(+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Como siempre, dejándome con ganas de más ... jajajajajaja BIENVENIDAAAAAA!!!!!
Qué ganas de volver a tenerte por aquí, ... casi se me ha olvidado, cómo comentar y todo, jajajajajaja Dices que el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así???? quién eres y qué has hecho con mi amiga?????? eso no tiene perdón de Dios, desde cuando un capítulo corto es mejor que uno largo?????
Te lo voy a perdonar, por el capítulo tan estupendo que nos has dejado, por decir que tendremos más en poco tiempo y sobre todo, por haber conseguido mantenerme embelesada durante toda la lectura, jajajajajajaja . Te ha quedado de guinda, jajajajajajaja y no lo digo por el perfume de Kate, precisamente, jajajajaja.
En serio, no tenía mucha idea de lo que estabas tramando, no tenía seguro que fueses a seguir tan de cerca la serie, pensé que al ser tu historia tan diferente y plantearla con tanta antelación al inicio de la relación de Castle y Kate, quizá nos ahorrarías el disgusto de la muerte de Johanna, y todo a pesar de conocer tu gusto por el drama, jajajajajaja
Claro que tampoco se me había pasado por la imaginación que Castle tomara la decisión de volar hasta NY, para estar cerca de ella después de su petición de tiempo, de querer mantener su relación en suspenso hasta su vuelta y todo por el pequeño inconveniente con Meredith.
Era menos previsible que Kate no solo aceptase la presencia de Castle, que al inicio de su encuentro parecía ser así, sino que además lo metiera en su cama, aunque solo fuese para dormir, jajajajaja
En fin que al parecer esto no va a ser como nos quieres hacer creer, pero es que tampoco tengo claro qué es lo que nos quieres hacer creer, será que he perdido el olfato? o que después de tanto tiempo sin practicar mi intuición se atrofió?, habrá que esperar a los siguientes capítulos, para ver si esto es así, jajajajajajajaja vas a tener que seguir escribiendo ... si son largos mejor ... para comprobar que no me quedé fuera de uso, jajajajajaja
Ya estoy esperando, y tal como dijiste en dos días el siguiente, ... son más de las doce, así que falta menos para ese siguiente, BIENNNNNNNN POR MI, jajajajajaja
A buen entendedor con pocas palabras ... basta, verdad???????
Qué ganas de volver a tenerte por aquí, ... casi se me ha olvidado, cómo comentar y todo, jajajajajaja Dices que el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así???? quién eres y qué has hecho con mi amiga?????? eso no tiene perdón de Dios, desde cuando un capítulo corto es mejor que uno largo?????
Te lo voy a perdonar, por el capítulo tan estupendo que nos has dejado, por decir que tendremos más en poco tiempo y sobre todo, por haber conseguido mantenerme embelesada durante toda la lectura, jajajajajajaja . Te ha quedado de guinda, jajajajajajaja y no lo digo por el perfume de Kate, precisamente, jajajajaja.
En serio, no tenía mucha idea de lo que estabas tramando, no tenía seguro que fueses a seguir tan de cerca la serie, pensé que al ser tu historia tan diferente y plantearla con tanta antelación al inicio de la relación de Castle y Kate, quizá nos ahorrarías el disgusto de la muerte de Johanna, y todo a pesar de conocer tu gusto por el drama, jajajajajaja
Claro que tampoco se me había pasado por la imaginación que Castle tomara la decisión de volar hasta NY, para estar cerca de ella después de su petición de tiempo, de querer mantener su relación en suspenso hasta su vuelta y todo por el pequeño inconveniente con Meredith.
Era menos previsible que Kate no solo aceptase la presencia de Castle, que al inicio de su encuentro parecía ser así, sino que además lo metiera en su cama, aunque solo fuese para dormir, jajajajaja
En fin que al parecer esto no va a ser como nos quieres hacer creer, pero es que tampoco tengo claro qué es lo que nos quieres hacer creer, será que he perdido el olfato? o que después de tanto tiempo sin practicar mi intuición se atrofió?, habrá que esperar a los siguientes capítulos, para ver si esto es así, jajajajajajajaja vas a tener que seguir escribiendo ... si son largos mejor ... para comprobar que no me quedé fuera de uso, jajajajajaja
Ya estoy esperando, y tal como dijiste en dos días el siguiente, ... son más de las doce, así que falta menos para ese siguiente, BIENNNNNNNN POR MI, jajajajajaja
A buen entendedor con pocas palabras ... basta, verdad???????
agecastbet- Escritor - Policia
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Muchas gracias por la paciencia!!! Hoy a la tarde estaré subiendo el siguiente capi. Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!BRIGITTEALWAYSBELIEVE escribió:22:49:17 10.09.2015
me parece estupendo que hayas decidido terminar este fic porque esta increible.... espero con ansias el siguiente cap..
Gracias por esperar tanto tiempo! No te confíes que todavía no está nada dicho. Muchas cosas van a cambiar en este fic, jajajajaja Castle tenía que estar junto a ella en este difícil momento y Kate, por más que intente hacerse la dura, sabe que tenerlo al lado le hace bien, aunque no pueda admitirlo. Veremos que pasa después de esa charla que tienen pendiente…Yaye escribió:Que bien, nuevo capítulo!!!
No se por qué pero con el final del otro me temía que todo cambiaría. Me gusta que Rick se haya enterado y allá ido corriendo para estar con Kate y los sentimientos contradictorios de ella lanzando pequeñas pullitas.
Esperemos que no lo aleje definitivamente de ella cuando tengan esa charla.
Espero poder leer pronto el siguiente
Muchas gracias por leer y comentar!!! Hoy a la tarde subo el próximo capi. Saludos y hasta pronto!!!!
Gracias por leer y comentar!!! Como dije antes, era necesario que Rick estuviese con ella en este momento, y con respecto a Kate, ya sabemos lo que le cuesta resistirse cuando lo tiene en frente, jajajajaja Saludos y hasta la próxima!alba_caskett escribió:Que bien que hayas vuelto!!!!!!!!!!!! Me encanta que Rick se enterara y este con Kate, y me encanta que ella lo aceptara...
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:Como siempre, dejándome con ganas de más ... jajajajajaja BIENVENIDAAAAAA!!!!!
Hola amiga!!! Que bueno leerte otra vez!!! El día que no logre dejarte con ganas de más, me retiro de la escritura, jajajajajajaja
Qué ganas de volver a tenerte por aquí, ... casi se me ha olvidado, cómo comentar y todo, jajajajajaja Dices que el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así???? quién eres y qué has hecho con mi amiga?????? eso no tiene perdón de Dios, desde cuando un capítulo corto es mejor que uno largo?????
No sabés las ganas que tenía de volver!!! ¿Cómo es eso de que casi te has olvidado de cómo comentar? ¡¿Justo ahora que yo he vuelto a publicar?! ¡A ver si te me pones a entrenar de inmediato, que el fic no está ni cerca de terminar!!! Jajajajaja
A ver… Yo no dije "el capítulo es más corto, pero que quizá sea mejor así"; dije "que por ahí no eran tan largos y que quizá eso era bueno", que no es lo mismo. No es lo mismo una montaña rusa que una rusa en la montaña…Jajajajajajajaja Hablando en serio y sincerándome un poco, este capi que subí y los que le van a seguir eran parte de un solo capítulo, pero si lo subía entero iban a tardar como cinco días en leerlo! Jajajajaja así que decidí dividirlo en tres para comodidad de los lectores. Como verás sigo siendo la misma y no he cambiado ni un poquito, jajajajaja
Te lo voy a perdonar, por el capítulo tan estupendo que nos has dejado, por decir que tendremos más en poco tiempo y sobre todo, por haber conseguido mantenerme embelesada durante toda la lectura, jajajajajajaja . Te ha quedado de guinda, jajajajajajaja y no lo digo por el perfume de Kate, precisamente, jajajajaja.
Gracias por lo de estupendo! (Y gracias por perdonarme también, jajajaja) Me alegra saber que aun puedo mantenerte entretenida durante todo el relato. No he perdido el toque! Jajajajaja
En serio, no tenía mucha idea de lo que estabas tramando, no tenía seguro que fueses a seguir tan de cerca la serie, pensé que al ser tu historia tan diferente y plantearla con tanta antelación al inicio de la relación de Castle y Kate, quizá nos ahorrarías el disgusto de la muerte de Johanna, y todo a pesar de conocer tu gusto por el drama, jajajajajaja
Es verdad que en este capi me acerqué mucho a la serie y voy a seguir usando algunas cosas más de ella. Me pareció un recurso interesante y entretenido que me abre un abanico inmenso de posibilidades que pienso utilizar! Ahora decime ¡¡¡¿que es eso de "ahorrarles el disgusto de la muerte de Johanna?!!! ¿Qué clase de "Reina del drama" sería si omito semejante tragedia en mi fic?!!! jajajajajaja
Claro que tampoco se me había pasado por la imaginación que Castle tomara la decisión de volar hasta NY, para estar cerca de ella después de su petición de tiempo, de querer mantener su relación en suspenso hasta su vuelta y todo por el pequeño inconveniente con Meredith.
Rick no podía quedarse de brazos cruzados ante semejante situación y debía estar con ella en ese doloroso momento. Era lo correcto ¿No te parece? Más allá de que ella le hubiese pedido tiempo por el (como le decís vos), "pequeño incidente con Meredith", creo que la muerte de Johanna ameritaba hacer oídos sordos a la petición.
Era menos previsible que Kate no solo aceptase la presencia de Castle, que al inicio de su encuentro parecía ser así, sino que además lo metiera en su cama, aunque solo fuese para dormir, jajajajaja
Como podrás suponer, Beckett no está en su mejor momento, así que es súper lógico que su comportamiento no sea de lo más normal. Eso sí, su subconsciente no le iba a permitir perderse la oportunidad de dormir abrazada a él. Decí que la pobre chica venía de pasar unos días terribles, que sino estoy segura que dormir era lo que menos iban a hacer, jajajajajajaja
En fin que al parecer esto no va a ser como nos quieres hacer creer, pero es que tampoco tengo claro qué es lo que nos quieres hacer creer, será que he perdido el olfato? o que después de tanto tiempo sin practicar mi intuición se atrofió?, habrá que esperar a los siguientes capítulos, para ver si esto es así, jajajajajajajaja vas a tener que seguir escribiendo ... si son largos mejor ... para comprobar que no me quedé fuera de uso, jajajajajaja
Por supuesto que no va a ser como ustedes se lo están imaginando! ¿Por quien me estás tomando? En serio, no tenés ni idea de por donde se va a ir esta historia, y eso me encanta jajajajajaja No es que hayas perdido el olfato, es que yo estoy sumamente impredecible y se te va a hacer difícil adivinar lo que se viene… Así que, a ponerse en forma! jajajajaja
Ya estoy esperando, y tal como dijiste en dos días el siguiente, ... son más de las doce, así que falta menos para ese siguiente, BIENNNNNNNN POR MI, jajajajajaja
A buen entendedor con pocas palabras ... basta, verdad???????
Tu impaciencia es señal de que voy por buen camino, jajajajajajaja. Por acá también son mucho más de las doce y del mediodía!!! Así que falta menos aun… jajajajaja Si todo sale como lo tengo pensado, hoy a la tarde (tarde de Argentina) estaré subiendo el próximo capi.
Muchas gracias por comentar, ya sabés que disfruto mucho de tus mensajes! Nos leemos pronto!!! Abrazo grande, amiga!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola gente!!! Como prometí acá está el siguiente capi. No pueden creer que haya cumplido ¡¿No?! jajajajajaja Que lo disfruten!!!
Capítulo XII
El funeral de Johanna fue muy íntimo, muy corto y terriblemente triste. Ver a Kate mostrándose con una entereza inquebrantable y a su padre a punto de derrumbarse a cada segundo, era una representación literal de lo que se vivía estos últimos días en la destrozada familia Beckett. Todo había cambiado en un instante para ellos dos y ya nada sería lo mismo. Ambos lo sabían, aunque todavía no sabían cómo poder enfrentarlo.
Los tres regresaron en silencio, sin decir casi nada. Ni bien entró a la casa, Jim agarró una botella de whiskey de la barra y se encerró sin decir palabra dentro de su habitación sin siquiera darle tiempo a su hija a reprocharle nada.
Castle permaneció en silencio unos segundos, como buscando las palabras correctas para el momento, pero parecía no encontrarlas.
Beckett bufó mirando en dirección a la habitación de su padre expresando el enfado que sentía en ese momento. Sin decir palabra, fue hasta su cuarto a cambiarse de ropa y al terminar se dirigió hacia la cocina a servirse una taza de café, preparando una también para el escritor antes de regresar al living.
-Creo que ahora sería un buen momento para escuchar las primeras aventuras de Derrick Storm…- sugirió la joven ofreciéndole el humeante café.
-Sin dudas. Toma asiento, enseguida traigo mi portátil.- dijo yendo a buscar su mochila.
A él le pareció una buena idea dejar que se distraiga un poco, obviando el incómodo momento que acababa de vivir con su padre. Sabía cuan enfadada estaba y por eso le pareció conveniente no presionarla con el tema, suponiendo que cuando ella se sintiese preparada, hablaría de ello.
En tan solo unos segundos regresó junto a ella y sentándose en el sillón con la pequeña computadora sobre su falda, dijo con actitud seria:
-¿Estás preparada para sumergirte en la vida de este duro detective privado?
-¡No puedo esperar!
El joven y prometedor escritor comenzó su relato de forma pausada. Beckett lo escuchaba con atención, saboreando cada párrafo palabra por palabra. Le encantaba la voz fuerte y clara de su amado, tan expresiva como sus ojos al mirarla en cada pausa.
Tan interesante le resultaba la novela, que no emitió sonido hasta la pausa final hecha por el escritor al terminar de leerle el último de los capítulos que había escrito.
-¡¿Y... Entonces?! ¡¿Como sigue?! - preguntó llena de intriga.
-No sigue. Hasta ahí tengo escrito...
-¡No puedo creerlo! ¿Cuándo vas a terminarla? ¡Es realmente apasionante, Castle! Tu editor es un estúpido si piensa que nadie va a interesarse en esta novela. ¡Es estupenda!
-¿En serio te gustó?
-¡Por supuesto! A mi madre le hubiese encantado... Ya sabes cómo le gustaban tus novelas...
-Tu madre era un gran fan. ¡Te diría que la mejor que he tenido!
-¡Querrás decir, la única con la que has cruzado más de tres palabras!- bromeó la joven esbozando una sonrisa.
-Es verdad, pero eso no quiere decir que no haya sido la mejor...
-Era la mejor en todo... ¡Dios, como voy a extrañarla!- soltó con angustia, haciendo desaparecer la hermosa sonrisa que había asomado segundos atrás. -Todavía no pude revisar la bolsa que me dieron en el precinto con sus cosas...
-No te presiones, Kate. Lo harás cuando sea el momento, tu corazón te avisará cuando.
-Supongo que tienes razón...Aunque admito que tengo un poco de curiosidad por saber lo que hay dentro. - reconoció la joven.
-Entonces, tendrás que abrirla.
Kate se armó de valor y agarró la bolsa abriéndola al instante. Lo primero que sacó fue el anillo e instintivamente se lo puso en el dedo.
-Me baila- dijo mientras lo hacía girar. -Siempre pensé que mis manos eran iguales a las de ella...
-Iguales, pero más delgadas.-dijo Castle observándola detenidamente.
-Es una pena. Me hubiese gustado poder tenerlo siempre conmigo...- agregó con desanimo mientras se quitaba el anillo y lo dejaba sobre la mesa para seguir sacando el resto de las cosas.
El escritor llevó las manos a su cuello para desprender una cadenita de oro blanco que se escondía debajo de la camisa. Luego quitó la cruz que tenía colgada guardándola en el bolsillo y tomó el anillo de Johanna pasándolo por la cadena, convirtiéndolo en un dije.
-Toma. Así podrás llevarlo siempre contigo.
Kate sonrió mientras se recogía el pelo para dejarlo ponerle la cadena. Castle siempre la sorprendía con esas pequeñas cosas, pequeños gestos colmados de dulzura que la hacían amarlo aun más, si es que eso era posible.
Antes de que pudiese alejarse, la joven depositó un tímido beso en su mejilla, provocando en él una mirada de sorpresa.
-Por estar siempre en todos los detalles…- explicó rápidamente mirándolo de reojo mientras sacaba la billetera de su madre de la bolsa.
Castle siguió observándola en silencio. No quería importunarla en este difícil momento y prefirió callar antes de decir alguna estupidez que pudiese incomodarla.
-Se supone que no le robaron nada y eso es lo que más me llama la atención...- soltó finalmente la joven.
-En el periódico dijeron que quedó en medio de una guerra de pandillas ¿es cierto?
-Eso fue lo que dijo la policía, pero yo no estoy tan segura.
-¿Por qué lo dices?
-En primer lugar, mi madre no tenía nada que hacer en ese callejón. No quedaba de camino ni a su casa, ni a su oficina ni mucho menos camino al restaurant donde quedamos en encontrarnos. Si estaba ahí, debió ser por algo específico. Además ¿qué pandillero desaprovecharía la oportunidad de llevarse el dinero que tenía o sus joyas? Los aros que llevaba puestos costaban unos cuantos dólares, y eso sin contar el anillo...- mientras explicaba sus suposiciones a Rick, comenzó a sacar el resto de las pertenencias de su madre. Dentro de su billetera tenía casi 500 dólares y los aros eran de oro, por lo que valdrían unos cientos más. Castle también suponía que los pandilleros no se habrían olvidado de tremendo botín.
-¿Y el anillo Rick? ¿Cuanto podrían haberle sacado? No, no me lo creo. Aquí hay algo más. Algo que la policía ignora o bien que prefiere ignorar.
-Eso deberán descubrirlo cuando investiguen...
-No han abierto una investigación, Castle. Fue un enfrentamiento entre pandillas y caso cerrado para la policía de New York. No van a hacer nada para esclarecer el asesinato de mi madre, salvo que aparezca alguna pista o evidencia lo suficientemente fuerte como para reabrir el caso.
-No puedo creerlo...
-Pues, créelo. Lo que significa que yo deberé investigar.
-¡Eso es una locura, Kate! Puede ser muy peligroso que te involucres en una investigación de ese tipo...
-Lo sé, pero no puedo permitir que este crimen quede sin castigo. Me arrebataron a mi madre y ni siquiera existe un culpable. Necesito saber lo que realmente pasó o al menos descubrir que hacía mi madre en ese callejón. Quizás, si descubro el porqué ella estuvo ahí, si les demuestro que no fue casual, puedan reabrir la investigación descartando a las pandillas.
-No lo sé... Sigo pensando que puede ser demasiado peligroso...
-Es probable, pero aun así debo intentarlo. Tengo un conocido que es policía. Ayer hablé con él y le conté lo que había sucedido y prometió averiguar todo cuanto le fuese posible dentro de la policía. Quizá haya algo de donde poder agarrarse como para seguir investigando.
-¿Tienes un amigo policía y nunca me contaste? ¿Quién es?
-Es un conocido, aun no es mi amigo. Su nombre es Michel Royce, es oficial de entrenamiento y ha preparado a una cantidad importante de agentes, que ahora están esparcidos por toda la ciudad. Si hay alguien que puede ayudarme a descubrir si algo en este momento es él. Sin su ayuda, no podría siquiera intentarlo.
Rick se la quedó mirando preocupado. El solo hecho de que pudiese exponerse a semejante peligro, lo llenaba de terror. No podría soportar que saliese lastimada, pero ¿qué podría hacer para protegerla?
-No pongas esa cara, Castle. No voy a cambiar de opinión al respecto...
-Entonces te ayudaré a investigar.
-No, no voy a involucrarte en esto. Tú tienes una vida en California, lleno de obligaciones y te será imposible ayudarme. Además, como tu bien dijiste, puede ser muy peligroso y lo que menos quiero es que tu hijo nazca sin un padre...
-No es justo meter a mi hijo en medio de esto. No estamos hablando de él sino de ti.
-Ya lo sé. Pero tú sabes bien que tenemos una charla pendiente...
-Y vamos a tenerla, pero no ahora. Ya hablaremos cuando vuelvas a Stanford.
-Es que no lo entiendes ¿verdad? No voy a regresar, Castle.
-¿Que dijiste?
-Que me voy a quedar aquí en New York.
-No puedes hacer eso, Kate ¿Qué hay de tus estudios?
-No voy a seguir en la escuela de leyes, ya está decidido.
-¡¿Por qué vas a abandonar la universidad?!
-No puedo regresar. Tengo que quedarme aquí... Mi padre... No puede quedarse solo. La muerte de mi madre ha sido muy dura para él y no puedo abandonarlo. Y con respecto a ti... No puedo hacerme cargo de todo lo arrastra tener una relación contigo, no podríamos dedicarnos el tiempo suficiente y seguir juntos sería cometer un tremendo error...
-¡No puedes decirme esto Kate! ¡Ni siquiera me estás dando la oportunidad de demostrarte de que podemos superar esto!
-¡¿Superar qué?! ¡¿La muerte de mi madre?! ¡¿Que tengas un hijo con otra?! ¡¿La distancia que nos va a separar?!
-Escucha, Kate, se que la muerte de tu madre es lo peor que te ha tocado vivir y es por eso que me gustaría estar a tu lado haciéndote las cosas más llevaderas. Siempre es más fácil de a dos...
-Es que ahí está el problema, Castle. No somos dos. El "tú y yo" quedó en el pasado. Ahora tienes un hijo en camino, y eso sumaría tres, y no me quiero olvidar de tu ex, por lo que seríamos cuatro. Tres personas en tu vida con las que tendrás que repartir tu tiempo. Así que ¿Cuanto crees que me tocará a mí, después de atender a tu hijo y de lidiar con tu ex?
-¡Esas son puras especulaciones! No tiene por qué ser así...
-Sí, si tiene que ser así. Conociéndote como te conozco, sé que le dedicarás todo tu tiempo a esa criatura. Y no lo tomes como un reproche, sino más bien todo lo contrario. Sé que serás un excelente padre y eso me enorgullece. Es por eso que tu tiempo conmigo será escueto, más aun teniendo en cuenta la distancia, y ¿sabes qué? En este momento de mi vida no puedo lidiar con todo esto. Lo mejor que puedo hacer es estar sola.
-¡No estás siendo justa, Kate! ¡Ni siquiera…!- el sonido estridente de su teléfono móvil interrumpió al escritor. Intentó ignorarlo, pero el timbre era realmente insoportable.
-¡¿Tienes un celular?! ¡¿Después de todo el discurso que diste en navidad?!
-Ahórrate el sermón, Kate. Mi madre ya te ha ganado de mano con eso…-
-¡Y no es para menos!
-No fue decisión mía, como podrás suponer, pero sabes que viajo bastante y Meredith quiere poder comunicarse conmigo por cualquier eventualidad. No puedo negarme, es lo que haría un padre responsable…- se justificó el escritor, entendiendo perfectamente lo que sus palabras podrían significar en este momento de su tan postergada conversación.
-Tienes toda la razón y eso reafirma todo lo que acabo de decirte. Deberías atender, nuestra charla ha terminado.- sentenció de forma contundente, mientras regresaba a la cocina a servirse otra taza de café.
-¡No, no ha terminado!- alcanzó a decir Castle antes de responder el teléfono con fastidio.
Al escuchar los reproches de su ex no pudo más que enfadarse con ella y todo derivó en una acalorada discusión, la cual el escritor finalizó tajantemente: -¡Ya te di la solución, Meredith! ¡Es simple, o vas mañana con mi madre o reprogramas la ecografía para la semana que viene! ¡No hay manera de que tome un vuelo esta noche, así que olvídalo!¡Y ni se te ocurra volver a llamar, a menos que sea algo importante¡ ¿Entendido?
Ni bien terminó de hablar se dispuso a ir a la cocina para reanudar la conversación, pero el teléfono de la casa de Beckett empezó a sonar, impidiendo que pudiese decir una palabra. Kate fue a atenderlo sin demora, mientras él se quedó en la cocina esperando.
La casa estaba en absoluto silencio, por lo que, desde donde estaba, podía escuchar a la perfección la conversación telefónica, o mejor dicho, escucharla a ella e imaginarse el resto.
-Hola.
-¡Hola Kate, habla Royce!
-¡Hola Mike!
-Te llamo porque tengo novedades. No es mucho, pero por algo hay que empezar.
-Estoy de acuerdo ¿Cuándo podemos encontrarnos?
-Hoy estoy de franco, si no estás ocupada podríamos vernos en un rato.
Beckett pensó un segundo la respuesta, decidiendo si debía irse a encontrar con Royce o quedarse a seguir discutiendo con Castle. Inevitablemente, la balanza se inclinó hacia el lado más obvio.
-No tengo nada que hacer ¿Dónde nos encontramos?
-¿Te queda bien el Starbucks de la 55 y avenida Lexington?
-Sí, estoy muy cerca. Te veo ahí en una hora.
Castle esperó a que la joven colgara el teléfono para salir de la cocina. El llamado de ese tal Royce lo había sorprendido, pero la respuesta de la joven verdaderamente lo había desconcertado.
-¿Vas a encontrarte con tu amiguito Mike?
-¿Estabas escuchando?
-No, pero no estoy sordo. Estaba sentado en la cocina, no dentro de la heladera.
-¡Ya te dije que aun no es mi amigo!
-¿Y se supone que con eso me tengo que quedar tranquilo?
-No te estoy entendiendo, Castle… ¿Te molesta que no sea mi amigo?- preguntó frunciendo el entrecejo mostrando su enfado.
-Me molesta que te vayas con un tipo que ni siquiera es tu amigo y al que prácticamente no conoces en vez de quedarte aquí a terminar la conversación que empezamos hace un rato ¿Es más importante él que yo?
- Royce averiguó algo sobre el caso de mi madre, voy a encontrarme con él así me pone al tanto. Como te darás cuenta, no es una cita, así que ahórrate la escena de celos.- explicó con fastidio.
-No estoy celoso, pero sí me siento desplazado. Siento que ya nada de lo nuestro te importa, que yo no te importo y lo que es peor, que tú no me necesitas y eso es lo que más me duele.
-Eso no es verdad, Castle…
-¡Entonces, demuéstramelo! ¡Quédate aquí conmigo a terminar la conversación que tenemos pendiente en vez de ir a encontrarte con Royce a que te ayude a comenzar con esta locura de investigar el asesinato de tu madre!
-¡Para ti será una locura, para mí, es la única forma que encuentro para no derrumbarme!
-¡No es la manera, Beckett! ¿No lo entiendes?- el escritor se sentía cada vez más frustrado al no poder hacer entrar en razón a su amada, y su tono elevado de voz lo dejaba en evidencia.
Decidió respirar hondo para tranquilizarse, y luego, con un tono más tranquilo prosiguió:-No sabes a que lugares puede llevarte esta investigación ni con qué clase de gente vas a meterte, o las cosas que tendrás hacer para obtener resultados. Si te embarcas en esta cruzada en busca de justicia te adentrarás en una profunda e interna oscuridad de la que te será muy difícil escapar. Si verdaderamente no quieres derrumbarte, yo estoy aquí para contenerte, sólo debes dejar que te cuide. Por favor, Kate, no me alejes…
-Te agradezco la intención, Castle, pero necesito hacer esto. Siento que mi madre no tendrá paz hasta que el culpable de su muerte esté tras las rejas.
-Kate…
-Es suficiente Rick, ya está decidido.
-Ya veo…- largó con resignación. No había más nada que decir, tampoco más nada que hacer ahí. –No quiero entretenerte más, seguro que estás retrasada ¿Podrías pedirme un taxi mientras voy a buscar mi maleta?
Sin esperar la respuesta, se dirigió a la habitación a buscar sus cosas. Intentaría tomar un vuelo lo antes posible para regresar a su casa. Beckett había elegido apartarlo de su vida y al parecer, no había nada que hacer al respecto, por lo tanto no seguiría suplicando.
-¿Te vas?- se apuró a preguntar algo sorprendida al no esperar la inmediata partida del escritor.
-Así es. No tengo nada más que hacer aquí.- respondió sin siquiera darse vuelta a mirarla. Beckett sintió frialdad en sus palabras y no lo culpaba. Ella se había encargado de provocar eso en él y ahora debía aceptarlo.
Luego de llamar al taxi se acercó hasta la puerta, donde se encontraba Castle.
-En menos de diez minutos estará aquí.- informó la joven.
-Gracias. Esperaré afuera.
-Quédate aquí hasta que venga. Está muy frio afuera…
-Prefiero salir. Adiós Beckett, déjale un saludo a tu padre de mi parte.- dijo mirándola por última vez antes de abrir la puerta de calle.
-Adiós Rick…
Kate quedó mirando la puerta unos segundos, tratando de asimilar todo lo que acababa de pasar. La retirada inesperada del escritor la había desconcertado, a pesar de que había hecho todo lo posible para que suceda. Ella era la única culpable y estaba consciente de eso, sólo que el no tenerlo al lado cambiaba un poco las cosas. Toda la claridad que hacía tan solo unos minutos tenía para argumentar su postura, perdía consistencia al recordar la última mirada cargada de tristeza que le dedicó Castle antes de marcharse. Pero, no podía retrasarse más en su partida y seguir pensando en él, no podía permitirse eso. Debía encontrarse con Royce para obtener información sobre la investigación del caso de su madre y eso era lo único importante en ese momento.
Michel la estaba esperando sentado en una mesa. Ella lo saludó desde lejos mientras pedía su café en el mostrador del Starbucks. Cuando se unió a él, rápidamente sacó el tema por el cual se habían reunido.
Royce le contó que estuvo averiguando sobre la “supuesta” guerra de pandillas en la que había quedado atrapada Johanna y el resultado de su pequeña investigación lo llevó a descubrir que ésta nunca había existido. Las dos bandas que disputaban el territorio se encontraban en tregua desde hacía meses y ninguno de los dos bandos había estado ese día en ese callejón.
-¡Lo sabía! ¿Cómo lo supiste?
-Un oficial que entrené me pasó el dato de un informante dentro de una de las pandillas. Me encontré con él y por unos dólares respondió a unas cuantas preguntas.
-¡Estupendo! ¡Ahora tenemos una punta para que reabran el caso y se pongan a investigar!- soltó Beckett con entusiasmo al descubrir que no estaba equivocada con lo que pensaba.
-Ojalá fuese tan sencillo. Ninguno de los miembros de las pandillas testificaría ante un juez, menos que menos si están sospechados de asesinato. Lo único que puedo hacer es seguir investigando por mi cuenta. Intentaré descubrir cuál fue la razón por la que el detective Raglan cerró la investigación tan rápido. Si logro llegar a eso y exponerlo por su pésimo trabajo, quizá pueda lograr que alguien se haga cargo de reabrir la investigación.
-¿Estás seguro de hacer esto? Ya me has ayudado mucho y no quiero meterte en problemas…
-Soy oficial de entrenamiento, Beckett ¿Tienes idea de cómo me siento cuando un policía no hace su trabajo como debe? Detesto que pasen estas cosas porque nos dejan mal parados a todos los que si hacemos nuestro trabajo como dios manda. Además, no podrías seguir investigando tu sola. Es muy peligroso y no quiero que te arriesgues.
-Te agradezco, Royce. De verdad.
El resto de la charla se compuso, mayormente, de preguntas por parte de ella sobre como iniciar una investigación. Mike intentó despejar sus dudas, tratando de no llenarle la cabeza con ideas peligrosas. Sabía que ella estaba dispuesta a llegar lejos pretendiendo encontrar al culpable y no podía arriesgarla llenándola de entusiasmo, sino más bien debía intentar mantenerla a una distancia prudencial dejando el trabajo para los que estaban capacitados para hacerlo.
-¿Capacitados como Raglan, quien cerró el caso aludiendo una guerra de pandillas que nunca existió?
-No todos somos como Raglan. No debes meternos en la misma bolsa…
-Tienes razón, pero yo también la tengo.
-Es cierto. La fuerza policíaca está llena de buenos tipos, pero lamentablemente, también hay de los otros. Quizás deberías ingresar a la academia, serías una gran policía ¡Claro que yo tendría que entrenarte, por supuesto!
Ambos rieron con ganas por la ocurrencia. Nunca se le hubiese cruzado por la cabeza meterse a policía, no se imaginaba con uniforme y placa, haciendo cumplir la ley (o no de ese lado, al menos) justamente cuando ella misma había sido bastante revoltosa ante la autoridad siendo adolescente. Pero, un pensamiento cruzó fugaz por su mente mientras se reía: ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que estuviese a su alcance para esclarecer el asesinato de su madre y si eso significaba ingresar a la academia de policía, lo haría sin dudar un instante.
El taxista llevó al escritor directo al aeropuerto. Quería tomar el primer avión que lo llevase a casa, así tuviese que viajar parado. El vuelo más cercano que tenía era para las seis de la tarde, pero el clima era desastroso, no había parado de nevar y no sabían con certeza si para esa hora la tormenta lo dejaría despegar. Así todo compró el pasaje y se dispuso a esperar a que se hiciese la hora en el bar del aeropuerto. Cada veinte minutos, por el alto parlante se escuchaba el reporte meteorológico anunciando la proximidad de una fuerte tormenta, achicando las posibilidades de que el vuelo de Rick saliese a tiempo. Finalmente, cerca de las seis menos cuarto, avisaron que todos los vuelos se suspendían hasta nuevo aviso, por lo que al escritor no le quedó más remedio que subirse a un taxi y pedirle que lo lleve a un hotel cercano a pasar la noche.
Se hospedó en el Crowne Plaza JFK, un hotel de cuatro estrellas que quedaba a unos tres kilómetros del aeropuerto. Luego de registrarse se guardó de inmediato en su habitación, no sin antes pedir que le subiesen una botella de escocés y un poco de hielo.
Lo primero que hizo fue sacarse los zapatos, luego la corbata y por último desabrochó un par de botones de su camisa. Dos golpes en la puerta seguidos por la voz de un joven diciendo “servicio de cuarto, señor”, le anunciaban la llegada de su whisky.
-Gracias.- dijo extendiendo un billete al muchacho luego de ingresar la mesilla con ruedas al cuarto.
Ni bien cerró la puerta destapo la botella para servirse una generosa medida, percatándose al servirse que no le habían traído el hielo.
-No importa, es mejor así.- pensó mientras bebía de golpe el primer vaso. El segundo vaso se fue casi tan rápido como el primero y recién el tercero vino con más calma. Ansiaba que el alcohol borrase todo lo que había pasado durante el día, ahogando la angustia que lo oprimía, pero sabía que eso era imposible aunque vaciase la botella de un solo trago.
La puerta volvió a sonar sacándolo de sus pensamientos. El escritor abrió sin preguntar, suponiendo que le habían traído el hielo que se habían olvidado anteriormente. Su sorpresa fue tremenda al descubrir que no era el mozo del hotel con la hielera.
-¿Beckett? ¿Cómo sabías donde encontrarme?
-Llamé al aeropuerto para averiguar por los vuelos a California y me dijeron que por ahora no estaban saliendo por las condiciones climáticas, así que supuse que estarías en algún hotel cerca. Busqué en el directorio telefónico hasta que di contigo.
-¡Vaya! ¡Eres buena!- exclamó sorprendido.
-No tanto. Tú eres bastante predecible.- explicó mientras lo observaba detenidamente. No tenía el mismo semblante de hoy, y su cambio probablemente se debiera, entre otras cosas, a la botella de whisky que se encontraba en la mesita de servicio. -¿Estás ebrio?
-Aun no, pero estoy en eso… ¿a qué debo el placer de tu visita?
-Olvidaste en casa el suéter que tenías puesto ayer.
-Si has venido sólo a eso, podrías haberlo mandado por Federal Express y haberte ahorrado el viaje. Seguramente estarás muy ocupada con tu nueva actividad investigativa…
-No vine a discutir, Castle.
-¿Y a qué viniste entonces?
-Vine porque no quiero que nuestra relación termine así.
-¿Así cómo? ¿Estúpidamente?
-Discutiendo mal cada vez que nos veamos. No quiero que tengamos que evitarnos si alguna vez volvemos a cruzarnos.
-¿Realmente crees que volveremos a cruzarnos? Porque, a como vienen las cosas, lo dudo.
-No lo sé. Lo que sí sé es que no quiero que me odies. No creo poder soportar eso…
-Ojalá pudiese Kate, así tratar de olvidarte sería más fácil y menos doloroso. Puedes sacarte ese peso de encima, sé con certeza que nunca podría odiarte. Te amo demasiado; más que a mi propia vida y sé que nunca más volveré a sentir lo mismo por nadie. Es por eso que mi recuerdo más preciado es y será siempre esa mágica navidad que estuvimos juntos, esa noche en la que no importaba nada más que nosotros dos y es con lo único que quiero quedarme. Ahora nuestros caminos tomarán rumbos diferentes y aunque no lo entiendo te prometo que aprenderé a aceptarlo, pero no puedo despedirme sin hacerte saber que agradezco a la vida haber tenido la posibilidad de hacer el amor con la mujer más increíble que he conocido.
Beckett quedó prácticamente desarmada con la profunda declaración. Las voces de su cabeza se camuflaban tras los sonidos de su corazón, quien con sus fuertes latidos la empujaba a arrojarse en sus brazos y olvidar todo lo que le había dicho hasta ahora. Todos sus pensamientos se mostraban confusos, todo lo que sentía era confuso. Lo único que sentía con una claridad extraordinaria era el deseo incontrolable de besarlo y sin siquiera intentar frenar esa pulsión, rodeo el cuello del escritor con sus brazos y lo besó profundamente.
En un primer momento, Castle se dejó atrapar por su dulce boca. Sus fuertes brazos la tomaron por la cintura, pegándola a su cuerpo profundizando el beso, enredando su lengua a la de ella, elevando la temperatura vertiginosamente.
Kate cerró la puerta con su pie, pudiendo apoyar su espalda sobre ella al ser empujada suavemente por él. Los largos dedos de la joven apretaron su camisa, sacándola fuera del pantalón. Uno por uno le desabrochó los botones hasta dejar su pecho al descubierto, acariciándolo de manera urgente, recorriendo todos los recovecos de su atlético cuerpo.
El escritor intentaba dejarse llevar, pero su maldita cabeza parecía no enmudecer nunca. Su corazón le pedía a gritos que continuase mientras su mente lo obligaba a detenerse y preguntar como seguiría todo esto.
Castle retrocedió dos pasos instintivamente, como si sus pensamientos hubiesen activado un mecanismo de autodefensa dentro de él. Se separó unos centímetros de ella y se la quedó observando un segundo, mientras su corazón y su cerebro se debatían en una última lucha a muerte por decidir el próximo movimiento. Finalmente su cerebro acribilló a su corazón y no pudo dejar de preguntar:
-¿Esto es una reconciliación?
La pregunta la tomó por sorpresa, por lo que demoró un momento antes de hablar, pese a que ya sabía la respuesta.
-Rick… ya hablamos de esto…
-Hablamos antes y esto es ahora. Responde la pregunta ¿Volvemos a estar juntos sí o no?
-No. La decisión ya está tomada.
-¿Y qué es esto entonces?
-No lo sé… una despedida, supongo…
-¿Una despedida? ¡No quiero una maldita despedida! ¡Lo único que quiero es seguir estando contigo y si eso no es posible para ti, no quiero más nada!
-Rick, escucha…
-Realmente ya no quiero escucharte, Kate. Déjame solo- largó con desanimo mientras abría la puerta de la habitación.
Beckett lo miró en silencio por última vez antes de irse. Ni bien terminó de salir, la puerta se cerró detrás de ella, dejando atrás al único hombre que verdaderamente había amado. No sabía si la decisión que había tomado era la correcta, pero en este momento le parecía la más acertada y era la que debía respetar, sin importar lo que dejase en el camino.
Continuará…
Bueno… espero que les haya gustado. Traten de no odiarme mucho, jajajajaja! Ya saben, espero sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!
Capítulo XII
El funeral de Johanna fue muy íntimo, muy corto y terriblemente triste. Ver a Kate mostrándose con una entereza inquebrantable y a su padre a punto de derrumbarse a cada segundo, era una representación literal de lo que se vivía estos últimos días en la destrozada familia Beckett. Todo había cambiado en un instante para ellos dos y ya nada sería lo mismo. Ambos lo sabían, aunque todavía no sabían cómo poder enfrentarlo.
Los tres regresaron en silencio, sin decir casi nada. Ni bien entró a la casa, Jim agarró una botella de whiskey de la barra y se encerró sin decir palabra dentro de su habitación sin siquiera darle tiempo a su hija a reprocharle nada.
Castle permaneció en silencio unos segundos, como buscando las palabras correctas para el momento, pero parecía no encontrarlas.
Beckett bufó mirando en dirección a la habitación de su padre expresando el enfado que sentía en ese momento. Sin decir palabra, fue hasta su cuarto a cambiarse de ropa y al terminar se dirigió hacia la cocina a servirse una taza de café, preparando una también para el escritor antes de regresar al living.
-Creo que ahora sería un buen momento para escuchar las primeras aventuras de Derrick Storm…- sugirió la joven ofreciéndole el humeante café.
-Sin dudas. Toma asiento, enseguida traigo mi portátil.- dijo yendo a buscar su mochila.
A él le pareció una buena idea dejar que se distraiga un poco, obviando el incómodo momento que acababa de vivir con su padre. Sabía cuan enfadada estaba y por eso le pareció conveniente no presionarla con el tema, suponiendo que cuando ella se sintiese preparada, hablaría de ello.
En tan solo unos segundos regresó junto a ella y sentándose en el sillón con la pequeña computadora sobre su falda, dijo con actitud seria:
-¿Estás preparada para sumergirte en la vida de este duro detective privado?
-¡No puedo esperar!
El joven y prometedor escritor comenzó su relato de forma pausada. Beckett lo escuchaba con atención, saboreando cada párrafo palabra por palabra. Le encantaba la voz fuerte y clara de su amado, tan expresiva como sus ojos al mirarla en cada pausa.
Tan interesante le resultaba la novela, que no emitió sonido hasta la pausa final hecha por el escritor al terminar de leerle el último de los capítulos que había escrito.
-¡¿Y... Entonces?! ¡¿Como sigue?! - preguntó llena de intriga.
-No sigue. Hasta ahí tengo escrito...
-¡No puedo creerlo! ¿Cuándo vas a terminarla? ¡Es realmente apasionante, Castle! Tu editor es un estúpido si piensa que nadie va a interesarse en esta novela. ¡Es estupenda!
-¿En serio te gustó?
-¡Por supuesto! A mi madre le hubiese encantado... Ya sabes cómo le gustaban tus novelas...
-Tu madre era un gran fan. ¡Te diría que la mejor que he tenido!
-¡Querrás decir, la única con la que has cruzado más de tres palabras!- bromeó la joven esbozando una sonrisa.
-Es verdad, pero eso no quiere decir que no haya sido la mejor...
-Era la mejor en todo... ¡Dios, como voy a extrañarla!- soltó con angustia, haciendo desaparecer la hermosa sonrisa que había asomado segundos atrás. -Todavía no pude revisar la bolsa que me dieron en el precinto con sus cosas...
-No te presiones, Kate. Lo harás cuando sea el momento, tu corazón te avisará cuando.
-Supongo que tienes razón...Aunque admito que tengo un poco de curiosidad por saber lo que hay dentro. - reconoció la joven.
-Entonces, tendrás que abrirla.
Kate se armó de valor y agarró la bolsa abriéndola al instante. Lo primero que sacó fue el anillo e instintivamente se lo puso en el dedo.
-Me baila- dijo mientras lo hacía girar. -Siempre pensé que mis manos eran iguales a las de ella...
-Iguales, pero más delgadas.-dijo Castle observándola detenidamente.
-Es una pena. Me hubiese gustado poder tenerlo siempre conmigo...- agregó con desanimo mientras se quitaba el anillo y lo dejaba sobre la mesa para seguir sacando el resto de las cosas.
El escritor llevó las manos a su cuello para desprender una cadenita de oro blanco que se escondía debajo de la camisa. Luego quitó la cruz que tenía colgada guardándola en el bolsillo y tomó el anillo de Johanna pasándolo por la cadena, convirtiéndolo en un dije.
-Toma. Así podrás llevarlo siempre contigo.
Kate sonrió mientras se recogía el pelo para dejarlo ponerle la cadena. Castle siempre la sorprendía con esas pequeñas cosas, pequeños gestos colmados de dulzura que la hacían amarlo aun más, si es que eso era posible.
Antes de que pudiese alejarse, la joven depositó un tímido beso en su mejilla, provocando en él una mirada de sorpresa.
-Por estar siempre en todos los detalles…- explicó rápidamente mirándolo de reojo mientras sacaba la billetera de su madre de la bolsa.
Castle siguió observándola en silencio. No quería importunarla en este difícil momento y prefirió callar antes de decir alguna estupidez que pudiese incomodarla.
-Se supone que no le robaron nada y eso es lo que más me llama la atención...- soltó finalmente la joven.
-En el periódico dijeron que quedó en medio de una guerra de pandillas ¿es cierto?
-Eso fue lo que dijo la policía, pero yo no estoy tan segura.
-¿Por qué lo dices?
-En primer lugar, mi madre no tenía nada que hacer en ese callejón. No quedaba de camino ni a su casa, ni a su oficina ni mucho menos camino al restaurant donde quedamos en encontrarnos. Si estaba ahí, debió ser por algo específico. Además ¿qué pandillero desaprovecharía la oportunidad de llevarse el dinero que tenía o sus joyas? Los aros que llevaba puestos costaban unos cuantos dólares, y eso sin contar el anillo...- mientras explicaba sus suposiciones a Rick, comenzó a sacar el resto de las pertenencias de su madre. Dentro de su billetera tenía casi 500 dólares y los aros eran de oro, por lo que valdrían unos cientos más. Castle también suponía que los pandilleros no se habrían olvidado de tremendo botín.
-¿Y el anillo Rick? ¿Cuanto podrían haberle sacado? No, no me lo creo. Aquí hay algo más. Algo que la policía ignora o bien que prefiere ignorar.
-Eso deberán descubrirlo cuando investiguen...
-No han abierto una investigación, Castle. Fue un enfrentamiento entre pandillas y caso cerrado para la policía de New York. No van a hacer nada para esclarecer el asesinato de mi madre, salvo que aparezca alguna pista o evidencia lo suficientemente fuerte como para reabrir el caso.
-No puedo creerlo...
-Pues, créelo. Lo que significa que yo deberé investigar.
-¡Eso es una locura, Kate! Puede ser muy peligroso que te involucres en una investigación de ese tipo...
-Lo sé, pero no puedo permitir que este crimen quede sin castigo. Me arrebataron a mi madre y ni siquiera existe un culpable. Necesito saber lo que realmente pasó o al menos descubrir que hacía mi madre en ese callejón. Quizás, si descubro el porqué ella estuvo ahí, si les demuestro que no fue casual, puedan reabrir la investigación descartando a las pandillas.
-No lo sé... Sigo pensando que puede ser demasiado peligroso...
-Es probable, pero aun así debo intentarlo. Tengo un conocido que es policía. Ayer hablé con él y le conté lo que había sucedido y prometió averiguar todo cuanto le fuese posible dentro de la policía. Quizá haya algo de donde poder agarrarse como para seguir investigando.
-¿Tienes un amigo policía y nunca me contaste? ¿Quién es?
-Es un conocido, aun no es mi amigo. Su nombre es Michel Royce, es oficial de entrenamiento y ha preparado a una cantidad importante de agentes, que ahora están esparcidos por toda la ciudad. Si hay alguien que puede ayudarme a descubrir si algo en este momento es él. Sin su ayuda, no podría siquiera intentarlo.
Rick se la quedó mirando preocupado. El solo hecho de que pudiese exponerse a semejante peligro, lo llenaba de terror. No podría soportar que saliese lastimada, pero ¿qué podría hacer para protegerla?
-No pongas esa cara, Castle. No voy a cambiar de opinión al respecto...
-Entonces te ayudaré a investigar.
-No, no voy a involucrarte en esto. Tú tienes una vida en California, lleno de obligaciones y te será imposible ayudarme. Además, como tu bien dijiste, puede ser muy peligroso y lo que menos quiero es que tu hijo nazca sin un padre...
-No es justo meter a mi hijo en medio de esto. No estamos hablando de él sino de ti.
-Ya lo sé. Pero tú sabes bien que tenemos una charla pendiente...
-Y vamos a tenerla, pero no ahora. Ya hablaremos cuando vuelvas a Stanford.
-Es que no lo entiendes ¿verdad? No voy a regresar, Castle.
-¿Que dijiste?
-Que me voy a quedar aquí en New York.
-No puedes hacer eso, Kate ¿Qué hay de tus estudios?
-No voy a seguir en la escuela de leyes, ya está decidido.
-¡¿Por qué vas a abandonar la universidad?!
-No puedo regresar. Tengo que quedarme aquí... Mi padre... No puede quedarse solo. La muerte de mi madre ha sido muy dura para él y no puedo abandonarlo. Y con respecto a ti... No puedo hacerme cargo de todo lo arrastra tener una relación contigo, no podríamos dedicarnos el tiempo suficiente y seguir juntos sería cometer un tremendo error...
-¡No puedes decirme esto Kate! ¡Ni siquiera me estás dando la oportunidad de demostrarte de que podemos superar esto!
-¡¿Superar qué?! ¡¿La muerte de mi madre?! ¡¿Que tengas un hijo con otra?! ¡¿La distancia que nos va a separar?!
-Escucha, Kate, se que la muerte de tu madre es lo peor que te ha tocado vivir y es por eso que me gustaría estar a tu lado haciéndote las cosas más llevaderas. Siempre es más fácil de a dos...
-Es que ahí está el problema, Castle. No somos dos. El "tú y yo" quedó en el pasado. Ahora tienes un hijo en camino, y eso sumaría tres, y no me quiero olvidar de tu ex, por lo que seríamos cuatro. Tres personas en tu vida con las que tendrás que repartir tu tiempo. Así que ¿Cuanto crees que me tocará a mí, después de atender a tu hijo y de lidiar con tu ex?
-¡Esas son puras especulaciones! No tiene por qué ser así...
-Sí, si tiene que ser así. Conociéndote como te conozco, sé que le dedicarás todo tu tiempo a esa criatura. Y no lo tomes como un reproche, sino más bien todo lo contrario. Sé que serás un excelente padre y eso me enorgullece. Es por eso que tu tiempo conmigo será escueto, más aun teniendo en cuenta la distancia, y ¿sabes qué? En este momento de mi vida no puedo lidiar con todo esto. Lo mejor que puedo hacer es estar sola.
-¡No estás siendo justa, Kate! ¡Ni siquiera…!- el sonido estridente de su teléfono móvil interrumpió al escritor. Intentó ignorarlo, pero el timbre era realmente insoportable.
-¡¿Tienes un celular?! ¡¿Después de todo el discurso que diste en navidad?!
-Ahórrate el sermón, Kate. Mi madre ya te ha ganado de mano con eso…-
-¡Y no es para menos!
-No fue decisión mía, como podrás suponer, pero sabes que viajo bastante y Meredith quiere poder comunicarse conmigo por cualquier eventualidad. No puedo negarme, es lo que haría un padre responsable…- se justificó el escritor, entendiendo perfectamente lo que sus palabras podrían significar en este momento de su tan postergada conversación.
-Tienes toda la razón y eso reafirma todo lo que acabo de decirte. Deberías atender, nuestra charla ha terminado.- sentenció de forma contundente, mientras regresaba a la cocina a servirse otra taza de café.
-¡No, no ha terminado!- alcanzó a decir Castle antes de responder el teléfono con fastidio.
Al escuchar los reproches de su ex no pudo más que enfadarse con ella y todo derivó en una acalorada discusión, la cual el escritor finalizó tajantemente: -¡Ya te di la solución, Meredith! ¡Es simple, o vas mañana con mi madre o reprogramas la ecografía para la semana que viene! ¡No hay manera de que tome un vuelo esta noche, así que olvídalo!¡Y ni se te ocurra volver a llamar, a menos que sea algo importante¡ ¿Entendido?
Ni bien terminó de hablar se dispuso a ir a la cocina para reanudar la conversación, pero el teléfono de la casa de Beckett empezó a sonar, impidiendo que pudiese decir una palabra. Kate fue a atenderlo sin demora, mientras él se quedó en la cocina esperando.
La casa estaba en absoluto silencio, por lo que, desde donde estaba, podía escuchar a la perfección la conversación telefónica, o mejor dicho, escucharla a ella e imaginarse el resto.
-Hola.
-¡Hola Kate, habla Royce!
-¡Hola Mike!
-Te llamo porque tengo novedades. No es mucho, pero por algo hay que empezar.
-Estoy de acuerdo ¿Cuándo podemos encontrarnos?
-Hoy estoy de franco, si no estás ocupada podríamos vernos en un rato.
Beckett pensó un segundo la respuesta, decidiendo si debía irse a encontrar con Royce o quedarse a seguir discutiendo con Castle. Inevitablemente, la balanza se inclinó hacia el lado más obvio.
-No tengo nada que hacer ¿Dónde nos encontramos?
-¿Te queda bien el Starbucks de la 55 y avenida Lexington?
-Sí, estoy muy cerca. Te veo ahí en una hora.
Castle esperó a que la joven colgara el teléfono para salir de la cocina. El llamado de ese tal Royce lo había sorprendido, pero la respuesta de la joven verdaderamente lo había desconcertado.
-¿Vas a encontrarte con tu amiguito Mike?
-¿Estabas escuchando?
-No, pero no estoy sordo. Estaba sentado en la cocina, no dentro de la heladera.
-¡Ya te dije que aun no es mi amigo!
-¿Y se supone que con eso me tengo que quedar tranquilo?
-No te estoy entendiendo, Castle… ¿Te molesta que no sea mi amigo?- preguntó frunciendo el entrecejo mostrando su enfado.
-Me molesta que te vayas con un tipo que ni siquiera es tu amigo y al que prácticamente no conoces en vez de quedarte aquí a terminar la conversación que empezamos hace un rato ¿Es más importante él que yo?
- Royce averiguó algo sobre el caso de mi madre, voy a encontrarme con él así me pone al tanto. Como te darás cuenta, no es una cita, así que ahórrate la escena de celos.- explicó con fastidio.
-No estoy celoso, pero sí me siento desplazado. Siento que ya nada de lo nuestro te importa, que yo no te importo y lo que es peor, que tú no me necesitas y eso es lo que más me duele.
-Eso no es verdad, Castle…
-¡Entonces, demuéstramelo! ¡Quédate aquí conmigo a terminar la conversación que tenemos pendiente en vez de ir a encontrarte con Royce a que te ayude a comenzar con esta locura de investigar el asesinato de tu madre!
-¡Para ti será una locura, para mí, es la única forma que encuentro para no derrumbarme!
-¡No es la manera, Beckett! ¿No lo entiendes?- el escritor se sentía cada vez más frustrado al no poder hacer entrar en razón a su amada, y su tono elevado de voz lo dejaba en evidencia.
Decidió respirar hondo para tranquilizarse, y luego, con un tono más tranquilo prosiguió:-No sabes a que lugares puede llevarte esta investigación ni con qué clase de gente vas a meterte, o las cosas que tendrás hacer para obtener resultados. Si te embarcas en esta cruzada en busca de justicia te adentrarás en una profunda e interna oscuridad de la que te será muy difícil escapar. Si verdaderamente no quieres derrumbarte, yo estoy aquí para contenerte, sólo debes dejar que te cuide. Por favor, Kate, no me alejes…
-Te agradezco la intención, Castle, pero necesito hacer esto. Siento que mi madre no tendrá paz hasta que el culpable de su muerte esté tras las rejas.
-Kate…
-Es suficiente Rick, ya está decidido.
-Ya veo…- largó con resignación. No había más nada que decir, tampoco más nada que hacer ahí. –No quiero entretenerte más, seguro que estás retrasada ¿Podrías pedirme un taxi mientras voy a buscar mi maleta?
Sin esperar la respuesta, se dirigió a la habitación a buscar sus cosas. Intentaría tomar un vuelo lo antes posible para regresar a su casa. Beckett había elegido apartarlo de su vida y al parecer, no había nada que hacer al respecto, por lo tanto no seguiría suplicando.
-¿Te vas?- se apuró a preguntar algo sorprendida al no esperar la inmediata partida del escritor.
-Así es. No tengo nada más que hacer aquí.- respondió sin siquiera darse vuelta a mirarla. Beckett sintió frialdad en sus palabras y no lo culpaba. Ella se había encargado de provocar eso en él y ahora debía aceptarlo.
Luego de llamar al taxi se acercó hasta la puerta, donde se encontraba Castle.
-En menos de diez minutos estará aquí.- informó la joven.
-Gracias. Esperaré afuera.
-Quédate aquí hasta que venga. Está muy frio afuera…
-Prefiero salir. Adiós Beckett, déjale un saludo a tu padre de mi parte.- dijo mirándola por última vez antes de abrir la puerta de calle.
-Adiós Rick…
Kate quedó mirando la puerta unos segundos, tratando de asimilar todo lo que acababa de pasar. La retirada inesperada del escritor la había desconcertado, a pesar de que había hecho todo lo posible para que suceda. Ella era la única culpable y estaba consciente de eso, sólo que el no tenerlo al lado cambiaba un poco las cosas. Toda la claridad que hacía tan solo unos minutos tenía para argumentar su postura, perdía consistencia al recordar la última mirada cargada de tristeza que le dedicó Castle antes de marcharse. Pero, no podía retrasarse más en su partida y seguir pensando en él, no podía permitirse eso. Debía encontrarse con Royce para obtener información sobre la investigación del caso de su madre y eso era lo único importante en ese momento.
Michel la estaba esperando sentado en una mesa. Ella lo saludó desde lejos mientras pedía su café en el mostrador del Starbucks. Cuando se unió a él, rápidamente sacó el tema por el cual se habían reunido.
Royce le contó que estuvo averiguando sobre la “supuesta” guerra de pandillas en la que había quedado atrapada Johanna y el resultado de su pequeña investigación lo llevó a descubrir que ésta nunca había existido. Las dos bandas que disputaban el territorio se encontraban en tregua desde hacía meses y ninguno de los dos bandos había estado ese día en ese callejón.
-¡Lo sabía! ¿Cómo lo supiste?
-Un oficial que entrené me pasó el dato de un informante dentro de una de las pandillas. Me encontré con él y por unos dólares respondió a unas cuantas preguntas.
-¡Estupendo! ¡Ahora tenemos una punta para que reabran el caso y se pongan a investigar!- soltó Beckett con entusiasmo al descubrir que no estaba equivocada con lo que pensaba.
-Ojalá fuese tan sencillo. Ninguno de los miembros de las pandillas testificaría ante un juez, menos que menos si están sospechados de asesinato. Lo único que puedo hacer es seguir investigando por mi cuenta. Intentaré descubrir cuál fue la razón por la que el detective Raglan cerró la investigación tan rápido. Si logro llegar a eso y exponerlo por su pésimo trabajo, quizá pueda lograr que alguien se haga cargo de reabrir la investigación.
-¿Estás seguro de hacer esto? Ya me has ayudado mucho y no quiero meterte en problemas…
-Soy oficial de entrenamiento, Beckett ¿Tienes idea de cómo me siento cuando un policía no hace su trabajo como debe? Detesto que pasen estas cosas porque nos dejan mal parados a todos los que si hacemos nuestro trabajo como dios manda. Además, no podrías seguir investigando tu sola. Es muy peligroso y no quiero que te arriesgues.
-Te agradezco, Royce. De verdad.
El resto de la charla se compuso, mayormente, de preguntas por parte de ella sobre como iniciar una investigación. Mike intentó despejar sus dudas, tratando de no llenarle la cabeza con ideas peligrosas. Sabía que ella estaba dispuesta a llegar lejos pretendiendo encontrar al culpable y no podía arriesgarla llenándola de entusiasmo, sino más bien debía intentar mantenerla a una distancia prudencial dejando el trabajo para los que estaban capacitados para hacerlo.
-¿Capacitados como Raglan, quien cerró el caso aludiendo una guerra de pandillas que nunca existió?
-No todos somos como Raglan. No debes meternos en la misma bolsa…
-Tienes razón, pero yo también la tengo.
-Es cierto. La fuerza policíaca está llena de buenos tipos, pero lamentablemente, también hay de los otros. Quizás deberías ingresar a la academia, serías una gran policía ¡Claro que yo tendría que entrenarte, por supuesto!
Ambos rieron con ganas por la ocurrencia. Nunca se le hubiese cruzado por la cabeza meterse a policía, no se imaginaba con uniforme y placa, haciendo cumplir la ley (o no de ese lado, al menos) justamente cuando ella misma había sido bastante revoltosa ante la autoridad siendo adolescente. Pero, un pensamiento cruzó fugaz por su mente mientras se reía: ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que estuviese a su alcance para esclarecer el asesinato de su madre y si eso significaba ingresar a la academia de policía, lo haría sin dudar un instante.
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El taxista llevó al escritor directo al aeropuerto. Quería tomar el primer avión que lo llevase a casa, así tuviese que viajar parado. El vuelo más cercano que tenía era para las seis de la tarde, pero el clima era desastroso, no había parado de nevar y no sabían con certeza si para esa hora la tormenta lo dejaría despegar. Así todo compró el pasaje y se dispuso a esperar a que se hiciese la hora en el bar del aeropuerto. Cada veinte minutos, por el alto parlante se escuchaba el reporte meteorológico anunciando la proximidad de una fuerte tormenta, achicando las posibilidades de que el vuelo de Rick saliese a tiempo. Finalmente, cerca de las seis menos cuarto, avisaron que todos los vuelos se suspendían hasta nuevo aviso, por lo que al escritor no le quedó más remedio que subirse a un taxi y pedirle que lo lleve a un hotel cercano a pasar la noche.
Se hospedó en el Crowne Plaza JFK, un hotel de cuatro estrellas que quedaba a unos tres kilómetros del aeropuerto. Luego de registrarse se guardó de inmediato en su habitación, no sin antes pedir que le subiesen una botella de escocés y un poco de hielo.
Lo primero que hizo fue sacarse los zapatos, luego la corbata y por último desabrochó un par de botones de su camisa. Dos golpes en la puerta seguidos por la voz de un joven diciendo “servicio de cuarto, señor”, le anunciaban la llegada de su whisky.
-Gracias.- dijo extendiendo un billete al muchacho luego de ingresar la mesilla con ruedas al cuarto.
Ni bien cerró la puerta destapo la botella para servirse una generosa medida, percatándose al servirse que no le habían traído el hielo.
-No importa, es mejor así.- pensó mientras bebía de golpe el primer vaso. El segundo vaso se fue casi tan rápido como el primero y recién el tercero vino con más calma. Ansiaba que el alcohol borrase todo lo que había pasado durante el día, ahogando la angustia que lo oprimía, pero sabía que eso era imposible aunque vaciase la botella de un solo trago.
La puerta volvió a sonar sacándolo de sus pensamientos. El escritor abrió sin preguntar, suponiendo que le habían traído el hielo que se habían olvidado anteriormente. Su sorpresa fue tremenda al descubrir que no era el mozo del hotel con la hielera.
-¿Beckett? ¿Cómo sabías donde encontrarme?
-Llamé al aeropuerto para averiguar por los vuelos a California y me dijeron que por ahora no estaban saliendo por las condiciones climáticas, así que supuse que estarías en algún hotel cerca. Busqué en el directorio telefónico hasta que di contigo.
-¡Vaya! ¡Eres buena!- exclamó sorprendido.
-No tanto. Tú eres bastante predecible.- explicó mientras lo observaba detenidamente. No tenía el mismo semblante de hoy, y su cambio probablemente se debiera, entre otras cosas, a la botella de whisky que se encontraba en la mesita de servicio. -¿Estás ebrio?
-Aun no, pero estoy en eso… ¿a qué debo el placer de tu visita?
-Olvidaste en casa el suéter que tenías puesto ayer.
-Si has venido sólo a eso, podrías haberlo mandado por Federal Express y haberte ahorrado el viaje. Seguramente estarás muy ocupada con tu nueva actividad investigativa…
-No vine a discutir, Castle.
-¿Y a qué viniste entonces?
-Vine porque no quiero que nuestra relación termine así.
-¿Así cómo? ¿Estúpidamente?
-Discutiendo mal cada vez que nos veamos. No quiero que tengamos que evitarnos si alguna vez volvemos a cruzarnos.
-¿Realmente crees que volveremos a cruzarnos? Porque, a como vienen las cosas, lo dudo.
-No lo sé. Lo que sí sé es que no quiero que me odies. No creo poder soportar eso…
-Ojalá pudiese Kate, así tratar de olvidarte sería más fácil y menos doloroso. Puedes sacarte ese peso de encima, sé con certeza que nunca podría odiarte. Te amo demasiado; más que a mi propia vida y sé que nunca más volveré a sentir lo mismo por nadie. Es por eso que mi recuerdo más preciado es y será siempre esa mágica navidad que estuvimos juntos, esa noche en la que no importaba nada más que nosotros dos y es con lo único que quiero quedarme. Ahora nuestros caminos tomarán rumbos diferentes y aunque no lo entiendo te prometo que aprenderé a aceptarlo, pero no puedo despedirme sin hacerte saber que agradezco a la vida haber tenido la posibilidad de hacer el amor con la mujer más increíble que he conocido.
Beckett quedó prácticamente desarmada con la profunda declaración. Las voces de su cabeza se camuflaban tras los sonidos de su corazón, quien con sus fuertes latidos la empujaba a arrojarse en sus brazos y olvidar todo lo que le había dicho hasta ahora. Todos sus pensamientos se mostraban confusos, todo lo que sentía era confuso. Lo único que sentía con una claridad extraordinaria era el deseo incontrolable de besarlo y sin siquiera intentar frenar esa pulsión, rodeo el cuello del escritor con sus brazos y lo besó profundamente.
En un primer momento, Castle se dejó atrapar por su dulce boca. Sus fuertes brazos la tomaron por la cintura, pegándola a su cuerpo profundizando el beso, enredando su lengua a la de ella, elevando la temperatura vertiginosamente.
Kate cerró la puerta con su pie, pudiendo apoyar su espalda sobre ella al ser empujada suavemente por él. Los largos dedos de la joven apretaron su camisa, sacándola fuera del pantalón. Uno por uno le desabrochó los botones hasta dejar su pecho al descubierto, acariciándolo de manera urgente, recorriendo todos los recovecos de su atlético cuerpo.
El escritor intentaba dejarse llevar, pero su maldita cabeza parecía no enmudecer nunca. Su corazón le pedía a gritos que continuase mientras su mente lo obligaba a detenerse y preguntar como seguiría todo esto.
Castle retrocedió dos pasos instintivamente, como si sus pensamientos hubiesen activado un mecanismo de autodefensa dentro de él. Se separó unos centímetros de ella y se la quedó observando un segundo, mientras su corazón y su cerebro se debatían en una última lucha a muerte por decidir el próximo movimiento. Finalmente su cerebro acribilló a su corazón y no pudo dejar de preguntar:
-¿Esto es una reconciliación?
La pregunta la tomó por sorpresa, por lo que demoró un momento antes de hablar, pese a que ya sabía la respuesta.
-Rick… ya hablamos de esto…
-Hablamos antes y esto es ahora. Responde la pregunta ¿Volvemos a estar juntos sí o no?
-No. La decisión ya está tomada.
-¿Y qué es esto entonces?
-No lo sé… una despedida, supongo…
-¿Una despedida? ¡No quiero una maldita despedida! ¡Lo único que quiero es seguir estando contigo y si eso no es posible para ti, no quiero más nada!
-Rick, escucha…
-Realmente ya no quiero escucharte, Kate. Déjame solo- largó con desanimo mientras abría la puerta de la habitación.
Beckett lo miró en silencio por última vez antes de irse. Ni bien terminó de salir, la puerta se cerró detrás de ella, dejando atrás al único hombre que verdaderamente había amado. No sabía si la decisión que había tomado era la correcta, pero en este momento le parecía la más acertada y era la que debía respetar, sin importar lo que dejase en el camino.
Continuará…
Bueno… espero que les haya gustado. Traten de no odiarme mucho, jajajajaja! Ya saben, espero sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:49 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ojiplática ( ) me has dejado, ya tengo clara una cosa ... bueno más de una , pero ésta es la confirmación de que después de tanto tiempo no mejoraste ni un miligramo tu vena dramática, más bien podría decirse que vienes pisando fuerte y me dejaste sin callos , jajajajajajaja. Lo digo porque para mí que tus intenciones, si nunca fueron la de contarme historias de drama justito y lectura optimista y relajante, (cosa con la que ya contaba), parecen haberse radicalizado y me has enseñado la cara más fría de Kate Beckett, la que en aquellos momentos afloró tras la pérdida del ser más amado por ella, convirtiéndola en una nueva persona que deja atrás sus sentimientos, para dejarse llevar por su cerebro colapsado por unas ideas bastante peregrinas .
No ha dejado ni un pequeño resquicio por el que Castle pueda maniobrar, ha sido tan precisa como un reloj suizo y tan severa como la enseñanza en un internado inglés .
A pesar de que en el último momento pareció que su corazón la iluminó , queriendo despedir a Castle de forma un poco más afectiva , casi como si quisiera hacerle saber que le agradecía que hubiera querido acompañarla en esos terribles momentos, no fue capaz de ceder ni siquiera un poquito ante el pobre escritor. Fue sincera, no le engañó, pero que terrible frialdad por su parte, jajajajajaja pues va a ser verdad que no vas a dar ni la más mínima pista de lo que se avecina , jajajajajaja
Claro está que yo tengo mis teorías , pero me voy a abstener de comentarlas, ya que necesitaré algún dato más, porque si es cierto que aquellos años de oscuridad y ostracismo por los que pasó Beckett, no se han visto en la serie, sí que tengo datos de como terminó siendo, y algo me huelo, jajajajajajaja a pesar de decir que no vas a seguir la serie, cosa lógica, pues te has aventurado en un periodo bastante desconocido para los simples mortales como yo. También es cierto que la observancia del entorno puede aclarar algún que otro detalle, jajajajaja y sabes que suelo ser bastante observadora , jajajajajaja
Y ya que estamos, bien podrías seguir subiendo el capítulo que viene tal como mañana vs hoy que ya me volví a pasar de hora, jajajajajaja que para eso es fiesta, y no tienes que trabajar, jajajajaja BESOTESSSSSSSSSSSSSS
No ha dejado ni un pequeño resquicio por el que Castle pueda maniobrar, ha sido tan precisa como un reloj suizo y tan severa como la enseñanza en un internado inglés .
A pesar de que en el último momento pareció que su corazón la iluminó , queriendo despedir a Castle de forma un poco más afectiva , casi como si quisiera hacerle saber que le agradecía que hubiera querido acompañarla en esos terribles momentos, no fue capaz de ceder ni siquiera un poquito ante el pobre escritor. Fue sincera, no le engañó, pero que terrible frialdad por su parte, jajajajajaja pues va a ser verdad que no vas a dar ni la más mínima pista de lo que se avecina , jajajajajaja
Claro está que yo tengo mis teorías , pero me voy a abstener de comentarlas, ya que necesitaré algún dato más, porque si es cierto que aquellos años de oscuridad y ostracismo por los que pasó Beckett, no se han visto en la serie, sí que tengo datos de como terminó siendo, y algo me huelo, jajajajajajaja a pesar de decir que no vas a seguir la serie, cosa lógica, pues te has aventurado en un periodo bastante desconocido para los simples mortales como yo. También es cierto que la observancia del entorno puede aclarar algún que otro detalle, jajajajaja y sabes que suelo ser bastante observadora , jajajajajaja
Y ya que estamos, bien podrías seguir subiendo el capítulo que viene tal como mañana vs hoy que ya me volví a pasar de hora, jajajajajaja que para eso es fiesta, y no tienes que trabajar, jajajajaja BESOTESSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Pues te odio un poquito ahora mismo... espero que no desaparezcas durante mucho tiempo, necesito saber como sigue...
alba_caskett- Actor en Broadway
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
agecastbet escribió:Ojiplática ( ) me has dejado, ya tengo clara una cosa ... bueno más de una , pero ésta es la confirmación de que después de tanto tiempo no mejoraste ni un miligramo tu vena dramática, más bien podría decirse que vienes pisando fuerte y me dejaste sin callos , jajajajajajaja.
Y como estás de los ojos? Ya se te pasó el ojiplatismo? Jajajajajajaja Como es eso de que no mejoré ni un miligramo mi vena dramática???!!! Yo creo que se ha ensanchado al máximo y ahora todo el drama, los conflictos y las peleas, fluyen con mayor naturalidad ¿no te parece una mejora increíble?!! Jajajajajajajaja
Lo digo porque para mí que tus intenciones, si nunca fueron la de contarme historias de drama justito y lectura optimista y relajante, (cosa con la que ya contaba), parecen haberse radicalizado y me has enseñado la cara más fría de Kate Beckett, la que en aquellos momentos afloró tras la pérdida del ser más amado por ella, convirtiéndola en una nueva persona que deja atrás sus sentimientos, para dejarse llevar por su cerebro colapsado por unas ideas bastante peregrinas .
Y que esperabas? Que después de tanto tiempo sin actualizar el fic fuese todo miel y rosas?! No le estaría haciendo honor a mi estilo, jajajajajaja
Yo creo que la reacción de Kate era bastante previsible, quizá no tanto la idea de investigar el homicidio de su madre, pero sí la decisión que tomó con respecto a su relación con el escritor. Se le juntaron muchas cosas a la pobre chica, que además de lidiar con el dolor de la pérdida de su madre y el creciente alcoholismo de su padre, tiene que sumarle el "problemita" de Castle. No es ilógico entonces que ella prefiera deshacerse de el menor de los conflictos, o mejor dicho, el único conflicto que puede apartar de inmediato de su vida y así sentirse un poco menos agobiada.
No ha dejado ni un pequeño resquicio por el que Castle pueda maniobrar, ha sido tan precisa como un reloj suizo y tan severa como la enseñanza en un internado inglés .
Pensó muy bien antes de hablar con él y buscó argumentos suficientes como para justificar todas sus palabras, dejándolo fuera de combate antes de empezar la pelea. Menuda personalidad que va forjando la nena ¿No te parece? ¿estaré creando un monstruo? jajajajajajaja
A pesar de que en el último momento pareció que su corazón la iluminó , queriendo despedir a Castle de forma un poco más afectiva , casi como si quisiera hacerle saber que le agradecía que hubiera querido acompañarla en esos terribles momentos, no fue capaz de ceder ni siquiera un poquito ante el pobre escritor. Fue sincera, no le engañó, pero que terrible frialdad por su parte, jajajajajaja pues va a ser verdad que no vas a dar ni la más mínima pista de lo que se avecina , jajajajajaja
Ella quería que ambos, dentro de lo posible, tuviesen un buen recuerdo de su relación, y que mejor recuerdo que una apasionada despedida. El problema es que una de las partes no tenía la intención de aceptar esa despedida. Creo que estuvo bien por parte de ella no engañarlo, eso demuestra que lo quiere de verdad. Y con respecto a la frialdad con la que se manejó, no me queda más que decir que la nueva Beckett (aunque ya lo has notado) se está transformando en una persona cerebral y supongo que su frialdad es el mejor mecanismo de defensa que encuentra su cerebro para contener a su corazón.
Obvio que no voy a dar ni un indicio de como va a venir la cosa. Lo que si te voy a decir, que es básicamente lo que digo siempre, es que no se va a poner bonito, jajajajajaja
Claro está que yo tengo mis teorías , pero me voy a abstener de comentarlas, ya que necesitaré algún dato más, porque si es cierto que aquellos años de oscuridad y ostracismo por los que pasó Beckett, no se han visto en la serie, sí que tengo datos de como terminó siendo, y algo me huelo, jajajajajajaja a pesar de decir que no vas a seguir la serie, cosa lógica, pues te has aventurado en un periodo bastante desconocido para los simples mortales como yo. También es cierto que la observancia del entorno puede aclarar algún que otro detalle, jajajajaja y sabes que suelo ser bastante observadora , jajajajajaja
Confesá! Te vas a abstener de comentar tus teorías por qué no tenés ni idea de por dónde va a salir, jajajajajajaja
Lo bueno de éste período del que poco se sabe, es que tengo total libertad para irme por cualquier lado y además, siempre puedo apoyarme en los datos que filtraron los protagonistas dentro de los capítulos de la serie, cosa que puede ser muy entretenida si logro amalgamar ambas cosas. Eso sí, si no me sale bien el fic puede llegar a convertirse en una verdadera porquería, jajajajajajaja
Y ya que estamos, bien podrías seguir subiendo el capítulo que viene tal como mañana vs hoy que ya me volví a pasar de hora, jajajajajaja que para eso es fiesta, y no tienes que trabajar, jajajajaja BESOTESSSSSSSSSSSSSS
No quiero malacostumbrarte, así que lo voy a subir mañana cuando vuelva del trabajo, jajajajajaja. Hablando en serio, lo tengo que subir mañana (o mejor dicho, hoy a la noche) porque le tengo que hacer un par de correcciones y no estuve en casa en todo el día, así que tendrás que esperar un poquito más, ya que lo estoy terminando de pulir.
Muchas gracias por tu comentario, amiga. Fue estupendo, como siempre! Beso grande y nos leemos pronto!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
alba_caskett escribió:Pues te odio un poquito ahora mismo... espero que no desaparezcas durante mucho tiempo, necesito saber como sigue...
Menos mal que sólo me odias un poquito, pronto me odiarás más, jajajajaja No te preocupes que no voy a desaparecer tanto tiempo, si todo sale como tengo planeado, hoy a la noche subo nuevo capi. Muchas gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola a tod@s! Perdón por la demora, pero no tuve luz durante dos días y no como se imaginarán se me hizo imposible subir el capítulo. Espero sepan disculpar. Que lo disfruten!!!
Capítulo XIII
Habían pasado más de cinco meses desde su regreso de New York y Castle no había tenido ni la mínima noticia de Beckett, como si se la hubiese tragado la tierra después de esa noche en el hotel. Ni siquiera había regresado a buscar su moto, la cual había guardado en el garaje de su casa, esperando así poder volver a verla el día que decidera venir a buscarla. Las cosas entre ellos habían terminado bastante mal y viéndolo a la distancia, Kate tenía razón en no querer terminar así, sobre todo si a él le quedaba alguna esperanza de recuperarla. El problema era que en su momento, no había visto las cosas con tanta claridad como ahora y la había terminado echando de la habitación sin posibilidad de nada; ni siquiera de despedirse.
La había llamado unas cuantas veces, pero nunca logró encontrarla. Sólo había podido hablar con Jim o dejar mensajes a su contestador y nunca le había regresado los llamados, como si nunca se hubiese enterado. Poco a poco fue asumiendo que ella no quería saber nunca más nada de él y finalmente dejó de llamar.
Intentó entonces dar vuelta la página y regresar a su vida de soltero cargada de fiestas, colmado de mujeres y vacío de compromisos, pero tampoco eso podía llenar el hueco enorme que había dejado Kate en su corazón.
Se refugió entonces en su escritura, que en definitiva, era lo único que lo hacía feliz ya que ni siquiera la proximidad del nacimiento de su hija lo conmovía lo suficiente ya que Meredith era completamente demandante de su persona y eso lo exasperaba, impidiendo cualquier disfrute relacionado a su paternidad. Todo había cambiado en su vida y nada era lo que esperaba, y cuando había perdido casi toda esperanza de una vida feliz, una luz se encendió de repente: una pequeña luz que lo ayudaría a encontrar el camino que hacía tiempo que había perdido.
Kyra llegó al café por casualidad una tarde de lluvia. Volvía en bicicleta de la clase de su posgrado de arte, cuando la sorprendió una fuerte tormenta de cual le fue imposible escapar. Dejó su bici apoyada afuera y entró corriendo, chocándose en la puerta con Rick.
-¡Vaya que llevas prisa!- soltó divertido mientras levantaba la bandeja que se le había caído al toparse con la joven.
-¡Lo siento! No quería que se me siga mojando la carpeta con los trabajos, tengo que presentarlos en unos días…- dijo excusándose al instante.
-Espero que no sea muy tarde…- respondió mirando la carpeta húmeda que ella llevaba bajo el brazo.
-¡Oh, diablos!
-Quizá no se hayan mojado aun ¿Por qué no la abres y sacas tus trabajos? Puedes ponerlos sobre las mesas y mientras te tomas un delicioso café te ayudo a secar la carpeta para que puedas llevarlos de nuevo.
-¿Te parece? Tengo unos cuantos dibujos y ocuparían bastante espacio. No te quedaría mucho lugar para tus clientes…
-¿Cuántos clientes crees que podrán venir con esta lluvia? Nadie va a entrar, créeme.
-¡Gracias! ¡Eres lo más! Por cierto, me llamo Kyra.- dijo extendiendo su mano. Él extendió la suya para estrecharla mientras se presentaba.
-Rick ¡Un gusto conocerte!
Desde ese día poco se separaron. La pasaban bien juntos, sin ponerse ningún rótulo y sin presionarse. Ambos venían de situaciones difíciles, bastante quemados y era por eso que todo entre ellos iba despacio, fluyendo sin apremio.
Todo parecía encaminarse para el escritor. Su humor había cambiado considerablemente, había terminado su última novela y las anteriores se estaban vendiendo maravillosamente, estaba permitiéndose disfrutar de una nueva relación y hasta las cosas con su hermano se habían acomodado bastante, claro que esto último se debía en parte a que Dan quería venderle su parte del café para abrir su propio negocio y necesitaba mejorar el diálogo, pero eso era secundario. En síntesis, todo iba viento en popa y mejorando, pero como parecía ser común en la vida de Castle, nada bueno duraba demasiado tiempo.
Esa mañana le había pedido a Phil que abriese el café con Juan ya que él estaría ocupado a primera hora teniendo una reunión con su editor y no llegaría antes de las ocho y media. El pastelero llegó a penas pasadas las siete y media y de inmediato prendió el horno para preparar los croissants que servirían en el desayuno y la máquina de café para que estuviese lista a la hora de apertura. Juan llegó unos minutos después y se puso a cortar la masa que la noche anterior había dejado preparada. Ambos estaban abocados a sus tareas cuando escucharon un par de golpecitos en el vidrio de la puerta de entrada. Phil se asomó extrañado para ver a quien se le había ocurrido aparecer tan temprano. Su asombro fue tal que no pudo evitar gritar de alegría.
-¡Kate, que sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¡No puedo creer que hayas venido a visitarnos!
-¡Hola Phil!- dijo la joven abrazándolo ni bien abrió la puerta. Juan salió de la cocina en cuanto la escuchó y corrió a abrazarla. Hacía meses que no se veían y los tres estaban felices de reencontrarse.
-Voy a preparar unas tazas de café así desayunamos juntos.- anunció Juan moviéndose hacia la cafetera.
-Yo sirvo el café. Tú encárgate de los croissants, ya están casi listos.- indicó Phil.
–Regresé a California a buscar mi moto. Pasé por la casa de Rick y como no estaba pensé que lo encontraría aquí, porque… sigue viniendo ¿no es así?
-Por ahora sí, pero no sé por cuánto tiempo. Su carrera como escritor está despegando de forma astronómica y no creo que dure mucho más aquí.- respondió Phil.
-¡Lo sé! ¡La prensa no para de hablar de él! ¡Me alegra que le vaya bien!
-A mí también me alegra. Se lo ve contento, como hacía mucho que no estaba. Cuando regresó de New York era otro, su semblante era sombrío y pocas veces sonreía. Permaneció así durante unos cuantos meses, hasta que volvió a escribir y eso le devolvió un poco de vida.
-Siento mucho haberle causado tanto daño… Nunca fue mi intención herirlo, pero tampoco podía hacerme cargo en ese momento de nuestra relación…
-Algunas veces no podemos evitarlo, pero otras sí…
-¿A qué te refieres?
-Kate, sé que no debo meterme, pero conozco a Richard desde que era un niño y lo quiero como si fuese mi hijo, así que debo preguntar…
-¿Preguntar qué?
-¿A qué has venido realmente? ¿Viniste buscar tu moto o es una excusa?
-Vine a buscar la moto, aunque confieso que tenía muchas ganas de verlo. Sé que tendría que haber llamado para avisar, pero no tenía muy en claro cuando vendría…
-¿No viniste a recuperarlo? Por qué si has venido a eso te pido por favor que pienses muy bien lo que vas a hacer. Le costó mucho salir del pozo cuando lo dejaste, así que si no estás verdaderamente segura de lo que quieres con él no lo confundas.
-¿Qué te hace pensar que vine a recuperarlo?
-No lo sé, supongo que pensé que no regresarías después de tanto tiempo sin dar señales de vida y que si en algún momento querías recuperar tu moto, llamarías a Juan o a mí para evitar encontrarte con Rick. Pero tu inesperada visita me hizo dudar de tus intenciones.
-Entiendo… -soltó pensativa. –La verdad Phil, es que no pensé mucho antes de viajar hasta acá. Creo que las ganas de verlo me impulsaron a venir sin darme cuenta de lo confuso que podía ser para él aparecerme sin previo aviso. Pero no debes preocuparte, no he venido a complicarle la vida intentando volver con él. Lo que menos quiero es volver a lastimarlo.
-Sé que no quieres lastimarlo, no tienes que aclarármelo, pero entiende que debía preguntar.
-Lo sé y no es para menos. Sé que son una gran familia y es lógico que se preocupen los unos por los otros.
-Prometo no volver a meterme.
-No tienes que prometerme eso. Puedes meterte todo lo que quieras, sé que lo haces con buena intención y eso no me molestará nunca.
-Entonces… Hay algo más que debo decirte sobre Rick…- largó el pastelero justo antes de ser interrumpido por una alegre voz femenina proveniente de la entrada.
-¡Buenos días!- se escuchó desde la puerta.
La cara del pastelero se transfiguró al ver traspasar la puerta a la nueva pareja de Richard. Beckett giró instintivamente para ver quien había provocado ese cambio de expresión en la cara de Phil. Al ver a la preciosa muchacha que ingresaba con gran familiaridad y una enorme sonrisa a saludar al pastelero, comprendió de inmediato que era lo que él trataba de decirle segundos atrás.
-No tienes que decirme nada. Ya entendí todo…- largó por lo bajo para que sólo Phil escuchase.
-¡Buenos días Kyra! ¿Qué te trae por aquí tan temprano?
-Rick debe estar por llegar, quedamos en encontrarnos aquí…
-¡Estupendo!- soltó el pastelero intentando disimular su incomodidad.
-Perdón… ¿interrumpo algo? Puedo esperarlo en su oficina…
-No, no interrumpes nada. Estábamos por desayunar ¿Nos acompañas?- preguntó Phil.
-Mmm… no quiero molestar.- dijo con algo de timidez mirando a Beckett.
-No lo haces, no te preocupes. Soy Kate, por cierto. Una antigua empleada del café…- dijo extendiendo la mano. Kyra la aceptó de inmediato estrechándola con fuerza.
-¡Y una gran amiga!- se apuró a decir Juan al acercarse con una bandeja llena de croissants recién salidos del horno.
-¡Encantada! ¡Y acepto la invitación!- respondió alegremente mientras se sentaba.
-Pueden empezar.- sugirió Beckett levantándose de la silla. -Yo pasaré por el tocador primero.
Atravesó el salón rápidamente a encerrarse en el baño. Enterarse de que Castle estaba con alguien la había sorprendido, pero encontrársela cara a cara, verdaderamente la había dejado en shock, por lo que no pudo evitar preguntarse qué le produciría verlos juntos. A decir verdad no quería saberlo, pero al parecer, no le quedaban muchas opciones.
La única idea que cruzó por su cerebro en ese momento era inventar una excusa y desaparecer de ahí cuanto antes, evitando así toda la incómoda situación. Sin pensar mucho más salió del tocador dispuesta a despedirse antes de que llegase el escritor, pero hoy no parecía ser su día de suerte y no sólo ya estaba en el café, sino que también tenía agarrada de la cintura a su chica mientras la besaba.
Una puntada en el medio del pecho la dejó sin aliento, indicio de la angustia que irrumpía en su corazón al recibir una cucharada colmada de realidad, por un lado impensada y por el otro, completamente entendible. Nada que reprochar. Ella se había encargado de alejarlo lo suficiente como para que esto ocurriese, y tan consciente estaba de ello que no pudo hacer otra cosa que respirar hondo e intentar no mirar las sonrisas que se dedicaban entre beso y beso
Kate esperó un tiempo prudencial para reaparecer en el salón. La situación ya era de lo más embarazosa como para empeorarla aun más interrumpiendo el romántico momento. Poco a poco fue acercándose hasta quedar frente a ellos y la encantadora sonrisa del escritor que asomaba al hablarle a Kyra, se desvaneció por completo al verla parada frente a él.
Castle tardó un segundo en recomponerse, ya que de ninguna forma iba a permitir que la sorpresiva visita de la joven lo pusiese nervioso.
-¡Beckett! ¿Estabas escondida?- bromeó forzadamente el escritor.
-Hola Rick. Estaba en el baño.
-¿Y a que debemos el placer de tu visita? ¡Ya sé! ¡La moto!- dijo chasqueando los dedos.
-Así es. Lamento no haber llamado para avisar que vendría…
-No hay problema. Puedes ir a buscarla ahora, las llaves de la casa están en la maceta rectangular del porche.
-Ahora me vendría genial.
-¿No quieres acompañarla? Nosotros podemos vernos más tarde… -sugirió Kyra.
-No será necesario, ella puede perfectamente arreglarse sola. Siempre lo hace.- aclaró el escritor aprovechando para tirar una patada sutil dirigida a Kate.
-No, no será necesario. Será mejor que vaya saliendo ¿Dejamos el café para otro día? –le dijo a Phil
-¡Por supuesto! Ve a saludar a Juan mientras te preparo el desayuno para llevar. No puedes empezar el día con el estómago vacío.
Beckett obedeció de inmediato dirigiéndose a la cocina para despedirse y así poder largarse de ahí cuanto antes. Le dio un fuerte abrazo a su amigo y al salir escuchó un adiós por parte de la pareja justo antes de que se encerrasen en la oficina.
El pastelero la esperaba con un vaso térmico de café y una bolsa de papel con un par de croissants. La joven recibió las cosas y luego lo abrazó despidiéndose con la promesa de regresar, previo llamado telefónico, claro está. No iba a cometer nuevamente el estúpido error de aparecer en el café sin avisar, había aprendido muy bien la lección y no pretendía volver a vivir otro incómodo momento como el que acababa de pasar.
Inmediatamente después de salir, se dispuso a buscar la parada del bus que la llevaría a lo de Castle. Mientras caminaba por el campus miles de recuerdos volaron a su mente invadiendo sus pensamientos, casi atormentándola. Cuando tomó la decisión de volver a buscar su moto no se había planteado que algo así podía suceder. De hecho, no tenía una idea muy clara de porqué había decidido venir en persona o de lo que podía llegar a resultar de su reencuentro con el escritor, pero ciertamente, no estaba preparada para verlo con otra. Eso era algo que todavía le costaba aceptar.
***
-Era ella ¿Verdad?- preguntó Kyra unos segundos después de entrar a la oficina.
-Así es. Tarde o temprano volvería a buscar su moto.
-¿Cómo sabes que es a su moto y no a ti?
-Vino por su moto. Si hubiese querido tener algún tipo de contacto conmigo habría devuelto mis llamados unos cuantos meses atrás.
-¿Tan seguro estás?
-Puedes estar tranquila, dejé de interesarle hace mucho tiempo y a decir verdad, a mi también dejó de interesarme.
-Me encantaría creerte, pero la expresión de tu rostro cuando la viste no decía lo mismo.
-¿Puedes culparme? Su aparición desde el baño fue casi fantasmagórica y además la situación era tremendamente incómoda ¿Qué expresión querías que pusiese?
-Es verdad, la situación fue rara, aunque pudo ser peor.
-Siempre puede ser… - Castle enmudeció de repente sin terminar la frase y al segundo soltó con fastidio: -¡Diablos! ¡No puedo creerlo!
-¿Estás bien, Rick?-preguntó Kyra observando la reacción del escritor.
-Sí… Lo siento. Es que acabo de recordar que vine en taxi…
-¿Y eso que tiene?
-Que mi auto está en el garaje y las llaves en mi chaqueta. Si no lo quito Beckett no podrá sacar su moto.
-Entiendo…
-Mandaré a Phil o a Juan para que lo muevan.
-¿Por qué no vas tú?
-No creo que sea una buena idea…
-Yo creo que sí. No te vendría mal una última charla con ella, eso claro, si estás dispuesto a cerrar ese capítulo de tu vida.
-No tengo nada que hablar. Ese capítulo se terminó de escribir hace mucho tiempo y está más que cerrado.
-Hoy te vi sangrar por la herida cuando te encontraste con ella y no sentí que fuese un capítulo cerrado. Para ninguno de los dos…
-¿Qué quieres decir?- preguntó el escritor, aunque suponía la respuesta. Él también se había sentido algo confuso por la aparición sin previo aviso de Beckett, preguntándose el por qué o mejor dicho, preguntándose por qué ahora.
-Que si Kate no hubiese querido verte, tranquilamente lo hubiese podido evitar. Pudo haberle pedido a Juan que le acercara la moto hasta el lugar donde se hospeda o bien podría haber pedido que la suba a un tren con destino a New York y ahorrarse el viaje, pero en cambio prefirió venir hasta aquí ¿No tienes al menos un poco de curiosidad de saber el por qué?
-No sé si quiero saberlo…- se sinceró. Había desaparecido durante tanto tiempo, que en verdad no esperaba volver a verla nunca más y ahora se le presentaba de la nada, tirándole encima un vagón de recuerdos que él se había prometido sepultar.
- Escucha, Rick. Esto que tenemos y que está recién empezando, me resulta maravilloso. Me divierto mucho contigo, como hace tiempo que no lo hacía y no quiero que nada lo estropee, pero no podemos seguir avanzando en nuestra relación si tú estás rodeado de fantasmas. Lo mejor será que hables con ella y resuelvan de una vez todo lo que tienen pendiente. Sólo así sabrás si estás preparado para dar vuelta la página y escribir un capítulo nuevo en tu vida.
-Puede que tengas razón, pero no estoy seguro de hacerlo. Conocerte me ayudó a salir de la oscuridad en la que estaba sumergido, logrando por fin escaparme del pasado y no quiero volver a él nunca más. Menos ahora, que el presente me regala una encantadora sonrisa.
-Nunca podrás disfrutar de la sonrisa del presente si no cierras las heridas del pasado y ahora tienes la oportunidad de hacerlo. Si debemos estar juntos o no, el tiempo lo dirá.
-Tienes razón. Iré para casa a hablar con ella, pero antes debes saber que fuiste la única que le devolvió un poco de alegría a mi corazón y no quiero alejarme de la única persona que logró iluminarme en mi peor momento de oscuridad.
-Entonces, supongo que no tengo por qué preocuparme.
Rick se acercó a ella para depositar un dulce beso en sus labios. –Volveré pronto.
-Aquí te espero.
Antes de cruzar la puerta se dio media vuelta para mirarla y decirle:
-Gracias por ser así…
-¿Así como?- preguntó algo confusa.
-Tan especial, Kyra. No muchas mujeres hubiesen tomado esto que pasó de la forma que tu lo hiciste.
-No tengo nada de especial Rick, sólo sé lo que es sentirse perseguida por los fantasmas del pasado. Estuve en ese lugar y no es nada agradable. Y la única forma que encontré para seguir adelante fue hacerles frente.
-Eso mismo estoy por hacer.- aseguró el escritor antes de desaparecer por la puerta.
En pocos minutos se encontraba arriba de un taxi con dirección a su casa, pensando cómo sería su encuentro a solas con Beckett. No estaba preparado para volver a verla, mucho menos para volver a hablarle después de tanto tiempo y sentía que la situación lo sobrepasaba. Estaba enfadado, con Beckett por decidir aparecer justo en este momento en el que estaba reencaminando su vida, pero aun más enfadado estaba con él mismo, por no haberse quedado en el café con Kyra, pero sobre todo por tener que necesitar verla una vez más sin siquiera saber bien para qué. Lo único que sabía era que debía resolver cuanto antes sus sentimientos para con Kate si quería intentar algo a futuro con Kyra; y ahí radicaba toda su confusión: no podía dilucidar aun si debía dejar todo su pasado atrás exterminando de una vez por todas a sus fantasmas o si debía intentar por última vez recuperar al gran amor de su vida.
Cuando se ocurrió la maravillosa idea de guardar la moto en el garaje de su casa, lo había hecho con la intención de volver a verla, suponiendo que la joven no tardaría demasiado en regresar a buscar su bien más preciado y con la esperanza que la distancia y el tiempo le sirvieran para convencerla de volver con él. Lo que nunca se hubiese imaginado es que ella no le devolvería ninguno de los llamados que le había hecho, ignorándolo por completo, negándole cualquier posibilidad de un reencuentro y dejándole entrever que no quería saber nunca más nada de él.
***
Beckett buscó las llaves en la maceta e inmediatamente se dirigió al garaje. Luego de abrir el portón se encontró con la sorpresa del Corvette azul estacionado y su moto atrás, bien en el fondo, de donde no podría sacarla a no ser que moviese el vehículo.
-¡Demonios! ¿Cómo se supone que voy llevarme la moto? – exclamó hablándose a sí misma. No podía llamar al escritor y pedirle que venga, no le daba la cara. Se acercó al auto para fijarse si las llaves se encontraban puestas, pero no tuvo suerte.
Pensó entonces, buscar dentro de la casa las llaves de repuesto. Sabía que él guardaba un juego extra de todas sus llaves en un bol sobre la heladera, por lo que fue de inmediato a hurgar ahí. No quería permanecer demasiado tiempo adentro, demasiados recuerdos tenía esa casa para ella, muchos más de los que estaba preparada para afrontar.
Buscó infructuosamente dentro del recipiente sacando todos los llaveros sin encontrar el que necesitaba. Bufó con fastidio mientras devolvía todo a su lugar, pensando que debía hacer.
Lo único que se le ocurrió fue llamar a Royce para que le diese una mano para empujar el auto de Castle y probablemente también para hacer andar su moto después de estar tanto tiempo parada. Mike sabía cuánto extrañaba a su Harley y ni bien hizo el comentario de lo bien que le vendría su propio transporte, el joven oficial de entrenamiento se puso en campaña para conseguir un vehículo adecuado para el viaje. No paró hasta conseguir una camioneta y en cuanto la obtuvo se ofreció a acompañarla a buscar su moto, y de paso aprovecharía el viaje a California para visitar a su familia, por lo que Beckett no pudo más que aceptar agradecida el buen gesto de su amigo.
Lamentaba tener que molestarlo para que viniese a ayudarla, pero era preferible antes de llamar a Richard y causarle algún problema con su chica. Aun no podía creer que estuviese en pareja, después de todo ¿Cuánto había pasado? ¿Seis meses y ya estaba acompañado? -No habrá estado tan deprimido si pudo rehacer su vida tan pronto….- pensó la joven algo enfadada. -¡¿Qué estoy diciendo?! ¡Yo decidí terminar con él y no tengo derecho a recriminarle nada!- se reprendió a sí misma rápidamente. No podía culparlo por estar con alguien, pero se había dado cuenta de que eso le afectaba mucho más de lo que podía admitir. Claramente, no había sido una buena idea venir a buscar su Harley y de haber sabido todo lo que se removía dentro de ella, jamás hubiese regresado.
Sacudió la cabeza para desvanecer los pensamientos sobre Castle, los cuales comenzaban a atormentarla. Se dirigió a llamar a Royce. Luego de hablar por teléfono y pasarle la dirección a su amigo, se dispuso a volver al garaje, a intentar arrancar su moto y comprobar en qué estado se encontraba. Al pasar frente del auto, se dio cuenta que el espacio entre éste y la Harley era tan reducido que no le permitía ni siquiera desplegar el pedal de arranque de la moto.
-¡Es que nada va a ser fácil hoy!- soltó visiblemente frustrada. Seguidamente resopló mirando el precioso auto, que de momento quería deshacer a patadas. Intentó entonces moverlo, aunque fuese unos pocos centímetros para así poder abrir el pedal. Primero se puso lo más de frente al auto que el espacio le permitía, apoyando sus manos sobre el capó y empujando con todas sus fuerzas, pero sus pies no lograban afirmarse lo suficiente, por lo que buscó la pared para apoyar aunque sea un pie sobre ella para no patinar. Volvió a empujar nuevamente mejor afirmada, pero el automóvil seguía en el mismo lugar.
-Sólo podrás moverlo con una grúa. Tiene el freno de mano puesto…- dijo el escritor, quien la observaba desde la puerta.
-¡¿Richard?! ¡Vas a matarme del susto!- exclamó sobresaltada. -¿Qué haces aquí?
-Vine a correrte el auto, olvidé que estaba guardado cuando te dije que vengas. Lo siento, lo sacaré enseguida.
Definitivamente, hoy no era su día. Mike estaba por llegar de un momento a otro y la situación no sería nada agradable. No podía creer que Castle estuviese ahí y de haber imaginado que podía llegar a aparecer, nunca hubiese llamado a su amigo para que la venga a ayudar. A Kate le hubiese gustado borrar todo ese día por completo, ya que no había surgido absolutamente nada bueno de él, pero lamentablemente no podía y lo único que le quedaba era agilizar todo y desaparecer de ahí en cuanto Royce estacionase la camioneta.
En cuanto Rick comenzó a mover el auto, ella se dispuso a arrancar la moto. Bajó el pedal de arranque y lo pateó con fuerza, mientras giraba un poco el acelerador. Para su sorpresa, su Harley arrancó a la primera provocando una sonrisa en sus labios.
-La arranqué dos veces por semana para que no se estropease el motor. Sería una lástima…- explicó el escritor al bajarse del auto.
-Te lo agradezco mucho. No tenías por qué molestarte.
-No fue molestia. No me hubiese gustado que tremenda máquina se arruinase por el desuso.- afirmó haciéndole notar que no lo había hecho por ella, sino porque había querido preservar en excelentes condiciones su estupenda motocicleta.
-Claro…- logró soltar al comprender lo que él decía. –Rick, yo… Sé que estuve mal en aparecer sin llamar.
-Lo que estuvo mal, fue no devolver ninguno de los llamados que te hice. Si lo hubieses hecho, yo personalmente te hubiese ahorrado el viaje subiendo la moto a un tren directo a New York.
-Lo lamento, mi vida ha estado un poco complicada últimamente y no estuve mucho tiempo en casa…
-No tienes por qué excusarte. No me debes ninguna explicación por tu desaparición, pero sí quiero que me expliques a que has venido después de tanto tiempo.
-A buscar mí moto…- respondió sin poder sostenerle la mirada por no decir toda la verdad.
-No te atrevas a mentirme, Kate. Te conozco lo suficiente como para notar cuando lo haces. Si hubieses venido sólo a buscar tu Harley, me hubieses evitado como lo estuviste haciendo hasta ahora ¿Qué fue lo que cambió? ¿Por qué ahora quieres verme?
-No tengo una respuesta, o por lo menos no sé si es la que pretendes escuchar. Sólo tenía ganas de verte, de saber cómo estabas…
-¡Claro, entonces desapareces y apareces a tu antojo sin importarte absolutamente nada los sentimientos de los demás! ¡Menudo egoísmo se ha apoderado de ti, Beckett! ¡Existen otras personas alrededor tuyo y ya es hora de que lo vayas entendiendo!- Rick se mostraba furioso y no tenía más que palabras duras para ella, quien herida, comenzaba a defenderse de la única forma que le salía: atacándolo.
- Me disculpo si te he causado algún inconveniente con tu novia, sobre todo, después de ver lo mucho que te ha costado rehacer tu vida… -respondió punzando al escritor.
-Descuida, no me has causado ningún problema. Kyra es una mujer estupenda y con la cabeza muy bien puesta. Una clara señal de madurez que no muchas mujeres alcanzan, tengo suerte de haberla encontrado.- retrucó devolviendo el puntazo, pero un poco más profundo.
La joven sintió como su corazón se estrujaba al escucharlo hablar de su nueva novia, y los celos se apoderaban de ella sin poder evitarlo.
Las cosas se habían puesto más que ásperas entre ellos y de seguir hablándose en ese tono se pondrían mucho peor; y si a eso le sumábamos la inminente llegada de Royce, se podría decir que no sería un espectáculo lindo de ver.
Kate prefirió enfriar las cosas en vez de seguir echando leña al fuego, ya que las únicas palabras que saldrían de su boca serían de resentimiento y dolor.
-Me alegro por ti. Y espero que seas muy feliz… Será mejor que me vaya.- dijo la joven subiendo a su moto para sacarla del garaje.
Quería desaparecer de ahí de inmediato y de ser posible, evitar que Royce sea visto por Castle, aunque no se le ocurría forma de hacerlo. En ese momento se maldecía a si misma por no haberse comprado un teléfono móvil, como Mike le había sugerido. De haberlo hecho, podría haberse comunicado con él para avisarle que no venga, pero no se había comprado el maldito teléfono y ahora lo único que le quedaba por hacer era salir de la casa del escritor y esperarlo en la esquina, así cuando lo viese aparecer podría interceptarlo evitando el encuentro.
-Creo que será lo mejor.- aseguró él apartándose del portón para dejarla salir.
No había terminado de sacar su moto a la acera, cuando una camioneta negra con Mike adentro frenó en la entrada. Richard se asomó sorprendido, no esperaba a nadie y no conocía al conductor, por lo que supuso que sería un flete que había contratado Beckett. Aunque, esa idea desapareció rápidamente de su cabeza al ver la enorme sonrisa y la mano levantada a modo de saludo por el hombre que descendía de la camioneta, dirigido hacía ella. Claramente, se conocían bastante bien.
Kate quería ser tragada por la tierra en ese mismo instante, al sentir la mirada del escritor atravesándola como si fuese un puñal, mientras ella observaba a Mike descender dirigiéndose a la parte de atrás a preparar la rampa para subir la moto.
-¡Hola Kate!- gritó él desde la camioneta. Ella levantó la mano del acelerador para saludarlo, agradeciendo secretamente que no se acercara.
-¡Vaya! ¿Tienes acompañante? ¿No vas a presentarme a tu amigo?- no pudo evitar decir el escritor mientras se acercaba a su lado.
-Rick… No hagas esto, no es necesario…
-¿Por qué no puedo conocerlo? ¡Me encantaría saber quién es el buen hombre que se ofrece a llevar tu moto!
-No tienes por qué meter a Mike en todo esto…
-¡¿Mike?! ¡¿Mike Royce?!- adivinó al instante. Nunca había podido olvidar ese nombre. -¡Veo que ahora sí se han hecho buenos amigos! ¿Verdad? ¿O ya pasaron ese período y son mucho más que eso? ¡Puedes contarme! ¡En serio, muero por saberlo! – el sarcasmo de Castle estaba irritando en demasía a la joven quien le respondió con ímpetu:
-¡¿Te atreves a cuestionar quien me acompaña?! ¡¿Con que derecho osas celarme después de haberme refregado en la cara lo afortunado que eres por haber encontrado a Kyra?! ¡Eres increíble!
-¡Por lo menos, yo admito que estoy con alguien, en cambio tú…!
-¡¿Yo qué, Rick?! ¡Michel es un amigo. Uno muy bueno, por suerte, así que no tienes por qué preocuparte!
-¡Ya voy entendiendo como funcionan las cosas para ustedes! ¡Cuando te pregunté si era tu amigo respondiste que no, que sólo era un conocido; ahora que te pregunto si sales con él, me dices que sólo es tu amigo! ¡Cuando se estén casando ¿Qué vas a responder cuando te pregunte? ¿Qué recién es su primer cita?! - estaba tan celoso que ya no pensaba con claridad lo que decía.
-¡Realmente no entiendo cómo está funcionando tu lógica en este momento, pero que no te quepa duda de que te está fallando! ¡¿Cómo puedes creer que te ocultaría que estoy en pareja?! ¡¿Es que no me conoces ni un poco?!- preguntó indignada por las palabras de Castle.
-Aparentemente, no.- reconoció el escritor desanimado.
-Será mejor que dejemos esto aquí. Adiós Rick…-no tenía ningún sentido seguir discutiendo.
-Antes de que te vayas quiero pedirte algo…- la frenó antes de que pudiese acelerar.
-Te escucho…
-No puedo pedirte que no regreses al café a ver a los muchachos, ya que no sería justo para ellos, pero sí puedo pedirte que te anuncies antes de ir, así puedo evitarte. No quiero volver a verte. – en la voz del escritor se percibía su amargura.
No quería admitir que estaba equivocado con respecto al acercamiento de ella con Royce y quizás eso se debiera al hecho de qué si Beckett estaba en pareja, la culpa que sentía por haber confesado su relación con Kyra, se aliviaría; y sobre todo, acallaría para siempre la pregunta de por qué había regresado. Con tremenda elucubración, el escritor daba por sentado que ella sólo había vuelto a buscar su Harley sin ninguna otra intención, y esa era la idea que mantendría en la cabeza de ahora en más, para poder continuar con su vida.
-No te preocupes, no volverás a verme nunca más. Te lo prometo.- aseguró dedicándole una última mirada antes de conducir su moto hasta la camioneta.
Royce la esperaba sentado adentro, escuchando música. Su prudencia le había aconsejado no acercarse, ya que podía percibirse el clima tenso. No había llegado a escuchar la discusión ya que la radio estaba a un volumen considerable, pero pudo notar desde lejos la forma en la que se hablaban.
Luego de que la joven subiese la moto, Mike se bajó para acomodar la rampa a un costado y se dedicó a asegurar la Harley con cuerdas a la carrocería, para evitar que se moviese en el viaje pudiendo causar algún accidente.
Kate lo esperaba sentada dentro de la cabina. No emitió sonido cuando su amigo subió junto a ella, el nudo que tenía en la garganta no se lo permitía.
-Kate… ¿Estás bien?- preguntó preocupado mientras acercaba su mano al rostro de la joven para atrapar una lágrima con una dulce caricia.
-Sí… Sólo discutí mal con mi ex jefe. Al parecer no le cayó muy bien que no haya vuelto a trabajar…Te contaré en otro día- mintió Beckett. No quería tener que contar todo lo que había pasado, teniendo que revivir nuevamente el doloroso momento, ya lo haría en otra oportunidad.
-Entiendo… No tienes que contarme nada. Sólo quiero que sepas que cuando necesites desahogarte, aquí estaré.- avisó Royce sabiendo que esas lágrimas no habían brotado de una discusión con su ex jefe, sino más bien de una discusión con su ex pareja. Pero no tenía ni la más mínima intención de presionarla, solamente de acompañarla como lo había hecho hasta ahora.
-Gracias, se que siempre estás ahí…- respondió abrazándolo con fuerza, permitiéndose derramar unas lágrimas más mientras su amigo la contenía.
Castle no pudo entrar al garaje hasta que la camioneta desapareció de la casa. Se había quedado clavado dentro de su auto mirando en el espejo retrovisor toda la secuencia. Cuando vio la caricia de Royce, una fuerte angustia se apoderó de su alma; pero cuando vio a Kate abrazándolo, sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, teniendo la certeza de que jamás podría volver arreglarlo.
Continuara…
Bueno, hasta aquí llegó. Supongo que deben estar odiándome de una forma aterradora, lo presiento… y me encanta!!! Jajajajaja Ya saben, espero con ganas sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!!
Capítulo XIII
Habían pasado más de cinco meses desde su regreso de New York y Castle no había tenido ni la mínima noticia de Beckett, como si se la hubiese tragado la tierra después de esa noche en el hotel. Ni siquiera había regresado a buscar su moto, la cual había guardado en el garaje de su casa, esperando así poder volver a verla el día que decidera venir a buscarla. Las cosas entre ellos habían terminado bastante mal y viéndolo a la distancia, Kate tenía razón en no querer terminar así, sobre todo si a él le quedaba alguna esperanza de recuperarla. El problema era que en su momento, no había visto las cosas con tanta claridad como ahora y la había terminado echando de la habitación sin posibilidad de nada; ni siquiera de despedirse.
La había llamado unas cuantas veces, pero nunca logró encontrarla. Sólo había podido hablar con Jim o dejar mensajes a su contestador y nunca le había regresado los llamados, como si nunca se hubiese enterado. Poco a poco fue asumiendo que ella no quería saber nunca más nada de él y finalmente dejó de llamar.
Intentó entonces dar vuelta la página y regresar a su vida de soltero cargada de fiestas, colmado de mujeres y vacío de compromisos, pero tampoco eso podía llenar el hueco enorme que había dejado Kate en su corazón.
Se refugió entonces en su escritura, que en definitiva, era lo único que lo hacía feliz ya que ni siquiera la proximidad del nacimiento de su hija lo conmovía lo suficiente ya que Meredith era completamente demandante de su persona y eso lo exasperaba, impidiendo cualquier disfrute relacionado a su paternidad. Todo había cambiado en su vida y nada era lo que esperaba, y cuando había perdido casi toda esperanza de una vida feliz, una luz se encendió de repente: una pequeña luz que lo ayudaría a encontrar el camino que hacía tiempo que había perdido.
Kyra llegó al café por casualidad una tarde de lluvia. Volvía en bicicleta de la clase de su posgrado de arte, cuando la sorprendió una fuerte tormenta de cual le fue imposible escapar. Dejó su bici apoyada afuera y entró corriendo, chocándose en la puerta con Rick.
-¡Vaya que llevas prisa!- soltó divertido mientras levantaba la bandeja que se le había caído al toparse con la joven.
-¡Lo siento! No quería que se me siga mojando la carpeta con los trabajos, tengo que presentarlos en unos días…- dijo excusándose al instante.
-Espero que no sea muy tarde…- respondió mirando la carpeta húmeda que ella llevaba bajo el brazo.
-¡Oh, diablos!
-Quizá no se hayan mojado aun ¿Por qué no la abres y sacas tus trabajos? Puedes ponerlos sobre las mesas y mientras te tomas un delicioso café te ayudo a secar la carpeta para que puedas llevarlos de nuevo.
-¿Te parece? Tengo unos cuantos dibujos y ocuparían bastante espacio. No te quedaría mucho lugar para tus clientes…
-¿Cuántos clientes crees que podrán venir con esta lluvia? Nadie va a entrar, créeme.
-¡Gracias! ¡Eres lo más! Por cierto, me llamo Kyra.- dijo extendiendo su mano. Él extendió la suya para estrecharla mientras se presentaba.
-Rick ¡Un gusto conocerte!
Desde ese día poco se separaron. La pasaban bien juntos, sin ponerse ningún rótulo y sin presionarse. Ambos venían de situaciones difíciles, bastante quemados y era por eso que todo entre ellos iba despacio, fluyendo sin apremio.
Todo parecía encaminarse para el escritor. Su humor había cambiado considerablemente, había terminado su última novela y las anteriores se estaban vendiendo maravillosamente, estaba permitiéndose disfrutar de una nueva relación y hasta las cosas con su hermano se habían acomodado bastante, claro que esto último se debía en parte a que Dan quería venderle su parte del café para abrir su propio negocio y necesitaba mejorar el diálogo, pero eso era secundario. En síntesis, todo iba viento en popa y mejorando, pero como parecía ser común en la vida de Castle, nada bueno duraba demasiado tiempo.
Esa mañana le había pedido a Phil que abriese el café con Juan ya que él estaría ocupado a primera hora teniendo una reunión con su editor y no llegaría antes de las ocho y media. El pastelero llegó a penas pasadas las siete y media y de inmediato prendió el horno para preparar los croissants que servirían en el desayuno y la máquina de café para que estuviese lista a la hora de apertura. Juan llegó unos minutos después y se puso a cortar la masa que la noche anterior había dejado preparada. Ambos estaban abocados a sus tareas cuando escucharon un par de golpecitos en el vidrio de la puerta de entrada. Phil se asomó extrañado para ver a quien se le había ocurrido aparecer tan temprano. Su asombro fue tal que no pudo evitar gritar de alegría.
-¡Kate, que sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¡No puedo creer que hayas venido a visitarnos!
-¡Hola Phil!- dijo la joven abrazándolo ni bien abrió la puerta. Juan salió de la cocina en cuanto la escuchó y corrió a abrazarla. Hacía meses que no se veían y los tres estaban felices de reencontrarse.
-Voy a preparar unas tazas de café así desayunamos juntos.- anunció Juan moviéndose hacia la cafetera.
-Yo sirvo el café. Tú encárgate de los croissants, ya están casi listos.- indicó Phil.
–Regresé a California a buscar mi moto. Pasé por la casa de Rick y como no estaba pensé que lo encontraría aquí, porque… sigue viniendo ¿no es así?
-Por ahora sí, pero no sé por cuánto tiempo. Su carrera como escritor está despegando de forma astronómica y no creo que dure mucho más aquí.- respondió Phil.
-¡Lo sé! ¡La prensa no para de hablar de él! ¡Me alegra que le vaya bien!
-A mí también me alegra. Se lo ve contento, como hacía mucho que no estaba. Cuando regresó de New York era otro, su semblante era sombrío y pocas veces sonreía. Permaneció así durante unos cuantos meses, hasta que volvió a escribir y eso le devolvió un poco de vida.
-Siento mucho haberle causado tanto daño… Nunca fue mi intención herirlo, pero tampoco podía hacerme cargo en ese momento de nuestra relación…
-Algunas veces no podemos evitarlo, pero otras sí…
-¿A qué te refieres?
-Kate, sé que no debo meterme, pero conozco a Richard desde que era un niño y lo quiero como si fuese mi hijo, así que debo preguntar…
-¿Preguntar qué?
-¿A qué has venido realmente? ¿Viniste buscar tu moto o es una excusa?
-Vine a buscar la moto, aunque confieso que tenía muchas ganas de verlo. Sé que tendría que haber llamado para avisar, pero no tenía muy en claro cuando vendría…
-¿No viniste a recuperarlo? Por qué si has venido a eso te pido por favor que pienses muy bien lo que vas a hacer. Le costó mucho salir del pozo cuando lo dejaste, así que si no estás verdaderamente segura de lo que quieres con él no lo confundas.
-¿Qué te hace pensar que vine a recuperarlo?
-No lo sé, supongo que pensé que no regresarías después de tanto tiempo sin dar señales de vida y que si en algún momento querías recuperar tu moto, llamarías a Juan o a mí para evitar encontrarte con Rick. Pero tu inesperada visita me hizo dudar de tus intenciones.
-Entiendo… -soltó pensativa. –La verdad Phil, es que no pensé mucho antes de viajar hasta acá. Creo que las ganas de verlo me impulsaron a venir sin darme cuenta de lo confuso que podía ser para él aparecerme sin previo aviso. Pero no debes preocuparte, no he venido a complicarle la vida intentando volver con él. Lo que menos quiero es volver a lastimarlo.
-Sé que no quieres lastimarlo, no tienes que aclarármelo, pero entiende que debía preguntar.
-Lo sé y no es para menos. Sé que son una gran familia y es lógico que se preocupen los unos por los otros.
-Prometo no volver a meterme.
-No tienes que prometerme eso. Puedes meterte todo lo que quieras, sé que lo haces con buena intención y eso no me molestará nunca.
-Entonces… Hay algo más que debo decirte sobre Rick…- largó el pastelero justo antes de ser interrumpido por una alegre voz femenina proveniente de la entrada.
-¡Buenos días!- se escuchó desde la puerta.
La cara del pastelero se transfiguró al ver traspasar la puerta a la nueva pareja de Richard. Beckett giró instintivamente para ver quien había provocado ese cambio de expresión en la cara de Phil. Al ver a la preciosa muchacha que ingresaba con gran familiaridad y una enorme sonrisa a saludar al pastelero, comprendió de inmediato que era lo que él trataba de decirle segundos atrás.
-No tienes que decirme nada. Ya entendí todo…- largó por lo bajo para que sólo Phil escuchase.
-¡Buenos días Kyra! ¿Qué te trae por aquí tan temprano?
-Rick debe estar por llegar, quedamos en encontrarnos aquí…
-¡Estupendo!- soltó el pastelero intentando disimular su incomodidad.
-Perdón… ¿interrumpo algo? Puedo esperarlo en su oficina…
-No, no interrumpes nada. Estábamos por desayunar ¿Nos acompañas?- preguntó Phil.
-Mmm… no quiero molestar.- dijo con algo de timidez mirando a Beckett.
-No lo haces, no te preocupes. Soy Kate, por cierto. Una antigua empleada del café…- dijo extendiendo la mano. Kyra la aceptó de inmediato estrechándola con fuerza.
-¡Y una gran amiga!- se apuró a decir Juan al acercarse con una bandeja llena de croissants recién salidos del horno.
-¡Encantada! ¡Y acepto la invitación!- respondió alegremente mientras se sentaba.
-Pueden empezar.- sugirió Beckett levantándose de la silla. -Yo pasaré por el tocador primero.
Atravesó el salón rápidamente a encerrarse en el baño. Enterarse de que Castle estaba con alguien la había sorprendido, pero encontrársela cara a cara, verdaderamente la había dejado en shock, por lo que no pudo evitar preguntarse qué le produciría verlos juntos. A decir verdad no quería saberlo, pero al parecer, no le quedaban muchas opciones.
La única idea que cruzó por su cerebro en ese momento era inventar una excusa y desaparecer de ahí cuanto antes, evitando así toda la incómoda situación. Sin pensar mucho más salió del tocador dispuesta a despedirse antes de que llegase el escritor, pero hoy no parecía ser su día de suerte y no sólo ya estaba en el café, sino que también tenía agarrada de la cintura a su chica mientras la besaba.
Una puntada en el medio del pecho la dejó sin aliento, indicio de la angustia que irrumpía en su corazón al recibir una cucharada colmada de realidad, por un lado impensada y por el otro, completamente entendible. Nada que reprochar. Ella se había encargado de alejarlo lo suficiente como para que esto ocurriese, y tan consciente estaba de ello que no pudo hacer otra cosa que respirar hondo e intentar no mirar las sonrisas que se dedicaban entre beso y beso
Kate esperó un tiempo prudencial para reaparecer en el salón. La situación ya era de lo más embarazosa como para empeorarla aun más interrumpiendo el romántico momento. Poco a poco fue acercándose hasta quedar frente a ellos y la encantadora sonrisa del escritor que asomaba al hablarle a Kyra, se desvaneció por completo al verla parada frente a él.
Castle tardó un segundo en recomponerse, ya que de ninguna forma iba a permitir que la sorpresiva visita de la joven lo pusiese nervioso.
-¡Beckett! ¿Estabas escondida?- bromeó forzadamente el escritor.
-Hola Rick. Estaba en el baño.
-¿Y a que debemos el placer de tu visita? ¡Ya sé! ¡La moto!- dijo chasqueando los dedos.
-Así es. Lamento no haber llamado para avisar que vendría…
-No hay problema. Puedes ir a buscarla ahora, las llaves de la casa están en la maceta rectangular del porche.
-Ahora me vendría genial.
-¿No quieres acompañarla? Nosotros podemos vernos más tarde… -sugirió Kyra.
-No será necesario, ella puede perfectamente arreglarse sola. Siempre lo hace.- aclaró el escritor aprovechando para tirar una patada sutil dirigida a Kate.
-No, no será necesario. Será mejor que vaya saliendo ¿Dejamos el café para otro día? –le dijo a Phil
-¡Por supuesto! Ve a saludar a Juan mientras te preparo el desayuno para llevar. No puedes empezar el día con el estómago vacío.
Beckett obedeció de inmediato dirigiéndose a la cocina para despedirse y así poder largarse de ahí cuanto antes. Le dio un fuerte abrazo a su amigo y al salir escuchó un adiós por parte de la pareja justo antes de que se encerrasen en la oficina.
El pastelero la esperaba con un vaso térmico de café y una bolsa de papel con un par de croissants. La joven recibió las cosas y luego lo abrazó despidiéndose con la promesa de regresar, previo llamado telefónico, claro está. No iba a cometer nuevamente el estúpido error de aparecer en el café sin avisar, había aprendido muy bien la lección y no pretendía volver a vivir otro incómodo momento como el que acababa de pasar.
Inmediatamente después de salir, se dispuso a buscar la parada del bus que la llevaría a lo de Castle. Mientras caminaba por el campus miles de recuerdos volaron a su mente invadiendo sus pensamientos, casi atormentándola. Cuando tomó la decisión de volver a buscar su moto no se había planteado que algo así podía suceder. De hecho, no tenía una idea muy clara de porqué había decidido venir en persona o de lo que podía llegar a resultar de su reencuentro con el escritor, pero ciertamente, no estaba preparada para verlo con otra. Eso era algo que todavía le costaba aceptar.
***
-Era ella ¿Verdad?- preguntó Kyra unos segundos después de entrar a la oficina.
-Así es. Tarde o temprano volvería a buscar su moto.
-¿Cómo sabes que es a su moto y no a ti?
-Vino por su moto. Si hubiese querido tener algún tipo de contacto conmigo habría devuelto mis llamados unos cuantos meses atrás.
-¿Tan seguro estás?
-Puedes estar tranquila, dejé de interesarle hace mucho tiempo y a decir verdad, a mi también dejó de interesarme.
-Me encantaría creerte, pero la expresión de tu rostro cuando la viste no decía lo mismo.
-¿Puedes culparme? Su aparición desde el baño fue casi fantasmagórica y además la situación era tremendamente incómoda ¿Qué expresión querías que pusiese?
-Es verdad, la situación fue rara, aunque pudo ser peor.
-Siempre puede ser… - Castle enmudeció de repente sin terminar la frase y al segundo soltó con fastidio: -¡Diablos! ¡No puedo creerlo!
-¿Estás bien, Rick?-preguntó Kyra observando la reacción del escritor.
-Sí… Lo siento. Es que acabo de recordar que vine en taxi…
-¿Y eso que tiene?
-Que mi auto está en el garaje y las llaves en mi chaqueta. Si no lo quito Beckett no podrá sacar su moto.
-Entiendo…
-Mandaré a Phil o a Juan para que lo muevan.
-¿Por qué no vas tú?
-No creo que sea una buena idea…
-Yo creo que sí. No te vendría mal una última charla con ella, eso claro, si estás dispuesto a cerrar ese capítulo de tu vida.
-No tengo nada que hablar. Ese capítulo se terminó de escribir hace mucho tiempo y está más que cerrado.
-Hoy te vi sangrar por la herida cuando te encontraste con ella y no sentí que fuese un capítulo cerrado. Para ninguno de los dos…
-¿Qué quieres decir?- preguntó el escritor, aunque suponía la respuesta. Él también se había sentido algo confuso por la aparición sin previo aviso de Beckett, preguntándose el por qué o mejor dicho, preguntándose por qué ahora.
-Que si Kate no hubiese querido verte, tranquilamente lo hubiese podido evitar. Pudo haberle pedido a Juan que le acercara la moto hasta el lugar donde se hospeda o bien podría haber pedido que la suba a un tren con destino a New York y ahorrarse el viaje, pero en cambio prefirió venir hasta aquí ¿No tienes al menos un poco de curiosidad de saber el por qué?
-No sé si quiero saberlo…- se sinceró. Había desaparecido durante tanto tiempo, que en verdad no esperaba volver a verla nunca más y ahora se le presentaba de la nada, tirándole encima un vagón de recuerdos que él se había prometido sepultar.
- Escucha, Rick. Esto que tenemos y que está recién empezando, me resulta maravilloso. Me divierto mucho contigo, como hace tiempo que no lo hacía y no quiero que nada lo estropee, pero no podemos seguir avanzando en nuestra relación si tú estás rodeado de fantasmas. Lo mejor será que hables con ella y resuelvan de una vez todo lo que tienen pendiente. Sólo así sabrás si estás preparado para dar vuelta la página y escribir un capítulo nuevo en tu vida.
-Puede que tengas razón, pero no estoy seguro de hacerlo. Conocerte me ayudó a salir de la oscuridad en la que estaba sumergido, logrando por fin escaparme del pasado y no quiero volver a él nunca más. Menos ahora, que el presente me regala una encantadora sonrisa.
-Nunca podrás disfrutar de la sonrisa del presente si no cierras las heridas del pasado y ahora tienes la oportunidad de hacerlo. Si debemos estar juntos o no, el tiempo lo dirá.
-Tienes razón. Iré para casa a hablar con ella, pero antes debes saber que fuiste la única que le devolvió un poco de alegría a mi corazón y no quiero alejarme de la única persona que logró iluminarme en mi peor momento de oscuridad.
-Entonces, supongo que no tengo por qué preocuparme.
Rick se acercó a ella para depositar un dulce beso en sus labios. –Volveré pronto.
-Aquí te espero.
Antes de cruzar la puerta se dio media vuelta para mirarla y decirle:
-Gracias por ser así…
-¿Así como?- preguntó algo confusa.
-Tan especial, Kyra. No muchas mujeres hubiesen tomado esto que pasó de la forma que tu lo hiciste.
-No tengo nada de especial Rick, sólo sé lo que es sentirse perseguida por los fantasmas del pasado. Estuve en ese lugar y no es nada agradable. Y la única forma que encontré para seguir adelante fue hacerles frente.
-Eso mismo estoy por hacer.- aseguró el escritor antes de desaparecer por la puerta.
En pocos minutos se encontraba arriba de un taxi con dirección a su casa, pensando cómo sería su encuentro a solas con Beckett. No estaba preparado para volver a verla, mucho menos para volver a hablarle después de tanto tiempo y sentía que la situación lo sobrepasaba. Estaba enfadado, con Beckett por decidir aparecer justo en este momento en el que estaba reencaminando su vida, pero aun más enfadado estaba con él mismo, por no haberse quedado en el café con Kyra, pero sobre todo por tener que necesitar verla una vez más sin siquiera saber bien para qué. Lo único que sabía era que debía resolver cuanto antes sus sentimientos para con Kate si quería intentar algo a futuro con Kyra; y ahí radicaba toda su confusión: no podía dilucidar aun si debía dejar todo su pasado atrás exterminando de una vez por todas a sus fantasmas o si debía intentar por última vez recuperar al gran amor de su vida.
Cuando se ocurrió la maravillosa idea de guardar la moto en el garaje de su casa, lo había hecho con la intención de volver a verla, suponiendo que la joven no tardaría demasiado en regresar a buscar su bien más preciado y con la esperanza que la distancia y el tiempo le sirvieran para convencerla de volver con él. Lo que nunca se hubiese imaginado es que ella no le devolvería ninguno de los llamados que le había hecho, ignorándolo por completo, negándole cualquier posibilidad de un reencuentro y dejándole entrever que no quería saber nunca más nada de él.
***
Beckett buscó las llaves en la maceta e inmediatamente se dirigió al garaje. Luego de abrir el portón se encontró con la sorpresa del Corvette azul estacionado y su moto atrás, bien en el fondo, de donde no podría sacarla a no ser que moviese el vehículo.
-¡Demonios! ¿Cómo se supone que voy llevarme la moto? – exclamó hablándose a sí misma. No podía llamar al escritor y pedirle que venga, no le daba la cara. Se acercó al auto para fijarse si las llaves se encontraban puestas, pero no tuvo suerte.
Pensó entonces, buscar dentro de la casa las llaves de repuesto. Sabía que él guardaba un juego extra de todas sus llaves en un bol sobre la heladera, por lo que fue de inmediato a hurgar ahí. No quería permanecer demasiado tiempo adentro, demasiados recuerdos tenía esa casa para ella, muchos más de los que estaba preparada para afrontar.
Buscó infructuosamente dentro del recipiente sacando todos los llaveros sin encontrar el que necesitaba. Bufó con fastidio mientras devolvía todo a su lugar, pensando que debía hacer.
Lo único que se le ocurrió fue llamar a Royce para que le diese una mano para empujar el auto de Castle y probablemente también para hacer andar su moto después de estar tanto tiempo parada. Mike sabía cuánto extrañaba a su Harley y ni bien hizo el comentario de lo bien que le vendría su propio transporte, el joven oficial de entrenamiento se puso en campaña para conseguir un vehículo adecuado para el viaje. No paró hasta conseguir una camioneta y en cuanto la obtuvo se ofreció a acompañarla a buscar su moto, y de paso aprovecharía el viaje a California para visitar a su familia, por lo que Beckett no pudo más que aceptar agradecida el buen gesto de su amigo.
Lamentaba tener que molestarlo para que viniese a ayudarla, pero era preferible antes de llamar a Richard y causarle algún problema con su chica. Aun no podía creer que estuviese en pareja, después de todo ¿Cuánto había pasado? ¿Seis meses y ya estaba acompañado? -No habrá estado tan deprimido si pudo rehacer su vida tan pronto….- pensó la joven algo enfadada. -¡¿Qué estoy diciendo?! ¡Yo decidí terminar con él y no tengo derecho a recriminarle nada!- se reprendió a sí misma rápidamente. No podía culparlo por estar con alguien, pero se había dado cuenta de que eso le afectaba mucho más de lo que podía admitir. Claramente, no había sido una buena idea venir a buscar su Harley y de haber sabido todo lo que se removía dentro de ella, jamás hubiese regresado.
Sacudió la cabeza para desvanecer los pensamientos sobre Castle, los cuales comenzaban a atormentarla. Se dirigió a llamar a Royce. Luego de hablar por teléfono y pasarle la dirección a su amigo, se dispuso a volver al garaje, a intentar arrancar su moto y comprobar en qué estado se encontraba. Al pasar frente del auto, se dio cuenta que el espacio entre éste y la Harley era tan reducido que no le permitía ni siquiera desplegar el pedal de arranque de la moto.
-¡Es que nada va a ser fácil hoy!- soltó visiblemente frustrada. Seguidamente resopló mirando el precioso auto, que de momento quería deshacer a patadas. Intentó entonces moverlo, aunque fuese unos pocos centímetros para así poder abrir el pedal. Primero se puso lo más de frente al auto que el espacio le permitía, apoyando sus manos sobre el capó y empujando con todas sus fuerzas, pero sus pies no lograban afirmarse lo suficiente, por lo que buscó la pared para apoyar aunque sea un pie sobre ella para no patinar. Volvió a empujar nuevamente mejor afirmada, pero el automóvil seguía en el mismo lugar.
-Sólo podrás moverlo con una grúa. Tiene el freno de mano puesto…- dijo el escritor, quien la observaba desde la puerta.
-¡¿Richard?! ¡Vas a matarme del susto!- exclamó sobresaltada. -¿Qué haces aquí?
-Vine a correrte el auto, olvidé que estaba guardado cuando te dije que vengas. Lo siento, lo sacaré enseguida.
Definitivamente, hoy no era su día. Mike estaba por llegar de un momento a otro y la situación no sería nada agradable. No podía creer que Castle estuviese ahí y de haber imaginado que podía llegar a aparecer, nunca hubiese llamado a su amigo para que la venga a ayudar. A Kate le hubiese gustado borrar todo ese día por completo, ya que no había surgido absolutamente nada bueno de él, pero lamentablemente no podía y lo único que le quedaba era agilizar todo y desaparecer de ahí en cuanto Royce estacionase la camioneta.
En cuanto Rick comenzó a mover el auto, ella se dispuso a arrancar la moto. Bajó el pedal de arranque y lo pateó con fuerza, mientras giraba un poco el acelerador. Para su sorpresa, su Harley arrancó a la primera provocando una sonrisa en sus labios.
-La arranqué dos veces por semana para que no se estropease el motor. Sería una lástima…- explicó el escritor al bajarse del auto.
-Te lo agradezco mucho. No tenías por qué molestarte.
-No fue molestia. No me hubiese gustado que tremenda máquina se arruinase por el desuso.- afirmó haciéndole notar que no lo había hecho por ella, sino porque había querido preservar en excelentes condiciones su estupenda motocicleta.
-Claro…- logró soltar al comprender lo que él decía. –Rick, yo… Sé que estuve mal en aparecer sin llamar.
-Lo que estuvo mal, fue no devolver ninguno de los llamados que te hice. Si lo hubieses hecho, yo personalmente te hubiese ahorrado el viaje subiendo la moto a un tren directo a New York.
-Lo lamento, mi vida ha estado un poco complicada últimamente y no estuve mucho tiempo en casa…
-No tienes por qué excusarte. No me debes ninguna explicación por tu desaparición, pero sí quiero que me expliques a que has venido después de tanto tiempo.
-A buscar mí moto…- respondió sin poder sostenerle la mirada por no decir toda la verdad.
-No te atrevas a mentirme, Kate. Te conozco lo suficiente como para notar cuando lo haces. Si hubieses venido sólo a buscar tu Harley, me hubieses evitado como lo estuviste haciendo hasta ahora ¿Qué fue lo que cambió? ¿Por qué ahora quieres verme?
-No tengo una respuesta, o por lo menos no sé si es la que pretendes escuchar. Sólo tenía ganas de verte, de saber cómo estabas…
-¡Claro, entonces desapareces y apareces a tu antojo sin importarte absolutamente nada los sentimientos de los demás! ¡Menudo egoísmo se ha apoderado de ti, Beckett! ¡Existen otras personas alrededor tuyo y ya es hora de que lo vayas entendiendo!- Rick se mostraba furioso y no tenía más que palabras duras para ella, quien herida, comenzaba a defenderse de la única forma que le salía: atacándolo.
- Me disculpo si te he causado algún inconveniente con tu novia, sobre todo, después de ver lo mucho que te ha costado rehacer tu vida… -respondió punzando al escritor.
-Descuida, no me has causado ningún problema. Kyra es una mujer estupenda y con la cabeza muy bien puesta. Una clara señal de madurez que no muchas mujeres alcanzan, tengo suerte de haberla encontrado.- retrucó devolviendo el puntazo, pero un poco más profundo.
La joven sintió como su corazón se estrujaba al escucharlo hablar de su nueva novia, y los celos se apoderaban de ella sin poder evitarlo.
Las cosas se habían puesto más que ásperas entre ellos y de seguir hablándose en ese tono se pondrían mucho peor; y si a eso le sumábamos la inminente llegada de Royce, se podría decir que no sería un espectáculo lindo de ver.
Kate prefirió enfriar las cosas en vez de seguir echando leña al fuego, ya que las únicas palabras que saldrían de su boca serían de resentimiento y dolor.
-Me alegro por ti. Y espero que seas muy feliz… Será mejor que me vaya.- dijo la joven subiendo a su moto para sacarla del garaje.
Quería desaparecer de ahí de inmediato y de ser posible, evitar que Royce sea visto por Castle, aunque no se le ocurría forma de hacerlo. En ese momento se maldecía a si misma por no haberse comprado un teléfono móvil, como Mike le había sugerido. De haberlo hecho, podría haberse comunicado con él para avisarle que no venga, pero no se había comprado el maldito teléfono y ahora lo único que le quedaba por hacer era salir de la casa del escritor y esperarlo en la esquina, así cuando lo viese aparecer podría interceptarlo evitando el encuentro.
-Creo que será lo mejor.- aseguró él apartándose del portón para dejarla salir.
No había terminado de sacar su moto a la acera, cuando una camioneta negra con Mike adentro frenó en la entrada. Richard se asomó sorprendido, no esperaba a nadie y no conocía al conductor, por lo que supuso que sería un flete que había contratado Beckett. Aunque, esa idea desapareció rápidamente de su cabeza al ver la enorme sonrisa y la mano levantada a modo de saludo por el hombre que descendía de la camioneta, dirigido hacía ella. Claramente, se conocían bastante bien.
Kate quería ser tragada por la tierra en ese mismo instante, al sentir la mirada del escritor atravesándola como si fuese un puñal, mientras ella observaba a Mike descender dirigiéndose a la parte de atrás a preparar la rampa para subir la moto.
-¡Hola Kate!- gritó él desde la camioneta. Ella levantó la mano del acelerador para saludarlo, agradeciendo secretamente que no se acercara.
-¡Vaya! ¿Tienes acompañante? ¿No vas a presentarme a tu amigo?- no pudo evitar decir el escritor mientras se acercaba a su lado.
-Rick… No hagas esto, no es necesario…
-¿Por qué no puedo conocerlo? ¡Me encantaría saber quién es el buen hombre que se ofrece a llevar tu moto!
-No tienes por qué meter a Mike en todo esto…
-¡¿Mike?! ¡¿Mike Royce?!- adivinó al instante. Nunca había podido olvidar ese nombre. -¡Veo que ahora sí se han hecho buenos amigos! ¿Verdad? ¿O ya pasaron ese período y son mucho más que eso? ¡Puedes contarme! ¡En serio, muero por saberlo! – el sarcasmo de Castle estaba irritando en demasía a la joven quien le respondió con ímpetu:
-¡¿Te atreves a cuestionar quien me acompaña?! ¡¿Con que derecho osas celarme después de haberme refregado en la cara lo afortunado que eres por haber encontrado a Kyra?! ¡Eres increíble!
-¡Por lo menos, yo admito que estoy con alguien, en cambio tú…!
-¡¿Yo qué, Rick?! ¡Michel es un amigo. Uno muy bueno, por suerte, así que no tienes por qué preocuparte!
-¡Ya voy entendiendo como funcionan las cosas para ustedes! ¡Cuando te pregunté si era tu amigo respondiste que no, que sólo era un conocido; ahora que te pregunto si sales con él, me dices que sólo es tu amigo! ¡Cuando se estén casando ¿Qué vas a responder cuando te pregunte? ¿Qué recién es su primer cita?! - estaba tan celoso que ya no pensaba con claridad lo que decía.
-¡Realmente no entiendo cómo está funcionando tu lógica en este momento, pero que no te quepa duda de que te está fallando! ¡¿Cómo puedes creer que te ocultaría que estoy en pareja?! ¡¿Es que no me conoces ni un poco?!- preguntó indignada por las palabras de Castle.
-Aparentemente, no.- reconoció el escritor desanimado.
-Será mejor que dejemos esto aquí. Adiós Rick…-no tenía ningún sentido seguir discutiendo.
-Antes de que te vayas quiero pedirte algo…- la frenó antes de que pudiese acelerar.
-Te escucho…
-No puedo pedirte que no regreses al café a ver a los muchachos, ya que no sería justo para ellos, pero sí puedo pedirte que te anuncies antes de ir, así puedo evitarte. No quiero volver a verte. – en la voz del escritor se percibía su amargura.
No quería admitir que estaba equivocado con respecto al acercamiento de ella con Royce y quizás eso se debiera al hecho de qué si Beckett estaba en pareja, la culpa que sentía por haber confesado su relación con Kyra, se aliviaría; y sobre todo, acallaría para siempre la pregunta de por qué había regresado. Con tremenda elucubración, el escritor daba por sentado que ella sólo había vuelto a buscar su Harley sin ninguna otra intención, y esa era la idea que mantendría en la cabeza de ahora en más, para poder continuar con su vida.
-No te preocupes, no volverás a verme nunca más. Te lo prometo.- aseguró dedicándole una última mirada antes de conducir su moto hasta la camioneta.
Royce la esperaba sentado adentro, escuchando música. Su prudencia le había aconsejado no acercarse, ya que podía percibirse el clima tenso. No había llegado a escuchar la discusión ya que la radio estaba a un volumen considerable, pero pudo notar desde lejos la forma en la que se hablaban.
Luego de que la joven subiese la moto, Mike se bajó para acomodar la rampa a un costado y se dedicó a asegurar la Harley con cuerdas a la carrocería, para evitar que se moviese en el viaje pudiendo causar algún accidente.
Kate lo esperaba sentada dentro de la cabina. No emitió sonido cuando su amigo subió junto a ella, el nudo que tenía en la garganta no se lo permitía.
-Kate… ¿Estás bien?- preguntó preocupado mientras acercaba su mano al rostro de la joven para atrapar una lágrima con una dulce caricia.
-Sí… Sólo discutí mal con mi ex jefe. Al parecer no le cayó muy bien que no haya vuelto a trabajar…Te contaré en otro día- mintió Beckett. No quería tener que contar todo lo que había pasado, teniendo que revivir nuevamente el doloroso momento, ya lo haría en otra oportunidad.
-Entiendo… No tienes que contarme nada. Sólo quiero que sepas que cuando necesites desahogarte, aquí estaré.- avisó Royce sabiendo que esas lágrimas no habían brotado de una discusión con su ex jefe, sino más bien de una discusión con su ex pareja. Pero no tenía ni la más mínima intención de presionarla, solamente de acompañarla como lo había hecho hasta ahora.
-Gracias, se que siempre estás ahí…- respondió abrazándolo con fuerza, permitiéndose derramar unas lágrimas más mientras su amigo la contenía.
Castle no pudo entrar al garaje hasta que la camioneta desapareció de la casa. Se había quedado clavado dentro de su auto mirando en el espejo retrovisor toda la secuencia. Cuando vio la caricia de Royce, una fuerte angustia se apoderó de su alma; pero cuando vio a Kate abrazándolo, sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, teniendo la certeza de que jamás podría volver arreglarlo.
Continuara…
Bueno, hasta aquí llegó. Supongo que deben estar odiándome de una forma aterradora, lo presiento… y me encanta!!! Jajajajaja Ya saben, espero con ganas sus comentarios, críticas y sugerencias. Saludos y hasta la próxima!!!!
Última edición por Solexite el Sáb Oct 24, 2015 12:50 pm, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Pero por qué es tan cabezota, lo aleja de ella y no se deja ayudar por él? Jo, una pena cuando entre los dos seguro investigarían muy bien, jejejejeje.
Vaya dos!! Después de tanto tiempo sin verse y ser ese su primer encuentro, acaban discutiendo mucho más que la otra vez y encima enchandose en cara que el otro haya rehecho su vida. Que pena que hayan terminado de esa forma.
Esperemos que el próximo reencuentro no sea tan catastrófico.
Continúa pronto!!!
Vaya dos!! Después de tanto tiempo sin verse y ser ese su primer encuentro, acaban discutiendo mucho más que la otra vez y encima enchandose en cara que el otro haya rehecho su vida. Que pena que hayan terminado de esa forma.
Esperemos que el próximo reencuentro no sea tan catastrófico.
Continúa pronto!!!
Yaye- Escritor - Policia
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Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Antes solo te odiaba un poquito, pero ahora si te odio mucho, pobre Rick lo mal que lo esta pasando, y sintiendolo mucho Kate se merece como la trato Rick... espero que continues pronto
alba_caskett- Actor en Broadway
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Si lo que estás pensando es que te voy a echar la bronca, veo que aún no me conoces lo suficiente, jajajajaja
Para mí el capítulo claramente lo has escrito para provocar en mí, una reacción de rechazo. No por lo que escribiste, sino por seguir en tus trece, jajajajaja ... pero sabe más el viejo por viejo, que por diablo, y he de decirte que a parte del hecho de que este capítulo lo dejaste redondo, muy bien escrito y mejor pensado, me has dado pié a pensar que el día del reencuentro, va a ser de traca, jajajajaja
Tú sola te pusiste el listón tan alto que vas a tener que hacerlo ... no bien, sino lo siguiente para que la historia no baje en ningún momento su nivel. Y yo ya estoy relamiéndome de gusto sólo de pensarlo, te tengo donde quería ... y sin hacer nadaaaaa!!!!, jajajajajaja
Ahora vas y lo cascas, jajajajajajajaja te salieron los tiros igual que a Kate y Castle ... por la culata, jajajajajaja
Sé que tienes avanzada la historia y seguramente ya pensaste en todo, y no eres de las que hacen las cosas tal y como te vienen, sino que antes de exponerlas, las piensas y repiensas, así que ya tengo por seguro que la historia no sólo va a mejorar, claro es que (como es costumbre en ti) será incluso mejor que la anterior, y lo digo convencida, porque te conozco lo suficiente como para hacer tal afirmación.
Ahora sólo me queda sentarme bien cómoda, para seguir leyendo, jajajajajajaja pero no creas que te voy a consentir más de lo necesario, pues como te pases ... ya sabes lo que te espera!!!!!, jajajajaja
Síguela pronto que ya estoy impaciente por seguir leyendo, has puesto las bases, ahora queda lo mejor, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Para mí el capítulo claramente lo has escrito para provocar en mí, una reacción de rechazo. No por lo que escribiste, sino por seguir en tus trece, jajajajaja ... pero sabe más el viejo por viejo, que por diablo, y he de decirte que a parte del hecho de que este capítulo lo dejaste redondo, muy bien escrito y mejor pensado, me has dado pié a pensar que el día del reencuentro, va a ser de traca, jajajajaja
Tú sola te pusiste el listón tan alto que vas a tener que hacerlo ... no bien, sino lo siguiente para que la historia no baje en ningún momento su nivel. Y yo ya estoy relamiéndome de gusto sólo de pensarlo, te tengo donde quería ... y sin hacer nadaaaaa!!!!, jajajajajaja
Ahora vas y lo cascas, jajajajajajajaja te salieron los tiros igual que a Kate y Castle ... por la culata, jajajajajaja
Sé que tienes avanzada la historia y seguramente ya pensaste en todo, y no eres de las que hacen las cosas tal y como te vienen, sino que antes de exponerlas, las piensas y repiensas, así que ya tengo por seguro que la historia no sólo va a mejorar, claro es que (como es costumbre en ti) será incluso mejor que la anterior, y lo digo convencida, porque te conozco lo suficiente como para hacer tal afirmación.
Ahora sólo me queda sentarme bien cómoda, para seguir leyendo, jajajajajajaja pero no creas que te voy a consentir más de lo necesario, pues como te pases ... ya sabes lo que te espera!!!!!, jajajajaja
Síguela pronto que ya estoy impaciente por seguir leyendo, has puesto las bases, ahora queda lo mejor, jajajajaja
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agecastbet- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
[quote="Yaye"]Pero por qué es tan cabezota, lo aleja de ella y no se deja ayudar por él? Jo, una pena cuando entre los dos seguro investigarían muy bien, jejejejeje.
Vaya dos!! Después de tanto tiempo sin verse y ser ese su primer encuentro, acaban discutiendo mucho más que la otra vez y encima enchandose en cara que el otro haya rehecho su vida. Que pena que hayan terminado de esa forma.
Esperemos que el próximo reencuentro no sea tan catastrófico.
Continúa pronto!!!
Hay que comprender que Beckett no está pasando un buen momento y es normal que tenga la cabeza hecha un lio. Y el reencuentro pudo haber resultado mejor, lo admito, jajajajaja, pero en definitiva era lógico que se comportaran así, ya que las cosas no habían terminado nada bien.
Te cuento que el reencuentro va a ser… No, mejor no adelanto nada! jajajajajaja Pronto vas a enterarte como van a resultar las cosas entre ellos la próxima vez que se vean. Gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!
Vaya dos!! Después de tanto tiempo sin verse y ser ese su primer encuentro, acaban discutiendo mucho más que la otra vez y encima enchandose en cara que el otro haya rehecho su vida. Que pena que hayan terminado de esa forma.
Esperemos que el próximo reencuentro no sea tan catastrófico.
Continúa pronto!!!
Hay que comprender que Beckett no está pasando un buen momento y es normal que tenga la cabeza hecha un lio. Y el reencuentro pudo haber resultado mejor, lo admito, jajajajaja, pero en definitiva era lógico que se comportaran así, ya que las cosas no habían terminado nada bien.
Te cuento que el reencuentro va a ser… No, mejor no adelanto nada! jajajajajaja Pronto vas a enterarte como van a resultar las cosas entre ellos la próxima vez que se vean. Gracias por leer y comentar!!! Saludos y hasta la próxima!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Cumplí mi cometido, entonces! Jajajajajaja No te gastes todo el odio, lo vas a necesitar para los próximos capis! Jajajajaja Hay que reconocer que la confusión de Beckett está volviendo loco a Rick y él ya no está dispuesto a aceptarlo. Pronto sabremos como siguen las cosas. Muchas gracias por leer y comentar! Saludos y hasta la próxima!!!alba_caskett escribió:Antes solo te odiaba un poquito, pero ahora si te odio mucho, pobre Rick lo mal que lo esta pasando, y sintiendolo mucho Kate se merece como la trato Rick... espero que continues pronto
Solexite- Policia de homicidios
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Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Estoy en eso, amiga. Confío en poder terminar pronto el próximo capi, así no los hago esperar tanto. Beso y abrazo grande!!!agecastbet escribió:Si lo que estás pensando es que te voy a echar la bronca, veo que aún no me conoces lo suficiente, jajajajaja
Para mí el capítulo claramente lo has escrito para provocar en mí, una reacción de rechazo. No por lo que escribiste, sino por seguir en tus trece, jajajajaja ... pero sabe más el viejo por viejo, que por diablo, y he de decirte que a parte del hecho de que este capítulo lo dejaste redondo, muy bien escrito y mejor pensado, me has dado pié a pensar que el día del reencuentro, va a ser de traca, jajajajaja
Realmente, pensé que tus comentarios iban a venir cargados de cuestionamientos e interrogantes por la reacción de los personajes, pero veo que los años han aplacado tu espíritu y estás mucho más tolerante… por no decir blanda, jajajajajaja
Debo agradecer, antes de seguir, que te hayas hecho un tiempo para leer y comentar, también decirte que me alegra mucho que consideres que ha estado bien pensado; así que Gracias totales! Dicho lo importante, prosigo… ¿Quién te dijo que va a existir un reencuentro?... No, mentira! Si va a haber reencuentro, pero no puedo decir que va a ser pronto, jajajajajaja!
Tú sola te pusiste el listón tan alto que vas a tener que hacerlo ... no bien, sino lo siguiente para que la historia no baje en ningún momento su nivel. Y yo ya estoy relamiéndome de gusto sólo de pensarlo, te tengo donde quería ... y sin hacer nadaaaaa!!!!, jajajajajaja
Ahora vas y lo cascas, jajajajajajajaja te salieron los tiros igual que a Kate y Castle ... por la culata, jajajajajaja
Bueno, si tan bien lo he hecho hasta ahora, creo que podrás permitirme una pequeña merma en el nivel de la historia, jajajajaja Sí, sí! Yo solita me metí en este lio, y sin nada de ayuda, pero no estoy preocupada (todavía, jajajajaja), estuve en peores enredos y no salí tan mal parada, jajajajajajaja
Sé que tienes avanzada la historia y seguramente ya pensaste en todo, y no eres de las que hacen las cosas tal y como te vienen, sino que antes de exponerlas, las piensas y repiensas, así que ya tengo por seguro que la historia no sólo va a mejorar, claro es que (como es costumbre en ti) será incluso mejor que la anterior, y lo digo convencida, porque te conozco lo suficiente como para hacer tal afirmación.
Avanzada?….Te diría que en mi cabeza, mayormente terminada. Lamentablemente, la transcripción todavía tiene unos cuantos huecos, jajajajajajaja. Tengo la historia bastante adelantada, pero esta vez no fui escribiendo de forma correlativa, sino más bien todo lo contrario, y es por eso que todavía tiene espacios que debo llenar.
Me estás llamando obsesiva? Se ve que me conocés muy bien, jajajajaja Veo que tus expectativas son grandes, espero no defraudar!
Ahora sólo me queda sentarme bien cómoda, para seguir leyendo, jajajajajajaja pero no creas que te voy a consentir más de lo necesario, pues como te pases ... ya sabes lo que te espera!!!!!, jajajajaja
Sí, sentate y acomodate muy bien, porque si con los capítulos anteriores te quedaste ojiplática, con los que vienen te vas a quedar con la boca abierta y petrificada, jajajajajaja Perdón por la pregunta, pero donde es que me estás consintiendo exactamente? Al ahorrarte las críticas sobre el argumento? Jajajajajajajajaja
Síguela pronto que ya estoy impaciente por seguir leyendo, has puesto las bases, ahora queda lo mejor, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Solexite- Policia de homicidios
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castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Edad : 33
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola a tod@s! Acá les dejo el nuevo capítulo, es un poco más extenso que los últimos así que espero que no se cansen de leer! jajajaja
Capítulo XIV
ALGUNOS AÑOS MÁS TARDE…
Después del homicidio de Johanna Beckett, Kate había decidido abandonar sus estudios de abogacía para entrar a la academia de policía. Su obsesión por el asesinato no resuelto de su madre, la había empujado a estudiar sin descanso hasta lograr egresar de la academia con uno de los mejores promedios, y su entonces amigo, Michel Royce había conseguido que se la asignaran para entrenarla, intuyendo que sería de los mejores agentes que tendría la suerte de moldear, y como era de esperar, no se había equivocado en absoluto.
Al finalizar su período de adiestramiento, las miradas comenzaron a posarse sobre ella al haberse destacado no sólo en la academia, ya que había realizado cuanto curso de capacitación se le había cruzado, sino también en la etapa posterior, convirtiéndose en una joven agente de policía tremendamente preparada.
Durante el tiempo que estuvo a cargo de Royce, y gracias a que su mentor había utilizado a todos sus contactos dentro de la policía de New York, pudieron conseguir toda la información necesaria para poder iniciar una investigación sobre el homicidio de su madre paralela a la oficial, la cual en su momento, había sido muy precaria y descuidada, archivando el expediente en el fondo del precinto, convirtiéndolo en un “caso frio”, desechado por creer que había ocurrido en el medio de una guerra de pandillas. Pero pese a toda la información y ayuda recibida de Royce, el caso de Johanna no había logrado avanzar lo suficiente como para reabrirlo oficialmente, no obstante, la joven agente investigaba hasta las últimas consecuencias todo dato, nombre o pista que se relacionara de una forma u otra a su madre, por pequeña que fuese.
Y así fue que llegó hasta sus oídos el nombre de Vulcan Simmons, un narcotraficante muy famoso en la ciudad, pero con tantos “buenos amigos” que a la policía se le había hecho imposible arrestarlo, sin poder vincularlo al delito, al desviarse la evidencia en su contra hacia algún otro sospechoso que resultaba inmediatamente culpable, y todo esto, claro, a base de suculentos sobornos que muy bien utilizaba. Siempre lograba salir en libertad a las pocas horas de arrestarlo, y con gran habilidad, desaparecía del mapa durante un tiempo considerable antes de volver a las andadas.
Beckett había apuntado a ese hombre nefasto, cuando realizaba una investigación sobre el caso en el que se encontraba trabajando su madre al momento de su asesinato. Johanna, había formado un grupo de abogados que se encargaban de revisar casos cerrados, exonerando a muchos inocentes acusados injustamente y en verdad había causado un revuelo importante entre los criminales de la ciudad, y entre ellos el zar de la droga de Washington Heights, Vulcan Simmons, quien tronaba de ira al sentirse amenazado por la investigación de la abogada, la cual podía llegar a involucrarlo seriamente si llegaba a exonerar a todos los que habían caído tras las rejas en lugar de él. La joven intentó investigarlo extra oficialmente, por supuesto, pero no había conseguido lo suficiente como para incriminarlo ya que el tipo sabía muy bien como cubrir sus pasos, por lo que debió dejar sus sospechas de lado y seguir adelante con otra pista.
Ahora, un informante anónimo había soltado el dato de que Simmons se encontraba armando su nueva “oficina” en el sótano de un bar que se encontraba funcionando desde hacía unos meses en los suburbios, y en el precinto se rumoreaba sobre el armado de una operación para intentar arrestarlo. Debían poner a un agente encubierto para conseguir las pruebas suficientes y ella estaba convencida de que era la indicada para hacer el trabajo. El único problema que se le presentaba era tratar de convencer a sus superiores que, a pesar de su corta experiencia, tenía la capacidad de trabajar de incognito.
Sabía con certeza, porque lo había escuchado del mismísimo capitán, que necesitaban a una mujer para infiltrar dentro del bar ya que tenían una vacante para mesera, por lo que su chance de resultar electa crecía; y si a eso le sumaba su impecable expediente, contando desde el inicio de la academia hasta el presente más su experiencia laboral en el Café de la Rue Morgue, podría decirse que duplicaba sus chances. Y todo esto sin contar con el detalle de que no había muchas mujeres en el destacamento, menos aun con su eximio currículum, por lo que realmente tenía grandes posibilidades de que la tuviesen en cuenta. Aunque, si todo lo anterior fallaba, aun contaba con un naipe bajo la manga: Mike Royce.
El sol se apagaba lentamente, escondiéndose entre los inmensos rascacielos de la gran manzana y la joven agente Katherine Beckett regresaba a su hogar luego de un largo día de trabajo en el destacamento 12 de la policía de New York. Lo primero que hizo al entrar fue dirigirse al baño para abrir el agua caliente. Luego, mientras se cargaba la bañera, se desvistió rápidamente, se sujetó el cabello en forma de rodete y tomó el frasco de sus sales de baño favoritas para esparcir una generosa medida antes de sumergirse en el agua. El baño de inmersión se prolongó por algo más de media hora, dejándola con el tiempo suficiente para vestirse de entrecasa con una remera larga y unos shorts de jean y seguidamente poner la mesa, antes de que Mike tocase su puerta con comida china de su restaurant favorito.
Desde hacía un tiempo largo, Royce había pasado de ser su fiel amigo y confidente durante sus años de academia y entrenamiento, a ser su pareja estable, por así decirlo, ya que su relación distaba un poco de ser formal. Él estaba enamorado de Kate prácticamente desde que la había conocido, pero se prohibió a sí mismo acercarse a ella hasta un tiempo después de haber terminado de entrenarla.
Hacía más de dos años estaban juntos, y eso para ella, era un paso inmenso teniendo en cuenta el hermetismo que tenía al afrontar una relación. A partir de la muerte de su madre, todo había girado radicalmente en su vida, enfocando todas sus energías hacia el cuidado de su padre, el estudio y el trabajo, sin dejar mucho de su ser para encarar una relación amorosa seria, por lo que sus parejas habían sido amantes ocasionales o bien habían durado un suspiro al no dedicarle el tiempo o el interés suficiente.
Tanto se había cerrado, que ni siquiera su amor por Castle había sido suficiente para derribar el muro tras el cual se había escondido para protegerse de tanto dolor que abrazaba a su alma. Aunque, para no faltar a la verdad, su relación con Rick se había terminado por que ella nunca pudo aceptar su paternidad, considerando que eso sería un problema más para afrontar y en ese momento no tenía la fuerza suficiente como para, además de ayudar a su padre alcohólico a superar su enfermedad, mantener una relación a distancia con un hombre que tenía un hijo con otra.
Apartar de su lado al gran amor de su vida había sido la decisión más difícil que había tomado y nunca había logrado sentir por otro hombre lo que había sentido por Castle, impidiendo a cualquier otro llenar de amor su corazón, destinando al fracaso a todas y cada una de las relaciones que había tenido. Pero con Royce las cosas eran diferentes. Era la única persona que entendía sin juzgarla, la obsesión de ella por encontrar al asesino de su madre y eso la había llevado a aferrarse a terriblemente a él. Además, era su amigo y la conocía tan bien que sabía a la perfección cómo manejarse dentro de la relación: yendo muy, pero muy despacio, sin compromisos ni presiones. Y ciertamente, le estaba funcionando bastante bien.
-¡Hola, linda!- dijo con una enorme sonrisa, antes de besarla. -¿Me extrañaste?
-¡No sabes cuánto! ¡Muero de hambre!- respondió riéndose y atacando los paquetes que traía él.
-¡Ey! ¡Tranquila, nena! ¿Hace cuanto que no comes?- preguntó esquivando las manos de ella, sin dejarle agarrar las bolsas.
-Desde el desayuno, así que… ¿comemos?
-¿Cuántas veces te dije que no puedes estar con el estomago vacio tantas horas?
-¡Vamos Mike, que no eres mi padre!
-Ni quiero serlo…- retrucó atrapando su boca con un beso. -… lo que digo es que el cuerpo necesita combustible para funcionar y si quieres aprovechar al máximo tus habilidades físicas…
-Si quieres, puedo demostrarte antes de comer que mis habilidades físicas se encuentran intactas…- interrumpió sugerente, rodeando su cuello con sus brazos.
-¡No, no caeré en la tentación! Por más que muera de ganas de comerte a ti en vez del chop suey que tengo en la bolsa, debemos cenar primero.
¡No quiero que te desmayes después de toda una noche de sexo conmigo!
-¡Engreído!...- dijo empujándolo mientras se reía a carcajadas.
Royce se sentó en la mesa y comenzó a sacar las bandejas con la comida. Kate sacó un par de cervezas del refrigerador y se sentó a disfrutar de su cena. Durante los primeros minutos no pronunciaron palabra, sólo cuando lograron saciar un poco su hambre voraz, él fue quien habló:
-Escucha, Kate… Sobre lo que me comentaste el otro día… eso de ser la agente infiltrada en la operación de Simmons, estuve pensando y creo que es muy peligroso para ti…
-¡Vamos Mike! ¡Es peligroso para cualquiera que lo haga, no sólo para mí! ¡Soy policía y se supone que el peligro es parte del trabajo, o ¿piensas que no lo sabía antes de ingresar a la academia?! Conozco los riesgos y estoy segura de que puedo con esto.
-Sé que estás perfectamente capacitada para hacer el trabajo, después de todo, yo te entrené y lo sé mejor que nadie… Lo que digo, es que me preocupa que entres a ese nido de ratas… Simmons es un tipo muy peligroso.
-Sé la clase de delincuente que es Vulcan Simmons y por eso creo que es una oportunidad única para conseguir las pruebas necesarias para ponerlo tras las rejas de por vida. Además, hace menos de tres años que soy policía y esta sin duda es mi oportunidad para lograr un ascenso…
-Mmm… ¡Cuanta ambición!
-¿Está mal querer avanzar en mi carrera?
-Si el precio es tu vida, no me parece muy sensato.
-No puedes saber si va a costarme la vida. Tú solamente estás viendo el lado negativo de la operación. Si hago las cosas bien, no tengo por qué ser descubierta.
-Suenas muy convencida.
-Lo estoy.
-No voy a lograr hacerte cambiar de opinión ¿Verdad?
-No.
-Bueno… por lo menos lo intenté. Mañana repórtate con el Capitán en cuanto llegues al precinto. Te dará los detalles de la operación…
-¡¿Qué?! – preguntó al no terminar de entender lo que le decía.
-Que el trabajo es tuyo. Hoy hablé con él y decidió que tú serás el agente encubierto.
-¡En serio! ¡No puedo creerlo! ¡Gracias Mike, de verdad! –respondió eufórica levantándose para abrazarlo.
-No me agradezcas a mí, yo no tuve nada que ver. Te escogieron por qué eres la mejor opción para realizar el trabajo.
-¡Te lo dije!- dijo riéndose mientras volvía a sentarse en su lugar para terminar la cena.
-Lo sé. Estoy seguro de que lo harás bien, eres una excelente policía, lo único que me preocupa un poco es… tu espíritu intrépido, por decirlo de algún modo. Prométeme que vas a hacer todo de acuerdo al manual.
-Sabes que no puedo prometerte eso, Royce. Tu mismo me enseñaste que el manual no siempre se ajusta a la realidad, y que en algunas circunstancias debo actuar según mis instintos.
-El pez por la boca muere ¿No? Es verdad, yo te enseñé eso, pero aun así, debes prometerme que no harás ninguna locura.
-Seré cuidadosa, Mike. Te lo prometo.
-Ok. No hablemos más de trabajo. Dime ¿Escuchaste la noticia sobre ese escritor que tanto te gusta?
-¿Cuál de todos?
-¡Del que tienes todas su novelas!
-¿Castle?
-¡Sí, ese! Parece que suspendieron la búsqueda ¿Cuánto tiempo pasó desde el tsunami en Nueva Guinea? ¿Un año?
-Más de un año y medio. ¿Crees que esté muerto?- preguntó con tristeza. Aun recordaba la angustia y el fuerte dolor que había experimentado el
día que se enteró del naufragio.
-Es probable… Pasó mucho tiempo, si estuviese vivo, ya lo habrían encontrado ¿No crees?
-Entre Nueva Guinea y Las Islas Salomón, suman más de 900 islas, muchas de ellas habitadas por pescadores. Quien sabe… podría estar en una de esas…- comentó con una esperanza casi inocente.
-No lo creo. Con lo que le gustan las cámaras a ese tío, ya estaría sacándose fotos con los nativos contando su gran aventura…
-Puede que tengas razón…- admitió con desánimo, pero luego agregó pensativa: – Aunque, siempre me llamó la atención que para ser un personaje tan expuesto, nada se sabe de su vida privada.
-¿A qué te refieres?
-Sólo dejaba conocer lo que aparecía en las fotos y en general terminaban siendo puras especulaciones de la prensa, ya que en las entrevistas se cuidaba mucho de responder sobre su vida personal y tenía una gran cintura para esquivar preguntas.
-Es cierto, nunca lo había notado. Seguramente tendrá algo que ocultar. Probablemente sea gay…- soltó con media sonrisa dibujándosele en el rostro.
-¡No es gay! ¿Cómo puedes decir eso?
-¿Cómo puedes tú afirmar lo contrario?- retrucó de inmediato sonriendo.
-No puedo afirmarlo, pero se nota a la legua que no es homosexual…
-De Rock Hudson decían lo mismo.-
-¿A qué viene esto? ¿Te pondrías menos celoso si fuese gay?- preguntó sonriendo por el comentario de su chico.
-Tienes razón, lo siento. Debo admitir que siempre sentí un poco de celos de que pasaras tanto tiempo leyéndolo.
-Es un gran novelista y sus libros me sirven para escapar un poco de la realidad. Deberías leerlo.
-Sé lo que significaron para ti sus novelas, especialmente cuando estabas atravesando el duelo de tu madre y el alcoholismo de tu padre…
-Confieso que me ayudaron mucho para despejar la cabeza en esos tiempos, realmente lo necesitaba, pero ya todo eso quedó atrás. Hace bastante que no leo nada de él, no he tenido mucho tiempo para dedicarle a sus libros.
-Lo sé, pero aun seguía siendo tu escritor favorito.
-Así es.
-¿Estás algo triste por la noticia?
-¿Triste? ¡No!- respondió rápidamente tratando de disimular. –Sólo es que aun me resulta extraño el hecho de que nunca más se edite una novela de él…
-Puede que la editorial tenga algo de él para publicar. ¡Sabes que no desperdiciarían una oportunidad como esta para hacerlo!
-Hasta que su familia no lo declare muerto legalmente, sigue desaparecido. Aunque yo también creo que sus editores no dejaran pasar la oportunidad de facturar a expensas de esto…
Kate intentó no mostrar la angustia que la invadía. Royce sabía que ella había dejado a un gran amor, también sabía el por qué lo había abandonado, pero lo que nunca se enteró es que ese gran amor era Richard Castle. Y eso, seguiría sin saberse.
No sabía bien porque no le había contado quien era, a pesar de que Mike había sido su gran confidente. Incluso, teniendo la oportunidad perfecta para decírselo el día que recogieron su moto, prefirió omitir la información aprovechando que sólo lo había visto de lejos haciéndole imposible reconocerlo. Había decidido enterrar bien profundo su pasado con Castle, tan hondo, que ni siquiera pudo confesárselo a su gran amigo, decidiendo que el único contacto que mantendría con el exitoso escritor, sería a través de sus novelas; y al parecer, ya ni eso le quedaba ahora.
Beckett cambió de tema de conversación, intentando olvidarse de la noticia que le había contado Royce, aunque la expresión de su rostro había cambiado y no podía evitarlo.
-¿Te encuentras bien?- preguntó Royce mientras levantaba los platos de la mesa para llevarlos al fregadero.
-Sí… ¿Por qué lo preguntas?
-No lo sé… estás rara…
-Sólo estoy exhausta. Me di cuenta en cuanto terminé de comer que estoy muy cansada…
-Vamos a acostarnos, entonces. Mañana te espera un gran día y debes descansar.
-Sí, me vendrá bien dormir un poco.
-Y si nos despertamos temprano… -dijo Mike acercándose a ella para besarla. -… podré prepararte un “desayuno de campeones completo” ¿Te
parece?
-Y… exactamente ¿Qué contiene el “desayuno de campeones completo”?- preguntó divertida mientras lavaba los platos que habían utilizado.
-Café, jugo de naranjas recién exprimido, tostadas con queso crema y mermelada y un tazón de frutas… ¡todo eso, inmediatamente después de una enorme porción de sexo matinal!- respondió él abrazándola por detrás, besando su cuello.
Kate giró sonriendo y depositó un apasionado beso en sus labios. Luego dijo guiñando un ojo: -Pondré el despertador ¡Ni pienso perdérmelo!
Al momento de poner un pie en el precinto, ya llevaba más de 15 minutos de retraso. El capitán la estaba esperando y según suponía la joven agente, estaría bastante cabreado. Detestaba llegar tarde, aunque, a decir verdad, después del estupendo despertar que había tenido, poco le importaba el regaño que seguramente se había ganado, después de todo necesitaba despedirse de Royce, ya que no sabía con certeza cuanto tiempo estaría trabajando en el bar de Simmons sin tener contacto alguno con todos los que la conocían. Michel, lo sabía a la perfección y por eso, tal y como le había adelantado la noche anterior, su chico la despertó con una gran porción de sexo matutino, pero como la ración había terminado siendo doble, no le había quedado más tiempo que para un baño y un café bebido mientras se cambiaba. Estaba muerta de hambre, pero antes de intentar comer algo debía si o si hablar con su superior de inmediato.
Golpeó la puerta del Capitán Stevenson y esperó a que la atendieran. Su jefe levantó la vista fijando sus ojos en el vidrio a través del cual podía ver a la joven agente. Con un ademán de su mano derecha, hizo una seña para notificarle que entre.
-Llega tarde Beckett…
-Sí… lo siento. No volverá a pasar, Señor.
-Eso espero. Ahora, vayamos a lo importante. Supongo que sabrá de la operación que planeamos para atrapar a Simmons ¿No es así?
-Sí, Señor. Estoy al tanto y quisiera ofrecerme de voluntaria para ser parte de esto.
-Lo sé. Royce estuvo hablando conmigo al respecto y me comentó que usted quería ser el agente encubierto.
-Así es, Señor.
-¿Es usted consciente del peligro que lleva meterse ahí adentro?
-Sí, Señor. Lo entiendo perfectamente, pero estoy convencida que puedo hacerlo.
-Lo sé y yo también lo creo. Aunque es mi deber informarle que si decide aceptar, no podrá tener contacto con ninguno de sus afectos hasta encontrar alguna prueba incriminatoria contra Simmons.
-Lo comprendo perfectamente, Señor.
-Bien. Entonces procederemos a terminar de armar su cubierta. Ya tenemos el departamento en donde va a alojarse desde esta misma noche. No es de lo mejor, pero está relativamente cerca del bar. -Estas son las llaves.- inmediatamente después de entregarle un llavero con una herradura, el capitán agarró dos carpetas que estaban sobre su escritorio y también se las dio diciendo:
-En la carpeta de arriba encontrará toda la información que tenemos sobre la gente que trabaja en el bar. No son muchos empleados, pero parecen ser gente de confianza de Simmons. Eso también deberás investigarlo, debemos atrapar a todos lo que podamos y si sus empleados están tan sucios como él, también deberemos meterlos presos. Y en la otra carpeta está detallada su vida hasta hoy: donde y cuando nació, a que escuela primaria fue, en qué año se graduó de la preparatoria y todos sus empleos anteriores. Es de suma importancia que memorice a la perfección la información que contiene. De eso depende su vida, Beckett.
-Entendido, Capitán.
-Un Taurus se encontrará estacionado en la puerta de su actual departamento con las llaves y los papeles en la guantera, para que ya pueda usarlo de inmediato. Ahora, lo único que falta para efectivizar la cubierta es que escoja entre estos nombres para que le preparen su nueva documentación falsa. Creemos que si es usted quien lo elige, se sentirá más cómoda con él.
Beckett la abrió dando un repaso rápido de lo que sería su nueva vida. Al final, había una lista con varios nombres, de los cuales tendría que escoger uno.
-¿Esto es en serio, Señor? ¿Maggie Stuart? ¿Lauren Milford? ¿Qué clase de nombres son esos para una camarera? Parecen más bien de la alta sociedad, no de una simple empleada de un bar…- opinó algo ofuscada por la ocurrencia de sus superiores.
-¿Y cuál sería un nombre adecuado, señorita Beckett? – preguntó su jefe mostrándose algo molesto por la observación.
-No lo sé… -respondió mientras pensaba que contestarle. -… Algo así como Niccole, por ejemplo… ¡Eso es! ¡Nikki! ¡Nikki Heat sería perfecto!- indicó satisfecha.
-Mmm… ¿Nikki Heat? Me suena a stripper…
-Esa es la idea… ¿En la carpeta que me acaba de dar, no dice que trabaje un año como bailarina exótica en un hotel en Las Vegas?
-Es cierto. Veo que sabe muy bien lo que está haciendo, Beckett. Nikki Heat, será su nombre a partir de ahora. Hoy por la tarde tendrá su carnet del seguro social y su registro de conducir con la nueva identidad. Su contacto será el oficial Kevin Ryan, gracias a él entrará a trabajar en el “Inferno”. Deberá reportarse, sólo y únicamente con él. Su nombre falso es Fenton O’Connell, está infiltrado dentro de la mafia irlandesa de Staten Island desde hace 10 meses y su organización tiene estrecha relación con Simmons. Si surge algún tipo de problema, él tiene instrucciones de sacarla de allí de inmediato.
-Entendido, Señor ¿Y cuando empiezo?
-En cuanto le sea posible ¿Cuánto tiempo cree que le tomará aprenderse todo lo que hay en esa carpeta?
-Un par de horas.
-¡¿Nada más?!
-¡Leo rápido, Señor!
-Leer es una cosa y memorizar, otra muy diferente. No se confíe, agente Beckett…
-Lo sé, Capitán. Por suerte, las cosas me quedan muy rápidamente. Nunca tuve problemas para estudiar, más bien, todo lo contrario.
-Eso espero. Una sola cosa más quiero decirle, Beckett. No me fue fácil poner a una agente con tan poca experiencia en una operación tan importante, ojalá no me haya equivocado al elegirla. Este año pienso jubilarme y quiero que mi salida de la fuerza sea de forma “elegante” ¿Entiende lo quiero decir? No quiero que la decisión de infiltrarla dentro del bar de Simmons, termine siendo una mancha negra en mi carrera.
-No voy a defraudarlo, Capitán. Sé que puedo hacerlo bien, sólo confíe en mí.
-Si esto sale como esperamos y conseguimos las pruebas para encarcelar a Simmons, usted tendrá las mejores recomendaciones para ascender a detective. Por supuesto que tendrá que rendir el examen correspondiente, pero no creo que tenga problemas con eso ¿No cree?
-¡En absoluto! Sé que puedo pasar el examen sin problemas, pero no estaba muy segura de poder presentarme con tan poca experiencia en el campo…
-Después de trabajar como infiltrada, su experiencia crecerá lo suficiente, créame. Sólo preocúpese por mantenerse a salvo.
-¡Sí, capitán!
-Puede volver a trabajar. Ni piense que se va a ir a su casa.
-Ni se me hubiese cruzado por la cabeza, señor.
-Bien. Pase por la morgue, entonces. La doctora Parish ya tiene el informe de la autopsia del caso a cargo del detective Rockwell.
-Se lo llevaré de inmediato, señor.- dijo saliendo del despacho de su jefe. Estaba muy feliz por la noticia que le acababa de dar y no veía la hora de contárselo a su gran amiga.
Su amistad con Lanie se había forjado en el último año de la academia, dónde la doctora había realizado su especialización en medicina forense. Desde el día en que se conocieron habían sido inseparables y habían tenido la suerte de coincidir en el mismo precinto al egresar y eso les había permitido continuar con su inseparable amistad de forma cotidiana.
-¡Buenos días amiga!- dijo Beckett al ingresar a la morgue.
-¡Buenos días Kate y felicitaciones por la asignación!
-¿Cómo sabes que me dieron el trabajo?
-¡Todo llega a oídos de la irresistible Lanie!- soltó con una enorme sonrisa.
-¡Eres increíble!
-¡Lo sé! Dime ¿Cuándo empiezas?
-Esta noche me mudo al nuevo apartamento.
-Sé cuanto querías que te asignaran esto, pero prométeme que vas a tener mucho cuidado, Kate. Es muy peligroso lo que estás por hacer.- pidió la doctora, visiblemente preocupada.
-Lo tendré, lo prometo.
-De acuerdo, no diré más nada. Volvamos al trabajo, entonces. Aquí tienes.
Lanie le entregó una carpeta que contenía el informe. Beckett la abrió y leyó rápidamente la autopsia. No era parte de su trabajo ya que no estaba asignada al caso, pero siempre estaba informada sobre todo lo que pasaba por sus manos. Nunca estaba de más aprender.
-¿Escuchaste la noticia sobre nuestro chico escritor?- preguntó la doctora mientras ella terminaba de ojear el informe. Ambas compartían el gusto por las novelas de Castle, aunque Lanie reconocía que el fanatismo se lo había transmitido su amiga a fuerza de prestarle los libros para después discutir sobre ellos. Los comentarios de la doctora sobre los personajes eran desopilantes, haciendo verdaderamente entretenidas sus charlas de literatura.
-Me contó Mike.- se limitó a decir. Todavía no podía evitar la tristeza inexplicable que la llenaba al escuchar hablar de él.
Su amiga se la quedó observando detenidamente, más bien leyéndola de pies a cabeza. La conocía como a la palma de su propia mano y sabía cuando algo la entristecía y curiosamente, pasaba seguido cuando hablaban de Richard Castle.
-Hay algo que no me has contado sobre nuestro escritor favorito…
-¿Qué tendría que contarte?
-No lo sé… algo oculto…
-¡Deja de hablar pavadas, Lanie!- la reprendió frunciendo el entrecejo.
- No puede ser que tu mirada cambie cada vez que hablamos de él. Te conozco amiga, no puedes mentirme para siempre ¡Un día te emborracharé y te sacaré toda la verdad!
-Tengo alta tolerancia al alcohol… Nunca lograras sacarme nada por esos medios.- respondió divertida.
-Entonces te inyectaré pentotal sódico y cantarás como un ruiseñor, pero créeme que de una forma u otra te lo sacaré- finalizó su amiga poniéndose seria y sacándole una carcajada a Beckett.
Más de una vez había querido contarle a su amiga sobre Rick, pero por alguna razón que desconocía nunca lo había hecho. Había actuado de la misma forma con Mike, pero no le molestaba tanto el habérselo ocultado a él como habérselo ocultado a Lanie, por lo que decidió cambiar eso y contarle la verdad sobre el escritor.
-De acuerdo. Te contaré todo esta noche, después de salir ¿Nos tomamos unas copas?
-¡Rayos! ¡Hoy estoy de guardia! ¡No puedo creer que el día que decides contarme un gran secreto yo no esté disponible!
-No hay problema. Te contaré otro día.
-¡NO! ¡De ninguna manera! Llamaré a Perlmutter para que me cubra, haré lo que me pida con tal de que me cambie el turno…
-Tranquila, amiga. No voy a permitir que cometas una locura, después de todo, no sabemos que puede llegar a pedirte ¿Te parece salir a almorzar?
-¡Por supuesto! ¡Y gracias por frenar mis locuras!
-¡¿Frenar tus locuras?! ¡Ojalá pudiese! Te paso a buscar a las trece y treinta- gritó saliendo de la morgue.
Las dos amigas se habían sentado a comer en una cafetería enfrente del precinto y la doctora la había cerrado la boca durante todo el relato de la joven. Kate, todavía recordaba la cara que había puesto al confesarle que había tenido un romance con el famosísimo escritor y como se había atragantado al enterarse que también había salido con su hermanastro; pero lo que verdaderamente la dejó sin palabras fue el desenlace. Lanie no podía creer cómo pudo apartarlo de su vida, básicamente por tener un hijo con otra, claro que tampoco podría creer que el afamado playboy fuese padre ni mucho menos que tremendo notición se hubiese mantenido en secreto por tanto tiempo sin que la prensa lo supiese.
Beckett tampoco podía creer que ni siquiera un rumor hubiese surgido al respecto, pero lo atribuía al excelente trabajo de su agente de prensa que seguramente se había encargado de ocultar todo a la perfección para no obstaculizar el ascenso meteórico de su carrera, suponiendo que la imagen de padre no cuadraría con su imagen de playboy, la cual lo había posicionado como uno de los solteros más codiciados del país. Y si lo pensaba bien, la idea no resultaba tan descabellada, teniendo en cuenta que la gran mayoría de sus fans eran mujeres, siendo ellas las grandes generadoras de los millones con los que contaba el escritor.
Luego de dejar a su amiga casi en shock, regresaron al trabajo después de darse un fuerte abrazo y prometerse reencontrarse ni bien Beckett terminase con la misión. Gracias al almuerzo con la doctora Parish, su día pasó volando y para cuando se fijó en el reloj rondaban las seis de la tarde, por lo que decidió recoger sus cosas y salir con rumbo a su casa. A partir de ese momento ya no sería Katherine Beckett, la joven agente de policía, sería Nikki Heat la nueva mesera del Bar “Inferno”. Esta sería la última vez que iría a su verdadero hogar en vaya a saber cuánto tiempo, y ni siquiera pasaría la noche allí. Sólo iría a buscar una maleta con algo de ropa, lo básico, ya que en la semana tenía pensado comprar la indumentaria necesaria para su nueva vida.
Luego de armar rápidamente una maleta, salió de su casa rumbo al supermercado a comprar algunos víveres, ya que estaba segura de que nada encontraría en las alacenas o en la heladera del nuevo apartamento. Afuera, estacionado a veinte metros de la puerta, se encontraba el Ford Taurus que usaría a partir de ahora. Todo estaba arreglado para comenzar con la operación y al parecer no habían descuidado ni el más mínimo detalle y eso le transmitía a la joven agente una confianza extrema.
Mientras conducía rumbo al súper, repasaba mentalmente su cubierta, agregándole detalles propios para hacerla totalmente creíble. Tan entusiasmada se encontraba con todo esto, que no tomaba verdadera dimensión del peligro que la asechaba y que su vida estaría en juego a cada momento. O mejor dicho, sentía que la oportunidad de meterse en ese bar e investigar los asuntos de Simmons, era dar un paso más en la búsqueda del asesino de su madre; uno verdaderamente grande y eso la impulsaría a meterse de lleno en la investigación, y no le importaba si su vida se iba en ello.
Lo primero que hizo al entrar a su nuevo departamento, fue poner en el freezer un par de botellas de cerveza para dejarlas a punto, después acomodó el resto de las compras en sus respectivos lugares y salió rumbo al baño a darse una merecida ducha. Al salir, se preparó un sándwich, destapó una botella y se sentó en el sofá a disfrutar de su cena con un poco de tv para distraer un poco su cabeza.
Estaba por prender la televisión cuando se percató de la pequeña biblioteca que había a un costado, sin poder evitar que sus ojos se posaran en un libro de Castle. La novela pertenecía a la saga de Derrick Storm, de la cual ella, no había leído ninguna de las que había publicado. Las había comprado, todas y cada una de ellas, pero no había podido leerlas. Derrick Storm le traía demasiados recuerdos, y un sinfín de emociones mezcladas, que hasta hoy no había sido capaz de afrontar. Pero, ahora su vida era otra. Había crecido, madurado y su dolor había quedado encerrado dentro de esa muralla infranqueable que había construido alrededor de su corazón, creyéndose inmune al dolor. Hasta se había animado a contarle todo a su amiga Lanie, dejándola boquiabierta, por cierto.
Tan superada se sentía en ese momento, tanta fortaleza brotaba de su interior, que decidió tomar el primer libro de la saga y comenzar a leerlo mientras terminaba de cenar.
Al leer la primera página, todos los recuerdos de ese día se le vinieron encima, y como era de esperar, todo lo que aconteció tiempo después, también se le apareció golpeándola fuerte. Pero, como lo había hecho aquella vez, apartó sus sentimientos enfriando su corazón, dejándolo a la misma temperatura que su cabeza y se obligó a si misma a seguir leyendo diciéndose en voz baja que su pasado no debía interferir con el presente. Le había costado horrores extirparlo de su cabeza, bloqueando todo pensamiento sobre su persona, sin embargo se había mantenido unida a él por ese delgado vínculo que ofrecían sus novelas y se había permitido disfrutarlo dentro de esa maravillosa narrativa que lo hacía único, irresistible e irrepetible; y a eso no había podido ganarle. Luego de auto convencerse de que sus recuerdos no afectarían su lectura, volvió a leer la primer página, sumergiéndose por completo en la novela.
Los primeros cinco capítulos eran casi iguales a los que el Castle le había leído ese día, sólo había cambiado algunas frases y palabras para hacerlos aun más atractivos. Los recordaba a la perfección, como si se los hubiese leído la noche anterior, y estaba segura de que si cerraba los ojos, podría hasta escuchar su dulce voz, y por más que intentó despegársela, esa sensación la acompaño hasta comenzar el capítulo seis. A partir de ahí todo fue más fácil y la novela logró atraparla hasta pasadas las cinco de la mañana, y siguió leyendo aun un poco más, hasta que sus ojos debían hacer un gran esfuerzo para mantenerse abiertos. Decidió entonces cerrar el libro y dirigirse a su habitación para descansar.
Pensó que al acostarse caería rendida, ya que sentía el cansancio en todo el cuerpo, pero lejos de ello, su cabeza no la dejaba descansar instalando el recuerdo de Rick en sus pensamientos. Recordó la noticia que Royce había escuchado en la radio, sobre el cese de la búsqueda del escritor. Todavía no podía aceptar que estuviese muerto, aunque toda la evidencia indicase lo contrario. Pero Mike tenía razón en algo: con lo que le gustaban las cámaras, no hubiese tardado en aparecer delante de alguna. Así que si estaba vivo, probablemente se encontraría en un estado deplorable, en coma, con amnesia o algo parecido, imposibilitando su regreso a casa.
Esa era Beckett, en su estado de mayor optimismo. La otra Beckett, la oscura y realista, no opinaba lo mismo; para ella Castle había muerto en el tsunami de Nueva Guinea, sin siquiera la oportunidad de llegar a tierra firme. Y si se ponía a analizar los hechos, la lógica dictaba que era prácticamente imposible escapar de la inmensa ola con una embarcación de gran porte, y más difícil aun, hacerlo con un velero mediano como el que navegaba él. No podía estar vivo, aunque cada fibra de su ser le gritase lo contrario. Simplemente, no podía aceptarlo.
La joven dio una y mil vueltas en la cama intentando dormir, pero al no poder de dejar de pensar en él, se le estaba haciendo imposible. Recurrió entonces, a dejar de especular sobre su accidente e intentó imaginarse como hubiese sido su vida con su gran amor, si no hubiese tenido un hijo con otra. Y como al parecer, no podía sacárselo de la cabeza, redobló su apuesta, intentando imaginar en cómo hubiese sido si ese hijo fuese de ella. Seguramente todo en su vida hubiese sido distinto, todo excepto la muerte de su madre, pero sin duda al tenerlo cerca, su dolor hubiese sido aplacado por el gran amor que se tenían. Nunca se había reprochado la decisión de dejarlo, ya que en ese momento se sentía tan saturada que le pareció lo más acertado, sin embargo, más de una vez se preguntó como hubiesen resultado las cosas con Rick y con su hijo de haber seguido juntos.
-¡No te engañes, Beckett, de ninguna forma hubiese funcionado! ¡No habrías tolerado tener que compartirlo!- se dijo a sí misma. Y antes de desmayarse por el cansancio, en el umbral entre el sueño y la conciencia, largó en voz alta: -… así todo, debí intentarlo…
Se despertó pasadas las 3 de la tarde. Debía esperar el llamado de Fenton O’Connell, en donde le diría cuando podría presentarse a trabajar. Fenton había conseguido la oportunidad de que trabaje como mesera en el bar, ya que se la había recomendado a Simmons y éste había aceptado de inmediato sabiendo que era conocida de él. Doble responsabilidad para ella: si la descubrían, también caería la cubierta del oficial Ryan y su vida estaría en grave peligro. Eso sin contar, claro, que además de arruinar su propia operación, también arruinaría la operación para atrapar al jefe de la mafia irlandesa en Staten Island, después de estar dentro por más de 10 meses. No podía permitirse ni el más mínimo error, por lo que decidió repasar una vez más las carpetas que le había dado su jefe, antes de hacerlas desaparecer para siempre.
Se preparó una taza de café antes de sentarse en el sofá a repasar su cubierta. En un momento levantó la vista de la lectura para beber un sorbo de su humeante bebida y sus ojos se desviaron automáticamente hacia la pequeña luz roja que titilaba en la contestadora.
-Seguramente ese mensaje es de O’Connell. Nadie más puede tener éste número…- pensó mientras se acercaba a la mesita donde estaba el teléfono para escuchar el mensaje.
-Hola Nikki, soy Fenton. Espero que escuches el mensaje antes de las seis de la tarde, ya que deberás presentarte hoy mismo en el bar. Diles que vas de parte mía, te estarán esperando. Adiós, Nikki. Nos veremos pronto.
-¡Rayos! ¡No me queda mucho tiempo!- dijo en voz alta, mientras se dirigía al baño a tomar una ducha rápida.
Al terminar, se dirigió hasta su cuarto a seleccionar la ropa que se pondría. Unos jeans ajustados, musculosa negra y campera de cuero entallada, fue la elección que más la convencía. Se miró por última vez al espejo, sintiéndose conforme con su apariencia, y luego salió del departamento, no sin antes esconder las carpetas en el conducto de la ventilación para hacerlas desaparecer más tarde, ya que ahora no contaba con el tiempo suficiente.
Cuando llegó al bar, faltaban 10 minutos para las seis. Se acercó a la puerta y cuando se disponía a entrar, un gorila inmenso que oficiaba de seguridad, le cortó el paso diciendo:
-El “Inferno” abre a las 19 hs, preciosa. Vuelve más tarde.
-Escucha, grandote, no vengo aquí a tomarme un trago. Vengo de parte de Fenton O’Connell y se supone que me están esperando…
-¿Tu eres la nueva mesera? ¡Vaya, que se ha lucido Fenton! Ven conmigo. Por cierto, mi nombre es John- dijo ingresando al local.
-Nikki. –respondió secamente.
Ni bien entró la joven, le dio una rápida mirada al bar. Debía reconocer que estaba mucho mejor puesto de lo que esperaba. Estaba segura que encontraría un tugurio lúgubre y lleno de delincuentes, pero en cambio se encontró con un lugar de lo más agradable, con unas 15 mesas para 4 personas, una rockolla de donde salía una canción de los Rolling Stones a todo volumen, unas 3 mesas de pool y una barra muy bien surtida. El bar estaba decorado de lo más sencillo, pero con un increíble buen gusto, en otro momento, seguramente se hubiese tomado un par de tragos con sus amigos; eso claro, si no fuese una agente encubierto de la policía en medio de una misión.
-Rook te está esperando. Es el dueño de la barra, así que estarás directamente a cargo de él.- explicó el de seguridad señalando al hombre que giraba quedando frente a ella unos segundos para luego quedar de espaldas nuevamente, continuando con su labor de acomodar las botellas. Al volver la vista a donde le indicaba John, se topó con una sorpresa que nunca hubiese esperado.
-¡¿Rick?!- soltó en voz alta, sin poder creer lo que sus ojos le mostraban.
-¡¿Rick?! ¡No! ¡Rook, Jameson Rook! ¿Tan mal pronuncio su nombre que no lo entiendes? ¿O es que la música está muy alta?
-Es por la música.- se apresuró a contestar la joven, intentando disimular su sorpresa. Estaba en shock, no podía creer que fuese Castle el que estaba del otro lado de la barra, eso era simplemente imposible. -¿Podría ser él?- se preguntaba en silencio mientras se acercaba. Físicamente era otro tipo: su cuerpo era más musculoso que antes, usaba barba corta y bien prolija. Su cabello estaba algo largo, aunque el sombrero fungi que llevaba algo inclinado hacia la izquierda, no permitía descubrir con exactitud su corte de pelo ni sus ojos, pero ¿en verdad era Rick? Parecía otro, y la joven deseaba fervientemente que así fuese, de lo contrario, podría peligrar toda la operación.
Él aun no la había visto, ya que se encontraba ocupado acomodando las botellas del aparador, pero estaba segura que de ser Richard Castle, con una sola mirada toda la seguridad y confianza que se tenía estaría al borde de desaparecer. El escritor había resultado ser su talón de Aquiles, el único que podía reconocerla y descubrir la operación. No sabía cuál era el propósito de estar del otro lado de la barra con un nombre falso, dejándole creer al resto del mundo que se había perdido en altamar después de un tsunami. No lo sabía aun, pero tenía que averiguarlo. Si Castle tenía algún tipo de negocio turbio con Simmons, ella debía saberlo antes que nadie, aunque esa información la pusiese en un lugar de lo más incómodo; más incómodo aun que en el que se encontraba en este momento. La pregunta era ¿Podría ser capaz de delatarlo? ¿De meterlo tras las rejas si confirmaba su sociedad ilícita con el jefe narco?
-¡Dios! ¡Era lo único que me faltaba! Aunque, quizá no me reconozca… ¿Podrá ser posible? Pasaron cuanto ¿cinco años?…- se bombardeaba mentalmente mientras caminaba con lentitud hacia la barra. Pero sabía la respuesta: ella no había cambiado tanto, al menos no físicamente. La única esperanza que le quedaba era que él simulase no conocerla, para no descubrir su propia fachada. Exactamente lo mismo que debía hacer Beckett.
Puso entonces su mejor cara de póker y al llegar a la barra, se apoyó en ella esperando que él se diese vuelta.
-¡Rook! ¡Aquí está tu nueva empleada! ¡Espero que dure un poco más que la otra!- gritó John antes de girar y volver a su lugar junto a la puerta.
El llamado de atención provocó que se diese vuelta de inmediato, quedando cara a cara frente a ella. La joven lo miró a los ojos, teniendo finalmente la certeza de que era él. Intentando con todas sus fuerzas no mostrarse nerviosa preguntó:
-¿Jameson Rook?
-¡El mismo que viste y calza! ¿Y tú eres…?- contestó alegremente, sin que se le moviese un pelo por tenerla en frente. En verdad parecía que no la hubiese visto nunca en su vida. O era un estupendo actor o bien, su teoría de la amnesia explicando su desaparición, cobraba total sentido. Y a ella, en este momento, cualquiera de las dos opciones, le venía como anillo al dedo.
-Nikki Heat. Soy la nueva mesera.- se presentó extendiendo la mano para saludarlo. Él apretó su mano con firmeza, pero con esa delicadeza que lo caracterizaba.
-La amiga de O’Connell ¿Verdad? ¡Un placer conocerte!
Continuará…
Bueno gente, espero que haya sido de su agrado. Saludos y hasta la próxima!!!
PD: AL final de cada capi dejé un link para ir directamente al próximo capítulo, como así también, en la página 1 del fic dejé un índice con todos los capis, por si algun@ quiere repasar algún detalle, jajajajaja!
Capítulo XIV
ALGUNOS AÑOS MÁS TARDE…
Después del homicidio de Johanna Beckett, Kate había decidido abandonar sus estudios de abogacía para entrar a la academia de policía. Su obsesión por el asesinato no resuelto de su madre, la había empujado a estudiar sin descanso hasta lograr egresar de la academia con uno de los mejores promedios, y su entonces amigo, Michel Royce había conseguido que se la asignaran para entrenarla, intuyendo que sería de los mejores agentes que tendría la suerte de moldear, y como era de esperar, no se había equivocado en absoluto.
Al finalizar su período de adiestramiento, las miradas comenzaron a posarse sobre ella al haberse destacado no sólo en la academia, ya que había realizado cuanto curso de capacitación se le había cruzado, sino también en la etapa posterior, convirtiéndose en una joven agente de policía tremendamente preparada.
Durante el tiempo que estuvo a cargo de Royce, y gracias a que su mentor había utilizado a todos sus contactos dentro de la policía de New York, pudieron conseguir toda la información necesaria para poder iniciar una investigación sobre el homicidio de su madre paralela a la oficial, la cual en su momento, había sido muy precaria y descuidada, archivando el expediente en el fondo del precinto, convirtiéndolo en un “caso frio”, desechado por creer que había ocurrido en el medio de una guerra de pandillas. Pero pese a toda la información y ayuda recibida de Royce, el caso de Johanna no había logrado avanzar lo suficiente como para reabrirlo oficialmente, no obstante, la joven agente investigaba hasta las últimas consecuencias todo dato, nombre o pista que se relacionara de una forma u otra a su madre, por pequeña que fuese.
Y así fue que llegó hasta sus oídos el nombre de Vulcan Simmons, un narcotraficante muy famoso en la ciudad, pero con tantos “buenos amigos” que a la policía se le había hecho imposible arrestarlo, sin poder vincularlo al delito, al desviarse la evidencia en su contra hacia algún otro sospechoso que resultaba inmediatamente culpable, y todo esto, claro, a base de suculentos sobornos que muy bien utilizaba. Siempre lograba salir en libertad a las pocas horas de arrestarlo, y con gran habilidad, desaparecía del mapa durante un tiempo considerable antes de volver a las andadas.
Beckett había apuntado a ese hombre nefasto, cuando realizaba una investigación sobre el caso en el que se encontraba trabajando su madre al momento de su asesinato. Johanna, había formado un grupo de abogados que se encargaban de revisar casos cerrados, exonerando a muchos inocentes acusados injustamente y en verdad había causado un revuelo importante entre los criminales de la ciudad, y entre ellos el zar de la droga de Washington Heights, Vulcan Simmons, quien tronaba de ira al sentirse amenazado por la investigación de la abogada, la cual podía llegar a involucrarlo seriamente si llegaba a exonerar a todos los que habían caído tras las rejas en lugar de él. La joven intentó investigarlo extra oficialmente, por supuesto, pero no había conseguido lo suficiente como para incriminarlo ya que el tipo sabía muy bien como cubrir sus pasos, por lo que debió dejar sus sospechas de lado y seguir adelante con otra pista.
Ahora, un informante anónimo había soltado el dato de que Simmons se encontraba armando su nueva “oficina” en el sótano de un bar que se encontraba funcionando desde hacía unos meses en los suburbios, y en el precinto se rumoreaba sobre el armado de una operación para intentar arrestarlo. Debían poner a un agente encubierto para conseguir las pruebas suficientes y ella estaba convencida de que era la indicada para hacer el trabajo. El único problema que se le presentaba era tratar de convencer a sus superiores que, a pesar de su corta experiencia, tenía la capacidad de trabajar de incognito.
Sabía con certeza, porque lo había escuchado del mismísimo capitán, que necesitaban a una mujer para infiltrar dentro del bar ya que tenían una vacante para mesera, por lo que su chance de resultar electa crecía; y si a eso le sumaba su impecable expediente, contando desde el inicio de la academia hasta el presente más su experiencia laboral en el Café de la Rue Morgue, podría decirse que duplicaba sus chances. Y todo esto sin contar con el detalle de que no había muchas mujeres en el destacamento, menos aun con su eximio currículum, por lo que realmente tenía grandes posibilidades de que la tuviesen en cuenta. Aunque, si todo lo anterior fallaba, aun contaba con un naipe bajo la manga: Mike Royce.
***
El sol se apagaba lentamente, escondiéndose entre los inmensos rascacielos de la gran manzana y la joven agente Katherine Beckett regresaba a su hogar luego de un largo día de trabajo en el destacamento 12 de la policía de New York. Lo primero que hizo al entrar fue dirigirse al baño para abrir el agua caliente. Luego, mientras se cargaba la bañera, se desvistió rápidamente, se sujetó el cabello en forma de rodete y tomó el frasco de sus sales de baño favoritas para esparcir una generosa medida antes de sumergirse en el agua. El baño de inmersión se prolongó por algo más de media hora, dejándola con el tiempo suficiente para vestirse de entrecasa con una remera larga y unos shorts de jean y seguidamente poner la mesa, antes de que Mike tocase su puerta con comida china de su restaurant favorito.
Desde hacía un tiempo largo, Royce había pasado de ser su fiel amigo y confidente durante sus años de academia y entrenamiento, a ser su pareja estable, por así decirlo, ya que su relación distaba un poco de ser formal. Él estaba enamorado de Kate prácticamente desde que la había conocido, pero se prohibió a sí mismo acercarse a ella hasta un tiempo después de haber terminado de entrenarla.
Hacía más de dos años estaban juntos, y eso para ella, era un paso inmenso teniendo en cuenta el hermetismo que tenía al afrontar una relación. A partir de la muerte de su madre, todo había girado radicalmente en su vida, enfocando todas sus energías hacia el cuidado de su padre, el estudio y el trabajo, sin dejar mucho de su ser para encarar una relación amorosa seria, por lo que sus parejas habían sido amantes ocasionales o bien habían durado un suspiro al no dedicarle el tiempo o el interés suficiente.
Tanto se había cerrado, que ni siquiera su amor por Castle había sido suficiente para derribar el muro tras el cual se había escondido para protegerse de tanto dolor que abrazaba a su alma. Aunque, para no faltar a la verdad, su relación con Rick se había terminado por que ella nunca pudo aceptar su paternidad, considerando que eso sería un problema más para afrontar y en ese momento no tenía la fuerza suficiente como para, además de ayudar a su padre alcohólico a superar su enfermedad, mantener una relación a distancia con un hombre que tenía un hijo con otra.
Apartar de su lado al gran amor de su vida había sido la decisión más difícil que había tomado y nunca había logrado sentir por otro hombre lo que había sentido por Castle, impidiendo a cualquier otro llenar de amor su corazón, destinando al fracaso a todas y cada una de las relaciones que había tenido. Pero con Royce las cosas eran diferentes. Era la única persona que entendía sin juzgarla, la obsesión de ella por encontrar al asesino de su madre y eso la había llevado a aferrarse a terriblemente a él. Además, era su amigo y la conocía tan bien que sabía a la perfección cómo manejarse dentro de la relación: yendo muy, pero muy despacio, sin compromisos ni presiones. Y ciertamente, le estaba funcionando bastante bien.
-¡Hola, linda!- dijo con una enorme sonrisa, antes de besarla. -¿Me extrañaste?
-¡No sabes cuánto! ¡Muero de hambre!- respondió riéndose y atacando los paquetes que traía él.
-¡Ey! ¡Tranquila, nena! ¿Hace cuanto que no comes?- preguntó esquivando las manos de ella, sin dejarle agarrar las bolsas.
-Desde el desayuno, así que… ¿comemos?
-¿Cuántas veces te dije que no puedes estar con el estomago vacio tantas horas?
-¡Vamos Mike, que no eres mi padre!
-Ni quiero serlo…- retrucó atrapando su boca con un beso. -… lo que digo es que el cuerpo necesita combustible para funcionar y si quieres aprovechar al máximo tus habilidades físicas…
-Si quieres, puedo demostrarte antes de comer que mis habilidades físicas se encuentran intactas…- interrumpió sugerente, rodeando su cuello con sus brazos.
-¡No, no caeré en la tentación! Por más que muera de ganas de comerte a ti en vez del chop suey que tengo en la bolsa, debemos cenar primero.
¡No quiero que te desmayes después de toda una noche de sexo conmigo!
-¡Engreído!...- dijo empujándolo mientras se reía a carcajadas.
Royce se sentó en la mesa y comenzó a sacar las bandejas con la comida. Kate sacó un par de cervezas del refrigerador y se sentó a disfrutar de su cena. Durante los primeros minutos no pronunciaron palabra, sólo cuando lograron saciar un poco su hambre voraz, él fue quien habló:
-Escucha, Kate… Sobre lo que me comentaste el otro día… eso de ser la agente infiltrada en la operación de Simmons, estuve pensando y creo que es muy peligroso para ti…
-¡Vamos Mike! ¡Es peligroso para cualquiera que lo haga, no sólo para mí! ¡Soy policía y se supone que el peligro es parte del trabajo, o ¿piensas que no lo sabía antes de ingresar a la academia?! Conozco los riesgos y estoy segura de que puedo con esto.
-Sé que estás perfectamente capacitada para hacer el trabajo, después de todo, yo te entrené y lo sé mejor que nadie… Lo que digo, es que me preocupa que entres a ese nido de ratas… Simmons es un tipo muy peligroso.
-Sé la clase de delincuente que es Vulcan Simmons y por eso creo que es una oportunidad única para conseguir las pruebas necesarias para ponerlo tras las rejas de por vida. Además, hace menos de tres años que soy policía y esta sin duda es mi oportunidad para lograr un ascenso…
-Mmm… ¡Cuanta ambición!
-¿Está mal querer avanzar en mi carrera?
-Si el precio es tu vida, no me parece muy sensato.
-No puedes saber si va a costarme la vida. Tú solamente estás viendo el lado negativo de la operación. Si hago las cosas bien, no tengo por qué ser descubierta.
-Suenas muy convencida.
-Lo estoy.
-No voy a lograr hacerte cambiar de opinión ¿Verdad?
-No.
-Bueno… por lo menos lo intenté. Mañana repórtate con el Capitán en cuanto llegues al precinto. Te dará los detalles de la operación…
-¡¿Qué?! – preguntó al no terminar de entender lo que le decía.
-Que el trabajo es tuyo. Hoy hablé con él y decidió que tú serás el agente encubierto.
-¡En serio! ¡No puedo creerlo! ¡Gracias Mike, de verdad! –respondió eufórica levantándose para abrazarlo.
-No me agradezcas a mí, yo no tuve nada que ver. Te escogieron por qué eres la mejor opción para realizar el trabajo.
-¡Te lo dije!- dijo riéndose mientras volvía a sentarse en su lugar para terminar la cena.
-Lo sé. Estoy seguro de que lo harás bien, eres una excelente policía, lo único que me preocupa un poco es… tu espíritu intrépido, por decirlo de algún modo. Prométeme que vas a hacer todo de acuerdo al manual.
-Sabes que no puedo prometerte eso, Royce. Tu mismo me enseñaste que el manual no siempre se ajusta a la realidad, y que en algunas circunstancias debo actuar según mis instintos.
-El pez por la boca muere ¿No? Es verdad, yo te enseñé eso, pero aun así, debes prometerme que no harás ninguna locura.
-Seré cuidadosa, Mike. Te lo prometo.
-Ok. No hablemos más de trabajo. Dime ¿Escuchaste la noticia sobre ese escritor que tanto te gusta?
-¿Cuál de todos?
-¡Del que tienes todas su novelas!
-¿Castle?
-¡Sí, ese! Parece que suspendieron la búsqueda ¿Cuánto tiempo pasó desde el tsunami en Nueva Guinea? ¿Un año?
-Más de un año y medio. ¿Crees que esté muerto?- preguntó con tristeza. Aun recordaba la angustia y el fuerte dolor que había experimentado el
día que se enteró del naufragio.
-Es probable… Pasó mucho tiempo, si estuviese vivo, ya lo habrían encontrado ¿No crees?
-Entre Nueva Guinea y Las Islas Salomón, suman más de 900 islas, muchas de ellas habitadas por pescadores. Quien sabe… podría estar en una de esas…- comentó con una esperanza casi inocente.
-No lo creo. Con lo que le gustan las cámaras a ese tío, ya estaría sacándose fotos con los nativos contando su gran aventura…
-Puede que tengas razón…- admitió con desánimo, pero luego agregó pensativa: – Aunque, siempre me llamó la atención que para ser un personaje tan expuesto, nada se sabe de su vida privada.
-¿A qué te refieres?
-Sólo dejaba conocer lo que aparecía en las fotos y en general terminaban siendo puras especulaciones de la prensa, ya que en las entrevistas se cuidaba mucho de responder sobre su vida personal y tenía una gran cintura para esquivar preguntas.
-Es cierto, nunca lo había notado. Seguramente tendrá algo que ocultar. Probablemente sea gay…- soltó con media sonrisa dibujándosele en el rostro.
-¡No es gay! ¿Cómo puedes decir eso?
-¿Cómo puedes tú afirmar lo contrario?- retrucó de inmediato sonriendo.
-No puedo afirmarlo, pero se nota a la legua que no es homosexual…
-De Rock Hudson decían lo mismo.-
-¿A qué viene esto? ¿Te pondrías menos celoso si fuese gay?- preguntó sonriendo por el comentario de su chico.
-Tienes razón, lo siento. Debo admitir que siempre sentí un poco de celos de que pasaras tanto tiempo leyéndolo.
-Es un gran novelista y sus libros me sirven para escapar un poco de la realidad. Deberías leerlo.
-Sé lo que significaron para ti sus novelas, especialmente cuando estabas atravesando el duelo de tu madre y el alcoholismo de tu padre…
-Confieso que me ayudaron mucho para despejar la cabeza en esos tiempos, realmente lo necesitaba, pero ya todo eso quedó atrás. Hace bastante que no leo nada de él, no he tenido mucho tiempo para dedicarle a sus libros.
-Lo sé, pero aun seguía siendo tu escritor favorito.
-Así es.
-¿Estás algo triste por la noticia?
-¿Triste? ¡No!- respondió rápidamente tratando de disimular. –Sólo es que aun me resulta extraño el hecho de que nunca más se edite una novela de él…
-Puede que la editorial tenga algo de él para publicar. ¡Sabes que no desperdiciarían una oportunidad como esta para hacerlo!
-Hasta que su familia no lo declare muerto legalmente, sigue desaparecido. Aunque yo también creo que sus editores no dejaran pasar la oportunidad de facturar a expensas de esto…
Kate intentó no mostrar la angustia que la invadía. Royce sabía que ella había dejado a un gran amor, también sabía el por qué lo había abandonado, pero lo que nunca se enteró es que ese gran amor era Richard Castle. Y eso, seguiría sin saberse.
No sabía bien porque no le había contado quien era, a pesar de que Mike había sido su gran confidente. Incluso, teniendo la oportunidad perfecta para decírselo el día que recogieron su moto, prefirió omitir la información aprovechando que sólo lo había visto de lejos haciéndole imposible reconocerlo. Había decidido enterrar bien profundo su pasado con Castle, tan hondo, que ni siquiera pudo confesárselo a su gran amigo, decidiendo que el único contacto que mantendría con el exitoso escritor, sería a través de sus novelas; y al parecer, ya ni eso le quedaba ahora.
Beckett cambió de tema de conversación, intentando olvidarse de la noticia que le había contado Royce, aunque la expresión de su rostro había cambiado y no podía evitarlo.
-¿Te encuentras bien?- preguntó Royce mientras levantaba los platos de la mesa para llevarlos al fregadero.
-Sí… ¿Por qué lo preguntas?
-No lo sé… estás rara…
-Sólo estoy exhausta. Me di cuenta en cuanto terminé de comer que estoy muy cansada…
-Vamos a acostarnos, entonces. Mañana te espera un gran día y debes descansar.
-Sí, me vendrá bien dormir un poco.
-Y si nos despertamos temprano… -dijo Mike acercándose a ella para besarla. -… podré prepararte un “desayuno de campeones completo” ¿Te
parece?
-Y… exactamente ¿Qué contiene el “desayuno de campeones completo”?- preguntó divertida mientras lavaba los platos que habían utilizado.
-Café, jugo de naranjas recién exprimido, tostadas con queso crema y mermelada y un tazón de frutas… ¡todo eso, inmediatamente después de una enorme porción de sexo matinal!- respondió él abrazándola por detrás, besando su cuello.
Kate giró sonriendo y depositó un apasionado beso en sus labios. Luego dijo guiñando un ojo: -Pondré el despertador ¡Ni pienso perdérmelo!
***
Al momento de poner un pie en el precinto, ya llevaba más de 15 minutos de retraso. El capitán la estaba esperando y según suponía la joven agente, estaría bastante cabreado. Detestaba llegar tarde, aunque, a decir verdad, después del estupendo despertar que había tenido, poco le importaba el regaño que seguramente se había ganado, después de todo necesitaba despedirse de Royce, ya que no sabía con certeza cuanto tiempo estaría trabajando en el bar de Simmons sin tener contacto alguno con todos los que la conocían. Michel, lo sabía a la perfección y por eso, tal y como le había adelantado la noche anterior, su chico la despertó con una gran porción de sexo matutino, pero como la ración había terminado siendo doble, no le había quedado más tiempo que para un baño y un café bebido mientras se cambiaba. Estaba muerta de hambre, pero antes de intentar comer algo debía si o si hablar con su superior de inmediato.
Golpeó la puerta del Capitán Stevenson y esperó a que la atendieran. Su jefe levantó la vista fijando sus ojos en el vidrio a través del cual podía ver a la joven agente. Con un ademán de su mano derecha, hizo una seña para notificarle que entre.
-Llega tarde Beckett…
-Sí… lo siento. No volverá a pasar, Señor.
-Eso espero. Ahora, vayamos a lo importante. Supongo que sabrá de la operación que planeamos para atrapar a Simmons ¿No es así?
-Sí, Señor. Estoy al tanto y quisiera ofrecerme de voluntaria para ser parte de esto.
-Lo sé. Royce estuvo hablando conmigo al respecto y me comentó que usted quería ser el agente encubierto.
-Así es, Señor.
-¿Es usted consciente del peligro que lleva meterse ahí adentro?
-Sí, Señor. Lo entiendo perfectamente, pero estoy convencida que puedo hacerlo.
-Lo sé y yo también lo creo. Aunque es mi deber informarle que si decide aceptar, no podrá tener contacto con ninguno de sus afectos hasta encontrar alguna prueba incriminatoria contra Simmons.
-Lo comprendo perfectamente, Señor.
-Bien. Entonces procederemos a terminar de armar su cubierta. Ya tenemos el departamento en donde va a alojarse desde esta misma noche. No es de lo mejor, pero está relativamente cerca del bar. -Estas son las llaves.- inmediatamente después de entregarle un llavero con una herradura, el capitán agarró dos carpetas que estaban sobre su escritorio y también se las dio diciendo:
-En la carpeta de arriba encontrará toda la información que tenemos sobre la gente que trabaja en el bar. No son muchos empleados, pero parecen ser gente de confianza de Simmons. Eso también deberás investigarlo, debemos atrapar a todos lo que podamos y si sus empleados están tan sucios como él, también deberemos meterlos presos. Y en la otra carpeta está detallada su vida hasta hoy: donde y cuando nació, a que escuela primaria fue, en qué año se graduó de la preparatoria y todos sus empleos anteriores. Es de suma importancia que memorice a la perfección la información que contiene. De eso depende su vida, Beckett.
-Entendido, Capitán.
-Un Taurus se encontrará estacionado en la puerta de su actual departamento con las llaves y los papeles en la guantera, para que ya pueda usarlo de inmediato. Ahora, lo único que falta para efectivizar la cubierta es que escoja entre estos nombres para que le preparen su nueva documentación falsa. Creemos que si es usted quien lo elige, se sentirá más cómoda con él.
Beckett la abrió dando un repaso rápido de lo que sería su nueva vida. Al final, había una lista con varios nombres, de los cuales tendría que escoger uno.
-¿Esto es en serio, Señor? ¿Maggie Stuart? ¿Lauren Milford? ¿Qué clase de nombres son esos para una camarera? Parecen más bien de la alta sociedad, no de una simple empleada de un bar…- opinó algo ofuscada por la ocurrencia de sus superiores.
-¿Y cuál sería un nombre adecuado, señorita Beckett? – preguntó su jefe mostrándose algo molesto por la observación.
-No lo sé… -respondió mientras pensaba que contestarle. -… Algo así como Niccole, por ejemplo… ¡Eso es! ¡Nikki! ¡Nikki Heat sería perfecto!- indicó satisfecha.
-Mmm… ¿Nikki Heat? Me suena a stripper…
-Esa es la idea… ¿En la carpeta que me acaba de dar, no dice que trabaje un año como bailarina exótica en un hotel en Las Vegas?
-Es cierto. Veo que sabe muy bien lo que está haciendo, Beckett. Nikki Heat, será su nombre a partir de ahora. Hoy por la tarde tendrá su carnet del seguro social y su registro de conducir con la nueva identidad. Su contacto será el oficial Kevin Ryan, gracias a él entrará a trabajar en el “Inferno”. Deberá reportarse, sólo y únicamente con él. Su nombre falso es Fenton O’Connell, está infiltrado dentro de la mafia irlandesa de Staten Island desde hace 10 meses y su organización tiene estrecha relación con Simmons. Si surge algún tipo de problema, él tiene instrucciones de sacarla de allí de inmediato.
-Entendido, Señor ¿Y cuando empiezo?
-En cuanto le sea posible ¿Cuánto tiempo cree que le tomará aprenderse todo lo que hay en esa carpeta?
-Un par de horas.
-¡¿Nada más?!
-¡Leo rápido, Señor!
-Leer es una cosa y memorizar, otra muy diferente. No se confíe, agente Beckett…
-Lo sé, Capitán. Por suerte, las cosas me quedan muy rápidamente. Nunca tuve problemas para estudiar, más bien, todo lo contrario.
-Eso espero. Una sola cosa más quiero decirle, Beckett. No me fue fácil poner a una agente con tan poca experiencia en una operación tan importante, ojalá no me haya equivocado al elegirla. Este año pienso jubilarme y quiero que mi salida de la fuerza sea de forma “elegante” ¿Entiende lo quiero decir? No quiero que la decisión de infiltrarla dentro del bar de Simmons, termine siendo una mancha negra en mi carrera.
-No voy a defraudarlo, Capitán. Sé que puedo hacerlo bien, sólo confíe en mí.
-Si esto sale como esperamos y conseguimos las pruebas para encarcelar a Simmons, usted tendrá las mejores recomendaciones para ascender a detective. Por supuesto que tendrá que rendir el examen correspondiente, pero no creo que tenga problemas con eso ¿No cree?
-¡En absoluto! Sé que puedo pasar el examen sin problemas, pero no estaba muy segura de poder presentarme con tan poca experiencia en el campo…
-Después de trabajar como infiltrada, su experiencia crecerá lo suficiente, créame. Sólo preocúpese por mantenerse a salvo.
-¡Sí, capitán!
-Puede volver a trabajar. Ni piense que se va a ir a su casa.
-Ni se me hubiese cruzado por la cabeza, señor.
-Bien. Pase por la morgue, entonces. La doctora Parish ya tiene el informe de la autopsia del caso a cargo del detective Rockwell.
-Se lo llevaré de inmediato, señor.- dijo saliendo del despacho de su jefe. Estaba muy feliz por la noticia que le acababa de dar y no veía la hora de contárselo a su gran amiga.
Su amistad con Lanie se había forjado en el último año de la academia, dónde la doctora había realizado su especialización en medicina forense. Desde el día en que se conocieron habían sido inseparables y habían tenido la suerte de coincidir en el mismo precinto al egresar y eso les había permitido continuar con su inseparable amistad de forma cotidiana.
-¡Buenos días amiga!- dijo Beckett al ingresar a la morgue.
-¡Buenos días Kate y felicitaciones por la asignación!
-¿Cómo sabes que me dieron el trabajo?
-¡Todo llega a oídos de la irresistible Lanie!- soltó con una enorme sonrisa.
-¡Eres increíble!
-¡Lo sé! Dime ¿Cuándo empiezas?
-Esta noche me mudo al nuevo apartamento.
-Sé cuanto querías que te asignaran esto, pero prométeme que vas a tener mucho cuidado, Kate. Es muy peligroso lo que estás por hacer.- pidió la doctora, visiblemente preocupada.
-Lo tendré, lo prometo.
-De acuerdo, no diré más nada. Volvamos al trabajo, entonces. Aquí tienes.
Lanie le entregó una carpeta que contenía el informe. Beckett la abrió y leyó rápidamente la autopsia. No era parte de su trabajo ya que no estaba asignada al caso, pero siempre estaba informada sobre todo lo que pasaba por sus manos. Nunca estaba de más aprender.
-¿Escuchaste la noticia sobre nuestro chico escritor?- preguntó la doctora mientras ella terminaba de ojear el informe. Ambas compartían el gusto por las novelas de Castle, aunque Lanie reconocía que el fanatismo se lo había transmitido su amiga a fuerza de prestarle los libros para después discutir sobre ellos. Los comentarios de la doctora sobre los personajes eran desopilantes, haciendo verdaderamente entretenidas sus charlas de literatura.
-Me contó Mike.- se limitó a decir. Todavía no podía evitar la tristeza inexplicable que la llenaba al escuchar hablar de él.
Su amiga se la quedó observando detenidamente, más bien leyéndola de pies a cabeza. La conocía como a la palma de su propia mano y sabía cuando algo la entristecía y curiosamente, pasaba seguido cuando hablaban de Richard Castle.
-Hay algo que no me has contado sobre nuestro escritor favorito…
-¿Qué tendría que contarte?
-No lo sé… algo oculto…
-¡Deja de hablar pavadas, Lanie!- la reprendió frunciendo el entrecejo.
- No puede ser que tu mirada cambie cada vez que hablamos de él. Te conozco amiga, no puedes mentirme para siempre ¡Un día te emborracharé y te sacaré toda la verdad!
-Tengo alta tolerancia al alcohol… Nunca lograras sacarme nada por esos medios.- respondió divertida.
-Entonces te inyectaré pentotal sódico y cantarás como un ruiseñor, pero créeme que de una forma u otra te lo sacaré- finalizó su amiga poniéndose seria y sacándole una carcajada a Beckett.
Más de una vez había querido contarle a su amiga sobre Rick, pero por alguna razón que desconocía nunca lo había hecho. Había actuado de la misma forma con Mike, pero no le molestaba tanto el habérselo ocultado a él como habérselo ocultado a Lanie, por lo que decidió cambiar eso y contarle la verdad sobre el escritor.
-De acuerdo. Te contaré todo esta noche, después de salir ¿Nos tomamos unas copas?
-¡Rayos! ¡Hoy estoy de guardia! ¡No puedo creer que el día que decides contarme un gran secreto yo no esté disponible!
-No hay problema. Te contaré otro día.
-¡NO! ¡De ninguna manera! Llamaré a Perlmutter para que me cubra, haré lo que me pida con tal de que me cambie el turno…
-Tranquila, amiga. No voy a permitir que cometas una locura, después de todo, no sabemos que puede llegar a pedirte ¿Te parece salir a almorzar?
-¡Por supuesto! ¡Y gracias por frenar mis locuras!
-¡¿Frenar tus locuras?! ¡Ojalá pudiese! Te paso a buscar a las trece y treinta- gritó saliendo de la morgue.
***
Las dos amigas se habían sentado a comer en una cafetería enfrente del precinto y la doctora la había cerrado la boca durante todo el relato de la joven. Kate, todavía recordaba la cara que había puesto al confesarle que había tenido un romance con el famosísimo escritor y como se había atragantado al enterarse que también había salido con su hermanastro; pero lo que verdaderamente la dejó sin palabras fue el desenlace. Lanie no podía creer cómo pudo apartarlo de su vida, básicamente por tener un hijo con otra, claro que tampoco podría creer que el afamado playboy fuese padre ni mucho menos que tremendo notición se hubiese mantenido en secreto por tanto tiempo sin que la prensa lo supiese.
Beckett tampoco podía creer que ni siquiera un rumor hubiese surgido al respecto, pero lo atribuía al excelente trabajo de su agente de prensa que seguramente se había encargado de ocultar todo a la perfección para no obstaculizar el ascenso meteórico de su carrera, suponiendo que la imagen de padre no cuadraría con su imagen de playboy, la cual lo había posicionado como uno de los solteros más codiciados del país. Y si lo pensaba bien, la idea no resultaba tan descabellada, teniendo en cuenta que la gran mayoría de sus fans eran mujeres, siendo ellas las grandes generadoras de los millones con los que contaba el escritor.
Luego de dejar a su amiga casi en shock, regresaron al trabajo después de darse un fuerte abrazo y prometerse reencontrarse ni bien Beckett terminase con la misión. Gracias al almuerzo con la doctora Parish, su día pasó volando y para cuando se fijó en el reloj rondaban las seis de la tarde, por lo que decidió recoger sus cosas y salir con rumbo a su casa. A partir de ese momento ya no sería Katherine Beckett, la joven agente de policía, sería Nikki Heat la nueva mesera del Bar “Inferno”. Esta sería la última vez que iría a su verdadero hogar en vaya a saber cuánto tiempo, y ni siquiera pasaría la noche allí. Sólo iría a buscar una maleta con algo de ropa, lo básico, ya que en la semana tenía pensado comprar la indumentaria necesaria para su nueva vida.
Luego de armar rápidamente una maleta, salió de su casa rumbo al supermercado a comprar algunos víveres, ya que estaba segura de que nada encontraría en las alacenas o en la heladera del nuevo apartamento. Afuera, estacionado a veinte metros de la puerta, se encontraba el Ford Taurus que usaría a partir de ahora. Todo estaba arreglado para comenzar con la operación y al parecer no habían descuidado ni el más mínimo detalle y eso le transmitía a la joven agente una confianza extrema.
Mientras conducía rumbo al súper, repasaba mentalmente su cubierta, agregándole detalles propios para hacerla totalmente creíble. Tan entusiasmada se encontraba con todo esto, que no tomaba verdadera dimensión del peligro que la asechaba y que su vida estaría en juego a cada momento. O mejor dicho, sentía que la oportunidad de meterse en ese bar e investigar los asuntos de Simmons, era dar un paso más en la búsqueda del asesino de su madre; uno verdaderamente grande y eso la impulsaría a meterse de lleno en la investigación, y no le importaba si su vida se iba en ello.
Lo primero que hizo al entrar a su nuevo departamento, fue poner en el freezer un par de botellas de cerveza para dejarlas a punto, después acomodó el resto de las compras en sus respectivos lugares y salió rumbo al baño a darse una merecida ducha. Al salir, se preparó un sándwich, destapó una botella y se sentó en el sofá a disfrutar de su cena con un poco de tv para distraer un poco su cabeza.
Estaba por prender la televisión cuando se percató de la pequeña biblioteca que había a un costado, sin poder evitar que sus ojos se posaran en un libro de Castle. La novela pertenecía a la saga de Derrick Storm, de la cual ella, no había leído ninguna de las que había publicado. Las había comprado, todas y cada una de ellas, pero no había podido leerlas. Derrick Storm le traía demasiados recuerdos, y un sinfín de emociones mezcladas, que hasta hoy no había sido capaz de afrontar. Pero, ahora su vida era otra. Había crecido, madurado y su dolor había quedado encerrado dentro de esa muralla infranqueable que había construido alrededor de su corazón, creyéndose inmune al dolor. Hasta se había animado a contarle todo a su amiga Lanie, dejándola boquiabierta, por cierto.
Tan superada se sentía en ese momento, tanta fortaleza brotaba de su interior, que decidió tomar el primer libro de la saga y comenzar a leerlo mientras terminaba de cenar.
Al leer la primera página, todos los recuerdos de ese día se le vinieron encima, y como era de esperar, todo lo que aconteció tiempo después, también se le apareció golpeándola fuerte. Pero, como lo había hecho aquella vez, apartó sus sentimientos enfriando su corazón, dejándolo a la misma temperatura que su cabeza y se obligó a si misma a seguir leyendo diciéndose en voz baja que su pasado no debía interferir con el presente. Le había costado horrores extirparlo de su cabeza, bloqueando todo pensamiento sobre su persona, sin embargo se había mantenido unida a él por ese delgado vínculo que ofrecían sus novelas y se había permitido disfrutarlo dentro de esa maravillosa narrativa que lo hacía único, irresistible e irrepetible; y a eso no había podido ganarle. Luego de auto convencerse de que sus recuerdos no afectarían su lectura, volvió a leer la primer página, sumergiéndose por completo en la novela.
Los primeros cinco capítulos eran casi iguales a los que el Castle le había leído ese día, sólo había cambiado algunas frases y palabras para hacerlos aun más atractivos. Los recordaba a la perfección, como si se los hubiese leído la noche anterior, y estaba segura de que si cerraba los ojos, podría hasta escuchar su dulce voz, y por más que intentó despegársela, esa sensación la acompaño hasta comenzar el capítulo seis. A partir de ahí todo fue más fácil y la novela logró atraparla hasta pasadas las cinco de la mañana, y siguió leyendo aun un poco más, hasta que sus ojos debían hacer un gran esfuerzo para mantenerse abiertos. Decidió entonces cerrar el libro y dirigirse a su habitación para descansar.
Pensó que al acostarse caería rendida, ya que sentía el cansancio en todo el cuerpo, pero lejos de ello, su cabeza no la dejaba descansar instalando el recuerdo de Rick en sus pensamientos. Recordó la noticia que Royce había escuchado en la radio, sobre el cese de la búsqueda del escritor. Todavía no podía aceptar que estuviese muerto, aunque toda la evidencia indicase lo contrario. Pero Mike tenía razón en algo: con lo que le gustaban las cámaras, no hubiese tardado en aparecer delante de alguna. Así que si estaba vivo, probablemente se encontraría en un estado deplorable, en coma, con amnesia o algo parecido, imposibilitando su regreso a casa.
Esa era Beckett, en su estado de mayor optimismo. La otra Beckett, la oscura y realista, no opinaba lo mismo; para ella Castle había muerto en el tsunami de Nueva Guinea, sin siquiera la oportunidad de llegar a tierra firme. Y si se ponía a analizar los hechos, la lógica dictaba que era prácticamente imposible escapar de la inmensa ola con una embarcación de gran porte, y más difícil aun, hacerlo con un velero mediano como el que navegaba él. No podía estar vivo, aunque cada fibra de su ser le gritase lo contrario. Simplemente, no podía aceptarlo.
La joven dio una y mil vueltas en la cama intentando dormir, pero al no poder de dejar de pensar en él, se le estaba haciendo imposible. Recurrió entonces, a dejar de especular sobre su accidente e intentó imaginarse como hubiese sido su vida con su gran amor, si no hubiese tenido un hijo con otra. Y como al parecer, no podía sacárselo de la cabeza, redobló su apuesta, intentando imaginar en cómo hubiese sido si ese hijo fuese de ella. Seguramente todo en su vida hubiese sido distinto, todo excepto la muerte de su madre, pero sin duda al tenerlo cerca, su dolor hubiese sido aplacado por el gran amor que se tenían. Nunca se había reprochado la decisión de dejarlo, ya que en ese momento se sentía tan saturada que le pareció lo más acertado, sin embargo, más de una vez se preguntó como hubiesen resultado las cosas con Rick y con su hijo de haber seguido juntos.
-¡No te engañes, Beckett, de ninguna forma hubiese funcionado! ¡No habrías tolerado tener que compartirlo!- se dijo a sí misma. Y antes de desmayarse por el cansancio, en el umbral entre el sueño y la conciencia, largó en voz alta: -… así todo, debí intentarlo…
***
Se despertó pasadas las 3 de la tarde. Debía esperar el llamado de Fenton O’Connell, en donde le diría cuando podría presentarse a trabajar. Fenton había conseguido la oportunidad de que trabaje como mesera en el bar, ya que se la había recomendado a Simmons y éste había aceptado de inmediato sabiendo que era conocida de él. Doble responsabilidad para ella: si la descubrían, también caería la cubierta del oficial Ryan y su vida estaría en grave peligro. Eso sin contar, claro, que además de arruinar su propia operación, también arruinaría la operación para atrapar al jefe de la mafia irlandesa en Staten Island, después de estar dentro por más de 10 meses. No podía permitirse ni el más mínimo error, por lo que decidió repasar una vez más las carpetas que le había dado su jefe, antes de hacerlas desaparecer para siempre.
Se preparó una taza de café antes de sentarse en el sofá a repasar su cubierta. En un momento levantó la vista de la lectura para beber un sorbo de su humeante bebida y sus ojos se desviaron automáticamente hacia la pequeña luz roja que titilaba en la contestadora.
-Seguramente ese mensaje es de O’Connell. Nadie más puede tener éste número…- pensó mientras se acercaba a la mesita donde estaba el teléfono para escuchar el mensaje.
-Hola Nikki, soy Fenton. Espero que escuches el mensaje antes de las seis de la tarde, ya que deberás presentarte hoy mismo en el bar. Diles que vas de parte mía, te estarán esperando. Adiós, Nikki. Nos veremos pronto.
-¡Rayos! ¡No me queda mucho tiempo!- dijo en voz alta, mientras se dirigía al baño a tomar una ducha rápida.
Al terminar, se dirigió hasta su cuarto a seleccionar la ropa que se pondría. Unos jeans ajustados, musculosa negra y campera de cuero entallada, fue la elección que más la convencía. Se miró por última vez al espejo, sintiéndose conforme con su apariencia, y luego salió del departamento, no sin antes esconder las carpetas en el conducto de la ventilación para hacerlas desaparecer más tarde, ya que ahora no contaba con el tiempo suficiente.
Cuando llegó al bar, faltaban 10 minutos para las seis. Se acercó a la puerta y cuando se disponía a entrar, un gorila inmenso que oficiaba de seguridad, le cortó el paso diciendo:
-El “Inferno” abre a las 19 hs, preciosa. Vuelve más tarde.
-Escucha, grandote, no vengo aquí a tomarme un trago. Vengo de parte de Fenton O’Connell y se supone que me están esperando…
-¿Tu eres la nueva mesera? ¡Vaya, que se ha lucido Fenton! Ven conmigo. Por cierto, mi nombre es John- dijo ingresando al local.
-Nikki. –respondió secamente.
Ni bien entró la joven, le dio una rápida mirada al bar. Debía reconocer que estaba mucho mejor puesto de lo que esperaba. Estaba segura que encontraría un tugurio lúgubre y lleno de delincuentes, pero en cambio se encontró con un lugar de lo más agradable, con unas 15 mesas para 4 personas, una rockolla de donde salía una canción de los Rolling Stones a todo volumen, unas 3 mesas de pool y una barra muy bien surtida. El bar estaba decorado de lo más sencillo, pero con un increíble buen gusto, en otro momento, seguramente se hubiese tomado un par de tragos con sus amigos; eso claro, si no fuese una agente encubierto de la policía en medio de una misión.
-Rook te está esperando. Es el dueño de la barra, así que estarás directamente a cargo de él.- explicó el de seguridad señalando al hombre que giraba quedando frente a ella unos segundos para luego quedar de espaldas nuevamente, continuando con su labor de acomodar las botellas. Al volver la vista a donde le indicaba John, se topó con una sorpresa que nunca hubiese esperado.
-¡¿Rick?!- soltó en voz alta, sin poder creer lo que sus ojos le mostraban.
-¡¿Rick?! ¡No! ¡Rook, Jameson Rook! ¿Tan mal pronuncio su nombre que no lo entiendes? ¿O es que la música está muy alta?
-Es por la música.- se apresuró a contestar la joven, intentando disimular su sorpresa. Estaba en shock, no podía creer que fuese Castle el que estaba del otro lado de la barra, eso era simplemente imposible. -¿Podría ser él?- se preguntaba en silencio mientras se acercaba. Físicamente era otro tipo: su cuerpo era más musculoso que antes, usaba barba corta y bien prolija. Su cabello estaba algo largo, aunque el sombrero fungi que llevaba algo inclinado hacia la izquierda, no permitía descubrir con exactitud su corte de pelo ni sus ojos, pero ¿en verdad era Rick? Parecía otro, y la joven deseaba fervientemente que así fuese, de lo contrario, podría peligrar toda la operación.
Él aun no la había visto, ya que se encontraba ocupado acomodando las botellas del aparador, pero estaba segura que de ser Richard Castle, con una sola mirada toda la seguridad y confianza que se tenía estaría al borde de desaparecer. El escritor había resultado ser su talón de Aquiles, el único que podía reconocerla y descubrir la operación. No sabía cuál era el propósito de estar del otro lado de la barra con un nombre falso, dejándole creer al resto del mundo que se había perdido en altamar después de un tsunami. No lo sabía aun, pero tenía que averiguarlo. Si Castle tenía algún tipo de negocio turbio con Simmons, ella debía saberlo antes que nadie, aunque esa información la pusiese en un lugar de lo más incómodo; más incómodo aun que en el que se encontraba en este momento. La pregunta era ¿Podría ser capaz de delatarlo? ¿De meterlo tras las rejas si confirmaba su sociedad ilícita con el jefe narco?
-¡Dios! ¡Era lo único que me faltaba! Aunque, quizá no me reconozca… ¿Podrá ser posible? Pasaron cuanto ¿cinco años?…- se bombardeaba mentalmente mientras caminaba con lentitud hacia la barra. Pero sabía la respuesta: ella no había cambiado tanto, al menos no físicamente. La única esperanza que le quedaba era que él simulase no conocerla, para no descubrir su propia fachada. Exactamente lo mismo que debía hacer Beckett.
Puso entonces su mejor cara de póker y al llegar a la barra, se apoyó en ella esperando que él se diese vuelta.
-¡Rook! ¡Aquí está tu nueva empleada! ¡Espero que dure un poco más que la otra!- gritó John antes de girar y volver a su lugar junto a la puerta.
El llamado de atención provocó que se diese vuelta de inmediato, quedando cara a cara frente a ella. La joven lo miró a los ojos, teniendo finalmente la certeza de que era él. Intentando con todas sus fuerzas no mostrarse nerviosa preguntó:
-¿Jameson Rook?
-¡El mismo que viste y calza! ¿Y tú eres…?- contestó alegremente, sin que se le moviese un pelo por tenerla en frente. En verdad parecía que no la hubiese visto nunca en su vida. O era un estupendo actor o bien, su teoría de la amnesia explicando su desaparición, cobraba total sentido. Y a ella, en este momento, cualquiera de las dos opciones, le venía como anillo al dedo.
-Nikki Heat. Soy la nueva mesera.- se presentó extendiendo la mano para saludarlo. Él apretó su mano con firmeza, pero con esa delicadeza que lo caracterizaba.
-La amiga de O’Connell ¿Verdad? ¡Un placer conocerte!
Continuará…
Bueno gente, espero que haya sido de su agrado. Saludos y hasta la próxima!!!
PD: AL final de cada capi dejé un link para ir directamente al próximo capítulo, como así también, en la página 1 del fic dejé un índice con todos los capis, por si algun@ quiere repasar algún detalle, jajajajaja!
Solexite- Policia de homicidios
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Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
10.24.2015 23:36:01
oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! como dejas el capitulo en este momento ...que pasara con la mision de kate ..y que diablos hace rick en el bar de simmons ... aprovecharan esta oportinudad para reconquistarsen... que habra pasado con el hijo que esperaba rick.. son tantas preguntas y yo solo quiero que continues muy pronto quiero saber que va a pasar asi que por favoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr continua super pronto..
oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! oh por dios!! como dejas el capitulo en este momento ...que pasara con la mision de kate ..y que diablos hace rick en el bar de simmons ... aprovecharan esta oportinudad para reconquistarsen... que habra pasado con el hijo que esperaba rick.. son tantas preguntas y yo solo quiero que continues muy pronto quiero saber que va a pasar asi que por favoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr continua super pronto..
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Localización : BOGOTA
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Te odio mucho mucho muchisimo por cortarlo en este momento... Estoy deseando leer el próximo capítulo...
alba_caskett- Actor en Broadway
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Localización : Asturias
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Cómo lo dejas así?? Primero me tiro todo el capítulo pensando en un pobre Castle desaparecido o muerto y al final me encuentro con esto!! Cómo ha llegado hasta ahí Rick? Tendrá amnesia como Kate piensa o él también está infiltrado? Por que no creo que sea un narco. La habrá reconocido?
Uff cuanta intriga, jejejejejejejejejejeje. Ojalá que el trabajo le salga bien y no sean descubiertos, por lo menos Niki y Fenton, jejeje, ya que aun no sabemos de que pie cojea Jameson
Espero que puedas continuar pronto y sacarnos de dudas.
Uff cuanta intriga, jejejejejejejejejejeje. Ojalá que el trabajo le salga bien y no sean descubiertos, por lo menos Niki y Fenton, jejeje, ya que aun no sabemos de que pie cojea Jameson
Espero que puedas continuar pronto y sacarnos de dudas.
Yaye- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Bueno, bueno, buenooooo!!!!!!, parece que tal y como tú dijiste tu vena dramätica, se agudizó, pero me has hecho ver que mi ojo clínico, al menos contigo, tampoco se quedó atrás, jajajajajajaja
Quisiste meterte conmigo y has venido con muchas ínfulas, un tanto burlonas sobre mis características principales, y tú misma me has dado la pauta para esta contestación, jajajajaja
Verás te haré un resumen de mis aciertos, pues parece que no los viste claros. Cuando me comentaste que no tenía ni idea de por dónde irían los tiros, creo que te equivocaste ... acerté y de lleno, jajajajajajaja
Verás como te expresé desde el primer momento, en el que reapareciste, ya tenía mis temores sobre tu recalcitrante amor por el drama y al estar tanto tiempo separada de mí, o mejor dicho de mi buenísima influencia, comprobé que tal y como dices, vienes en plan, ¡ Reina del Drama ¡, … de lo más reconcentrada he de decir, jajajajajaja … y se demostró con tremenda frialdad, añado.
Eso sí estoy de acuerdo en que elegiste una época que no conocemos, y te permite explayarte, cosa que agradezco, pues es donde mayor lucimiento hay para ti. Como maestra del drama y sobre todo como la estupenda escritora, que ya demostraste ser. Amalgamas la mar de bien, jajajajajaja, pero eso también te lo dije anteriormente, pues siempre confié en ti, y sigues dándome la razón, jajajajajaja … como el final del capítulo, (para muestra vale un botón), me demuestra lo cab... que puedes llegar a ser, dicho con cariño, jajajajajajajajajaja
Que, el reencuentro, (tal y como te dije, a pesar de que quisiste engañarme), iba a ser de traca, creo que no tengo que explicar porque, jajajajaja ya lo dejaste bien sentado, no?, eso que nunca me adelantaste nada!!!!!!!!!!!!, jajajajaja
Aquí he de hacer un inciso, no es crítica, sólo una opinión. Dos cosas o mejor, detalles: primero, tal y como es Beckett, y a pesar de que ya ha madurado mucho (por algo te perdoné lo que le hizo a Castle y lo insensible que pareció volverse, ¡¡¡juventud … divino tesoro!!!!, jajajajaja), no me parece real que se emparejase con Michel Royce, por tanto tiempo (2 años), cuando en la serie lo más cercano fue con Sorensson y fueron 6 meses, jajajaja pero comprendo que para la trama que has urdido, era necesario, por lo tanto nada que objetar más al respecto, porque seguimos en ese espacio de tiempo desconocido por todos.
Segundo, no se me hace creíble que la verdad subyacente de la separación de Rick fuese el nacimiento de un hijo, más cuando todos sabemos que Kate es una mujer muy protectora y amorosa con las personas que quiere. Otro tema es que la cueste asimilar algunas cosas, …que también!!, pero suele ser siempre comprensiva y sobre todo apoya sin medida a sus “amores”. Es muy visceral y eso la hace apasionada en todo lo que hace, comete errores, en muchas ocasiones por esas decisiones poco meditadas y más sentidas, pero va en su esencia. Lo hizo con su padre y su alcoholismo, lo hace con sus amigos, aunque sólo haya aparecido Lanie de momento, (tan necesaria, como la relación con Castle, pues ella es otra de esas personas que nacieron para estar en su vida), bueno no creo que necesite explicar más, jajajajajajaja sólo son apreciaciones mías.
No he de confesar nada, pues ves que te estoy “leyendo” y no me refiero a lo que escribes (que también) … no me la das por mucho que te empeñes!!!!, jajajajajajaja Tengo el privilegio de conocerte un poquito más que el resto de gente que te sigue, y aunque no sepa la forma que vas a dar a los capítulos, sí que huelo su esencia y eso me basta para “saber” o mejor dicho, intuir, por qué derroteros decidirás ir, jajajajajaja … lo que nunca te restará méritos ante mis ojos, que algo mejor … sí que están, y mucho menos devalúan tu trabajo que no sólo es meritorio, en la mayoría de ocasiones es EXTRAORDINARIO, jajajajajajaja
Una confesión, al leer ROOK, supe de inmediato qué iba a pasar, jajajajajaja y ahora sólo me falta saber una cosa, será la definitiva o tendremos que esperar una nueva separación?, jajajajajaja el resto sé que tendré que esperar a leerlo, jajajajajaja … pero la esencia es la que me hace seguir el rastro de tus pensamientos, jajajajajajaja
Como siempre un enorme placer leer tus capítulos, (que nada de largos, lo que haces es dejar muchos huecos, ocupas mucho pero de lectura … UHMMMM jajajajajaja), porque para mí no sólo eres la Reina del Drama, también la Princesa del Buen Gusto, tus relatos son siempre impresionantes … por todo!!!!
Besotesssssssssssssss y hasta que quieras seguir con esta maravillosa historia que te sacaste de la chistera y no deja de sorprenderme, capítulo a capítulo
P.D. Crees que mi comentario es demasiado largo?? si quieres lo divido en tres … jajajajajajaja no quiesiera por nada del mundo fatigarte y que tardes más de la cuenta en subir el siguiente capítulo,m jajajajajajaja
Quisiste meterte conmigo y has venido con muchas ínfulas, un tanto burlonas sobre mis características principales, y tú misma me has dado la pauta para esta contestación, jajajajaja
Verás te haré un resumen de mis aciertos, pues parece que no los viste claros. Cuando me comentaste que no tenía ni idea de por dónde irían los tiros, creo que te equivocaste ... acerté y de lleno, jajajajajajaja
Verás como te expresé desde el primer momento, en el que reapareciste, ya tenía mis temores sobre tu recalcitrante amor por el drama y al estar tanto tiempo separada de mí, o mejor dicho de mi buenísima influencia, comprobé que tal y como dices, vienes en plan, ¡ Reina del Drama ¡, … de lo más reconcentrada he de decir, jajajajajaja … y se demostró con tremenda frialdad, añado.
Eso sí estoy de acuerdo en que elegiste una época que no conocemos, y te permite explayarte, cosa que agradezco, pues es donde mayor lucimiento hay para ti. Como maestra del drama y sobre todo como la estupenda escritora, que ya demostraste ser. Amalgamas la mar de bien, jajajajajaja, pero eso también te lo dije anteriormente, pues siempre confié en ti, y sigues dándome la razón, jajajajajaja … como el final del capítulo, (para muestra vale un botón), me demuestra lo cab... que puedes llegar a ser, dicho con cariño, jajajajajajajajajaja
Que, el reencuentro, (tal y como te dije, a pesar de que quisiste engañarme), iba a ser de traca, creo que no tengo que explicar porque, jajajajaja ya lo dejaste bien sentado, no?, eso que nunca me adelantaste nada!!!!!!!!!!!!, jajajajaja
Aquí he de hacer un inciso, no es crítica, sólo una opinión. Dos cosas o mejor, detalles: primero, tal y como es Beckett, y a pesar de que ya ha madurado mucho (por algo te perdoné lo que le hizo a Castle y lo insensible que pareció volverse, ¡¡¡juventud … divino tesoro!!!!, jajajajaja), no me parece real que se emparejase con Michel Royce, por tanto tiempo (2 años), cuando en la serie lo más cercano fue con Sorensson y fueron 6 meses, jajajaja pero comprendo que para la trama que has urdido, era necesario, por lo tanto nada que objetar más al respecto, porque seguimos en ese espacio de tiempo desconocido por todos.
Segundo, no se me hace creíble que la verdad subyacente de la separación de Rick fuese el nacimiento de un hijo, más cuando todos sabemos que Kate es una mujer muy protectora y amorosa con las personas que quiere. Otro tema es que la cueste asimilar algunas cosas, …que también!!, pero suele ser siempre comprensiva y sobre todo apoya sin medida a sus “amores”. Es muy visceral y eso la hace apasionada en todo lo que hace, comete errores, en muchas ocasiones por esas decisiones poco meditadas y más sentidas, pero va en su esencia. Lo hizo con su padre y su alcoholismo, lo hace con sus amigos, aunque sólo haya aparecido Lanie de momento, (tan necesaria, como la relación con Castle, pues ella es otra de esas personas que nacieron para estar en su vida), bueno no creo que necesite explicar más, jajajajajajaja sólo son apreciaciones mías.
No he de confesar nada, pues ves que te estoy “leyendo” y no me refiero a lo que escribes (que también) … no me la das por mucho que te empeñes!!!!, jajajajajajaja Tengo el privilegio de conocerte un poquito más que el resto de gente que te sigue, y aunque no sepa la forma que vas a dar a los capítulos, sí que huelo su esencia y eso me basta para “saber” o mejor dicho, intuir, por qué derroteros decidirás ir, jajajajajaja … lo que nunca te restará méritos ante mis ojos, que algo mejor … sí que están, y mucho menos devalúan tu trabajo que no sólo es meritorio, en la mayoría de ocasiones es EXTRAORDINARIO, jajajajajajaja
Una confesión, al leer ROOK, supe de inmediato qué iba a pasar, jajajajajaja y ahora sólo me falta saber una cosa, será la definitiva o tendremos que esperar una nueva separación?, jajajajajaja el resto sé que tendré que esperar a leerlo, jajajajajaja … pero la esencia es la que me hace seguir el rastro de tus pensamientos, jajajajajajaja
Como siempre un enorme placer leer tus capítulos, (que nada de largos, lo que haces es dejar muchos huecos, ocupas mucho pero de lectura … UHMMMM jajajajajaja), porque para mí no sólo eres la Reina del Drama, también la Princesa del Buen Gusto, tus relatos son siempre impresionantes … por todo!!!!
Besotesssssssssssssss y hasta que quieras seguir con esta maravillosa historia que te sacaste de la chistera y no deja de sorprenderme, capítulo a capítulo
P.D. Crees que mi comentario es demasiado largo?? si quieres lo divido en tres … jajajajajajaja no quiesiera por nada del mundo fatigarte y que tardes más de la cuenta en subir el siguiente capítulo,m jajajajajajaja
agecastbet- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
11.18.2015 21:36:38
ha pasado muchisisisisimos dias y no has subido unnuevo capitulo .. yo quiero saber que va a pasar con esta historia por favor ...sube un nuevo capitulo no lo dejes asi... es una maravillosa historia continuala...plissssssss
ha pasado muchisisisisimos dias y no has subido unnuevo capitulo .. yo quiero saber que va a pasar con esta historia por favor ...sube un nuevo capitulo no lo dejes asi... es una maravillosa historia continuala...plissssssss
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola, que de tiempo, por dios.
Esto es la muerte a pellizco. Nos ilusionas y nos dejas.
Esto no se hace. Por fis, por fis, sigue...
Me encanta. Y espero que saques un poquito de tiempo para poder seguir.
Sigue, esta muy bien.
Besitos
Esto es la muerte a pellizco. Nos ilusionas y nos dejas.
Esto no se hace. Por fis, por fis, sigue...
Me encanta. Y espero que saques un poquito de tiempo para poder seguir.
Sigue, esta muy bien.
Besitos
masomi03- Escritor novato
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 21/04/2013
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Continua pronto profavor tengo muchas ganas de ver como sigue.
yamicastkett- Actor en Broadway
- Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Edad : 31
Localización : alicante
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