muecas a su madre, y el remate ha sido de traca, jajajaja me imagino a Kate dando saltos de mal genio, jajajajajajaja
Has intercalado durante todo el relato múltiples guiños de humor, aunque en alguna ocasión un poco tétrico, pero has distendido mucho las situaciones para que nos hagamos una idea de lo que era la vida de Kate junto a sus padres. El amor que existe entre ellos no se consigue de la nada, sino del trabajo diario y el esfuerzo permanente para convertirse en una familia unida.
Y entre medias de esa buena vibra aquí está el primer síntoma de borrasca, Johana está en un caso importante y … ya empezamos a imaginar por dónde van los tiros, confirmando nuestras sopechas, jajajajajaja
Justo en el momento preciso y después de mostrarnos una familia ideal, aparece otro tipo de familia, la forzosa, jajajajaja aunque Rick parece tener muy claro cuál es su verdadera familia y no parece ser la de Meredith. Aunque ésta parece creer que es la vencedora en este tira y afloja que se trae con Rick. La llegada de un hijo siempre es motivo de alegría, pero hay situaciones en las que esa alegría está muy contingentada. Menos mal que Castle sabe cuál es su situación y dónde quiere estar, lo tiene muy claro y además quiere luchar por su felicidad y esa es… Kate. Y aquí es donde yo empiezo mis cavilaciones, volverá Kate a por su moto y a escindir su matrícula universitaria, lo que facilitaría que Castle la apoyase en los momentos más duros de su existencia? o no volvería a aparecer y Rick se haría cargo de guardar como una reliquia su moto y terminaría casándose con Meredith ante la situación de desapego de Kate en ese momento? bueno esas son las dos teorías más sólidas, que si me voy por las otras ni te cuento, jajajajaja claro que también existe la posibilidad de que Castle viaje hasta Nueva York al conocer la desgracia de Kate y allí consiga una editorial que publique un primer manuscrito de una saga policiaca. Lo que me hace pensar, ¿llegará a tiempo para la ecografía?.
El final del año, no va a ser tan bueno como Castle suponía, pero después de las pocas expectativas que tenía de él qué más se puede pedir … eso es … una llamada de Kate, y premio, Kate no ha podido evitar llamarle para volver a oír su voz, para calmar todos esos pensamientos que la pasan por la cabeza cada momento que se descuida y deja que su corazón influya en su mente. No es que haya sido especialmente alegre, pero no le ha cerrado la puerta a su relación, aún hay esperanza … aún espera darle una oportunidad … claro que todavía tienen que organizar sus mentes (ahí es ná).
Segunda parte del culebrón Castle, Kate decide ir derecha al grano y sin miramientos les suelta a sus padres la noticia, Baby para Castle. De nuevo el punto de vista de Kate choca con el de sus padres, que más experimentados y duchos en la materia, ven lo que ella no quiere ver.
Castle no la ha engañado y tampoco ha mentido ni ocultado los hechos, eso le hace ganar puntos con sus “suegros”, pero al fin aparece el verdadero motivo, Kate se siente desplazada por el futuro hijo de Castle y hasta por la madre de éste, ella lo quiere en exclusiva y eso no va a pasar.
Y ahora viene “EL DISGUSTO”, la variable que nos va a fastidiar la ecuación que todos tenían por perfecta, el destino que nunca juega a nuestro favor, o quizá sí?.
Lo dicho, menudo capitulo te has marcado, lleno de detalles, guiños de humor, dura realidad y sobre todo de cohesión sin dejar cabos sueltos, todo atado y encauzado desde el principio, muy sibilinamente, pero sin engaños, está ahí el que no se haya dado cuenta es porque ha pasado por encima sin pensar en lo que estaba leyendo, jajajajajaja y eso contigo es un grave error, jajajajajaja
Sabes lo que pienso ahora espero que no ande muy desencaminada y al menos yo no me haya oxidado tanto como para no leer entre líneas y adivinar lo que piensas hacer, jajajajajajaja
Si te has oxidado como decías lo mejor como apuntabas es seguir escribiendo y si lo haces largo y tendido como este capítulo, de fijo que lo logras en nada y menos, jajajajajaja
Sigue pronto que ya nos hiciste esperar mucho, no vaya a ser … aunque no necesitaré releer como esta vez, tu historia la tengo muy presente y no se me suelen olvidar los detalles, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
P.D. No quiero olvidarme de lo más importante, BIENVENIDA DE NUEVO y sabes que te seguiré siempre, esperaré lo que haga falta y no protestaré más de lo necesario … jajajajajajajaja
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Gracias por la fe que me tenés, jajajajaja De verdad se aprecia! El próximo capi está en pleno proceso creativo y pronto saldrá a la luz! Besos!kateAlexis.B.Castle escribió:Pero claro q tenes una mente brillante! Solo tenes que darte un respiro para volver a la carga jajaja y esperamos con ancias el sig. Capi bss
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:WOWW! Menudo capitulazo! Y eso que te habías oxidado, que si no… jajajaja
Creéme que estoy más que oxidada, querida amiga. Lo que pasa que me estuve bañando con coca cola (que es muy buena para remover óxido) y no se notó tanto, jajajajajaja.
Bueno empecemos por el principio. Ya te veo venir, haces que Kate conozca a Ryce para tener la puerta abierta a lo que estás tramando, pues tienes claro lo que va a pasar. Buena jugada, y mejor aún por la anticipación, para evitar que el lector se dé cuenta de por dónde quieres ir, y no lo dejas ver hasta el final. Al ser tan largo el capítulo (BIENNNNNN POR MI QUE TENGO MÁS DONDE LEER)pensaste que el detalle pasaría inadvertido, jajajajajaja
Siempre pensé que Michel Royce había sido más que importante en la vida de Beckett y se me ocurrió entonces, que podía jugar un poco con ese personaje del que no han contado mucho en la serie y del que puedo usar a mi antojo en un par de capis... (…y no digo más! Jajajaja)
El encuentro familiar es de lo más divertido y distendido para Kate, pues sus padres han demostrado conocerla mejor de lo que ella misma lo hace, jajajaja y sobre todo para su madre que al fin y a la postre es la que más tiempo ha estado con ella, al menos nueve meses más que su padre, de ahí que sea la que siempre gane las apuestas a su marido, jajajajajajaja
La idea era más o menos esa, mostrar la buena relación que tiene con sus padres y lo mucho que disfruta estar con ellos, y sobre todo el apoyo que tiene Kate por parte de su familia ante este momento de incertidumbre. Es genial la confianza que se tienen, la claridad para decirse las cosas y lo mejor de toda esta maravillosa comunión familiar, es que sus progenitores la conocen mucho mejor de lo que se conoce ella misma. Claro, que ese nivel de comprensión y conocimiento, se multiplica cuando de la madre se trata, no hay duda de ello! Eso de estar 9 meses dentro del vientre de tu madre, debe influir bastante, supongo, jajajaja
Son buenos padres, porque saben cuál es su sitio respecto de su hija, primero la educaron para que supiese lo era correcto y después cuando lo hace, la apoyan incondicionalmente. Como ellos mismos dicen no están para juzgar, sino para educar y ayudar, ¿cómo? allanando el camino, no poniendo obstáculos, sino dando consejos y deseando que eso la ayuden a decidir. Su finalidad es que consiga la felicidad, pero esa no viene de regalo, hay que buscarla y pelear por ella, así que …
Por supuesto que son buenos padres, y eso es lo que se ve en cuanto a sus reacciones ante cada cosa que su hija les cuenta! Más de un padre estaría horrorizado y más de una madre se estaría haciendo cruces, jajajajaja
Supongo que en mi pensamiento Johanna y Jim fueron verdaderamente felices durante el tiempo que estuvieron juntos, y creo que su felicidad se mantuvo día a día con esfuerzo y con un fin en común: el amor. Y el inculcarle eso a su hija, el hacerle ver que la felicidad hay que forjarla en todo momento y no es un premio que se le otorga a todo el mundo, también es parte de la enseñanza que le dejarán en su vida. Creo que es una de las mejores cosas que pueden ofrecerle.
Que la conocen a estas alturas de la historia, no hay que demostrarlo, pues su apuesta lo demuestra, ya sabían que estaba enamorada y de quién, lo que esperaban es que se diera cuenta ella. Además no han preguntado nada y la dan espacio para que ella cuente libremente todo lo que quiera, sabiendo esperar a que esté preparada para terminar la historia completa. La verdad es que no hay muchos padres así, jajajajaja y no me puedo quejar de los míos, pero…
Sí, se podría decir que son los padres ideales y estoy segura de que son bastante pocos…Yo ya quisiera unos padres así para un día de fiesta, jajajajaja
Esa llamada de Rick dentro de la seriedad, me ha resultado muy divertida, pues todo el rato he estado imaginando a Kate haciendo gestos y muecas a su madre, y el remate ha sido de traca, jajajaja me imagino a Kate dando saltos de mal genio, jajajajajajaja
Confieso que esa parte es casi autobiográfica… Mi madre tiene unos cuantos recuerdos de mi dando saltos, pidiéndole que invente alguna excusa para no atender, exigiéndole que esa excusa sea creíble y no te avergüence, y por supuesto, sin haberle avisado antes de atender que debía improvisar maravillosamente en poquísimos segundos como si fuese una profesional del espectáculo! La verdad, que paciencia que nos tienen nuestras madres… jajajaja
Has intercalado durante todo el relato múltiples guiños de humor, aunque en alguna ocasión un poco tétrico, pero has distendido mucho las situaciones para que nos hagamos una idea de lo que era la vida de Kate junto a sus padres. El amor que existe entre ellos no se consigue de la nada, sino del trabajo diario y el esfuerzo permanente para convertirse en una familia unida.
Ya sabés que el humor no es lo mío en los relatos, y es por eso que me encanta la observación sobre los "guiños de humor" que fui dejando por ahí. Y ha servido para que se entienda como funcionaba la familia Beckett, lo mucho que se divertían cuando estaban los tres juntos; y es verdad lo que decís: que el amor que se tienen, se preserva a base de trabajo diario y esfuerzo permanente para mantenerse unidos.
Y entre medias de esa buena vibra aquí está el primer síntoma de borrasca, Johana está en un caso importante y … ya empezamos a imaginar por dónde van los tiros, confirmando nuestras sopechas, jajajajajaja
Bueno, por algún lado tenía que empezar a mostrar lo que estaba por suceder…jajajajaja
Justo en el momento preciso y después de mostrarnos una familia ideal, aparece otro tipo de familia, la forzosa, jajajajaja aunque Rick parece tener muy claro cuál es su verdadera familia y no parece ser la de Meredith. Aunque ésta parece creer que es la vencedora en este tira y afloja que se trae con Rick. La llegada de un hijo siempre es motivo de alegría, pero hay situaciones en las que esa alegría está muy contingentada. Menos mal que Castle sabe cuál es su situación y dónde quiere estar, lo tiene muy claro y además quiere luchar por su felicidad y esa es… Kate. Y aquí es donde yo empiezo mis cavilaciones, volverá Kate a por su moto y a escindir su matrícula universitaria, lo que facilitaría que Castle la apoyase en los momentos más duros de su existencia? o no volvería a aparecer y Rick se haría cargo de guardar como una reliquia su moto y terminaría casándose con Meredith ante la situación de desapego de Kate en ese momento? bueno esas son las dos teorías más sólidas, que si me voy por las otras ni te cuento, jajajajaja claro que también existe la posibilidad de que Castle viaje hasta Nueva York al conocer la desgracia de Kate y allí consiga una editorial que publique un primer manuscrito de una saga policiaca. Lo que me hace pensar, ¿llegará a tiempo para la ecografía?.
Vamos por partes: Las familias disfuncionales son bastante comunes por estos tiempos, claro que, no siempre es tan fácil acostumbrarse a la disfuncionalidad del entorno familiar y muchos no logran vivir con eso. Pero, como le explica Jim a su hija, existe una gran cantidad de gente que sí lo logra y son plenamente felices. Por supuesto que Rick deberá organizarse dentro de su nueva vida, pero no todo es tan odioso, como lo ve el escritor ni tan imposible como lo ve Kate. Lo que sí te voy a adelantar es que, al parecer, Meredith tampoco se la va a hacer muy fácil y seguramente va a incomodar un poco más las cosas, jajajajaja. Sin ninguna duda, Castle entiende que su hijo va a cambiarle la vida, pero como vos bien decís, él sabe perfectamente cual es su situación y tiene muy en claro que debe luchar por Kate si es que quiere que su felicidad sea completa, porque es con ella con la que quiere compartir su vida, además de con su hijo al que no va a dejar de lado, claro está. Veremos si puede convencerla a ella de que una vida juntos es posible...
Ahora vayamos a tus cavilaciones: en principio te voy a decir que todavía no tengo muy en claro como va a seguir todo esto. Tengo muchas dudas con respecto a respetar la historia tal cual debería ser, es decir, que Castle se case con Meredith. A decir verdad, estoy más cerca de reinventar la historia que de otra cosa, jajajajaja Por supuesto que ni pienso adelantarte por "donde" tengo pensado despachurrar el fic, si no, no tendría gracia, jajajajajaja Así que, yo te diría que mejor te vayas yendo para el lado de tus otras teorías, con las que seguramente estarás más cerca de mi imaginación en estos momentos, jaajajajaja En lo único que no estás tan lejos es en el viaje de Castle a New York… Y sí llegará a tiempo para la ecografía… mmmm… tendrás que esperar al próximo capi para enterarte… jajajajajaja
El final del año, no va a ser tan bueno como Castle suponía, pero después de las pocas expectativas que tenía de él qué más se puede pedir … eso es … una llamada de Kate, y premio, Kate no ha podido evitar llamarle para volver a oír su voz, para calmar todos esos pensamientos que la pasan por la cabeza cada momento que se descuida y deja que su corazón influya en su mente. No es que haya sido especialmente alegre, pero no le ha cerrado la puerta a su relación, aún hay esperanza … aún espera darle una oportunidad … claro que todavía tienen que organizar sus mentes (ahí es ná).
Sí. La llamada no fue "ideal", pero como bien decís, ha dejado ver una pequeña luz en la inmensa oscuridad. Con ese llamado, Beckett le ha dado a entender que, a pesar de toda su confusión, su corazón no puede permanecer en silencio, y fuerza a su razón haciéndola llamar por teléfono, sólo para oír su voz. Ah! El amor… fuerza indomable que todo (o casi todo) lo puede, jajajajaja
Segunda parte del culebrón Castle, Kate decide ir derecha al grano y sin miramientos les suelta a sus padres la noticia, Baby para Castle. De nuevo el punto de vista de Kate choca con el de sus padres, que más experimentados y duchos en la materia, ven lo que ella no quiere ver.
Castle no la ha engañado y tampoco ha mentido ni ocultado los hechos, eso le hace ganar puntos con sus “suegros”, pero al fin aparece el verdadero motivo, Kate se siente desplazada por el futuro hijo de Castle y hasta por la madre de éste, ella lo quiere en exclusiva y eso no va a pasar.
Lo dicho: los padres de Kate son fuera de serie! Tremendamente comprensivos, y sobre todo muy racionales, nos vuelven a demostrar que son capaces de hacerle ver a su hija toda la situación completa; sobre todo, el hecho indiscutible de que Castle fue en todo momento con la pura verdad. Por supuesto que la charla con sus padres a dejado aflorar la verdadera preocupación de la joven, (que no es poca, por cierto), y en un punto, es completamente entendible el miedo que experimenta al sentirse desplazada por esta nueva vida del escritor, teniendo que aceptar que, de seguir con él, tendrá que compartirlo con su hijo y con su ex… Te diré que yo, lo pensaría dos veces, jajajajajaja
Y ahora viene “EL DISGUSTO”, la variable que nos va a fastidiar la ecuación que todos tenían por perfecta, el destino que nunca juega a nuestro favor, o quizá sí?.
Esperabas otra cosa del final del capi?! A estas alturas, deberías saber que los finales de mis capítulos siempre traen disgustos, jajajajajaja El destino… siempre resulta ser caprichoso. Si será favorable o no… veremos, jajajajajaja
Lo dicho, menudo capitulo te has marcado, lleno de detalles, guiños de humor, dura realidad y sobre todo de cohesión sin dejar cabos sueltos, todo atado y encauzado desde el principio, muy sibilinamente, pero sin engaños, está ahí el que no se haya dado cuenta es porque ha pasado por encima sin pensar en lo que estaba leyendo, jajajajajaja y eso contigo es un grave error, jajajajajaja
Sabes lo que pienso ahora espero que no ande muy desencaminada y al menos yo no me haya oxidado tanto como para no leer entre líneas y adivinar lo que piensas hacer, jajajajajajaja
Ya sabés amiga que no me gusta dejar cabos sueltos, pero si (y mucho) complicar las cosas, jajajajajajajaja Te diré que no estás del todo oxidada, ya que algunas cosas has acertado, pero debo reconocer que me he vuelto más impredecible que de costumbre, jajajajajaja Estoy segura de que no tenés ni una pálida idea de lo que se va a venir más adelante. Después no digas que no te dije! El que avisa no traiciona, jajajajajajaja
Si te has oxidado como decías lo mejor como apuntabas es seguir escribiendo y si lo haces largo y tendido como este capítulo, de fijo que lo logras en nada y menos, jajajajajaja
En realidad, lo que quise decir con estar oxidada es que me costó mucho, pero mucho, mucho, retomar la historia desde donde la había dejado; pero finalmente he quedado bastante conforme con lo que quería contar y eso es lo que importa, jajajaja Además, esto de estar un tiempo sin seguir, me permitió reformular toda la historia y así animarme a darle un giro, (que según creo), será de lo más sorprendente...
Sigue pronto que ya nos hiciste esperar mucho, no vaya a ser … aunque no necesitaré releer como esta vez, tu historia la tengo muy presente y no se me suelen olvidar los detalles, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
P.D. No quiero olvidarme de lo más importante, BIENVENIDA DE NUEVO y sabes que te seguiré siempre, esperaré lo que haga falta y no protestaré más de lo necesario … jajajajajajajaja
El próximo capi está en proceso y aunque se me atrasó un poco con la avería de la compu, no creo que tarde mucho en terminarlo. Prometo no desaparecer tanto tiempo esta vez! Estoy segura de que vas a tener que releer, pero no los capis anteriores, si no más bien los que vienen! Los vas a tener que leer más de una vez para poder CREER lo que estás leyendo, jajajajajaja
Gracias por la bienvenida y por ser una de mis más fieles seguidoras!!! Sólo por eso te ganaste el derecho de protestar todo lo que se te antoje, jajajajajajaja
Amiga, me despido (por ahora) con un beso enorme y espero que nos leamos pronto!!!!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
No es fé cariño eh visto tus obras y se lo buena q eres por eso confío plenamente en vos
kateAlexis.B.Castle- Ayudante de policia
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 13/08/2014
Edad : 33
Localización : Ciudad Merliot
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hay por dios¡¡¡¡¡¡¡ Al abrir y ver que habías vuelto me dejaste impactada. jajaja.
Me alegra que estes vuelta. Como siempre es una grata experiencia volver a leer este fic. Como hacia tiempo que no te veía por aquí he vuelto a releer lo y puedo decirte que sigue siendo uno de los mejores.
Sigues igual y el relato no ha perdido nada. Cada vez se pone mas interesante.
Gracias y sigue.....
Me alegra que estes vuelta. Como siempre es una grata experiencia volver a leer este fic. Como hacia tiempo que no te veía por aquí he vuelto a releer lo y puedo decirte que sigue siendo uno de los mejores.
Sigues igual y el relato no ha perdido nada. Cada vez se pone mas interesante.
Gracias y sigue.....
masomi03- Escritor novato
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 21/04/2013
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Solexite escribió:
Creéme que estoy más que oxidada, querida amiga. Lo que pasa que me estuve bañando con coca cola (que es muy buena para remover óxido) y no se notó tanto, jajajajajaja.
Buena elección si fuera para limpiar los herrajes de los muebles "antigüos" o una encimera de mármol, jajajajajaja y sólo fuera durante unos minutos, porque de lo contrario tendrías el esqueleto más blanco del cementerio, jajajajajajaja
Siempre pensé que Michel Royce había sido más que importante en la vida de Beckett y se me ocurrió entonces, que podía jugar un poco con ese personaje del que no han contado mucho en la serie y del que puedo usar a mi antojo en un par de capis... (…y no digo más! Jajajaja)
Me parece que es un buen punto para ti utilizar este personaje y estoy completamente de acuerdo contigo, desapareció sin apenas dejarnos saber mucho sobre él o ellos en los inicios de Kate como policía. Y también coincido en tu apreciación, él para Kate significó mucho fue como un adelanto de Castle, jajajajaja le sirvió de apoyo además de profesor.
La idea era más o menos esa, mostrar la buena relación que tiene con sus padres y lo mucho que disfruta estar con ellos, y sobre todo el apoyo que tiene Kate por parte de su familia ante este momento de incertidumbre. Es genial la confianza que se tienen, la claridad para decirse las cosas y lo mejor de toda esta maravillosa comunión familiar, es que sus progenitores la conocen mucho mejor de lo que se conoce ella misma. Claro, que ese nivel de comprensión y conocimiento, se multiplica cuando de la madre se trata, no hay duda de ello! Eso de estar 9 meses dentro del vientre de tu madre, debe influir bastante, supongo, jajajaja
Te aseguro que el cordón umbilical lo cortan ... pero sigue ahí como ese miembro fantasma que se sigue sintiendo a pesar de no estar físicamente, cuando se sufre una amputación.
Por supuesto que son buenos padres, y eso es lo que se ve en cuanto a sus reacciones ante cada cosa que su hija les cuenta! Más de un padre estaría horrorizado y más de una madre se estaría haciendo cruces, jajajajaja
Supongo que en mi pensamiento Johanna y Jim fueron verdaderamente felices durante el tiempo que estuvieron juntos, y creo que su felicidad se mantuvo día a día con esfuerzo y con un fin en común: el amor. Y el inculcarle eso a su hija, el hacerle ver que la felicidad hay que forjarla en todo momento y no es un premio que se le otorga a todo el mundo, también es parte de la enseñanza que le dejarán en su vida. Creo que es una de las mejores cosas que pueden ofrecerle.
Hay la misma diversidad de padres que de hijos, jajajajaja.
Creo que llevas razón al pensar que eran una familia feliz y unida, pero no por que les cayera del cielo, sino por su disposición a cuidar de su felicidad día a día. Y me baso en ese detalle en el que Kate no es una mujer alocada, piensa y vuelve a pensar antes de tomar una decisión, jajajaja Claro que puede que esa percepción de trabajo y esfuerzo sea la que no la haga dejarse llevar en la relación con Castle, pues pareciera un cuento de hadas, un regalo llovido del cielo, sentirá que no hay esfuerzo ni mérito ahí.
Sí, se podría decir que son los padres ideales y estoy segura de que son bastante pocos…Yo ya quisiera unos padres así para un día de fiesta, jajajajaja
JAJAJAJAJAJAJAJAJA
Confieso que esa parte es casi autobiográfica… Mi madre tiene unos cuantos recuerdos de mi dando saltos, pidiéndole que invente alguna excusa para no atender, exigiéndole que esa excusa sea creíble y no te avergüence, y por supuesto, sin haberle avisado antes de atender que debía improvisar maravillosamente en poquísimos segundos como si fuese una profesional del espectáculo! La verdad, que paciencia que nos tienen nuestras madres… jajajaja
Esa película también me la conozco, porqué crees que la visualicé tan rápidamente, jajajajajajaja Las madres suelen tener paciencia, ahora con la mía hay que tener cuidado ... porque si te pasas, directamente te pone en un compromiso, jajajajajajaja
Ya sabés que el humor no es lo mío en los relatos, y es por eso que me encanta la observación sobre los "guiños de humor" que fui dejando por ahí. Y ha servido para que se entienda como funcionaba la familia Beckett, lo mucho que se divertían cuando estaban los tres juntos; y es verdad lo que decís: que el amor que se tienen, se preserva a base de trabajo diario y esfuerzo permanente para mantenerse unidos.
No quería decirlo ... pero sí ... no eres la alegría de la huerta precisamente, jajajajaja pero tampoco es lo que quieres escribir y como te lo tomas tan en serio ... lo de emular a Hitchcock o Tarantino, pues nos tienes acojonados a todos esperando el palo, jajajajajaja así que es de agradecer cuando nos ofreces esos destellos de humor, siempre inteligente.
Bueno, por algún lado tenía que empezar a mostrar lo que estaba por suceder…jajajajaja
No si tú no eres de callarte nada, jajajajajaja claro que no me sorprendo ya tanto, nos vamos conociendo, jajajajajaja
Vamos por partes: Las familias disfuncionales son bastante comunes por estos tiempos, claro que, no siempre es tan fácil acostumbrarse a la disfuncionalidad del entorno familiar y muchos no logran vivir con eso. Pero, como le explica Jim a su hija, existe una gran cantidad de gente que sí lo logra y son plenamente felices. Por supuesto que Rick deberá organizarse dentro de su nueva vida, pero no todo es tan odioso, como lo ve el escritor ni tan imposible como lo ve Kate. Lo que sí te voy a adelantar es que, al parecer, Meredith tampoco se la va a hacer muy fácil y seguramente va a incomodar un poco más las cosas, jajajajaja. Sin ninguna duda, Castle entiende que su hijo va a cambiarle la vida, pero como vos bien decís, él sabe perfectamente cual es su situación y tiene muy en claro que debe luchar por Kate si es que quiere que su felicidad sea completa, porque es con ella con la que quiere compartir su vida, además de con su hijo al que no va a dejar de lado, claro está. Veremos si puede convencerla a ella de que una vida juntos es posible...
Ahora vayamos a tus cavilaciones: en principio te voy a decir que todavía no tengo muy en claro como va a seguir todo esto. Tengo muchas dudas con respecto a respetar la historia tal cual debería ser, es decir, que Castle se case con Meredith. A decir verdad, estoy más cerca de reinventar la historia que de otra cosa, jajajajaja Por supuesto que ni pienso adelantarte por "donde" tengo pensado despachurrar el fic, si no, no tendría gracia, jajajajajaja Así que, yo te diría que mejor te vayas yendo para el lado de tus otras teorías, con las que seguramente estarás más cerca de mi imaginación en estos momentos, jaajajajaja En lo único que no estás tan lejos es en el viaje de Castle a New York… Y sí llegará a tiempo para la ecografía… mmmm… tendrás que esperar al próximo capi para enterarte… jajajajajaja
Siento tener que disentir, en este punto contigo, las familias disfuncionales han existido siempre, lo que pasa o al menos pasaba por mi país es que se escondían, pero no era raro que hombres con una cierta posición y posibles (incluso alguno que no los ostentase) mantuviesen más de una familia y sobre todo más de una "novia". La diferencia es que ahora nadie se preocupa por estos asuntos y además llegó el divorcio, con lo cual se ha dado más difusión al tema, normalizandolo.
Bueno respecto a las complicaciones tengo claro que vas a disfrutar con ellas, no esperaría otra cosa, jajajajaja. Pero estoy más por apoyar una nueva edición de la historia, pues si no recuerdo mal tu planteamiento era el de escribir una historia completamente nueva en la que los protagonistas, sólo tenían del original sus esencias, sus formas de sentir, pensar, etc.. Si ahora vuelves a la historia original la tuya será un sucedáneo y eso sí que no me gustaría. Quiero la esencia no el entorno repetido, quiero originalidad, no seudocopia. Quiero intentar adivinar qué vendrá, no saber de antemano el final, jajajajaja como ves siempre ... retándote, jajajajajaja y no necesito que me digas por dónde vas a ir, me gusta intentar adivinar más que tener la certeza, jajajajajaja.
Bueno pues a esperar y a seguir con mis locas teorías, al más puro estilo Castle, jajajajaja
Sí. La llamada no fue "ideal", pero como bien decís, ha dejado ver una pequeña luz en la inmensa oscuridad. Con ese llamado, Beckett le ha dado a entender que, a pesar de toda su confusión, su corazón no puede permanecer en silencio, y fuerza a su razón haciéndola llamar por teléfono, sólo para oír su voz. Ah! El amor… fuerza indomable que todo (o casi todo) lo puede, jajajajaja
El amor es el sentimiento que mueve el mundo, así que claro que todo lo puede, pero antes tenemos que creer que podemos nosotros mismos, jajajajajaja
https://www.youtube.com/watch?v=LHSORlEiiFs
https://www.youtube.com/watch?v=YKSfkDcfsoA
Para muestra vale un botón, jajajajajaja
Lo dicho: los padres de Kate son fuera de serie! Tremendamente comprensivos, y sobre todo muy racionales, nos vuelven a demostrar que son capaces de hacerle ver a su hija toda la situación completa; sobre todo, el hecho indiscutible de que Castle fue en todo momento con la pura verdad. Por supuesto que la charla con sus padres a dejado aflorar la verdadera preocupación de la joven, (que no es poca, por cierto), y en un punto, es completamente entendible el miedo que experimenta al sentirse desplazada por esta nueva vida del escritor, teniendo que aceptar que, de seguir con él, tendrá que compartirlo con su hijo y con su ex… Te diré que yo, lo pensaría dos veces, jajajajajaja
Yo también pienso que el amor a de ser egoísta, pues hay que circunscribirlo a dos únicas personas, cuando en realidad hay tantas formas de amar como personas nos rodean y eso obliga a compartir. No tiene Kate la edad suficiente como para asimilarlo, quizá... pero tiene madurez dentro de su inexperiencia que equilibra la balanza.
Esperabas otra cosa del final del capi?! A estas alturas, deberías saber que los finales de mis capítulos siempre traen disgustos, jajajajajaja El destino… siempre resulta ser caprichoso. Si será favorable o no… veremos, jajajajajaja
No puedo esperar lo que sé que no va a pasar, y menos contigo, como era predecible, no me diste una alegría, jajajajajaja pero nunca es tarde si la dicha es buena, sólo hay que tener paciencia, jajajajajaja
Ya sabés amiga que no me gusta dejar cabos sueltos, pero si (y mucho) complicar las cosas, jajajajajajajaja Te diré que no estás del todo oxidada, ya que algunas cosas has acertado, pero debo reconocer que me he vuelto más impredecible que de costumbre, jajajajajaja Estoy segura de que no tenés ni una pálida idea de lo que se va a venir más adelante. Después no digas que no te dije! El que avisa no traiciona, jajajajajajaja
Alguna pequeña idea tengo de cómo te gusta enredar, jajajaja y que te vuelvas más impredecible no es más que otro acicate para seguir leyendo y penando... todo hay que decirlo, jajajajaja
Impaciente como nunca es como me encuentro y más después de tus palabras, jajajaja sabes que no me voy a quejar ... si no tengo motivo, claro, jajajaja y Sé que el que avisa no es traidor, pero sí que jode de lolindo, jajajajajajaja y si lo que quieres es picarme, sabes que no me voy a echar para atrás de mometo ya te reté, jajajajajaja
En realidad, lo que quise decir con estar oxidada es que me costó mucho, pero mucho, mucho, retomar la historia desde donde la había dejado; pero finalmente he quedado bastante conforme con lo que quería contar y eso es lo que importa, jajajaja Además, esto de estar un tiempo sin seguir, me permitió reformular toda la historia y así animarme a darle un giro, (que según creo), será de lo más sorprendente...
Me lo dices o me lo cuentas!, jajajaja yo no sé por dónde meterle mano a mi fic, aunque en honor a la verdad es que ni me he acercado a él, jajajaja en gran medida por mi falta de tiempo, pero tengo grandes dudas sobre llegar a terminarlo.
No me sigas hablando de lo que estás pensando hacer... hazlo yaaaaa! que veo que además vienes con más ganas de torturarme y eso no se si lo voy a llevar bien, jajajajajaja no me gusta que me pongan los dientes largos y después me hagan esperar!!!! que me empiezo a comer la cabeza!!! jajajajajaja
El próximo capi está en proceso y aunque se me atrasó un poco con la avería de la compu, no creo que tarde mucho en terminarlo. Prometo no desaparecer tanto tiempo esta vez! Estoy segura de que vas a tener que releer, pero no los capis anteriores, si no más bien los que vienen! Los vas a tener que leer más de una vez para poder CREER lo que estás leyendo, jajajajajaja
Y dale Perico al torno, pero es que no tienes bastante con todo lo que estás generando en mí, siendo conocedora de mi inmensa curiosidad y mi super impaciencia??? deja de apuntarme y dispara de una vezzzzz, jajajajajajaja
Gracias por la bienvenida y por ser una de mis más fieles seguidoras!!! Sólo por eso te ganaste el derecho de protestar todo lo que se te antoje, jajajajajajaja
Amiga, me despido (por ahora) con un beso enorme y espero que nos leamos pronto!!!!
No tienes por qué agradecer nada, sabes que lo hago con gusto y además nada mejor como leer tus historias. Por supuesto que te seguiré de una u otra forma no me desconectaré de ti mucho tiempo, por muchas distracciones que se interpongan.
Mogollón de abrazos y BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS y hasta muy pronto!!!
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Para cuando tendremos nuevo capitulo?
kateAlexis.B.Castle- Ayudante de policia
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 13/08/2014
Edad : 33
Localización : Ciudad Merliot
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
A pesar de haberte prometido no desconectar mucho, resultó que lo he hecho más de lo que sería mi gusto.
Sólo espero que sigas bien, y que termines esta interesante historia ... eso sí no tienes porqué ponerle fecha, siempre tengo mi alerta puesta y no dejo de pasar de vez en cuando para ver si hay algo nuevo, así que sabré cuando la subes, jajajajaja tardes lo que tardes en hacerlo.
Espero de todo corazón que las cosas se te vayan arreglando, aunque sea poco a poco, mejor eso que nada. Y ya sabes que aunque no nos hablemos tan seguido como antes, no dejaré de estar por aquí, por si decides echar unas parrafadas, jajajajaja.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS para ti y los tuyos.
Sólo espero que sigas bien, y que termines esta interesante historia ... eso sí no tienes porqué ponerle fecha, siempre tengo mi alerta puesta y no dejo de pasar de vez en cuando para ver si hay algo nuevo, así que sabré cuando la subes, jajajajaja tardes lo que tardes en hacerlo.
Espero de todo corazón que las cosas se te vayan arreglando, aunque sea poco a poco, mejor eso que nada. Y ya sabes que aunque no nos hablemos tan seguido como antes, no dejaré de estar por aquí, por si decides echar unas parrafadas, jajajajaja.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS para ti y los tuyos.
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Para cuando ese nuevo capi?!
kateAlexis.B.Castle- Ayudante de policia
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 13/08/2014
Edad : 33
Localización : Ciudad Merliot
ACTA NON VERBA
kateAlexis.B.Castle escribió:Para cuando ese nuevo capi?!
kateAlexis.B.Castle- Ayudante de policia
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 13/08/2014
Edad : 33
Localización : Ciudad Merliot
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Me uno a la petición, para cuándo capítulo nuevo?
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hoooolaaaa!!! Sí, sí aunque ustedes no lo crean he vuelto después de tanto tiempo. No me fue fácil seguir con el fic, pero trato de no dejar nada por la mitad, así que acá estoy, decidida a terminarlo y con un par de capis recién salidos que subiré con un par de días de diferencia. Espero que todavía quede alguien en el foro que le interese leerlo, jajajajajaja. Debo adelantar que por ahí no son tan largos como los anteriores (quizás eso sea bueno, jajajajajaja), pero algo es algo. Les voy a dejar la última parte del capítulo X para l@s que quieran refrescar un poco la trama.
Anteriormente…
Había pasado poco más de una semana del inicio del nuevo año y Beckett todavía se encontraba en New York sin decidir aun que hacer con respecto a Rick. La conversación que había tenido con sus padres el día anterior le había ordenado un poco las ideas, pero aun tenía muchas dudas respecto a si debía seguir con él o no.
Después del 31 de diciembre, no había tenido más contacto con el escritor, pero no pasaba un día en que no pensase en él, ni una noche en la que no se colara su recuerdo antes de dormir. En poco tiempo debía regresar a la facultad, y por ende, al campus y a su trabajo. Claro, que el regresar a su trabajo estaba supeditado a la decisión que tomaría con respecto a Castle; ya que si decidía dejarlo, no podría regresar de ninguna manera al Café. Por suerte, aun le quedaba algo de tiempo antes de tener que tomar una decisión.
Su padre interrumpió sus pensamientos golpeando la puerta de su habitación.
-¿Ya estás lista, Katie? Tenemos reserva para las 8 y no tenemos mucho tiempo.
-¡Ya estoy, papá! Sólo déjame agarrar un abrigo ¿sí? Y no te preocupes tanto por la hora, mamá no va a llegar a tiempo. Recuerda que fue a la oficina y sabes cómo se abstrae del mundo cuando trabaja…-
-¡Me prometió llegar a horario! Ya sabes que le advertí que si no llegaba a tiempo, ordenaríamos sin ella. Así que será mejor que cumpla su palabra o terminará comiendo lo que a nosotros se nos ocurra…Y créeme, sé muy bien lo que tu madre detesta… - dijo Jim con cara de maldad y finalizando con una risa macabra que hizo carcajear a Kate.
Padre e hija salieron rumbo al restaurante para encontrarse con Johanna. En unos días más debía volver a Stanford, y no le quedaban mucho tiempo para disfrutar a sus padres, sobre todo, teniendo en cuenta que su madre estaba metida de lleno en un caso y no había dejado de trabajar ni un día (como era su costumbre) y era por eso que esta cena la llenaba de felicidad.
Llegaron al restaurant unos minutos antes de las 8 y rápidamente los ubicaron en la mesa que habían reservado. Decidieron pedir un tentempié mientras esperaban a Johanna, ya que ambos estaban famélicos, suponiendo que ella no tardaría en llegar; pero los minutos pasaban, Johanna no aparecía, y eso empezaba a preocuparlos. Jim decidió entonces llamar a su oficina para saber si ya había salido, al no recibir respuesta supuso que estaría en camino. El llamado los tranquilizó, aunque sólo momentáneamente, ya que 45 minutos más tarde, seguía sin aparecer.
-Quizá volvió a casa a cambiarse y olvidó donde puso las llaves… Le pasa todo el tiempo ¿recuerdas? – dijo Jim tratando de no mostrarse nervioso. Sabía que su mujer no estaba en casa ya que había llamado también ahí después de la oficina, pero no quería preocupar a su hija más de lo que ya estaba.
-Sí, claro… Quizá debamos ir para casa… ¿No te parece?- dijo Kate con preocupación.
-Sí. Vamos…
Al llegar a su hogar comprobaron que Johanna no estaba ahí y su preocupación iba en aumento, convirtiéndose en desesperación. Kate volvió a llamar a la oficina mientras su padre buscaba en la guía telefónica los números de los hospitales, a los que empezaría a llamar de inmediato, rogando que nada grave le hubiese pasado.
El timbre sonó sobresaltando a la joven. Un escalofrío le recorrió el cuerpo entero helándole la sangre, mientras una profunda angustia se apoderaba de ella. Miró a su padre tragando saliva y él, sin perder un segundo, saltó de la silla para ir a atender de inmediato.
-Buenas noches ¿Es usted Jim Beckett?-
-Sí… soy yo…
-Soy el detective John Raglan…
Ahora…
Capítulo XI
Martha tocaba con insistencia el timbre de la casa de su hijo sin obtener respuesta. Luego de varios minutos, recordó donde guardaba la llave de repuesto y se dispuso a entrar. Sin demorar un instante, se dirigió a la habitación de su hijo y entró directamente sin golpear. Necesitaba hablar con él con urgencia.
-¡Richard, despierta! ¡Tengo que mostrarte algo!- dijo tocándole el hombro para despertarlo.- ¡Vamos, hijo! ¡Es importante!
-¡¿Madre?! ¿Cuándo volviste de París y qué es lo que quieres tan temprano? ¡Me acosté hace un rato!
-¡Puedo darme cuenta, el olor a alcohol que despide tu cuerpo te delata! Llegué ayer a la noche…
-¿Viniste a regañarme? ¡Me alegra que estés de vuelta!- reprochó sarcásticamente el escritor incorporándose lentamente.
-No, no vine a decirte como debes comportarte. Vengo a traerte el diario…
-¿El diario? ¿Desde cuándo me traes el diario? ¿Y desde cuándo lees el New York Post?- interrumpió Castle mirando con extrañeza a su madre.
-Desde que unos de sus críticos de arte vino a ver mi obra, pero eso no es importante. Lo importante es la noticia que encontré dentro…- explicó Martha acercándole el diario abierto en la página de policiales.
Richard tomó el periódico y comenzó a leer la nota abriendo cada vez más los ojos, sin poder creer lo que veía:
“…La prestigiosa abogada Johanna Beckett fue hallada sin vida, en un desolado callejón de la ciudad. La muerte se habría producido a causa de las múltiples puñaladas que habría recibido en el cuerpo. La policía local, atribuye el desafortunado incidente a una guerra de pandillas que compiten por el territorio. Al parecer, la abogada habría tenido la desafortunada idea de pasar por el callejón al momento que dos pandillas, famosas por sus violentos enfrentamientos, mantenían una de sus sangrientas batallas por el dominio del lugar, convirtiéndola en la testigo involuntario que debieron eliminar sin pensarlo dos veces; o por lo menos eso habría informado a nuestra editorial el detective John Raglan, quien habría estado a cargo de la investigación. La familia aclaró que no habría funeral y el entierro se efectuaría mañana en el cementerio Green-Wood de Brooklyn…”
-¡No…! ¡No puede ser!- fue lo único que atinó a decir el escritor antes de mirar a su madre. Sin demorar un segundo más, saltó de la cama dirigiéndose al baño.
-¿A dónde vas, Richard? ¿Qué vas a hacer?
-Me voy a bañar de inmediato ¿puedes preparar algo de café así lo bebo mientras armo la maleta? No quiero perder mucho tiempo. Debo tomarme un vuelo de inmediato…
-¡¿Vas a ir a New York?!
-¡Por supuesto que voy a ir! ¡Ni pienso dejarla sola en este momento!
-¿Qué hay si no quiere verte?
-Si no quiere verme, me iré tan pronto como me sea posible, pero lo menos que puedo hacer es intentar acompañarla en este momento.
-No esperaba menos de ti, hijo.- dijo su madre orgullosa.
Rick se entró a duchar rápidamente y en pocos minutos se encontraba nuevamente en su habitación, cambiándose. Martha se acercó hasta él ofreciéndole una taza de café humeante. El escritor bebió un sorbo antes de comenzar a empacar en su maleta las pocas prendas que llevaría. Cuando estuvo listo, levantó el teléfono para llamar a un taxi mientras se terminaba su café.
-Dime, hijo ¿Pasado mañana no tenías que acompañar a Meredith a hacerse la ecografía?
-¡Diablos! ¡La ecografía! ¡Lo olvidé por completo!... ¿Podrías…?
-¿Acompañarla?- se apresuró a decir su madre.
-Sí… Sé que no te agrada mucho Meredith, pero ¿podrías hacerme el inmenso favor?
-Como poder, puedo, pero ¿por qué mejor no le pides que reprograme la ecografía para otro día?
-¡Gran idea! La llamaré camino al aeropuerto. Espero que Meredith acepte y no me lo ponga difícil…
-¡Estoy segura de que aceptará! Y si se pone difícil, me avisas y yo me encargo de ella. Ahora, ve con Kate que seguramente te necesita a su lado.
-¡Gracias, madre! ¡Te debo una gigante!
-¡No te preocupes, hijo! ¡Voy a cobrártela en cuanto pueda! Dale un beso enorme de mi parte a Kate y dile que estoy aquí para lo que necesite.
-Descuida, se lo diré. Ahora debo irme, el taxi me está esperando en la puerta…
-Espera… ¿Cómo es que vas a llamarla camino al aeropuerto?- preguntó Martha sumamente extrañada.
- ¡Ah, me olvidaba!...- dijo el escritor volviendo hacia la mesa del teléfono agarrando el anotador. Apuntó un número y arrancó el papel para dárselo a Martha mientras le decía:-Este es el número de mi teléfono móvil. Ya sabes, por cualquier cosa…
-¿Teléfono móvil? ¿Tú? ¡¿Después de haberte escuchado criticarme en la mesa navideña cuando te dije que me había comprado uno?!
-No ahora, madre. No tengo tiempo de escuchar tus reproches…- resopló fastidioso.
-¡Y dónde quedó eso de… ¿Cómo fue que dijiste?! ¡Ah, sí! “¿cómo puedes estar feliz de haberte comprado un insufrible y rebuscado rastreador?”
-Sigo pensando lo mismo. El hecho de que en todo momento puedan comunicarse con uno me parece espantoso. Casi aterrador, te diría. Aunque parece ser que a Meredith le resulta imprescindible poder ubicarme ante cualquier eventualidad…
-Ya veo... ¡Precioso el cencerro que te ha colgado…!
-No largues el veneno, que Meredith no está aquí para recibirlo… Adiós madre ¡Te quiero!- gritó desde la puerta.
-¡Yo también te quiero!
El escritor salió rápidamente para abordar el auto, no quería perder ni un minuto más. Tomaría el primer vuelo que saliese a New York así tuviese que viajar en la bodega, en ese momento su comodidad era poco importante. Por fortuna, su madre lo había despertado muy temprano y el poco tránsito de la mañana posibilitó que llegara rápidamente al aeropuerto, pero desafortunadamente, no pudo conseguir un vuelo hasta un par de horas después de haber llegado, ya que se acababa de vender el último pasaje del vuelo que salía en 15 minutos y se habían suspendido los dos vuelos siguientes por inconvenientes técnicos. Maldijo su suerte por tener que esperar tanto para viajar, esperar tanto para verla. Hasta se llegó a preguntar si el destino estaba tratando de decirle algo; que no viajara o que no debía verla ahora, por ejemplo. De otra forma no podía entenderse el hecho de que dos aviones tuviesen las fallas suficientes como para no poder continuar.
Sacudió su cabeza, desvaneciendo sus pensamientos, ya que si seguía analizando todas las “señales”, probablemente estaría más que bien quedarse en casa, por lo que decidió distraerse intentando llamar a su ex. Intentaría comunicarse antes de abordar ya que entre las 5 horas que tenía de viaje y sumado al cambio de horario, llegaría como a las siete de la tarde y probablemente, ya sería tarde para cambiar el turno y debería esperar hasta mañana. Eso claro, si Meredith accedía a cambiarlo.
Luego de varios intentos, no logró localizarla. No quería pedirle que cambiase el turno para la ecografía por intermedio de un mensaje en el contestador, sinceramente hubiese preferido hablar con ella; pero al tener apagado su móvil y al no encontrarla en la casa o en el teatro donde ensayaba no le había dejado más opción.
Estaba seguro que a la pelirroja no le haría mucha gracia escuchar el mensaje y debería soportar su descarga cuando le devolviese el llamado, pero curiosamente nada le importaba en ese momento: en breve estaría camino a la gran manzana para estar junto a la mujer que amaba en el momento más triste y doloroso de su vida, y eso sí era lo único que pasaba por su cabeza ahora.
Durante el vuelo, Richard no pudo dejar de pensar en su rencuentro con la joven. Se preguntó una y otra vez cómo reaccionaría al verlo, sabiendo que, probablemente, no le agradaría tenerlo ahí en esos momentos, sobre todo porque ella le había pedido tiempo y él no estaba respetando eso. Pero el escritor estaba convencido que debía estar a su lado ahora, y a pesar de no saber si ella aceptaría su compañía, intentaría a toda costa convencerla de que no estaba sola en este difícil momento.
Lo primero que hizo al llegar a la ciudad fue conseguir la dirección de la familia Beckett. Lo segundo que hizo fue dirigirse allí de inmediato.
Ni bien estuvo delante de la puerta, los nervios se apoderaron de él. Aun no sabía muy bien que decirle a Kate. A decir verdad, nunca había sabido bien que palabras debía escoger en situaciones semejantes, así que el escritor respiró hondo, como armándose de valor y finalmente tocó el timbre.
A los pocos minutos, escuchó unos pasos aproximándose a la puerta. Al abrirse, se encontró con el padre de Kate. O mejor dicho, con la sombra de aquel hombre que había conocido unos meses atrás.
-Buenas noches, Jim… Yo… lamento mucho lo que ha pasado…
-Vaya… las noticias vuelan…- respondió Jim con visible desánimo.
-Siento molestarte en este momento, pero me gustaría ver a Kate.
-Ella no está. Fue a buscar las pertenencias de Johanna a estación de policía… Yo no pude hacerlo…- explicó mientras su ojos se llenaban de lágrimas.
-Entiendo… Pasaré en otro momento, entonces. Lamento haber molestado, Jim.- se excusó el escritor alejándose lentamente de la puerta.
-Castle… ¿puedo pedirte algo?
-Por supuesto, lo que sea.
-¿Podrías asistir mañana al entierro? A Katie le hará bien tenerte cerca…
-Por supuesto que iré. No hay nada que quiera más en este momento que estar con ella…
-Lo sé…Si no, no hubieses venido hasta aquí. Gracias por apoyar a mi pequeña con todo esto, Richard.
-No hay nada que agradecer, Jim. También tú puedes contar conmigo para lo que necesites, no lo olvides.
-Gracias, de verdad.
-Nos veremos mañana temprano.- dijo Rick retrocediendo hacia la calle. No había terminado de girar para irse cuando un auto estacionó en la acera, frente a la casa.
-Ahí llegó. Los dejaré solos… Si me necesitan, estaré en mi habitación…
Jim cerró la puerta sin decir nada más. Antes de dirigirse a su cuarto, agarró el vaso que anteriormente había apoyado en la pequeña mesa junto a la puerta y le dio un largo sorbo hasta vaciarlo. Luego, agarró la botella y volvió a llenarlo antes de salir de la sala para refugiarse en su habitación, para hundirse en ese vaso de whiskey que lo había atrapado desde la muerte de su esposa. Estaba desecho, completamente roto y sin voluntad de arreglarse, sabiendo que nunca volvería a estar entero, sabiendo que una parte substancial de su ser, había sido arrebatada de su lado para siempre.
-¿Castle? ¿Qué haces aquí?- preguntó la joven al bajar del auto de su padre.
-Vine a verte… a estar contigo. Siento mucho lo de tu madre, Kate.
-Gracias, pero… no debiste venir hasta aquí. Seguramente, tienes algo más importante que hacer y no es necesario que te quedes. Además, tengo muchas cosas de las que ocuparme y no puedo…
-Kate, escucha…- interrumpió el escritor. -… sé que no querías verme y que necesitabas tiempo, pero no quiero que estés sola en este momento. Estoy aquí para ayudarte con lo que necesites, para lo que sea… Y si no quieres dirigirme la palabra, no lo hagas, pero no me pidas que me vaya de tu lado. No puedo y no quiero dejarte sola en esto.
Kate se lo quedó mirando, sin poder contestarle. Aun no podía creer que estuviese ahí con ella, apoyándola en el momento más doloroso de toda su vida ¿Cómo podía pedirle que se vaya, si lo necesitaba a su lado como a nada en el mundo?
-Yo… de verdad te agradezco por estar…- dijo finalmente la joven mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. El escritor se acercó hasta ella y la besó en los labios con algo de timidez, con inmensa ternura, para luego abrazarla con fuerza diciéndole:
-No hay nada que agradecer, pequeña. Siempre estaré a tu lado cuando me necesites ¿comprendes? Siempre.
Beckett se dejó besar y abrazar sin resistencia. Necesitaba tanto ese pequeño beso, ese inmenso abrazo, que deseaba poder detener el tiempo para seguir disfrutándolo un poco más.
Comenzó a nevar poco a poco cubriendo de blanco toda la entrada, provocando que se soltasen de su abrazo. Kate metió la mano en el bolsillo de su abrigo para sacar las llaves de su casa, mientras le preguntaba:
-¿Quieres un café?
-¡Me encantaría!
Ni bien terminaron de entrar, Kate depositó sobre la mesa ratona del living la bolsa de papel que traía en la mano desde que se había bajado del auto. Inmediatamente se dirigió a la cocina seguida de cerca por Castle, y se sacó la campera colgándola en la silla.
-Siéntate, Rick.- dijo y puso a preparar café.
El escritor se quitó el abrigo colgándolo también en la silla, sin dejar de observarla en silencio, sin atreverse a decir nada. Nunca había sabido cómo actuar en circunstancias semejantes, o mejor dicho, nunca había tenido que hacerlo con alguien a quien quisiese tanto. Podía sentir en carne propia todo el dolor que sentía la joven, aunque a ella, eso le sirviese muy poco en ese momento.
Kate se sentó en la mesa frente a Rick, mientras esperaba que la cafetera terminase de colar el café.
-¿Cómo te enteraste?- preguntó la joven rompiendo el crudo silencio de la cocina.
-Leí la noticia en New York Post.
-¿Desde cuándo lees el diario?
-No lo hago. Mi madre me lo trajo esta mañana. Ella tampoco lo lee, pero lo había comprado por que uno de sus críticos fue a ver su obra y desesperaba por leer la reseña.
-Ya veo… Le pedí a la policía que no hablase con la prensa, pero al parecer, no escucharon bien…
-Sí… la prensa siempre logra salirse con la suya, aunque si el diario no hubiese publicado la noticia, no me hubiese enterado de nada y probablemente no estaría aquí… ¿No es verdad?
-No quería que nadie supiese nada…
-¿Ni siquiera yo?
-Nadie, ni siquiera tú. Además, no quería molestarte. Seguramente tienes muchas cosas de que ocuparte y no quería ser un problema más…
- Escucha, Kate, no soy estúpido y capto perfectamente tus indirectas, pero más allá de todos los problemas que haya dejado en casa, no hay nada que desee más en este momento que estar contigo y te aseguro que no tengo nada más importante que hacer que estar aquí. Así que te pido por favor que no me alejes…
Beckett bajó la vista con algo de vergüenza. No sabía por qué lo había atacado de esa forma, si lo único que pretendía el escritor, era acompañarla.
-Lo siento, Rick… Yo… no sé qué pasa conmigo. Supongo que arrastro mucho cansancio y no estoy pensando con claridad…
-¿Hace cuanto que no duermes?
-No lo sé… No he podido dormir mucho estos días…
Rick la observó durante unos segundos. Se notaba la falta de descanso en todo su rostro, aunque su mirada se llevaba el premio con esas terribles ojeras impresas bajo sus ojos.
El estomago de la joven gruñó levemente, haciendo fruncir el entrecejo del escritor.
-¿Hace cuanto que no comes?- preguntó mirándola con severidad.
-¿Comida de verdad? No lo sé… un par de días, pero ayer (creo) me comí una hamburguesa…
-¿Tienes hambre?
-Supongo que sí… Aunque dudo mucho que haya algo para comer en la casa. No he tenido mucho tiempo estos días como para ir de compras.
-Te propongo algo: pospongamos el café hasta dentro de un rato. Yo también tengo hambre, y si me permites investigar un poco las alacenas, seguramente encontraré algo para cocinar ¿Puedo?
-¿Seguro que tienes ganas de cocinar?
-¡Por supuesto! Siempre me gustó cocinar para ti.
Rick se levantó de la silla y empezó abrir las puertas de las alacenas, husmeando entretenidamente. Un paquete de fideos secos y una lata de atún fueron los ingredientes seleccionados del mueble de arriba. Luego se arrodilló y abrió todas las puertas de abajo, hasta encontrar una olla y una sartén. Llenó la olla con agua del grifo y la puso al fuego.
-¿Me permites fijarme que tienes en la heladera?
-Sí, claro.- respondió la joven mirándolo entretenidamente mientras él reunía los ingredientes necesarios para la cena.
-¡Estupendo!- exclamó el escritor al sacar un pote de queso crema del refrigerador. -¡Ya tengo todo lo que necesito para prepararte una deliciosa cena! ¿Tu padre querrá acompañarnos? – preguntó mirando a Kate.
-Ojalá que sí. Le vendría bien comer algo…
-Ve a preguntarle. La comida estará lista en unos minutos.
La joven salió en dirección al cuarto donde se encontraba su padre y luego de golpear dos veces sin recibir respuesta, abrió la puerta, encontrándolo completamente dormido. No quiso molestarlo, sabiendo lo bien que le haría el descanso, y así como abrió la puerta, volvió a cerrarla sin hacer el menor ruido.
Para cuando regresó a la cocina informando que su padre no los acompañaría, el agua ya estaba en plena ebullición, lista para echarle la pasta. Rick retiró la tapa y tiró un chorro de aceite junto a un puñado de sal gruesa y finalmente los fideos. En la sartén, volcó la lata de atún y le agregó el queso crema, sal pimienta y una cucharadita de mostaza. Prendió la hornalla pequeña y puso a calentar todo a fuego lento, mientras revolvía con cuchara de madera deshaciendo el queso, formando una crema que empezaba a envolver los trozos de pescado.
Beckett sacó el colador de la alacena y lo depositó en el fregadero. Después, sacó los platos, cubiertos, vasos, una jarra con agua fresca de la heladera y puso la mesa.
-¿Te puedo ayudar en algo? Mmm… ¡huele delicioso!
-En nada, ya has hecho suficiente. Toma asiento, por favor, en tres minutos comemos.- respondió al mismo tiempo que colaba los fideos. Después de escurrir bien la pasta, la echó en la sartén revolviendo hasta mojarla completamente en la salsa. El aroma que desprendía era de ensueño y debería de estar delicioso. Kate no veía la hora de probarlo, y su estómago afirmaba su deseo con más rugidos.
El escritor sirvió dos abundantes platos, poniendo uno frente de ella. La joven no tardó en probar el manjar que le había preparado, devorándolo casi sin pausa. Ambos permanecieron en silencio disfrutando de la comida. Él también se encontraba hambriento.
-¿Te sirvo un poco más?- preguntó Rick al notar que su plato estaba vacío.
-¡Por favor! ¡Es un verdadero manjar!
-¡Sí! ¿Verdad? ¿Crees que podría ponerme un restaurant si no me va bien con mis novelas?- respondió divertido mientras recargaba el plato de Beckett, logrando con su comentario robarle una de esas sonrisas que tanto le gustaban y que hacía tiempo que no asomaban en sus labios.
-¡Claro! Siempre y cuando agregues algunos platos más a tu escueto menú…
-¡Ey! ¡Eso no es justo!
Mientras Rick lavaba los platos, Kate servía el café que había postergado debido a la cena. Luego llevó las tazas al living y se sentó a esperar al escritor, quien ya había terminado de ordenar la cocina.
Ni bien se terminó de sentar, agarró su taza para darle un sorbo a la humeante bebida. Acto seguido preguntó:
-¿Conoces algún hotel por aquí cerca?
-¿Un hotel? No, no vas a quedarte en un hotel. No puedo permitirlo...
-No hay problema, Kate. Realmente no quiero molestar. Además, ya estoy acostumbrado a dormir en hoteles y no es algo que me incomode...
-No molestas, en absoluto...-interrumpió la joven. -De hecho...me encantaría que te quedes conmigo. No sé si lograré dormir y no me vendría nada mal la compañía...
-No puedo negarme, entonces... Si no puedes dormir, tengo algunos capítulos de una nueva novela que estoy escribiendo. De seguro te ayudarán a conciliar el sueño de inmediato.- bromeó el escritor.
-¿De verdad piensas que puedo llegar a dormirme con alguna de tus novelas? Eres un estupendo escritor, Rick y dudo mucho que pueda llegar a aburrirme...
-¿En serio piensas eso? ¿Que soy un estupendo escritor?- preguntó con el temor de un niño esperando la aprobación de un adulto.
Kate sonrió enternecida mientras asentía con la cabeza.
-¡Por supuesto que lo pienso! Además... ¿desde cuándo tienes la autoestima tan baja?
-Desde que mi editor me convenció de que no era el momento adecuado para este tipo de trama y sus respectivos personajes...
-¿Y... De que trata la nueva novela?
-De un detective privado que colabora con la CIA. Derrick Storm es su nombre y déjame aclararte que es un tipo de lo más duro...
-¡Me encantan los tipos duros! ¿A qué se refiere tu editor con que no es el momento?
-Según él, los héroes recios están pasados de moda y es poco probable que los lectores se interesen en una novela de ese estilo. Así que sólo escribí los primeros capítulos y luego la abandoné por otra idea mucho más fresca en la que trabajar. No obstante, cada tanto, vuelvo sobre ella, saturado de rebeldía hacia mi editor y escribo unas cuantas frases.
-Frases que yo muero por escuchar, así que cuando quieras ¡soy toda oídos!- respondió recostándose sobre el sofá, bebiendo el último sorbo de café que quedaba en la taza.
Castle se levantó de inmediato a buscar su mochila. Dentro de ella descansaba su portátil, en la cual plasmaba todas sus ideas cuando estaba lejos de casa. Mientras regresaba al living, abría y prendía la máquina para comenzar a leer el primer capítulo de Deadly Storm.
-¡Listo! ¿Estás preparada?- preguntó antes de empezar. Al no recibir respuesta miró a la joven, quien se encontraba completamente dormida. –Será otro día…- se dijo a si mismo mientras cerraba la portátil.
Beckett estaba exhausta y el cansancio le había ganado la partida. Mañana tenía un día difícil y el dormir un poco le vendría de mil maravillas, pero el escritor consideraba que durmiendo en ese sillón se despertaría llena de contracturas por la mala postura en la que había quedado, y además, ahí dormiría él, así que decidió llevarla a su cuarto y acostarla en su cama.
Antes de cargar con ella buscó su habitación, entró dirigiéndose a la cama y abrió las sabanas dejándola lista para acostarla y de inmediato regresó a buscarla.
Se agachó para poder agarrarla cómodamente, intentando no moverla demasiado para no despertarla. Luego, cuando sintió que no corría peligro de que se le caiga, se levantó con movimientos suaves y se dirigió hacia la habitación recostándola en el lecho que anteriormente había acondicionado. Luego de quitarle las botas y el jean, metió sus piernas rápidamente dentro de las cobijas, para que no tomase frío. Antes de apagar el velador, la observó unos momentos, muriéndose de ganas de darle un beso, pero se contuvo por miedo a despertarla. Cuando se dispuso a retirarse, apagó la luz, llenando la habitación de sombras, producto de las luces que se colaban por la ventana, y giró sobre sus talones en dirección a la puerta. Antes de que pudiese mover un pie, sintió como su mano era sujetada por la de ella, impidiendo su retirada.
-Quédate conmigo… te necesito…- confesó dormida. Castle, sin perder un instante, se recostó a su lado entregándose al abrazo que ella le ofrecía entre sueños.
En ese momento no le importaba lo incómodo que se sentía al acostarse vestido ni quedar medio retorcido por el poco lugar que le tocaba en la cama; como tampoco le importaba el grado de conciencia que pudiese tener ella al pedirle que se quede. Lo único que le importaba era que, aunque fuese dormida, hubiese admitido que lo necesitaba otorgándole la oportunidad de velar por ella esa noche.
La primera en abrir los ojos a la mañana siguiente fue ella, sorprendiéndose un poco al encontrarse en los brazos del escritor. De hecho, hasta despertar, había pensado que todo había sido un sueño, ya que no recordaba cómo había llegado hasta su habitación, ni mucho menos como había terminado Castle a su lado.
La joven suspiró sin dejar de mirarlo. Las cosas entre ellos estaban raras, por decirlo de algún modo, y sin lugar a dudas necesitaban una larga charla, aunque ese no fuese el mejor momento. Aun así, el tenerlo cerca en este día no tenía precio y le estaría eternamente agradecida, sin importar el resultado de esa plática pendiente.
Castle abrió los ojos, haciendo desviar la mirada de Kate, quien aprovechaba para levantarse de la cama.
-Kate, yo… tu me pediste que me quede…- intentó excusarse al notar la incomodidad de la joven.
-Tú me trajiste hasta aquí ¿No es así?
-Sí, te dormiste profundamente en el sofá. Cuando te dejé en la cama me pediste que me quede…
-Debes haber dormido muy incomodo así vestido. Lo siento…
-No tienes por qué sentirlo, después de todo, no estuvo tan mal. – dijo estirándose, aun acostado.
- Pensé que todo había sido un sueño… - confesó sin mirarlo mientras agarraba una muda de ropa para ir a bañarse.
-¡Espero que no se haya convertido en una pesadilla el despertar a mi lado!
Kate no pudo evitar sonreír al escuchar el comentario, cosa que creía imposible de lograr esa mañana, y secretamente agradeció tenerlo a su lado.
-Presiento que siempre serás mi pesadilla…
-¡Tomaré eso como un cumplido!- dijo levantándose de la cama. –Haré café mientras tú te bañas y después entraré yo ¿Te parece?- agregó mientras se ponía los zapatos.
-De acuerdo. No tardaré.
Ambos salieron de la habitación. Beckett se dirigió al baño y Castle a la cocina. Luego de preparar la cafetera, se dirigió hasta su maleta y sacó la camisa y el traje negro que usaría en el funeral. Todo estaba tan perfectamente doblado, que no tenía más que estirarlo y vestirlo.
Kate se asomó a los pocos minutos para avisarle que podía pasar al baño y luego se dirigió a su habitación a cambiarse. Ni bien terminó, salió rumbo a la habitación de su padre, golpeando la puerta para despertarlo. Al no recibir respuesta, Kate abrió la puerta asomando la cabeza. El cuarto estaba completamente oscuro y podía percibirse con claridad el olor a alcohol en el ambiente.
-Papá, despierta. No tenemos mucho tiempo…
-Cinco minutos más, Katie…- respondió Jim con voz de ultratumba.
-No tienes cinco minutos, papá. Debes levantarte ya mismo y darte un buen baño. Yo te preparo una taza de café para cuando termines ¿De acuerdo?
-…
-¡Papá! ¿Escuchaste lo que acabo de decir? ¡Tienes que levantarte de inmediato!- ordenó levantando la voz.
-¡Ya, ya! Me estoy levantando, pero por favor, no hables tan alto que me estalla la cabeza…- respondió mientras se incorporaba lentamente.
-Dejaré de levantar la voz cuando no tenga que repetirte más de una vez lo que debes hacer.- indicó antes de cerrar la puerta con brusquedad.
Nunca se comportaba así con Jim, pero dadas las circunstancias debía ponerse firme, punzarlo para movilizarlo y no permitirle abandonarse, como suponía ella que él pretendía hacer.
Kate notaba el deterioro en su padre. Notaba también, que Jim no había dejado de beber desde la misma noche en que se enteró de la muerte de Johanna y ese era el motivo principal de su abandono; y sabiendo esto, a la joven Beckett sólo le quedaba tratar de impedir que siguiese buscando refugio en una botella. Esto era lo primero de lo que debía ocuparse, lo más importante e inmediato; luego se ocuparía de todo lo demás: de todo lo que de forma impensada cambiaría en su vida a partir de ahora.
Continuará…
Bueno gente, espero que les haya gustado. En un par de días subo el siguiente, así que no van a tener que esperar tanto esta vez. No se olviden de comentar, sugerir y/o criticar, ya saben que siempre es grato leerlos. Saludos!!!
Anteriormente…
Había pasado poco más de una semana del inicio del nuevo año y Beckett todavía se encontraba en New York sin decidir aun que hacer con respecto a Rick. La conversación que había tenido con sus padres el día anterior le había ordenado un poco las ideas, pero aun tenía muchas dudas respecto a si debía seguir con él o no.
Después del 31 de diciembre, no había tenido más contacto con el escritor, pero no pasaba un día en que no pensase en él, ni una noche en la que no se colara su recuerdo antes de dormir. En poco tiempo debía regresar a la facultad, y por ende, al campus y a su trabajo. Claro, que el regresar a su trabajo estaba supeditado a la decisión que tomaría con respecto a Castle; ya que si decidía dejarlo, no podría regresar de ninguna manera al Café. Por suerte, aun le quedaba algo de tiempo antes de tener que tomar una decisión.
Su padre interrumpió sus pensamientos golpeando la puerta de su habitación.
-¿Ya estás lista, Katie? Tenemos reserva para las 8 y no tenemos mucho tiempo.
-¡Ya estoy, papá! Sólo déjame agarrar un abrigo ¿sí? Y no te preocupes tanto por la hora, mamá no va a llegar a tiempo. Recuerda que fue a la oficina y sabes cómo se abstrae del mundo cuando trabaja…-
-¡Me prometió llegar a horario! Ya sabes que le advertí que si no llegaba a tiempo, ordenaríamos sin ella. Así que será mejor que cumpla su palabra o terminará comiendo lo que a nosotros se nos ocurra…Y créeme, sé muy bien lo que tu madre detesta… - dijo Jim con cara de maldad y finalizando con una risa macabra que hizo carcajear a Kate.
Padre e hija salieron rumbo al restaurante para encontrarse con Johanna. En unos días más debía volver a Stanford, y no le quedaban mucho tiempo para disfrutar a sus padres, sobre todo, teniendo en cuenta que su madre estaba metida de lleno en un caso y no había dejado de trabajar ni un día (como era su costumbre) y era por eso que esta cena la llenaba de felicidad.
Llegaron al restaurant unos minutos antes de las 8 y rápidamente los ubicaron en la mesa que habían reservado. Decidieron pedir un tentempié mientras esperaban a Johanna, ya que ambos estaban famélicos, suponiendo que ella no tardaría en llegar; pero los minutos pasaban, Johanna no aparecía, y eso empezaba a preocuparlos. Jim decidió entonces llamar a su oficina para saber si ya había salido, al no recibir respuesta supuso que estaría en camino. El llamado los tranquilizó, aunque sólo momentáneamente, ya que 45 minutos más tarde, seguía sin aparecer.
-Quizá volvió a casa a cambiarse y olvidó donde puso las llaves… Le pasa todo el tiempo ¿recuerdas? – dijo Jim tratando de no mostrarse nervioso. Sabía que su mujer no estaba en casa ya que había llamado también ahí después de la oficina, pero no quería preocupar a su hija más de lo que ya estaba.
-Sí, claro… Quizá debamos ir para casa… ¿No te parece?- dijo Kate con preocupación.
-Sí. Vamos…
Al llegar a su hogar comprobaron que Johanna no estaba ahí y su preocupación iba en aumento, convirtiéndose en desesperación. Kate volvió a llamar a la oficina mientras su padre buscaba en la guía telefónica los números de los hospitales, a los que empezaría a llamar de inmediato, rogando que nada grave le hubiese pasado.
El timbre sonó sobresaltando a la joven. Un escalofrío le recorrió el cuerpo entero helándole la sangre, mientras una profunda angustia se apoderaba de ella. Miró a su padre tragando saliva y él, sin perder un segundo, saltó de la silla para ir a atender de inmediato.
-Buenas noches ¿Es usted Jim Beckett?-
-Sí… soy yo…
-Soy el detective John Raglan…
Ahora…
Capítulo XI
Martha tocaba con insistencia el timbre de la casa de su hijo sin obtener respuesta. Luego de varios minutos, recordó donde guardaba la llave de repuesto y se dispuso a entrar. Sin demorar un instante, se dirigió a la habitación de su hijo y entró directamente sin golpear. Necesitaba hablar con él con urgencia.
-¡Richard, despierta! ¡Tengo que mostrarte algo!- dijo tocándole el hombro para despertarlo.- ¡Vamos, hijo! ¡Es importante!
-¡¿Madre?! ¿Cuándo volviste de París y qué es lo que quieres tan temprano? ¡Me acosté hace un rato!
-¡Puedo darme cuenta, el olor a alcohol que despide tu cuerpo te delata! Llegué ayer a la noche…
-¿Viniste a regañarme? ¡Me alegra que estés de vuelta!- reprochó sarcásticamente el escritor incorporándose lentamente.
-No, no vine a decirte como debes comportarte. Vengo a traerte el diario…
-¿El diario? ¿Desde cuándo me traes el diario? ¿Y desde cuándo lees el New York Post?- interrumpió Castle mirando con extrañeza a su madre.
-Desde que unos de sus críticos de arte vino a ver mi obra, pero eso no es importante. Lo importante es la noticia que encontré dentro…- explicó Martha acercándole el diario abierto en la página de policiales.
Richard tomó el periódico y comenzó a leer la nota abriendo cada vez más los ojos, sin poder creer lo que veía:
“…La prestigiosa abogada Johanna Beckett fue hallada sin vida, en un desolado callejón de la ciudad. La muerte se habría producido a causa de las múltiples puñaladas que habría recibido en el cuerpo. La policía local, atribuye el desafortunado incidente a una guerra de pandillas que compiten por el territorio. Al parecer, la abogada habría tenido la desafortunada idea de pasar por el callejón al momento que dos pandillas, famosas por sus violentos enfrentamientos, mantenían una de sus sangrientas batallas por el dominio del lugar, convirtiéndola en la testigo involuntario que debieron eliminar sin pensarlo dos veces; o por lo menos eso habría informado a nuestra editorial el detective John Raglan, quien habría estado a cargo de la investigación. La familia aclaró que no habría funeral y el entierro se efectuaría mañana en el cementerio Green-Wood de Brooklyn…”
-¡No…! ¡No puede ser!- fue lo único que atinó a decir el escritor antes de mirar a su madre. Sin demorar un segundo más, saltó de la cama dirigiéndose al baño.
-¿A dónde vas, Richard? ¿Qué vas a hacer?
-Me voy a bañar de inmediato ¿puedes preparar algo de café así lo bebo mientras armo la maleta? No quiero perder mucho tiempo. Debo tomarme un vuelo de inmediato…
-¡¿Vas a ir a New York?!
-¡Por supuesto que voy a ir! ¡Ni pienso dejarla sola en este momento!
-¿Qué hay si no quiere verte?
-Si no quiere verme, me iré tan pronto como me sea posible, pero lo menos que puedo hacer es intentar acompañarla en este momento.
-No esperaba menos de ti, hijo.- dijo su madre orgullosa.
Rick se entró a duchar rápidamente y en pocos minutos se encontraba nuevamente en su habitación, cambiándose. Martha se acercó hasta él ofreciéndole una taza de café humeante. El escritor bebió un sorbo antes de comenzar a empacar en su maleta las pocas prendas que llevaría. Cuando estuvo listo, levantó el teléfono para llamar a un taxi mientras se terminaba su café.
-Dime, hijo ¿Pasado mañana no tenías que acompañar a Meredith a hacerse la ecografía?
-¡Diablos! ¡La ecografía! ¡Lo olvidé por completo!... ¿Podrías…?
-¿Acompañarla?- se apresuró a decir su madre.
-Sí… Sé que no te agrada mucho Meredith, pero ¿podrías hacerme el inmenso favor?
-Como poder, puedo, pero ¿por qué mejor no le pides que reprograme la ecografía para otro día?
-¡Gran idea! La llamaré camino al aeropuerto. Espero que Meredith acepte y no me lo ponga difícil…
-¡Estoy segura de que aceptará! Y si se pone difícil, me avisas y yo me encargo de ella. Ahora, ve con Kate que seguramente te necesita a su lado.
-¡Gracias, madre! ¡Te debo una gigante!
-¡No te preocupes, hijo! ¡Voy a cobrártela en cuanto pueda! Dale un beso enorme de mi parte a Kate y dile que estoy aquí para lo que necesite.
-Descuida, se lo diré. Ahora debo irme, el taxi me está esperando en la puerta…
-Espera… ¿Cómo es que vas a llamarla camino al aeropuerto?- preguntó Martha sumamente extrañada.
- ¡Ah, me olvidaba!...- dijo el escritor volviendo hacia la mesa del teléfono agarrando el anotador. Apuntó un número y arrancó el papel para dárselo a Martha mientras le decía:-Este es el número de mi teléfono móvil. Ya sabes, por cualquier cosa…
-¿Teléfono móvil? ¿Tú? ¡¿Después de haberte escuchado criticarme en la mesa navideña cuando te dije que me había comprado uno?!
-No ahora, madre. No tengo tiempo de escuchar tus reproches…- resopló fastidioso.
-¡Y dónde quedó eso de… ¿Cómo fue que dijiste?! ¡Ah, sí! “¿cómo puedes estar feliz de haberte comprado un insufrible y rebuscado rastreador?”
-Sigo pensando lo mismo. El hecho de que en todo momento puedan comunicarse con uno me parece espantoso. Casi aterrador, te diría. Aunque parece ser que a Meredith le resulta imprescindible poder ubicarme ante cualquier eventualidad…
-Ya veo... ¡Precioso el cencerro que te ha colgado…!
-No largues el veneno, que Meredith no está aquí para recibirlo… Adiós madre ¡Te quiero!- gritó desde la puerta.
-¡Yo también te quiero!
El escritor salió rápidamente para abordar el auto, no quería perder ni un minuto más. Tomaría el primer vuelo que saliese a New York así tuviese que viajar en la bodega, en ese momento su comodidad era poco importante. Por fortuna, su madre lo había despertado muy temprano y el poco tránsito de la mañana posibilitó que llegara rápidamente al aeropuerto, pero desafortunadamente, no pudo conseguir un vuelo hasta un par de horas después de haber llegado, ya que se acababa de vender el último pasaje del vuelo que salía en 15 minutos y se habían suspendido los dos vuelos siguientes por inconvenientes técnicos. Maldijo su suerte por tener que esperar tanto para viajar, esperar tanto para verla. Hasta se llegó a preguntar si el destino estaba tratando de decirle algo; que no viajara o que no debía verla ahora, por ejemplo. De otra forma no podía entenderse el hecho de que dos aviones tuviesen las fallas suficientes como para no poder continuar.
Sacudió su cabeza, desvaneciendo sus pensamientos, ya que si seguía analizando todas las “señales”, probablemente estaría más que bien quedarse en casa, por lo que decidió distraerse intentando llamar a su ex. Intentaría comunicarse antes de abordar ya que entre las 5 horas que tenía de viaje y sumado al cambio de horario, llegaría como a las siete de la tarde y probablemente, ya sería tarde para cambiar el turno y debería esperar hasta mañana. Eso claro, si Meredith accedía a cambiarlo.
Luego de varios intentos, no logró localizarla. No quería pedirle que cambiase el turno para la ecografía por intermedio de un mensaje en el contestador, sinceramente hubiese preferido hablar con ella; pero al tener apagado su móvil y al no encontrarla en la casa o en el teatro donde ensayaba no le había dejado más opción.
Estaba seguro que a la pelirroja no le haría mucha gracia escuchar el mensaje y debería soportar su descarga cuando le devolviese el llamado, pero curiosamente nada le importaba en ese momento: en breve estaría camino a la gran manzana para estar junto a la mujer que amaba en el momento más triste y doloroso de su vida, y eso sí era lo único que pasaba por su cabeza ahora.
***
Durante el vuelo, Richard no pudo dejar de pensar en su rencuentro con la joven. Se preguntó una y otra vez cómo reaccionaría al verlo, sabiendo que, probablemente, no le agradaría tenerlo ahí en esos momentos, sobre todo porque ella le había pedido tiempo y él no estaba respetando eso. Pero el escritor estaba convencido que debía estar a su lado ahora, y a pesar de no saber si ella aceptaría su compañía, intentaría a toda costa convencerla de que no estaba sola en este difícil momento.
Lo primero que hizo al llegar a la ciudad fue conseguir la dirección de la familia Beckett. Lo segundo que hizo fue dirigirse allí de inmediato.
Ni bien estuvo delante de la puerta, los nervios se apoderaron de él. Aun no sabía muy bien que decirle a Kate. A decir verdad, nunca había sabido bien que palabras debía escoger en situaciones semejantes, así que el escritor respiró hondo, como armándose de valor y finalmente tocó el timbre.
A los pocos minutos, escuchó unos pasos aproximándose a la puerta. Al abrirse, se encontró con el padre de Kate. O mejor dicho, con la sombra de aquel hombre que había conocido unos meses atrás.
-Buenas noches, Jim… Yo… lamento mucho lo que ha pasado…
-Vaya… las noticias vuelan…- respondió Jim con visible desánimo.
-Siento molestarte en este momento, pero me gustaría ver a Kate.
-Ella no está. Fue a buscar las pertenencias de Johanna a estación de policía… Yo no pude hacerlo…- explicó mientras su ojos se llenaban de lágrimas.
-Entiendo… Pasaré en otro momento, entonces. Lamento haber molestado, Jim.- se excusó el escritor alejándose lentamente de la puerta.
-Castle… ¿puedo pedirte algo?
-Por supuesto, lo que sea.
-¿Podrías asistir mañana al entierro? A Katie le hará bien tenerte cerca…
-Por supuesto que iré. No hay nada que quiera más en este momento que estar con ella…
-Lo sé…Si no, no hubieses venido hasta aquí. Gracias por apoyar a mi pequeña con todo esto, Richard.
-No hay nada que agradecer, Jim. También tú puedes contar conmigo para lo que necesites, no lo olvides.
-Gracias, de verdad.
-Nos veremos mañana temprano.- dijo Rick retrocediendo hacia la calle. No había terminado de girar para irse cuando un auto estacionó en la acera, frente a la casa.
-Ahí llegó. Los dejaré solos… Si me necesitan, estaré en mi habitación…
Jim cerró la puerta sin decir nada más. Antes de dirigirse a su cuarto, agarró el vaso que anteriormente había apoyado en la pequeña mesa junto a la puerta y le dio un largo sorbo hasta vaciarlo. Luego, agarró la botella y volvió a llenarlo antes de salir de la sala para refugiarse en su habitación, para hundirse en ese vaso de whiskey que lo había atrapado desde la muerte de su esposa. Estaba desecho, completamente roto y sin voluntad de arreglarse, sabiendo que nunca volvería a estar entero, sabiendo que una parte substancial de su ser, había sido arrebatada de su lado para siempre.
***
-¿Castle? ¿Qué haces aquí?- preguntó la joven al bajar del auto de su padre.
-Vine a verte… a estar contigo. Siento mucho lo de tu madre, Kate.
-Gracias, pero… no debiste venir hasta aquí. Seguramente, tienes algo más importante que hacer y no es necesario que te quedes. Además, tengo muchas cosas de las que ocuparme y no puedo…
-Kate, escucha…- interrumpió el escritor. -… sé que no querías verme y que necesitabas tiempo, pero no quiero que estés sola en este momento. Estoy aquí para ayudarte con lo que necesites, para lo que sea… Y si no quieres dirigirme la palabra, no lo hagas, pero no me pidas que me vaya de tu lado. No puedo y no quiero dejarte sola en esto.
Kate se lo quedó mirando, sin poder contestarle. Aun no podía creer que estuviese ahí con ella, apoyándola en el momento más doloroso de toda su vida ¿Cómo podía pedirle que se vaya, si lo necesitaba a su lado como a nada en el mundo?
-Yo… de verdad te agradezco por estar…- dijo finalmente la joven mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. El escritor se acercó hasta ella y la besó en los labios con algo de timidez, con inmensa ternura, para luego abrazarla con fuerza diciéndole:
-No hay nada que agradecer, pequeña. Siempre estaré a tu lado cuando me necesites ¿comprendes? Siempre.
Beckett se dejó besar y abrazar sin resistencia. Necesitaba tanto ese pequeño beso, ese inmenso abrazo, que deseaba poder detener el tiempo para seguir disfrutándolo un poco más.
Comenzó a nevar poco a poco cubriendo de blanco toda la entrada, provocando que se soltasen de su abrazo. Kate metió la mano en el bolsillo de su abrigo para sacar las llaves de su casa, mientras le preguntaba:
-¿Quieres un café?
-¡Me encantaría!
Ni bien terminaron de entrar, Kate depositó sobre la mesa ratona del living la bolsa de papel que traía en la mano desde que se había bajado del auto. Inmediatamente se dirigió a la cocina seguida de cerca por Castle, y se sacó la campera colgándola en la silla.
-Siéntate, Rick.- dijo y puso a preparar café.
El escritor se quitó el abrigo colgándolo también en la silla, sin dejar de observarla en silencio, sin atreverse a decir nada. Nunca había sabido cómo actuar en circunstancias semejantes, o mejor dicho, nunca había tenido que hacerlo con alguien a quien quisiese tanto. Podía sentir en carne propia todo el dolor que sentía la joven, aunque a ella, eso le sirviese muy poco en ese momento.
Kate se sentó en la mesa frente a Rick, mientras esperaba que la cafetera terminase de colar el café.
-¿Cómo te enteraste?- preguntó la joven rompiendo el crudo silencio de la cocina.
-Leí la noticia en New York Post.
-¿Desde cuándo lees el diario?
-No lo hago. Mi madre me lo trajo esta mañana. Ella tampoco lo lee, pero lo había comprado por que uno de sus críticos fue a ver su obra y desesperaba por leer la reseña.
-Ya veo… Le pedí a la policía que no hablase con la prensa, pero al parecer, no escucharon bien…
-Sí… la prensa siempre logra salirse con la suya, aunque si el diario no hubiese publicado la noticia, no me hubiese enterado de nada y probablemente no estaría aquí… ¿No es verdad?
-No quería que nadie supiese nada…
-¿Ni siquiera yo?
-Nadie, ni siquiera tú. Además, no quería molestarte. Seguramente tienes muchas cosas de que ocuparte y no quería ser un problema más…
- Escucha, Kate, no soy estúpido y capto perfectamente tus indirectas, pero más allá de todos los problemas que haya dejado en casa, no hay nada que desee más en este momento que estar contigo y te aseguro que no tengo nada más importante que hacer que estar aquí. Así que te pido por favor que no me alejes…
Beckett bajó la vista con algo de vergüenza. No sabía por qué lo había atacado de esa forma, si lo único que pretendía el escritor, era acompañarla.
-Lo siento, Rick… Yo… no sé qué pasa conmigo. Supongo que arrastro mucho cansancio y no estoy pensando con claridad…
-¿Hace cuanto que no duermes?
-No lo sé… No he podido dormir mucho estos días…
Rick la observó durante unos segundos. Se notaba la falta de descanso en todo su rostro, aunque su mirada se llevaba el premio con esas terribles ojeras impresas bajo sus ojos.
El estomago de la joven gruñó levemente, haciendo fruncir el entrecejo del escritor.
-¿Hace cuanto que no comes?- preguntó mirándola con severidad.
-¿Comida de verdad? No lo sé… un par de días, pero ayer (creo) me comí una hamburguesa…
-¿Tienes hambre?
-Supongo que sí… Aunque dudo mucho que haya algo para comer en la casa. No he tenido mucho tiempo estos días como para ir de compras.
-Te propongo algo: pospongamos el café hasta dentro de un rato. Yo también tengo hambre, y si me permites investigar un poco las alacenas, seguramente encontraré algo para cocinar ¿Puedo?
-¿Seguro que tienes ganas de cocinar?
-¡Por supuesto! Siempre me gustó cocinar para ti.
Rick se levantó de la silla y empezó abrir las puertas de las alacenas, husmeando entretenidamente. Un paquete de fideos secos y una lata de atún fueron los ingredientes seleccionados del mueble de arriba. Luego se arrodilló y abrió todas las puertas de abajo, hasta encontrar una olla y una sartén. Llenó la olla con agua del grifo y la puso al fuego.
-¿Me permites fijarme que tienes en la heladera?
-Sí, claro.- respondió la joven mirándolo entretenidamente mientras él reunía los ingredientes necesarios para la cena.
-¡Estupendo!- exclamó el escritor al sacar un pote de queso crema del refrigerador. -¡Ya tengo todo lo que necesito para prepararte una deliciosa cena! ¿Tu padre querrá acompañarnos? – preguntó mirando a Kate.
-Ojalá que sí. Le vendría bien comer algo…
-Ve a preguntarle. La comida estará lista en unos minutos.
La joven salió en dirección al cuarto donde se encontraba su padre y luego de golpear dos veces sin recibir respuesta, abrió la puerta, encontrándolo completamente dormido. No quiso molestarlo, sabiendo lo bien que le haría el descanso, y así como abrió la puerta, volvió a cerrarla sin hacer el menor ruido.
Para cuando regresó a la cocina informando que su padre no los acompañaría, el agua ya estaba en plena ebullición, lista para echarle la pasta. Rick retiró la tapa y tiró un chorro de aceite junto a un puñado de sal gruesa y finalmente los fideos. En la sartén, volcó la lata de atún y le agregó el queso crema, sal pimienta y una cucharadita de mostaza. Prendió la hornalla pequeña y puso a calentar todo a fuego lento, mientras revolvía con cuchara de madera deshaciendo el queso, formando una crema que empezaba a envolver los trozos de pescado.
Beckett sacó el colador de la alacena y lo depositó en el fregadero. Después, sacó los platos, cubiertos, vasos, una jarra con agua fresca de la heladera y puso la mesa.
-¿Te puedo ayudar en algo? Mmm… ¡huele delicioso!
-En nada, ya has hecho suficiente. Toma asiento, por favor, en tres minutos comemos.- respondió al mismo tiempo que colaba los fideos. Después de escurrir bien la pasta, la echó en la sartén revolviendo hasta mojarla completamente en la salsa. El aroma que desprendía era de ensueño y debería de estar delicioso. Kate no veía la hora de probarlo, y su estómago afirmaba su deseo con más rugidos.
El escritor sirvió dos abundantes platos, poniendo uno frente de ella. La joven no tardó en probar el manjar que le había preparado, devorándolo casi sin pausa. Ambos permanecieron en silencio disfrutando de la comida. Él también se encontraba hambriento.
-¿Te sirvo un poco más?- preguntó Rick al notar que su plato estaba vacío.
-¡Por favor! ¡Es un verdadero manjar!
-¡Sí! ¿Verdad? ¿Crees que podría ponerme un restaurant si no me va bien con mis novelas?- respondió divertido mientras recargaba el plato de Beckett, logrando con su comentario robarle una de esas sonrisas que tanto le gustaban y que hacía tiempo que no asomaban en sus labios.
-¡Claro! Siempre y cuando agregues algunos platos más a tu escueto menú…
-¡Ey! ¡Eso no es justo!
Mientras Rick lavaba los platos, Kate servía el café que había postergado debido a la cena. Luego llevó las tazas al living y se sentó a esperar al escritor, quien ya había terminado de ordenar la cocina.
Ni bien se terminó de sentar, agarró su taza para darle un sorbo a la humeante bebida. Acto seguido preguntó:
-¿Conoces algún hotel por aquí cerca?
-¿Un hotel? No, no vas a quedarte en un hotel. No puedo permitirlo...
-No hay problema, Kate. Realmente no quiero molestar. Además, ya estoy acostumbrado a dormir en hoteles y no es algo que me incomode...
-No molestas, en absoluto...-interrumpió la joven. -De hecho...me encantaría que te quedes conmigo. No sé si lograré dormir y no me vendría nada mal la compañía...
-No puedo negarme, entonces... Si no puedes dormir, tengo algunos capítulos de una nueva novela que estoy escribiendo. De seguro te ayudarán a conciliar el sueño de inmediato.- bromeó el escritor.
-¿De verdad piensas que puedo llegar a dormirme con alguna de tus novelas? Eres un estupendo escritor, Rick y dudo mucho que pueda llegar a aburrirme...
-¿En serio piensas eso? ¿Que soy un estupendo escritor?- preguntó con el temor de un niño esperando la aprobación de un adulto.
Kate sonrió enternecida mientras asentía con la cabeza.
-¡Por supuesto que lo pienso! Además... ¿desde cuándo tienes la autoestima tan baja?
-Desde que mi editor me convenció de que no era el momento adecuado para este tipo de trama y sus respectivos personajes...
-¿Y... De que trata la nueva novela?
-De un detective privado que colabora con la CIA. Derrick Storm es su nombre y déjame aclararte que es un tipo de lo más duro...
-¡Me encantan los tipos duros! ¿A qué se refiere tu editor con que no es el momento?
-Según él, los héroes recios están pasados de moda y es poco probable que los lectores se interesen en una novela de ese estilo. Así que sólo escribí los primeros capítulos y luego la abandoné por otra idea mucho más fresca en la que trabajar. No obstante, cada tanto, vuelvo sobre ella, saturado de rebeldía hacia mi editor y escribo unas cuantas frases.
-Frases que yo muero por escuchar, así que cuando quieras ¡soy toda oídos!- respondió recostándose sobre el sofá, bebiendo el último sorbo de café que quedaba en la taza.
Castle se levantó de inmediato a buscar su mochila. Dentro de ella descansaba su portátil, en la cual plasmaba todas sus ideas cuando estaba lejos de casa. Mientras regresaba al living, abría y prendía la máquina para comenzar a leer el primer capítulo de Deadly Storm.
-¡Listo! ¿Estás preparada?- preguntó antes de empezar. Al no recibir respuesta miró a la joven, quien se encontraba completamente dormida. –Será otro día…- se dijo a si mismo mientras cerraba la portátil.
Beckett estaba exhausta y el cansancio le había ganado la partida. Mañana tenía un día difícil y el dormir un poco le vendría de mil maravillas, pero el escritor consideraba que durmiendo en ese sillón se despertaría llena de contracturas por la mala postura en la que había quedado, y además, ahí dormiría él, así que decidió llevarla a su cuarto y acostarla en su cama.
Antes de cargar con ella buscó su habitación, entró dirigiéndose a la cama y abrió las sabanas dejándola lista para acostarla y de inmediato regresó a buscarla.
Se agachó para poder agarrarla cómodamente, intentando no moverla demasiado para no despertarla. Luego, cuando sintió que no corría peligro de que se le caiga, se levantó con movimientos suaves y se dirigió hacia la habitación recostándola en el lecho que anteriormente había acondicionado. Luego de quitarle las botas y el jean, metió sus piernas rápidamente dentro de las cobijas, para que no tomase frío. Antes de apagar el velador, la observó unos momentos, muriéndose de ganas de darle un beso, pero se contuvo por miedo a despertarla. Cuando se dispuso a retirarse, apagó la luz, llenando la habitación de sombras, producto de las luces que se colaban por la ventana, y giró sobre sus talones en dirección a la puerta. Antes de que pudiese mover un pie, sintió como su mano era sujetada por la de ella, impidiendo su retirada.
-Quédate conmigo… te necesito…- confesó dormida. Castle, sin perder un instante, se recostó a su lado entregándose al abrazo que ella le ofrecía entre sueños.
En ese momento no le importaba lo incómodo que se sentía al acostarse vestido ni quedar medio retorcido por el poco lugar que le tocaba en la cama; como tampoco le importaba el grado de conciencia que pudiese tener ella al pedirle que se quede. Lo único que le importaba era que, aunque fuese dormida, hubiese admitido que lo necesitaba otorgándole la oportunidad de velar por ella esa noche.
***
La primera en abrir los ojos a la mañana siguiente fue ella, sorprendiéndose un poco al encontrarse en los brazos del escritor. De hecho, hasta despertar, había pensado que todo había sido un sueño, ya que no recordaba cómo había llegado hasta su habitación, ni mucho menos como había terminado Castle a su lado.
La joven suspiró sin dejar de mirarlo. Las cosas entre ellos estaban raras, por decirlo de algún modo, y sin lugar a dudas necesitaban una larga charla, aunque ese no fuese el mejor momento. Aun así, el tenerlo cerca en este día no tenía precio y le estaría eternamente agradecida, sin importar el resultado de esa plática pendiente.
Castle abrió los ojos, haciendo desviar la mirada de Kate, quien aprovechaba para levantarse de la cama.
-Kate, yo… tu me pediste que me quede…- intentó excusarse al notar la incomodidad de la joven.
-Tú me trajiste hasta aquí ¿No es así?
-Sí, te dormiste profundamente en el sofá. Cuando te dejé en la cama me pediste que me quede…
-Debes haber dormido muy incomodo así vestido. Lo siento…
-No tienes por qué sentirlo, después de todo, no estuvo tan mal. – dijo estirándose, aun acostado.
- Pensé que todo había sido un sueño… - confesó sin mirarlo mientras agarraba una muda de ropa para ir a bañarse.
-¡Espero que no se haya convertido en una pesadilla el despertar a mi lado!
Kate no pudo evitar sonreír al escuchar el comentario, cosa que creía imposible de lograr esa mañana, y secretamente agradeció tenerlo a su lado.
-Presiento que siempre serás mi pesadilla…
-¡Tomaré eso como un cumplido!- dijo levantándose de la cama. –Haré café mientras tú te bañas y después entraré yo ¿Te parece?- agregó mientras se ponía los zapatos.
-De acuerdo. No tardaré.
Ambos salieron de la habitación. Beckett se dirigió al baño y Castle a la cocina. Luego de preparar la cafetera, se dirigió hasta su maleta y sacó la camisa y el traje negro que usaría en el funeral. Todo estaba tan perfectamente doblado, que no tenía más que estirarlo y vestirlo.
Kate se asomó a los pocos minutos para avisarle que podía pasar al baño y luego se dirigió a su habitación a cambiarse. Ni bien terminó, salió rumbo a la habitación de su padre, golpeando la puerta para despertarlo. Al no recibir respuesta, Kate abrió la puerta asomando la cabeza. El cuarto estaba completamente oscuro y podía percibirse con claridad el olor a alcohol en el ambiente.
-Papá, despierta. No tenemos mucho tiempo…
-Cinco minutos más, Katie…- respondió Jim con voz de ultratumba.
-No tienes cinco minutos, papá. Debes levantarte ya mismo y darte un buen baño. Yo te preparo una taza de café para cuando termines ¿De acuerdo?
-…
-¡Papá! ¿Escuchaste lo que acabo de decir? ¡Tienes que levantarte de inmediato!- ordenó levantando la voz.
-¡Ya, ya! Me estoy levantando, pero por favor, no hables tan alto que me estalla la cabeza…- respondió mientras se incorporaba lentamente.
-Dejaré de levantar la voz cuando no tenga que repetirte más de una vez lo que debes hacer.- indicó antes de cerrar la puerta con brusquedad.
Nunca se comportaba así con Jim, pero dadas las circunstancias debía ponerse firme, punzarlo para movilizarlo y no permitirle abandonarse, como suponía ella que él pretendía hacer.
Kate notaba el deterioro en su padre. Notaba también, que Jim no había dejado de beber desde la misma noche en que se enteró de la muerte de Johanna y ese era el motivo principal de su abandono; y sabiendo esto, a la joven Beckett sólo le quedaba tratar de impedir que siguiese buscando refugio en una botella. Esto era lo primero de lo que debía ocuparse, lo más importante e inmediato; luego se ocuparía de todo lo demás: de todo lo que de forma impensada cambiaría en su vida a partir de ahora.
Continuará…
Bueno gente, espero que les haya gustado. En un par de días subo el siguiente, así que no van a tener que esperar tanto esta vez. No se olviden de comentar, sugerir y/o criticar, ya saben que siempre es grato leerlos. Saludos!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:47 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
22:49:17 10.09.2015
me parece estupendo que hayas decidido terminar este fic porque esta increible.... espero con ansias el siguiente cap..
me parece estupendo que hayas decidido terminar este fic porque esta increible.... espero con ansias el siguiente cap..
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Que bien, nuevo capítulo!!!
No se por qué pero con el final del otro me temía que todo cambiaría. Me gusta que Rick se haya enterado y allá ido corriendo para estar con Kate y los sentimientos contradictorios de ella lanzando pequeñas pullitas.
Esperemos que no lo aleje definitivamente de ella cuando tengan esa charla.
Espero poder leer pronto el siguiente
No se por qué pero con el final del otro me temía que todo cambiaría. Me gusta que Rick se haya enterado y allá ido corriendo para estar con Kate y los sentimientos contradictorios de ella lanzando pequeñas pullitas.
Esperemos que no lo aleje definitivamente de ella cuando tengan esa charla.
Espero poder leer pronto el siguiente
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Que bien que hayas vuelto!!!!!!!!!!!! Me encanta que Rick se enterara y este con Kate, y me encanta que ella lo aceptara...
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Como siempre, dejándome con ganas de más ... jajajajajaja BIENVENIDAAAAAA!!!!!
Qué ganas de volver a tenerte por aquí, ... casi se me ha olvidado, cómo comentar y todo, jajajajajaja Dices que el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así???? quién eres y qué has hecho con mi amiga?????? eso no tiene perdón de Dios, desde cuando un capítulo corto es mejor que uno largo?????
Te lo voy a perdonar, por el capítulo tan estupendo que nos has dejado, por decir que tendremos más en poco tiempo y sobre todo, por haber conseguido mantenerme embelesada durante toda la lectura, jajajajajajaja . Te ha quedado de guinda, jajajajajajaja y no lo digo por el perfume de Kate, precisamente, jajajajaja.
En serio, no tenía mucha idea de lo que estabas tramando, no tenía seguro que fueses a seguir tan de cerca la serie, pensé que al ser tu historia tan diferente y plantearla con tanta antelación al inicio de la relación de Castle y Kate, quizá nos ahorrarías el disgusto de la muerte de Johanna, y todo a pesar de conocer tu gusto por el drama, jajajajajaja
Claro que tampoco se me había pasado por la imaginación que Castle tomara la decisión de volar hasta NY, para estar cerca de ella después de su petición de tiempo, de querer mantener su relación en suspenso hasta su vuelta y todo por el pequeño inconveniente con Meredith.
Era menos previsible que Kate no solo aceptase la presencia de Castle, que al inicio de su encuentro parecía ser así, sino que además lo metiera en su cama, aunque solo fuese para dormir, jajajajaja
En fin que al parecer esto no va a ser como nos quieres hacer creer, pero es que tampoco tengo claro qué es lo que nos quieres hacer creer, será que he perdido el olfato? o que después de tanto tiempo sin practicar mi intuición se atrofió?, habrá que esperar a los siguientes capítulos, para ver si esto es así, jajajajajajajaja vas a tener que seguir escribiendo ... si son largos mejor ... para comprobar que no me quedé fuera de uso, jajajajajaja
Ya estoy esperando, y tal como dijiste en dos días el siguiente, ... son más de las doce, así que falta menos para ese siguiente, BIENNNNNNNN POR MI, jajajajajaja
A buen entendedor con pocas palabras ... basta, verdad???????
Qué ganas de volver a tenerte por aquí, ... casi se me ha olvidado, cómo comentar y todo, jajajajajaja Dices que el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así???? quién eres y qué has hecho con mi amiga?????? eso no tiene perdón de Dios, desde cuando un capítulo corto es mejor que uno largo?????
Te lo voy a perdonar, por el capítulo tan estupendo que nos has dejado, por decir que tendremos más en poco tiempo y sobre todo, por haber conseguido mantenerme embelesada durante toda la lectura, jajajajajajaja . Te ha quedado de guinda, jajajajajajaja y no lo digo por el perfume de Kate, precisamente, jajajajaja.
En serio, no tenía mucha idea de lo que estabas tramando, no tenía seguro que fueses a seguir tan de cerca la serie, pensé que al ser tu historia tan diferente y plantearla con tanta antelación al inicio de la relación de Castle y Kate, quizá nos ahorrarías el disgusto de la muerte de Johanna, y todo a pesar de conocer tu gusto por el drama, jajajajajaja
Claro que tampoco se me había pasado por la imaginación que Castle tomara la decisión de volar hasta NY, para estar cerca de ella después de su petición de tiempo, de querer mantener su relación en suspenso hasta su vuelta y todo por el pequeño inconveniente con Meredith.
Era menos previsible que Kate no solo aceptase la presencia de Castle, que al inicio de su encuentro parecía ser así, sino que además lo metiera en su cama, aunque solo fuese para dormir, jajajajaja
En fin que al parecer esto no va a ser como nos quieres hacer creer, pero es que tampoco tengo claro qué es lo que nos quieres hacer creer, será que he perdido el olfato? o que después de tanto tiempo sin practicar mi intuición se atrofió?, habrá que esperar a los siguientes capítulos, para ver si esto es así, jajajajajajajaja vas a tener que seguir escribiendo ... si son largos mejor ... para comprobar que no me quedé fuera de uso, jajajajajaja
Ya estoy esperando, y tal como dijiste en dos días el siguiente, ... son más de las doce, así que falta menos para ese siguiente, BIENNNNNNNN POR MI, jajajajajaja
A buen entendedor con pocas palabras ... basta, verdad???????
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Muchas gracias por la paciencia!!! Hoy a la tarde estaré subiendo el siguiente capi. Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!BRIGITTEALWAYSBELIEVE escribió:22:49:17 10.09.2015
me parece estupendo que hayas decidido terminar este fic porque esta increible.... espero con ansias el siguiente cap..
Gracias por esperar tanto tiempo! No te confíes que todavía no está nada dicho. Muchas cosas van a cambiar en este fic, jajajajaja Castle tenía que estar junto a ella en este difícil momento y Kate, por más que intente hacerse la dura, sabe que tenerlo al lado le hace bien, aunque no pueda admitirlo. Veremos que pasa después de esa charla que tienen pendiente…Yaye escribió:Que bien, nuevo capítulo!!!
No se por qué pero con el final del otro me temía que todo cambiaría. Me gusta que Rick se haya enterado y allá ido corriendo para estar con Kate y los sentimientos contradictorios de ella lanzando pequeñas pullitas.
Esperemos que no lo aleje definitivamente de ella cuando tengan esa charla.
Espero poder leer pronto el siguiente
Muchas gracias por leer y comentar!!! Hoy a la tarde subo el próximo capi. Saludos y hasta pronto!!!!
Gracias por leer y comentar!!! Como dije antes, era necesario que Rick estuviese con ella en este momento, y con respecto a Kate, ya sabemos lo que le cuesta resistirse cuando lo tiene en frente, jajajajaja Saludos y hasta la próxima!alba_caskett escribió:Que bien que hayas vuelto!!!!!!!!!!!! Me encanta que Rick se enterara y este con Kate, y me encanta que ella lo aceptara...
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:Como siempre, dejándome con ganas de más ... jajajajajaja BIENVENIDAAAAAA!!!!!
Hola amiga!!! Que bueno leerte otra vez!!! El día que no logre dejarte con ganas de más, me retiro de la escritura, jajajajajajaja
Qué ganas de volver a tenerte por aquí, ... casi se me ha olvidado, cómo comentar y todo, jajajajajaja Dices que el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así???? quién eres y qué has hecho con mi amiga?????? eso no tiene perdón de Dios, desde cuando un capítulo corto es mejor que uno largo?????
No sabés las ganas que tenía de volver!!! ¿Cómo es eso de que casi te has olvidado de cómo comentar? ¡¿Justo ahora que yo he vuelto a publicar?! ¡A ver si te me pones a entrenar de inmediato, que el fic no está ni cerca de terminar!!! Jajajajaja
A ver… Yo no dije "el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así"; dije "que por ahí no eran tan largos y que quizá eso era bueno", que no es lo mismo. No es lo mismo una montaña rusa que una rusa en la montaña…Jajajajajajajaja Hablando en serio y sincerándome un poco, este capi que subí y los que le van a seguir eran parte de un solo capítulo, pero si lo subía entero iban a tardar como cinco días en leerlo! Jajajajaja así que decidí dividirlo en tres para comodidad de los lectores. Como verás sigo siendo la misma y no he cambiado ni un poquito, jajajajaja
Te lo voy a perdonar, por el capítulo tan estupendo que nos has dejado, por decir que tendremos más en poco tiempo y sobre todo, por haber conseguido mantenerme embelesada durante toda la lectura, jajajajajajaja . Te ha quedado de guinda, jajajajajajaja y no lo digo por el perfume de Kate, precisamente, jajajajaja.
Gracias por lo de estupendo! (Y gracias por perdonarme también, jajajaja) Me alegra saber que aun puedo mantenerte entretenida durante todo el relato. No he perdido el toque! Jajajajaja
En serio, no tenía mucha idea de lo que estabas tramando, no tenía seguro que fueses a seguir tan de cerca la serie, pensé que al ser tu historia tan diferente y plantearla con tanta antelación al inicio de la relación de Castle y Kate, quizá nos ahorrarías el disgusto de la muerte de Johanna, y todo a pesar de conocer tu gusto por el drama, jajajajajaja
Es verdad que en este capi me acerqué mucho a la serie y voy a seguir usando algunas cosas más de ella. Me pareció un recurso interesante y entretenido que me abre un abanico inmenso de posibilidades que pienso utilizar! Ahora decime ¡¡¡¿que es eso de "ahorrarles el disgusto de la muerte de Johanna?!!! ¿Qué clase de "Reina del drama" sería si omito semejante tragedia en mi fic?!!! jajajajajaja
Claro que tampoco se me había pasado por la imaginación que Castle tomara la decisión de volar hasta NY, para estar cerca de ella después de su petición de tiempo, de querer mantener su relación en suspenso hasta su vuelta y todo por el pequeño inconveniente con Meredith.
Rick no podía quedarse de brazos cruzados ante semejante situación y debía estar con ella en ese doloroso momento. Era lo correcto ¿No te parece? Más allá de que ella le hubiese pedido tiempo por el (como le decís vos), "pequeño incidente con Meredith", creo que la muerte de Johanna ameritaba hacer oídos sordos a la petición.
Era menos previsible que Kate no solo aceptase la presencia de Castle, que al inicio de su encuentro parecía ser así, sino que además lo metiera en su cama, aunque solo fuese para dormir, jajajajaja
Como podrás suponer, Beckett no está en su mejor momento, así que es súper lógico que su comportamiento no sea de lo más normal. Eso sí, su subconsciente no le iba a permitir perderse la oportunidad de dormir abrazada a él. Decí que la pobre chica venía de pasar unos días terribles, que sino estoy segura que dormir era lo que menos iban a hacer, jajajajajajaja
En fin que al parecer esto no va a ser como nos quieres hacer creer, pero es que tampoco tengo claro qué es lo que nos quieres hacer creer, será que he perdido el olfato? o que después de tanto tiempo sin practicar mi intuición se atrofió?, habrá que esperar a los siguientes capítulos, para ver si esto es así, jajajajajajajaja vas a tener que seguir escribiendo ... si son largos mejor ... para comprobar que no me quedé fuera de uso, jajajajajaja
Por supuesto que no va a ser como ustedes se lo están imaginando! ¿Por quien me estás tomando? En serio, no tenés ni idea de por donde se va a ir esta historia, y eso me encanta jajajajajaja No es que hayas perdido el olfato, es que yo estoy sumamente impredecible y se te va a hacer difícil adivinar lo que se viene… Así que, a ponerse en forma! jajajajaja
Ya estoy esperando, y tal como dijiste en dos días el siguiente, ... son más de las doce, así que falta menos para ese siguiente, BIENNNNNNNN POR MI, jajajajajaja
A buen entendedor con pocas palabras ... basta, verdad???????
Tu impaciencia es señal de que voy por buen camino, jajajajajajaja. Por acá también son mucho más de las doce y del mediodía!!! Así que falta menos aun… jajajajaja Si todo sale como lo tengo pensado, hoy a la tarde (tarde de Argentina) estaré subiendo el próximo capi.
Muchas gracias por comentar, ya sabés que disfruto mucho de tus mensajes! Nos leemos pronto!!! Abrazo grande, amiga!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola gente!!! Como prometí acá está el siguiente capi. No pueden creer que haya cumplido ¡¿No?! jajajajajaja Que lo disfruten!!!
Capítulo XII
El funeral de Johanna fue muy íntimo, muy corto y terriblemente triste. Ver a Kate mostrándose con una entereza inquebrantable y a su padre a punto de derrumbarse a cada segundo, era una representación literal de lo que se vivía estos últimos días en la destrozada familia Beckett. Todo había cambiado en un instante para ellos dos y ya nada sería lo mismo. Ambos lo sabían, aunque todavía no sabían cómo poder enfrentarlo.
Los tres regresaron en silencio, sin decir casi nada. Ni bien entró a la casa, Jim agarró una botella de whiskey de la barra y se encerró sin decir palabra dentro de su habitación sin siquiera darle tiempo a su hija a reprocharle nada.
Castle permaneció en silencio unos segundos, como buscando las palabras correctas para el momento, pero parecía no encontrarlas.
Beckett bufó mirando en dirección a la habitación de su padre expresando el enfado que sentía en ese momento. Sin decir palabra, fue hasta su cuarto a cambiarse de ropa y al terminar se dirigió hacia la cocina a servirse una taza de café, preparando una también para el escritor antes de regresar al living.
-Creo que ahora sería un buen momento para escuchar las primeras aventuras de Derrick Storm…- sugirió la joven ofreciéndole el humeante café.
-Sin dudas. Toma asiento, enseguida traigo mi portátil.- dijo yendo a buscar su mochila.
A él le pareció una buena idea dejar que se distraiga un poco, obviando el incómodo momento que acababa de vivir con su padre. Sabía cuan enfadada estaba y por eso le pareció conveniente no presionarla con el tema, suponiendo que cuando ella se sintiese preparada, hablaría de ello.
En tan solo unos segundos regresó junto a ella y sentándose en el sillón con la pequeña computadora sobre su falda, dijo con actitud seria:
-¿Estás preparada para sumergirte en la vida de este duro detective privado?
-¡No puedo esperar!
El joven y prometedor escritor comenzó su relato de forma pausada. Beckett lo escuchaba con atención, saboreando cada párrafo palabra por palabra. Le encantaba la voz fuerte y clara de su amado, tan expresiva como sus ojos al mirarla en cada pausa.
Tan interesante le resultaba la novela, que no emitió sonido hasta la pausa final hecha por el escritor al terminar de leerle el último de los capítulos que había escrito.
-¡¿Y... Entonces?! ¡¿Como sigue?! - preguntó llena de intriga.
-No sigue. Hasta ahí tengo escrito...
-¡No puedo creerlo! ¿Cuándo vas a terminarla? ¡Es realmente apasionante, Castle! Tu editor es un estúpido si piensa que nadie va a interesarse en esta novela. ¡Es estupenda!
-¿En serio te gustó?
-¡Por supuesto! A mi madre le hubiese encantado... Ya sabes cómo le gustaban tus novelas...
-Tu madre era un gran fan. ¡Te diría que la mejor que he tenido!
-¡Querrás decir, la única con la que has cruzado más de tres palabras!- bromeó la joven esbozando una sonrisa.
-Es verdad, pero eso no quiere decir que no haya sido la mejor...
-Era la mejor en todo... ¡Dios, como voy a extrañarla!- soltó con angustia, haciendo desaparecer la hermosa sonrisa que había asomado segundos atrás. -Todavía no pude revisar la bolsa que me dieron en el precinto con sus cosas...
-No te presiones, Kate. Lo harás cuando sea el momento, tu corazón te avisará cuando.
-Supongo que tienes razón...Aunque admito que tengo un poco de curiosidad por saber lo que hay dentro. - reconoció la joven.
-Entonces, tendrás que abrirla.
Kate se armó de valor y agarró la bolsa abriéndola al instante. Lo primero que sacó fue el anillo e instintivamente se lo puso en el dedo.
-Me baila- dijo mientras lo hacía girar. -Siempre pensé que mis manos eran iguales a las de ella...
-Iguales, pero más delgadas.-dijo Castle observándola detenidamente.
-Es una pena. Me hubiese gustado poder tenerlo siempre conmigo...- agregó con desanimo mientras se quitaba el anillo y lo dejaba sobre la mesa para seguir sacando el resto de las cosas.
El escritor llevó las manos a su cuello para desprender una cadenita de oro blanco que se escondía debajo de la camisa. Luego quitó la cruz que tenía colgada guardándola en el bolsillo y tomó el anillo de Johanna pasándolo por la cadena, convirtiéndolo en un dije.
-Toma. Así podrás llevarlo siempre contigo.
Kate sonrió mientras se recogía el pelo para dejarlo ponerle la cadena. Castle siempre la sorprendía con esas pequeñas cosas, pequeños gestos colmados de dulzura que la hacían amarlo aun más, si es que eso era posible.
Antes de que pudiese alejarse, la joven depositó un tímido beso en su mejilla, provocando en él una mirada de sorpresa.
-Por estar siempre en todos los detalles…- explicó rápidamente mirándolo de reojo mientras sacaba la billetera de su madre de la bolsa.
Castle siguió observándola en silencio. No quería importunarla en este difícil momento y prefirió callar antes de decir alguna estupidez que pudiese incomodarla.
-Se supone que no le robaron nada y eso es lo que más me llama la atención...- soltó finalmente la joven.
-En el periódico dijeron que quedó en medio de una guerra de pandillas ¿es cierto?
-Eso fue lo que dijo la policía, pero yo no estoy tan segura.
-¿Por qué lo dices?
-En primer lugar, mi madre no tenía nada que hacer en ese callejón. No quedaba de camino ni a su casa, ni a su oficina ni mucho menos camino al restaurant donde quedamos en encontrarnos. Si estaba ahí, debió ser por algo específico. Además ¿qué pandillero desaprovecharía la oportunidad de llevarse el dinero que tenía o sus joyas? Los aros que llevaba puestos costaban unos cuantos dólares, y eso sin contar el anillo...- mientras explicaba sus suposiciones a Rick, comenzó a sacar el resto de las pertenencias de su madre. Dentro de su billetera tenía casi 500 dólares y los aros eran de oro, por lo que valdrían unos cientos más. Castle también suponía que los pandilleros no se habrían olvidado de tremendo botín.
-¿Y el anillo Rick? ¿Cuanto podrían haberle sacado? No, no me lo creo. Aquí hay algo más. Algo que la policía ignora o bien que prefiere ignorar.
-Eso deberán descubrirlo cuando investiguen...
-No han abierto una investigación, Castle. Fue un enfrentamiento entre pandillas y caso cerrado para la policía de New York. No van a hacer nada para esclarecer el asesinato de mi madre, salvo que aparezca alguna pista o evidencia lo suficientemente fuerte como para reabrir el caso.
-No puedo creerlo...
-Pues, créelo. Lo que significa que yo deberé investigar.
-¡Eso es una locura, Kate! Puede ser muy peligroso que te involucres en una investigación de ese tipo...
-Lo sé, pero no puedo permitir que este crimen quede sin castigo. Me arrebataron a mi madre y ni siquiera existe un culpable. Necesito saber lo que realmente pasó o al menos descubrir que hacía mi madre en ese callejón. Quizás, si descubro el porqué ella estuvo ahí, si les demuestro que no fue casual, puedan reabrir la investigación descartando a las pandillas.
-No lo sé... Sigo pensando que puede ser demasiado peligroso...
-Es probable, pero aun así debo intentarlo. Tengo un conocido que es policía. Ayer hablé con él y le conté lo que había sucedido y prometió averiguar todo cuanto le fuese posible dentro de la policía. Quizá haya algo de donde poder agarrarse como para seguir investigando.
-¿Tienes un amigo policía y nunca me contaste? ¿Quién es?
-Es un conocido, aun no es mi amigo. Su nombre es Michel Royce, es oficial de entrenamiento y ha preparado a una cantidad importante de agentes, que ahora están esparcidos por toda la ciudad. Si hay alguien que puede ayudarme a descubrir si algo en este momento es él. Sin su ayuda, no podría siquiera intentarlo.
Rick se la quedó mirando preocupado. El solo hecho de que pudiese exponerse a semejante peligro, lo llenaba de terror. No podría soportar que saliese lastimada, pero ¿qué podría hacer para protegerla?
-No pongas esa cara, Castle. No voy a cambiar de opinión al respecto...
-Entonces te ayudaré a investigar.
-No, no voy a involucrarte en esto. Tú tienes una vida en California, lleno de obligaciones y te será imposible ayudarme. Además, como tu bien dijiste, puede ser muy peligroso y lo que menos quiero es que tu hijo nazca sin un padre...
-No es justo meter a mi hijo en medio de esto. No estamos hablando de él sino de ti.
-Ya lo sé. Pero tú sabes bien que tenemos una charla pendiente...
-Y vamos a tenerla, pero no ahora. Ya hablaremos cuando vuelvas a Stanford.
-Es que no lo entiendes ¿verdad? No voy a regresar, Castle.
-¿Que dijiste?
-Que me voy a quedar aquí en New York.
-No puedes hacer eso, Kate ¿Qué hay de tus estudios?
-No voy a seguir en la escuela de leyes, ya está decidido.
-¡¿Por qué vas a abandonar la universidad?!
-No puedo regresar. Tengo que quedarme aquí... Mi padre... No puede quedarse solo. La muerte de mi madre ha sido muy dura para él y no puedo abandonarlo. Y con respecto a ti... No puedo hacerme cargo de todo lo arrastra tener una relación contigo, no podríamos dedicarnos el tiempo suficiente y seguir juntos sería cometer un tremendo error...
-¡No puedes decirme esto Kate! ¡Ni siquiera me estás dando la oportunidad de demostrarte de que podemos superar esto!
-¡¿Superar qué?! ¡¿La muerte de mi madre?! ¡¿Que tengas un hijo con otra?! ¡¿La distancia que nos va a separar?!
-Escucha, Kate, se que la muerte de tu madre es lo peor que te ha tocado vivir y es por eso que me gustaría estar a tu lado haciéndote las cosas más llevaderas. Siempre es más fácil de a dos...
-Es que ahí está el problema, Castle. No somos dos. El "tú y yo" quedó en el pasado. Ahora tienes un hijo en camino, y eso sumaría tres, y no me quiero olvidar de tu ex, por lo que seríamos cuatro. Tres personas en tu vida con las que tendrás que repartir tu tiempo. Así que ¿Cuanto crees que me tocará a mí, después de atender a tu hijo y de lidiar con tu ex?
-¡Esas son puras especulaciones! No tiene por qué ser así...
-Sí, si tiene que ser así. Conociéndote como te conozco, sé que le dedicarás todo tu tiempo a esa criatura. Y no lo tomes como un reproche, sino más bien todo lo contrario. Sé que serás un excelente padre y eso me enorgullece. Es por eso que tu tiempo conmigo será escueto, más aun teniendo en cuenta la distancia, y ¿sabes qué? En este momento de mi vida no puedo lidiar con todo esto. Lo mejor que puedo hacer es estar sola.
-¡No estás siendo justa, Kate! ¡Ni siquiera…!- el sonido estridente de su teléfono móvil interrumpió al escritor. Intentó ignorarlo, pero el timbre era realmente insoportable.
-¡¿Tienes un celular?! ¡¿Después de todo el discurso que diste en navidad?!
-Ahórrate el sermón, Kate. Mi madre ya te ha ganado de mano con eso…-
-¡Y no es para menos!
-No fue decisión mía, como podrás suponer, pero sabes que viajo bastante y Meredith quiere poder comunicarse conmigo por cualquier eventualidad. No puedo negarme, es lo que haría un padre responsable…- se justificó el escritor, entendiendo perfectamente lo que sus palabras podrían significar en este momento de su tan postergada conversación.
-Tienes toda la razón y eso reafirma todo lo que acabo de decirte. Deberías atender, nuestra charla ha terminado.- sentenció de forma contundente, mientras regresaba a la cocina a servirse otra taza de café.
-¡No, no ha terminado!- alcanzó a decir Castle antes de responder el teléfono con fastidio.
Al escuchar los reproches de su ex no pudo más que enfadarse con ella y todo derivó en una acalorada discusión, la cual el escritor finalizó tajantemente: -¡Ya te di la solución, Meredith! ¡Es simple, o vas mañana con mi madre o reprogramas la ecografía para la semana que viene! ¡No hay manera de que tome un vuelo esta noche, así que olvídalo!¡Y ni se te ocurra volver a llamar, a menos que sea algo importante¡ ¿Entendido?
Ni bien terminó de hablar se dispuso a ir a la cocina para reanudar la conversación, pero el teléfono de la casa de Beckett empezó a sonar, impidiendo que pudiese decir una palabra. Kate fue a atenderlo sin demora, mientras él se quedó en la cocina esperando.
La casa estaba en absoluto silencio, por lo que, desde donde estaba, podía escuchar a la perfección la conversación telefónica, o mejor dicho, escucharla a ella e imaginarse el resto.
-Hola.
-¡Hola Kate, habla Royce!
-¡Hola Mike!
-Te llamo porque tengo novedades. No es mucho, pero por algo hay que empezar.
-Estoy de acuerdo ¿Cuándo podemos encontrarnos?
-Hoy estoy de franco, si no estás ocupada podríamos vernos en un rato.
Beckett pensó un segundo la respuesta, decidiendo si debía irse a encontrar con Royce o quedarse a seguir discutiendo con Castle. Inevitablemente, la balanza se inclinó hacia el lado más obvio.
-No tengo nada que hacer ¿Dónde nos encontramos?
-¿Te queda bien el Starbucks de la 55 y avenida Lexington?
-Sí, estoy muy cerca. Te veo ahí en una hora.
Castle esperó a que la joven colgara el teléfono para salir de la cocina. El llamado de ese tal Royce lo había sorprendido, pero la respuesta de la joven verdaderamente lo había desconcertado.
-¿Vas a encontrarte con tu amiguito Mike?
-¿Estabas escuchando?
-No, pero no estoy sordo. Estaba sentado en la cocina, no dentro de la heladera.
-¡Ya te dije que aun no es mi amigo!
-¿Y se supone que con eso me tengo que quedar tranquilo?
-No te estoy entendiendo, Castle… ¿Te molesta que no sea mi amigo?- preguntó frunciendo el entrecejo mostrando su enfado.
-Me molesta que te vayas con un tipo que ni siquiera es tu amigo y al que prácticamente no conoces en vez de quedarte aquí a terminar la conversación que empezamos hace un rato ¿Es más importante él que yo?
- Royce averiguó algo sobre el caso de mi madre, voy a encontrarme con él así me pone al tanto. Como te darás cuenta, no es una cita, así que ahórrate la escena de celos.- explicó con fastidio.
-No estoy celoso, pero sí me siento desplazado. Siento que ya nada de lo nuestro te importa, que yo no te importo y lo que es peor, que tú no me necesitas y eso es lo que más me duele.
-Eso no es verdad, Castle…
-¡Entonces, demuéstramelo! ¡Quédate aquí conmigo a terminar la conversación que tenemos pendiente en vez de ir a encontrarte con Royce a que te ayude a comenzar con esta locura de investigar el asesinato de tu madre!
-¡Para ti será una locura, para mí, es la única forma que encuentro para no derrumbarme!
-¡No es la manera, Beckett! ¿No lo entiendes?- el escritor se sentía cada vez más frustrado al no poder hacer entrar en razón a su amada, y su tono elevado de voz lo dejaba en evidencia.
Decidió respirar hondo para tranquilizarse, y luego, con un tono más tranquilo prosiguió:-No sabes a que lugares puede llevarte esta investigación ni con qué clase de gente vas a meterte, o las cosas que tendrás hacer para obtener resultados. Si te embarcas en esta cruzada en busca de justicia te adentrarás en una profunda e interna oscuridad de la que te será muy difícil escapar. Si verdaderamente no quieres derrumbarte, yo estoy aquí para contenerte, sólo debes dejar que te cuide. Por favor, Kate, no me alejes…
-Te agradezco la intención, Castle, pero necesito hacer esto. Siento que mi madre no tendrá paz hasta que el culpable de su muerte esté tras las rejas.
-Kate…
-Es suficiente Rick, ya está decidido.
-Ya veo…- largó con resignación. No había más nada que decir, tampoco más nada que hacer ahí. –No quiero entretenerte más, seguro que estás retrasada ¿Podrías pedirme un taxi mientras voy a buscar mi maleta?
Sin esperar la respuesta, se dirigió a la habitación a buscar sus cosas. Intentaría tomar un vuelo lo antes posible para regresar a su casa. Beckett había elegido apartarlo de su vida y al parecer, no había nada que hacer al respecto, por lo tanto no seguiría suplicando.
-¿Te vas?- se apuró a preguntar algo sorprendida al no esperar la inmediata partida del escritor.
-Así es. No tengo nada más que hacer aquí.- respondió sin siquiera darse vuelta a mirarla. Beckett sintió frialdad en sus palabras y no lo culpaba. Ella se había encargado de provocar eso en él y ahora debía aceptarlo.
Luego de llamar al taxi se acercó hasta la puerta, donde se encontraba Castle.
-En menos de diez minutos estará aquí.- informó la joven.
-Gracias. Esperaré afuera.
-Quédate aquí hasta que venga. Está muy frio afuera…
-Prefiero salir. Adiós Beckett, déjale un saludo a tu padre de mi parte.- dijo mirándola por última vez antes de abrir la puerta de calle.
-Adiós Rick…
Kate quedó mirando la puerta unos segundos, tratando de asimilar todo lo que acababa de pasar. La retirada inesperada del escritor la había desconcertado, a pesar de que había hecho todo lo posible para que suceda. Ella era la única culpable y estaba consciente de eso, sólo que el no tenerlo al lado cambiaba un poco las cosas. Toda la claridad que hacía tan solo unos minutos tenía para argumentar su postura, perdía consistencia al recordar la última mirada cargada de tristeza que le dedicó Castle antes de marcharse. Pero, no podía retrasarse más en su partida y seguir pensando en él, no podía permitirse eso. Debía encontrarse con Royce para obtener información sobre la investigación del caso de su madre y eso era lo único importante en ese momento.
Michel la estaba esperando sentado en una mesa. Ella lo saludó desde lejos mientras pedía su café en el mostrador del Starbucks. Cuando se unió a él, rápidamente sacó el tema por el cual se habían reunido.
Royce le contó que estuvo averiguando sobre la “supuesta” guerra de pandillas en la que había quedado atrapada Johanna y el resultado de su pequeña investigación lo llevó a descubrir que ésta nunca había existido. Las dos bandas que disputaban el territorio se encontraban en tregua desde hacía meses y ninguno de los dos bandos había estado ese día en ese callejón.
-¡Lo sabía! ¿Cómo lo supiste?
-Un oficial que entrené me pasó el dato de un informante dentro de una de las pandillas. Me encontré con él y por unos dólares respondió a unas cuantas preguntas.
-¡Estupendo! ¡Ahora tenemos una punta para que reabran el caso y se pongan a investigar!- soltó Beckett con entusiasmo al descubrir que no estaba equivocada con lo que pensaba.
-Ojalá fuese tan sencillo. Ninguno de los miembros de las pandillas testificaría ante un juez, menos que menos si están sospechados de asesinato. Lo único que puedo hacer es seguir investigando por mi cuenta. Intentaré descubrir cuál fue la razón por la que el detective Raglan cerró la investigación tan rápido. Si logro llegar a eso y exponerlo por su pésimo trabajo, quizá pueda lograr que alguien se haga cargo de reabrir la investigación.
-¿Estás seguro de hacer esto? Ya me has ayudado mucho y no quiero meterte en problemas…
-Soy oficial de entrenamiento, Beckett ¿Tienes idea de cómo me siento cuando un policía no hace su trabajo como debe? Detesto que pasen estas cosas porque nos dejan mal parados a todos los que si hacemos nuestro trabajo como dios manda. Además, no podrías seguir investigando tu sola. Es muy peligroso y no quiero que te arriesgues.
-Te agradezco, Royce. De verdad.
El resto de la charla se compuso, mayormente, de preguntas por parte de ella sobre como iniciar una investigación. Mike intentó despejar sus dudas, tratando de no llenarle la cabeza con ideas peligrosas. Sabía que ella estaba dispuesta a llegar lejos pretendiendo encontrar al culpable y no podía arriesgarla llenándola de entusiasmo, sino más bien debía intentar mantenerla a una distancia prudencial dejando el trabajo para los que estaban capacitados para hacerlo.
-¿Capacitados como Raglan, quien cerró el caso aludiendo una guerra de pandillas que nunca existió?
-No todos somos como Raglan. No debes meternos en la misma bolsa…
-Tienes razón, pero yo también la tengo.
-Es cierto. La fuerza policíaca está llena de buenos tipos, pero lamentablemente, también hay de los otros. Quizás deberías ingresar a la academia, serías una gran policía ¡Claro que yo tendría que entrenarte, por supuesto!
Ambos rieron con ganas por la ocurrencia. Nunca se le hubiese cruzado por la cabeza meterse a policía, no se imaginaba con uniforme y placa, haciendo cumplir la ley (o no de ese lado, al menos) justamente cuando ella misma había sido bastante revoltosa ante la autoridad siendo adolescente. Pero, un pensamiento cruzó fugaz por su mente mientras se reía: ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que estuviese a su alcance para esclarecer el asesinato de su madre y si eso significaba ingresar a la academia de policía, lo haría sin dudar un instante.
El taxista llevó al escritor directo al aeropuerto. Quería tomar el primer avión que lo llevase a casa, así tuviese que viajar parado. El vuelo más cercano que tenía era para las seis de la tarde, pero el clima era desastroso, no había parado de nevar y no sabían con certeza si para esa hora la tormenta lo dejaría despegar. Así todo compró el pasaje y se dispuso a esperar a que se hiciese la hora en el bar del aeropuerto. Cada veinte minutos, por el alto parlante se escuchaba el reporte meteorológico anunciando la proximidad de una fuerte tormenta, achicando las posibilidades de que el vuelo de Rick saliese a tiempo. Finalmente, cerca de las seis menos cuarto, avisaron que todos los vuelos se suspendían hasta nuevo aviso, por lo que al escritor no le quedó más remedio que subirse a un taxi y pedirle que lo lleve a un hotel cercano a pasar la noche.
Se hospedó en el Crowne Plaza JFK, un hotel de cuatro estrellas que quedaba a unos tres kilómetros del aeropuerto. Luego de registrarse se guardó de inmediato en su habitación, no sin antes pedir que le subiesen una botella de escocés y un poco de hielo.
Lo primero que hizo fue sacarse los zapatos, luego la corbata y por último desabrochó un par de botones de su camisa. Dos golpes en la puerta seguidos por la voz de un joven diciendo “servicio de cuarto, señor”, le anunciaban la llegada de su whisky.
-Gracias.- dijo extendiendo un billete al muchacho luego de ingresar la mesilla con ruedas al cuarto.
Ni bien cerró la puerta destapo la botella para servirse una generosa medida, percatándose al servirse que no le habían traído el hielo.
-No importa, es mejor así.- pensó mientras bebía de golpe el primer vaso. El segundo vaso se fue casi tan rápido como el primero y recién el tercero vino con más calma. Ansiaba que el alcohol borrase todo lo que había pasado durante el día, ahogando la angustia que lo oprimía, pero sabía que eso era imposible aunque vaciase la botella de un solo trago.
La puerta volvió a sonar sacándolo de sus pensamientos. El escritor abrió sin preguntar, suponiendo que le habían traído el hielo que se habían olvidado anteriormente. Su sorpresa fue tremenda al descubrir que no era el mozo del hotel con la hielera.
-¿Beckett? ¿Cómo sabías donde encontrarme?
-Llamé al aeropuerto para averiguar por los vuelos a California y me dijeron que por ahora no estaban saliendo por las condiciones climáticas, así que supuse que estarías en algún hotel cerca. Busqué en el directorio telefónico hasta que di contigo.
-¡Vaya! ¡Eres buena!- exclamó sorprendido.
-No tanto. Tú eres bastante predecible.- explicó mientras lo observaba detenidamente. No tenía el mismo semblante de hoy, y su cambio probablemente se debiera, entre otras cosas, a la botella de whisky que se encontraba en la mesita de servicio. -¿Estás ebrio?
-Aun no, pero estoy en eso… ¿a qué debo el placer de tu visita?
-Olvidaste en casa el suéter que tenías puesto ayer.
-Si has venido sólo a eso, podrías haberlo mandado por Federal Express y haberte ahorrado el viaje. Seguramente estarás muy ocupada con tu nueva actividad investigativa…
-No vine a discutir, Castle.
-¿Y a qué viniste entonces?
-Vine porque no quiero que nuestra relación termine así.
-¿Así cómo? ¿Estúpidamente?
-Discutiendo mal cada vez que nos veamos. No quiero que tengamos que evitarnos si alguna vez volvemos a cruzarnos.
-¿Realmente crees que volveremos a cruzarnos? Porque, a como vienen las cosas, lo dudo.
-No lo sé. Lo que sí sé es que no quiero que me odies. No creo poder soportar eso…
-Ojalá pudiese Kate, así tratar de olvidarte sería más fácil y menos doloroso. Puedes sacarte ese peso de encima, sé con certeza que nunca podría odiarte. Te amo demasiado; más que a mi propia vida y sé que nunca más volveré a sentir lo mismo por nadie. Es por eso que mi recuerdo más preciado es y será siempre esa mágica navidad que estuvimos juntos, esa noche en la que no importaba nada más que nosotros dos y es con lo único que quiero quedarme. Ahora nuestros caminos tomarán rumbos diferentes y aunque no lo entiendo te prometo que aprenderé a aceptarlo, pero no puedo despedirme sin hacerte saber que agradezco a la vida haber tenido la posibilidad de hacer el amor con la mujer más increíble que he conocido.
Beckett quedó prácticamente desarmada con la profunda declaración. Las voces de su cabeza se camuflaban tras los sonidos de su corazón, quien con sus fuertes latidos la empujaba a arrojarse en sus brazos y olvidar todo lo que le había dicho hasta ahora. Todos sus pensamientos se mostraban confusos, todo lo que sentía era confuso. Lo único que sentía con una claridad extraordinaria era el deseo incontrolable de besarlo y sin siquiera intentar frenar esa pulsión, rodeo el cuello del escritor con sus brazos y lo besó profundamente.
En un primer momento, Castle se dejó atrapar por su dulce boca. Sus fuertes brazos la tomaron por la cintura, pegándola a su cuerpo profundizando el beso, enredando su lengua a la de ella, elevando la temperatura vertiginosamente.
Kate cerró la puerta con su pie, pudiendo apoyar su espalda sobre ella al ser empujada suavemente por él. Los largos dedos de la joven apretaron su camisa, sacándola fuera del pantalón. Uno por uno le desabrochó los botones hasta dejar su pecho al descubierto, acariciándolo de manera urgente, recorriendo todos los recovecos de su atlético cuerpo.
El escritor intentaba dejarse llevar, pero su maldita cabeza parecía no enmudecer nunca. Su corazón le pedía a gritos que continuase mientras su mente lo obligaba a detenerse y preguntar como seguiría todo esto.
Castle retrocedió dos pasos instintivamente, como si sus pensamientos hubiesen activado un mecanismo de autodefensa dentro de él. Se separó unos centímetros de ella y se la quedó observando un segundo, mientras su corazón y su cerebro se debatían en una última lucha a muerte por decidir el próximo movimiento. Finalmente su cerebro acribilló a su corazón y no pudo dejar de preguntar:
-¿Esto es una reconciliación?
La pregunta la tomó por sorpresa, por lo que demoró un momento antes de hablar, pese a que ya sabía la respuesta.
-Rick… ya hablamos de esto…
-Hablamos antes y esto es ahora. Responde la pregunta ¿Volvemos a estar juntos sí o no?
-No. La decisión ya está tomada.
-¿Y qué es esto entonces?
-No lo sé… una despedida, supongo…
-¿Una despedida? ¡No quiero una maldita despedida! ¡Lo único que quiero es seguir estando contigo y si eso no es posible para ti, no quiero más nada!
-Rick, escucha…
-Realmente ya no quiero escucharte, Kate. Déjame solo- largó con desanimo mientras abría la puerta de la habitación.
Beckett lo miró en silencio por última vez antes de irse. Ni bien terminó de salir, la puerta se cerró detrás de ella, dejando atrás al único hombre que verdaderamente había amado. No sabía si la decisión que había tomado era la correcta, pero en este momento le parecía la más acertada y era la que debía respetar, sin importar lo que dejase en el camino.
Continuará…
Bueno… espero que les haya gustado. Traten de no odiarme mucho, jajajajaja! Ya saben, espero sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!
Capítulo XII
El funeral de Johanna fue muy íntimo, muy corto y terriblemente triste. Ver a Kate mostrándose con una entereza inquebrantable y a su padre a punto de derrumbarse a cada segundo, era una representación literal de lo que se vivía estos últimos días en la destrozada familia Beckett. Todo había cambiado en un instante para ellos dos y ya nada sería lo mismo. Ambos lo sabían, aunque todavía no sabían cómo poder enfrentarlo.
Los tres regresaron en silencio, sin decir casi nada. Ni bien entró a la casa, Jim agarró una botella de whiskey de la barra y se encerró sin decir palabra dentro de su habitación sin siquiera darle tiempo a su hija a reprocharle nada.
Castle permaneció en silencio unos segundos, como buscando las palabras correctas para el momento, pero parecía no encontrarlas.
Beckett bufó mirando en dirección a la habitación de su padre expresando el enfado que sentía en ese momento. Sin decir palabra, fue hasta su cuarto a cambiarse de ropa y al terminar se dirigió hacia la cocina a servirse una taza de café, preparando una también para el escritor antes de regresar al living.
-Creo que ahora sería un buen momento para escuchar las primeras aventuras de Derrick Storm…- sugirió la joven ofreciéndole el humeante café.
-Sin dudas. Toma asiento, enseguida traigo mi portátil.- dijo yendo a buscar su mochila.
A él le pareció una buena idea dejar que se distraiga un poco, obviando el incómodo momento que acababa de vivir con su padre. Sabía cuan enfadada estaba y por eso le pareció conveniente no presionarla con el tema, suponiendo que cuando ella se sintiese preparada, hablaría de ello.
En tan solo unos segundos regresó junto a ella y sentándose en el sillón con la pequeña computadora sobre su falda, dijo con actitud seria:
-¿Estás preparada para sumergirte en la vida de este duro detective privado?
-¡No puedo esperar!
El joven y prometedor escritor comenzó su relato de forma pausada. Beckett lo escuchaba con atención, saboreando cada párrafo palabra por palabra. Le encantaba la voz fuerte y clara de su amado, tan expresiva como sus ojos al mirarla en cada pausa.
Tan interesante le resultaba la novela, que no emitió sonido hasta la pausa final hecha por el escritor al terminar de leerle el último de los capítulos que había escrito.
-¡¿Y... Entonces?! ¡¿Como sigue?! - preguntó llena de intriga.
-No sigue. Hasta ahí tengo escrito...
-¡No puedo creerlo! ¿Cuándo vas a terminarla? ¡Es realmente apasionante, Castle! Tu editor es un estúpido si piensa que nadie va a interesarse en esta novela. ¡Es estupenda!
-¿En serio te gustó?
-¡Por supuesto! A mi madre le hubiese encantado... Ya sabes cómo le gustaban tus novelas...
-Tu madre era un gran fan. ¡Te diría que la mejor que he tenido!
-¡Querrás decir, la única con la que has cruzado más de tres palabras!- bromeó la joven esbozando una sonrisa.
-Es verdad, pero eso no quiere decir que no haya sido la mejor...
-Era la mejor en todo... ¡Dios, como voy a extrañarla!- soltó con angustia, haciendo desaparecer la hermosa sonrisa que había asomado segundos atrás. -Todavía no pude revisar la bolsa que me dieron en el precinto con sus cosas...
-No te presiones, Kate. Lo harás cuando sea el momento, tu corazón te avisará cuando.
-Supongo que tienes razón...Aunque admito que tengo un poco de curiosidad por saber lo que hay dentro. - reconoció la joven.
-Entonces, tendrás que abrirla.
Kate se armó de valor y agarró la bolsa abriéndola al instante. Lo primero que sacó fue el anillo e instintivamente se lo puso en el dedo.
-Me baila- dijo mientras lo hacía girar. -Siempre pensé que mis manos eran iguales a las de ella...
-Iguales, pero más delgadas.-dijo Castle observándola detenidamente.
-Es una pena. Me hubiese gustado poder tenerlo siempre conmigo...- agregó con desanimo mientras se quitaba el anillo y lo dejaba sobre la mesa para seguir sacando el resto de las cosas.
El escritor llevó las manos a su cuello para desprender una cadenita de oro blanco que se escondía debajo de la camisa. Luego quitó la cruz que tenía colgada guardándola en el bolsillo y tomó el anillo de Johanna pasándolo por la cadena, convirtiéndolo en un dije.
-Toma. Así podrás llevarlo siempre contigo.
Kate sonrió mientras se recogía el pelo para dejarlo ponerle la cadena. Castle siempre la sorprendía con esas pequeñas cosas, pequeños gestos colmados de dulzura que la hacían amarlo aun más, si es que eso era posible.
Antes de que pudiese alejarse, la joven depositó un tímido beso en su mejilla, provocando en él una mirada de sorpresa.
-Por estar siempre en todos los detalles…- explicó rápidamente mirándolo de reojo mientras sacaba la billetera de su madre de la bolsa.
Castle siguió observándola en silencio. No quería importunarla en este difícil momento y prefirió callar antes de decir alguna estupidez que pudiese incomodarla.
-Se supone que no le robaron nada y eso es lo que más me llama la atención...- soltó finalmente la joven.
-En el periódico dijeron que quedó en medio de una guerra de pandillas ¿es cierto?
-Eso fue lo que dijo la policía, pero yo no estoy tan segura.
-¿Por qué lo dices?
-En primer lugar, mi madre no tenía nada que hacer en ese callejón. No quedaba de camino ni a su casa, ni a su oficina ni mucho menos camino al restaurant donde quedamos en encontrarnos. Si estaba ahí, debió ser por algo específico. Además ¿qué pandillero desaprovecharía la oportunidad de llevarse el dinero que tenía o sus joyas? Los aros que llevaba puestos costaban unos cuantos dólares, y eso sin contar el anillo...- mientras explicaba sus suposiciones a Rick, comenzó a sacar el resto de las pertenencias de su madre. Dentro de su billetera tenía casi 500 dólares y los aros eran de oro, por lo que valdrían unos cientos más. Castle también suponía que los pandilleros no se habrían olvidado de tremendo botín.
-¿Y el anillo Rick? ¿Cuanto podrían haberle sacado? No, no me lo creo. Aquí hay algo más. Algo que la policía ignora o bien que prefiere ignorar.
-Eso deberán descubrirlo cuando investiguen...
-No han abierto una investigación, Castle. Fue un enfrentamiento entre pandillas y caso cerrado para la policía de New York. No van a hacer nada para esclarecer el asesinato de mi madre, salvo que aparezca alguna pista o evidencia lo suficientemente fuerte como para reabrir el caso.
-No puedo creerlo...
-Pues, créelo. Lo que significa que yo deberé investigar.
-¡Eso es una locura, Kate! Puede ser muy peligroso que te involucres en una investigación de ese tipo...
-Lo sé, pero no puedo permitir que este crimen quede sin castigo. Me arrebataron a mi madre y ni siquiera existe un culpable. Necesito saber lo que realmente pasó o al menos descubrir que hacía mi madre en ese callejón. Quizás, si descubro el porqué ella estuvo ahí, si les demuestro que no fue casual, puedan reabrir la investigación descartando a las pandillas.
-No lo sé... Sigo pensando que puede ser demasiado peligroso...
-Es probable, pero aun así debo intentarlo. Tengo un conocido que es policía. Ayer hablé con él y le conté lo que había sucedido y prometió averiguar todo cuanto le fuese posible dentro de la policía. Quizá haya algo de donde poder agarrarse como para seguir investigando.
-¿Tienes un amigo policía y nunca me contaste? ¿Quién es?
-Es un conocido, aun no es mi amigo. Su nombre es Michel Royce, es oficial de entrenamiento y ha preparado a una cantidad importante de agentes, que ahora están esparcidos por toda la ciudad. Si hay alguien que puede ayudarme a descubrir si algo en este momento es él. Sin su ayuda, no podría siquiera intentarlo.
Rick se la quedó mirando preocupado. El solo hecho de que pudiese exponerse a semejante peligro, lo llenaba de terror. No podría soportar que saliese lastimada, pero ¿qué podría hacer para protegerla?
-No pongas esa cara, Castle. No voy a cambiar de opinión al respecto...
-Entonces te ayudaré a investigar.
-No, no voy a involucrarte en esto. Tú tienes una vida en California, lleno de obligaciones y te será imposible ayudarme. Además, como tu bien dijiste, puede ser muy peligroso y lo que menos quiero es que tu hijo nazca sin un padre...
-No es justo meter a mi hijo en medio de esto. No estamos hablando de él sino de ti.
-Ya lo sé. Pero tú sabes bien que tenemos una charla pendiente...
-Y vamos a tenerla, pero no ahora. Ya hablaremos cuando vuelvas a Stanford.
-Es que no lo entiendes ¿verdad? No voy a regresar, Castle.
-¿Que dijiste?
-Que me voy a quedar aquí en New York.
-No puedes hacer eso, Kate ¿Qué hay de tus estudios?
-No voy a seguir en la escuela de leyes, ya está decidido.
-¡¿Por qué vas a abandonar la universidad?!
-No puedo regresar. Tengo que quedarme aquí... Mi padre... No puede quedarse solo. La muerte de mi madre ha sido muy dura para él y no puedo abandonarlo. Y con respecto a ti... No puedo hacerme cargo de todo lo arrastra tener una relación contigo, no podríamos dedicarnos el tiempo suficiente y seguir juntos sería cometer un tremendo error...
-¡No puedes decirme esto Kate! ¡Ni siquiera me estás dando la oportunidad de demostrarte de que podemos superar esto!
-¡¿Superar qué?! ¡¿La muerte de mi madre?! ¡¿Que tengas un hijo con otra?! ¡¿La distancia que nos va a separar?!
-Escucha, Kate, se que la muerte de tu madre es lo peor que te ha tocado vivir y es por eso que me gustaría estar a tu lado haciéndote las cosas más llevaderas. Siempre es más fácil de a dos...
-Es que ahí está el problema, Castle. No somos dos. El "tú y yo" quedó en el pasado. Ahora tienes un hijo en camino, y eso sumaría tres, y no me quiero olvidar de tu ex, por lo que seríamos cuatro. Tres personas en tu vida con las que tendrás que repartir tu tiempo. Así que ¿Cuanto crees que me tocará a mí, después de atender a tu hijo y de lidiar con tu ex?
-¡Esas son puras especulaciones! No tiene por qué ser así...
-Sí, si tiene que ser así. Conociéndote como te conozco, sé que le dedicarás todo tu tiempo a esa criatura. Y no lo tomes como un reproche, sino más bien todo lo contrario. Sé que serás un excelente padre y eso me enorgullece. Es por eso que tu tiempo conmigo será escueto, más aun teniendo en cuenta la distancia, y ¿sabes qué? En este momento de mi vida no puedo lidiar con todo esto. Lo mejor que puedo hacer es estar sola.
-¡No estás siendo justa, Kate! ¡Ni siquiera…!- el sonido estridente de su teléfono móvil interrumpió al escritor. Intentó ignorarlo, pero el timbre era realmente insoportable.
-¡¿Tienes un celular?! ¡¿Después de todo el discurso que diste en navidad?!
-Ahórrate el sermón, Kate. Mi madre ya te ha ganado de mano con eso…-
-¡Y no es para menos!
-No fue decisión mía, como podrás suponer, pero sabes que viajo bastante y Meredith quiere poder comunicarse conmigo por cualquier eventualidad. No puedo negarme, es lo que haría un padre responsable…- se justificó el escritor, entendiendo perfectamente lo que sus palabras podrían significar en este momento de su tan postergada conversación.
-Tienes toda la razón y eso reafirma todo lo que acabo de decirte. Deberías atender, nuestra charla ha terminado.- sentenció de forma contundente, mientras regresaba a la cocina a servirse otra taza de café.
-¡No, no ha terminado!- alcanzó a decir Castle antes de responder el teléfono con fastidio.
Al escuchar los reproches de su ex no pudo más que enfadarse con ella y todo derivó en una acalorada discusión, la cual el escritor finalizó tajantemente: -¡Ya te di la solución, Meredith! ¡Es simple, o vas mañana con mi madre o reprogramas la ecografía para la semana que viene! ¡No hay manera de que tome un vuelo esta noche, así que olvídalo!¡Y ni se te ocurra volver a llamar, a menos que sea algo importante¡ ¿Entendido?
Ni bien terminó de hablar se dispuso a ir a la cocina para reanudar la conversación, pero el teléfono de la casa de Beckett empezó a sonar, impidiendo que pudiese decir una palabra. Kate fue a atenderlo sin demora, mientras él se quedó en la cocina esperando.
La casa estaba en absoluto silencio, por lo que, desde donde estaba, podía escuchar a la perfección la conversación telefónica, o mejor dicho, escucharla a ella e imaginarse el resto.
-Hola.
-¡Hola Kate, habla Royce!
-¡Hola Mike!
-Te llamo porque tengo novedades. No es mucho, pero por algo hay que empezar.
-Estoy de acuerdo ¿Cuándo podemos encontrarnos?
-Hoy estoy de franco, si no estás ocupada podríamos vernos en un rato.
Beckett pensó un segundo la respuesta, decidiendo si debía irse a encontrar con Royce o quedarse a seguir discutiendo con Castle. Inevitablemente, la balanza se inclinó hacia el lado más obvio.
-No tengo nada que hacer ¿Dónde nos encontramos?
-¿Te queda bien el Starbucks de la 55 y avenida Lexington?
-Sí, estoy muy cerca. Te veo ahí en una hora.
Castle esperó a que la joven colgara el teléfono para salir de la cocina. El llamado de ese tal Royce lo había sorprendido, pero la respuesta de la joven verdaderamente lo había desconcertado.
-¿Vas a encontrarte con tu amiguito Mike?
-¿Estabas escuchando?
-No, pero no estoy sordo. Estaba sentado en la cocina, no dentro de la heladera.
-¡Ya te dije que aun no es mi amigo!
-¿Y se supone que con eso me tengo que quedar tranquilo?
-No te estoy entendiendo, Castle… ¿Te molesta que no sea mi amigo?- preguntó frunciendo el entrecejo mostrando su enfado.
-Me molesta que te vayas con un tipo que ni siquiera es tu amigo y al que prácticamente no conoces en vez de quedarte aquí a terminar la conversación que empezamos hace un rato ¿Es más importante él que yo?
- Royce averiguó algo sobre el caso de mi madre, voy a encontrarme con él así me pone al tanto. Como te darás cuenta, no es una cita, así que ahórrate la escena de celos.- explicó con fastidio.
-No estoy celoso, pero sí me siento desplazado. Siento que ya nada de lo nuestro te importa, que yo no te importo y lo que es peor, que tú no me necesitas y eso es lo que más me duele.
-Eso no es verdad, Castle…
-¡Entonces, demuéstramelo! ¡Quédate aquí conmigo a terminar la conversación que tenemos pendiente en vez de ir a encontrarte con Royce a que te ayude a comenzar con esta locura de investigar el asesinato de tu madre!
-¡Para ti será una locura, para mí, es la única forma que encuentro para no derrumbarme!
-¡No es la manera, Beckett! ¿No lo entiendes?- el escritor se sentía cada vez más frustrado al no poder hacer entrar en razón a su amada, y su tono elevado de voz lo dejaba en evidencia.
Decidió respirar hondo para tranquilizarse, y luego, con un tono más tranquilo prosiguió:-No sabes a que lugares puede llevarte esta investigación ni con qué clase de gente vas a meterte, o las cosas que tendrás hacer para obtener resultados. Si te embarcas en esta cruzada en busca de justicia te adentrarás en una profunda e interna oscuridad de la que te será muy difícil escapar. Si verdaderamente no quieres derrumbarte, yo estoy aquí para contenerte, sólo debes dejar que te cuide. Por favor, Kate, no me alejes…
-Te agradezco la intención, Castle, pero necesito hacer esto. Siento que mi madre no tendrá paz hasta que el culpable de su muerte esté tras las rejas.
-Kate…
-Es suficiente Rick, ya está decidido.
-Ya veo…- largó con resignación. No había más nada que decir, tampoco más nada que hacer ahí. –No quiero entretenerte más, seguro que estás retrasada ¿Podrías pedirme un taxi mientras voy a buscar mi maleta?
Sin esperar la respuesta, se dirigió a la habitación a buscar sus cosas. Intentaría tomar un vuelo lo antes posible para regresar a su casa. Beckett había elegido apartarlo de su vida y al parecer, no había nada que hacer al respecto, por lo tanto no seguiría suplicando.
-¿Te vas?- se apuró a preguntar algo sorprendida al no esperar la inmediata partida del escritor.
-Así es. No tengo nada más que hacer aquí.- respondió sin siquiera darse vuelta a mirarla. Beckett sintió frialdad en sus palabras y no lo culpaba. Ella se había encargado de provocar eso en él y ahora debía aceptarlo.
Luego de llamar al taxi se acercó hasta la puerta, donde se encontraba Castle.
-En menos de diez minutos estará aquí.- informó la joven.
-Gracias. Esperaré afuera.
-Quédate aquí hasta que venga. Está muy frio afuera…
-Prefiero salir. Adiós Beckett, déjale un saludo a tu padre de mi parte.- dijo mirándola por última vez antes de abrir la puerta de calle.
-Adiós Rick…
Kate quedó mirando la puerta unos segundos, tratando de asimilar todo lo que acababa de pasar. La retirada inesperada del escritor la había desconcertado, a pesar de que había hecho todo lo posible para que suceda. Ella era la única culpable y estaba consciente de eso, sólo que el no tenerlo al lado cambiaba un poco las cosas. Toda la claridad que hacía tan solo unos minutos tenía para argumentar su postura, perdía consistencia al recordar la última mirada cargada de tristeza que le dedicó Castle antes de marcharse. Pero, no podía retrasarse más en su partida y seguir pensando en él, no podía permitirse eso. Debía encontrarse con Royce para obtener información sobre la investigación del caso de su madre y eso era lo único importante en ese momento.
Michel la estaba esperando sentado en una mesa. Ella lo saludó desde lejos mientras pedía su café en el mostrador del Starbucks. Cuando se unió a él, rápidamente sacó el tema por el cual se habían reunido.
Royce le contó que estuvo averiguando sobre la “supuesta” guerra de pandillas en la que había quedado atrapada Johanna y el resultado de su pequeña investigación lo llevó a descubrir que ésta nunca había existido. Las dos bandas que disputaban el territorio se encontraban en tregua desde hacía meses y ninguno de los dos bandos había estado ese día en ese callejón.
-¡Lo sabía! ¿Cómo lo supiste?
-Un oficial que entrené me pasó el dato de un informante dentro de una de las pandillas. Me encontré con él y por unos dólares respondió a unas cuantas preguntas.
-¡Estupendo! ¡Ahora tenemos una punta para que reabran el caso y se pongan a investigar!- soltó Beckett con entusiasmo al descubrir que no estaba equivocada con lo que pensaba.
-Ojalá fuese tan sencillo. Ninguno de los miembros de las pandillas testificaría ante un juez, menos que menos si están sospechados de asesinato. Lo único que puedo hacer es seguir investigando por mi cuenta. Intentaré descubrir cuál fue la razón por la que el detective Raglan cerró la investigación tan rápido. Si logro llegar a eso y exponerlo por su pésimo trabajo, quizá pueda lograr que alguien se haga cargo de reabrir la investigación.
-¿Estás seguro de hacer esto? Ya me has ayudado mucho y no quiero meterte en problemas…
-Soy oficial de entrenamiento, Beckett ¿Tienes idea de cómo me siento cuando un policía no hace su trabajo como debe? Detesto que pasen estas cosas porque nos dejan mal parados a todos los que si hacemos nuestro trabajo como dios manda. Además, no podrías seguir investigando tu sola. Es muy peligroso y no quiero que te arriesgues.
-Te agradezco, Royce. De verdad.
El resto de la charla se compuso, mayormente, de preguntas por parte de ella sobre como iniciar una investigación. Mike intentó despejar sus dudas, tratando de no llenarle la cabeza con ideas peligrosas. Sabía que ella estaba dispuesta a llegar lejos pretendiendo encontrar al culpable y no podía arriesgarla llenándola de entusiasmo, sino más bien debía intentar mantenerla a una distancia prudencial dejando el trabajo para los que estaban capacitados para hacerlo.
-¿Capacitados como Raglan, quien cerró el caso aludiendo una guerra de pandillas que nunca existió?
-No todos somos como Raglan. No debes meternos en la misma bolsa…
-Tienes razón, pero yo también la tengo.
-Es cierto. La fuerza policíaca está llena de buenos tipos, pero lamentablemente, también hay de los otros. Quizás deberías ingresar a la academia, serías una gran policía ¡Claro que yo tendría que entrenarte, por supuesto!
Ambos rieron con ganas por la ocurrencia. Nunca se le hubiese cruzado por la cabeza meterse a policía, no se imaginaba con uniforme y placa, haciendo cumplir la ley (o no de ese lado, al menos) justamente cuando ella misma había sido bastante revoltosa ante la autoridad siendo adolescente. Pero, un pensamiento cruzó fugaz por su mente mientras se reía: ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que estuviese a su alcance para esclarecer el asesinato de su madre y si eso significaba ingresar a la academia de policía, lo haría sin dudar un instante.
***
El taxista llevó al escritor directo al aeropuerto. Quería tomar el primer avión que lo llevase a casa, así tuviese que viajar parado. El vuelo más cercano que tenía era para las seis de la tarde, pero el clima era desastroso, no había parado de nevar y no sabían con certeza si para esa hora la tormenta lo dejaría despegar. Así todo compró el pasaje y se dispuso a esperar a que se hiciese la hora en el bar del aeropuerto. Cada veinte minutos, por el alto parlante se escuchaba el reporte meteorológico anunciando la proximidad de una fuerte tormenta, achicando las posibilidades de que el vuelo de Rick saliese a tiempo. Finalmente, cerca de las seis menos cuarto, avisaron que todos los vuelos se suspendían hasta nuevo aviso, por lo que al escritor no le quedó más remedio que subirse a un taxi y pedirle que lo lleve a un hotel cercano a pasar la noche.
Se hospedó en el Crowne Plaza JFK, un hotel de cuatro estrellas que quedaba a unos tres kilómetros del aeropuerto. Luego de registrarse se guardó de inmediato en su habitación, no sin antes pedir que le subiesen una botella de escocés y un poco de hielo.
Lo primero que hizo fue sacarse los zapatos, luego la corbata y por último desabrochó un par de botones de su camisa. Dos golpes en la puerta seguidos por la voz de un joven diciendo “servicio de cuarto, señor”, le anunciaban la llegada de su whisky.
-Gracias.- dijo extendiendo un billete al muchacho luego de ingresar la mesilla con ruedas al cuarto.
Ni bien cerró la puerta destapo la botella para servirse una generosa medida, percatándose al servirse que no le habían traído el hielo.
-No importa, es mejor así.- pensó mientras bebía de golpe el primer vaso. El segundo vaso se fue casi tan rápido como el primero y recién el tercero vino con más calma. Ansiaba que el alcohol borrase todo lo que había pasado durante el día, ahogando la angustia que lo oprimía, pero sabía que eso era imposible aunque vaciase la botella de un solo trago.
La puerta volvió a sonar sacándolo de sus pensamientos. El escritor abrió sin preguntar, suponiendo que le habían traído el hielo que se habían olvidado anteriormente. Su sorpresa fue tremenda al descubrir que no era el mozo del hotel con la hielera.
-¿Beckett? ¿Cómo sabías donde encontrarme?
-Llamé al aeropuerto para averiguar por los vuelos a California y me dijeron que por ahora no estaban saliendo por las condiciones climáticas, así que supuse que estarías en algún hotel cerca. Busqué en el directorio telefónico hasta que di contigo.
-¡Vaya! ¡Eres buena!- exclamó sorprendido.
-No tanto. Tú eres bastante predecible.- explicó mientras lo observaba detenidamente. No tenía el mismo semblante de hoy, y su cambio probablemente se debiera, entre otras cosas, a la botella de whisky que se encontraba en la mesita de servicio. -¿Estás ebrio?
-Aun no, pero estoy en eso… ¿a qué debo el placer de tu visita?
-Olvidaste en casa el suéter que tenías puesto ayer.
-Si has venido sólo a eso, podrías haberlo mandado por Federal Express y haberte ahorrado el viaje. Seguramente estarás muy ocupada con tu nueva actividad investigativa…
-No vine a discutir, Castle.
-¿Y a qué viniste entonces?
-Vine porque no quiero que nuestra relación termine así.
-¿Así cómo? ¿Estúpidamente?
-Discutiendo mal cada vez que nos veamos. No quiero que tengamos que evitarnos si alguna vez volvemos a cruzarnos.
-¿Realmente crees que volveremos a cruzarnos? Porque, a como vienen las cosas, lo dudo.
-No lo sé. Lo que sí sé es que no quiero que me odies. No creo poder soportar eso…
-Ojalá pudiese Kate, así tratar de olvidarte sería más fácil y menos doloroso. Puedes sacarte ese peso de encima, sé con certeza que nunca podría odiarte. Te amo demasiado; más que a mi propia vida y sé que nunca más volveré a sentir lo mismo por nadie. Es por eso que mi recuerdo más preciado es y será siempre esa mágica navidad que estuvimos juntos, esa noche en la que no importaba nada más que nosotros dos y es con lo único que quiero quedarme. Ahora nuestros caminos tomarán rumbos diferentes y aunque no lo entiendo te prometo que aprenderé a aceptarlo, pero no puedo despedirme sin hacerte saber que agradezco a la vida haber tenido la posibilidad de hacer el amor con la mujer más increíble que he conocido.
Beckett quedó prácticamente desarmada con la profunda declaración. Las voces de su cabeza se camuflaban tras los sonidos de su corazón, quien con sus fuertes latidos la empujaba a arrojarse en sus brazos y olvidar todo lo que le había dicho hasta ahora. Todos sus pensamientos se mostraban confusos, todo lo que sentía era confuso. Lo único que sentía con una claridad extraordinaria era el deseo incontrolable de besarlo y sin siquiera intentar frenar esa pulsión, rodeo el cuello del escritor con sus brazos y lo besó profundamente.
En un primer momento, Castle se dejó atrapar por su dulce boca. Sus fuertes brazos la tomaron por la cintura, pegándola a su cuerpo profundizando el beso, enredando su lengua a la de ella, elevando la temperatura vertiginosamente.
Kate cerró la puerta con su pie, pudiendo apoyar su espalda sobre ella al ser empujada suavemente por él. Los largos dedos de la joven apretaron su camisa, sacándola fuera del pantalón. Uno por uno le desabrochó los botones hasta dejar su pecho al descubierto, acariciándolo de manera urgente, recorriendo todos los recovecos de su atlético cuerpo.
El escritor intentaba dejarse llevar, pero su maldita cabeza parecía no enmudecer nunca. Su corazón le pedía a gritos que continuase mientras su mente lo obligaba a detenerse y preguntar como seguiría todo esto.
Castle retrocedió dos pasos instintivamente, como si sus pensamientos hubiesen activado un mecanismo de autodefensa dentro de él. Se separó unos centímetros de ella y se la quedó observando un segundo, mientras su corazón y su cerebro se debatían en una última lucha a muerte por decidir el próximo movimiento. Finalmente su cerebro acribilló a su corazón y no pudo dejar de preguntar:
-¿Esto es una reconciliación?
La pregunta la tomó por sorpresa, por lo que demoró un momento antes de hablar, pese a que ya sabía la respuesta.
-Rick… ya hablamos de esto…
-Hablamos antes y esto es ahora. Responde la pregunta ¿Volvemos a estar juntos sí o no?
-No. La decisión ya está tomada.
-¿Y qué es esto entonces?
-No lo sé… una despedida, supongo…
-¿Una despedida? ¡No quiero una maldita despedida! ¡Lo único que quiero es seguir estando contigo y si eso no es posible para ti, no quiero más nada!
-Rick, escucha…
-Realmente ya no quiero escucharte, Kate. Déjame solo- largó con desanimo mientras abría la puerta de la habitación.
Beckett lo miró en silencio por última vez antes de irse. Ni bien terminó de salir, la puerta se cerró detrás de ella, dejando atrás al único hombre que verdaderamente había amado. No sabía si la decisión que había tomado era la correcta, pero en este momento le parecía la más acertada y era la que debía respetar, sin importar lo que dejase en el camino.
Continuará…
Bueno… espero que les haya gustado. Traten de no odiarme mucho, jajajajaja! Ya saben, espero sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:49 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ojiplática ( ) me has dejado, ya tengo clara una cosa ... bueno más de una , pero ésta es la confirmación de que después de tanto tiempo no mejoraste ni un miligramo tu vena dramática, más bien podría decirse que vienes pisando fuerte y me dejaste sin callos , jajajajajajaja. Lo digo porque para mí que tus intenciones, si nunca fueron la de contarme historias de drama justito y lectura optimista y relajante, (cosa con la que ya contaba), parecen haberse radicalizado y me has enseñado la cara más fría de Kate Beckett, la que en aquellos momentos afloró tras la pérdida del ser más amado por ella, convirtiéndola en una nueva persona que deja atrás sus sentimientos, para dejarse llevar por su cerebro colapsado por unas ideas bastante peregrinas .
No ha dejado ni un pequeño resquicio por el que Castle pueda maniobrar, ha sido tan precisa como un reloj suizo y tan severa como la enseñanza en un internado inglés .
A pesar de que en el último momento pareció que su corazón la iluminó , queriendo despedir a Castle de forma un poco más afectiva , casi como si quisiera hacerle saber que le agradecía que hubiera querido acompañarla en esos terribles momentos, no fue capaz de ceder ni siquiera un poquito ante el pobre escritor. Fue sincera, no le engañó, pero que terrible frialdad por su parte, jajajajajaja pues va a ser verdad que no vas a dar ni la más mínima pista de lo que se avecina , jajajajajaja
Claro está que yo tengo mis teorías , pero me voy a abstener de comentarlas, ya que necesitaré algún dato más, porque si es cierto que aquellos años de oscuridad y ostracismo por los que pasó Beckett, no se han visto en la serie, sí que tengo datos de como terminó siendo, y algo me huelo, jajajajajajaja a pesar de decir que no vas a seguir la serie, cosa lógica, pues te has aventurado en un periodo bastante desconocido para los simples mortales como yo. También es cierto que la observancia del entorno puede aclarar algún que otro detalle, jajajajaja y sabes que suelo ser bastante observadora , jajajajajaja
Y ya que estamos, bien podrías seguir subiendo el capítulo que viene tal como mañana vs hoy que ya me volví a pasar de hora, jajajajajaja que para eso es fiesta, y no tienes que trabajar, jajajajaja BESOTESSSSSSSSSSSSSS
No ha dejado ni un pequeño resquicio por el que Castle pueda maniobrar, ha sido tan precisa como un reloj suizo y tan severa como la enseñanza en un internado inglés .
A pesar de que en el último momento pareció que su corazón la iluminó , queriendo despedir a Castle de forma un poco más afectiva , casi como si quisiera hacerle saber que le agradecía que hubiera querido acompañarla en esos terribles momentos, no fue capaz de ceder ni siquiera un poquito ante el pobre escritor. Fue sincera, no le engañó, pero que terrible frialdad por su parte, jajajajajaja pues va a ser verdad que no vas a dar ni la más mínima pista de lo que se avecina , jajajajajaja
Claro está que yo tengo mis teorías , pero me voy a abstener de comentarlas, ya que necesitaré algún dato más, porque si es cierto que aquellos años de oscuridad y ostracismo por los que pasó Beckett, no se han visto en la serie, sí que tengo datos de como terminó siendo, y algo me huelo, jajajajajajaja a pesar de decir que no vas a seguir la serie, cosa lógica, pues te has aventurado en un periodo bastante desconocido para los simples mortales como yo. También es cierto que la observancia del entorno puede aclarar algún que otro detalle, jajajajaja y sabes que suelo ser bastante observadora , jajajajajaja
Y ya que estamos, bien podrías seguir subiendo el capítulo que viene tal como mañana vs hoy que ya me volví a pasar de hora, jajajajajaja que para eso es fiesta, y no tienes que trabajar, jajajajaja BESOTESSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Pues te odio un poquito ahora mismo... espero que no desaparezcas durante mucho tiempo, necesito saber como sigue...
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:Ojiplática ( ) me has dejado, ya tengo clara una cosa ... bueno más de una , pero ésta es la confirmación de que después de tanto tiempo no mejoraste ni un miligramo tu vena dramática, más bien podría decirse que vienes pisando fuerte y me dejaste sin callos , jajajajajajaja.
Y como estás de los ojos? Ya se te pasó el ojiplatismo? Jajajajajajaja Como es eso de que no mejoré ni un miligramo mi vena dramática???!!! Yo creo que se ha ensanchado al máximo y ahora todo el drama, los conflictos y las peleas, fluyen con mayor naturalidad ¿no te parece una mejora increíble?!! Jajajajajajajaja
Lo digo porque para mí que tus intenciones, si nunca fueron la de contarme historias de drama justito y lectura optimista y relajante, (cosa con la que ya contaba), parecen haberse radicalizado y me has enseñado la cara más fría de Kate Beckett, la que en aquellos momentos afloró tras la pérdida del ser más amado por ella, convirtiéndola en una nueva persona que deja atrás sus sentimientos, para dejarse llevar por su cerebro colapsado por unas ideas bastante peregrinas .
Y que esperabas? Que después de tanto tiempo sin actualizar el fic fuese todo miel y rosas?! No le estaría haciendo honor a mi estilo, jajajajajaja
Yo creo que la reacción de Kate era bastante previsible, quizá no tanto la idea de investigar el homicidio de su madre, pero sí la decisión que tomó con respecto a su relación con el escritor. Se le juntaron muchas cosas a la pobre chica, que además de lidiar con el dolor de la pérdida de su madre y el creciente alcoholismo de su padre, tiene que sumarle el "problemita" de Castle. No es ilógico entonces que ella prefiera deshacerse de el menor de los conflictos, o mejor dicho, el único conflicto que puede apartar de inmediato de su vida y así sentirse un poco menos agobiada.
No ha dejado ni un pequeño resquicio por el que Castle pueda maniobrar, ha sido tan precisa como un reloj suizo y tan severa como la enseñanza en un internado inglés .
Pensó muy bien antes de hablar con él y buscó argumentos suficientes como para justificar todas sus palabras, dejándolo fuera de combate antes de empezar la pelea. Menuda personalidad que va forjando la nena ¿No te parece? ¿estaré creando un monstruo? jajajajajajaja
A pesar de que en el último momento pareció que su corazón la iluminó , queriendo despedir a Castle de forma un poco más afectiva , casi como si quisiera hacerle saber que le agradecía que hubiera querido acompañarla en esos terribles momentos, no fue capaz de ceder ni siquiera un poquito ante el pobre escritor. Fue sincera, no le engañó, pero que terrible frialdad por su parte, jajajajajaja pues va a ser verdad que no vas a dar ni la más mínima pista de lo que se avecina , jajajajajaja
Ella quería que ambos, dentro de lo posible, tuviesen un buen recuerdo de su relación, y que mejor recuerdo que una apasionada despedida. El problema es que una de las partes no tenía la intención de aceptar esa despedida. Creo que estuvo bien por parte de ella no engañarlo, eso demuestra que lo quiere de verdad. Y con respecto a la frialdad con la que se manejó, no me queda más que decir que la nueva Beckett (aunque ya lo has notado) se está transformando en una persona cerebral y supongo que su frialdad es el mejor mecanismo de defensa que encuentra su cerebro para contener a su corazón.
Obvio que no voy a dar ni un indicio de como va a venir la cosa. Lo que si te voy a decir, que es básicamente lo que digo siempre, es que no se va a poner bonito, jajajajajaja
Claro está que yo tengo mis teorías , pero me voy a abstener de comentarlas, ya que necesitaré algún dato más, porque si es cierto que aquellos años de oscuridad y ostracismo por los que pasó Beckett, no se han visto en la serie, sí que tengo datos de como terminó siendo, y algo me huelo, jajajajajajaja a pesar de decir que no vas a seguir la serie, cosa lógica, pues te has aventurado en un periodo bastante desconocido para los simples mortales como yo. También es cierto que la observancia del entorno puede aclarar algún que otro detalle, jajajajaja y sabes que suelo ser bastante observadora , jajajajajaja
Confesá! Te vas a abstener de comentar tus teorías por qué no tenés ni idea de por dónde va a salir, jajajajajajaja
Lo bueno de éste período del que poco se sabe, es que tengo total libertad para irme por cualquier lado y además, siempre puedo apoyarme en los datos que filtraron los protagonistas dentro de los capítulos de la serie, cosa que puede ser muy entretenida si logro amalgamar ambas cosas. Eso sí, si no me sale bien el fic puede llegar a convertirse en una verdadera porquería, jajajajajajaja
Y ya que estamos, bien podrías seguir subiendo el capítulo que viene tal como mañana vs hoy que ya me volví a pasar de hora, jajajajajaja que para eso es fiesta, y no tienes que trabajar, jajajajaja BESOTESSSSSSSSSSSSSS
No quiero malacostumbrarte, así que lo voy a subir mañana cuando vuelva del trabajo, jajajajajaja. Hablando en serio, lo tengo que subir mañana (o mejor dicho, hoy a la noche) porque le tengo que hacer un par de correcciones y no estuve en casa en todo el día, así que tendrás que esperar un poquito más, ya que lo estoy terminando de pulir.
Muchas gracias por tu comentario, amiga. Fue estupendo, como siempre! Beso grande y nos leemos pronto!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
alba_caskett escribió:Pues te odio un poquito ahora mismo... espero que no desaparezcas durante mucho tiempo, necesito saber como sigue...
Menos mal que sólo me odias un poquito, pronto me odiarás más, jajajajaja No te preocupes que no voy a desaparecer tanto tiempo, si todo sale como tengo planeado, hoy a la noche subo nuevo capi. Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola a tod@s! Perdón por la demora, pero no tuve luz durante dos días y no como se imaginarán se me hizo imposible subir el capítulo. Espero sepan disculpar. Que lo disfruten!!!
Capítulo XIII
Habían pasado más de cinco meses desde su regreso de New York y Castle no había tenido ni la mínima noticia de Beckett, como si se la hubiese tragado la tierra después de esa noche en el hotel. Ni siquiera había regresado a buscar su moto, la cual había guardado en el garaje de su casa, esperando así poder volver a verla el día que decidera venir a buscarla. Las cosas entre ellos habían terminado bastante mal y viéndolo a la distancia, Kate tenía razón en no querer terminar así, sobre todo si a él le quedaba alguna esperanza de recuperarla. El problema era que en su momento, no había visto las cosas con tanta claridad como ahora y la había terminado echando de la habitación sin posibilidad de nada; ni siquiera de despedirse.
La había llamado unas cuantas veces, pero nunca logró encontrarla. Sólo había podido hablar con Jim o dejar mensajes a su contestador y nunca le había regresado los llamados, como si nunca se hubiese enterado. Poco a poco fue asumiendo que ella no quería saber nunca más nada de él y finalmente dejó de llamar.
Intentó entonces dar vuelta la página y regresar a su vida de soltero cargada de fiestas, colmado de mujeres y vacío de compromisos, pero tampoco eso podía llenar el hueco enorme que había dejado Kate en su corazón.
Se refugió entonces en su escritura, que en definitiva, era lo único que lo hacía feliz ya que ni siquiera la proximidad del nacimiento de su hija lo conmovía lo suficiente ya que Meredith era completamente demandante de su persona y eso lo exasperaba, impidiendo cualquier disfrute relacionado a su paternidad. Todo había cambiado en su vida y nada era lo que esperaba, y cuando había perdido casi toda esperanza de una vida feliz, una luz se encendió de repente: una pequeña luz que lo ayudaría a encontrar el camino que hacía tiempo que había perdido.
Kyra llegó al café por casualidad una tarde de lluvia. Volvía en bicicleta de la clase de su posgrado de arte, cuando la sorprendió una fuerte tormenta de cual le fue imposible escapar. Dejó su bici apoyada afuera y entró corriendo, chocándose en la puerta con Rick.
-¡Vaya que llevas prisa!- soltó divertido mientras levantaba la bandeja que se le había caído al toparse con la joven.
-¡Lo siento! No quería que se me siga mojando la carpeta con los trabajos, tengo que presentarlos en unos días…- dijo excusándose al instante.
-Espero que no sea muy tarde…- respondió mirando la carpeta húmeda que ella llevaba bajo el brazo.
-¡Oh, diablos!
-Quizá no se hayan mojado aun ¿Por qué no la abres y sacas tus trabajos? Puedes ponerlos sobre las mesas y mientras te tomas un delicioso café te ayudo a secar la carpeta para que puedas llevarlos de nuevo.
-¿Te parece? Tengo unos cuantos dibujos y ocuparían bastante espacio. No te quedaría mucho lugar para tus clientes…
-¿Cuántos clientes crees que podrán venir con esta lluvia? Nadie va a entrar, créeme.
-¡Gracias! ¡Eres lo más! Por cierto, me llamo Kyra.- dijo extendiendo su mano. Él extendió la suya para estrecharla mientras se presentaba.
-Rick ¡Un gusto conocerte!
Desde ese día poco se separaron. La pasaban bien juntos, sin ponerse ningún rótulo y sin presionarse. Ambos venían de situaciones difíciles, bastante quemados y era por eso que todo entre ellos iba despacio, fluyendo sin apremio.
Todo parecía encaminarse para el escritor. Su humor había cambiado considerablemente, había terminado su última novela y las anteriores se estaban vendiendo maravillosamente, estaba permitiéndose disfrutar de una nueva relación y hasta las cosas con su hermano se habían acomodado bastante, claro que esto último se debía en parte a que Dan quería venderle su parte del café para abrir su propio negocio y necesitaba mejorar el diálogo, pero eso era secundario. En síntesis, todo iba viento en popa y mejorando, pero como parecía ser común en la vida de Castle, nada bueno duraba demasiado tiempo.
Esa mañana le había pedido a Phil que abriese el café con Juan ya que él estaría ocupado a primera hora teniendo una reunión con su editor y no llegaría antes de las ocho y media. El pastelero llegó a penas pasadas las siete y media y de inmediato prendió el horno para preparar los croissants que servirían en el desayuno y la máquina de café para que estuviese lista a la hora de apertura. Juan llegó unos minutos después y se puso a cortar la masa que la noche anterior había dejado preparada. Ambos estaban abocados a sus tareas cuando escucharon un par de golpecitos en el vidrio de la puerta de entrada. Phil se asomó extrañado para ver a quien se le había ocurrido aparecer tan temprano. Su asombro fue tal que no pudo evitar gritar de alegría.
-¡Kate, que sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¡No puedo creer que hayas venido a visitarnos!
-¡Hola Phil!- dijo la joven abrazándolo ni bien abrió la puerta. Juan salió de la cocina en cuanto la escuchó y corrió a abrazarla. Hacía meses que no se veían y los tres estaban felices de reencontrarse.
-Voy a preparar unas tazas de café así desayunamos juntos.- anunció Juan moviéndose hacia la cafetera.
-Yo sirvo el café. Tú encárgate de los croissants, ya están casi listos.- indicó Phil.
–Regresé a California a buscar mi moto. Pasé por la casa de Rick y como no estaba pensé que lo encontraría aquí, porque… sigue viniendo ¿no es así?
-Por ahora sí, pero no sé por cuánto tiempo. Su carrera como escritor está despegando de forma astronómica y no creo que dure mucho más aquí.- respondió Phil.
-¡Lo sé! ¡La prensa no para de hablar de él! ¡Me alegra que le vaya bien!
-A mí también me alegra. Se lo ve contento, como hacía mucho que no estaba. Cuando regresó de New York era otro, su semblante era sombrío y pocas veces sonreía. Permaneció así durante unos cuantos meses, hasta que volvió a escribir y eso le devolvió un poco de vida.
-Siento mucho haberle causado tanto daño… Nunca fue mi intención herirlo, pero tampoco podía hacerme cargo en ese momento de nuestra relación…
-Algunas veces no podemos evitarlo, pero otras sí…
-¿A qué te refieres?
-Kate, sé que no debo meterme, pero conozco a Richard desde que era un niño y lo quiero como si fuese mi hijo, así que debo preguntar…
-¿Preguntar qué?
-¿A qué has venido realmente? ¿Viniste buscar tu moto o es una excusa?
-Vine a buscar la moto, aunque confieso que tenía muchas ganas de verlo. Sé que tendría que haber llamado para avisar, pero no tenía muy en claro cuando vendría…
-¿No viniste a recuperarlo? Por qué si has venido a eso te pido por favor que pienses muy bien lo que vas a hacer. Le costó mucho salir del pozo cuando lo dejaste, así que si no estás verdaderamente segura de lo que quieres con él no lo confundas.
-¿Qué te hace pensar que vine a recuperarlo?
-No lo sé, supongo que pensé que no regresarías después de tanto tiempo sin dar señales de vida y que si en algún momento querías recuperar tu moto, llamarías a Juan o a mí para evitar encontrarte con Rick. Pero tu inesperada visita me hizo dudar de tus intenciones.
-Entiendo… -soltó pensativa. –La verdad Phil, es que no pensé mucho antes de viajar hasta acá. Creo que las ganas de verlo me impulsaron a venir sin darme cuenta de lo confuso que podía ser para él aparecerme sin previo aviso. Pero no debes preocuparte, no he venido a complicarle la vida intentando volver con él. Lo que menos quiero es volver a lastimarlo.
-Sé que no quieres lastimarlo, no tienes que aclarármelo, pero entiende que debía preguntar.
-Lo sé y no es para menos. Sé que son una gran familia y es lógico que se preocupen los unos por los otros.
-Prometo no volver a meterme.
-No tienes que prometerme eso. Puedes meterte todo lo que quieras, sé que lo haces con buena intención y eso no me molestará nunca.
-Entonces… Hay algo más que debo decirte sobre Rick…- largó el pastelero justo antes de ser interrumpido por una alegre voz femenina proveniente de la entrada.
-¡Buenos días!- se escuchó desde la puerta.
La cara del pastelero se transfiguró al ver traspasar la puerta a la nueva pareja de Richard. Beckett giró instintivamente para ver quien había provocado ese cambio de expresión en la cara de Phil. Al ver a la preciosa muchacha que ingresaba con gran familiaridad y una enorme sonrisa a saludar al pastelero, comprendió de inmediato que era lo que él trataba de decirle segundos atrás.
-No tienes que decirme nada. Ya entendí todo…- largó por lo bajo para que sólo Phil escuchase.
-¡Buenos días Kyra! ¿Qué te trae por aquí tan temprano?
-Rick debe estar por llegar, quedamos en encontrarnos aquí…
-¡Estupendo!- soltó el pastelero intentando disimular su incomodidad.
-Perdón… ¿interrumpo algo? Puedo esperarlo en su oficina…
-No, no interrumpes nada. Estábamos por desayunar ¿Nos acompañas?- preguntó Phil.
-Mmm… no quiero molestar.- dijo con algo de timidez mirando a Beckett.
-No lo haces, no te preocupes. Soy Kate, por cierto. Una antigua empleada del café…- dijo extendiendo la mano. Kyra la aceptó de inmediato estrechándola con fuerza.
-¡Y una gran amiga!- se apuró a decir Juan al acercarse con una bandeja llena de croissants recién salidos del horno.
-¡Encantada! ¡Y acepto la invitación!- respondió alegremente mientras se sentaba.
-Pueden empezar.- sugirió Beckett levantándose de la silla. -Yo pasaré por el tocador primero.
Atravesó el salón rápidamente a encerrarse en el baño. Enterarse de que Castle estaba con alguien la había sorprendido, pero encontrársela cara a cara, verdaderamente la había dejado en shock, por lo que no pudo evitar preguntarse qué le produciría verlos juntos. A decir verdad no quería saberlo, pero al parecer, no le quedaban muchas opciones.
La única idea que cruzó por su cerebro en ese momento era inventar una excusa y desaparecer de ahí cuanto antes, evitando así toda la incómoda situación. Sin pensar mucho más salió del tocador dispuesta a despedirse antes de que llegase el escritor, pero hoy no parecía ser su día de suerte y no sólo ya estaba en el café, sino que también tenía agarrada de la cintura a su chica mientras la besaba.
Una puntada en el medio del pecho la dejó sin aliento, indicio de la angustia que irrumpía en su corazón al recibir una cucharada colmada de realidad, por un lado impensada y por el otro, completamente entendible. Nada que reprochar. Ella se había encargado de alejarlo lo suficiente como para que esto ocurriese, y tan consciente estaba de ello que no pudo hacer otra cosa que respirar hondo e intentar no mirar las sonrisas que se dedicaban entre beso y beso
Kate esperó un tiempo prudencial para reaparecer en el salón. La situación ya era de lo más embarazosa como para empeorarla aun más interrumpiendo el romántico momento. Poco a poco fue acercándose hasta quedar frente a ellos y la encantadora sonrisa del escritor que asomaba al hablarle a Kyra, se desvaneció por completo al verla parada frente a él.
Castle tardó un segundo en recomponerse, ya que de ninguna forma iba a permitir que la sorpresiva visita de la joven lo pusiese nervioso.
-¡Beckett! ¿Estabas escondida?- bromeó forzadamente el escritor.
-Hola Rick. Estaba en el baño.
-¿Y a que debemos el placer de tu visita? ¡Ya sé! ¡La moto!- dijo chasqueando los dedos.
-Así es. Lamento no haber llamado para avisar que vendría…
-No hay problema. Puedes ir a buscarla ahora, las llaves de la casa están en la maceta rectangular del porche.
-Ahora me vendría genial.
-¿No quieres acompañarla? Nosotros podemos vernos más tarde… -sugirió Kyra.
-No será necesario, ella puede perfectamente arreglarse sola. Siempre lo hace.- aclaró el escritor aprovechando para tirar una patada sutil dirigida a Kate.
-No, no será necesario. Será mejor que vaya saliendo ¿Dejamos el café para otro día? –le dijo a Phil
-¡Por supuesto! Ve a saludar a Juan mientras te preparo el desayuno para llevar. No puedes empezar el día con el estómago vacío.
Beckett obedeció de inmediato dirigiéndose a la cocina para despedirse y así poder largarse de ahí cuanto antes. Le dio un fuerte abrazo a su amigo y al salir escuchó un adiós por parte de la pareja justo antes de que se encerrasen en la oficina.
El pastelero la esperaba con un vaso térmico de café y una bolsa de papel con un par de croissants. La joven recibió las cosas y luego lo abrazó despidiéndose con la promesa de regresar, previo llamado telefónico, claro está. No iba a cometer nuevamente el estúpido error de aparecer en el café sin avisar, había aprendido muy bien la lección y no pretendía volver a vivir otro incómodo momento como el que acababa de pasar.
Inmediatamente después de salir, se dispuso a buscar la parada del bus que la llevaría a lo de Castle. Mientras caminaba por el campus miles de recuerdos volaron a su mente invadiendo sus pensamientos, casi atormentándola. Cuando tomó la decisión de volver a buscar su moto no se había planteado que algo así podía suceder. De hecho, no tenía una idea muy clara de porqué había decidido venir en persona o de lo que podía llegar a resultar de su reencuentro con el escritor, pero ciertamente, no estaba preparada para verlo con otra. Eso era algo que todavía le costaba aceptar.
***
-Era ella ¿Verdad?- preguntó Kyra unos segundos después de entrar a la oficina.
-Así es. Tarde o temprano volvería a buscar su moto.
-¿Cómo sabes que es a su moto y no a ti?
-Vino por su moto. Si hubiese querido tener algún tipo de contacto conmigo habría devuelto mis llamados unos cuantos meses atrás.
-¿Tan seguro estás?
-Puedes estar tranquila, dejé de interesarle hace mucho tiempo y a decir verdad, a mi también dejó de interesarme.
-Me encantaría creerte, pero la expresión de tu rostro cuando la viste no decía lo mismo.
-¿Puedes culparme? Su aparición desde el baño fue casi fantasmagórica y además la situación era tremendamente incómoda ¿Qué expresión querías que pusiese?
-Es verdad, la situación fue rara, aunque pudo ser peor.
-Siempre puede ser… - Castle enmudeció de repente sin terminar la frase y al segundo soltó con fastidio: -¡Diablos! ¡No puedo creerlo!
-¿Estás bien, Rick?-preguntó Kyra observando la reacción del escritor.
-Sí… Lo siento. Es que acabo de recordar que vine en taxi…
-¿Y eso que tiene?
-Que mi auto está en el garaje y las llaves en mi chaqueta. Si no lo quito Beckett no podrá sacar su moto.
-Entiendo…
-Mandaré a Phil o a Juan para que lo muevan.
-¿Por qué no vas tú?
-No creo que sea una buena idea…
-Yo creo que sí. No te vendría mal una última charla con ella, eso claro, si estás dispuesto a cerrar ese capítulo de tu vida.
-No tengo nada que hablar. Ese capítulo se terminó de escribir hace mucho tiempo y está más que cerrado.
-Hoy te vi sangrar por la herida cuando te encontraste con ella y no sentí que fuese un capítulo cerrado. Para ninguno de los dos…
-¿Qué quieres decir?- preguntó el escritor, aunque suponía la respuesta. Él también se había sentido algo confuso por la aparición sin previo aviso de Beckett, preguntándose el por qué o mejor dicho, preguntándose por qué ahora.
-Que si Kate no hubiese querido verte, tranquilamente lo hubiese podido evitar. Pudo haberle pedido a Juan que le acercara la moto hasta el lugar donde se hospeda o bien podría haber pedido que la suba a un tren con destino a New York y ahorrarse el viaje, pero en cambio prefirió venir hasta aquí ¿No tienes al menos un poco de curiosidad de saber el por qué?
-No sé si quiero saberlo…- se sinceró. Había desaparecido durante tanto tiempo, que en verdad no esperaba volver a verla nunca más y ahora se le presentaba de la nada, tirándole encima un vagón de recuerdos que él se había prometido sepultar.
- Escucha, Rick. Esto que tenemos y que está recién empezando, me resulta maravilloso. Me divierto mucho contigo, como hace tiempo que no lo hacía y no quiero que nada lo estropee, pero no podemos seguir avanzando en nuestra relación si tú estás rodeado de fantasmas. Lo mejor será que hables con ella y resuelvan de una vez todo lo que tienen pendiente. Sólo así sabrás si estás preparado para dar vuelta la página y escribir un capítulo nuevo en tu vida.
-Puede que tengas razón, pero no estoy seguro de hacerlo. Conocerte me ayudó a salir de la oscuridad en la que estaba sumergido, logrando por fin escaparme del pasado y no quiero volver a él nunca más. Menos ahora, que el presente me regala una encantadora sonrisa.
-Nunca podrás disfrutar de la sonrisa del presente si no cierras las heridas del pasado y ahora tienes la oportunidad de hacerlo. Si debemos estar juntos o no, el tiempo lo dirá.
-Tienes razón. Iré para casa a hablar con ella, pero antes debes saber que fuiste la única que le devolvió un poco de alegría a mi corazón y no quiero alejarme de la única persona que logró iluminarme en mi peor momento de oscuridad.
-Entonces, supongo que no tengo por qué preocuparme.
Rick se acercó a ella para depositar un dulce beso en sus labios. –Volveré pronto.
-Aquí te espero.
Antes de cruzar la puerta se dio media vuelta para mirarla y decirle:
-Gracias por ser así…
-¿Así como?- preguntó algo confusa.
-Tan especial, Kyra. No muchas mujeres hubiesen tomado esto que pasó de la forma que tu lo hiciste.
-No tengo nada de especial Rick, sólo sé lo que es sentirse perseguida por los fantasmas del pasado. Estuve en ese lugar y no es nada agradable. Y la única forma que encontré para seguir adelante fue hacerles frente.
-Eso mismo estoy por hacer.- aseguró el escritor antes de desaparecer por la puerta.
En pocos minutos se encontraba arriba de un taxi con dirección a su casa, pensando cómo sería su encuentro a solas con Beckett. No estaba preparado para volver a verla, mucho menos para volver a hablarle después de tanto tiempo y sentía que la situación lo sobrepasaba. Estaba enfadado, con Beckett por decidir aparecer justo en este momento en el que estaba reencaminando su vida, pero aun más enfadado estaba con él mismo, por no haberse quedado en el café con Kyra, pero sobre todo por tener que necesitar verla una vez más sin siquiera saber bien para qué. Lo único que sabía era que debía resolver cuanto antes sus sentimientos para con Kate si quería intentar algo a futuro con Kyra; y ahí radicaba toda su confusión: no podía dilucidar aun si debía dejar todo su pasado atrás exterminando de una vez por todas a sus fantasmas o si debía intentar por última vez recuperar al gran amor de su vida.
Cuando se ocurrió la maravillosa idea de guardar la moto en el garaje de su casa, lo había hecho con la intención de volver a verla, suponiendo que la joven no tardaría demasiado en regresar a buscar su bien más preciado y con la esperanza que la distancia y el tiempo le sirvieran para convencerla de volver con él. Lo que nunca se hubiese imaginado es que ella no le devolvería ninguno de los llamados que le había hecho, ignorándolo por completo, negándole cualquier posibilidad de un reencuentro y dejándole entrever que no quería saber nunca más nada de él.
***
Beckett buscó las llaves en la maceta e inmediatamente se dirigió al garaje. Luego de abrir el portón se encontró con la sorpresa del Corvette azul estacionado y su moto atrás, bien en el fondo, de donde no podría sacarla a no ser que moviese el vehículo.
-¡Demonios! ¿Cómo se supone que voy llevarme la moto? – exclamó hablándose a sí misma. No podía llamar al escritor y pedirle que venga, no le daba la cara. Se acercó al auto para fijarse si las llaves se encontraban puestas, pero no tuvo suerte.
Pensó entonces, buscar dentro de la casa las llaves de repuesto. Sabía que él guardaba un juego extra de todas sus llaves en un bol sobre la heladera, por lo que fue de inmediato a hurgar ahí. No quería permanecer demasiado tiempo adentro, demasiados recuerdos tenía esa casa para ella, muchos más de los que estaba preparada para afrontar.
Buscó infructuosamente dentro del recipiente sacando todos los llaveros sin encontrar el que necesitaba. Bufó con fastidio mientras devolvía todo a su lugar, pensando que debía hacer.
Lo único que se le ocurrió fue llamar a Royce para que le diese una mano para empujar el auto de Castle y probablemente también para hacer andar su moto después de estar tanto tiempo parada. Mike sabía cuánto extrañaba a su Harley y ni bien hizo el comentario de lo bien que le vendría su propio transporte, el joven oficial de entrenamiento se puso en campaña para conseguir un vehículo adecuado para el viaje. No paró hasta conseguir una camioneta y en cuanto la obtuvo se ofreció a acompañarla a buscar su moto, y de paso aprovecharía el viaje a California para visitar a su familia, por lo que Beckett no pudo más que aceptar agradecida el buen gesto de su amigo.
Lamentaba tener que molestarlo para que viniese a ayudarla, pero era preferible antes de llamar a Richard y causarle algún problema con su chica. Aun no podía creer que estuviese en pareja, después de todo ¿Cuánto había pasado? ¿Seis meses y ya estaba acompañado? -No habrá estado tan deprimido si pudo rehacer su vida tan pronto….- pensó la joven algo enfadada. -¡¿Qué estoy diciendo?! ¡Yo decidí terminar con él y no tengo derecho a recriminarle nada!- se reprendió a sí misma rápidamente. No podía culparlo por estar con alguien, pero se había dado cuenta de que eso le afectaba mucho más de lo que podía admitir. Claramente, no había sido una buena idea venir a buscar su Harley y de haber sabido todo lo que se removía dentro de ella, jamás hubiese regresado.
Sacudió la cabeza para desvanecer los pensamientos sobre Castle, los cuales comenzaban a atormentarla. Se dirigió a llamar a Royce. Luego de hablar por teléfono y pasarle la dirección a su amigo, se dispuso a volver al garaje, a intentar arrancar su moto y comprobar en qué estado se encontraba. Al pasar frente del auto, se dio cuenta que el espacio entre éste y la Harley era tan reducido que no le permitía ni siquiera desplegar el pedal de arranque de la moto.
-¡Es que nada va a ser fácil hoy!- soltó visiblemente frustrada. Seguidamente resopló mirando el precioso auto, que de momento quería deshacer a patadas. Intentó entonces moverlo, aunque fuese unos pocos centímetros para así poder abrir el pedal. Primero se puso lo más de frente al auto que el espacio le permitía, apoyando sus manos sobre el capó y empujando con todas sus fuerzas, pero sus pies no lograban afirmarse lo suficiente, por lo que buscó la pared para apoyar aunque sea un pie sobre ella para no patinar. Volvió a empujar nuevamente mejor afirmada, pero el automóvil seguía en el mismo lugar.
-Sólo podrás moverlo con una grúa. Tiene el freno de mano puesto…- dijo el escritor, quien la observaba desde la puerta.
-¡¿Richard?! ¡Vas a matarme del susto!- exclamó sobresaltada. -¿Qué haces aquí?
-Vine a correrte el auto, olvidé que estaba guardado cuando te dije que vengas. Lo siento, lo sacaré enseguida.
Definitivamente, hoy no era su día. Mike estaba por llegar de un momento a otro y la situación no sería nada agradable. No podía creer que Castle estuviese ahí y de haber imaginado que podía llegar a aparecer, nunca hubiese llamado a su amigo para que la venga a ayudar. A Kate le hubiese gustado borrar todo ese día por completo, ya que no había surgido absolutamente nada bueno de él, pero lamentablemente no podía y lo único que le quedaba era agilizar todo y desaparecer de ahí en cuanto Royce estacionase la camioneta.
En cuanto Rick comenzó a mover el auto, ella se dispuso a arrancar la moto. Bajó el pedal de arranque y lo pateó con fuerza, mientras giraba un poco el acelerador. Para su sorpresa, su Harley arrancó a la primera provocando una sonrisa en sus labios.
-La arranqué dos veces por semana para que no se estropease el motor. Sería una lástima…- explicó el escritor al bajarse del auto.
-Te lo agradezco mucho. No tenías por qué molestarte.
-No fue molestia. No me hubiese gustado que tremenda máquina se arruinase por el desuso.- afirmó haciéndole notar que no lo había hecho por ella, sino porque había querido preservar en excelentes condiciones su estupenda motocicleta.
-Claro…- logró soltar al comprender lo que él decía. –Rick, yo… Sé que estuve mal en aparecer sin llamar.
-Lo que estuvo mal, fue no devolver ninguno de los llamados que te hice. Si lo hubieses hecho, yo personalmente te hubiese ahorrado el viaje subiendo la moto a un tren directo a New York.
-Lo lamento, mi vida ha estado un poco complicada últimamente y no estuve mucho tiempo en casa…
-No tienes por qué excusarte. No me debes ninguna explicación por tu desaparición, pero sí quiero que me expliques a que has venido después de tanto tiempo.
-A buscar mí moto…- respondió sin poder sostenerle la mirada por no decir toda la verdad.
-No te atrevas a mentirme, Kate. Te conozco lo suficiente como para notar cuando lo haces. Si hubieses venido sólo a buscar tu Harley, me hubieses evitado como lo estuviste haciendo hasta ahora ¿Qué fue lo que cambió? ¿Por qué ahora quieres verme?
-No tengo una respuesta, o por lo menos no sé si es la que pretendes escuchar. Sólo tenía ganas de verte, de saber cómo estabas…
-¡Claro, entonces desapareces y apareces a tu antojo sin importarte absolutamente nada los sentimientos de los demás! ¡Menudo egoísmo se ha apoderado de ti, Beckett! ¡Existen otras personas alrededor tuyo y ya es hora de que lo vayas entendiendo!- Rick se mostraba furioso y no tenía más que palabras duras para ella, quien herida, comenzaba a defenderse de la única forma que le salía: atacándolo.
- Me disculpo si te he causado algún inconveniente con tu novia, sobre todo, después de ver lo mucho que te ha costado rehacer tu vida… -respondió punzando al escritor.
-Descuida, no me has causado ningún problema. Kyra es una mujer estupenda y con la cabeza muy bien puesta. Una clara señal de madurez que no muchas mujeres alcanzan, tengo suerte de haberla encontrado.- retrucó devolviendo el puntazo, pero un poco más profundo.
La joven sintió como su corazón se estrujaba al escucharlo hablar de su nueva novia, y los celos se apoderaban de ella sin poder evitarlo.
Las cosas se habían puesto más que ásperas entre ellos y de seguir hablándose en ese tono se pondrían mucho peor; y si a eso le sumábamos la inminente llegada de Royce, se podría decir que no sería un espectáculo lindo de ver.
Kate prefirió enfriar las cosas en vez de seguir echando leña al fuego, ya que las únicas palabras que saldrían de su boca serían de resentimiento y dolor.
-Me alegro por ti. Y espero que seas muy feliz… Será mejor que me vaya.- dijo la joven subiendo a su moto para sacarla del garaje.
Quería desaparecer de ahí de inmediato y de ser posible, evitar que Royce sea visto por Castle, aunque no se le ocurría forma de hacerlo. En ese momento se maldecía a si misma por no haberse comprado un teléfono móvil, como Mike le había sugerido. De haberlo hecho, podría haberse comunicado con él para avisarle que no venga, pero no se había comprado el maldito teléfono y ahora lo único que le quedaba por hacer era salir de la casa del escritor y esperarlo en la esquina, así cuando lo viese aparecer podría interceptarlo evitando el encuentro.
-Creo que será lo mejor.- aseguró él apartándose del portón para dejarla salir.
No había terminado de sacar su moto a la acera, cuando una camioneta negra con Mike adentro frenó en la entrada. Richard se asomó sorprendido, no esperaba a nadie y no conocía al conductor, por lo que supuso que sería un flete que había contratado Beckett. Aunque, esa idea desapareció rápidamente de su cabeza al ver la enorme sonrisa y la mano levantada a modo de saludo por el hombre que descendía de la camioneta, dirigido hacía ella. Claramente, se conocían bastante bien.
Kate quería ser tragada por la tierra en ese mismo instante, al sentir la mirada del escritor atravesándola como si fuese un puñal, mientras ella observaba a Mike descender dirigiéndose a la parte de atrás a preparar la rampa para subir la moto.
-¡Hola Kate!- gritó él desde la camioneta. Ella levantó la mano del acelerador para saludarlo, agradeciendo secretamente que no se acercara.
-¡Vaya! ¿Tienes acompañante? ¿No vas a presentarme a tu amigo?- no pudo evitar decir el escritor mientras se acercaba a su lado.
-Rick… No hagas esto, no es necesario…
-¿Por qué no puedo conocerlo? ¡Me encantaría saber quién es el buen hombre que se ofrece a llevar tu moto!
-No tienes por qué meter a Mike en todo esto…
-¡¿Mike?! ¡¿Mike Royce?!- adivinó al instante. Nunca había podido olvidar ese nombre. -¡Veo que ahora sí se han hecho buenos amigos! ¿Verdad? ¿O ya pasaron ese período y son mucho más que eso? ¡Puedes contarme! ¡En serio, muero por saberlo! – el sarcasmo de Castle estaba irritando en demasía a la joven quien le respondió con ímpetu:
-¡¿Te atreves a cuestionar quien me acompaña?! ¡¿Con que derecho osas celarme después de haberme refregado en la cara lo afortunado que eres por haber encontrado a Kyra?! ¡Eres increíble!
-¡Por lo menos, yo admito que estoy con alguien, en cambio tú…!
-¡¿Yo qué, Rick?! ¡Michel es un amigo. Uno muy bueno, por suerte, así que no tienes por qué preocuparte!
-¡Ya voy entendiendo como funcionan las cosas para ustedes! ¡Cuando te pregunté si era tu amigo respondiste que no, que sólo era un conocido; ahora que te pregunto si sales con él, me dices que sólo es tu amigo! ¡Cuando se estén casando ¿Qué vas a responder cuando te pregunte? ¿Qué recién es su primer cita?! - estaba tan celoso que ya no pensaba con claridad lo que decía.
-¡Realmente no entiendo cómo está funcionando tu lógica en este momento, pero que no te quepa duda de que te está fallando! ¡¿Cómo puedes creer que te ocultaría que estoy en pareja?! ¡¿Es que no me conoces ni un poco?!- preguntó indignada por las palabras de Castle.
-Aparentemente, no.- reconoció el escritor desanimado.
-Será mejor que dejemos esto aquí. Adiós Rick…-no tenía ningún sentido seguir discutiendo.
-Antes de que te vayas quiero pedirte algo…- la frenó antes de que pudiese acelerar.
-Te escucho…
-No puedo pedirte que no regreses al café a ver a los muchachos, ya que no sería justo para ellos, pero sí puedo pedirte que te anuncies antes de ir, así puedo evitarte. No quiero volver a verte. – en la voz del escritor se percibía su amargura.
No quería admitir que estaba equivocado con respecto al acercamiento de ella con Royce y quizás eso se debiera al hecho de qué si Beckett estaba en pareja, la culpa que sentía por haber confesado su relación con Kyra, se aliviaría; y sobre todo, acallaría para siempre la pregunta de por qué había regresado. Con tremenda elucubración, el escritor daba por sentado que ella sólo había vuelto a buscar su Harley sin ninguna otra intención, y esa era la idea que mantendría en la cabeza de ahora en más, para poder continuar con su vida.
-No te preocupes, no volverás a verme nunca más. Te lo prometo.- aseguró dedicándole una última mirada antes de conducir su moto hasta la camioneta.
Royce la esperaba sentado adentro, escuchando música. Su prudencia le había aconsejado no acercarse, ya que podía percibirse el clima tenso. No había llegado a escuchar la discusión ya que la radio estaba a un volumen considerable, pero pudo notar desde lejos la forma en la que se hablaban.
Luego de que la joven subiese la moto, Mike se bajó para acomodar la rampa a un costado y se dedicó a asegurar la Harley con cuerdas a la carrocería, para evitar que se moviese en el viaje pudiendo causar algún accidente.
Kate lo esperaba sentada dentro de la cabina. No emitió sonido cuando su amigo subió junto a ella, el nudo que tenía en la garganta no se lo permitía.
-Kate… ¿Estás bien?- preguntó preocupado mientras acercaba su mano al rostro de la joven para atrapar una lágrima con una dulce caricia.
-Sí… Sólo discutí mal con mi ex jefe. Al parecer no le cayó muy bien que no haya vuelto a trabajar…Te contaré en otro día- mintió Beckett. No quería tener que contar todo lo que había pasado, teniendo que revivir nuevamente el doloroso momento, ya lo haría en otra oportunidad.
-Entiendo… No tienes que contarme nada. Sólo quiero que sepas que cuando necesites desahogarte, aquí estaré.- avisó Royce sabiendo que esas lágrimas no habían brotado de una discusión con su ex jefe, sino más bien de una discusión con su ex pareja. Pero no tenía ni la más mínima intención de presionarla, solamente de acompañarla como lo había hecho hasta ahora.
-Gracias, se que siempre estás ahí…- respondió abrazándolo con fuerza, permitiéndose derramar unas lágrimas más mientras su amigo la contenía.
Castle no pudo entrar al garaje hasta que la camioneta desapareció de la casa. Se había quedado clavado dentro de su auto mirando en el espejo retrovisor toda la secuencia. Cuando vio la caricia de Royce, una fuerte angustia se apoderó de su alma; pero cuando vio a Kate abrazándolo, sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, teniendo la certeza de que jamás podría volver arreglarlo.
Continuara…
Bueno, hasta aquí llegó. Supongo que deben estar odiándome de una forma aterradora, lo presiento… y me encanta!!! Jajajajaja Ya saben, espero con ganas sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!!
Capítulo XIII
Habían pasado más de cinco meses desde su regreso de New York y Castle no había tenido ni la mínima noticia de Beckett, como si se la hubiese tragado la tierra después de esa noche en el hotel. Ni siquiera había regresado a buscar su moto, la cual había guardado en el garaje de su casa, esperando así poder volver a verla el día que decidera venir a buscarla. Las cosas entre ellos habían terminado bastante mal y viéndolo a la distancia, Kate tenía razón en no querer terminar así, sobre todo si a él le quedaba alguna esperanza de recuperarla. El problema era que en su momento, no había visto las cosas con tanta claridad como ahora y la había terminado echando de la habitación sin posibilidad de nada; ni siquiera de despedirse.
La había llamado unas cuantas veces, pero nunca logró encontrarla. Sólo había podido hablar con Jim o dejar mensajes a su contestador y nunca le había regresado los llamados, como si nunca se hubiese enterado. Poco a poco fue asumiendo que ella no quería saber nunca más nada de él y finalmente dejó de llamar.
Intentó entonces dar vuelta la página y regresar a su vida de soltero cargada de fiestas, colmado de mujeres y vacío de compromisos, pero tampoco eso podía llenar el hueco enorme que había dejado Kate en su corazón.
Se refugió entonces en su escritura, que en definitiva, era lo único que lo hacía feliz ya que ni siquiera la proximidad del nacimiento de su hija lo conmovía lo suficiente ya que Meredith era completamente demandante de su persona y eso lo exasperaba, impidiendo cualquier disfrute relacionado a su paternidad. Todo había cambiado en su vida y nada era lo que esperaba, y cuando había perdido casi toda esperanza de una vida feliz, una luz se encendió de repente: una pequeña luz que lo ayudaría a encontrar el camino que hacía tiempo que había perdido.
Kyra llegó al café por casualidad una tarde de lluvia. Volvía en bicicleta de la clase de su posgrado de arte, cuando la sorprendió una fuerte tormenta de cual le fue imposible escapar. Dejó su bici apoyada afuera y entró corriendo, chocándose en la puerta con Rick.
-¡Vaya que llevas prisa!- soltó divertido mientras levantaba la bandeja que se le había caído al toparse con la joven.
-¡Lo siento! No quería que se me siga mojando la carpeta con los trabajos, tengo que presentarlos en unos días…- dijo excusándose al instante.
-Espero que no sea muy tarde…- respondió mirando la carpeta húmeda que ella llevaba bajo el brazo.
-¡Oh, diablos!
-Quizá no se hayan mojado aun ¿Por qué no la abres y sacas tus trabajos? Puedes ponerlos sobre las mesas y mientras te tomas un delicioso café te ayudo a secar la carpeta para que puedas llevarlos de nuevo.
-¿Te parece? Tengo unos cuantos dibujos y ocuparían bastante espacio. No te quedaría mucho lugar para tus clientes…
-¿Cuántos clientes crees que podrán venir con esta lluvia? Nadie va a entrar, créeme.
-¡Gracias! ¡Eres lo más! Por cierto, me llamo Kyra.- dijo extendiendo su mano. Él extendió la suya para estrecharla mientras se presentaba.
-Rick ¡Un gusto conocerte!
Desde ese día poco se separaron. La pasaban bien juntos, sin ponerse ningún rótulo y sin presionarse. Ambos venían de situaciones difíciles, bastante quemados y era por eso que todo entre ellos iba despacio, fluyendo sin apremio.
Todo parecía encaminarse para el escritor. Su humor había cambiado considerablemente, había terminado su última novela y las anteriores se estaban vendiendo maravillosamente, estaba permitiéndose disfrutar de una nueva relación y hasta las cosas con su hermano se habían acomodado bastante, claro que esto último se debía en parte a que Dan quería venderle su parte del café para abrir su propio negocio y necesitaba mejorar el diálogo, pero eso era secundario. En síntesis, todo iba viento en popa y mejorando, pero como parecía ser común en la vida de Castle, nada bueno duraba demasiado tiempo.
Esa mañana le había pedido a Phil que abriese el café con Juan ya que él estaría ocupado a primera hora teniendo una reunión con su editor y no llegaría antes de las ocho y media. El pastelero llegó a penas pasadas las siete y media y de inmediato prendió el horno para preparar los croissants que servirían en el desayuno y la máquina de café para que estuviese lista a la hora de apertura. Juan llegó unos minutos después y se puso a cortar la masa que la noche anterior había dejado preparada. Ambos estaban abocados a sus tareas cuando escucharon un par de golpecitos en el vidrio de la puerta de entrada. Phil se asomó extrañado para ver a quien se le había ocurrido aparecer tan temprano. Su asombro fue tal que no pudo evitar gritar de alegría.
-¡Kate, que sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¡No puedo creer que hayas venido a visitarnos!
-¡Hola Phil!- dijo la joven abrazándolo ni bien abrió la puerta. Juan salió de la cocina en cuanto la escuchó y corrió a abrazarla. Hacía meses que no se veían y los tres estaban felices de reencontrarse.
-Voy a preparar unas tazas de café así desayunamos juntos.- anunció Juan moviéndose hacia la cafetera.
-Yo sirvo el café. Tú encárgate de los croissants, ya están casi listos.- indicó Phil.
–Regresé a California a buscar mi moto. Pasé por la casa de Rick y como no estaba pensé que lo encontraría aquí, porque… sigue viniendo ¿no es así?
-Por ahora sí, pero no sé por cuánto tiempo. Su carrera como escritor está despegando de forma astronómica y no creo que dure mucho más aquí.- respondió Phil.
-¡Lo sé! ¡La prensa no para de hablar de él! ¡Me alegra que le vaya bien!
-A mí también me alegra. Se lo ve contento, como hacía mucho que no estaba. Cuando regresó de New York era otro, su semblante era sombrío y pocas veces sonreía. Permaneció así durante unos cuantos meses, hasta que volvió a escribir y eso le devolvió un poco de vida.
-Siento mucho haberle causado tanto daño… Nunca fue mi intención herirlo, pero tampoco podía hacerme cargo en ese momento de nuestra relación…
-Algunas veces no podemos evitarlo, pero otras sí…
-¿A qué te refieres?
-Kate, sé que no debo meterme, pero conozco a Richard desde que era un niño y lo quiero como si fuese mi hijo, así que debo preguntar…
-¿Preguntar qué?
-¿A qué has venido realmente? ¿Viniste buscar tu moto o es una excusa?
-Vine a buscar la moto, aunque confieso que tenía muchas ganas de verlo. Sé que tendría que haber llamado para avisar, pero no tenía muy en claro cuando vendría…
-¿No viniste a recuperarlo? Por qué si has venido a eso te pido por favor que pienses muy bien lo que vas a hacer. Le costó mucho salir del pozo cuando lo dejaste, así que si no estás verdaderamente segura de lo que quieres con él no lo confundas.
-¿Qué te hace pensar que vine a recuperarlo?
-No lo sé, supongo que pensé que no regresarías después de tanto tiempo sin dar señales de vida y que si en algún momento querías recuperar tu moto, llamarías a Juan o a mí para evitar encontrarte con Rick. Pero tu inesperada visita me hizo dudar de tus intenciones.
-Entiendo… -soltó pensativa. –La verdad Phil, es que no pensé mucho antes de viajar hasta acá. Creo que las ganas de verlo me impulsaron a venir sin darme cuenta de lo confuso que podía ser para él aparecerme sin previo aviso. Pero no debes preocuparte, no he venido a complicarle la vida intentando volver con él. Lo que menos quiero es volver a lastimarlo.
-Sé que no quieres lastimarlo, no tienes que aclarármelo, pero entiende que debía preguntar.
-Lo sé y no es para menos. Sé que son una gran familia y es lógico que se preocupen los unos por los otros.
-Prometo no volver a meterme.
-No tienes que prometerme eso. Puedes meterte todo lo que quieras, sé que lo haces con buena intención y eso no me molestará nunca.
-Entonces… Hay algo más que debo decirte sobre Rick…- largó el pastelero justo antes de ser interrumpido por una alegre voz femenina proveniente de la entrada.
-¡Buenos días!- se escuchó desde la puerta.
La cara del pastelero se transfiguró al ver traspasar la puerta a la nueva pareja de Richard. Beckett giró instintivamente para ver quien había provocado ese cambio de expresión en la cara de Phil. Al ver a la preciosa muchacha que ingresaba con gran familiaridad y una enorme sonrisa a saludar al pastelero, comprendió de inmediato que era lo que él trataba de decirle segundos atrás.
-No tienes que decirme nada. Ya entendí todo…- largó por lo bajo para que sólo Phil escuchase.
-¡Buenos días Kyra! ¿Qué te trae por aquí tan temprano?
-Rick debe estar por llegar, quedamos en encontrarnos aquí…
-¡Estupendo!- soltó el pastelero intentando disimular su incomodidad.
-Perdón… ¿interrumpo algo? Puedo esperarlo en su oficina…
-No, no interrumpes nada. Estábamos por desayunar ¿Nos acompañas?- preguntó Phil.
-Mmm… no quiero molestar.- dijo con algo de timidez mirando a Beckett.
-No lo haces, no te preocupes. Soy Kate, por cierto. Una antigua empleada del café…- dijo extendiendo la mano. Kyra la aceptó de inmediato estrechándola con fuerza.
-¡Y una gran amiga!- se apuró a decir Juan al acercarse con una bandeja llena de croissants recién salidos del horno.
-¡Encantada! ¡Y acepto la invitación!- respondió alegremente mientras se sentaba.
-Pueden empezar.- sugirió Beckett levantándose de la silla. -Yo pasaré por el tocador primero.
Atravesó el salón rápidamente a encerrarse en el baño. Enterarse de que Castle estaba con alguien la había sorprendido, pero encontrársela cara a cara, verdaderamente la había dejado en shock, por lo que no pudo evitar preguntarse qué le produciría verlos juntos. A decir verdad no quería saberlo, pero al parecer, no le quedaban muchas opciones.
La única idea que cruzó por su cerebro en ese momento era inventar una excusa y desaparecer de ahí cuanto antes, evitando así toda la incómoda situación. Sin pensar mucho más salió del tocador dispuesta a despedirse antes de que llegase el escritor, pero hoy no parecía ser su día de suerte y no sólo ya estaba en el café, sino que también tenía agarrada de la cintura a su chica mientras la besaba.
Una puntada en el medio del pecho la dejó sin aliento, indicio de la angustia que irrumpía en su corazón al recibir una cucharada colmada de realidad, por un lado impensada y por el otro, completamente entendible. Nada que reprochar. Ella se había encargado de alejarlo lo suficiente como para que esto ocurriese, y tan consciente estaba de ello que no pudo hacer otra cosa que respirar hondo e intentar no mirar las sonrisas que se dedicaban entre beso y beso
Kate esperó un tiempo prudencial para reaparecer en el salón. La situación ya era de lo más embarazosa como para empeorarla aun más interrumpiendo el romántico momento. Poco a poco fue acercándose hasta quedar frente a ellos y la encantadora sonrisa del escritor que asomaba al hablarle a Kyra, se desvaneció por completo al verla parada frente a él.
Castle tardó un segundo en recomponerse, ya que de ninguna forma iba a permitir que la sorpresiva visita de la joven lo pusiese nervioso.
-¡Beckett! ¿Estabas escondida?- bromeó forzadamente el escritor.
-Hola Rick. Estaba en el baño.
-¿Y a que debemos el placer de tu visita? ¡Ya sé! ¡La moto!- dijo chasqueando los dedos.
-Así es. Lamento no haber llamado para avisar que vendría…
-No hay problema. Puedes ir a buscarla ahora, las llaves de la casa están en la maceta rectangular del porche.
-Ahora me vendría genial.
-¿No quieres acompañarla? Nosotros podemos vernos más tarde… -sugirió Kyra.
-No será necesario, ella puede perfectamente arreglarse sola. Siempre lo hace.- aclaró el escritor aprovechando para tirar una patada sutil dirigida a Kate.
-No, no será necesario. Será mejor que vaya saliendo ¿Dejamos el café para otro día? –le dijo a Phil
-¡Por supuesto! Ve a saludar a Juan mientras te preparo el desayuno para llevar. No puedes empezar el día con el estómago vacío.
Beckett obedeció de inmediato dirigiéndose a la cocina para despedirse y así poder largarse de ahí cuanto antes. Le dio un fuerte abrazo a su amigo y al salir escuchó un adiós por parte de la pareja justo antes de que se encerrasen en la oficina.
El pastelero la esperaba con un vaso térmico de café y una bolsa de papel con un par de croissants. La joven recibió las cosas y luego lo abrazó despidiéndose con la promesa de regresar, previo llamado telefónico, claro está. No iba a cometer nuevamente el estúpido error de aparecer en el café sin avisar, había aprendido muy bien la lección y no pretendía volver a vivir otro incómodo momento como el que acababa de pasar.
Inmediatamente después de salir, se dispuso a buscar la parada del bus que la llevaría a lo de Castle. Mientras caminaba por el campus miles de recuerdos volaron a su mente invadiendo sus pensamientos, casi atormentándola. Cuando tomó la decisión de volver a buscar su moto no se había planteado que algo así podía suceder. De hecho, no tenía una idea muy clara de porqué había decidido venir en persona o de lo que podía llegar a resultar de su reencuentro con el escritor, pero ciertamente, no estaba preparada para verlo con otra. Eso era algo que todavía le costaba aceptar.
***
-Era ella ¿Verdad?- preguntó Kyra unos segundos después de entrar a la oficina.
-Así es. Tarde o temprano volvería a buscar su moto.
-¿Cómo sabes que es a su moto y no a ti?
-Vino por su moto. Si hubiese querido tener algún tipo de contacto conmigo habría devuelto mis llamados unos cuantos meses atrás.
-¿Tan seguro estás?
-Puedes estar tranquila, dejé de interesarle hace mucho tiempo y a decir verdad, a mi también dejó de interesarme.
-Me encantaría creerte, pero la expresión de tu rostro cuando la viste no decía lo mismo.
-¿Puedes culparme? Su aparición desde el baño fue casi fantasmagórica y además la situación era tremendamente incómoda ¿Qué expresión querías que pusiese?
-Es verdad, la situación fue rara, aunque pudo ser peor.
-Siempre puede ser… - Castle enmudeció de repente sin terminar la frase y al segundo soltó con fastidio: -¡Diablos! ¡No puedo creerlo!
-¿Estás bien, Rick?-preguntó Kyra observando la reacción del escritor.
-Sí… Lo siento. Es que acabo de recordar que vine en taxi…
-¿Y eso que tiene?
-Que mi auto está en el garaje y las llaves en mi chaqueta. Si no lo quito Beckett no podrá sacar su moto.
-Entiendo…
-Mandaré a Phil o a Juan para que lo muevan.
-¿Por qué no vas tú?
-No creo que sea una buena idea…
-Yo creo que sí. No te vendría mal una última charla con ella, eso claro, si estás dispuesto a cerrar ese capítulo de tu vida.
-No tengo nada que hablar. Ese capítulo se terminó de escribir hace mucho tiempo y está más que cerrado.
-Hoy te vi sangrar por la herida cuando te encontraste con ella y no sentí que fuese un capítulo cerrado. Para ninguno de los dos…
-¿Qué quieres decir?- preguntó el escritor, aunque suponía la respuesta. Él también se había sentido algo confuso por la aparición sin previo aviso de Beckett, preguntándose el por qué o mejor dicho, preguntándose por qué ahora.
-Que si Kate no hubiese querido verte, tranquilamente lo hubiese podido evitar. Pudo haberle pedido a Juan que le acercara la moto hasta el lugar donde se hospeda o bien podría haber pedido que la suba a un tren con destino a New York y ahorrarse el viaje, pero en cambio prefirió venir hasta aquí ¿No tienes al menos un poco de curiosidad de saber el por qué?
-No sé si quiero saberlo…- se sinceró. Había desaparecido durante tanto tiempo, que en verdad no esperaba volver a verla nunca más y ahora se le presentaba de la nada, tirándole encima un vagón de recuerdos que él se había prometido sepultar.
- Escucha, Rick. Esto que tenemos y que está recién empezando, me resulta maravilloso. Me divierto mucho contigo, como hace tiempo que no lo hacía y no quiero que nada lo estropee, pero no podemos seguir avanzando en nuestra relación si tú estás rodeado de fantasmas. Lo mejor será que hables con ella y resuelvan de una vez todo lo que tienen pendiente. Sólo así sabrás si estás preparado para dar vuelta la página y escribir un capítulo nuevo en tu vida.
-Puede que tengas razón, pero no estoy seguro de hacerlo. Conocerte me ayudó a salir de la oscuridad en la que estaba sumergido, logrando por fin escaparme del pasado y no quiero volver a él nunca más. Menos ahora, que el presente me regala una encantadora sonrisa.
-Nunca podrás disfrutar de la sonrisa del presente si no cierras las heridas del pasado y ahora tienes la oportunidad de hacerlo. Si debemos estar juntos o no, el tiempo lo dirá.
-Tienes razón. Iré para casa a hablar con ella, pero antes debes saber que fuiste la única que le devolvió un poco de alegría a mi corazón y no quiero alejarme de la única persona que logró iluminarme en mi peor momento de oscuridad.
-Entonces, supongo que no tengo por qué preocuparme.
Rick se acercó a ella para depositar un dulce beso en sus labios. –Volveré pronto.
-Aquí te espero.
Antes de cruzar la puerta se dio media vuelta para mirarla y decirle:
-Gracias por ser así…
-¿Así como?- preguntó algo confusa.
-Tan especial, Kyra. No muchas mujeres hubiesen tomado esto que pasó de la forma que tu lo hiciste.
-No tengo nada de especial Rick, sólo sé lo que es sentirse perseguida por los fantasmas del pasado. Estuve en ese lugar y no es nada agradable. Y la única forma que encontré para seguir adelante fue hacerles frente.
-Eso mismo estoy por hacer.- aseguró el escritor antes de desaparecer por la puerta.
En pocos minutos se encontraba arriba de un taxi con dirección a su casa, pensando cómo sería su encuentro a solas con Beckett. No estaba preparado para volver a verla, mucho menos para volver a hablarle después de tanto tiempo y sentía que la situación lo sobrepasaba. Estaba enfadado, con Beckett por decidir aparecer justo en este momento en el que estaba reencaminando su vida, pero aun más enfadado estaba con él mismo, por no haberse quedado en el café con Kyra, pero sobre todo por tener que necesitar verla una vez más sin siquiera saber bien para qué. Lo único que sabía era que debía resolver cuanto antes sus sentimientos para con Kate si quería intentar algo a futuro con Kyra; y ahí radicaba toda su confusión: no podía dilucidar aun si debía dejar todo su pasado atrás exterminando de una vez por todas a sus fantasmas o si debía intentar por última vez recuperar al gran amor de su vida.
Cuando se ocurrió la maravillosa idea de guardar la moto en el garaje de su casa, lo había hecho con la intención de volver a verla, suponiendo que la joven no tardaría demasiado en regresar a buscar su bien más preciado y con la esperanza que la distancia y el tiempo le sirvieran para convencerla de volver con él. Lo que nunca se hubiese imaginado es que ella no le devolvería ninguno de los llamados que le había hecho, ignorándolo por completo, negándole cualquier posibilidad de un reencuentro y dejándole entrever que no quería saber nunca más nada de él.
***
Beckett buscó las llaves en la maceta e inmediatamente se dirigió al garaje. Luego de abrir el portón se encontró con la sorpresa del Corvette azul estacionado y su moto atrás, bien en el fondo, de donde no podría sacarla a no ser que moviese el vehículo.
-¡Demonios! ¿Cómo se supone que voy llevarme la moto? – exclamó hablándose a sí misma. No podía llamar al escritor y pedirle que venga, no le daba la cara. Se acercó al auto para fijarse si las llaves se encontraban puestas, pero no tuvo suerte.
Pensó entonces, buscar dentro de la casa las llaves de repuesto. Sabía que él guardaba un juego extra de todas sus llaves en un bol sobre la heladera, por lo que fue de inmediato a hurgar ahí. No quería permanecer demasiado tiempo adentro, demasiados recuerdos tenía esa casa para ella, muchos más de los que estaba preparada para afrontar.
Buscó infructuosamente dentro del recipiente sacando todos los llaveros sin encontrar el que necesitaba. Bufó con fastidio mientras devolvía todo a su lugar, pensando que debía hacer.
Lo único que se le ocurrió fue llamar a Royce para que le diese una mano para empujar el auto de Castle y probablemente también para hacer andar su moto después de estar tanto tiempo parada. Mike sabía cuánto extrañaba a su Harley y ni bien hizo el comentario de lo bien que le vendría su propio transporte, el joven oficial de entrenamiento se puso en campaña para conseguir un vehículo adecuado para el viaje. No paró hasta conseguir una camioneta y en cuanto la obtuvo se ofreció a acompañarla a buscar su moto, y de paso aprovecharía el viaje a California para visitar a su familia, por lo que Beckett no pudo más que aceptar agradecida el buen gesto de su amigo.
Lamentaba tener que molestarlo para que viniese a ayudarla, pero era preferible antes de llamar a Richard y causarle algún problema con su chica. Aun no podía creer que estuviese en pareja, después de todo ¿Cuánto había pasado? ¿Seis meses y ya estaba acompañado? -No habrá estado tan deprimido si pudo rehacer su vida tan pronto….- pensó la joven algo enfadada. -¡¿Qué estoy diciendo?! ¡Yo decidí terminar con él y no tengo derecho a recriminarle nada!- se reprendió a sí misma rápidamente. No podía culparlo por estar con alguien, pero se había dado cuenta de que eso le afectaba mucho más de lo que podía admitir. Claramente, no había sido una buena idea venir a buscar su Harley y de haber sabido todo lo que se removía dentro de ella, jamás hubiese regresado.
Sacudió la cabeza para desvanecer los pensamientos sobre Castle, los cuales comenzaban a atormentarla. Se dirigió a llamar a Royce. Luego de hablar por teléfono y pasarle la dirección a su amigo, se dispuso a volver al garaje, a intentar arrancar su moto y comprobar en qué estado se encontraba. Al pasar frente del auto, se dio cuenta que el espacio entre éste y la Harley era tan reducido que no le permitía ni siquiera desplegar el pedal de arranque de la moto.
-¡Es que nada va a ser fácil hoy!- soltó visiblemente frustrada. Seguidamente resopló mirando el precioso auto, que de momento quería deshacer a patadas. Intentó entonces moverlo, aunque fuese unos pocos centímetros para así poder abrir el pedal. Primero se puso lo más de frente al auto que el espacio le permitía, apoyando sus manos sobre el capó y empujando con todas sus fuerzas, pero sus pies no lograban afirmarse lo suficiente, por lo que buscó la pared para apoyar aunque sea un pie sobre ella para no patinar. Volvió a empujar nuevamente mejor afirmada, pero el automóvil seguía en el mismo lugar.
-Sólo podrás moverlo con una grúa. Tiene el freno de mano puesto…- dijo el escritor, quien la observaba desde la puerta.
-¡¿Richard?! ¡Vas a matarme del susto!- exclamó sobresaltada. -¿Qué haces aquí?
-Vine a correrte el auto, olvidé que estaba guardado cuando te dije que vengas. Lo siento, lo sacaré enseguida.
Definitivamente, hoy no era su día. Mike estaba por llegar de un momento a otro y la situación no sería nada agradable. No podía creer que Castle estuviese ahí y de haber imaginado que podía llegar a aparecer, nunca hubiese llamado a su amigo para que la venga a ayudar. A Kate le hubiese gustado borrar todo ese día por completo, ya que no había surgido absolutamente nada bueno de él, pero lamentablemente no podía y lo único que le quedaba era agilizar todo y desaparecer de ahí en cuanto Royce estacionase la camioneta.
En cuanto Rick comenzó a mover el auto, ella se dispuso a arrancar la moto. Bajó el pedal de arranque y lo pateó con fuerza, mientras giraba un poco el acelerador. Para su sorpresa, su Harley arrancó a la primera provocando una sonrisa en sus labios.
-La arranqué dos veces por semana para que no se estropease el motor. Sería una lástima…- explicó el escritor al bajarse del auto.
-Te lo agradezco mucho. No tenías por qué molestarte.
-No fue molestia. No me hubiese gustado que tremenda máquina se arruinase por el desuso.- afirmó haciéndole notar que no lo había hecho por ella, sino porque había querido preservar en excelentes condiciones su estupenda motocicleta.
-Claro…- logró soltar al comprender lo que él decía. –Rick, yo… Sé que estuve mal en aparecer sin llamar.
-Lo que estuvo mal, fue no devolver ninguno de los llamados que te hice. Si lo hubieses hecho, yo personalmente te hubiese ahorrado el viaje subiendo la moto a un tren directo a New York.
-Lo lamento, mi vida ha estado un poco complicada últimamente y no estuve mucho tiempo en casa…
-No tienes por qué excusarte. No me debes ninguna explicación por tu desaparición, pero sí quiero que me expliques a que has venido después de tanto tiempo.
-A buscar mí moto…- respondió sin poder sostenerle la mirada por no decir toda la verdad.
-No te atrevas a mentirme, Kate. Te conozco lo suficiente como para notar cuando lo haces. Si hubieses venido sólo a buscar tu Harley, me hubieses evitado como lo estuviste haciendo hasta ahora ¿Qué fue lo que cambió? ¿Por qué ahora quieres verme?
-No tengo una respuesta, o por lo menos no sé si es la que pretendes escuchar. Sólo tenía ganas de verte, de saber cómo estabas…
-¡Claro, entonces desapareces y apareces a tu antojo sin importarte absolutamente nada los sentimientos de los demás! ¡Menudo egoísmo se ha apoderado de ti, Beckett! ¡Existen otras personas alrededor tuyo y ya es hora de que lo vayas entendiendo!- Rick se mostraba furioso y no tenía más que palabras duras para ella, quien herida, comenzaba a defenderse de la única forma que le salía: atacándolo.
- Me disculpo si te he causado algún inconveniente con tu novia, sobre todo, después de ver lo mucho que te ha costado rehacer tu vida… -respondió punzando al escritor.
-Descuida, no me has causado ningún problema. Kyra es una mujer estupenda y con la cabeza muy bien puesta. Una clara señal de madurez que no muchas mujeres alcanzan, tengo suerte de haberla encontrado.- retrucó devolviendo el puntazo, pero un poco más profundo.
La joven sintió como su corazón se estrujaba al escucharlo hablar de su nueva novia, y los celos se apoderaban de ella sin poder evitarlo.
Las cosas se habían puesto más que ásperas entre ellos y de seguir hablándose en ese tono se pondrían mucho peor; y si a eso le sumábamos la inminente llegada de Royce, se podría decir que no sería un espectáculo lindo de ver.
Kate prefirió enfriar las cosas en vez de seguir echando leña al fuego, ya que las únicas palabras que saldrían de su boca serían de resentimiento y dolor.
-Me alegro por ti. Y espero que seas muy feliz… Será mejor que me vaya.- dijo la joven subiendo a su moto para sacarla del garaje.
Quería desaparecer de ahí de inmediato y de ser posible, evitar que Royce sea visto por Castle, aunque no se le ocurría forma de hacerlo. En ese momento se maldecía a si misma por no haberse comprado un teléfono móvil, como Mike le había sugerido. De haberlo hecho, podría haberse comunicado con él para avisarle que no venga, pero no se había comprado el maldito teléfono y ahora lo único que le quedaba por hacer era salir de la casa del escritor y esperarlo en la esquina, así cuando lo viese aparecer podría interceptarlo evitando el encuentro.
-Creo que será lo mejor.- aseguró él apartándose del portón para dejarla salir.
No había terminado de sacar su moto a la acera, cuando una camioneta negra con Mike adentro frenó en la entrada. Richard se asomó sorprendido, no esperaba a nadie y no conocía al conductor, por lo que supuso que sería un flete que había contratado Beckett. Aunque, esa idea desapareció rápidamente de su cabeza al ver la enorme sonrisa y la mano levantada a modo de saludo por el hombre que descendía de la camioneta, dirigido hacía ella. Claramente, se conocían bastante bien.
Kate quería ser tragada por la tierra en ese mismo instante, al sentir la mirada del escritor atravesándola como si fuese un puñal, mientras ella observaba a Mike descender dirigiéndose a la parte de atrás a preparar la rampa para subir la moto.
-¡Hola Kate!- gritó él desde la camioneta. Ella levantó la mano del acelerador para saludarlo, agradeciendo secretamente que no se acercara.
-¡Vaya! ¿Tienes acompañante? ¿No vas a presentarme a tu amigo?- no pudo evitar decir el escritor mientras se acercaba a su lado.
-Rick… No hagas esto, no es necesario…
-¿Por qué no puedo conocerlo? ¡Me encantaría saber quién es el buen hombre que se ofrece a llevar tu moto!
-No tienes por qué meter a Mike en todo esto…
-¡¿Mike?! ¡¿Mike Royce?!- adivinó al instante. Nunca había podido olvidar ese nombre. -¡Veo que ahora sí se han hecho buenos amigos! ¿Verdad? ¿O ya pasaron ese período y son mucho más que eso? ¡Puedes contarme! ¡En serio, muero por saberlo! – el sarcasmo de Castle estaba irritando en demasía a la joven quien le respondió con ímpetu:
-¡¿Te atreves a cuestionar quien me acompaña?! ¡¿Con que derecho osas celarme después de haberme refregado en la cara lo afortunado que eres por haber encontrado a Kyra?! ¡Eres increíble!
-¡Por lo menos, yo admito que estoy con alguien, en cambio tú…!
-¡¿Yo qué, Rick?! ¡Michel es un amigo. Uno muy bueno, por suerte, así que no tienes por qué preocuparte!
-¡Ya voy entendiendo como funcionan las cosas para ustedes! ¡Cuando te pregunté si era tu amigo respondiste que no, que sólo era un conocido; ahora que te pregunto si sales con él, me dices que sólo es tu amigo! ¡Cuando se estén casando ¿Qué vas a responder cuando te pregunte? ¿Qué recién es su primer cita?! - estaba tan celoso que ya no pensaba con claridad lo que decía.
-¡Realmente no entiendo cómo está funcionando tu lógica en este momento, pero que no te quepa duda de que te está fallando! ¡¿Cómo puedes creer que te ocultaría que estoy en pareja?! ¡¿Es que no me conoces ni un poco?!- preguntó indignada por las palabras de Castle.
-Aparentemente, no.- reconoció el escritor desanimado.
-Será mejor que dejemos esto aquí. Adiós Rick…-no tenía ningún sentido seguir discutiendo.
-Antes de que te vayas quiero pedirte algo…- la frenó antes de que pudiese acelerar.
-Te escucho…
-No puedo pedirte que no regreses al café a ver a los muchachos, ya que no sería justo para ellos, pero sí puedo pedirte que te anuncies antes de ir, así puedo evitarte. No quiero volver a verte. – en la voz del escritor se percibía su amargura.
No quería admitir que estaba equivocado con respecto al acercamiento de ella con Royce y quizás eso se debiera al hecho de qué si Beckett estaba en pareja, la culpa que sentía por haber confesado su relación con Kyra, se aliviaría; y sobre todo, acallaría para siempre la pregunta de por qué había regresado. Con tremenda elucubración, el escritor daba por sentado que ella sólo había vuelto a buscar su Harley sin ninguna otra intención, y esa era la idea que mantendría en la cabeza de ahora en más, para poder continuar con su vida.
-No te preocupes, no volverás a verme nunca más. Te lo prometo.- aseguró dedicándole una última mirada antes de conducir su moto hasta la camioneta.
Royce la esperaba sentado adentro, escuchando música. Su prudencia le había aconsejado no acercarse, ya que podía percibirse el clima tenso. No había llegado a escuchar la discusión ya que la radio estaba a un volumen considerable, pero pudo notar desde lejos la forma en la que se hablaban.
Luego de que la joven subiese la moto, Mike se bajó para acomodar la rampa a un costado y se dedicó a asegurar la Harley con cuerdas a la carrocería, para evitar que se moviese en el viaje pudiendo causar algún accidente.
Kate lo esperaba sentada dentro de la cabina. No emitió sonido cuando su amigo subió junto a ella, el nudo que tenía en la garganta no se lo permitía.
-Kate… ¿Estás bien?- preguntó preocupado mientras acercaba su mano al rostro de la joven para atrapar una lágrima con una dulce caricia.
-Sí… Sólo discutí mal con mi ex jefe. Al parecer no le cayó muy bien que no haya vuelto a trabajar…Te contaré en otro día- mintió Beckett. No quería tener que contar todo lo que había pasado, teniendo que revivir nuevamente el doloroso momento, ya lo haría en otra oportunidad.
-Entiendo… No tienes que contarme nada. Sólo quiero que sepas que cuando necesites desahogarte, aquí estaré.- avisó Royce sabiendo que esas lágrimas no habían brotado de una discusión con su ex jefe, sino más bien de una discusión con su ex pareja. Pero no tenía ni la más mínima intención de presionarla, solamente de acompañarla como lo había hecho hasta ahora.
-Gracias, se que siempre estás ahí…- respondió abrazándolo con fuerza, permitiéndose derramar unas lágrimas más mientras su amigo la contenía.
Castle no pudo entrar al garaje hasta que la camioneta desapareció de la casa. Se había quedado clavado dentro de su auto mirando en el espejo retrovisor toda la secuencia. Cuando vio la caricia de Royce, una fuerte angustia se apoderó de su alma; pero cuando vio a Kate abrazándolo, sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, teniendo la certeza de que jamás podría volver arreglarlo.
Continuara…
Bueno, hasta aquí llegó. Supongo que deben estar odiándome de una forma aterradora, lo presiento… y me encanta!!! Jajajajaja Ya saben, espero con ganas sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:50 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Pero por qué es tan cabezota, lo aleja de ella y no se deja ayudar por él? Jo, una pena cuando entre los dos seguro investigarían muy bien, jejejejeje.
Vaya dos!! Después de tanto tiempo sin verse y ser ese su primer encuentro, acaban discutiendo mucho más que la otra vez y encima enchandose en cara que el otro haya rehecho su vida. Que pena que hayan terminado de esa forma.
Esperemos que el próximo reencuentro no sea tan catastrófico.
Continúa pronto!!!
Vaya dos!! Después de tanto tiempo sin verse y ser ese su primer encuentro, acaban discutiendo mucho más que la otra vez y encima enchandose en cara que el otro haya rehecho su vida. Que pena que hayan terminado de esa forma.
Esperemos que el próximo reencuentro no sea tan catastrófico.
Continúa pronto!!!
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Página 9 de 13. • 1, 2, 3 ... 8, 9, 10, 11, 12, 13
Temas similares
» Desde que te conocí... CAPITULO 2 (28/07/14)
» El Amor desde las trincheras: Capítulo 5.
» ¡ Mi vida eres tú ! CAPÍTULO I. II, III, IV, V, VI (1ª parte) actualizado 19/01
» Un día más en nuestras vidas.
» 'The Old Haunt' : Capitulo III: '¿Quién soy?' *actualizado*
» El Amor desde las trincheras: Capítulo 5.
» ¡ Mi vida eres tú ! CAPÍTULO I. II, III, IV, V, VI (1ª parte) actualizado 19/01
» Un día más en nuestras vidas.
» 'The Old Haunt' : Capitulo III: '¿Quién soy?' *actualizado*
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 9 de 13.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.