Volver a empezar. CAP 19. FINAL. (23/09/13)

Anteriormente en "Castle"...



- Castle no es por ti es…
- Lo sé es tu vida, siempre ha sido tu vida. Espero que al menos siga ocupando un lugar como amigo en ella, te llamaré para saber qué tal en tu nuevo trabajo.

- ¿Qué le trae por Costa Rica? ¿Turismo?

- Peter… quiero este trabajo. Me permitirá dar solución a casos que como policía no he podido. Y eso es un reto que no puedo dejar pasar.
- No entiendo la cláusula que no te permite dejar este puesto en dos años.

- ¡Hola! ¿Beckett, verdad? Soy Aaron Hollman.

- Señor Castle, comprenderá que el hotel tiene normas  sobre las relaciones personales de los empleados con los clientes
- ¿Pero si no existieran esas normas me acompañarías?

- Maldita seas Katherine Beckett no soy capaz de dejar de ver tus ojos.
- Maldito seas Richard Castle haces que me arrepienta a cada segundo…

- Estoy segura que ella le ama. Sé que es demasiado introvertida con sus sentimientos y también sé que mi padre, al ser rechazado, no volverá a insistir…
- Pues tendréis que tenderles una trampa

- No llores ¿vale? Ese Richard tiene que ser un capullo ¿Tu exmarido?
- Novio… mi exnovio.

- ¿Y el insistente Richard Castle no la ha seguido?
- Creo que aún no se ha repuesto de su negativa. Y no sé si se atreverá a insistirla. Aunque tenemos un plan B.

- Roxanne Blosser bióloga y veterinaria del parque.
- No pensé que uno de mis escritores favoritos visitaría este lugar.

- Creo que tienes que colgar Katherine, te esperan para cenar.
- Richard… lo siento…

- ¡Rox!
- ¿Papá?
- ¿Alexis?

- ¿La tropa?
- Los amigos de mi padre y Katherine. Llamaré a Lanie, ella sabrá que hacer.

- Rox… Yo no quiero hacerte daño pero… si, soy sincero, yo no busco una relación.
- Serías un capullo si lo hicieses amando a otra.

- Volvías a llamarle
- Lo siento.
- No tienes que disculparte está claro que sigues enamorada de él.

- ¿Lanie? Soy Alexis. Plan B en marcha.
- Llamaré a tu abuela.

- Agente Beckett… puede pasar habitación 314
- Gracias

- Katherine.
- Richard… yo…
- Te amo
- He tenido un sueño que me parecía tan real…

- ¿Qué haces aquí?
- Vine a resolver un caso a Nueva York y ayer me enteré de que Alexis estaba aquí… ¿Te molesta?
- Dime que no lo soñé

- Esta mañana me dijo que lo recordaba y volvimos a besarnos…
- ¿Y?
- Estoy hecha un lío Lanie yo…
- Le quieres.
- Mucho.
- Pero te empeñas en hacer lo contrario a lo que sientes…

- ¿Tienes a alguien en Washington?
- No ¿Y tú?
- No hay nadie,  pero no voy a mentirte, hubo una mujer.

- No quiero que te vayas. Te quiero.
- Tengo que hacerlo.
- Puedes dejarlo, ni siquiera tienes que volver a comisaría, no tienes porqué trabajar…
- Richard… es mi trabajo… quiero hacerlo.
- Te quiero.
- Y yo a ti… acumularé días y volveré lo antes posible y… No puedo darte todo, ahora no…
- Márchate entonces  y cuando decidas que de verdad me quieres como para darme todo, llámame. Pero te recomiendo que lo hagas rápido.
- Richard…

- Me voy madre… estaré fuera durante un tiempo. Es la única forma de olvidarme de ella…
- ¿Volviendo con esa veterinaria?
- Ahora que ya sé quién es mi padre, quiero pasar un tiempo con él y conocerle… Y él ha aceptado, me iré en una semana…

- No sé si me has entendido bien muchacho, he dicho cuatro minutos cuarenta segundos y sin equipaje.
- Alexander… ¿Es tu verdadero nombre?
- Tienes que cambiar de aspecto, no puedo pasar desapercibido con el famoso Richard Castle a mi lado…

- ¿Al sur de Europa?  No me lo digas, Marsella, Cannes… ¿O quizás San Remo? o  mucho mejor… ¿Mónaco?
- Me temo que nuestro destino no es tan exclusivo pero puedo garantizarte que te sobrará la ropa.

- Alexis espero que para cuando aparezca no se te ocurra decirle ni siquiera que me lo has propuesto si se entera que os dejo dormir en la misma cama…
- ¡Oh vamos Katherine! No voy a hacer nada que no haya hecho antes y…
- Vale Alexis no necesito saber más.
- Papá no se enterará.

- Era un sueño Katherine.
- Alexis, siento haberte despertado.
- Llamabas a papá.

- Sweex
- He hablado con Freedman y está de acuerdo en rescindir tu contrato con el departamento.

- Necesito tu ayuda para encontrar a Richard…


- ¿Te pensarás mejor su proposición?
- Lamentablemente ya no depende de mí, ahora depende de tu padre.
- ¿Pero tu…?
- Yo voy a buscarle Alexis.

- ¿Estás seguro que podré hacerlo bien y ayudarte esta noche?
- Los rusos traerán con ellos “compañía”

- Yo… Lo siento creo que me he equivocado de casa. Buscaba a otra persona.
- Ya que estás aquí ¿No quieres quedarte? tiene de sobra para las tres…

- No doy con ella, estoy en la estación de tren y …
- Vuelve, se ha ido en coche, va camino de Madrid.

- Chica, si no le importases se habría quitado él mismo ese cojín, alardeando de su compañía y riéndose de ti.
- Lanie no puedo, simplemente no puedo vivir sin él.
- Tranquila, seguro que hay una explicación.
- Sí, la hay, se acabó, se ha hartado de mí, de mis inseguridades, de mi egoísmo, de esperarme…

- Lanie, me acosté con un compañero. No fue nada, ambos estábamos pasando por un mal momento y… fue tan atento y… Estaba separado y ha vuelto con su mujer.
- Me va a dar un ataque al corazón. Oye ¿A ti que te han hecho en Washington?
- Lanie, le amo. Amo a Richard como jamás he podido amar a nadie y no sé porque me acosté con Aaron, supongo que era porque me sentía sola y necesitaba que alguien se preocupase por mí y me consolase… Pero él jamás ha desaparecido de mi mente.

- ¡Martha!
- ¡Dios mío, abuela!
- ¡Llama a una ambulancia!

- Richard, nos vamos de inmediato a Nueva York.

- Al Hospital Presbyterian Weill Cornell
- ¿Hospital?

- Katherine él te quiere demasiado como para hacerte daño, tú eres lo mejor que le ha pasado.


- Katherine él es mi abuelo, Alexander.
- Vaya… He oído hablar mucho de ti.

- Lanie ¿Puedo dormir en tu casa?
- Gracias Lanie, pero no irá. Tú y yo nos debemos una conversación.

- Te dije en una ocasión que la cebolla Beckett tenía muchas capas.
- Lo recuerdo. Y me preguntaste como pensaba pelarlas todas. Entonces no te contesté pero ahora creo tener la respuesta.
- ¿Si? ¿Y cómo pretendes hacerlo?
- Con amor.

- ¿Para qué fuiste?
- Pensé en lo que me dijiste y decidí que te quería lo suficiente como para darte todo.

- Fuiste lo suficientemente rápida como para correr a refugiarte en los brazos de un tipo en Washington
- Tuve una aventura. Te mentí.  Y lo siento.

- Vamos a la cama. Tan sólo durmamos, por favor.

- ¿Quieres que llame yo a Richard para que venga a buscarte?
- No se te ocurriría hacer eso.
- Prueba a explicarme que está pasando aquí.

- ¿Sabes? me muero por besarte.
- Recuerda, todo… Lo quiero todo contigo, Rick… Te amo
- Y yo a ti Kate

me encanta, me encanta, me encanta....
Quiero el capitulo yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

¬¬

se supone que la que comenta primero soy YO! que para eso soy la fan #1 U_U

estoy indginada!

Bueno… Pues todo llega a su fin. Esta locura también. Empezamos el 20 de Mayo, acabamos cuatro meses después, hoy 23 de Septiembre. Han sido diecinueve largas semanas, traducidas por mi parte en doscientas diez páginas, aproximadamente ciento cinco mil palabras.

Toda una aventura, todo un reto cumplido y he de decir que ha sido bastante complicado, tanto por tiempo, como por ganas, he estado a punto de dejarlo inacabado en más de una ocasión. Creo que he fallado dos veces a la cita, una por horas y la otra por un par de días.

Agradeceros a todos y cada uno de vosotros, los que estáis leyendo ahora, el que hayáis llegado hasta aquí. Sois increíbles. Sólo espero que os haya entretenido un rato las noches de los lunes y os haya echo un “pelín” más llevadero el larguísimo verano sin Castle. Sería todo un placer saber que lo he conseguido.

Gracias a los treinta y seis lectores que decidieron dejar un comentario y a los que debo citar uno a uno. Gracias por tomaros la molestia de dejar vuestra opinión, TODAS han sido leídas y tenidas en cuenta, TODAS, sin excepción. Mil gracias por hacerlo,  han sido muy importantes para mi cada una de las palabras recibidas. Mil gracias a:

Agecastbet
Aitana
Alcalde100
Apocalipsis
Beckett_Castle_Alba
Carla_NYPD
_Caskett_
Castle&Beckett_Cris
Castle4ever
Colombianita
Cucuri
Choleck
Drecika_Caskett
El Zomaitooooo
Elena_NYPD@
Ethan3
Evaelica
Evaelica2
Forever23
Jporter
Katec_17
Kynu
LucieAlways
Meln
Nany25
Patri_Lanish
Roy_Rodgers
SaraS17
Silvanalino
Stanatahan_Caskett
Thisisaplatypus
Treintayuno
Trinity640
Verispu
Yaye
Zeny_Mackencie

Gracias a Kynu, Meln y Silvanalino, vuestro apoyo para acabarlo ha sido vital, creo que vosotras sabéis bien el sacrificio que me ha supuesto, mi duro verano y mi falta de ánimo. Gracias, ¡Vaya tres! Sois únicas chicas.

Todo tiene su recompensa, espero que el final os guste y mi premio sea vuestros comentarios sabiendo que ha sido así.

Meln, siento mucho haberte metido en este jaleo, has cumplido con sobresaliente alto y has conseguido que yo terminase, eres GRANDE.

Gracias por leer y hasta siempre.

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CAPITULO 19.  LA FELICIDAD.


Nueva York. Martes 24 de Diciembre de 2013.

Las puertas del ascensor de la cuarta planta se abrieron dejando salir a un Castle portador de una gran sonrisa que le llegaba de oreja a oreja e iluminaba todo a su paso. En su mano llevaba una bolsa de una licorería cercana. Saludó a Ryan y a Espo con un gesto de su cabeza y entró a la sala de descanso abriendo el congelador y metiendo las seis botellas de champagne que había comprado.

Se asomó al pasillo de detrás, echando un vistazo al despacho de su novia, que ajena a su presencia fruncía el ceño mientras tecleaba en su ordenador un informe sobre el último caso que se había resuelto entre el FBI y la comisaría.

Castle volvió a salir por la otra puerta caminando hasta el despacho de la capitana Gates, llamó con los nudillos y la vio levantar la vista de su pila de informes y presupuestos, mirándole por encima de sus gafas y le sonrío.

-          Adelante señor Castle.

-          Feliz Navidad señor. Venía a pedir su permiso.

-          Feliz Navidad. Usted dirá…

-          He traído unas botellas de champagne, ya sé que están trabajando, pero ¿Podríamos hacer un brindis más tarde? Ya sabe, por desearnos Feliz Navidad…

La capitana se quitó las gafas y puso su habitual gesto serio.

-          Señor Castle, no sé cómo tengo que explicarle que está usted en un lugar serio. Nuestro trabajo es servir y proteger, aquí no estamos para fiestas, para nosotros no existen días festivos.

-          Lo siento señor – dijo algo contrariado.

-          Pero también tenemos derecho a desearnos Feliz Navidad – le dijo cambiando su semblante – si no le importa, prefiero que sea en el cambio de turno, así podré brindar con todos mis hombres.

-          Perfecto – dijo él con una gran sonrisa.

Castle iba a salir del despacho pero se giró en redondo.

-          Por cierto – dijo metiendo su mano en la chaqueta y sacando un pequeño paquete – esto es para usted.

-          Señor Castle… Yo…

-          Gracias por seguir dejando que venga a molestarles – le dijo sonriente – y siento mucho que no pueda venir a cenar esta noche.

-          ¡Oh! Sí. Y yo, créame. Pero no puedo librarme de mi suegra. Todas las Navidades tengo el mismo suplicio.

-          Lo siento… Ya sabe que si cambia de opinión…

-          Gracias señor Castle – le dijo levantando levemente el pequeño paquete.

-          A usted, señor.

Castle salió y fue a sentarse junto a la mesa de Espo y Ryan

-          ¿Todo bien tío? – preguntó el moreno.

-          Perfectamente. Gates nos dejará brindar con el resto de los chicos en el cambio de turno.

-          No sé como lo haces – intervino Ryan   bostezando - pero creo que la estás ablandando.

-          Mis encantos naturales – bromeó él - ¿Otra noche sin dormir por el pequeño Ian?

-          El pediatra dice que son cólicos de lactante – dijo el rubio medio bostezando – y Jenny lo aguanta durante el día, a mí me toca la noche.

-          Pasará en un par de meses – le aseguró – Alexis era una pequeña calabacita gritona. Me pasaba horas dándole masajes – dijo con cara de nostalgia -. Echo de menos esa época…

-          Si es por eso – le dijo Kevin – esta noche cuando vayamos a tu casa te dejaremos a Ian para ti sólo.

-          Me refiero a la época en la que Alexis era un bebé y no iba cada día con un chico nuevo a casa… - dijo con voz ronca y cara de circunstancias.

Los detectives se echaron a reír. Habían conocido al nuevo novio de la pelirroja durante los días que Martha había estado hospitalizada y aunque a ellos les parecía un buen muchacho, a Castle le costaba un mundo contenerse cuando les veía abrazados o besándose.

-          Si yo fuera vuestra jefa os iba a mandar a dirigir el tráfico de la Calle Sesenta y cuatro y más concretamente entre la Sexta y la Séptima Avenida – les dijo Kate refiriéndose a la ubicación de los almacenes Macy´s - ¿Así es cómo trabajáis? Castle ¿Ya estás molestando?

-          ¡Uhhh! Agente Beckett ¡Que dura!– dijo él tirando de su mano para acercarla y darle un pequeño beso en los labios como saludo.

Desde que ella era agente del FBI y él trabajaba como asesor  para la policía, no había nada que les impidiese continuar con su relación en comisaría, ya no eran técnicamente compañeros y ya no tenían porqué esconder a nadie su relación, aunque normalmente ella le mantenía a raya alegando su profesionalidad, pero de vez en cuando se permitía alguna que otra licencia con el escritor y no era del todo raro ver como ambos se daban un beso cuando él entraba o salía de comisaría.

-          ¿Tienes todo listo? – le preguntó ella cuando ambos entraron en la sala de descanso para tomar un café.

-          Menos el ponche navideño. Mi madre ha dicho que se encargaría ella.

-          Viendo la cantidad de comida que tenías preparado el año pasado para tres, no puedo llegar a imaginar lo de esta noche.

-          Bueno, esos dos de ahí fuera tragan bastante – dijo el escritor señalando con el pulgar por encima de su hombro – y mi padre no se queda atrás, por no hablar de PJ...

Kate sonrió. Le costaba horrores aceptar que Alexis tenía una relación sería con el chico, hasta el punto que le había invitado a cenar con ellos al no poder conseguir un billete de avión para ir a Denver con su familia. Castle había renegado, pero Kate le había convencido, alegando que la única manera de conseguir que Alexis no se alejase de él, era hacer pequeñas concesiones como esa.

-          ¿Estás nervioso? – le preguntó tomándole de la mano.

-          Sí.

Kate le miró con ternura. Eran las primeras Navidades que él pasaría con sus padres, y aunque para ellos dos como pareja eran las segundas, para ella también iban a ser especiales pues Jim había accedido a acompañarles, al igual que Lanie y Espo, que por sus turnos de trabajo no podían viajar con sus familias, incluso Jenny y Ryan habían aceptado su invitación, al no poder ir con el pequeño Ian hasta Florida donde se juntaba la familia de Jenny. Y también estarían Alexis y PJ, iba a ser una Navidad muy especial. Castle había invitado incluso a Gates y su marido, aunque ella había declinado la invitación muy a su pesar, al tener su compromiso anual con sus suegros.

Cuando llegó el cambio de turno, la capitana llamó a todos a la sala para brindar. Espo había sacado las botellas del congelador y Ryan repartía pequeños vasos de cartón entre sus compañeros, Kate y Castle salieron del despacho de ella y se acercaron por el pasillo que llevaba a la sala. De repente todos se pusieron a silbarles y ellos confundidos, se pararon en seco.

Se miraron sin saber muy bien que era lo que estaba ocurriendo, hasta que la detective Roselyn Karpowski les señaló con el dedo índice sobre sus cabezas y ambos miraron al techo, descubriendo una rama de muérdago.

Bajaron sus cabezas buscándose con la mirada y sonriendo. Alguien les había tendido una trampa. Ella se sonrojó levemente al saberse observada por todos e intentó contener una sonrisa.

Sin embargo Castle se puso serio. Mil imágenes bullían por su cabeza. Kate le miró sin saber muy bien a qué se debía que el escritor no la hubiese besado ya. De pronto le vio meter la mano en dentro de su chaqueta, rebuscando algo en el bolsillo interior, tras unos segundos que parecían eternos, Castle se arrodilló frente a ella. Kate intuyendo lo que estaba a punto de ocurrir, comenzó a ruborizarse mientras su corazón palpitaba a mil por hora.

-          Katherine Hougthon Beckett – le dijo mirando fijamente sus ojos - ¿Quieres hacerme el hombre más feliz del mundo y casarte conmigo?

Ella le sonrió tendiéndole la mano para que se levantase mientras de sus labios salía un tímido “si” que gracias a la pérdida de respiración de los allí congregados, pudo oírse en toda la sala.

Castle se levantó como un resorte, tomando la mano de Kate y deslizando en su dedo el anillo del que no se había separado desde el día en el que ella le había rechazado. Ella le miró expectante, y mientras todos los allí presentes rompían en aplausos y vítores, finalmente se besaron bajo el muérdago.

//..//

Mientras ella conducía de camino a la casa de Castle, no podía dejar de pensar en todo lo que había ocurrido.

-          ¿Va todo bien? – preguntó él apretándole levemente la pierna.

-          Tan sólo pensaba… - dijo volviendo a la realidad.

-          ¿En qué?

-          Merecías que hubiese sido yo quien te lo pidiese a ti – le soltó de pronto dejándole sorprendido.

-          ¿Piensas eso?

-          Has tenido tanta paciencia…

-          El premio ha merecido la pena – dijo inclinándose sobre ella y besando su mejilla -. No pensaba pedírtelo hoy, pero me pareció el momento adecuado, y sobre todo el sitio ideal, después de tanto tiempo que hemos pasado allí juntos.

Minutos más tarde, la puerta del ascensor del bloque de él se abrió y les sorprendió fundidos en un beso.

-          Vamos – dijo él tirando de su mano – mis padres deben de estar esperando.

Castle abrió la puerta del loft casi chocando con Martha que abrigada, se disponía a salir.

-          Te estaba esperando, pero se hacía tarde – dijo dirigiéndose a su hijo.

-          ¿Para qué?

-          No recuerdo como se llamaba ese licor que ponías en el ponche, así que iba a comprar un par de botellas de vodka…

-          ¡Madre! Será mejor que te acompañe o lograrás emborracharnos a todos… ¿Vienes? – preguntó a Kate.

-          Si no te importa prefiero quedarme para tomar una ducha y prepararme.

-          Ahí está Alexander – dijo Martha – le he encargado que vaya mezclando el resto de las cosas.

Kate entró al loft mientras ambos salían.

-          ¿Hola?

-          Hola agente – dijo Alexander desde la cocina.

-          Por favor, ponle la mitad del alcohol que te haya dicho Martha – dijo sonriendo – el ponche del año pasado estaba demasiado fuerte.

-          De momento sólo estoy con la fruta.

-          Bien… Voy a ir a ducharme.

-          Espera…

-          ¿Si?

-          Tú y yo aún no hemos tenido tiempo para hablar a solas – le dijo tendiéndole un vaso de zumo de varias frutas que acababa de licuar.

-          Está bien – dijo ella sentándose sobre un taburete frente a él.

-          Tengo curiosidad por saber como conseguiste la dirección de la casa en España. Ni siquiera en mi agencia lo sabían.

Kate sonrió mientras dejaba el vaso en la encimera tras tomar un sorbo.

-          Le falta azúcar – le informó –. Fue sencillo, utilizasteis una de las identidades falsas que tenías para pedir una compra a un supermercado.

-          Richard…  Me aseguró que pago en efectivo y no dio datos.

-          Pues te tomó el pelo. En el supermercado registraron el nombre y la dirección en su base de datos.

-          No fue nada hábil… ¿Cómo se le ocurriría dar el nombre?

-          De la misma forma que no se le ocurrió llevar él mismo la compra.

-          Su mala costumbre de niño rico – aseguró él con una sonrisa – me costó lo mío que utilizase ropa común y comiese comida casera.

-          He de decir que conseguiste un buen trabajo con su estado de forma.

-          Te dije que lo conseguiría – contestó él guiñándole un ojo.

Kate volvió a beber después de que Alexander le pusiese azúcar a su vaso.

-          Fue muy duro para él – aseguró el agente – y mucho más después de verte con Aaron aquella noche.

-          Eso no fue culpa mía – protestó ella -. No tenía ni idea que Aaron iba a reaccionar así…

-          Pues la idea de darle celos funcionó – aseguró él – aunque lo pasó bastante mal.

-          Lo sé y lo siento. Mi intención sólo era que se fuese contigo sin protestar.

-          Espero que Aaron no siga metiendo sus narices en las bases de la CIA o llegará a tener problemas aunque trabaje para seguridad nacional.

-          Bueno, no puedo culparle, gracias a él pude encontrarte.

-          ¿Cómo supiste que yo trabajaba para la CIA?

-          Sophia Turner lo dejó caer… Y luego el secuestro de Alexis… Tenía un retrato robot de la persona que había torturado hasta morir a aquel tipo. Extrañamente tu cara me sonaba y no sabía porque. Hasta que ambos volvieron de Francia y las miradas entre tu hijo y tu nieta eran cómplices… Algo escondían. Unos días después me di cuenta que ambos tenéis la misma forma de los ojos... Até cabos.

-          Sophia Turner… Menos mal que al final lograsteis detenerla. Fue un gran trabajo.

-          Gracias. ¿Era cierto lo que Sophia dijo? ¿Abriste la puerta a Castle para que pudiese trabajar a su lado?

-          Siempre he intentado estar ahí para ellos.

Alexander sonrió y Kate percibió en la forma de hacerlo la misma expresión de Castle y de Alexis y le correspondió sonriendo levemente.

-          ¿Por qué acudiste a mí para que te ayudase?

-          Recuerdo un caso en el que una “médium” me dijo que en un futuro alguien llamado Alexander salvaría mi vida.

-          ¿Cómo dices?

-          Nada. Supongo que ha sido casualidad – le dijo sonriendo – pero me acordé cuando supe que tu verdadero nombre era ese.

-          Supongo que no me buscarías por mi nombre.

-          No. Creo que Castle merecía conocerte, pasar un tiempo contigo, entender cuales fueron los motivos por los que no estuviste con ellos. Pensé que si aceptabas  y él pasaba contigo los meses que duraba mi contrato… Todo sería más llevadero para él y cuando quisiera darse cuenta yo estaría de vuelta sin compromiso con el FBI.

-          Sigo sin entender porque le rechazaste.

-          ¿Y estropearlo todo por estar cada día en una ciudad distinta lejos el uno del otro? No era justo para ninguno de los dos, lo habríamos estropeado. Él no merecía eso. Yo sé que he sido muy complicada y él ha sido maravilloso, esperando pacientemente durante tanto tiempo a que yo…

-          Le vino bien ese tiempo. Su forma de comportarse hasta que apareciste tú no era la adecuada, tuviste que cruzarte con él para que se diese cuenta de la verdadera crueldad de la vida. No podía seguir viviendo en su mundo de lujo, fiestas, mujeres, alcohol e irresponsabilidad.

-          Hablando de fiestas y mujeres…

-          No fue culpa suya – cortó él -. Sabía que los rusos nos llevarían a esas chicas y pude evitarlo, pero no quería levantar sospechas… Fue culpa mía, casi le obligue.

-          ¿Culpa tuya? ¿Obligarle? Pues yo le note muy contento cuando abrió la puerta.

-          Recuerda que te vio con Aaron y que le habías rechazado.

Kate asintió, terminó de beber el vaso de zumo y se levantó del taburete.

-          ¿Ha terminado el interrogatorio? – le preguntó sonriente.

-          Sí. Ahora sólo falta que cumplas tu parte del trato.

-          Para eso necesito algo de tiempo.

-          Ya… Pero eso es algo que a mí no me sobra. Debes ponerte manos a la obra cuanto antes.

-          Te aseguro que lo hago…- dijo algo ruborizada al darse cuenta de lo que acababa de decir.

Kate se encaminó a la habitación para ducharse, pero cuando iba por la mitad del camino, se dio la vuelta curiosa.

-          Por cierto… Tuviste algo que ver en la decisión de Sweets para que emitiese un informe desfavorable ¿Me equivoco?

-          Estabas perfectamente capacitada para ese trabajo. Pero… yo quería estar de vuelta para Navidad, había que acelerarlo.

-          Gracias Alexander.

-          Fue todo un placer.

Ella volvió a girarse andando hacia la habitación.

-          Una última cosa Kate.

-          Dime.

-          ¿Se lo dirás?

-          ¿Qué todo fue un acuerdo entre nosotros dos?

-          Sí.

-          Tal vez algún día… Cuando pase tiempo y esté preparado para entenderlo sin enfadarse.

-          Y ¿al resto?

-          ¿Decirles que conocía sus reuniones y su empeño en tramar cualquier clase de situación para juntarnos? No… No por el momento, es mejor dejar que disfruten, ahora se llevan mucho mejor entre ellos. Martha es una líder natural. Se burló de todos.

Alexander soltó una carcajada.

-          ¿Sabías también lo de Martha?

-          Martha es extraordinaria – dijo Kate riendo –. Llegue a pensar que de verdad le había causado un infarto, confieso que me engañó y no lo supe hasta días después, cuando descubrí sus llamadas a Josh la mañana antes de fingir su ataque y los cargos en sus tarjetas de crédito por dormir en el hotel.

-          Eres peligrosa…

-          Soy una mujer y he sido policía – dijo ella encogiéndose de hombros.

-          Lo cual te convierte en una perfecta cotilla, y más ahora con las posibilidades que tienes en el FBI de obtener información.

-          Ya sabes lo que se dice… Quien tiene la información…

-          Tiene el poder – concluyó él.

En ese mismo instante se abrió la puerta del loft, Martha se abalanzó literalmente a los brazos de Kate mientras Castle miraba sonriente y dejaba la botella de licor que acababan de comprar sobre la encimera junto a su padre.

-          ¡Querida! – exclamó Martha  – ¡Déjame verlo!

Kate le tendió la mano y Martha admiró el anillo que tantos quebraderos de cabeza habían dado a su hijo durante los últimos meses.

-          Es sublime Richard – confirmó Martha.

-          Mi madre dudaba si había acertado al elegirlo – dijo él mientras se acercaba y la tomaba por la cintura.

-          Realmente el anillo no me parece importante – aclaró Kate.

-          ¿Cómo que no querida? Claro que lo es.

-          Enhorabuena chicos – intervino Alexander acercándose sonriendo – es una gran noticia.

-          Madre – intervino Castle – seremos nosotros quienes se lo digamos a Alexis.

-          Ya no es una niña hijo – advirtió Martha – no va a poner ninguna objeción.

-          Lo sabemos, pero queremos decírselo nosotros – añadió Kate.

Martha asintió sonriendo.

-          Será mejor que terminemos ese ponche – le dijo a Alexander caminando hacia la cocina.

Kate entró a la habitación seguida por él, quién cerró la puerta y la abrazó por la cintura pegándose a su espalda.

-          Te quiero – le dijo al oído.

-          Y yo a ti – contestó ella girándose en su abrazo y enlazando sus manos detrás del cuello de él mientras le besaba.

Tras unos minutos, ella rompió el beso.

-          Será mejor que me duche ya. Mi padre y Alexis no tardarán en llegar.

-          Creo que hoy será uno de los días más felices de mi vida.

-          Eso espero escritor – le dijo golpeándole levemente con su arma, enfundada, que acababa de sacar del hueco de su espalda y que estaba sujeta a la cinturilla de su pantalón vaquero.

-          Creo que voy a ser un marido amenazado – dijo separándose de ella y levantando las manos mostrándole las palmas.

-          Eso dependerá de cómo te portes – le dijo sonriéndole mientras le tomaba de la mano y tiraba de él caminando de espaldas al baño.

Martha vertía un poco de ponche en un vaso y se lo tendía a Alexander para que lo probase.

-          Está perfecto Martha.

-          ¿Crees que habrá suficiente? – preguntó ella observando el recipiente.

-          ¿Quieres emborracharnos a todos?

-          Es la primera vez que tenemos tantos invitados en Navidad – aseguró Martha – espero no quedarnos cortos…

-          Martha, hay comida y bebida para treinta personas, y si no me equivoco seremos la tercera parte.

-          Quiero que todo salga bien.

-          Lo sé – dijo abrazándola y a punto de besarla – y saldrá todo bien.

-          ¡Eh! ¿Queréis causarme un trauma? – preguntó Castle saliendo de su habitación con el albornoz puesto, el pelo mojado y un pequeño corte en su cara.

-          ¿Qué ha ocurrido? – preguntó Martha alarmada por la sangre.

-          Nada, un pequeño corte al afeitarme… ¿Dónde está mi botiquín?

-          Tu padre se cortó mientras preparaba la fruta. Está sobre la encimera.

Castle recogió el botiquín y volvió a su habitación sin dejar de sonreír.

-          ¿Qué te hace tanta gracia? – preguntó Kate secándose el pelo y mirándole por el espejo cuando le vio entrar al baño.

-          Nada.

-          Nadie pone esa cara cuando no pasa nada.

-          Mi madre.

-          ¿Qué?

-          Se ha dirigido a Alexander como “mi padre” estando él delante. Suena extraño y me hace gracia.

Kate dejó la toalla sobre el lavabo y se volvió para mirarle. Le quitó el botiquín de las manos y le pidió que se sentase mientras rebuscaba dentro del mismo.

-          Esto ya está – le dijo después de extender un poco de crema cicatrizante sobre el pequeño corte -. Ya puedes salir y decirles a papá y mamá que te den un besito para que se te cure – dijo riéndose de él.

-          Eres mala, detective – dijo tirando de ella y obligando a que se sentase sobre sus rodillas.

-          Agente… Agente especial, más concretamente – le corrigió ella.

-          Muy bien, agente especial, prefiero que seas tú quién me de besitos para curarme las heridas – dijo mientras señalaba con el dedo índice su mejilla por encima de la herida –A esos dos casi les pillo besándose y eso es muy muy… ¿Violento? – preguntó arrugando la nariz -. Creo que debería hablar seriamente con él para ver que intenciones tiene… ya sabes… es mi madre…

Ella comenzó a reír.

-          Pero mira que eres bobo… - le dijo mientras le besaba suavemente la mejilla.

-          Te recuerdo que el último novio de mi madre decidió morirse, y el anterior decidió largarse con su dinero… Por no hablar de todos los anteriores… Comprenderás mi preocupación – dijo poniendo una fingida carita de niño bueno.

-          Creo que esta vez puedes estar tranquilo – le dijo besándole sobre la nariz – después de cuarenta años sus intenciones no pueden ser otras que intentar recuperar el tiempo perdido.

-          Lo sé… Y no veo el momento en el que terminen de decorar su casa y se larguen de una vez – dijo sonriendo.

-          Los echarás de menos. Ya no tendrás que preocuparte por ellos.

-          No creo – dijo mientras se lanzaba sobre sus labios -. Ahora tendré otras preocupaciones…

Minutos después Kate le ayudaba a colocarse la corbata.

-          Creo que acaba de llegar Alexis – dijo él.

-          Estaré lista en unos minutos – aseguró ella que aún estaba con el albornoz puesto.

-          ¿Por qué me miras así?

-          Verte con el pelo oscuro y barba fue divertido, pero me gustas mucho más así.

-          No te preocupes, no pienso volver a hacerlo. Me picaba la cabeza y la cara con el tinte. Date prisa – dijo dándole un beso rápido en los labios – quiero contárselo a Alexis cuanto antes.

El escritor salió a la sala buscando a su hija, en su lugar encontró a su padre sosteniendo en brazos a Ian y con una bolsa de bebé colgada del brazo.

-          Tu madre está cambiándose de ropa y a este pequeño lo ha traído Jenny y ha vuelto a irse para ayudar a su marido con el resto de cosas – dijo Alexander arrugando la nariz – y creo que necesita que le cambien el pañal.

-          Dame – dijo Castle acercándose – yo lo haré

-          Sí, supongo que tu sabrás mas que yo de estas cosas – le dijo entregándole al bebé – será mejor que yo también vaya a cambiarme de ropa.

Castle se llevó al pequeño a su propia habitación mientras Alexander desaparecía escaleras arriba.

-          Mira quién está aquí – le dijo a Kate mientras ella terminaba de subirse el vestido.

-          ¡Hola Ian! – le dijo Kate al pequeño acercándose para darle un beso en la cabeza – creo que…

-          Sí… Voy a cambiarle. Date la vuelta y te ayudo con la cremallera.

Ella se giró y él la retiró el pelo y con una mano subió la cremallera mientras sujetaba a Ian con el otro brazo.

-          Me maquillo y estoy en unos minutos – aseguró ella volviéndose a girar para dar a ambos un rápido beso.

Castle tumbó al pequeño sobre su cama, y buscó todo lo necesario dentro de la bolsa para cambiarle. Una vez hubo terminado, comenzó a hacerle carantoñas y el pequeño reía mientras movía sus bracitos. Cuando Kate salió del baño se acercó sonriendo por la escena.

-          Es un bebé muy guapo – dijo – y creo que tendrá los ojos de Ryan.

-          ¿Lista? – preguntó él tomando al niño en sus brazos y entregándoselo para recoger.

-          Sí.

-          Ahora vuelvo.

Castle se deshizo del pañal sucio y cogió una pequeña toalla del baño que se puso sobre el hombro.

-          Yo le cogeré – le dijo a Kate tendiéndole los brazos y mostrándole la toalla de su hombro– no quiero que te ensucie, estás preciosa.

-          Gracias – contestó ella mientras le entregaba a Ian.

Él colocó al pequeño apoyado en su hombro, con la carita en la toalla. Kate le sonrió y se acercó para besar a su futuro marido en los labios.

-          ¿Se puede? – preguntó Alexis dando un par de golpes en la puerta - ¡Oh! Ésta si que es una bonita escena de Navidad.

-          ¡Alexis! – le dijo Kate separándose y abrazando a la pelirroja –. Estás muy guapa.

-          ¿Entrenando para cuando tenga un hermanito?

-          Jenny está ayudando a Ryan y…

-          Os queda muy bien – cortó Alexis a su padre riendo.

Castle miró a Alexis con cara de circunstancias. No quería asustar a Kate y el comentario de su hija no le pareció el apropiado.

-          Te estábamos esperando para contarte algo – comenzó Kate mirando alternativamente al padre y a la hija.

-          ¿No será? – Preguntó Alexis señalando a Ian confundida.

-          ¡No! – dijo Kate – no estoy embarazada.

-          ¡Oh! – dijo la pelirroja temiendo haber metido la pata.

-          No es eso – comenzó Castle mirando a Kate y sonriendo – Kate y yo…

-          Vamos a casarnos – finalizó Kate abrazándose a la cintura de él.

-          ¿De verdad? – preguntó ilusionada dando un pequeño gritito – Déjame ver el anillo.

Kate se separó de él enseñándole la mano a Alexis.

-          ¡Papá! Es perfecto.

-          Otra con lo mismo – dijo él algo molesto – ¿Es que nadie confía en mi gusto?

-          Yo sí cariño – le dijo Kate acariciándole la mejilla.

-          Me alegro tanto por los dos – dijo la chica abrazándose a ellos.

El pequeño Ian protestó ligeramente y los tres se separaron riendo.

-          Debe estar saturado de mimos – comentó Kate refiriéndose a su rubio compañero y su mujer y sus siempre excesivas muestras de cariño.

-          Jim ha llegado conmigo – le dijo Alexis a Kate - ¿Me dejas coger a Ian?

-          ¿Se lo dirás tú? – preguntó Castle mientras le entregaba el pequeño a su hija.

-          Se lo diremos ambos – afirmó Kate.

Los tres salieron de la habitación. Jim y PJ, ambos vestidos con trajes de chaqueta y corbata, se levantaron del sofá para saludarles. Alexis aprovechó para tomar de la mano a PJ y alejarse hacia la cocina con el bebé, dejando que su padre y Kate se quedasen a solas con Jim.

-          Papá – comenzó Kate – Castle y yo tenemos que decirte algo.

Jim les miró con un poco de tristeza. Viendo todo lo que había pasado entre ellos esperaba que le dijesen cualquier cosa.

-          Jim, yo debería haber hablado primero contigo, pero…

-          ¿Con él? – protestó Kate – Anticuado.

-          ¿De qué se trata? – preguntó Jim intuyendo el asunto y sonriendo.

-          ¡Vamos a casarnos! – dijeron ambos a la vez.

-          Tienes razón Rick, deberías haber consultado primero conmigo – dijo muy serio.

-          ¡Papá!

-          Nada – dijo Jim  tajante–. El no haberlo hecho me da derecho a poner mis reglas. No me has dejado advertirte  y no  admitiré devoluciones – le dijo sonriendo a Castle.

-          No tengo intenciones de devolverla – contestó pasando el brazo por detrás de la cintura de ella y pegándola a él.

-          Me alegra mucho que dejéis de darnos disgustos y os caséis.

-          ¡Papá! – dijo ella soltándose de Castle y abrazando a su padre.

El timbre de la puerta sonó y Castle fue a abrir, en cuanto lo hizo, el huracán Lanie se lanzó a sus brazos para darle la enhorabuena.

-          ¡No pienso perdonarte que se lo pidieses delante de todos menos de mí!

-          Si quieres podemos hacer un pase privado – contestó el escritor dando un abrazo a Jenny.

-          No hace falta tío, con lo de esta tarde hemos tenido suficiente – contestó Espo que miraba a Ryan haciendo gestos y fingiendo arcadas.

-          Me alegro mucho por vosotros – dijo Jenny abrazando a Kate y rescatándola del efusivo abrazo de Lanie.

-          ¿Dónde está mi sobrino? – preguntó Espo.

Jim le señalo hacia la cocina donde PJ escondía la cara con sus manos intentando que Ian riese mientras Alexis le sostenía en brazos.

-          Bonita estamp… - comenzó a decir Espo al verlos.

-          ¡Ni se te ocurra! – dijo Castle tapándole la boca con la mano para que no pudiese terminar la frase - ¡Ni se te ocurra decirlo!

Todos comenzaron a reír mientras el moreno intentaba zafarse de las manos del escritor, que por nada del mundo quería verse convertido en abuelo.

La cena de Navidad fue discurriendo entre risas y bromas. Martha, sentada entre su hijo y Alexander, tomó la mano del primero y se la apretó mirándole. Él le devolvió la mirada sonriendo. Era la primera vez desde que él recordaba, que pasaban la Nochebuena acompañados de tanta gente y además, llevándose tan bien entre ellos. Realmente ambos estaban felices.

Cuando Martha se levantó para ir a por el postre, un típico tronco de Navidad italiano, hecho de bizcocho y chocolate que Alexander se había empeñado en encargar a una pastelería porque era su favorito, Kate se levantó para ayudar con los platos.

Alexander sostenía a Ian, que había ido pasando de unos brazos a otros mientras lloraba, hasta que el agente, tomándole boca abajo y sosteniéndole sobre uno de sus brazos, con la cabecita en el interior de su codo y las piernas colgando, les demostró como había visto en algún lugar de la vieja Europa que así aliviaban las molestias de los bebés. Alexander paseaba por la cocina con el niño calmado así, y que parecía iba a quedarse dormido de un momento a otro.

Castle no quitó ojo de su padre mientras Kate preparaba los platos y Alexander y ella hablaban sobre algo que él no podía llegar a oír. Vio sonreír a su novia y soltar una pequeña carcajada a su padre, y pudo distinguir la frase “cumple tu trato” en boca de su padre.

Al volver a la mesa y mientras repartía los platos de pie junto a Castle, Jenny, deseosa de novedades preguntó:

-          Y… ¿Cuándo será el gran día?

Castle miró a Kate y la tomó de la mano, tirando de ella y obligando a que se sentase sobre su pierna, abrazándola por la espalda.

-          Eso… ¿Cuándo? – preguntó Alexis.

Ambos se miraron sonriendo, todavía no habían hablado sobre la fecha.

-          Pues… - comenzó Castle sin dejar de mirarse - ¿En primavera? – preguntó con algo de temor por si era demasiado pronto.

-          En primavera – aseguró ella de inmediato.

Jim sonrió y asintió cuando su hija le miró. Para él ese día era un comienzo de una vida nueva. Llevaba años tomando un somnífero y metiéndose en la cama a las seis de la tarde del día de Nochebuena mientras su hija doblaba turnos. Intuía que desde ese día sus Navidades iban a ser de nuevo alegres y familiares.

-          ¿Os casaréis en Los Hamptons? – preguntó Martha –  Ese jardín es ideal para celebrar una boda.

-          Es cierto – añadió Alexis – y la abuela y yo podríamos ayudarte con todo.

Castle miró a Kate, a él le daba exactamente igual donde casarse, como si quería llevar a todos los invitados a alguna isla paradisiaca para hacerlo. Lo que ella eligiese sería lo que él haría. Por su parte, Kate jamás había pensado dónde quería hacerlo. No había ningún sitio especial para ella.

Miró a Martha, que la sonreía ilusionada, después a Alexis, que esperaba una respuesta. Pensó que ambas, después de todo lo que habían hecho para conseguir que estuviesen juntos, merecían que ella aceptase su propuesta.

-          Me parece bien, siempre que me ayudéis – les dijo – con mi nuevo trabajo iré muy escasa de tiempo libre. Y vosotras dos también – dijo refiriéndose a Lanie y Jenny.

-          ¡Oh! ¡Será una boda perfecta querida! – dijo Martha.

-          ¡Me encanta! – dijo Alexis levantándose para abrazar a su padre y a Kate.

-          Yo me pido ayudarte con el vestido – dijo Lanie sonriendo.

Castle la apretó más contra él.

Un par de horas después Espo, Lanie, Ryan y Jenny, con el pequeño Ian dormido en los brazos, se despedían de sus amigos hasta el día siguiente.

Castle torció la boca al comprobar como Alexis y PJ desaparecían escaleras arriba al cuarto de su hija.

-          Richard, no pongas esa cara – dijo Martha – simplemente dormirán en la misma habitación.

Alexander sonrió.

-          ¿Por qué te ríes? – le preguntó Castle.

-          Tu madre tiene razón. Simplemente dormirán en la misma habitación – le dijo guiñándole un ojo.

-          Será mejor que no te empeñes en llevarle la contraria – añadió Jim que subía por las escaleras para dormir en el cuarto de invitados – o lo hará por cabezonería. Te lo digo por experiencia – dijo mirando a Kate.

-          ¡Papá!

Castle sonrió imaginando mil y una aventuras de Kate en su lado rebelde y pensando que si Alexander le había guiñado el ojo, seguramente habría pedido “amablemente” a PJ que se mantuviese a una distancia prudencial de su nieta aquella noche.

Martha y Alexander siguieron escaleras arriba a Jim.

Después de cerrar tras de sí la puerta de su habitación, Castle, muerto de curiosidad preguntó:

-          ¿Puedo hacerte una pregunta?

-          Sí – dijo ella mirándole extrañada.

-          ¿De que trato hablaba mi padre cuando preparabas el postre?

-          ¡Ah! – dijo ella sonriendo – nada importante.

-          ¿Puedo saberlo? Si no es tan importante…

-          Alexander dice que es ya mayor y…  - dijo ella parando - dice que se perdió tu infancia y la de Alexis y que quiere un nieto para poder disfrutar todo lo que no pudo con vosotros.

-          ¿Y tú que le has dicho? – preguntó extrañado.

-          Que lo pensaría.

-          ¿Y el trato?

-          Hará de canguro siempre que queramos.

-          Y… ¿Te parece bien?

-          Creo que es complicado encontrar canguros de fiar – contestó ella riendo.

-          Sabes como funciona eso de tener niños ¿No? – preguntó abrazándola por la cintura y pegándola a él.

-          Creo que tengo clara la teoría – contestó ella besándole.

-          Pues tendremos que empezar de inmediato con la parte práctica – dijo mientras la levantaba del suelo en sus brazos…

*** F I N ***

Lo primero de todo Ana: GRACIAS.

Podría darte muchas gracias por muchas cosas, pero lo voy a resumir en dos:

- Gracias por el reto espectacularmente conseguido a pesar de todas las dificultades.
- Y gracias por amenizarnos los lunes con una historia llena de sentimientos, lugares y esperanza aun cuando no parecía haberla.

Paso a detallarte este capítulo:

La primera parte nos regalas con un detalle muy realista a la serie, esa parte de Gates que todos sabemos que tiene y que lo has plasmado muy bien ajustándose a lo que se dio a entender en el 5x09.

Sin perder ese punto de humor tan característico con el tema de “PJ y Alexis” y una Beckett gruñona a su estilo haciendo que sus
chicos se recompongan de toda risa; vuelves a sacar en mi otra sonrisa porque me haces imaginarlo tal cual pasaría en la serie.

Boquiabierta me has dejado con el muérdago y la pedida de mano en plena comisaría, si bien es cierto que el mismo Castle en tu fic lo define como “un sitio especial” a mí me has sacado una buena sonrisa boba.

La segunda parte, desde camino a casa con sus “pensamientos” de si debería o no haber sido ella y cómo Castle la calla con un beso… hasta la conversación con Hunt que ESTUPEFACTA ME HA DEJADO, todo sea dicho… porque me has roto los esquemas, aunque no todos. Excelente… creo que poco más te puedo decir: EXCELENTE esta parte.

Resuelves datos, dudas, expones detalles y defines bien el claro perfil de lo que nuestra inspectora es capaz de hacer y más.

Cómo no, Martha no podía faltar en su toque particular en el que romper todo tipo de tensiones acumuladas. Me ha gustado mucho esa parte también, tanto el cómo de Marta como el cómo de Alexis.

Me quedo con esto:

Anver escribió:
- Se ha dirigido a Alexander como “mi padre” estando él delante. Suena extraño y me hace gracia.

El momento “Ian” (me encanta ese nombre, por cierto) ha sido de lo más enternecedor. Adoro los críos, asi que conmigo un fic donde haya niños ya me tienes ganada Jajaja.

Momento: Lanie/Jenny,,,,,,, jajajajajajaj ¿Algún día Lanie dejará de sentirse tan sumamente celosa a la vez que no sea tan cotilla? Naaaaaaaaah, sino no sería Lanie. CHAPÓ, en general toda la cena: CHAPÓ.

Todo un detallazo el que la boda sea en PRIMAVERA, un nuevo comienzo para todos a la par que especial. Y el que Kate deje a merced el lugar de los Hamptons, no teniendo otra figura materna mas cercana que Martha y Alexis me ha parecido de lo más realista, tierno y coherente.

Castle y su “parabólica” como cotilla no tiene precio. ¿La respuesta que le da Kate? IMPRESIONANTE, boquiabierta de nuevo.

Y de nuevo, en el final, que mejor IMPOSIBLE, te cito directamente:

[quote=Anver]
- Sabes cómo funciona eso de tener niños ¿No? – preguntó abrazándola por la cintura y pegándola a él.
- Creo que tengo clara la teoría – contestó ella besándole.
- Pues tendremos que empezar de inmediato con la parte práctica – dijo mientras la levantaba del suelo en sus brazos…
[/quote]
Enhorabuena de nuevo por la historia y sus 19 capítulos, 19 #FicCastleMonday como os decía por Twitter siempre. Lunes tras lunes que no todos llegabas a gusto ni con las mismas ganas por tu difícil horario laboral y que aun así no has fallado a ninguno de ellos.

Antes te dije: “Una buena escritora se va curtiendo y sobre todo se va superando día a día. Si por algo te llamo escritora es porque he visto esta evolución” y ahora agrego “Espero poder seguir leyendo de ti tan pronto como tus ganas estén disponibles. No “cuelgues la pluma” nunca. Sea para un público o para ti”.

Sólo voy a decir una cosa, Gracias.

El resto queda entre tú y yo.

Nos vemos.
Besos

SIGUEEEEE

Anver escribió:Bueno… Pues todo llega a su fin. Esta locura también. Empezamos el 20 de Mayo, acabamos cuatro meses después, hoy 23 de Septiembre. Han sido diecinueve largas semanas, traducidas por mi parte en doscientas diez páginas, aproximadamente ciento cinco mil palabras.

Doscientas diez de las mejores leídas, disfrutadas y agonizantes páginas.
Ciento cinco mil palabras de las que he podido disfrutar hasta de los puntos.

Anver escribió:Toda una aventura, todo un reto cumplido y he de decir que ha sido bastante complicado, tanto por tiempo, como por ganas, he estado a punto de dejarlo inacabado en más de una ocasión. Creo que he fallado dos veces a la cita, una por horas y la otra por un par de días.

El fallo viene recompensado cuando el reto sigue su avance y en definitiva, y a pesar de todas las circunstancias, cumples.
Una por horas (so cerdas! dandome envidia.... os lo estaré recordando toda mi vida)
Una por días, la prioridad es la prioridad.

Anver escribió:Agradeceros a todos y cada uno de vosotros, los que estáis leyendo ahora, el que hayáis llegado hasta aquí. Sois increíbles. Sólo espero que os haya entretenido un rato las noches de los lunes y os haya echo un “pelín” más llevadero el larguísimo verano sin Castle. Sería todo un placer saber que lo he conseguido.

No solo las noches de los lunes... sino el resto de dias deseando que fuera lunes Y NO PARA VER CASTLE! si no para poder LEERTE.

Anver escribió:Gracias a los treinta y seis lectores que decidieron dejar un comentario y a los que debo citar uno a uno. Gracias por tomaros la molestia de dejar vuestra opinión, TODAS han sido leídas y tenidas en cuenta, TODAS, sin excepción. Mil gracias por hacerlo,  han sido muy importantes para mi cada una de las palabras recibidas.

Lector@s que con gusto esperaremos tu siguiente reto.

Anver escribió:Gracias a Kynu, Meln y Silvanalino, vuestro apoyo para acabarlo ha sido vital, creo que vosotras sabéis bien el sacrificio que me ha supuesto, mi duro verano y mi falta de ánimo. Gracias, ¡Vaya tres! Sois únicas chicas.

Por la parte que me toca, y mi cansinismo... gracias a ti.
Y todo un placer.

Anver escribió:Meln, siento mucho haberte metido en este jaleo, has cumplido con sobresaliente alto y has conseguido que yo terminase, eres GRANDE.

Sois unas cracks en todos los sentidos.

Anver escribió:Gracias por leer y hasta siempre.

Di mejor, hasta la próxima. Que esperamos que la haya

INCREÍBLE. 

Me has dejado sin palabras con este final.... ha sido impresionante. 
Por favor, no dejes nunca de escribir porque se te da de lujo, chica

Gates brindando con ''sus hombres'' y esa pedida de mano bajo el muérdago... precioso todo.

El pequeño Ian adorable y solo imaginarme a Castle y Beckett con un bebé es que se me cae la baba  

La conversación de Alexander y Beckett me ha dejado con la boca abierta... Increíble

Y Martha... Ay Martha, que será de la serie sin ella, su alcohol y su humor  

El final ha sido precioso  

Gracias por este maravilloso fic y sobretodo felicidades por haber cumplido el reto que os impusisteis Meln y tú.   
 

Un beso y espero que nos ''veamos'' en otro fic tuyo

pues solo decirte que gracias me a encantado tanto el ultimo capitulo como todo el fic! me encanto la idea de k todo alla sido tramado entre kate y alexander... y saber que saber k se estan preparando para un bebe aun mejor! muxisimas gracias por animarme con tu fic durante mi eterno invierno! eres una excelente escritora! aqui tienes una nueva fan de tu trabajo!    

Wow, no me esperaba para nada este final. Me has mas que encantado. Una historia más de las que guardar entre mis favoritas para volver a leerla desde el principio y toda seguida.

Muchísimas gracias por compartirla. Espero que no dejes de escribir nunca  

Muchas gracias por la mencion!  Voy a extrañar tu historia pero igual podemos volver a leerlos! ojala y sigas haciendo historias tan maravilosas como estas sigue asi y te esperamos pronto con nuevas ideas!

Solo puedo decir que: de principio a fin...Excelente!!!!    

Hicieron realmente amena y no tan traumatica la espera por la season 6.

Gracias!!!!!!!!

Lo has bordado. Que grande eres    

quiero un epilogo  
Extraordinario, me a encantado.

Ana, para cuando el Epílogo de esta historia?
Deberías ponerte a escribir pero ya mismo

Mi apoyo no fue necesario, tu sola convertiste en cada lunes un día especial, sin el cual sabes muy bien que para mi hubiese sido extremadamente difícil. Eres una escritora magnífica, única y con un poder de narración que produce vivir la historia.
Yo quiero darte las gracias, eres increíble Ana, una de las mejores cosas que me paso fue conocerte a través de esta serie y de un fic. Nunca lo voy a olvidar porque encontré a una persona maravillosa y sobre todo UNA AMIGA.
Sólo puedo decirte GRACIAS...

silvanalino escribió:
Mi apoyo no fue necesario, tu sola convertiste en cada lunes un día especial, sin el cual sabes muy bien que para mi hubiese sido extremadamente difícil. Eres una escritora magnífica, única y con un poder de narración que produce vivir la historia.
Yo quiero darte las gracias, eres increíble Ana, una de las mejores cosas que me paso fue conocerte a través de esta serie y de un fic. Nunca lo voy a olvidar porque encontré a una persona maravillosa y sobre todo UNA AMIGA.
Sólo puedo decirte GRACIAS...

Sil por favor ayúdame a convencer a Ana de la necesidad de un EPÍLOGO

meln escribió:

silvanalino escribió:
Mi apoyo no fue necesario, tu sola convertiste en cada lunes un día especial, sin el cual sabes muy bien que para mi hubiese sido extremadamente difícil. Eres una escritora magnífica, única y con un poder de narración que produce vivir la historia.
Yo quiero darte las gracias, eres increíble Ana, una de las mejores cosas que me paso fue conocerte a través de esta serie y de un fic. Nunca lo voy a olvidar porque encontré a una persona maravillosa y sobre todo UNA AMIGA.
Sólo puedo decirte GRACIAS...

Sil por favor ayúdame a convencer a Ana de la necesidad de un EPÍLOGO

Sabes perfectamente lo que pienso, pediría millones de capitulos más, pero se perfectamente lo que le costó poder escribir tan maravillosa historia...a pesar que a veces la quería matar, sabes que soy del grupo romántica y ellos juntos por siempre!!! Pero se el duro trabajo que se imponía para cumplir con los plazos y todos los lunes deleitarnos con cada capi. Creo, en contra de mi deseo, que sería muy cruel pedírselo. A pesar que ME ENCANTARIAAAAAAA. Eso ella lo sabe.
Pero a lo mejor nos llevamos una sorpresa....
Ana, siempre tendrás lectoras para todo lo que escribas porque es un placer hacerlo   

silvanalino escribió:

meln escribió:

silvanalino escribió:
Mi apoyo no fue necesario, tu sola convertiste en cada lunes un día especial, sin el cual sabes muy bien que para mi hubiese sido extremadamente difícil. Eres una escritora magnífica, única y con un poder de narración que produce vivir la historia.
Yo quiero darte las gracias, eres increíble Ana, una de las mejores cosas que me paso fue conocerte a través de esta serie y de un fic. Nunca lo voy a olvidar porque encontré a una persona maravillosa y sobre todo UNA AMIGA.
Sólo puedo decirte GRACIAS...

Sil por favor ayúdame a convencer a Ana de la necesidad de un EPÍLOGO

Sabes perfectamente lo que pienso, pediría millones de capitulos más, pero se perfectamente lo que le costó poder escribir tan maravillosa historia...a pesar que a veces la quería matar, sabes que soy del grupo romántica y ellos juntos por siempre!!! Pero se el duro trabajo que se imponía para cumplir con los plazos y todos los lunes deleitarnos con cada capi. Creo, en contra de mi deseo, que sería muy  cruel pedírselo. A pesar que ME ENCANTARIAAAAAAA. Eso ella lo sabe.
Pero a lo mejor nos llevamos una sorpresa....
Ana, siempre tendrás lectoras para todo lo que escribas porque es un placer hacerlo   

meln: si no hago esto, Ana no me lo va a perdonar mas ni hablar por lo tanto : TU TAMBIEN DEBES HACER CAPITULO 19 Y EPILOGO      

PD: Ya se lo pedi, ahora esta bien?

Bueno la verdad es que no se muy bien que decirte, solo que eres una muy buena escritora y gracias por compartir tu escritura.
El fic    me encanto de principio a fin, eres un gran escritora (Dios no se que decir sorry soy de pocas palabras xd)   

Llego un poco tarde, lo sé y pido disculpas, pero estuve un poco ausente últimamente y ahora que he vuelto no podía leer sin más, después de todo tu esfuerzo, de tantos capítulos y emociones semana tras semana, lo mínimo que mereces es que venga aquí y te de las GRACIAS.

Me ha encantado la historia, toda, a pesar de haber sufrido en algunos momentos, otros han sido muy buenos, como el final, impresionante. La historia estuvo llena de momentazos, podría echar la vista atrás y nombrarte unos cuantos, pero como ya fui comentando capítulo por capítulo sería repetirme. Diré que para nada esperaba que Alexander y Kate estuviesen aliados desde un principio, o que ella supiese lo de la tropa, y lo de Martha para hacer que volviese su hijo, digamos que algo cruel pero eficaz, ahora por fin están juntos y van a formar una familia.

Sin duda este ha sido un gran reto y lo has superado de sobra, una historia realmente increíble, que engancha y transmite, mucho. Y como ya te han dicho por ahí, espero que te animes a seguir escribiendo, no pierdo la esperanza de leer algo tuyo pronto, me encantaría

Una vez más, gracias por todo el tiempo dedicado a escribir para hacernos felices cada lunes, y por hacernos más llevadera la espera de la nueva temporada. ¡Un besazo Ana!