Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
¿¿¿Breve significa???? Lo quiero ya
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Continua muy prontoooooooooo
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silvanalino- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Hola a tod@s!!!! Acá está el capi!!! Otra vez les pido disculpas por tardar tanto, pero sigo con mucho trabajo y se me complica encontrar un tiempito para escribir. Gracias por la paciencia!!!
Capítulo IX
Beckett llegó muy temprano al precinto. Curiosamente, no le había costado tanto dormirse la noche anterior. El recuerdo del beso, el sabor de sus labios, la suavidad de sus manos, todo eso la había acunado dulcemente hasta cerrar los ojos atrapada por el sueño.
Ninguno de sus compañeros había llegado todavía. Miró al despacho de Gates y como era de esperarse estaba sentada con un expediente en la mano. Fue hasta su oficina a preguntarle si ya había mandado el mail a lo que su Capitana le respondió que “por supuesto, soy sumamente responsable en mi trabajo, detective. A estas alturas ya debería saberlo”. Y era cierto. En el preciso momento que entró en su despacho supo que era innecesaria la pregunta. La nota dejada por ella la tarde anterior había bastado para que su jefa hiciera su trabajo.
Se preparó una taza de café con algo de nostalgia. Hacía unos cuantos días que el escritor no le traía uno. Se quedó pensando unos minutos con la taza en la mano, soplando la bebida humeante. Se dio cuenta que a pesar de haber estado con él hacía solo unas horas ya lo extrañaba. ¡¿Cómo puede un hombre revolucionar toda mi vida de esa forma?!- se reprochó al no poder dejar de pensar en él. Volvió a su escritorio para intentar volver a trabajar. Llamó al laboratorio preguntando si ya tenían los resultados de los análisis toxicológicos. Estarían en unos momentos y se los enviarían por mail. También preguntó a qué hora liberarían la escena del crimen. Les explicó, aunque ellos deberían saberlo, que tenía que ir con la dueña de la casa para que ella pudiese realizar un reconocimiento de las cosas que podrían faltarle y cuanto más rápido, mejor. Si le habían robado algo de valor seguramente estarían tratando de venderlo. Sería una buena pista a seguir. Los del laboratorio le confirmaron que para las 10:00 de la mañana estaría liberada.
Ryan llegó a los pocos minutos. Saludó y preguntó si había alguna novedad sobre el caso. Beckett lo puso al tanto de la charla con Félix y de la respuesta del laboratorio. Esposito, que recién entraba, se unió a la conversación.
-Deberíamos mostrarle a Gina las joyas que usaba la víctima. Necesitamos la confirmación de que son de ella. Sólo tenemos los que nos dijo Castle en la escena del crimen…- dijo Javi
-Sí. Tienes razón, Espo. En un rato se las llevaremos a lo de Castle. También hay que llevarla a su casa para que revise si falta algo, así que haremos todo junto.- contestó la detective tratando de disimular la emoción que tenía por verlo.
-Ok. Voy a buscar las joyas a evidencias.- dijo Ryan dirigiéndose al ascensor.
Sonó el teléfono en el escritorio de Esposito. Era de la compañía telefónica avisándole que ya le habían mandado un mail con el código de rastreo del móvil de Margarita. Javi les agradeció por la pronta respuesta, a lo que le respondieron que no podía ser de otra manera después de leer el correo que le había mandado la Capitana Gates, donde le sugería a la empresa que no se tardara demasiado, sino se vería obligada a detener al presidente del directorio por obstruir una investigación policiaca. Espo, le contó a Beckett riéndose por lo de Gates, mientras buscaba el código para llevárselo a los geniecitos de comunicaciones para rastrear el móvil.
-¡Perfecto! Encárgate de eso Javi. Encontrar ese teléfono puede darnos información muy importante sobre el último día de Margarita. Yo iré con Ryan a lo de Castle a llevarle las joyas a Gina. Esposito sonrió guiñándole un ojo y dijo:
-¡No te aguantas sin verlo ¿No?!
-No es una visita social, Esposito. Es por trabajo.- contestó seria.
-¡Como tú digas, jefa! Te mantendré al tanto de lo del teléfono.- Javi no pudo evitar sonreír mientras se iba.
Beckett revisó el mail del laboratorio. No había rastros de drogas. Lo único que la víctima parecía haber consumido era alcohol. Unas cuantas copas, al parecer. El nivel en sangre era de 1.8 g de alcohol por litro, lo que supone una borrachera interesante, no lo suficiente como para dejarla inconsciente, pero si lo bastante como para hacer alguna locura; por ejemplo, dejarse atar de pies y manos y disfrazarse de Gina con una media en la cabeza. No se había encontrado ninguna botella o copa en el lugar, por lo que se suponía que el asesino se había llevado todo junto con la soga que usó para matarla, o bien podría haber ingerido alguna bebida en algún otro lado.
Todavía había muchas preguntas y pocas respuestas, así que no quedaba otra que seguir investigando. Ryan volvió y le entregó a Beckett las huellas que se habían encontrado en la casa. Esposito, al tomarle declaración a Gina, también le había tomado las huellas para después poder descartarlas del lugar del hecho más adelante. Javier tenía la particularidad de adelantarse a ciertas situaciones y eso lo convertía en un excelente detective.
-Ya se descartaron las huellas de la dueña de casa y las de la víctima. Solamente se encontró una huella parcial desconocida en el marco de la puerta de salida.- dijo Ryan mirando a su jefa con algo de desanimo –Pero no creo que sea suficiente para identificar a alguien.
-No importa. Algo es algo…- se quedó pensando unos minutos y tomó el teléfono para hablar con Lanie.-
-¡Hola amiga! ¡Buen día! ¿Lista para trabajar?- preguntó la joven detective.
-¡Hola Kate! ¡Se te escucha muy bien, amiga! ¿Tienes alguna novedad interesante que contarme?- Lanie sonaba divertida.
-¡Yo no, pero quizá tú si tengas algo para mí!
-¡Eres mala, amiga! ¡Está bien! De todos modos no sé si quiero saberlo…- soltó un suspiro. -¿En qué puedo ayudarte, Kate?
-Dime Lanie…según tu experiencia como forense, las ligaduras de pies y manos ¿te parecieron parte de un juego sexual o más bien crees que fue para inmovilizarla y matarla con mayor facilidad?
-Según mi experiencia…profesional…-soltó una risilla y continuó:-…yo creo que era parte del juego. Cuando le saqué las sogas, noté que no estaban demasiado ajustadas. Apenas tenía marcas en los tobillos y muñecas. Si hubiese querido podría haberse soltado con facilidad.-
- Lo suponía. A mí también me pareció que las ataduras estaban flojas… ¡Gracias por tu ayuda, Lanie! Nos hablamos luego.
-¡Por nada, Kate! ¡Avísame si necesitas algo más!
-¡Ok! ¡Adiós!- colgó el teléfono y le hizo señas a Ryan para que se acerque.
-Iremos a lo de Castle a llevarle las joyas a Gina y después la llevaremos a su casa para que realice un reconocimiento.-
-Agarro el saco y te alcanzo, Beckett.-
Kate llamó al escritor a su móvil para avisarle que estaba en camino. Estaba apagado y entraba directamente a la casilla de mensajes. Cortó y llamó al teléfono de línea. Ocupado. -¡Maldita sea!- dijo en voz alta y volvió a llamar al móvil. Otra vez la casilla. Dudó un segundo para dejarle un mensaje, pero no le encontró ningún sentido, ya que estaba yendo para allá, así que cortó otra vez. Ryan subió al auto y ella arrancó. Le pidió a su compañero que siguiera intentando con los teléfonos, pero no pudo comunicarse tampoco. Castle recibiría, entonces, una gran sorpresa.
Dormía plácidamente en su habitación hasta que su pacifico sueño fue interrumpido por una voz femenina bastante familiar.
-¡Richard, dulzura! ¿Estás dormido?- preguntó Gina entrando en su cuarto sin esperar respuesta.
-Mmññ… Sí… lo estoy… profundamente… al borde de la inconsciencia… No molestes ¿Quieres?- contestó poniéndose la almohada sobre la cabeza.
-¡Vamos, Rick! ¡Despierta! Necesito usar tu baño… ¡No sé qué pasa con el otro! No sale bien el agua y necesito ducharme…- dijo sentándose en el borde de la cama y agregó -No te molesta ¿Verdad?-
-En realidad si me molesta… pero no tengo otra opción ¿no?- se incorporó como para levantarse y siguió: -Déjame al menos lavarme la cara y los dientes- su fastidio era más que evidente.
-¡Gracias, Rick! ¡Te serviré una taza de café mientras tú te aseas!- Gina seguía hablando mientras salía de la pieza en dirección a la cocina. El escritor se levantó de mala gana, se puso la bata y se dirigió al baño. Se tiró abundante agua en la cara para despertarse un poco, se lavó los dientes y se peinó un poco el cabello con los dedos. No dedicó demasiado tiempo en su peinado ya que después de Gina le tocaría bañarse a él. Salió rumbo al living donde lo esperaba su ex con una humeante taza recién servida.
-¡Estaré en el baño! ¡No me extrañes!- dijo Gina saludando con la mano.
-¡No lo haré, no te preocupes!- contestó el escritor en voz baja, mientras observaba a su madre pasearse con el teléfono en la oreja charlando a cuatro voces con una amiga. Le hizo un ademan con la taza a su hijo, el cual entendió perfectamente cuál era su significado. Tomó la cafetera y le rellenó la taza. Martha le agradeció moviendo los labios exageradamente y volvió a su habitación para continuar con la charla.
-¡Al fin! ¡Silencio! Perfecto silencio…- pensó mientras saboreaba su café sabiendo que duraría muy poco. Por supuesto, su mente pensó exclusivamente en Beckett y en las ganas que tenia de verla. Moría por besarla cada vez que la veía, casi sin poder contenerse.
El timbre lo devolvió a su departamento, bajándolo de un golpe de su nube esponjosa. Se levantó en dirección a la puerta y la abrió.
-¡¿Beckett?! ¡¿Ryan?! ¿Qué hacen aquí tan temprano?- preguntó sorprendido. Recordó a Gina en su baño y se puso un poco nervioso. Estaba completamente seguro que a Kate no le haría mucha gracia verla salir de su habitación en bata… Sobre todo, teniendo en cuenta que él también estaba en bata. Definitivamente, no se vería bien. Así todo trató de disimular.
-Tenemos que hablar con Gina. Tiene que reconocer las joyas que tenía margarita.- dijo Beckett entrando al loft.
-¡Te estuvimos llamando desde que salimos del precinto! Tu móvil estaba apagado y el de línea ocupado todo el tiempo. Quizá deberías hacerlo ver…- Ryan palmeó un hombro del escritor cuando entraba.
-¡Debo hacer ver a mi madre! ¡Hace horas que está hablando!... Adelante, detectives. Gina se está bañando- dijo tratando de evitar la mirada de Kate. –Les serviré una taza de café mientras la esperan.
-Gracias, Castle.- dijo Beckett con una sonrisa. De verdad la ponía muy feliz que Rick le sirviera café. Era un gesto tan simple, tan dulce, que la detective lo valoraba como al mayor de los tesoros. Él también sonrió mirándola con verdadero amor.
-Gracias.- Ryan recibió la taza y dijo:-En un rato podemos ir con Gina a su casa. Debe fijarse si falta algo de valor. No va a ser fácil, pero lamentablemente no tiene otra opción.-
-Ya se lo expliqué ayer. Dijo que no tenía problema en ir…- Richard, recordó que le había prometido a su ex que la acompañaría, pero decidió permanecer en silencio. Los dos detectives lo pusieron al tanto sobre la nueva información que tenían sobre el caso. Castle escuchó atentamente cada detalle mientras sacaba sus propias conclusiones. Entre tanto, Gina salía de la habitación del escritor con sólo una bata puesta. Se hizo un silencio sepulcral y todas las miradas se dirigieron a la ex de Rick.
-¡Ups! ¡Perdón! ¡No sabía que teníamos visitas! ¡Rick, ¿Por qué no me avisaste? No hubiese salido así del baño… - dijo fingiendo un poco de vergüenza.
-No me di cuenta… perdón. Los detectives quieren mostrarte las joyas que tenía Margarita…-
-¡Me cambio y enseguida estoy con ustedes!- Beckett la siguió con la mirada hasta que desapareció. Después clavó sus ojazos verdes en los del escritor. Castle se sintió intimidado…
-Kate, te aseguro que no es lo que estas pensando…-
-Y ¿Qué crees tú que yo estoy pensando, Castle?- el escritor sintió el filo de su mirada sobre él, cortándolo al medio. Ryan se había alejado un poco, tratando de disimular lo incomodo que se sentía por la situación. Para alivio de él, Martha se acercaba con una sonrisa para saludarlo.
-Créeme, Kate. Hay una explicación para esto…- Rick trató de agarrarle la mano. Ella lo esquivó.
-Créeme que no tienes nada que explicar.- dejó de mirarlo y saludó a Martha con un abrazo.
Gina se cambió en pocos minutos y se les unió en el living. Se acercó a Rick y le dio un beso en la mejilla. Él, instintivamente trató de apartarse, pero no lo logró.
-¡Gracias, Rick!- le susurró al oído, lo suficientemente fuerte para que la detective escuchara. Castle no pudo evitar mirar a Kate sabiendo que esto empeoraba aun más las cosas. Beckett miró con odio a la publicista. No terminaba de entender lo que pasaba entre Gina y Richard. Mientras que él le aseguraba que todo estaba terminado entre ellos, toda esta situación que se había presentado desde que llegó al loft, la hacían dudar bastante de todo. Se sentía insegura y sumamente estúpida por casi haberse rendido a sus encantos otra vez.
Volvió a concentrarse en su trabajo. Ryan ya le había mostrado las joyas y le estaba comentando que la llevaría a su casa.
-¿Me acompañarás no, Rick? Me lo prometiste anoche…- dijo Gina de forma sugerente. Beckett frunció el ceño y se mordió los labios. Hervía de celos y no podía evitarlo.
-Sí, Gina. Ya te dije que iría contigo.- contestó de mala gana. –Necesito 10 minutos para tomar una ducha. Pueden servirse más café si gustan.- Castle se fue rumbo a su habitación. Kate intentó disimular su bronca y comenzó a preguntarle a Gina sobre la vida amorosa de Margarita. La publicista le contó que su empleada nunca se lo presentó oficialmente, pero que estaba segura que estaba noviando con un joven de unos 27 o 28 años. Su nombre era Michel McDowell y trabaja para una fundación que se encarga de ayudar a niños con HIV en la que ella y Castle hacen donaciones. Conocieron a la fundación por intermedio de Margarita y ella les presentó a Michel.
-¿Sabes qué tan seguido se veían?- preguntó la detective.
-Bastante. Te diría que tres o cuatro veces a la semana pasaba a buscarla y la acompañaba al centro comunitario donde daba asesoramiento. Pero últimamente estaba viniendo más seguido y más temprano que de costumbre.- El móvil de Beckett sonó interrumpiendo el interrogatorio. Era Esposito informándole que ya habían hallado el celular y estaba en el laboratorio siendo examinado. En un rato tendrían la información del chip y la tarjeta de memoria. Kate le contó a Ryan de la llamada. Luego, le comunicó que él se encargaría de llevar a Gina y ella se iría al precinto con Javi a trabajar con la información del teléfono. Así podría ahorrarse el mal trago de tener que soportar a la Srta. Cowell tirándole indirectas a Castle todo el tiempo. Tenía la excusa perfecta para escapar de ahí sin tener que verlo de nuevo. Saludo a todos y se fue rápidamente a la comisaría.
Castle salió de la habitación. La elegancia que lo caracterizaba para vestirse no pasaba nunca desapercibida por las mujeres. Mucho menos para su ex, aunque su intención, claramente, fuera deslumbrar a su musa.
-Mmm… ¡Qué guapo estás, Rick! ¿Otra vez ese perfume…? ¡Está comenzando a gustarme!- dijo Gina de forma insinuante cuando él volvió al living.
-¿Dónde está Beckett?- le preguntó a Ryan.
-Esposito le avisó que habían encontrado el móvil. Se fue de inmediato al precinto. Yo los acompañaré a ti y a la Srta. Cowell a su casa. Castle no pudo evitar mirar a Gina frunciendo el ceño.
-Está bien. Cuando quieras…- le dijo acercándose a la puerta.
Beckett se reunió con Esposito en el laboratorio para ver cuánto habían avanzado. El aparato estaba bastante deteriorado. Apareció en un conteiner de basura en un callejón a unas 10 cuadras del lugar del hecho. Pudieron recuperar las llamadas, pero nada lograron con las fotos. Encontraron huellas parciales. Mayormente pertenecían a la víctima, pero había otra desconocida. Éste pedazo de huella tenía una particularidad: era exactamente igual a la encontrada en el marco de la puerta de Gina. Esto sorprendió a los detectives ya que era prácticamente imposible hallar la misma parte de una huella en dos lugares diferentes. Ambos se miraron desconcertados al comparar las impresiones.
No tenía lógica alguna así que pasaría a formar parte de la lista de interrogantes con la que contaban los investigadores. La detective le contó sobre la posible relación sentimental con Michel McDowell. Esposito dijo que se encargaría de investigarlo en cuanto terminaran con las llamadas. Se dividieron el registro de números obtenidos y sin más demora se pusieron a investigar a quien pertenecía cada uno. Después de un rato se reunieron para intercambiar información.
-Yo tengo 2 perdidas del móvil de McDowell a las 9:30 y a las 11:00. Una de la fundación Elizabeth Glaser Pediatrics Aids. Raro que la fundación abra un domingo ¿no?- un gesto de extrañeza se dibujó en el rostro de Javi, quien había levantado la vista del papel un segundo para mirar a Beckett. Luego, prosiguió:
-Tengo 3 más, también perdidas de la casa de la madre de la víctima, a las 22:00, 22:10 y 22:35 2 del hotel Santa Rita, a las 23:02 y a las 23:50; 4 de un teléfono público a dos cuadras de lo de Gina 22:40, 22:55, 23:00 y 23:10. ¡Parece que el teléfono no paró de sonar en todo el día!-
-Espera. ¡Aun hay más!- Kate agarró su lista y comenzó - Estas fueron las llamadas que sí atendió: tengo 3 de un teléfono de línea con característica de NY, registrado a nombre de McDowell a las 12:00, 14:00 y a las 19:00. Una llamada de Gina a las 15:45, seguramente la que realizó desde el aeropuerto para avisar de su regreso. Dos más de McDowell, pero esta vez desde su móvil a las 18:00 y a las 21:00. Y por último tengo las llamadas que realizó ella; dos al celular de McDowell una a las 11:10 y otra 18:15 y una a la casa de su madre a las 15:53. Si Félix nos dijo la verdad, esa llamada, probablemente haya sido para suspender la clase con sus hermanos.
-¡Puff! ¡Lo dicho! ¡Ese teléfono estuvo al rojo vivo!- comentó Espo - ¿Las del hotel Santa Rita serán de Félix? Tendría una coartada para la hora del crimen…-
-Puede ser. Debemos averiguar quien llamó desde el teléfono público… ¿Roberto, quizá? También tendría una coartada… - Beckett se quedó pensando un segundo, -Félix dijo que Roberto había pasado por lo de Gina cuando no se pudieron comunicar con Margarita… Llama a los del laboratorio para que tomen huellas del teléfono público de inmediato. Yo trataré de comunicarme con Félix al hotel. Tenemos que, además de hablar con los dos hermanos, tomarles las huellas. – dijo la detective.
-No va a ser fácil con los hermanos… Quizá Castle pueda darnos una mano…- Javi la miró de reojo intentando no sonreír.
-Sí… quizá. Todo depende del tiempo libre del que disponga. Se lo vio muy ocupado atendiendo a su huésped.- contestó frunciendo un poco el entrecejo.
Llamó por teléfono al Motel pidiendo por la habitación 11. Le transfirieron la llamada y Félix atendió.
-Hola ¿Quién habla?- preguntó algo nervioso.
-Félix, soy la detective Beckett. Tengo nueva información sobre el homicidio que podría llegar a exonerarlos a los dos, pero necesito hablar contigo y con Roberto, hoy sí o sí. Cuanto antes mejor.-
-¡Mi hermano está muy asustado, detective! ¡Yo intenté convencerlo de hablar con usted, pero no confía en nadie!-
-Félix, escúchame. Si no puedo tomarles declaración para terminar de encajar las piezas, no podré ayudarlos y pasaran a ser sospechosos. ¡Por favor, Félix! Tienes que hacer entrar en razón a tu hermano.-
-¡Le prometo que lo convenceré, Srta. Beckett! ¡Perdón, quise decir Sra.!-
-Srta. o detective, Félix.- dijo secamente. – Te dejo mi celular. Llámame en cuanto sepas algo de Roberto.-
-¡Sí, detective! ¡La llamaré lo antes posible!
Mientras Beckett hablaba con Félix, Esposito comenzó a investigar a Michel McDowell. No tenía antecedentes, sólo unas multas por mal estacionamiento y exceso de velocidad. Trabajaba en la fundación hacía ya 5 años. Vive en la ciudad desde hace 10 años, paga sus impuestos y últimamente también estaba colaborando con la residencia de ilegales. Parecía estar limpio, pero de todos modos debían interrogarlo ya que había sido el último en hablar por teléfono con la víctima. Además tenían que preguntarle por su supuesta relación con Margarita.
-Iré a buscar a McDowell a la fundación y lo traeré para tomarle declaración.- le dijo Esposito a Beckett.
-Probablemente esté en su hora de almuerzo. Ve a comer algo tú también. Después puedes ir a buscarlo.
-Tienes razón. Es hora de almorzar y tengo mucho hambre ¿Vienes?- preguntó acariciándose la panza.
-¡No. Gracias! Aprovecharé mi hora de almuerzo y entrenaré un poco en el gimnasio del precinto. ¡Nos vemos en un rato!- dijo Beckett dirigiéndose al ascensor.
Se cambió rápidamente y comenzó a estirar un poco los músculos para no lastimarse. Después se vendó las manos, se calzó los guantes de box y comenzó a pegarle a la bolsa con todas sus fuerzas imaginando a Gina en cada puñetazo y a Castle en cada patada. Paraba solamente cuando le faltaba el aire. Sabía que le estaba exigiendo mucho a su cuerpo de golpe, pero se sentía renacer con cada encuentro con la bolsa. Estuvo más de media hora haciendo catarsis. Estaba exhausta. Ya era hora de darse un buen baño.
Castle y Ryan volvieron al precinto después de llevar a Gina al Loft. Habían estado examinando la casa y no se robaron nada de valor. Sólo le faltaban unas imitaciones que la publicista tenía en su casa, las verdaderas estaban seguras en la caja de seguridad de un banco. Esposito llegó justo atrás. Los puso al tanto del avance del caso con la lista de números telefónicos que habían recuperado del móvil.
-Tenemos que ir a buscar a Michel McDowell a la fundación. Beckett se comunicó con Félix para tratar de convencerlo para encontrarse con él y con Roberto. Está esperando que le conteste.
-Recuerdo a Michel. Margarita nos lo presentó a Gina y a mí como intermediario para realizar las donaciones a la fundación. McDowell conoció a Margarita hace un tiempo atrás cuando ella necesitaba ayuda para un niño mexicano que tenía sida y no conseguía la atención adecuada para su situación. La fundación actuó de inmediato y eso nos terminó de convencer para colaborar con ellos.
-Él fue el último que hablo con la víctima, así que tendrá que explicarnos un par de cosas…- dijo Espo.
-Y… apropósito… ¿Dónde está Beckett? ¿Se fue a almorzar?- preguntó el escritor mirando hacia todos lados buscándola.
-No. Está aquí, en el gimnasio. ¿Vienes con nosotros, bro?- le preguntó Javi a Castle.
-No. Prefiero esperar a Kate. Por si llama Félix…- disimulo.
-¡Buena idea! Nos vemos luego.- dijo Ryan.
Castle esperó a que se fueran y se dirigió al gimnasio. No había nadie. De pronto una agente salió del vestuario.
-¡Hola! Disculpa… ¿has visto a Beckett?- preguntó con una gran sonrisa.
-¡Hola Sr Castle!- lo saludó alegremente la señorita. -La vi entrar en la ducha hace un rato.
-¡Gracias! ¡La esperaré aquí!- por supuesto que no la esperaría afuera. Todavía no sabía cómo pero de alguna manera se las ingeniaría para escabullirse en las duchas.
-No queda nadie más que ella ahí adentro.- dijo la joven agente en voz baja guiñándole un ojo. Castle sonrió y le agradeció nuevamente ingresando al vestuario. Se dirigió hacia donde estaba el agua abierta y espero unos segundos parado enfrente de la cortina. Kate cerró el agua, se escurrió el pelo y sacó la mano afuera de la ducha buscando la toalla que estaba colgada de un gancho. No lograba encontrarla. El escritor la tenía en sus manos. Beckett abrió bruscamente la cortina y pegó un grito entre cortado.
-¡Maldito seas, Castle! ¡Vas a matarme de un susto! ¡¿Qué diablos haces aquí?!- preguntó furiosa mientras se cubría con la cortina.
-¡Te dije que te haría cambiar de opinión con respecto a las duchas…!- le contestó con su hermosa sonrisa.
-Eres un idiota… ¿Quieres darme la toalla y largarte de aquí para que pueda cambiarme?-
-Te la daré si me escuchas un momento… quiero explicarte lo de esta mañana con Gina.-
-¡¿Y no pudiste elegir mejor momento?! ¡Podrías haber esperado a que esté sentada en mi escritorio con algo de ropa encima!-
-¡¿Y perderme la oportunidad de verte desnuda en una ducha otra vez?! ¡Ni loco!- Castle levantó las cejas con una enorme sonrisa.
-Ya te dije que no tienes nada que explicarme así que, por favor, quiero mi toalla.-
-Te oí. Ya sé que no tengo ninguna obligación de contarte lo que pasó, pero quiero hacerlo. Ahí está la diferencia. Así que escucha: No sé por qué demonios no funcionaba el agua en el baño de huéspedes, entonces Gina vino a despertarme porque necesitaba bañarse. No me vestí porque después de ella tendría que entrar yo a ducharme, por lo que no le encontré sentido. Y justo llegaste tú. Sé que no se vio bien toda la situación de “yo estando en bata y Gina saliendo de mi habitación también en bata”. Pero tienes que creerme, todo fue una serie de eventos desafortunados.-
-Ok. Ya te escuché y puedes hacer lo que te plazca con tu vida. Ahora quiero mi toalla y es la última vez que te lo digo.- Kate trató de mostrarse severa, aunque se moría de ganas de desvestirlo y meterlo adentro de la ducha. Castle agarró la cortina y la abrió de un tirón arrancándosela de la mano a ella. La recorrió con la mirada, de abajo hacia arriba, lentamente hasta llegar a sus ojos. Se acercó muy despacio y la envolvió con la toalla, abrazándola, aprisionándola entre sus fuertes brazos.
- ¿Me crees, Beckett?- le dijo muy próximo a su boca.
-Suéltame, Castle. No empieces con tus jueguitos de galán seductor.- el escritor se acercó a su oído y le susurró:
-Pídeme que me vaya y lo haré… - le besó el cuello y sintió como su pulso aumentaba. Beckett tomó aire, trago saliva y le dijo:
-No… debemos estar… aquí.- fue lo único que atinó a decir. Castle la besó apasionadamente soltando la toalla para agarrarla de la cintura. La giró apoyándole la espalda desnuda sobre los fríos azulejos. Comenzó a darle besos en el cuello, la mordía suavemente. Volvía a besar sus labios, a morder su lengua, a saborearla. Beckett le saco chaqueta a los tirones y empezó a desabrocharle la camisa mientras le acariciaba su ancho pecho con locura. El escritor se separó unos centímetros de su boca y comenzó a bajar su mano por su rostro, acariciándola. Empezó por sus labios. Ella le mordió suavemente uno de sus dedos sonriendo. Él no dejaba de mirarla. Continuó bajando lentamente por el cuello hasta llegar a sus senos. Le rozó uno de sus pezones con el pulgar, sintiendo como se ponía aun mas erguido. Luego, lo besó atrapándolo muy despacio entre sus dientes, jugueteando con su lengua. Beckett respiró hondo ahogando un gemido. El escritor hizo lo mismo con el otro pezón, solo que esta vez lo apretó suavemente con sus dedos mientras su boca se dedicaba a morderle el lóbulo de la oreja. Ésta vez, ella no pudo hacer más que regalarle un hermoso gemido en el oído al escritor. De pronto, escucharon voces. Alguien había entrado al vestuario. Los dos se separaron abruptamente y quedaron mirándose en silencio.
-¡Tienes que irte! ¡Ahora, ya! ¡No nos pueden encontrar aquí, Castle! ¡Puedo tener muchos problemas con mis superiores!- Beckett le susurraba a los gritos (¡si es que esto es posible!) con sus ojazos verdes abiertos de par en par.
-¡Lo sé! ¡Lo sé! ¡No te preocupes! ¡Nadie sabrá nunca que estuvimos aquí!- Agarró su chaqueta del piso. Estaba empapada. Por suerte no se había terminado de desvestir, sino estaría envuelto en un problema aun mayor. Esperó a escuchar cómo se metían a las duchas y salió escabulléndose como si fuera un ladrón. Hizo dos pasos y volvió para atrás. Le estampó un beso y le dijo:
-¡Te prometo que terminaremos esto más tarde! Te veo en tu escritorio.- Beckett se quedó en silencio aun tratando de entender lo que casi había sucedido en la ducha. Todavía estaba tan acalorada que decidió bañarse de nuevo. Realmente su cuerpo lo necesitaba.
Castle logró salir del gimnasio sin que nadie lo viera. Apenas podía sacarse el recuerdo de Kate en la ducha. Sacudió la cabeza. A él también le hubiese venido estupenda una ducha helada, pero era un lujo que no se podía dar. Empezó a pensar en pavadas para despejar su mente y relajar su cuerpo. Pensó en su madre haciendo payasadas, por ejemplo. Se le ocurrió, entonces, llevar el saco a la tintorería antes de que empezaran las preguntas embarazosas. Al salir del negocio sintió su móvil vibrar en el bolsillo. Lo miró para ver quien llamaba. El número estaba bloqueado.
-Hola ¿quién habla?-
-Soy yo, Sr. Castle.- al escritor se le congeló la sangre al reconocer la voz. –Imagino que todavía me recuerda ¿No?- dijo el hombre al otro lado del teléfono.
-Por supuesto ¿Qué es lo que quiere?- inquirió. Aunque realmente no quería saber la respuesta…
-Para ser un escritor exitoso tiene poca imaginación, Castle. Lo llamo porque usted aparentemente no está cumpliendo con su parte del acuerdo. El lunes muy temprano Beckett fue a la casa de Montgomery y ellos lo saben. Entienda, Castle, sabrán cada movimiento que ella realice con respecto al todo el caso. Tienen todo muy bien estudiado y usted no está haciendo lo suficiente para alejarla.
-Créame que lo intento, pero Beckett no es una mujer fácil y usted lo sabe.- contestó Richard ofuscado.
-Ellos también lo saben. Ésta vez me advirtieron a mí, la próxima no sé lo que puede pasar… Se lo repito una vez más, Castle. Aléjela lo más posible de esto o ya sabe cómo termina todo. Es por su propio bien.
-¡Le juro que hago todo lo que está a mi alcance!- el escritor comenzaba a sonar desesperado.
-Imagino que sí, pero al parecer no es suficiente. Adiós, Castle. Espero no tener que llamarlo de nuevo.- Rick, cortó la comunicación y se guardó el teléfono. Estaba realmente asustado. No sabía que mas hacer para mantenerla a salvo. –Espera un momento, Rick…el hombre dijo que había pasado por lo de Evelyn el lunes por la mañana. Lo que significa que actuó por impulso después de la pelea del domingo… todavía estaba furiosa conmigo…- se decía a si mismo en voz alta, como si fuese un loco, mientras caminaba de vuelta al precinto. –todavía tengo una chance de que abandone… es lo único que me queda pensar... ¡No puedo rendirme justo ahora! - . Apuró el paso para reunirse con ella mientras pensaba de qué manera continuaría con todo esto. No había decidido aun si le contaría lo del llamado. De enterarse, seguramente, brotaría en cólera otra vez pidiéndole que se aleje de ella y que la deje vivir su vida como le parezca; pero, por otro lado, el quedarse callado, sería algo parecido a empezar con la mentira de nuevo.
-¡Maldita sea! ¡¿Podría el mundo alguna vez no complotarse contra nosotros dos?! ¡Cada vez que estamos a punto de estar juntos, de ser verdaderamente felices, siempre sucede algo que lo arruina!- se decía a si mismo sumamente desanimado. Tendría que ser muy cuidadoso con cada paso. El frágil castillo de naipes que precariamente había levantado para proteger a su princesa a lo largo de los últimos días, corría grave peligro de derrumbarse con un simple soplido. Pero eso no lo detendría. No lograría pararlo de ninguna manera.
Continuara…
Bueno, deseo de verdad que la espera haya valido la pena! Muchas gracias por leer y comentar!!! Ojalá que les haya gustado! Espero no haber enredado mucho el relato con el caso policial! Aguardo con ansias los nuevos comentarios, críticas y sugerencias (muero por leerlos siempre) Saludos y hasta la próxima!!!!!
Capítulo IX
Beckett llegó muy temprano al precinto. Curiosamente, no le había costado tanto dormirse la noche anterior. El recuerdo del beso, el sabor de sus labios, la suavidad de sus manos, todo eso la había acunado dulcemente hasta cerrar los ojos atrapada por el sueño.
Ninguno de sus compañeros había llegado todavía. Miró al despacho de Gates y como era de esperarse estaba sentada con un expediente en la mano. Fue hasta su oficina a preguntarle si ya había mandado el mail a lo que su Capitana le respondió que “por supuesto, soy sumamente responsable en mi trabajo, detective. A estas alturas ya debería saberlo”. Y era cierto. En el preciso momento que entró en su despacho supo que era innecesaria la pregunta. La nota dejada por ella la tarde anterior había bastado para que su jefa hiciera su trabajo.
Se preparó una taza de café con algo de nostalgia. Hacía unos cuantos días que el escritor no le traía uno. Se quedó pensando unos minutos con la taza en la mano, soplando la bebida humeante. Se dio cuenta que a pesar de haber estado con él hacía solo unas horas ya lo extrañaba. ¡¿Cómo puede un hombre revolucionar toda mi vida de esa forma?!- se reprochó al no poder dejar de pensar en él. Volvió a su escritorio para intentar volver a trabajar. Llamó al laboratorio preguntando si ya tenían los resultados de los análisis toxicológicos. Estarían en unos momentos y se los enviarían por mail. También preguntó a qué hora liberarían la escena del crimen. Les explicó, aunque ellos deberían saberlo, que tenía que ir con la dueña de la casa para que ella pudiese realizar un reconocimiento de las cosas que podrían faltarle y cuanto más rápido, mejor. Si le habían robado algo de valor seguramente estarían tratando de venderlo. Sería una buena pista a seguir. Los del laboratorio le confirmaron que para las 10:00 de la mañana estaría liberada.
Ryan llegó a los pocos minutos. Saludó y preguntó si había alguna novedad sobre el caso. Beckett lo puso al tanto de la charla con Félix y de la respuesta del laboratorio. Esposito, que recién entraba, se unió a la conversación.
-Deberíamos mostrarle a Gina las joyas que usaba la víctima. Necesitamos la confirmación de que son de ella. Sólo tenemos los que nos dijo Castle en la escena del crimen…- dijo Javi
-Sí. Tienes razón, Espo. En un rato se las llevaremos a lo de Castle. También hay que llevarla a su casa para que revise si falta algo, así que haremos todo junto.- contestó la detective tratando de disimular la emoción que tenía por verlo.
-Ok. Voy a buscar las joyas a evidencias.- dijo Ryan dirigiéndose al ascensor.
Sonó el teléfono en el escritorio de Esposito. Era de la compañía telefónica avisándole que ya le habían mandado un mail con el código de rastreo del móvil de Margarita. Javi les agradeció por la pronta respuesta, a lo que le respondieron que no podía ser de otra manera después de leer el correo que le había mandado la Capitana Gates, donde le sugería a la empresa que no se tardara demasiado, sino se vería obligada a detener al presidente del directorio por obstruir una investigación policiaca. Espo, le contó a Beckett riéndose por lo de Gates, mientras buscaba el código para llevárselo a los geniecitos de comunicaciones para rastrear el móvil.
-¡Perfecto! Encárgate de eso Javi. Encontrar ese teléfono puede darnos información muy importante sobre el último día de Margarita. Yo iré con Ryan a lo de Castle a llevarle las joyas a Gina. Esposito sonrió guiñándole un ojo y dijo:
-¡No te aguantas sin verlo ¿No?!
-No es una visita social, Esposito. Es por trabajo.- contestó seria.
-¡Como tú digas, jefa! Te mantendré al tanto de lo del teléfono.- Javi no pudo evitar sonreír mientras se iba.
Beckett revisó el mail del laboratorio. No había rastros de drogas. Lo único que la víctima parecía haber consumido era alcohol. Unas cuantas copas, al parecer. El nivel en sangre era de 1.8 g de alcohol por litro, lo que supone una borrachera interesante, no lo suficiente como para dejarla inconsciente, pero si lo bastante como para hacer alguna locura; por ejemplo, dejarse atar de pies y manos y disfrazarse de Gina con una media en la cabeza. No se había encontrado ninguna botella o copa en el lugar, por lo que se suponía que el asesino se había llevado todo junto con la soga que usó para matarla, o bien podría haber ingerido alguna bebida en algún otro lado.
Todavía había muchas preguntas y pocas respuestas, así que no quedaba otra que seguir investigando. Ryan volvió y le entregó a Beckett las huellas que se habían encontrado en la casa. Esposito, al tomarle declaración a Gina, también le había tomado las huellas para después poder descartarlas del lugar del hecho más adelante. Javier tenía la particularidad de adelantarse a ciertas situaciones y eso lo convertía en un excelente detective.
-Ya se descartaron las huellas de la dueña de casa y las de la víctima. Solamente se encontró una huella parcial desconocida en el marco de la puerta de salida.- dijo Ryan mirando a su jefa con algo de desanimo –Pero no creo que sea suficiente para identificar a alguien.
-No importa. Algo es algo…- se quedó pensando unos minutos y tomó el teléfono para hablar con Lanie.-
-¡Hola amiga! ¡Buen día! ¿Lista para trabajar?- preguntó la joven detective.
-¡Hola Kate! ¡Se te escucha muy bien, amiga! ¿Tienes alguna novedad interesante que contarme?- Lanie sonaba divertida.
-¡Yo no, pero quizá tú si tengas algo para mí!
-¡Eres mala, amiga! ¡Está bien! De todos modos no sé si quiero saberlo…- soltó un suspiro. -¿En qué puedo ayudarte, Kate?
-Dime Lanie…según tu experiencia como forense, las ligaduras de pies y manos ¿te parecieron parte de un juego sexual o más bien crees que fue para inmovilizarla y matarla con mayor facilidad?
-Según mi experiencia…profesional…-soltó una risilla y continuó:-…yo creo que era parte del juego. Cuando le saqué las sogas, noté que no estaban demasiado ajustadas. Apenas tenía marcas en los tobillos y muñecas. Si hubiese querido podría haberse soltado con facilidad.-
- Lo suponía. A mí también me pareció que las ataduras estaban flojas… ¡Gracias por tu ayuda, Lanie! Nos hablamos luego.
-¡Por nada, Kate! ¡Avísame si necesitas algo más!
-¡Ok! ¡Adiós!- colgó el teléfono y le hizo señas a Ryan para que se acerque.
-Iremos a lo de Castle a llevarle las joyas a Gina y después la llevaremos a su casa para que realice un reconocimiento.-
-Agarro el saco y te alcanzo, Beckett.-
Kate llamó al escritor a su móvil para avisarle que estaba en camino. Estaba apagado y entraba directamente a la casilla de mensajes. Cortó y llamó al teléfono de línea. Ocupado. -¡Maldita sea!- dijo en voz alta y volvió a llamar al móvil. Otra vez la casilla. Dudó un segundo para dejarle un mensaje, pero no le encontró ningún sentido, ya que estaba yendo para allá, así que cortó otra vez. Ryan subió al auto y ella arrancó. Le pidió a su compañero que siguiera intentando con los teléfonos, pero no pudo comunicarse tampoco. Castle recibiría, entonces, una gran sorpresa.
***
Dormía plácidamente en su habitación hasta que su pacifico sueño fue interrumpido por una voz femenina bastante familiar.
-¡Richard, dulzura! ¿Estás dormido?- preguntó Gina entrando en su cuarto sin esperar respuesta.
-Mmññ… Sí… lo estoy… profundamente… al borde de la inconsciencia… No molestes ¿Quieres?- contestó poniéndose la almohada sobre la cabeza.
-¡Vamos, Rick! ¡Despierta! Necesito usar tu baño… ¡No sé qué pasa con el otro! No sale bien el agua y necesito ducharme…- dijo sentándose en el borde de la cama y agregó -No te molesta ¿Verdad?-
-En realidad si me molesta… pero no tengo otra opción ¿no?- se incorporó como para levantarse y siguió: -Déjame al menos lavarme la cara y los dientes- su fastidio era más que evidente.
-¡Gracias, Rick! ¡Te serviré una taza de café mientras tú te aseas!- Gina seguía hablando mientras salía de la pieza en dirección a la cocina. El escritor se levantó de mala gana, se puso la bata y se dirigió al baño. Se tiró abundante agua en la cara para despertarse un poco, se lavó los dientes y se peinó un poco el cabello con los dedos. No dedicó demasiado tiempo en su peinado ya que después de Gina le tocaría bañarse a él. Salió rumbo al living donde lo esperaba su ex con una humeante taza recién servida.
-¡Estaré en el baño! ¡No me extrañes!- dijo Gina saludando con la mano.
-¡No lo haré, no te preocupes!- contestó el escritor en voz baja, mientras observaba a su madre pasearse con el teléfono en la oreja charlando a cuatro voces con una amiga. Le hizo un ademan con la taza a su hijo, el cual entendió perfectamente cuál era su significado. Tomó la cafetera y le rellenó la taza. Martha le agradeció moviendo los labios exageradamente y volvió a su habitación para continuar con la charla.
-¡Al fin! ¡Silencio! Perfecto silencio…- pensó mientras saboreaba su café sabiendo que duraría muy poco. Por supuesto, su mente pensó exclusivamente en Beckett y en las ganas que tenia de verla. Moría por besarla cada vez que la veía, casi sin poder contenerse.
El timbre lo devolvió a su departamento, bajándolo de un golpe de su nube esponjosa. Se levantó en dirección a la puerta y la abrió.
-¡¿Beckett?! ¡¿Ryan?! ¿Qué hacen aquí tan temprano?- preguntó sorprendido. Recordó a Gina en su baño y se puso un poco nervioso. Estaba completamente seguro que a Kate no le haría mucha gracia verla salir de su habitación en bata… Sobre todo, teniendo en cuenta que él también estaba en bata. Definitivamente, no se vería bien. Así todo trató de disimular.
-Tenemos que hablar con Gina. Tiene que reconocer las joyas que tenía margarita.- dijo Beckett entrando al loft.
-¡Te estuvimos llamando desde que salimos del precinto! Tu móvil estaba apagado y el de línea ocupado todo el tiempo. Quizá deberías hacerlo ver…- Ryan palmeó un hombro del escritor cuando entraba.
-¡Debo hacer ver a mi madre! ¡Hace horas que está hablando!... Adelante, detectives. Gina se está bañando- dijo tratando de evitar la mirada de Kate. –Les serviré una taza de café mientras la esperan.
-Gracias, Castle.- dijo Beckett con una sonrisa. De verdad la ponía muy feliz que Rick le sirviera café. Era un gesto tan simple, tan dulce, que la detective lo valoraba como al mayor de los tesoros. Él también sonrió mirándola con verdadero amor.
-Gracias.- Ryan recibió la taza y dijo:-En un rato podemos ir con Gina a su casa. Debe fijarse si falta algo de valor. No va a ser fácil, pero lamentablemente no tiene otra opción.-
-Ya se lo expliqué ayer. Dijo que no tenía problema en ir…- Richard, recordó que le había prometido a su ex que la acompañaría, pero decidió permanecer en silencio. Los dos detectives lo pusieron al tanto sobre la nueva información que tenían sobre el caso. Castle escuchó atentamente cada detalle mientras sacaba sus propias conclusiones. Entre tanto, Gina salía de la habitación del escritor con sólo una bata puesta. Se hizo un silencio sepulcral y todas las miradas se dirigieron a la ex de Rick.
-¡Ups! ¡Perdón! ¡No sabía que teníamos visitas! ¡Rick, ¿Por qué no me avisaste? No hubiese salido así del baño… - dijo fingiendo un poco de vergüenza.
-No me di cuenta… perdón. Los detectives quieren mostrarte las joyas que tenía Margarita…-
-¡Me cambio y enseguida estoy con ustedes!- Beckett la siguió con la mirada hasta que desapareció. Después clavó sus ojazos verdes en los del escritor. Castle se sintió intimidado…
-Kate, te aseguro que no es lo que estas pensando…-
-Y ¿Qué crees tú que yo estoy pensando, Castle?- el escritor sintió el filo de su mirada sobre él, cortándolo al medio. Ryan se había alejado un poco, tratando de disimular lo incomodo que se sentía por la situación. Para alivio de él, Martha se acercaba con una sonrisa para saludarlo.
-Créeme, Kate. Hay una explicación para esto…- Rick trató de agarrarle la mano. Ella lo esquivó.
-Créeme que no tienes nada que explicar.- dejó de mirarlo y saludó a Martha con un abrazo.
Gina se cambió en pocos minutos y se les unió en el living. Se acercó a Rick y le dio un beso en la mejilla. Él, instintivamente trató de apartarse, pero no lo logró.
-¡Gracias, Rick!- le susurró al oído, lo suficientemente fuerte para que la detective escuchara. Castle no pudo evitar mirar a Kate sabiendo que esto empeoraba aun más las cosas. Beckett miró con odio a la publicista. No terminaba de entender lo que pasaba entre Gina y Richard. Mientras que él le aseguraba que todo estaba terminado entre ellos, toda esta situación que se había presentado desde que llegó al loft, la hacían dudar bastante de todo. Se sentía insegura y sumamente estúpida por casi haberse rendido a sus encantos otra vez.
Volvió a concentrarse en su trabajo. Ryan ya le había mostrado las joyas y le estaba comentando que la llevaría a su casa.
-¿Me acompañarás no, Rick? Me lo prometiste anoche…- dijo Gina de forma sugerente. Beckett frunció el ceño y se mordió los labios. Hervía de celos y no podía evitarlo.
-Sí, Gina. Ya te dije que iría contigo.- contestó de mala gana. –Necesito 10 minutos para tomar una ducha. Pueden servirse más café si gustan.- Castle se fue rumbo a su habitación. Kate intentó disimular su bronca y comenzó a preguntarle a Gina sobre la vida amorosa de Margarita. La publicista le contó que su empleada nunca se lo presentó oficialmente, pero que estaba segura que estaba noviando con un joven de unos 27 o 28 años. Su nombre era Michel McDowell y trabaja para una fundación que se encarga de ayudar a niños con HIV en la que ella y Castle hacen donaciones. Conocieron a la fundación por intermedio de Margarita y ella les presentó a Michel.
-¿Sabes qué tan seguido se veían?- preguntó la detective.
-Bastante. Te diría que tres o cuatro veces a la semana pasaba a buscarla y la acompañaba al centro comunitario donde daba asesoramiento. Pero últimamente estaba viniendo más seguido y más temprano que de costumbre.- El móvil de Beckett sonó interrumpiendo el interrogatorio. Era Esposito informándole que ya habían hallado el celular y estaba en el laboratorio siendo examinado. En un rato tendrían la información del chip y la tarjeta de memoria. Kate le contó a Ryan de la llamada. Luego, le comunicó que él se encargaría de llevar a Gina y ella se iría al precinto con Javi a trabajar con la información del teléfono. Así podría ahorrarse el mal trago de tener que soportar a la Srta. Cowell tirándole indirectas a Castle todo el tiempo. Tenía la excusa perfecta para escapar de ahí sin tener que verlo de nuevo. Saludo a todos y se fue rápidamente a la comisaría.
Castle salió de la habitación. La elegancia que lo caracterizaba para vestirse no pasaba nunca desapercibida por las mujeres. Mucho menos para su ex, aunque su intención, claramente, fuera deslumbrar a su musa.
-Mmm… ¡Qué guapo estás, Rick! ¿Otra vez ese perfume…? ¡Está comenzando a gustarme!- dijo Gina de forma insinuante cuando él volvió al living.
-¿Dónde está Beckett?- le preguntó a Ryan.
-Esposito le avisó que habían encontrado el móvil. Se fue de inmediato al precinto. Yo los acompañaré a ti y a la Srta. Cowell a su casa. Castle no pudo evitar mirar a Gina frunciendo el ceño.
-Está bien. Cuando quieras…- le dijo acercándose a la puerta.
***
Beckett se reunió con Esposito en el laboratorio para ver cuánto habían avanzado. El aparato estaba bastante deteriorado. Apareció en un conteiner de basura en un callejón a unas 10 cuadras del lugar del hecho. Pudieron recuperar las llamadas, pero nada lograron con las fotos. Encontraron huellas parciales. Mayormente pertenecían a la víctima, pero había otra desconocida. Éste pedazo de huella tenía una particularidad: era exactamente igual a la encontrada en el marco de la puerta de Gina. Esto sorprendió a los detectives ya que era prácticamente imposible hallar la misma parte de una huella en dos lugares diferentes. Ambos se miraron desconcertados al comparar las impresiones.
No tenía lógica alguna así que pasaría a formar parte de la lista de interrogantes con la que contaban los investigadores. La detective le contó sobre la posible relación sentimental con Michel McDowell. Esposito dijo que se encargaría de investigarlo en cuanto terminaran con las llamadas. Se dividieron el registro de números obtenidos y sin más demora se pusieron a investigar a quien pertenecía cada uno. Después de un rato se reunieron para intercambiar información.
-Yo tengo 2 perdidas del móvil de McDowell a las 9:30 y a las 11:00. Una de la fundación Elizabeth Glaser Pediatrics Aids. Raro que la fundación abra un domingo ¿no?- un gesto de extrañeza se dibujó en el rostro de Javi, quien había levantado la vista del papel un segundo para mirar a Beckett. Luego, prosiguió:
-Tengo 3 más, también perdidas de la casa de la madre de la víctima, a las 22:00, 22:10 y 22:35 2 del hotel Santa Rita, a las 23:02 y a las 23:50; 4 de un teléfono público a dos cuadras de lo de Gina 22:40, 22:55, 23:00 y 23:10. ¡Parece que el teléfono no paró de sonar en todo el día!-
-Espera. ¡Aun hay más!- Kate agarró su lista y comenzó - Estas fueron las llamadas que sí atendió: tengo 3 de un teléfono de línea con característica de NY, registrado a nombre de McDowell a las 12:00, 14:00 y a las 19:00. Una llamada de Gina a las 15:45, seguramente la que realizó desde el aeropuerto para avisar de su regreso. Dos más de McDowell, pero esta vez desde su móvil a las 18:00 y a las 21:00. Y por último tengo las llamadas que realizó ella; dos al celular de McDowell una a las 11:10 y otra 18:15 y una a la casa de su madre a las 15:53. Si Félix nos dijo la verdad, esa llamada, probablemente haya sido para suspender la clase con sus hermanos.
-¡Puff! ¡Lo dicho! ¡Ese teléfono estuvo al rojo vivo!- comentó Espo - ¿Las del hotel Santa Rita serán de Félix? Tendría una coartada para la hora del crimen…-
-Puede ser. Debemos averiguar quien llamó desde el teléfono público… ¿Roberto, quizá? También tendría una coartada… - Beckett se quedó pensando un segundo, -Félix dijo que Roberto había pasado por lo de Gina cuando no se pudieron comunicar con Margarita… Llama a los del laboratorio para que tomen huellas del teléfono público de inmediato. Yo trataré de comunicarme con Félix al hotel. Tenemos que, además de hablar con los dos hermanos, tomarles las huellas. – dijo la detective.
-No va a ser fácil con los hermanos… Quizá Castle pueda darnos una mano…- Javi la miró de reojo intentando no sonreír.
-Sí… quizá. Todo depende del tiempo libre del que disponga. Se lo vio muy ocupado atendiendo a su huésped.- contestó frunciendo un poco el entrecejo.
Llamó por teléfono al Motel pidiendo por la habitación 11. Le transfirieron la llamada y Félix atendió.
-Hola ¿Quién habla?- preguntó algo nervioso.
-Félix, soy la detective Beckett. Tengo nueva información sobre el homicidio que podría llegar a exonerarlos a los dos, pero necesito hablar contigo y con Roberto, hoy sí o sí. Cuanto antes mejor.-
-¡Mi hermano está muy asustado, detective! ¡Yo intenté convencerlo de hablar con usted, pero no confía en nadie!-
-Félix, escúchame. Si no puedo tomarles declaración para terminar de encajar las piezas, no podré ayudarlos y pasaran a ser sospechosos. ¡Por favor, Félix! Tienes que hacer entrar en razón a tu hermano.-
-¡Le prometo que lo convenceré, Srta. Beckett! ¡Perdón, quise decir Sra.!-
-Srta. o detective, Félix.- dijo secamente. – Te dejo mi celular. Llámame en cuanto sepas algo de Roberto.-
-¡Sí, detective! ¡La llamaré lo antes posible!
Mientras Beckett hablaba con Félix, Esposito comenzó a investigar a Michel McDowell. No tenía antecedentes, sólo unas multas por mal estacionamiento y exceso de velocidad. Trabajaba en la fundación hacía ya 5 años. Vive en la ciudad desde hace 10 años, paga sus impuestos y últimamente también estaba colaborando con la residencia de ilegales. Parecía estar limpio, pero de todos modos debían interrogarlo ya que había sido el último en hablar por teléfono con la víctima. Además tenían que preguntarle por su supuesta relación con Margarita.
-Iré a buscar a McDowell a la fundación y lo traeré para tomarle declaración.- le dijo Esposito a Beckett.
-Probablemente esté en su hora de almuerzo. Ve a comer algo tú también. Después puedes ir a buscarlo.
-Tienes razón. Es hora de almorzar y tengo mucho hambre ¿Vienes?- preguntó acariciándose la panza.
-¡No. Gracias! Aprovecharé mi hora de almuerzo y entrenaré un poco en el gimnasio del precinto. ¡Nos vemos en un rato!- dijo Beckett dirigiéndose al ascensor.
Se cambió rápidamente y comenzó a estirar un poco los músculos para no lastimarse. Después se vendó las manos, se calzó los guantes de box y comenzó a pegarle a la bolsa con todas sus fuerzas imaginando a Gina en cada puñetazo y a Castle en cada patada. Paraba solamente cuando le faltaba el aire. Sabía que le estaba exigiendo mucho a su cuerpo de golpe, pero se sentía renacer con cada encuentro con la bolsa. Estuvo más de media hora haciendo catarsis. Estaba exhausta. Ya era hora de darse un buen baño.
***
Castle y Ryan volvieron al precinto después de llevar a Gina al Loft. Habían estado examinando la casa y no se robaron nada de valor. Sólo le faltaban unas imitaciones que la publicista tenía en su casa, las verdaderas estaban seguras en la caja de seguridad de un banco. Esposito llegó justo atrás. Los puso al tanto del avance del caso con la lista de números telefónicos que habían recuperado del móvil.
-Tenemos que ir a buscar a Michel McDowell a la fundación. Beckett se comunicó con Félix para tratar de convencerlo para encontrarse con él y con Roberto. Está esperando que le conteste.
-Recuerdo a Michel. Margarita nos lo presentó a Gina y a mí como intermediario para realizar las donaciones a la fundación. McDowell conoció a Margarita hace un tiempo atrás cuando ella necesitaba ayuda para un niño mexicano que tenía sida y no conseguía la atención adecuada para su situación. La fundación actuó de inmediato y eso nos terminó de convencer para colaborar con ellos.
-Él fue el último que hablo con la víctima, así que tendrá que explicarnos un par de cosas…- dijo Espo.
-Y… apropósito… ¿Dónde está Beckett? ¿Se fue a almorzar?- preguntó el escritor mirando hacia todos lados buscándola.
-No. Está aquí, en el gimnasio. ¿Vienes con nosotros, bro?- le preguntó Javi a Castle.
-No. Prefiero esperar a Kate. Por si llama Félix…- disimulo.
-¡Buena idea! Nos vemos luego.- dijo Ryan.
Castle esperó a que se fueran y se dirigió al gimnasio. No había nadie. De pronto una agente salió del vestuario.
-¡Hola! Disculpa… ¿has visto a Beckett?- preguntó con una gran sonrisa.
-¡Hola Sr Castle!- lo saludó alegremente la señorita. -La vi entrar en la ducha hace un rato.
-¡Gracias! ¡La esperaré aquí!- por supuesto que no la esperaría afuera. Todavía no sabía cómo pero de alguna manera se las ingeniaría para escabullirse en las duchas.
-No queda nadie más que ella ahí adentro.- dijo la joven agente en voz baja guiñándole un ojo. Castle sonrió y le agradeció nuevamente ingresando al vestuario. Se dirigió hacia donde estaba el agua abierta y espero unos segundos parado enfrente de la cortina. Kate cerró el agua, se escurrió el pelo y sacó la mano afuera de la ducha buscando la toalla que estaba colgada de un gancho. No lograba encontrarla. El escritor la tenía en sus manos. Beckett abrió bruscamente la cortina y pegó un grito entre cortado.
-¡Maldito seas, Castle! ¡Vas a matarme de un susto! ¡¿Qué diablos haces aquí?!- preguntó furiosa mientras se cubría con la cortina.
-¡Te dije que te haría cambiar de opinión con respecto a las duchas…!- le contestó con su hermosa sonrisa.
-Eres un idiota… ¿Quieres darme la toalla y largarte de aquí para que pueda cambiarme?-
-Te la daré si me escuchas un momento… quiero explicarte lo de esta mañana con Gina.-
-¡¿Y no pudiste elegir mejor momento?! ¡Podrías haber esperado a que esté sentada en mi escritorio con algo de ropa encima!-
-¡¿Y perderme la oportunidad de verte desnuda en una ducha otra vez?! ¡Ni loco!- Castle levantó las cejas con una enorme sonrisa.
-Ya te dije que no tienes nada que explicarme así que, por favor, quiero mi toalla.-
-Te oí. Ya sé que no tengo ninguna obligación de contarte lo que pasó, pero quiero hacerlo. Ahí está la diferencia. Así que escucha: No sé por qué demonios no funcionaba el agua en el baño de huéspedes, entonces Gina vino a despertarme porque necesitaba bañarse. No me vestí porque después de ella tendría que entrar yo a ducharme, por lo que no le encontré sentido. Y justo llegaste tú. Sé que no se vio bien toda la situación de “yo estando en bata y Gina saliendo de mi habitación también en bata”. Pero tienes que creerme, todo fue una serie de eventos desafortunados.-
-Ok. Ya te escuché y puedes hacer lo que te plazca con tu vida. Ahora quiero mi toalla y es la última vez que te lo digo.- Kate trató de mostrarse severa, aunque se moría de ganas de desvestirlo y meterlo adentro de la ducha. Castle agarró la cortina y la abrió de un tirón arrancándosela de la mano a ella. La recorrió con la mirada, de abajo hacia arriba, lentamente hasta llegar a sus ojos. Se acercó muy despacio y la envolvió con la toalla, abrazándola, aprisionándola entre sus fuertes brazos.
- ¿Me crees, Beckett?- le dijo muy próximo a su boca.
-Suéltame, Castle. No empieces con tus jueguitos de galán seductor.- el escritor se acercó a su oído y le susurró:
-Pídeme que me vaya y lo haré… - le besó el cuello y sintió como su pulso aumentaba. Beckett tomó aire, trago saliva y le dijo:
-No… debemos estar… aquí.- fue lo único que atinó a decir. Castle la besó apasionadamente soltando la toalla para agarrarla de la cintura. La giró apoyándole la espalda desnuda sobre los fríos azulejos. Comenzó a darle besos en el cuello, la mordía suavemente. Volvía a besar sus labios, a morder su lengua, a saborearla. Beckett le saco chaqueta a los tirones y empezó a desabrocharle la camisa mientras le acariciaba su ancho pecho con locura. El escritor se separó unos centímetros de su boca y comenzó a bajar su mano por su rostro, acariciándola. Empezó por sus labios. Ella le mordió suavemente uno de sus dedos sonriendo. Él no dejaba de mirarla. Continuó bajando lentamente por el cuello hasta llegar a sus senos. Le rozó uno de sus pezones con el pulgar, sintiendo como se ponía aun mas erguido. Luego, lo besó atrapándolo muy despacio entre sus dientes, jugueteando con su lengua. Beckett respiró hondo ahogando un gemido. El escritor hizo lo mismo con el otro pezón, solo que esta vez lo apretó suavemente con sus dedos mientras su boca se dedicaba a morderle el lóbulo de la oreja. Ésta vez, ella no pudo hacer más que regalarle un hermoso gemido en el oído al escritor. De pronto, escucharon voces. Alguien había entrado al vestuario. Los dos se separaron abruptamente y quedaron mirándose en silencio.
-¡Tienes que irte! ¡Ahora, ya! ¡No nos pueden encontrar aquí, Castle! ¡Puedo tener muchos problemas con mis superiores!- Beckett le susurraba a los gritos (¡si es que esto es posible!) con sus ojazos verdes abiertos de par en par.
-¡Lo sé! ¡Lo sé! ¡No te preocupes! ¡Nadie sabrá nunca que estuvimos aquí!- Agarró su chaqueta del piso. Estaba empapada. Por suerte no se había terminado de desvestir, sino estaría envuelto en un problema aun mayor. Esperó a escuchar cómo se metían a las duchas y salió escabulléndose como si fuera un ladrón. Hizo dos pasos y volvió para atrás. Le estampó un beso y le dijo:
-¡Te prometo que terminaremos esto más tarde! Te veo en tu escritorio.- Beckett se quedó en silencio aun tratando de entender lo que casi había sucedido en la ducha. Todavía estaba tan acalorada que decidió bañarse de nuevo. Realmente su cuerpo lo necesitaba.
Castle logró salir del gimnasio sin que nadie lo viera. Apenas podía sacarse el recuerdo de Kate en la ducha. Sacudió la cabeza. A él también le hubiese venido estupenda una ducha helada, pero era un lujo que no se podía dar. Empezó a pensar en pavadas para despejar su mente y relajar su cuerpo. Pensó en su madre haciendo payasadas, por ejemplo. Se le ocurrió, entonces, llevar el saco a la tintorería antes de que empezaran las preguntas embarazosas. Al salir del negocio sintió su móvil vibrar en el bolsillo. Lo miró para ver quien llamaba. El número estaba bloqueado.
-Hola ¿quién habla?-
-Soy yo, Sr. Castle.- al escritor se le congeló la sangre al reconocer la voz. –Imagino que todavía me recuerda ¿No?- dijo el hombre al otro lado del teléfono.
-Por supuesto ¿Qué es lo que quiere?- inquirió. Aunque realmente no quería saber la respuesta…
-Para ser un escritor exitoso tiene poca imaginación, Castle. Lo llamo porque usted aparentemente no está cumpliendo con su parte del acuerdo. El lunes muy temprano Beckett fue a la casa de Montgomery y ellos lo saben. Entienda, Castle, sabrán cada movimiento que ella realice con respecto al todo el caso. Tienen todo muy bien estudiado y usted no está haciendo lo suficiente para alejarla.
-Créame que lo intento, pero Beckett no es una mujer fácil y usted lo sabe.- contestó Richard ofuscado.
-Ellos también lo saben. Ésta vez me advirtieron a mí, la próxima no sé lo que puede pasar… Se lo repito una vez más, Castle. Aléjela lo más posible de esto o ya sabe cómo termina todo. Es por su propio bien.
-¡Le juro que hago todo lo que está a mi alcance!- el escritor comenzaba a sonar desesperado.
-Imagino que sí, pero al parecer no es suficiente. Adiós, Castle. Espero no tener que llamarlo de nuevo.- Rick, cortó la comunicación y se guardó el teléfono. Estaba realmente asustado. No sabía que mas hacer para mantenerla a salvo. –Espera un momento, Rick…el hombre dijo que había pasado por lo de Evelyn el lunes por la mañana. Lo que significa que actuó por impulso después de la pelea del domingo… todavía estaba furiosa conmigo…- se decía a si mismo en voz alta, como si fuese un loco, mientras caminaba de vuelta al precinto. –todavía tengo una chance de que abandone… es lo único que me queda pensar... ¡No puedo rendirme justo ahora! - . Apuró el paso para reunirse con ella mientras pensaba de qué manera continuaría con todo esto. No había decidido aun si le contaría lo del llamado. De enterarse, seguramente, brotaría en cólera otra vez pidiéndole que se aleje de ella y que la deje vivir su vida como le parezca; pero, por otro lado, el quedarse callado, sería algo parecido a empezar con la mentira de nuevo.
-¡Maldita sea! ¡¿Podría el mundo alguna vez no complotarse contra nosotros dos?! ¡Cada vez que estamos a punto de estar juntos, de ser verdaderamente felices, siempre sucede algo que lo arruina!- se decía a si mismo sumamente desanimado. Tendría que ser muy cuidadoso con cada paso. El frágil castillo de naipes que precariamente había levantado para proteger a su princesa a lo largo de los últimos días, corría grave peligro de derrumbarse con un simple soplido. Pero eso no lo detendría. No lograría pararlo de ninguna manera.
Continuara…
Bueno, deseo de verdad que la espera haya valido la pena! Muchas gracias por leer y comentar!!! Ojalá que les haya gustado! Espero no haber enredado mucho el relato con el caso policial! Aguardo con ansias los nuevos comentarios, críticas y sugerencias (muero por leerlos siempre) Saludos y hasta la próxima!!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Wowww....quiero una escena asiiiiiii en castle
Me ha encantado todo el capitulo,perfecto
Mil gracias por continuar
Me ha encantado todo el capitulo,perfecto
Mil gracias por continuar
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Por fin! Al menos SÍ que nos lo has recompensado...capitulo largo e intrigante al maximo...y ¡Como se te ocurre dejarlo asi! ¿Se lo dira Castle a Beckett? ¿Como reaccionara? ¿Que pasara entre ellos? POR FAVOR CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
¡Qué bien! No te haces una idea de las ganas que tenía de un nuevo capítulo, muchas gracias. Fabulos como siempre, te superas.
Continua pronto...
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
OHH!! jajajaja casi los pillan jejejejejee
Continua prontooooooooo
Continua prontooooooooo
carly becket- Policia de homicidios
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
oohh, que bueno, estupendo, maravilloso, perfecto!
entre las duchas y los aseos me dan ganas se hacerme poli
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choleck- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Leer un capítulo tuyo me encanta porque parece de lo más real, es como si estuviera viendo un capítulo de la serie. El caso policial resulta intrigante y no enrede el relato, al contrario, lo hace más interesante.
Estoy empezando a pensar que Gina no va a parar hasta que no vea que Kate ya no está en la vida de Castle, porque a insistente no le gana nadie, el pobre Castle ya no sabe que hacer con ella. A ver si se calma un poco y deja de poner celosa a Kate.
El momento ducha de Kate me encanta, Castle tuvo una idea estupenda para abordarla y poder hablar con ella y al final la situación se caldeó demasiado jaja
Me encanta este capítulo, desde luego la espera ha merecido la pena
Estoy empezando a pensar que Gina no va a parar hasta que no vea que Kate ya no está en la vida de Castle, porque a insistente no le gana nadie, el pobre Castle ya no sabe que hacer con ella. A ver si se calma un poco y deja de poner celosa a Kate.
El momento ducha de Kate me encanta, Castle tuvo una idea estupenda para abordarla y poder hablar con ella y al final la situación se caldeó demasiado jaja
Me encanta este capítulo, desde luego la espera ha merecido la pena
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Echaba de menos uno de tus capítulos Me ha gustado mucho! Esa escena en las duchas ha sido muy Hot A ver que hace Castle ahora...
Sigue pronto!!!
Sigue pronto!!!
cris_beckett- Autor de best-seller
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Por fin capítulo nuevooooo, y que capítulo... Pero ahora se separan de nuevo? Qué Kate entienda el peligro que correeeee
Síguelo porfiiiii
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silvanalino- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Sigueeeeeeeee, me ha gustado mucho este nuevo capítulo.
Yaye- Escritor - Policia
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Fanny_123- Autor de best-seller
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Mil gracias por leer y comentar!!!! Realmente valoro mucho a tod@s los que se toman el tiempo para hacerlo y esa es una de las cosas que me más motiva a la hora de escribir. Ya estoy metida de cabeza con el próximo capi. Espero que el trabajo me deje un poco de tiempo (y de cerebro) para terminar lo antes posible. Saludos!!!!!
Ahora que tengo un tiempito puedo personalizar las gracias:
Yo también quiero una escena así!!!!!! Mil Gracias por leer y comentar siempre Teresita_yocastle$$NYPD!!!!
La intriga es fundamental… jajaja! Lo único que te puedo adelantar es que viene complicado el asunto… Muchas Gracias por leer y comentar siempre AlwaysSerenity!
Muchas gracias Skyscraper por leer y comentar siempre!!!!
Jajaja!!! Caaaasi!!!! Muchas gracias por leer y comentar siempre carly becket !!!
Jajaja! Siiii!!!! A mí también!!! Pero solamente si tengo un compañerito como Castle!!!!!! Muchas gracias choleck por leer y comentar siempre!!!!
DA-LEEEEEEE!!! Jajajaja!! Gracias por leer y comentar siempre Fanny_123 !!!!
Ahora que tengo un tiempito puedo personalizar las gracias:
Teresita_yocastle$$NYPD escribió:
Wowww....quiero una escena asiiiiiii en castle
Me ha encantado todo el capitulo,perfecto
Mil gracias por continuar
Yo también quiero una escena así!!!!!! Mil Gracias por leer y comentar siempre Teresita_yocastle$$NYPD!!!!
AlwaysSerenity escribió:
Por fin! Al menos SÍ que nos lo has recompensado...capitulo largo e intrigante al maximo...y ¡Como se te ocurre dejarlo asi! ¿Se lo dira Castle a Beckett? ¿Como reaccionara? ¿Que pasara entre ellos? POR FAVOR CONTINUA PRONTO
La intriga es fundamental… jajaja! Lo único que te puedo adelantar es que viene complicado el asunto… Muchas Gracias por leer y comentar siempre AlwaysSerenity!
Skyscraper escribió:
¡Qué bien! No te haces una idea de las ganas que tenía de un nuevo capítulo, muchas gracias. Fabulos como siempre, te superas.
Continua pronto...
Muchas gracias Skyscraper por leer y comentar siempre!!!!
carly becket escribió:
OHH!! jajajaja casi los pillan jejejejejee
Continua prontooooooooo
Jajaja!!! Caaaasi!!!! Muchas gracias por leer y comentar siempre carly becket !!!
choleck escribió:
oohh, que bueno, estupendo, maravilloso, perfecto!
entre las duchas y los aseos me dan ganas se hacerme poli
Jajaja! Siiii!!!! A mí también!!! Pero solamente si tengo un compañerito como Castle!!!!!! Muchas gracias choleck por leer y comentar siempre!!!!
Estoy en eso! Gracias por leer y comentar siempre castle&beckett..cris !!!!castle&beckett..cris escribió:
Sigueeeee
Muchas gracias!!!! Parece que la escena de las duchas fue bien recibida! Me alegro mucho!!!! Gracias por leer y comentar siempre cris_beckett !!!cris_beckett escribió:
Echaba de menos uno de tus capítulos Me ha gustado mucho! Esa escena en las duchas ha sido muy Hot A ver que hace Castle ahora...
Sigue pronto!!!
Estoy en eso compatriota! Muchas Gracias por leer y comentar!!!silvanalino escribió:
Por fin capítulo nuevooooo, y que capítulo... Pero ahora se separan de nuevo? Qué Kate entienda el peligro que correeeee
Síguelo porfiiiii
Ya estoy en eso!!!! Muchas gracias Yaye por leer y comentar!!!!!Yaye escribió:
Sigueeeeeeeee, me ha gustado mucho este nuevo capítulo.
Fanny_123 escribió:
SI-GUEEEEE!!!
DA-LEEEEEEE!!! Jajajaja!! Gracias por leer y comentar siempre Fanny_123 !!!!
Antes que nada muchísimas gracias!!! Debo decirte que me impactaron tus mensajes (casi al borde del susto!!! Jajaja). Realmente has captado la idea de la historia como si la estuvieses escribiendo vos y tus conjeturas resultan de lo más acertadas! Me encanta!!!!Beckett_Castle_Alba escribió:Leer un capítulo tuyo me encanta porque parece de lo más real, es como si estuviera viendo un capítulo de la serie. El caso policial resulta intrigante y no enrede el relato, al contrario, lo hace más interesante.
Estoy empezando a pensar que Gina no va a parar hasta que no vea que Kate ya no está en la vida de Castle, porque a insistente no le gana nadie, el pobre Castle ya no sabe que hacer con ella. A ver si se calma un poco y deja de poner celosa a Kate.
El momento ducha de Kate me encanta, Castle tuvo una idea estupenda para abordarla y poder hablar con ella y al final la situación se caldeó demasiado jaja
Me encanta este capítulo, desde luego la espera ha merecido la pena
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
woowwww.... que capitulo, lo ame... sobre todo la casi "reconciliación".... y de nuevo tenia que aparecer el Sr. Smith?... nunca pueden estar juntos, aparte de la maldita de Gina, LA ODIOOOO!!!! ... ya la tienes que sacar del loft de Castle, ni Rick la quiere ahi... sigue escribiendo prontooo, pliss
Emily Claire- Actor en Broadway
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Una pena que los interrumpieran en las duchas, espero que la llamada no le quite ganas a Rick de continuar con lo que dejaron como le prometió a Kate jeje
Sigue pronto.
Sigue pronto.
anaforo- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Falta mucho para otro capítulo?
Besoooooo
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silvanalino- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Hola a tod@s! Antes que nada, les agradezco nuevamente por la paciencia!
Acá les dejo el capítulo X. Les cuento que se me fue la mano escribiendo, se me hizo larguísimo y lo tuve que dividir en dos. Primero: porque me falta un cachito para terminar la última parte y segundo: me pareció que iba a ser mas cómodo para leerlo en dos partes que en una sola. Ojalá que lo disfruten!
Capítulo X
Después de recobrar la compostura de su anatomía abajo del agua fría, Beckett salió de la regadera envuelta en la toalla mojada que el escritor había tirado al piso. Agarró otra que estaba en una pila sobre un estante. Mientras se secaba seguía pensando en la irrupción de Rick al final de su baño, no lograba olvidar que casi había profanado las duchas de su lugar de trabajo teniendo sexo con él como si fueran adolescentes en el gimnasio del colegio. Siempre hubo rumores sobre “amoríos” dentro del precinto, pero nunca nada se había comprobado. A Kate nunca le había parecido demasiado inteligente arriesgarse de esa forma, ya que aparte de la vergüenza de ser pillado, habría también alguna sanción disciplinaria. Pero hoy, no parecía importarle nada. Hoy, lo único importante era él; sus fuertes brazos rodeándola, su lengua colándose en su boca, sus azules ojos mirándola con profundo deseo. Kate sacudió la cabeza. Debía pensar en otra cosa si no quería terminar bajo el chorro de agua fría otra vez. El sólo recuerdo de ese episodio todavía le erizaba la piel.
–¡Definitivamente, Castle ha logrado cambiar radicalmente mi opinión sobre las duchas!- se dijo a si misma mientras volvía a la realidad. Ya se había tomado demasiado tiempo y debía volver a trabajar cuanto antes, así que sin demora terminó de cambiarse y volvió a su escritorio.
Echó una ojeada al lugar preguntándose dónde estaría Castle. No lo vio por ningún lado, cosa que la alivió bastante. Supuso que la situación sería algo incomoda, al menos al principio.
Ryan y Esposito no habían vuelto todavía de hablar con McDowell, así que encontrándose sola, se concentró en su trabajo. Tomó la lista con las llamadas del móvil de Margarita y comenzó a ordenarlas en la línea de tiempo de la pizarra.
A los pocos minutos de haber empezado sonó su celular avisando que tenía un mensaje de texto. Al mirarlo, recordó que no lo había revisado al salir de la ducha. Y la verdad es que nadie podría culparla. Lo más lógico, después de lo ocurrido hacía un rato con Castle, es que no pudiese pensar en otra cosa que en él; pero por supuesto que a ella ese olvido le sacudía toda su perfecta estructura, desestabilizando su rutina y se reprochó mentalmente lo fácil que se distraía últimamente con el escritor.
Miró el texto. Era de Evelyn Montgomery diciendo que ya tenía una caja llena con fotografías y que podía pasar a buscarlas a partir de mañana. Ahora se estaban yendo a Washington, a alentar a Evan en una competencia intercolegial. Pasarían la noche allá y volverían al amanecer, así que la invitó a desayunar con ellos. Beckett se quedó pensando. Los sucesos de los últimos días provocaron una revolución interna que la había dividido en dos. No obstante eso, no había prendido la portátil del Capitán para intentar investigar ni una sola vez y ni hablar de las cajas con expedientes a la que ni siquiera les había sacado la tapa.
La conversación que había tenido con su amiga la ayudó a bajar la guardia, permitiéndole a él comenzar a atacar. Toda la persecución seductora que había utilizado Rick estos dos días lograron distraerla, no dejándola pensar en otra cosa que no fuera él; susurrándole al oído en el ascensor todo lo que haría para convencerla, besándola en el auto, y por supuesto lo de recién en las duchas. Y sin que ella tomara verdadera conciencia de ello, poco a poco lo estaba logrando. Kate sentía que no podía resistirse a tenerlo en frente. Había llegado al punto de entregarse a él sin importar el momento y el lugar; cada mirada, cada beso, cada vez que sus manos se posaban en su piel ella perdía toda la autonomía que podía llegar a tener de su propio cuerpo. Richard había adquirido el poder de hacer con ella lo que quisiera cuando quisiera y ya no podía luchar contra eso. Decidió, entonces, posponer indefinidamente su investigación. Todavía no estaba lista para decidirse a abandonarla definitivamente, pero al menos por ahora dejaría todo como está. Trataría de intentar ser feliz de una vez por todas y no tenía oportunidad mejor que permitir que Castle la ayudara. Le mandó un mensaje a la esposa de Montgomery diciendo que por ahora no iba a necesitarlas, pero de todos modos aceptaría la invitación a desayunar para poder devolverle lo que se había llevado.
Después de responder a Evelyn, siguió anotando la data en la pizarra hasta que llegaron sus compañeros con novedades.
-¿Pudieron hablar con McDowell?-
-No. Según nos dijeron en la fundación, nunca cumple un horario fijo.- mientras hablaba Ryan sacó una foto del joven que había obtenido del legajo de empleados y la agregó a la pizarra.
-El último día que lo vieron fue el sábado y le comentó a su secretaria que tendría que viajar a Long Island a visitar a unos posibles nuevos colaboradores.- dijo Esposito
-La secretaria también nos dijo que McDowell seguramente había estado trabajando el domingo por la mañana ultimando unos papeles que necesitaría para su viaje.- Ryan se sentó en el borde del escritorio mirando la foto y continuó: - Intentamos llamarlo al celular pero está apagado o fuera del área de cobertura…pensé que iba a ser más fácil localizarlo.
-Le dejamos nuestras tarjetas para que se comunique con nosotros en cuanto llegue.- Esposito se sentó en una silla enfrente de la pizarra a observar el conjunto de pistas, huellas, fotos y demás información que tenían para resolver el caso.
-¡Lástima! Creí que avanzaríamos bastante hablando con McDowell. Por lo menos sabemos por la llamada realizada el domingo desde la fundación que todavía se encontraba en la ciudad por la mañana- Kate anotó el nombre del joven en la línea de tiempo.
-¿Dónde está Castle? ¿No dijo que esperaría a que Beckett vuelva del gimnasio?- preguntó Ryan mirando a Esposito.
-¡Sí, bro! Insistió en quedarse…- contestó divertido mirando de reojo a Kate, quien se estaba sentando en su silla.
-No lo sé. Cuando llegué aquí no había nadie.- contestó ojeando una carpeta que había sobre su escritorio. No quería mirar a sus compañeros temiendo delatarse con su nerviosismo. Pasó unas cuantas hojas del expediente para disimular y luego dijo:
-Bueno, muchachos. Ordenemos un poco esto ¿Qué es lo que sabemos hasta ahora?- sus compañeros miraron la pizarra y empezaron a organizar las ideas que tenía cada uno para compartirlas con el resto, como siempre hacían.
El transito en la ciudad comenzaba a espesarse como era habitual a las tres y media de la tarde. Castle caminaba dando vueltas sin querer volver aun al precinto. Pensó que antes de regresar debía tranquilizarse un poco, actuar lo más normal posible. No le estaba resultando fácil, por eso seguía dando vueltas. Pasó entonces por la cafetería donde suele almorzar Beckett. Supuso que no habría tenido tiempo para comer nada después del gimnasio, más aun, después del tiempo extra de las duchas que él le había obligado a tomarse, así que decidió comprarle un sándwich para que no estuviera todo el día con el estomago vacío. Al salir, decidió que ya era hora de regresar. Después de todo, se moría de ganas de verla y no tenía ningún sentido seguir deambulando buscando una respuesta que no encontraría.
A los pocos minutos el escritor salía del ascensor mirando en dirección a la pizarra. Recién estaban empezando a desarrollar sus conjeturas cuando se les unió. Esposito lo miró diciendo:
-¿Y tú dónde te habías metido?
-¡Perdón por desaparecer! Es que me agarró hambre y pensé: ¿Por qué no me voy a comer un exquisito Hot dog de los que preparan en la esquina mientras espero a Beckett? Y así fue ¡y estaba exquisito! Pero por desgracia, unas cuantas manchas de mostaza quedaron como recuerdo en mi chaqueta. Tuve que llevarla a la tintorería si es que alguna vez quiero volver a usarla. ¡Amo a esa chaqueta! Tengo unos recuerdos increíbles con ella… - mientras Castle relataba su almuerzo miraba a todos sin detenerse en ninguno en particular, pero esa última frase fue dedicada a Kate y sus profundos ojos se clavaron en ella, provocando que la detective se sonrojara levemente. Rick sonrió con dulzura y extendió el brazo hacía ella con una bolsa de papel que tenía en la mano
-Te compré un sándwich. Sé que hay veces que se te olvida comer… Beckett sonrió tomando la bolsa.
-¡Gracias! ¡Eres una dulzura!- Kate deseó que no se le hubiese escapado ese último comentario. Sus compañeros se miraron divertidos.
-¡Escucharon! ¿No es así, chicos? ¡Me dijo que era una dulzura! ¡Habría que dejarlo anotado en algún lado! ¡Es un día memorable!- Castle bromeó y todos rieron al instante siguió: -¿Qué les parece si preparo unas ricas tazas de café y charlamos sobre el caso?-
-¡Excelente idea!- dijo Ryan. Castle pasó intencionalmente por al lado de Kate que se había sentado para darle un bocado a su emparedado, esbozó una gran sonrisa ladeada y le dijo en un tono apenas audible:
-Te dejaré la boleta de la tintorería… Me parece lo justo después de haberme arrancado la chaqueta en la ducha…- Beckett tragó de golpe abriendo los ojos de par en par sorprendida por el cometario. Después sonrió viendo como él se alejaba. Volvió con una pequeña bandeja con cuatro tazas de café y comenzaron a hablar nuevamente sobre el asesinato, del cual tenían pocas certezas y muchas dudas.
Alrededor de las cuatro de la tarde sonó el móvil de Kate. Atendió de inmediato.
-Detective Beckett- dijo mirando a sus compañeros.
-Hola, detective. Soy Félix Valdéz. La llamo porque mi hermano está aquí en el hotel conmigo. Todavía no está del todo convencido de dejarse ver, pero si vienen ahora con el Sr. Castle no le quedará otra que hablar con ustedes. Le pido, por favor detective Beckett, que no malinterprete a Roberto… verdaderamente está aterrado con que lo deporten y no confía en nadie.- el chico sonaba sincero.
-Está bien, Félix. Saldremos para allá en un momento. Tú sólo procura que Roberto no se marche a ningún lado.-
-Lo haré, detective. ¡No se preocupe! Adiós.
Kate les contó la conversación a sus compañeros. Miró a Castle y le dijo:
-Vienes conmigo ¿No?
-¡Por supuesto!- contestó con seriedad.
-Chicos, vayan al laboratorio a ver si pueden lograr que se apresuren con las huellas del teléfono público. Cuanto antes tengamos las muestras, mejor.- diciendo esto fue caminando hacía el ascensor con Rick a lado.
-Listo, Beckett. Te llamaremos si tenemos alguna novedad.- dijo Javi
El escritor y su musa ingresaron al elevador. Apenas se cerraron las puertas, Kate se acercó hasta donde estaba el escritor, atrapó su rostro con las dos manos y lo beso ardientemente, zambulléndose en su húmeda boca. Él se dejó, completamente entregado.
-¡Mmmm… detective! ¿Intentas matarme?- preguntó frunciendo levemente el entrecejo.
-Intento agradecerte.- contestó antes de hundirse en su boca nuevamente.
-¡Vas a hacer que el corazón se me salga del cuerpo!- Rick le agarró la mano apoyándola sobre su pecho. Sus latidos casi podían oírse. -Tienes idea hacia donde se está dirigiendo toda esa sangre ¿No?- dijo el escritor con una de sus seductoras sonrisas.
-Puedo imaginarme…- contestó ella mordiéndose suavemente el labio inferior. A él lo enloquecía ese gesto tan característico de su amada…La tomó por la cintura besándola. No quería dejar de hacerlo nunca.
-Dime por favor que la llamada de recién fue todo una farsa para poder escaparnos juntos…- Kate rió con la cara de suplica de él.
-¡Ya sabes la respuesta, Rick! Primero el trabajo y después…- se separó del escritor al mismo tiempo que el ascensor llegaba a planta baja. Rick levantó las cejas diciendo:
-Tienes todo perfectamente calculado ¿No?- ella giró la cabeza mirándolo de reojo y sonrió.
-Siempre.- contestó mientras salía del elevador.
Llegaron al hotel donde se encontraban los hermanos Valdéz. Fueron hasta la habitación, golpearon la puerta y esperaron a ser atendidos. El menor abrió y los hizo pasar rápidamente. Roberto se sobresaltó. Félix le explicó porque los había llamado y le pidió por favor que colaborase con ellos para ayudar a esclarecer el crimen de su hermana. Al principió se mostró un poco hostil, pero a medida que iba contando su versión se fue aflojándose poco a poco.
Les contó que apenas su madre le dijo que no se había comunicado con Margarita, Roberto le dijo a Félix que se vaya para el hotel y siga intentando llamarla desde ahí. Estaban seguros de que algo había pasado no sabían bien qué, pero estaban convencidos de que si algo malo había ocurrido, no tardarían en pasar por su casa a preguntar.
Él salió de inmediato hacía la casa de la Srta. Cowell. Tocó el timbre varias veces, pero nadie atendió. Se dirigió entonces al teléfono público para llamarla desde ahí. Estaba preocupado y tenía un mal presentimiento. Llamó también al teléfono de línea de Gina con la esperanza de que lo atendiera, pero en ninguno de los dos obtuvo respuesta. Estuvo intentando llamarla hasta pasadas las 11:10 de la noche. Después se vino a encontrar con Félix aquí y volvieron a llamarla, esta vez, cerca de la medianoche. Sin saber que más hacer, decidieron quedarse ahí escondidos hasta que saber que estaba pasando. Éste lugar es una especie de refugio que utilizan cuando migraciones aparece por el barrio en su habitual “caza de brujas”.
-Ya cuando suspendió la clase tan de golpe mi hermano y yo nos dimos cuenta de que algo no andaba bien. Nunca nos había hecho esto.- Roberto agachó levemente la cabeza.
-Estaba muy extraña últimamente, detective. Se estaba alejando cada vez más de nosotros, su familia.- dijo Félix
-¿Desde hacía cuanto que la notaban extraña?- preguntó Beckett.
-Desde hace unos dos meses más o menos…- contestó Félix.
-¡Desde que conoció a ese tal McDowell! Ese tipo la estaba cambiando. La alejaba de su familia…- dijo Roberto ofuscado.
-¿Tú qué opinas Félix? ¿Crees que tu hermano tiene razón?- preguntó Castle mirando al menor de la familia.
-Sí, Sr. Castle. Sí lo creo. Desde que empezó a tener contacto con ese sujeto nuestras clases se empezaron a espaciar. Empezó a vernos menos, cuando antes nos juntábamos todos con nuestra madre dos o tres veces por semana como mínimo para cenar juntos.
-Un día me preguntó cómo le quedaría el cabello si se lo teñía de rubio. Le dije que tenía un color de pelo maravilloso y sería una verdadera pena que se lo estropeara de esa manera. No necesitaba cambiar nada… era preciosa así como estaba… Ella se enojó conmigo diciéndome que tenía la mentalidad de un cavernícola… En ese momento pensé que estaba loca por ocurrírsele algo así, pero después sentí que ella intentaba cambiar su imagen para poder encajar mejor como ciudadana norteamericana. Su forma de vestir también había cambiado y cada vez tenía menos acento en su pronunciación… Margarita estaba abandonando sus raíces…- Roberto se sentó en la cama, abatido.
-Lo único que no había dejado de hacer es de llamar a mamá todos los días. Supongo que nuestra madre era el lazo que todavía la tenía atada a nuestra familia, a nuestros orígenes… No puedo creer todavía como pudo cambiar tanto…- Félix también se sentó en la cama, junto a su hermano.
Kate y Rick se miraron luego de mirar a los hermanos. Los dos creían que los Valdéz decían la verdad. Los habían notado sinceros en sus relatos. Los horarios de las llamadas fueron bastante exactos y coincidían con los que tenía la detective. Les faltaba solamente el registro de llamadas de la Srta. Cowell y con eso terminarían de cotejar el relato de los hermanos.
-Necesito sus huellas. Así los podré descartar de la escena del crimen.- dijo la detective. Los dos hermanos se miraron con preocupación. Beckett los apuró:-Podemos hacerlo aquí o en el precinto. Ustedes deciden...-
-Está bien… preferimos aquí.- dijo Félix.
-¡Perfecto! Voy a buscar las cosas al auto.- Castle se quedó en la habitación conversando con los muchachos. Los sintió realmente destrozados y estaba seguro de que ninguno podría haberle hecho daño su hermana, pero el tiempo que había trabajado con la policía le había enseñado a no dejarse llevar por lo que la gente dice, sino por la evidencia que se tiene o no en su contra.
La detective volvió a los pocos minutos con una almohadilla empapada en tinta y unas planillas con los espacios delimitados para imprimir las huellas de cada dedo. Tomó las impresiones digitales de los Valdéz y las estampó en el papel. Al terminar les pidió que se quedaran en el hotel hasta que pudiesen comparar sus huellas con las encontradas en la casa de la publicista y en el teléfono público. Se despidieron y salieron en silencio hacía el automóvil de la detective.
-¿Qué opinas, Castle?- preguntó girando la cabeza para mirarlo.
-Creo que dicen la verdad. Se los ve muy tristes…
-Estoy de acuerdo con eso… pero, bien sabes que no nos podemos dejar llevar por las expresiones de sus rostros….-
-Cierto… Igualmente… pensando un poco en lo que dijeron ¿Crees que McDowell le insistía a Margarita para que cambie su forma de vestir, su pelo y demás? Eso explicaría en parte lo de la peluca rubia…- dijo el escritor pensativo.
-Sí… es probable. Si su novio quería que fuese más “norteamericana” lo de la peluca tendría sentido… lo que todavía no entiendo es…- Castle la interrumpió, como de costumbre.
-…lo de la media de nylon en la cabeza.- Beckett sonrió al mirarlo.
-¡Exacto! No le encuentro mucho sentido aun… en realidad todavía existen muchas cosas que no comprendo de este caso…- la detective abrió la puerta del auto y se sentó. El escritor hizo lo mismo.
-Tengo que llevar las huellas al laboratorio y agregar la nueva información en la pizarra. Después podemos tomar algo…- dijo ella con algo de timidez.
-Me encantaría, pero antes debo ir a casa. Tengo que arreglar unas cosas pendientes con mi publicista. Creo que ya es hora que salga del loft… Te diré que haremos: Tú vas al precinto, yo voy a casa y después nos vemos para cenar ¿te parece?-
-Ok. Haremos eso. Te llevaré- una enorme sonrisa se dibujó en sus labios.
Beckett detuvo el auto en la puerta del edificio. Castle sabía que no podía bajarse sin contarle lo de la llamada.
-Escucha, Kate. Hay algo que quiero decirte.- dijo muy seriamente.
-¿Qué sucede?-
-Yo… no sé cómo empezar…- El escritor bajó la vista un instante.
-Por el principio… Castle, estas empezando a asustarme. Habla de una vez.- La expresión de su rostro se iba endureciendo.
-Sé que estuviste con Evelyn Montgomery en su casa el lunes por la mañana.- largó todo de golpe y sin pausa. La cara de la detective se transformo en pura sorpresa y la mirada de él se llenó de tristeza.
-Tú… ¿Cómo lo sabes?- inquirió frunciendo el ceño.
-Porque el amigo del Capitán. Me llamó hace un rato para decírmelo, Kate. Me dijo que yo no estaba cumpliendo mi parte del trato evitando que siguieras investigando. Se comunicaron con él para advertirle que te están observando…- A Beckett se le congeló la sangre. Se lo quedó mirando pensativa. Castle, continuó: -Te lo estoy contando porque no quiero ocultarte más nada, y porque todavía tengo la esperanza que me escuches y entres en razón. Me volvió a asegurar que si te mantengo alejada nada malo va a pasarte.
-Escucha, Rick… - dijo Beckett finalmente. -…No voy a mentirte. El lunes todavía estaba furiosa por todo lo que había pasado la noche anterior, así que me levante a primera hora y llamé Evelyn. Pensé en pedirle todo lo que tuviera en su casa sobre antiguos casos de Roy para ver si podía encontrar algo, pero finalmente me arrepentí y decidí solamente ir a desayunar con ella y con sus hijos.- La detective mintió. Creyó que contarle que se había llevado un montón de expedientes y la portátil del Capitán a su casa, haría que se preocupe aun más por ella y no le encontraba el menor sentido ya que había decidido posponer todo lo relacionado al caso de su madre.
-¿En serio? ¿Vas a abandonar completamente la investigación?- a Rick se le dibujó una sonrisa.
-Al menos lo intentaré, Rick. No puedo prometer aun que nunca más haré nada por descubrir quién está detrás de todo esto. Eso no sé si podré hacerlo algún día, lo único que puedo afirmar es que ahora y gracias a ti me di cuenta que tengo otros caminos para continuar con mi vida.- diciendo esto se acercó lentamente para darle un pequeño beso al escritor.
-¡No tienes idea de lo feliz que me hace escucharte decir esto! ¡Siento un alivio enorme!- su rostro reflejaba su inmensa alegría. –Entonces… ¿nos vemos a la noche y terminamos lo que empezamos en las duchas?- dijo Castle levantando las cejas dos veces.
-¡Por supuesto! Siempre y cuando no haya ninguna novedad importante sobre lo de Margarita…- contestó sonriendo.
-Ok. Avísame si hay algo nuevo sobre el caso o si sabes algo de McDowell.- el escritor abrió la puerta y antes de bajarse se acercó a su boca y le dio un dulce beso en los labios. Bajó del automóvil con una gran sonrisa y una inmensa felicidad.
Beckett volvió al precinto a contarles las novedades a sus compañeros. Estos, a su vez, le informaron que el laboratorio tendría las huellas procesadas en un rato. Kate le pasó la planilla con las huellas de los hermanos Valdés a Ryan.
-Hay que pasarlas por el escáner así las podremos comparar con las del laboratorio.
-Yo me encargo.- dijo Esposito agarrando el papel.
-Gracias. También tenemos que conseguir el registro de llamadas de la casa de Gina.
Ryan levantó la mano como en la escuela: -¡Yo lo pediré!
El teléfono del escritorio de la detective sonó y ella lo atendió al instante.
-Detective Beckett.- dijo al ponerse el auricular en la oreja.
-Detective…Mi nombre es Michel…Michel McDowell. Mi secretaria me acaba de avisar la terrible tragedia…- la voz del joven se quebró. Kate puso el manos libres para que sus compañeros escucharan la conversación.
-Sr. McDowell. Me alegra que llamara. Necesitamos hablar con usted cuanto antes ¿Se encuentra en la ciudad?- preguntó
-No. Todavía estoy en Long Island. Estaré en New York mañana por la mañana. Puedo pasar por ahí y le contaré todo lo que sé… Aun no puedo creer que Margarita esté muerta ¿Qué fue lo paso?
-La encontró la señorita Cowell cuando llegó de viaje. Estaba atada y al parecer fue asfixiada ¿Qué relación tenía usted con la víctima?- la detective no quería darle demasiados detalles.
-Se podría decir que estábamos empezando a tener algo… Ella venía de una relación de muchos años… ¿Cómo decirlo?... bastante… enfermiza y todavía le costaba encarar algo nuevo, pero lo estábamos logrando…- dijo tristemente.
-¿A qué se refiere con “bastante enfermiza”, Sr McDowell? ¿Conoce a su antigua pareja?- inquirió Beckett.
-Sí… lo conozco…- se quedó callado un instante.
-Si lo conoce, dígame su nombre. Podría ser un sospechoso.-
-Es… delicado, detective… Margarita me confesó que ella y su hermano Roberto habían salido durante años… ¿Entiende? Margarita era muy joven y él siempre había tenido un dominio especial sobre ella. Hasta que un día decidió salirse de toda esa aberración y lo dejó. Él, por supuesto, no lo tomó del todo bien. Comenzó a acosarla, la llamaba a toda hora, la seguía cuando salía, incluso llegó a enfrentarme una vez que me vio con ella…Ese tipo estaba loco… un enfermo… No me sorprendería que tuviera algo que ver en todo esto…- Beckett miró a sus compañeros. No podía creer lo escuchaba ¿Cómo Roberto le había ocultado algo tan importante? ¡Había encontrado un móvil para el asesinato y un sospechoso en segundos! Así todo, había algo en el discurso de McDowell que a ella no le cerraba todavía.
-Sr. McDowell, usted sabe que Roberto es adoptado ¿no? No corría la misma sangre por sus venas…-
-¡Aun así, detective! ¡Los criaron juntos como hermanos! Es asqueroso el solo pensarlo…- contestó el joven. Beckett no estaba tan de acuerdo con el punto de vista tan absoluto que tenía Michel McDowell sobre el asunto, de hecho la sorprendió lo asqueado que parecía el joven.
-Escuche, McDowell. Mañana hablaremos bien de todo esto. En cuanto llegue a la ciudad venga lo antes posible al precinto, así podré tomarle declaración. Lo espero.-
-A primera hora estaré ahí, detective. Hasta mañana.-
Beckett apretó el botón del manos libres cortando la comunicación mientras miraba a sus compañeros.
-De veras que no me lo esperaba…- dijo Ryan rompiendo el silencio.
-Ni yo…- agregó Espo.
-Sí…yo tampoco. Pero ahora tenemos un móvil y a Roberto como principal sospechoso. Tendremos que arrestarlo hasta aclarar todo… Todavía no tenemos ninguna prueba concluyente que lo señale como el verdadero asesino, pero me ocultó la verdad y eso no lo hace muy confiable…-
-Cierto… Tendremos que ir con cuidado si no queremos que se nos escape- Mientras hablaba Ryan se rascaba el mentón pensativo.
-¡Tenemos que ir con Castle! Los hermanos lo conocen y al parecer le tienen confianza. Con él, será mucho más fácil. – dijo Esposito.
-Tienes razón. Pasaremos a buscarlo por su casa y después iremos al hotel. Espo, tú ven conmigo. Ryan, tu quédate por si llegan los resultados de las huellas. Necesito que las compares con las de Roberto de inmediato. –Kate se puso su abrigo y se dirigió al ascensor.
-¡Como tú ordenes, jefa!- contestó Ryan haciendo una venia al estilo militar.
El transito a esa hora en la ciudad era verdaderamente insufrible, así que tardarían un rato en llegar a lo del escritor. Durante el viaje siguieron comentando la reciente llamada. Beckett guardó silencio un instante, luego tomó su teléfono para llamar a Ryan. Le pidió que pusiera vigilancia en la casa de McDowell. Quería estar informada de la hora real de su llegada, además de controlar todos sus movimientos. Esposito la miró cuando terminó la llamada.
-No confió en él… prefiero tenerlo vigilado.
-Estoy de acuerdo.
Los autos avanzaban a paso de hombre y esto comenzaba a irritar a Javi, quien estaba detrás del volante. Al parecer tardarían aun más de lo que tenían planeado.
Continuara…
Gracias por leer!!!! Espero que les haya gustado la primera parte. Mañana a mas tardar subo la otra. Espero como siempre críticas, opiniones y sugerencias!!!!! Saludos!!!!!
Acá les dejo el capítulo X. Les cuento que se me fue la mano escribiendo, se me hizo larguísimo y lo tuve que dividir en dos. Primero: porque me falta un cachito para terminar la última parte y segundo: me pareció que iba a ser mas cómodo para leerlo en dos partes que en una sola. Ojalá que lo disfruten!
Capítulo X
Después de recobrar la compostura de su anatomía abajo del agua fría, Beckett salió de la regadera envuelta en la toalla mojada que el escritor había tirado al piso. Agarró otra que estaba en una pila sobre un estante. Mientras se secaba seguía pensando en la irrupción de Rick al final de su baño, no lograba olvidar que casi había profanado las duchas de su lugar de trabajo teniendo sexo con él como si fueran adolescentes en el gimnasio del colegio. Siempre hubo rumores sobre “amoríos” dentro del precinto, pero nunca nada se había comprobado. A Kate nunca le había parecido demasiado inteligente arriesgarse de esa forma, ya que aparte de la vergüenza de ser pillado, habría también alguna sanción disciplinaria. Pero hoy, no parecía importarle nada. Hoy, lo único importante era él; sus fuertes brazos rodeándola, su lengua colándose en su boca, sus azules ojos mirándola con profundo deseo. Kate sacudió la cabeza. Debía pensar en otra cosa si no quería terminar bajo el chorro de agua fría otra vez. El sólo recuerdo de ese episodio todavía le erizaba la piel.
–¡Definitivamente, Castle ha logrado cambiar radicalmente mi opinión sobre las duchas!- se dijo a si misma mientras volvía a la realidad. Ya se había tomado demasiado tiempo y debía volver a trabajar cuanto antes, así que sin demora terminó de cambiarse y volvió a su escritorio.
Echó una ojeada al lugar preguntándose dónde estaría Castle. No lo vio por ningún lado, cosa que la alivió bastante. Supuso que la situación sería algo incomoda, al menos al principio.
Ryan y Esposito no habían vuelto todavía de hablar con McDowell, así que encontrándose sola, se concentró en su trabajo. Tomó la lista con las llamadas del móvil de Margarita y comenzó a ordenarlas en la línea de tiempo de la pizarra.
A los pocos minutos de haber empezado sonó su celular avisando que tenía un mensaje de texto. Al mirarlo, recordó que no lo había revisado al salir de la ducha. Y la verdad es que nadie podría culparla. Lo más lógico, después de lo ocurrido hacía un rato con Castle, es que no pudiese pensar en otra cosa que en él; pero por supuesto que a ella ese olvido le sacudía toda su perfecta estructura, desestabilizando su rutina y se reprochó mentalmente lo fácil que se distraía últimamente con el escritor.
Miró el texto. Era de Evelyn Montgomery diciendo que ya tenía una caja llena con fotografías y que podía pasar a buscarlas a partir de mañana. Ahora se estaban yendo a Washington, a alentar a Evan en una competencia intercolegial. Pasarían la noche allá y volverían al amanecer, así que la invitó a desayunar con ellos. Beckett se quedó pensando. Los sucesos de los últimos días provocaron una revolución interna que la había dividido en dos. No obstante eso, no había prendido la portátil del Capitán para intentar investigar ni una sola vez y ni hablar de las cajas con expedientes a la que ni siquiera les había sacado la tapa.
La conversación que había tenido con su amiga la ayudó a bajar la guardia, permitiéndole a él comenzar a atacar. Toda la persecución seductora que había utilizado Rick estos dos días lograron distraerla, no dejándola pensar en otra cosa que no fuera él; susurrándole al oído en el ascensor todo lo que haría para convencerla, besándola en el auto, y por supuesto lo de recién en las duchas. Y sin que ella tomara verdadera conciencia de ello, poco a poco lo estaba logrando. Kate sentía que no podía resistirse a tenerlo en frente. Había llegado al punto de entregarse a él sin importar el momento y el lugar; cada mirada, cada beso, cada vez que sus manos se posaban en su piel ella perdía toda la autonomía que podía llegar a tener de su propio cuerpo. Richard había adquirido el poder de hacer con ella lo que quisiera cuando quisiera y ya no podía luchar contra eso. Decidió, entonces, posponer indefinidamente su investigación. Todavía no estaba lista para decidirse a abandonarla definitivamente, pero al menos por ahora dejaría todo como está. Trataría de intentar ser feliz de una vez por todas y no tenía oportunidad mejor que permitir que Castle la ayudara. Le mandó un mensaje a la esposa de Montgomery diciendo que por ahora no iba a necesitarlas, pero de todos modos aceptaría la invitación a desayunar para poder devolverle lo que se había llevado.
Después de responder a Evelyn, siguió anotando la data en la pizarra hasta que llegaron sus compañeros con novedades.
-¿Pudieron hablar con McDowell?-
-No. Según nos dijeron en la fundación, nunca cumple un horario fijo.- mientras hablaba Ryan sacó una foto del joven que había obtenido del legajo de empleados y la agregó a la pizarra.
-El último día que lo vieron fue el sábado y le comentó a su secretaria que tendría que viajar a Long Island a visitar a unos posibles nuevos colaboradores.- dijo Esposito
-La secretaria también nos dijo que McDowell seguramente había estado trabajando el domingo por la mañana ultimando unos papeles que necesitaría para su viaje.- Ryan se sentó en el borde del escritorio mirando la foto y continuó: - Intentamos llamarlo al celular pero está apagado o fuera del área de cobertura…pensé que iba a ser más fácil localizarlo.
-Le dejamos nuestras tarjetas para que se comunique con nosotros en cuanto llegue.- Esposito se sentó en una silla enfrente de la pizarra a observar el conjunto de pistas, huellas, fotos y demás información que tenían para resolver el caso.
-¡Lástima! Creí que avanzaríamos bastante hablando con McDowell. Por lo menos sabemos por la llamada realizada el domingo desde la fundación que todavía se encontraba en la ciudad por la mañana- Kate anotó el nombre del joven en la línea de tiempo.
-¿Dónde está Castle? ¿No dijo que esperaría a que Beckett vuelva del gimnasio?- preguntó Ryan mirando a Esposito.
-¡Sí, bro! Insistió en quedarse…- contestó divertido mirando de reojo a Kate, quien se estaba sentando en su silla.
-No lo sé. Cuando llegué aquí no había nadie.- contestó ojeando una carpeta que había sobre su escritorio. No quería mirar a sus compañeros temiendo delatarse con su nerviosismo. Pasó unas cuantas hojas del expediente para disimular y luego dijo:
-Bueno, muchachos. Ordenemos un poco esto ¿Qué es lo que sabemos hasta ahora?- sus compañeros miraron la pizarra y empezaron a organizar las ideas que tenía cada uno para compartirlas con el resto, como siempre hacían.
***
El transito en la ciudad comenzaba a espesarse como era habitual a las tres y media de la tarde. Castle caminaba dando vueltas sin querer volver aun al precinto. Pensó que antes de regresar debía tranquilizarse un poco, actuar lo más normal posible. No le estaba resultando fácil, por eso seguía dando vueltas. Pasó entonces por la cafetería donde suele almorzar Beckett. Supuso que no habría tenido tiempo para comer nada después del gimnasio, más aun, después del tiempo extra de las duchas que él le había obligado a tomarse, así que decidió comprarle un sándwich para que no estuviera todo el día con el estomago vacío. Al salir, decidió que ya era hora de regresar. Después de todo, se moría de ganas de verla y no tenía ningún sentido seguir deambulando buscando una respuesta que no encontraría.
A los pocos minutos el escritor salía del ascensor mirando en dirección a la pizarra. Recién estaban empezando a desarrollar sus conjeturas cuando se les unió. Esposito lo miró diciendo:
-¿Y tú dónde te habías metido?
-¡Perdón por desaparecer! Es que me agarró hambre y pensé: ¿Por qué no me voy a comer un exquisito Hot dog de los que preparan en la esquina mientras espero a Beckett? Y así fue ¡y estaba exquisito! Pero por desgracia, unas cuantas manchas de mostaza quedaron como recuerdo en mi chaqueta. Tuve que llevarla a la tintorería si es que alguna vez quiero volver a usarla. ¡Amo a esa chaqueta! Tengo unos recuerdos increíbles con ella… - mientras Castle relataba su almuerzo miraba a todos sin detenerse en ninguno en particular, pero esa última frase fue dedicada a Kate y sus profundos ojos se clavaron en ella, provocando que la detective se sonrojara levemente. Rick sonrió con dulzura y extendió el brazo hacía ella con una bolsa de papel que tenía en la mano
-Te compré un sándwich. Sé que hay veces que se te olvida comer… Beckett sonrió tomando la bolsa.
-¡Gracias! ¡Eres una dulzura!- Kate deseó que no se le hubiese escapado ese último comentario. Sus compañeros se miraron divertidos.
-¡Escucharon! ¿No es así, chicos? ¡Me dijo que era una dulzura! ¡Habría que dejarlo anotado en algún lado! ¡Es un día memorable!- Castle bromeó y todos rieron al instante siguió: -¿Qué les parece si preparo unas ricas tazas de café y charlamos sobre el caso?-
-¡Excelente idea!- dijo Ryan. Castle pasó intencionalmente por al lado de Kate que se había sentado para darle un bocado a su emparedado, esbozó una gran sonrisa ladeada y le dijo en un tono apenas audible:
-Te dejaré la boleta de la tintorería… Me parece lo justo después de haberme arrancado la chaqueta en la ducha…- Beckett tragó de golpe abriendo los ojos de par en par sorprendida por el cometario. Después sonrió viendo como él se alejaba. Volvió con una pequeña bandeja con cuatro tazas de café y comenzaron a hablar nuevamente sobre el asesinato, del cual tenían pocas certezas y muchas dudas.
Alrededor de las cuatro de la tarde sonó el móvil de Kate. Atendió de inmediato.
-Detective Beckett- dijo mirando a sus compañeros.
-Hola, detective. Soy Félix Valdéz. La llamo porque mi hermano está aquí en el hotel conmigo. Todavía no está del todo convencido de dejarse ver, pero si vienen ahora con el Sr. Castle no le quedará otra que hablar con ustedes. Le pido, por favor detective Beckett, que no malinterprete a Roberto… verdaderamente está aterrado con que lo deporten y no confía en nadie.- el chico sonaba sincero.
-Está bien, Félix. Saldremos para allá en un momento. Tú sólo procura que Roberto no se marche a ningún lado.-
-Lo haré, detective. ¡No se preocupe! Adiós.
Kate les contó la conversación a sus compañeros. Miró a Castle y le dijo:
-Vienes conmigo ¿No?
-¡Por supuesto!- contestó con seriedad.
-Chicos, vayan al laboratorio a ver si pueden lograr que se apresuren con las huellas del teléfono público. Cuanto antes tengamos las muestras, mejor.- diciendo esto fue caminando hacía el ascensor con Rick a lado.
-Listo, Beckett. Te llamaremos si tenemos alguna novedad.- dijo Javi
El escritor y su musa ingresaron al elevador. Apenas se cerraron las puertas, Kate se acercó hasta donde estaba el escritor, atrapó su rostro con las dos manos y lo beso ardientemente, zambulléndose en su húmeda boca. Él se dejó, completamente entregado.
-¡Mmmm… detective! ¿Intentas matarme?- preguntó frunciendo levemente el entrecejo.
-Intento agradecerte.- contestó antes de hundirse en su boca nuevamente.
-¡Vas a hacer que el corazón se me salga del cuerpo!- Rick le agarró la mano apoyándola sobre su pecho. Sus latidos casi podían oírse. -Tienes idea hacia donde se está dirigiendo toda esa sangre ¿No?- dijo el escritor con una de sus seductoras sonrisas.
-Puedo imaginarme…- contestó ella mordiéndose suavemente el labio inferior. A él lo enloquecía ese gesto tan característico de su amada…La tomó por la cintura besándola. No quería dejar de hacerlo nunca.
-Dime por favor que la llamada de recién fue todo una farsa para poder escaparnos juntos…- Kate rió con la cara de suplica de él.
-¡Ya sabes la respuesta, Rick! Primero el trabajo y después…- se separó del escritor al mismo tiempo que el ascensor llegaba a planta baja. Rick levantó las cejas diciendo:
-Tienes todo perfectamente calculado ¿No?- ella giró la cabeza mirándolo de reojo y sonrió.
-Siempre.- contestó mientras salía del elevador.
***
Llegaron al hotel donde se encontraban los hermanos Valdéz. Fueron hasta la habitación, golpearon la puerta y esperaron a ser atendidos. El menor abrió y los hizo pasar rápidamente. Roberto se sobresaltó. Félix le explicó porque los había llamado y le pidió por favor que colaborase con ellos para ayudar a esclarecer el crimen de su hermana. Al principió se mostró un poco hostil, pero a medida que iba contando su versión se fue aflojándose poco a poco.
Les contó que apenas su madre le dijo que no se había comunicado con Margarita, Roberto le dijo a Félix que se vaya para el hotel y siga intentando llamarla desde ahí. Estaban seguros de que algo había pasado no sabían bien qué, pero estaban convencidos de que si algo malo había ocurrido, no tardarían en pasar por su casa a preguntar.
Él salió de inmediato hacía la casa de la Srta. Cowell. Tocó el timbre varias veces, pero nadie atendió. Se dirigió entonces al teléfono público para llamarla desde ahí. Estaba preocupado y tenía un mal presentimiento. Llamó también al teléfono de línea de Gina con la esperanza de que lo atendiera, pero en ninguno de los dos obtuvo respuesta. Estuvo intentando llamarla hasta pasadas las 11:10 de la noche. Después se vino a encontrar con Félix aquí y volvieron a llamarla, esta vez, cerca de la medianoche. Sin saber que más hacer, decidieron quedarse ahí escondidos hasta que saber que estaba pasando. Éste lugar es una especie de refugio que utilizan cuando migraciones aparece por el barrio en su habitual “caza de brujas”.
-Ya cuando suspendió la clase tan de golpe mi hermano y yo nos dimos cuenta de que algo no andaba bien. Nunca nos había hecho esto.- Roberto agachó levemente la cabeza.
-Estaba muy extraña últimamente, detective. Se estaba alejando cada vez más de nosotros, su familia.- dijo Félix
-¿Desde hacía cuanto que la notaban extraña?- preguntó Beckett.
-Desde hace unos dos meses más o menos…- contestó Félix.
-¡Desde que conoció a ese tal McDowell! Ese tipo la estaba cambiando. La alejaba de su familia…- dijo Roberto ofuscado.
-¿Tú qué opinas Félix? ¿Crees que tu hermano tiene razón?- preguntó Castle mirando al menor de la familia.
-Sí, Sr. Castle. Sí lo creo. Desde que empezó a tener contacto con ese sujeto nuestras clases se empezaron a espaciar. Empezó a vernos menos, cuando antes nos juntábamos todos con nuestra madre dos o tres veces por semana como mínimo para cenar juntos.
-Un día me preguntó cómo le quedaría el cabello si se lo teñía de rubio. Le dije que tenía un color de pelo maravilloso y sería una verdadera pena que se lo estropeara de esa manera. No necesitaba cambiar nada… era preciosa así como estaba… Ella se enojó conmigo diciéndome que tenía la mentalidad de un cavernícola… En ese momento pensé que estaba loca por ocurrírsele algo así, pero después sentí que ella intentaba cambiar su imagen para poder encajar mejor como ciudadana norteamericana. Su forma de vestir también había cambiado y cada vez tenía menos acento en su pronunciación… Margarita estaba abandonando sus raíces…- Roberto se sentó en la cama, abatido.
-Lo único que no había dejado de hacer es de llamar a mamá todos los días. Supongo que nuestra madre era el lazo que todavía la tenía atada a nuestra familia, a nuestros orígenes… No puedo creer todavía como pudo cambiar tanto…- Félix también se sentó en la cama, junto a su hermano.
Kate y Rick se miraron luego de mirar a los hermanos. Los dos creían que los Valdéz decían la verdad. Los habían notado sinceros en sus relatos. Los horarios de las llamadas fueron bastante exactos y coincidían con los que tenía la detective. Les faltaba solamente el registro de llamadas de la Srta. Cowell y con eso terminarían de cotejar el relato de los hermanos.
-Necesito sus huellas. Así los podré descartar de la escena del crimen.- dijo la detective. Los dos hermanos se miraron con preocupación. Beckett los apuró:-Podemos hacerlo aquí o en el precinto. Ustedes deciden...-
-Está bien… preferimos aquí.- dijo Félix.
-¡Perfecto! Voy a buscar las cosas al auto.- Castle se quedó en la habitación conversando con los muchachos. Los sintió realmente destrozados y estaba seguro de que ninguno podría haberle hecho daño su hermana, pero el tiempo que había trabajado con la policía le había enseñado a no dejarse llevar por lo que la gente dice, sino por la evidencia que se tiene o no en su contra.
La detective volvió a los pocos minutos con una almohadilla empapada en tinta y unas planillas con los espacios delimitados para imprimir las huellas de cada dedo. Tomó las impresiones digitales de los Valdéz y las estampó en el papel. Al terminar les pidió que se quedaran en el hotel hasta que pudiesen comparar sus huellas con las encontradas en la casa de la publicista y en el teléfono público. Se despidieron y salieron en silencio hacía el automóvil de la detective.
-¿Qué opinas, Castle?- preguntó girando la cabeza para mirarlo.
-Creo que dicen la verdad. Se los ve muy tristes…
-Estoy de acuerdo con eso… pero, bien sabes que no nos podemos dejar llevar por las expresiones de sus rostros….-
-Cierto… Igualmente… pensando un poco en lo que dijeron ¿Crees que McDowell le insistía a Margarita para que cambie su forma de vestir, su pelo y demás? Eso explicaría en parte lo de la peluca rubia…- dijo el escritor pensativo.
-Sí… es probable. Si su novio quería que fuese más “norteamericana” lo de la peluca tendría sentido… lo que todavía no entiendo es…- Castle la interrumpió, como de costumbre.
-…lo de la media de nylon en la cabeza.- Beckett sonrió al mirarlo.
-¡Exacto! No le encuentro mucho sentido aun… en realidad todavía existen muchas cosas que no comprendo de este caso…- la detective abrió la puerta del auto y se sentó. El escritor hizo lo mismo.
-Tengo que llevar las huellas al laboratorio y agregar la nueva información en la pizarra. Después podemos tomar algo…- dijo ella con algo de timidez.
-Me encantaría, pero antes debo ir a casa. Tengo que arreglar unas cosas pendientes con mi publicista. Creo que ya es hora que salga del loft… Te diré que haremos: Tú vas al precinto, yo voy a casa y después nos vemos para cenar ¿te parece?-
-Ok. Haremos eso. Te llevaré- una enorme sonrisa se dibujó en sus labios.
Beckett detuvo el auto en la puerta del edificio. Castle sabía que no podía bajarse sin contarle lo de la llamada.
-Escucha, Kate. Hay algo que quiero decirte.- dijo muy seriamente.
-¿Qué sucede?-
-Yo… no sé cómo empezar…- El escritor bajó la vista un instante.
-Por el principio… Castle, estas empezando a asustarme. Habla de una vez.- La expresión de su rostro se iba endureciendo.
-Sé que estuviste con Evelyn Montgomery en su casa el lunes por la mañana.- largó todo de golpe y sin pausa. La cara de la detective se transformo en pura sorpresa y la mirada de él se llenó de tristeza.
-Tú… ¿Cómo lo sabes?- inquirió frunciendo el ceño.
-Porque el amigo del Capitán. Me llamó hace un rato para decírmelo, Kate. Me dijo que yo no estaba cumpliendo mi parte del trato evitando que siguieras investigando. Se comunicaron con él para advertirle que te están observando…- A Beckett se le congeló la sangre. Se lo quedó mirando pensativa. Castle, continuó: -Te lo estoy contando porque no quiero ocultarte más nada, y porque todavía tengo la esperanza que me escuches y entres en razón. Me volvió a asegurar que si te mantengo alejada nada malo va a pasarte.
-Escucha, Rick… - dijo Beckett finalmente. -…No voy a mentirte. El lunes todavía estaba furiosa por todo lo que había pasado la noche anterior, así que me levante a primera hora y llamé Evelyn. Pensé en pedirle todo lo que tuviera en su casa sobre antiguos casos de Roy para ver si podía encontrar algo, pero finalmente me arrepentí y decidí solamente ir a desayunar con ella y con sus hijos.- La detective mintió. Creyó que contarle que se había llevado un montón de expedientes y la portátil del Capitán a su casa, haría que se preocupe aun más por ella y no le encontraba el menor sentido ya que había decidido posponer todo lo relacionado al caso de su madre.
-¿En serio? ¿Vas a abandonar completamente la investigación?- a Rick se le dibujó una sonrisa.
-Al menos lo intentaré, Rick. No puedo prometer aun que nunca más haré nada por descubrir quién está detrás de todo esto. Eso no sé si podré hacerlo algún día, lo único que puedo afirmar es que ahora y gracias a ti me di cuenta que tengo otros caminos para continuar con mi vida.- diciendo esto se acercó lentamente para darle un pequeño beso al escritor.
-¡No tienes idea de lo feliz que me hace escucharte decir esto! ¡Siento un alivio enorme!- su rostro reflejaba su inmensa alegría. –Entonces… ¿nos vemos a la noche y terminamos lo que empezamos en las duchas?- dijo Castle levantando las cejas dos veces.
-¡Por supuesto! Siempre y cuando no haya ninguna novedad importante sobre lo de Margarita…- contestó sonriendo.
-Ok. Avísame si hay algo nuevo sobre el caso o si sabes algo de McDowell.- el escritor abrió la puerta y antes de bajarse se acercó a su boca y le dio un dulce beso en los labios. Bajó del automóvil con una gran sonrisa y una inmensa felicidad.
Beckett volvió al precinto a contarles las novedades a sus compañeros. Estos, a su vez, le informaron que el laboratorio tendría las huellas procesadas en un rato. Kate le pasó la planilla con las huellas de los hermanos Valdés a Ryan.
-Hay que pasarlas por el escáner así las podremos comparar con las del laboratorio.
-Yo me encargo.- dijo Esposito agarrando el papel.
-Gracias. También tenemos que conseguir el registro de llamadas de la casa de Gina.
Ryan levantó la mano como en la escuela: -¡Yo lo pediré!
El teléfono del escritorio de la detective sonó y ella lo atendió al instante.
-Detective Beckett.- dijo al ponerse el auricular en la oreja.
-Detective…Mi nombre es Michel…Michel McDowell. Mi secretaria me acaba de avisar la terrible tragedia…- la voz del joven se quebró. Kate puso el manos libres para que sus compañeros escucharan la conversación.
-Sr. McDowell. Me alegra que llamara. Necesitamos hablar con usted cuanto antes ¿Se encuentra en la ciudad?- preguntó
-No. Todavía estoy en Long Island. Estaré en New York mañana por la mañana. Puedo pasar por ahí y le contaré todo lo que sé… Aun no puedo creer que Margarita esté muerta ¿Qué fue lo paso?
-La encontró la señorita Cowell cuando llegó de viaje. Estaba atada y al parecer fue asfixiada ¿Qué relación tenía usted con la víctima?- la detective no quería darle demasiados detalles.
-Se podría decir que estábamos empezando a tener algo… Ella venía de una relación de muchos años… ¿Cómo decirlo?... bastante… enfermiza y todavía le costaba encarar algo nuevo, pero lo estábamos logrando…- dijo tristemente.
-¿A qué se refiere con “bastante enfermiza”, Sr McDowell? ¿Conoce a su antigua pareja?- inquirió Beckett.
-Sí… lo conozco…- se quedó callado un instante.
-Si lo conoce, dígame su nombre. Podría ser un sospechoso.-
-Es… delicado, detective… Margarita me confesó que ella y su hermano Roberto habían salido durante años… ¿Entiende? Margarita era muy joven y él siempre había tenido un dominio especial sobre ella. Hasta que un día decidió salirse de toda esa aberración y lo dejó. Él, por supuesto, no lo tomó del todo bien. Comenzó a acosarla, la llamaba a toda hora, la seguía cuando salía, incluso llegó a enfrentarme una vez que me vio con ella…Ese tipo estaba loco… un enfermo… No me sorprendería que tuviera algo que ver en todo esto…- Beckett miró a sus compañeros. No podía creer lo escuchaba ¿Cómo Roberto le había ocultado algo tan importante? ¡Había encontrado un móvil para el asesinato y un sospechoso en segundos! Así todo, había algo en el discurso de McDowell que a ella no le cerraba todavía.
-Sr. McDowell, usted sabe que Roberto es adoptado ¿no? No corría la misma sangre por sus venas…-
-¡Aun así, detective! ¡Los criaron juntos como hermanos! Es asqueroso el solo pensarlo…- contestó el joven. Beckett no estaba tan de acuerdo con el punto de vista tan absoluto que tenía Michel McDowell sobre el asunto, de hecho la sorprendió lo asqueado que parecía el joven.
-Escuche, McDowell. Mañana hablaremos bien de todo esto. En cuanto llegue a la ciudad venga lo antes posible al precinto, así podré tomarle declaración. Lo espero.-
-A primera hora estaré ahí, detective. Hasta mañana.-
Beckett apretó el botón del manos libres cortando la comunicación mientras miraba a sus compañeros.
-De veras que no me lo esperaba…- dijo Ryan rompiendo el silencio.
-Ni yo…- agregó Espo.
-Sí…yo tampoco. Pero ahora tenemos un móvil y a Roberto como principal sospechoso. Tendremos que arrestarlo hasta aclarar todo… Todavía no tenemos ninguna prueba concluyente que lo señale como el verdadero asesino, pero me ocultó la verdad y eso no lo hace muy confiable…-
-Cierto… Tendremos que ir con cuidado si no queremos que se nos escape- Mientras hablaba Ryan se rascaba el mentón pensativo.
-¡Tenemos que ir con Castle! Los hermanos lo conocen y al parecer le tienen confianza. Con él, será mucho más fácil. – dijo Esposito.
-Tienes razón. Pasaremos a buscarlo por su casa y después iremos al hotel. Espo, tú ven conmigo. Ryan, tu quédate por si llegan los resultados de las huellas. Necesito que las compares con las de Roberto de inmediato. –Kate se puso su abrigo y se dirigió al ascensor.
-¡Como tú ordenes, jefa!- contestó Ryan haciendo una venia al estilo militar.
El transito a esa hora en la ciudad era verdaderamente insufrible, así que tardarían un rato en llegar a lo del escritor. Durante el viaje siguieron comentando la reciente llamada. Beckett guardó silencio un instante, luego tomó su teléfono para llamar a Ryan. Le pidió que pusiera vigilancia en la casa de McDowell. Quería estar informada de la hora real de su llegada, además de controlar todos sus movimientos. Esposito la miró cuando terminó la llamada.
-No confió en él… prefiero tenerlo vigilado.
-Estoy de acuerdo.
Los autos avanzaban a paso de hombre y esto comenzaba a irritar a Javi, quien estaba detrás del volante. Al parecer tardarían aun más de lo que tenían planeado.
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Continuara…
Gracias por leer!!!! Espero que les haya gustado la primera parte. Mañana a mas tardar subo la otra. Espero como siempre críticas, opiniones y sugerencias!!!!! Saludos!!!!!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Me gusta mucho tu fic!! Sobretodo me encanta que Kate esté decidida a estar con Rick y que esté dispuesta a aparcar un poco el caso para ser feliz con él! La escena del ascensor ha sido...
Ah! Y lo del caso me tiene muy intrigada! Primero lo de que se vistiera como Gina y luego que estuvo con el hermano... No sé yo, pero me da que la rubia está en el ajo jajajaja
Me muero por ver cómo sigue!
Saludos!!
Ah! Y lo del caso me tiene muy intrigada! Primero lo de que se vistiera como Gina y luego que estuvo con el hermano... No sé yo, pero me da que la rubia está en el ajo jajajaja
Me muero por ver cómo sigue!
Saludos!!
Última edición por cris_beckett el Miér Nov 28, 2012 2:19 pm, editado 2 veces
cris_beckett- Autor de best-seller
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
creo que es la primera vez que me intriga tanto un caso, estoy
dseando saber quien la mato.
por supuesto quiero ver esa cena de la parejita
dseando saber quien la mato.
por supuesto quiero ver esa cena de la parejita
choleck- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Me encanta...sube pronto el siguiente y POR FIN VUELVEN A ESTAR BIEN!
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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