Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Ups que se me habia olvidado comentar y no queria dejar este fic sin comentario porque debo decirte que me gusta mucho, mucho esta muy interesante.
Continua en cuanto puedas, que me muero por leer el baile y momentos seducción jejeje
Continua en cuanto puedas, que me muero por leer el baile y momentos seducción jejeje
anaforo- Escritor - Policia
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Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Largo? yo queria seguir y seguir leyendo, estar en esa fiesta, ver, sentir como esos dos se deshacen en arrumacos besos caricias
si me gustaria que cada uno de ellos supiese quien es el otro sin que este otro sepa que el otro lo sabe (no se si me explico)
estoy deseando que venga ya tu siguiente capi
¿te he dicho que me gusta la historia un monto?
pues si mas que un monton
si me gustaria que cada uno de ellos supiese quien es el otro sin que este otro sepa que el otro lo sabe (no se si me explico)
estoy deseando que venga ya tu siguiente capi
¿te he dicho que me gusta la historia un monto?
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choleck- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Me gusta mucho tu historia!!! Ya tengo ganas de que llegue la fiesta y se encuentren, a ver que pasa
Sigueee!!!
Sigueee!!!
cris_beckett- Autor de best-seller
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Muchisimas gracias a tod@s!!!! Me pone muy, pero muy contenta que les guste como va el relato y estoy muy feliz con las respuestas que fueron dejando!!! Los comentarios son muy alentadores! Ya estoy a full con el cap III, pero debo decirles que viene un poquito complicada la historía. Asi que probablemente lo divido en dos partes para no tardar tanto en subirlo...
Prometo que será pronto! Saludos y gracias de nuevo!!!
Prometo que será pronto! Saludos y gracias de nuevo!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
choleck escribió:Largo? yo queria seguir y seguir leyendo, estar en esa fiesta, ver, sentir como esos dos se deshacen en arrumacos besos caricias
si me gustaria que cada uno de ellos supiese quien es el otro sin que este otro sepa que el otro lo sabe (no se si me explico)
estoy deseando que venga ya tu siguiente capi
¿te he dicho que me gusta la historia un monto?
pues si mas que un monton
Gracias! Que bueno que no te haya resultado largo! me tenía un poco preocupada eso!
Sobre tu comentario: ...cada uno de ellos supiese quien es el otro sin que este otro sepa que el otro lo sabe... (Se entendió perfecto, no te preocupes!!! ) te respondo que no te quiero adelantar mucho, pero algo de eso hay
Saludos! y muchas gracias otra vez!
Solexite- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Jejejejeej... Quiero ver esa fienta ya! Me has dejado con todas las ganas!
Siguelo por favor!!
Siguelo por favor!!
Shura-chan- Policia de homicidios
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Localización : Por ahí.
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Acá les dejo el Capítulo III. Perdón otra vez por la tardanza! Lo subí entero porque no me decidía donde cortarlo para ponerlo en dos veces. Voy a tratar de hacerlos mas cortos para no tardar tanto entre capítulo y capítulo (o al menos lo voy a intentar! Siempre pienso lo mismo y después no puedo parar de escribir!!! jajajaa) Espero, de corazón, que les guste!
CAPITULO III
La noche del sábado al fin había llegado y Castle ya estaba disfrazado y ansioso por llegar a la fiesta. La última vez que había hablado con ella sintió como le había temblado la voz al despedirse de él, ¡quizás sí había logrado hacerla cambiar de opinión con respecto al baile! La montaña rusa subía sin encontrar la cima…
Llegó a la fiesta en una limusina blanca. Se bajó y rápidamente caminó por la alfombra roja enceguecido por los flashes de las cámaras. Las revistas de moda publicarían todas las fotos un par de días después con las respectivas predicciones de quien estaba bajo cada disfraz. ¡Todos los años lo hacían y todos los años fallaban! De todas formas, saludó alegremente al pasar por delante de los fotógrafos.
Entró al gran salón donde se encontraba una enorme barra y la pista de baile, es decir donde estaba la mayoría de los invitados. Comenzó a mirar de un lado al otro, reconociendo a algunos famosos. Un mozo se colocó en frente de él ofreciéndole una copa de champagne. Castle la aceptó alegremente sin dejar de mirar a los invitados. A lo lejos, reconoció a Ryan junto a Jenny. Sus disfraces hacían juego y los colores de sus máscaras eran opuestos.
– ¡Lucen adorables!- pensó mientras seguía buscando a su bella musa entre ese mundo de gente. A la derecha de Jenny creyó ver a Esposito hablándole al oído a Lanie, pero no estaba del todo seguro. Más tarde tendría tiempo de ir a hablar con ellos. De todos modos, se contentó pensando que si había podido reconocer a sus amigos, no podía resultarle tan difícil reconocer a Kate. Bebió de un sorbo lo que quedaba de champagne. Se dirigió hacia la barra para conseguir otro trago. La ansiedad lo estaba matando y el alcohol siempre ayudaba. Pidió un whisky y reanudo su búsqueda un poco desanimado ¿Qué pasaría si no lograba reconocerla? Sacudió la cabeza para alejar ese pensamiento. Si ella estaba en ese baile, él tenía que ser capaz de reconocerla. Tomó un largo trago y al bajar el vaso vio a la mujer más hermosa de toda la fiesta. -¿En verdad era ella?- se preguntó. La vio sonreír, probablemente al recibir algún cumplido. Sintió una puntada en el medio del pecho y sus latidos comenzaron a acelerarse. Amaba su sonrisa, era única Tenía que ser ella. Su corazón no podía mentirle de esa manera.
Se terminó el trago de una sola vez y soltó el vaso vacío en la bandeja de un camarero que pasaba por delante de él. Castle no podía dejar de mirarla. ¡Dios! ¡Era una princesa! El vestido era blanco, de seda brocado en hilo de plata con canutillo y pequeñas piedras de cristal, tan sutilmente engarzadas que coronaban con majestuosidad el exquisito dibujo diseñado especialmente para resaltar los detalles únicos de la figura de la hermosa mujer que lo vestía; y si bien guardaba la línea original del típico vestido de gala de las damas de la nobleza del S. XVIII, el diseñador había logrado combinarlo con un estilo muy moderno. Y eso, claro, incluía una abertura muy interesante en la falda que bajaba en diagonal desde el frente hacia el costado formando una v corta invertida para lucimiento de las increíbles piernas de la detective.
-¡Realmente…te has pasado con el vestido, Esteban!- pensó en voz alta el escritor aun embobado con esa bella imagen de la joven, que él suponía su amada. Resopló y giró en dirección a la barra
-Necesito otro trago.- se dijo a si mismo haciéndole una seña al barman para que le sirviera otro whiskey. Necesitaba reponerse y pensar como se acercaría a ella ¿Cómo? Los últimos días había estado tan enredado imaginando si ella asistiría o no que en ningún momento se le cruzó por la cabeza de qué manera la abordaría si esto sucedía. ¿Qué le diría? Tendría que ser algo ingenioso, seductor, irresistible. ¡Tendría que ser sublime! ¿Cómo no lo había pensado antes? Ahora debería improvisar rogando no decir alguna estupidez cuando la tuviese en frente.
Recordó a su madre diciéndole: -¡Ay, Richard! ¡Para ser un hombre que te ganas la vida con las palabras es increíble lo que te cuesta elegir las correctas cuando verdaderamente importan!- Madre… ¡Cuanta razón tienes!- pensó. El barman se acercó con su trago mientras les sonreía a dos señoritas que se encontraban junto al escritor. Volvió a mirar a la dama de blanco, que para su sorpresa se encontraba hablando con dos agraciados caballeros. –Por lo menos no vino acompañada. ¡Ningún hombre en su sano juicio la soltaría por mas de dos minutos!- se dijo a si mismo buscando el lado positivo.
No podía perder tiempo o alguien mas se la robaría. Estaba despampanante y verdaderamente llamaba la atención. Pensó como sacarle de encima a los dos tipos que revoloteaban a su alrededor. Miró de reojo a las dos jovencitas que tenía al lado y agudizó el oído. Por lo que pudo escuchar estaban cazando famosos ¡y eso le venía como anillo al dedo! Tomó su móvil fingiendo hacer una llamada mientras no dejaba de mirar a los dos muchachos que entretenían a su musa.
-¡John! ¡Soy yo! ¡Escucha! ¿Ves a esa mujer preciosa vestida de blanco que está parada a la izquierda de la pista de baile? …a mi izquierda ¿me ves aquí en la barra?- Castle levantó la mano saludando a su imaginario amigo. -…¡Si! ¡Esa misma! Bueno…los dos caballeros que la acompañan son…¡Escúchame bien! ¡Son Ian Somerhalder y Robert Pattinson! Vinieron solos, sin sus novias…¿entiendes lo que te quiero decir? ¡Los escuché hablando en el baño y parece ser que están en busca de diversión! ¡Es nuestra oportunidad, John! ¡Si logramos sacarle una foto comprometida será la noticia del año, tenemos que estar muy atentos!- El escritor procuró que las dos señoritas que tenía a su lado escucharan cada detalle de la falsa llamada. Guardó su teléfono y se tomó un trago. ¡Ahora a esperar que muerdan el anzuelo! –¡Sólo espero no haberme confundido y que de verdad sea ella!- pensó el escritor mientras la miraba reírse con los dos desconocidos.
Beckett hablaba con los dos caballeros mientras se tomaba una copa de champagne sin dejar de recorrer el inmenso salón con la mirada. Cada tanto reía de compromiso cuando veía que ellos también lo hacían ya que en realidad no les estaba prestando ni la más mínima atención. En lo único que podía pensar era en descubrir cual de los 35 arlequines que había cruzado en su recorrida visual podría ser su apuesto escritor. No había tenido demasiado tiempo para memorizar cada detalle del traje que vio colgado en el perchero. A decir verdad, tampoco tenía la certeza de que fuese para Castle, después de todo el papel solamente decía Rick. Esteban Cortéz era un diseñador sumamente reconocido y el disfraz bien podría haber sido de alguna otra celebridad como Richard Gere o Ricky Martin. Al menos tenía por donde empezar y estaba convencida de que su intuición de detective la ayudaría.
Su copa se había vaciado y la paciencia que hasta ese momento le había tenido a los dos hombres estaba llegando a su límite. No paraban de hablar de ellos mismos y de todas las empresas que tenían a su cargo, compitiendo entre ellos todo el tiempo para tratar de llamar su atención. Por suerte, no estaba funcionando. La aburrida charla oída hasta el momento no lograba siquiera interesarle. Cualquier caballero que se precie habría notado que ya no tenía nada para tomar y rápidamente hubiese conseguido una copa llena. Pero estos tipos no parecieron enterarse en lo absoluto. -¡Castle lo hubiese notado de inmediato!- pensó Beckett mientras sonrió al recordarlo. A pesar de su aburrimiento, había decidido que de todos modos se quedaría ahí para poder observar a los invitados, y los dos hombres le servían de excusa para estar parada al lado de la pista si levantar sospechas.
En ningún momento dejó de examinar a los arlequines que pasaban por la fiesta. Altura, contextura física, forma de caminar. No tenía más datos que esos para tratar de identificarlo. Parecía poco, pero la joven detective parecía estar convencida de que era suficiente. Depositó su copa en la bandeja de un camarero que pasaba por ahí, lamentablemente en la bandeja sólo había copas vacías como la de ella. Necesitaba un trago. Sentía que su ansiedad iba en ascenso. Debía encontrarlo rápido, lo suficiente como para evitar que se ponga a charlar con otra, de otra forma sería mucho mas complicado llamar su atención. Se detuvo a observar a una pareja que estaba bailando a unos metros de ella. Estaba segura que eran Lanie y Esposito. –¡Muy bien, amiga! ¡Nunca pierdes tiempo! ¿No?- pensó divertida. Por un segundo se le cruzó por la cabeza en ir a buscar a Lanie para que la ayude en su búsqueda, pero inmediatamente se dio cuenta de que no podía arruinarle el momento de esa manera. ¡Se veía que los dos la estaban pasando increíble! ¡Como le hubiese gustado que Castle la tomase dulcemente del brazo acercándose a su oído para susurrarle como hacía Javi con su amiga! Siguió mirando el salón hasta que sus ojos se encontraron con la barra de tragos. Estaba bastante concurrida por lo que tardó un momento en darse cuenta que apoyado en la punta descansaba en pose seductora un arlequín que se adecuaba perfectamente a los parámetros de búsqueda con los que contaba la detective. –¡Tiene que ser él!- se dijo para sus adentros tratando de respirar hondo para lograr estabilizar los latidos de su corazón. El traje, la altura, la forma en la que agarraba el vaso. Eran muchas coincidencias. ¡Tenía que ser él! Su olfato de policía no podía fallarle. Se sorprendió cuando uno de los caballeros le puso una copa en frente y no le quedó otra que aceptarla y agradecer. Fueron sólo unos segundos, pero para cuando volvió a mirar hacia la barra su arlequín se había perdido entre la gente. -¡Diablos! ¡Donde se habrá metido?- susurró.
-Disculpa ¿Qué dijiste preciosa?- le preguntó uno de los caballeros.
-¡Nada importante! ¡Solo que el champagne está delicioso!- contestó Beckett saliendo del paso. El tipo le siguió hablando, pero ella simplemente lo ignoró y siguió buscando a Castle entre la gente. Dos voluptuosas señoritas se acercaron a los dos galanes con exagerados ademanes. Muy hábilmente las mujeres se fueron acercando hasta llegar a hablarles al oído provocándoles risitas nerviosas a los atontados hombres. Kate aprovechó la distracción de los caballeros para huir de ahí en busca del escritor.
Castle escuchó a las dos chicas cuchicheando sobre la falsa llamada que había realizado unos minutos atrás. Un instante después, las dos señoritas abandonaban la barra dirigiéndose hacia los dos galanes devenidos en falsos actores de Hollywood. –Castle ¡Eres un genio!- se dijo apurando el whiskey para salir detrás de las dos voluptuosas mujeres. El escritor se fue escabullendo entre la gente hacia la derecha de la pista. Quería sorprenderla por atrás, susurrarle algo encantador al oído. Mientras se abría paso entre la gente iba ensayando en su mente las posibles frases con las que se presentaría. ¡Todas le sonaban tan estúpidas! -¡Vamos, Castle! ¡Piensa!- se repetía entre frase y frase. Estaba tan sólo a unos metros de ella, tan cerca que sentía el resplandor de su aura invadiendo su cuerpo. Casi podía verla. Solamente le quedaba atravesar a un grupo de jóvenes que bailaban muy animados frente de él.
Pidiendo permiso ingresó en la pequeña turba juvenil, con tanta mala suerte que la canción que estaban pasando llegó al estribillo y los muchachos comenzaron a saltar como extasiados cantando a los gritos. Él escritor quedó dando vueltas, desesperado, tratando de abrirse paso para llegar hasta ella. Lamentablemente, para cuando logró llegar donde estaban los dos galanes con sus nuevas adquisiciones, Kate ya no estaba. Había desaparecido. No podía haberse ido muy lejos y seguramente no tardaría en encontrarla. Así que sin desanimarse empezó a buscarla. –Blanco, blanco. Sólo debo mirar trajes blancos…- se decía mientras caminaba. ¡Parecía un verdadero demente! Sí. Él también se sentía así. Lo único que le importaba en ese momento era tenerla cerca. -¡Ahí está!- dijo en voz alta mientras aceleraba el paso para no perderla nuevamente. Ella de veras caminaba rápido. Logró alcanzarla. Dudó un segundo sobre su siguiente paso. -¡Vamos, Rick! ¡Es ahora o nunca!- pensó el escritor mientras le tomaba la mano para retenerla suavemente. Se aclaró la garganta y con su mejor voz de galán maduro le dijo:
-¡Disculpa! ¿Viniste sola o otros ángeles casi tan hermosos como tú te acompañan?- mientra soltaba esa línea tan cursi se reprochaba mentalmente lo estúpido que había sonado. -¡No se te pudo ocurrir nada mejor ¿no, Rick?!- pensó mientras cerraba los ojos esperando el rechazo.
Beckett sonrió. El piropo le había sonado simpático, pero a ella, esta noche no le importaba otro hombre que no fuese Castle. Giró como para agradecer el cumplido cortésmente para largarse de allí de inmediato y entonces lo vio. Sintió como su corazón se detenía un instante mientras miraba de arriba abajo al apuesto escritor. El ceñido traje de arlequín resaltaba todos los músculos que éste había estado ejercitando últimamente. Kate nunca había notado ese cuerpazo debajo de su ropa habitual. ¿En verdad era él? –Castle… ¿va al gimnasio? ¿Desde cuando?... ¡Diosss! ¡Que lindo está! …y sus ojos…¡sus ojos parecen mas azules que de costumbre! ¡Sé que es él! ¡Su mirada es inconfundible!- pensó la detective. En efecto la máscara negra que él llevaba puesta parecía resaltarle aun mas sus hermosos ojos. ¡Que difícil le iba a resultar no tirarse en sus brazos después de cada palabra que éste pudiera llegar a decirle! ¡No! ¡Debía ser fuerte y seguir adelante con lo que tenía planeado! Él no debía enterarse quien era ella realmente. No podía arriesgarse a un supuesto rechazo de Castle hacía Beckett. Esa no era la idea, no. Ya tendrían tiempo de ser ellos mismos y decirse todo lo que tienen guardado desde hace tanto, ya sea para bien o para mal, pero no sería hoy. Hoy no podía perderse la oportunidad de tenerlo esa noche, acariciarlo, besarlo, morderlo, entregarse a él libremente y sin prejuicios. Se recuperó como pudo de su ensueño. Se llevó la copa a sus labios para beber un largo trago de champagne mientras lo miraba a los ojos y adquiría una pose desinteresada.
-¡Vaya! ¡Que cumplido tan original, grandote! ¿Se te ocurrió a ti solito?- le dijo la bella detective al arlequín con una sonrisa que denotaba seguridad y con un extraño acento en su pronunciación.
Castle se sorprendió al escucharla y no pudo mas que sonreír. -¡Es tan linda!¡Parece salida de una obra de Tennesse Williams! ¡Le sale tan bien! Parece que de verdad no quiere ser descubierta…- se dijo a si mismo.
-Sí. Un poco trillado ¿No es así? En realidad, no se me ocurrió nada mas para describir tu perfección. ¡Suelo ser más ocurrente, pero tu belleza me atontó por unos segundos! ¡Permíteme presentarme: Soy Arlequín. Servidor humilde y valet cómico. Muy conocido por mi sentido del humor! - dijo el escritor mientras se inclinaba levemente para besar con dulzura la mano de Kate que aun no había soltado. La detective suspiró levemente al sentir sus labios en su piel ¿Puede alguien ser tan adorable?-pensó.
-¿Así debo llamarte, grandote? ¿Arlequín?- dijo divertida.
-¡Grandote no está mal!…pero mejor llámame…-pensó un segundo. –¡Alessandro! Y dime ¿tú como te llamas?- dijo mirándola a los ojos.
-Puedes llamarme como gustes, Alessandro. ¡Los nombres no son importantes aquí!- contestó sin bajar la mirada terminando su copa.
-¡Tienes razón! ¡Los nombres no importan, pero no me digas que no son una buena forma de presentación! Te diría que casi indispensable… ¡Te llamaré Stella*!- dijo Castle sonriente.
-¡Perfecto! Original es la palabra que te define ¿no?- le dijo burlándose de él sonriendo.
-¡Ok! Reconozco que hoy no es uno de mis mejores días… ¡Pero aun así logré robarte una sonrisa! Dime, Stella ¿De que parte del sur proviene tan encantador acento?- preguntó el escritor, intrigado en saber que tan bien tenía ensayado su papel.
-Luisiana.- contestó con seguridad.
- ¡Luisiana es grande…!¿Qué ciudad?- volvió a preguntar él.-¬¬
-New Orleans. ¿Conoces?.- Kate tenía todo estudiado no iba a fallar a ninguna pregunta que pudiera revelar su identidad. Sabía que el acento no podía delatarla. Le salía a la perfección. Durante la secundaria había interpretado a Blanche, en Un tranvía llamado deseo, largas horas de práctica frente al espejo rindieron su fruto cuando le otorgaron el papel principal en la obra durante dos años seguidos. De todas formas ella tenía la certeza de que él no sabía quien era.
-¡Por supuesto que conozco! ¡Imagínate que nací para el Mardi Gras! ¡Es una fiesta estupenda!- Castle había estado un par de veces en el carnaval y de verdad que se había divertido mucho.
-¡Me imagino!- la detective soltó una pequeña risa imaginándolo muy borracho por las calles de New Orleans.
–Tu copa está vacía…me preguntaba si te gustaría acompañarme a la barra a tomar algo.- le dijo él extendiéndole la mano como el perfecto caballero que era.
-¡Sí! ¿Por qué no? …Y después ¿bailamos?- contestó alargando el brazo para alcanzar la mano del apuesto arlequín.
-Debo decirte que no soy tan buen bailarín como me gustaría, pero supongo que si debo desilusionarte, mejor que sea pronto ¡Así al menos tendré tiempo para intentar conquistarte otra vez!- Castle agarró la copa vacía de la mano de ella y la dejo en una mesita alta que tenía al lado. Luego, entrelazó suavemente sus dedos con los de Kate y giro en dirección a la barra no sin antes regalarle una encantadora sonrisa. La detective volaba. No podía creer lo seductor que podía ser el escritor. Estaba en todos los detalles. ¡No podía ser tan sexi!
-¡No bailas tan mal, Rick! ¡Créeme!- susurró muy bajo mientras se dejaba llevar a la barra, con tan poca suerte que él la escuchó.
-¡¿No bailas tan mal, Rick?! ¡¿Rick?!¡...entonces…ella sabe quien soy! Y por supuesto no quiere que yo la descubra ¿sino para que usaría ese sexi acento sureño? ¡¿Así que quieres jugar, detective?! ¡Pues, juguemos entonces!- pensó Castle algo enfadado. ¿Por qué ella simplemente no le decía que lo había reconocido? ¿Por qué le tenía tanto miedo? Pensó en miles de respuestas posibles y ninguna lo convencía. Incluso llegó a pensar que a ella sólo le interesaba pasar una noche con él, sin ningún tipo de compromisos ni obligaciones -¡Tú sabes! ¡Eliminar la tensión sexual que existe entre los dos para poder seguir trabajando juntos!- se dijo mentalmente. -¡No! ¡Beckett no me haría eso sabiendo lo que siento por ella!- Pero, claro esta noche no era Kate sino “Stella” y bajo esa máscara podía hacer cualquier cosa que quisiese con él. Seguramente no podría resistirse. Sacudió levemente la cabeza y caminó.
Se abrió paso entre la gente hasta llegar a la barra, con autoridad, con mucho cuidado de que nadie rozara a su amada.
-¿Sigues con champagne o prefieres otra cosa?- preguntó Castle.
-Me gustaría tomar algo más fuerte. ¿Qué vas a tomar tú, Alessandro?-
-¡Whiskey, por supuesto!- contestó con una amplia sonrisa llamando al barman.
-¡Entonces, whiskey será!- la detective no podía dejar de mirarlo. Estaba a punto de naufragar en sus ojos.
Castle agarró los dos tragos y le ofreció uno. Ella lo agarró y sin bajar el brazo dijo:
-¡Brindemos!-
-¿Un brindis? ¿Por qué deseas brindar?-
-¡Por la fiesta! ¡Por dos perfectos extraños que están a punto de bailar!- contestó ella sonriendo y acercando el vaso.
-¡Salud!- el escritor chocó suavemente la copa y ambos le dieron un sorbo para consolidar el brindis. Alguien que llegó a la barra empujó a la detective provocando que un par de gotas se derramaran sobre ella. Una cayó directamente sobre el escote rodando rápidamente hasta perderse dentro de el, seguida por la atenta mirada del arlequín. La otra quedó haciendo equilibrio en la comisura de sus labios. Él, acercó su dedo índice atrapando la gota que empezaba a descender. La detective movió levemente sus labios atrapando con dulzura su dedo robándosela. -¡Eres mala, Kate! ¡¿Quieres que me lance encima tuyo y te coma entera a besos?!- pensó sin poder dejar de mirarla.
-¿Terminamos los tragos y bailamos?- le preguntó inocentemente ella.
-Si no puedo evitarlo… ¡debo confesar que me da un poco de vergüenza bailar!- contestó él siguiendo el juego.
-Te diré lo que haremos. La próxima canción menos movida que pasen me llevarás a bailar. Eso si te atreves a estar pegado a mí. Sólo si no te da vergüenza, claro…- Kate sonrió maliciosamente mordiéndose el labio inferior.
-¡No me lo perdería por nada del mundo!- El escritor bebió un largo trago. Estaba nervioso y el alcohol parecía calmarlo. Sentía como la temperatura de su cuerpo iba en ascenso con cada mirada, sonrisa, gesto o cosa que le decía esa tremenda mujer que tenía en frente. Ella lo estaba seduciendo a él y no al revés como se suponía que tenía pensado. Eso tenía que cambiar. Él debía volver a tomar las riendas de éste juego de seducción. En la pista comenzó a sonar Love Is a Losing Game. Ahora no tendría escapatoria.
-¡Amo ésta canción! ¿Te gusta Amy Winehouse?- preguntó Beckett.
-Mucho. ¡Su voz es muy sensual! ¿Qué te parece si bailamos?- Sin esperar respuesta Castle le tomó la mano para llevarla a la pista.
-¡Muero de ganas de ver como baila un arlequín!- Kate dejó el vaso en la barra y se dejó arrastrar.
-¡Miren, chicos! ¿Ven esa pareja que se dirige al centro de la pista?- dijo Lanie entusiasmada
-¿Quiénes? ¿El Arlequín y la dama de blanco?- preguntó Ryan.
-¡Sí, señor! ¡Esos mismos!- contestó la Dra.
-¿Qué pasa con ellos, Lanie?- preguntó Esposito.
-¡Te apuesto dos meses de sueldo que son Castle y Beckett!- respondió Lanie.
-¿Cómo sabes?- volvió a preguntar Javi.
-¡Irradian Magia! ¿Entiendes, Javi? ¡MA-GIA!- mientras le decía esto la Dra. Parish. picó dos veces con su dedo índice el pecho de Esposito remarcando las silabas que había separado.
-¡Que linda eres cuando estas borracha!- Esposito intentó abrazarla.
-¡Reconozco que tomé una o dos copas de mas, pero eso no significa que no sepa de lo que estoy hablando! ¡Soy médico forense! Te deberé decir, guapo, que parte de mi trabajo consiste en reconocer la contextura física de las personas como altura y peso y demás. ¡Eso sin contar que Kate es mi mejor amiga y la reconocería sin importar que lleve puesto!- contestó Lanie arrastrando un poco las palabras.
-¡Bien por ellos, entonces! ¡Espero que esta noche sirva para que se junten de una vez por todas!- dijo Ryan.
-¡Por suerte las máscaras tienen la boca descubierta y si así lo desean podrán besarse!- dijo Jenny divertida.
-¡Estoy seguro de que sí lo desean! ¡Y tienes razón, Jenny! Las máscaras son como de látex o algo así, se amoldan a la cara a la perfección! Dijo Esposito tocándose el rostro.
-¡Perfectas para besarse!- Lanie se colgó del cuello de Javi y lo besó largamente en los labios. Ryan y Jenny rieron mirándolos con ternura y decidieron imitarlos.
Castle eligió con cuidado el lugar de la pista donde decidió detenerse. Estaba apartado del centro y sin demasiada luz. Se paró y giró quedando frente a la detective. Sin decir palabra, la tomó por la cintura para atraerla hacía él guardando una prudente distancia entre los dos. Ella apoyó los brazos en sus hombros sin dejar de mirarlo. Comenzaron a bailar suavemente siguiendo la música, despacio, expectantes. Aguardando por saber quien ganaría en la próxima jugada. El escritor movió su mano hacía la espalda descubierta de Kate y posó sus dedos con delicadeza apenas rozándola. Su mano estaba algo fría, lo que le provoco un escalofrío encantador.
- ¡Si logré erizarte la piel tan mal no debo bailar! ¿No?- dijo el arlequín con su encantadora voz de galán.
-¡No seas engreído! ¡Tienes la mano helada!- le reprochó ella.
-Bueno…-dijo él mientras se acercaba a su oreja hasta casi rozarla con sus labios –…Tú podrías ayudarme con eso…¿No crees?- susurrando la pregunta, Castle le apoyó toda la mano sobre la espalda y suavemente la fue acercando hasta pegarla contra su cuerpo. Sintió como se le aceleraba el pulso, pero mejor aun, sintió como se ella se estremecía al oír sus palabras. La detective no sabía como seguir manteniendo la compostura para no lanzarse a su boca desesperadamente. Él comenzó a acariciarle la espalda muy despacio, como queriendo memorizar con sus dedos cada milímetro de su piel, en silencio, sólo disfrutando de su suavidad.
-Dime…¿Todavía sigue muy fría la mano?- preguntó el.
-Soy una mujer fuerte, puedo soportarlo…- contestó deseando que no dejara de acariciarla.
-Me encanta tu perfume- le dijo Castle cerrando los ojos y respirando hondo para atesorarlo en su mente. –De hecho, no hay nada que no me encante de ti.-
-Tú tampoco estas tan mal, grandote.-le dijo ella rozando con sus labios su oreja.
-¡Me vas a hacer sonrojar! ¡Soy un muchacho tímido…¿recuerdas?-
-¡Cierto! ¡Lo olvidé por un segundo!- dijo Beckett con ironía.
-No me crees ¿no? Debo decirte que si yo no hubiese sido tímido habría tratado de besarte hace mas de 15 minutos, pero mi frágil alma de arlequín no podría haber resistido un rechazo – el escritor puso voz melancólica.
-y …¿tan seguro estabas de que te hubiese rechazado?- preguntó ella en un susurro.
-Mmm…no lo sé. ¿Lo hubieses hecho?- Sin poder esperar la respuesta, el escritor le besó el cuello, muy suavemente, sin encontrar resistencia. Dos segundos después volvió a besarle el cuello, esta vez mordiéndola dulcemente. El corazón de la bella detective comenzó a acelerarse hasta asustarla. Lo apartó de repente y se lo quedó mirando con la respiración agitada. Sin decirle una palabra, sin darle tiempo a nada, Castle la tomó con firmeza por la nuca y la besó con pasión. Otra vez sus labios se reunían, se saboreaban, sus lenguas jugaban girando en el interior de la boca del otro. No podían dejar de besarse, no querían dejar de besarse. Él la tenía agarrada de la cintura apretándola contra su cuerpo. Ella le acariciaba su ancha espalda. Seguían bailando, aunque la música hacia rato que les había dejado de interesar. Lo único que les interesaba en ese momento era comerse las bocas con desesperación. Sus cuerpos ardían, se deseaban, tanto que podrían haberse prendido fuego con solo rozarse la piel desnuda. El escritor intentó levantarle la máscara. Kate le agarró la mano y la devolvió a su cintura. -¿Por qué no quiere que le quite la máscara? ¿Acaso no piensa decirme nunca quien es?- pensó confundido. El miedo comenzaba a invadirlo. Sus conjeturas parecían ciertas. Ella no deseaba revelar su identidad aun sabiendo quien era y eso solo le daba lugar a pensar que sólo quería una noche de sexo con él aparentando ser un desconocido. Se apartó un momento de su boca para mirarla directo a los ojos, tratando de leer su mirada, queriendo descubrir que demonios pretendía hacer Beckett con él. No sabía como seguir. El juego se estaba complicando a cada segundo. La respiración de la detective seguía agitada, eso le daba a entender al escritor que sus besos y caricias no habían pasado desapercibidos. Pero no entendía aun como ella pretendía seguir la noche. Y lo que era peor, no podía lograr separase de ella. La besó en los labios. Ésta vez duró un poco menos. Volvió a besarle el cuello extasiado. Sentía como se iba perdiendo en la suavidad de su piel, en su exquisito perfume. Susurraba a su oído lo perfecta que era. Y ella no podía mas que dejarse besar, rendida, completamente desarmada ante el encantador hombre que la rodeaba por la cintura, no sin sentir un poco de enojo por como se comportaba el escritor con una señorita supuestamente desconocida. Ese pensamiento no hacia mas que confirmar sus sospechas de que su amado había decidido seguir adelante con su vida al no encontrar respuesta a su confesión de amor. Pero eso no debía importarle ahora. Ya tendría tiempo para arrepentirse. Ahora era tiempo de disfrutar lo que ella creía que sería su única noche con él.
-¡Vámonos de aquí!- dijo Castle separándose de ella y agarrándole la mano para llevársela de ahí. Kate no se movió.
-Espera. Si nos vamos a ir juntos debemos poner un par de reglas antes.- contestó secamente.
-¿Reglas? ¿Qué tipo de reglas?- preguntó él algo extrañado.
-Sí. Reglas. De hecho es una sola.-
-Te escucho…-
-De ninguna manera debemos saber quienes somos realmente.-
-¡Cuanto misterio! ¿Quieres decir que nunca nos quitaremos las máscaras?- no le agradó tanto la idea, pero al parecer no le quedaba opción ¿No?
-No. Nunca ¿Aceptas?- preguntó ella sugerente…
Parecía que no. Que no tenía otra opción que aceptar o perder la oportunidad de irse con ella. ¿Podría aguantar sin develarle su identidad? No estaba seguro. Pero, ¿no era ese su plan en un principio? ¿no sería ésta la oportunidad perfecta para olvidarse de todo, para poder seducirla de principio a fin, sin que nada importe, ni su identidad ni su pasado ni sus miedos ni nada? Su incertidumbre y sus constantes contradicciones lo hacían enfadarse mas y mas.
-De acuerdo. Acepto. Pero antes contéstame algo ¿A que le tienes miedo? ¿Temes que no te guste lo que vas a encontrar debajo de la máscara?- dijo él con ironía.
-Miedo? …No, no es miedo. Es sólo que no estoy buscando nada serio y sin saber quien somos sería todo mas fácil…-
Castle sentía que iba a estallar si no le podía revelar quien era en realidad. No quería escuchar mas mentiras. No quería sentirse ignorado otra vez. Simplemente, no quería seguir jugando.
-¿Seguro que no es miedo, Kate? ¿Hasta donde piensas seguir con este juego?- dijo él tomándola por los hombros. A Beckett se le heló la sangre. ¿Como lo sabía? ¿Él también tenía todo planeado? Realmente era algo que no se esperaba.
-Tú…¿Sabias que era yo? ¿Cómo me reconociste?- le dijo, ya sin fingir el acento sureño.
-¿Como? Por tu sonrisa, tu forma de moverte, tu perfume, tus labios, tus besos ¿De verdad crees que podría olvidarme de cómo besas? ¿Qué se supone que pretendes con todo esto, Beckett? Tú sabías en todo momento quien era ¡y preferiste seguir con la farsa!. Castle estaba furioso, pero sobre todo, confuso.
-Déjame explicarte, Castle…- dijo ella apenada.
-¡¿Explicarme que?! ¿Que lo único que quieres conmigo es una noche y nada mas porque no estas buscando nada serio?
-…pensé que esta noche podría ser diferente, que nos dejaríamos llevar por el alcohol y los disfraces sin que nada mas importe. Ser libres por una noche, sin arrastrar todo el pasado y sin pensar en nada. ¿Entiendes?-
-¿Eso es lo que quieres? ¿Una noche de sexo apasionado? y mañana ¿Qué? ¿Seguiríamos siendo amigos como siempre?- El escritor sonaba de veras enojado. Beckett sentía que no se estaba explicando del todo bien.
-Por eso lo de no sacarnos las máscaras…Hubiésemos tenido una oportunidad…- dijo ella.
-¿Una oportunidad de que, Beckett? ¿De seguir escondiéndote detrás de una maldita máscara? ¿De no animarte a decir lo que sientes por mi? ¿Hasta cuando tendré que esperarte a que te decidas que demonios quieres hacer conmigo? ¿Tan frió está tu corazón que no te das cuenta lo provocas en mí? ¿Lo que me duele tu indiferencia?- Castle se enceguecía cada vez mas. No escuchaba lo que ella intentaba explicarle . Estaba furioso, como un animal herido.
-¡No! ¡Estas entendiendo mal! ¡Déjame que te explique, Rick! ¡Por favor!-
-¡No creo estar entendiendo mal, Kate! Evidentemente, no estas preparada para tener una relación. Ni conmigo ni con nadie y eso lo entiendo. Lo que todavía no logro comprender es que pretendías realmente para dentro de un rato. ¿En serio creías que yo no iba a reconocerte bajo esa estúpida máscara o también ibas a fingir que no recordarías nada de lo que pasó esta noche? Entérate de algo detective, hasta aquí llegué. ¡No puedo seguir mas con esto!- Ni bien el escritor terminó de soltar su parlamento comprendió que se había pasado. Estaba endemoniado, no se reconocía en sus palabras, pero, quería herirla, quería que aunque sea por un momento sintiera lo que sentía él. Bajó la mirada. La soltó no sin dejar de acariciarla cuando le sacó las manos de encima y se fue sin volver a mirarla otra vez.
-¡Rick! ¡Espera!- fue lo único que atinó a decir, pero el escritor no llegó a oírla. Beckett quedó paralizada. Entonces…¿El sabía que ella recordaba todo? ¿Cómo? En ese momento no se le cruzó por la cabeza el interrogatorio. No sabía como reaccionar ni que decirle. Debía poner en orden su cabeza. La había agarrado con la guardia baja y le había conectado un buen gancho dejándola semi-inconciente. Ahora más que nunca debían hablar para solucionar de una vez por todas las cosas, si es que todavía existía la posibilidad que él quisiese escucharla, pero parecía que esa noche, eso no iba a suceder.
Continuará…
*Stella: Hermana menor de Blanche en la obra de teatro Un tranvía llamado deseo del dramaturgo norteamericano Tennesse Williams.
Ojalá que les haya gustado. ¡No me odien! Espero sus comentarios!!! Saludos
CAPITULO III
La noche del sábado al fin había llegado y Castle ya estaba disfrazado y ansioso por llegar a la fiesta. La última vez que había hablado con ella sintió como le había temblado la voz al despedirse de él, ¡quizás sí había logrado hacerla cambiar de opinión con respecto al baile! La montaña rusa subía sin encontrar la cima…
Llegó a la fiesta en una limusina blanca. Se bajó y rápidamente caminó por la alfombra roja enceguecido por los flashes de las cámaras. Las revistas de moda publicarían todas las fotos un par de días después con las respectivas predicciones de quien estaba bajo cada disfraz. ¡Todos los años lo hacían y todos los años fallaban! De todas formas, saludó alegremente al pasar por delante de los fotógrafos.
Entró al gran salón donde se encontraba una enorme barra y la pista de baile, es decir donde estaba la mayoría de los invitados. Comenzó a mirar de un lado al otro, reconociendo a algunos famosos. Un mozo se colocó en frente de él ofreciéndole una copa de champagne. Castle la aceptó alegremente sin dejar de mirar a los invitados. A lo lejos, reconoció a Ryan junto a Jenny. Sus disfraces hacían juego y los colores de sus máscaras eran opuestos.
– ¡Lucen adorables!- pensó mientras seguía buscando a su bella musa entre ese mundo de gente. A la derecha de Jenny creyó ver a Esposito hablándole al oído a Lanie, pero no estaba del todo seguro. Más tarde tendría tiempo de ir a hablar con ellos. De todos modos, se contentó pensando que si había podido reconocer a sus amigos, no podía resultarle tan difícil reconocer a Kate. Bebió de un sorbo lo que quedaba de champagne. Se dirigió hacia la barra para conseguir otro trago. La ansiedad lo estaba matando y el alcohol siempre ayudaba. Pidió un whisky y reanudo su búsqueda un poco desanimado ¿Qué pasaría si no lograba reconocerla? Sacudió la cabeza para alejar ese pensamiento. Si ella estaba en ese baile, él tenía que ser capaz de reconocerla. Tomó un largo trago y al bajar el vaso vio a la mujer más hermosa de toda la fiesta. -¿En verdad era ella?- se preguntó. La vio sonreír, probablemente al recibir algún cumplido. Sintió una puntada en el medio del pecho y sus latidos comenzaron a acelerarse. Amaba su sonrisa, era única Tenía que ser ella. Su corazón no podía mentirle de esa manera.
Se terminó el trago de una sola vez y soltó el vaso vacío en la bandeja de un camarero que pasaba por delante de él. Castle no podía dejar de mirarla. ¡Dios! ¡Era una princesa! El vestido era blanco, de seda brocado en hilo de plata con canutillo y pequeñas piedras de cristal, tan sutilmente engarzadas que coronaban con majestuosidad el exquisito dibujo diseñado especialmente para resaltar los detalles únicos de la figura de la hermosa mujer que lo vestía; y si bien guardaba la línea original del típico vestido de gala de las damas de la nobleza del S. XVIII, el diseñador había logrado combinarlo con un estilo muy moderno. Y eso, claro, incluía una abertura muy interesante en la falda que bajaba en diagonal desde el frente hacia el costado formando una v corta invertida para lucimiento de las increíbles piernas de la detective.
-¡Realmente…te has pasado con el vestido, Esteban!- pensó en voz alta el escritor aun embobado con esa bella imagen de la joven, que él suponía su amada. Resopló y giró en dirección a la barra
-Necesito otro trago.- se dijo a si mismo haciéndole una seña al barman para que le sirviera otro whiskey. Necesitaba reponerse y pensar como se acercaría a ella ¿Cómo? Los últimos días había estado tan enredado imaginando si ella asistiría o no que en ningún momento se le cruzó por la cabeza de qué manera la abordaría si esto sucedía. ¿Qué le diría? Tendría que ser algo ingenioso, seductor, irresistible. ¡Tendría que ser sublime! ¿Cómo no lo había pensado antes? Ahora debería improvisar rogando no decir alguna estupidez cuando la tuviese en frente.
Recordó a su madre diciéndole: -¡Ay, Richard! ¡Para ser un hombre que te ganas la vida con las palabras es increíble lo que te cuesta elegir las correctas cuando verdaderamente importan!- Madre… ¡Cuanta razón tienes!- pensó. El barman se acercó con su trago mientras les sonreía a dos señoritas que se encontraban junto al escritor. Volvió a mirar a la dama de blanco, que para su sorpresa se encontraba hablando con dos agraciados caballeros. –Por lo menos no vino acompañada. ¡Ningún hombre en su sano juicio la soltaría por mas de dos minutos!- se dijo a si mismo buscando el lado positivo.
No podía perder tiempo o alguien mas se la robaría. Estaba despampanante y verdaderamente llamaba la atención. Pensó como sacarle de encima a los dos tipos que revoloteaban a su alrededor. Miró de reojo a las dos jovencitas que tenía al lado y agudizó el oído. Por lo que pudo escuchar estaban cazando famosos ¡y eso le venía como anillo al dedo! Tomó su móvil fingiendo hacer una llamada mientras no dejaba de mirar a los dos muchachos que entretenían a su musa.
-¡John! ¡Soy yo! ¡Escucha! ¿Ves a esa mujer preciosa vestida de blanco que está parada a la izquierda de la pista de baile? …a mi izquierda ¿me ves aquí en la barra?- Castle levantó la mano saludando a su imaginario amigo. -…¡Si! ¡Esa misma! Bueno…los dos caballeros que la acompañan son…¡Escúchame bien! ¡Son Ian Somerhalder y Robert Pattinson! Vinieron solos, sin sus novias…¿entiendes lo que te quiero decir? ¡Los escuché hablando en el baño y parece ser que están en busca de diversión! ¡Es nuestra oportunidad, John! ¡Si logramos sacarle una foto comprometida será la noticia del año, tenemos que estar muy atentos!- El escritor procuró que las dos señoritas que tenía a su lado escucharan cada detalle de la falsa llamada. Guardó su teléfono y se tomó un trago. ¡Ahora a esperar que muerdan el anzuelo! –¡Sólo espero no haberme confundido y que de verdad sea ella!- pensó el escritor mientras la miraba reírse con los dos desconocidos.
Beckett hablaba con los dos caballeros mientras se tomaba una copa de champagne sin dejar de recorrer el inmenso salón con la mirada. Cada tanto reía de compromiso cuando veía que ellos también lo hacían ya que en realidad no les estaba prestando ni la más mínima atención. En lo único que podía pensar era en descubrir cual de los 35 arlequines que había cruzado en su recorrida visual podría ser su apuesto escritor. No había tenido demasiado tiempo para memorizar cada detalle del traje que vio colgado en el perchero. A decir verdad, tampoco tenía la certeza de que fuese para Castle, después de todo el papel solamente decía Rick. Esteban Cortéz era un diseñador sumamente reconocido y el disfraz bien podría haber sido de alguna otra celebridad como Richard Gere o Ricky Martin. Al menos tenía por donde empezar y estaba convencida de que su intuición de detective la ayudaría.
Su copa se había vaciado y la paciencia que hasta ese momento le había tenido a los dos hombres estaba llegando a su límite. No paraban de hablar de ellos mismos y de todas las empresas que tenían a su cargo, compitiendo entre ellos todo el tiempo para tratar de llamar su atención. Por suerte, no estaba funcionando. La aburrida charla oída hasta el momento no lograba siquiera interesarle. Cualquier caballero que se precie habría notado que ya no tenía nada para tomar y rápidamente hubiese conseguido una copa llena. Pero estos tipos no parecieron enterarse en lo absoluto. -¡Castle lo hubiese notado de inmediato!- pensó Beckett mientras sonrió al recordarlo. A pesar de su aburrimiento, había decidido que de todos modos se quedaría ahí para poder observar a los invitados, y los dos hombres le servían de excusa para estar parada al lado de la pista si levantar sospechas.
En ningún momento dejó de examinar a los arlequines que pasaban por la fiesta. Altura, contextura física, forma de caminar. No tenía más datos que esos para tratar de identificarlo. Parecía poco, pero la joven detective parecía estar convencida de que era suficiente. Depositó su copa en la bandeja de un camarero que pasaba por ahí, lamentablemente en la bandeja sólo había copas vacías como la de ella. Necesitaba un trago. Sentía que su ansiedad iba en ascenso. Debía encontrarlo rápido, lo suficiente como para evitar que se ponga a charlar con otra, de otra forma sería mucho mas complicado llamar su atención. Se detuvo a observar a una pareja que estaba bailando a unos metros de ella. Estaba segura que eran Lanie y Esposito. –¡Muy bien, amiga! ¡Nunca pierdes tiempo! ¿No?- pensó divertida. Por un segundo se le cruzó por la cabeza en ir a buscar a Lanie para que la ayude en su búsqueda, pero inmediatamente se dio cuenta de que no podía arruinarle el momento de esa manera. ¡Se veía que los dos la estaban pasando increíble! ¡Como le hubiese gustado que Castle la tomase dulcemente del brazo acercándose a su oído para susurrarle como hacía Javi con su amiga! Siguió mirando el salón hasta que sus ojos se encontraron con la barra de tragos. Estaba bastante concurrida por lo que tardó un momento en darse cuenta que apoyado en la punta descansaba en pose seductora un arlequín que se adecuaba perfectamente a los parámetros de búsqueda con los que contaba la detective. –¡Tiene que ser él!- se dijo para sus adentros tratando de respirar hondo para lograr estabilizar los latidos de su corazón. El traje, la altura, la forma en la que agarraba el vaso. Eran muchas coincidencias. ¡Tenía que ser él! Su olfato de policía no podía fallarle. Se sorprendió cuando uno de los caballeros le puso una copa en frente y no le quedó otra que aceptarla y agradecer. Fueron sólo unos segundos, pero para cuando volvió a mirar hacia la barra su arlequín se había perdido entre la gente. -¡Diablos! ¡Donde se habrá metido?- susurró.
-Disculpa ¿Qué dijiste preciosa?- le preguntó uno de los caballeros.
-¡Nada importante! ¡Solo que el champagne está delicioso!- contestó Beckett saliendo del paso. El tipo le siguió hablando, pero ella simplemente lo ignoró y siguió buscando a Castle entre la gente. Dos voluptuosas señoritas se acercaron a los dos galanes con exagerados ademanes. Muy hábilmente las mujeres se fueron acercando hasta llegar a hablarles al oído provocándoles risitas nerviosas a los atontados hombres. Kate aprovechó la distracción de los caballeros para huir de ahí en busca del escritor.
***
Castle escuchó a las dos chicas cuchicheando sobre la falsa llamada que había realizado unos minutos atrás. Un instante después, las dos señoritas abandonaban la barra dirigiéndose hacia los dos galanes devenidos en falsos actores de Hollywood. –Castle ¡Eres un genio!- se dijo apurando el whiskey para salir detrás de las dos voluptuosas mujeres. El escritor se fue escabullendo entre la gente hacia la derecha de la pista. Quería sorprenderla por atrás, susurrarle algo encantador al oído. Mientras se abría paso entre la gente iba ensayando en su mente las posibles frases con las que se presentaría. ¡Todas le sonaban tan estúpidas! -¡Vamos, Castle! ¡Piensa!- se repetía entre frase y frase. Estaba tan sólo a unos metros de ella, tan cerca que sentía el resplandor de su aura invadiendo su cuerpo. Casi podía verla. Solamente le quedaba atravesar a un grupo de jóvenes que bailaban muy animados frente de él.
Pidiendo permiso ingresó en la pequeña turba juvenil, con tanta mala suerte que la canción que estaban pasando llegó al estribillo y los muchachos comenzaron a saltar como extasiados cantando a los gritos. Él escritor quedó dando vueltas, desesperado, tratando de abrirse paso para llegar hasta ella. Lamentablemente, para cuando logró llegar donde estaban los dos galanes con sus nuevas adquisiciones, Kate ya no estaba. Había desaparecido. No podía haberse ido muy lejos y seguramente no tardaría en encontrarla. Así que sin desanimarse empezó a buscarla. –Blanco, blanco. Sólo debo mirar trajes blancos…- se decía mientras caminaba. ¡Parecía un verdadero demente! Sí. Él también se sentía así. Lo único que le importaba en ese momento era tenerla cerca. -¡Ahí está!- dijo en voz alta mientras aceleraba el paso para no perderla nuevamente. Ella de veras caminaba rápido. Logró alcanzarla. Dudó un segundo sobre su siguiente paso. -¡Vamos, Rick! ¡Es ahora o nunca!- pensó el escritor mientras le tomaba la mano para retenerla suavemente. Se aclaró la garganta y con su mejor voz de galán maduro le dijo:
-¡Disculpa! ¿Viniste sola o otros ángeles casi tan hermosos como tú te acompañan?- mientra soltaba esa línea tan cursi se reprochaba mentalmente lo estúpido que había sonado. -¡No se te pudo ocurrir nada mejor ¿no, Rick?!- pensó mientras cerraba los ojos esperando el rechazo.
Beckett sonrió. El piropo le había sonado simpático, pero a ella, esta noche no le importaba otro hombre que no fuese Castle. Giró como para agradecer el cumplido cortésmente para largarse de allí de inmediato y entonces lo vio. Sintió como su corazón se detenía un instante mientras miraba de arriba abajo al apuesto escritor. El ceñido traje de arlequín resaltaba todos los músculos que éste había estado ejercitando últimamente. Kate nunca había notado ese cuerpazo debajo de su ropa habitual. ¿En verdad era él? –Castle… ¿va al gimnasio? ¿Desde cuando?... ¡Diosss! ¡Que lindo está! …y sus ojos…¡sus ojos parecen mas azules que de costumbre! ¡Sé que es él! ¡Su mirada es inconfundible!- pensó la detective. En efecto la máscara negra que él llevaba puesta parecía resaltarle aun mas sus hermosos ojos. ¡Que difícil le iba a resultar no tirarse en sus brazos después de cada palabra que éste pudiera llegar a decirle! ¡No! ¡Debía ser fuerte y seguir adelante con lo que tenía planeado! Él no debía enterarse quien era ella realmente. No podía arriesgarse a un supuesto rechazo de Castle hacía Beckett. Esa no era la idea, no. Ya tendrían tiempo de ser ellos mismos y decirse todo lo que tienen guardado desde hace tanto, ya sea para bien o para mal, pero no sería hoy. Hoy no podía perderse la oportunidad de tenerlo esa noche, acariciarlo, besarlo, morderlo, entregarse a él libremente y sin prejuicios. Se recuperó como pudo de su ensueño. Se llevó la copa a sus labios para beber un largo trago de champagne mientras lo miraba a los ojos y adquiría una pose desinteresada.
-¡Vaya! ¡Que cumplido tan original, grandote! ¿Se te ocurrió a ti solito?- le dijo la bella detective al arlequín con una sonrisa que denotaba seguridad y con un extraño acento en su pronunciación.
Castle se sorprendió al escucharla y no pudo mas que sonreír. -¡Es tan linda!¡Parece salida de una obra de Tennesse Williams! ¡Le sale tan bien! Parece que de verdad no quiere ser descubierta…- se dijo a si mismo.
-Sí. Un poco trillado ¿No es así? En realidad, no se me ocurrió nada mas para describir tu perfección. ¡Suelo ser más ocurrente, pero tu belleza me atontó por unos segundos! ¡Permíteme presentarme: Soy Arlequín. Servidor humilde y valet cómico. Muy conocido por mi sentido del humor! - dijo el escritor mientras se inclinaba levemente para besar con dulzura la mano de Kate que aun no había soltado. La detective suspiró levemente al sentir sus labios en su piel ¿Puede alguien ser tan adorable?-pensó.
-¿Así debo llamarte, grandote? ¿Arlequín?- dijo divertida.
-¡Grandote no está mal!…pero mejor llámame…-pensó un segundo. –¡Alessandro! Y dime ¿tú como te llamas?- dijo mirándola a los ojos.
-Puedes llamarme como gustes, Alessandro. ¡Los nombres no son importantes aquí!- contestó sin bajar la mirada terminando su copa.
-¡Tienes razón! ¡Los nombres no importan, pero no me digas que no son una buena forma de presentación! Te diría que casi indispensable… ¡Te llamaré Stella*!- dijo Castle sonriente.
-¡Perfecto! Original es la palabra que te define ¿no?- le dijo burlándose de él sonriendo.
-¡Ok! Reconozco que hoy no es uno de mis mejores días… ¡Pero aun así logré robarte una sonrisa! Dime, Stella ¿De que parte del sur proviene tan encantador acento?- preguntó el escritor, intrigado en saber que tan bien tenía ensayado su papel.
-Luisiana.- contestó con seguridad.
- ¡Luisiana es grande…!¿Qué ciudad?- volvió a preguntar él.-¬¬
-New Orleans. ¿Conoces?.- Kate tenía todo estudiado no iba a fallar a ninguna pregunta que pudiera revelar su identidad. Sabía que el acento no podía delatarla. Le salía a la perfección. Durante la secundaria había interpretado a Blanche, en Un tranvía llamado deseo, largas horas de práctica frente al espejo rindieron su fruto cuando le otorgaron el papel principal en la obra durante dos años seguidos. De todas formas ella tenía la certeza de que él no sabía quien era.
-¡Por supuesto que conozco! ¡Imagínate que nací para el Mardi Gras! ¡Es una fiesta estupenda!- Castle había estado un par de veces en el carnaval y de verdad que se había divertido mucho.
-¡Me imagino!- la detective soltó una pequeña risa imaginándolo muy borracho por las calles de New Orleans.
–Tu copa está vacía…me preguntaba si te gustaría acompañarme a la barra a tomar algo.- le dijo él extendiéndole la mano como el perfecto caballero que era.
-¡Sí! ¿Por qué no? …Y después ¿bailamos?- contestó alargando el brazo para alcanzar la mano del apuesto arlequín.
-Debo decirte que no soy tan buen bailarín como me gustaría, pero supongo que si debo desilusionarte, mejor que sea pronto ¡Así al menos tendré tiempo para intentar conquistarte otra vez!- Castle agarró la copa vacía de la mano de ella y la dejo en una mesita alta que tenía al lado. Luego, entrelazó suavemente sus dedos con los de Kate y giro en dirección a la barra no sin antes regalarle una encantadora sonrisa. La detective volaba. No podía creer lo seductor que podía ser el escritor. Estaba en todos los detalles. ¡No podía ser tan sexi!
-¡No bailas tan mal, Rick! ¡Créeme!- susurró muy bajo mientras se dejaba llevar a la barra, con tan poca suerte que él la escuchó.
-¡¿No bailas tan mal, Rick?! ¡¿Rick?!¡...entonces…ella sabe quien soy! Y por supuesto no quiere que yo la descubra ¿sino para que usaría ese sexi acento sureño? ¡¿Así que quieres jugar, detective?! ¡Pues, juguemos entonces!- pensó Castle algo enfadado. ¿Por qué ella simplemente no le decía que lo había reconocido? ¿Por qué le tenía tanto miedo? Pensó en miles de respuestas posibles y ninguna lo convencía. Incluso llegó a pensar que a ella sólo le interesaba pasar una noche con él, sin ningún tipo de compromisos ni obligaciones -¡Tú sabes! ¡Eliminar la tensión sexual que existe entre los dos para poder seguir trabajando juntos!- se dijo mentalmente. -¡No! ¡Beckett no me haría eso sabiendo lo que siento por ella!- Pero, claro esta noche no era Kate sino “Stella” y bajo esa máscara podía hacer cualquier cosa que quisiese con él. Seguramente no podría resistirse. Sacudió levemente la cabeza y caminó.
Se abrió paso entre la gente hasta llegar a la barra, con autoridad, con mucho cuidado de que nadie rozara a su amada.
-¿Sigues con champagne o prefieres otra cosa?- preguntó Castle.
-Me gustaría tomar algo más fuerte. ¿Qué vas a tomar tú, Alessandro?-
-¡Whiskey, por supuesto!- contestó con una amplia sonrisa llamando al barman.
-¡Entonces, whiskey será!- la detective no podía dejar de mirarlo. Estaba a punto de naufragar en sus ojos.
Castle agarró los dos tragos y le ofreció uno. Ella lo agarró y sin bajar el brazo dijo:
-¡Brindemos!-
-¿Un brindis? ¿Por qué deseas brindar?-
-¡Por la fiesta! ¡Por dos perfectos extraños que están a punto de bailar!- contestó ella sonriendo y acercando el vaso.
-¡Salud!- el escritor chocó suavemente la copa y ambos le dieron un sorbo para consolidar el brindis. Alguien que llegó a la barra empujó a la detective provocando que un par de gotas se derramaran sobre ella. Una cayó directamente sobre el escote rodando rápidamente hasta perderse dentro de el, seguida por la atenta mirada del arlequín. La otra quedó haciendo equilibrio en la comisura de sus labios. Él, acercó su dedo índice atrapando la gota que empezaba a descender. La detective movió levemente sus labios atrapando con dulzura su dedo robándosela. -¡Eres mala, Kate! ¡¿Quieres que me lance encima tuyo y te coma entera a besos?!- pensó sin poder dejar de mirarla.
-¿Terminamos los tragos y bailamos?- le preguntó inocentemente ella.
-Si no puedo evitarlo… ¡debo confesar que me da un poco de vergüenza bailar!- contestó él siguiendo el juego.
-Te diré lo que haremos. La próxima canción menos movida que pasen me llevarás a bailar. Eso si te atreves a estar pegado a mí. Sólo si no te da vergüenza, claro…- Kate sonrió maliciosamente mordiéndose el labio inferior.
-¡No me lo perdería por nada del mundo!- El escritor bebió un largo trago. Estaba nervioso y el alcohol parecía calmarlo. Sentía como la temperatura de su cuerpo iba en ascenso con cada mirada, sonrisa, gesto o cosa que le decía esa tremenda mujer que tenía en frente. Ella lo estaba seduciendo a él y no al revés como se suponía que tenía pensado. Eso tenía que cambiar. Él debía volver a tomar las riendas de éste juego de seducción. En la pista comenzó a sonar Love Is a Losing Game. Ahora no tendría escapatoria.
-¡Amo ésta canción! ¿Te gusta Amy Winehouse?- preguntó Beckett.
-Mucho. ¡Su voz es muy sensual! ¿Qué te parece si bailamos?- Sin esperar respuesta Castle le tomó la mano para llevarla a la pista.
-¡Muero de ganas de ver como baila un arlequín!- Kate dejó el vaso en la barra y se dejó arrastrar.
-¡Miren, chicos! ¿Ven esa pareja que se dirige al centro de la pista?- dijo Lanie entusiasmada
-¿Quiénes? ¿El Arlequín y la dama de blanco?- preguntó Ryan.
-¡Sí, señor! ¡Esos mismos!- contestó la Dra.
-¿Qué pasa con ellos, Lanie?- preguntó Esposito.
-¡Te apuesto dos meses de sueldo que son Castle y Beckett!- respondió Lanie.
-¿Cómo sabes?- volvió a preguntar Javi.
-¡Irradian Magia! ¿Entiendes, Javi? ¡MA-GIA!- mientras le decía esto la Dra. Parish. picó dos veces con su dedo índice el pecho de Esposito remarcando las silabas que había separado.
-¡Que linda eres cuando estas borracha!- Esposito intentó abrazarla.
-¡Reconozco que tomé una o dos copas de mas, pero eso no significa que no sepa de lo que estoy hablando! ¡Soy médico forense! Te deberé decir, guapo, que parte de mi trabajo consiste en reconocer la contextura física de las personas como altura y peso y demás. ¡Eso sin contar que Kate es mi mejor amiga y la reconocería sin importar que lleve puesto!- contestó Lanie arrastrando un poco las palabras.
-¡Bien por ellos, entonces! ¡Espero que esta noche sirva para que se junten de una vez por todas!- dijo Ryan.
-¡Por suerte las máscaras tienen la boca descubierta y si así lo desean podrán besarse!- dijo Jenny divertida.
-¡Estoy seguro de que sí lo desean! ¡Y tienes razón, Jenny! Las máscaras son como de látex o algo así, se amoldan a la cara a la perfección! Dijo Esposito tocándose el rostro.
-¡Perfectas para besarse!- Lanie se colgó del cuello de Javi y lo besó largamente en los labios. Ryan y Jenny rieron mirándolos con ternura y decidieron imitarlos.
Castle eligió con cuidado el lugar de la pista donde decidió detenerse. Estaba apartado del centro y sin demasiada luz. Se paró y giró quedando frente a la detective. Sin decir palabra, la tomó por la cintura para atraerla hacía él guardando una prudente distancia entre los dos. Ella apoyó los brazos en sus hombros sin dejar de mirarlo. Comenzaron a bailar suavemente siguiendo la música, despacio, expectantes. Aguardando por saber quien ganaría en la próxima jugada. El escritor movió su mano hacía la espalda descubierta de Kate y posó sus dedos con delicadeza apenas rozándola. Su mano estaba algo fría, lo que le provoco un escalofrío encantador.
- ¡Si logré erizarte la piel tan mal no debo bailar! ¿No?- dijo el arlequín con su encantadora voz de galán.
-¡No seas engreído! ¡Tienes la mano helada!- le reprochó ella.
-Bueno…-dijo él mientras se acercaba a su oreja hasta casi rozarla con sus labios –…Tú podrías ayudarme con eso…¿No crees?- susurrando la pregunta, Castle le apoyó toda la mano sobre la espalda y suavemente la fue acercando hasta pegarla contra su cuerpo. Sintió como se le aceleraba el pulso, pero mejor aun, sintió como se ella se estremecía al oír sus palabras. La detective no sabía como seguir manteniendo la compostura para no lanzarse a su boca desesperadamente. Él comenzó a acariciarle la espalda muy despacio, como queriendo memorizar con sus dedos cada milímetro de su piel, en silencio, sólo disfrutando de su suavidad.
-Dime…¿Todavía sigue muy fría la mano?- preguntó el.
-Soy una mujer fuerte, puedo soportarlo…- contestó deseando que no dejara de acariciarla.
-Me encanta tu perfume- le dijo Castle cerrando los ojos y respirando hondo para atesorarlo en su mente. –De hecho, no hay nada que no me encante de ti.-
-Tú tampoco estas tan mal, grandote.-le dijo ella rozando con sus labios su oreja.
-¡Me vas a hacer sonrojar! ¡Soy un muchacho tímido…¿recuerdas?-
-¡Cierto! ¡Lo olvidé por un segundo!- dijo Beckett con ironía.
-No me crees ¿no? Debo decirte que si yo no hubiese sido tímido habría tratado de besarte hace mas de 15 minutos, pero mi frágil alma de arlequín no podría haber resistido un rechazo – el escritor puso voz melancólica.
-y …¿tan seguro estabas de que te hubiese rechazado?- preguntó ella en un susurro.
-Mmm…no lo sé. ¿Lo hubieses hecho?- Sin poder esperar la respuesta, el escritor le besó el cuello, muy suavemente, sin encontrar resistencia. Dos segundos después volvió a besarle el cuello, esta vez mordiéndola dulcemente. El corazón de la bella detective comenzó a acelerarse hasta asustarla. Lo apartó de repente y se lo quedó mirando con la respiración agitada. Sin decirle una palabra, sin darle tiempo a nada, Castle la tomó con firmeza por la nuca y la besó con pasión. Otra vez sus labios se reunían, se saboreaban, sus lenguas jugaban girando en el interior de la boca del otro. No podían dejar de besarse, no querían dejar de besarse. Él la tenía agarrada de la cintura apretándola contra su cuerpo. Ella le acariciaba su ancha espalda. Seguían bailando, aunque la música hacia rato que les había dejado de interesar. Lo único que les interesaba en ese momento era comerse las bocas con desesperación. Sus cuerpos ardían, se deseaban, tanto que podrían haberse prendido fuego con solo rozarse la piel desnuda. El escritor intentó levantarle la máscara. Kate le agarró la mano y la devolvió a su cintura. -¿Por qué no quiere que le quite la máscara? ¿Acaso no piensa decirme nunca quien es?- pensó confundido. El miedo comenzaba a invadirlo. Sus conjeturas parecían ciertas. Ella no deseaba revelar su identidad aun sabiendo quien era y eso solo le daba lugar a pensar que sólo quería una noche de sexo con él aparentando ser un desconocido. Se apartó un momento de su boca para mirarla directo a los ojos, tratando de leer su mirada, queriendo descubrir que demonios pretendía hacer Beckett con él. No sabía como seguir. El juego se estaba complicando a cada segundo. La respiración de la detective seguía agitada, eso le daba a entender al escritor que sus besos y caricias no habían pasado desapercibidos. Pero no entendía aun como ella pretendía seguir la noche. Y lo que era peor, no podía lograr separase de ella. La besó en los labios. Ésta vez duró un poco menos. Volvió a besarle el cuello extasiado. Sentía como se iba perdiendo en la suavidad de su piel, en su exquisito perfume. Susurraba a su oído lo perfecta que era. Y ella no podía mas que dejarse besar, rendida, completamente desarmada ante el encantador hombre que la rodeaba por la cintura, no sin sentir un poco de enojo por como se comportaba el escritor con una señorita supuestamente desconocida. Ese pensamiento no hacia mas que confirmar sus sospechas de que su amado había decidido seguir adelante con su vida al no encontrar respuesta a su confesión de amor. Pero eso no debía importarle ahora. Ya tendría tiempo para arrepentirse. Ahora era tiempo de disfrutar lo que ella creía que sería su única noche con él.
-¡Vámonos de aquí!- dijo Castle separándose de ella y agarrándole la mano para llevársela de ahí. Kate no se movió.
-Espera. Si nos vamos a ir juntos debemos poner un par de reglas antes.- contestó secamente.
-¿Reglas? ¿Qué tipo de reglas?- preguntó él algo extrañado.
-Sí. Reglas. De hecho es una sola.-
-Te escucho…-
-De ninguna manera debemos saber quienes somos realmente.-
-¡Cuanto misterio! ¿Quieres decir que nunca nos quitaremos las máscaras?- no le agradó tanto la idea, pero al parecer no le quedaba opción ¿No?
-No. Nunca ¿Aceptas?- preguntó ella sugerente…
Parecía que no. Que no tenía otra opción que aceptar o perder la oportunidad de irse con ella. ¿Podría aguantar sin develarle su identidad? No estaba seguro. Pero, ¿no era ese su plan en un principio? ¿no sería ésta la oportunidad perfecta para olvidarse de todo, para poder seducirla de principio a fin, sin que nada importe, ni su identidad ni su pasado ni sus miedos ni nada? Su incertidumbre y sus constantes contradicciones lo hacían enfadarse mas y mas.
-De acuerdo. Acepto. Pero antes contéstame algo ¿A que le tienes miedo? ¿Temes que no te guste lo que vas a encontrar debajo de la máscara?- dijo él con ironía.
-Miedo? …No, no es miedo. Es sólo que no estoy buscando nada serio y sin saber quien somos sería todo mas fácil…-
Castle sentía que iba a estallar si no le podía revelar quien era en realidad. No quería escuchar mas mentiras. No quería sentirse ignorado otra vez. Simplemente, no quería seguir jugando.
-¿Seguro que no es miedo, Kate? ¿Hasta donde piensas seguir con este juego?- dijo él tomándola por los hombros. A Beckett se le heló la sangre. ¿Como lo sabía? ¿Él también tenía todo planeado? Realmente era algo que no se esperaba.
-Tú…¿Sabias que era yo? ¿Cómo me reconociste?- le dijo, ya sin fingir el acento sureño.
-¿Como? Por tu sonrisa, tu forma de moverte, tu perfume, tus labios, tus besos ¿De verdad crees que podría olvidarme de cómo besas? ¿Qué se supone que pretendes con todo esto, Beckett? Tú sabías en todo momento quien era ¡y preferiste seguir con la farsa!. Castle estaba furioso, pero sobre todo, confuso.
-Déjame explicarte, Castle…- dijo ella apenada.
-¡¿Explicarme que?! ¿Que lo único que quieres conmigo es una noche y nada mas porque no estas buscando nada serio?
-…pensé que esta noche podría ser diferente, que nos dejaríamos llevar por el alcohol y los disfraces sin que nada mas importe. Ser libres por una noche, sin arrastrar todo el pasado y sin pensar en nada. ¿Entiendes?-
-¿Eso es lo que quieres? ¿Una noche de sexo apasionado? y mañana ¿Qué? ¿Seguiríamos siendo amigos como siempre?- El escritor sonaba de veras enojado. Beckett sentía que no se estaba explicando del todo bien.
-Por eso lo de no sacarnos las máscaras…Hubiésemos tenido una oportunidad…- dijo ella.
-¿Una oportunidad de que, Beckett? ¿De seguir escondiéndote detrás de una maldita máscara? ¿De no animarte a decir lo que sientes por mi? ¿Hasta cuando tendré que esperarte a que te decidas que demonios quieres hacer conmigo? ¿Tan frió está tu corazón que no te das cuenta lo provocas en mí? ¿Lo que me duele tu indiferencia?- Castle se enceguecía cada vez mas. No escuchaba lo que ella intentaba explicarle . Estaba furioso, como un animal herido.
-¡No! ¡Estas entendiendo mal! ¡Déjame que te explique, Rick! ¡Por favor!-
-¡No creo estar entendiendo mal, Kate! Evidentemente, no estas preparada para tener una relación. Ni conmigo ni con nadie y eso lo entiendo. Lo que todavía no logro comprender es que pretendías realmente para dentro de un rato. ¿En serio creías que yo no iba a reconocerte bajo esa estúpida máscara o también ibas a fingir que no recordarías nada de lo que pasó esta noche? Entérate de algo detective, hasta aquí llegué. ¡No puedo seguir mas con esto!- Ni bien el escritor terminó de soltar su parlamento comprendió que se había pasado. Estaba endemoniado, no se reconocía en sus palabras, pero, quería herirla, quería que aunque sea por un momento sintiera lo que sentía él. Bajó la mirada. La soltó no sin dejar de acariciarla cuando le sacó las manos de encima y se fue sin volver a mirarla otra vez.
-¡Rick! ¡Espera!- fue lo único que atinó a decir, pero el escritor no llegó a oírla. Beckett quedó paralizada. Entonces…¿El sabía que ella recordaba todo? ¿Cómo? En ese momento no se le cruzó por la cabeza el interrogatorio. No sabía como reaccionar ni que decirle. Debía poner en orden su cabeza. La había agarrado con la guardia baja y le había conectado un buen gancho dejándola semi-inconciente. Ahora más que nunca debían hablar para solucionar de una vez por todas las cosas, si es que todavía existía la posibilidad que él quisiese escucharla, pero parecía que esa noche, eso no iba a suceder.
Continuará…
*Stella: Hermana menor de Blanche en la obra de teatro Un tranvía llamado deseo del dramaturgo norteamericano Tennesse Williams.
Ojalá que les haya gustado. ¡No me odien! Espero sus comentarios!!! Saludos
Solexite- Policia de homicidios
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Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Alucinante por diossssss continua pronto por favor
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
jopeta jopeta jopeta dios dios dios que pedazo de historia
me gusta me encanta que mosqueo se ha agarrado castle
sigue pronto por fa por fa por fa
que hable que se seduzcan que se besen y que se yo
todo todo todo
gracias por tu trabajo lo estas haciendo uff genial
me gusta me encanta que mosqueo se ha agarrado castle
sigue pronto por fa por fa por fa
que hable que se seduzcan que se besen y que se yo
todo todo todo
gracias por tu trabajo lo estas haciendo uff genial
choleck- Escritor - Policia
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castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
genial. Gracias, es fantástico. Sigue pronto
oml- Ayudante de policia
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Fanny_123- Autor de best-seller
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Localización : Chile!!! c:
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Que se arreglen pronto, Ya está bien de dudas y paranoias. Deberían dejar de pensar tanto y actuar más. Me encanta la historia.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Dios, anoche lo leí desde el móvil con las ganas que tenía de este episodio, dioos pobre Kate. Espero que vuelvan a estar juntos, me encanta la forma de describar la forma en las que se besan, y la forma en la que se reconocen mutuamente. Es cerrar los ojos y pensar en el vestido de Kate es una pasada. Aunque el tampoco va nada mal.
Porfavor...!! Continua pronto...
Porfavor...!! Continua pronto...
Invitado- Invitado
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Me alegro mucho de verdad que les haya gustado!!!! Me encantan los comentarios que dejan y debo decirles que es muy gratificante para mi leerlos. Me incentivan a no querer dejar de escribir para poder entregarles el próximo capítulo! Simplemente Gracias
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
por favor siguee me encanta tu fic
nerusalen- Escritor novato
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Localización : la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer, en el pais de nunca jamas en la ciudad casckettlandia :)
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Fabuloso, que ganas tengo de que sigas y soluciones el problema pronto
continua pronto
continua pronto
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Va genial tu fic, continualo pronto
Que suspenso dejaste
Que suspenso dejaste
danivos- Escritor novato
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 09/10/2012
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Continua prontooo!!!
Pero soluciona esto yaaaa yaaa yaaa!!
De verdad felicidades por el fic me encanta
Pero soluciona esto yaaaa yaaa yaaa!!
De verdad felicidades por el fic me encanta
carly becket- Policia de homicidios
- Mensajes : 631
Fecha de inscripción : 19/10/2011
Edad : 28
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Me ha gustado mucho esta parte!! Espero que hablen y lo arreglen todo
Siguee!!
Siguee!!
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
Me encanta el fic , es muy original! Sigue
Shura-chan- Policia de homicidios
- Mensajes : 535
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Edad : 26
Localización : Por ahí.
Re: Carnaval en New York-Capitulo I, Capitulo II Capitulo III, Capitulo IV, Capitulo V, Capitulo VI, Capitulo VII. Capitulo VIII, Capitulo IX, Capitulo X: PARTE II Cap XI ÚLTIMA PARTE (Terminado))
No lo pude comentar antes porq no me andaba la compu.... los capítulos son perfectos, ME ENCANTAN!!!
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